tag:theconversation.com,2011:/id/topics/tabaco-54570/articlestabaco – The Conversation2024-01-24T21:42:23Ztag:theconversation.com,2011:article/2204272024-01-24T21:42:23Z2024-01-24T21:42:23ZFumadores pasivos: respirar el humo ajeno sigue causando estragos<p>Hace más de 15 años, en España era normal entrar en una cafetería y encontrar personas fumando. Por aquel entonces, estaba socialmente aceptado, al igual que la exposición de la población al humo de los fumadores. Sin embargo, gracias a la <a href="https://www.boe.es/eli/es/l/2005/12/26/28">Ley 28/2005</a> y a su posterior modificación en <a href="https://www.boe.es/eli/es/l/2010/12/30/42/con">2010</a>, dejó de estar permitido consumir tabaco en espacios públicos cerrados.</p>
<p>En otros lugares como Brasil, <a href="https://theconversation.com/brasil-a-la-vanguardia-mundial-de-la-lucha-contra-el-tabaquismo-201055">un país muy avanzado en políticas de control de tabaquismo</a>, también se han implantado medidas dirigidas tanto a reducir la prevalencia de consumo de tabaco como de exposición al humo ambiental de tabaco. Entre estas disposiciones se encuentran la subida de impuestos, la promoción de ambientes libres de humo y la educación de la población a través de grandes campañas publicitarias.</p>
<p>A pesar de las decisiones adoptadas en España y de los esfuerzos por reducir la exposición a ese humo ambiental, todavía <a href="https://www.sanidad.gob.es/estadEstudios/estadisticas/EncuestaEuropea/Enc_Eur_Salud_en_Esp_2020.htm">más de tres millones de españoles continúan sufriéndolo</a>. De hecho, algunos estudios, como el <a href="https://www.drugsandalcohol.ie/33761/1/Eurobarometer_2020_cigarettes_ebs_506.pdf">último informe realizado por el Eurobarómetro en 2020</a>, alertan de un incremento de fumadores pasivos durante los últimos años. </p>
<p>Lo más sorprendente es que este aumento se observó en espacios cerrados como bares y restaurantes, donde la ley actual prohíbe fumar. Esto nos lleva a plantear si nos hemos relajado en el cumplimiento de las medidas de control o si se necesitan nuevas estrategias y medidas más estrictas para proteger a la población.</p>
<h2>El humo del tabaco también mata</h2>
<p>A lo largo de los años hemos podido observar las consecuencias del consumo de tabaco en la salud humana. Sabemos que actualmente es responsable de más de <a href="https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/372043/9789240077164-eng.pdf?sequence=1">ocho millones de muertes</a> al año en todo el mundo. Lo llamativo es que un millón de estos fallecimientos no los causó directamente el consumo de tabaco, sino el humo que exhalan los fumadores y que desprenden los cigarrillos. </p>
<p>Esto se debe a que el <a href="https://pnsd.sanidad.gob.es/ciudadanos/informacion/tabaco/home.htm">humo de segunda mano está formado por más de 4 000 sustancias tóxicas</a>, de las cuales al menos 250 son cancerígenas. Hasta la fecha, se ha demostrado que este contaminante ambiental puede producir enfermedades como <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK44324/pdf/Bookshelf_NBK44324.pdf">el cáncer de pulmón, la cardiopatía isquémica y la muerte súbita del lactante</a>. Además, se sospecha que también está relacionado con otras dolencias como los accidentes cerebrovasculares y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).</p>
<p>Uno de los grandes problemas asociados al humo de tabaco es que sus consecuencias en la salud no solamente afectan a los fumadores: desde un feto en la barriga de su madre hasta una persona anciana que nunca ha encendido un cigarrillo pueden resultar perjudicados.</p>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/woman-smoking-cigarette-near-people-publicsmelling-2025601214">witsarut sakorn / Shutterstock</a></span>
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<h2>Lo que va de 2002 a 2020</h2>
<p>En España, se han realizado tres estudios para estimar el impacto mortal del humo ambiental de tabaco en la población adulta. El primero de ellos se llevó a cabo en <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2807185/">2002</a>, cuando en este país solamente estaba prohibido fumar, mediante reales decretos, en lugares específicos como <a href="https://www.rtve.es/noticias/20101221/fumar-clase-colegios-prohibir-humo-bares-leyes-del-tabaco-espana/386936.shtml">centros sanitarios, recintos educativos o aviones</a>. Este trabajo estimó que la exposición al humo ambiental de tabaco fue responsable de entre 1 228 y 3 237 muertes en personas que nunca habían fumado. La mayoría se debieron a exposiciones producidas en el hogar.</p>
<p>El segundo estudio se realizó en <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26079574/">2011</a>, cinco años después de la implantación de la Ley 28/2005 y justo cuando entró en vigor su modificación (Ley 42/2010). Entonces se estimó que la exposición a humo de segunda mano había producido la muerte de 1 028 personas no fumadoras en España. Nuevamente, la mayor parte se debían a la inhalación en las casas.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/el-tabaco-destroza-los-pulmones-pero-tambien-el-medio-ambiente-183907">El tabaco destroza los pulmones, pero también el medio ambiente</a>
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<p>El último estudio data de <a href="https://www.archbronconeumol.org/en-mortality-attributable-environmental-tobacco-smoke-articulo-S0300289623000960#:%7E:text=5%20The%20latest%20study%20of,previous%20study%20conducted%20in%202002.">2020</a>, diez años después de la última adopción de medidas de control del tabaquismo. Los investigadores cifraron en 747 las muertes atribuidas a la exposición al humo ambiental. Por primera vez se valoraron las muertes para las tres categorías de consumo de tabaco (fumadores, exfumadores y nunca fumadores). Así, 293 de esas muertes se produjeron en fumadores, 260 en exfumadores y 195 en personas que nunca habían fumado. </p>
<p>En conclusión, la mortalidad por exposición a humo ambiental de tabaco parece estar descendiendo en España. Sin embargo, es importante tener presente que cada día <a href="https://www.archbronconeumol.org/en-mortality-attributable-environmental-tobacco-smoke-articulo-S0300289623000960#:%7E:text=5%20The%20latest%20study%20of,previous%20study%20conducted%20in%202002.">dos personas siguen muriendo en este país</a> por su culpa. Es esencial transmitir a la población el peligro de inhalar ese humo no solo en espacios cerrados, como en una casa o en un coche, sino también en espacios abiertos como la terraza de un bar o mientras esperamos el autobús. </p>
<h2>La lucha contra la epidemia tabáquica debe continuar</h2>
<p>La protección de la salud es un derecho reconocido en la Constitución Española, y las autoridades sanitarias tienen la responsabilidad de garantizarlo. En el caso que nos ocupa, hablamos de crear espacios 100 % libres de humo de tabaco, tanto en lugares cerrados como al aire libre, establecer políticas fiscales que aumenten el precio de los productos del tabaco o limitar los puntos de venta. </p>
<p>En comunidades autónomas como Cataluña, el gobierno tiene la intención de avanzar en este sentido prohibiendo consumir tabaco en las terrazas y en los coches particulares. Solo mediante una lucha activa y sostenida contra la epidemia tabáquica se logrará una protección efectiva de la población.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/220427/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Mónica Pérez Ríos recibe fondos de Instituto de Salud Carlos III</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carla Guerra-Tort recibe fondos del Plan Nacional Sobre Drogas (Ministerio de Sanidad, Gobierno de España). Es miembro de la Sociedad Española de Epidemiología. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Julia Rey Brandariz ha recibido fondos del Ministerio de Universidades. Es socia de la Sociedad Española de Epidemiología.</span></em></p>El humo ambiental de tabaco mata diariamente a dos personas en España. ¿Es hora de que se actualice la ley antitabaco en este país?Mónica Pérez Ríos, Profesora titular en el departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidade de Santiago de CompostelaCarla Guerra-Tort, Investigadora predoctoral en Epidemiología y Salud Pública, Universidade de Santiago de CompostelaJulia Rey Brandariz, Investigadora en Epidemiología y Salud Pública, Universidade de Santiago de CompostelaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2010552023-05-21T19:11:43Z2023-05-21T19:11:43ZBrasil, a la vanguardia mundial de la lucha contra el tabaquismo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/527212/original/file-20230519-19-q3t2mo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C28%2C9489%2C5406&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-hispanic-man-breaking-cigarette-hands-1931685242">Krakenimages.com / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El consumo de tabaco tiene una larga tradición en Brasil. Originaria de los Andes bolivianos, <a href="https://www.sinditabaco.com.br/item/historia-do-tabaco/#:%7E:text=Nos%20estudos%20sobre%20o%20tabaco,brasileiro%20atrav%C3%A9s%20das%20migra%C3%A7%C3%B5es%20ind%C3%ADgenas">la planta <em>Nicotiana tabacum</em> llegó a este país por medio de las migraciones indígenas</a>. Para los indios brasileños, tenía un carácter sagrado: su uso estaba limitado a los <a href="https://theconversation.com/el-mundo-magico-de-los-chamanes-202479">chamanes</a> en los ritos religiosos y para fines medicinales. </p>
<p>De planta mágico-religiosa, el tabaco pasó a ser un producto comercial en las colonias europeas. En Brasil, durante el siglo XVII, el tabaco <a href="https://bvsms.saude.gov.br/bvs/publicacoes/exposicao_controle_tabaco_brasil_trajetoria.pdf">se convirtió en uno de los principales productos de exportación durante el período del Imperio</a>. Esa importancia aún puede verse en el escudo de armas de la república, donde aparece junto al café como símbolo de la nacionalidad brasileña.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/527215/original/file-20230519-15-w4kwzx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/527215/original/file-20230519-15-w4kwzx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/527215/original/file-20230519-15-w4kwzx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/527215/original/file-20230519-15-w4kwzx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/527215/original/file-20230519-15-w4kwzx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/527215/original/file-20230519-15-w4kwzx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/527215/original/file-20230519-15-w4kwzx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/527215/original/file-20230519-15-w4kwzx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Escudo de la República de Brasil, con la planta del café (izquierda) y del tabaco (derecha).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Wikimedia Commons</span></span>
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<h2>Los orígenes del hábito de fumar</h2>
<p>En lo que se refiere a su consumo, <a href="https://bvsms.saude.gov.br/bvs/publicacoes/exposicao_controle_tabaco_brasil_trajetoria.pdf">el tabaco se popularizó entre los hombres brasileños a partir de 1874</a>. Las mujeres empezaron a fumar masivamente más tarde, entre la década de 1960 y 1970, cuando la publicidad de la industria tabaquera asoció su producto a la emancipación femenina y la igualdad de género. </p>
<p>Este inicio más tardío en mujeres también se produjo en otros países como España. Así, el consumo de tabaco comenzó a ser muy común entre los varones durante la Guerra Civil (1936-1939), mientras que ellas no adquirieron el hábito hasta la década de los 60-70.</p>
<h2>Hacia un Brasil libre de tabaco</h2>
<p>Volviendo a Brasil, <a href="https://www.gov.br/inca/pt-br/assuntos/gestor-e-profissional-de-saude/programa-nacional-de-controle-do-tabagismo">a partir de los años 70 del pasado siglo comenzaron también a surgir los primeros movimientos de control del tabaquismo</a>, liderados por profesionales de la salud y sociedades médicas. La acción del Gobierno a nivel federal se institucionalizó en 1985 con la constitución del Grupo Asesor para el Control del Tabaco y, en 1986, con la creación del Programa Nacional de Combate al Tabaco.</p>
<p>Gracias a estas iniciativas, <a href="https://journals.plos.org/plosmedicine/article?id=10.1371/journal.pmed.1001336">el porcentaje de fumadores diarios en Brasil se ha reducido</a> del 29 % al 12 % en hombres y del 19 % al 8 % en mujeres en los últimos 25 años, lo que puede considerarse un éxito. </p>
<p><a href="https://www.comunidad.madrid/sites/default/files/doc/sanidad/epid/informe_tabaco_vita_2021.pdf">Como elemento de comparación</a>, la prevalencia de consumo de tabaco en hombres españoles descendió desde un 55 % hasta un 26 % desde 1987. Entre las mujeres empezó a decrecer en 2001, del 27 % al 19 % en 2020.</p>
<p>Actualmente, Brasil se define como país libre del consumo del tabaco por la <a href="https://www.planalto.gov.br/ccivil_03/_ato2011-2014/2011/lei/l12546.htm">Ley nº 12 546/2011</a> y por el <a href="https://www.planalto.gov.br/ccivil_03/_ato2011-2014/2014/decreto/d8262.htm">Decreto nº 8 262/2014</a> y ha asumido un papel de liderazgo en el ámbito internacional. De hecho, es la segunda nación del mundo, después de Turquía, en alcanzar el nivel más alto de las seis medidas de control del tabaco <a href="https://apps.who.int/iris/handle/10665/43891">MPOWER</a> propuestas por la Organización Mundial de la Salud.</p>
<h2>Brecha de género en la mortalidad</h2>
<p>¿Y qué reflejo tienen estas medidas en la salud de la población brasileña? Desde 1996 a 2019, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213911123000110">el tabaquismo se cobró exactamente 2 389 831 vidas entre las personas mayores de 35 años</a>. De cada 10 fallecimientos atribuidos al tabaco, 6 se producen en hombres, aunque se registra una bajada en este tipo de mortalidad desde 2004. Desafortunadamente, el porcentaje no ha parado de crecer en las mujeres año tras año. </p>
<p><a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9713395/">Un patrón muy similar se observa en España</a>: la mortalidad vinculada al tabaquismo está descendiendo en varones, mientras que la de las mujeres sube desde 1990. Sin embargo, al comparar las estimaciones en ambos países en función de los grupos de edad observamos que las tasas de fallecimientos asociadas al consumo de tabaco son inferiores entre los hombres brasileños.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/527183/original/file-20230519-19-k14689.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/527183/original/file-20230519-19-k14689.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/527183/original/file-20230519-19-k14689.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=703&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/527183/original/file-20230519-19-k14689.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=703&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/527183/original/file-20230519-19-k14689.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=703&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/527183/original/file-20230519-19-k14689.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=883&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/527183/original/file-20230519-19-k14689.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=883&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/527183/original/file-20230519-19-k14689.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=883&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Evolución de las tasas específicas por edad de mortalidad atribuida al consumo de tabaco en hombres y mujeres en España y Brasil. Tasas por 100 000 habitantes.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Efectos dispares en la salud</h2>
<p>Fumar se relaciona con tres grandes grupos de causas de muerte: <a href="https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/343287/9789240032095-eng.pdf">cánceres, enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus y enfermedades respiratorias</a>. En Brasil, la mayor carga de mortalidad se produjo por las enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus: <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213911123000110">de cada 100 fallecimientos por consumo de tabaco, 42 fueron por ese tipo de patologías</a>. </p>
<p>Este resultado difiere con la situación en Europa y Estados Unidos, donde los cánceres se cobran el mayor número de víctimas por el tabaco. La diferencia puede deberse a que Brasil es un país marcado por desigualdades sociales: la disparidad de desarrollo entre sus regiones se refleja en la salud, especialmente cuando se trata de la prevención de factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus.</p>
<p>Si desglosamos por patologías concretas –no por grupos de enfermedades–, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213911123000110">es la causa a la que se atribuye una mayor mortalidad</a> en el país sudamericano. La EPOC y el cáncer de pulmón son responsables de cuatro de cada 10 muertes atribuidas al consumo de tabaco. Por contra, <a href="https://www.revespcardiol.org/es-mortalidad-atribuida-al-consumo-tabaco-articulo-S0300893220306436#:%7E:text=En%202017%2C%20el%20tabaco%20caus%C3%B3,total%20del%20pa%C3%ADs%20ese%20a%C3%B1o">la principal causa de fallecimiento en España achacada al hábito de fumar es el cáncer de pulmón</a>, produciendo casi 3 de cada 10 muertes por ese motivo en 2018.</p>
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<p><em>Artículo realizado con el asesoramiento de la <a href="https://seepidemiologia.es/">Sociedad Española de Epidemiología</a>.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/201055/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Julia Rey Brandariz recibe fondos del Ministerio de Universidades.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Bibiana Wanderlei Flores y Mónica Pérez Ríos no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Las medidas adoptadas por las autoridades brasileñas desde los años 70 han recogido sus frutos, y hoy lidera los esfuerzos para erradicar el consumo de tabaco a nivel internacional.Mónica Pérez Ríos, Profesora titular en el departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidade de Santiago de CompostelaBibiana Wanderlei Flores, Mestre em Saúde Pública, Universidade de Santiago de CompostelaJulia Rey Brandariz, Investigadora en Epidemiología y Salud Pública, Universidade de Santiago de CompostelaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2052312023-05-09T16:40:24Z2023-05-09T16:40:24ZCómo las empresas dañan nuestra salud para obtener beneficios<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/525100/original/file-20230509-25-h56wei.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C10%2C3489%2C2321&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/friends-party-1065564500">Rawpixel.com / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Se levanta temprano para ir a trabajar. Frente a la parada del autobús unas personas desayunan en una terraza. Antes de subirse al autobús, observa en los servilleteros del local el nombre de una bebida azucarada. Frente a su puesto de trabajo hay unas personas colocando una lona con publicidad de un coche cuya conducción se nos asegura <em>sostenible</em>. </p>
<p>Termina la jornada y en el supermercado ve a una niña que pide unos cereales <a href="https://theconversation.com/influye-el-envase-de-los-alimentos-en-los-habitos-nutricionales-de-los-ninos-y-ninas-200862">porque en la caja aparece un personaje de una serie de animación</a>. Al llegar a casa, mientras prepara la cena, aparece en televisión el protagonista de la última película que vio en el cine disfrutando de una cerveza. Termina de cenar y apaga la televisión para irse a dormir.</p>
<p>Esta rutina seguramente no sea ajena para muchos. Recibimos estímulos constantes durante todo el día que nos recuerdan el nombre de marcas y productos. Pueden ser de todo tipo: bebidas azucaradas, alimentos ultraprocesados, comida rápida, automóviles y alcohol. Más adelante, cuando decidamos adquirir alguno, nuestra decisión estará condicionada por aquel que ocupe un lugar privilegiado en nuestra memoria, bien sea por pura repetición o por conectar con alguna emoción relevante para nosotros. </p>
<p>Esto es la base de la publicidad: que ciertos productos y marcas, o incluso el propio acto de consumir, tengan más probabilidad de ser adquiridos. </p>
<p>Y esto tiene implicaciones en nuestra salud individual y colectiva.</p>
<h2>Los determinantes comerciales de la salud</h2>
<p>Si bien la influencia de las empresas en nuestros patrones de consumo se conoce desde hace décadas, el interés por parte de la salud pública acerca de las estrategias comerciales de las empresas y su impacto en la salud es más reciente. </p>
<p><a href="https://academic.oup.com/heapro/article/27/4/427/657952?login=false">El primer artículo</a> que incorporó este concepto fue escrito en 2012 por Ilona Kickbusch, quien más tarde redactaría <a href="https://www.thelancet.com/journals/langlo/article/PIIS2214-109X(16)30217-0/fulltext">un comentario</a> para la revista <em>The Lancet Global Health</em> en el que detallaría su marco de “determinantes comerciales de la salud”, resumido en la siguiente figura.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/524883/original/file-20230508-20523-dsl1c2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/524883/original/file-20230508-20523-dsl1c2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/524883/original/file-20230508-20523-dsl1c2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/524883/original/file-20230508-20523-dsl1c2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/524883/original/file-20230508-20523-dsl1c2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/524883/original/file-20230508-20523-dsl1c2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/524883/original/file-20230508-20523-dsl1c2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Dinámicas que constituyen los determinantes comerciales de la salud. Las siglas RSC hacen referencia a responsabilidad social corporativa.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.thelancet.com/journals/langlo/article/PIIS2214-109X(16)30217-0/fulltext">Kickbusch et al.</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Los autores definen los determinantes comerciales de la salud como “aquellas estrategias y abordajes realizados por el sector privado para promocionar productos y decisiones que son perjudiciales para la salud”. </p>
<p>Señalan tres factores, relacionados entre sí, que han modificado el escenario del consumo y de los negocios a escala global y aumentado el poder de las compañías implicadas: </p>
<ol>
<li><p>El aumento de la demanda de productos.</p></li>
<li><p>La ampliación del alcance de los mercados, por ejemplo a países de bajos y medios ingresos en las últimas décadas.</p></li>
<li><p>La continua internacionalización del comercio y la inversión. </p></li>
</ol>
<p>En los últimos años, la evidencia científica sobre los determinantes comerciales de la salud ha aumentado, como señala el <a href="https://www.thelancet.com/series/commercial-determinants-health">último número especial de la revista <em>The Lancet</em> dedicado al tema</a> y publicado este mismo año.</p>
<h2>‘Lobbies’ empresariales contra nuestra salud</h2>
<p>Al vivir en una sociedad de mercado, el objetivo principal de toda empresa es obtener y maximizar sus beneficios. En un contexto de hipercompetitividad, las empresas se ven presionadas de forma continua para mantener y aumentar su cuota de mercado frente a sus competidoras. </p>
<p>Esto fomenta el uso de prácticas dirigidas a mantener e incrementar la demanda, lo que en última instancia les permite mantener los beneficios empresariales. </p>
<p>Así, las consecuencias para la salud del consumo de estos productos está condicionada por la influencia de estas corporaciones en el entorno social en el que vivimos a través de la disponibilidad de sus productos, su deseabilidad cultural y su precio.</p>
<p>Una de las formas más habituales que tienen las empresas de influir en nuestro entorno es mediante los <em>lobbies</em>, es decir, tratar de ejercer presión a nivel legislativo para entorpecer la aprobación de leyes que puedan disminuir sus beneficios o para favorecer aquellas legislaciones favorables a sus intereses. </p>
<p>Por poner un ejemplo, se estima que <a href="https://www.cspinet.org/sites/default/files/media/documents/resource/big-soda-vs-public-health-report.pdf">las empresas de bebidas azucaradas invirtieron más de cien millones de dólares</a> para ejercer presión política entre 2009 y 2015 en Estados Unidos.</p>
<p>Aunque esta es la forma que más se conoce y denuncia a nivel social, la influencia ejercida por estas empresas puede ser a través de otras vías:</p>
<ul>
<li><p><em>Marketing</em> dirigido a aumentar el deseo y la aceptación de mercancías no saludables por parte de la población.</p></li>
<li><p>Estrategias de responsabilidad social corporativa para desviar la atención de prácticas denunciables y blanquear reputaciones dañadas. Un ejemplo de esto sería el cada vez más conocido y perseguido <a href="https://theconversation.com/europa-contra-el-greenwashing-de-las-marcas-202272"><em>greenwashing</em></a>.</p></li>
<li><p>Ampliación de las cadenas de suministro para incrementar el poder de influencia de estas empresas a nivel mundial. Al ampliar su cuota de mercado, las mayores multinacionales tienen una mayor voz global en comparación con pequeñas y medianas empresas regionales.</p></li>
</ul>
<h2>El ejemplo perfecto: las tabacaleras</h2>
<p>Si existiera un manual de instrucciones acerca de las estrategias empresariales para conseguir aumentar el consumo de productos con un impacto en la salud, sin duda estaría escrito por las empresas tabacaleras. </p>
<p>Durante todo el siglo XX, especialmente durante la segunda mitad, estas empresas diseñaron una serie de estrategias con el fin de mantener las ventas en aquellos países donde la comunidad científica empezaba a cuestionar sus productos. También con el objetivo de aumentar su presencia en mercados de nueva creación en países de rentas bajas.</p>
<p>Históricamente, las tabacaleras <a href="https://tobaccocontrol.bmj.com/content/21/2/258.long">han utilizado la publicidad</a> para normalizar la presencia de sus productos y fomentar la incorporación de nuevos fumadores, especialmente jóvenes. Para ello, las tabacaleras buscaban que la población joven asociara sus productos con la vida adulta, la diversión y la obtención de cierto estatus social. Un ejemplo de esto es evidente en la serie <em>Mad Men</em>, centrada en una empresa de publicidad de la década de 1960. </p>
<p>También <a href="https://www.cdc.gov/tobacco/data_statistics/fact_sheets/tobacco_industry/marketing/index.htm">diseñaban campañas de publicidad</a> dirigidas a mujeres en las que se vinculaba fumar con el empoderamiento y la independencia. En el caso de la población negra de Estados Unidos, asociaban el tabaquismo con elementos de la cultura urbana. </p>
<p>En la actualidad, las estrategias dirigidas a captar a fumadores jóvenes están centradas en el desarrollo de <a href="https://www.healthaffairs.org/doi/full/10.1377/hlthaff.24.6.1601?casa_token=ssv1Iz21_1YAAAAA%3AXVrrfM0IzWfrKxRiXo41hoi8GIOSyfkeKO5dYYjtDY2HWZc_-Whv6dz8KJP8G5yWwnfOq8l5rNw">cigarrillos de sabores</a> o en <a href="https://www.healthaffairs.org/doi/full/10.1377/hlthaff.24.6.1601">transmitir la idea de que los cigarrillos electrónicos son saludables y usar su diseño para atraer a la gente joven</a> apelando a una estética más moderna y vinculada a lo tecnológico, en oposición al cigarrillo tradicional, desfasado para las nuevas generaciones incluso a nivel estético.</p>
<p>Los esfuerzos de las tabacaleras por mantener su cuota de mercado también se han centrado en <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8778494/">retrasar o evitar la implementación de regulaciones contrarias a sus intereses</a>. Para ello, la industria ha recurrido a diferentes tácticas con el objetivo de presionar al poder político: financiar campañas electorales, crear grupos contrarios a la regulación formados por personas aparentemente sin vinculación con la industria, amenazar con la potencial pérdida de empleos y conseguir <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17077405/">la aprobación de medidas legislativas de carácter autorregulador diseñadas a medida de la propia industria y alineadas con sus intereses</a>. </p>
<p>Otra táctica habitual es enmarcar cualquier tipo de regulación como contraria a la libertad individual, mientras continúan limitando la capacidad de las personas por tener vidas más saludables.</p>
