tag:theconversation.com,2011:/id/topics/brecha-de-genero-68667/articlesbrecha de género – The Conversation2024-03-07T18:37:49Ztag:theconversation.com,2011:article/2233612024-03-07T18:37:49Z2024-03-07T18:37:49ZEl feminismo no es igualdad y otras creencias antifeministas, según los universitarios<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/580136/original/file-20240306-16-5uhz3a.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=242%2C121%2C4250%2C2236&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">shutterstock</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/taking-off-protective-clothes-woman-firefighter-2280754859">Standret/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Según la última encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas de España), <a href="https://www.cis.es/documents/d/cis/es3428sd_Hombres_A/#page=13">el 44 % de los hombres</a> considera que el feminismo ha ido demasiado lejos. Un porcentaje que es incluso algo más elevado entre los hombres más jóvenes, de entre 16 y 24 años. </p>
<p>Para averiguar cómo de asentada está esta visión entre los estudiantes universitarios, hemos analizado la presencia de ciertas ideas antifeministas entre 350 alumnos y alumnas de los grados de Educación de la Universidad de Barcelona y la Universidad del País Vasco. En nuestro estudio, realizado con la <a href="https://www.ongdeuskadi.org/ongd/fundacion-intered/">Delegación en Euskal Herria de la Fundación Intered</a>, pedimos que se completase un <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1037/gpr0000014?icid=int.sj-abstract.citing-articles.55">ejercicio de asociación libre de palabras</a> para identificar las principales ideas antifeministas presentes entre el estudiantado universitario de educación. </p>
<p>La tarea consistió en escribir en un papel las cuatro principales ideas antifeministas que les vinieran a la cabeza, para más tarde explicarlas en profundidad en una conversación con quienes realizamos el trabajo. Finalmente se les preguntó en qué medida estaban ellos o ellas, sus amistades o la juventud en general de acuerdo con dicha idea. </p>
<p>Los análisis revelaron la existencia de cinco ideas antifeministas mayoritarias en las respuestas, aunque en muy diferente grado de adhesión e importancia. Se trata de las siguientes, de menor a mayor en cuanto a lo asentadas que se encuentran entre las personas jóvenes participantes en la investigación: </p>
<h2>La idea menos compartida: tareas domésticas</h2>
<p>Entre todos los argumentos compartidos por las personas jóvenes de ambos sexos la idea que menos se ha repetido es la de que las mujeres deben encargarse de las tareas domésticas (solo un 11,47 % de los argumentos hacía referencia a esta idea). La mayoría no piensa, ni cree que lo hagan sus amistades, ni la juventud en general, que esta afirmación sea cierta. La perciben como una idea histórica alejada de la realidad actual.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/el-curriculum-oculto-y-los-aprendizajes-invisibles-en-la-escuela-206689">El currículum oculto y los aprendizajes invisibles en la escuela</a>
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<h2>Mayor protección legal para las mujeres</h2>
<p>En cuanto a la noción de que las mujeres tienen más derechos y beneficios a nivel legal que los hombres (un 16,20 % de los argumentos), consideraban que ni ellos ni ellas, ni sus amistades, están de acuerdo. Sí consideran que este argumento circula entre la gente joven en general aunque no sienten mucho vínculo por él. </p>
<h2>¿Las mujeres son provocadoras?</h2>
<p>Otro argumento antifeminista recurrente con el que dicen convivir es que las mujeres provocan sexualmente a los hombres para conseguir lo que quieren. Aunque ellos y ellas mismos afirman no estar de acuerdo con esta idea, sí que creen que sus amistades y la gente joven en general lo están. </p>
<h2>El feminismo no busca la igualdad</h2>
<p>La idea de que el feminismo no busca la igualdad es la más repetida entre las personas que participaron en esta investigación (un 31,87 % de los argumentos analizados hacían referencia a esta idea). </p>
<p>La diferencia entre la percepción del feminismo y la igualdad de género también es notable en el hecho de que los participantes afirman estar muy a favor de la igualdad (un promedio de 4,83 en una escala del 1 al 5); en cambio, su identificación con ser feministas es casi un punto más bajo, siendo un promedio de 3,96 también en la escala del 1 al 5. </p>
<p>Esta diferenciación entre feminismo e igualdad coincide con los resultados de otras <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0959353516660993?icid=int.sj-abstract.citing-articles.60">investigaciones</a> en las que se detecta la distinción entre un feminismo “bueno”, que solo busca la igualdad, y un feminismo categorizado como “malo” o “radical” que protesta y se enfrenta al <em>statu quo</em> actual. </p>
<h2>Justificación de la brecha salarial en determinados trabajos</h2>
<p>Por último, la idea con la que más a favor están las personas participantes de esta investigación es la percepción de que algunas mujeres pretenden cobrar lo mismo que los hombres en ciertos trabajos para los que “no están preparadas”, tales como las fuerzas policiales, el cuerpo de bomberos, deportes de élite, etc. </p>
<p>Los participantes de esta investigación afirman estar a favor de este argumento a un nivel medio y creen que sus amistades y la gente joven en general también lo están. Es decir: consideran legítima <a href="https://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925408327&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param3=1259926137287#:%7E:text=En%202021%2C%20el%20salario%20anual,es%20del%2081%2C6%25.">la brecha salarial</a> en contextos como el del fútbol y los cuerpos oficiales de seguridad.</p>
<h2>Yo no lo pienso, pero algunas de mis amistades sí</h2>
<p>Para concluir, es importante destacar las diferencias en el grado de apego que muestran hacia las ideas antifeministas. Aunque perciben estas ideas como distantes de sus propias creencias, de las de sus amistades y de la juventud en general, siempre las consideran más alejadas de ellos mismos que de sus amistades o de la juventud en general. La estrategia de atribuir estas ideas a otras personas puede ser utilizada como una herramienta que responde a la <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/1049732319889354?casa_token=30AWkXGsm8oAAAAA%3Avmn65M8VHwF2Ok_YPRaGLWrQ7VWHOyKrpWGqbtNBB164JWo81ko0uZieZpPA0FuwR07IHIOaLcfCmTQ">deseabilidad social</a>. </p>
<p>En resumen, las ideas antifeministas están al menos cohabitando y también en algunos casos calando en el estudiantado de educación. Nos parece necesario abordar y trabajar estas ideas, especialmente aquellas vinculadas a la noción de que los hombres están perdiendo derechos tanto judiciales como laborales, así como la idea de que el feminismo no busca la igualdad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/223361/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Nahia Idoiaga Mondragon recibe fondos del Grupo de Investigación KideON del Gobierno Vasco</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Judith Muñoz Saavedra recibe fondos del grupo FODIP, Universitat de Barcelona. Es miembro de la Federació Catalana d'ONG, Lafede.cat. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Idoia Legorburu Fernández, Israel Alonso y Maitane Picaza Gorrotxategi no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Un estudio cualitativo con alumnos y alumnas del grado de educación indica algunas de las creencias que perduran entre los jóvenes.Nahia Idoiaga Mondragon, Profesora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaIdoia Legorburu Fernández, Researcher, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaIsrael Alonso, profesor en el departamento de Didáctica y Organización Escolar en la Facultad de Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaJudith Muñoz Saavedra, Profesora Facultad Educación, Universitat de BarcelonaMaitane Picaza Gorrotxategi, Doctora en educación, Departamento de Didáctica y Organización Escolar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2219132024-02-11T21:07:53Z2024-02-11T21:07:53ZCómo promover vocaciones STEM a través de redes colaborativas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/574701/original/file-20240209-18-ocevpg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C7%2C5210%2C3189&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-shot-happy-teacher-watching-his-1859328478">Juice Verve / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El término STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) es crucial tanto en la educación como en el ámbito empresarial para abordar las necesidades socioeconómicas del futuro. La importancia del modelo educativo STEM es cada vez más evidente a nivel local y mundial. Según la Confederación Empresarial Vasca (Confebask), los <a href="https://www.noviasalcedo.es/las-empresas-vascas-exigen-profesionales-cualificados/">perfiles más demandados</a> son STEM y se prevé que el 80 % de los empleos en Europa <a href="https://www.elgaronline.com/display/edcoll/9781788975711/9781788975711.00018.xml">requerirán competencias STEM a corto plazo</a>. </p>
<p>Sin embargo, las empresas tienen dificultades para encontrar talento en estas áreas. Muchos jóvenes no eligen carreras relacionadas con STEM debido a percepciones erróneas y se observa que estas profesiones no solo son más lejanas para el alumnado sino también <a href="https://www.eesc.europa.eu/sites/default/files/resources/docs/rapportrocardfinal.pdf">para las personas orientadoras</a>. La elección de itinerarios de los estudiantes <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7845278">cambia a medida que crecen</a> y su interés disminuye progresivamente <a href="https://educar.uab.cat/article/view/v56-n2-hernandez-munoz/1065-pdf-en">a medida que avanzan a niveles superiores</a>.</p>
<h2>Prejuicios y estereotipos</h2>
<p>Una de las principales razones de esta falta de talento es el desconocimiento y los prejuicios asociados a las profesiones STEM entre los jóvenes, lo que requiere romper estereotipos, acercar las profesiones y cambiar el <em>statu quo</em>. Para ello, por un lado, es imprescindible la participación de la comunidad educativa para trabajar la pedagogía dentro de este modelo educativo. </p>
<p>Por otro lado, dado que la mayoría de las profesiones STEM se desarrollan en empresas industriales, es necesario involucrar a las empresas para sustituir los prejuicios existentes por ejemplos reales. Mostrar toda su diversidad de manera que se pueda afrontar adecuadamente la revolución digital, científica y tecnológica en la que estamos inmersos y hacer frente, al mismo tiempo, a la demanda de talento de las empresas del territorio. </p>
<p>Además, no se puede olvidar el papel que desempeña la sociedad en general. Las competencias STEM son clave para abordar la innovación y el desarrollo tecnológico en una región, así como su competitividad económica, al mismo tiempo que son relevantes para mejorar la calidad de vida de su población. </p>
<p>Una percepción positiva de estas profesiones es especialmente necesaria en el caso del alumnado femenino, que presenta históricamente un nivel de acceso a estudios STEM sensiblemente inferior, lo cual <a href="https://op.europa.eu/es/publication-detail/-/publication/67d5a207-4da1-11ec-91ac-01aa75ed71a1">limita sus oportunidades laborales</a>. Con el objetivo de romper esta tendencia hemos creado el proyecto <a href="https://ztimhub.mondragon.edu/es/inicio">MONDRAGON ZTIM HUB</a>.</p>
<h2>Las mujeres y las profesiones STEM</h2>
<p>Son <a href="https://educar.uab.cat/article/view/v56-n2-hernandez-munoz/1065-pdf-en">múltiples los factores</a> que afectan a la toma de decisiones de las jóvenes. Destacan la <a href="https://theconversation.com/tiene-el-profesorado-cientificas-de-referencia-180815">falta de referentes</a> y el desconocimiento de las profesiones STEM, tanto por parte de las jóvenes como de las personas orientadoras o familiares que apoyan y facilitan el proceso de decisión.</p>
<p>MONDRAGON ZTIM-Hub (ZTIM, de las siglas en Euskera de CTIM: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) busca crear una red cooperativa entre centros educativos, empresas y agentes sociales de la Comunidad Autónoma del País Vasco, con el objetivo de promover las vocaciones STEM entre los y las estudiantes de primaria, secundaria y bachillerato.</p>
<p>Concretamente, promovemos las vocaciones STEM así como su alfabetización generando <a href="https://ztimhub.mondragon.edu/es/centros-educativos">actividades</a> que sean útiles para el alumnado y favorezcan una orientación profesional libre de condicionamientos por razón de género; que eliminen estereotipos asociados a determinadas vocaciones y profesiones e impulsen el empoderamiento femenino en las disciplinas STEM.</p>
<p>Este objetivo lo trabajamos de manera conjunta con diferentes agentes sociales: los centros escolares, las empresas de las comarcas del Alto Deba, Goierri y Donostialde, y la universidad. Todo ello, con el apoyo del grupo cooperativo <a href="https://www.mondragon-corporation.com/">MONDRAGON</a> y la administración pública (Diputación Foral de Gipuzkoa, mancomunidades y ayuntamientos).</p>
<p>Organizamos charlas inspiradoras, visitas a empresas y laboratorios, talleres tecnológicos, retos, exposiciones, vídeos divulgativos, etc. Aproximadamente 4 500 estudiantes de enseñanza superior han participado en las distintas y diversas actividades realizadas desde el inicio del proyecto en 2020. Además, los docentes de los centros de primaria y secundaria reciben formación en las áreas STEM con apoyo universitario. </p>
<h2>Enfoque colaborativo y multidisciplinar</h2>
<p>La colaboración en esta red demuestra que la unión de diferentes actores con un objetivo común es efectiva. Se consigue mejorar el intercambio de información entre agentes de la red y se promueve la relación entre centros escolares y empresas. Las actividades multidisciplinarias permiten la exposición a la realidad de las profesiones y conocer el día a día de los trabajadores para generar referentes.</p>
<p>Logramos de esta manera que centros educativos, investigadores universitarios y el sector empresarial colaboren para avanzar en el camino hacia la alfabetización en ciencia y tecnología que tanto necesitan el mercado laboral y la sociedad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/221913/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>El proyecto MONDRAGON ZTIM HUB recibe fondos de la Diputación Foral de Gipuzkoa. </span></em></p>Una buena manera de promover las vocaciones STEM y superar los prejuicios, especialmente de cara a la incorporación femenina, es crear redes entre universidades, empresas y centros de enseñanza.Maite Anaya Rodríguez, Profesora e investigadora en Innovación en Diseño Industrial y coordinadora de Orientación, Mondragon UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2176422023-11-13T20:52:44Z2023-11-13T20:52:44ZMéxico elegirá pronto a su primera presidenta, pero este hito oculta una marcha desigual hacia los derechos de la mujer<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/559150/original/file-20231108-15-sy1yyd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=38%2C38%2C8588%2C5703&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Claudia Sheinbaum, la favorita para convertirse en la primera mujer presidenta de México.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://newsroom.ap.org/detail/MexicoElections/72c870d1426245e9b5acff64d1d0eef5/photo?Query=Sheinbaum&mediaType=photo&sortBy=creationdatetime:desc&dateRange=Anytime&totalCount=211&currentItemNo=3">AP Photo/Marco Ugarte</a></span></figcaption></figure><p>México <a href="https://www.cnn.com/2023/09/07/americas/mexico-female-candidates-presidential-election-intl/index.html">elegirá a su primera mujer presidente</a> en 2024, salvo que haya alguna sorpresa de aquí a las elecciones de junio. </p>
<p>El momento histórico que se avecinaba estaba prácticamente garantizado en septiembre, después de que los principales partidos del país designaran cada uno a una mujer como candidata: el partido gobernante Morena <a href="https://www.reuters.com/world/americas/mexicos-ruling-party-name-presidential-candidate-with-sheinbaum-favorite-2023-09-06/#:%7E:text=%22Hoy%20el%20pueblo%20mexicano%20decidi%C3%B3,color%20p%C3%BArpura%20de%20su%20partido.">nombró a la ex alcaldesa de Ciudad de México Claudia Sheinbaum</a> como su candidata días después de que la principal coalición de la oposición, Frente Amplio por México, <a href="https://apnews.com/article/mexico-politics-elections-2024-xochitl-galvez-nominee-8df70cef1f5e9ee242d495570578d5ed">anunciara a Xóchitl Gálvez</a>, senadora del Partido Acción Nacional, de centro-derecha, como la suya.</p>
<p>Pero como <a href="https://www.uta.edu/academics/faculty/profile?username=vidalxm">académicos que estudian la política</a> <a href="https://cchambersju-research.uta.edu/">y el género en México</a>, sabemos que una cosa es la óptica y otra el poder real. Setenta años después de que <a href="https://doi.org/10.1215/00182168-45.1.164">las mujeres obtuvieran el derecho al voto</a> en México, ¿está el país más cerca de realizar cambios que otorguen a las mujeres una igualdad real?</p>
<h2><strong>Lucha desigual por la igualdad de género</strong></h2>
<p>Las mujeres <a href="https://www.washingtonpost.com/world/2021/09/07/mexico-women-gender-parity/">representan ahora la mitad del Congreso</a>, después de que las reformas electorales de hace casi una década establecieran la paridad de género en las candidaturas a las legislaturas mexicanas. Y dos mujeres, Ana Lilia Rivera y Marcela Guerra Castillo, ocupan los puestos más altos en ambas cámaras del Congreso. Por su parte, Norma Lucía Piña es la <a href="https://www.voanews.com/a/mexico-s-supreme-court-elects-first-female-chief-justice-/6901488.html">primera mujer presidenta</a> del Tribunal Supremo de México. </p>
<p>Pero la elección de mujeres para altos cargos no implica necesariamente un cambio significativo en el poder. Es lo que los expertos en mujeres políticas llaman “<a href="https://doi.org/10.1093/acrefore/9780190228637.013.1978">representación descriptiva</a>” - cuando los líderes políticos se parecen a un grupo de votantes pero no establecen políticas diseñadas para protegerlos. En cambio, la “<a href="https://doi.org/10.1177/14789299231154864">representación sustantiva</a>” se produce cuando los funcionarios promulgan leyes que realmente benefician a los grupos que dicen representar.</p>
<p>Los académicos que estudian la diferencia entre ambas, entre ellos <a href="https://polsci.umass.edu/people/sonia-e-alvarez">Sonia Álvarez</a>, <a href="https://polisci.unm.edu/people/faculty/profile/mala-htun.html">Mala Htun</a> y <a href="https://www.oxy.edu/academics/faculty/jennifer-piscopo">Jennifer Piscopo</a>, han descubierto que las conquistas en las esferas públicas, como el derecho al voto o a ocupar cargos públicos, rara vez se han traducido en avances para las mujeres en los espacios privados, como el derecho a la libertad reproductiva o la protección contra la violencia doméstica.</p>
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<img alt="Una mujer sostiene una bengala verde durante una protesta callejera." src="https://images.theconversation.com/files/558365/original/file-20231108-25-j6vxc6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/558365/original/file-20231108-25-j6vxc6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/558365/original/file-20231108-25-j6vxc6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/558365/original/file-20231108-25-j6vxc6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/558365/original/file-20231108-25-j6vxc6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/558365/original/file-20231108-25-j6vxc6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/558365/original/file-20231108-25-j6vxc6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Miembros de organizaciones feministas se manifiestan a favor de la despenalización del aborto en Ciudad de México el 28 de septiembre de 2023.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/members-of-feminist-organizations-demonstrate-in-favour-of-news-photo/1696063220?adppopup=true">Photo by Silvana Flores/AFP via Getty Images)</a></span>
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<p>En otras palabras, México puede haber superado a muchos países -incluido Estados Unidos- en la promoción de mujeres a puestos de liderazgo político, pero aún no se ha despojado de su <a href="https://www.bbc.com/news/world-36324570">estigma del machismo</a> y de su <a href="https://www.brookings.edu/articles/mexico-takes-another-step-toward-its-authoritarian-past/">historia de autoritarismo</a>.</p>
<p>En la década de 1990, un <a href="https://www.cambridge.org/core/journals/politics-and-gender/article/abs/regionalizing-womens-human-rights-in-latin-america/8469F364E098DD1D8CF3088CC58BC86B">movimiento feminista resurgente</a> en toda América Latina dio lugar a importantes avances en los derechos de la mujer. A finales de la década, muchos países habían aprobado leyes contra la violencia de género y reformas que exigían cuotas de género en las listas de nominación de los partidos. En los últimos 17 años, siete mujeres han sido elegidas presidentas en toda América Central y del Sur. </p>
<p>Sin embargo, la lucha por la igualdad de género ha avanzado de forma desigual. México es un país todavía sacudido por <a href="https://www.ohchr.org/en/stories/2023/07/were-here-tell-it-mexican-women-break-silence-over-femicides">altas tasas de feminicidio</a>. Los datos del gobierno muestran que, de media, <a href="https://apnews.com/article/mexico-caribbean-gender-6594c9b2c9ea39a52dc3204e16be704c"> 10 mujeres y niñas son asesinadas cada día</a> por sus parejas o familiares.</p>
<h2><strong>Gobierno acusado de acoso</strong></h2>
<p>Durante su mandato, el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, y su partido, Morena, han sido acusados de restar importancia a la magnitud de la crisis de feminicidios, y al menos un crítico afirma que es “<a href="https://www.nytimes.com/2020/05/31/world/americas/violence-women-mexico-president.html">el primer presidente que niega rotundamente</a>” la violencia. </p>
<p>Por el contrario, López Obrador ha utilizado su conferencia de prensa “mañanera” diaria para emitir <a href="https://www.aljazeera.com/news/2023/7/14/mexico-president-continues-attacks-on-opposition-despite-order">agresiones verbales contra las mujeres</a> en el cargo, incluida la candidata para 2024, Gálvez. En julio de 2023, el [Instituto Nacional </p>
<p>Electoral](https://www.wilsoncenter.org/article/mexicos-national-electoral-institute-explainer) independiente declaró a López Obrador culpable de dirigir a Gálvez declaraciones despectivas relacionadas con su género. </p>
<p>López Obrador también ha denunciado a la presidenta del Tribunal Supremo, Piña, en lo que la Asociación Nacional de Magistrados de México <a href="https://www.facebook.com/jufed.org/photos/a.119395656264809/742860923918276/?type=3">ha calificado de discurso de odio</a> y el poder judicial federal condenó como “<a href="https://twitter.com/SCJN/status/1637968261143986176?s=20">violencia de género</a>” y odio contra ella. Sus declaraciones en <a href="https://apnews.com/article/mexico-lopez-obrador-politics-rally-elections-5160cbaf5ccd453f7333d651e41b79dd">un mitin en marzo</a> incitaron a sus seguidores a quemar <a href="https://cdn.jwplayer.com/previews/JNtltrZs">la efigie de Piña</a>, lo que llevó a los críticos a sugerir que tales ataques no reflejan simplemente el disgusto de López Obrador por los controles y equilibrios, sino que <a href="https://www.nycbar.org/member-and-career-services/committees/reports-listing/reports/detail/second-statement-condemning-the-mexican-presidents-attacks-on-judicial-independence#_ftn14">pretenden socavar a las mujeres</a> en posiciones de poder.</p>
<h2><strong>La política clientelar de México</strong></h2>
<p>Los observadores ven a la <a href="https://www.reuters.com/world/americas/mexicos-sheinbaum-favorite-win-presidential-nomination-poll-shows-2023-09-05/">actual favorita para 2024</a> Sheinbaum como la sucesora elegida por López Obrador: Él la ha apoyado públicamente, y ella ha prometido continuar su “cuarta transformación”, una promesa electoral para acabar con la corrupción gubernamental y reducir la pobreza que ha tenido <a href="https://elpais.com/mexico/2022-02-22/la-fiscalia-abre-una-investigacion-por-el-caso-del-hijo-de-lopez-obrador-y-un-contratista-de-pemex.html">resultados desiguales</a>. </p>
<p>La trayectoria de Sheinbaum como alcaldesa de Ciudad de México ha sido igualmente desigual. Se ha descrito públicamente como <a href="https://www.capital21.cdmx.gob.mx/noticias/?p=3084">feminista</a> y ha <a href="https://www.reuters.com/world/americas/mexican-mayor-doubles-down-accusation-alleged-femicide-cover-up-2023-01-17/">criticado</a> a los fiscales del estado por encubrir el asesinato de Ariadna López, una mujer de 27 años. Al mismo tiempo, Sheinbaum <a href="https://mexiconewsdaily.com/news/mayor-apologizes-to-protesters/">intentó criminalizar a los participantes</a> de una protesta masiva contra las miles de mujeres desaparecidas en los últimos años, alegando que estas manifestaciones eran violentas.</p>
<p>Los politólogos han demostrado que, aunque cambien las caras de la política, los operativos entre bastidores pueden seguir siendo los mismos, especialmente en México, donde los partidos políticos están <a href="https://www.cambridge.org/core/books/voting-for-autocracy/F6671D230EC7C458A30035ADB20F9289">sumidos en una política clientelar</a>, cuando los líderes de los partidos recompensan la lealtad decidiendo quién se presenta a las elecciones y quién conserva su puesto cuando el gobierno pasa a manos de una nueva administración.</p>
<p>Si Sheinbaum resulta elegida, probablemente seguirá en deuda con la coalición Morena y dependerá en gran medida de López Obrador para impulsar sus políticas. </p>
<h2><strong>¿Un futuro feminista?</strong></h2>
<p>Tanto Sheinbaum como Gálvez han <a href="https://gatopardo.com/noticias-actuales/claudia-sheinbaum/">defendido a las mujeres</a> y compartido sus <a href="https://www.washingtonpost.com/opinions/2023/08/20/mexico-presidential-elections-galvez-interview/">experiencias como mujeres</a> en campaña. Pero, hasta ahora, ninguna de las dos ha dado señales de que sus programas legislativos vayan a promover los intereses de las mujeres a través de políticas como la ampliación del acceso a la atención sanitaria o la lucha por la baja familiar y la igualdad salarial en el lugar de trabajo. </p>
<p>Dado que las críticas a López Obrador han ensombrecido la campaña de Sheinbaum, creemos que se enfrenta a un reto mayor a la hora de convencer a los votantes de su compromiso con los derechos de las mujeres. </p>
<p>Aunque el camino de Gálvez hacia la presidencia es estrecho, su capacidad para defender un programa favorable a las mujeres parece más plausible. Ha apoyado públicamente <a href="https://www.newindianexpress.com/world/2023/jul/08/although-she-is-now-aligned-with-the-conservative-opposition-galvezs-record-is-one-of-a-liberal-an-2592712.html">los derechos de las personas LGBTQ+ en México</a> incluso como miembro del conservador Partido de Acción Nacional, lo que sugiere que es capaz de hablar y actuar con independencia de la dirección del partido cuando es necesario. </p>
<p>Aparte de la política de primera línea, los derechos de las mujeres en México han avanzado cuando los líderes se han comprometido a realizar cambios sustanciales.</p>
<p>En particular, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha declarado inconstitucionales todas las leyes federales y estatales <a href="https://elpais.com/mexico/2023-01-05/el-empuje-de-la-nueva-presidenta-norma-pina-a-la-agenda-feminista-de-criticar-la-violencia-obstetrica-a-defender-el-aborto.html">que prohíben el aborto</a>. Cuando Piña asumió el cargo, <a href="https://elpais.com/mexico/2023-01-05/el-empuje-de-la-nueva-presidenta-norma-pina-a-la-agenda-feminista-de-criticar-la-violencia-obstetrica-a-defender-el-aborto.html?event=go&event_log=go&prod=REGCRARTMEX&o=cerrmex">prometió incluir los derechos de la mujer</a> en su programa. Hasta ahora, ha cumplido.</p>
<p>Si alguno de los candidatos presidenciales espera tener un éxito similar, tendrá que seguir el ejemplo de Piña y centrar su programa en los temas que más afectan a las mujeres en su vida cotidiana, empezando por la creciente tasa de feminicidios. Puede que las mujeres estén ganando poder político en México, pero la cuestión ahora es si lo utilizarán para luchar por las mujeres a las que representan.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/217642/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Xavier Medina Vidal no recibe salario, ejerce labores de consultoría, posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pudiera beneficiarse de este artículo, y ha declarado carecer de afiliaciones relevantes además de su cargo académico.
