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Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc - CSIC)
2023-06-18T19:54:02Z
tag:theconversation.com,2011:article/206881
2023-06-18T19:54:02Z
2023-06-18T19:54:02Z
¿Qué es el fenómeno de la isla de calor urbana y cómo puede afectar a la salud?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/531611/original/file-20230613-21-rwwafg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=236%2C91%2C4859%2C2521&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/architecture-construction-residential-area-thermal-scanning-1902208918">Maximillian cabinet / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En el contexto actual de emergencia climática, el calentamiento global se hace cada vez más presente, también en las ciudades. Fenómenos como la isla de calor urbana o las <a href="https://theconversation.com/son-las-olas-de-calor-cada-vez-mas-intensas-187151">olas de calor</a> son cada vez más intensos y frecuentes. Además, las migraciones provocadas por el cambio climático aumentarán el número de personas que viven en las urbes. Pero ¿hasta qué punto afectan esos fenómenos térmicos a la salud y bienestar de sus habitantes?</p>
<h2>Noches más sofocantes</h2>
<p>Llamamos isla de calor urbana al incremento de la temperatura mínima diaria, la nocturna, producido en los núcleos urbanos –especialmente en los más densamente poblados– en comparación con la periferia o las zonas rurales adyacentes.</p>
<p>Este fenómeno ocurre <a href="https://espanol.epa.gov/la-energia-y-el-medioambiente/mantenerse-fresco-como-pueden-las-comunidades-reducir-el-efecto-de">por varios motivos</a>. En primer lugar, por los materiales con los que están construidas las ciudades, caracterizados por su alta inercia térmica y su importante poder de almacenamiento energético. Al disipar la energía del sol recibida durante el día lentamente, elevan las temperaturas nocturnas. </p>
<p>Además, suele tratarse de materiales de colores oscuros (como el <a href="https://cshub.mit.edu/sites/default/files/images/Albedo%201113_0.pdf">asfalto</a> o el hormigón), por lo que el albedo o capacidad de reflexión de la radiación incidente suele resultar bastante baja.</p>
<p>Por otra parte, la elevada densidad humana también contribuye al calentamiento, ya que la actividad antropogénica es mucho mayor. El uso de combustibles fósiles por el tráfico rodado y el funcionamiento de aparatos de aire acondicionado durante los meses más calurosos del año hacen que esa energía acumulada en el entorno urbano no se disipe a un ritmo adecuado. </p>
<p>En definitiva, las ciudades se sobrecalientan. Habitualmente, y sin demasiada evidencia epidemiológica, se asocia el efecto de la isla de calor con impactos nocivos sobre la salud, especialmente cuando también se producen olas de calor. Sin embargo, es necesario precisar hasta qué punto incide en indicadores básicos como la mortalidad o los ingresos hospitalarios urgentes. O si, por el contrario, más bien afecta comprometiendo el bienestar y confort de la población.</p>
<h2>Un estudio en ciudades españolas</h2>
<p>Con el fin de averiguarlo, los autores de este artículo llevamos a cabo una <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0048969723030334">investigación conjunta</a> entre el <a href="https://www.ietcc.csic.es/">Instituto de Ciencias de la construcción Eduardo Torroja</a>, perteneciente al CSIC, y el <a href="https://www.isciii.es/Paginas/Inicio.aspx">Instituto de Salud Carlos III</a>, con participación de otras instituciones como la <a href="https://www.aemet.es/es/portada">Agencia Estatal de Meteorología </a>(AEMET). </p>
<p>Nuestro trabajo tenía dos objetivos: comprobar cómo afecta el fenómeno de las islas de calor a las temperaturas máximas diarias y a las mínimas nocturnas y evaluar cuál de los dos registros presenta un mayor impacto sobre la salud.</p>
<p>Para realizar este análisis se tomaron datos medidos en observatorios meteorológicos validados por AEMET –en localización urbana y no urbana– de cinco ciudades densamente pobladas de España (Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y Murcia) durante el periodo 2013-2018. </p>
<h2>Hasta 11 ºC de diferencia entre el interior y la periferia</h2>
