tag:theconversation.com,2011:/id/topics/estado-de-alarma-84068/articlesestado de alarma – The Conversation2021-05-06T17:59:30Ztag:theconversation.com,2011:article/1603882021-05-06T17:59:30Z2021-05-06T17:59:30Z¿Qué va a pasar tras el fin del estado de alarma?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/399213/original/file-20210506-24-qqr5ms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C5%2C3994%2C2652&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Señores mayores tomando el aire en una plaza de Jaén.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/jaen-spain-june-18-2020-group-1766329994">Shutterstock / agsaz</a></span></figcaption></figure><p>El día 9 de mayo acaba el segundo estado de alarma en España. Lo empezamos hace 6 meses, en plena segunda ola, con el objetivo declarado de alcanzar una incidencia acumulada en 14 días (IA14) menor de 25 casos por 100 000 habitantes. Aunque aún estamos lejos de alcanzar ese objetivo, la proporción de vacunados es cada vez mayor. Nos enfrentamos a una nueva situación que requiere nuevos abordajes. </p>
<h2>Dónde estamos ahora</h2>
<p>La IA14 de casos de COVID-19 en España parece estabilizada desde hace semanas. Aún en cifras relativamente altas, <a href="https://www.mscbs.gob.es/en/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/documentos/Actualizacion_367_COVID-19.pdf">por encima de 200 por 100 000 habitantes, y con mucha variabilidad entre Comunidades Autónomas</a> (CCAA). Algunas (País Vasco, Madrid, Navarra, Cataluña) con IA14 por encima de los 350 casos por 100 000 que llevaron a declarar el estado de alarma. Otras, singularmente la Comunidad Valenciana, se han mantenido cerca de 8 semanas por debajo de 50. Situaciones diferentes que, previsiblemente, requieren respuestas diferentes.</p>
<p>Las cifras también parecen estabilizadas, con tendencia al descenso, en nuestros <a href="https://www.ecdc.europa.eu/en/covid-19/situation-updates/weekly-maps-coordinated-restriction-free-movement">vecinos europeos</a>. Otra vez con gran variabilidad: <a href="https://www.ecdc.europa.eu/en/cases-2019-ncov-eueea">desde IA14 superiores a 600 en Suecia, Países Bajos o Francia, hasta cifras en torno a 50 en Portugal</a> o Reino Unido (muy similares en datos pese a la mucha más intensa campaña de vacunación en este último). </p>
<p>En cuanto a la vacunación en España, <a href="https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/documentos/Informe_GIV_comunicacion_20210504.pdf">más de 12 millones de personas –más de 1 de cada 4 personas “vacunables”– han recibido al menos una dosis</a>. Y la perspectiva es que incremente la rapidez. Son cifras muy positivas. La capacidad de vacunar de las CCAA –de todas, pese a los absurdos rankings que pueden verse en muchos medios– está siendo simplemente extraordinaria. </p>
<h2>Retardo del efecto protector</h2>
<p>En términos de protección, <a href="https://theconversation.com/cual-es-la-efectividad-de-la-primera-dosis-de-las-vacunas-de-pfizer-y-moderna-157892">los vacunados no empiezan a estar parcialmente inmunizados hasta las 2-3 semanas tras la primera dosis</a>. <a href="https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/fully-vaccinated.html">Y necesitan 6 semanas desde el “pinchazo” (y una segunda dosis en la mayoría de los casos) para alcanzar la protección óptima</a>. Este retardo del efecto protector es importante y debe ser tenido en cuenta a la hora de definir las estrategias frente a la COVID hasta que alcancemos cifras de vacunación mucho más altas.</p>
<p>En todo caso, estamos viendo ya –y podemos esperar que aumente– una importante reducción de los casos de COVID grave en las residencias y en personas mayores y un descenso de la edad en hospitalizados. Probablemente las vacunas estén también ayudando a reducir la transmisión en personas mayores. Todos los estudios sugieren que, aunque las personas vacunadas pueden infectarse e infectar, lo hacen en una proporción notablemente menor que los no vacunados. </p>
<p>Son datos muy importantes. <a href="https://www.ciencia.gob.es/stfls/MICINN/Ministerio/FICHEROS/Informe_residencias_GDT_MinisterioCyI.pdf">Las personas mayores de 60 años ocasionaron el 65% de las hospitalizaciones y el 95% de los fallecimientos por COVID</a>. Una vez vacunadas (y tras unas semanas de demora), la saturación de los hospitales parece improbable. Más improbable cada día que ganamos para la vacunación. </p>