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Christopher Chambers-Ju no recibe salario, ejerce labores de consultoría, posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pudiera beneficiarse de este artículo, y ha declarado carecer de afiliaciones relevantes además de su cargo académico.</span></em></p>Las mujeres representan la mitad del Congreso mexicano y ocupan puestos clave en la política y la judicatura. Sin embargo, el país sigue sufriendo altas tasas de feminicidio.Xavier Medina Vidal, Associate Professor of Political Science and Director of the Center for Mexican American Studies, University of Texas at ArlingtonChristopher Chambers-Ju, Assistant Professor of Political Science, University of Texas at ArlingtonLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2147302023-11-12T22:16:25Z2023-11-12T22:16:25ZPor qué es necesario educar en feminismo<p>En la larga historia de la humanidad, el feminismo es un movimiento reciente. No así la desigualdad estructural entre hombres y mujeres, presente en todas las civilizaciones, en todas las culturas y en todos los tiempos. <a href="https://theconversation.com/educacion-feminista-en-los-colegios-y-las-familias-aun-queda-mucho-por-hacer-112792">También en el actual</a>. </p>
<p>La única manera de avanzar en igualdad es educar en feminismo: conocer la historia de la lucha de las mujeres contra la discriminación por razón de sexo; entender la construcción social del género; identificar cómo los mandatos de género intensifican la desigualdad. También deconstruir las críticas en torno al feminismo que buscan descalificarlo o criminalizarlo y, con ello, desmovilizar a quienes toman conciencia de la desigualdad. </p>
<h2>¿Qué es y qué no es el feminismo?</h2>
<p>Una definición de feminismo es la que encontramos en la página web del <a href="https://campusgenero.inmujeres.gob.mx/glosario/terminos/feminismos">Instituto Nacional de las Mujeres</a> mexicano: </p>
<blockquote>
<p>“Movimiento político, social, académico, económico y cultural que busca crear conciencia y condiciones para transformar las relaciones sociales, lograr la igualdad entre las personas y eliminar cualquier forma de discriminación o violencia contra las mujeres”.</p>
</blockquote>
<p>La activista nigeriana <a href="https://www.accionenredmadrid.org/wp-content/uploads/2016/09/TODOS-DEBER%C3%8DAMOS-SER-FEMINISTAS.pdf">Chimamanda Ngozi Adichi</a> considera que “todos deberíamos ser feministas”. Pero en algunos contextos ser feminista no es popular. </p>
<p>Ser feminista es una amenaza para el <em>statu quo</em>. A quienes están en una posición de privilegio el feminismo puede molestarles. Por eso el feminismo es necesario.</p>
<h2>¿Un objetivo logrado?</h2>
<p>Desde la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, mujeres y hombres somos iguales en derechos, aunque no en su realización. De ahí que las Naciones Unidas todavía incluyan como un objetivo a alcanzar (el objetivo de desarrollo sostenible número 5 de su <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/2015/09/la-asamblea-general-adopta-la-agenda-2030-para-el-desarrollo-sostenible/">Agenda 2030</a>) lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. Este doble objetivo se considera la base para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible.</p>
<p>En el imaginario colectivo patriarcal el feminismo y, en general, <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=150405">la actividad independiente de las mujeres</a> ha estado cargada de sospecha, cuando no de represión, como ocurrió con <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Caza_de_brujas">la caza de brujas</a> en el pasado. </p>
<p>La división sexual de roles, que se trata de explicar por razones biológicas ancestrales, sigue lastrando las estadísticas actuales en temas como la distribución desigual de los cuidados, la conciliación, los salarios, los techos de cristal o las agresiones sexuales. Sirvan los siguientes datos para mostrar la persistencia de la desigualdad:</p>
<p>Por este motivo, un libro de mediados del siglo pasado como <a href="https://www.unebook.es/es/libro/el-segundo-sexo_67612"><em>El segundo sexo</em></a> de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Simone_de_Beauvoir">Simone de Beauvoir</a> sigue siendo un referente para defender <a href="https://revistas.unal.edu.co/index.php/tsocial/article/view/32516">la necesidad de un cambio</a> que avance hacia <a href="http://www.jstor.org/stable/40586226">una sociedad</a> donde las mujeres no estemos en una <a href="https://revistas.unal.edu.co/index.php/tsocial/article/view/32516">posición subalterna</a>.</p>
<p>El camino hacia la igualdad debe desarrollarse en un doble sentido: de arriba abajo, a través de <a href="https://violenciagenero.igualdad.gob.es/violenciaEnCifras/estudios/investigaciones/2021/pdfs/Comparativa_Masculinidades.pdf">políticas de igualdad</a>; y de abajo arriba, en las actividades de la vida cotidiana. En ambos se precisa la educación en igualdad, es decir, la educación en feminismo.</p>
<h2>Feminismo e igualdad</h2>
<p>El feminismo no es lo contrario del machismo. No busca la supremacía de la mujer frente al hombre. Busca la igualdad entre hombres y mujeres. </p>
<p>Por este motivo, podemos afirmar que “<a href="https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/iria-maranon-educar-en-el-feminismo/#Como-se-educa-en-el-feminismo">todo lo que no es educar en igualdad, es educar en el machismo y el sexismo</a>”. La división sexual de roles marca, a la vez que limita, a niños y niñas en su forma de ser y estar en el mundo. Cuando ayudamos a las nuevas generaciones de niños y niñas a ser conscientes de los estereotipos y mandatos de género estamos dando el primer paso para que puedan liberarse de ellos. </p>
<h2>¿Cómo lograrlo?</h2>
<p>Aprendemos a partir de los modelos que tenemos cerca. La socialización de niños y niñas es diferente y también la percepción que niños y niñas tienen de <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=289412">las características del sexo opuesto</a>. Los mensajes que reciben unos y otras <a href="https://idus.us.es/handle/11441/139751">a través de los libros de texto</a>, <a href="https://redined.educacion.gob.es/xmlui/bitstream/handle/11162/202711/La_influencia.pdf?sequence=1&isAllowed=y">de los medios de comunicación</a> y de otros agentes de socialización también es diferente. Por este motivo, educar en igualdad es un reto para las familias, las escuelas y para la sociedad en su conjunto. </p>
<p>Un reto que podemos afrontar con la coeducación y <a href="https://www.researchgate.net/publication/322582064_NUEVAS_MASCULINIDADES_UN_ENFOQUE_PARA_LA_PROMOCION_DE_LAS_RELACIONES_IGUALITARIAS_New_masculinities_approach_for_the_promotion_of_equal_relations/citations">un enfoque de la masculinidad actualizado</a>, que busque <a href="https://lac.unwomen.org/sites/default/files/Field%20Office%20Americas/Imagenes/Paginas/MELTY/PILAR%204/P4%2001%20-%20Curso%20SEMPRENDE/P4%2001%20MODULO%202%20CURSO%20ONU_MUJERES_SENPRENDE%20BORRADOR.pdf">relaciones más justas e igualitarias</a> entre hombres y mujeres a través de su mayor implicación en la prestación de los cuidados y las tareas reproductivas, que sea crítico ante el irrespeto y la violencia hacia las mujeres, y que <a href="https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/doc/Programas/Ninez_familia/Material/trip-respeto-dif-masculinidades.pdf">participe activamente</a> en defensa de los derechos de las mujeres. Es preciso <a href="https://repositorio.unican.es/xmlui/handle/10902/28244">reforzar la formación inicial y permanente</a> en igualdad del profesorado y de todos los agentes educativos, es decir, toda la sociedad. </p>
<h2>Los hombres también sufren el patriarcado</h2>
<p>En el camino hacia la igualdad y en la lucha contra las diferentes violencias que sufrimos las mujeres es preciso <a href="https://www.routledge.com/Feminism-Is-for-Everybody-Passionate-Politics/hooks/p/book/9781138821620">señalar como responsable</a> al patriarcado, del que somos víctimas hombres y mujeres. </p>
<p>Junto al poder y privilegios por razón de sexo, el patriarcado impone a los hombres <a href="https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/10581/CL_10_%282011%29_10.pdf?sequence=1&isAllowed=y">modelos de masculinidad hegemónica</a> o <a href="https://doi.org/10.3145/epi.2023.mar.15">tóxica</a>: represión de emociones o el ejercicio de la violencia contra las mujeres. Cuando nos enfrentamos a los retos del posthumanismo es tiempo de liberarse de la barbarie entre iguales.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214730/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esther Raya Diez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La única manera de avanzar en igualdad es educar en feminismo: conocer la historia de la lucha de las mujeres contra la discriminación por razón de sexo y entender que no busca la supremacía de la mujer frente al hombre.Esther Raya Diez, Lecturer in Social Work and Social Services, Universidad de La RiojaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2139062023-10-29T21:48:20Z2023-10-29T21:48:20ZPor qué muchas mujeres con altas capacidades optan por pasar inadvertidas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/555807/original/file-20231025-17-o49asz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=60%2C51%2C5691%2C3776&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Investigación de Virgolim (2021). Revista Diálogos e Perspectivas en Educación Especial (2023).</span></span></figcaption></figure><p>A.G., de cuatro años, acudía cada día a su aula de 2º de educación infantil. La maestra no había observado nada que llamara su atención. Conocía los colores, y sabía algunas letras. Solía pintar y colorear. Y muy a menudo se mostraba ausente, como si lo que se hacía en el aula no tuviera interés. </p>
<p>Un día, en la escuela se inició un programa de detección de altas capacidades y A.G., que hasta el momento seguía las rutinas habituales de su clase, junto al resto de niños y niñas, demostró su gran afición por la geometría. Cuando tuvo que responder ante preguntas del test referidas a capacidad visoespacial, y vio las figuras geométricas, su emoción fue tan intensa y mostró tal entusiasmo que quienes hacíamos la prueba le preguntamos: “¿Qué te pasa, A.G.?” Respondió: “Es que las figuras geométricas me encantan”.</p>
<p>Pudimos comprobar también su interés por la geografía: quería saber todo sobre los ríos y la naturaleza. También se preocupaba por la muerte. Había escuchado hablar de ello y le angustiaba dormir y no poder despertarse. </p>
<p>Sus resultados intelectuales resultaron acordes con las altas capacidades. Su maestra comprendió su alta sensibilidad y su interés por el saber fuera del método de enseñanza. En el centro educativo observaron que su lenguaje podría ser como el de una persona adulta y que integraba todo lo de su alrededor con una gran atención. Al mismo tiempo no le resultaba fácil controlar su ansiedad en su vida cotidiana…</p>
<h2>¿Menos niñas o más difíciles de detectar?</h2>
<p>El caso real de A.G. muestra lo <a href="https://theconversation.com/la-importancia-de-detectar-cuanto-antes-las-altas-capacidades-el-metodo-asturiano-212125">desapercibidas que pueden pasar las altas capacidades</a> si no se dedican esfuerzos específicos y dirigidos a detectarlas. </p>
<p>Como cualquier otra necesidad especial de aprendizaje, no detectarlas no supone solamente talento perdido o malgastado, sino que a estos niños y niñas no se les da la <a href="https://theconversation.com/tener-altas-capacidades-no-es-lo-que-parece-161244">oportunidad de contar con una educación específica</a> que los ayude tanto con sus habilidades especiales como con sus vulnerabilidades, también diversas. </p>
<p>Pero el caso de A.G. tiene una doble vertiente. Porque A.G. es una niña. Dentro del estudio de la sobredotación intelectual y de las altas capacidades, la situación específica de las mujeres o las niñas es un tema de estudio de gran relevancia. <a href="https://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:C:2013:076:0001:0007:ES:PDF">Es más frecuente estadísticamente la detección de las altas capacidades en los hombres que en las mujeres</a> debido a factores culturales y psicoevolutivos, que indican una mayor tendencia hacia el anonimato por parte de las alumnas y mujeres con posible alta capacidad.</p>
<p>El contexto cultural y social <a href="https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/39947/Pages%20from%20Investigacion_Genero_12-409-1096-3.pdf?sequence=1&isAllowed=y">influye</a> en el desarrollo personal, social y laboral de las personas, y en el caso de las mujeres existen presiones y estereotipos que han influido en la evolución social de su rol y, en particular, <a href="https://www.injuve.es/sites/default/files/2018/47/publicaciones/8._mujeres_jovenes_de_altas_capacidades._aceptar_y_ser_aceptada_sin_miedo_sin_violencia_con_inteligencia.pdf">en el desarrollo de las niñas con altas capacidades</a> de manera global. </p>
<p>Estos estereotipos y presiones pueden producir miedo al rechazo y empujar a la ocultación de dichas aptitudes, hasta el punto de que las chicas con altas capacidades son consideradas <a href="https://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:C:2013:076:0001:0007:ES:PDF">un grupo de riesgo</a> especialmente vulnerable.</p>
<h2>Variable de género en las altas capacidades</h2>
<p>En España, en el curso 2022-2023, hubo <a href="http://estadisticas.mecd.gob.es/EducaJaxiPx/Tabla.htm?path=/no-universitaria/alumnado/apoyo/2021-2022/otros//l0/&file=altascap_02.px&type=pcaxis&L=0">46 238 alumnos de Educación Primaria</a> diagnosticados con altas capacidades intelectuales, de los 8 286 603 estudiantes escolarizados. Esta cantidad equivale a un porcentaje del 0,55 %, muy por debajo de lo que los <a href="https://gagnefrancoys.wixsite.com/dmgt-mddt/dmgt-english-landmark-publications">expertos</a> consideran es el porcentaje mínimo en cualquier población con altas capacidades (entre un 10 % y un 20 %).</p>
<p>En el curso escolar 2016–2017, las niñas representaban el 44,61 % de los estudiantes identificados con altas capacidades. Un porcentaje menor que el de los niños.</p>
<p>En este sentido, <a href="https://publicaciones.unirioja.es/ojs/index.php/contextos/article/view/3934">investigaciones recientes</a> señalan que no son justificables ni biológica ni cognitivamente las diferencias entre niños o niñas con altas capacidades.</p>
<h2>Talento y feminidad: ¿dimensiones incompatibles?</h2>
<p>Desde que la psicóloga estadounidense <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Matina_Horner">Martina Horner</a> describiera en 1972 el llamado “miedo al éxito” de las chicas, han proliferado muchas investigaciones, también dentro de las altas capacidades. Estas alumnas, ante el temor del posible rechazo social, pueden bajar su rendimiento académico <a href="https://www.altascapacidadesytalentos.com/mujer-y-superdotacion/">con el objetivo de ser aceptadas</a>.</p>
<p>Es comprensible entonces que a muchas niñas, adolescentes y jóvenes se les presenta el talento y la feminidad como opuestos, incompatibles el uno con el otro, de manera que en muchos casos las mujeres deciden pasar desapercibidas, en aras de lograr la aceptación social.</p>
<h2>Vulnerabilidad doble</h2>
<p><a href="https://www.scielo.br/j/er/a/55HDKrpm9R8Sb5SPBPrB3jF/">Hay expertos</a> que señalan que las personas con altas capacidades son más vulnerables emocionalmente debido a sus características:</p>
<ol>
<li><p>Pensamiento divergente y creativo. </p></li>
<li><p>Perfeccionismo, percepción y agudeza.</p></li>
<li><p>Introversión y control interno. </p></li>
<li><p>Desarrollo asíncrono. </p></li>
<li><p>Hipersensibilidad.</p></li>
</ol>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/555818/original/file-20231025-15-166yms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/555818/original/file-20231025-15-166yms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/555818/original/file-20231025-15-166yms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=347&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/555818/original/file-20231025-15-166yms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=347&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/555818/original/file-20231025-15-166yms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=347&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/555818/original/file-20231025-15-166yms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=437&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/555818/original/file-20231025-15-166yms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=437&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/555818/original/file-20231025-15-166yms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=437&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Las características de las personas con altas capacidades y las distintas vulnerabilidades que suponen.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Investigación de Virgolim (2021). Revista Diálogos e Perspectivas en Educación Especial (2023)</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En el caso de las mujeres, <a href="https://revistas.marilia.unesp.br/index.php/dialogoseperspectivas/article/view/13884">diversos expertos</a> exponen que la construcción de la identidad de “mujer con altas capacidades” se elabora a través de dos procesos distintos: ser mujer y tener altas capacidades. Una labor nada sencilla, ya que ambas identidades deben coexistir: modelos, comportamientos, actitudes, valores y expectativas de referencia. </p>
<p>De lo contrario, este doble proceso puede quedar incompleto y en determinadas ocasiones hay que equilibrarlo. Una de las causas de este reto puede deberse a <a href="https://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/31668/27.pdf">la falta de referencias femeninas de éxito</a>. Una prueba elocuente es la ausencia de personajes femeninos destacados en los libros de texto y contenidos escolares.</p>
<h2>Mujeres superdotadas: riesgos psicológicos</h2>
<p>Podemos advertir un riesgo psicológico grave denominado <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_de_la_abeja_reina">el síndrome de la abeja reina</a> caracterizado por un exacerbado perfeccionismo y una autoexigencia que conduce a un camino imposible en todos los ámbitos de la vida. Incluso a la depresión. Y, además, las mujeres que lo padecen se sienten culpables de no haber dedicado suficiente tiempo a la familia o a la profesión.</p>
<p>Por ello, se hace especialmente importante no solo identificar el talento potencial, sino las dificultades que ese talento pueda estar encontrando en su evolución.</p>
<h2>Mujeres con personalidades extraordinarias</h2>
<p>Marie Curie (1867- 1934), polaca y nacionalizada francesa, otorgó a la humanidad un gran legado gracias a sus investigaciones sobre el fenómeno de la radiactividad y el descubrimiento de dos elementos (el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Polonio">polonio</a> y el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Radio_(elemento)">radio</a>).</p>
<p>Marie Curie tuvo que superar retos por ser mujer. El historiador <a href="https://www.goodreads.com/es/book/show/2295191">Robert William Reid</a> destaca en su biografía que, una vez galardonados ella y su marido con el Premio Nobel de Física en 1903 por <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Real_Academia_de_las_Ciencias_de_Suecia">La Real Academia de las Ciencias de Suecia</a>, el comité seleccionador pretendía honrar exclusivamente a su marido negándole a ella el reconocimiento por ser mujer. Finalmente, fue la primera mujer en recibir tal galardón. Y en ser la primera persona en recibir dos premios Nobel.</p>
<p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Concepci%C3%B3n_Arenal">Concepción Arenal Ponte</a> (1820-1893), originaria del Ferrol, ha sido considerada la precursora del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Trabajo_social">trabajo social</a> en España. A lo largo de su vida y obra denunció la situación de las cárceles de hombres y mujeres, la miseria en las casas de salud o la mendicidad y la condición de la mujer en el siglo XIX. </p>
<p>Esta intelectual española tuvo que disfrazarse de hombre para poder ingresar como oyente en la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Facultad_de_Derecho_(Universidad_Complutense_de_Madrid)">Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid</a>. Vestida también de varón, Arenal, de ideas liberales y progresistas, participó en tertulias políticas y literarias, y colaboró en el periódico <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/La_Iberia_(Espa%C3%B1a)"><em>La Iberia</em></a>.</p>
<p>Ambas mujeres son un modelo aún en nuestra sociedad actual y pueden ayudar a eliminar el silencio de las niñas y mujeres con altas capacidades. </p>
<h2>Atención e información</h2>
<p>¿Qué podemos hacer cómo padres? Hay que evitar la estrategia camaleónica de las niñas y el deseo de camuflarse. Tenemos que prestar atención si observamos que a nuestra hija le preocupa el uso de la palabra correcta porque sabe que le mirarán extraño o si usa determinadas palabras y prefiere delimitar su vocabulario. O si disimula su entusiasmo, o si se contiene sobre sus temas de interés. </p>
<p>Es importante que las familias y el profesorado se formen para poder comprender las características propias de este colectivo: alta sensibilidad, un aprendizaje muy rápido, una alta capacidad de memoria y, en cierta medida, vulnerabilidad con sentimientos de miedo al rechazo social.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/213906/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ana Mónica Chérrez Bermejo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Tener altas capacidades conlleva ciertas vulnerabilidades psicológicas, que se agravan en el caso de niñas y mujeres cuando sienten la necesidad de disimularlas: es el llamado “camuflaje”.Ana Mónica Chérrez Bermejo, Profesora asociada en facultad de Psicología. Área de conocimiento: Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico. Departamento: CIENCIAS DE LA SALUD, Universidad Pública de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2140122023-09-26T18:43:32Z2023-09-26T18:43:32ZMr. Internet tiene género: por qué la tecnología no es neutra<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/550236/original/file-20230926-21-w9motg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=93%2C38%2C5102%2C2882&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/business-technology-concept-professional-man-walking-2309752637">Peera_stockfoto/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cuando en la década de los ochenta del pasado siglo internet <a href="https://www.internetsociety.org/es/internet/history-internet/brief-history-internet/">comenzó a configurarse</a> como lo conocemos hoy en día, se extendió una ola de optimismo acerca de lo que podía suponer esta nueva red de redes como revolución tecnológica de carácter global y abierto. </p>
<p>No era para menos: permitía la comunicación entre personas que vivían a miles de kilómetros de distancia, acceso casi ilimitado al conocimiento, nuevas oportunidades de colaboración y de negocio, la creación de organizaciones y nuevas posibilidades de participación social y política.</p>
<p>Cuarenta años después podemos comprobar que internet, así como las nuevas tecnologías que ha impulsado, no son tan globales ni tan abiertas como habíamos esperado. La tecnología no es neutra: la imaginan, diseñan, crean, construyen y utilizan personas. Por lo tanto, reproduce sus intenciones, prioridades, expectativas, filias y fobias. </p>
<p>Esto nos ha llevado a una tecnología centrada en un <em>usuario</em> que siempre es un hombre blanco, joven y sano, y que no tiene en cuenta a las personas que no encajan en este molde. Si nos centramos en las mujeres, esto implica un <em>Mr. Internet</em> que ignora a la mitad de la población del planeta.</p>
<p>Llevo años tomando notas mentales sobre situaciones cotidianas que muestran esta relación tan injusta entre mujeres y tecnología. Por desgracia dan para un libro, así que las he recopilado en uno titulado <a href="https://www.nextdoorpublishers.com/libros/mrinternet/"><em>Mr. Internet</em></a>. Algunos de los ejemplos son conocidos, pero otros han pasado desapercibidos. </p>
<h2>La brecha no es solo salarial</h2>
<p>Todos hemos escuchado alguna vez hablar del concepto de “brecha de género”. En tecnología, por ejemplo, se asocia mucho con el salario. Las mujeres de este sector están, <a href="https://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925408327&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param3=1259926137287">año tras año</a>, peor retribuidas que los hombres.</p>
<p>Esta brecha se debe a la diferencia de puesto y responsabilidad que suele haber (las mujeres alcanzan menos puestos de responsabilidad), a la dedicación en número de horas (ellas reducen más sus jornadas) y al tipo de vinculación con la empresa (las trabajadoras del sector tecnológico tienden más a tener contratos precarios).</p>
<p>La lista no acaba aquí. La brecha de género también surge por las diferencias en la capacidad para negociar el salario durante los procesos de selección, las expectativas de empleada y empleador, y las evaluaciones de rendimiento de las que dependen las retribuciones variables. Estos últimos aspectos, mediados en muchos casos por soluciones de recursos humanos basadas en inteligencia artificial que se ha demostrado que están afectadas por <a href="https://www.unesco.org/en/articles/effects-ai-working-lives-women">fuertes sesgos de género</a>.</p>
<p>Pero ¿existen otro tipo de brechas, además de la salarial? Por supuesto que sí. </p>
<ol>
<li><p>Brechas de acceso a la tecnología. Los <a href="https://www.gsma.com/r/gender-gap/">informes de la GSMA</a> muestran que las mujeres tienen menos acceso a teléfonos móviles y a tarifas de datos en todas las regiones del planeta, con lo que eso implica hoy en día.</p></li>
<li><p>Brechas de competencias digitales, educación y formación. ¿Por qué hay menos mujeres preparándose para trabajar en el sector tecnológico o que puedan considerarse usuarias avanzadas de tecnología? </p></li>
</ol>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/550235/original/file-20230926-19-uifg91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/550235/original/file-20230926-19-uifg91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/550235/original/file-20230926-19-uifg91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/550235/original/file-20230926-19-uifg91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/550235/original/file-20230926-19-uifg91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=900&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/550235/original/file-20230926-19-uifg91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1131&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/550235/original/file-20230926-19-uifg91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1131&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/550235/original/file-20230926-19-uifg91.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1131&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">¿Por qué cuando se diseña para una mujer se colorea el producto de rosa?</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.pexels.com/es-es/foto/persona-mujer-relajarse-feliz-8788612/">Darina Belonogova/Pexels</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<ol>
<li><p>Brechas de autopercepción. ¿Por qué las niñas deciden a cierta edad que las matemáticas y la tecnología no se les dan bien? </p></li>
<li><p>Brechas de representación. ¿Por qué se ve a tan pocas mujeres en puestos de gobierno y responsabilidad en los que se toman decisiones importantes acerca de la tecnología?</p></li>
<li><p>Brechas de reconocimiento. ¿Por qué apenas se reconoce a mujeres del sector con premios o distinciones importantes o de prestigio?</p></li>
<li><p>Brechas de diseño. ¿Por qué cuando se diseña para una mujer se colorea el producto de rosa y no se tienen en cuenta sus necesidades reales en cuanto a ergonomía y dimensiones, intención, funcionalidad y a posibles efectos no deseados?</p></li>
</ol>
<h2>Los sesgos y la misoginia</h2>
<p>Estas diferencias entre hombres y mujeres son solo la punta del iceberg. Si analizamos la tecnología que nos rodea y que condiciona nuestro mundo con perspectiva de género, comenzaremos a hacernos muchas más preguntas.</p>
<p>¿Por qué hay <a href="https://reporter.rit.edu/tech/lack-women-wikipedia">menos perfiles de mujeres en Wikipedia</a>? ¿Tiene esto que ver con que hay menos mujeres que contribuyen a generar sus contenidos o es por otros motivos? Cuando se habla de una mujer, ¿se escribe su biografía de la misma forma que se haría con un hombre de méritos similares? ¿Por qué a las mujeres <a href="https://news.mit.edu/2018/study-finds-gender-skin-type-bias-artificial-intelligence-systems-0212">nos fallan más las soluciones de reconocimiento facial</a> que se usan cada vez más para el acceso físico a espacios, para desbloquear el móvil o para realizar un pago? Es algo muy incómodo en el día a día. </p>
<p>¿Por qué en las encuestas de satisfacción de clientes y en las evaluaciones de rendimiento profesional, cuanto más digitalizado está el proceso y más anonimato o distancia percibe el que evalúa, peores puntuaciones reciben las mujeres?</p>
<p>Peor todavía: ¿por qué tantas mujeres abandonan las redes sociales porque no soportan la violencia a la que se ven sometidas? Probablemente están perdiendo oportunidades personales y profesionales de las que los hombres disfrutan. ¿Puede explicar esto que muchas mujeres participen con seudónimo en plataformas y comunidades digitales? ¿O en partidas de juegos <em>online</em>? Por cierto, ¿qué tratamiento reciben <a href="https://theconversation.com/los-personajes-masculinos-de-los-videojuegos-hablan-el-doble-que-los-femeninos-206332">los personajes femeninos</a> en estos videojuegos? Porque, aunque pueda parecer que no es así dado el estereotipo del <em>gamer</em>, casi la mitad de los jugadores son mujeres.</p>
<h2>Hay que cambiar muchas cosas</h2>
<p>Si le llama la atención que los asistentes virtuales terminen bautizados con nombre de mujer (Alex, Siri, Cortana, Celia), mientras que los nuevos oráculos todopoderosos basados en IA, no. </p>
<p>Si le extraña que los resultados de buscadores, soluciones de autocompletado y traductores sean manifiestamente machistas (por ejemplo, en lo relativo a profesiones).</p>
<p>Si le escandaliza que tecnologías que podrían emplearse para resolver problemas cotidianos o incluso universales terminen empleándose para ejercer violencia contra las mujeres (vigilancia reproductiva a través de <em>apps</em>, acoso con <em>Air Tags</em>, <em>deep fakes</em> pornográficos).</p>
<p>Bienvenido al club.</p>
<p>Hay que reconocer el problema de <em>Mr. Internet</em>, reflexionar sobre su alcance, recopilar datos, identificar las causas y ponerse manos a la obra. Ya vamos tarde.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214012/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Este artículo está relacionado directamente con los contenidos del libro "Mr. Internet" publicado por la editorial Next Door Publishers.</span></em></p>La mayor parte de las personas que diseñan y construyen tecnología son hombres, que vuelcan en ella sus expectativas, valores o preferencias. Esto no es algo inofensivo: tiene un impacto significativo en la sociedad.Marta Beltrán, Profesora Titular de Universidad, Universidad Rey Juan CarlosLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2071512023-06-15T17:58:52Z2023-06-15T17:58:52ZInclusión y diversidad en la gestión de crisis: lecciones de la covid-19<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/531915/original/file-20230614-26-z3g0a3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=35%2C0%2C5955%2C3988&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/madrid-spain-march-22-2020-medical-1681066993">Enrique Campo Bello/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La crisis sanitaria desatada con la pandemia de la covid-19 trascendió el sistema sanitario, desembocando en una crisis económica, social y política. Estas “crisis múltiples” comparten, en palabras de Mayte Dongo Sueiro, polítologa de la Universidad Católica del Perú, el “<a href="https://www.revistaideele.com/2021/02/23/multiples-crisis-en-el-contexto-de-la-pandemia-covid-19/">cuestionamiento sobre el orden, dudas sobre las normas que rigen nuestra convivencia social, y que se convirtieron hace unas décadas en las reglas aceptadas por un gran número de personas en el mundo</a>”.</p>
