tag:theconversation.com,2011:/id/topics/trap-95174/articlestrap – The Conversation2022-09-01T17:27:48Ztag:theconversation.com,2011:article/1888682022-09-01T17:27:48Z2022-09-01T17:27:48ZC. Tangana en concierto: machirulo y artista total<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/481788/original/file-20220830-27772-y653i2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C6%2C2044%2C1355&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Imagen de la gira 'Sin cantar ni afinar' de C. Tangana.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://twitter.com/c_tangana/status/1540026827309293576/photo/1">C. Tangana / Twitter</a></span></figcaption></figure><p>Es casi la una de la mañana y el peso humano de unas treinta y cinco mil personas se apelotona delante del escenario, oculto tras una gran pantalla negra. </p>
<p>A nuestra izquierda, cuatro señoras que hace tiempo pasaron los cuarenta defienden su posición contra chavales de dieciocho años que intentan avanzar, cigarro y lata en mano, hasta los pies del artista. A la derecha, dos chiquillas minúsculas palmean bajo la mirada atenta de sus padres. Delante, un grupo de <em>indies</em>. Detrás, uno de raperos. Y al fondo, <em>canis</em>, <em>chonis</em> y aflamencadas. Un público heterogéneo que luego cantará a coro todas y cada una de las letras de C. Tangana.</p>
<p>Va alzándose la pantalla, comienza a sonar la orquesta y aparecen los títulos de crédito: “Antón Álvarez como El Madrileño”.</p>
<h2>De ídolo a anfitrión</h2>
<p>Artista, personaje, obra… ídolo. Antón Álvarez, Pucho, El Madrileño… C. Tangana. En el panorama de la música urbana cada vez es más habitual la disolución entre realidad y ficción. Y si por algo es conocido Tangana es por haberse labrado un personaje a través de su imagen pública, rodeada de <a href="https://www.instagram.com/p/CShsE9EsMaB/?utm_source=ig_web_copy_link">controversias, lujos y elitismos</a>. Lo importante es la marca personal, la polémica, estar en primera plana. De su vida privada, lo poco que se filtra (sus estudios inacabados en Filosofía, su antigua relación con Rosalía) es fagocitado por la gran <em>performance</em>.</p>
<p>Sin negar su pasado rapero como Crema (comienza los conciertos con “<a href="https://youtu.be/eTSymSMHIPU">Still Rapping</a>”, aunque es un tema relativamente reciente y no de aquellos tiempos), origen de las letras de autoensalzamiento y los <em><a href="https://www.rtve.es/playz/20200813/beefs-mas-importantes-trap-rap-espanol/2040185.shtml">beefs</a></em>, Tangana sigue creciendo como obra-personaje. Con su última gira, se baja del pedestal para acercarse a la gente y organizar las mejores fiestas de todo el país. Estamos todas invitadas.</p>
<h2>Una fiesta milimétricamente organizada</h2>
<p>Sobre el escenario, mientras transcurre la acción, se emite la película grabada en directo del propio concierto. Previamente, Tangana ha escogido <a href="https://twitter.com/noelturbulencia/status/1559478702278410240?s=24&t=qz3C_up5brczqxk7tIP6tQ">cada uno de los planos</a>, los movimientos de la cámara, quién aparece encuadrado y con qué iluminación irá –tonos fríos cuando solo se le ve a él, con el fondo oscuro, tonos cálidos cuando el resto de músicos le acompañan–. Hay incluso algunas líneas de guion, a cargo del artista, y un actor (no cantante), que le da réplica como camarero. El concierto se estructura como una obra de teatro y se filma como un gran largometraje de Hollywood.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1559478702278410240"}"></div></p>
<p>Se juega siempre con la sensación del directo, con la improvisación y la cercanía del artista, aunque el Madrileño sea un producto, una ficción. Por más que pregunte qué canción queremos a continuación, el concierto se ve enmarcado entre los cuatro límites de la proyección. Los guiños al público, la ruptura de la cuarta pared, tienen gracia precisamente porque es evidente que esa cuarta pared existe. Lo vemos cuando Tangana avanza hacia nosotras por la pasarela: no se mezcla, no se agacha, no toca las manos de sus adoradores. Le rodean dos pantallas de vapor y luz. </p>
<p>Todo en el “Sin cantar ni afinar Tour” está milimétricamente medido. Nada queda al azar. Nada escapa a la autoficción de Pucho, que consigue dibujarse a sí mismo como el mejor anfitrión posible, un maestro de ceremonias desfasado, un <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_gran_Gatsby">Gran Gatsby</a> cañí: el alma de la fiesta.</p>
<h2>Sobremesa de carajillo y pacharán</h2>
<p>Tangana ha descubierto que los <em>featuring</em> (colaboraciones entre artistas), tan típicos de la música comercial contemporánea, pueden encauzarse a través de una de las tradiciones más castizas: <a href="https://youtu.be/SW6L_lTrIFg">la larguísima sobremesa española</a>. </p>
<p>Durante gran parte del concierto, la cámara enfoca a La Húngara, los hermanos Carmona, el Niño de Elche… grandes nombres del panorama flamenco. Cantan y tocan ante una mesa repleta de vinos, licores e instrumentos de música, disfrutando sonrientes del <em>show</em>. El ambiente trata de parecerse al de aquellos domingos en el jardín de un familiar, con la paella recién comida y la guitarra desenfundada. La nueva propuesta estética que supone el concepto <em>El Madrileño</em> toma los elementos nacionales y los eleva al mercado de la cultura internacional.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1492229615699611650"}"></div></p>
<p>Pero que a nadie se le escape que esto no es una simple reunión de amigos. Tangana es el anfitrión, decíamos: quien organiza, monta y decide. Entre todos cantan varios temas ya tradicionales, “citas” que apelan a distintos públicos (desde la “Campanera” hasta “Corazón partío”, pasando por “Noches de bohemia”). El inteligente orden de los temas ayuda a alternar la faceta más reguetonera (él solo) con la más española (de sobremesa). La pirotecnia (porque también hay fuegos artificiales, a ritmo con la música) es puro espectáculo. Todo es artificio y, al mismo tiempo, una auténtica fiesta.</p>
<p>Si, según señalábamos, Tangana consiguió mercantilizar su propia imagen de ídolo, ahora está haciendo lo mismo con la cultura española. Se ha vuelto campechano, con todas las connotaciones del término. Y, ojo, esto incluye su dosis de machismo. Sus letras son <a href="https://www.youtube.com/watch?v=ZlFri4ez_lE&ab_channel=CTanganaVEVO">prueba de ello</a>. El <em>machirulismo</em> es un disfraz castizo que Pucho se pone y se quita según le conviene, pero con el que no se le puede confundir. </p>