<p>Este tipo de estrategias, entre otras, han sido diseñadas y mejoradas durante décadas por la industria del tabaco. Hoy en día son imitadas por otras industrias cuyos productos tienen un impacto perjudicial en la salud de la población. </p>
<p>Conocer los determinantes comerciales de la salud y las estrategias desarrolladas por estas industrias es fundamental para la salud pública, pues nos indican qué tipo de políticas públicas pueden contrarrestar mejor el interés de las empresas en empeorar la salud de las personas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/205231/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Pedro Gullón Tosio recibe fondos de investigación del Instituto de Salud Carlos III (PI21/01868) y de la Comunidad de Madrid (CM/JIN/2021-028)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Mario Fontán Vela no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los determinantes comerciales de la salud hacen referencia al choque que se produce cuando las empresas necesitan obtener beneficios aunque esto sea a costa de la salud de la población.Pedro Gullón Tosio, Profesor ayudante doctor en salud pública, Universidad de AlcaláMario Fontán Vela, Doctorando en Epidemiología y Salud Pública, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1969872023-03-12T22:20:51Z2023-03-12T22:20:51ZSin humo pero con riesgo: así afectan a la salud los cigarrillos electrónicos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/513647/original/file-20230306-18-8fsn3w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C2600%2C1728&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-woman-smoking-electronic-cigarette-276067694">Oleggg / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La industria tabaquera es la única que <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/tobacco">vende un producto de consumo que mata a la mitad de sus usuarios</a>. Sus principales objetivos, pues, están dirigidos a reemplazar a los clientes que mueren prematuramente por culpa del hábito y a retrasar al máximo el abandono del tabaco. Por eso necesita reinventarse constantemente, crear ilusión de seguridad y baja percepción de riesgo.</p>
<p>En la década de 1910, la publicidad ensalzaba las virtudes de un “tabaco natural”, y en los años 20 incluyó la idea de que había marcas menos irritantes, utilizando incluso la imagen de médicos en los anuncios. </p>
<p>Pero el gran hito tuvo lugar en los 60 con la introducción del filtro. Los primeros tenían <a href="https://theconversation.com/debemos-luchar-contra-la-epidemia-mortal-del-amianto-118731">asbesto o amianto</a>, por lo que incluso aumentaban el riesgo de cáncer en lugar de reducirlo, como aseguraban. </p>
<p>Durante los años 70, el siguiente paso en esta tarea de atraer y retener consumidores fue lanzar al mercado los cigarrillos bajos en nicotina y alquitrán, los llamados <em>light</em>. <a href="https://ec.europa.eu/health/archive/ph_information/documents/tobacco_control_es.pdf">Su uso se prohibió en la UE en 2001</a>. Y en los 80 se podía leer en los paquetes de tabaco “sin aditivos”, aunque 17 años después se obligó a eliminar el mensaje por engañoso.</p>
<p>Con el tiempo, la tecnología también se ha utilizado para crear productos supuestamente más seguros, como los <a href="https://es.cochrane.org/news/el-tabaco-calentado-ayuda-dejar-de-fumar-y-es-seguro">dispositivos que calientan el tabaco</a>, que se empezaron a comercializar hace 35 años. Los actuales son su evolución lógica.</p>
<p>Paralelamente, la industria tabaquera ha entrado en los últimos años de forma masiva en el mercado del cigarrillo electrónico. ¿Es una buena estrategia de reducción de riesgo para los fumadores?</p>
<h2>¿Es tan perjudicial como el tabaco?</h2>
<p>Una intervención que reduzca el peligro para la salud de un colectivo tiene que valorarse a nivel poblacional, con todos sus pros y contras. No debemos caer en el reduccionismo de creer que los resultados de los ensayos clínicos controlados se pueden trasladar a un uso generalizado del cigarrillo electrónico.</p>
<p>Dado que hablamos de un producto muy heterogéneo cuyo uso frecuente es relativamente nuevo, no disponemos de datos a largo plazo que podamos comparar con el consumo de tabaco. Puede que la toxicidad de los vapeadores sea menor, pero no está claro que esta reducción resulte significativa o no perjudicial. </p>
<p>De hecho, la repetida afirmación de que es un producto un 95 % menos tóxico que el tabaco <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29323609/">carece de evidencia científica</a> y confunde la concentración de sustancias con el posible riesgo de su consumo a esas concentraciones.</p>
<p>En relación al cáncer, usar únicamente el cigarrillo electrónico, algo realmente infrecuente, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29894118/">sí reduce los biomarcadores de exposición a las sustancias cancerígenas</a>. En cambio, <a href="https://academic.oup.com/eurjpc/article/26/11/1219/5925161?login=true">aumenta las posibilidades de padecer un trastorno cardiovascular</a> y una enfermedad grave del aparato respiratorio, además de <a href="https://www.bmj.com/content/366/bmj.l5275">aumentar la actividad bronquial y las secreciones o favorecer las enfermedades inflamatorias</a>, entre otras consecuencias.</p>
<p>Las sustancias que se encuentran en los cartuchos para favorecer la vaporización y que producen estos efectos son el polientilenglicol, el glicerol o glicerina vegetal y/o el propilenglicol. Al calentarlos generan formaldehídos, acetaldehídos y acroleínas (reconocidos tóxicos pulmonares y cancerígenos), sin tener en cuenta la nicotina. </p>
<p>También se han registrado intoxicaciones, principalmente en niños, al manipular las recargas de nicotina, riesgo inexistente con el tabaco. Puede provocar <a href="https://www.proquest.com/docview/1828882747?accountid=15299">mareos, vómitos, taquicardia, hipertensión y respiración rápida</a>.</p>
<h2>¿Y ayuda a dejar de fumar?</h2>
<p>Los últimos estudios publicados dejan claro que no solo no ayuda, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33928198/">sino que favorece las recaídas</a>. No se da un salto real entre el consumo de tabaco y el de cigarrillos electrónicos, sino que hay un uso alternativo del cigarrillo electrónico en entornos donde está prohibido fumar y obstaculiza los intentos de abandonar este hábito. </p>
<p>Pero además se ha registrado un aumento de uso entre los jóvenes no fumadores, con lo que en realidad <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27296866/">no es una puerta de salida del tabaco</a>, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23332475/">sino más bien la vía de entrada para muchos jóvenes</a>. Este hecho es favorecido por el desconocimiento de sus efectos.</p>
<h2>Más daños que beneficios</h2>
<p>En suma, el cigarrillo electrónico no ayuda a dejar de fumar, favorece un uso dual, desalienta el abandono, fomenta el consumo de nicotina, es una puerta de entrada al tabaquismo y contribuye a su renormalización. Está claro que si se persigue una reducción de daños, difícilmente se conseguirá si la publicidad va dirigida a atraer nuevos consumidores que nunca han fumado, como sucede actualmente.</p>
<p>El cigarrillo electrónico provoca más daños que beneficios a nivel poblacional. Por esta razón debería incluirse en las campañas de prevención de la salud y regular su disponibilidad, uso, publicidad, promoción, venta y reciclado de la misma forma que el tabaco.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/196987/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esteve Fernández Muñoz recibe fondos del Instituto de Salud Carlos III (Gobierno de España), del Departamento de Universidades e Investigación (Generalitat de Catalunya y de la Comisión Europea. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Antoni Baena García no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Aparte de sus perjuicios demostrados en la salud respiratoria o cardiovascular, los cigarrillos electrónicos no ayudan a abandonar el tabaquismo. Es más, incluso pueden ser una vía de entrada para iniciarse en el hábito de fumar.Antoni Baena García, Director del Programa del Máster Universitario en Salud Digital (UOC). Delegado territorial del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo y Vocal de la Societat Catalana d'Atenció i Tractament del Consum de Tabac (SCATT), UOC - Universitat Oberta de CatalunyaEsteve Fernández Muñoz, Catedrático de Salud Pública de la Universitat de Barcelona. Jefe del Departamento de Prevención y control del Cáncer, Institut Català d'Oncologia (ICO) / Institut d'Investgació Biomèdica de Bellvitge (IDIBELL), Universitat de BarcelonaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1930232022-11-21T14:58:52Z2022-11-21T14:58:52ZEl tabaco, enemigo de la lactancia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/491875/original/file-20221026-13-k72etf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C0%2C5997%2C4007&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-pregnant-woman-antismoking-concept-1765355603">Shutterstock / Elnur</a></span></figcaption></figure><p>El tabaco mata. Lo sabemos, entre otras cosas, porque lo pone en las cajetillas. Sabemos que “9 de cada 10 cánceres de pulmón están provocados por el tabaco”, que “fumar provoca infartos” y también que “fumar puede matar al hijo que esperas”. Pero de lo que no nos advierten las cajetillas es de que <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0022347618311181">fumar durante el embarazo también reduce la duración de la lactancia materna</a>. </p>
<p>La lactancia materna posee <a href="https://theconversation.com/lactancia-materna-el-primer-aparato-de-ortodoncia-184167">múltiples beneficios</a>, siendo los más inmediatos los que se relacionan con la <a href="https://theconversation.com/lactancia-humana-y-pandemia-lo-que-la-teta-puede-hacer-por-la-humanidad-169193">salud del bebé</a>. Pero, además, <a href="https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/201701-lactancia-materna-mejor-ambos.pdf">tiene efectos positivos en el desarrollo intelectual y en la prevención de enfermedades crónicas en la edad adulta</a>. </p>
<p>Debido a esto, los bebés de madres fumadoras se exponen a un doble riesgo: el propio de los efectos del tabaco durante el desarrollo del feto y, posteriormente, el asociado a lactancias más cortas. </p>
<h2>La importancia del tabaco en el inicio de lactancia</h2>
<p>Dada la fuerte asociación entre fumar en el embarazo y el descenso de las tasas de lactancia materna, decidimos investigar este fenómeno en profundidad. En un estudio en el que participaron 401 mujeres que tenían intención de amamantar se recogió información desde el embarazo hasta el primer año de vida del bebé. Esto es lo que nos encontramos <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1355184122001429">en relación al tabaco durante el embarazo:</a></p>
<ul>
<li><p>Las mujeres que fumaron durante el embarazo dieron menos lactancia que las que no fumaron. La diferencia más notable entre ambos grupos la observamos en la primera semana y el primer mes tras el nacimiento, pero al año esta diferencia había desaparecido. </p></li>
<li><p>Las mujeres que fumaban en el momento en el que se quedaron embarazadas y dejaron de fumar durante el embarazo disfrutaron de lactancias más prolongadas, mucho más incluso que las de aquellas que no habían fumado nunca. </p></li>
<li><p>Además, las mujeres que fumaron durante el embarazo utilizaron con más frecuencia tetinas y chupetes en la primera semana de vida del bebé, y también introdujeron de forma más precoz la leche de fórmula. </p></li>
</ul>
<p>Este último punto es importante dado que, para que la lactancia materna se inicie, es indispensable que el bebé mame y estimule el pezón repetidamente nada más nacer. La succión continuada provoca la secreción de dos hormonas: la prolactina, que estimula la producción de leche, y la oxitocina, que permite que salga al exterior. De ahí que la tendencia a introducir precozmente leche de fórmula y a usar chupetes en los primeros días tras el nacimiento pueda suponer un obstáculo para la lactancia.</p>
<p>A esto se le suma que la nicotina y otros componentes del tabaco podrían afectar directamente a este proceso debido a <a href="https://reader.elsevier.com/reader/sd/pii/S0306987713003290?token=5CB9D8918AA9F97968BC6B38E7E970117CDA69EC6A936DEEF21DA71D214D0D90FBC198AC4B75D7CCB201DC2916814F45&originRegion=eu-west-1&originCreation=20221104095443">su posible influencia sobre las hormonas que dirigen la lactogénesis</a>.</p>
<h2>Cómo promover la lactancia en madres fumadoras</h2>
<p>Los datos recabados sugieren que fumar durante el embarazo influye sobre la lactancia materna de un modo bastante complejo. Factores de tipo fisiológico podrían afectar al establecimiento de la lactancia materna, pero también habría que considerar factores psicosociales como la motivación, y las costumbres y prácticas relacionadas con la crianza.</p>
<p>Lo que está claro es que dejar de fumar en el embarazo conlleva matices diferentes a dejarlo en otros contextos. Por eso, para que las estrategias de promoción de la lactancia en mujeres fumadoras tengan éxito, es imprescindible tener en cuenta las circunstancias concretas que rodean a cada mujer en esta etapa. </p>
<p>Un aspecto importante a considerar sería la limitada disponibilidad de fármacos autorizados para dejar de fumar durante el embarazo. También estaría presente el fuerte componente motivacional relacionado con la salud del bebé, que podría ser clave en el éxito de la deshabituación tabáquica. </p>
<p>Por otro lado, cuando no es posible dejar de fumar, es necesario atender correctamente las dudas que a menudo surgen sobre fumar durante la lactancia materna, sin olvidar también aspectos psicológicos como la ansiedad y la culpa que pueden sufrir estas mujeres.</p>
<p>Para terminar, basándonos en las conclusiones de este estudio, desde nuestro grupo de investigación proponemos las siguientes intervenciones específicas en relación al tabaco y la lactancia: </p>
<ul>
<li><p>Implementar estrategias para dejar de fumar especialmente dirigidas a mujeres en edad reproductiva que tengan intención de ser madres y a sus parejas. Sería interesante poner el foco en mujeres jóvenes con menor nivel de estudios ya que <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8791242/">son las que tienen las tasas más altas de tabaquismo y, a la vez, las más bajas de lactancia materna.</a> E iniciar la deshabituación previamente al embarazo.</p></li>
<li><p>Diseñar protocolos de apoyo a la lactancia específicos para madres fumadoras que quieren amamantar. Estos protocolos deberían ayudar a evitar el uso precoz de tetinas y chupetes y la introducción de la fórmula, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0378378221002176?via%3Dihub">ya que son prácticas asociadas a un menor éxito de la lactancia</a>.</p></li>
<li><p>Apoyar a las mujeres fumadoras informando de los beneficios de la lactancia materna. Destacar que, siempre que sea posible, <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10995-006-0172-1">es preferible la leche materna frente a la leche de fórmula, aún más, si cabe, en el caso de que la madre fume</a>. </p></li>
</ul>
<p>No hay duda de que el esfuerzo para mejorar la salud desde el nacimiento, y hasta la edad adulta, pasa por aumentar las tasas de lactancia materna. Para ello se hace necesario atender la compleja relación que existe entre el tabaco y la lactancia.</p>
<hr>
<p><em>La UPV/EHU ha financiado los gastos asociados a la publicación en acceso abierto del artículo en la revista ‘Journal of Neonatal Nursing’ en el que se han presentado los resultados que aparecen en este texto.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/193023/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gloria Gutiérrez de Terán Moreno recibe fondos de Osakidetza/Servicio Vasco de Salud para a realización de este trabajo. Expediente OSI BB 18/024</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Ainhoa Fernández Atutxa, Begoña Sanz Echevarría, Estitxu Benito-Fernández, Fátima Ruiz-Litago, María Jesús Mulas Martín, Ruben Montero Matia y Usue Ariz López de Castro no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Las mujeres que fuman durante el embarazo recurren más a la leche de fórmula para alimentar a sus bebés que las no fumadoras.Usue Ariz López de Castro, Profesora de Fisiología, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaAinhoa Fernández Atutxa, Profesora del Departamento de Enfermería I, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaBegoña Sanz Echevarría, Profesora Agregada en el Departamento de Fisiología. Investigadora del grupo @AgeingOn. Miembro del grupo "Enfermería Clínica y Salud Comunitaria" de Instituto de Investigación Sanitaria Biocruces Bizkaia., Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaEstitxu Benito-Fernández, Enfermera especialista en obstetricia y ginecología, Osakidetza - Servicio Vasco de SaludFátima Ruiz-Litago, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaGloria Gutiérrez de Terán Moreno, Jefa de Estudios de la Unidad Docente de Matronas del País Vasco, Osakidetza - Servicio Vasco de SaludMaría Jesús Mulas Martín, Unidad Docente de Enfermería Obstétrico-Ginecológica, Osakidetza - Servicio Vasco de SaludRuben Montero Matia, Osakidetza - Servicio Vasco de SaludLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1938712022-11-15T13:45:58Z2022-11-15T13:45:58ZCáncer de pulmón: buenas noticias desde la batalla para derrocar al emperador de los tumores<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/495055/original/file-20221114-20-h9j9bm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=15%2C7%2C5026%2C3348&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-smoking-xray-lung-isolated-on-286789925">Shutterstock / Krunja</a></span></figcaption></figure><p>Una de las grandes efemérides de 2022 ha sido la celebración en septiembre del quinto centenario de la llegada de <a href="https://theconversation.com/que-ocurrio-realmente-en-la-vuelta-al-mundo-de-magallanes-y-elcano-184715">la expedición de Juan Sebastián Elcano</a> a Sanlúcar de Barrameda. Sin haberlo planeado al partir, los pocos supervivientes de esa trágica aventura de tres años acababan de realizar la primera circunnavegación de la historia. “Hemos descubierto y dado la vuelta a la redondez del mundo”, escribió, nada más llegar, el marino vasco al emperador Carlos V. </p>
<p>En estos meses se han puesto de relieve muchos valores que Elcano y sus compañeros desarrollaron en su travesía. Entre otros, sin duda, la perseverancia y el coraje.</p>
<p>Perseverancia y coraje son también imprescindibles en la misión de reducir el sufrimiento y los inaceptables niveles de incidencia y mortalidad causados por el cáncer de pulmón. En esta misión estamos todos implicados. Por un lado, mediante la prevención primaria: reduciendo y ayudando a reducir en la población los niveles de exposición al <a href="https://theconversation.com/este-es-el-dano-que-produce-el-tabaco-sobre-nuestras-celulas-182958">tabaco</a> y sus derivados. Y por otro, apoyando la labor de quienes estamos más directamente implicados en la batalla contra esta enfermedad: investigadores, personal sanitario, responsables institucionales, pacientes y familiares. </p>
<p>El cáncer de pulmón es, en cierto modo, otra pandemia, anterior a la que estamos atravesando por efecto del covid.</p>
<h2>Un asesino implacable</h2>
<p>En un excelente ensayo que mereció el premio Pulitzer, el Dr. Siddhartha Mukherjee describe al cáncer como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_emperador_de_todos_los_males:_Una_biograf%C3%ADa_del_C%C3%A1ncer"><em>El emperador de todas las enfermedades</em></a>. Siguiendo su argumento, se podría afirmar que el cáncer de pulmón es el emperador de ese tipo de emperadores. </p>
<p>Tres datos nos pueden ayudar a entender esta definición. Por un lado, aproximadamente uno de cada cinco fallecimientos debidos al cáncer son tumores pulmonares. En segundo lugar, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35020204/">la mortalidad por cáncer de pulmón</a> es prácticamente equivalente a la suma de las muertes causadas por el cáncer de colon, mama y próstata juntos.</p>
<p>Finalmente, el impresionante crecimiento del nivel de tabaquismo femenino de las tres últimas décadas ha llevado a un <a href="https://www.cancer.org/latest-news/study-young-women-now-have-higher-rate-for-lung-cancer-than-men-worldwide.html">aumento tan significativo del cáncer de pulmón</a> que, en algunos lugares del mundo, su mortalidad en mujeres es ya más elevada que la atribuible al cáncer de mama.</p>
<h2>Los frutos de la prevención y la detección precoz</h2>
<p>A pesar de estos datos alarmantes, la perseverancia y coraje de tantos nos permite mirar al futuro con esperanza. De hecho, la incidencia y la mortalidad por cáncer de pulmón están ya disminuyendo ligeramente en los varones. El efecto de las políticas contra el tabaco se está empezando a notar. </p>
<p>Además, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33046839/">los programas de detección precoz de cáncer de pulmón mediante TAC de baja dosis</a> se ofrecen ya a nivel poblacional en varios países desarrollados. Hace unas semanas, después de varios años de inexplicable silencio, <a href="https://eur-lex.europa.eu/procedure/EN/2022_290">la Comisión Europea ha recomendado</a> a los países miembros que introduzcan progresivamente este cribado en la cartera sanitaria pública. Esta nueva herramienta de prevención, que detecta el cáncer de pulmón en fases muy iniciales, se ha demostrado eficaz en varios ensayos clínicos de los últimos veinte años. </p>
<p>Hablamos de tumores asintomáticos, que crecen quizás durante años en el pulmón del paciente. Si no se detectan a tiempo, y estos tumores ya producen síntomas, es señal de que están muy avanzados, y de que muy probablemente no serán susceptibles de una intervención quirúrgica, por lo que su pronóstico es mucho peor. </p>
<p>Desgraciadamente, más de un 70 % de los casos de cáncer de pulmón se diagnostican hoy en día en fases inoperables. De ahí la importancia de desarrollar y optimizar la detección precoz. <a href="https://www.feam.eu/wp-content/uploads/Final-Cancer-Screening-ERR.pdf">Los científicos expertos de la Unión Europea que han asesorado a la Comisión</a> han subrayado el interés de seguir investigando en otras técnicas como <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30529598/">marcadores en sangre</a>, ya que estas tecnologías moleculares pueden mejorar el rendimiento de las técnicas basadas en imagen.</p>
<h2>Nuevas armas terapéuticas</h2>
<p>De cualquier modo, el manejo de los pacientes con tumores pulmonares avanzados ha mejorado muy notablemente en las últimas décadas. La investigación molecular y celular ha llevado a conocer mucho mejor los mecanismos de crecimiento y los talones de Aquiles de los diversos tipos de cáncer de pulmón. </p>
<p>Las <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35469765/"><em>terapias dirigidas</em></a> se aprovechan del conocimiento de las alteraciones genéticas más relevantes que determinan la malignidad de algunos tumores. Y la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36203360/">inmunoterapia</a> ha conseguido controlar los <em>trucos moleculares</em> que las células tumorales despliegan para pasar ocultos o frenar la respuesta del sistema de defensa inmune del paciente. </p>
<p>En este campo de la enfermedad avanzada, la investigación se concentra en encontrar nuevas dianas moleculares, en mejorar las herramientas de terapia inmune y, sobre todo, en resolver los problemas de resistencia a los nuevos fármacos, que son frecuentes, pasado un tiempo de su administración.</p>
<p>Son muchos los logros conseguidos, muchos los pacientes beneficiados por los estudios que se llevan a cabo en la academia, los centros de investigación o las empresas biotecnológicas o farmacéuticas. No obstante, el resultado es claramente insuficiente y queda mucho por descubrir.</p>
<p>Juan Sebastián Elcano fue recibido como un héroe a su llegada a Sanlúcar de Barrameda y fue condecorado por Carlos V, el emperador. De nuestro <em>emperador</em>, el cáncer de pulmón, no esperamos ninguna medalla. El trabajo perseverante e ilusionado de tantos de nosotros, implicados en la batalla contra esta enfermedad, pretende presionar a este <em>emperador de emperadores</em> para que –como ocurrió con el propio Carlos V– se retire a la inactividad de un lugar silencioso o desaparezca para siempre en las brumas de la historia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/193871/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Luis Montuenga recibe fondos de investigación del Gobierno de España, la Unión Europea, de Fundaciones que promueven la investigación biomédica y de empresas biotecnológicas y farmacéuticas. </span></em></p>La aplicación de los frutos de la investigación alienta la esperanza de vencer a esta enfermedad, responsable de una de cada cinco muertes por cáncer.Luis Montuenga, Investigador senior del Cima de la Universidad de Navarra, miembro del Centro de Investigación en Red en Oncología (CIBERONC) y de Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA); decano de la Facultad de Ciencias, Universidad de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1842782022-07-27T17:51:38Z2022-07-27T17:51:38ZEl tabaco, el alcohol y otras drogas cambian nuestro epigenoma<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/466627/original/file-20220601-48489-sthsa5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=358%2C12%2C7156%2C4165&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El alcohol, el cannabis y el tabaco son capaces de provocar daños en el ADN.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/composition-bottle-whiskey-ashtray-cigarettes-2107429484">Monticello / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Fue en 2009 cuando la noción de epigenética cobró todo su sentido para mí, durante una conferencia de Patrick McGowan, invitado a la <a href="http://www.mda.aphp.fr">Maison de Solenn</a> por el profesor Bruno Falissard (<a href="https://cesp.inserm.fr/fr">Centre de recherche en épidémiologie et santé des populations, o CESP</a>). Este especialista en neurociencia y epigenética presentó su estudio, publicado en la <a href="https://www.nature.com/articles/nn.2270">revista científica <em>Nature</em></a>, demostrando que los traumas infantiles pueden modificar la expresión de ciertos genes y conducir al suicidio.</p>
<p>Ya se sabía que las alteraciones del eje hipotálamo-hipofisario (<a href="https://stringfixer.com/fr/Hypothalamic-pituitary-adrenal_axis">el hipotálamo y la hipófisis están situados en el corazón del cerebro</a>), como los niveles elevados de la hormona del estrés cortisol (un glucocorticoide), se asocian con episodios depresivos e <a href="http://www.antoniocasella.eu/salute/Mann_2003.pdf">intentos de suicidio</a>.</p>
<p>Para investigar una posible relación con estas trágicas situaciones, McGowan estudió la expresión de un gen que codifica los <a href="https://fr.wikipedia.org/wiki/R%C3%A9cepteur_des_glucocortico%C3%AFdes">receptores de cortisol</a> (<a href="https://www.planetesante.ch/Magazine/Psycho-et-cerveau/Borderline/La-memoire-dans-les-genes">NR3C1</a>) en la estructura cerebral que contiene más cortisol: el hipocampo. Esto se hizo en tres poblaciones: víctimas de abusos suicidas en la infancia (doce personas), víctimas de suicidio sin antecedentes de abuso (doce personas) y doce controles (víctimas de muerte súbita o accidental, sin antecedentes de abuso).</p>
<p>Observó que la expresión de este gen estaba disminuida sólo en las víctimas de abusos en la infancia. Y el mecanismo implicado no era genético como tal, con, por ejemplo, la mutación de un gen, sino epigenético. Es decir, una o varias letras de la <em>palabra</em> que constituye el gen no se cambiaban, sino que se alteraban (como una <em>e</em> transformada en una <em>é</em>), en este caso por <em>metilación</em>. Los niños no podían hacer frente a las situaciones de estrés debido al fallo de este eje cerebral.</p>
<p>Ahora se sabe que el consumo de sustancias psicoactivas puede inducir estas modificaciones epigenéticas. Identificar sus mecanismos ayudará a comprender mejor los mensajes de prevención de “tolerancia cero con el alcohol y el tabaco durante el embarazo”, que también deben preocupar al futuro padre.</p>
<h2>Genética-epigenética: ¿de qué estamos hablando?</h2>
<p>Somos muy conscientes de lo que caracteriza nuestro patrimonio genético, nuestro <a href="https://fr.wikipedia.org/wiki/G%C3%A9nome">genoma</a>. Encerrado en el núcleo de las células, se extiende a lo largo de los <a href="https://fr.wikipedia.org/wiki/Chromosome">cromosomas</a>, formados por una molécula de ADN envuelta en proteínas, las <a href="https://fr.wikipedia.org/wiki/Histone">histonas</a>. Esta configuración de la cromatina permite colocar una gran cantidad de información genética en el diminuto núcleo.</p>
