tag:theconversation.com,2011:/global/topics/xenofobia-57595/articlesxenofobia – The Conversation2024-03-04T18:57:45Ztag:theconversation.com,2011:article/2232252024-03-04T18:57:45Z2024-03-04T18:57:45ZCuatro bulos sobre inmigración desmontados desde la epidemiología<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/578282/original/file-20240227-18-n50jzj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=326%2C66%2C4616%2C2712&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/sun-rays-illuminate-people-immigration-1208600407">JK21/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Asegurar la protección de los derechos humanos es hoy más necesario que nunca. En especial, la Asamblea General de las Naciones Unidas está preocupada por <a href="https://www.un.org/es/observances/migrants-day">proteger plenamente los derechos humanos de todos los migrantes</a>. Razones para la preocupación no le faltan, dada la proliferación de comentarios xenófobos y racistas. Hasta se ha llegado a acusar a las personas migrantes de traer <a href="https://www.rtve.es/play/audios/andalucia-informativos/informativo-andalucia-manana-31102023/7001163/">enfermedades como el tifus</a>.</p>
<p>Ante este tipo de comentarios carentes de rigor contra personas que han dejado atrás su hogar buscando un futuro mejor, no podemos sino posicionarnos como ciudadanos y como científicos. Como ciudadanos, nos mostramos perplejos e indignados. Como científicos, nuestro deber es ofrecer información veraz y libre de partidismos. </p>
<p>Por ello, desde el grupo de Vigilancia Epidemiológica de la Sociedad Española de Epidemiología hemos decidido desmentir, apoyados por estudios y datos rigurosos, cuatro de los bulos más recurrentes sobre la inmigración.</p>
<h2>Bulo 1: los inmigrantes nos invaden</h2>
<p>El ser humano ha migrado desde la prehistoria. Siempre ha habido personas que dejan sus hogares y sus países buscando mejores oportunidades económicas y vitales, o huyendo de la persecución política y los conflictos, como en el caso de los refugiados. </p>
<p>En un mundo globalizado en el que las poblaciones se mueven, deberíamos aprender a mirar al fenómeno migratorio como algo común y atemporal, y no como un acontecimiento dramático y puntual de nuestra época. En 2020, <a href="https://publications.iom.int/books/informe-sobre-las-migraciones-en-el-mundo-2022">el número de migrantes internacionales se cifraba en 281 millones</a>, un incremento importante respecto a los 150 millones estimados <a href="https://publications.iom.int/system/files/pdf/wmr_2000_edited_0.pdf">en el año 2000</a>. Aun así, la proporción representada por los migrantes internacionales en la población mundial era solo de un 3,6 % en 2020, habiendo aumentado proporcionalmente menos que la población mundial. </p>
<p>Por otro lado, en los últimos años estamos observando un <a href="https://www.acnur.org/es-es/cambio-climatico-y-desplazamiento-por-desastres">aumento de los movimientos poblacionales provocados por desastres naturales</a>. Algunos de los efectos de la crisis climática –-cuya causa fundamental son los factores humanos, y no la naturaleza-– aparecen en forma de fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, sequías o huracanes. Estos eventos desembocan a su vez en escasez de agua, inseguridad alimentaria, hambrunas, epidemias y conflictos armados, entre otros. Tal es su impacto que, actualmente, podemos afirmar que el cambio climático es un motor más potente para las migraciones que <a href="https://www.internal-displacement.org/global-report/grid2023/">todos los factores económicos y políticos juntos</a>. </p>
<p>No olvidemos que las poblaciones que menos contribuyen al cambio climático son las que más están sufriendo sus consecuencias, lo que alimenta las inequidades y constituye un problema de justicia social global. </p>
<h2>Bulo 2: Europa soporta el mayor peso de la inmigración</h2>
<p>La gran mayoría de las personas que migran no cruzan fronteras internacionales, sino que permanecen dentro de sus países. La última estimación disponible es del año 2009, cuando se cifró en <a href="https://un.org/en/development/desa/population/migration/publications/migrationreport/docs/MigrationReport2009.pdf">740 millones</a> el volumen de migrantes internos, tres veces y media más del número de migrantes internacionales estimados ese año (<a href="https://publications.iom.int/system/files/pdf/wmr_2020.pdf">214 millones</a>). </p>
<p>Las migraciones internas se producen, fundamentalmente, de zonas rurales a zonas urbanas, en gran parte motivadas por los cambios ambientales y en los sistemas de producción, acelerados por la crisis climática ya mencionada. En 2021, el <a href="https://unhabitat.org/sites/default/files/2022/06/wcr_2022.pdf">56 % de la población mundial vivía en ciudades</a>, siendo la creciente urbanización uno de los grandes retos actuales. A ello hay que añadir los desplazados internos por situaciones de catástrofes, crisis o conflictos que, a finales de 2022, alcanzaron la <a href="https://www.internal-displacement.org/global-report/grid2023/">cifra récord de 71,1 millones</a>, fundamentalmente en África y Oriente Medio.</p>
<p>En cuanto a <a href="https://worldmigrationreport.iom.int/wmr-2022-interactive/?lang=ES">migraciones internacionales</a>, Europa y Asia están más o menos al mismo nivel como receptores de inmigración. Estos dos continentes acogieron en <a href="https://unric.org/en/migration-to-the-eu-facts-not-perceptions/">2022</a> alrededor de 87 millones de migrantes internacionales cada uno, pero el incremento más marcado entre 2000 y 2020 se registró en Asia, no en Europa. </p>
<p>Es más, en relación con el tamaño de la población de cada región, las proporciones más altas de migrantes internacionales en 2020 se observaron en Oceanía (22 %) y América del Norte (16 %), seguidas de Europa (12 %). </p>
<p>En enero de 2022, el 5,3 % de la población de los 27 países de la Unión Europea (UE) eran <a href="https://unric.org/en/migration-to-the-eu-facts-not-perceptions/">ciudadanos de fuera de la UE</a>, lo que se incrementaría al 12,5 % si tenemos en cuenta los movimientos entre países de la UE. </p>
<p>Por último, no hay que olvidar que Europa es también emisora de migrantes: en 2021, los 2,9 millones de nuevos permisos de residencia en países de la UE contrastaban con los 2,3 millones de emigrantes registrados.</p>
<h2>Bulo 3: los migrantes nos traen enfermedades</h2>
<p>Nada más lejos de la realidad. Hace ya varias décadas se describió un fenómeno conocido como <a href="https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57272014000600003">“efecto del migrante sano”</a>. Este concepto, empleado en epidemiología y salud pública, se utiliza para describir que la población migrante, independientemente de su origen, tiene un nivel de salud mayor que el de la población autóctona tanto de su país de origen como del país de destino. Al fin y al cabo, se sabe que no emigra quien quiere sino quien puede, y el trayecto migratorio puede ser muy exigente, tanto física como económicamente.</p>
<p>Se ha observado, sin embargo, que la salud de los migrantes va empeorando conforme aumenta la estancia en el país de destino, debido sobre todo a las condiciones de vida, como hacinamiento, malnutrición, situación irregular que dificulta el contacto con los programas de salud pública y el acceso al sistema sanitario, entre otras. Estas condiciones <a href="https://bmcpublichealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12889-020-08749-8">impactan negativamente en su salud</a> al aumentar su vulnerabilidad social y su susceptibilidad a enfermedades, tanto infecciosas como crónicas. </p>
<p>Si bien es cierto que algunos grupos de migrantes pueden provenir de zonas de alta prevalencia de enfermedades como el VIH o la tuberculosis, los estudios muestran que <a href="https://journals.lww.com/aidsonline/fulltext/2017/09100/high_levels_of_postmigration_hiv_acquisition.10.aspx">más de la mitad de los migrantes que viven con el VIH en España se infectaron aquí</a>. </p>
<p>Por otro lado, las barreras de acceso al sistema sanitario hacen más difícil que los pacientes tengan un adecuado seguimiento médico de sus patologías, sufriendo interrupciones de tratamientos crónicos e incluso denegaciones de los mismos. En España, esto se hizo especialmente patente entre <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2012-5403">2012</a> y <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2018-10752">2018</a>, años en que su sistema sanitario perdió la universalidad.</p>
<p>En cuanto a las enfermedades crónicas, un <a href="https://equityhealthj.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12939-020-01225-0">estudio de 2020</a> reveló que la prevalencia de estas era menor en las personas migrantes en situación irregular en comparación con las que se encontraban en situación regular y con la población autóctona. Estos resultados, al igual que el concepto del “migrante sano”, refutan las afirmaciones previas de que la carga de enfermedad en los migrantes es superior a la de la población nativa del país de destino.</p>
<p>Por el contrario, muchos migrantes pueden padecer <a href="https://www.who.int/es/news-room/questions-and-answers/item/neglected-tropical-diseases">enfermedades desatendidas</a>. Son enfermedades infecciosas clásicamente presentes únicamente en zonas tropicales y asociadas a la pobreza. En líneas generales, no son transmisibles a la población autóctona de los países de destino, bien porque no se dan las condiciones ambientales adecuadas para que los ciclos de estas enfermedades se completen, bien porque las posibles vías de transmisión están reguladas, como es el caso de las transfusiones sanguíneas y los trasplantes de órganos. </p>
<h2>Bulo 4: los migrantes nos roban los recursos</h2>
<p>La evidencia científica muestra cómo los migrantes no sólo no utilizan más recursos sanitarios, sino que los usan mucho menos que la población autóctona. En cuanto a los inmigrantes en situación irregular, los más demonizados sobre el uso de recursos, se ha comprobado que, en condiciones de igualdad de acceso, <a href="https://equityhealthj.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12939-020-01373-3">la utilización de la asistencia sanitaria es mucho menor</a> entre este grupo de migrantes que entre los nacionales españoles, y también inferior a la de los inmigrantes documentados, independientemente del país de origen o de la duración de la estancia en España. Lo mismo ocurre con el consumo de medicamentos. </p>
<p>Igualmente, la situación de irregularidad conlleva la ausencia de derecho a bajas laborales retribuidas u otros derechos sociales que sí tienen las personas trabajadoras en situación regular, con ahorros en impuestos que habitualmente no redundan en el empleado, sino en el empleador.</p>
<p>Por último, se puede afirmar que la migración constituye un factor de alivio de la crisis demográfica y que es beneficiosa para el mercado laboral. De ahí que desde la Oficina Regional Europea de la Organización Internacional de las Migraciones se haga un llamamiento a <a href="https://unric.org/en/migration-to-the-eu-facts-not-perceptions/">considerar la migración como una oportunidad</a>, y no como un problema.</p>
<p>El ser humano siempre ha temido a lo desconocido. Conocer y tratar de entender lo extraño es la base para comenzar a aceptar aquello que nos resulta diferente. Recordar nuestro pasado también es un ejercicio saludable, ya que España ha sido, en muchos momentos de su historia, un país de emigrantes. En nuestras manos está combatir el odio y la falsedad con los datos y la evidencia científica.</p>