<p>Tampoco las cifras de fallecimientos volverán a alcanzar las que hemos visto con horror. Aunque, ojo, cada hospitalización y cada fallecimiento que evitemos es un horror evitado. </p>
<h2>¿Qué va a pasar tras el fin del estado de alarma?</h2>
<p>La respuesta es simple: no lo sabemos. Estamos en una carrera de velocidad entre la vacunación y un posible repunte. Y el resultado es incierto. Dejando por un momento de lado la mayor transmisibilidad de la variante británica, dominante en España en este momento, asistimos a un notable incremento de la movilidad y los contactos en las últimas semanas. La reaparición de las otras infecciones respiratorias (las no-COVID) sugiere que hay más contactos y menos medidas de protección. </p>
<p>Hay muchos elementos para pensar que esta tendencia se va a acentuar:</p>
<ul>
<li><p>La propia mejora de los datos de la pandemia, con mayor número de vacunados y un razonable mayor optimismo.</p></li>
<li><p>El tiempo: más cálido, menos lluvias. La “cultura” de verano, el “descorche” de la fatiga pandémica, la “vuelta” a nuestros estilos de vida.</p></li>
<li><p>La reducción de restricciones, tanto por la mejor situación como por el fin del estado de alarma.</p></li>
<li><p>La pérdida del temor a contagiar a las personas mayores (ya vacunadas) y el incremento de la interacción entre personas jóvenes y mayores (vacunados y no-vacunados). </p></li>
<li><p>El menor soporte social a las medidas restrictivas en un contexto de mejoría y optimismo. Menor aún si alguna Comunidad Autónoma intenta deslegitimar las medidas que adoptan otras. La imagen de Comunidades compitiendo por acelerar su desescalada vuelve a no ser inverosímil. </p></li>
</ul>
<p>Esta situación ya se traduce en un incremento de contagios en personas jóvenes y adultos jóvenes, una mayor proporción de brotes de origen social y laboral (en parte por mejor rastreo) y nuevos eventos de supercontagio con alto riesgo de generar una gran diseminación si su detección es tardía. Y puede serlo cuando hablamos de jóvenes en su mayoría asintomáticos.</p>
<p>El principal riesgo de las próximas semanas es que se produzca un incremento notable de la transmisión entre jóvenes, adultos jóvenes y adultos. Sólo si este incremento es muy grande y muy temprano nos volvería a dar problemas de saturación de servicios sanitarios. Pero si son muchos contagios, o si aparecen antes de que incrementemos notablemente la vacunación, originarán cuadros graves y carga hospitalaria.</p>
<h2>Posibles estrategias para las próximas semanas</h2>
<p>En las próximas 10-12 semanas habrá que mantener el equilibrio ente dos impulsos: la percepción social de mejoría y la necesidad económica de una vuelta a la normalidad en los sectores más afectados, y el control de la transmisión en los grupos de jóvenes y adultos jóvenes.</p>
<p>Salvo que alguna localidad vaya muy mal, que es más que posible, las CCAA tendrán menos capacidad para usar las medidas que tan buen resultado les han dado hasta ahora (cierres horarios de la hostelería, toques de queda, perimetración, cierre de interiores, aforos reducidos).</p>
<p>Por suerte existen tres estrategias clave a tener presentes. Por un lado, mantener la <strong>vacunación</strong> a un alto ritmo. En segundo lugar, <strong>extremar el testado-rastreo-aislamiento</strong>. Finalmente, es necesario dar una vuelta de calcetín a muchas de nuestras estrategias previas, centradas esencialmente en la protección de los más mayores, y dirigirlas hacia las personas jóvenes y adultas-jóvenes.</p>
<p>También resulta esencial intensificar las medidas sobre <a href="https://theconversation.com/el-coronavirus-no-tiene-alas-pero-a-veces-vuela-147079"><strong>ventilación en interiores</strong></a> en cualquier lugar donde se reúna gente (incluyendo bares y restaurantes) y mantener <strong>límites de aforos</strong> y personas. </p>
<p>A estas alturas quizás podamos “permitirnos” que una persona contagie a otra (R0 pequeñas). Pero deberíamos reducir al máximo la probabilidad de eventos de supercontagio en espacios interiores. Igual que en los colegios, la ventilación es la herramienta esencial.</p>
<h2>Comunicación de riesgos educativa, no autoritaria</h2>
<p>Por otro lado, hay que <strong>reenfocar nuestras políticas de comunicación de riesgos</strong> (que, por lo demás, nunca han sido muy buenas). Empezando por <a href="https://theconversation.com/que-podremos-hacer-y-que-no-despues-de-estar-completamente-vacunados-158395">qué pueden hacer y que no los vacunados</a>. Cuando estén con otros vacunados y cuando estén con no vacunados. Ahora toca preocuparse por evitar que los mayores contagien a los jóvenes y mejor dar recomendaciones sensatas que esperar a que “se tomen las medidas por su mano”.</p>