<p>Suponemos que también una de las características de lo español es la autoparodia, el no tomarse demasiado en serio a uno mismo: el espacio ambiguo que hay entre lo cutre y lo digno. Por eso nos gusta Tangana, pese a que sea un <em>machofacho</em> (dirían <a href="https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/lectura-facil/9788433998644/NH_616">los personajes de Cristina Morales</a>). Porque no acabamos de creérnoslo. Es un <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Torrente,_el_brazo_tonto_de_la_ley">Torrente</a> más y mejor, un macho ibérico que rehúye lo burdo y opera a través de la sugerencia.</p>
<h2>Menos cantar y afinar, todo</h2>
<p>Sin duda, una de las cosas que más nos satisface del “Sin cantar ni afinar Tour” es la plenitud sensorial. El concierto de Tangana es esa <a href="https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/humanidades/article/view/31464"><em>Gesamtkunstwerk</em></a> que Wagner quería para el arte del futuro: la “obra de arte total”. Poesía, música, danza, escultura (<em>acting</em>), pintura (diseño de escenario)… todo el mundo creando una película musical en directo, con su fotografía y su montaje cinematográfico incluidos.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/481795/original/file-20220830-24-nuqf53.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="C. Tangana y La Húngara bailan en el escenario." src="https://images.theconversation.com/files/481795/original/file-20220830-24-nuqf53.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/481795/original/file-20220830-24-nuqf53.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/481795/original/file-20220830-24-nuqf53.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/481795/original/file-20220830-24-nuqf53.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/481795/original/file-20220830-24-nuqf53.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/481795/original/file-20220830-24-nuqf53.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/481795/original/file-20220830-24-nuqf53.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">C. Tangana y La Húngara, en un concierto de la gira.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://twitter.com/c_tangana/status/1532763106304303110/photo/1">C. Tangana / Twitter</a></span>
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<p>El espectáculo es una propuesta estética que logra dar a cada persona que está en el público algo nuevo. Introduce géneros desconocidos, hace que el público tararee canciones de la época de sus padres o que han memorizado ya sus hijos y es, además, una maravillosa estrategia para salvar el problema de los conciertos sobredimensionados. Porque sin esa pantalla, sin ese montaje, quién, de entre los treinta y cinco mil espectadores, hubiese alcanzado a ver nada.</p>
<p>La realidad es que Tangana, sin todo ese aparataje, se queda en poco. Y él lo sabe. Y sus <em>fans</em> lo sabemos. No baila, por supuesto que no afina (el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Auto-Tune"><em>autotune</em></a> es su herramienta habitual) y a veces ni siquiera canta (hay un momento memorable en el concierto en que enchufan la canción <a href="https://youtu.be/CMCun6AOS44">“Llorando en la limo”</a> en su versión de estudio y él se dedica a repetir algún estribillo suelto y a jalear al público). La genialidad aquí está en abrazar esas deficiencias. Utilizarlas, como quizá utiliza el machismo, para generar espectáculo. Y con ello (no <em>pese a ello</em>) montar el concierto-experiencia que todas pagamos por vivir.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/188868/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La gira ‘Sin cantar ni afinar’ de C. Tangana es un espectáculo musical y audiovisual que resume sobre el escenario la nueva imagen pública del cantante, convertido ahora en El Madrileño.Laro del Río Castañeda, Investigador predoctoral en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, Universidad de OviedoClaudia Sofía Benito Temprano, Contratada Predoctoral en el área de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, Universidad Autónoma de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1795242022-03-23T17:27:36Z2022-03-23T17:27:36ZM de ‘Motomami’: tres ideas para entender (mejor) lo nuevo de Rosalía<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/453857/original/file-20220323-23-19yun7g.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1433%2C1077&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Rosalía, en una imagen de promoción de _Motomami_.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://twitter.com/rosalia/status/1500569819304894482?s=20&t=Gc9EbOKIWcTauSYdJeaZjA">Rosalía / Twitter</a></span></figcaption></figure><p>Si ya es difícil hablar de música en general, todavía lo es más hablar de <em>Motomami</em>. Lo que para algunos es “cachondeo” y “<a href="https://theconversation.com/te-quiero-ride-como-a-mi-bike-los-limites-entre-poesia-y-cancion-en-la-actualidad-176865">ripios antiestéticos</a>”, para otros resulta un ejercicio de experimentalismo digno del arte moderno. Hay quien halla virtuosismo y quien encuentra artificiosidad vacía. Evolución o traición a la esencia. Honestidad o <em>marketing</em>. Desenfado o ridículo. Vanguardia o populismo.</p>
<p>Por todo ello, traemos tres ideas que (esperamos) puedan ayudar no tanto a posicionarse en uno de esos dos polos como a entender mejor las propuestas performativas de Rosalía. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/453876/original/file-20220323-23-1g96ee5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/453876/original/file-20220323-23-1g96ee5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/453876/original/file-20220323-23-1g96ee5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/453876/original/file-20220323-23-1g96ee5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/453876/original/file-20220323-23-1g96ee5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/453876/original/file-20220323-23-1g96ee5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=423&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/453876/original/file-20220323-23-1g96ee5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=423&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/453876/original/file-20220323-23-1g96ee5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=423&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotograma del videoclip de ‘Candy’ que homenajea a <em>Lost In Translation</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://youtu.be/MkR7NC-HNCA">Rosalía / YouTube</a></span>