<p>El genoma en sí está compuesto por regiones codificantes (principalmente genes) y no codificantes. La información de las regiones codificantes sólo es accesible a la maquinaria celular si la cromatina no está demasiado enrollada. En ese caso, los <a href="https://www.nature.com/scitable/topicpage/dna-transcription-426/">genes pueden transcribirse</a> en otros tantos <a href="https://fr.wikipedia.org/wiki/Acide_ribonucl%C3%A9ique_messager">ARN mensajeros</a>.</p>
<p>Cada ARNm es conducido fuera del núcleo para ser traducido en una proteína. Las proteínas son esenciales para una gran variedad de funciones dentro de la célula y el organismo, tanto estructurales como funcionales.</p>
<p>Como se ha mencionado, el texto de un gen puede tener un error (mutación) en el propio ADN, lo que da lugar a la síntesis de una proteína anormal. Esto puede no tener consecuencias, o puede dar lugar a enfermedades genéticas potencialmente transmisibles a los descendientes.</p>
<p>Pero a veces no se puede asociar ninguna mutación: hay que fijarse no en el texto genético en sí, sino en lo que lo rodea.</p>
<p>El término <a href="https://fr.wikipedia.org/wiki/%C3%89pig%C3%A9n%C3%A9tique"><em>epigenética</em></a> fue propuesto por primera vez por <a href="https://www.nature.com/articles/150563a0">Conrad Hal Waddington</a>, paleontólogo y genetista británico (1905-1975), en la década de 1940, como “la rama de la biología que estudia las relaciones de causa y efecto entre los genes y sus productos”. Propuso el concepto de <em>paisaje epigenético</em>, es decir, el conjunto de <a href="https://www.inserm.fr/dossier/epigenetique/">modificaciones reversibles, transmisibles y adaptativas de la expresión génica sin cambiar el texto</a>. Esto quiere decir que la expresión de los genes puede reducirse o inactivarse de forma flexible y dinámica a lo largo de la vida.</p>
<p>El epigenoma, o conjunto de modificaciones epigenéticas que recibe una célula, constituye así una verdadera memoria de los impactos ambientales (exposición a estreses nutricionales, tóxicos o psicosociales) a los que ha estado expuesta.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/464261/original/file-20220519-16-qvstir.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Esquema del plegado del ADN" src="https://images.theconversation.com/files/464261/original/file-20220519-16-qvstir.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/464261/original/file-20220519-16-qvstir.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=427&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/464261/original/file-20220519-16-qvstir.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=427&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/464261/original/file-20220519-16-qvstir.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=427&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/464261/original/file-20220519-16-qvstir.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=537&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/464261/original/file-20220519-16-qvstir.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=537&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/464261/original/file-20220519-16-qvstir.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=537&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Aquí se representan los diferentes niveles de compactación del ADN (desde la célula hasta las letras que componen la molécula). Las posibles modificaciones epigenéticas se indican en color (metilación en rojo, acetilación en azul, fosforilación en amarillo).</span>
<span class="attribution"><span class="source">NIH/Phrood</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Los principales mecanismos epigenéticos</h2>
<p>Las modificaciones epigenéticas pueden producirse a muchos niveles y adoptar muchas formas:</p>
<ul>
<li><p>Algunos ARN pequeños, <a href="https://fr.wikipedia.org/wiki/ARN_non_codant">los ARN que no codifican ningún gen, se denominan interferentes</a> porque su función es interferir en la expresión normal del ADN. Por lo tanto, tienen un papel regulador o estructural.</p></li>
<li><p>La cromatina <a href="https://www.insb.cnrs.fr/fr/cnrsinfo/deacetylation-et-remodelage-de-la-chromatine-un-meme-combat-anti-transposons">se puede remodelar</a>. Esto puede llevar a su inactivación y a la desregulación de la expresión génica.</p></li>
<li><p>Las histonas, que permiten el empaquetamiento del ADN, también pueden modificarse químicamente: por <a href="https://www.medecinesciences.org/en/articles/medsci/full_html/2002/01/medsci2002181p17/medsci2002181p17.html">metilación</a> (adición de un grupo metilo X-CH3), <a href="https://www.medecinesciences.org/en/articles/medsci/full_html/2009/02/medsci2009252p121/medsci2009252p121.html">acetilación</a> (adición de un grupo acetilo X-CO-CH3), <a href="https://www.ipubli.inserm.fr/bitstream/handle/10608/4607/MS_2003_10_955.html">fosforilación (adición de un grupo fosfato) o ubiquitinilación (adición de una pequeña proteína llamada ubiquitina, que controla la degradación de su objetivo)</a>.</p></li>
</ul>
<p>Los efectos son diversos (condensación o descompactación de la cromatina para reprimir o activar la transcripción de genes, etc.), rápidos y de corta duración.</p>
<ul>
<li>Por último, el ADN también puede ser modificado por el mismo tipo de reacción química. Por ejemplo, su <a href="https://curie.fr/actualite/epigenetique-et-genetique/lart-de-la-methylation">metilación local</a> desactiva los genes presentes, de forma estable pero potencialmente reversible.</li>
</ul>
<h2>El impacto epigenético del tabaco</h2>
<p>Tuvimos la oportunidad de volver a tratar estos grandes temas en el <a href="http://societe-francophone-de-tabacologie.org/congres1.html">congreso anual de la Société francophone de tabacologie</a>, en Reims, en noviembre de 2021. Este fue el tema de una sesión que dirigí con el Dr. Jean Perriot.</p>
<p>En esta ocasión, Johanna Lepeule (<a href="https://iab.univ-grenoble-alpes.fr/node/188/departement-environnement-reproduction-infections-cancer/equipe-slama-siroux-epidemiologie-environnementale-appliquee-au-developpement-et-sante-respiratoire">IAB, Grenoble</a>) abordó el tema del <a href="http://societe-francophone-de-tabacologie.org/dl/CSFT2021/S11a_LEPEULE_johanna.pdf">tabaquismo materno y la metilación del ADN placentario</a>. En un estudio publicado en 2020 en <a href="https://bmcmedicine.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12916-020-01736-1">BMC Medicine</a>, ella y su equipo analizaron la placenta de 568 mujeres, divididas en tres grupos: no fumadoras (381 mujeres); exfumadoras (70 mujeres), que habían dejado de fumar en los tres meses anteriores al embarazo y no habían fumado durante el mismo; y fumadoras (117 mujeres), que habían fumado en los tres meses anteriores al embarazo y durante el mismo.</p>
<p>Los <a href="https://www.edimark.fr/courrier-addictions/placenta-conserverait-memoire-exposition-tabac-avant-grossesse-entretien-avec-johanna-lepeule">principales resultados</a> fueron los siguientes:</p>
<ul>
<li><p>Se observaron alteraciones en 152 regiones del genoma en las que, tras dejar de fumar las exfumadoras, la metilación del ADN parecía volver al mismo nivel que en las no fumadoras. Los cambios en estas regiones se clasificaron como reversibles.</p></li>
<li><p>Se observaron alteraciones en 26 regiones genómicas cuyo nivel de metilación permaneció inalterado a pesar del cese del tabaquismo en las exfumadoras, y comparable al de las fumadoras. Por lo tanto, estas regiones llevan la memoria de la exposición preconcepcional al tabaco.</p></li>
</ul>
<p>Entre los genes que se ven afectados por el tabaquismo, se han identificado algunos que son especialmente importantes para el desarrollo del feto y del bebé.</p>
<p>La conclusión es, por tanto, muy clara: se ha de dejar de fumar en cuanto se planee concebir.</p>
<p>La cesación del tabaquismo debe implicar tanto a la futura madre como a su pareja. De hecho, el ADN de los espermatozoides en desarrollo puede estar <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27565179/">también afectado por las metilaciones</a>.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Una joven pareja sentada tranquilamente enciende un cigarrillo cada una" src="https://images.theconversation.com/files/464263/original/file-20220519-11-302rw2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/464263/original/file-20220519-11-302rw2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/464263/original/file-20220519-11-302rw2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/464263/original/file-20220519-11-302rw2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/464263/original/file-20220519-11-302rw2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/464263/original/file-20220519-11-302rw2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/464263/original/file-20220519-11-302rw2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Como parte de un proyecto parental, la futura madre y el futuro padre deben dejar de fumar.</span>
<span class="attribution"><span class="source">UfaBizPhoto / Shutterstock</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El impacto epigenético del alcohol</h2>
<p>El alcohol también tiene un <a href="http://societe-francophone-de-tabacologie.fr/dl/CSFT2021/S11b_NAASSILA_mickael.pdf">efecto epigenético demostrado</a>, como ha señalado el profesor Mickael Naassila, presidente de la <a href="http://www.sfalcoologie.asso.fr/page.php?choix=A1">Sociedad Francesa de Alcoholología</a> (SFA) y de la <a href="https://www.esbra.com/">Sociedad Europea de Investigación Biomédica sobre el Alcoholismo</a> (ESBRA).</p>
<p>De nuevo, hay varios mecanismos epigenéticos implicados:</p>
<ul>
<li><p>Hipermetilación del ADN observada en porciones específicas del genoma de las células sanguíneas.</p></li>
<li><p>Metilación y acetilación de una histona.</p></li>
</ul>
<p>Estos <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5420490/">cambios están asociados</a> <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5439216/">con los trastornos por consumo de alcohol</a> y en el <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28431792/">síndrome de alcoholismo fetal</a>.</p>
<p>Actualmente, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31161790/">se está investigando en Francia</a> sobre moléculas que permitirían inducir una reducción del consumo de alcohol y frenar la recaída, como la administración de inhibidores de la histona deacetilasa (HDAC), como el butirato de sodio.</p>
<h2>El impacto epigenético de las drogas ilícitas</h2>
<p>En enero de 2022, la Academia Nacional de Medicina de Francia <a href="https://www.academie-medecine.fr/wp-content/uploads/2022/02/Rapport-Epige%CC%81ne%CC%81tique.pdf">publicó un informe sobre el tema</a>, bajo la dirección de Jean-Pierre Goullé y Michel Hamon (subcomité de adicciones), del que es importante conocer varios puntos. Aquí están los principales, identificados en modelos animales:</p>
<ul>
<li><p>Cannabinoides: el THC (Δ9-tetrahidrocannabinol) “es <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6632091/">probable que cause cambios epigenéticos</a>”. Pueden observarse en una persona cuyos padres consumieron la droga antes de la concepción, o cuya madre la consumió durante la gestación, o que estuvo expuesta al THC durante la adolescencia o más tarde. Se observa la metilación del ADN, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6794936/">modificaciones de las histonas y modificaciones del ADN no codificante</a>.</p></li>
<li><p>Cocaína: causa <a href="https://www.medecinesciences.org/en/articles/medsci/full_html/2015/04/medsci20153104p439/medsci20153104p439.html">acetilación de histonas, metilación del ADN y ADN no codificante</a>.</p></li>
</ul>
<p>El consumo de drogas legales (alcohol y tabaco) e ilegales modifica nuestro epigenoma. Por lo tanto, es importante tenerlo en cuenta en las acciones de salud pública, en particular en jóvenes y en parejas que desean tener hijos. El uso de métodos validados, basados en <a href="https://otcra.fr/categories/outils/college/">habilidades psicosociales</a>, ya permite actuar en esta dirección.</p>
<p>Citando a Claude Olievenstein, psiquiatra especializado en drogadicción: “La adicción es la confluencia de un producto (una sustancia psicoactiva), un individuo y un entorno (familiar y sociocultural)”. Acabamos de ver cómo una sustancia psicoactiva puede afectar a nuestros descendientes y modificar nuestro genoma de forma reversible, transmisible y adaptativa. Este encuentro puede hacernos más vulnerables y llevarnos a desarrollar una adicción.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/184278/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Philippe Arvers es director de la SFT, el IRAAT y el IREPS ARA.</span></em></p>Las sustancias psicoactivas tienen consecuencias negativas bien conocidas para la salud. Pero también pueden cambiar la expresión genética de los usuarios y de sus hijos. He aquí cómo.Philippe Arvers, Médecin addictologue et tabacologue, Université Grenoble Alpes (UGA)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1829582022-05-30T10:34:20Z2022-05-30T10:34:20ZEste es el daño que produce el tabaco sobre nuestras células<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/465966/original/file-20220530-24-d0qzfs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=23%2C0%2C5152%2C3399&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/smoker-man-portrait-472107778">Shutterstock / Mr.Exen</a></span></figcaption></figure><p>Mi padre fumó en pipa durante un tiempo y recuerdo perfectamente esa sustancia negra y pegajosa que se quedaba adherida al filtro del artilugio: el alquitrán. Ahora piensen en esa sustancia entrando en sus pulmones y pegándose a sus paredes. Repugnante, ¿verdad?</p>
<p>Con los incontables estudios disponibles sobre los efectos del consumo de tabaco en la mano, convencernos sobre los daños que produce debería ser pan comido. Las células que forman nuestros tejidos, órganos y sistemas son sensibles a los efectos de agentes externos tóxicos. Y por todos es sabido que el tabaco contiene muchos, aparte del alquitrán.</p>
<p>Lo peor es que muchos fumadores no solo lo asumen, sino que obvian que su consumo afecta gravemente a las personas de su alrededor. </p>
<p>Propongo a continuación hacer un viaje acompañando al humo del tabaco que entra en nuestro cuerpo para ver sus efectos –demostrados por la ciencia– sobre nuestras células. </p>
<h2>Primeros efectos en la boca y la faringe</h2>
<p>Cuando el humo del tabaco entra en nuestro organismo, las primeras células que lo reciben son las de la boca, la nariz y la garganta. Las hasta <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0304383509007162?casa_token=KcMv38eJI_IAAAAA:MAREq1Qe1Ss42bx_Fr5tpBUV7dtOOIxDbm-V4mffFHIdqjdOR24xSuzt9GfNLhkquC-wXS7Nvg">50 sustancias carcinogénicas</a> que contiene este humo se diluyen rápidamente en la saliva y los fluidos nasales. De este modo llegan prácticamente a todas las células del epitelio de la boca, la nariz y la garganta. </p>
<p>Entre otros efectos, estas sustancias producen daño oxidativo, muerte celular y, en el peor de los casos, se introducen en el ADN provocando roturas y otros daños que, al ser reparados, dan lugar a mutaciones que pueden desencadenar cáncer. </p>
<p>Por tanto, no es de extrañar que el consumo de tabaco sea uno de los factores de riesgo más importantes en el octavo tipo de cáncer más mortal: <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6752112/">el cáncer oral</a>. </p>
<p>Además, el tabaco induce <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6752112/">cambios en las funciones del sistema inmunitario que agravan la respuesta a infecciones por diversos microorganismos</a>. Estos efectos sobre el sistema inmunitario también <a href="https://jim.bmj.com/content/62/2/316.long">están relacionados con una mayor predisposición a sufrir cáncer</a>. </p>
<p>A todo ello hay que sumarle que el tabaco nos hace perder las capacidades olfativas y gustativas, manteniendo un sabor amargo casi continuo en la boca. ¿Por qué? Todo apunta a que tiene que ver con <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33955474/">la pérdida de la capacidad de transmisión nerviosa</a> de los órganos sensoriales. </p>
<h2>Daños a nivel pulmonar</h2>
<p>Desde hace tiempo se sabe que el humo del tabaco provoca en el pulmón una serie de síntomas <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC475133/">que se agrupan en la llamada enfermedad crónica obstructiva pulmonar o EPOC</a>. En esta enfermedad, el desequilibrio provocado por el tabaco sobre las células epiteliales hace que generen más mucosidad y que sea más densa. Además, debido al daño directo del tabaco sobre el tejido que mantiene la estructura del pulmón, se obstruyen los bronquios y bronquiolos, generando síntomas de asfixia. </p>
<p>Por si fuera poco, <a href="https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/copd/symptoms-causes/syc-20353679">las personas con EPOC tienen mayor predisposición a sufrir enfermedades cardiovasculares y, de nuevo, cáncer de pulmón</a>. </p>
<h2>Macrófagos negros de alquitrán</h2>
<p>Ya he evocado al principio la imagen de la pipa de mi padre, negra y pegajosa por el alquitrán. </p>
<p>Sucede que el pulmón es rico en macrófagos que reaccionan a los ataques generando respuestas inflamatorias. Pues bien, esos macrófagos acaban ingiriendo el alquitrán del tabaco y mueren cargados de esta sustancia acumulándose y dando ese aspecto negro característico del pulmón de fumador. </p>
<p>El humo del tabaco también trastoca la actividad de los macrófagos. Concretamente reduce su capacidad para <a href="https://respiratory-research.biomedcentral.com/articles/10.1186/1465-9921-14-33">defender al organismo frente a diferentes agentes, especialmente virus</a>, pero también células cancerosas. Y volvemos otra vez a lo mismo: al final aumenta el riesgo de padecer cáncer de pulmón. </p>
<p>Visto lo visto, no cabe duda de que existe una relación directa entre el consumo de tabaco y el cáncer de pulmón, uno de los más agresivos. Su <a href="https://www.cancer.org/cancer/lung-cancer/detection-diagnosis-staging/survival-rates.html">supervivencia a 5 años varía (según el tipo de célula afectada) entre el 60% y el 25%</a> y causa <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4080902/">más de un millón de muertes al año en todo el mundo</a>. </p>
<h2>Nicotina: efecto sobre las neuronas y dependencia</h2>
<p>Que fumar tenga efectos placenteros se lo debemos a la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Nicotina">nicotina</a>, un alcaloide presente en el tabaco. Actúa estimulando en las neuronas a los <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Receptor_nicot%C3%ADnico">receptores nicotínicos</a>, unos canales iónicos que responden a sustancias que transmiten la información entre las neuronas.</p>
<p>Como en cualquier otro compuesto que estimula receptores de neurotransmisores en las neuronas, la estimulación permanente lleva a un proceso de desensibilización de las neuronas. Implica que las neuronas reducen la cantidad de receptores o cambian su sensibilidad al estimulante, por lo que para obtener la misma respuesta se necesita cada vez más cantidad de estímulo. Cuando esto ocurre, estamos ante un caso de dependencia. </p>
<p>Lo peor es que el proceso de desensibilización puede llevar no solo a una dependencia de la nicotina sino también a otras enfermedades como la pérdida de memoria o la <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/BF00713026">miastenia gravis</a>, enfermedad caracterizada por la debilidad y fatiga muscular debida a una falta de comunicación efectiva entre nervios y músculos. </p>
<p>También se han asociado otros problemas como <a href="https://www.mdpi.com/1422-0067/22/14/7272">un mayor riesgo de esquizofrenia o psicosis, depresión y ansiedad</a>. A todo ello se añade que la afección neuronal puede provocar <a href="https://www.jpain.org/article/S1526-5900(05)00047-7/fulltext">dolor neuropático, es decir, un dolor relacionado con el sistema nervioso</a>. </p>
<p>En resumen, el beneficio del consumo de tabaco es prácticamente nulo frente a los múltiples daños que produce en las células y los graves problemas de salud que desencadena. Y, sin embargo, muchas personas introducen en su organismo de forma voluntaria todos los compuestos perjudiciales que conlleva el tabaco. Al menos, que no sea por falta de información.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/182958/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Guillermo López Lluch es miembro de la Sociedad Española de Biología Celular, la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, la Society for Free Radical Research y la International Coenzyme Q10 Association. Las investigaciones realizadas por el autor están financiadas por fondos públicos provenientes del Gobierno de España o del Gobierno Autonómico de Andalucía.</span></em></p>Mi padre fumó en pipa durante un tiempo y recuerdo perfectamente esa sustancia negra y pegajosa que se quedaba adherida al filtro del artilugio: el alquitrán. Ahora imagínenla entrando en sus pulmones y pegándose a sus paredes. Repugnante, ¿verdad?Guillermo López Lluch, Catedrático del área de Biología Celular. Investigador asociado del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo. Investigador en metabolismo, envejecimiento y sistemas inmunológicos y antioxidantes., Universidad Pablo de OlavideLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1777592022-03-22T15:11:59Z2022-03-22T15:11:59ZManual de instrucciones para cuidar el sistema inmunitario<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/453270/original/file-20220321-27-mw9pf1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C0%2C6290%2C3787&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/be-healthy-boost-your-immunity-fight-1847404669">Shutterstock / New Africa</a></span></figcaption></figure><p>“Lea las instrucciones antes de empezar a utilizarlo”. </p>
<p>¿Quién no ha reparado en esta frase al abrir el embalaje de un aparato nuevo? A veces hacemos caso y otras –demasiadas, quizás– ignoramos la recomendación y nos lanzamos a utilizar el aparato de manera intuitiva, a veces pagando caras las consecuencias de esa osadía.</p>
<p>En lo que todos coincidimos es en lo estupendo que sería que los humanos naciéramos también con un libro de instrucciones. De hecho, los científicos nos dedicamos en gran medida a descifrar cómo funciona cada célula, cada órgano, cada sistema y cada aparato humano para escribir nuestro propio “manual”. </p>
<p>Entender cómo funciona todo en nuestro interior tiene muchas ventajas, aunque la principal es que nos permite cuidarnos y llevar una vida saludable. Esto es aplicable a todas las etapas de la vida, pero sobre todo a la infancia y la vejez. La infancia, por ser la mejor edad para adquirir buenos hábitos. Y la vejez, porque es una etapa muy vulnerable en lo que a la salud se refiere. </p>
<h2>Sistema inmunitario a punto</h2>
<p>Uno de los componentes del organismo que nos interesa mantener en “perfecto estado de revista” es el sistema inmunitario. Se trata de un sistema complejo, formado por muchos tipos diferentes de células que actúan de forma coordinada entre sí. Para complicar aún más las cosas, estas células se encuentran repartidas por diferentes lugares de nuestro organismo. </p>
<p>Cuando somos atacados por un patógeno, o se produce una alteración imprevista, las células del sistema inmunitario se ponen en marcha y organizan la respuesta para acabar con el agente responsable del daño. </p>
<p>¿Cómo podemos contribuir a que este engranaje esté bien engrasado? He aquí algunos consejos que ayudan a que el sistema inmunitario funcione eficazmente.</p>
<p><strong>1. Hidratación adecuada</strong></p>
<p>El 70 % de nuestro peso corporal es agua. Es un componente esencial para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, de todos los órganos en general. </p>
<p>En el caso concreto del sistema inmune, se combinan varios factores. Por un lado, el agua es esencial para que circulen correctamente los componentes del sistema inmune y los nutrientes que necesitan para funcionar. Por otro, se ha demostrado que estados de baja hidratación nos hacen más vulnerables a los gérmenes. Sin ir más lejos, en el caso concreto de la covid-19, hay <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0306987720319460">estudios que demuestran que</a> con las células poco hidratadas semanas antes de la exposición al virus se producen cambios en las células pulmonares que favorecen la infección. </p>
<p><strong>2. Alimentación sana y equilibrada, con poca sal</strong></p>
<p>La dieta debe ser variada, comer de todo en su justa medida. El consumo de legumbres, verduras y frutas, especialmente los cítricos, es muy importante para cuidar el sistema inmunitario. Si ir más lejos, se ha demostrado que el consumo habitual de zumo de naranja <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fimmu.2021.712608/full">reduce la inflamación</a>.</p>
<p>Además, existen evidencias de que tanto el <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/scitranslmed.aay3850">excesivo consumo de sal</a> como una dieta rica en grasas debilitan al sistema inmune.</p>
<p>Por el contrario, este se ve reforzado si nuestra dieta es rica en <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2277319/">zinc</a>, <a href="https://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0021925820333810">selenio</a> y vitaminas C, D o E. </p>
<p>Asimismo se ha demostrado que existe una estrecha relación entre <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-021-04083-0">la dieta, la microbiota intestinal y el correcto funcionamiento del sistema inmune</a>. </p>
<p><strong>3. Sueño reparador</strong></p>
<p>Dormir lo suficiente es indispensable para gozar de buena salud. Sin embargo, los problemas del sueño están a la orden del día en la sociedad actual. Entre otras cosas porque la ansiedad y la prisa permanente afectan a la capacidad de dormir de la forma que necesitan tanto nuestro cuerpo como nuestro sistema inmunitario. </p>
<p>Por si fuera poco, dormir las horas necesarias (de 7 a 8 horas) influye en el correcto funcionamiento del ritmo circadiano (períodos de luz y oscuridad) y con ello en la acción de algunas hormonas como la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3645767/">melatonina</a>, que a su vez es muy importante para el funcionamiento de los glóbulos blancos, células esenciales del sistema inmunitario.</p>
<p><strong>4. Actividad física</strong></p>
<p>Ni la edad, ni la condición física, ni siquiera la falta de tiempo pueden servir de excusa para dejar de practicar ejercicio. Según la OMS basta con 150 minutos de actividad aeróbica a la semana para tener una salud de hierro. </p>
<p>En lo que respecta a las defensas, la práctica de ejercicio está relacionada con la liberación de determinadas endorfinas beneficiosas para el sistema inmunitario, que movilizan a las células inmunes y mantienen a raya la inflamación. Además, recientemente se ha descubierto que <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-021-03298-5">el movimiento estimula la producción tanto de células óseas como de células del sistema inmune</a>.</p>
<p><strong>5. Higiene</strong></p>
<p>Ni que decir tiene que la higiene es otra medida fundamental, empezando por la de las manos (en el foco desde la pandemia) y la salud bucodental. Tan importante como lavarse a conciencia es secarse, ya que de lo contrario la piel se queda húmeda y fomenta el crecimiento de hongos y otros microbios. </p>
<p>Desde el punto de vista del sistema inmune, el debate gira en torno a si <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33796103/">el exceso de higiene en los primeros años de vida</a> resulta contraproducente al impedir el funcionamiento óptimo del sistema inmune para su maduración, aumentando de esta forma la aparición de enfermedades autoinmunes y alergias. </p>
<p><strong>6. Vacunación</strong></p>
<p>En cierto modo, la vacunación se puede definir como el “aprendizaje” al que sometemos a las células del sistema inmunitario para que estén preparadas cuando llegue una infección y sepan cómo enfrentarse a ella. Esto es particularmente importante en infecciones que pueden producirnos enfermedades graves. </p>
<p>La vacunación es más frecuente en la edad infantil, porque en este periodo nuestro sistema inmunitario es más inmaduro y necesita aprender. Pero también es muy importante en las personas mayores o vulnerables. La edad es un factor fundamental en el funcionamiento de nuestro sistema inmunitario. </p>
<p><strong>7. Optimismo y naturaleza</strong></p>