<p>Mejor comunicación de riesgos también implica intentar trasladar una información más didáctica. Más educativa y menos autoritaria. No tiene sentido orientar la comunicación a normas que difícilmente se van a cumplir en un entorno con mucho menos temor en el ambiente. Lo importante será centrarla en la idea de reducir contactos entre no convivientes y en la ventilación de espacios interiores.</p>
<p>Está claro que la situación está cambiando a mejor y muy rápidamente. Empezamos a ganar vidas a la vez que permitimos ganarse la vida. Nadie quiere volver a las mismas medidas que nos han ido tan bien en los últimos meses. Pero tampoco podemos confiar en la suerte para ganar la carrera entre vacunación y repunte. </p>
<p>Hay que desarrollar nuevas estrategias adaptadas a la nueva situación. Centradas en las poblaciones más jóvenes. Más didácticas, más participativas. Desescalar y vacunar mientras controlamos la transmisión.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/160388/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Salvador Peiró ha recibido financiación por ayudas competitivas públicas nacionales (en general, acciones de investigación o innovación -proyectos, redes, RRHH, plataformas- de la Acción Estratégica en Salud del Plan Nacional de I+D+i) y por acuerdos institucionales con firmas farmacéuticas y tecnológicas. Los financiadores nunca han jugado ningún papel en el diseño de los estudios, la adquisición de datos, su análisis o su interpretación. Tampoco han tenido acceso a las fuentes de datos y nunca influyeron en la decisión de publicación. Es también patrono de la Fundación Instituto de Investigación en Servicios de Salud y miembro de la Asociación de Economía de la Salud (AES), de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) y de la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA).</span></em></p>La respuesta es simple: no lo sabemos. Estamos en una carrera de velocidad entre la vacunación y un posible repunte. Y el resultado es incierto. Ahora el mayor riesgo es que los mayores contagien a los jóvenes.Salvador Peiró, Investigador, Área de Investigación en Servicios de Salud, FISABIO SALUD PÚBLICA, FisabioLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1549832021-03-03T20:59:44Z2021-03-03T20:59:44ZEl consumo de productos frescos despuntó durante el estado de alarma<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/386681/original/file-20210226-21-t2te8h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C5463%2C3628&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Aspecto de un supermercado madrileño en marzo de 2020.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/madrid-spain-march-11th-2020-coronavirus-1670242714">Shutterstock / Javier Badosa</a></span></figcaption></figure><p>El 14 de marzo de 2020 se activó en España el estado de alarma como consecuencia del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la covid-19. Y eso nos mantuvo hasta el 21 de junio de 2020 en confinamiento, un escenario inédito que generó entre los españoles incertidumbre y nos enfrentó a nuevos problemas.</p>
<p>Los días previos a aquella declaración oficial se sucedían los rumores sobre el inminente confinamiento, alimentados por los medios y redes sociales. Una de las primeras consecuencias fue el desabastecimiento de productos de primera necesidad, higiene, limpieza, productos para bebés, medicinas o destinados a mascotas. Esto permitió ver imágenes apocalípticas en supermercados, con estanterías vacías y carros atestados de productos.</p>
<p>De hecho, una de las principales preocupaciones de las familias en aquellos momentos de desconcierto fue llenar sus despensas y neveras para evitar el desabastecimiento doméstico. Según <a href="https://financialfood.es/las-ventas-en-gran-consumo-se-elevaron-un-21-la-semana-previa-al-confinamiento/">los datos publicados</a>, en la primera semana de confinamiento el desconocimiento hizo que 7 de cada 10 españoles comprara de manera compulsiva.</p>