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<p>Es innegable <a href="https://theconversation.com/puta-mirame-soy-una-obra-de-arte-ideas-para-comprender-mejor-el-fenomeno-trap-170654">el potencial de la música contemporánea</a> para jugar con el realismo, los límites entre lo artístico y lo publicitario o las redes sociales. También parece evidente que Rosalía tiene <em>algo</em>; más allá de que, debajo de todos los focos mediáticos, todavía consiga trascender las fuerzas de la “normalidad” estética (“cuando el caballo entra a Troya, tú te confías y ardió, uh, no”). </p>
<p>Ahora solo nos queda aprender a disfrutar del incendio: “Yo soy la niña de fuego”, “y el fuego es bonito porque todo lo rompe”.</p>
<h2><em>Motomami</em> es un autorretrato</h2>
<p>Así lo ha admitido en alguna entrevista la propia artista. Y, desde ese momento, <em>Motomami</em> no es coherente, no es homogéneo. Entendemos que tampoco Rosalía (ni nadie) lo es. Tampoco es “bonito” al completo, <a href="https://youtu.be/ocliZj7ZXb0">ni comprensible</a>. Ni siquiera es <em>solo</em> música. Resulta necesario pensar a esta nueva <a href="https://youtu.be/LkOMIsEen1g"><em>Rrrosalía celebrity</em></a> desde un espacio que fragmenta al sujeto. Su identidad es móvil, su yo está en construcción. Y cada tema del disco nos aporta algunas piezas de un puzle que no se acaba nunca. De hecho, toda la realidad circundante a la artista se vuelve un motivo estético: desde las uñas, como era evidente, hasta las <em>stories</em>, las declaraciones o las amistades públicas.</p>
<p><em>Motomami</em> tampoco es una segunda parte, no es una continuación de <em>El mal querer</em>. Y así nos lo hace saber: “Una motomami destruye con gusto sus obras anteriores para dar paso a las obras siguientes” (<em>el bicho que se devora a sí mismo</em>, diría <a href="https://youtu.be/WVc2o8jHACE">Ignatius Farray</a>). Lo mismo que no sería lógico pedir unidad, no exigimos continuidad. </p>
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<figcaption><span class="caption">‘Yo soy muy mía, yo me transformo’. Rosalía y ‘Saoko’.</span></figcaption>
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<p>Es cierto que la ruptura que propone Rosalía nos obliga a tener presente sus anteriores trabajos. Pero eso no quiere decir que les <em>deba</em> nada. Así se abre el álbum: “Yo soy muy mía, yo me transformo”.</p>
<p>Por eso el símbolo de la mariposa es omnipresente, aunque no hay que pensar esta metamorfosis en términos simples: antes era A, ahora es B. Una motomami es diversa, compleja, contradictoria; una motomami tiene gustos irreconciliables. Tan pronto te canta por bulerías (“Bulerías”) o una balada (“Sakura”) como te baila una bachata (“La fama”) o un tema de esos que podrían catalogarse como urbanos (“Diablo”). </p>
<p>En una única canción acompaña una referencia a Winsin y Daddy Yankee con motivos jazzísticos (“Saoko”), justo en el momento en que este último se retira. O te agota una pista con una <a href="https://youtu.be/WVhYayxJ_e8">microenciclopedia autobiográfica</a> (“<em>a</em> de <em>alfa</em>, <em>altura</em>, <em>alien</em> […] <em>z</em> de <em>zarzamora</em>, <em>zapateao</em>… o de <em>zorra</em> también”). No es cuestión de contenido o de estilo (“<em>fuck</em> el estilo”): todo vale, todo suma en la medida en que alimente la imagen –imposible– de Rosalía.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/453874/original/file-20220323-13-2ocg2y.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/453874/original/file-20220323-13-2ocg2y.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/453874/original/file-20220323-13-2ocg2y.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/453874/original/file-20220323-13-2ocg2y.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/453874/original/file-20220323-13-2ocg2y.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/453874/original/file-20220323-13-2ocg2y.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/453874/original/file-20220323-13-2ocg2y.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/453874/original/file-20220323-13-2ocg2y.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">La portada de <em>Motomami</em> es una oda a las mariposas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://twitter.com/rosalia/status/1488238375400312834?s=20&t=vbrkqIsl24qj4tGMysGRyA">Rosalía / Twitter</a></span>
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<h2><em>Motomami</em> es un canto a Dios y al sexo, ¿en ese orden?</h2>
<p>Con este renacimiento, Rosalía vuelve a dejar claro que su poética es todoterreno (“no basé mi carrera en tener <em>hits</em> / porque tengo la base”) y obliga a su público a revolverse en el asiento. Un buen ejemplo lo tenemos en el tratamiento de la religión y el sexo. </p>
<p>En realidad, se ha vuelto habitual en la música el uso de la fe como lugar de enunciación, tanto a nivel <em>lyrico</em> como a nivel performativo (símbolos, gestos, iconografía…). Ahora bien, Rosalía subvierte el orden divino sin necesidad de proclamarse “atea” (“Tú eres el que pimpeas / o te pimpean a ti. / Yo elegí mi lado desde el día en que nací”).</p>
<p>Después del viaje espiritual por la tradición sanjuaniana en <em>Los Ángeles</em> y la liturgia feminista de <em>El mal querer</em>, esto es, una vez profanada la religión y vaciada de todo contenido (“esto no es el mal querer, / es el mal desear”), <em>Motomami</em> viene a resignificar el cuerpo y a hacer partícipes a los espectadores de una <em>energeia</em> que interrumpe toda codificación: “Aquí el mejor artista es Dios”.</p>
<p>En “<a href="https://youtu.be/_6YCNd3ONUU">Hentai</a>”, <em>like a fucker</em>, proclama el empoderamiento de la espiritualidad y el erotismo como fuentes del acto creativo, del placer. Acude al paroxismo (“yo la batí / hasta que se montó”) y a la desmitificación de todo canon (teológico o estético, con ese verso tan pasado de sílabas y terminado en “putas”: en el tema de más virtuosismo, el ripio enfatiza la humanidad de la diva y del orgasmo). Ubica así el orden sociosimbólico del sexo y la religión en lo intrascendente y cotidiano (“so so good”), y adopta una actitud en escena que define por completo al ser humano: su final feliz (“mmmh, hentai”).</p>
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<figcaption><span class="caption">‘Hentai’, de Rosalía.</span></figcaption>
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<p>Traduce así la <a href="https://youtu.be/ITDfpXbhy_s">pulsión sexual</a> inmediata, pero no exige mayor peso que su evidencia. Abrasándonos en el exceso retórico y subliminal, únicos “gestos” narrativos de la imagen proyectada, como demuestran “Bizcochito” o “La combi Versace”, Rosalía pone el capitalismo, las emociones, el deseo y el consumo al servicio de los afectos para incluirnos en su transformación e invitarnos al disfrute puro.</p>