<p>El concepto de salud global de la OMS incluye la importancia de la salud mental y emocional para la salud física de nuestro organismo. Por lo tanto, también es un punto importante a tener en cuenta. Mientras que el cortisol que liberamos en situaciones estresantes <a href="https://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S1074761321001370">amordaza al sistema inmune</a>, hay evidencias de que estar de buen humor lo estimula. A veces basta dar un paseo <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyg.2015.01093/full">por la naturaleza</a> o <a href="https://www.nature.com/articles/srep23008">escuchar música</a> que nos pone de buen humor para reforzar nuestras defensas. </p>
<p><strong>8. Adiós a los hábitos nocivos</strong></p>
<p>Finalmente también hay que evitar los malos hábitos que dañan nuestra salud. El <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4590612/">abuso del alcohol</a> es demostradamente dañino. Por otro lado, existen evidencias de que las personas fumadoras <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15534156/">tienen más infecciones</a> y son más graves. </p>
<p>¿Cómo podemos saber si estamos cuidando adecuadamente nuestro sistema inmunitario? Un indicador negativo puede ser la aparición de infecciones de forma continuada. En este caso debemos revisar los puntos anteriormente descritos e intentar mejorar nuestros hábitos. </p>
<p>Y si el problema persiste, lo mejor siempre es consultar a nuestro médico para que nos haga un estudio más detallado y seguir sus recomendaciones.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/177759/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Isabel Cortegano Jimeno no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Uno de los componentes del organismo que nos interesa mantener en perfecto estado de revista es el sistema inmunitario. Consumir cítricos, hidratarnos correctamente, dormir las horas necesarias y practicar ejercicio físico ayudan a ponerlo a punto.Isabel Cortegano Jimeno, Investigadora, Instituto de Salud Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1761272022-03-21T18:39:39Z2022-03-21T18:39:39Z¿Sirven los cigarrillos electrónicos para combatir el tabaquismo?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/446259/original/file-20220214-27-1xduer2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C4%2C2996%2C1990&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-smokes-new-vape-pod-system-1525671461">Shutterstock / DedMityay</a></span></figcaption></figure><p>El <a href="https://www.gov.uk/government/news/e-cigarettes-could-be-prescribed-on-the-nhs-in-world-first">pasado 29 de octubre se anunció</a> que Inglaterra podría convertirse en el primer país que contemple el uso de cigarrillos electrónicos bajo prescripción médica para abordar el tabaquismo.</p>
<p>La Agencia Reguladora de Productos Sanitarios y Medicamentos (MHRA, por sus siglas en inglés) ha actualizado una guía para que las empresas que producen estos dispositivos puedan obtener una licencia para que sean prescritos dentro del sistema nacional de salud. Siempre y cuando cumplan los mismos requisitos de seguridad, calidad y eficacia que se aplican a medicamentos.</p>
<p>Para contextualizar esta decisión debemos responder las siguientes preguntas: ¿cuál es la evidencia sobre la efectividad de los cigarrillos electrónicos? ¿Tiene sentido su inclusión como producto sanitario?</p>
<h2>El tabaquismo como problema de salud pública en España</h2>
<p>Según los datos de la <a href="https://www.google.com/url?q=https://www.mscbs.gob.es/estadEstudios/estadisticas/EncuestaEuropea/EncuestaEuropea2020/MODULO3RELATIVO.pdf&sa=D&source=docs&ust=1643372980916273&usg=AOvVaw2jLwzeS41gpJgDSvXlrdkU">Encuesta Nacional de Salud del 2019</a>, en España casi un 20 % de la población mayor de 15 años consume tabaco de manera diaria. El porcentaje sube hasta casi un 25 % entre 25 y 64 años. Esta práctica es más habitual en hombres que en mujeres (23 % frente a 16 %). El 2 % y el 22 % de la población mayor de 15 años declara fumar de manera ocasional o haberlo dejado, respectivamente.</p>
<p>En cuanto al nivel de estudios, mientras que hay más fumadores diarios entre los hombres con nivel educativo bajo, en el caso de las mujeres es más frecuente entre aquellas con un nivel intermedio. </p>
<p>En relación a la renta, la distribución de personas fumadoras diarias sigue un gradiente social: a mayor nivel de renta, menos personas fumadoras diarias. </p>
<p>Estas desigualdades se observan también en el impacto del tabaquismo en la salud. Es <a href="https://www.google.com/url?q=https://journals.plos.org/plosone/article?id%3D10.1371/journal.pone.0239866&sa=D&source=docs&ust=1643372980915352&usg=AOvVaw05ykiNSGJrtJu6MKylQSNR">mayor la mortalidad atribuible al tabaco entre personas de menor nivel educativo</a> para un mismo nivel de consumo.</p>
<p>La <a href="https://www.google.com/url?q=https://pnsd.sanidad.gob.es/ciudadanos/informacion/tabaco/menuTabaco/riesgos.htm&sa=D&source=docs&ust=1643372980917810&usg=AOvVaw32CosM6Wr2c7lG_yvoxK2N">asociación del tabaquismo con múltiples enfermedades</a> oncológicas, pulmonares y cardiovasculares es sólida y está establecida desde hace décadas. </p>
<p>Algo más desconocido para la población general puede ser el mayor riesgo que presentan también las personas exfumadoras de una <a href="https://www.google.com/url?q=https://www.cdc.gov/nchs/data/nhsr/nhsr145-508.pdf&sa=D&source=docs&ust=1643372980917009&usg=AOvVaw2jVoFWi1an7YU4ZptivTLG">peor calidad de vida</a>, <a href="https://www.google.com/url?q=https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2748507&sa=D&source=docs&ust=1643372980917378&usg=AOvVaw345Kr0_o7zYofNjBx7z99h">más eventos cardiovasculares</a> y <a href="https://www.google.com/url?q=https://jamanetwork.com/journals/jamainternalmedicine/fullarticle/1182214&sa=D&source=docs&ust=1643372980916685&usg=AOvVaw2SddNq1xiqrPsNatmHgwq6">mayor mortalidad</a>, en comparación con las que nunca han consumido tabaco.</p>
<p>El problema del tabaquismo como cuestión de salud pública no se reduce exclusivamente a las personas que fuman en un momento determinado, sino que se incrementa a medida que se abandona la categoría de no fumador, y su impacto permanece en el tiempo una vez se deja de fumar. Además, se trata de una cuestión con implicaciones importantes en términos de equidad y justicia social.</p>
<h2>Medidas farmacológicas contra el tabaco</h2>
<p>El abordaje del tabaquismo planteado por la OMS en su estrategia <a href="https://www.google.com/url?q=https://www.who.int/initiatives/mpower&sa=D&source=docs&ust=1643372980918050&usg=AOvVaw0uV-0yGbghUXiRv6IS0LXT">MPOWER</a> consiste en medidas de salud pública (impuestos, empaquetado neutro, limitación de espacios públicos donde se pueda fumar) y más individuales dentro del sistema sanitario, como el uso de terapias de sustitución de la nicotina (chicles, parches) y de fármacos como el bupropion y la vaneliclina.</p>
<p>El anuncio del NHS británico supondría que los cigarrillos electrónicos, en caso de cumplir con los mismos estándares que otros tratamientos, comenzarían a ofrecerse para ayudar a abandonar el consumo de tabaco. </p>
<p>Pero ¿qué evidencia tenemos de la efectividad de estos dispositivos para dejar de fumar?</p>
<p>Las revisiones sistemáticas y metaanálisis disponibles sobre ensayos clínicos indican que la evidencia es, cuanto menos, controvertida. </p>
<ul>
<li><p>En primer lugar, no existe una evidencia sólida sobre su beneficio para <a href="https://www.google.com/url?q=https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34712864/&sa=D&source=docs&ust=1643372980918301&usg=AOvVaw2H88343U42lbID9TMbsX07">dejar de fumar</a>, y la calidad de los estudios es, en términos generales, baja. </p></li>
<li><p>En segundo lugar, existen alternativas como la propia vareliclina <a href="https://www.google.com/url?q=https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34668482/&sa=D&source=docs&ust=1643372980918547&usg=AOvVaw1viDSr0mW9qD_HZbYug7VC">cuyo efecto es superior</a> o <a href="https://www.google.com/url?q=https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34636108/&sa=D&source=docs&ust=1643372980918807&usg=AOvVaw02jSMW-c2VV7-YvZYq9j5d">similar a los cigarrillos electrónicos</a>. </p></li>
<li><p>En tercer lugar, algunos estudios observacionales (en condiciones reales) muestran <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33351653/">la pérdida</a><a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33351653/">del efecto de los cigarrillos electrónicos</a> mostrado en algunos ensayos clínicos llevados a cabo en condiciones ideales.</p></li>
<li><p>En cuarto lugar, casi un tercio de las investigaciones sobre estos dispositivos no son transparentes respecto a sus conflictos de interés. Aquellas que son más favorables a los cigarrillos electrónicos <a href="https://www.google.com/url?q=http://www.tobaccoinduceddiseases.org/Conflicts-of-interest-in-research-on-electronic-cigarettes,90668,0,2.html&sa=D&source=docs&ust=1643372980919955&usg=AOvVaw0eyy5Lqpo_wdLg2YzZct_v">presentan con mayor frecuencia conflictos de interés</a> con la industria que fabrica estos productos.</p></li>
</ul>
<p>En resumen, tenemos unos dispositivos cuya eficacia en ensayos clínicos no está demostrada de manera sólida y cuyo potencial efecto beneficioso se pierde en estudios realizados en condiciones reales. Además, contamos con alternativas mejores en comparación con los cigarrillos electrónicos. </p>
<p>Entonces, ¿cuál es el debate?</p>
<h2>Los determinantes comerciales de la salud</h2>
<p>Los defensores de los cigarrillos electrónicos suelen argumentar que quienes cuestionan su uso impiden que se salven numerosas vidas de fumadores. No obstante, ya hemos expuesto que la evidencia de esto es controvertida.</p>
<p>Además, el debate no se plantea enmarcado en el uso de estos productos como parte del abordaje del tabaquismo. Si fuera así, y cumplieran los requisitos exigidos a cualquier otro tratamiento, no habría problema en que su uso estuviera condicionado a previa prescripción médica. Esto no es así, y el negocio de los cigarrillos electrónicos depende de que se mantenga su venta al público general.</p>
<p>Por eso los defensores de estos dispositivos se oponen a cualquier política que limite su venta. El análisis debe ir más allá del marco sanitario para entender los cigarrillos electrónicos en el contexto social actual.</p>
<p>En condiciones del mundo real, la evidencia nos indica que aquellas personas que consumen cigarrillos electrónicos presentan <a href="https://www.google.com/url?q=https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33798919/&sa=D&source=docs&ust=1643372980920616&usg=AOvVaw0pYGmIyMa_TeE7njCoToa4">un mayor riesgo de consumir tabaco</a> y de <a href="https://www.google.com/url?q=https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33785493/&sa=D&source=docs&ust=1643372980920892&usg=AOvVaw18j6XYEZgjeDpzzpf1DDXT">recaída entre exfumadores</a>. </p>
<p>Algunas <a href="https://www.google.com/url?q=https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29804064/&sa=D&source=docs&ust=1643372980921156&usg=AOvVaw0NVgqt2euXUDLkkxd88mE_">investigaciones</a> han encontrado que el riesgo de consumir tabaco es mayor entre aquellas personas que presentaban una menor susceptibilidad al inicio. Por tanto, la venta al público de estos dispositivos conlleva una serie de impactos en términos de salud pública que requiere de políticas públicas.</p>
<p><a href="https://www.google.com/url?q=https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK538679/&sa=D&source=docs&ust=1643372980920293&usg=AOvVaw1LoKipQ9wWMndqQfli_1Hi">Informes elaborados</a> en Estados Unidos han puesto de relieve que las prácticas llevadas a cabo por las empresas de cigarrillos electrónicos son similares a las llevadas a cabo por <a href="https://www.google.com/url?q=https://tobaccocontrol.bmj.com/content/20/1/81&sa=D&source=docs&ust=1643372980921422&usg=AOvVaw1lZ0vqVjHMdeZ7-ehSfIGy">la industria tabacalera</a>. Comparten las mismas tácticas de promoción y publicidad para vender sus productos. </p>
<p>En algunos casos es la propia industria la creadora de algunos de los cigarrillos electrónicos disponibles en el mercado. En el caso de los <a href="https://www.gacetasanitaria.org/es-los-productos-tabaco-calentado-nuevo-articulo-S0213911121000078">productos de tabaco calentado</a> recientemente hubo <a href="http://www.poderjudicial.es/search/AN/openDocument/161a0645932bf0df/20191107.">una condena a Phillip Morris en España</a> por publicidad encubierta. </p>
<p>También se llevaron a cabo reportajes en Estados Unidos que afirmaban que el tabaco calentado presenta menos riesgo que los cigarrillos convencionales. <a href="https://www.reuters.com/investigates/section/pmi/">Detrás de esta campaña</a> se encontraba Phillip Morris, que intentaba hacer pasar una autorización de la FDA (un procedimiento habitual para comercializar cualquier producto relacionado con el tabaco, que debe ser notificado a la agencia) por una prueba de los beneficios de este tipo de productos.</p>
<p>Cuesta imaginar que los intereses de la industria tabacalera estén alineados con el uso de estos productos de manera exclusiva en el ámbito sanitario si, como hemos visto, estos pueden funcionar como una puerta de entrada al consumo de tabaco.</p>
<p>El uso de estos dispositivos a nivel asistencial no es lo que suscita debate dentro del ámbito de la salud pública, ya que ni siquiera sus defensores abogan por esta vía. De lo que se trata es de entender el impacto social que tienen estos productos a día de hoy, y de los intereses económicos que hay detrás, pues su consumo está disponible tanto para fumadores como no fumadores. </p>
<p>Por todo esto, el abordaje requiere necesariamente de medidas de salud pública que regulen estos productos como el tabaco, para limitar sus impactos negativos a nivel poblacional.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/176127/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Las revisiones sistemáticas y metaanálisis disponibles sobre ensayos clínicos indican que la evidencia es, cuanto menos, controvertida.Mario Fontán Vela, Doctorando en Epidemiología y Salud Pública, Universidad de AlcaláFrancisca Sureda Llull, Profesora Contratada Doctora de Epidemiología y Salud Pública, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1762962022-02-20T21:02:08Z2022-02-20T21:02:08ZIndustria del tabaco: las inversiones siguen floreciendo a pesar de las consecuencias nocivas para la salud<p>Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay 1 300 millones de consumidores de tabaco en el mundo y se espera que sean <a href="https://www.who.int/fr/news/item/16-11-2021-tobacco-use-falling-who-urges-countries-to-invest-in-helping-more-people-to-quit-tobacco">1 250 millones en 2025</a>.</p>
<p>Este pequeño descenso puede resultar sorprendente si se tienen en cuenta las nocivas consecuencias que tiene el consumo de tabaco para la salud (más de <a href="https://www.who.int/fr/news-room/fact-sheets/detail/tobacco">8 millones de muertes al año</a> en todo el mundo), las políticas de salud pública para frenar su consumo (prohibición de la publicidad, tipos impositivos muy elevados) o los costes inducidos por su consumo en términos de gasto sanitario, <a href="https://www.lemonde.fr/les-decodeurs/article/2018/03/01/idee-recue-sur-le-tabac-n-1-les-fumeurs-remplissent-les-caisses-de-l-etat_5264282_4355770.html">superiores a los impuestos recaudados</a>.</p>
<h2>Un mercado sorprendentemente estable</h2>
<p>Aunque a nivel mundial se están desarrollando y reforzando las políticas antitabaco, y a pesar de sus efectos negativos para la salud pública y el medioambiente, el mercado del tabaco sigue siendo sorprendentemente estable. </p>
<p>Según la firma francesa de análisis <a href="https://www.xerfi.com/qui-sommes-nous">Xerfi</a>, el mercado mundial del tabaco representaba en 2020 aproximadamente <a href="https://www.xerfi.com/presentationetude/L-industrie-mondiale-du-tabac_21XIAA01">1 billón de dólares</a> (impuestos incluidos), de los cuales 744 corresponden solo a los cigarrillos. Las cifras han aumentado ligeramente desde 2017 en términos de valor aunque los volúmenes de consumo están disminuyendo. Sin embargo, esta tendencia sigue estando sujeta a fuertes disparidades geográficas.</p>
<p>El mercado mundial del tabaco está dominado por cinco grandes empresas: China National Tobacco (43.6 % de cuota de mercado en volumen, principalmente en China, donde la empresa tiene una cuota de mercado monopólica del 97 %), Philip Morris International (Estados Unidos, 13.9 %), British American Tobacco (Reino Unido, 12.2 %), Japan Tobacco (Japón, 8.5 %) e Imperial Brands (Reino Unido, 3.5 %). </p>
<p>Recientemente estas empresas se han diversificado hacia los llamados <em>productos de riesgo reducido</em>, como los dispositivos para calentar tabaco o los vapeadores, e incluso han integrado nuevos sectores de actividad, como el farmacéutico o el del cannabis.</p>
<p>En 2020 los productos de <em>riesgo reducido</em> de Philip Morris representaron el <a href="https://www.lepoint.fr/societe/le-patron-de-philip-morris-plaide-pour-un-monde-sans-cigarettes-26-07-2021-2436900_23.php">24 % de su facturación</a> (frente al 14 % de 2018) y su director general, Jacek Olczak, pidió la prohibición de los cigarrillos en un plazo de 10 años como parte de la estrategia de la compañía: “un mundo sin humo”.</p>
<p>En 2021, Philip Morris anunció la adquisición, por 1 300 millones de euros, de Vectura, un fabricante británico de <a href="https://lexpansion.lexpress.fr/actualite-economique/le-plan-des-geants-du-tabac-pour-survivre-a-la-mort-annoncee-de-la-cigarette_2163200.html">inhaladores médicos</a> cuyos productos se utilizan, entre otros, para tratar las consecuencias tóxicas del consumo de cigarrillos. Ahora, una de las principales batallas de las compañías de tabaco es el reconocimiento del estatus específico de sus productos <em>de riesgo reducido</em> para obtener una fiscalidad menor, a pesar de que la OMS <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/tobacco">impugna enérgicamente</a> el carácter reducido de estos riesgos.</p>
<p>Vistos los efectos negativos del consumo de tabaco cabría preguntar si la situación financiera de las empresas tabacaleras no se ha visto afectada. La respuesta es no; de hecho, sus márgenes de explotación (la relación entre los beneficios antes de intereses e impuestos y la facturación) siguen siendo muy amplios. En 2020 fue del 17.7 % para Imperial Brands y del 43.5 % para British American Tobacco. Estos márgenes son, de media, un 12 % más altos que los obtenidos por las 500 grandes empresas estadounidenses de todos los sectores económicos que conforman el índice bursátil S&P 500. Incluso han ido mejorando con el tiempo y la pandemia no ha tenido un impacto negativo en el consumo. </p>
<p><iframe id="05lIX" class="tc-infographic-datawrapper" src="https://datawrapper.dwcdn.net/05lIX/1/" height="400px" width="100%" style="border: none" frameborder="0"></iframe></p>
<p>Esto ha permitido a las empresas pagar unos dividendos muy generosos en 2020: 7 400 millones de dólares Philip Morris, 6 500 millones British American Tobacco, 2 600 millones Japan Tobacco y 2 300 millones Imperial Brands.</p>
<h2>Inversores incautos</h2>
<p>En un momento en que la inversión socialmente responsable (ISR) y los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG) parecen haberse convertido en una obligación para los gestores de activos, cabría imaginar que la industria del tabaco quedaría progresivamente excluida de las estrategias de inversión de los inversores institucionales. Sin embargo, también en este caso la realidad es otra.</p>
<p>Los inversores institucionales representan el grueso de los accionistas de las tabacaleras, con la excepción de Japan Tobacco, en la que el Estado japonés posee el 37,6 %. Si nos fijamos en las <a href="https://www.wtwco.com/en-GB/News/2021/10/top-500-managers-see-assets-hit-record-119-5-trillion">cinco mayores gestoras de activos</a> del mundo, vemos que las estadounidenses BlackRock y Vanguard, y en menor medida State Street, tienen una fuerte presencia en el capital de este sector, mientras que Fidelity, y sobre todo la alemana Allianz, se mantienen al margen.</p>
<p><iframe id="Cf90N" class="tc-infographic-datawrapper" src="https://datawrapper.dwcdn.net/Cf90N/1/" height="400px" width="100%" style="border: none" frameborder="0"></iframe></p>
<p>Con esto, podemos medir, más allá de los discursos voluntaristas, el camino que queda por recorrer hacia la generalización de los criterios ISR y ASG en la industria de la gestión de activos.</p>
<h2>Una inversión poco rentable</h2>
<p>Resulta aún más curioso que invertir en tabaco no parezca, en retrospectiva, un muy buen negocio en comparación con el S&P 500 (aunque la evolución al integrar el reparto de dividendos siga siendo menos mala).</p>
<p><iframe id="Gmk2D" class="tc-infographic-datawrapper" src="https://datawrapper.dwcdn.net/Gmk2D/1/" height="400px" width="100%" style="border: none" frameborder="0"></iframe></p>
<p>Será que las promesas de las empresas tabacaleras de un “mundo sin humo” y las características adictivas de sus productos siguen siendo <a href="https://www.capital.fr/entreprises-marches/bourse-les-geants-du-tabac-partent-en-fumee-1348499">más convincentes</a> que las evaluaciones de la OMS sobre los peligros de los productos de <em>riesgo reducido</em>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/176296/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jérôme Caby es delegado general de la FNEGE (Fondation Nationale pour l'Enseignement de la Gestion des Entreprises).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Pierre-Yves Lagroue ne travaille pas, ne conseille pas, ne possède pas de parts, ne reçoit pas de fonds d'une organisation qui pourrait tirer profit de cet article, et n'a déclaré aucune autre affiliation que son organisme de recherche.</span></em></p>A pesar de las medidas para limitar el consumo, las empresas tabaqueras siguen disfrutando de márgenes de explotación saludables y generosos dividendos.Jérôme Caby, Professeur des Universités, IAE Paris – Sorbonne Business SchoolPierre-Yves Lagroue, Maitre de conférences en sciences de gestion, IAE Paris – Sorbonne Business SchoolLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1675992021-10-24T19:04:51Z2021-10-24T19:04:51Z¿De qué depende la adicción a las drogas?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/427732/original/file-20211021-27-x0570w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C6%2C2307%2C1722&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-use-50-euro-banknote-snorting-1923051140">Shutterstock / Majom</a></span></figcaption></figure><blockquote>
<p><em>Para mí la adicción es una enfermedad y yo tengo una enfermedad, soy un adicto. Pero en esta sociedad no se reconoce como una enfermedad. Se conoce la diabetes, el cáncer… Pues es lo mismo. La adicción es una enfermedad obsesiva, compulsiva, que te lleva a meterte aunque sepas que te estás matando.</em></p>
</blockquote>
<p>Estas son las palabras con las que el célebre cantante Manolo Tena definió la adicción durante la grabación de <a href="https://www.rtve.es/play/videos/imprescindibles/imprescindibles-manolo-tena-extrano-paraiso/3361892/">un documental</a>.</p>
<p>Esta misma idea la expresó la doctora Nora Volkow, actual directora del National Institute on Drug Abuse (NIDA) y una de las más fervientes defensoras de esta visión médica. Ella <a href="http://www.nida.nih.gov/scienceofaddictionSP/SoA_Spanish.pdf">indica</a> que la drogadicción es una enfermedad del cerebro que se puede tratar. A día de hoy, ya hay infinidad de evidencias científicas que lo demuestran, por lo que podemos evitar hablar de <a href="https://d14rmgtrwzf5a.cloudfront.net/sites/default/files/soa_sp.pdf">conceptos erróneos y mitos infundados científicamente</a> que explicaban que la adicción era solo una excusa para seguir consumiendo. </p>
<p>La adicción a las drogas se considera un trastorno biopsicológico. Es muy complejo y, por tanto, muy difícil de cuantificar o medir. Pero en las últimas décadas, gracias a la investigación y a los avances tecnológicos, se ha incrementado exponencialmente nuestro conocimiento sobre la funcionalidad del cerebro y el efecto de las drogas en él. </p>
<p>La <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30644552/">investigación neurobiológica</a> apoya la idea de que el consumo continuado de la droga produce unos cambios duraderos en la anatomía y en la función cerebral. Consecuentemente, estos cambios convierten a la adquisición de la droga en una preocupación central frente a otras tan importantes como la familia y el trabajo y socavan la capacidad del individuo para abstenerse de ellas.</p>
<h2>¿Cuándo se considera que una persona es adicta a una sustancia?</h2>
<p>Tal vez la manera más exhaustiva de abarcar todo el complejo de síntomas conductuales que caracterizan la adicción a las drogas sea a través de los criterios diagnósticos empleados en el <a href="https://www.psychiatry.org/psychiatrists/practice/dsm">manual DSM 5</a>.</p>
<p>Según este sumario, utilizado ampliamente para el diagnóstico de esta enfermedad, se trata de una patología conductual continua que evoluciona desde el consumo inicial hacia el Trastorno por Consumo de Sustancias (TCS).</p>
<p>Podemos decir que la adicción es el estadio más grave o severo de la enfermedad. Así pues, en el caso del alcohol, se indica que los sujetos con Trastorno por Consumo de Alcohol son aquellos que se ven afectados por esta patología en distintos grados. Se habla de trastorno ‘moderado’ en el caso, por ejemplo, del “atracón” habitual de los jóvenes que cumplen dos criterios: </p>
<ol>
<li><p>El alcohol se consume con frecuencia en cantidades mayores o durante un periodo más largo de lo que inicialmente se pretendía.</p></li>
<li><p>Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el consumo del alcohol.</p></li>
</ol>
<p>Por su parte, se considera trastorno ‘severo’ en el caso de que una persona alcohólica cumpla seis o más criterios diagnósticos como los siguientes:</p>
<ol>
<li><p>Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia, en el consumo de la sustancia o en la recuperación de los efectos de la sustancia.</p></li>
<li><p>Se produce una reducción importante de las actividades sociales, laborales o recreativas debido al consumo de la sustancia.</p></li>
<li><p>Se continúa tomando la sustancia a pesar de tener conciencia de problemas psicológicos o físicos recidivantes o persistentes, que parecen causados o exacerbados por el consumo de dicha sustancia.</p></li>
</ol>
<h2>¿Por qué unas drogas son más adictivas que otras?</h2>
<p>En general, el potencial de adicción de la droga depende de las propiedades intrínsecas del compuesto. Por ejemplo, sus propiedades determinan la posibilidad del desarrollo de la adicción, la cual aumenta en el caso de las sustancias más euforizantes como la cocaína. </p>
<p>También son importantes las propiedades farmacocinéticas. Así, la rapidez y la intensidad con la que comienzan los efectos farmacológicos de una droga condicionan el potencial adictivo de esta. </p>
<p>En general, las vías de administración de la droga que permiten una llegada rápida al cerebro favorecen el potencial adictivo de la droga. Este es el caso del tabaco administrado por vía oral (mascado) o consumido en forma de cigarrillo (vía pulmonar). En este último caso, la nicotina llega más rápidamente al cerebro y aumenta el potencial adictivo. </p>
<p>Por otro lado, si una sustancia se elimina rápidamente o sus efectos desaparecen bruscamente, la abstinencia se manifiesta de manera más rápida, lo cual obligará a una administración aún más repetida. Es el caso de la heroína, que se elimina rápidamente del cerebro y, por tanto, produce síntomas de abstinencia muy abruptos e intensos y facilita la posibilidad de sobredosis.</p>
<p>Por el contrario, el cannabis, por ejemplo, se elimina muy lentamente y, por ello, no provoca un síndrome de abstinencia tan intenso como la heroína, lo que previene, además, la posibilidad de sobredosis.</p>
<p>Pero es importante matizar que el mayor o menor potencial adictivo de la droga no es el único factor que condiciona que la persona desarrolle una adicción a la droga.</p>
<h2>Probabilidad de volverse adicto tras el consumo de drogas</h2>
<p>Si el consumo continuado de drogas provoca cambios funcionales y estructurales en los cerebros, cabría preguntarse <a href="https://nyaspubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/nyas.13989">por qué algunas personas</a> que consumen drogas se vuelven adictas y otras no.</p>
<p>Si se preguntara en un determinado foro cuánta gente ha consumido alguna droga en las dos últimas semanas (recordemos que el tabaco y el alcohol son drogas aunque sean legales) probablemente entre un 70 y un 80 % de los presentes responderían afirmativamente. No obstante, probablemente pocos o ninguno de los consumidores se podría considerar adicto. </p>