<p>Es más, entre los muchos puntos de información del <a href="https://www.boe.es/eli/es/rd/2020/03/14/463">Art.10.2 del RD 463/2020</a> por el que se declara el Estado de Alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria, se hacían recomendaciones a la población a nivel logístico de cómo y quién debía ir a comprar. Además de intentar frenar ese acopio de productos, insistiendo en que su suministro estaba garantizado.</p>
<h2>Más productos frescos que nunca</h2>
<p>Entre los alimentos más demandados en los hogares en este periodo destacan los <strong>productos fresos</strong> (43.1% del gasto total y un 39.8% del volumen). El dato evidencia una clara tendencia a seguir la dieta mediterránea y, por tanto, a comer de forma más saludable. En segunda posición del ranking nos encontramos con aquellos alimentos que permitían un almacenamiento a largo plazo, como son <strong>los arroces, las patatas y las conservas</strong>. </p>
<p>Paralelamente se disparó la venta de productos que tradicionalmente se consumían fuera de casa, en locales de ocio: <strong>refrescos, cervezas y aperitivos salados</strong>. Quizás en un intento de mantener los hábitos de esparcimiento a pesar del encierro. Se incrementó asimismo el consumo de <strong>galletas, productos de bollería y chocolate</strong>, además de <strong>bebidas alcohólicas</strong>, tanto fermentadas como destiladas. </p>
<p>Otros productos estrella del confinamiento fueron las <strong>harina y levaduras</strong>. Detrás de su alto <a href="https://www.mapa.gob.es/es/prensa/ultimas-noticias/el-ministerio-de-agricultura-pesca-y-alimentaci%C3%B3n-constata-una-moderaci%C3%B3n-en-el-volumen-de-compra-de-alimentos-/tcm:30-536857">consumo</a>, que se duplicó en la primera semana, está la tendencia a elaborar pan casero y productos de repostería.</p>
<p>Escudriñando un poco más en los datos se observa que, durante el estado de alarma, aumentó en un 24.5% el consumo en los hogares. O lo que es lo mismo, adquirimos 1.635 millones de kilos más de alimentos y bebidas dentro del ámbito doméstico que en el mismo periodo del año anterior (del 9 de marzo hasta el 7 de junio). Lógico teniendo en cuenta que todos los bares y restaurantes cerraron a cal y canto, lo mismo que los comedores escolares. Los menores de 35 años fueron los que más porcentaje de sueldo dejaron en la compra, hasta un 40% más durante la primera semana. </p>
<p>Como ya hemos mencionado, este aumento comenzó en las semanas anteriores a la declaración del estado de alarma por el acopio de alimentos. La compra se hizo más moderada a medida que se alcanzaban las diferentes fases de desescalada, hasta regresar a cifras similares a los mismos periodos en años anteriores. </p>
<p>En cualquier caso, parece justo reconocer a los trabajadores del sector alimenticio (agricultores, ganaderos, pescadores, a los empleados de los supermercados, transporte, reparto, logística y distribución) la importante labor realizada en este periodo de alarma.</p>
<h2>¿Podemos comparar este periodo con otros similares?</h2>
<p>Resulta complicado hacer comparaciones entre el episodio de estado de alarma –trece semanas confinados– y otros episodios de restricciones. Nos tendríamos que remontar a periodos bélicos para encontrar situaciones similares. Momentos en los que carecíamos de un sector industrial y una distribución alimentaria tan consolidados como los actuales, fruto de la nueva digitalización y globalización mundial. </p>
<p>Por si fuera poco, en el confinamiento se incrementó la compra <em>online</em> , lo que obligó a las distribuidoras a reforzar sus plantillas para la venta a domicilio. Nada que ver con cualquier situación de emergencia anterior previa a la explosión de Internet.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/154983/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Cuando se declaró el estado de alarma por la covid-19, una de las principales preocupaciones de las familias fue llenar despensas y neveras para evitar el desabastecimiento doméstico. ¿Qué compramos?Antonio Viñuela Sánchez, Prof Contratado Doctor. Área de Bioquímica, Nutrición, Universidad de Castilla-La ManchaAlicia Mohedano, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1356352020-04-06T14:12:38Z2020-04-06T14:12:38ZLa sesión plenaria telemática en tiempos excepcionales<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/325511/original/file-20200405-74225-14l3zj2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1136%2C853&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El Congreso de los Diputados de España durante la solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma el 26 de marzo de 2020.
