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Moneda de euro en medio de un cigarrillo roto por la mitad.

¿Influye el precio del tabaco en su consumo?

En diciembre de 2021 la revista académica Tobacco Induced Diseases, que publica trabajos de investigación relacionados con la prevención y el control del consumo de tabaco a nivel mundial, publicó el artículo Measuring anomalies in cigarette sales using official data from Spanish provinces: Are the anomalies detected by the Empty Pack Surveys (EPSs) used by Transnational Tobacco Companies (TTCs) the only anomalies? (algo así como Anomalías en las cifras de venta de tabaco en España a partir de datos oficiales: ¿hay otras más allá de las detectadas por los estudios realizados por las tabacaleras?).

El texto señala que en las cifras oficiales de venta de tabaco en España hay indicios sobre la falta de efectividad de la subida de los precios como medida de control del tabaquismo.

¿Cuánto impacta la subida de precio del tabaco en su consumo?

En la comunidad científica, está comúnmente aceptado que, en los países desarrollados, el aumento de un 10 % del precio del tabaco supone un descenso del 4 % en la demanda del producto. Esto quiere decir que si en un país cada fumador consume 100 cajetillas de cigarrillos al año y el precio medio es de 5 euros, el aumento de 50 céntimos de euro provocará que cada fumador consuma 4 cajetillas menos al año.

Figura 1. Evolución de las ventas de cigarrillos y de su precio. . Fuente: elaboración propia con datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos y del INE

Si el aumento de un 10 % en el precio del tabaco provoca un descenso en el consumo de apenas un 4 % (lo que se conoce en economía como demanda inelástica), ¿por qué la subida de precios en España, significativa desde 2007 en adelante, ha provocado una caída en las ventas per cápita tan pronunciada?

Además, ante el mantenimiento de precios observado entre 2019 y 2020, lo que teóricamente supondría mantener el consumo, ¿por qué se observa una pronunciada caída de las ventas entre 2019 y 2020? La evidencia científica indica que dos de las respuestas a esas preguntas son la renta de las personas y las distorsiones que se producen en las zonas fronterizas.

Dada la naturaleza adictiva del tabaco, ¿realmente influye la renta en su consumo? Mucho se ha escrito sobre la renta de las personas como factor relevante en el consumo de tabaco. De todas las evidencias científicas disponibles, a nivel macro, se pueden destacar tres puntos:

1. La asimetría del efecto que tienen las variaciones de renta en el consumo de tabaco

Es decir, cuando la renta de las personas aumenta, el efecto en el consumo de tabaco es distinto al que tienen las disminuciones de la renta en dicho consumo. En un artículo publicado en la revista Public Health en 2020 se evidencia que, mientras el aumento del 10 % en la renta de las personas genera un aumento del 4 % en el consumo de cigarrillos, la disminución del 10 % en la renta provoca una caída de hasta el 35 % en el consumo de tabaco.

Esta quizás sea una de las explicaciones principales de lo sucedido a partir de 2007, al inicio de la Gran Recesión. La subida de precios a partir de esa fecha, unida a la fuerte crisis, provocó que las ventas de cigarrillos cayeran a la mitad en el periodo 2007-2011.

2. La renta como determinante del consumo de tabaco

En el artículo Influencia del precio de los cigarrillos en España: Un análisis de descomposición Logarithmic Mean Divisia Index desde 1957 hasta 2018 (2021) se evidencia que la renta de las personas es un factor que determina la eficacia de las subidas de precio. Es decir, solo cuando la renta acompaña, las subidas de precios son efectivas.

3. Efecto de la evolución del PIB y la tasa de desempleo en el consumo de tabaco

Dado que las expansiones y recesiones en economía se miden a nivel macroeconómico, fundamentalmente, por el PIB y por la tasa de desempleo, el último punto clave está relacionado con esta cuestión.

Así, en un artículo publicado en International Journal of Health Economics and Management (2020) se observa que, en las expansiones económicas, la variable que afecta al consumo de tabaco es el PIB, mientras que, en las recesiones, es el desempleo la variable que interviene en la evolución del consumo de tabaco. Así, parece que cuando los consumidores pierden su empleo esa situación repercute en el consumo de tabaco.

Podemos afirmar, pues, que el precio es un mecanismo efectivo para controlar el tabaquismo, sobre todo cuando la renta no anula su efecto. En otras palabras, subir los precios en periodos de expansión no provoca un efecto muy pronunciado en el consumo de cigarrillos mientras que las recesiones, especialmente cuando aumenta el desempleo, tienen un fuerte efecto en el consumo de tabaco.

La efectividad de la subida de precio en zonas fronterizas

Una consideración recurrente en cuanto al tabaquismo en España es que fumar sigue siendo barato y accesible. La solución al problema sería muy sencilla en una sociedad aislada. Si no existiera posibilidad de arbitraje, subir el precio del tabaco hasta umbrales que lo hicieran un bien inaccesible podría, sin duda, erradicar el tabaquismo. Sin embargo, la realidad es más compleja.

En esta línea, tanto el artículo que abre este texto como otro publicado en 2020 en Nicotine & Tobacco Research arrojan luz sobre el comportamiento geográfico de las ventas de tabaco.

En el primero de ellos se observan fuertes distorsiones en las fronteras con países con los que existe un fuerte diferencial de precio. El segundo trabajo concluye que las zonas en las que hay distorsiones son también las más sensibles a cambios en el precio. Así, mientras, por ejemplo, en Madrid la demanda de tabaco cae un 4 % cuando el precio sube un 10 %, en Cádiz, el aumento del 10 % en el precio del tabaco provoca una disminución de más del 10 % en la demanda de tabaco legal. Esto evidencia, sin duda, que la posibilidad de arbitraje debe ser tenida en cuenta al legislar.

Figura 2. Caída en las ventas de cigarrillos. Fuente: Cadahia et al. (2021).

Pandemia, fronteras y tabaco

La covid-19, como cualquier otra pandemia, no es el mejor escenario de salud pública, pero, sin duda, ha servido para explicar las distorsiones geográficas que hacen que la subida del precio del tabaco no sea un mecanismo efectivo en todas las regiones. Como consecuencia de la covid-19 se cerraron todas las fronteras españolas y algo que parecía utópico, ocurrió.

A partir de datos oficiales se pudo ver que, comparadas con las del mismo mes de año anterior, las ventas de tabaco cayeron en abril de 2020 hasta un 180 % en zonas fronterizas con Francia. Mientras que en Cádiz, provincia fronteriza con Gibraltar, las ventas aumentaron.

En definitiva, para usar el precio como mecanismo de control del tabaquismo se deben considerar algunos factores clave. La renta, el desempleo y la posibilidad de arbitraje son factores determinantes que deben ser tenidos en cuenta.

Subir el precio en mayor medida en que lo haga la renta, unido a un fuerte control de fronteras, quizás pueda ser la solución para que subir el precio sea una medida efectiva de control del tabaquismo. Como en muchas disciplinas, las soluciones sencillas a problemas complejos no existen.

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