<p>Como ocurre en otras enfermedades, la <a href="https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/las-drogas-el-cerebro-y-la-conducta-la-ciencia-de-la-adiccion/prefacio">probabilidad de convertirse en adicto</a> varía en función de la persona (un 40 % del riesgo es de tipo genético) y hay grandes diferencias individuales en función del patrón de consumo. </p>
<p>De hecho, solo un <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0028390821003221?via%3Dihub">porcentaje reducido de la población</a> (entre un 15 y un 20 %) que hace un uso experimental y social de las drogas progresa hasta el uso intenso y finalmente compulsivo que caracteriza la adicción. </p>
<h2>El consumo continuado no es el único factor de riesgo</h2>
<p>No obstante, en la actualidad está plenamente reconocido que las personas adictas representan un grupo muy heterogéneo y que no solo la capacidad adictiva de la droga conduce al trastorno adictivo. </p>
<p>Es decir, además del tipo de administración y su vía de administración, los factores ambientales y biológicos que conducen a la adicción son múltiples, como ocurre con otras enfermedades o trastornos.</p>
<p>Como todos estos factores no pueden ser catalogados propiamente como etiológicos o causales, prefiere hablarse de tres grandes grupos de factores de riesgo. </p>
<ol>
<li><p><strong>Los factores biológicos:</strong> la edad o etapa de desarrollo en la que se encuentra la persona, el sexo, la genética, los trastornos mentales.</p></li>
<li><p><strong>Los factores ambientales:</strong> vivir en un hogar caótico, problemas de consumo por parte de los padres, influencia de los compañeros, actitud de la comunidad, bajo rendimiento académico. </p></li>
<li><p><strong>Las propiedades farmacológicas de las drogas</strong>. </p></li>
</ol>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/427733/original/file-20211021-17-c0lclu.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/427733/original/file-20211021-17-c0lclu.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/427733/original/file-20211021-17-c0lclu.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/427733/original/file-20211021-17-c0lclu.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/427733/original/file-20211021-17-c0lclu.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/427733/original/file-20211021-17-c0lclu.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/427733/original/file-20211021-17-c0lclu.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/427733/original/file-20211021-17-c0lclu.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Factores de riesgo que fomentan el consumo de drogas y factores de protección que pueden actuar como prevención / Ana Polache.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Factores que pueden evitar que el consumo desemboque en adicción</h2>
<p>En general, cuantos más factores de riesgo se asocien a una persona, más posibilidades existen de que el consumo inicial de drogas le lleve al consumo compulsivo y a la adicción. </p>
<p>Sin embargo, también existen los llamados factores de protección que evitan el progreso hacia la etapa final de la adicción. Es decir, reducen el riesgo. </p>
<p>Entre ellos encontramos el buen estado de salud y el desarrollo neurológico, el apoyo y la vigilancia parental, la seguridad física, la inclusión social y un entorno escolar de calidad. Recordemos que tanto los factores de riesgo como los de protección pueden ser ambientales o biológicos.</p>
<p>En resumen, la investigación ha mostrado que la adicción es una enfermedad crónica recurrente muy compleja que se manifiesta en forma de conductas compulsivas y que afecta tanto al cerebro, alterando diversos sustratos neurales, como a la conducta del individuo.</p>
<p>Un mayor entendimiento de las bases de la adicción puede ofrecer a las personas el poder necesario para que tomen decisiones informadas en su propia vida pudiendo, de esta manera, evitar la evolución hasta la adicción.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/167599/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ana Polache Vengut no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las personas adictas representan un grupo muy heterogéneo y no solo la capacidad adictiva de la droga conduce al trastorno. Los factores ambientales y biológicos son complejos y múltiples.Ana Polache Vengut, Catedrática de Universidad. Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica y Parasitología, Universitat de ValènciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1692782021-10-10T18:41:10Z2021-10-10T18:41:10ZCovid-19: Los fumadores nunca tuvieron una protección especial (a pesar de lo que dijeron los primeros estudios)<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/425208/original/file-20211007-15-i3j02v.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5483%2C3655&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Cultura RM/Alamy Stock Photo</span></span></figcaption></figure><p>Al principio de la pandemia del coronavirus los investigadores tropezaron con un hallazgo inesperado: los fumadores <a href="https://hospitalhealthcare.com/covid-19/are-smokers-protected-from-covid-19/">parecían tener una protección especial</a> frente a los peores efectos del covid. Esta “paradoja del fumador” se descubrió en primer lugar en una revisión de pacientes hospitalizados en China, y posteriormente se certificó en estudios realizados en <a href="https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2020.05.05.20092015v3">Italia</a> y <a href="https://www.qeios.com/read/WPP19W.4">Francia</a>.</p>
<p>Pero un estudio realizado en septiembre en <a href="https://thorax.bmj.com/content/early/2021/09/12/thoraxjnl-2021-217080">Inglaterra con muestras muy amplias</a> ha revelado que esto no era cierto. Los fumadores presentaban un 80 % más de posibilidades de ser hospitalizados que los no fumadores. Pero entonces, ¿qué ocurrió? ¿Y por qué la ciencia hizo las cosas tan mal?</p>
<p>El matemático Pierre-Simon Laplace <a href="https://rationalwiki.org/wiki/Extraordinary_claims_require_extraordinary_evidence">dijo en una ocasión</a> que “cuando más extraordinario resulta un hecho, más sólida ha de ser la evidencia que lo prueba”. El cosmólogo estadounidense Carl Sagan reformuló esta misma idea con su famosa frase de que “lo extraordinario exige una evidencia extraordinaria”. Y, seamos sinceros, que los fumadores, cuyos pulmones están arrasados por el tabaco, tengan mejores perspectivas frente a una enfermedad respiratoria que los no fumadores, se antoja casi milagroso.</p>
<p>Por desgracia, encontrar evidencias que respalden lo extraordinario es un proceso lento, complejo y aburrido. Y, sin embargo, la atención pública es especialmente propensa a dejarse seducir por lo extraordinario.</p>
<p>Analicemos detenidamente lo que ocurrió.</p>
<p>El primer aspecto que hay que tener en cuenta es que la ciencia implica incertidumbre, y eso es algo que nos incomoda. Tomemos como ejemplo una previsión meteorológica: si te dicen que hay un 10 % de posibilidades de llover, probablemente no cojas el paraguas. Es lo que yo haría, y nueve de cada diez veces tendría razón. Pero la vez restante me arrepentiría de mi decisión, y me quejaría sobre lo mucho que se equivocan los meteorólogos.</p>
<p>Pero el problema no son los meteorólogos, sino mi necesidad de certeza; el hecho de que mi inconsciente traduzca “hay un 10 % de posibilidades de lluvia” por “hoy no lloverá”.</p>
<p>Esta tendencia está en todos sitios: en las encuestas políticas, en las predicciones que hacen los presidentes… E incluso en las visitas al médico. Quiero que el doctor me diga por qué me duele garganta, no por qué podría dolerme.</p>
<h2>Todo es una probabilidad</h2>
<p>Pero así es como funciona la ciencia. Todo es una probabilidad, y cada nuevo dato que aparece nos obliga a recalibrar las probabilidades. Existe un famoso ejemplo sobre esto en el campo de la estadística, donde el primero en plantearlo fue el matemático <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Bertrand%27s_box_paradox">Joseph Bertrand</a> (prometo que en un segundo vuelvo a la paradoja del fumador).</p>
<figure class="align-left ">
<img alt="El matemático francés Joseph Bertrand." src="https://images.theconversation.com/files/424264/original/file-20211001-27-p3ejje.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/424264/original/file-20211001-27-p3ejje.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=716&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/424264/original/file-20211001-27-p3ejje.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=716&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/424264/original/file-20211001-27-p3ejje.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=716&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/424264/original/file-20211001-27-p3ejje.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=899&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/424264/original/file-20211001-27-p3ejje.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=899&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/424264/original/file-20211001-27-p3ejje.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=899&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">El matemático francés Joseph Bertrand.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2818814">Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Imaginemos que tienes tres cajas idénticas. Una contiene dos monedas de oro, otra dos monedas de plata y la última una moneda de oro y otra de plata. Coge una de las cajas al azar (pongamos que la caja A). ¿Cuál es la posibilidad de que tenga dos monedas de plata?</p>
<p>Exactamente un tercio. </p>
<p>Pero ahora, sin mirar dentro de la caja, coge una moneda al azar. Si resulta ser una moneda de oro, ¿qué le ocurre a la posibilidad de que la caja A contenga dos monedas de plata? </p>
<p>Que se reduce a cero. El nuevo dato provoca que se tengan que recalibrar las probabilidades de forma automática. </p>
<p>Y eso es lo que (por fin) me trae de vuelta al covid. En enero de 2020 sabíamos poco sobre el virus, y a medida que íbamos teniendo evidencias válidas había que ir recalibrando las probabilidades. Por eso ya no desinfectamos el correo postal pero seguimos recomendando el uso de mascarillas. Nadie puede estar convencido al 100 % de que estas recomendaciones sean correctas, pues podrían aparecer evidencias nuevas, pero es el resultado de la mejor información de la que disponemos en este momento. </p>
<p>Esto mismo se puede aplicar a la paradoja del fumador: antes de la pandemia las evidencias apuntaban a que fumar no era bueno para los pulmones. Con información nueva (y válida) las probabilidades podrían haber variado y apuntado hacia un escenario en el que fumar tuviera un efecto protector frente al virus.</p>
<p>Y eso nos lleva al segundo aspecto: estas evidencias, ¿eran válidas?</p>
<p>No lo eran.</p>
<p>En primer lugar, cuando se publicaron, la mayoría de los artículos científicos que defendían la paradoja del fumador<a href="https://hospitalhealthcare.com/covid-19/are-smokers-protected-from-covid-19/"> no habían sido revisados por otros científicos</a>. Y aunque un buen número de ellos sí que habían pasado un proceso de revisión por pares, <a href="https://thehill.com/changing-america/well-being/prevention-cures/549679-paper-claiming-smoking-gives-protection-from">otros fueron retirados</a> cuando se descubrió que habían sido financiados por la industria tabaquera. Y es que las prepublicaciones son fantásticas para difundir información, pero no garantizan que esa información sea solvente. </p>
<p>En segundo lugar, la mayoría de los estudios se basaban en <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/17/20/7394/htm">muestras pequeñas</a>. Aunque esto no invalida de por sí una evidencia, sí que obliga a tomarla con precaución. O dicho con otras palabras: las probabilidades pueden variar, pero no tanto.</p>
<p>Esto parece de sentido común: si tiras una moneda 1 000 veces y 999 sale cara, puedes dar por seguro que esa moneda está trucada. Pero si lanzas la moneda tres veces y obtienes dos caras, el grado de seguridad será mucho menor. Los estudios que avalaban la paradoja del fumador se basaban en muestras de entre unas decenas y unos cientos de personas. El estudio británico trabajó sobre una <a href="https://thorax.bmj.com/content/early/2021/09/12/thoraxjnl-2021-217080">muestra de 421 000 personas</a>.</p>
<p>Por último, y esto es lo más sutil, los estudios que avalaban la paradoja del fumador hacían una pregunta distinta a la que tendrían que haber hecho. Ellos preguntaban: “De la gente que en este momento está en el hospital, ¿cuántos fuman?”. Es diferente a preguntar: “Comparados con los no fumadores, ¿qué propensión tienen los fumadores a ser hospitalizados?”.</p>
<p>La primera pregunta está pensada para gente que ha sido hospitalizada <em>y</em> que ha sobrevivido lo suficiente como para ser objeto de un estudio de este tipo. O dicho con otras palabras: como con las cajas de monedas de Bertand, la hospitalización ya se ha producido, y en condiciones normales existen muchas razones por las que los fumadores no fueran incluidos en ese grupo. Quizá morían más rápido que los no fumadores, y por eso no entraban en los cálculos, o quizá tras su hospitalización se les daba el alta en una proporción diferente. El estudio británico, por su parte, estudiaba al conjunto de la población, con lo que evitaba este sesgo. </p>
<p>Yo afirmaría, por tanto, que la ciencia no se equivocó cuando propuso la paradoja del fumador. Se trató de un hallazgo interesante que hizo que su conclusión extraordinaria tuviera una gran difusión. Y si la covid nos ha de enseñar algo es que hay que confrontar los hallazgos extraordinarios (sobre el tabaco, la vitamina D, el zinc, la lejía, hacer gárgaras con yodo o inhalar peróxido de hidrógeno) con una altísima exigencia de evidencia científica. </p>
<p>La ciencia se mueve despacio, pero los hallazgos extraordinarios no. Parafraseando a <a href="https://quoteinvestigator.com/2014/07/13/truth/">Jonathan Swift</a>, estos últimos vuelan, mientras que las evidencias se mueven cojeando detrás de ellos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/169278/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Mark Shrime recibe financiación de la Iris O'Brien Foundation. Pertenece al consejo de Pharos Global Health Advisors.</span></em></p>Los fumadores no están especialmente protegidos frente a la covid, a pesar de lo que dijeron los primeros estudios.Mark Shrime, Chair of Global Surgery, RCSI University of Medicine and Health SciencesLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1689732021-10-04T18:16:34Z2021-10-04T18:16:34ZNicotina: consuelo de meditabundos, nocivo veneno del pueblo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/424289/original/file-20211002-44779-9bhiie.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C0%2C1192%2C950&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Jóvenes repartidores de periódicos en una pequeña pausa mientras fuman sus cigarrillos. 1910, St. Louis. Lewis Hine.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.loc.gov/pictures/item/2018674093/">Biblioteca del Congreso de Estados Unidos</a></span></figcaption></figure><p>La industria tabaquera ha hecho de la covid-19 <a href="https://www.thelancet.com/journals/lanres/article/PIIS2213-2600(21)00361-1/fulltext">una oportunidad para promocionar</a> sus productos con nicotina, atenuar el daño percibido hacia el tabaco y mejorar su imagen pública a nivel internacional. Desde que Colón se llevó el <em>fumeque</em> de América, el tabaquismo se ha abierto paso contra viento y marea.</p>
<p>Como descubrieron nada más poner pie en tierra dos marineros españoles que acompañaban a Colón, la nicotina tiene propiedades estimulantes gracias a las cuales se pueden obtener efectos placenteros. La aventura de la «hoja india, consuelo de meditabundos, deleite de los soñadores arquitectos del aire, seno fragante del ópalo alado…», como la llamó <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Mart%C3%AD">José Martí</a>, ese «pestilencial y nocivo veneno del pueblo» como la calificó <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Girolamo_Benzoni">Girolamo Benzoni</a>, comenzó su andadura apenas unas semanas después de que las naves de Cristóbal Colón llegaran con regocijo al archipiélago antillano.</p>
<p>Sin saber para qué servía, los españoles habían tenido el primer contacto con las hojas de tabaco en la isla Guanahaní, donde los morenos, desnudos, ingenuos, estupefactos y prudentes indios taínos ofrecieron a Colón, a modo de regalo de bienvenida, «unas hojas secas, que deben ser cosa muy apreciada por ellos», que resultaron ser las mismas que vieron unos días después en la canoa de un indígena que traficaba entre las islas de Santa María y Cuba.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/424290/original/file-20211002-44856-1qd4cim.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/424290/original/file-20211002-44856-1qd4cim.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=501&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/424290/original/file-20211002-44856-1qd4cim.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=501&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/424290/original/file-20211002-44856-1qd4cim.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=501&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/424290/original/file-20211002-44856-1qd4cim.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=629&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/424290/original/file-20211002-44856-1qd4cim.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=629&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/424290/original/file-20211002-44856-1qd4cim.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=629&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Anuncio de 1874 de James Moran Indian Girl Chewing, un tabaco de mascar.</span>
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</figure>
<p>Pero si convenimos en que esas «hojas secas muy apreciadas por ellos» eran realmente tabaco, el almirante entonces lo vio, pero no lo descubrió. Como decía el historiador Fernando Ortiz: «<a href="https://libroschorcha.files.wordpress.com/2018/04/contrapunteo-cubano-del-tabaco-y-el-azucar-fernando-ortiz.pdf">Descubrir no es solo ver sino “echar de ver”</a>». </p>
<p>Don Cristóbal no supo lo que era el tabaco, ni conoció sus placenteras cualidades y su uso principal, hasta la noche del lunes 5 de noviembre de 1492 cuando se las narraron Luis de Torres y Rodrigo de Jerez, dos adelantados enviados por Colón tierra adentro con la atolondrada pretensión de encontrar a los emisarios del Gran Kan.</p>
<p>Los exploradores adelantados descubrieron el tabaco cuando se espantaron al ver a los taínos, sin distinción de edad y sexo, aspirando el humo de unos cilindros de hojas secas. De regreso relataron a Colón lo que han visto y al día siguiente el genovés anota en su <em><a href="https://es.wikisource.org/wiki/Diario_de_a_bordo_del_primer_viaje_de_Crist%C3%B3bal_Col%C3%B3n">Diario de Navegación</a></em>: </p>
<blockquote>
<p>«Hallaron estos dos cristianos por el camino mucha gente […] siempre los hombres con un tizón en las manos y ciertas yerbas secas metidas en una cierta hoja seca también a manera de mosquete, hecho de papel de los que hacen los muchachos la Pascua del Espíritu Santo; y encendido por una parte de él, por la otra chupan o sorben o reciben con el resuello para adentro aquel humo, con el cual se adormecen las carnes y casi emborracha, y así dice que no sienten el cansancio. Estos mosquetes, o como los llamáremos, llaman ellos tabacos». </p>
</blockquote>
<p>La palabra “tabaco” aparecía escrita por vez primera en nuestro idioma.</p>
<h2>Un uso ceremonial</h2>
<p>El uso del tabaco era principalmente ceremonial; se decía que el humo producido causaba trances o alucinaciones en los participantes. Si eso era así, significa que el tabaco tenía concentraciones significativamente más altas de ingredientes activos que las que se encuentran en la especie <em>Nicotiana tabacum</em> que se introdujo en Europa y el resto del mundo. El tabaco que observaron los navegantes colombinos era probablemente <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Nicotiana_rustica"><em>Nicotiana rustica</em></a>, el tabaco de la civilización maya, que se sabe que es una especie cuya nicotina tiene efectos euforizantes más potentes.</p>
<p>En la <a href="https://www.dlls.univr.it/documenti/Avviso/all/all287650.pdf"><em>Relación acerca de las antigüedades de los indios</em></a> del fraile Jerónimo Ramón Pané, considerada por algunos el primer libro escrito en el Nuevo Mundo, se habla por primera vez del uso del tabaco en las prácticas tribales de los amerindios. Al notar el sentido de lo sobrenatural y el carácter sacro que mediaba en la relación sociológica entre el indio y el tabaco, en su mitología, en su magia, en su medicina y en la liturgia exótica de los ritos religiosos, a veces sanguinarios, en los que se hacía gran consumo de la planta, los frailes pensaron que, siendo el fumeteo cosa religiosa pero no ortodoxa, todo lo que de sacro se le atribuyera sería con gran certeza obra maligna de Lucifer.</p>
<p>Aquello era un invento diabólico que, por si fuera poco, excitaba los sentidos. El diabólico incienso americano causaba un placer sobrevenido a otros, como cuando después de los copiosos banquetes imperiales Moctezuma se retiraba a degustar la delicia narcótica y caía en dulce somnolencia, según narra Bernal Díaz del Castillo.</p>
<p>Por si fuera poco, el sahumerio amerindio creaba adicción, y como el aprendizaje de los vicios placenteros lleva poco tiempo, los españoles se entregaron al goce de los humos que distinguían a los caciques del pueblo llano entre aztecas y mayas. En su <a href="http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/historia-de-las-indias--0/html/d31cc52d-acd9-4776-a069-ee37b963f399_12.html"><em>Historia General de las Indias</em></a>, el severo padre Las Casas, tras describir los primeros cigarros como había hecho Colón y de no explicarse «qué sabor o qué provecho le encuentran», escribe: </p>
<blockquote>
<p>«Españoles cognoscí en esta isla Española que los acostumbraron a tomar, que siendo reprendidos por ello diciéndoseles que aquello era vicio, respondían que no era en su mano dejarlos de tomar».</p>
</blockquote>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/424291/original/file-20211002-25-jnz0ga.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/424291/original/file-20211002-25-jnz0ga.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/424291/original/file-20211002-25-jnz0ga.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=455&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/424291/original/file-20211002-25-jnz0ga.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=455&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/424291/original/file-20211002-25-jnz0ga.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=455&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/424291/original/file-20211002-25-jnz0ga.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=572&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/424291/original/file-20211002-25-jnz0ga.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=572&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/424291/original/file-20211002-25-jnz0ga.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=572&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Anuncio de los cigarrillos de Virginia. Army Club, 1943.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Stanford School of Medicine</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En su <a href="https://www.academia.edu/1762411/Historia_de_las_virtudes_y_propiedades_del_tabaco_de_Juan_de_Castro_Edici%C3%B3n_cr%C3%ADtica_y_estudio_ling%C3%BC%C3%ADstico"><em>Historia de las virtudes y propiedades del tabaco</em></a>, Juan de Castro, un boticario cordobés del siglo XVII entregado como su colega sevillano Nicolás Monardes al estudio del tabaco, asegura en 1628 que «el uso del tabaco quien más que otros lo ampliaron fueron los marineros y toda la gente que caminaba por el mar. Porque como gente que a todo tiempo está recibiendo humedad de los vapores de sus caminos (con lo cual abundan de flemas en gran cantidad) paréceles vino muy acomodado un medicamento, tal cual lo es éste, para ir desflemando».</p>
<p>Precedido por su reputación de potente afrodisíaco y de hierba abortiva (pero ¿qué planta de las Indias no lo era, en vista de la promiscuidad de costumbres, del erotismo comunal y del fornicio practicado a destajo sin mayores consecuencias?) y con la pícara excusa de sus propiedades medicinales, que de ser ciertas lo hubieran convertido en una prodigiosa panacea de toda dolencia, a mediados del siglo XVI el tabaco era objeto de cultivo en diversos jardines botánicos y en los recoletos huertos monacales.</p>
<h2>El tabaco se extiende por Europa</h2>
<p>El consumo de tabaco se extendió rápidamente por toda Europa y pronto le siguió su cultivo. Jean Nicot, el embajador francés en Portugal cuya memoria se perpetúa en el nombre botánico de la planta y en el de la nicotina, el alcaloide que le presta sus propiedades euforizantes, era un entusiasta del tabaco como también lo eran otras figuras notables del siglo XVI: Sir Walter Raleigh en Inglaterra y Catherine de Médicis, Reina de Francia. Sin embargo, fumar no obtuvo la aprobación universal entre la realeza. El rey Jaime I de Inglaterra fue el autor de <a href="https://books.google.co.uk/books?id=EasUAAAAYAAJ&ots=QUl7WbcKAz&dq=a+counterblaste+to+tobacco&pg=PT6&hl=es#v=onepage&q&f=false">un panfleto de 1604</a> en el que se denunciaba «una costumbre odiosa a la vista, repelente a la nariz, dañina para el cerebro y peligrosa para los pulmones».</p>
<p>Alertado por la novedad y apoyado en la Biblia (<em>Mateo</em> 15:11: «Lo que sale de la boca del hombre le contamina»), el Vaticano amenazó de excomunión a quienes consumieran la hierba abortiva, de cuyos peligros había informado <a href="http://www.arauco.org/SAPEREAUDE/terraaustralisincognita/historiasdelcaribe/antilia2.html">don Gonzalo Fernández de Oviedo</a>, alcaide de Santo Domingo, para quien muchas indias «cuando se empreñan, toman una yerba con que luego mueven y lanzan la preñez, porque dicen que las viejas han de parir mas ellas no, porque no quieren estar ocupadas para dejar sus placeres, ni empreñarse, <a href="https://repositorios.cihac.fcs.ucr.ac.cr/cmelendez/bitstream/123456789/573/1/SumarioNaturalHistoriaIndias.pdf">porque pariendo se les aflojan las tetas, de las cuales mucho se precian y las tienen muy buenas</a>».</p>
<p>Obsérvese que a don Gonzalo no le disgustaban ciertas piezas anatómicas de las indígenas, por más que detestara y fuera menos objetivo en otras como cuando escribe: «¿Qué puede esperarse de gente cuyos cráneos son tan gruesos y duros que los españoles deben tener cuidado en la lucha de no golpearlos en la cabeza para que sus espadas no se emboten?».</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/424292/original/file-20211002-46781-1ouk0b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/424292/original/file-20211002-46781-1ouk0b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/424292/original/file-20211002-46781-1ouk0b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=754&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/424292/original/file-20211002-46781-1ouk0b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=754&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/424292/original/file-20211002-46781-1ouk0b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=754&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/424292/original/file-20211002-46781-1ouk0b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=948&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/424292/original/file-20211002-46781-1ouk0b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=948&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/424292/original/file-20211002-46781-1ouk0b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=948&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Joven fumando un cigarrillo. Foto de 1902 de Fitz W. Guerin.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Como la carne es, pese a toda amenaza, débil, un puñado de gentes habían aprendido a disfrutar del placer de fumar siguiendo el ejemplo de los indianos regresados a España. Así como los marineros españoles y portugueses llevaron chiles que contienen el alcaloide de la capsaicina a todo el mundo, también introdujeron el tabaco y el alcaloide de la nicotina en todos los puertos que visitaron.</p>