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<p><em>Artículo escrito con el asesoramiento de la <a href="https://seepidemiologia.es/">Sociedad Española de Epidemiología</a>.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/223225/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>¿Los migrantes nos traen enfermedades? Nada más lejos de la realidad. La población migrante, independientemente de su origen, suele tener un nivel de salud mayor que el de la población autóctona del país de destino.Miriam Navarro Beltrá, Médica epidemióloga, Centro de Salud Pública de Elche, Generalitat ValencianaSusana Monge Corella, Científica Titular. Grupo de epidemiología y vigilancia de virus respiratorios. Centro Nacional de Epidemiología., Instituto de Salud Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1794852022-03-27T18:35:15Z2022-03-27T18:35:15ZParadojas antrópicas y la desordenada vida en el planeta<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/454411/original/file-20220325-29-1dywkyp.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=20%2C613%2C2299%2C1860&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">_El caminante sobre el mar de niebla_ (Caspar David Friedrich, 1817).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Caspar_David_Friedrich_-_Wanderer_above_the_sea_of_fog.jpg">Wikimedia Commons / Hamburger Kunsthalle</a></span></figcaption></figure><p>Vivimos en un mundo plagado de paradojas y contradicciones. Nuestro propio pensamiento y nuestras acciones cotidianas también lo están.</p>
<p>El primer cuarto del siglo XXI ha instalado a la población mundial en sociedades complejas y conturbadas. Nos ha situado en entornos –el global y los locales– abundantes en discursos y acontecimientos aparentemente contrarios a la lógica. O cuando menos, distanciados de modos de pensar y actuar que gran parte de la población mundial podría considerar como sensatos. Modos próximos a un mínimo común sentido común compartido por los diferentes pueblos y culturas que habitan el planeta.</p>
<p>Gran parte de estos acontecimientos son antrópicos, es decir, están producidos o modificados por la acción humana. Es obvio cuando nos referimos a episodios culturales –humanos–, pero ocurre también con los vinculados al entorno natural y sus procesos físicos, químicos y biológicos. </p>
<p>Nos encontramos, en definitiva, ante <em>paradojas antrópicas</em>.</p>
<h2>Paradoja antrópica, un concepto marco para el análisis</h2>
<p>El término <em>paradoja antrópica</em> proporciona sustento conceptual para el análisis de esta diversidad de acontecimientos, en entornos en los que abundan las contradicciones y las incertidumbres.</p>
<p>La humanidad se ve conmovida por diversidad de problemas y retos, en sociedades inmersas en la búsqueda de su identidad, junto a <a href="https://riuma.uma.es/xmlui/bitstream/handle/10630/19532/96.pdf">cuarenta años de pesadilla para las democracias</a>. Con ciudadanías abstraídas en el foco en el yo como objeto central de la construcción identitaria –con sus correlatos el individualismo, el consumismo desaforado, el culto exacerbado al ocio y el valor del dinero como ideal de los seres humanos–. Y con <a href="https://sabersenaccio.iec.cat/es/androcentrismo-y-ciencia-es/">pensamientos y acciones aun predominantemente androcéntricos</a>. </p>
<p>En estas circunstancias, el ejercicio de la inteligencia colectiva se ve dificultado sobremanera.</p>
<p>Son múltiples las pandemias que nos afectan: la sanitaria de covid-19, la pandemia ambiental, la pobreza, el hambre, la guerra, los éxodos, el odio racial, la xenofobia, las ideologías y políticas excluyentes, el machismo y la violencia contra las mujeres… Y son manifiestas y formidables sus consecuencias.</p>
<p>Nos encontramos ante una <em>pandemia estructural</em> trufada de paradojas antrópicas, que conforma un reto combinado de contradicciones e irresponsabilidades.</p>
<h2>Hacia una cartografía de la(s) paradoja(s) antrópica(s)</h2>
<p>Este mar de paradojas antrópicas de alcance pandémico puede cartografiarse en diferentes escalas y desde distintas perspectivas: planetaria, geoestratégica, ambiental, política, comunicativa… </p>
<p>En cada una de ellas, y en su intersección, se pueden ubicar esta multiplicidad de… <em>parantrojas</em>.</p>
<p>Persiste el debate sobre el crecimiento ilimitado en un planeta con recursos limitados que presenta síntomas de sobreexplotación y agotamiento de los recursos. En estas seguimos, cuando se cumplen cincuenta años de la publicación del informe <a href="https://www.clubofrome.org/publication/the-limits-to-growth/"><em>The limits to growth</em></a> (<em>Los límites al crecimiento</em>), encargado al Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) por el Club de Roma. </p>
<p>En relación con el calentamiento global y el cambio climático, nos debatimos entre estrategias que a veces se nos presentan como aparentemente contradictorias o excluyentes: prevención, corrección, transformación, mitigación, adaptación. Y como parte de la ecuación, los fenómenos irreversibles y los precios de los combustibles.</p>
<p>El enfoque geoestratégico nos sitúa frente a los <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-democracia-la-ultima-utopia/334241">riesgos para las democracias liberales y su creciente debilidad</a>. Señala las contradicciones de Europa y Estados Unidos, que se aprovechan para generar conflictos alrededor de quien ostenta la primacía mundial. Y evidencia el <a href="https://elpais.com/elpais/2012/07/03/opinion/1341330104_001927.html">creciente papel de los grupos plutocráticos</a> frente a <a href="https://theconversation.com/seis-claves-sobre-la-onu-ante-su-75-aniversario-140854">la reivindicación de Naciones Unidas</a> y otros organismos internacionales y locales representativos de la pluralidad.</p>
<p>Desde la perspectiva medioambiental, la <a href="https://theconversation.com/es/search?q=crisis+clim%C3%A1tica">crisis climática</a>, que se manifiesta en fenómenos extremos: desde el calor desmedido a las grandes nevadas en zonas y épocas inusuales; desde las sequías extremas a las enormes inundaciones. Lluvia y nieve, o polvo en el aire (calima) producidos paradójicamente por el mismo fenómeno: la entrada anómala de borrascas como <a href="https://theconversation.com/es/search?q=filomena">Filomena</a> y <a href="https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/borrasca-celia-provoca-intensa-calima-peninsula-iberica_18001">Celia</a>.</p>
<p>Estos dos fenómenos meteorológicos –gotas frías o danas– sirven de ejemplo sobre la complejidad de las cuestiones climáticas y su importante repercusión sobre la vida del planeta. La primera tuvo una gran incidencia en la ciudad y región de Madrid, donde produjo una nevada de dimensiones desconocidas. La segunda se ha vivido ahora con una sorprendente invasión de polvo sahariano en toda la Península Ibérica y parte de Europa. Sin embargo, no ha afectado a las Islas Canarias, donde son frecuentes estos fenómenos de calima.</p>
<p>En suma, paradojas ambientales. El concepto que presentamos es un instrumento que permite analizar y explicar tales paradojas.</p>
<p>En el ámbito político, y en conexión con la comunicación, se dicen sin rebozo y con descaro las mayores <em>boutades</em> y barbaridades. <a href="https://theconversation.com/coronabulos-conspiranoia-e-infodemia-claves-para-sobrevivir-a-la-posverdad-139504">La comunicación convertida, paradójicamente, en el mayor instrumento para la desinformación</a>. Un proceso que favorece la creación de incertidumbres y miedos, y la transmisión de bulos como los que circulan sobre desabastecimientos en situaciones de crisis tan frecuentes en estos tiempos del primer tercio del siglo XXI, que desgraciadamente tanto se va pareciendo al primer tercio del anterior.</p>
<h2>Apuntes para enfrentar este gran desafío</h2>
<p>Se plantean enormes, diversos y apasionantes <a href="https://www.other-news.info/noticias/ciencia-y-democracia/">retos para las instituciones y para las personas</a>. En el ámbito institucional, se apela a las organizaciones políticas y sociales, y de forma particularmente relevante <a href="https://metapolis.net/es/project/ciencia-y-democracia-instituciones-en-busca-de-una-identidad-sociopolitica/">a la democracia y sus instituciones, y a la institución ciencia</a>. Los individuos nos vemos interpelados en el ámbito moral. </p>
<p>También se ven concernidos los procesos evolutivos, sobre los que desempeña un importante papel el <a href="https://www.institutoroche.es/biotecnologia/98/una_sintesis_de_la_teoria_de_la_evolucion_supervivencia_adaptacion">entorno de sociabilidad</a>, donde se produce la interrelación de tres factores: naturaleza (biología y ambiente), cultura y ética.</p>
<p>No ocultamos nuestra preocupación por <a href="https://theconversation.com/el-abrazo-entre-democracia-y-ciencia-en-plena-covid-19-149955">las relaciones y los diálogos entre ciencia y democracia</a> y su incidencia sobre las políticas en servicios públicos, como la sanidad y la regulación del consumo en alimentación y energía.</p>
<p>Quizás solo las éticas y los marcos analíticos basados en una visión integrada de la evolución puedan servir para ir dominando el contagio desordenado y brutal de las paradojas antrópicas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/179485/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jesús Rey Rocha es miembro de la red ‘Conexión-Vida’ del CSIC (Life-HUB.CSIC) sobre los orígenes, (co)evolución, diversidad y síntesis de la vida. Forma parte del equipo asociado con el proyecto RESPONTRUST (SGL2104001,CSIC) financiado por el Fondo Europeo de Recuperación. Es socio de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC) y vocal de su junta directiva. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Emilio Muñoz Ruiz es miembro de la red ‘Conexión-Vida’ del CSIC (Life-HUB.CSIC) sobre los orígenes, (co)evolución, diversidad y síntesis de la vida. Forma parte del equipo asociado con el proyecto RESPONTRUST (SGL2104001,CSIC, Covid-19-207) financiado por el Fondo Europeo de Recuperación. Es socio promotor de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC).</span></em></p>Este siglo XXI nos ha situado ante una serie de acontecimientos producidos o modificados por la acción humana: la pandemia de covid-19, la crisis ambiental, la pobreza, el hambre, la guerra, los éxodos, el odio racial, la xenofobia, las ideologías y políticas excluyentes, el machismo y la violencia contra las mujeres… Los autores presentan la ‘paradoja antrópica’, un concepto para el análisis de esta diversidad de acontecimientos, en entornos en los que abundan las contradicciones y las incertidumbres.Jesús Rey Rocha, Investigador Científico en Ciencia, Tecnología y Sociedad, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)Emilio Muñoz Ruiz, Profesor de Investigación. Unidad de Investigación en CTS (Ciencia, Tecnología y Sociedad) del CIEMAT, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1761172022-02-22T19:31:23Z2022-02-22T19:31:23ZTwitter: El discurso de odio en España es menor que en los países del entorno europeo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/447760/original/file-20220222-15-ss17vb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C5882%2C3809&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/neon-sign-blue-red-light-on-1331575202">Shutterstock / ABEMOS</a></span></figcaption></figure><p>El discurso de odio no es, en absoluto, un fenómeno novedoso o propio de nuestra época. El ejemplo histórico más claro puede encontrarse en el odio propagado contra las personas judías en el marco del III Reich. No obstante, sí existen ciertas particularidades actuales. La más destacada es su gran expansión a través de unas redes sociales que permiten una comunicación de alcance global, inmediata y sin apenas filtros ni censura. Uno de los ejemplos más dramáticos y recientes son las matanzas a la población rohingya en Myanmar, <a href="https://www.reuters.com/investigates/special-report/myanmar-facebook-hate/">promovida a través de campañas de odio y desinformación en Facebook</a>.</p>