<h2><em>Motomami</em> es viral</h2>
<p>En la música actual existe la tendencia de <a href="https://www.zendalibros.com/el-marquetin-como-poetica-o-por-que-no-odiamos-a-c-tangana/">mostrar las leyes del márquetin para hacer de ellas arte</a>. Rosalía va más allá: no solo las muestra, las modela. </p>
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<p>Es por eso por lo que <em>Motomami</em> funciona como archivo viral al mismo tiempo que bebe de las estéticas virales. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=OG4gq9fCoRE">“Chicken Teriyaki”</a> captura lo <em>cute/kawaii</em> en un baile de TikTok. <a href="https://youtu.be/0GMeqmqUjEQ">“Diablo”</a> juega con los agudos propios de los filtros de voces de Instagram. El primer concierto tras la publicación del álbum se retransmitió <em>online</em> y, como se avisaba en un mensaje al comienzo, la “pieza [fue] creada para ser visionada desde un dispositivo <a href="https://youtu.be/y51P8HNpwaM">móvil</a>”. </p>
<p>De alguna manera, Rosalía consigue representar por primera vez la realidad de una generación todavía sin apenas referentes en el mercado internacional, tomando platós tan significativos en el mundo del entretenimiento como el de <a href="https://youtu.be/75pe9Y8liRo"><em>Saturday Night Live</em></a>.</p>
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<figcaption><span class="caption">El directo de TikTok de Rosalía adaptado a YouTube.</span></figcaption>
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<p>Quizá esto explique por qué tiene tanto <em>fans</em> como <em>haters</em>. Mientras que, digamos, Tangana recibe constantes loas por “atreverse” con todos los géneros, Rosi (“sin tarjeta”) aparece siempre al borde del precipicio: enamora a algunos, pero también se topa una y otra vez con un amplio rechazo. Sus canciones son casi demasiado modernas, remiten a una realidad que aún no sabemos si acabará pareciéndonos <em>kitsch</em>. Quizá porque están fundando un gusto inédito.</p>
<blockquote>
<p>La que sabe, sabe</p>
<p>que si estoy en esto es para romper, </p>
<p>y si me rompo con esto, </p>
<p>pues me romperé.</p>
</blockquote><img src="https://counter.theconversation.com/content/179524/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>‘Motomami’ es el evento musical del año, el regreso de Rosalía tras ‘El mal querer’. ¿Cómo entender un álbum tan ecléctico? Los autores desarrollan tres ideas que pueden ayudar a entender mejor las propuestas performativas de Rosalía.Guillermo Sánchez Ungidos, Investigador predoctoral en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, Universidad de OviedoLaro del Río Castañeda, Investigador predoctoral en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, Universidad de OviedoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1721642021-12-01T19:22:25Z2021-12-01T19:22:25ZDe Tangana a El Madrileño:
ser hombre en la escena artística popular<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/434687/original/file-20211130-13-3rpjyf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=11%2C0%2C947%2C648&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">C. Tangana a punto de lanzar 'El Madrileño'.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.facebook.com/photo.php?fbid=251603049665391&set=pb.100044470928068.-2207520000..&type=3">C. Tangana / Facebook</a></span></figcaption></figure><p>El cantante y compositor madrileño <a href="https://ctangana.com/">C. Tangana</a> se coló en nuestras vidas sin cantar ni afinar. Con <em>hitazos</em> como «<a href="https://youtu.be/nsm4ReJaED0">Mala mujer</a>» (2017) conquistó las tendencias mayoritarias y su nombre empezó a relacionarse con polémicas varias que trascendían lo meramente musical. Desde su presentación oficial en sociedad como C. Tangana, tanto la imagen que le envuelve como sus intereses musicales han sufrido una evolución. La cadencia de los nuevos tiempos parece que le ha exigido revisar el rol adoptado hasta entonces, materializado en su imagen pública y artística. </p>
<p>Ahora, bajo el personaje de El Madrileño, que también da nombre a <a href="https://youtube.com/playlist?list=OLAK5uy_nlpEGB7XZao6OdjczRhHt1tKIR_1mRFTY">su último álbum</a> (2021), revisita su recorrido para dar como resultado un trabajo de reposada madurez que deja entrever algunas grietas de nuestra actualidad.</p>
<h2>El origen del personaje</h2>
<p>Bajo las máscaras de todos sus seudónimos está Antón Álvarez (1990), Pucho para los amigos, un chaval cuyas aspiraciones coinciden con las de la generación <em>millennial</em>. </p>
<figure class="align-left zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/434691/original/file-20211130-16-iqji2n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/434691/original/file-20211130-16-iqji2n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/434691/original/file-20211130-16-iqji2n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=840&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/434691/original/file-20211130-16-iqji2n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=840&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/434691/original/file-20211130-16-iqji2n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=840&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/434691/original/file-20211130-16-iqji2n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1055&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/434691/original/file-20211130-16-iqji2n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1055&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/434691/original/file-20211130-16-iqji2n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1055&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">C. Tangana en una imagen de promoción de <em>Ídolo</em> en 2017.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.facebook.com/397391383710984/photos/pb.100044470928068.-2207520000../1391666614283451/?type=3">Facebook / C. Tangana</a></span>
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<p>El personaje creado se muestra desde el principio como un producto perfecto de su época. Rodeado de mezcolanza y nostalgia, su figura liga con la idea que promulga el neoliberalismo de que cualquiera puede alcanzar lo que desea. Así, su imaginario estético se configura a través de la apropiación de referentes clásicos que provienen de diferentes ambientes, pero todos con un carácter suburbial propio de la cultura urbana y popular. Con estas premisas se configura un <em>alter ego</em> que contiene todo un catálogo de lo que puede definirse como el eterno masculino. </p>