<p>Se crea un contexto de “<a href="https://www.globalgovernmentforum.com/the-age-of-permanent-crisis-is-here-governments-must-rapidly-adapt/">crisis permanente</a>”: una sucesión constante de situaciones desafiantes y disruptivas que afectan diversos aspectos de la vida en la sociedad. Pueden ser crisis sanitarias, energéticas, económicas, conflictos armados y otros eventos que tienen un impacto significativo a nivel global, y que para hacerse frente necesitan un “estado reforzado”. </p>
<p>Pero ¿afectan a todas las personas por igual?</p>
<h2>Mecanismos europeos</h2>
<p>La Unión Europea ha desarrollado, desde principios de la década de 2000, varios mecanismos de respuesta a las crisis, ya sean naturales o provocadas por el hombre. </p>
<p>En 2018 se creó la unidad de Respuesta Política Integrada (IPCR) para la toma de decisiones coordinada en “crisis importantes y complejas, incluidos actos de terrorismo”. El Mecanismo de Protección Civil de la Unión (UPCM) se ha desarrollado para reforzar la cooperación entre los Estados miembros en la prevención, preparación y respuesta ante catástrofes. </p>
<p>En respuesta a la covid-19, en febrero de 2020, el marco legislativo del UPCM se revisó para proporcionar apoyo intersectorial más completo a la gestión de emergencias a los estados miembros y a sus ciudadanos. </p>
<p>Basándose en las lecciones aprendidas de esta última crisis y con asesoramiento científico, la Comisión Europea ha propuesto el paquete legislativo <a href="https://doi.org/10.5281/zenodo.7035363"><em>RESISTIRÉ 2022</em></a> (RESpondIng to outbreakS through co-creaTIve inclusive equality stRatEgies) para renovar toda la arquitectura de preparación y respuesta ante crisis sanitarias. </p>
<h2>Las crisis y el impacto de género</h2>
<p>Una de las cuestiones que la pandemia dejó claras es que existe un <a href="https://theconversation.com/el-genero-y-la-igualdad-en-tiempos-de-coronavirus-135998">impacto distinto según el género</a>. Aunque la perspectiva de género se lleva incorporando en la formulación de políticas de la UE desde hace más de dos décadas, las políticas estatales españolas, en gran medida, aún no lo han hecho. </p>
<p>La necesidad de dar respuestas rápidas en tiempos de crisis a menudo eclipsa la consideración de las cuestiones de género cuando se diseñan políticas para hacer frente a tales situaciones. </p>
<p>Tomando un ejemplo del pasado reciente, el Instituto Europeo para la Igualdad de Género subraya cómo “<a href="https://eige.europa.eu/newsroom/covid-19/economic-hardship-and-gender">las medidas fiscales adoptadas a raíz de la crisis financiera de 2008 tuvieron un impacto desproporcionadamente negativo en las mujeres</a>”.</p>
<p>Además de otros motivos de desigualdad (como la orientación sexual, la etnia, el origen socioeconómico y las discapacidades, por nombrar algunos), hacer la vista gorda a las desigualdades de género en las políticas relacionadas con la pandemia significa dejar atrás a una población considerable en la UE.</p>
<h2>La información que nos da RESISTIRÉ</h2>
<p>Los datos del proyecto europeo <a href="https://resistire-project.eu/">RESISTIRÉ</a>, que analiza las políticas y las respuestas de la sociedad en los 31 países (los 27 de la UE junto con Islandia, Reino Unido, Serbia y Turquía), aportan información detallada sobre las iniciativas políticas y sociales para paliar el impacto de la crisis con una especial atención en la protección a las mujeres. </p>
<p>Estos datos apuntan a una leve mejoría respecto de la situación descrita <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-020-02006-z">en estudios anteriores</a> que indicaban que “sólo 16 países han comunicado medidas de protección social nuevas o medidas de protección social nuevas o modificadas que hacen referencia a las mujeres”. </p>
<p>Los análisis de RESISTIRÉ muestran que, aunque la integración de la perspectiva de género se ha adoptado como enfoque en la elaboración de políticas de la UE durante más de dos décadas, las políticas de lucha contra la covid 19 en general no han integrado la perspectiva de género a escala nacional. </p>
<p>Por ejemplo, de un total de <a href="https://zenodo.org/record/7041794#.ZHTav3ZBw2w">298 medidas analizadas</a> sólo en el 2 % se ha llevado a cabo una evaluación del impacto de género (EIG). En el 58 % de los casos, la EIG no se ha llevado a cabo en absoluto, y en el 40 % de los casos no había motivos para evaluarla.</p>
<h2>Desigualdad del sistema sanitario</h2>
<p>La pandemia ha recordado a la sociedad el papel esencial de nuestro sistema sanitario y lo importantes que son las personas que trabajan en él. Las desigualdades existentes en el sector, y más concretamente en los hospitales, se han exacerbado debido a la pandemia. </p>
<p>Los mecanismos de toma de decisiones y la gestión están dominados por los hombres, mientras que la mayoría de los trabajadores sanitarios, especialmente en primera línea contra el virus, son mujeres. Para ilustrarlo, en 2019, más del 70 % del personal sanitario mundial estaba formado por mujeres, mientras que los hombres ocupaban alrededor del 75 % de los puestos de liderazgo en el sector.</p>
<p>En la UE, <a href="https://doi.org/10.5281/zenodo.7041810">en ese mismo año</a>, el 86 % de los trabajadores de atención personal en los servicios sanitarios eran mujeres, mientras que las mujeres representaban el 89 % de las enfermeras y matronas y el 84 % de los profesionales asociados. En cambio, sólo representaban el 52 % de los médicos.</p>
<h2>La violencia de género durante la pandemia</h2>
<p>Uno de los ámbitos donde más llama la atención la ausencia de políticas específicas es la violencia de género. En muchos países, las políticas de confinamiento y la crisis económica han provocado un aumento de la violencia de género. Algunos países han respondido con políticas para concienciar, reforzar las herramientas de apoyo a distancia y proporcionar fondos a las organizaciones que gestionan servicios y refugios.</p>
<p>Al mismo tiempo, en varios países ha habido una ausencia total de políticas en este ámbito o los responsables políticos se han limitado a hacer declaraciones <a href="https://zenodo.org/record/6325633#.ZHTX_nZBw2x">sin tomar acciones concretas</a>.</p>
<h2>Digitalización sobrevenida</h2>
<p>La repentina aceleración de la digitalización de los servicios públicos y las interacciones humanas durante la crisis pandémica ha tenido un impacto desigual en la vida de las personas, especialmente en las más vulnerables. </p>
<p>Por un lado, la posibilidad de llevar a cabo nuevos procesos (por ejemplo, suministro de información, reuniones, etc.) a través de internet ha permitido a la sociedad civil implicar a más personas en actividades de apoyo y multiplicar los contactos y la ayuda mutua. </p>
<p>Por otro lado, este proceso de transición a las interacciones digitales ha contribuido a crear las condiciones para la reproducción de viejas desigualdades y la creación de otras nuevas. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/531918/original/file-20230614-21-clcfua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Una niña observa la pantalla de un ordenador en su casa." src="https://images.theconversation.com/files/531918/original/file-20230614-21-clcfua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/531918/original/file-20230614-21-clcfua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/531918/original/file-20230614-21-clcfua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/531918/original/file-20230614-21-clcfua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/531918/original/file-20230614-21-clcfua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/531918/original/file-20230614-21-clcfua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/531918/original/file-20230614-21-clcfua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">La digitalización no fue posible para todo el mundo.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/es/fotos/fvT3t9iOaJI">Giovanni Gagliardi / Unsplash</a></span>
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</figure>
<p>Quienes carecen de dispositivos, conectividad y competencias (por ejemplo, personas de bajo nivel socioeconómico, residentes en zonas rurales, ancianos, etc.) se han visto a menudo excluidos de los beneficios antes mencionados. En varios casos, las políticas aplicadas para mitigar estas desigualdades a menudo no han tenido en cuenta a quienes carecen de ciudadanía, vivienda “adecuada” o conocimientos lingüísticos. </p>
<p>Además, estas políticas se han ocupado a menudo del aspecto material de la cuestión (distribución de dispositivos) sin reflexionar sobre los aspectos sociales implicados. Por ejemplo, no se ha reflexionado sobre el hecho de que los edificios escolares pueden ser a menudo un entorno seguro para los alumnos de familias con orígenes difíciles.</p>
<h2>Impacto en la productividad académica</h2>
<p>La pandemia de la covid-19 afectó también especialmente a las mujeres y a grupos que ya eran menos visibles en las carreras de investigación antes de la pandemia, como ha recogido el informe elaborado por el <a href="https://research-and-innovation.ec.europa.eu/news/all-research-and-innovation-news/new-expert-group-report-covid-19-impact-gender-equality-research-and-innovation-2023-05-05_en">Grupo de Expertos de la Comisión europea</a>. </p>
<p>Este informe constata una disminución de la productividad académica de las investigadoras, y en particular de las que se encuentran en las primeras etapas de su carrera. Además, las mujeres tenían una cantidad desproporcionada de responsabilidades asistenciales, incluida la educación en el hogar, lo que les dejaba menos tiempo para investigar, en comparación con las que no tenían responsabilidades asistenciales. </p>
<h2>La pandemia en primera persona</h2>
<p>El impacto de la pandemia y las respuestas políticas y sociales están siendo objeto de estudio para poder mejorar la respuesta a crisis presentes y futuras. Sin embargo, pocas investigaciones han puesto el foco en recoger las vivencias individuales de las personas más vulnerables durante esta crisis. </p>
<p>Esto sí que se ha incorporado a la investigación de RESISTIRÉ a través de la recopilación de más de 800 entrevistas narrativas individuales; 90 entrevistas semiestructuradas a expertos y autoridades públicas; y 14 talleres paneuropeos con 200 expertos de la sociedad civil, el mundo académico y las autoridades públicas. </p>
<p>Esta aportación cualitativa se recogerá en un libro <em>(Better) Stories from the Pandemic</em> que se presentará durante la <a href="https://resistire-project.eu/resistire-final-event/">conferencia final del proyecto, los próximos 20 y 21 de junio en Bruselas</a>.</p>
<h2>Saldremos mejores: historias inspiradoras</h2>
<p>A pesar de todos los datos anteriores, la crisis también ha puesto de relieve muchas historias de inspiración acerca de medidas legislativas y respuestas sociales inspiradoras a estos impactos de género, esforzándose por reconstruir mejor poniendo el cuidado, la diversidad y el bienestar social en el centro del cambio social, y desafiando las relaciones de poder de género e interseccionales. </p>
<p>Estas “<a href="https://resistire-project.eu/better-stories-europe/">historias mejores</a>” se basan en el concepto desarrollado por la socióloga canadiense <a href="https://sunypress.edu/Books/T/The-Better-Story2">Dina Georgis</a>. RESISTIRÉ ha recopilado prácticas prometedoras en 31 países europeos que alivian el impacto de las políticas de la pandemia sobre las desigualdades: ninguna es una solución perfecta, pero ilustran cómo puede mejorarse una situación social determinada.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/207151/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María López Belloso recibe fondos de H2020, Proyecto RESISTIRE (101015990). Ellla es miembro del Grupo de expertas de la EC para analizar el impacto de género del COVID 19. </span></em></p>Las grandes crisis obligan a medidas improvisadas que desde la Unión Europea se quieren prever y organizar. El impacto es desigual: lo sufren desproporcionadamente mujeres y otros colectivos.María López Belloso, Investigadora asociada del proyecto GEARING ROLES (H2020), Universidad de DeustoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2022542023-03-28T17:09:42Z2023-03-28T17:09:42Z¿Qué opinan los futuros docentes sobre el lenguaje inclusivo?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/516893/original/file-20230322-691-capxez.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C0%2C5447%2C3637&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">pexels pixabay</span></span></figcaption></figure><p>Uno de los objetivos recogidos en la <a href="https://www.mdsocialesa2030.gob.es/agenda2030/index.htm"><em>Agenda 2030</em></a> de la Unión Europea es el de lograr la igualdad entre los hombres y las mujeres. Desde que fue aprobada en el año 2015, los Estados miembro se han esforzado por impulsar su cumplimiento. </p>
<p>Hemos investigado la vinculación entre el lenguaje inclusivo y el objetivo sobre la igualdad de género en un trabajo que se ha publicado como parte del libro <a href="https://www.catarata.org/libro/agenda-2030-teoria-y-practica_146748/"><em>Agenda 2030-UAM: teoría y práctica</em></a>.</p>
<h2>¿Afecta el lenguaje a nuestra manera de pensar?</h2>
<p><a href="http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-96362020000100005">Diversos estudios</a> confirman que el lenguaje y nuestras creencias guardan una estrecha relación. Así, <a href="https://mail.rediech.org/ojs/2017/index.php/ie_rie_rediech/article/view/1574">se dice</a> que el lenguaje puede contribuir a modificar los estereotipos que tenemos. El lenguaje es, por tanto, un medio que refleja y <a href="http://www.dissoc.org/ediciones/v14n03/DS14%283%29FernandezGuerra.html">construye</a> las desigualdades sociales.</p>
<p>Hay <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/23247797.2021.2012739">datos científicos</a> que demuestran que la forma en la que una persona utiliza los géneros gramaticales puede marcar una diferencia clara en las actitudes que esta tiene sobre la inclusión social. De ahí el interés que cobra hoy en día el lenguaje inclusivo.</p>
<h2>Un debate actual</h2>
<p>Según la <a href="https://www.rae.es/sites/default/files/Informe_lenguaje_inclusivo.pdf">Real Académica de la Lengua Española</a>, el término “lenguaje inclusivo” consiste en evitar el uso del genérico masculino. Por ejemplo, en lugar de decir “los profesores” se emplearía “el profesorado”. En el caso de que la palabra no tenga un sustantivo no sexuado equivalente, se suele recurrir al desdoblamiento genérico o doblete (“los profesores y las profesoras”), o a usar la vocal “e” (“les profesores”), entre <a href="https://wally.journals.yorku.ca/index.php/default/article/view/6">otros recursos</a>. </p>
<p>El empleo del lenguaje inclusivo, por tanto, no consiste solo en duplicar palabras en femenino, sino en ser sensibles al hecho de que el lenguaje puede invisibilizar colectivos. Sin embargo, con frecuencia el lenguaje se suele acomodar mediante el desdoblamiento genérico. </p>
<p>Sus defensores consideran que este tipo de fórmulas tienen un efecto en el comportamiento de las personas. En concreto, creen que el lenguaje inclusivo puede ayudar a debilitar los estereotipos de género.</p>
<p>Aunque este tipo lenguaje es sensible a cualquier grupo <a href="https://www.unive.it/pag/fileadmin/user_upload/dipartimenti/DSLCC/documenti/DEP/numeri/n48/08_Papadopoulos_English.pdf">minoritario</a>, suele restringirse a una cuestión de género. Sin embargo, como ya se ha sugerido, va más allá que la dicotomía hombre–mujer.</p>
<p>En España hemos vivido en los últimos años un debate social acalorado sobre su uso. Tanto es así, que se ha convertido en una <a href="https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/61222">herramienta política</a> en lugar de una práctica en pro de la igualdad social. Las tensiones no son solo visibles en los medios de comunicación, sino que salpican ya el ámbito educativo. </p>
<p>¿Qué opinión tienen los estudiantes de Educación sobre el lenguaje no sexista?</p>
<h2>Encuesta entre futuros docentes</h2>
<p>Un estudio reciente ha sondeado la opinión de 348 futuros docentes. Los participantes han sido estudiantes de los grados de Educación de la UAM.
El estudio concluye que existe gran aceptación entre los maestros en formación. Sin embargo, cuando a los encuestados se les preguntó si lo empleaban para causar una mejor impresión a sus profesores y conseguir así mejores resultados académicos, el 45,7 % respondió afirmativamente. </p>
<p>Este estudio se ha hecho con estudiantes mujeres en su mayoría. Aunque suele haber mayoría de mujeres entre los estudiantes de los grados de Educación, es un factor para tener en cuenta, ya que existen diferencias de género entre los participantes. Las encuestadas parecen más propensas a usarlo cuando sean docentes.</p>
<h2>Retos en el entorno académico</h2>
<p>Casi la mitad de los encuestados afirmó usarlo para conseguir mejores notas o dar una mejor impresión a sus profesores. En su argumentario, algunos alumnos reconocieron emplearlo por exigencia u obligación de sus profesores, pudiendo ser penalizados si no lo hacían. A pesar de este hecho, la tendencia general entre el alumnado sigue siendo la convicción propia y su deseo de no ofender a ningún colectivo al expresarse. </p>
<p>No se puede asumir, por tanto, que el uso del lenguaje inclusivo esté ya normalizado en las aulas de universidad. Tampoco está del todo claro que los que lo usan tengan por finalidad acabar con las desigualdades género. </p>
<h2>Los maestros, clave del futuro</h2>
<p>Para evitar llegar a conclusiones erróneas, se debe debatir (más) sobre el lenguaje inclusivo en las clases. No se trata de cambiar la lengua, sino de hacerla más sensible al contexto plural que vivimos. Así, se podrán sentar las bases para una educación inclusiva y de calidad.</p>
<p>Los maestros en formación son medidores y agentes del cambio social. Por ello, se debe estudiar en detalle su postura para mejorar los programas educativos en el marco de la educación superior reglada.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/202254/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>¿Se acepta y aplica el lenguaje inclusivo en las aulas del grado de Educación? Como medidores y agentes del cambio social, es interesante analizar más las posturas de los futuros maestros.Lidia Mañoso-Pacheco, Profesora Ayudante Doctora especializada en Didáctica del Inglés como Segunda Lengua, Universidad Autónoma de MadridRoberto Sánchez Cabrero, Subdirector del Departamento Interfacultativo de Psicología Evolutiva y de Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, Universidad Autónoma de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2015832023-03-16T17:41:27Z2023-03-16T17:41:27Z¿A qué dedica el tiempo el profesorado universitario?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/515788/original/file-20230316-22-ckw9ie.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=10%2C10%2C6649%2C4416&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/back-view-greyhaired-woman-teacher-stading-1133291849">Shutterstock / LStockStudio</a></span></figcaption></figure><p>Las tareas y horas de trabajo semanal del profesorado universitario constituyen un tema de constante actualidad. Aunque es en las universidades donde se desarrolla la mayoría de la investigación y transferencia en España, y ya nadie debería discutir la importancia que tienen la ciencia, la tecnología y la innovación, todavía existen sectores en la sociedad que identifican el trabajo del profesorado universitario exclusivamente con las horas de clase impartidas, obteniendo así conclusiones que nada tienen que ver con la realidad. </p>
<p>Por su parte, las autoridades educativas también fomentan este debate sobre el trabajo del profesorado universitario aprobando leyes educativas cada cierto tiempo, en general demasiado breve, en las que varía la dedicación docente máxima del profesorado.</p>
<h2>Una visión objetiva</h2>
<p>Con el fin de dar una visión bastante objetiva sobre las horas que dedica el profesorado universitario a las diferentes actividades y determinar si existe brecha de género en alguna de éstas, hemos realizado un <a href="https://doi.org/10.3390/educsci13030295">trabajo</a> en el que consideramos las principales tareas que lleva a cabo el personal académico universitario, como son la docencia, la investigación y la transferencia, y la gestión; a las que hemos añadido la tarea dedicada a las labores del hogar y al cuidado (infantil y de personas mayores o dependientes). </p>
<p>La información para la realización del trabajo se basa en una <a href="https://doi.org/10.3390/educsci11070317">encuesta</a> realizada entre el profesorado de diferentes universidades españolas, que ha contado con 703 participantes, el 51 % mujeres (356) y el 49 % hombres (347). A esta información hemos aplicado una técnica de aprendizaje automático innovadora en este campo como es el análisis de arquetipos. </p>
<h2>Análisis de arquetipos</h2>
<p>El análisis de arquetipos consiste en encontrar, dentro del conjunto de los 703 datos pertenecientes a las personas que han contestado el cuestionario, un conjunto finito de sujetos puros que permiten representar cualquier otro de los 703 como una mezcla (o combinación convexa) de ellos. </p>
<p>Los arquetipos son datos extremos y son importantes para comprender la estructura subyacente del conjunto de datos. Existe una técnica matemática para determinar el número ideal de sujetos puros y en nuestro caso es 5. </p>
<p>Estos cinco arquetipos se pueden resumir de la forma siguiente:</p>
<ol>
<li><p>A1: dedica pocas horas semanales a las actividades previstas en el cuestionario.</p></li>
<li><p>A2: dedica muchas horas semanales a la gestión.</p></li>
<li><p>A3: dedica muchas horas al cuidado de personas y a las tareas del hogar.</p></li>
<li><p>A4: dedica muchas horas a la investigación y la transferencia.</p></li>
<li><p>A5: dedica muchas horas a la docencia universitaria.</p></li>
</ol>
<h2>Pluriempleo</h2>
<p>El análisis de la información en base a los cinco arquetipos consiste en dividir los 703 datos en cinco grupos y asignar cada dato al grupo del arquetipo al que más se asemeja. </p>
<p>Las conclusiones más destacadas de esta agrupación son, primero, que el grupo mayoritario lo define A1 (dedica pocas horas semanales a las actividades previstas en el cuestionario), cuya explicación es que un alto porcentaje de docentes trabaja a tiempo parcial y tiene otro trabajo fuera de la universidad; y, segundo, que el grupo menos numeroso se define por A2 (dedica muchas horas semanales a la gestión), lo cual es también coherente ya que no todo el profesorado realiza tareas de gestión universitaria.</p>
<h2>Diferencias hombres y mujeres</h2>
<p>Sin embargo, cuando diferenciamos entre hombres y mujeres en la agrupación, lo más interesante es que el porcentaje de mujeres pertenecientes a los grupos definidos por los arquetipos A3 (dedica muchas horas al cuidado de personas y a las tareas del hogar) y A5 (dedica muchas horas a la docencia universitaria) son superiores a los respectivos porcentajes de hombres, siendo idéntico el porcentaje para el arquetipo A4 (dedica muchas horas a la investigación y la transferencia). </p>
<p>Esto es así porque las profesoras universitarias dedican <a href="https://www.mdpi.com/2227-7102/11/7/317">4 horas semanales más de media</a> a tareas docentes de supervisión, tutorías y preparación de clases, a pesar de tener asignados el mismo número de créditos de media que los profesores. Esto cuadra con lo que se denominan <a href="https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/1474904116668884">tareas domésticas académicas</a>; es decir, tareas de cuidado y servicio al estudiantado en este caso, que siguen siendo más comunes en las mujeres y que se encuadran en el arquetipo A5.</p>
<p>Entre el profesorado a tiempo completo, las mujeres de la muestra trabajan de media 50,8 horas a la semana frente a las 47,3 horas a la semana que trabajan los hombres. </p>
<h2>Doble perfil de profesorado</h2>
<p>A partir de las conclusiones de este trabajo opinamos que las políticas universitarias deberían favorecer la contratación de profesorado a tiempo completo y luchar contra la actual brecha de género presente en el trabajo del profesorado universitario. </p>
<p>También se ha puesto de manifiesto que en las universidades existe un doble perfil en el profesorado, el exclusivamente docente y el docente e investigador. </p>
<p>Finalmente, opinamos que se debería prestar atención al elevado número de horas semanales dedicadas al trabajo por parte de muchas personas en la universidad, ya que esto puede dar lugar a investigadores y sobre todo investigadoras aceleradas, con los riesgos psicosociales que ello implica.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/201583/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ximo Gual Arnau recibe fondos de Ministerio de Ciencia e Innovación, Generalitat Valenciana y
Universitat Jaume I. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Irene Epifanio López es afiliada de CCOO.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Ismael Cabero Fayos no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El reparto del trabajo es muy desigual entre hombres y mujeres: las profesoras dedican casi cinco horas semanales más que los profesores a tareas “domésticas” académicas.Ximo Gual Arnau, Catedrático de Geometría, Universitat Jaume IIrene Epifanio López, Catedrática de Universidad de Estadística e Investigación Operativa, Universitat Jaume IIsmael Cabero Fayos, Profesor Ayudante Doctor de Didáctica de las Matemáticas, Universitat Jaume ILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1950722023-03-07T17:32:55Z2023-03-07T17:32:55ZMujeres y empleo: la revolución se estanca en las ocupaciones con mayor presencia masculina<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/513976/original/file-20230307-299-hr37lf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C10%2C6880%2C4562&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/portrait-woman-engineer-building-site-looking-1593933514">Ground Picture / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La movilización laboral y el continuo aumento de la tasa de actividad de las mujeres en el España es un proceso de largo recorrido, que se vio acelerado con la crisis de la Gran Recesión. </p>
<p>La voluntad de las mujeres por estar presentes en el empleo ha crecido desde <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4351994">niveles inferiores al 30 %</a> a mediados de los años 80 del siglo pasado, hasta el 53,79 % <a href="https://www.ine.es/daco/daco42/daco4211/epa0422.pdf">al cierre de 2022</a>. La brecha de género de este indicador se sitúa ahora por debajo del 10 %, cuando en los años 90 del siglo XX estaba en el 35 %. </p>
<p>Ahora bien, los índices de segregación por género sufren una <em>revolución estancada</em>: la mayoría de mujeres y hombres siguen entrando a trabajar en ramas de actividad y ocupación donde hay un predominio de personas del mismo sexo. </p>
<h2>Ocupaciones y género</h2>
<p>Según las investigaciones del <a href="https://www.unioviedo.es/mibanez/WordPress/es/mujeres-en-mundos-de-hombres/">Grupo Mujeres en Mundos de Hombres</a> de la Universidad de Oviedo a partir de los datos del <a href="https://www.ine.es/censos2011_datos/cen11_datos_resultados.htm">censo de población de 2011</a> (el último disponible), en España, el 31,1 % de las mujeres trabajaban en ocupaciones en las que <a href="https://libreria.cis.es/libros/mujeres-en-mundos-de-hombres/9788474767322/">más del 70 % eran también mujeres</a>. Más aún, sólo un 18 % trabajaba en ocupaciones en las que se daba una situación de paridad. </p>
<p><a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2559060">Otras estudiosas del tema</a> han concluido que las mujeres se concentran más en las ocupaciones femeninas que los hombres en las masculinas. Esto es así porque los hombres se distribuyen más homogéneamente en las ocupaciones (y en la elección de estudios) que las mujeres.</p>
<p><a href="https://revistas.ucm.es/index.php/STRA/article/view/81673">Los datos disponibles</a> muestran que:</p>
<ul>
<li><p>El porcentaje de mujeres en las ocupaciones masculinizadas es reducido.</p></li>
<li><p>Las ocupaciones feminizadas suelen ser menos numerosas que las masculinizadas.</p></li>
</ul>
<p>Esto resta oportunidades de empleo y espacio de elección a las mujeres frente a los hombres. Además, se trata de una realidad compartida con <a href="https://op.europa.eu/en/publication-detail/-/publication/39e67b83-852f-4f1e-b6a0-a8fbb599b256">la mayoría de los Estados miembros de la UE</a>.</p>
<h2>Estereotipo y exclusión</h2>
<p>Tras más de cuatro décadas de políticas de igualdad <a href="https://www.rtve.es/noticias/20230307/gobierno-ley-paridad/2430291.shtml">en España</a> y <a href="https://www.europarl.europa.eu/factsheets/es/sheet/59/la-igualdad-entre-hombres-y-mujeres">en Europa</a>, la tozudez de esta realidad sigue presente y tiene importantes consecuencias sobre la dificultad para el acceso o la permanencia de las mujeres en profesiones masculinizadas. Recordemos las dificultades que experimentaron <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6017569">las mujeres estibadoras</a>, especialmente en el Puerto de Algeciras, caso que <a href="https://www.europasur.es/maritimas/Puerto-Algeciras-mujeres-estiba_0_1224778190.html">fue muy mediático</a> en su momento. </p>
<p>Nuestro trabajo <a href="https://revistas.ucm.es/index.php/STRA/article/view/81673"><em>Mujeres en mundos de hombres: segregación ocupacional de género y mecanismos de cierre social de acceso en profesiones de dominación masculina</em></a> muestra datos cuantitativos, pero también, y sobre todo, busca hacernos reflexionar sobre los mecanismos y prácticas que dificultan el cambio de las estructuras sexuadas en el mercado de trabajo, en los sectores económicos y en las ocupaciones y profesiones. </p>
<p>Para entender mejor qué mecanismos impiden que las mujeres accedan a puestos de trabajo mayoritariamente masculinos, el artículo analiza <a href="https://www.unioviedo.es/mibanez/WordPress/es/investigaciones/trayectorias-laborales-de-mujeres-en-ocupaciones-tradicionalmente-masculinas/">siete ocupaciones</a> (albañilas, pilotas, estibadoras, mecánicas, policías, informáticas, reporteras gráficas y maquinistas). </p>
<p>Gracias a este esfuerzo, hemos comprobado que las imágenes estereotipadas de las ocupaciones son el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Frank_Parkin#Teor%C3%ADa_del_cierre_social"><em>mecanismo de cierre</em></a> (las ocupaciones siguen siendo masculinas y excluyen a las mujeres) que comparten todos los casos analizados. También constatamos la importancia de las decisiones tempranas en las trayectorias educativas. Y, sobre todo, se demuestra que cada mecanismo de cierre necesita su propia política de igualdad.</p>
<p>La incorporación de las mujeres al empleo no se da por igual y casi siempre se produce acompañada de <a href="https://www.researchgate.net/publication/339336668_Segregacion_ocupacional_una_mirada_critica_a_la_participacion_tamizada_de_las_mujeres_en_el_empleo">procesos de segregación ocupacional</a>. </p>
<h2>Buenos puestos y otros menos deseables</h2>
<p>Según la teoría sobre <a href="https://www.jstor.org/stable/42779581">segmentación del mercado de trabajo</a>, existe un <em>mercado primario</em> con buenos puestos de trabajo: salarios elevados, estabilidad, oportunidades de promoción, etc.; y un <em>mercado secundario</em>, en el que quedarían los puestos menos deseables (salarios bajos, inestabilidad, escasas oportunidades de ascenso, etc.). </p>
<p>Esta teoría muestra cómo las condiciones de empleo pueden variar mucho de unos puestos a otros. Y es aquí donde se observa que el empleo femenino, aunque muy dual respecto a la condición de empleo, se concentra de manera importante en sectores feminizados y, a menudo, en segmentos de baja calidad en la ocupación.</p>
<h2>Desigualdad más allá del trabajo</h2>