<p>Esto ha hecho que la preocupación por este problema crezca, sobre todo porque constituye una amenaza grave para la convivencia. La Unión Europea ha encabezado gran parte de la iniciativa para luchar contra este fenómeno: prueba de ello son el <a href="https://ec.europa.eu/commission/presscorner/detail/es/IP_20_1134">“Código” firmado en 2016 por la Comisión Europea y varias empresas prestadoras de servicios de alojamiento de datos</a>, o la <a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:32018H0334&from=FR">Recomendación de la UE 2018/334 de la Comisión Europea</a>, de 1 de marzo de 2018, sobre medidas para combatir eficazmente los contenidos ilícitos en línea. </p>
<h2>Cómo medir el discurso de odio</h2>
<p>Sin embargo, estas medidas de corte ético no son suficientes por su escasa efectividad, mientras que las medidas legislativas resultan problemáticas por la incuestionable necesidad de seguir protegiendo un derecho tan fundamental como es la libertad de expresión. Así, desde diversos ámbitos se están desarrollando alternativas para contrarrestar el discurso de odio. Y antes de poder enfrentarlo, es necesario medirlo y detectarlo con la mayor precisión posible.</p>
<p>Esta tarea resulta ambiciosa por lo inabarcable de la comunicación digital. Sin embargo, la aplicación de técnicas computacionales que se apoyan en la inteligencia artificial está ofreciendo resultados cada vez más prometedores para poder detectar de manera automática el odio que se extiende en una red social como puede ser Twitter.</p>
<p>Basados en esta premisa, investigadores del <a href="https://www.ocausal.es/es/">Observatorio de los Contenidos Audiovisuales</a> de la Universidad de Salamanca han utilizado los equipos del Centro de Supercomputación de Castilla y León (SCAYLE) para monitorizar el odio contra migrantes y refugiados en los países de la Unión Europea entre 2015 y 2020. De esta forma, han podido analizar casi 850 000 tuits geolocalizados relacionados con estos colectivos, detectando de manera automática aquellos que expresaban odio. </p>
<p>Para ello, se utilizó una <a href="https://doi.org/10.3390/fi13030080">herramienta ya validada</a> para entrenar modelos de detección basados en aprendizaje automático supervisado con redes neuronales. Estos modelos consisten en “enseñar” a un algoritmo la detección por medio de ejemplos (en este caso, mensajes con odio y mensajes sin odio). De esta forma se superan algunas limitaciones propias de los modelos no supervisados basados en diccionarios, ya que estructuras propias del sarcasmo o la ironía pueden ser detectadas.</p>
<p>Evidentemente, estos modelos siguen ofreciendo limitaciones, como puede ser la necesidad de adaptarse a los modelos lingüísticos de los diferentes idiomas o a la propia evolución del lenguaje, pero este trabajo supone un avance de gran relevancia por los buenos resultados de fiabilidad arrojados.</p>
<p><a href="https://www.revistacomunicar.com/index.php?contenido=online-first&doi=10.3916%2FC71-2022-02&idioma=es">Nuestro estudio</a> ha realizado observaciones de gran interés, pues ha permitido generar el primer mapa europeo de discurso de odio contra inmigrantes.</p>
<p>Por otro lado, usando simulaciones derivadas de los datos del Eurobarómetro para cada región europea, una de las principales comprobaciones del estudio es que las actitudes ciudadanas de rechazo a la inmigración están correlacionadas con la cantidad de discurso de odio dirigido hacia estos colectivos en Twitter. </p>
<p>Esto quiere decir que los mensajes que emitimos en redes sociales sirven para conocer la opinión pública, lo que supone una comprobación sociológica relevante y pone de relieve el valor de estos medios para conocer los climas de opinión, sin necesidad de recurrir a datos de encuestas. </p>
<p>Esto permitiría un mejor y más actualizado conocimiento de las actitudes de la ciudadanía a nivel local y regional, lo que permitiría diseñar políticas e iniciativas más adecuadas que faciliten la integración y la convivencia de los extranjeros.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/447756/original/file-20220222-27-1ywbkkm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/447756/original/file-20220222-27-1ywbkkm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/447756/original/file-20220222-27-1ywbkkm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=486&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/447756/original/file-20220222-27-1ywbkkm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=486&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/447756/original/file-20220222-27-1ywbkkm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=486&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/447756/original/file-20220222-27-1ywbkkm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=611&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/447756/original/file-20220222-27-1ywbkkm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=611&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/447756/original/file-20220222-27-1ywbkkm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=611&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Nivel promedio de apoyo a la inmigración por región europea entre 2015 y 2017 (NUTS 2).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.revistacomunicar.com/index.php?contenido=online-first&doi=10.3916/C71-2022-02">Elaboración propia a partir de los datos de las simulaciones basadas en el Eurobarómetro por Arcila-Calderón et al. (2021), Revista Comunicar</a></span>
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<p>También se ha comprobado que en las regiones europeas con más extranjeros las actitudes hacia estos colectivos son más favorables. Esto implica que el contacto entre locales e inmigrantes favorece la tolerancia, mostrando que el rechazo se deriva de miedos infundados y de estereotipos que no se sostienen cuando se enfrentan con la realidad. No obstante, los datos del estudio no permiten concluir aún que la mayor presencia de inmigrantes esté relacionada con una menor cantidad de discurso de odio hacia este colectivo.</p>
<h2>La distribución del odio varía regional y temporalmente</h2>
<p>Resulta novedosa la utilización de contenidos geolocalizados, ya que permite realizar un trabajo mucho más detallado comparando regiones, puesto que dentro de un mismo país hay diferencias sociodemográficas que no pueden ser obviadas.</p>
<p>Y lo mismo sucede con la evolución temporal de las muestras de odio, sujeta en gran medida a sucesos con gran impacto mediático. Los investigadores generaron una <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Q7AtDaTYcJw">visualización en formato vídeo</a> en donde se muestra dónde y cuándo se han producido grandes acumulaciones de discurso de odio hacia inmigrantes y refugiados en Twitter entre 2015 y 2020. </p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/Q7AtDaTYcJw?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Evolución de los focos de discurso de odio en Europa entre 2015 y 2020. Fuente: Los autores.</span></figcaption>
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<p>Los principales focos están en grandes ciudades, donde hay un mayor volumen de población, pero llaman la atención otras observaciones, como el efecto del Brexit, que hace que el odio aumente en Reino Unido en 2016; también en los años 2015 y 2016, durante la crisis de refugiados sirios en el Mediterráneo, la presencia de odio <em>online</em> fue más habitual, algo que también sucede a mediados de 2018, en parte a raíz del <a href="https://theconversation.com/aquariusnotwelcome-la-acogida-del-barco-avivo-el-rechazo-a-los-inmigrantes-156894">caso del buque Aquarius</a> que atracó en Valencia tras varios días en el Mediterráneo.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/443575/original/file-20220131-25-1e1bddg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/443575/original/file-20220131-25-1e1bddg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/443575/original/file-20220131-25-1e1bddg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=489&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/443575/original/file-20220131-25-1e1bddg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=489&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/443575/original/file-20220131-25-1e1bddg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=489&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/443575/original/file-20220131-25-1e1bddg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=615&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/443575/original/file-20220131-25-1e1bddg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=615&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/443575/original/file-20220131-25-1e1bddg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=615&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">El discurso de odio anual en Twitter por regiones europeas entre 2015 y 2020 (NUTS 2).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.revistacomunicar.com/index.php?contenido=online-first&doi=10.3916/C71-2022-02">Autores. Revista Comunicar.</a></span>
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<h2>España no sale tan mal parada</h2>
<p>Finalmente, entre las diferencias nacionales, destaca la mayor presencia de odio detectada en países como Italia y Grecia, algo que contrasta con los reducidos niveles de odio presentes en España, un país con unas condiciones socioculturales y económicas semejantes. Lo mismo se observa con respecto al apoyo a la inmigración, en el que además destacan las actitudes negativas de los países del este de Europa, como Hungría.</p>
<p>Las explicaciones para estas observaciones son diversas, desde cuestiones históricas a políticas, pero debe subrayarse la buena situación de España. Y es que, aunque el problema del discurso de odio no se puede infravalorar, sí conviene ponerlo en contexto y reconocer que en España las actitudes hacia el inmigrante son mejores que en muchos otros lugares y que, en términos generales, podemos considerarnos un país tolerante.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/176117/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>David Blanco-Herrero recibe fondos del Ministerio de Universidades. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carlos Arcila Calderón recibe fondos de la Comisión Europea (H2020 y REC) para la realización de los proyectos de investigación </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Francisco Javier Jiménez Amores recibe fondos de la Junta de Castilla y León y el Fondo Social Europeo.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Patricia Sánchez-Holgado recibe fondos de la Comisión Europea (H2020) para el desarrollo de labores de investigación.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Cristina Quintana Moreno no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Un estudio que ha empleado técnicas computacionales para analizar 850 000 tuits de toda Europa entre 2015 y 2020 destaca la mayor presencia de odio en países como Italia y Grecia, algo que contrasta con los reducidos niveles de odio presentes en España, un país con unas condiciones socioculturales y económicas semejantes.David Blanco-Herrero, Doctorando en el Área de Comunicación, Universidad de SalamancaCarlos Arcila Calderón, Profesor Titular del Departamento de Sociología y Comunicación, Universidad de SalamancaCristina Quintana Moreno, Estudiante de Investigación en Comunicación, Universidad de SalamancaJavier J. Amores, Investigador en Sociología y Comunicación, Universidad de SalamancaPatricia Sánchez-Holgado, Personal Docente e Investigador, Universidad de SalamancaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1384842020-06-07T20:27:48Z2020-06-07T20:27:48Z¿Por qué, en tiempos de incertidumbre, lo nuestro parece mejor?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/338522/original/file-20200529-96736-1k9pwv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5304%2C2974&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/pamplona-navarra-spain-04022020-banner-hung-1692468331"> Francisco Javier Diaz / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Una vez más nos han venido a recordar que la vida es impredecible. Esta vez ha sido un virus. Y por mucho que hubiéramos deseado ahorrarnos el recordatorio, parece inevitable que cierta inquietud y temor a lo desconocido se instale en nuestras vidas. </p>