<p>En 2017, C. Tangana presenta <em><a href="https://youtube.com/playlist?list=OLAK5uy_kpcV-_N6EBOylAODrRxjKW47cSFYFutA4">Ídolo</a></em>, un disco que ilustra las contradicciones que supone alcanzar el éxito en el marco de la sociedad actual. En la visualidad que acompaña este trabajo <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7169294">hallamos todo el repertorio de clichés</a> que han sentado las bases de la conocida como masculinidad hegemónica. </p>
<p>Antes de ahondar en ello, conviene puntualizar que la construcción de la masculinidad moderna responde a un proceso histórico ligado al auge de la clase media. En este contexto, el cuerpo adquiere significados simbólicos que concretan agentes como el género o la clase social a través de la apariencia. El aspecto viril del hombre se consolida partiendo de cualidades como la heterosexualidad, la autosuficiencia económica, las conductas de riesgo y las constantes demostraciones públicas de poder.</p>
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<figcaption><span class="caption">Videoclip de <em>Caballo ganador</em>, de 2017.</span></figcaption>
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<p>En los videoclips que ilustran las más sonadas canciones del artista, muchos de estos clichés están presentes y se repiten como elementos recurrentes en la construcción del personaje. El cantante a menudo aparece conduciendo de forma temeraria, en estado de desazón a raíz de un desamor, ataviado con abrigos de lujo y complementos de oro, practicando sexo con mujeres, bebiendo o consumiendo otro tipo de sustancias. De hecho, el periodista Alan Queipo resumió su universo artístico con lo que denominó las tres F: “Follar, Fardar y Farlopa”. En su momento, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=ARo5SMMwUGA">C. Tangana se sintió identificado con el lema</a>. </p>
<p>Cuando el destino del personaje parecía estar agotado y el público se acostumbró a identificar el nombre del rapero como sinónimo de polémica, machismo y cultura barata, el artista se reinventó para aparecer como El Madrileño. En su más reciente trabajo se advierte el intento por ofrecer nuevos paradigmas en torno a las masculinidades, y entre las múltiples declaraciones que acompañaron su presentación, hay una que llama especialmente la atención. Al eslogan de las tres F acuñado en 2017, ahora el artista le añadiría una más: Fregar, para empezar a limpiar todo lo que ensució. </p>
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<figcaption><span class="caption">Videoclip de <em>CAMBIA!</em>, de C. Tangana con Carín León y Adriel Favela.</span></figcaption>
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<p><em>El Madrileño</em> (2021) es un trabajo compuesto por tantas piezas visuales como canciones en el que se reflexiona desde la contemporaneidad sobre el significado de ser hombres, entre otras cosas. De forma explícita, parece querer cuestionarse la masculinidad de corte más clásico para abrazar algunos interrogantes del mundo moderno. En concreto, es a través de dos temas incluidos en el álbum donde aparece esta idea en primer plano. Por un lado, «<a href="https://youtu.be/U6phuhL1YbY">Nunca estoy</a>», canción cantada desde el punto de vista femenino. Por otro lado, «CAMBIA!», en la que directamente se habla de cuestiones en torno a las ideas de la masculinidad, de lo que significa históricamente ser hombre y las repercusiones y limitaciones personales que acaban forjando socialmente al género masculino.</p>
<h2>La testosterona… ¿calculada?</h2>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/434690/original/file-20211130-15-1siy2km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/434690/original/file-20211130-15-1siy2km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/434690/original/file-20211130-15-1siy2km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/434690/original/file-20211130-15-1siy2km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/434690/original/file-20211130-15-1siy2km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/434690/original/file-20211130-15-1siy2km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/434690/original/file-20211130-15-1siy2km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/434690/original/file-20211130-15-1siy2km.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Nathy Peluso y C. Tangana en <em>Ateo</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.facebook.com/photo.php?fbid=402394524586242&set=pb.100044470928068.-2207520000..&type=3">Facebook / C. Tangana</a></span>
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<p>A pesar de hacerse patente la voluntad de deconstruir la figura del macho, es evidente que todo lo que rodea a El Madrileño sigue destilando un aroma cargado de testosterona. La más reciente polémica ha venido con «Ateo» (2021), <a href="https://theconversation.com/la-bachata-de-dominicana-a-tangana-y-nathy-peluso-170118">una bachata</a> en colaboración con la cantante argentina Nathy Peluso, cuyo videoclip, escrito y dirigido por el mismo Antón Álvarez, acontece en la Catedral de Toledo. Es precisamente uno de los frescos de la sala capitular de este lugar de culto el que inspira la obra: una bestia agarra del pelo a una mujer que parece querer escapar de ser juzgada por Dios. Dónde quedan las fronteras entre el debate colectivo moral y el espectáculo violento que ello genera es la idea que planea en este videoclip.</p>
<p>Lejos de la intención originaria que desarrolla el clip, todo lo que hace el artista sigue levantando un sinfín de polémicas en torno a su persona que, en cierto modo, ponen en el centro del debate social cuestiones que obligan a los feminismos a repensar los pilares clásicos para adaptarse e intervenir en el contexto neoliberal. Está claro que en la actualidad contamos con herramientas distintas para advertir el poder ideológico de las imágenes y denunciar aquellas que a nivel pedagógico hacen un flaco favor a las nuevas generaciones. </p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/CShsE9EsMaB/?utm_source=ig_web_copy_link","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<p>En el mundo contemporáneo, tan marcado por la disparidad, el mestizaje y la confusión, continuamente estamos asistiendo a revitalizaciones de estos conceptos clásicos sin que apenas seamos conscientes de ello. De esta manera, hombres y mujeres repiten y asimilan comportamientos que luego son trasladados a todo un universo visual, ejecutando una fórmula que funciona. </p>