<p>Estudiar por qué persiste la segregación ocupacional es importante porque esta segregación produce desigualdad en la vida de las personas trabajadoras y, además, es una fuente de ineficacia y rigidez en el mercado laboral. </p>
<p>En los empleos de dominación masculina se perciben mayores remuneraciones, lo que perpetúa la brecha salarial de género. Así, queda condicionado el bienestar material presente de las personas asalariadas, pero también su futuro. </p>
<p>Las menores rentas salariales redundan en <a href="https://theconversation.com/por-que-las-mujeres-cobran-menos-y-tienen-peores-pensiones-brecha-o-ceguera-de-genero-143736">menores prestaciones retributivas en la jubilación</a> y son causa de desigualdad en los recursos económicos percibidos por el conjunto de las mujeres. Pero, además, las ocupaciones con sobrerrepresentación de varones tienen, en promedio, mayor reconocimiento social y más oportunidades de promoción.</p>
<p>La segregación ocupacional debería ser tratada dentro de las políticas públicas de empleo por ser una situación que, lejos de corregirse, se reproduce. Los individuos toman sus decisiones de formación teniendo en cuenta las oportunidades profesionales con mayores expectativas de integración laboral y, además, se ven afectados por las diversas tradiciones de la cultura del trabajo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/195072/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Empar Aguado Bloise no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Aunque las mujeres han ido ganando terreno en el espacio laboral español, sigue habiendo ocupaciones con una marcada presencia masculina en las que priman los estereotipos de género. Queda trabajo por hacer.Empar Aguado Bloise, Profesora del Departamento de Sociología y Antropología Social - Integrante del Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres (IUED), Universitat de ValènciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1926512022-11-01T18:37:24Z2022-11-01T18:37:24ZMotivación y pertenencia: las claves para que las mujeres se queden en las ingenierías<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/491051/original/file-20221021-19-xr3gn8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=26%2C0%2C5964%2C3988&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/portrait-safety-uniform-female-engineer-worker-2132856791">Shutterstock / tigercat_lpg</a></span></figcaption></figure><p>Las mujeres siguen estando <a href="https://ec.europa.eu/eurostat/web/products-eurostat-news/-/edn-20210210-1">infrarrepresentadas</a> en las profesiones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) y <a href="https://stats.oecd.org/Index.aspx?QueryId=109881#%3E">específicamente</a> en el área de ingeniería. <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.3102/0002831218824111">Numerosas</a> <a href="https://psycnet.apa.org/record/2015-37516-001">iniciativas</a> están <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/0194262X.2017.1371658">contribuyendo</a> a <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/hrdq.21380">atraer más mujeres</a> a estas carreras; sin embargo, parece que algo está fallando cuando llegan a la universidad, ya que muestran una tasa de abandono un 23 % más alta que la de los hombres.</p>
<p><a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyg.2022.918439/full">Nuesto reciente estudio</a> ha investigado los motivos de abandono, con el objetivo de diseñar medidas eficaces para retener a estas futuras ingenieras. A través de 34 entrevistas cualitativas en profundidad hemos identificado las barreras internas, los estereotipos y los obstáculos externos que les habían llevado a abandonar los grados de ingeniería. </p>
<h2>Pertenencia y motivación</h2>
<p>Factores como el ambiente más o menos hostil que se encuentran en la universidad, los sistemas de evaluación o la <a href="https://theconversation.com/doctoras-pero-no-ingenieras-personajes-femeninos-y-vocaciones-stem-152244">incongruencia con el rol de género femenino</a>, conducen a debilitar la percepción de autoeficacia de las estudiantes. Esto, a su vez, erosiona su sentido de pertenencia y las conduce en ocasiones a abandonar sus estudios universitarios.</p>
<p>Aspirar a una mejor remuneración no resulta motivación suficiente para persistir cuando se presentan dificultades. A pesar de que hombres y mujeres coinciden en las razones para escoger estas carreras (destreza en matemáticas y oportunidades profesionales bien remuneradas), las mujeres, más a menudo que los hombres, mencionan que quieren tener un impacto real como ingenieras socialmente responsables, resolviendo problemas y marcando una diferencia en la vida de las personas y en la sociedad.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/mujeres-que-estudian-informatica-y-matematicas-quienes-son-y-por-que-son-tan-pocas-180368">Mujeres que estudian informática y matemáticas: quiénes son y por qué son tan pocas</a>
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<h2>Autopercepción, inclusión y modelos</h2>
<p>La percepción de autoeficacia es mucho menor en las mujeres, incluso aunque obtengan mejores resultados académicos que sus homólogos masculinos. Esto les conduce, en ocasiones, a padecer el síndrome del impostor y sentir que les faltan capacidades para acabar exitosamente la carrera.</p>
<p>En cuanto a factores externos, la hegemonía tradicional masculina en el ámbito de las ingenierías es uno de los factores que contribuyen a la subrepresentación de las mujeres. Los resultados de las entrevistas sugieren que el abandono de estas carreras está relacionado con la <a href="https://theconversation.com/tiene-el-profesorado-cientificas-de-referencia-180815">falta de referencias femeninas</a>, o la incongruencia percibida entre el rol de género femenino y los roles de las profesiones científico–tecnológicas en la sociedad.</p>
<p>Las entrevistadas también reportaron experiencias negativas para integrarse en equipos de trabajo con compañeros masculinos. Otras incluso refirieron esa desigualdad de trato por parte de determinados profesores: “Tenía que hacer un proyecto con un compañero y cuando yo hacía preguntas, el profesor siempre se dirigía a mi compañero, nunca a mí”.</p>
<h2>Falta de equilibrio con la vida personal</h2>
<p>Todos los entrevistados ponen de manifiesto la dificultad de las asignaturas, la gran carga de trabajo y la falta de tiempo para realizar todas las tareas encomendadas. </p>
<p>Las estudiantes femeninas, en concreto, echan de menos asignaturas más prácticas, que tengan un impacto en la vida de las personas y resuelvan problemas reales de la sociedad; pero también, que no se fomente el trabajo en equipo y las metodologías activas de enseñanza.</p>
<p>Todo ello desemboca en una creciente dificultad para encontrar un equilibrio entre la vida personal y académica, algo que en muchos casos conduce a perder motivación por los estudios.</p>
<h2>Posibles soluciones</h2>
<p>Los motivos por los que algunas mujeres terminan abandonando sus estudios de ingeniería dependen de múltiples factores, pero cabe plantear algunas propuestas que pueden ayudar a disminuir dicho abandono: </p>
<ol>
<li><p>Apoyo psicológico, para que las mujeres fomenten la resiliencia, el optimismo, la esperanza y reduzcan el estrés y la ansiedad.</p></li>
<li><p>Programas de mentorización, dentro de cada Escuela o Universidad, con el fin de crear una red de alumnas donde las estudiantes de primer año conecten con estudiantes de cursos superiores que puedan apoyarlas.</p></li>
<li><p>Intervenciones integradas con alumnos y alumnas de ingeniería para resaltar la importancia que tiene la diversidad en la innovación. </p></li>
<li><p>Dotar de mayor importancia al Comité de Género o de Diversidad e Inclusión en las Escuelas Universitarias y Facultades para fomentar una cultura más inclusiva.</p></li>
<li><p>Revisar cuidadosamente las comunicaciones para detectar estereotipos de género e implementar soluciones.</p></li>
<li><p>Fomentar metodologías de aprendizaje activo basadas en la realización de proyectos en equipo desde los primeros años de carrera, para fomentar la colaboración frente a la competitividad. </p></li>
<li><p>Desarrollar proyectos enfocados a mejorar la sociedad, con propósitos sociales o medioambiental, mucho más alineados con los valores comunales de las mujeres.</p></li>
</ol>
<p>Unas estudiantes más motivadas, con un alto sentido de pertenencia y con una buena percepción de ellas mismas ayudarían a reducir la tasa de abandono en estos grados. Conseguiríamos así que la brecha de género, aún persistente en este tipo de profesiones, comience a estrecharse.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/192651/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Aunque cada vez más mujeres eligen carreras de ingenierías, su índice de abandono es muy superior al de los hombres. Varios factores están tras esta diferencia, pero se pueden contrarrestar.Miryam Martinez Martinez, Profesora Adjunta Área de Comercialización e Investigación de Mercados, Universidad CEU San PabloSusana González Pérez, Adjunct professor, Universidad CEU San PabloVirginia Rey Paredes, Doctora en ciencias económicas y empresariales, Universidad CEU San PabloLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1826032022-09-26T17:28:09Z2022-09-26T17:28:09Z¿Dónde están las mujeres ‘edutubers’?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/483722/original/file-20220909-22-vkna96.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=10%2C5%2C3623%2C2010&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://pixabay.com/es/illustrations/medios-de-comunicaci%c3%b3n-social-1233873/">Pixabay / Geralt</a>, <a class="license" href="http://artlibre.org/licence/lal/en">FAL</a></span></figcaption></figure><p>La aparición de plataformas digitales y redes sociales en las últimas décadas ha posibilitado la utilización de dichos espacios para promover la enseñanza y la divulgación de numerosos campos del saber. Sin duda, una de las plataformas más utilizadas para ello es YouTube, que se encuentra entre las webs más visitadas a nivel mundial.</p>
<p>Los estudiantes han encontrado en esta plataforma una ayuda para resolver sus dudas de matemáticas, física o química. Y, más allá, se ha abierto un espacio para navegar por fantásticas explicaciones sobre ciencia, la historia o el arte, que engancha cada vez más a usuarios de todas las edades. </p>
<p>¿Quién no conoce a David Calle, que desde su canal de YouTube <a href="https://www.youtube.com/c/unicoos">Unicoos</a> ayuda en la formación de miles y miles de estudiantes a nivel internacional? ¿Todavía no ha disfrutado de las explicaciones sobre el universo del reconocido José Luis Crespo a través de su canal <a href="https://www.youtube.com/user/QuantumFracture">Quantum Fracture</a>? ¿Qué escuela no utiliza la <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wEOE530UIwM">canción de los ríos de España</a> para aprender de una manera motivadora este contenido a través del canal de YouTube <a href="https://www.youtube.com/c/CantayAprende">Canta y Aprende</a>?</p>
<p>Los miles de suscriptores y las millones de visualizaciones de canales educativos o de divulgación de YouTube corroboran una gran utilización de este tipo de recursos audiovisuales por parte de la población general.</p>
<h2>La influencia de los <em>edutubers</em></h2>
<p>Los creadores de contenido de este tipo de canales, los llamados <em>edutubers</em>, se han convertido, por tanto, en referentes educativos: consiguen llegar a una audiencia que sigue cada uno de los recursos que estos educadores digitales suben a YouTube. </p>
<p>Las diversas investigaciones que he realizado sobre la temática señalan como <a href="https://doi.org/10.30827/publicaciones.v51i3.18080">factores de éxito de estos canales</a> aspectos como la relativa corta duración de los vídeos y la excelente capacidad comunicativa del <em>edutuber</em>. Es interesante poder reflexionar acerca de las posibles <a href="https://doi.org/10.5944/educxx1.31950">implicaciones y aportaciones de este tipo de recursos de gran popularidad y utilización masiva en la realidad de la escuela actual</a>.</p>
<p>Más allá, existen <a href="http://www.revista-imaginariosocial.com/index.php/es/article/view/13">investigaciones</a> que demuestran el gran peso que tienen los <em>youtubers</em>, junto con otros <em>influencers</em> de redes sociales, condicionando la personalidad y los proyectos de vida sobre todo de los más jóvenes. De ahí la importancia de este colectivo, que, desde el ámbito de la educación, ejerce una influencia cada vez más evidente. </p>
<h2>La brecha de género en los <em>edutubers</em></h2>
<p>En un reciente <a href="https://doi.org/10.7821/naer.2021.7.732">estudio sobre los <em>edutubers</em></a> he podido observar la existencia de una brecha de género en este colectivo de <em>youtubers</em> educativos. A través del análisis de más de 200 canales educativos o de divulgación de éxito de YouTube España, obtuve datos que evidencian un problema: solamente uno de cada cuatro creadores de contenido educativo audiovisual en YouTube es mujer. Esta brecha aumenta todavía más en áreas como Ciencias, Ciencias Sociales, Matemáticas y Tecnología.</p>
<p>¿Dónde está el problema si cada uno es libre de subir o no vídeos a un canal de YouTube de manera particular? ¿Por qué hablamos entonces de “brecha de género”? La clave está en los condicionantes que aparecen en el colectivo de <em>edutubers</em> y que afectan a la elección de las mujeres para optar por no crear ni subir vídeos educativos o de divulgación a YouTube mientras que los hombres sí lo hacen.</p>
<h2>Exposición y tiempo</h2>
<p>Entre estos condicionantes destaca el nivel de exposición mediática. Los creadores de contenido en redes sociales están muy expuestos y suelen recibir comentarios ofensivos de personas que, bajo el paraguas del anonimato que ofrecen las redes sociales, utilizan estas plataformas para criticar de forma agresiva al <em>edutuber</em>. Existen <a href="https://www.revistacomunicar.com/index.php?contenido=detalles&numero=50&articulo=50-2017-08">investigaciones</a> que demuestran que las mujeres son más atacadas en redes sociales por este tipo de personas, lo que puede disuadirlas de convertirse en <em>youtubers</em> educativas.</p>
<p>Otro condicionante que se desprende de esta investigación es la evidencia de que las mujeres pasan significativamente menos tiempo en todo lo que conlleva dirigir un canal de YouTube. Aunque hombres y mujeres utilizan YouTube de una manera similar y tienen las <a href="https://doi.org/10.6092/issn.1970-2221/11584">mismas capacidades tecnológicas</a>, existe algo que dificulta a las mujeres dedicarle tiempo a ese <em>hobby</em> particular de crear y subir vídeos a YouTube.</p>
<p>Mi estudio apunta hacia la mayor carga doméstica de las mujeres frente a los hombres.</p>
<h2>Propuestas de mejora</h2>
<p>Por todo ello, se desprenden cuatro posibles acciones para mejorar esta situación: </p>
<ol>
<li><p>Fomentar proyectos para la mejora del autoconcepto, la superación de estereotipos y el emprendimiento de la mujer. </p></li>
<li><p>Mejorar la seguridad en la plataforma YouTube mediante el control de comentarios sexistas. </p></li>
<li><p>Incrementar los estudios sobre las tendencias de consumo de recursos audiovisuales.</p></li>
<li><p>Desarrollar medidas para favorecer la conciliación familiar y el reparto equitativo de las tareas del hogar.</p></li>
</ol>
<p>Se necesitan más mujeres que den el salto a convertirse en <em>edutubers</em>, que sean referentes en el ámbito educativo, que influyan de manera positiva en la personalidad y vida de los cientos de miles de usuarios que siguen este tipo de recursos de manera asidua en la red. </p>
<p>¿Y usted? ¿Se apunta?</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/182603/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Daniel Pattier obtuvo un contrato FPU (Ministerio de Universidades) para la realización de este estudio perteneciente a su tesis doctoral. </span></em></p>En Youtube abundan los ‘edutubers’: expertos que aprovechan la herramienta audiovisual para ofrecer contenido educativo gratis. Sin embargo, apenas hay mujeres.Daniel Pattier, Profesor de Didáctica y Organización Escolar (Facultad de Educación), Universidad Complutense de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1902982022-09-25T20:20:47Z2022-09-25T20:20:47ZEl profesorado que más sufrió durante la pandemia: mujeres, de primaria y con alumnos desfavorecidos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/485302/original/file-20220919-19-deaukn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=18%2C9%2C6027%2C4015&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/upset-female-professor-talking-on-mobile-1951271824">Shutterstock / Tijana Simic</a></span></figcaption></figure><p>Con el inicio la pandemia, la población sufrió un confinamiento que se alargó varias semanas. Los centros educativos pasaron de un día para otro a lo que se ha denominado Enseñanza Remota de Emergencia (ERT). Fue algo excepcional, sobrevenido y, por lo tanto, la comunidad educativa tuvo que reaccionar rápidamente para continuar la enseñanza desde sus hogares.</p>
<p>El profesorado de todo el mundo se encontró, de un día para otro, dando clase desde su propio hogar y adaptando rápidamente la metodología a la enseñanza a las clases en remoto.</p>
<p>Para averiguar el impacto de esta situación, hemos realizado una <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyg.2022.826828/full">investigación</a> en la que participaron 936 profesores españoles de todos las etapas educativas, a los que medimos sus niveles de bienestar, emociones y motivación.</p>
<p>Concretamente, exploramos cuatro aspectos:</p>
<ol>
<li><p>La adaptación de la enseñanza presencial a la Enseñanza Remota de Emergencia.</p></li>
<li><p>Los cambios producidos en el bienestar.</p></li>
<li><p>Los cambios producidos en las emociones.</p></li>
<li><p>Los cambios producidos en la motivación.</p></li>
</ol>
<p>Los resultados muestran que los profesores sintieron un impacto en el bienestar, las emociones y la motivación, es decir, en los tres niveles analizados. Para aprender y sacar conclusiones de esta experiencia, buscamos dar respuesta a los siguientes interrogantes.</p>
<h2>¿Recibió el profesorado la formación necesaria?</h2>
<p>Si hay que cambiar la forma de enseñar, es preciso formarse para poder hacerlo de manera apropiada a las nuevas necesidades. Llama la atención que la mayoría de los profesores participantes en el estudio no recibieron formación específica para la Enseñanza Remota de Emergencia (ERT), y la mitad de los que la recibieron no estaban satisfechos con la formación recibida.</p>
<p>Varias <a href="https://www.learntechlib.org/p/215995/">investigaciones</a> <a href="https://www.mdpi.com/1911-8074/13/3/55">evidencian</a> la falta de preparación y apoyo al profesorado, algo que coincide con nuestros resultados. Además, los profesores reportaron que los principales retos fueron los factores de instrucción y la tecnología.</p>
<h2>¿Cambiaron las estrategias?</h2>
<p>Respecto a las estrategias de instrucción, observamos una menor interacción con los estudiantes, lo que derivó en menos relación afectiva y cuidado de los mismos.</p>
<p>Uno de los motivos fue que había que atender a una necesidad más acuciante: era necesario adquirir el conocimiento pedagógico y tecnológico para enseñar en un entorno remoto digital. </p>
<p>Un caso especial fue el profesorado universitario: en esta etapa educativa, el mayor reto fue establecer conexiones afectivas con el alumnado, a pesar de que este profesorado era el que tenía más experiencia en plataformas de trabajo digital (por ejemplo, con el uso bastante extendido de la plataforma digital Moodle).</p>
<p>Encontramos también una tendencia entre los profesores más jóvenes (de menos de 37 años), con un nivel intermedio de experiencia (6–15 años), a reducir la carga de trabajo de sus alumnos.</p>
<p>Además, los profesores de alumnos de menor nivel socioeconómico o de escuelas públicas informaron de una disminución de los objetivos instructivos en sus cursos. En el caso del profesorado universitario y alumnado de nivel socioeconómico medio se mantuvieron los niveles previos al cierre de los centros educativos.</p>
<h2>¿Quién resultó más afectado?</h2>
<p>Los profesores que han participado en el estudio constatan una disminución en sus niveles de bienestar, en comparación con el período anterior de enseñanza pre–covid. </p>
<p>El colectivo más afectado está compuesto por profesores de 38–45 años, de educación primaria, con mayor experiencia (16–24 años), mujeres, de escuelas públicas y con estudiantes de bajo nivel económico.</p>
<h2>¿Qué emociones han prevalecido?</h2>
<p>El resultado de la investigación muestra claramente que el profesorado experimentó menos emociones positivas y más emociones negativas. Esto es así, incluso en mayor medida, en profesores de primaria y secundaria, con menos de 6 años de experiencia, las mujeres, los profesores de centros públicos y con alumnos de niveles socioeconómicos bajos .</p>
<p>Los resultados obtenidos están en consonancia con otras <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2666374020300169?via%3Dihub">investigaciones anteriores</a> que muestran que la resiliencia y el nivel de agotamiento de los profesores estaban correlacionados significativamente con sus actitudes hacia la tecnología. Además, entre las emociones experimentadas por parte de los profesores destacan el miedo a enfermar o a perder su trabajo. </p>
<h2>¿Qué pasó con la motivación?</h2>
<p>El profesorado participante en nuestra investigación reportó niveles bajos de
motivación. Les preocupaba el bienestar de los alumnos, el impacto en su proceso de aprendizaje y en las interacciones profesor–alumno. También les preocupaba cómo el cierre de los centros educativos estaba afectando a los alumnos y a sus familias.</p>
<p>Encontramos diferencias entre los participantes. De esta forma, los profesores y las profesoras de educación superior informaron de una menor motivación, así como los profesores con alumnos de nivel socioeconómico medio–bajo y bajo. </p>
<p>Investigaciones anteriores han indicado mayores niveles de estrés y ansiedad en las mujeres, lo que podría estar relacionado con actividades que consumen mucho tiempo, como el cuidado de los hijos y el trabajo doméstico no remunerado.</p>
<h2>Mujeres, primaria y centros públicos</h2>
<p>En conclusión, nuestro estudio muestra que durante la Enseñanza Remota de Emergencia (ERT) los profesores realizaron cambios a niveles pedagógicos y didácticos debido a las tensiones del cambio a digital. Esto supuso una presión añadida a los profesores de todos los niveles educativos. Como consecuencia de ello, disminuyó el bienestar, las emociones positivas y la motivación de los profesores, aumentando al mismo tiempo las emociones negativas.</p>
<p>No todos los profesores se vieron afectados de la misma manera. Concretamente, las profesoras, los profesores con alumnos de bajo nivel socioeconómico, los que enseñan en centros públicos y los profesores de primaria y secundaria fueron los más afectados.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/190298/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Fernando Díez Ruiz recibe fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (Generación del conocimiento 2020), PID2019-108982GB-I00 .. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carlos Felipe Rodríguez-Hernández trabaja para el Tecnológico de Monterrey.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span><a href="mailto:eneko.balerdi@deusto.es">eneko.balerdi@deusto.es</a> recibe fondos de Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (Generación del conocimiento 2020), PID2019-108982GB-I00.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Ernesto Panadero recibe fondos de Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (Generación del conocimiento 2020), PID2019-108982GB-I00 . </span></em></p><p class="fine-print"><em><span><a href="mailto:juan.fraile@ufv.es">juan.fraile@ufv.es</a> recibe fondos de la Universidad Francisco de Vitoria. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Leire Pinedo recibe fondos de Ministerio de Universidades (Formación de Profesorado Universitario 2019), FPU19/04661</span></em></p>La pandemia impactó en el bienestar emocional del profesorado, sobre todo de las mujeres, especialmente las que tenían más alumnos con situación económica precaria y en educación primaria.Fernando Díez Ruiz, Profesor doctor Facultad de Educación y Deporte, Universidad de DeustoCarlos Felipe Rodríguez-Hernández, Tecnológico de MonterreyEneko Balerdi, Associate professor, Universidad de DeustoErnesto Panadero, Investigador en evaluación educativa, Universidad de DeustoJuan Fraile, Universidad Francisco de VitoriaLeire Pinedo, Investigadora predoctoral en el equipo ERLA (Universidad de Deusto), Universidad de DeustoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1863702022-08-07T20:08:39Z2022-08-07T20:08:39Z¿Se puede solucionar la crisis de género en los grandes premios internacionales de matemáticas?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/477212/original/file-20220802-12-yvvcy7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5583%2C3722&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/mathematical-complicated-formulas-against-grey-background-665521249">Shutterstock / vectorfusionart</a></span></figcaption></figure><p>Hagamos números. Los cuatro grandes premios internacionales de matemáticas –la Medalla Fields, los premios Abel, los premios Nevanlinna (Abacus Medal) y los premios Wolf– se han concedido a lo largo de su historia a 162 hombres y 3 mujeres. No es un error de cálculo: solo 3 mujeres. En dos de ellos, los premios Wolf y Abacus Medal, el número de mujeres es exactamente 0. </p>
<h2>Las grandes de la historia</h2>
<p>En 1999 se publicó “Matemática es nombre de mujer”, un libro en el que la autora, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Susana_Mataix">Susana Mataix,</a> urde una trama basada en un manuscrito de <a href="https://ethic.es/2022/03/hipatia-de-alejandria-una-mujer-por-la-ciencia-y-la-tolerancia/">Hipatia</a> que va perteneciendo a mujeres que, a pesar de las dificultades, consiguieron que su nombre apareciera entre los de aquellos que se recuerdan por sus contribuciones al avance de las matemáticas. Mujeres a las que Urania, la más joven de las musas, la de la astronomía y las ciencias exactas, inspiró de tal manera que incubaron y desarrollaron ideas que trascendieron. </p>
<p>La autora presenta a <a href="https://mujeresconciencia.com/2017/11/14/madame-de-chatelet-1706-1749/">Madame du Chátelet (1706-1749)</a>, <a href="https://mujeresconciencia.com/2017/07/11/maria-gaetana-agnesi-1718-1799/">María Gaetana Agnesi</a> (1718-1799), <a href="https://mujeresconciencia.com/2017/09/19/sophie-germain-1776-1831/">Sophie Germain (1776-1831)</a>, <a href="https://www.mncn.csic.es/es/visita-el-mncn/biografia-de-ada-lovelace">Ada Lovelace (1815-1852)</a>, <a href="https://mujeresconciencia.com/2017/08/22/florence-nightingale-mucho-mas-la-dama-la-lampara/">Florence Nightingale (1820-1910)</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Sofia_Koval%C3%A9vskaya">Sofía Kovalevskaya (1850-1891)</a> y <a href="https://mujeresconciencia.com/2014/06/02/emmy-noether-la-madre-del-algebra-abstracta/">Emmy Noether (1882-1935)</a>. En todas, además de su gran talento, se pone de manifiesto el obstáculo que representó para ellas ser mujer. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/477128/original/file-20220802-18-wshexq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/477128/original/file-20220802-18-wshexq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/477128/original/file-20220802-18-wshexq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=380&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/477128/original/file-20220802-18-wshexq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=380&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/477128/original/file-20220802-18-wshexq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=380&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/477128/original/file-20220802-18-wshexq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=478&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/477128/original/file-20220802-18-wshexq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=478&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/477128/original/file-20220802-18-wshexq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=478&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Las musas Urania y Calíope, de Simon Vouet. A Urania se la representa vestida de azul, color de la bóveda celeste, sobre un globo terráqueo, en el cual mide posiciones con un compás que lleva en una de sus manos,</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Urania#/media/Archivo:Simon_Vouet_-_The_Muses_Urania_and_Calliope.JPG">Wikimedia commos</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Mujeres matemáticas que han pasado a la historia</h2>
<p>A la lista de <a href="https://quo.eldiario.es/ciencia/a26877589/mujeres-matematicas/">grandes mujeres matemáticas</a> nacidas antes del s. XX pueden añadirse, por ejemplo, <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-53287581">Enheduanna (2285-2250 a.e.c.)</a>, hija de Sargón I de Acad, que fue la primera persona (no solo la primera mujer) de la que se tiene constancia que firmó sus escritos, <a href="https://mujeresconciencia.com/2017/10/26/theano-siglo-vi-c/">Theano</a>, la esposa de Pitágoras, en el s. VI a.e.c., <a href="https://mujeresconciencia.com/2017/02/08/tras-la-estela-caroline-lucretia-herschel/">Caroline Herschel (1750-1848)</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Mary_Somerville">Mary Sommerville (1780-1879)</a>, <a href="https://sites.google.com/site/matematicaselpapeldelamujer/grace-chisholm-young">Grace Chisholm Young (1868-1944)</a>, y algunas otras de las que vamos teniendo noticia.</p>
<p>He nombrado trece mujeres para un periodo de casi 4 500 años. ¿Solo nombraría a 13 hombres? Cualquier persona con pocos conocimientos matemáticos nombraría muchísimos más. ¿Por qué tan pocas mujeres en todo este tiempo?, ¿por qué ninguna ha alcanzado el reconocimiento obtenido por Tales, Pitágoras, Euclides, Arquímedes, Kepler, Fermat, Descartes, Newton, Leibniz, Euler, Gauss o cualquiera de los nombres que con facilidad llegan a la mente del lector? ¿Tiene Urania, hija de Zeus, complejo de Edipo y susurra ideas principalmente en mentes que le recuerden a la de su padre?, ¿o es que habiendo inspirado a muchas mujeres sus nombres han sido eclipsados? </p>
<p>La lista de las 13 mujeres puede ser ampliada con muchas nacidas con posterioridad. En la actualidad, son muchas las que hacen contribuciones muy destacadas en el mundo de las matemáticas, ocupan cátedras, dirigen grupos de investigación y presiden sociedades científicas. La <a href="https://www.rsme.es/">Real Sociedad Matemática Española (RSME)</a>, sociedad a la que pertenezco, está presidida por una mujer, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Eva_Gallardo">Eva Gallardo</a>, y 8 de los 16 miembros de su Junta de Gobierno son mujeres. Una de sus comisiones más activas es la que se denomina <a href="https://www.rsme.es/category/mujeres/">Mujeres y Matemáticas</a>. </p>
<h2>Crece la preocupación por la igualdad en las sociedades matemáticas</h2>
<p>¿Es el caso de la RSME una excepción o es algo habitual? Gracias al tesón y al talento de muchas mujeres (a la inspiración de Urania), es la tónica general en las sociedades científicas, como mínimo en el llamado primer mundo. La preocupación por la igualdad, al menos formalmente, está instalada en el ámbito de las matemáticas. </p>
<p>¿Se extiende esta preocupación al reconocimiento de los logros científicos? Nada mejor que comprobar con datos cómo están distribuidos entre hombres y mujeres los premios que conceden las sociedades o fundaciones científicas a las personas que, por sus méritos, se hacen merecedoras de ellos. Si Urania se recupera al fin de su complejo de Edipo y la sociedad avanza realmente con principios profundos de igualdad, los números comenzarán a mostrar equilibrio. </p>
<p>Aunque no haya premio Nobel de matemáticas, no parece estar de más que haga mención a ellos. Estos premios se entregaron por primera vez en 1901. Hasta 2021 ha habido un total de 962 galardonados en todas las categorías, 59 son mujeres. </p>