<p>Una de las conclusiones del estudio es que no se puede generalizar en cuanto a la intensidad del impacto de la isla de calor sobre la salud, y que este efecto solo se observa en las temperaturas nocturnas. La temperatura mínima puede variar en valores medios desde 1,3 ºC entre el interior de la ciudad y la periferia (caso de Madrid) hasta 4,1 ºC en Valencia. En los valores extremos se registró una diferencia de 11 ºC entre la mínima registrada en el observatorio urbano y la periferia. </p>
<p>¿De qué depende la intensidad de la isla de calor? Puede estar influida por diferentes factores, que van desde la densidad de población a la orientación geográfica de la ciudad, pasando por la distancia entre los dos observatorios o las características de la vegetación circundante. El <a href="https://theconversation.com/por-que-los-portales-de-los-edificios-estan-mas-frescos-que-las-propias-viviendas-185175">tipo y forma de los edificios</a>, así como los materiales con los que están hechos, también afectan decisivamente. </p>
<p>Por último, el color de estas construcciones, las calles y los espacios públicos pueden condicionar la capacidad de almacenamiento e inercia térmicas. </p>
<h2>En la costa, el impacto es mayor</h2>
<p>Las diferencias entre ciudades costeras y de interior ha sido otro resultado destacado del estudio. El efecto de isla de calor es claramente superior en las primeras, tanto en valores medios como extremos. Probablemente se deba a que el vapor de agua, más abundante en las urbes litorales, actúa como moderador de las variaciones térmicas.</p>
<p>Esas disparidades se extienden a la salud. En las ciudades del interior son las temperaturas máximas diarias las que muestran una mayor asociación con las cifras de mortalidad e ingresos hospitalarios urgentes, mientras que en las costeras están más vinculadas a las mínimas. Por tanto, desde este punto de vista, la isla de calor tendría un impacto menor en las dos poblaciones interiores (Murcia y Madrid) frente a las litorales (Valencia, Barcelona y Málaga). </p>
<p>Teniendo esto en cuenta, ¿cuál es la mejor de definición de ola de calor, la que se basa en la temperatura máxima diaria o la que utiliza la mínima? Aunque nuestro estudio sólo se ha realizado en cinco ciudades –y, por tanto, sus resultados no pueden extrapolarse a las de todo el país–, la respuesta es que las condiciones locales son determinantes para establecer el impacto en salud de la isla de calor urbana. </p>
<p>No obstante, y aunque existe una alta correlación entre ambas temperaturas, parece que la definición de ola de calor epidemiológica basada en la mínima diaria sería un mejor indicador para el impacto sobre la salud en las ciudades costeras, mientras que en las de interior escogeríamos la máxima. </p>
<h2>Medidas adaptadas a las circunstancias locales</h2>
<p>La principal conclusión de nuestro trabajo es que no existen recetas universales para luchar contra las consecuencias del cambio climático en las ciudades. Los procesos de vulnerabilidad y de adaptación vienen claramente marcados por las circunstancias locales, y es en esta clave en la que han de articularse los planes de prevención y las medidas de adaptación. </p>
<p>Factores claves en unas ciudades pueden pasar a ser casi irrelevantes en otras. Esto reafirma la necesidad de estudios locales, que se ajusten a la realidad socioeconómica, geográfica y climática de cada lugar, para ponerlos al servicio de quienes toman las decisiones políticas. </p>
<p>Teniendo en cuenta especialmente a la población vulnerable, las intervenciones urbanas han de dirigirse expresamente a mitigar y a promover la <a href="https://theconversation.com/estamos-cada-vez-mas-adaptados-al-calor-185149">adaptación al cambio climático</a> de la sociedad. Y una de las vías para lograrlo es mediante la adecuación efectiva de los entornos construidos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/206881/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Cristina Linares Gil recibe fondos de Instituto de Salud Carlos III </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Julio Díaz recibe fondos de Instituto de Salud Carlos III. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>María Teresa Cuerdo Vilches no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Se llama isla de calor urbana al aumento de temperatura nocturna que registra el interior de las ciudades en comparación con la periferia. Un estudio ha comprobado que este fenómeno tiene más impacto sobre la salud de la población en las urbes costeras.