<p>Esta situación también afecta a nuestras actitudes y comportamientos. Hemos podido apreciar grandes ejemplos de solidaridad, pero con el mismo ímpetu estamos viendo reacciones muy negativas hacia otros países, culturas o personas que pertenecen a colectivos que no piensan y actúan como nosotros. </p>
<p>A pesar de que la xenofobia aflora una y otra vez en épocas de crisis e incertidumbre, lo cierto es que en Europa “creemos tan poco en las recaídas de la barbarie”, como escribió <a href="http://www.acantilado.es/catalogo/el-mundo-de-ayer/">Stephan Zweig</a> en sus memorias, “como en brujas y fantasmas”. </p>
<p>¿Es posible que en esta ocasión aprendamos de viejos errores? ¿Qué lugar ocupará la convivencia entre culturas en la “nueva” normalidad? </p>
<h2>Mismos problemas, distintas soluciones</h2>
<p>Conviene empezar por explicar que las distintas sociedades han utilizado fórmulas variadas para aliviar el desagradable sentimiento que produce la incertidumbre. Como explican <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Clyde_Kluckhohn">Kluckhohn y Strodtbeck</a> en su modelo de la orientación hacia los valores, los seres humanos tenemos todos los mismos problemas (nuestra relación con la naturaleza, con el tiempo, con otras personas, etc.), pero tenemos diferentes maneras de resolverlos. </p>
<p>Las leyes, normas o tradiciones son acordadas por un determinado grupo cultural y suelen estar basadas en unos valores comunes ayudando a establecer un orden que, en último término, reduce la incertidumbre del colectivo. Esto permite a las personas que comparten normas o costumbres enfrentarse de forma conjunta a estos problemas y reducir, con ello, el estrés o la inquietud. </p>
<p>Las reglas pactadas, por tanto, ayudan a que los individuos sepan qué esperar y a qué atenerse; brindan seguridad, lo que es psicológicamente reconfortante. Además, cuando un individuo se enfrenta con una situación que le supone un reto, obligándole a salir de su zona de confort, responderá, en la mayoría de los casos, superando sus dudas o sus temores. Algo que a su vez le ayudará a crecer como persona. </p>
<p>Basándonos en estas ideas podríamos decir que estamos de alguna manera preparados, tanto como individuos, como sociedad, para enfrentarnos y aprender de la adversidad.</p>
<h2>De la adversidad al pánico</h2>
<p>El problema es que, si el cambio o el reto al que nos enfrentamos es demasiado fuerte, rápido, o acontece sin una adecuada preparación, corremos el riesgo de saltar a una zona llamada de pánico. En esta zona el estrés nos supera, nuestra curiosidad por lo nuevo se anula, y cualquier tipo de aprendizaje resulta imposible. </p>
<p>Esto se debe a que la mayor parte del tiempo estamos intentando controlar nuestra angustia, como explica <a href="http://www.thempra.org.uk/social-pedagogy/key-concepts-in-social-pedagogy/the-learning-zone-model/">Senninger</a>. Aquí tratamos de aferrarnos a nuestros valores y creencias más que nunca, en un desesperado intento de mantener pilares sólidos y volver a la zona de confort. </p>
<p>En muchas ocasiones empezamos a percibir lo desconocido o diferente como extraño, falso o incorrecto. Aquello que es distinto, por tanto, se puede llegar a convertir en una especie de amenaza que hay que tratar de eliminar o, por lo menos, reducir. </p>
<h2>“Nosotros” frente a “ellos”</h2>
<p>El etnocentrismo es la tendencia que las personas tienen a ver su cultura como el punto de referencia, mientras consideran que las otras culturas son inferiores o insignificantes, como explica James W. <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/17475759.2011.623239">Neuliep</a>. No está basado en datos, ni criterios racionales, sino en cuestiones emocionales provocadas muchas veces por la construcción de estereotipos. Y es en épocas difíciles cuando más fácilmente aflora nuestro espíritu etnocentrista. </p>
<p>La falta de seguridad incrementa la desconfianza hacia otras personas, como es el caso de gente de otras culturas, países, etnias, etc. Individuos con distintos valores, creencias o comportamientos a los que categorizamos como diferentes. Inconscientemente, empezamos a polarizarnos, es decir, a dividir el mundo en dos categorías contrapuestas: nosotros (los que pertenecen a nuestro círculo o grupo) y ellos (los que están fuera de él). </p>
<p>“Nosotros” compartimos principios, creencias, tradiciones o costumbres similares, hacemos “lo correcto” y actuamos y pensamos “como debe ser”. Nos apoyamos y confiamos unos en otros, somos tolerantes y solidarios con los miembros de nuestro grupo. “Ellos”, por el lado contrario, no solo no comparten nuestros valores, sino que, en ocasiones, se considera que ni los tienen y, de tenerlos, no son los correctos. </p>
<p>Además, el hecho de que sus acciones no nos resulten predecibles incrementa el sentimiento de inquietud y nos separa todavía más. A veces incluso se les puede llegar a acusar de estar implicados en aquello que provocó la crisis o la catástrofe original.</p>
<h2>Los fundamentos psicológicos de la discriminación</h2>
<p>Estas ideas fueron popularizadas por <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Endogrupo_y_exogrupo">Tajfel y Turner </a>que, a través de su teoría de la identidad social, afirmaban que los grupos con los que nos identificamos, sean cuales sean, nos definen proporcionándonos un sentido de pertenencia, orgullo e incrementando nuestra autoestima. La idea central de su teoría es que los miembros de un “endogrupo” (nosotros) intentarán encontrar características negativas en el exogrupo (ellos), mejorando así la imagen de sí mismos. Sus teorías sirven para comprender los fundamentos psicológicos de la discriminación entre grupos que, a su vez, se forman muchas veces sobre bases arbitrarias e inventadas.</p>
<p>Es habitual que en épocas de crisis la división entre grupos crezca precisamente por esta intolerancia a la incertidumbre. Así pues, la polarización aumenta y el etnocentrismo se instala. </p>
<p>¿Pero cómo combatir el etnocentrismo si la tendencia natural nos lleva hacia él? Para <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/ace.7401">Mezirow</a>, el etnocentrismo, en el polo opuesto a la competencia intercultural, es un hábito de la mente. Y aunque un hábito no es fácil de transformar, sí se puede hacer a través de una concienciación y una reflexión crítica sobre la subjetividad que existe en la manera que vemos unos grupos u otros. </p>
<p>¿Seremos capaces en este nuevo mundo de reflexionar sobre nuestra propia subjetividad con respecto a otros? ¿Extenderemos la solidaridad demostrada durante el COVID-19 a otros con independencia del grupo al que pertenezcan? Según <a href="https://www.idrinstitute.org/about/idr-institute/directors/">Bennett</a>, hay esperanza: porque a medida que adquiramos más experiencia y conocimiento sobre las diferencias culturales, nuestra visión del mundo se volverá más compleja y menos etnocéntrica e iremos dejando atrás la polarización.</p>
<p>Poco a poco empezaremos a aceptar las diferencias y, aunque no necesariamente cambiemos nuestros valores o comportamientos, ya no las percibiremos como amenazantes, ni las juzgaremos como correctas o incorrectas. </p>
<p>Ojalá, después del miedo y la incertidumbre, el entendimiento entre culturas tenga más cabida en esta nueva normalidad. Y como dicen, en este mundo interconectado en el que vivimos, de esta salgamos juntos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/138484/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ana Carballal Broome no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La xenofobia y el etnocentrismo son sentimientos que afloran especialmente en tiempos de crisis e incertidumbre. ¿Habremos aprendido esta vez? ¿Cómo será la convivencia entre culturas en esta ‘nueva’ normalidad?Ana Carballal Broome, Profesora de Comunicación Intercultural, Competencias profesionales para entornos internacionales y multiculturales, Universidad NebrijaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1166972019-05-13T20:13:59Z2019-05-13T20:13:59ZLa izquierda política ante el desafío de la inmigración<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/273309/original/file-20190508-183093-1ac58ag.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=12%2C0%2C3989%2C2999&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/concertina-fence-installed-on-wall-day-1374742556"> Jair Ferreira Belafacce / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Las migraciones internacionales constituyen uno de los fenómenos globales que con mayor intensidad polarizan las sociedades contemporáneas y, en esa misma medida, representan un serio desafío para la izquierda. No sólo para su teoría, sino especialmente para su praxis. A diferencia de lo que sucede en la derecha, que, con sus propuestas de mano dura y restricciones genéricas, parece tenerlo bastante claro, desde ese otro lado del espectro ideológico no hay un planteamiento reconocible acerca de cómo afrontar el reto con seriedad. Y lo cierto es que sus votantes también demandan algún tipo de respuesta que resulte consistente con sus característicos valores de igualdad, solidaridad y justicia social.</p>
<p>Recientemente, la politóloga norteamericana Sheri Berman <a href="https://elpais.com/elpais/2019/01/16/opinion/1547663608_340518.html">aseveraba</a> que las reacciones de la izquierda, en materia migratoria, “en lugar de tener en cuenta las inquietudes de los votantes, las desprecian”. Berman reivindicaba a continuación la posición de Tony Blair sobre el tema: “Debemos abordar los motivos legítimos de queja y darles respuesta”. Probablemente no les falte razón, pero si es así, entonces lo primero sería identificar cuáles son esos motivos y dilucidar si poseen una base real.</p>
<p>La agenda política y mediática hegemónica insiste en presentar a los inmigrantes como invasores que socavan nuestra identidad y erosionan nuestro bienestar, obviando tanto <a href="https://theconversation.com/cuantos-inmigrantes-necesitamos-para-pagar-las-pensiones-113983">los innegables beneficios que su presencia comporta</a> para la regeneración de nuestras envejecidas sociedades como el enorme sufrimiento humano que genera la <a href="https://theconversation.com/que-ocurre-con-los-inmigrantes-irregulares-cuando-llegan-a-espana-115959">criminalización preventiva de la que son objeto de manera indiscriminada</a>. </p>