<p>En matemáticas también hay premios importantes. Destaco las <a href="https://www.rsme.es/premios/otros-premios/medallas-fields/">medallas Fields</a> (sobre todos), el <a href="https://www.rsme.es/premios/otros-premios/premio-abel/">premio Abel,</a> el <a href="https://www.rsme.es/premios/otros-premios/premio-rolf-nevanlinna/">premio Nevanlinna</a>, el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Premio_Carl_Friedrich_Gauss">premio Gauss</a>, el <a href="https://www.rsme.es/premios/otros-premios/premio-ramanujan/">premio Ramanujan</a>, todos concedidos por la <a href="https://www.mathunion.org/">Unión Matemática Internacional (IMU)</a>, y el <a href="https://www.rsme.es/premios/otros-premios/premio-wolf-en-matematicas/">premio Wolf</a>, otorgado por la Fundación Wolf. A estos pueden añadirse muchos más, como los concedidos por la <a href="https://euromathsoc.org/">European Mathematical Society (EMS)</a> y por otras sociedades matemáticas entre los que menciono el <a href="https://www.rsme.es/category/premio-jose-luis-rubio-de-francia/">premio José Luis Rubio de Francia, </a> concedido por la RSME. </p>
<p>Como para muestra vale un botón, repaso la distribución entre hombres y mujeres de algunos de ellos.</p>
<h2>Las cuentas de los grandes premios internacionales</h2>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/477143/original/file-20220802-26-4bvt65.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/477143/original/file-20220802-26-4bvt65.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/477143/original/file-20220802-26-4bvt65.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/477143/original/file-20220802-26-4bvt65.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/477143/original/file-20220802-26-4bvt65.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/477143/original/file-20220802-26-4bvt65.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/477143/original/file-20220802-26-4bvt65.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/477143/original/file-20220802-26-4bvt65.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Viazovska es la segunda mujer que gana una medalla Fields desde la creación de estos premios en 1936, tras la matemática iraní Maryam Mirzajani, que se la llevó en 2014. Unos 60 hombres han ganado el galardón en este tiempo,</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.nature.com/articles/d41586-022-01920-8">EPFL/Fred Merz</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Desde 1936, hasta 2022, 64 personas han sido galardonadas con la Medalla Fields. De ellas, solo dos son mujeres: la iraní <a href="https://mujeresconciencia.com/2016/02/03/maryam-mirzakhani-dibujar-garabatos-ayuda-a-mantenerse-conectada-al-problema/">Maryam Mirzakhani</a> en 2014 (fallecida en 2017, a los 40 años) y la ucraniana <a href="https://theconversation.com/matematicas-sin-nobel-y-por-fin-con-medallas-enhorabuena-maryna-viazovska-186485">Maryna Viazovska</a> en 2022. De esta última, es preciso resaltar que estuvo propuesta para esta medalla en 2018. Ambas mujeres de un talento excepcional pero desconocidas en muchos ámbitos incluso matemáticos.</p>
<p>Los premios Abel se concedieron por primera vez en 2003. Hasta 2022 lo han recibido 25 personas. La única mujer que figura entre los premiados es <a href="https://mujeresconciencia.com/2014/05/23/karen-keskulla-uhlenbeck/">Karen Uhlenbeck</a> que lo obtuvo en 2019.</p>
<p>Los premios Rolf Nevanlinna se concedieron entre 1982 y 2018. La <a href="https://www.mathunion.org/">IMU</a> ha cambiado su denominación por Abacus Medal. Con esta denominación se ha concedido por primera vez en 2022. Los galardonados han sido 11. Ninguna mujer.</p>
<p>Lo mismo ocurre con los premios Wolf en Matemáticas que se conceden desde 1978 (65 premiados, ninguna mujer) y con los premios Gauss que se conceden desde 2006 (5 premiados, ninguna mujer).</p>
<h2>Los premios españoles mejoran los números, pero mínimamente</h2>
<p>Algo mejor está la situación con los premios Ramanujan, concedidos por el International Center for Theoretical Physics y la IMU, y los José Luis Rubio de Francia que concede anualmente la RSME. </p>
<p>De los 17 premios Ramanujan concedidos hasta 2021, 3 han sido a mujeres: Sujathea Ramdorai en 2006, la brasileña <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Carolina_Araujo">Carolina Araujo </a>en 2020 y la india <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Neena_Gupta_(mathematician)">Meena Gupta</a> en 2021. </p>
<p>De los 18 galardonados con los Rubio de Francia solo 3 son mujeres: <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Pe_Pereira">María Pe Pereira</a> en 2004, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_%C3%81ngeles_Garc%C3%ADa_Ferrero">María Ángeles García</a> en 2010 y <a href="https://www.rsme.es/2022/06/ujue-etayo-rodriguez-premio-jose-luis-rubio-de-francia-2021/">Ujué Etayo</a> en 2021.</p>
<p>¡Vaya! Parece que ni siquiera en la actualidad hemos acertado con la forma de resolver el problema. No voy a entrar en las causas de esta desigualdad, pero me da la sensación de que Urania sí inspira ideas trascendentes y fecundas en las investigadoras confiando en que el talento, la capacidad de trabajo, la constancia y el rigor de las mujeres en las que las deposita sean suficientes para que merezcan medallas y premios. Pero me temo que ha descuidado susurrar ideas de igualdad en las mentes de aquellos de quienes depende la concesión de los galardones que facilitan obtener un lugar en la Memoria. A estos, un último consejo: déjense inspirar por la nueva Urania. Según Joaquín Sabina, <a href="https://www.clarin.com/ediciones-anteriores/llevo-vida-monja-menopausica_0_HyqdcSkCKe.html">no cobra derechos de autor</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/186370/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Judit Mínguez Ceniceros no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La representación femenina entre los matemáticos está mejorando. Pero los premios más prestigiosos del sector siguen siendo casi exclusivamente para hombres. ¿Se puede solucionar la crisis de género?Judit Mínguez Ceniceros, Profesora Titular de Universidad en el área Análisis Matemático, Universidad de La RiojaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1853682022-06-30T18:00:35Z2022-06-30T18:00:35Z¿Es una tarea educativa actuar sobre la brecha digital de género?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/471558/original/file-20220629-16-1fq4jc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=15%2C7%2C5160%2C3437&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/school-instructor-helping-students-work-project-346625414">Shutterstock / goodluz</a></span></figcaption></figure><p>Los avances tecnológicos producidos desde los años setenta del siglo pasado han dado lugar a una auténtica revolución digital. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han traído consigo un nuevo entorno en el que es posible acceder, compartir y elaborar un gran volumen de información a escala mundial y en un tiempo impensable hace unos años. </p>
<p>Este nuevo entorno, conocido como Sociedad de la Información y el Conocimiento (SIC), está introduciendo grandes cambios en la producción y organización del trabajo, en los <a href="https://www.aimc.es/a1mc-c0nt3nt/uploads/2019/01/marco19.pdf">medios de comunicación</a>, en la forma de hacer política, en la manera de <a href="https://www.educacionyfp.gob.es/inee/indicadores/indicadores-internacionales/ocde.html">identificar el desarrollo económico y social</a> de un país y en <a href="https://www.fnac.com/livre-numerique/a16250477/Delfin-Ortega-Sanchez-Brecha-digital-de-genero-y-coeducacion-claves-conceptuales-y-orientaciones-metodologicas">nuestra forma de relacionarnos</a>.</p>
<p>Tales transformaciones, producidas por el uso generalizado de las TIC, hacen imprescindible asegurar que toda la ciudadanía asuma una formación en este campo. Y esto implica, de manera especial, cambios en los sistemas educativos, tanto en lo que se refiere a metodologías de enseñanza y de aprendizaje como a la formación del profesorado. </p>
<h2>Importancia internacional: ODS 4</h2>
<p>Los gobiernos y las administraciones educativas proponen diversas acciones que se han ido plasmando en leyes, directivas y programas para lograr el acceso y la formación <em>en</em> y <em>con</em> tecnologías de la ciudadanía. </p>
<p>Las buenas condiciones sociales, económicas y tecnológicas se muestran indispensables para la consolidación de la economía del conocimiento. Contribuyen además al desarrollo económico, social y cultural de los países y ayudan a los individuos a alcanzar las metas y retos deseables en el ámbito profesional, laboral y académico. </p>
<p>La <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000233352">Organización de las Naciones Unidas</a> para la Educación, la Ciencia y la Cultura <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000253061">promueve</a> la dimensión social de las tecnologías como elemento clave de la sociedad de la información y la comunicación. A través de <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000233352.locale=es">diversas</a> <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000253061.locale=es">declaraciones</a>, apoya la elaboración de políticas nacionales y planes generales sobre el uso de las tecnologías en la educación. Con esto busca ayudar a los gobiernos a aprovechar eficazmente el potencial de las tecnologías en los sistemas educativos, con miras a alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (<a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/sustainable-development-goals/">ODS 4–Educación 2030</a>). </p>
<h2>Una oportunidad para la igualdad: ODS 5</h2>
<p>Por su parte, la Unión Europea establece una serie de programas de trabajo para el seguimiento de la educación y formación en Europa con la finalidad de garantizar el acceso de toda la ciudadanía a las TIC. </p>
<p>Actualmente, se ha abogado por acciones concretas que se han materializado en el Marco Común de Competencia Digital Docente (<a href="https://intef.es/Noticias/marco-comun-de-competencia-digital-docente-2017-intef/">INTEF, 2017</a>). </p>
<p>Dentro de este marco normativo, en España, las comunidades autónomas han desarrollado sus propios programas, que difieren en cuanto a su generalización y a los recursos dedicados, destinados específicamente a incrementar la dotación tecnológica de los centros o a formar al profesorado y a la ciudadanía en el uso manipulativo de las tecnologías.</p>
<p>Sin embargo, sus propuestas no incorporan la perspectiva de género. Por eso, es muy importante destacar que entre los grandes retos para la construcción social del siglo XXI está el de garantizar que no se incorporen nuevos elementos de desigualdad entre mujeres y hombres, o mejor aún, el de convertirse en una oportunidad para la igualdad. El sistema educativo, indudablemente, debe atender a estos aspectos, para alcanzar no sólo la enseñanza de calidad <a href="https://www.undp.org/es/sustainable-development-goals#educacion-calidad">(ODS 4)</a>, sino la enseñanza en igualdad de género <a href="https://www.undp.org/es/sustainable-development-goals#igualdad-genero">(ODS 5)</a>.</p>
<h2>La importancia de investigar</h2>
<p>Ante tales requerimientos, en la Facultad de Educación de la Universidad de Alicante estamos desarrollando la investigación <a href="https://innova.gva.es/documents/161863198/172397122/RESOLUCI%C3%93%20CONVOCATORIA+ajudes+per+a+2021/1a493e0b-1b72-43cb-8e60-e4b97d754af4"><em>La brecha digital de género y el modelo TPACK en la formación del profesorado: análisis de la capacitación digital docente</em></a> para el apoyo y el fomento de la actividad de grupos de I+D+i emergentes, con el abordaje de la compleja cuestión de la formación y capacitación en competencias digitales de los docentes en relación al género. </p>
<p>La pretensión de este grupo de investigación emergente es: </p>
<ol>
<li><p>Comprobar los rasgos sexista en el acceso, uso y promoción de las tecnologías. </p></li>
<li><p>Analizar las metodologías didácticas y modelos de enseñanza y aprendizaje propuestos en los currículos de Grado de Maestro y Maestra de Primaria, Máster del Profesorado y Máster Universitario en Investigación Educativa en relación a la capacitación en TIC. </p></li>
<li><p>Valorar si se lleva a cabo un acceso igualitario de las mujeres y los hombres a las tecnologías en la capacitación digital docente, en su formación inicial. </p></li>
<li><p>Promover una educación tecnológica adecuada, no sexista, que capacite para la manipulación y el uso didáctico de las herramientas digitales docentes de la ciudadanía. </p></li>
</ol>
<h2>Distinta autopercepción en mujeres y hombres</h2>
<p>Los primeros resultados, aún sin publicar, alertan sobre la necesidad actuar en la formación del profesorado en competencias digitales docentes. Se constata una percepción más negativa hacia una autocapacitación tecnológica docente de las participantes mujeres frente a los hombres. </p>
<p>En este sentido, se confirma que los estudiantes hombres muestran una mayor proactividad en relación a las competencias manipulativas, y las competencias más técnicas, en relación a la apropiación y uso de las tecnologías. </p>
<p>También, se detecta que los participantes hombres tienen una percepción muy positiva en relación a su actualización en cuanto a recursos digitales para su propia formación y uso cotidiano, así como para su utilización didáctica. Las mujeres se autoperciben desactualizadas en cuanto a tales recursos tecnológicos.</p>
<h2>Capacidad de resolver problemas</h2>
<p>Otro de los aspectos diferenciales que se muestran en la investigación es la percepción por parte de los hombres de contar con una elevada capacidad para afrontar la resolución de problemas técnicos. </p>
<p>Por su parte, las mujeres participantes tienen la percepción de tener una menor capacidad para resolver problemas técnicos vinculados a la tecnología. Esta autopercepción, sin duda, influirá en su futura labor como docentes, presentando un menor interés por la utilización de los recursos tecnológicos para la docencia. Asimismo, repercutirá en su alumnado, y de manera concreta, se perderán modelos de docentes mujeres que utilicen las tecnologías habitualmente en su tarea educativa, en quienes las estudiantes podrán inspirarse. </p>
<h2>Investigar para prevenir barreras de género</h2>
<p>Todo ello lleva a concluir que se siguen reproduciendo las desigualdades preexistentes, y se precisa seguir investigando en este ámbito, especialmente en los distintos usos de las tecnologías.</p>
<p>Es una investigación comprometida con eliminar las <a href="https://doi.org/10.3390/ejihpe11040097">barreras de género</a> en la educación tecnológica que aún hoy día <a href="https://www.agapea.com/Delfin-Ortega-Sanchez/Brecha-digital-de-genero-y-coeducacion-claves-conceptuales-y-orientaciones-metodologicas-9788418808005-i.htm">permanecen en muchas esferas sociales</a>, entre las que se encuentra la formación de las maestras y los maestros de primaria y del profesorado de secundaria. </p>
<p>Y es aquí, en la educación, donde se debe poner énfasis para lograr una formación de la ciudadanía para que mujeres y hombres sean, por igual, creadores y usuarios de los recursos tecnológicos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/185368/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Isabel María Gómez Trigueros recibe fondos de la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital de la Generalitat Valencia, de la convocatoria de subvenciones del Programa para la Promoción de la Investigación Científica, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación en la Comunitat Valenciana para apoyar y fomentar la actividad de grupos de I+D+I emergentes (DOGV nº 8959, 2021), Proyecto del Grupo Emergente (GV/2021/077): La brecha digital de género y el modelo TPACK en la formación del profesorado: análisis de la capacitación digital docente.</span></em></p>Para un formación docente en tecnologías digitales que evite futuras desigualdades de género es necesario investigar la autopercepción de los futuros docentes y detectar barreras.Isabel María Gómez Trigueros, Vicedecana de Máster de Investigación Educativa y de Máster de Formación del Profesorado. Profesora en el área de Didáctica de las Ciencias Sociales. Catedrática de Secundaria en Geografía e Historia, Universidad de AlicanteLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1803682022-04-27T12:22:09Z2022-04-27T12:22:09ZMujeres que estudian informática y matemáticas: quiénes son y por qué son tan pocas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/458851/original/file-20220420-18-2srmdk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=19%2C0%2C6485%2C4476&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/beautiful-young-school-girl-front-big-302891741">Halfpoint / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>¿Por qué en 2022 <a href="https://www.ciencia.gob.es/InfoGeneralPortal/documento/97d627fb-af77-47c9-9e80-3c1c2b3d52e0">casi el 75 %</a> de los graduados en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas en España son hombres? Según <a href="https://behavioralandbrainfunctions.biomedcentral.com/articles/10.1186/1744-9081-8-33">varios estudios</a> llevados a cabo entre estudiantes de secundaria basados en el <a href="https://www.researchgate.net/publication/10713446_The_Abbreviated_Math_Anxiety_Scale_AMAS_Construction_Validity_and_Reliability"><em>Abreviated Math Anxiety Scale</em></a> (Índice de Ansiedad Matemática Abreviado, en español), las mujeres muestran mayores niveles de ansiedad que los chicos ante las formas de evaluación en las pruebas de matemáticas. </p>
<p>De estas investigaciones, sin embargo, no surgieron diferencias de género en cuanto a niveles de rendimiento matemático. Es decir, no existe en absoluto ninguna correlación de género entre el grado de pensamiento abstracto, estilo de aprendizaje o actitud personal frente a las tareas matemáticas. </p>
<p>A pesar de ello, es frecuente que las chicas confiesen como primer motivo para no elegir alguna titulación de ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas la creencia de no ser lo bastante brillantes en estos campos. Incluso a pesar de la pasión que sienten muchas alumnas por el cálculo, el álgebra y la programación, no es infrecuente que a menudo se perciban a sí mismas como insuficientes. </p>
<p>El resultado es que se alejan de estas licenciaturas que imaginan largas y demasiado difíciles; creen que les impedirá su realización personal a otros niveles, como en el ámbito de las aficiones, los amigos, los hijos o la familia. </p>
<h2>Solo un 15 % de mujeres en informática</h2>
<p>Si nos fijamos en la Universidad de Barcelona (UB), con presencia de estudios de matemáticas e ingeniería informática, el porcentaje de mujeres matriculadas en el grado de Matemáticas se ha estancado por debajo del 40 % en los últimos diez años. </p>
<p>Es especialmente preocupante el área de Ingeniería Informática, en la cual la presencia de mujeres resulta casi anecdótica, con tan sólo un 15 % de mujeres matriculadas en este grado el último año. Se trata de una de las áreas de la tecnología más masculinizadas, en la que existen claros y persistentes desequilibrios de género. </p>
<h2>¿A dónde conduce este sesgo?</h2>
<p>Por una parte, muchas vocaciones científicas y, con ellas, la riqueza del talento, se pierden por el camino. Empatía, cooperación, habilidad para trabajar en grupo o colaboración son solo algunas de las habilidades que tradicionalmente se aplican a carreras como Medicina o Psicología, pero que ahora se demuestran imprescindibles en cualquier disciplina. </p>
<p>Por otro lado, esta brecha de género excluye a la mitad de la población de campos vitales para nuestro futuro. El <em>big data</em>, la inteligencia artificial, la ciberseguridad y los videojuegos son ya parte de nuestra vida cotidiana, y son sectores donde los puestos de poder e influencia no deberían estar ocupados solamente por hombres. </p>
<h2>¿Quiénes son y qué dicen?</h2>
<p>Como ellas mismas nos cuentan, las estudiantes del doble grado de Matemáticas e Informática y del grado de Ingeniería Informática de la UB que eligen estas carreras tienen inquietudes y aficiones muy diversas, desde baile y canto moderno a patinaje, surf, voleibol, atletismo o boxeo. </p>
<p>Las hay que estudian japonés y que dibujan, pintan, cosen; que practican <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Cosplay"><em>cosplay</em></a>, que disfrutan haciendo montañismo, que salen con amigos o con sus parejas, o que se relajan leyendo un buen libro, viendo al Barça o jugando a <em>Animal Crossing</em> en la consola. </p>
<p>En definitiva, son chicas normales y terrenales, con sus pasiones, sus amigos, sus retos y sus dudas. En general se identifican más como de ciencias que como de letras, con curiosidad por aprender y creatividad. En un cierto momento de sus vidas, optaron por las matemáticas o por la informática. </p>
<p><strong>Carla Morral</strong>, estudiante de doble grado Matemáticas-Informática de la UB, nos comenta que desde siempre su asignatura preferida han sido las Matemáticas y ya a los 11 años intentaba descubrir cómo reconfigurar su iPod. </p>
<p>Aunque no todas lo tenían tan claro. Estíbaliz Martínez, también estudiante del doble grado, nos comenta que se decidió en el último momento después de la Selectividad, y un poco por descarte, buscando los grados que tuviesen salidas profesionales multidisciplinares. </p>
<p>Una vez en el grado, han encontrado asignaturas muy diversas, retos que superar y grandes compañeros de trabajo. En general, en el doble grado se sienten bien acogidas y reconocidas por su trabajo. </p>
<p>No todo son bondades. Especialmente en un entorno tan masculinizado como la informática, a menudo se sienten solas, realizando un esfuerzo adicional para ser reconocidas por sus aptitudes. Seguramente, como afirma Aina Ferrà, estudiante de doctorado de Matemáticas e Informática, el hecho de aumentar la presencia femenina en los grados haría que las chicas se sintiesen más cómodas al escoger estos estudios. </p>
<h2>Experiencia positiva</h2>
<p>La gran mayoría, según demuestran las estadísticas, acaban los grados. No sólo acaban, sino que además lo hacen con doble titulación. Cuando se les pregunta si repetirían la experiencia sabiendo, como saben ahora, lo que les espera, la mayoría responde afirmativamente, sin ninguna duda. </p>
<p>Cada una de ellas ha sido una niña que ha seguido la llamada que un día oyó cuando se enfrentaba a un problema matemático o aprendía a programar. </p>
<p>Algunas se incorporarán al mundo empresarial y contribuirán a desarrollar proyectos para avanzar en nuevas tecnologías. Otras optarán por la enseñanza. Unas pocas accederán a cargos directivos. </p>
<p>Pero todas ellas coinciden en el mismo punto: si queremos evolucionar como sociedad abierta, mucho más inclusiva y plural, necesitamos contar con el talento y la mirada de todas esas mujeres apasionadas por las matemáticas, la ingeniería y la informática que aún dudan. </p>
<blockquote>
<p>“No te dejes influir por ninguna otra opinión”.</p>
<p><strong>Clara Zabala, estudiante del doble grado Matemáticas-Informática de la UB.</strong></p>
</blockquote>
<hr>
<blockquote>
<p>“Si estás convencida de que es lo que quieres, hazlo. Porque si ahora te gusta, cuando vayas descubriendo lo amplias y multidisciplinares que son estas áreas, te gustarán aún más”. </p>
<p><strong>Estíbaliz Martínez, también alumna del doble grado.</strong></p>
</blockquote>
<hr>
<blockquote>
<p>“Podemos hacer lo que nos guste y todas las mujeres de la carrera nos acompañarán, cada compañera de clase, profesora, directora… <em>girls help girls</em>!”</p>
<p><strong>Rong Xing, estudiante de Ingeniería Informática.</strong></p>
</blockquote>
<hr>
<blockquote>
<p>“No eres menos que nadie, no eres más tonta que nadie, no son estudios para chicos, no es uno campo por los chicos. Lo que tú quieras hacer puedes hacerlo. Pero que nunca nadie te convenza de que llevas toda la responsabilidad de tu género encima. Te mereces equivocarte, tomarte tu tiempo, dejarlo y reanudarlo y no por eso las mujeres somos peor en este campo”.</p>
<p><strong>Aina Ferrà, estudiante de doctorado de Matemáticas e Informática.</strong></p>
</blockquote>
<p>Derecho a decidir, a escoger, a equivocarnos. Y en palabras de T. S. Eliot:</p>
<blockquote>
<p>“Solo aquellas que se arriesgan a ir demasiado lejos pueden descubrir lo lejos que pueden llegar”.</p>
</blockquote><img src="https://counter.theconversation.com/content/180368/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Cuesta encontrar estudiantes de informática que sean mujeres. En la Universidad de Barcelona, apenas son un 15 %. En el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación, las autoras les han preguntado las razones de su elección.Anna Puig Puig, Profesora Titular, Lenguajes i Sistemas Informáticos, Visualización 3D , Universitat de BarcelonaJoana Cirici, Professora en Matemáticas, Universitat de BarcelonaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1788642022-03-30T18:33:44Z2022-03-30T18:33:44Z¿Cuál es la mejor estrategia para atraer a las niñas a las asignaturas de ciencias?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/455308/original/file-20220330-6091-wpjys2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=15%2C0%2C5085%2C3311&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/fun-easy-science5-years-old-asian-1063211732">Shutterstock / Mama Belle and the kids</a></span></figcaption></figure><hr>
<p><em>Niños y niñas comienzan su educación obligatoria a los seis años con similares aptitudes y actitudes frente a las materias que aprenden. Pero a medida que avanzan los años, las niñas van sintiéndose atraídas por las asignaturas de lengua, artes o ciencias sociales; y comienzan a percibir asignaturas como las matemáticas o las ciencias naturales como algo que no se les da bien o que les atrae menos. Una tendencia que cristaliza en Secundaria y termina por causar que en los grados de Ingenierías, Química, Matemáticas o Física sean una minoría. ¿Qué podemos hacer desde la escuela para mantener y aumentar su interés por esas asignaturas?</em></p>
<hr>
<figure class="align-left zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/455298/original/file-20220330-5976-1cnclje.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/455298/original/file-20220330-5976-1cnclje.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/455298/original/file-20220330-5976-1cnclje.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/455298/original/file-20220330-5976-1cnclje.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/455298/original/file-20220330-5976-1cnclje.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/455298/original/file-20220330-5976-1cnclje.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/455298/original/file-20220330-5976-1cnclje.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/455298/original/file-20220330-5976-1cnclje.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<h2>Amapola Povedano Díaz</h2>
<p><strong>Profesora de Educación y Psicología Social,
Universidad Pablo de Olavide</strong></p>
<p>¿Por qué el interés de las chicas por las ciencias decae a edades tempranas? ¿No estaremos obviando las diferencias de género en el desarrollo evolutivo de chicos y chicas en el diseño del currículum en el sistema educativo? </p>
<p>En la <a href="https://www.pnas.org/doi/pdf/10.1073/pnas.1905779116">investigación</a> se indica que las chicas maduran antes que los chicos en habilidades lectoras y lingüísticas y este hecho podría explicar el interés diferencial de chicos y chicas por las disciplinas llamadas CTIM, acrónimo de los términos Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática (STEM en ingles). Es muy probable que se aliente a las chicas a elegir disciplinas relacionados con sus precoces habilidades lingüísticas (leen antes y mejor) que, además, son más coherentes con el estereotipo social que asocia a los chicos con las STEM.</p>
<p>La importancia de incluir la perspectiva de género en la investigación sobre el desarrollo evolutivo de chicos y chicas es vital para generar conocimiento que nos permita tomar decisiones adecuadas para acortar la brecha género. Por ejemplo, en cuanto a estereotipos de género, la revista <em>Science</em> señalaba en una <a href="https://www.science.org/doi/full/10.1126/science.aah6524">publicación de 2017</a> que las chicas se autoperciben como más trabajadoras pero menos inteligentes que los chicos. Estos resultados son un reflejo del estereotipo de género interiorizado en el que la inteligencia se asocia a las habilidades numéricas y matemáticas, y no tanto a las habilidades lectoras y lingüísticas en las que ellas son mejores.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/455299/original/file-20220330-6091-1w0m7in.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/455299/original/file-20220330-6091-1w0m7in.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/455299/original/file-20220330-6091-1w0m7in.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/455299/original/file-20220330-6091-1w0m7in.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/455299/original/file-20220330-6091-1w0m7in.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/455299/original/file-20220330-6091-1w0m7in.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/455299/original/file-20220330-6091-1w0m7in.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/455299/original/file-20220330-6091-1w0m7in.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<h2>Rosario Mérida</h2>
<p><strong>Catedrática de Didáctica y Organización Escolar, Universidad de Córdoba</strong></p>
<p>La inclusión de la perspectiva feminista en el desarrollo de la competencia científica en las aulas infantiles es imprescindible por la escasez de vocaciones científicas femeninas en el ámbito CETIM, por los estereotipos de género que empiezan a configurarse en estas primeras edades y por la necesidad de aprovechar el talento de toda la población. </p>
<p>Programas coeducativos como <a href="https://www.uco.es/investigacion/proyectos/infaciencia3/">INFACIENCIA</a>, donde se muestran las biografías y se exploran las aportaciones de mujeres científicas muy poco conocidas y reconocidas, abren expectativas a niñas de 3 a 6 años, al actuar como un espejo donde se pueden mirar. La escuela coeducativa es una de las herramientas que ayuda a empoderar a las niñas y les permite superar comportamientos sexistas que condicionan y lastran su futuro desarrollo profesional. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/455302/original/file-20220330-5976-colwyu.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/455302/original/file-20220330-5976-colwyu.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/455302/original/file-20220330-5976-colwyu.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/455302/original/file-20220330-5976-colwyu.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/455302/original/file-20220330-5976-colwyu.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/455302/original/file-20220330-5976-colwyu.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/455302/original/file-20220330-5976-colwyu.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/455302/original/file-20220330-5976-colwyu.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<h2>Gastón Sanglier Contreras</h2>
<p><strong>Profesor Titular de Ingeniería de la Construcción,
Universidad San Pablo-CEU</strong></p>
<p>Primero habría que concienciar a las chicas de que ellas también son importantes, inteligentes y brillantes, y de que, además, también lo pueden conseguir. Tener un líder (mujer) entre ellas sería muy beneficioso. Aquí juega un papel muy importante su entorno social y familiar (el apoyo recibido de sus padres). Quizás incluyendo cursos de liderazgo desde la base se podría llegar a que las chicas se mentalizaran para avanzar en esos entornos que consideran creados más para los hombres.</p>
<p>La incorporación de figuras femeninas importantes en el entorno científico podría hacer que las chicas vieran en ellas referentes (líderes) y querer llegar a ser como ellas. Esto se puede conseguir mediante pequeños trabajos de búsqueda de información y construcción de infografías a nivel muy prematuro en la escuela. </p>
<p>¿Quién no ha tenido su ídolo en el colegio? Einstein, Hawking, etc.