<p>Entre ellos se encontraba Rodrigo de Jerez que, curado de su inicial espanto, se había dado con delectación al vicio. El humo que lo rodeaba asustó a sus vecinos; la Inquisición lo encarceló por sus hábitos paganos acusado de brujería, ya que «<a href="https://vaiu.es/la-hierba-del-diablo/">solo el diablo podía dar a un hombre el poder de sacar humo por la boca</a>».</p>
<p>Cuando fue liberado siete años después, la costumbre de fumar se había extendido por toda Europa antes de emprender un viaje que la esparció por el mundo como un reguero de pólvora infernal que se inflamaba con el fuego pero que estallaba silenciosamente en los cerebros para agitar a los espíritus.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/168973/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Manuel Peinado Lorca es responsable del Grupo Federal de Biodiversidad del PSOE.</span></em></p>Desde los tiempos de Colón, el tabaquismo se ha abierto paso contra viento y marea. Durante la pandemia, la industria tabaquera ha seguido haciendo de las suyas.Manuel Peinado Lorca, Catedrático de Universidad. Departamento de Ciencias de la Vida e Investigador del Instituto Franklin de Estudios Norteamericanos., Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1575702021-03-30T19:42:27Z2021-03-30T19:42:27ZCoágulos sanguíneos y covid-19: cinco factores de riesgo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/390695/original/file-20210320-23-y56kju.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4985%2C3735&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/3d-rendered-medically-accurate-illustration-blood-1081586696">Shutterstock / SciePro</a></span></figcaption></figure><p>En los últimos días ha habido una gran preocupación en torno a los coágulos sanguíneos, especialmente después de conocer una alerta de <a href="https://www.bundesgesundheitsministerium.de/coronavirus/faq-covid-19-impfung/faq-impfung-astrazeneca.html">Alemania</a> sobre personas que han sufrido <a href="https://www.pei.de/EN/newsroom/hp-news/2021/210315-pei-informs-temporary-suspension-vaccination-astra-zeneca.html">trombosis</a> en las venas cerebrales –un coágulo sanguíneo en el cerebro– después de recibir la vacuna de AstraZeneca. Otros países europeos han expresado su preocupación por el posible aumento del riesgo de embolias pulmonares y trombosis venosa profunda tras la vacunación.</p>
<p>Sin embargo, AstraZeneca afirma que actualmente no hay pruebas de que los episodios registrados estén asociados a la vacuna, y que el número de coágulos sanguíneos notificados después de recibir la vacuna no es mayor de lo que ocurriría normalmente.</p>
<p>La coagulación, una función extremadamente importante en el cuerpo humano, ayuda a prevenir la pérdida excesiva de sangre tanto dentro como fuera del cuerpo cuando se daña nuestra piel, los órganos internos o los vasos sanguíneos.</p>
<p>Pero aunque puede ser un proceso normal y esencial, si un coágulo se desprende de donde se formó, puede resultar peligroso, sobre todo si se aloja en un órgano o en una arteria demasiado estrecha. Esto es lo que se conoce como un émbolo y puede bloquear el flujo sanguíneo arterial, que es esencial para los órganos vitales y puede derivar en una embolia pulmonar (coágulo de sangre en los pulmones), un accidente cerebrovascular isquémico (coágulo en el cerebro) o un ataque cardíaco. También puede bloquear las venas, como una trombosis venosa profunda en las piernas, conocida como trombo.</p>
<p>Hay muchos factores que pueden aumentar la probabilidad de que una persona desarrolle un coágulo de sangre. Destacaremos cinco: </p>
<h2>1. Obesidad</h2>
<p>Las personas obesas tienen más del doble de probabilidades de desarrollar un trombo (coágulo de sangre en la pierna) en comparación con las personas de peso normal. Esto se debe a que la obesidad provoca una inflamación crónica y una reducción de la fibrinólisis (capacidad de descomponer los coágulos).</p>
<p>La inflamación crónica también se produce como resultado de tener menos óxido nítrico en el cuerpo. El óxido nítrico es una molécula que protege el endotelio especializado (el revestimiento de los vasos sanguíneos) y evita que las células se adhieran a la superficie endotelial. Incluso a una edad temprana, las personas obesas tienen niveles significativamente más bajos de óxido nítrico. </p>
<p>Es esta cantidad reducida de óxido nítrico en las personas obesas la que aumenta el daño en el revestimiento de los vasos sanguíneos, aumentando a su vez el riesgo de formación de coágulos.</p>
<h2>2. El tabaco</h2>
<p>Fumar aumenta el riesgo de formación de coágulos hasta el triple.</p>
<p>Al igual que en el caso de la obesidad, el tabaquismo reduce la cantidad de óxido nítrico en el cuerpo y favorece que la sangre se pegue para formar coágulos. Este proceso es impulsado en parte por el aumento significativo de los niveles de fibrinógeno, un componente importante en la coagulación, presente en la sangre de los fumadores. </p>
<p>Las sustancias químicas de los cigarrillos también hacen que las plaquetas de la sangre se peguen. Juntos, estos factores hacen que la sangre sea más espesa, lo que dificulta el bombeo del corazón por el cuerpo, dañando a su vez el revestimiento interno de los vasos sanguíneos.</p>
<h2>3. Volar y la inactividad</h2>
<p>Viajar largas distancias en avión o estar inmovilizado durante un largo periodo después de una intervención quirúrgica importante pueden aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos en forma de trombosis venosa profunda (TVP), es decir, coágulos sanguíneos en las piernas. La incidencia típica de este tipo de trombosis es de una por cada 1.000, pero se multiplica por tres en los vuelos de más de tres horas.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Person holding their leg in pain." src="https://images.theconversation.com/files/389859/original/file-20210316-24-1hla0ua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/389859/original/file-20210316-24-1hla0ua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/389859/original/file-20210316-24-1hla0ua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/389859/original/file-20210316-24-1hla0ua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/389859/original/file-20210316-24-1hla0ua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/389859/original/file-20210316-24-1hla0ua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/389859/original/file-20210316-24-1hla0ua.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Estar sentado en un vuelo puede aumentar el riesgo de coágulos en las piernas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/closeup-woman-hands-holding-massage-her-1421196494">Boyloso/ Shutterstock</a></span>
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</figure>
<p>Como la sangre no fluye tanto, las células y proteínas de la sangre se asientan y forman grumos. Cuando la persona vuelve a moverse, estos coágulos pueden desplazarse por el cuerpo y bloquear un vaso sanguíneo si no se deshacen. Un mayor índice de masa corporal, la edad y el tabaquismo aumentan el riesgo de desarrollar una trombosis venosa profunda por inactividad o en los vuelos.</p>
<h2>4. Traumatismos y cáncer</h2>
<p>Hasta una de cada cuatro personas que han sufrido un traumatismo importante, que provoca daños en los vasos sanguíneos –por ejemplo, si se han roto huesos grandes– desarrollan coágulos. En estos casos, la formación de coágulos está relacionada tanto con las lesiones de los propios vasos sanguíneos como con el reposo en la cama, a menudo prolongado, asociado al tratamiento y la recuperación.</p>
<p>Asimismo, las personas con cáncer tienen entre cinco y siete veces más probabilidades de desarrollar coágulos. Esto se debe a que algunos cánceres producen cantidades crecientes de factores de coagulación. El cáncer también daña los tejidos sanos, lo que hace que se hinchen y coagulen.</p>
<h2>5. Píldora anticonceptiva</h2>
<p>Se ha comprobado que las mujeres que toman la píldora anticonceptiva oral combinada, que contiene estrógenos y progesterona, tienen <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/2960241/">un ligero aumento de riesgo</a> de sufrir coágulos. Otros anticonceptivos orales muestran niveles de aumento similares, con aproximadamente 6-17 eventos adicionales por cada 10.000 mujeres tratadas, dependiendo del fármaco utilizado, en comparación con las mujeres que no toman el anticonceptivo oral.</p>
<p>Los ingredientes de los anticonceptivos aumentan los niveles de varios factores de coagulación que circulan en la sangre, lo que aumenta las probabilidades de que se formen coágulos en las venas.</p>
<h2>Covid-19</h2>
<p>La investigación <a href="https://jintensivecare.biomedcentral.com/articles/10.1186/s40560-020-00466-z">también muestra</a> que los pacientes de covid-19 tienen niveles significativamente elevados de una molécula que se forma cuando hay coágulos presentes. </p>
<p>Esto se debe a que la covid-19 ataca las <a href="https://www.thelancet.com/journals/ebiom/article/PIIS2352-3964%20(20)%2030342-X%20/%20fulltext">células endoteliales</a> que recubren los vasos sanguíneos, lo que provoca un aumento de los coágulos en todo el cuerpo y se presenta como una <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7556303">enfermedad vascular</a>. </p>
<p>Un estudio también descubrió que entre el 2 % y el 9 % de los pacientes con covid-19 desarrollan émbolos pulmonares. Y tienen entre tres y seis veces más probabilidades de desarrollar coágulos en las venas en comparación con el resto de la población. Otros factores –como el reposo en cama y <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-020-2521-4">la edad</a>– pueden aumentar el riesgo de coágulos en estos pacientes.</p>
<p>Pero, aunque muchos factores pueden aumentar el riesgo de que una persona sufra coágulos sanguíneos, todavía no hay pruebas que sugieran una relación directa entre estos y la vacuna de AstraZeneca.</p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración con <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/157570/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Adam Taylor no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los coágulos de sangre se forman para evitar la pérdida de sangre tanto dentro como fuera del cuerpo. Pero pueden ser peligrosos si se desprenden del lugar donde se forman.Adam Taylor, Professor and Director of the Clinical Anatomy Learning Centre, Lancaster UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1545982021-02-14T19:28:28Z2021-02-14T19:28:28ZEl rastro invisible y tóxico de billones de colillas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/383527/original/file-20210210-23-1krx0u1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C6%2C4281%2C2824&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/cigarette-butts-595782941">Shutterstock / Nadiia Korol</a></span></figcaption></figure><p>¿Sabía que anualmente se fuman <a href="https://tobaccoatlas.org/topic/consumption/">6 billones de cigarrillos</a>? ¿Y que <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s40572-014-0016-x">4,5 billones de colillas terminan en el medio ambiente</a>? ¡Son más de 8 millones por minuto! Es bien sabido que fumar tiene un impacto en la salud de los fumadores y sus acompañantes. Pero se habla menos del efecto que las colillas provocan en el medio ambiente y en nuestro organismo.</p>
<h2>¿Qué son los filtros de cigarrillo?</h2>
<p>Los filtros están compuestos por más de 15 000 fibras de acetato de celulosa. No es celulosa, ni tampoco un compuesto natural. Es un polímero sintético obtenido de celulosa. </p>
<p>Sirven para disminuir el daño en el fumador filtrando parte de los elementos nocivos de los cigarrillos. Por lo tanto, se transforma en un residuo que debería ser catalogado como <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/6/5/1691">peligroso</a>, dañino para el ser humano y para el medio ambiente. </p>
<p>Cuando las colillas son arrojadas a la calle, la lluvia y el viento las transportarán muy probablemente a un medio acuático, es decir: a un río, al lago del parque del barrio, a un pantano, o al mar. Allí, el filtro se hincha y se desprenden miles de fibras con longitud < 5 mm, llamadas microfibras.</p>
<h2>Las microfibras</h2>
<p>Las microfibras de las colillas son especialmente peligrosas porque son tóxicas, puesto que transportan los compuestos nocivos atrapados al consumir los cigarrillos. Además, su diminuto tamaño las convierte en un gran problema.</p>
<p>Al ser tan pequeñas, pueden ser ingeridas por todo tipo de organismos, desde zooplancton hasta ballenas. Pueden viajar largas distancias por el aire o por el agua hasta alcanzar áreas alejadas de asentamientos urbanos, tales como montañas de los <a href="https://www.nature.com/articles/s41561-019-0335-5">Pirineos</a> o regiones del <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-020-20347-1">Ártico</a>. </p>
<p>Finalmente, pueden llegar a nuestros <a href="https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acs.est.9b01517">alimentos</a> y entrar en nuestro organismo.</p>
<h2>¿Cuántas colillas son arrojadas al medio ambiente?</h2>
<p>Una colilla puede parecer insignificante, pero, como se mencionó previamente, se arrojan <a href="https://www.nationalgeographic.com/environment/2019/08/cigarettes-story-of-plastic/#:%7E:text=Did%20You%20Know%3F-,About%204.5%20trillion%20cigarettes%20are%20discarded%20each%20year%20worldwide%2C%20making,as%20long%20as%2010%20years">8 millones y medio por minuto</a>, es decir, 143 000 por segundo.</p>
<p>Un simple dato comparativo nos puede clarificar la dimensión del problema. En las <a href="https://oceanconservancy.org/wp-content/uploads/2018/07/Building-A-Clean-Swell.pdf">campañas de limpieza</a> realizadas en diferentes playas del mundo se ha observado que este residuo es el que aparece con mayor frecuencia. Aunque se combinen la cantidad de envoltorios de golosinas y de sorbetes encontrados, las colillas siguen en el podio. </p>
<p>Es una situación socialmente tan aceptada que es invisible a nuestros ojos. Arrojar una servilleta de papel usada a la calle parece un delito en comparación con echar una colilla. Pero un filtro usado contiene compuestos tóxicos y causa la liberación de miles de microfibras, lo que lo hace más dañino de lo que suponemos. </p>
<h2>Degradabilidad de las colillas</h2>
<p>Hablar de degradabilidad es muy relativo y complejo. Un producto puede ser degradable bajo determinadas circunstancias, pero totalmente inerte en otras. Los filtros de los cigarrillos tienen una degradabilidad muy baja en el medio ambiente. </p>
<p>En este sentido, un parámetro útil para estimar la degradabilidad natural de estos elementos es su grado de sustitución. De manera simplificada, este parámetro es un rango que determina cuántos acetatos tiene la celulosa. Los filtros de las colillas presentan uno de los más altos grados de sustitución. <a href="http://dx.doi.org/10.1039/C7AY02165H">La biodegradabilidad disminuye conforme aumenta dicho grado</a>. </p>
<p>Mediante experimentos de distintos tipos de degradabilidad, <a href="https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2020.144165">hemos verificado</a> que las colillas no experimentan ningún cambio al ser sometidas a diferentes procesos de degradación acelerada. </p>
<p>Entonces, podríamos deducir que las microfibras de las colillas se mantienen prácticamente intactas, acumulándose en el medio ambiente y contaminando el entorno durante años.</p>
<h2>Toxicidad</h2>
<p>Un compuesto puede ser tóxico para un grupo de organismos, pero un manjar caído del cielo para otros. Además, el veneno depende de la dosis. En este sentido, las colillas y sus microfibras cuentan con un cóctel de elementos y compuestos tóxicos. Desde <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s40572-014-0016-x">pesticidas, herbicidas e insecticidas</a>, hasta metales pesados como <a href="https://tobaccocontrol.bmj.com/content/20/Suppl_1/i30">plomo</a> y <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4275931/">arsénico</a>. Es decir, son muy poco apetecibles para la mayor parte de los organismos. </p>
<p>Se ha demostrado que una sola colilla puede contaminar hasta <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0022169414004107?via%3Dihub">1 000 litros de agua</a>. La ingente cantidad de colillas que son desechadas al medio ambiente (143 000 colillas por segundo, recordamos) pueden liberar grandes cantidades de estos compuestos que alcanzarían concentraciones altamente peligrosas. Ahora, el problema se hace tan evidente como importante.</p>
<h2>Colillas y microplásticos</h2>
<p>Sabemos que las colillas desprenden microfibras, pero ¿por qué no son relacionadas con la contaminación de microplásticos? Sucede que no hay una definición clara de microplástico. Sin embargo, estas microfibras cuentan con todas las <a href="https://echa.europa.eu/registry-of-restriction-intentions/-/dislist/details/0b0236e18244cd73">características</a> para ser consideradas como tal: son ubicuas, persistentes, pequeñas y potencialmente peligrosas para los ecosistemas.</p>
<p>En el estudio que hemos <a href="https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2020.144165">publicado</a> encontramos que una colilla que se encuentra en un medio acuático desprende diariamente 100 microfibras. Con el paso del tiempo, estas microfibras irán fragmentándose en microfibras todavía más pequeñas. </p>
<p>Además, estimamos que la cantidad de estas microfibras generadas en el mundo es de 0,3 millones de toneladas al año. ¡Más de media tonelada por minuto! Por lo tanto, son del mismo orden de las que se estima que provienen del <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0269749119368563">lavado doméstico de textiles sintéticos</a>. </p>
<p>En un mundo donde el agua es un recurso <a href="https://www.wri.org/aqueduct">cada vez más imprescindible y escaso</a>, las colillas y sus microfibras son un problema que debería ser abordado urgentemente.</p>
<h2>¿Qué podemos hacer?</h2>
<p>¿Qué haremos cuando veamos a alguien tirando colillas de cigarrillos en el parque preferido de nuestros hijos? ¿O por donde pasean nuestras mascotas? ¿Podremos tomar conciencia y pensar que lo habitual puede ser incorrecto?</p>
<p>En lugar de ser testigos y cómplices, podemos informar sobre la gravedad de este problema, explicar por qué se deben depositar las colillas en ceniceros. Concentrar colillas de forma controlada permitirá su posterior <a href="https://doi.org/10.1016/j.jhazmat.2019.121245">tratamiento</a>, inmovilizando estos residuos para que no lleguen al medio ambiente. Por ejemplo, se ha propuesto su inclusión en la <a href="https://doi.org/10.1016/j.wasman.2016.03.012">elaboración de ladrillos</a>.</p>
<p>Existen otras opciones para aminorar esta polución, como la utilización de filtros más duraderos y fáciles de desechar, o la aplicación de multas a quienes las arrojen a la calle. </p>
<p>Por otro lado, <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/6/5/1691">algunos investigadores</a> cuestionan la eficacia de los filtros. Argumentan que, en todo caso, facilitan la predisposición del individuo a fumar, y paradójicamente, a enfermar.</p>
<p>Además, se ha <a href="https://phys.org/news/2019-06-consume-credit-card-worth-plastic.html">estimado</a> que ingerimos 5 gramos de microplásticos por semana, el equivalente a una tarjeta de crédito. Reduciendo la contaminación por colillas, podremos disminuir esta ingesta y el daño ambiental que causan. </p>
<p>Seguramente, desde hoy veremos colillas por todas partes. Ahora que sabemos más sobre su toxicidad, y que su contaminación también incluye la generación de microfibras, tendremos que ser un poco más responsables. Al fin y al cabo, tirar una colilla a la basura es un acto minúsculo, pero significará mucho para el medio ambiente y, por ende, para nuestra salud.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/154598/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Francisco Belzagui Elder recibe fundos de AGAUR.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carmen Gutiérrez-Bouzán recibe fondos de AGAUR. </span></em></p>Los filtros de cigarrillos liberan millones de toneladas de microfibras que pueden viajar largas distancias por el aire o por el agua y ser ingeridas por todo tipo de organismos, incluido el hombre.Francisco Belzagui Elder, PhD Researcher, Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTechCarmen Gutiérrez-Bouzán, Investigadora en Ingeniería Ambiental, Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTechLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1445552020-08-16T19:22:50Z2020-08-16T19:22:50ZProhibición de fumar en calles y terrazas por la COVID-19: una medida difusa y temporal<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/353051/original/file-20200816-22-u4c8ww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C7%2C4962%2C3300&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/granada-spain-23rd-april-2020-young-1713610564">Shutterstock / javi_indy</a></span></figcaption></figure><p>Fumar mata; déjalo ya. Esta advertencia general no es ninguna novedad. La <a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:32014L0040&from=ES">Directiva 2014/40/UE</a> la impuso como obligatoria en las cajetillas y demás productos de tabaco. Ahora bien, el debate sobre los inconvenientes de fumar resurgió la semana pasada cuando los medios de comunicación se hicieron eco de que algunas Comunidades Autónomas empezaban a adoptar medidas prohibitivas de fumar en las terrazas y espacios de uso público para luchar contra el coronavirus. </p>
<p>El enfoque se ha centrado fundamentalmente en los efectos que fumar puede tener, más que para el propio fumador, para el resto de ciudadanos. Unos efectos que quedaban tempranamente plasmados en la advertencia sanitaria número 10 prevista en el anexo I de dicha Directiva, que prevé la inserción en los paquetes de tabaco de este mensaje: “Su humo es malo para sus hijos, familia y amigos”. Ahora, se podría añadir: “y para la sociedad, en general”.</p>
<h2>El porqué de la medida</h2>
<p>Tanto las personas que fuman como las que están expuestas al humo (fumadores pasivos) son más propensas a las infecciones respiratorias. Se debe a que el humo del tabaco, que contiene más de 70 sustancias cancerígenas, deteriora los mecanismos de defensa del aparato respiratorio. </p>
<p>Además, los fumadores tienen un mayor riesgo de contraer la COVID-19 en la medida en que manipulan constantemente la mascarilla para fumar y llevan repetidamente los dedos a la boca. Para colmo, tienen un peor pronóstico en caso de contagiarse. Como se recoge en el <a href="https://www.mscbs.gob.es/ciudadanos/proteccionSalud/tabaco/docs/Posicionamiento_TyR_COVID19.pdf">escrito de posicionamiento</a> de la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, de 2 de julio de 2020, los fumadores tienen un riesgo 1,45 veces más alto que las personas no fumadoras de desarrollar los síntomas de la COVID-19 de una forma más grave.</p>
<p>Aunque no hay evidencias científicas sobre la transmisión del coronavirus por el humo del cigarrillo, fumar y vapear en los espacios públicos puede resultar especialmente peligroso para los demás. Cuando el fumador exhala el humo, aumenta el riesgo de contagio de las personas que allí se encuentran. Si las gotitas respiratorias (de Flügge) contienen carga viral, pueden transportar gérmenes infecciosos de un individuo a otro hasta dos metros de distancia, facilitando que pasen a las vías respiratorias de las personas del entorno del fumador o contaminando superficies, donde pueden permanecer durante horas en función del tipo de material sobre el que se depositen. </p>
<p>Incluso las pipas de agua se pueden convertir en un importante fómite para el contagio por la reunión social de jóvenes y por compartir piezas como la boquilla y la manguera, cuya limpieza es muy compleja y puede albergar el coronavirus. </p>
<p>El principio de precaución que rige en el ámbito de la salud pública ya había llevado a algunas Comunidades Autónomas a adoptar medidas para evitar algunos de estos riesgos en el vapeo. Así, por ejemplo, en Baleares se prohíbe el uso compartido de dispositivos de inhalación de tabaco, pipas, cachimbas o asimilados en todos los locales de entretenimiento y restauración y en cualquiera otro tipo de establecimiento abierto al público (<a href="http://www.caib.es/eboibfront/es/2020/11210/635597/acuerdo-del-consejo-de-gobierno-de-19-de-junio-de-">Acuerdo del Consejo de Gobierno de 19 de junio de 2020</a>).</p>
<h2>Cómo se ha gestado: la iniciativa autonómica</h2>
<p>Ahora se trata de dar un paso más. <a href="https://www.xunta.gal/dog/Publicados/excepcional/2020/20200812/2393/AnuncioC3K1-120820-1_es.html">Galicia</a> y Canarias han sido las primeras en adoptar medidas que prohíben fumar en la vía pública o en espacios al aire libre, incluidas la terrazas, si no se garantiza el mantenimiento de una determinada distancia de seguridad interpersonal. Estas limitaciones podían ser interpretadas como una aplicación lógica del art. 7 de la <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2005-21261">Ley 28/2005</a> de medidas sanitarias frente al tabaquismo que, en virtud de las competencias que tienen las Comunidades Autónomas en materia de salud pública, pueden aumentar el listado de lugares y espacios en los que se prohíbe fumar.</p>
<p>Sin embargo, no ha sido ésta la técnica jurídica utilizada. Con una redacción alambicada han intentado conseguir un efecto similar extendiendo meramente la obligación de llevar mascarilla cuando se esté cerca de otras personas. </p>
<p>Ante el anuncio de otras Comunidades de adoptar medidas similares, el Ministerio de Sanidad ha tomado la iniciativa y ha convocado de urgencia al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. En su sesión celebrada el 14 de agosto de 2020 se han acordado, por unanimidad, actuaciones coordinadas en salud pública para responder ante la situación de especial riesgo derivada del incremento de casos positivos por COVID-19. El objetivo es conseguir cierta homogeneidad en las medidas que están adoptando las Comunidades Autónomas para luchar contra la pandemia.</p>
<p>En el borrador provisional del <a href="http://www.feccoo-madrid.org/9859179256dc80069dd1e747c94eb7ca000063.pdf">Acuerdo del Consejo Interterritorial</a> se establecía una clara prohibición al respecto: “No se podrá fumar en la vía pública o en espacios al aire libre cuando no se pueda respetar una distancia mínima interpersonal de, al menos, 1,5 metros. Esta limitación será aplicable también para el uso de cualquier otro dispositivo de inhalación de tabaco, pipas de agua, cachimbas o asimilados”. </p>
<p>En la <a href="https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/sanidad14/Paginas/2020/140820-sanidad.aspx">información oficial publicada por Moncloa</a> tras el Consejo, el contenido ha cambiado por completo. Se anuncia, y cito textualmente, que “sólo se podrá exceptuar la obligación de uso de mascarilla durante el consumo de tabaco o cigarrillos electrónicos en la vía pública o en espacios al aire libre, en los supuestos en que pueda garantizarse el mantenimiento de una distancia con otras personas de, al menos, 2 metros”. Es decir, la pretendida prohibición de fumar en espacios abiertos de uso público se camufla con la obligación de usar la mascarilla.</p>
<p>Pese a los titulares que han aparecido en algunos medios de comunicación, no se trata, en modo alguno, de una prohibición absoluta de fumar en terrazas y espacios públicos abiertos. Simplemente hay que tener la precaución de que no haya ninguna persona al lado cuando uno fuma y se quita la mascarilla. </p>
<h2>Las llamadas “actuaciones coordinadas en salud pública”</h2>
<p>Por primera vez en nuestra historia, se ha recurrido a la figura de la declaración de actuaciones coordinadas en salud pública prevista en el artículo 65 de la <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2003-10715&b=95&tn=1&p=20200610#a65">Ley 16/2003 de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud</a>. Se trata de un instrumento específico del ámbito sanitario que está previsto, entre otros supuestos, para responder a situaciones de especial riesgo o alarma para la salud pública, como la que estamos viviendo. Su declaración compete al Ministro de Sanidad, previo acuerdo del Consejo Interterritorial, y obliga a todas las partes incluidas en la declaración. </p>
<p>Ahora bien, la elección de este novedoso instrumento jurídico tiene importantes consecuencias prácticas. A mi juicio, no parece la elección más adecuada si se trata de conseguir homogeneidad en el establecimiento de esta concreta prohibición y una mínima dosis de seguridad jurídica para el fumador. El Estado tiene títulos competenciales para establecer las bases y la coordinación general de la sanidad, así como para la regulación de las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos los españoles en el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de los deberes constitucionales (puntos 16 y 1 del art. 149 de la Constitución española). </p>