María Teresa Cuerdo Vilches, Dra. Arquitecta. Investigadora, Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc - CSIC)
Cristina Linares Gil, Codirectora Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano, Instituto de Salud Carlos III
Julio Díaz, Codirector de la Unidad de Referencia de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano. Profesor de Investigación. ISCIII, Instituto de Salud Carlos III
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tag:theconversation.com,2011:article/196830
2023-01-04T22:05:27Z
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Las chimeneas: pasado, presente y futuro de un icono atemporal
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/502960/original/file-20230103-6615-xadztr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6657%2C3972&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-woman-sitting-home-by-fireplace-1013153599"> Rasulov / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Existentes desde tiempos inmemoriales, las chimeneas han sido parte de nuestro imaginario, alimentadas por cientos de ejemplos cinematográficos y literarios. Estas estructuras han evolucionado para convertirse, en pleno siglo XX, en ejemplos icónicos de la arquitectura doméstica moderna, hasta resultar hoy día un pequeño lujo al alcance de unos pocos. </p>
<p>Al ser el único modo de calentar el espacio doméstico durante siglos, la chimenea cobró un valor especial, ubicándose en salones o comedores principalmente. Además, se convirtió en un símbolo. Al encontrarse en el espacio más social, su decoración daba buena cuenta del poder adquisitivo de la familia, e incluso de poder. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/503117/original/file-20230104-105026-8lnru3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/503117/original/file-20230104-105026-8lnru3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/503117/original/file-20230104-105026-8lnru3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/503117/original/file-20230104-105026-8lnru3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/503117/original/file-20230104-105026-8lnru3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/503117/original/file-20230104-105026-8lnru3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/503117/original/file-20230104-105026-8lnru3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/503117/original/file-20230104-105026-8lnru3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Casa de campo con chimenea en lo que hoy sería un salón-cocina-comedor.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/old-times-farmhouse-interior-country-house-129086282">Shutterstock / ermess</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Con el tiempo, la chimenea dio lugar a todo un estilo arquitectónico a comienzos del siglo XX, la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Prairie_School">escuela de la pradera</a>, cuyo máximo exponente fue <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Frank_Lloyd_Wright">Frank Lloyd Wright</a>. En él, la casa de planta única se articulaba en torno a la chimenea, icono y elemento central. Al ser la única fuente de calefacción, debía estar en una posición tal que su calor se desprendiera a la mayor parte de espacios posible. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/503020/original/file-20230104-70116-xtm08j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/503020/original/file-20230104-70116-xtm08j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/503020/original/file-20230104-70116-xtm08j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=554&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/503020/original/file-20230104-70116-xtm08j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=554&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/503020/original/file-20230104-70116-xtm08j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=554&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/503020/original/file-20230104-70116-xtm08j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=696&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/503020/original/file-20230104-70116-xtm08j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=696&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/503020/original/file-20230104-70116-xtm08j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=696&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Casa de estilo moderno diseñada por el estadounidense Burton Schutt a principios del siglo XX.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://rosettaapp.getty.edu/delivery/DeliveryManagerServlet?dps_pid=IE161755">© Julius Shulman / J. Paul Getty Trust. Getty Research Institute, Los Angeles (2004.R.10)</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Sin espacio para la chimenea</h2>
<p>Actualmente, la población se concentra en las ciudades. Las familias viven en pisos distribuidos en edificios verticales. Esto dificulta la disponibilidad de chimeneas individuales, a nivel funcional, espacial y de seguridad. </p>
<p>El desarrollo de nuevas soluciones centralizadas en los edificios dieron paso a otros sistemas de calefacción colectivos más seguros para las viviendas. Estos, además, requerían menos espacio disponible, y podían llevarse a cualquier estancia sin peligro a través de emisores como los radiadores.</p>
<p>Tras la llegada de otras energías a la vivienda como la electricidad y el gas natural, estas redes de calefacción han evolucionado a otros esquemas, algunos a nivel individual. Estos permiten una mayor autonomía tanto en gasto como en uso, además de una mayor eficiencia energética. </p>