<p>Se pone el foco en lo conflictivo, en lo problemático, que en ocasiones también aflora, pero se deja en la penumbra las enormes oportunidades que se abren con su llegada. La expulsión y/o un hermético cierre de fronteras se presentan como las soluciones terminantes a estos males. Este discurso populista también tienta a algunos sectores de la izquierda. Pero, ¿son estas propuestas compatibles con los valores de la izquierda?</p>
<h2>Diagnosticar antes de juzgar</h2>
<p>Antes de responder a esa cuestión, sería bueno disponer de un diagnóstico competente del fenómeno. </p>
<p>De entrada, no se puede aceptar sin más que la verdad sea todo lo que circula. La izquierda no puede dar por buenas y menos aún hacer suyas las percepciones sociales que supuran prejuicios y xenofobia. Contrastar fuentes es el único modo de desmontar mitos y bulos que prescinden de cualquier diferencia entre lo verdadero y lo falso. Ese es precisamente el primer objetivo del <a href="https://www.un.org/es/conf/migration/global-compact-for-safe-orderly-regular-migration.shtml">Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular</a>, firmado por 164 países el pasado diciembre en Marrakech: “Recopilar y utilizar datos exactos y desglosados para formular políticas con base empírica”.</p>
<p><a href="https://cadenaser.com/programa/2018/06/22/hora_14_fin_de_semana/1529675792_830521.html">Con los datos en la mano</a>, no resulta creíble afirmar que la migración representa un peligro o una carga inasumible. En su conjunto, los inmigrantes devuelven al país receptor más de lo que reciben. </p>
<p>El gasto que generan es compensado por los impuestos directos e indirectos que pagan y por su contribución al aumento del PIB. Favorecen la actividad económica y elevan la base de la recaudación. Las razones para el rechazo no se basan, pues, en la racionalidad económica, sino en cálculos electorales.</p>
<p>Sin quitar un ápice a lo recién dicho, también es verdad que, al haberse agudizado la brecha de desigualdad con la última crisis económica, se ha acentuado la competición entre los más necesitados por unos servicios sociales cada vez más escasos. En este contexto, los inmigrantes son vistos no sólo como intrusos, sino como adversarios en la competición social, que quitan a los nacionales los precarios puestos de trabajo disponibles. </p>
<h2>Ni intrusos ni adversarios</h2>
<p>Desde posiciones nacionalpopulistas, compartidas cada vez más por otras formaciones políticas, se proclama que, en consecuencia, las fronteras no pueden mantener su habitual porosidad, sino que deben ser cerradas a cal y canto, o incluso ser bloqueadas herméticamente mediante muros y alambradas. </p>
<p>Ni el rechazo del inmigrante y, menos aún, su discriminación pueden ser consideradas como propuestas de izquierda. La apuesta fundamental de la izquierda ha de ser, como siempre, lograr <a href="http://www.madrimasd.org/blogs/migraciones/2006/02/09/13198">una sociedad integrada</a>, con menos desigualdades internas, en la que toda la población tenga sus necesidades básicas cubiertas. La integración social, que no hay que olvidar que es condición necesaria para una convivencia pacífica, supone, entre otras cosas, un proceso de equiparación de derechos e igualdad de trato. </p>
<p>No puede promoverse la competencia entre los inmigrantes y la población autóctona por unos recursos sociales limitados. Para impedirlo resulta perentorio reforzar los servicios públicos más básicos, como son, entre otros, la sanidad y la educación, de modo que no pierdan calidad para todos. Ello conlleva, obviamente, un incremento de los medios disponibles y de la correspondiente dotación económica recabada a través de impuestos. Si se opta por aceptar inmigrantes, y buenas razones hay para ello, entonces la sociedad anfitriona no puede desentenderse de su suerte y poner su inserción social en manos del mercado laboral o de los lazos familiares. </p>
<h2>Fronteras no herméticas, sino porosas</h2>
<p>El cierre de fronteras tampoco puede ser la propuesta de la izquierda. Los muros son inútiles, menos para quienes se lucran con su construcción y mantenimiento. Si las economías de los países desarrollados precisan de un número cada vez mayor de mano de obra extranjera, como es el caso para que resulten sostenibles, un mínimo de pragmatismo exige que la migración no sea obstaculizada, sino más bien encauzada. </p>
<p>Esto coincide con otro de los objetivos del mencionado Pacto Mundial: “Aumentar la disponibilidad y flexibilidad de las vías de migración regular”. Es más, si los Estados no abren canales seguros y previsibles que permitan a la gente poder migrar, deberían ser consecuentes y no reprochar a nadie que haya llegado de manera ilegal cuando nunca se le dio oportunidad de hacerlo regularmente.</p>
<p>El fomento de una identidad nacional cerrada y autocomplaciente tampoco es compatible con los valores de izquierda. Y menos aún lo es imponer tradiciones, conductas y prácticas culturales como obligatorias. Eso no significa que haya que ignorar o desdeñar las preocupaciones sobre la pervivencia de la forma de vida característica del país, sino que es preciso descifrar cuáles son las preocupaciones legítimas y no caer en un discurso populista y mixtificador. </p>
<p>No es de recibo pensar que la identidad colectiva es única y compartida por todos los autóctonos en igual medida. La identidad colectiva suele ser más bien plural en sus manifestaciones y mutante a lo largo de la historia. Es preciso distinguir entre lo sustantivo y lo accidental. </p>
<p>Los inmigrantes, como cualquier ciudadano, tienen todo el derecho a mantener la propia forma de vida cultural (por ejemplo, en lo relativo a sus costumbres gastronómicas, de vestimentas o de festividades), pero también tienen la obligación de respetar las leyes y aceptar el marco institucional de convivencia definido por los principios constitucionales y los derechos humanos que definen las sociedades democráticas. Esto requiere establecer una distinción lo más nítida posible entre dos niveles de integración, a saber: entre los elementos que configuran la cultura política de una sociedad y las diversas formas de vida que pueden abrazar libremente los individuos.</p>
<p>La izquierda, que parece haber perdido el paso, haría muy bien en ocuparse con rigor del desafío de la inmigración, pero no en copiarle el discurso a las corrientes nacionalpopulistas emergentes. No ha de reproducir su diagnóstico y, menos aún, sus recetas. Las puede y las debe sacar de su propio ideario.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/116697/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Juan Carlos Velasco recibe fondos del Plan Estatal I+D+i para el proyecto de investigación "Fronteras, democracia y justicia global", del que es Investigador Principal.</span></em></p>No resulta creíble afirmar que la migración representa un peligro o una carga inasumible. En su conjunto, los inmigrantes devuelven al país receptor más de lo que reciben.Juan Carlos Velasco, Investigador Científico, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1143222019-04-01T20:29:48Z2019-04-01T20:29:48Z¿Qué significa el antisemitismo hoy?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/266850/original/file-20190401-177181-uqtrx7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C0%2C5988%2C4007&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Monumento dedicado en Berlín a las víctimas del Holocausto.
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/berlin-germany-june-13-2018-holocaust-1329243833"> Paolo Grassi / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p><a href="http://www.rtve.es/alacarta/audios/cinco-continentes/crece-antisemitismo-europa/4991391/">“Crece el antisemitismo”</a> es un titular frecuente en la prensa de estos días. Sólo falta precisar en qué país. Crece en países de una Europa que fue escenario de un antisemitismo genocida que pensaba haber conjurado definitivamente.</p>
<p><a href="http://ifs.csic.es/es/research-project/sufrimiento-social-condicion-victima-dimensiones-epistemicas-sociales-politicas">Explicar por qué vuelve</a> es asunto harto complicado porque el <a href="http://dej.rae.es/lema/antisemita">antisemitismo</a> se dice de muchas maneras. Están los viejos antisemitismos de origen religioso o laico y están otros nuevos, como el de origen árabe.</p>
<h2>Historia del antisemitismo</h2>
<p>El de origen religioso quedó bien resumido por el historiador Raul Hilberg en su aparición en el film <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Shoah_(pel%C3%ADcula)"><em>Shoah</em></a> de Claude Lanzmann. Hubo una primera expresión del mismo, acuñada en el siglo tercero, que decía “no podéis vivir entre nosotros como judíos”, es decir, los judíos sólo podían vivir en el Occidente cristiano si se convertían. A esta sigue otra, en los albores de la modernidad, que les dice “no podéis vivir entre nosotros”, es decir, había que expulsarles. Hitler remata el proceso con un definitivo “no podéis vivir”, y por eso fueron exterminados. <a href="https://issuu.com/anthropos-editorial/docs/el_desafio_nacionalista_issuu">Ese discurrir histórico</a> está movido por un antisemitismo de origen religioso.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/9MNUbt8HEaw?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Tráiler del documental <em>Shoah</em>, de Claude Lanzmann.</span></figcaption>
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<p>El de origen laico que se impone al final es más sutil. La modernidad se presenta como una utopía de la igualdad. Todos iguales ante la ley. Fin de la discriminación del judío e inicio de su emancipación. Con esa igualdad formal, la modernidad se abría paso con una promesa de felicidad. Fin de la discriminación del diferente porque <a href="https://www.anthropos-editorial.com/DETALLE/RELIGION-Y-TOLERANCIA-PCPU-136">“antes que judíos, moros o cristianos somos hombres”</a>, decía el Natán de Lessing en su obra <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Nathan_el_Sabio"><em>Natán el Sabio</em></a>. Y, al tiempo, la modernidad también anuncia que, con una educación basada en la razón libre, el hombre tenía que realizarse.</p>
<p><a href="https://books.google.es/books?id=AUf8eLrqKq0C&printsec=frontcover&source=gbs_atb#v=onepage&q&f=false">Lo que se le pedía al judío era renunciar a ser diferente</a> y asimilarse al tipo medio del hombre ilustrado.</p>
<p>Aquella fórmula fracasó porque el judío, pese a su mejor disposición a asimilarse, no podía renunciar a sus diferencias. Había un “resto” o una reserva en él que era insuperable. Mahler acepta bautizarse para poder dirigir la Opera de Viena pero su música es inexplicable sin sus claves judías. Lo mismo Freud con su psicoanálisis o Benjamin con su filosofía. A esto habría que añadir la resistencia de la sociedad contra esa asimilación. No se lo creían. </p>
<p>El judío asimilado o convertido podía creer que el salvador era Jesús y no la ley de Moisés. Lo que le resultaba insuperable era tragar los viernes “duelos y quebrantos” que decía <em>El Quijote</em>. Y ésto –la comida o el vestido– era para el cristiano viejo, por ejemplo, más importante que todas las ideas o creencias.</p>
<p>La asimilación no parece que sea una respuesta eficaz al antisemitismo porque lo que ésta consigue (privatizar la religión y hacerla irrelevante políticamente) no llega al núcleo del problema. </p>
<h2>Antisemitismo y su final</h2>
<p>Hoy el cristianismo es mucho más tolerante y a la sociedad le tiene sin cuidado si el judío se asimila o no, pero el antisemitismo sigue o rebrota: ¿cómo explicárselo?</p>