Las niñas casi no tienen roles femeninos en los que reflejarse. Con la excepción de Marie Curie, pocas veces se habla de sus descubrimientos y apenas se las conoce. Que las mujeres aparezcan como expertas en las noticias de ciencia ayudaría a eliminar estereotipos, pero su presencia es escasa.</p>
<p>La motivación para crear sus propios experimentos, dejar que la mente participe de manera más libre, liderar sus propias ideas y no estar tan condicionadas por un manual de prácticas, ayudaría a aumentar el poder de creatividad innato en la mayoría de las mujeres. Esto sucede, por ejemplo, en la carrera de Arquitectura, donde el número de alumnas egresadas con buenas notas supera al de alumnos egresados.</p>
<p>Las chicas necesitan más confianza para alcanzar a los chicos en las asignaturas técnicas, y eso se consigue incorporando programas, cursos o metodologías de aprendizaje que las ayude a motivarse y a conseguir sus objetivos.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/455303/original/file-20220330-23-174ua2y.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/455303/original/file-20220330-23-174ua2y.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/455303/original/file-20220330-23-174ua2y.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/455303/original/file-20220330-23-174ua2y.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/455303/original/file-20220330-23-174ua2y.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/455303/original/file-20220330-23-174ua2y.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/455303/original/file-20220330-23-174ua2y.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/455303/original/file-20220330-23-174ua2y.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<h2>Marta Macho-Stadler</h2>
<p><strong>Matemática y editora del espacio digital <a href="https://mujeresconciencia.com/"><em>Mujeres con Ciencia</em></a> de la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco – Euskal Herriko Unibertsitatea</strong></p>
<p>Creo que no hay que centrarse solo en las niñas. Es preciso que el gusto por la ciencia (y por cualquier otra asignatura) se fomente desde grupos mixtos en los que se potencien las capacidades de las personas. </p>
<p>En mi opinión, el problema no reside en las asignaturas de ciencias en sí mismas, sino en la autopercepción que poseen chicas y chicos sobre sus aptitudes. </p>
<p>Entiendo que promover dinámicas de trabajo cooperativas, en las que se potencie la diversidad, se valore el esfuerzo y se quite importancia al error, ayudaría a las niñas a no autolimitarse, en particular, en las materias de ciencia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/178864/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Cuatro especialistas nos proponen estrategias concretas para lograr que las niñas no abandonen el interés por las ciencias en educación primaria.Amapola Povedano-Díaz, Profesora Titular de Universidad en Psicología Social. Desarrollo positivo adolescente desde una perspectiva de género. Empleabilidad, Emprendimiento, Prácticas., Universidad Pablo de OlavideGastón Sanglier Contreras, Profesor Titular del Área de Ingeniería de la Construcción (Responsable), Universidad CEU San PabloMarta Macho-Stadler, Profesora de matemáticas, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaRosario Mérida Serrano, Catedrática de Didáctica y Organización Escolar, Universidad de CórdobaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1789332022-03-16T19:08:29Z2022-03-16T19:08:29ZEstrategias para fomentar el emprendimiento femenino<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/452147/original/file-20220315-21-1mvyo4b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C6000%2C3952&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/creative-team-working-together-startup-project-1226367661">Shutterstock / Oleksii Didok</a></span></figcaption></figure><p>Visualice a una persona emprendedora de gran éxito. ¿Cómo la imagina? Decidida, sin miedo al riesgo, segura de sí misma, y probablemente, muchos han visualizado… a un hombre. El emprendimiento sigue siendo una carrera estereotípicamente masculina.</p>
<p>¿Y por qué nos debe importar el emprendimiento? Porque el emprendimiento es esencial para el desarrollo económico y la generación de empleo. Por ello, la necesidad de estimular las actitudes emprendedoras es ampliamente reconocida. En este sentido, las mujeres son un objetivo de especial interés, dada la <a href="https://www.oecd-ilibrary.org/sites/71b7a9bb-en/index.html?itemId=/content/publication/71b7a9bb-en">brecha de género</a> que existe en este terreno. </p>
<h2>Espíritu emprendedor femenino</h2>
<p>La educación emprendedora puede ayudar a aumentar el espíritu empresarial femenino. No es de extrañar que los estereotipos mencionados arriba tengan un peso en la actitud de las mujeres hacia el emprendimiento. Incluso con la misma educación y antecedentes, las mujeres a menudo se <a href="https://www.ingentaconnect.com/content/mcb/gm/2009/00000024/00000004/art00004">sienten menos seguras y preparadas para emprender que los hombres</a>. </p>
<p>Esa cierta inseguridad y falta de preparación que algunas mujeres sienten tienen que ver con la percepción de sus competencias más que con <a href="https://www.annualreviews.org/doi/abs/10.1146/annurev.psych.52.1.1">sus capacidades reales</a>. Pero la percepción, aunque no se corresponda con la realidad, tiene un impacto directo en la realidad: sentirse menos preparadas o más inseguras provoca que tengan menos interés por emprender que los hombres, y que por lo tanto lo hagan menos.</p>
<h2>Actividades académicas y emprendimiento</h2>
<p>Para comprender mejor cómo puede contribuir la educación emprendedora a reducir dicha brecha, <a href="https://journals.aom.org/doi/abs/10.5465/amle.2020.0043">nuestro estudio</a> analiza cuándo y para quién la participación en diferentes actividades académicas incrementa la atracción hacia el emprendimiento. </p>
<p>Para ello, usamos una muestra de 918 estudiantes de una escuela de negocios francesa y estudiamos las diferencias de género en el impacto que nueve actividades académicas “inspiradoras” tienen sobre la atracción hacia el emprendimiento. También estudiamos diferencias por curso académico. </p>
<p>Concretamente, se les preguntó a los estudiantes si recordaban algún evento o actividad en la escuela que les hubiera cambiado drásticamente su <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0883902606000486">“corazón y mente”</a> y les animara a considerar convertirse en emprendedores. </p>
<p>Entre los eventos o actividades que recordaban había desde opiniones de un profesor, de un orador externo o un emprendedor visitando la escuela a la de los jueces de alguna competición de emprendimiento organizada en la escuela; pasando por encuentros con aspirantes a empresario, o recientes o jóvenes emprendedores, la preparación de un concurso de plan de negocio, la participación en asociaciones creadas por estudiantes en la escuela, y el haber trabajado en la escuela con equipos formados por estudiantes de otras disciplinas. </p>
<p>Analizamos el impacto de cada una de esas actividades sobre la atracción hacia el emprendimiento. Para asegurarnos que estábamos midiendo el impacto de la actividad y no otras cosas, tuvimos en cuenta otros factores que podían tener influencia en la atracción hacia el emprendimiento, como tener experiencia laboral o tener algún familiar empresario. </p>
<h2>Las actividades, más efectivas para ellas</h2>
<p>Encontramos que las actividades inspiradoras son principalmente efectivas para aumentar la atracción hacia el emprendimiento de las mujeres (el impacto sobre los hombres es muy pequeño). También que su grado de efectividad difiere según el año académico. La actividad más efectiva en mujeres es la preparación de un concurso de plan de negocio, ejemplo de actividad experiencial. En general, encontramos que el impacto positivo de las actividades de aprendizaje experiencial es mayor en las mujeres que en los hombres. </p>
<p>La preparación para un concurso de plan de negocio durante meses dentro de un grupo estable permite que las mujeres se comparen y superen estereotipos. Además, conocer a futuros, recientes o jóvenes emprendedores (con edades similares a las de los estudiantes, permitiéndoles visualizarse como emprendedores), y las opiniones de los profesores (su contacto continuado con los alumnos hace que puedan jugar un papel importante para lograr que las alumnas sientan que el emprendimiento es una opción atractiva) también son muy relevantes para las mujeres. </p>
<p>Ninguna de las actividades académicas aumenta la atracción hacia el emprendimiento de los hombres: son las circunstancias del estudiante previas a ingresar a la escuela las que explican su atracción hacia el emprendimiento. Otros factores, como tener algún familiar empresario o la experiencia laboral, tienen más influencia en los hombres. </p>
<h2>Impacto diferente según el curso académico</h2>
<p>Cuando analizamos cada curso, encontramos que en etapas educativas tempranas la atracción hacia el emprendimiento de las mujeres aumenta cuando participan en actividades académicas con personas influyentes que transmiten sus puntos de vista y testimonios. </p>
<p>Sin embargo, en etapas posteriores también es importante la participación en actividades académicas experienciales (preparación de una competición de plan de negocio y participación en asociaciones). En los últimos cursos también tiene gran influencia conocer a futuros emprendedores: ayudan a las estudiantes a imaginarse a sí mismas como empresarias cuando se acercan a la graduación.</p>
<p>Para los hombres, por el contrario, las actividades que influyen en su atracción hacia el emprendimiento son esencialmente las experienciales (asociaciones, concursos) en los últimos cursos. Esto puede indicar que la mayoría de los estudiantes varones ya han considerado el emprendimiento como una opción viable para ellos antes de su ingreso a la escuela. </p>
<h2>Cómo fomentar el emprendimiento femenino</h2>
<p>Para apoyar eficazmente el espíritu empresarial femenino y superar los estereotipos, es fundamental tener en cuenta las diferencias de género en el impacto de las actividades inspiradoras, además de considerar el nivel académico. Las instituciones académicas que deseen fomentar el espíritu empresarial femenino deberían combinar actividades de larga duración, como los concursos de plan de negocio, con la promoción del contacto cercano con “personas de referencia” mediante la organización de eventos en la institución que favorezcan la creación de redes. Además, deberían centrarse en desarrollar las habilidades y sentimientos de las mujeres, que juegan un papel muy relevante. </p>
<p>Es importante capacitar a los docentes no solo para enseñar emprendimiento, sino también para “inspirar” a los estudiantes y animarles a considerar seriamente convertirse en emprendedores superando los estereotipos. Nuestros resultados pueden ayudar a diseñar políticas que proporcionen a las mujeres más apoyo para facilitar su emprendimiento, así como para promover la educación emprendedora.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/178933/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Laura Padilla Angulo recibe fondos de Excelencia Junta (PY-18-FR-0007) y Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (PGC2018-093506-B-I00). </span></em></p>La brecha de género en el emprendimiento se puede combatir con actividades formativas de impacto en la etapa superior. Analizamos las más eficaces.Laura Padilla Angulo, Profesor Titular de Economía, Universidad Loyola AndalucíaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1751572022-02-10T18:00:32Z2022-02-10T18:00:32ZLos problemas actuales de las mujeres en la ciencia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/445384/original/file-20220209-17-ml3nq3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5659%2C3775&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/little-scientist-children-scientists-making-experiments-1159906795">Shutterstock / Shine Nucha</a></span></figcaption></figure><p>Seguramente, al leer este artículo habrá quien piense si de verdad es todavía necesario dedicar un día a la mujer y la niña en la ciencia. ¿Es que nuestras jóvenes no tienen la oportunidad de escoger la opción profesional que prefieran? De hecho, yo misma, cuando estudiaba la carrera de biología, pensaba que la batalla por la igualdad era algo totalmente superado y que mis oportunidades profesionales dependerían de mis capacidades, quizás también un poco de la suerte, pero en ningún caso de mi género. </p>
<p>Sin embargo, cuando me tocó enfrentarme al mundo laboral, me encontré con que la realidad no era tan simple. Me di cuenta de que las expectativas de la sociedad respecto a los hombres y las mujeres eran bastante diferentes. En ellos, la competitividad o el situar el trabajo en la zona más alta de su escala de valores eran cualidades a apreciar. En nosotras, esos mismos atributos se consideraban “defectos” o, en el mejor de los casos, cualidades poco femeninas. </p>
<p>No se nos decía explícitamente que no nos dedicáramos a profesiones que requirieran mucho tiempo y esfuerzo. Pero se esperaba de nosotras que nuestra dedicación a la familia siempre estuviera por encima de nuestras aspiraciones profesionales. Y si no lo hacías, es que algo fallaba en ti.</p>
<p>Han pasado ya varias décadas desde que yo era una estudiante universitaria. Sin embargo, mucho me temo que la situación que he expresado arriba no ha experimentado muchos cambios. Un <a href="https://www.ucjc.edu/en/2018/11/a-study-by-ucjc-warns-that-only-4-2-of-spanish-teenage-girls-aspire-to-work-in-science/">estudio de la Universidad Camilo José Cela</a> indica que, en España, solo un 16.3 por ciento de los adolescentes de 15 años prevé dedicarse profesionalmente a las áreas STEM (siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). De ellos, solo el 4.2 por ciento son alumnas. </p>
<h2>¿A qué se debe la baja preferencia de las chicas por las carreras STEM?</h2>
<p>La respuesta fácil es que el género determina en parte los gustos y por eso las chicas no optan por las carreras científicas. Otra respuesta, un poco más incómoda, es que hay condicionamientos sociales que hacen que las mujeres pensemos que nuestra orientación profesional debe ir por otro lado. Esos condicionamientos pueden estar tan profundamente arraigados que lleguemos a pensar que estamos decidiendo libremente.</p>
<p>Una de las razones por las que las niñas y adolescentes pueden verse poco inclinadas hacia las carreras STEM es la falta de referentes femeninos. Como <a href="https://www.washingtonpost.com/news/speaking-of-science/wp/2018/03/20/only-3-in-10-children-asked-to-draw-a-scientist-drew-a-woman-but-thats-more-than-ever/">algunos estudios avalan</a>, cuando se les pide a niños de corta edad que dibujen un científico, lo más normal es que dibujen a un hombre. Y no es de extrañar, ya que, cuando uno busca en internet imágenes de científicos famosos, mayoritariamente aparecen hombres. </p>
<p>No solo es que haya grandes científicas del pasado cuyos logros han permanecido en el olvido durante años y años. Además, la élite de la ciencia actual sigue estando dominada por hombres. Y eso significa que las mujeres seguimos teniendo poco que decir en las decisiones científicas de alto nivel, como las áreas de investigación que deben ser priorizadas o el reparto de fondos destinados a cada una de ellas.</p>
<p>Esta falta de referentes es una de las razones por las que <a href="https://11defebrero.org/">iniciativas como las del 11F</a> son tan necesarias para visibilizar la labor de las mujeres científicas. No se trata de convencer a nadie de nada, pero sí de hacer ver que puede haber mujeres que se dedican a la ciencia y que triunfan en su profesión. Y que lo hacen siendo personas normales, con los mismos gustos, preocupaciones e inquietudes que el resto de los mortales. </p>
<p>¡Las científicas no somos bichos raros, ni éramos las chaladas de la clase en nuestros tiempos de estudiantes! </p>
<p>Algo que sí puedo asegurar es que disfrutamos mucho de nuestro trabajo. Aunque la ciencia es una actividad bastante exigente, también es muy generosa y devuelve cosas muy importantes. Entre ellas, la satisfacción de realizar un trabajo creativo en el que estás continuamente aprendiendo y, a veces, también rectificando. La ciencia bien entendida te obliga a ser humilde, porque lo que hoy das como una certeza quizás mañana tenga que ser corregido en base a nuevas evidencias. Y esa es una lección de vida muy importante.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/445463/original/file-20220209-25-1evf8ov.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/445463/original/file-20220209-25-1evf8ov.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/445463/original/file-20220209-25-1evf8ov.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=951&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/445463/original/file-20220209-25-1evf8ov.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=951&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/445463/original/file-20220209-25-1evf8ov.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=951&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/445463/original/file-20220209-25-1evf8ov.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1195&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/445463/original/file-20220209-25-1evf8ov.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1195&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/445463/original/file-20220209-25-1evf8ov.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1195&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Balance por género de los Premios Nobel de Química, Medicina o Fisiología y Física a lo largo de su historia realizado para la revista Nature.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.nature.com/articles/d41586-021-02782-2">Nature</a></span>
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<h2>El poder de los sesgos inconscientes</h2>
<p>Si miramos las estadísticas de los premios más prestigiosos del mundo, los premios Nobel, desde principios del siglo pasado hasta la actualidad, se observa que <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-021-02782-2">el número de mujeres que los ha conseguido en las categorías científicas (Física, Química y Medicina) es una absoluta minoría que apenas llega al 3%</a>. De hecho, en el año 2021, ninguno de estos premios recayó en una mujer. </p>
<p>Una distribución como esa no puede ser producto del azar. Más bien indica que algo está fallando en la sociedad. </p>
<p>No es probable que la academia sueca tenga manía a las mujeres, pero es cierto que los méritos de hombres y mujeres no son juzgados de la misma forma. Hay un <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3478626/">estudio muy conocido</a>, realizado con un currículum inventado, que fue reproducido algo más de un centenar de veces y enviado a investigadoras e investigadores, con la intención de que fuera valorado para la obtención de un puesto de trabajo. </p>
<p>El resultado fue que, cuando en el currículum aparecía el nombre de un hombre, era sistemáticamente mejor valorado que cuando estaba firmado por una mujer. Y el sesgo fue el mismo cuando los evaluadores eran hombres o mujeres. O sea que nosotras caemos en los mismos errores que los hombres a la hora de juzgar nuestro trabajo. Lo cual no es extraño, puesto que hemos sido educados en la misma sociedad. </p>
<p>¿Cuándo comenzamos a menospreciar así nuestro trabajo? Pues parece que a edades muy tempranas. Nuevamente toca citar <a href="https://www.science.org/doi/full/10.1126/science.aah6524">otro estudio</a>, realizado con un número significativo de niñas y niños, en el que se muestra que, ya a la edad de seis años, las niñas creen que los miembros de su propio género son menos listas que los chicos y, cuando se les propone participar en una actividad para la que supuestamente se requiere ser inteligente, rehúsan participar en mucha mayor medida que ellos. </p>
<p>Sin embargo, cuando la propuesta es participar en algo para lo que se requiere mucha capacidad de trabajo, las niñas sí se ofrecen voluntarias. Esto es muy importante, porque aquello de lo que nos creemos capaces influye notablemente en nuestras aspiraciones. Si a los seis años nos creemos inferiores, nos va a costar mucho mostrar nuestros logros al crecer. Y acabaremos volviéndonos invisibles.</p>
<h2>¿Es que a las mujeres no nos gusta ser líderes?</h2>
<p>Si analizamos la distribución por género en los diferentes niveles de las escalas científicas, encontraremos una <a href="https://www.csic.es/sites/www.csic.es/files/anexo_evaluacion_iiipimh.pdf">distribución</a> que se repite en prácticamente todas las Universidades y Organismos Públicos de Investigación. Concretamente, mientras en las escalas inferiores los porcentajes de hombres y mujeres son similares, en los puestos de mayor nivel la proporción de hombres es claramente superior. Parece que las mujeres abandonamos más y también que nos conformamos con los puestos que requieren menos responsabilidad.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/445468/original/file-20220209-21-l5lxa8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/445468/original/file-20220209-21-l5lxa8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/445468/original/file-20220209-21-l5lxa8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/445468/original/file-20220209-21-l5lxa8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/445468/original/file-20220209-21-l5lxa8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/445468/original/file-20220209-21-l5lxa8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/445468/original/file-20220209-21-l5lxa8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/445468/original/file-20220209-21-l5lxa8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Porcentajes de género en los sucesivos estadios de las escalas científicas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.csic.es/sites/www.csic.es/files/anexo_evaluacion_iiipimh.pdf">Gráfico elaborado a partir de datos de II Plan de Igualdad del CSIC / 2020</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Nuevamente tenemos que volver a los estereotipos y a las diferentes expectativas de la sociedad. En este caso respecto a un tema como es el del cuidado de los hijos y las personas dependientes. Se trata de tareas sumamente importantes que deberían ser puestas en valor para que todos, hombres y mujeres, estemos orgullosos de realizarlas. </p>
<p>Aún así, hay que reconocer que son tareas duras, que requieren tiempo y que pueden pasar factura profesional. Por eso es necesario que haya <a href="https://www.etuc.org/sites/default/files/A_TT_egalite_u_sexes_EN_1.pdf">medidas de conciliación</a> eficientes y que a estas medidas no solo accedan las mujeres. De ser así, cualquier persona con capacidad de contratar preferirá incorporar a hombres en sus plantillas.</p>
<h2>Unos consejos que a mí misma me cuesta cumplir</h2>
<p>Me gustaría finalizar todas estas reflexiones con unos cuantos consejos, sobre todo para las niñas. Unos consejos que todavía a mí misma me cuesta cumplir a veces:</p>
<ul>
<li><p>No esperéis a ser perfectas para mostrar de lo que sois capaces.</p></li>
<li><p>No os sintáis culpables si tenéis que delegar algunas tareas “de mujeres” en otras personas.</p></li>
<li><p>Y, sobre todo, ¡no abandonéis antes de intentarlo!</p></li>
</ul><img src="https://counter.theconversation.com/content/175157/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ester Lázaro Lázaro recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación a través del proyecto de investigación con referencia PID2020-113284GB-C22.</span></em></p>¿De verdad aún es necesario dedicar un día a la mujer y la niña en la ciencia? ¿Acaso las jóvenes no tienen la oportunidad de escoger la opción profesional que prefieran? Sí, pero las expectativas de la sociedad respecto a los hombres y las mujeres aún son distintas. Y las interiorizamos sin darnos cuenta.Ester Lázaro Lázaro, Investigadora Científica de los Organismos Públicos de Investigación. Especializada en evolución de virus, Centro de Astrobiología (INTA-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1739232022-01-09T20:21:35Z2022-01-09T20:21:35ZLas ventajas de estudiar las enfermedades raras usando plataformas de comunicación en línea<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/439163/original/file-20220103-48250-dk72tu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4992%2C2477&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/editor/image/laptop-concept-illustration-group-people-participating-1803591679">Shutterstock / Bulgakova Christina</a></span></figcaption></figure><p>La repentina aparición de la <a href="https://www.who.int/es/health-topics/coronavirus#tab=tab_1">covid-19</a> y la declaración del estado de alarma por la <a href="https://doi.org/10.1016/j.cell.2020.08.021">pandemia mundial</a> alteró toda actividad vital y laboral de las personas, paralizando en seco la rutina cotidiana. La población fue confinada en sus hogares como medida preventiva y el <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33362656/">teletrabajo</a> se instauró como una realidad. </p>
<p>En situaciones de emergencia sanitaria, la prioridad se centra en preservar la salud y el bienestar de las personas. Por ello las actividades no esenciales fueron suspendidas como medida preventiva y de protección. Y eso incluía el trabajo de campo de los proyectos de investigación. </p>
<h2>Ante la adversidad, acción</h2>
<p>Ante este caos inesperado, toda la ciudadanía se vio obligada a “reestructurar sus vidas”, y los proyectos de investigación que estaban en marcha también tuvieron que adaptarse.</p>
<p>Este es el caso de un estudio sobre <a href="https://theconversation.com/menos-frecuentes-pero-igual-de-importantes-que-son-las-enfermedades-raras-154758">Enfermedades Raras</a> y Demora Diagnóstica, financiado por la Acción Estratégica en Salud, que se estaba realizando en la Comunitat Valenciana. Dicho proyecto tenía dos fases previstas para la recogida de información: una cuantitativa (mediante un cuestionario) y otra cualitativa, a través de <a href="http://journals.rcni.com/nursing-standard/focus-group-research-ns.29.37.44.e8822">grupos de discusión</a>. Pero la <a href="https://www.lamoncloa.gob.es/consejodeministros/resumenes/Paginas/2020/14032020_alarma.aspx">declaración del estado de alarma</a> en marzo 2020 irrumpió en el tránsito de una fase a otra.</p>
<h2>Plataformas de comunicación: la red que nos une</h2>
<p>Durante el periodo estricto de confinamiento, la tecnología, los teléfonos móviles, la conexión a Internet, las redes y plataformas de comunicación como Skype®, Teams®, Zoom® o Jitsi® fueron la ventana de conexión al mundo. Se convirtieron en herramientas imprescindibles para la comunicación entre personas, pero también permitieron continuar desarrollando la actividad científica. Estas plataformas de comunicación han sido el medio para superar la distancia física y el aislamiento, acercando a las personas y facilitando la conexión y el contacto entre ellas. </p>
<p>En el proyecto de investigación citado anteriormente se decidió utilizar <a href="http://smj.sma.org.sg/4903/4903me1.pdf">grupos de discusión</a> porque son la mejor técnica para “fotografiar” la realidad y “poner voz” a las dificultades que sufren las personas con enfermedades raras. La esencia de estos grupos es la presencialidad: estar cara a cara y analizar el contenido del discurso. La fluidez y espontaneidad de la conversación que se produce entre las personas participantes es similar a la que se produce en una conversación informal. </p>
<p>Sin embargo, era imposible llevar a cabo los grupos de manera presencial, dada la evolución de la pandemia, el cierre de espacios públicos y privados, el miedo al contagio de las personas invitadas y su elevado riesgo de comorbilidad. Incluso cuando la situación mejoró y las restricciones de la “<a href="https://administracion.gob.es/pag_Home/atencionCiudadana/Crisis-sanitaria-COVID-19.html">nueva normalidad</a>” hacían posible los grupos de manera presencial, los participantes invitados no estaban receptivos porque se sentían vulnerables y expuestos a riesgo. </p>
<p>La covid-19 forzó al equipo de investigación a ingeniar nuevas estrategias de investigación para conseguir recoger la información necesaria.</p>
<h2>De la acción a la reacción</h2>
<p>Una buena estrategia era utilizar y aprovechar los medios que todos teníamos al alcance y éramos capaces de utilizar. En concreto se decidió transformar los grupos de discusión presenciales en entrevistas grupales en línea. Algo así como “<em>si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma</em>”. La selección de participantes de este proyecto no se vio afectada, porque la información de los cuestionarios fue previa. </p>
<p>Aunque el guión previsto y los objetivos del estudio no lo contemplaban, estas sesiones sirvieron para recoger información extra sobre las consecuencias de la covid-19 en la <a href="https://www.rivistadipsichiatria.it/archivio/3382/articoli/33569/">salud mental</a> de los participantes y las repercusiones de los periodos de confinamiento. La información recogida ha permitido acabar el proyecto y ha abierto nuevas líneas de investigación a desarrollar en el futuro.</p>
<h2>No hay mal que por bien no venga</h2>
<p>Estas plataformas de comunicación permiten continuar desarrollando actividad científica. Una de las ventajas más destacadas es que son gratuitas, sin gasto para quienes participan. Destaca también su flexibilidad, tanto para los investigadores como para los participantes, ya que facilitan la adaptación de horarios y la conciliación. Estar detrás de una pantalla aporta fluidez y espontaneidad a la comunicación, aunque se trate con gente desconocida, dado que se suele estar conectado desde casa, dentro de la zona de confort.</p>
<p>Además, el uso de estas plataformas ha puesto de manifiesto la <a href="http://dx.doi.org/10.30827/eticanet.v20i1.15521">brecha digital y de género</a> que existe en nuestra sociedad respecto al uso de la tecnología. También se ha constatado cómo la empatía se hace patente de manera verbal entre las personas participantes, puesto que no es posible el contacto físico.</p>
<p>La idea de utilizar estas plataformas <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213911120301412?via%3Dihub">no es nueva</a>, pero su puesta en marcha y evaluación a la hora de validar los resultados obtenidos ha servido para constatar dos hechos:</p>
<ol>
<li><p>Que es posible hacer investigación social en salud con una metodología flexible.</p></li>
<li><p>Que el espacio virtual y las plataformas de comunicación en línea son una vía adecuada para la investigación en enfermedades raras. </p></li>
</ol>
<p>En definitiva, las entrevistas grupales en línea han servido para continuar con el trabajo de investigación ante un escenario adverso. Además, han demostrado ser una herramienta accesible e inclusiva, facilitando la participación de una manera mucho más flexible, rápida y directa entre investigadores y pacientes.</p>
<p>Por último, resaltar la retroalimentación en el aprendizaje entre ambas partes, permitiendo un modelo de investigación más dinámico. Todo ello merece ser tenido en cuenta en investigaciones venideras y es altamente enriquecedor para el estudio de enfermedades raras.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/173923/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Clara Cavero Carbonell recibe fondos, obtenidos en concurrencia competitiva, de la Comisión Europea para la realización de proyectos de investigación. Es socia de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Óscar Zurriaga recibe fondos, obtenidos en concurrencia competitiva, de la Acción Estratégica en Salud (AES), Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), para la realización de un proyecto de investigación. Es vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).