<p>La estrategia que persigue el artista pop es encarnar en sus personajes aquello que quiere criticar para que la sociedad sea quien complete la obra. Su <em>modus operandi</em> parece ser el de forzar a la audiencia a repensar y debatir, casi de forma inconsciente, sobre discursos anclados en lo normativo. </p>
<p>A este respecto, creemos oportuno cerrar con dos cuestiones a propósito de la transición de C. Tangana a El Madrileño. Por un lado, remarcar que las imágenes son siempre una modelización de lo real, mundos imaginados que a veces simplemente parodian el espacio y tiempo en que vivimos. Por otro, apuntar que quizá uno de los caminos más efectivos de la escena artística sea visualizar el pasado de una forma tan exagerada que nos obliga a replantearlo. Así, en lugar de borrarlo, será necesario situarlo en el lugar que le corresponde para, de este modo, empezar a sanar heridas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/172164/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Desde su presentación oficial en sociedad como C. Tangana, tanto la imagen que le envuelve como sus intereses musicales han evolucionado. Su alter ego contiene un catálogo de lo que puede definirse como el eterno masculino.Raquel Baixauli Romero, Investigadora en Historia del Arte, Universitat de ValènciaEsther González Gea, Personal investigador en formación en Historia del arte, Universitat de ValènciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1706542021-11-28T18:52:57Z2021-11-28T18:52:57Z“Puta, mírame: soy una obra de arte”: Ideas para comprender (mejor) el fenómeno trap<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/434162/original/file-20211126-23-2v9a05.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C1%2C1076%2C895&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.instagram.com/p/CPJLbiUhj0N/">Instragram / @lazowi</a></span></figcaption></figure><p>Aunque la crítica periodística y los profesores universitarios no siempre hayan querido aceptarlo, los géneros (literarios, musicales, performativos…) se encuentran en constante cambio. En el caso de la música, los moldes tradicionales, que van desde el pop a la bachata, pasando por el rock, el punk o el reguetón, han abierto sus fronteras y se han diseminado por los nuevos estilos del siglo XXI.</p>
<p>En este contexto, entre lo marginal y lo canónico, desde los barrios bajos hasta los millones de reproducciones en YouTube, el fenómeno del trap parece haberse convertido en <a href="https://youtu.be/94weDwt5Irk">uno de los movimientos más importantes de la escena musical actual</a>. Su influencia ha abarcado todos los niveles culturales, siendo valorado como un arte “de la calle” –herencia del rap– al mismo tiempo que acapara minutos en programas de televisión, especiales en revistas y, ahora, <a href="https://doi.org/10.7203/KAM.16.16627">investigaciones académicas</a>.</p>
<h2>La fusión del trap</h2>
<p>El trap ha ampliado el uso de la palabra creativa y ha incluido los medios audiovisuales dentro de la cultura de prestigio. Mientras que figuras más tradicionales como las de los cantautores aspiran hoy a legitimarse como artistas y por ello recurren a formas consagradas (<a href="https://theconversation.com/son-poesia-las-letras-de-joaquin-sabina-172165">la poesía</a>), el trapero lo hace como <em>creador</em> y arriesga con formas experimentales, bajoculturales por convención, híbridas, repulsivas. No se trata de atrincherarse en lo desagradable o marginal, sino de renovar la visión de lo artístico, superar las estructuras petrificadas. Y avanzar así al mismo paso que la tecnología, la sociedad y las generaciones <em>millennial</em> y Z (no sabemos hacia dónde, pero avanzan).</p>
<p>Esas <em>nuevas figuras</em> aprovechan también el ascenso cultural para revalorizar ciertos aspectos de realidad que disuenan con lo socialmente aceptado. Se reapropian de estilos más “clásicos”, como el de los cantautores, las copleras o los flamencos. Pero mantienen siempre una postura que demuestra tanto el artificio como la comunicabilidad de la actividad <em>performativa</em>.</p>
<p>Podría parecer que <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/La_Zowi">La Zowi</a> o <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Yung_Beef">Yung Beef</a> están trivializando problemas sociales. Dicen mucho “puta” y “zorra”. Sexualizan y objetivizan constantemente a la mujer. Ensalzan el poder marginal de la calle. <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/C._Tangana">C. Tangana</a> y <a href="https://www.rosalia.com/">Rosalía</a> se apropian de los elementos hispánicos (y latinos, ya de paso: queda abierta la eterna lucha por el apropiacionismo), en ocasiones sin marcar de manera explícita el machismo rancio que esconden o el origen cultural de donde lo toman. Son, podría decirse, el paradigma de lo políticamente incorrecto.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/5zwpwbdGNIk?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
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<p>Sin embargo, en el conjunto de su <em>performance</em>, se someten precisamente a esa artificiosidad y basan su “poética” en la ambigüedad y en una ironía que gratifica los deseos del espectador. Reclaman así el carácter artificioso no solo de las palabras sino de la propia situación comunicativa de la “nueva” obra de arte musical: a partir del contraste entre excentricidad y entendimiento.</p>
<p>Y esto también transforma la actitud del receptor. Nos obliga a poner un especial énfasis en su efecto, en su audiencia y en su relación con la realidad, pues hace de la <em><a href="https://theconversation.com/a-proposito-de-marina-abramovic-que-es-una-performance-167659">performance</a></em> –en otro tiempo, cosa de artistas extravagantes y elitistas ferias de arte que el sujeto medio no podía ni estaba interesado en entender– un elemento de nuestro día a día.</p>
<h2>Entre la crisis y el negocio</h2>
<p>La definición como superficial del fenómeno trapero esconde, además, una lectura económico-social. El disfrute puro, aparentemente despolitizado o incluso antiprogresista, la insistencia en el perreo, la acumulación de lugares comunes y la suma de los nuevos <em>topoi</em> de barrio son síntoma de la desesperación de las generaciones jóvenes españolas (<a href="https://erratanaturae.com/product/el-trap/">Ernesto Castro</a> ya habló del espíritu del 15M cansado por el paso de los años) y a su vez son índice del grave problema que esta desesperación supone.</p>