<p>Hace años oí al Cardenal de París, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Marie_Lustiger">Jean-Marie Lustiger</a>, de origen judío, llamar la atención sobre un nuevo tipo de antisemitismo, muy agudo entre jóvenes marginados de la <em>banlieu</em>, que expresaban su desesperación “dando donde más dolía”. Era un antisemitismo de origen social no del todo nuevo, pues enlazaba con el antisemitismo genocida, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Dial%C3%A9ctica_de_la_Ilustraci%C3%B3n">según la interpretación de Adorno</a>.</p>
<p><a href="https://www.trotta.es/libros/la-piedra-desechada/9788498794588/">Adorno proponía</a> tratar el antisemitismo no sólo teniendo en cuenta su genealogía religiosa o laica, sino sobre todo su final. Esa relación entre antisemitismo y Auschwitz obliga a una nueva lectura de la modernidad. Según esta interpretación Auschwitz, no sería un momento de eclipse de la razón moderna sino de despliegue de la misma. Veamos cómo. </p>
<p>Ya he dicho que la modernidad se presenta como una promesa de felicidad basada en la utopía de la igualdad. Ahora bien, esa igualdad, tan bienvenida, tiene aspectos discutibles: supone, en primer lugar, un vaciamiento de la subjetividad, de esas diferencias que conforman la identidad personal. Esa pérdida facilita el paso al individuo-masa. </p>
<p>La modernidad capitalista supone, en segundo lugar, la destrucción de las relaciones personales feudales que, aunque fueran con frecuencia de dominación, también permitían la fraternidad y la solidaridad. En su lugar aparecen unas relaciones abstractas –el mercado– que dominan sin compasión. Este es un aspecto bien estudiado por <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Sobre_la_cuesti%C3%B3n_jud%C3%ADa">Marx</a> y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Max_Weber#Sociolog%C3%ADa_de_la_religi%C3%B3n">Weber</a>.</p>
<p>En la medida en que esa sociedad moderna no realiza lo que promete, se produce una gran frustración del individuo que se traduce en una entrega incondicional a la masa, buscando en lo colectivo lo que no tiene en casa; y también, una búsqueda del culpable, alguien con rostro. Tiene que haber alguien de carne y hueso tras la abstracción del mercado.</p>
<p>Ese chivo expiatorio es el judío por tres razones: en cuanto comerciante o prestamista, es la terminal del sistema dominador. Cuando el obrero iba a comprar descargaba su ira contra quien le vendía el pan, no contra quien le pagaba el mísero salario. El comercio fue su fatal destino. Otra: en el imaginario del antisemita, el judío es el diferente, el que no se ha sometido a ese proceso de desubjetivación. Eso no lo tolera el no judío que ve cómo el que no ha pagado el precio de la modernidad es quien sale mejor parado. </p>
<p>Finalmente, nadie como el judío representa la odiada abstracción que le mata: su monoteísmo habla de un Dios invisible y él, en su vida profesional, siempre ha tenido con ver con lo inmaterial (el dinero o el saber). Esto explicaría que el judío fuera el chivo expiatorio que concitara el odio de sus contemporáneos.</p>
<h2>La tragedia del siglo XX</h2>
<p>Pero, ¿cómo explicar que ese odio acabara en genocidio precisamente en el pueblo menos antisemita de Europa? Hace falta otro elemento. </p>
<p>Aquello fue posible por la presencia de una patología colectiva del pueblo alemán que prefería la destrucción del otro a la propia curación. Aquí hay que hablar de filosofía alemana. Para Hegel la identidad de un pueblo se construye gracias a dos elementos: la naturaleza que nos da los medios de subsistencia y el otro que nos otorga su reconocimiento. Eso siempre ha sido así y ha valido para el tipo de ser humano que hemos querido ser.</p>
<p>Hitler se lo quiso saltar con su “hombre nuevo”. Él pensaba en un alemán que no debiera nada a nadie fuera de él y de los suyos. Tampoco tenía que respetar a la naturaleza a la que consideraba una cantera que explotar sin miramiento alguno. Pues bien, para visibilizar esa creación de un hombre nuevo que niega la sabiduría milenaria recogida en Hegel, había que sacrificar públicamente a quien simbolizara al hombre antiguo: alguien que reivindicara la diferencia y la naturaleza. Había muchos candidatos. Se eligió al judío, ¿por qué? </p>
<p>Primero, porque en esa cultura alemana se hablaba de superhombres y de infrahombres. Para Nietzsche y Hegel el superhombre era el ario; y, para ellos, el infrahombre era el semita. También porque el judío, en su empeño por ser diferente, simbolizaba bien lo extraño. Y, en su apego a la tradición, expresaba la resistencia a la novedad del hombre nuevo.</p>
<h2>Más allá del antijudaísmo</h2>
<p>¿Qué conclusiones se pueden sacar de esto? En este análisis hay una parte fija y otra variable. Lo fijo es la parte sistémica que exige, por un lado, el sacrificio de la subjetividad (y, por tanto, la renuncia a la diferencia) y, por otro, la presencia dominadora de un poder abstracto, que llamamos mercado o capitalismo, que es sordo a cualquier relación personal. Mientras dure eso, el antisemitismo está servido. Eso es lo que pone en marcha el mecanismo genocida que no tiene que ver con el judío sino con <a href="http://catalogo.rebiun.org/rebiun/doc?q=84-8164-728-4+%7C%7C+8481647284&start=0&rows=1&sort=score%20desc&fq=msstored_mlt172&fv=LIB&fo=and&redo_advanced=false">la frustración que provoca el sistema en el individuo moderno</a>.</p>
<p>Lo variable es el judío. “Las víctimas son intercambiables”, dijo Adorno. “Son la vanguardia de los pueblos”, <a href="https://books.google.es/books/about/Escritos_jud%C3%ADos.html?id=0TPmPJ8w-rUC&redir_esc=y">remachaba Arendt</a>. Tiene que ser alguien que represente, en el imaginario del antisemita, la amenaza a los de casa. De ahí que siempre sea alguien de fuera. Hoy podría ser el emigrante o el moro. No se trata de rebajar el antijudaísmo del antisemitismo sino de llamar la atención sobre su alcance. Nadie está a salvo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/114322/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Manuel-Reyes Mate Rupérez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Explicar por qué vuelve el rechazo a los judíos en un continente que vivió la gran tragedia del siglo XX no es imposible, basta con echar la vista atrás y asumir que quien sufre dicho rechazo puede ser cualquiera.Manuel-Reyes Mate Rupérez, Profesor de Investigación del CSIC ad honorem, Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS - CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1030382018-10-22T13:44:01Z2018-10-22T13:44:01Z¿Eres ciudadano? El gobierno de Trump quiere saber<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/235829/original/file-20180911-144464-112gpj1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Los críticos temen que incluir preguntas sobre la ciudadanía impida que las personas respondan a los censistas en el 2020</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.census.gov/library/photos/2018/nrfu-providence.html">U.S. Census Bureau, CC BY-NC-ND</a></span></figcaption></figure><p>Por primera vez en varias décadas, el censo 2020 de Estados Unidos preguntará si las personas son ciudadanas o no.</p>
<p>Cuando Wilbur Ross, Secretario de Comercio, ordenó que el censo incluyera esa pregunta, <a href="https://www.commerce.gov/sites/commerce.gov/files/2018-03-26_2.pdf">afirmó</a> que era necesario permitir que el Departamento de Justicia pusiera en vigor la Ley de Derecho de Voto de 1965, que prohíbe la discriminación racial en la votación, de manera más efectiva. </p>
<p><a href="https://www.politifact.com/truth-o-meter/article/2018/mar/28/what-you-need-know-about-census-citizenship-questi/">Los críticos argumentan</a> que el Gobierno tiene otras formas de obtener la información para hacer cumplir esa ley y que preguntar acerca de esa cuestión desalentaría la participación en el censo, en especial, por parte de los latinos.</p>
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Read more:
<a href="https://theconversation.com/can-the-census-ask-if-youre-a-citizen-heres-whats-at-stake-in-court-battles-over-the-2020-census-101170">Can the census ask if you're a citizen? Here's what's at stake in court battles over the 2020 census</a>
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<p>Si las personas no participan en el censo, eso podría dar como resultado un conteo menos preciso de la población. Y esa circunstancia podría tener implicaciones políticas y financieras importantes para los próximos años. </p>
<p>El censo determina cuántos escaños tiene cada estado en la Cámara de Representantes. También se utiliza para asignar fondos federales para una amplia gama de propósitos, incluidos Medicare, Medicaid, cupones de alimentos, ayuda escolar y carreteras.</p>
<p>Lo que está en juego tiene un alto precio.</p>
<p>Por este motivo <a href="https://www.npr.org/2018/07/26/629773825/multi-state-lawsuit-against-census-citizenship-question-to-move-ahead">seis demandas</a> – presentadas por varios grupos, incluidos los estados de Nueva York y California – reclaman <a href="https://www.axios.com/census-citizenship-questions-lawsuit-illegal-immigration-0bf17da2-9ab7-4826-9857-ff20a130e34a.html">si es legal o no preguntar sobre el tema de la ciudadanía</a>. Ahora estas demandas están pendientes en los tribunales federales de EEUU. </p>
<h2>Llegar a la Corte</h2>
<p>Estos casos plantean varios problemas legales.</p>
<p>La primera pregunta es si los tribunales tienen o no alguna autoridad sobre las disputas del censo.</p>
<p><a href="https://www.law.cornell.edu/uscode/text/5/701">La Ley de Procedimiento Administrativo</a> dice que los tribunales no pueden revisar las decisiones que están “comprometidas a discreción de la agencia por ley”. Además, la Constitución y la Ley del Censo parecen otorgar discreción sin restricciones a los funcionarios federales para diseñar el censo como lo consideren adecuado. </p>
<p>La Ley del Censo, por ejemplo, autoriza al Secretario de Comercio a realizar el censo “en la forma y el contenido que él determine”.</p>
<p>Pero <a href="https://www.oyez.org/cases/1970/1066">el Tribunal Supremo ha dicho</a> que es probable que este lenguaje no evite que los tribunales aborden la disputa sobre la ciudadanía aquí. Los jueces han escuchado varias demandas a los aspectos de los censos anteriores, y los tribunales inferiores han oído muchas más. </p>
<p>Por tanto, los esfuerzos del gobierno para descartar las demandas respecto a a la cuestión de la ciudadanía han fracasado.</p>
<p>Incluso si la decisión de incluir el tema de la ciudadanía está sujeta a revisión judicial, los demandantes deben tener legitimación para hacerlo así. Lo más importante es que esto significa que han sufrido una lesión legalmente reconocible. Los daños especulativos, o aquellos que ocurrirán en el futuro, no califican. </p>
<p>Los demandantes han reclamado, citando investigaciones pasadas de la Oficina del Censo, que preguntar sobre la ciudadanía desalentará la participación en el censo y que los estados y comunidades afectados perderán escaños en el Congreso — y, como resultado, fondos federales. </p>
<p><a href="https://www.oyez.org/cases/1991/91-860">Los tribunales han aceptado</a> este argumento en <a href="https://www.oyez.org/cases/1991/91-1502">demandas anteriores</a>, pero la mayoría de esos casos surgieron <em>después</em> de que se realizó el censo. </p>
<p>Pero en 1999 el Tribunal Supremo sí <a href="https://www.oyez.org/cases/1998/98-404">confirmó la impugnación de los planes para el censo del 2000</a>. </p>
<h2>Evidencias de discriminación</h2>
