Es muy probable que el término “alarma” se asocie en la sociedad a una mayor gravedad, y no a una precisa cobertura constitucional, que es lo que ocurre en este caso.
La capital de España y otras ocho ciudades de la Comunidad de Madrid vuelven a estar en estado de alarma. El decreto del Gobierno aplica por esta vía las medidas de contención de la pandemia de COVID-19 que fueron anuladas por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid la víspera. Desmenuzamos sus implicaciones.
El plan de recuperación presentado por el Gobierno español es amplio y ambicioso pero se echan de menos políticas relativas a la reforma laboral, el control presupuestario o el sistema de pensiones.
El presidente de España, Pedro Sánchez, ha presentado el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que canalizará los fondos europeos destinados a superar la crisis. Contará en los 3 próximos años con 72 000 millones de euros.
¿Pueden convivir simultáneamente dos estados de alarma? ¿Uno decretado por el Gobierno central y otro por las comunidades autónomas? ¿Qué es lo que dice al respecto la normativa legal?
A pesar del aumento de los contagios, el autor no cree que las comunidades autónomas vayan a establecer medidas excepcionales, como el estado de alarma de la pasada primavera, para hacer frente a la crisis sanitaria.
La técnica, una rama del big data que analiza la información de tipo textual, permite concluir que el presidente del Gobierno utiliza más términos cargados de emociones en sus ruedas de prensa que en el Congreso de los Diputados.
La estrategia de comunicación del Gobierno ha variado desde que comenzó la crisis del coronavirus. De un único portavoz técnico se ha pasado a una multitud de portavoces ¿Cuál de estos dos modelos es más acertado? ¿Hay algún otro modelo más recomendable?
El COVID-19 está afectando todo lo que se pone a su paso: desde nuestra salud, hasta las estructuras económico-sociales de nuestras regiones, llegando a poner en duda también los principios más elementales de nuestras democracias
Ha llegado la hora de abordar la emergencia económica provocada por el coronavirus en España, evitando el riesgo de contagio de una caída de la actividad y el consumo, y que tiene que ser lo más pasajera posible.
Las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno y para cerrar la composición del gabinete de la ‘coalición progresista’ han sido mucho más ágiles que las que tuvieron lugar tras los comicios de abril, siendo el reparto de carteras ministeriales una cuestión central.
Lisa Zanotti, Diego Portales University dan José Rama, Universidad Autónoma de Madrid
En España, después de cuatro elecciones en cuatro años, y por primera vez en democracia, podría salir adelante un Gobierno de coalición, aunque la falta de una mayoría estable augura muchas dificultades.
En el ámbito nacional pero también europeo resulta indispensable la superación de la actual situación caracterizada por una ingobernabilidad creciente que ya resulta insostenible por más tiempo.
A pesar del escenario marcado por la sentencia del “procés”, los resultados entre los bloques no han sido excesivamente distintos. Pero sí existen diferencias entre estas elecciones y las anteriores.
Las elecciones generales ofrecen un enorme castigo a Ciudadanos y un notable incremento de Vox. El PSOE ha perdido más de 700.000 votos y el PP ha recuperado 22 escaños. Seguimos teniendo un parlamento fragmentado y ninguna mayoría clara.
Las nuevas elecciones generales dibujan en España un complejo panorama en el que se asienta el multipartidismo con un importante componente ultraderechista.
Profesora adjunta de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, Departamento de Traducción e Interpretación y Comunicación Multilingüe, Universidad Pontificia Comillas