<p>Sin duda, en el fenómeno trap hay algo de <a href="https://www.zendalibros.com/el-marquetin-como-poetica-o-por-que-no-odiamos-a-c-tangana/">márquetin</a>, pero también algo de vanguardia. Hay mercado y estética, publicidad y arte. Hay que venderse y hacerse de oro. Esta idea puede resultar chocante para las mentes más tradicionales. La obra ya no es obra, es <em>transmedia</em>; y el arte ya no es arte, está plenamente mezclado con el mero <em>storytelling</em>.</p>
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<p>De este modo, podemos definir el trap como un género transmedia, performativo y amigo de lo irónico y la pluriinterpretación. Estos rasgos no son una creación original de los traperos ni mucho menos. Es posible que a muchos lectores se les haya venido a la cabeza Andy Warhol (por ejemplo) mientras leían estas líneas. Y tienen razón. Pero la creatividad, por lo general, es una cuestión de disposición y relación.</p>
<p><a href="https://www.penguinlibros.com/es/arte-cine-y-musica/231626-libro-making-flus-9788401025785">Los traperos han sabido radicalizar y enfatizar los medios existentes en el siglo XXI</a>. Han jugado con el sistema y contra el sistema. Y así han conseguido algunas de las reflexiones más interesantes de los últimos tiempos sobre lo real y el realismo, el arte del márquetin y la autonomía del arte, el uso retorcido e hiperconsciente de códigos culturales ya establecidos, la experimentación y la constitución de una figura autorial distintiva, la identidad y lo español… </p>
<p>Pero eso son temas de otro artículo. Por ahora tomémonos un tiempo de disfrute y análisis con los memes de <a href="https://muchotrap.com/artists/cecilio-g/">Cecilio G</a>, las artificiosas entrevistas a C. Tangana y el ambiguo modo de entender el arte de (nuestros Kanye West y Kim Kardashian) Yung Beef y La Zowi. Solo hace falta que les demos el beneficio de la duda estética. “<a href="https://youtu.be/1gpWUQZslKE">Tengo to’ los trucos pa’ engatusarte. Puta, mírame: soy una obra de arte</a>”.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/170654/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>El fenómeno del trap parece haberse convertido en uno de los movimientos más importantes de la escena musical reciente.Laro del Río Castañeda, Investigador predoctoral en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, Universidad de OviedoGuillermo Sánchez Ungidos, Investigador predoctoral en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, Universidad de OviedoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1488332020-10-27T20:01:28Z2020-10-27T20:01:28ZDiccionario para bichotes: Cómo evitar malentendidos al escuchar reguetón<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/365763/original/file-20201027-21-1a5tq4d.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3866%2C2585&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">pareja bailando en una discoteca de San Juan de Puerto Rico en 2018.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/san-juan-puerto-rico-04102018-couple-1615062553">Shutterstock / D-VISIONS</a></span></figcaption></figure><p>Una visita a los vídeos de YouTube y a las publicaciones en distintas redes sociales pone de manifiesto la importancia social y cultural del reguetón. Esta música se origina en Puerto Rico a partir del mestizaje de otros estilos musicales latinos y jamaicano como el <em>reggae</em> y el <em>dancehall</em>, y adopta la estética y las características propias de la cultura urbana <em>hip-hop</em>. </p>
<p>La popularidad de este estilo musical y su influencia en la sociedad actual son innegables. En multitud de países el récord de descargas o de ventas lo tienen cantantes como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Daddy_Yankee">Daddy Yankee</a> o <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Bad_Bunny">Bad Bunny</a>, intérpretes puertorriqueños de esta música urbana. </p>
<p>Según los datos de Youtube, <a href="https://www.fundeu.es/noticia/las-seis-canciones-mas-escuchadas-de-youtube-en-2019-fueron-en-espanol/">los seis vídeos musicales de 2019 en lengua española</a> más escuchados en todo el mundo fueron, por este orden: <a href="https://www.youtube.com/watch?v=DiItGE3eAyQ">“Con Calma”</a> del artista puertorriqueño Daddy Yankee; <a href="https://www.youtube.com/watch?v=gFZfwWZV074">“Secreto”</a> de Anuel AA y Karol G; <a href="https://www.youtube.com/watch?v=0VR3dfZf9Yg">“China”</a>, de Anuel AA, Daddy Yankee, Karol G, Ozuna y J Balvin; <a href="https://www.youtube.com/watch?v=w2C6RhQBYlg">“No Me Conoce (Remix)”</a> de Jhay Cortez, J Balvin y Bad Bunny; y <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Pkh8UtuejGw">“Señorita”</a>, de Shawn Mendes y Camila Cabello. </p>
<p>Todas ellas son canciones de reguetón, o de trap, otro estilo muy emparentado con el primero, nacido de la fusión entre éste y el rap americano.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/DiItGE3eAyQ?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Con Calma (Daddy Yankee & Snow, 2019)</span></figcaption>
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<h2>Éxitoso, pero visto con recelo</h2>
<p>Es un estilo musical que ha sido siempre visto con recelo, ya que sorprende por los estereotipos sexuales que presentan con frecuencia sus vídeos y sus letras. Pese a esta cuestión, en la actualidad parte del reguetón ha querido evolucionar de tal manera que en la red encontramos otras versiones, como el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=vt142fm31Cg">reguetón cristiano</a>. </p>
<p>Incluso algunos autores de letras de reguetón han llegado a lograr gran apreciación social: en 2019, la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores (ASCAP) premió como “<a href="https://www.ascap.com/news-events/awards/2020/latin-awards">compositor del año</a>” a Bad Bunny. </p>
<h2>Problemas de comprensión</h2>
<p>La amplia difusión mundial del reguetón, con su correspondiente vocabulario americano, está produciendo un problema de comprensión entre los oyentes de estas canciones. </p>
<p>Hay que pensar en que, aunque hoy ya sea un estilo internacional, su nacimiento se produjo en Puerto Rico, isla con un léxico americano característico y muy rico, al que se fueron añadiendo vocablos del léxico juvenil de otros países hispanos como Cuba, Colombia, etc. </p>
<p>Esta necesidad de compresión ha generado una cascada de actividad en internet para explicar lo que dicen estas canciones. Son muchos los recursos digitales (páginas web, <em>blogs</em>, perfiles de Facebook, etc) dedicados a recopilar el léxico de estas canciones. </p>