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/SalaPrensa/FotonoticiasPrensa?_piref73_6374072_73_6374061_6374061.next_page=/wc/detalleFotonoticias&paginaMas=true&idFotonoticia=2713&pagina=2&anyo=2020&paginaBefore=1">Congreso de los Diputados</a></span></figcaption></figure><p>La actual situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 conllevó que el Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, declarara el estado de alarma (<a href="https://app.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=116&tipo=2">art. 116.2 CE</a> y desarrollado por la <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1981-12774">Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio</a>) mediante <a href="https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2020-3692">Real Decreto 463/2020</a>, de 14 de marzo. </p>
<p>Como sabemos, esta situación emergente de salud pública ha sido considerada como pandemia internacional, y la evolución adversa de los contagios y fallecidos forzaron al Gobierno Español a adoptar las medidas eficaces para hacer frente a esta coyuntura –una crisis sanitaria de enorme magnitud-. </p>
<p>Por ello, con anterioridad a la finalización del período inicial de quince días de la declaración de alarma (25 de marzo de 2020), el Pleno del Congreso de los Diputados, con un respaldo mayoritario de los grupos de la oposición, acordó conceder la autorización requerida, junto a una prórroga hasta el día 12 de abril de 2020. Aunque ya se ha avanzado, por parte del Presidente del Gobierno, que requerirá al Pleno a que le autoricen otra prórroga. </p>
<p>El reciente Decreto que contempla la excepcionalidad se orienta en una serie de medidas temporales encaminadas a proteger la salud y seguridad de los ciudadanos. </p>
<p>Igual que al resto de actividades, la agenda parlamentaria se ha visto afectada por las medidas de aislamiento. Como consecuencia de este hecho, el Pleno del Congreso que autorizó la prórroga del estado de alarma fue un hemiciclo prácticamente vacío. </p>
<h2>Sesiones telemáticas</h2>
<p>Ahora bien, existía una solicitud de la portavoz del grupo político Cs, la diputada Inés Arrimadas, para que la sesión plenaria del Congreso que debatía esa prórroga fuese telemática, aunque la decisión final fue la negativa de la misma. En suma, tras los informes de los letrados, se resolvió que el Pleno se celebraría de forma presencial, con el pretexto de que los discursos se pronuncien “de viva voz”. A pesar de la no inclusión de la videoconferencia, la votación de la prórroga fue generalizadamente telemática, al contabilizarse 306 votos telemáticos más 43 presenciales.</p>
<p>Entre los argumentos, los letrados consideraban que la presencia de los parlamentarios resultaba un elemento inherente a la actividad parlamentaria, singularmente para una preservación de la inmediatez del debate. Además, citan argumentos expresados por la jurisprudencia constitucional, poniendo el acento en la naturaleza presencial y simbólica del debate para su interrelación directa e inmediata. Lo que ha conllevado un debate jurídico actual, al objeto de permitir la celebración telemática del próximo pleno que debatirá sobre la siguiente prórroga. Todo, en base jurídica a una interpretación flexible de los <a href="http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Hist_Normas/Norm/Reglam/T4/T4C3">arts. 70</a> y <a href="http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Hist_Normas/Norm/Reglam/T4/T4C4">78.1</a> del Reglamento del Congreso.</p>
<p>Nuestro sistema parlamentario se asienta en una relación de confianza entre el Parlamento y el Gobierno, lo que correlativamente asigna unas funciones de control de la actividad gubernamental. </p>
<h2>Control parlamentario</h2>
<p>En esa relación, por un lado, a la Cámara Baja le corresponde el monopolio de la exigencia de responsabilidad política, a través de la moción de censura constructiva (<a href="https://app.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=113&tipo=2">art.113 CE</a>), o rechazar una cuestión de confianza (<a href="https://app.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=108&fin=116&tipo=2">art.112 CE</a>) al Gobierno. Esa exigencia de responsabilidad política del Gobierno se justifica por el conocido principio de soberanía popular y, a diferencia de la función de control, la finalidad es sustituir al Gobierno por otro.</p>