El proyecto de investigación mencionado en el texto es el PI18/02190, financiado por la AES del ISCIII: "Análisis, determinantes e impacto de la demora diagnóstica en las enfermedades raras".</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Lucía Páramo Rodríguez y María Eugenia González Sanjuán no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Lejos de paralizar la investigación en enfermedades raras, la pandemia ha servido para desarrollar nuevas estrategias de investigación social en salud con metodologia flexibleLucía Páramo Rodríguez, Assistant researcher. Unidad Mixta de Investigación en Enfermedades Raras FISABIO-UVEG, Fisabio, FisabioClara Cavero Carbonell, Unidad Mixta de Investigación en Enfermedades Raras FISABIO-UVEG, FisabioMaría Eugenia González Sanjuán, Universitat de ValènciaÓscar Zurriaga, Profesor Titular. Dpto. de Medicina Preventiva y Salud Pública (UV). Serv. Estudios Epidemiológicos y Estadist. Sanit. (Generalitat Valenciana). Unid. Mixta Investigación Enfermedades Raras FISABIO-UVEG. CIBER Epidemiología y Salud Pública, Universitat de ValènciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1602922021-05-25T20:19:23Z2021-05-25T20:19:23ZPocas mujeres lideran las ciencias del deporte: invirtamos la tendencia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/402588/original/file-20210525-13-hare8t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5120%2C2874&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/beautiful-woman-athlete-runs-on-treadmill-1036798474">Shutterstock / Gorodenkoff</a></span></figcaption></figure><p>Afirmar que la mujer ha tenido una menor presencia que el hombre en la investigación científica no es algo nuevo. Tenemos evidencia de que <a href="https://journals.plos.org/plosbiology/article?id=10.1371/journal.pbio.2004956">las mujeres han tenido una representación claramente inferior en las ciencias experimentales, las ingenierías y la medicina, entre otros campos de conocimiento</a>. </p>
<p>Un estudio de la Universidad de Almería demuestra ahora que, <a href="https://www.jsams.org/article/S1440-2440(21)00106-7/abstract">en los últimos 20 años, la presencia de la mujer en puestos de liderazgo en investigación en ciencias del deporte ha sido, en ocasiones, marginal</a>. </p>
<p>En <a href="https://www.jsams.org/article/S1440-2440(21)00106-7/abstract">este estudio</a> se identificó si el primer y último autor (los puestos de liderazgo), de casi 5 000 artículos científicos de primer nivel, era hombre o mujer. Los resultados demostraron que apenas uno de cada cuatro artículos estuvieron liderados por mujeres en primera autoría. </p>
<p>Esta baja representación fue todavía más acentuada en posiciones de mayor responsabilidad, donde tan solo uno de cada seis artículos tuvieron a una mujer como última autora. Dado que esta última posición está casi siempre ocupada por el líder del grupo de investigación o el investigador principal del proyecto, parece claro que las investigaciones en ciencias del deporte en las últimas dos décadas han estado predominantemente lideradas por hombres. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402610/original/file-20210525-15-v75xyo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402610/original/file-20210525-15-v75xyo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=223&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402610/original/file-20210525-15-v75xyo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=223&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402610/original/file-20210525-15-v75xyo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=223&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402610/original/file-20210525-15-v75xyo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=280&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402610/original/file-20210525-15-v75xyo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=280&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402610/original/file-20210525-15-v75xyo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=280&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Fig. 1 Número de artículos publicados por hombres y mujeres en primera (A) y última (B) autoría desde enero de 2000 hasta septiembre de 2020 en ciencias del deporte.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Este mismo análisis por sexo se realizó con más de 1 400 puestos en consejos editoriales de 14 de las mejores revistas del mundo en ciencias del deporte. Puede resultar abrumador descubrir que el 82 % de los puestos editoriales están ocupados por hombres. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402604/original/file-20210525-13-14ligpk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402604/original/file-20210525-13-14ligpk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=322&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402604/original/file-20210525-13-14ligpk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=322&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402604/original/file-20210525-13-14ligpk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=322&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402604/original/file-20210525-13-14ligpk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=405&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402604/original/file-20210525-13-14ligpk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=405&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402604/original/file-20210525-13-14ligpk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=405&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Fig. 2 Distribución por sexo de los consejos editoriales de las 14 revistas de ciencias del deporte seleccionadas. Datos de septiembre de 2020.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Pero puede resultar todavía más chocante que, cuando se analizaron todos los puestos de editor jefe de las 85 revistas de mayor prestigio internacional en el área, las mujeres ocuparon tan solo 12 de los 103 puestos disponibles (un 12 %). </p>
<p>Los editores jefe son los responsables de tomar las decisiones que hacen avanzar la ciencia, ya que deciden sobre los temas que son relevantes, los artículos que se deben publicar, etc. Con un 12 % de representación, se puede afirmar que la mujer ha tenido una influencia prácticamente marginal en estas decisiones y que existe un amplio margen de mejora.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/402375/original/file-20210524-19-17q9p02.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402375/original/file-20210524-19-17q9p02.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402375/original/file-20210524-19-17q9p02.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=336&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402375/original/file-20210524-19-17q9p02.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=336&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402375/original/file-20210524-19-17q9p02.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=336&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402375/original/file-20210524-19-17q9p02.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=422&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402375/original/file-20210524-19-17q9p02.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=422&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402375/original/file-20210524-19-17q9p02.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=422&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>¿Qué repercusiones tiene la baja presencia femenina liderando la ciencia?</h2>
<p>La primera consecuencia de la escasa presencia de la mujer en la investigación y en los procesos editoriales es la falta de diversidad y de perspectivas en la toma de decisiones. Esto hace que se reduzca mucho la variedad de temáticas investigadas, como las relacionadas con el deporte femenino, que ha sido ampliamente ignorado por la ciencia.</p>
<p>Por ejemplo, hoy sabemos que la fisiología de la mujer en el deporte está claramente infrainvestigada. Con la profesionalización del deporte femenino, <a href="https://sportsmedicine-open.springeropen.com/articles/10.1186/s40798-019-0224-x">los entrenadores y preparadores físicos tienen grandes problemas para programar los entrenamientos de mujeres de élite en base a una evidencia científica que proviene de estudios en hombres</a>. </p>
<p>También <a href="https://www.liebertpub.com/doi/10.1089/jwh.2009.1904">se ha asociado a las mujeres editoras con un proceso editorial más exhaustivo y riguroso</a>, lo que podría indicar que una composición más equitativa de mujeres y hombres podría incrementar la calidad de la investigación científica en este área.</p>
<h2>¿Por qué esta baja presencia de la mujer?</h2>
<p>Algunas teorías explican esta falta de liderazgo femenino en la investigación en ciencias del deporte. Una de ellas se llama “inercia demográfica”. Esta teoría sugiere que las personas que trabajaban en el área hace 20 o 30 años son las que hoy en día ocupan los puestos de liderazgo. </p>
<p>Dado que las ciencias del deporte son un campo de estudio que tradicionalmente ha tenido una gran predominancia masculina, esta teoría puede explicar gran parte de estos datos. Por ejemplo, <a href="https://www.ine.es/up/fRjSTLkp">de las 3 866 personas que se graduaron en España en ciencias del deporte en el año 2014, solo un 21 % eran mujeres</a>. Por este motivo, parece difícil pensar que sea posible revertir estas diferencias a corto plazo.</p>
<p>La <a href="https://www.jstor.org/stable/23078364?seq=1#metadata_info_tab_contents">teoría de la tubería</a> explica que en cada etapa educativa se van perdiendo mujeres y al final de la <em>tubería</em> (en el caso de la ciencia los estudios de posgrado y posdoctorales) quedan pocas mujeres que aspiren a ocupar puestos de liderazgo. </p>
<p>Pero, ¿por qué se pierden mujeres por el camino? Es posible que la falta de modelos a seguir juegue un papel importante para atraer talento femenino en las ciencias del deporte. También pueden tener una gran influencia los mensaje que la sociedad traslada, implícitamente, a las mujeres desde edades tempranas. </p>
<p>Un estudio de la universidad de Chicago encontró que <a href="https://phys.org/news/2021-04-gender-bias-impacts-college-career.html">cuando los estudiantes de bachillerato hacían entrevistas con profesionales para informarse sobre posibles trabajos, las chicas recibían el doble de mensajes relacionados con la importancia de tener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal que los chicos</a>. Sin lugar a dudas, recibir este tipo de mensajes subliminales de forma continuada a través de la familia, el sistema educativo, y el mundo profesional, puede disuadir a las mujeres de perseguir una carrera científica en las ciencias del deporte. </p>
<p><a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0306312711435830?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori:rid:crossref.org&rfr_dat=cr_pub%20%200pubmed">El efecto Matilda</a> describe cómo los méritos de las mujeres reciben un reconocimiento inferior que los méritos de los hombres. Esta es la teoría que mejor se identifica con las desigualdades de género. Hay ejemplos claros del efecto Matilda en la investigación científica. En 1997, <a href="https://www.nature.com/articles/387341a0">un estudio evidenció que las mujeres que solicitaron una beca de investigación del <em>Swedish Medical Research Council</em>, necesitaron 2,5 veces más méritos que los hombres para competir en igualdad</a>. </p>
<p>Sin embargo, actualmente se desconoce hasta qué punto el efecto Matilda ha tenido una incidencia importante en el área de ciencias del deporte. Solo una mayor investigación puede determinar con exactitud los mecanismos que han conducido a estos bajos porcentajes de mujeres en puestos de liderazgo. </p>
<h2>¿Invirtiendo la tendencia?</h2>
<p>La buena noticia es que <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1440244021001067">el porcentaje de mujeres como primera autora se ha incrementado un 0,5 % anualmente desde 2000 hasta 2020</a>. Es un dato esperanzador que, de seguir así, podría igualar la balanza en las próximas décadas. </p>
<p>Lo que no está claro es si este incremento es suficiente o si está siendo demasiado lento. </p>
<p>Sabiendo que no ha habido cambios en la presencia de la mujer como autora senior ni como autora en general, cabe seguir trabajando para que esta tendencia pueda extenderse a los puestos de mayor responsabilidad en los próximos años.</p>
<h2>¿Y ahora qué?</h2>
<p>Este estudio pone de manifiesto por primera vez la baja presencia de la mujer en ciencias del deporte y corrobora la baja representación de la mujer en la ciencia. Ahora necesitamos dos cosas: la primera, entender por qué estamos así; la segunda, buscar los mecanismos para incrementar la atracción de talento y la presencia femenina en este campo de conocimiento.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/160292/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alberto Soriano-Maldonado no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Un estudio reciente muestra que la presencia femenina en puestos de responsabilidad ha sido, en las últimas décadas, muy baja.Alberto Soriano-Maldonado, Profesor Titular de Universidad. Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Almería. Profesor de Investigación e Innovación en la Actividad Física y el Deporte. Investigador del SPORT Research Group (CTS-1024), Universidad de AlmeríaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1599502021-05-06T17:57:26Z2021-05-06T17:57:26ZLa salud de las mujeres y la de los hombres son distintas, pero se tratan igual<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/398101/original/file-20210430-13-4k2hz6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5991%2C3988&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/blur-image-patients-hospital-waiting-see-1937140288">Shutterstock / Medical-R</a></span></figcaption></figure><p>A menudo, la investigación médica ha mirado a las mujeres “como si fueran hombres”. Es decir, ha ignorado sus problemas, enfermedades específicas, sus quejas, malestar y causas del dolor, para centrar casi exclusivamente el estudio de las mujeres en su salud reproductiva. </p>
<p>Pero lo cierto es que es mucho más que eso. Según <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/gender">la OMS (2021)</a>, el género es un factor determinante de la salud. Es decir, el género de una persona puede influir de manera significativa en su estado de salud física, psicológica y social, así como en su nivel de bienestar durante los años vividos. </p>
<p>Eso implica que la morbilidad diferencial, entendida como las diferencias en el proceso de salud-enfermedad que existen entre <a href="https://www.mdpi.com/2077-0383/9/10/3165">mujeres y hombres</a>, requiere una <a href="https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57272002000500007">mayor atención</a>. </p>
<h2>Socialización “en femenino”</h2>
<p>La manera en que la persona es socializada influye en su forma de concebir el mundo, a los demás y a sí misma. Esta socialización es, por lo general, distinta en función de nuestro sexo de nacimiento, lo que se conoce como socialización de género. </p>
<p>La consecuencia inmediata es que se generan patrones de comportamiento, sistemas de creencias, expectativas, maneras de relacionarnos, de estar en el mundo, de sentir y de experimentar que difieren entre mujeres y hombres. </p>
<p>La socialización tradicional “en femenino” suele inculcar a las niñas y adolescentes la importancia de estar siempre guapa y delgada, de ser responsable, mantenerse tranquila, pensar más en los demás que en sí misma, relegar sus necesidades y estar más pendientes de lo que otras personas demanden. </p>
<p>Esta socialización diferencial también favorece una determinada <a href="https://academica-e.unavarra.es/handle/2454/20009">“especialización emocional”</a>, que refuerza y favorece la tristeza, el miedo y la culpa. Por el contrario, en la educación de las niñas se suelen refrenar la decisión, la seguridad, el enfado o la valentía. Lo que es más, la mayor expresión de emociones por parte de las mujeres en su estilo de liderazgo, en el trabajo en equipo o en los procesos de negociación se percibe socialmente como una debilidad. </p>
<p>En la edad adulta, la socialización diferencial femenina se refleja en la asunción de roles de género que conllevan una sobrecarga de tareas y responsabilidades, a menudo centradas en el cuidado de otras personas, que se intentan compaginar con la presencia en el mercado laboral. </p>
<p>Esto se conoce como la doble jornada, es decir, jornada laboral más trabajo doméstico o de cuidados. Esta doble presencia/ausencia simboliza el estar y no estar, y obliga a las mujeres a pasar de una cultura del cuidado a una del beneficio, interiorizando las tensiones que ello conlleva. Además de que dificulta la igualdad de oportunidades para el desarrollo de la carrera profesional. Y eso implica que se perpetúa la brecha de género. </p>
<h2>La tensión de la doble presencia</h2>
<p>Existen numerosas investigaciones que constatan el malestar que experimentan las mujeres, en términos de salud, cuando tienen que hacer frente a la tensión que les supone la doble presencia o la “conciliación”. Quizás porque una de las consecuencias de esta sobrecarga es un menor tiempo disponible para un autocuidado saludable y para sí mismas. </p>
<p>Tampoco podemos obviar que las mujeres presentan mayor esperanza de vida en comparación con los hombres. Eso no significa que disfruten de un envejecimiento más satisfactorio. Si tenemos en cuenta los diversos indicadores económicos basados en la cuantía de las pensiones y el derecho a las mismas, ellas se sitúan en clara desventaja. </p>
<p>Las mujeres mayores deben enfrentar su coyuntura personal y vital, que en muchos casos las ha situado en la dependencia y la pobreza, al tiempo que desenmascara algunos mandatos socioculturales que las han limitado, relacionados con un concepto de belleza y juventud que no respeta <a href="https://www.e-revistes.uji.es/index.php/recerca/article/view/150">el propio proceso natural de envejecer</a>. </p>
<h2>Salud psicológica y medicalización</h2>
<p>En el plano de la salud psicológica, la socialización de género femenina se asocia con una mayor prevalencia de problemas como <a href="http://www.msc.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/equidad/05modulo_04.pdf">la ansiedad, la depresión o los trastornos de la conducta alimentaria</a>, unidos a un marcado deterioro de la <a href="https://www.mujeresparalasalud.org/la-autoestima-de-las-mujeres-2/">autoestima</a>. </p>
<p>Además, <a href="https://news.un.org/es/story/2021/03/1489292">una de cada tres mujeres es víctima</a> de algún tipo de violencia de género. A lo largo de sus vidas, muchas mujeres experimentan episodios o situaciones más o menos sostenidas en el tiempo de acoso o abuso sexual, o de violencia por parte de su (ex)pareja. Estos acontecimientos suponen un riesgo para la salud de las mujeres, provocando un peor estado de salud general.</p>
<p>A esto se suma una mayor <a href="https://link.springer.com/chapter/10.1057/9781137295408_8">medicalización de la salud de las mujeres</a> como consecuencia, al menos en parte, de sesgos de género en el diagnóstico, atención, tratamiento e investigación. Así sucede, por ejemplo, con el dolor y el cansancio que muchas mujeres presentan como motivo principal de consulta. Cuando no quedan sin diagnosticar, se diagnostican erróneamente, derivando en un mayor consumo de psicofármacos, a menudo innecesarios. </p>
<p>Otro ejemplo lo encontramos en <a href="https://www.mdpi.com/2077-0383/9/10/3165">las enfermedades cardiovasculares</a>. Es poco conocido que los síntomas de infarto más frecuentes <a href="https://theconversation.com/los-ataques-cardiacos-son-diferentes-en-mujeres-y-en-hombres-y-la-atencion-medica-debe-asumirlo-112237">en mujeres son distintos</a> a los que suelen ocurrir en los hombres. Este desconocimiento, unido a la percepción errónea de que los problemas cardiovasculares ocurren más en hombres, da lugar en muchas ocasiones a un diagnóstico tardío y un peor pronóstico. </p>
<h2>No se trata solo de incluir a las mujeres en los datos</h2>
<p>Por todo lo anterior, la perspectiva de género es fundamental para ofrecer la mejor atención sanitaria. No se trata solo de incluir a las mujeres y ver las diferencias. Urgen análisis en los que la diferencia sexual sea una categoría analítica central. Esto implica mucho más que “agregar” mujeres a los datos: tenemos que darnos cuenta de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22256877/">la importancia de ser una mujer o un hombre en la investigación en salud</a>. </p>
<p>Afortunadamente, no todo es negativo en cuanto a la salud de las mujeres. La socialización diferencial y la especialización emocional de la que antes hablamos favorecen, entre otros aspectos saludables, un mayor desarrollo de la empatía y más sensibilidad. </p>
<p>Ambas cosas facilitan la existencia de relaciones sociales, convirtiéndose el apoyo social en una estrategia de afrontamiento saludable frecuente entre las mujeres. Además, muchas mujeres de nuestro entorno son ejemplo de resiliencia y superación ante cualquier adversidad (in)imaginable. </p>
<p>Como <a href="https://cordopolis.eldiario.es/blogopolis/con-canas-y-tan-fresca/tomarnos-serio_132_7827197.html">propone Anna Freixas</a>, si queremos salir adelante las mujeres debemos tomarnos en serio. Eso requiere “valorar nuestra mente y sus producciones, sin pedir perdón por si acaso no están a la altura; nos invita a no estar siempre disponibles, como si el tiempo nos sobrara; supone anteponer nuestras necesidades a las de quienes colonizan nuestro tiempo y, por supuesto, nos insta a respetar nuestro cuerpo, nuestra salud, nuestros sueños y nuestros deseos”. Tomar en consideración la perspectiva de género en la salud abre la puerta al logro de nuestras expectativas vitales.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/159950/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La investigación médica ha mirado a las mujeres “como si fueran hombres” ignorando sus problemas y enfermedades específicas, para centrar casi exclusivamente el estudio en la salud reproductiva.Bárbara Luque Salas, Profesora Titular del Departamento de Psicología, Universidad de CórdobaCarmen Tabernero Urbieta, Catedrática de Psicología Social, Universidad de SalamancaNaima Z. Farhane Medina, Psicología, Universidad de CórdobaRosario Castillo-Mayén, Departamento de Psicología, Universidad de CórdobaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1508972021-03-07T21:03:42Z2021-03-07T21:03:42ZLa brecha de género también existe en la educación emprendedora<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/388169/original/file-20210307-19-t96yz3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C478%2C4500%2C2512&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/business-entrepreneurship-symposium-female-speaker-giving-606162149">Shutterstock / Matej Kastelic</a></span></figcaption></figure><p>Ni sabemos el tiempo que llevamos dándole vueltas a la perspectiva de género en las políticas públicas. La <a href="https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2013-10074">Ley 14/2013 de apoyo a los emprendedores</a> promueve la iniciativa empresarial en el ámbito académico. </p>
<p><a href="https://doi.org/10.1007/s11365-015-0356-5">La universidad es clave</a> en el conocimiento y la capacidad empresarial. Los resultados sobre España del último <a href="https://www.gem-spain.com/wp-content/uploads/2020/06/Informe-GEM-Espa%C3%B1a-2019_20.pdf">Informe Global Entrepreneurship Monitor (2019-2020)</a> señalan que hay un 9 % más de negocios consolidados por hombres (54,40 %) que por mujeres (45,60 %). </p>
<p>La educación emprendedora, por tanto, también se antoja vital para la igualdad de oportunidades e identifica un problema: la brecha de género en el propósito profesional.</p>
<h2>¿En qué se asienta la intención de emprender?</h2>
<p>A nivel teórico, la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_comportamiento_planeado">Teoría del Comportamiento Planificado</a> define que necesitamos una proyección precedente que, junto a la conducta ulterior, se ve influida por factores como las creencias personales y sociales. La determinación de la Intención Emprendedora (IE) se asienta en tres elementos contrastados: </p>
<ol>
<li><p>La Actitud hacia el Emprendimiento (AE) o valoración personal respecto al mismo.</p></li>
<li><p>Las Reglas Sociales (NS) o creencias normativas de otras personas que determinan lo que se espera de uno.</p></li>
<li><p>El Control del Comportamiento Percibido (CCP) o autoeficacia, que hace referencia a la percepción de un individuo sobre si dispone o no de los recursos para poder <a href="https://doi.org/10.1016/0749-5978%20(91)90020-T">llevar a cabo con éxito la iniciativa</a>.</p></li>
</ol>
<p>Durante la última década <a href="https://doi.org/10.1108/14626001011088714">han proliferado</a> las <a href="https://doi.org/10.1016/j.ijme.2019.04.001">investigaciones</a> que indagan sobre la intención emprendedora universitaria. Estos análisis han utilizado como referencia a la población estudiantil universitaria de diversas titulaciones de las ciencias sociales y jurídicas, como la economía o las <a href="http://doi.org/10.17993/3cemp.2020.090141.89-107">relaciones laborales</a>.</p>
<h2>Los varones tienen más iniciativa</h2>
<p>La <a href="https://revistaselectronicas.ujaen.es/index.php/REE/article/view/1732">influencia del género en la intención de emprender</a> ha sido identificada como relevante por diferentes estudios. La evidencia empírica muestra la existencia de un comportamiento diferencial de género en cuanto a la intención emprendedora. </p>
<p>Los varones presentan en general <a href="https://doi.org/10.7441/joc.2020.01.03">una mayor iniciativa que las mujeres</a>, aunque también existen certezas de que las jóvenes experimentan un aumento de la misma superior al de los varones tras recibir <a href="https://doi.org/10.1108/00400910810909054">educación empresarial</a>. </p>
<p>Con relación a las emprendedoras, se constata la existencia de una menor autoeficacia. Todas estas aportaciones prueban que <a href="https://doi.org/10.1007/s11365-016-0389-4">el género es una variable moderadora</a> a tener en cuenta en el análisis de la intención emprendedora. Sin embargo, también existe <a href="https://scielo.conicyt.cl/pdf/jotmi/v12n2/art06.pdf">convencimiento de rechazo</a> a dicha diferencia de género que señala una respuesta similar entre mujeres y varones.</p>
<p>La educación empresarial ayuda a aumentar la intención emprendedora y salvar la brecha entre sexos en el mundo empresarial. Pero existen pocas investigaciones que evalúen la validez y el impacto de las iniciativas formativas sobre el binomio género e intención emprendedora, de ahí la naciente <a href="https://www.ifn.se/wfiles/wp/wp1322.pdf">oportunidad de exploración académica</a>. ¿Hay una nueva pareja de hecho?</p>
<p>Hemos detectado en un estudio que no hay un aumento significativo de la intención emprendedora tras asistir a un curso formativo en creación de empresas. En concordancia con otros análisis, aportamos que los varones exhiben una mayor intención emprendedora que las mujeres, pero que la educación empresarial tiene un mayor efecto en las universitarias, que sí aumentan el CCP y las competencias empresariales. </p>
<p><a href="http://doi.org/10.17993/3cemp.2020.090141.89-107">Las alumnas demuestran una influencia positiva de la actitud hacia el emprendimiento y el control del comportamiento percibido sobre la intención emprendedora</a>, tanto en las estudiantes de relaciones laborales como en las de economía. Por tanto, se puede llegar a la conclusión de que la educación empresarial es un medio eficaz para reducir la brecha de género en emprendimiento.</p>
<p>No todas las variables que muestran diferencias significativas entre las alumnas y los alumnos suponen una implicación directa en la intención emprendedora. Por un lado, dentro de las capacidades emprendedoras no hay un registro de los varones, pero sí de las mujeres (en la capacidad de desarrollar nuevos productos y servicios). </p>
<h2>Competencias y entusiasmo</h2>
<p>Sobre competencias, ellos manifiestan la habilidad para tomar decisiones y ellas revelan el entusiasmo como determinantes de la intención emprendedora. Hay contraste, en definitiva, en lo que se refiere a la presencia de alumnas en las distintas titulaciones, algo que puede estar asociado a la brecha de género en cuanto a la intención emprendedora. A mayor presencia de la educación empresarial, mayor es la intención emprendedora universitaria.</p>
<p>Terminamos referenciando un recurso didáctico y de promoción en la línea de investigación sobre la intención emprendedora y el género. Se trata de un vídeo editado durante el curso 2019-2020 con el patrocinio del III Plan Propio de Docencia de la Universidad de Sevilla, un documento que compendia algunas averiguaciones del estudio sobre la intención emprendedora universitaria. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=UQlWQn5MUg0&feature=youtu.be">Les invitamos a compartirlo</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/150897/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Los negocios consolidados por hombres superan en un 9 % a los levantados por mujeres, una brecha en cuya eliminación ha tener un papel fundamental la educación universitaria.Macarena Pérez Suárez, PDI. Departamento de Economía Aplicada III, Universidad de SevillaIsadora Sánchez Torné, Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1562362021-03-07T20:47:33Z2021-03-07T20:47:33ZEl camino hacia la igualdad: una carrera de obstáculos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/388171/original/file-20210307-21-18eq8dp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C306%2C4985%2C2709&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/symbol-gender-equality-turned-cube-changed-1815443423">Shutterstock / Dmitry Demidovich</a></span></figcaption></figure><blockquote>
<p><em>“No quiero que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas”.</em> </p>
<p>Mary Wollstonecraft</p>
</blockquote>
<p>Año tras año conmemoramos fechas relevantes como el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_Internacional_de_la_Mujer">Día Internacional de la Mujer</a> (<a href="https://blogs.20minutos.es/ciencia-para-llevar-csic/2018/03/07/mientras-la-igualdad-real-sea-un-espejismo-necesitamos-el-8-de-marzo/">8 de marzo</a>), el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_Internacional_de_la_Mujer_y_la_Ni%C3%B1a_en_la_Ciencia">Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia</a> (<a href="https://youtu.be/VZNBmsMYTYA">11 de febrero</a>) o el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_Internacional_de_la_Eliminaci%C3%B3n_de_la_Violencia_contra_la_Mujer">Día Internacional contra la Violencia de Género</a> (25 de noviembre), una fecha, esta última, que desgraciadamente sigue siendo “sangrante” con todas las letras en nuestras sociedades. </p>
<p>Días que nos recuerdan <a href="https://www.homonosapiens.es/el-largo-y-costoso-alumbramiento-de-la-igualdad-real-hacia-una-historia-de-la-filosofia-y-sociedad-inclusivas-monografico-8m/">el camino que queda por recorrer</a>. Porque sigue siendo necesario demandar y reivindicar: acabar con lacras como la violencia de género, alcanzar una igualdad real o una representación verdaderamente paritaria en la sociedad, o eliminar la brecha salarial. Pues lamentablemente el horizonte de la consecución de estas metas se aleja de manera directamente proporcional al avance de las luchas feministas. ¿Por qué es tan difícil conseguir una meta que se presenta avalada por el “sentido común”?</p>
<h2>Las políticas de igualdad</h2>
<p>Desde finales de los ochenta los movimientos feministas internacionales estuvieron convencidos de que la solución estaba en la instauración de “<a href="https://www.ciencia.gob.es/portal/site/MICINN/menuitem.7eeac5cd345b4f34f09dfd1001432ea0/?vgnextoid=92d6894e42204710VgnVCM1000001d04140aRCRD">políticas de igualdad</a>”. Estas políticas han sido promovidas durante décadas por muchos gobiernos e instituciones progresistas en el mundo occidental con los resultados que conocemos. </p>