<p>En una búsqueda en <em>Google</em> de los términos <em>diccionario de reguetón</em> aparecen <a href="https://www.google.com/search?source=hp&ei=nPOXX-raAYyalwSa-rA4&q=diccionario+de+reguet%C3%B3n&oq=diccionario+de+reguet%C3%B3n&gs_lcp=CgZwc3ktYWIQAzILCAAQyQMQFhAKEB46DgguEMcBEKMCEMkDEJMCOgIIADoICC4QxwEQowI6AgguOgUIABDJAzoGCAAQFhAeOggIABAWEAoQHlDMHFi5MWCtNWgAcAB4AYABpQGIAdcQkgEEMTYuOJgBAKABAaoBB2d3cy13aXo&sclient=psy-ab&ved=0ahUKEwjqmL7HxdTsAhUMzYUKHRo9DAcQ4dUDCAc&uact=5">miles de referencias</a>. Algo similar ocurre si hacemos la búsqueda <a href="https://www.google.com/search?q=%22dictionary+reggaeton%E2%80%9D&oq=%22dictionary+reggaeton%E2%80%9D&aqs=chrome..69i57j0i22i30l4.800j0j4&sourceid=chrome&ie=UTF-8">en inglés</a>. </p>
<h2>Un diccionario específico</h2>
<p>Lamentablemente, estos recursos digitales no académicos creados por aficionados o especialistas musicales son bastante inestables, y aparecen y desaparecen con facilidad (como por ejemplo Reggaetonline.net, referenciado en algunos artículos académicos y hoy desaparecido). </p>
<p>Además, aunque en sus títulos se definan como diccionarios o enciclopedias, son glosarios con, por lo general, menos de 300 entradas en las que se reúnen palabras, expresiones y frases hechas. (<a href="https://www.urbandictionary.com">Urbandictionary.com</a>; <a href="http://www.reggaeton-in-cuba.com/esp/glosario.html">Reggaeton-in-cuba.com</a>; <a href="https://www.menzig.es/a/diccionario-reggaeton-palabras-glosario/">Menzig.es</a>.</p>
<h2>Las mejores obras de referencia</h2>
<p>La propia vocación marginal del fenómeno del reguetón, el inicial desprecio que sufrió desde medios de comunicación y estamentos oficiales, y el desconocimiento de las fuentes académicas sobre el léxico americano, no ha permitido que este mundo del reguetón utilice otras obras para entender las expresiones y letras de sus autores. </p>
<p>En este artículo proponemos la utilidad de la búsqueda de los términos empleados en el reguetón en dos diccionarios académicos de acceso abierto. El <em>Diccionario de Americanismos</em> (<a href="https://www.asale.org/recursos/diccionarios/damer">DAMER</a>) y el <em>Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico</em> (<a href="https://tesoro.pr/sobre-el-tesoro">Tesoro.PR</a>). </p>
<p>El primero (DAMER) es el resultado de investigación de la Asociación de Academias de la Lengua Española (<a href="https://www.asale.org/">ASALE</a>). Reúne 150 diccionarios de América entre 1975 y 2010. La nómina de lemas es de 70 000 voces, frases y locuciones y un total de 120 000 acepciones con su respectiva información de diferencias geográficas, sociales y culturales.</p>
<p>El Tesoro.PR está realizado por la <a href="https://www.academiapr.org/">Academia Puertorriqueña de la Lengua Española</a> y se encuentra en constante crecimiento. Actualmente contiene 27 764 palabras y frases puertorriqueñas desde 2010 hasta la actualidad.</p>
<p>En estas bases de datos es posible encontrar la mayor parte de las voces que aparecen en canciones reguetoneras que tienen su significado registrado en alguna de estas obras. </p>
<h2>‘Bichote’ y ‘Cangri’ no son lo que parecen</h2>
<p><em>Bichote</em>, empleada en canciones como “China”, de Anuel AA y Daddy Yankee:</p>
<blockquote>
<p>Tú me ganaste</p>
<p>Me metiste en tu juego y me dañaste</p>
<p>El ticket semanal puede ser que en ti lo gaste</p>
<p>Me creo bichote tirando lo’ peso’</p>
</blockquote>
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<p>Su significado nos lo explica el Tesoro.PR.: “Del inglés <em>big shot</em>: Persona importante. Individuo que por su posición económica o política es considerada importante o influyente, generalmente relacionado con venta de drogas. Anglicismo adaptado, frecuente”.</p>
<p><em>Cangri</em> aparece en varias canciones, como “Cangri” de Daddy Yankee </p>
<blockquote>
<p>NY Residenciales, estados</p>
<p>Serán testigos, de la eminencia</p>
<p>La leyenda en este género</p>
<p>Años de experiencia</p>
<p>Un nuevo <em>flow</em>, un nuevo estilo</p>
<p>Un nuevo Cangri ha despertado (…)</p>
</blockquote>
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<p>Su significado de “persona o cosa, extraordinaria, excelente”, viene expresado en el DAMER, y procede de cangrimán, españolización de <em>congressman</em>: congresista.</p>
<p>“Frontear” es un término muy empleado en este estilo musical, como en la canción de Bad Bunny “25/8”, y sirve como título de varias canciones “Fronteo” de Plan B o “Fronteamos porque podemos”, de De La Ghetto.</p>
<blockquote>
<p>Si me da con frontear</p>
<p>no me soporto</p>
</blockquote>
<figure>
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<p>En ambos diccionarios se explica que tiene el significado de “presumir, vanagloriarse”.</p>
<h2>Pichar y la polémica de ‘Yo perreo sola’</h2>
<p>Y por último, la búsqueda de “pichar” en Tesoro.PR. permite deshacer un malentendido en la canción de Bad Bunny “Yo Perreo Sola” (2020) en la que muestra una nueva imagen de la mujer:</p>
<blockquote>
<p>Antes tú me pichaba (tú me pichaba)</p>
<p>Ahora yo picheo</p>
<p>Antes tú no quería (no quería)</p>
<p>Ahora yo no quiero (no)</p>
</blockquote>
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<p>En Puerto Rico el sentido no es sexual como en otros puntos de América (DAMER): el significado es “ignorar, no hacer caso a otra persona”. El cantante cierra el vídeo con un rótulo en rojo que reclama: “Si no quiere bailar contigo, respeta, ella perrea sola”, lo que puede confirmar el significado no sexual. La interpretación de este videoclip ha sido objeto de análisis en un gran número de publicaciones de la red.</p>
<p>Estas obras lexicográficas de libre acceso y con la garantía de las academias americanas de la lengua española, pueden funcionar como puentes de conexión entre las nuevas generaciones de hispanohablantes y las obras académicas, dando visibilidad a la riqueza del léxico panhispánico y a la utilidad de este tipo de investigaciones. </p>
<p>Además, conecta a estas nuevas generaciones de autores con sus raíces hispanas, razón que motiva también gran parte de su producción musical.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/148833/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María-Teresa Cáceres-Lorenzo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El reguetón triunfa en todo el mundo, pero tiene cierta mala fama. En parte, porque sus letras a menudo se malinterpretan. Hay herramientas para entender mejor ese léxico particular de Puerto Rico.María-Teresa Cáceres-Lorenzo, Profesora e investigadora de la ULPGC, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.