<p>Sin ir más lejos, a través de una ley básica estatal (o, en su caso, un Real Decreto-Ley) podría haberse aumentado el listado de lugares prohibidos del art. 7 de la Ley 28/2005, haciendo referencia expresa a los espacios públicos cuando no se pueda respetar una distancia mínima determinada (ya sea de 1,5 metros o de 2). Este instrumento jurídico es el idóneo para establecer una regulación mínima, común y homogénea en todo el territorio nacional y de eficacia inmediata.</p>
<h2>¿De qué depende su eficacia?</h2>
<p>Por el contrario, la medida anunciada no tiene eficacia directa. Aunque sea obligatoria para las Comunidades Autónomas, al ser una actuación coordinada está supeditada a la previa adopción de otros instrumentos. En este caso, y según se ha anunciado desde el propio Ministerio, su eficacia requiere que cada una de ellas recoja previamente esta prohibición a través del instrumento normativo correspondiente y en el ámbito competencial que les es propio. </p>
<p>Si finalmente se tratara del establecimiento de una prohibición, lo correcto sería su adopción mediante una norma autonómica con rango de ley, en coherencia con lo previsto en el art. 7 de la Ley 28/2005, lo que supondría retardar notablemente su aplicación. </p>
<p>Por otro lado, el instrumento normativo puede variar si finalmente se enmascara esta prohibición con el establecimiento de determinadas condiciones de seguridad para quitarse la mascarilla. Así, por ejemplo, Galicia ha optado por una norma reglamentaria, una <a href="https://www.xunta.gal/dog/Publicados/2020/20200815/AnuncioC3K1-140820-1_es.pdf">Orden de la Consellería de Sanidad (de 15 de agosto de 2020)</a>. Al regular el uso de las mascarillas ha dispuesto que “en el caso particular de consumo de tabaco o de cigarrillos electrónicos en la vía pública o en espacios al aire libre, incluida la terraza, solo se podrá exceptuar la obligación de uso de mascarilla, y exclusivamente durante el indicado consumo, siempre que, teniendo en cuenta la posible concurrencia de personas y las dimensiones del lugar, pueda garantizarse el mantenimiento, en todo momento, de la distancia de dos metros con otras personas. Lo anterior será aplicable también para el uso de cualquier dispositivo de inhalación de tabaco, pipas de agua, cachimbas y asimilados”. </p>
<p>Es previsible que ésta sea la vía que utilicen el resto de Comunidades Autónomas para materializar esta actuación coordinada. La utilización de este concreto instrumento también puede condicionar la aplicación del régimen sancionador y la determinación de los sujetos infractores, aunque su control no se atisba fácil. </p>
<p>Si se hubiera utilizado la vía de la legislación básica en materia de tabaquismo se aplicarían directamente las sanciones previstas en esta norma, que castiga fumar en los lugares prohibidos con una multa de 30 euros y a los dueños de los locales que permitan fumar con multa de 601 a 10.000 euros (art. 20 de la Ley 28/2005). Por el contrario, si la medida se inserta directamente con la regulación del uso de mascarillas, quitársela para fumar sin respetar las distancias que finalmente se determinen supondría una infracción leve sancionada con multa de hasta cien euros (art. 31 del Real Decreto-Ley 21/2020, de 9 de junio, de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19).</p>
<h2>Oportunidad perdida de conseguir ambientes públicos libres de humo</h2>
<p>Por lo demás, parecen claros la naturaleza y el enfoque que se pretende dar a esta medida. No se trata de luchar contra el grave problema del tabaquismo, sino exclusivamente contra la pandemia. Ello explica su carácter meramente temporal, pues esta actuación sólo mantendrá su vigencia hasta que se produzca su revocación expresa por el Ministro de Sanidad, previo acuerdo del Consejo Interterritorial y con audiencia de todas las comunidades y ciudades autónomas. </p>
<p>El Ministerio ha perdido la oportunidad de dar un paso decisivo para conseguir ambientes públicos cien por cien libres de humo a través de la legislación básica, tal como se viene promoviendo desde distintos <a href="https://www.cgcom.es/sites/default/files/informe_5_ca_covid19_omc_sobre_tabaco_y_covid_vf2r.pdf">organismos</a> y <a href="https://www.seepidemiologia.es/ver_noticia.php?idn=1006">sociedades científicas</a>. Esperemos que la medida nos permita, al menos, ir creando conciencia sobre ello.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/144555/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Josefa Cantero Martínez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>“No se podrá fumar en la vía pública o en espacios al aire libre cuando no se pueda respetar una distancia mínima interpersonal”. ¿Qué figura legal tiene esta nueva medida anti-COVID?Josefa Cantero Martínez, Profesora Titular de Derecho Administrativo. Presidenta de SESPAS, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1393652020-05-30T20:12:39Z2020-05-30T20:12:39ZDía Mundial sin Tabaco: ¿Por qué resulta tan difícil dejar de fumar?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/338610/original/file-20200529-78880-1qpnkrf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C2468%2C1646&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/burnt-cigarette-butts-some-ash-682814230"> Dario Lo Presti / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El tabaquismo provoca <a href="https://medes.com/publication/106104">unas 60.000 muertes al año en España</a>, unas 160 personas al día. Un coste en vidas tremendo pero evitable que ahora está viviendo un repunte en su prevalencia, <a href="https://pnsd.sanidad.gob.es/profesionales/sistemasInformacion/sistemaInformacion/pdf/ESTUDES_2018-19_Informe.pdf">tras años de caída</a>. ¿Por qué no se termina de una vez por todas? ¿Tanto cuesta dejar el tabaco? Más que preguntarnos por qué cuesta tanto dejar de fumar, quizás deberíamos plantearnos por qué resulta tan fácil recaer. </p>
<h2>La nicotina o cómo estimular el cerebro unas 200 veces al día</h2>
<p>En las hojas de la planta del tabaco encontramos un alcaloide altamente adictivo: la popular nicotina. Sin este componente en los cigarrillos no se fumaría, o se haría en cantidades ínfimas, porque los fumadores no desarrollarían adicción. Sin nicotina el tabaco tampoco sería un negocio de miles de millones de euros, invertidos tanto en publicidad directa o indirecta como en presionar a gobiernos e intentar cambiar leyes. Puede que sin nicotina ni siquiera estuviéramos escribiendo este artículo.</p>
<p>Cuando <a href="https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMra0809890">la nicotina llega al cerebro </a>se encuentra con receptores específicos que la la reciben “con los brazos abiertos”. El efecto es rápido ya que, tras los apenas 7 a 10 segundos que dura una calada de tabaco, la nicotina incide de inmediato en el receptor correspondiente. Y se liberan moléculas relacionadas con la recompensa y el placer. Eso sí, lo hace durante poco tiempo, porque se metaboliza muy rápidamente. </p>
<p>Un simple cálculo nos da una idea de su potencial adictivo: un fumador de un paquete diario que hace 10 caladas por cigarrillo estimula su cerebro 200 veces al día de media. No existe otra droga, ni legal ni ilegal, con esta capacidad adictiva y tan poco impacto negativo a corto plazo. Porque no hay que olvidar que el tabaco no altera ni la percepción ni la personalidad ni la conducta. </p>
<p>Si fumar no fuese nocivo sería irrelevante su potencial adictivo, y si no fuese adictivo tampoco importaría que fuese o no nocivo. De hecho el <a href="https://dsm.psychiatryonline.org/pb-assets/dsm/update/Spanish_DSM5Update2016.pdf">DSM-V</a> (el “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales”) no incluye la intoxicación por nicotina. Para colmo, el tabaco tiene un precio barato y disponibilidad legal, lo que lo convierte en un producto de consumo asequible.</p>
<h2>¿Es la nicotina más adictiva que otras drogas?</h2>
<p>Muchas personas perciben mayor dificultad al dejar el tabaco en comparación con otras drogas. ¿Se debe a que la nicotina es más adictiva? No exactamente. La cocaína y la heroína <a href="https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(07)60464-4/fulltext">son más adictivas</a>. Seguramente la principal razón para nuestra reticencia a dejar de fumar es que el tabaquismo tiene un peor balance coste-beneficio. O lo que es lo mismo, que se requiere un gran esfuerzo para dejar de fumar pero los beneficios inmediatos de decir adiós a los cigarrillos son pocos, al menos en apariencia. </p>
<p>Para más inri, resulta que la mayoría de elicitadores del hábito de fumar están muy presentes en la vida diaria, dificultando la abstinencia. Sirva como ejemplo la cuanto menos curiosa decisión de mantener los estancos abiertos durante el COVID-19, considerando sus productos como “de primera necesidad”.</p>
<p>En cierto modo, si se percibe como difícil dejar de fumar es porque hay una gran presencia social, cierta normalización en su consumo, precios bajos, y, sobre todo, una muy baja percepción del riesgo. A lo que se suma que la pérdida de autonomía y la dependencia que supone fumar solo se percibe claramente en el momento en el que se intenta dejar, después de años de consumo consonante.</p>
<h2>¿Es peligroso el Síndrome de Abstinencia a la Nicotina?</h2>
<p>No. Pero sí lo bastante disuasorio como para que los fumadores tiendan a recaer o a rendirse al primer intento. Concretamente, el síndrome de abstinencia a la nicotina suele provocar en la mayoría de las personas cierta irritabilidad, ansiedad y malestar. Los síntomas son intensos solo durante una 2-3 semanas, para ir paulatinamente reduciéndose a partir de entonces. Sin embargo, algunos fumadores presentan un patrón más lento de reducción de la sintomatología del <a href="https://psycnet.apa.org/record/2003-01662-002">síndrome de abstinencia</a>, lo que los convierte en más proclives a la recaída. </p>
<p>Esta claro que hablamos de un síndrome que resulta molesto cuando se alarga más de lo deseado por la persona fumadora. No obviemos que, en su cerebro, la estimulación diaria e intensa provoca un aumento de la densidad de los receptores nicotínicos. O lo que es lo mismo, que el cerebro de una persona que fuma está adaptado para poder consumir más nicotina (y detectar mejor sus efectos “agradables”). </p>
<p>A diferencia de otras drogas, y en ausencia de enfermedad derivada del tabaco, cuando el sujeto recae y vuelve a fumar el impacto es principalmente emocional, principalmente por la enorme sensación de fracaso que le produce. Si le damos la vuelta a esta realidad, lo importante es que todo individuo que fuma está realizando intentos de dejar de fumar continuos hasta que lo consigue. </p>
<h2>¿Hay que planificar bien el intento de dejar de fumar?</h2>
<p>Puede que planificar en exceso llegue a ser contraproducente y dé a entender que dejar de fumar resulta más complicado de lo que luego es en realidad. La mayoría de exfumadores que lo han dejado por sí solos <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1382540/">no han planificado en exceso el momento</a>: simplemente han aprovechado la necesidad de tomar el control sobre el tabaco, la motivación, y <a href="https://europepmc.org/article/med/16319368">han actuado con buenos resultados</a>. El único fracaso es no intentarlo. </p>
<p>Se puede empezar con pequeños cambios conductuales: reducir algún cigarrillo, guardar los ceniceros, etc. Y avanzar progresivamente hasta que llegue el día de dejarlo definitivamente. Durante todo este proceso el consejo de un profesional de la salud con formación específica puede ser de gran ayuda. Eso y no olvidar que dejar de fumar no es tan complicado: lo importante es evitar la recaída.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/139365/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Antoni Baena García no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Dado el poder adictivo de la nicotina, se requiere un gran esfuerzo para dejar de fumar. Sin embargo, los beneficios inmediatos de abandonar el tabaco son aparentemente pocos. De ahí las recaídas.Antoni Baena García, Profesor en Ciencias de la Salud, UOC - Universitat Oberta de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1392292020-05-29T20:10:35Z2020-05-29T20:10:35ZLos efectos del humo de tercera mano en los hogares con fumadores<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/337384/original/file-20200525-106815-1ndjctb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5982%2C3988&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/paper-cut-family-destroyed-by-cigarettes-340689227">wk1003mike / shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Las consecuencias del tabaco para la salud son bien conocidas por todo el mundo. Han pasado a la historia los tiempos en que el hábito de fumar estaba socialmente aceptado y las personas fumadoras ocupaban todos los espacios públicos y centros de trabajo exponiendo pasivamente al tabaco –un agente cancerígeno reconocido como tal por por la <a href="https://cancer-code-europe.iarc.fr/index.php/es/doce-formas/tabaco/457-cuales-son-los-carcinogenos-del-tabaco">Organización Mundial de la Salud</a>– a las personas no fumadoras, especialmente la población infantil. </p>
<p>Se me vienen a la memoria imágenes de mi infancia con mis antiguos maestros y maestras de la EGB fumando por los pasillos de clase, en el “recreo” y, en algunas ocasiones, incluso dentro del aula. Hasta había profesores de la asignatura de “gimnasia” que fumaban, lo cual no dejaba de ser una paradoja. </p>
<p>También recuerdo alguna visita al pediatra nublado por el humo del tabaco que emitía el cigarrillo de algún profesional sanitario del centro de salud de turno. Pero, ¿qué podíamos esperar en los ochenta y los noventa, cuando la manualidad que hacíamos para celebrar el 19 de marzo, día del padre, era un cenicero de arcilla?</p>
<h2>¿Un presente libre de humos?</h2>
<p>Afortunadamente, estas imágenes forman parte de un pasado gris, del mismo color que desprende el tabaco en combustión. En estos últimos 20 años, hemos avanzado mucho en materia del control del tabaquismo. Concretamente en España se han implementado dos leyes de control de tabaco con el fin de proteger a la población no fumadora de la exposición pasiva al tabaco. Con la <a href="https://www.seepidemiologia.es/documents/dummy/V9.0%20-%20Libro%20Tabaquismo%202017%20-%20Abierto%20Final.pdf">evidencia científica</a> entre las manos, no cabe duda de que estas legislaciones ha reportado beneficios humanos, sociales y económicos en nuestro entorno. </p>
<p>Sin embargo, y a pesar de estas normativas, el tabaco sigue siendo <a href="https://www.mscbs.gob.es/estadEstudios/estadisticas/estadisticas/estMinisterio/mortalidad/docs/MuertesTabacoEspana2014.pdf">la primera causa de mortalidad y morbilidad evitable de nuestro país</a> y el resto de países de nuestro entorno. Para colmo, es el principal factor de riesgo de las enfermedades no transmisibles, como son numerosos cánceres y enfermedades respiratorias y cardiovasculares. En suma, todavía queda mucho por hacer. </p>
<p>Además, la población infantil es la más vulnerable a la exposición al tabaco. En este sentido, un aspecto poco conocido por los padres, madres y familiares de menores de 10 años es la exposición pasiva al tabaco de tercera mano (<em>thirdhand smoke</em> en inglés) y su impacto en la salud infantil. </p>
<h2>El ignorado humo de tercera mano</h2>
<p>El término “humo del tabaco de tercera mano” se utilizó por primera vez en la literatura científica en 2006. Se trata de aquellos contaminantes residuales del humo del tabaco que permanecen en las superficies (ropa, muebles…) y el polvo después de que una persona haya fumado. Pueden pasar a fase gaseosa o reaccionar con oxidantes y otros compuestos ambientales para producir contaminantes secundarios. </p>
<p>Debido a los procesos de oxidación y reconstitución que se producen en las superficies al depositarse, se ha demostrado que estos componentes del “humo del tabaco de tercera mano” también <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7096322/">presentan toxicidad</a>. Y dado que se encuentran en el polvo y en las superficies, pueden ser ingeridos, inhalados o incluso absorbidos a través de la piel. </p>
<p>Este humo de tabaco de tercera mano se puede detectar intuitivamente porque, desde la desnormalización del consumo de tabaco en todos los espacios públicos y centros de trabajo, distinguimos por el olor si una persona ha fumado recientemente aunque no este haciéndolo justo en ese momento.</p>
<h2>Proteger a la infancia</h2>
<p>Nuestros hijos e hijas son más sensible y vulnerables que los adultos a los efectos de la exposición al humo del tabaco de tercera mano. ¿Por qué? En esencia por dos motivos principalmente: mayor frecuencia respiratoria y sistema inmune en desarrollo. </p>
<p>Además, en algunas etapas del desarrollo, como la etapa de lactante o la primera infancia, es habitual llevarse cosas a la boca, gatear y chupar todo tipo de objetos, lo que incrementa su exposición. </p>
<p>Para que no quepan dudas, ya existen <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0013935118303852?via%3Dihub">estudios</a> que mencionan los efectos perjudiciales de esta exposición en la población pediátrica, incrementando las exacerbaciones asmáticas y otras enfermedades respiratorias en niños y niñas. Cabe destacar también que los ambientes privados, como hogares y vehículos privados, son –tras los colegios o centros educativos– los lugares donde los niños suelen pasar más tiempo, sin que ninguna normativa impida que sufran exposición pasiva al tabaco de tercera mano cuando los padres, madres o familiares fuman. </p>
<p>La cosa se agrava si pensamos en la cantidad de horas que hemos pasado últimamente en los hogares como consecuencia del confinamiento, que ha sido la medida de salud pública más utilizada para la lucha contra la COVID-19. Momentos como este invitan a reflexionar sobre la importancia de que se promuevan hogares libres del humo del tabaco en todo momento. Porque no, no vale “fumar en la cocina” mientras los críos juegan en el salón, dado que así no se evita su exposición al tabaco de tercera mano. </p>
<p>Además, los padres y madres que fuman, así como todas las personas fumadoras que trabajen con población infantil (maestros/as, educadores/as, pediatras, enfermeras/os, etc.), deben extremar la higiene después de haber fumado para no transmitirles el humo de tercera mano.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/139229/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jose M. Martínez-Sánchez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Este domingo es el Día Mundial sin Tabaco, una sustancia cuyo consumo constituye la primera causa de mortalidad y morbilidad evitable en muchos países. Pero no solo daña a los fumadores: también a los que se exponen al tabaco de tercera mano depositado en superficies.Jose M. Martínez-Sánchez, Epidemiólogo responsable del Grupo de Evaluación de Determinantes de la Salud y Políticas Sanitarias, Universitat Internacional de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1310562020-02-03T21:47:45Z2020-02-03T21:47:45ZLas células que protegen contra el cáncer de pulmón crecen de nuevo al dejar de fumar<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/313376/original/file-20200203-41490-1v932di.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C5192%2C3274&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/stop-smoking-382326067"> Nuttaphong Sriset / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Sabemos que <a href="https://www.who.int/tobacco/quitting/benefits/en/">dejar de fumar</a> es un <a href="https://www.bmj.com/content/321/7257/323">paso fundamental si se pretende reducir el riesgo</a> de padecer cáncer de pulmón, pero hasta ahora los expertos no estaban seguros del motivo. La <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-020-1961-1">investigación</a> en la que venimos trabajando durante los últimos tiempos ha revelado que el organismo de las personas que abandonan el tabaco restaura las vías respiratorias con células no cancerosas que ayudan a proteger los pulmones, lo que posibilita la disminución del riesgo de sufrir cáncer.</p>
<p>El cáncer se desarrolla cuando una sola célula experimenta unos cambios genéticos, llamados mutaciones, que enseñan a las células a ignorar las limitaciones propias de su crecimiento y <a href="https://www.nature.com/articles/nature07943">propician su replicación descontrolada a toda velocidad</a>. A lo largo de nuestra vida, la totalidad de nuestras células adquieren mutaciones a un ritmo constante (<a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5536223/">entre 20 y 50 al año</a>). Por suerte, la inmensa mayoría de estas mutaciones son completamente inofensivas y no afectan a nuestras células en modo alguno.</p>
<p>Sin embargo, en ocasiones se puede producir una mutación en el gen menos oportuno de la célula menos indicada, lo que puede derivar en la aparición de un cáncer. Estas modificaciones genéticas reciben el nombre de “<a href="https://www.nature.com/articles/nature07943">mutaciones conductoras</a>”. Para que la célula fuera cancerosa, tendría que experimentar estas mutaciones conductoras <a href="https://www.cell.com/cell/fulltext/S0092-8674(17)31136-4?_returnURL=https%3A%2F%2Flinkinghub.elsevier.com%2Fretrieve%2Fpii%2FS0092867417311364%3Fshowall%3Dtrue">en una cantidad entre cinco y 10 veces mayor</a> de lo normal.</p>
<p>Gracias a los avances producidos en la tecnología de secuenciación del ADN, disponemos de la capacidad para estudiar los 3 000 millones de bases genéticas que componen el genoma o, lo que es lo mismo, la huella genética de una célula. Al secuenciar el ADN de las células cancerosas de los pulmones, tanto de personas fumadoras como no fumadoras, constatamos que el consumo de tabaco multiplica la cifra de mutaciones.</p>
<p>La unión de los elementos carcinógenos del tabaco al ADN se ve influenciada por sus propiedades químicas. Así pues, determinados tipos de mutación tienen más probabilidad de ocurrir que otros distintos. En el caso del tabaco, este imprime una inconfundible <a href="https://www.nature.com/articles/nature08629">“rúbrica”</a> en el genoma al producir las mutaciones, al contrario de lo que ocurre con otros tipos de daño genético.</p>
<p>Nuestro equipo de trabajo se ha centrado en las etapas más tempranas del desarrollo del cáncer de pulmón. Tratamos de comprender, en particular, el proceso que atraviesan las células normales al ser expuestas al tabaco.</p>
<p>Con el fin de analizar de qué manera se ven afectadas, elaboramos procedimientos para conseguir aislar las células normales a partir de pequeñas biopsias de las vías respiratorias del paciente para, a continuación, cultivarlas en una incubadora y obtener así el ADN necesario para la secuenciación. Posteriormente, <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-020-1961-1">analizamos los genomas de 632 células</a> de 16 participantes diferentes, entre los que se incluían cuatro personas que no habían probado nunca el tabaco, seis exfumadores y tres fumadores (todos de mediana edad o mayores), así como tres niños.</p>
<p>Entre aquellos que nunca habían fumado, descubrimos que el número de mutaciones celulares había aumentado a un ritmo constante a medida que habían pasado los años, por lo que en una persona de 60 años la cifra natural de mutaciones de cada célula del pulmón oscila entre las 1 000 y las 1 500. Estas variaciones, provocadas por el deterioro lógico de la salud con la edad, son el mismo tipo de mutaciones que se pueden observar en los demás órganos. De todas las células de personas no fumadoras estudiadas, tan solo el 5 % presentaban algún tipo de mutación conductora.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/313051/original/file-20200131-41527-ljwqg7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/313051/original/file-20200131-41527-ljwqg7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/313051/original/file-20200131-41527-ljwqg7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/313051/original/file-20200131-41527-ljwqg7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/313051/original/file-20200131-41527-ljwqg7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/313051/original/file-20200131-41527-ljwqg7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/313051/original/file-20200131-41527-ljwqg7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Las mutaciones conductoras son las causantes de que algunas células puedan llegar a ser cancerosas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-illustration/digital-illustration-lung-cancer-cells-color-233501644">RAJ CREATIONZS/ Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Sin embargo, los resultados que observamos en individuos fumadores fueron muy diferentes. Descubrimos que cada célula pulmonar presentaba una media de 5 000 mutaciones más que en cualquier persona no fumadora de la misma edad. Aún más sobrecogedor resultó comprobar que las variaciones entre las diferentes células de los fumadores también se veían incrementadas.</p>
<p>Algunas células habían sufrido entre 10 000 y 15 000 mutaciones, 10 veces más de lo que cabría esperar en una persona que no fuma. Estas mutaciones extraordinarias exhibían la firma de los químicos presentes en el humo del tabaco, lo cual confirmó que podían ser atribuidas a los cigarros.</p>
<p>Junto al aumento del número total de mutaciones, percibimos también un incremento sustancial de la cantidad de mutaciones conductoras. Más de la cuarta parte de las células de los pulmones de los individuos fumadores analizados tenían al menos una mutación conductora, e incluso algunos alcanzaban las dos o tres. Dado que basta con entre cinco y 10 mutaciones de este tipo para desarrollar cáncer, toda apunta a que muchas de las células normales de los pulmones de estos fumadores de mediana edad o mayores acabarán siendo células cancerosas. </p>
<h2>Nunca es tarde para dejarlo</h2>
<p>De todos los hallazgos que llevamos a cabo, el más emocionante se produjo en aquellas personas que habían abandonado el tabaco. Observamos que los exfumadores tenían dos tipos de células: el primer grupo presentaba las miles de mutaciones extra advertidas en personas que continuaban fumando; el segundo, sin embargo, estaba compuesto por células normales con la misma cantidad de mutaciones que se podría observar en las células de alguien que nunca había probado un cigarro.</p>
<p>Este grupo casi normal de células era cuatro veces más extenso en exfumadores que en fumadores, lo cual indica que las células se reproducen para recubrir el epitelio de las vías respiratorias de un individuo cuando deja de fumar. Esta proliferación de células prácticamente normales se puede apreciar incluso en personas que han fumado una cajetilla diaria durante más de 40 años.</p>
<p>La razón por la cual este descubrimiento es tan trascendental reside en que este tipo de células casi normales poseen la capacidad de proteger contra el cáncer. Si analizásemos una célula de un pulmón con cáncer de una persona exfumadora, procedería invariablemente del <a href="https://www.cell.com/cell/fulltext/S0092-8674(12)01061-6?_returnURL=https%3A%2F%2Flinkinghub.elsevier.com%2Fretrieve%2Fpii%2FS0092867412010616%3Fshowall%3Dtrue">grupo de células más perjudicadas</a>, nunca del grupo de células casi normales.</p>
<p>Por lo tanto, ahora sabemos que el motivo por el cual nuestro riesgo de padecer cáncer disminuye de manera tan significativa se debe a que las vías respiratorias se restituyen con células que son básicamente normales. El próximo paso será identificar cómo estas logran evitar deteriorarse al exponerse al humo de un cigarro y de qué forma podríamos estimularlas para que se recuperen de manera aún más eficaz.</p>
<p>Una posible explicación, extraída de las experimentaciones realizadas en el pasado con <a href="https://www.cell.com/cell-stem-cell/fulltext/S1934-5909(18)30123-1?_returnURL=https%3A%2F%2Flinkinghub.elsevier.com%2Fretrieve%2Fpii%2FS1934590918301231%3Fshowall%3Dtrue">ratones</a>, es que hay un grupo de células madre en un punto inaccesible de las glándulas encargadas de producir la mucosa secretada por las vías respiratorias. Dicha ubicación ofrecería, evidentemente, un grado de protección más elevado frente al humo del tabaco que la superficie de las vías respiratorias.</p>
<p>Por ahora, nuestra investigación permite reiterar que dejar de fumar a cualquier edad no solo frena la acumulación de un daño permanente, sino que puede despertar de su letargo a las células que no han sufrido los efectos nocivos de los estilos de vida adoptados en el pasado.</p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración de <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/131056/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sam Janes recibe fondos relevantes para este trabajo de Wellcome y CRUK.