<p>La oposición creciente de ideologías políticas conservadoras que insisten en una educación y socialización “diferenciadas”, tras la que se esconden costumbres ancestrales grabadas a fuego en las conciencias de varones y mujeres, que abonan la creencia tradicional en una inferioridad de capacidades en las mujeres. </p>
<p>El hecho que constatamos a estas alturas del siglo XXI es que los <a href="https://theconversation.com/11-f-el-machismo-es-malo-para-la-ciencia-154802">prejuicios “culturales” y “sociales”</a> son los que a la larga impiden que se alcance la igualdad real de las mujeres. Y los que, además, convierten en insalvables las barreras para que las mujeres tengan un acceso paritario a los puestos de poder y verdadero reconocimiento.</p>
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<span class="caption">Cartel alegórico Mujer y Ciencia.</span>
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<p>En la <a href="https://www.un.org/womenwatch/daw/beijing/fwcwn.html">IV Conferencia Mundial sobre las mujeres</a>, celebrada en Beijing en 1995, ya se insistió en <a href="https://www.unwomen.org/-/media/headquarters/attachments/sections/csw/bpa_s_final_web.pdf?la=es&vs=755">la necesidad de aplicar la perspectiva de género a todos los ámbitos de la vida social y política</a>, algo que no solo compete a los dirigentes políticos, sino que tiene que implicar a toda la ciudadanía. </p>
<p>Las “acciones positivas” que promueven las políticas de igualdad sólo conseguirán combatir los estereotipos de un <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Androcentrismo">androcentrismo</a> recurrente si todas y todos asumimos nuestra cuota de responsabilidad. Mientras nos sigan (nos sigamos) educando y socializando de manera distinta a hombres y mujeres en las familias, en las escuelas, en las universidades y, desde luego, en los medios de comunicación, tendremos que seguir entonando en las manifestaciones el “ni una más”, “las mujeres también piensan”, o el “se va a acabar la brecha salarial”.</p>
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<span class="caption">Es imprescindible una educación en la igualdad.</span>
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<h2>Sistema educativo e investigación</h2>
<p>En <a href="https://riecs.es/index.php/riecs/article/view/107">otras publicaciones</a> he subrayado cómo, a pesar de los avances obtenidos <em>de iure</em> en las sociedades occidentales, comprobamos que en una gran parte de nuestro mundo “globalizado” y “posmoderno” las mujeres no reciben de facto un trato igualitario. Siendo así que este enfoque distorsionado viene arrastrándose desde los orígenes de la modernidad en la instauración paulatina de una educación para todos, pero <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2743135">“diferenciada” para las mujeres</a>. </p>
<p>Quisiera insistir ahora en que las políticas de igualdad sólo pueden ser efectivas si empiezan a aplicarse de abajo hacia arriba en todos los ámbitos de la sociedad y, desde luego, en el sistema educativo. Empezando por cambiar los planes de estudios de educación primaria, secundaria y superior. Pues de nada nos sirve defender una “perspectiva de género” si los contenidos de los que el alumnado debe examinarse siguen siendo los mismos o si no se incluyen de manera “normalizada” las aportaciones de <a href="https://blogs.publico.es/otrasmiradas/7948/por-que-siguen-estando-las-mujeres-ausentes-de-las-historias-de-la-filosofia/">mujeres pensadoras o científicas</a>. </p>
<p>Modelos femeninos más allá del botón de muestra de la excepción, que muestren que es factible llegar a ser una buena profesional e incluso <a href="https://1mayo.ccoo.es/a40774d029dac80661124512b9ae717b000001.pdf">alcanzar puestos de poder y reconocimiento</a>. Los medios de comunicación pueden convertirse, desde luego, en un buen aliado de la educación, si dejan de reforzar un <em>statu quo</em> sexista, empezando por el empleo de un lenguaje inclusivo.</p>
<p>De lo contrario, seguiremos viendo cómo el horizonte de la consecución de la igualdad real se aleja de manera asintótica, mientras ese camino sigue empedrado de barreras insalvables e invisibles, hasta convertir en una auténtica carrera de obstáculos el que las mujeres alcancen la paridad en el acceso a los puestos de trabajo y de poder. A la par que sigue manifestándose de manera sangrante en la violencia física, psicológica y laboral que se sigue ejerciendo contra las mujeres.</p>
<p>Durante los últimos años se han aplicado en España, a nivel institucional en ámbitos políticos, universitarios y de investigación, políticas igualitarias que han incidido positivamente en la constitución paritaria de las comisiones juzgadoras de concursos y evaluaciones. Sin estas <a href="https://www.mites.gob.es/uafse_2000-2006/equal/ProductosEqual/archivos/AD_444_producto_1.pdf">“acciones positivas”</a> para favorecer la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres tampoco habría condiciones de posibilidad para promover esos cambios educativos, culturales y sociales.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/387828/original/file-20210304-13-xfv8n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/387828/original/file-20210304-13-xfv8n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=308&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/387828/original/file-20210304-13-xfv8n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=308&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/387828/original/file-20210304-13-xfv8n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=308&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/387828/original/file-20210304-13-xfv8n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=387&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/387828/original/file-20210304-13-xfv8n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=387&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/387828/original/file-20210304-13-xfv8n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=387&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Gráfica comparativa CSIC.</span>
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<p>Sin embargo, las conclusiones a que han llegado durante las dos últimas décadas los estudios sobre la incidencia de la denominada “cuestión de género” en la Universidad y, particularmente los informes “<a href="https://www.fecyt.es/es/publicacion/mujer-y-ciencia-la-situacion-de-las-mujeres-investigadoras-en-el-sistema-espanol-de">Mujer y Ciencia</a>” de la Fundación española para la Ciencia y la Tecnología (<a href="https://www.fecyt.es/">FECYT</a>) o del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (<a href="https://www.csic.es/">CSIC</a>), son alarmantes y reflejan que en la investigación, al igual que en la docencia o en el desempeño de cargos políticos, no ocurre algo muy diferente de la sociedad en general. </p>
<p>Por doquier siguen dominando subrepticia e inconscientemente las leyes del patriarcado que quieren relegar a las mujeres a “su papel de madres, esposas y cuidadoras en general”, dedicadas a “sus labores”.</p>
<h2>El sesgo patriarcal y su agujero negro</h2>
<p>La influencia del sesgo patriarcal se nota en el todavía mayoritario desempeño de “<a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6035197">trabajos de cuidado</a>” por parte de las mujeres, así como en las mismas “estadísticas oficiales” que cargan en exceso las cifras generando una discriminación en el fenómeno de la maternidad y en la compatibilidad de la vida familiar con el trabajo fuera de casa, de forma que la sociedad siga “penalizando” la maternidad en las mujeres con aspiraciones profesionales. </p>
<p>Sin duda, han sido muy importantes la promulgación de leyes (como la <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2007-6115">Ley de Igualdad, marzo 2007</a>) y las comisiones que intenten corregir estas desigualdades (como la creación de la Unidad “<a href="https://www.csic.es/es/el-csic/ciencia-en-igualdad/mujeres-y-ciencia">Mujeres y Ciencia</a>” en el CSIC). Mas no podemos olvidar que las propias prácticas se resisten y se resienten a causa de la “tendencia natural” a perpetuar la división sexual de tareas en nuestras sociedades neoliberales, en las que todo se puede comprar o vender, haciendo cada vez más profunda la brecha social entre los ricos y los pobres, entre quienes se encuentran muchas más mujeres y niñas.</p>
<p>Muchas han sido las denuncias de ese gran <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4399515">agujero negro</a> en que han estado sumidas las obras de las mujeres científicas. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/387818/original/file-20210304-21-1dkuqs8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/387818/original/file-20210304-21-1dkuqs8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=421&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/387818/original/file-20210304-21-1dkuqs8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=421&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/387818/original/file-20210304-21-1dkuqs8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=421&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/387818/original/file-20210304-21-1dkuqs8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=529&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/387818/original/file-20210304-21-1dkuqs8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=529&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/387818/original/file-20210304-21-1dkuqs8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=529&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">No more Matildas.</span>
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<p>Precisamente la <a href="https://www.amit-es.org/">Asociación de Mujeres Científicas y Tecnólogas</a> ha lanzado este año por el Día Internacional de la Mujer y de la Niña una acción denominada <a href="https://www.nomorematildas.com/">#NomoreMatildas</a>. </p>
<p>Sin políticas de igualdad no hay posibilidad de cambio. No perdamos de vista, sin embargo, que es responsabilidad de toda la ciudadanía y de todos los ámbitos laborales cambiar las pequeñas cosas en nuestro día a día. Máxime en el periodo actual de pandemia –más propiamente <a href="https://theconversation.com/los-silencios-de-la-covid-19-de-una-pandemia-a-una-sindemia-151994">sindemia</a>–, en la que, junto a las muchas <a href="https://theconversation.com/como-convivir-con-la-incertidumbre-asumamos-el-miedo-evitemos-el-panico-141435">incertidumbres</a> sanitarias y económicas que nos recuerdan que <a href="https://theconversation.com/covid-19-nos-recuerda-que-no-somos-dioses-y-es-una-buena-noticia-137128">“no somos dioses”</a>, Covid-19 nos ha traído la <a href="https://conlaa.com/conjugando-y-conjurando-la-pandemia-en-futuro-perfecto">rotunda certeza</a> de que “<a href="https://theconversation.com/covid-19-la-igualdad-de-genero-es-basica-para-la-recuperacion-147936">no somos iguales</a>”, ni siquiera en los países gobernados por mujeres… </p>
<p>Una desigualdad real que afecta mucho más y mucho más rápido a las mujeres. Algunas <a href="https://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Temas/Violencia-domestica-y-de-genero/Actividad-del-Observatorio/Datos-estadisticos">estadísticas</a> están mostrando cómo crece desgraciadamente la violencia de género en las situaciones de confinamiento. Y cómo se resiente el mercado laboral femenino, sin contar con el descenso de la productividad que está teniendo la actividad profesional de muchas mujeres. Al tener que ocuparse en el confinamiento unilateralmente de las tareas domésticas y del cuidado de menores, mayores o dependientes.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/387816/original/file-20210304-15-1dvmmyz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/387816/original/file-20210304-15-1dvmmyz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/387816/original/file-20210304-15-1dvmmyz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/387816/original/file-20210304-15-1dvmmyz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/387816/original/file-20210304-15-1dvmmyz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/387816/original/file-20210304-15-1dvmmyz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/387816/original/file-20210304-15-1dvmmyz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Virginia Woolf, autora de Una habitación propia.</span>
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<p>Desafortunadamente lo sostenido por <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Virginia_Woolf">Virginia Woolf</a> en <em><a href="https://www.unebook.es/es/libro/una-habitacion-propia_136732">Una habitación propia</a></em> (1929) sigue estando vigente en pleno siglo XXI. Las desigualdades sociales y económicas que esta pandemia está poniendo de manifiesto, hacen aflorar que falta mucho trecho por recorrer aún para alcanzar la igualdad <em>de facto</em> entre hombres y mujeres. Lo que incluye desde luego alcanzar la paridad en los puestos de mayor poder, responsabilidad y reconocimiento.</p>
<p>Así por ejemplo, constatamos que, a pesar de haber un número igual o mayor de <a href="https://theconversation.com/la-heroicidad-de-las-academicas-espanolas-en-pandemia-152000">mujeres científicas dirigiendo proyectos de investigación sobre el coronavirus</a> y la pandemia que nos asola, el porcentaje de proyectos que finalmente se financian están liderados por varones. Hay un sesgo importante en la concesión de proyectos que responde a predominios de grupos de poder y a mecanismos patriarcales que no han dejado de permear los foros académicos y científicos. También aquí las mujeres siguen ocupando puestos de responsabilidad más bajos o, sencillamente, están sometidas a una mayor invisibilidad. Si bien es cierto que cada vez hay más investigadoras mujeres liderando grupos y proyectos, sobre todo en organismos como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, donde se promueve más investigación básica que clínica, más sometida esta última a <a href="https://www.elespanol.com/mujer/actualidad/20200508/elena-pilar-cientificas-covid-expertas-no-influencia/488202338_0.html">los círculos de influencias</a>.</p>
<h2>Cautelas con los cuidados</h2>
<p>Por eso cuesta aceptar sin una pequeña <a href="https://conlaa.com/conjugando-y-conjurando-la-pandemia-en-futuro-perfecto">sombra de escepticismo</a> la tesis de que <a href="https://theconversation.com/2020-el-ano-en-que-las-dirigentes-europeas-gestionaron-mejor-la-pandemia-que-sus-colegas-varones-155239">los países gobernados por mujeres han tenido la mejor respuesta a la pandemia</a>. No sólo porque es una afirmación que en principio contraviene la tesis de igualdad fundamental entre mujeres y varones. También por los muchos ejemplos aportados por la historia del pensamiento y de la ciencia ilustrativos de que el discurso de la excelencia es enemigo de la verdadera igualdad. Esto nos lo que recuerda <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Celia_Amor%C3%B3s">Celia Amorós</a>, refiriéndose al “pacto de equipolencia” acuñado por <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Amelia_Valc%C3%A1rcel">Amelia Valcárcel</a>.</p>
<p>Pero, sobre todo, porque cualquier afirmación que se haga para poner de manifiesto las mayores habilidades de las mujeres en orden a tratar las enfermedades o su <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7492530">mayor sensibilidad para aplicar el cuidado</a> inmediatamente se va a volver contra ellas, al hacer que se minusvalore su capacidad de gestión pública o verdaderamente política, recordando que las mujeres somos más capaces “por naturaleza” de realizar y organizar “<a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6035197">tareas de cuidado</a>”.</p>
<p>Para concluir en un tono esperanzado, atemperadamente optimista, diremos que esta crisis nos brinda la oportunidad de reflexionar y desarrollar mecanismos de cooperación, solidaridad e igualdad que no sólo nos permitan superar esta pandemia y prevenir otras venideras, sino desarrollar mecanismos éticos, sociales y políticos más igualitarios e inclusivos. Los seres humanos no somos ni buenos ni malos “por naturaleza”, y la empatía y la solidaridad conviven con la desconfianza hacia los otros. Por ello, resulta de gran importancia <a href="http://diccionariofilosoficocovid19.org/">reflexionar sobre nuestros viejos conceptos ético-políticos</a> para incorporar esas nuevas perspectivas que nos está obligando a elaborar nuestra <a href="https://static0planetadelibroscom.cdnstatics.com/libros_contenido_extra/45/44758_Covidosofia.pdf">reflexión y comprensión de la pandemia</a>.</p>
<p>Una apuesta interdisciplinar –como la que impulsa la Red Transversal de Estudios de Género (<a href="http://redgenet.org/">GENET</a>)– empeñada en tender puentes entre la biología, la <a href="https://aeefp.site123.me/">ética</a>, la antropología y las ciencias socio-políticas y económicas, para contribuir a instaurar una adecuada pedagogía social sobre el sentido y el alcance de las pandemias, que también incluya una determinada perspectiva de género, un acercamiento a su relación con la <a href="https://theconversation.com/la-resiliencia-de-la-naturaleza-ante-los-desmanes-del-consumismo-132550">destrucción paulatina del ecosistema</a> y un mayor desarrollo de la <a href="https://www.plazayvaldes.es/libro/deudas-pendientes">justicia intergeneracional</a>. </p>
<p>¡Ojalá logremos pronto despejar ese camino hacia la igualdad actualmente plagado de obstáculos!</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/156236/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Concha Roldán Panadero no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Por qué es tan difícil conseguir metas avaladas por el sentido común como erradicar la violencia de género, eliminar la brecha salarial o asentar una igualdad real de las mujeres en cualquier ámbito?Concha Roldán Panadero, Profesora de Investigación y Directora del Instituto de Filosofía del CSIC. Presidenta de la AEEFP y de GENET - Red transversal de estudios de género, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1522442021-01-21T20:10:14Z2021-01-21T20:10:14ZDoctoras, pero no ingenieras: personajes femeninos y vocaciones STEM<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/379258/original/file-20210118-15-1yttypf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6657%2C5000&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-vector/business-recruitment-vector-concept-businesswoman-spotlight-1175823109">Shutterstock / MJgraphics</a></span></figcaption></figure><p>Sabina cantó que “Las niñas ya no quieren ser princesas” y, según los estudios recientes, parece que tampoco quieren dedicarse a las carreras tecnológicas, a pesar de <a href="https://stemwomen.eu/stem-dashboard/iniciativas-stem/">todas las iniciativas</a> surgidas para incentivar vocaciones en esta dirección. La <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000366649">UNESCO</a> calcula que las mujeres ocupan menos de un 45% de los puestos en ciencia y tecnología en Europa, y los números son peores en ámbitos únicamente tecnológicos.</p>
<p>Para que una niña o una adolescente tenga vocación de científica o de ingeniera, lo primero que tiene que poder hacer es imaginarse a sí misma en ese rol. Tal y como demuestra <a href="https://stemwomen.eu/las-sesiones-role-models-motivan-a-las-ninas-a-elegir-profesiones-stem/">un estudio reciente</a>, los referentes femeninos con profesiones STEM influyen positivamente en la percepción que las jóvenes de entre 12 y 16 años tienen sobre las carreras científico-tecnológicas. </p>
<p><a href="https://seejane.org/research-informs-empowers/portray-her/">El estudio sobre la representación de personajes STEM femeninos en los medios</a> muestra cómo la representación mediática de la mujer trabajando en campos de ciencia aumentaría el interés de niñas y mujeres por esas profesiones. Sin embargo, apenas hay mujeres con proyección pública en estos ámbitos; <a href="https://www.youtube.com/watch?v=mPohBFk6SV0">se invisibiliza a las mujeres en disciplinas STEM</a>, y en las ficciones audiovisuales la representación es muy desigual. Mientras hay abundancia de doctoras y enfermeras, apenas encontramos ingenieras o mecánicas. </p>
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<figcaption><span class="caption">The Hidden Women of STEM | Alexis Scott | TEDxMountainViewCollege.</span></figcaption>
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<h2>STEM, vocaciones y brecha de género</h2>
<p>El término con el que se hace referencia a estos ámbitos es STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) y pueden distinguirse las STEM tecnológicas y las no tecnológicas. Los datos son muy diferentes en estas áreas y los expertos apuntan a la importancia de la implicación social en las vocaciones femeninas.</p>
<p>Como explica <a href="https://www.nytimes.com/2015/04/27/opinion/how-to-attract-female-engineers.html">Lina Nilsson</a>, basándose en la experiencia del <a href="https://blumcenter.berkeley.edu/">Blum Center for Developing Economies</a>, las mujeres se inscriben en las ingenierías si perciben que el trabajo futuro a realizar persigue el bien social. Su programa de doctorado en Ingeniería para el desarrollo, enfocado en la realización de tesis que aportaran soluciones para comunidades de bajos ingresos, consiguió tener la mitad de estudiantes mujeres en un año.</p>
<p>En el contexto catalán, como parte del equipo de investigación de UIC Barcelona, presentamos recientemente un <a href="https://www.parlament.cat/document/intrade/112361449">boletín sobre ciencia y género</a> ante el <a href="https://www.parlament.cat/web/composicio/capcit/index.html">Consejo Asesor sobre ciencia y tecnología del Parlament de Catalunya</a>. En él se recogían los datos recientes de las universidades catalanas con cifras muy interesantes: el 55% por ciento del alumnado del sistema universitario catalán son mujeres, que representan el 70% en ciencias de la salud mientras que apenas son un 20% en ingenierías y arquitectura.</p>
<p>Según la <a href="https://www.digitales.es/quienes-somos/">Asociación Española para la Digitalización</a>, hasta 2022 se crearían 1 250 000 empleos en estas áreas en España. Esto significa que, en el futuro, si no se consiguen potenciar las vocaciones femeninas en estos ámbitos, la brecha de género será mayor justamente en los ámbitos profesionales de más proyección. </p>
<p>Entre los motivos para las vocaciones científico-tecnológicas destaca la importancia de los entornos familiares, sociales y educativos. La proyección social de lo que podemos o no hacer es importante en nuestra autopercepción. Un ejemplo sencillo que puede ayudarnos a comprender hasta dónde pueden limitarnos las percepciones sociales es lo que tenemos en mente cuando pensamos en correr “<a href="https://www.youtube.com/watch?v=pQishDaKLdM">como una niña</a>”, algo que se convierte en un insulto a muy temprana edad y que afecta a la autopercepción de las menores.</p>
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<figcaption><span class="caption">Always #LikeAGirl (subtitulado español) Corre como una niña.</span></figcaption>
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<p>En este contexto, aunque es un ámbito en el que aún queda mucho por investigar, es muy interesante el rol de las series y las películas en el despertar de vocaciones científicas y, sobre todo, el rol de los personajes femeninos que desarrollan trabajos STEM en las ficciones audiovisuales. </p>
<h2>Efecto CSI y Scully</h2>
<p>La influencia de las series en las vocaciones universitarias (entre otros asuntos) queda patente con el llamado “<a href="https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=1023258">efecto CSI</a>”. La conocida serie de televisión influyó en el aumento de vocaciones forenses y nuevos programas universitarios en esta área. A partir de esta serie se ha popularizado esta profesión y precisamente algunas de las pocas representaciones femeninas en STEM son en este ámbito, como es el caso de los personajes de Jenny Cooper en <a href="http://www.sensacine.com/series/serie-23754/"><em>La Forense</em></a> o de Maura Isles en <a href="https://www.imdb.com/title/tt1551632/"><em>Rizzoli & Isles</em></a>.</p>
<p>Por otro lado, se denomina “<a href="https://www.revistagq.com/noticias/articulo/expediente-x-dana-scully-mujer-ciencia">efecto Scully</a>” al incremento de vocaciones femeninas a raíz del personaje de Dana Scully, de la serie <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/The_X-Files"><em>Expediente X</em></a> en los años noventa. Dana Scully es importante por su rol protagonista poco habitual en el momento para las mujeres, su personalidad y capacidad de iniciativa, además de dar visibilidad a conflictos internos de un personaje STEM femenino. <a href="https://seejane.org/wp-content/uploads/x-files-scully-effect-report-geena-davis-institute.pdf">Un estudio</a> de 21st Century Fox, <a href="https://seejane.org/">The Geena Davis Institute on Gender in Media</a> y <a href="https://intelligence.wundermanthompson.com/">J. Walter Thompson Intelligence</a> muestra que el 63% de las científicas que tenían 12 años cuando se estrenó la serie reconocen que si no hubiera sido por el personaje de Scully seguramente no se hubieran dedicado a la ciencia. </p>
<p>Una de las cifras interesantes que aporta este último estudio es que el 62,9% de los personajes STEM en series y películas son masculinos y la cifra se mantiene desde hace 10 años. También muestra que los medios refuerzan estereotipos incluso sobre qué ámbitos STEM serían los más “apropiados” para las mujeres. </p>
<h2>Doctoras pero no físicas, ingenieras o informáticas</h2>
<p>Según los datos de <a href="https://seejane.org/research-informs-empowers/portray-her/">PORTRAY HER</a> (gráfico 1), entre los personajes que tienen profesiones en el ámbito STEM hay diferencias importantes entre géneros y profesiones. Mientras el porcentaje de personajes STEM femeninos más alto está en Ciencias de la Vida (65,8%), donde incluso supera al de personajes masculinos, el peor dato es en las ingenierías (2,4%).</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/378782/original/file-20210114-22-1nm8l5t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/378782/original/file-20210114-22-1nm8l5t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/378782/original/file-20210114-22-1nm8l5t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=437&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/378782/original/file-20210114-22-1nm8l5t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=437&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/378782/original/file-20210114-22-1nm8l5t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=437&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/378782/original/file-20210114-22-1nm8l5t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=549&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/378782/original/file-20210114-22-1nm8l5t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=549&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/378782/original/file-20210114-22-1nm8l5t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=549&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://seejane.org/research-informs-empowers/portray-her/">Elaboración propia en castellano, basado en los datos del estudio PORTRAY HER: REPRESENTATIONS OF WOMEN STEM CHARACTERS IN MEDIA realizado por Geena Davis Institute on Gender in Media y Lyda Hill Foundation</a></span>
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<p>Por este motivo es fácil encontrar ejemplos de series sobre ámbitos de salud en los que aparezcan personajes femeninos con roles de doctoras o enfermeras: desde <a href="https://www.formulatv.com/series/hospital-central/"><em>Hospital Central</em></a> hasta <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Grey%27s_Anatomy"><em>Anatomía de Grey</em></a>, incluso con liderazgo femenino, como es el caso de Lisa Cuddy en <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/House_M._D."><em>House</em></a>. </p>
<p>Cuando se trata de pandemias y virus, cada vez parecen más frecuentes personajes como el de Abby Arcane en <a href="https://www.imdb.com/title/tt8362852/"><em>Swamp Thing</em></a> o las diferentes doctoras y epidemiólogas en la película <a href="https://www.imdb.com/title/tt1598778/?ref_=fn_al_tt_1"><em>Contagio</em></a> (Soderbergh, 2011) pero sigue siendo muy complicado encontrar personajes femeninos en ámbitos técnicos (ingenieras, mécánicas…) como el de Happy Quinn, la carismática mecánica de la serie <a href="https://www.imdb.com/title/tt3514324/?ref_=fn_al_tt_1"><em>Scorpion</em></a>.</p>
<p>Si a esto sumamos que cerca del 43% de los personajes STEM femeninos sacrifican su vida personal por el trabajo, las ficciones audiovisuales están enviando mensajes desalentadores a niñas y jóvenes que deseen tener una familia.</p>
<p>Entre los mensajes positivos, destaca que tanto los personajes masculinos como los femeninos están representados como líderes en porcentajes similares. También es interesante destacar que los personajes femeninos son tan competentes, inteligentes y empoderados como los masculinos. Claros ejemplos de todo esto serían los personajes de Temperance Brennan en <a href="https://www.imdb.com/title/tt0460627/?ref_=fn_al_tt_1"><em>Bones</em></a>, el de Amy Farrah Fowler en <a href="https://www.imdb.com/title/tt0898266/?ref_=fn_al_tt_1"><em>The Big Bang Theory</em></a>, Ella López en <a href="https://www.imdb.com/title/tt4052886/?ref_=fn_al_tt_1"><em>Lucifer</em></a> o Cosima Niehaus en <a href="https://www.imdb.com/title/tt2234222/?ref_=fn_al_tt_1"><em>Orphan Black</em></a>.</p>
<h2>Presencia en medios: una asignatura pendiente</h2>
<p>Queda mucho por hacer para eliminar la brecha de género en el mundo de las STEM. Eventos como el <a href="https://stemwomen.eu/">STEM Women Congress</a> intentan dar visibilidad al problema, pero el camino a recorrer todavía es largo. </p>
<p>En el ámbito de la ficción audiovisual, como se ha visto, la representación femenina en las series cumple un importante rol en las vocaciones para carreras que serán fundamentales en el futuro. Pero la visibilización femenina en los medios, en relación con disciplinas STEM, va más allá. </p>
<p>Durante esta pandemia y en la carrera por conseguir una vacuna, en la que <a href="https://www.womennow.es/es/noticia/cientificas-vacuna-coronavirus-chen-wei-sarah-gilbert-kizzmekia-corbett/">tres de los proyectos estaban dirigidos por mujeres</a>, <a href="https://www.thenewbarcelonapost.com/donde-estan-mujeres-stem/">las científicas no han recibido la misma presencia en los medios</a> que sus equivalentes masculinos. Es otra línea pendiente por investigar, junto a la importancia de las divulgadoras científicas en redes sociales… Sobre todo si queremos llegar a las niñas y adolescentes entre los 12 y los 16 años.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/152244/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Rebeca Pardo recibe fondos de MICINN y Fundación Grifols. Recibí fondos de GENCAT y de Fundación BBVA.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Isadora García Avis, Marta Narberhaus y Montserrat Vidal-Mestre no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>El impacto de las ficciones televisivas es grande cuando se trata de inspirar vocaciones profesionales en los niños y adolescentes. En el ámbito de las STEM tecnológicas, apenas hay personajes femeninos.Rebeca Pardo, Profesora de fotografía y Vicedecana de Investigación, Universitat Internacional de CatalunyaIsadora García Avis, Profesora del Grado en Comunicación Audiovisual, Universitat Internacional de CatalunyaMarta Narberhaus, Profesora del Grado en Periodismo, Universitat Internacional de CatalunyaMontserrat Vidal-Mestre, Comunicación sonora transmedia, Universitat Internacional de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.