<p>En cambio, el control de la actividad del Gobierno es una función permanente asignada a ambas Cámaras (<a href="https://app.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=66&fin=96&tipo=2">art. 66.2 CE</a>), destinada a controlar la actividad del Poder Ejecutivo. O con otros términos, fiscalizar la acción del Gobierno para trasladarlo a la opinión pública. </p>
<p>Entre los instrumentos de control ordinario están: las preguntas o interpelaciones parlamentarias (<a href="https://app.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=111&tipo=2">art.111 CE</a> y desarrolladas en los Reglamentos de las Cámaras); o las comisiones de investigación (<a href="https://app.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=76&tipo=2">art.76 CE</a>).</p>
<p>Así, la misma esencia del sistema democrático denota la obligación del Gobierno a someterse a las formas de control. </p>
<p>Tras las reclamaciones de un número considerado de juristas, podemos afirmar que los diputados deben poder controlar al Gobierno, sin restringirse las funciones parlamentarias. Un Parlamento bajo mínimos –convalidación de decretos-leyes– no significa, <em>per se</em>, una censura al control. Más, qué duda cabe, cuando el Gobierno ha asumido un poder de mando excepcional bajo el estado de alarma. De ahí que, con las medidas de seguridad indispensables, deben buscarse vías excepcionales entre los márgenes legales. </p>
<p>En definitiva, un control parlamentario eficaz, a través de mecanismos que permitan la celebración de plenos telemáticos, con la correspondiente formulación de preguntas e interpelaciones y las comparecencias de los miembros del Gobierno. </p>
<p>Ni la Constitución ni otra norma mencionan una interrupción del funcionamiento del Congreso. El Reglamento del Congreso de los Diputados, no prevé la participación por vía telemática, pero tampoco descarta la articulación de vías para que exista una actividad parlamentaria. Asimismo, se ha sugerido que le corresponde a la Presidencia de la Cámara, una facultad de suplir norma reglamentaria, en casos de omisión (<a href="http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Hist_Normas/Norm/Reglam/Titulo3/T3C1/T3Cap1Sec1">art.32.2 RCD</a>).</p>
<p>En las situaciones de anomalía, la adopción de una medida excepcional puede ser conforme con los márgenes constitucionales. Pensemos, por ejemplo, en la modulación del ejercicio de determinados derechos fundamentales, siempre que no haya una restricción de los mismos (<a href="https://app.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=116&tipo=2">art.116 CE</a>). El derecho de participación política del <a href="https://app.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=23&tipo=2">artículo 23</a> de la Constitución no puede verse restringido. </p>
<p>En síntesis, al tener mayores poderes el Gobierno, necesariamente no deroga un control por parte del Congreso. El control por vías telemáticas, con resultados notables, <a href="http://www.femp.es/sites/default/files/multimedia/nota_informativa_sobre_la_posibilidad_de_que_los_organos_representativos_locales_y_de_gobierno_plenos_juntas_de_gobierno_comisiones_de_pleno_asi_como_otros_organos_colegiados_locales_como_juntas_de_contrata.pdf">ya ha sido adoptado en otras instituciones</a>, sin ser un impedimento.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/135635/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Amir Al Hasani Maturano no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El autor sostiene que el estado de alarma no deroga el control del Gobierno por parte del Congreso de los Diputados, y que este control se podría ejercer vía telemática.Amir Al Hasani Maturano, profesor del Departamento de Derecho Público, Universitat de les Illes BalearsLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.