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Peter Campbell recibe financiación del proyecto Mutographs, un gran reto financiado por Cancer Research UK, y el Wellcome Trust en relación con este trabajo.
</span></em></p>El estudio revela que los exfumadores tienen una cantidad de células protectoras “normales” cuatro veces superior a la de los fumadores.Sam Janes, Professor of Respiratory Medicine, UCLPeter Campbell, Head of Cancer, Ageing and Somatic Mutation, Wellcome Trust Sanger InstituteLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1231052019-09-12T20:03:58Z2019-09-12T20:03:58ZCigarrillos electrónicos: otra fuente de nicotina y adicción disfrazada de tecnología<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/292167/original/file-20190912-190007-1ycnhd2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C535%2C5080%2C3136&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/hand-holding-electronic-cigarette-over-dark-237371161?src=bxpqFa3iPAJ2VZ6n9NIT3w-1-6">Oleg GawriloFF/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Artículos como el <a href="https://www.who.int/tobacco/publications/prod_regulation/heated-tobacco-products/es/">tabaco calentado</a> (iQOS) o los cigarrillos electrónicos como <a href="https://www.juul.es/">Juul</a> o <a href="https://www.blu.com/es/es/">MyBlu</a> están presentes en el mercado español con un crecimiento acorde al ciclo de vida de las innovaciones de producto. No es de extrañar, dada la inteligencia de mercado y la capacidad financiera y de distribución de gigantes del sector del tabaco como son Philip Morris (detrás de iQOS e inversor de Juul) o Imperial Tobacco (MyBlu). </p>
<p>Combinado con una extensa red de distribución, este poder comercial se está traduciendo en estrategias de <a href="https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/ccij.2001.6.1.53.2/full/html">comunicación integrada de <em>marketing</em></a> para volver a poner de moda el consumo de nicotina. Utilizan <a href="https://www.bmj.com/content/347/bmj.f7473">temas ya clásicos</a> en la industria como son el glamur, la moda y la libertad. </p>
<p>A estos temas hay que añadirle un componente nuevo, las nuevas tecnologías, que desvía la atención del consumidor. Las marcas efectúan las ventas en lugares exclusivos y minimalistas donde la adicción al producto se diluye bajo la forma de novedad tecnológica. El dispositivo se parece más a un <em>smartphone</em> que al cigarrillo tradicional. </p>
<p>Aprovechando el vacío legal existente en <a href="https://www.boe.es/buscar/pdf/2010/BOE-A-2010-20138-consolidado.pdf">la Ley antitabaco</a> para estos productos, las grandes marcas están utilizando todas las herramientas y canales de comunicación de <em>marketing</em> posibles:</p>
<ul>
<li><p>Publicidad en vallas y carteles, webs, <a href="https://www.jmir.org/2016/11/e288/">redes sociales</a> y prensa. </p></li>
<li><p>Estrategias de relaciones públicas con patrocinio de eventos y campañas de <em>influencers</em>.</p></li>
<li><p>Venta personal tanto a nivel de distribución minorista como a consumidor final y promociones de ventas con <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23248081">diferentes públicos objetivos</a>. </p></li>
<li><p>El producto, el elemento central, es un instrumento de comunicación <em>per se</em> gracias a su apariencia de nueva tecnología ya comentada anteriormente. </p></li>
</ul>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/292168/original/file-20190912-190026-1q5g3vn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/292168/original/file-20190912-190026-1q5g3vn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/292168/original/file-20190912-190026-1q5g3vn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=410&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/292168/original/file-20190912-190026-1q5g3vn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=410&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/292168/original/file-20190912-190026-1q5g3vn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=410&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/292168/original/file-20190912-190026-1q5g3vn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=515&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/292168/original/file-20190912-190026-1q5g3vn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=515&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/292168/original/file-20190912-190026-1q5g3vn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=515&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Anuncio de Juul en un cartel publicitario.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/new-york-nyusadecember-29-2018-passerby-1271029015?src=OexX8bBaAmRJftDFD9N6Ig-2-2">Rblfmr/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Evolución de los cigarrillos electrónicos</h2>
<p>El cigarrillo electrónico es un dispositivo que genera un aerosol a partir de un líquido. Este contiene productos químicos potencialmente tóxicos en concentraciones más bajas que en el tabaco, pero <a href="https://ers.app.box.com/v/ERSTCC-Harm-Reduction-Position">superiores a la contaminación del aire</a>.</p>
<p>Los primeros modelos eran bastante ineficaces en la liberación de nicotina. Las partículas eran demasiado grandes, lo que dificultaba y retrasaba su absorción, reduciendo así la capacidad de producir adicción. </p>
<p>Las versiones posteriores solucionaron esta dificultad. Se mejoró la duración y calidad de las baterías, aumentando la potencia de funcionamiento del producto y favoreciendo la absorción de nicotina. Esto facilita la generación de dependencia en el usuario.</p>
<h2>Químicos y problemas de salud</h2>
<p>El aerosol de un cigarrillo electrónico contiene los siguientes componentes:</p>
<ul>
<li><p>Nicotina, en concentraciones que suelen ser superiores a las etiquetadas y estar entre 6 y 22 mg por cartucho.</p></li>
<li><p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Formaldeh%C3%ADdo">Formaldehído</a> y otros aldehídos que se producen naturalmente al calentar propilenglicol o glicerina vegetal.</p></li>
<li><p>Otras toxinas y sustancias saborizantes que sufren <a href="https://www.annualreviews.org/doi/full/10.1146/annurev-publhealth-040617-013757">una degradación térmica al crear el vapor</a>.</p></li>
</ul>
<p>En relación con los efectos de estas sustancias sobre la salud, los principales problemas identificados hasta el momento se han relacionado con pneumonitis, tras detectarse más de <a href="https://www.nytimes.com/2019/08/31/health/vaping-marijuana-ecigarettes-sickness.html">300 casos de personas afectadas por una enfermedad extraña</a> y potencialmente mortal en EE. UU. </p>
<p>Los pacientes eran mayoritariamente jóvenes sanos que presentaban dificultades severas para respirar, vómitos, fiebre y fatiga. Algunos necesitaban respiración asistida. Casi todos los afectados desconocían las sustancias reales que habían inhalado con su cigarrillo electrónico, ya que muchos lo habían comprado en la calle de forma irregular o lo habían mezclado con THC, el principal componente psicoactivo del cannabis. </p>
<p>También se ha encontrado un aumento agudo de la frecuencia cardíaca. No obstante, faltan estudios a largo plazo además de tener que aislar los efectos del <em>e-cig</em>, ya que la mayoría de usuarios son también fumadores.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/292169/original/file-20190912-190012-z7hcsz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/292169/original/file-20190912-190012-z7hcsz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/292169/original/file-20190912-190012-z7hcsz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/292169/original/file-20190912-190012-z7hcsz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/292169/original/file-20190912-190012-z7hcsz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/292169/original/file-20190912-190012-z7hcsz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/292169/original/file-20190912-190012-z7hcsz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/292169/original/file-20190912-190012-z7hcsz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Distintos modelos y marcas de cigarrillos electrónicos.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.blacknote.com/e-juice/">Sarah Johnson/Blacknote.com</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>¿Un sustituto inocuo para el tabaco?</h2>
<p>Por tanto, la discusión sobre los cigarrillos electrónicos se centra en saber si realmente reducen el daño que el tabaco produce a los fumadores o no. </p>
<p>Los últimos estudios rigurosos publicados dejan claro que el uso del cigarrillo electrónico puede aumentar el riesgo de los fumadores, ya que no cambian el consumo de tabaco por el vapeo, sino que hacen un uso combinado de ambos. </p>
<p>La mayoría de fumadores usuarios de cigarrillo electrónico lo utilizan en entornos donde estaba prohibido fumar. De esta forma, además de exponerse a unas sustancias nuevas, se reduce la probabilidad de que dejen de fumar durante los intentos de abandono. Así lo comprobaron los investigadores <a href="https://www.annualreviews.org/doi/full/10.1146/annurev-publhealth-040617-013757">Stanton A. Glantz y David W. Bareham</a> al analizar estudios sobre la eficacia de los <em>e-cig</em> para dejar de fumar. </p>
<p>Los cigarrillos electrónicos son la adaptación de la industria del tabaco a la reducción de fumadores y a la regulación de espacios sin humo. En definitiva, y tal y como recomienda la FDA en su último comunicado, el cigarrillo electrónico no ayuda a dejar de fumar y favorece el uso de nicotina en entornos donde ya había desaparecido. Es una puerta de entrada al tabaquismo, por lo que los profesionales de la salud deberían encarecidamente <a href="https://www.cdc.gov/tobacco/basic_information/e-cigarettes/severe-lung-disease.html">no recomendarlos</a>.</p>
<h2>Nuevas estrategias de <em>marketing</em></h2>
<p>Las crecientes regulaciones sobre el <em>marketing</em> del tabaco implantadas en muchos países han empujado al sector a buscar soluciones que le permitan volver a tener un <em>status quo</em> en sus actividades comerciales, especialmente con respecto a la antes mencionada comunicación integrada de <em>marketing</em>. Era cuestión de tiempo que aparecieran las nuevas fórmulas de consumo de nicotina en el mercado de las adicciones legales.</p>
<p>En conclusión, y a partir de lo expuesto, parece inevitable pensar que estamos ante un nuevo producto que ha llegado para quedarse y que está dirigido a un amplio segmento de la población. En algunos casos, como en EE. UU., estos dispositivos actúan como una vía de entrada masiva al consumo de nicotina entre los menores de edad. </p>
<p>Aunque se discute si dicho producto viene a sustituir al tabaco tradicional, parece más bien una estrategia para sortear las normas sobre <em>marketing</em> de este último. El tabaco tradicional seguirá teniendo un hueco en los mercados regulados y seguirá siendo preponderante en aquellos mercados donde no exista regulación.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/123105/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Antoni Baena Garcia recibe fondos del Instituto de Salud Carlos III.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Juan Miguel Rey Pino no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las campañas de comunicación de los nuevos productos de consumo de nicotina utilizan la innovación tecnológica y el glamur para promocionarlos y desviar la atención del consumidor.Juan Miguel Rey Pino, Profesor titular en el Departamento de Comercialización e Investigación de Mercados, Universidad de GranadaAntoni Baena García, Profesor en Ciencias de la Salud, UOC - Universitat Oberta de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/923062018-07-17T22:24:12Z2018-07-17T22:24:12ZReflexiones de un médico harto del paternalismo de la medicina<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/207483/original/file-20180222-152372-1az54p9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C0%2C921%2C611&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Usted sabe que no debe fumar o tener relaciones sexuales sin condón si no está con una pareja estable. Y cuando se trata de beber, sólo té, por supuesto.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/JYFmYif4n70">Dominik Martin/Unsplash</a></span></figcaption></figure><p>El alcohol <a href="http://www.santepubliquefrance.fr/Actualites/Avis-d-experts-relatif-a-l-evolution-du-discours-public-en-matiere-de-consommation-d-alcool-en-France-organise-par-Sante-publique-France-et-l-Inca">comporta riesgos para la salud</a> desde la primera gota; no hay que beber más de 10 copas de vino a la semana. Son afirmaciones de las autoridades sanitarias de Francia y el Instituto Nacional del Cáncer. Otra recomendación, ésta de la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, el Medio Ambiente y el Trabajo de Francia: nuestra alimentación debe contener menos azúcar, menos charcutería y más verduras.</p>
<p>Estas recomendaciones son también aplicables al caso español, así como las reflexiones que suscitan y que se plantean en este artículo.</p>
<p>Las prescripciones originadas en las autoridades públicas llegan a los individuos como prohibiciones. O como comportamientos que se han de adoptar obligatoriamente si los individuos están decididos a mantenerse en forma y con buena salud.</p>
<p>Por otro lado, la palabra <strong>prevención es, para de muchos, sinónimo de privación</strong>, restricción y obligación. Esta es la idea que se establece en <a href="https://www.presses.ehesp.fr/produit/sante-publique-questions/"><em>La santé publique en question(s)</em></a> (<em>La salud pública, cuestionada</em> y también <em>en preguntas</em>, por el juego de palabras en francés), obra incluida en las publicaciones de la Escuela de Estudios Superiores en Salud Pública (EHESP).</p>
<p>Podemos pensar que la acumulación de mensajes de alerta <strong>termina a la larga por ser contraproducente</strong>, opresiva y nociva para la salud. Más allá de apartar los placeres de nuestras vidas, ¿no podríamos imaginar otra manera de preservar nuestro bienestar?</p>
<h2>No mantener relaciones sexuales sin preservativo</h2>
<p>Resumiendo: no hay que fumar (ni tabaco ni cannabis); no hay que beber alcohol (ni en pequeñas cantidades); no hay que drogarse con productos sintéticos; no hay que hacer el amor sin preservativo si no se conoce bien a la pareja; <strong>no hay que comer dulces; ni consumir demasiadas grasas ni demasiada sal; no hay que frecuentar lugares ruidosos</strong>; y no hay que coger el volante si hemos bebido o consumido drogas.</p>
<p>Al contrario, tenemos que hacer ejercicio regularmente; comer fruta y verdura (al menos cinco veces al día); limitar nuestro consumo de carne roja y charcutería; llevar una mascarilla en caso de síntomas gripales; ponernos el cinturón de seguridad y verificar que todos los ocupantes lo tienen puesto antes de coger el coche; respetar los límites de velocidad en la carretera; <strong>ponerse casco en caso de coger la bici; y tapones si vamos a un concierto de rock, una discoteca o una fiesta improvisada</strong>.</p>
<h2>Campañas alarmistas</h2>
<p>Las campañas son a menudo alarmistas, incluso algunas voluntariamente chocantes, como las imágenes en los paquetes de tabaco (por ejemplo, el pie de un moribundo en la morgue), o algunos vídeos de prevención en accidentes en carretera. Raramente utilizan planteamientos positivos, como la campaña francesa de 2014 contra los accidentes de tráfico titulada <em>Todos tenemos una buena razón para estar vivos</em>, en la que se ponen en escena las relaciones entre padres e hijos; o aquellas de parejas que merecen preservarse.</p>
<p>Pero hay más. Las autoridades públicas, las revistas o Internet prodigan innumerables consejos dirigidos a ayudar a mantener la salud y conseguir la eterna juventud. Según estos mensajes, habría que privarse de consumir leche, comer sin gluten, consumir omega 3 + 9, omega 6, <strong>mantenerse alejado de las ondas electromagnéticas, no reutilizar las botellas de plástico para beber…</strong> Cada día “un consejo para la salud”, a menudo apoyado por un médico con títulos universitarios diversos y, en ocasiones, ficticios.</p>
<p>Las herramientas introducidas por las nuevas tecnologías acentúan el efecto de prohibición. Porque ahora podemos contar el número de pasos que hacemos cada día. Tendríamos que caminar mucho, aunque no lo sepamos… pero las recomendaciones varían. El portal web de un <a href="http://www.bougersante.ch/site/ap/recommandations">hospital suizo especializado en obesidad recomienda 30 minutos de marcha al día</a>. Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone la cota más baja, aconsejando 150 minutos de actividad de intensidad moderada a la semana (unos veinte minutos al día de media) para los adultos de hasta 65 años.</p>
<p>Las aplicaciones del teléfono permiten ya actualizar de un modo <em>científico</em> la manera que tenemos de alimentarnos y <a href="http://www.01net.com/astuces/5-applications-gratuites-pour-mieux-manger-1063122.html">corrigen nuestra dieta.</a> Nuestra manera de conducir podrá ser muy pronto analizada en tiempo real. Cada riesgo podrá entonces ser evitado con la ayuda de una aplicación creada para corregir nuestro comportamiento.</p>
<h2>Seres racionales, ¿nosotros?</h2>
<p>De esta manera, se podría pensar que <strong>cuanto más progrese el conocimiento científico, más fácilmente podremos adoptar comportamientos enfocados a una vida saludable</strong>. Este razonamiento se basa en la idea de que somos seres racionales. Y si adoptamos estrategias de escape o negación en relación con esta información es porque no estamos lo suficientemente formados psicológica, cultural o socialmente.</p>
<p>No somos, o al menos gran parte, seres racionales. Existe otra manera de ver la educación de la salud diferente a esta visión moralizante en la que <strong>los expertos, sobre la base de estudios epidemiológicos y también de sus propios valores, deciden lo que es bueno o malo</strong> para la población, tratando de influir sobre sus comportamientos para reforzar unos y erradicar otros. Esta otra aproximación se fundamenta en una visión distinta del concepto de autonomía y de refuerzo de las capacidades del individuo, en definitiva, en el empoderamiento.</p>
<p>Reinventar la prevención es ante todo <strong>reintroducir la noción de placer en los mensajes de salud pública</strong>. La reciente campaña <em>Moi(s) sans tabac</em> – un juego de palabras en francés que quiere decir “yo sin tabaco” y “un mes sin tabaco” – es un buen ejemplo de este acercamiento, porque ha jugado ante todo con el sentimiento colectivo y el reforzamiento positivo alrededor del compromiso del exfumador.</p>
<p>Son necesarios nuevos trabajos de investigación para responder a muchos interrogantes. Por ejemplo: <strong>¿es el placer en la vida un prerrequisito para los comportamientos saludables o más bien al contrario?</strong> Y, ¿cómo hacer llegar estos mensajes a los jóvenes, para quienes transgredir las reglas forma parte de su construcción como adultos?</p>
<h2>Guapo, feliz y socialmente integrado</h2>
<p>También es hora de alejarse de los clichés renunciando definitivamente a los mensajes que caricaturizan al que <em>se desvía del buen camino</em> – aquel que adopta comportamientos malsanos – <strong>un individuo aislado, infeliz, repulsivo</strong>. Por el contrario, a quien adopta una buena actitud se le dibuja como un individuo floreciente, guapo, feliz y socialmente integrado.</p>
<p>Reinventar la prevención es también, y sobre todo, darse cuenta del medio ambiente en el que cada uno vive. Algunos individuos van por libre, pero olvidamos a menudo que el contexto influye también en nuestros comportamientos. <strong>El sobrepeso no se presenta de manera homogénea, según los niveles socioeconómicos o según las regiones</strong>. El hecho de fumar o de beber alcohol corresponde, en parte, a un proceso de reconocimiento social. Y esto son solo dos ejemplos.</p>
<p>De esta manera, la prevención debe convertirse en un objeto de debate y construcción colectiva que involucre a los ciudadanos. Esto implica que los expertos pongan a disposición todo su conocimiento sobre un tema, pero también sus preguntas. <strong>¿Hacen falta hacer 20 o 30 minutos de marcha al día para observar un efecto beneficioso para la salud? ¡Abramos debate!</strong> Los expertos deben explicitar los cambios de comportamiento que consideran beneficiosos al tiempo que aceptan cuestionarlos. Por ejemplo, el objetivo de reducir el consumo de alcohol, no será percibido de la misma manera en una región no vinícola que en una vinícola…</p>
<p>Las intervenciones de salud pública deben tener en cuenta a quién van dirigidas. Aquellos que las conciben deben conocer sus experiencias en relación con la salud, respetar sus culturas, siempre cuestionándose sus valores. Por ejemplo, si las acciones para prevenir el VIH o las enfermedades de transmisión sexual deberían limitarse a <strong>promover la abstinencia juvenil o la fidelidad en el matrimonio para no entrar en conflicto con las autoridades religiosas</strong>, como ha sucedido en algunos países.</p>
<h2>Iniciativas de reflexión a nivel local</h2>
<p>Por todo esto, el nivel local debe volverse predominante en la reflexión, con los niveles regional y nacional impulsando o reforzando las estrategias locales. Porque a esta escala podemos usar mejor las herramientas del debate público y la participación ciudadana.</p>
<p>Dejemos pues que se creen las iniciativas. Acompañemos a los ciudadanos poniendo a su disposición los datos científicos sobre los temas que ellos mismos decidan abordar, proporcionando los métodos para medir los resultados, y asegurando que a nivel europeo, nacional o regional se dan las condiciones para que estas acciones se pueden desarrollar.</p>
<p>La red francesa de <a href="http://www.villes-sante.com/">Villes-Santé</a> (ciudades saludables), <strong>apoyada por la OMS, ofrece este marco federando a más de 80 municipios de todos los tamaños</strong> y diferentes tendencias políticas, desde Amiens (un pueblo de 133.000 habitantes al norte de Francia, conocido por su imponente catedral gótica) hasta Fort-de-France (en la isla caribeña de Martinica), desde Rennes, al noroeste, hasta Calais (el pueblo más cercano a la costa británica) o Bethune, pasando por París, Lyon o Marsella.</p>
<p>Respecto al alcohol, la alimentación o la sexualidad, <strong>las reglas decretadas por las autoridades sanitarias, a veces contradictorias, terminan por paralizar a los individuos</strong>. Diseñan en nuestras cabezas una cartografía infernal que representa mil peligros que nos acechan a cada instante. Es el momento de imaginar una prevención a medida para cada uno, pero también de reconocer todos los factores que conforman colectivamente nuestro comportamiento. Para reencontrar el placer de vivir saludablemente y el bienestar colectivo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/92306/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Laurent Chambaud is the director of the Ecole des hautes études en santé publique (EHESP).</span></em></p>¿Hace falta privarse de todos los placeres para tener buena salud?Laurent Chambaud, Médecin de santé publique, École des hautes études en santé publique (EHESP) Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.