<p>Sobre la base de estos hechos, los demandantes afirman que la pregunta sobre la ciudadanía tiene la intención de desalentar a los latinos y otros inmigrantes de participar en el censo de 2020. Aseguran que generará un conteo inexacto y, por lo tanto, es inconstitucional.</p>
<p>Los reclamantes citan muchas declaraciones del presidente Trump, incluida <a href="http://time.com/4473972/donald-trump-mexico-meeting-insult/">su descripción de los mexicanos como delincuentes y “violadores”</a>, así como afirmaciones en las que califica a los inmigrantes de “animales” que “infestan” a EEUU. </p>
<p>También citan evidencias de que el Departamento de Comercio presionó al Departamento de Justicia para que enviara su carta sobre la cuestión de la ciudadanía bajo la presión de los principales colaboradores de la Casa Blanca, como Stephen Bannon. </p>
<p>Además, el secretario Ross ordenó la inclusión de la cuestión de la ciudadanía sobre las objeciones de los demógrafos profesionales de la Oficina del Censo, que citaron pruebas de que la pregunta afectaría la participación en el censo. Esto pudiera sugerir una desviación de los procedimientos habituales de toma de decisiones. </p>
<p>Para que su demanda constitucional prevalezca, los reclamantes deben probar que el secretario Ross intentó discriminar a los inmigrantes cuando ordenó la inclusión del problema de la ciudadanía. </p>
<p>No está claro si las declaraciones del presidente Trump se tendrán en cuenta para este propósito. <a href="https://www.oyez.org/cases/2017/17-965">En el aspecto de la prohibición de viajar</a>, por ejemplo, la Corte Suprema le restó importancia a sus comentarios sobre los musulmanes. </p>
<p>El Tribunal Supremo se ha mostrado escéptico respecto a los reclamos por discriminación al no existir evidencias de culpabilidad. Evidencia circunstancial de intención discriminatoria no es suficiente.</p>
<h2>Recuentos precisos</h2>
<p>Más allá de la demanda de discriminación, los reclamantes argumentan que la cuestión de la ciudadanía viola el requisito constitucional de que el censo sea un “cálculo real” de la población. Al desalentar la participación, afirman que la pregunta dará lugar a un conteo inexacto. </p>
<p><a href="https://www.brennancenter.org/sites/default/files/legal-work/CAvRoss_MTDOrder_8.17.18.pdf">Los tribunales inferiores</a> no estuvieron de <a href="http://www.nysd.uscourts.gov/cases/show.php?db=special&id=645">acuerdo</a> sobre si los demandantes deben probar la intención discriminatoria de ganar de acuerdo con la Cláusula de Conteo. Aun si no lo hacen, la Constitución no requiere un recuento perfecto. </p>
<p><a href="https://www.census.gov/prod/2002pubs/pol02-ma.pdf">Casi todos los censos entre 1820 y 1950</a> preguntaron sobre la ciudadanía. Pero los demandantes señalan que la inmigración fue un tema menos cargado en ese periodo. Preguntar hoy sobre la ciudadanía tiene implicaciones más preocupantes, dicen, que en épocas anteriores. </p>
<p>Este argumento implica que el significado de la Constitución puede cambiar — cosa que difícilmente acepta la mayoría conservadora de la Corte Suprema.</p>
<p>Pero las irregularidades en el proceso de toma de decisiones del secretario Ross bien podrían haber violado la Ley de Procedimiento Administrativo. </p>
<p>Se supone que las decisiones de la agencia se basan solo en información legalmente relevante. La evidencia de los demandantes sugiere que el secretario Ross carecía de una justificación adecuada para ordenar que se incluyera la cuestión de la ciudadanía. </p>
<p>Y eso podría hacer que ganaran.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/103038/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jonathan Entin no trabaja para ninguna compañía u organización que se beneficie de este artículo; tampoco consulta ni posee acciones ni recibe fondos por ese concepto; y no ha divulgado afiliaciones relevantes más allá de su posición académica.</span></em></p>Más de dos docenas de estados y ciudades en Estados Unidos demandan al gobierno por el plan de preguntar sobre la ciudadanía en el censo nacional.Jonathan Entin, Professor Emeritus of Law and Adjunct Professor of Political Science, Case Western Reserve UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1040662018-10-01T20:56:38Z2018-10-01T20:56:38Z¿Una Europa musulmana?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/238429/original/file-20180928-48662-40mwaa.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3994%2C2664&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Musulmanes orando durante la celebración del fin del Ramadán el 7 de julio de 2016 en Turín, Italia.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/turin-italy-july-7-2016-muslims-448672438">Shutterstock / MikeDotta</a></span></figcaption></figure><p>El 7 de enero de 2015 el discutido escritor francés <a href="https://elpais.com/cultura/2015/04/23/babelia/1429802066_046042.html">Michel Houellebecq publicó <em>Sumisión</em></a>, una novela ambientada en la Francia de 2022 en la que un carismático líder de un partido político ficticio gana las elecciones, para hacer del país una república musulmana y convertirla en el eje de una nueva Europa islámica. El tema no era nuevo, pero alimentó el temor de que su profecía pudiera hacerse realidad. </p>
<p>Una simple ojeada a los titulares de algunos periódicos nos permite comprobar el alcance de ese miedo. Frases como “<a href="https://www.actuall.com/democracia/europa-musulmana-en-tres-decadas-si-nadie-lo-para/">Europa será musulmana en tres décadas si nadie lo para</a>”, o “<a href="https://www.elpais.cr/2016/03/22/que-nos-ensenan-los-atentados-islamistas-en-europa/">A Europa no le faltan muchas generaciones para convertirse en un continente con un porcentaje muy alto de población musulmana, quizás hasta llegar al 51%</a>”. Un predominio que lograría gracias a la inmigración (“la temida invasión”) o “<a href="https://gaceta.es/noticias/islamizacion-europa-sera-vientre-mujeres-victoria-26102016-1853/">al vientre de nuestras mujeres que nos darán la victoria</a>”.</p>
<p>¿Qué hay de cierto en estas alarmas y en estas aseveraciones? ¿Europa será algún día musulmana? Y en un marco más general: ¿Los musulmanes están creciendo de forma desbordada a escala planetaria?</p>
<h2>Lo que dice la demografía</h2>
<p>Empezaré por abordar este último interrogante utilizando los datos de las <a href="http://www.pewforum.org/2015/04/02/religious-projections-2010-2050/">proyecciones</a> del <em>Pew Research Center</em>. Entre los años 2010 y 2030 el crecimiento será superior a la media mundial, pasando de 1.600 millones en 2010 a 2.200 millones en 2030. Esto significa añadir un 3% más de musulmanes en el conjunto del planeta, que pasarían a representar algo más de una cuarta parte (26,4%) de los habitantes del mundo. </p>
<p>Pero este crecimiento, como ocurre a escala global, ha empezado a perder intensidad. La tasa de crecimiento anual fue del 2,2% entre 1990 y 2010 y será del 1,5% de 2010 a 2030. Así pues, no es cierto que en un mundo con una desaceleración generalizada del crecimiento, la población musulmana mantenga los fuertes niveles anteriores. También en sus países se ha iniciado el descenso, aunque mantengan tasas por encima de las de las poblaciones no musulmanas. </p>
<p>El mayor crecimiento hay que ponerlo en relación con tres factores principales. Unos índices de <a href="https://elpais.com/diario/2011/01/28/sociedad/1296169203_850215.html">fecundidad</a> todavía altos salvo algunas excepciones, una elevada cantidad de mujeres en edad de procrear y una edad relativamente temprana de tener el primer hijo. </p>
<p>Pero las cosas están cambiando muy rápido. En los 10 países con mayor número de musulmanes (Indonesia, Pakistán, India, Bangladesh, Egipto, Nigeria, Irán, Turquía, Argelia y Marruecos), los valores de fecundidad pasaron de 6-7 hijos por mujer en los años 50 a 2-3 en el momento actual. La excepción es Nigeria con 5,7 todavía, muy alejados de los 1,7 que tiene Irán, país que ha experimentado el descenso más espectacular y que lo sitúa en el mismo nivel que Bélgica, Holanda o Rusia. </p>
<h2>Por qué baja la población musulmana</h2>
<p>Como factores explicativos del <a href="https://es.reuters.com/article/entertainmentNews/idESMAE70Q0G420110127">descenso</a> se puede decir que han actuado las mismas causas que en otros escenarios. Cuatro son especialmente influyentes: </p>
<ul>
<li><p>el descenso de la mortalidad infantil, que permite conservar la mayoría de los los hijos engendrados; </p></li>
<li><p>la mejora del nivel educativo de las mujeres, quizás el factor que juega el papel más relevante; </p></li>
<li><p>el éxodo rural, que concentra la población en las ciudades y modera los comportamientos fecundos, </p></li>
<li><p>y el uso creciente de los métodos de control de nacimientos, aunque los porcentajes en algunos países sean todavía bajos (Nigeria es el ejemplo más significativo y la recomendación oficial es “espaciar” los nacimientos en lugar de ejercer un férreo control).</p></li>
</ul>
<p>En cuanto a la estructura por edades, la población musulmana sigue siendo comparativamente joven, pero menos que en el pasado cercano. A finales de los 90, dos tercios de los habitantes en los países donde eran mayoría tenían menos de 30 años. Hoy ese valor se ha reducido al 60% y en 2030 será del 50%. Como reacción, ha crecido la población adulta y la de mayores incorporándose estos estados al proceso general de envejecimiento de todo el planeta.</p>
<p>Dos grandes <strong>conclusiones generales</strong> se desprenden de estos datos. </p>
<ol>
<li><p>La primera es que los musulmanes crecen con más intensidad, poseen tasas de fecundidad más altas y valores de población joven más fuertes que los no musulmanes. </p></li>
<li><p>La segunda es que todos estos indicadores han empezado a disminuir: baja la tasa de crecimiento, se reduce la fecundidad y pierde peso relativo la población joven. En definitiva, la población musulmana experimenta una desaceleración en todas las zonas donde se asienta, aunque con intensidades diferentes.</p></li>
</ol>
<p>Estas son las tendencias globales, pero, como nos interrogábamos al principio, ¿qué está sucediendo en Europa? ¿Algún día el viejo continente será musulmán? Me apresuro a rechazar esa suposición alimentada por partidos o asociaciones racistas o xenófobas que no resiste el más elemental análisis estadístico. </p>
<p>A comienzos de esta década los musulmanes, con 40 millones de personas, representaban el 6% de la población del viejo continente. Esa población crecerá en 2030 hasta los 58 millones, pero eso sólo supondrá el 7,7% de los 751 millones de europeos. </p>
<p>El crecimiento será algo más fuerte en los países de Europa occidental y del norte, pero en ninguno supondrán más del 10% de la población del país de residencia. </p>
<h2>Políticas para la convivencia</h2>
<p>Una cosa es que vaya a haber más musulmanes, pero otra muy distinta es que por natalidad y sobre todo por inmigración, vayan a convertirse en la etnia y la religión predominantes en Europa. </p>
<p>No se puede utilizar la demografía, como algunos pretenden, para justificar determinadas actitudes o posicionamientos que no se compadecen con los datos. </p>
<p>Lo que habría que hacer es enfrentar la realidad estadística de una población musulmana creciente con las políticas adecuadas para que su presencia se produzca en las mejores condiciones posibles para la convivencia pacífica y el respeto a las leyes que nos hemos dado. </p>
<p>La Europa del mañana será de los europeos aunque debamos convivir con gentes que acudirán de todos los rincones del Planeta, entre ellos también musulmanes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/104066/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Rafael Puyol no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Entre los años 2010 y 2030 el crecimiento de la población musulmana será superior a la media mundial, pasando de 1.600 millones a 2.200 millones. Supondrá más de una cuarta parte de la población mundial. Pero dicho crecimiento ha empezado a perder intensidad.Rafael Puyol, Presidente del Comité asesor The Conversation España. Presidente del Patronato de IE University, IE UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1005662018-07-30T20:12:05Z2018-07-30T20:12:05Z¿Para qué sirven las fronteras?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/229324/original/file-20180725-194146-regvuc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un grupo de manifestantes, que se opone a que el gobierno de Estados Unidos construya un muro, sostienen un cartel que dice, 'No al muro fronterizo'. </span> <span class="attribution"><span class="source">AP Photo/Eric Gay</span></span></figcaption></figure><p>En Estados Unidos se ha producido recientemente una gran indignación por la ahora extinta política de la administración Trump de <a href="https://www.nytimes.com/2018/07/05/us/migrant-children-chaos-family-separation.html">separar a las familias de inmigrantes en la frontera</a>. Cuatro miembros del consejo asesor de seguridad nacional del presidente renunciaron como protesta, al considerar la <a href="https://www.washingtonpost.com/news/post-politics/wp/2018/07/17/morally-repugnant-homeland-security-advisory-council-members-resign-over-immigration-policies/?utm_term=.39480c5e44d2">práctica “moralmente repugnante”</a>.</p>
<p>Conflictos parecidos sobre la vigilancia de las fronteras han surgido en gran parte del mundo. </p>
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Read more:
<a href="https://theconversation.com/what-exactly-is-the-point-of-the-border-99990">What exactly is the point of the border?</a>
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<p>En Europa, el gobierno de coalición de la canciller Angela Merkel <a href="https://www.cnn.com/2018/07/02/europe/merkel-seehofer-government-intl/index.html">acaba de superar</a> una controversia sobre cómo lidiar con la oleada continua de refugiados que buscan asilo en Alemania. </p>
<p>La forma en que la gente responde a estas controversias depende de qué consideren que debe proteger una frontera. </p>
<h2>Las fronteras <em>protegen de los forasteros</em></h2>
<p>En los últimos años, los expertos han proporcionado diferentes visiones sobre qué es lo que las fronteras protegen. </p>
<p>Un argumento importante para definir la frontera nace de la idea de que cada estado posee su propio <a href="http://www.hup.harvard.edu/catalog.php?isbn=9780674088900">carácter nacional</a>, y que las fronteras lo protegen de ser importunado por foráneos. Según esta concepción cada país no es solo un estado, sino que es una nación cultural o étnica. Y creen que deben existir garantías para que la migración no altere su estatus.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/228596/original/file-20180720-142432-1035s13.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/228596/original/file-20180720-142432-1035s13.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/228596/original/file-20180720-142432-1035s13.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/228596/original/file-20180720-142432-1035s13.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=402&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/228596/original/file-20180720-142432-1035s13.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/228596/original/file-20180720-142432-1035s13.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/228596/original/file-20180720-142432-1035s13.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=505&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">El presidente estadounidense Donald Trump habla durante una mesa redonda sobre la política de inmigración.</span>
<span class="attribution"><span class="source">AP Photo/Evan Vucci</span></span>
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<p>Las críticas del presidente Trump contra la inmigración en Europa parten de esa idea: ha declarado de forma categórica que la ola de inmigración hacia Europa podría cambiar de manera irreversible su cultura y eso sería <a href="https://www.thesun.co.uk/news/6766947/donald-trump-britain-losing-culture-immigration/">una “vergüenza”</a>.“</p>
<p>Desde mi punto de vista como <a href="https://phil.washington.edu/people/michael-blake">experto en filosofía política</a>, y teniendo en cuenta que mi trabajo se centra en la moralidad política de la migración, esta concepción asume que la comunidad "real” de un país puede identificarse con una cultura o etnia en particular. Al hacerlo, anuncia de manera implícita que aquellos que no pertenecen a esa mayoría son menos importantes para el estado.</p>
<p>Este planteamiento se hace eco de las ideas de <a href="https://theconversation.com/trumps-claim-that-europe-is-losing-its-culture-is-racism-and-it-must-be-challenged-99962">superioridad racial y religiosa</a> que han causado enormes perjuicios a lo largo de la historia. </p>
<p>El fascismo como ideología comenzó con la idea de que solo ciertos europeos eran los verdaderos herederos de la historia de Europa. El resto fueron considerados intrusos, que estaban <a href="http://www.nybooks.com/articles/1995/06/22/ur-fascism/">reduciendo la grandeza de la civilización europea</a>. </p>
<h2>Las fronteras <em>son propiedad del estado</em></h2>
<p>Otro argumento respecto a la frontera se basa en el concepto de los derechos de propiedad. </p>
<p>El académico <a href="https://wagner.nyu.edu/community/faculty/ryan-pevnick">Ryan Pevnick</a> ha planteado que el estado y sus instituciones son justa propiedad de aquellos que han trabajado para <a href="http://www.cambridge.org/us/academic/subjects/philosophy/political-philosophy/immigration-and-constraints-justice-between-open-borders-and-absolute-sovereignty?format=HB&isbn=9780521768986">construir y mantener esas instituciones</a>. </p>
<p>Por lo tanto, pueden negarse a compartir sus instituciones con extraños, de la misma manera que yo puedo negarme a compartir mi hogar con aquellos que no tienen derechos de propiedad sobre él.</p>
<p>También en este tema hay dificultades. Muchas personas que viven en un país determinado pudieran haber hecho muy poco en realidad para construir esa sociedad y sus instituciones. No obstante, eso no implica que no tengan derecho a disfrutar de los beneficios asociados con la ciudadanía. </p>
<p>Pero, como es evidente, hay muchas personas que están fuera del país que realizan grandes esfuerzos para proteger y preservar ese país. Durante la Guerra de Iraq, por ejemplo, algunos iraquíes actuaron como traductores del ejército de Estados Unidos a costa de un <a href="https://www.alaraby.co.uk/english/indepth/2018/4/12/the-iraqi-translators-betrayed-by-the-united-states">enorme riesgo personal</a>. </p>
<p>Para ser coherentes con este enfoque, esas personas tendrían derecho a cruzar la frontera. En efecto, este hecho fue reconocido tardíamente por la administración Trump. En febrero del 2017, se hizo una excepción respecto a la prohibición de viajar a Estados Unidos con los <a href="https://www.nytimes.com/2017/02/02/world/middleeast/trump-visa-ban-iraq-interpreters.html">traductores iraquíes</a> que habían colaborado con el ejército norteamericano. </p>
<h2>La frontera <em>preserva la democracia</em></h2>
<p>Finalmente, una justificación final respecto a las fronteras refleja la <a href="https://global.oup.com/academic/product/immigration-and-democracy-9780190909222?cc=us&lang=en&">importancia de la democracia</a>. Implica creer que la migración generalizada podría <a href="https://www.idea.int/our-work/what-we-do/migration-democracy">socavar la confianza social y la solidaridad</a>, dos condiciones necesarias para un autogobierno democrático.</p>
<p>Según esta argumentación, los migrantes de países sin tradición democrática podrían no tener conocimiento de las normas democráticas, y ni siquiera un compromiso moral para su preservación. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/228325/original/file-20180718-142432-dzc4mf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/228325/original/file-20180718-142432-dzc4mf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/228325/original/file-20180718-142432-dzc4mf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/228325/original/file-20180718-142432-dzc4mf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/228325/original/file-20180718-142432-dzc4mf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/228325/original/file-20180718-142432-dzc4mf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/228325/original/file-20180718-142432-dzc4mf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">La frontera entre San Diego, California, y Tijuana, México.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/File:Border_USA_Mexico.jpg">http://www.ngb.army.mil</a></span>
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<p>Preocupaciones como estas han llevado a Bélgica a introducir recientemente el requisito de que todos los inmigrantes que provengan de fuera de Europa deben firmar una “<a href="https://www.independent.co.uk/news/world/europe/belgium-to-force-non-eu-migrants-to-sign-pledge-to-uphold-european-values-as-integration-concerns-a6965271.html">declaración del recién llegado</a>” que implica adherirse a los “valores europeos” —incluidos <a href="http://www.powerlineblog.com/archives/2016/04/belgium-contemplates-newcomers-statement-for-immigrants.php">la igualdad de géneros y los derechos de los homosexuales</a>. </p>
<p>Sin embargo, la idea de que algunos forasteros no son buenos demócratas tiene una larga y lamentable historia. </p>
<p>EEUU, por ejemplo, excluyó a personas de nacionalidad china del derecho a obtener la ciudadanía por motivos similares. Los políticos estadounidenses argumentaron que la civilización china era incompatible con cualquier forma de gobierno que no fuera “<a href="https://theintercept.com/2016/01/14/fearmongering-around-muslim-immigrants-echoes-anti-asian-hysteria-of-past/">un despotismo imperial</a>”. </p>
<p>Si la democracia es tan importante, quienes la valoran en su justa medida deberían tener la obligación de utilizar la política de migración para ayudar a las personas a vivir bajo reglas democráticas. </p>
<p>Por ejemplo, el presidente Ronald Reagan argumentó que las fronteras de EEUU deberían estar <a href="http://www.presidency.ucsb.edu/ws/?pid=44128">abiertas a quienes huyen de la opresión soviética</a>. La libertad de EEUU, afirmó en su discurso de despedida, no es inherente solo a este país. </p>
<p>Más bien, como dijo Reagan, EEUU debería verse a sí misma como guardiana de <a href="http://www.presidency.ucsb.edu/ws/?pid=35402">la libertad de los extranjeros</a>, un planteamiento que cobra cada día mayor importancia a medida que continúa el debate estadounidense sobre las fronteras</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/100566/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Michael Blake recibe fondos de National Endowment for the Humanities.</span></em></p>Los conflictos sobre la vigilancia de la frontera han estallado en gran parte del mundo. La respuesta de las personas depende de las diferentes visiones de qué es lo que las fronteras protegen.Michael Blake, Professor of Philosophy, Public Policy, and Governance, University of WashingtonLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.