<p>Sin embargo, la sensibilidad de estos vectores energéticos a las coyunturas geopolíticas y socioeconómicas es tal que es fácil preguntarse: ¿tiene sentido instalar una chimenea, o una estufa, en casa? ¿Cuáles son sus beneficios energéticos y ambientales? ¿Tiene futuro este elemento tan icónico, ornamental y funcional en la vivienda de hoy día?</p>
<h2>Evolución de un símbolo</h2>
<p>Existen estudios que han alertado de <a href="https://www.mdpi.com/2073-4433/11/12/1326">la peligrosidad de estos elementos para los moradores</a>. La combustión de madera o derivados genera humos, gases y partículas en suspensión. Esto empeora la calidad del aire interior, lo que puede <a href="https://journal.chestnet.org/article/S0012-3692(18)32723-5/fulltext">producir o agravar diversas enfermedades</a>. </p>
<p>Además, se pueden producir accidentes mortales por intoxicación. Las razones pueden ser una mala combustión, una mala ejecución o diseño o un manejo negligente de la propia chimenea. </p>
<p>La combustión en chimenea tradicional ha demostrado ser poco eficiente. Las viviendas con chimenea <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352484716300026#f000020">son casi un tercio más ineficientes energéticamente</a> que las que no las tienen.</p>
<p>La proliferación de otros sistemas de calefacción más eficientes, versátiles, seguros y condensados ha relegado su instalación a una cuestión ornamental, y de cierto estatus social. Si además, se disfruta solo durante el fin de semana en la segunda vivienda, esta adquiere además notable importancia a nivel emocional. Lo estético de la lumbre se une a lo cálido del fuego, a la reunión social en torno al hogar, y a lo acogedor e íntimo del momento.</p>
<p>Nuevos diseños más seguros han dado paso a elementos más funcionales, como aquellos en los que la lumbre queda controlada en un espacio cerrado, que únicamente deja pasar el aire, como las estufas. Estas son más eficientes que las chimeneas tradicionales, pues consumen energía de forma más provechosa, y alcanzan mayores temperaturas de combustión, además de ofrecer más versatilidad. Por otra parte, son más seguras porque protegen de posibles accidentes domésticos. Su diseño es industrializado, por lo que resultan más baratas, y su seguridad no queda comprometida por una buena ejecución, antiguamente casi artesanal. Existen normativas que regulan esta funcionalidad para evitar accidentes. </p>
<h2>Pélets en lugar de leña</h2>
<p>La chimenea necesita de la combustión de biomasa de origen vegetal y de la entrada de oxígeno para mantener el fuego en el tiempo. La necesidad de un espacio acondicionado para su preservación ha llevado al uso de otros productos más sofisticados, como <a href="https://theconversation.com/estufas-de-biomasa-los-nuevos-ingredientes-para-el-pelet-mas-eficientes-y-baratos-194356">los pélets</a>, procedentes de material vegetal, con numerosas ventajas. </p>
<p>El pélet es un cilindro pequeño del tamaño aproximado de una colilla de cigarro. Además del típico serrín prensado, puede estar fabricado a partir de cáscaras de frutos secos, huesos de aceituna, restos de madera industrial o de podas, por ejemplo. </p>
<p>Dependiendo de su naturaleza, de la presencia de impurezas y humedad, y de la compactación del producto final, el pélet tendrá un poder determinado calorífico y generará ciertos residuos. A mejor calidad de la combustión, menos generación de residuos, y mayor aprovechamiento de la materia prima, necesitando menos producto para un determinado uso.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/502940/original/file-20230103-105135-q85u5j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/502940/original/file-20230103-105135-q85u5j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/502940/original/file-20230103-105135-q85u5j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/502940/original/file-20230103-105135-q85u5j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/502940/original/file-20230103-105135-q85u5j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/502940/original/file-20230103-105135-q85u5j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/502940/original/file-20230103-105135-q85u5j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/502940/original/file-20230103-105135-q85u5j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Los pélets son un combustible de biomasa.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/pot-pellets-heat-fireplace-wood-stove-2081337802">Matt Becc / Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Qué tener en cuenta para instalar una chimenea</h2>
<p>A la hora de instalar una chimenea o una estufa, en primer lugar hay que elegir un elemento que albergue buena relación calidad-precio, con un diseño que se adecúe a las características de la vivienda. En segundo lugar, hay que tener en cuenta el tipo de combustible, que preferiblemente debería estar disponible en un entorno cercano para asegurarnos la provisión durante el invierno. </p>
<p>Por otra parte, contar con un espacio de almacenamiento permite la inmediatez del uso del dispositivo con independencia de la movilidad hacia establecimientos distribuidores. Este almacenamiento se puede calcular partiendo de los parámetros de combustión de cada biomasa y su volumen aparente, y estimando un uso aproximado. </p>
<p>Además, para garantizar una correcta evacuación de humos y residuos, es importante que el elemento disponga de un sistema de recogida y acceso a cenizas, así como una adecuada entrada de aire y salida de humos hacia el exterior. En este sentido, la funcionalidad y la seguridad son imprescindibles. </p>
<h2>¿Un futuro incierto?</h2>
<p>Al observar la evolución que las chimeneas han sufrido a lo largo del tiempo, podemos concluir que ahora suponen un elemento más simbólico que funcional. Muchos condicionantes han llevado en los últimos tiempos a una relectura de su utilidad, condicionada por la seguridad y la disponibilidad de combustible, así como la eficiencia energética o la calidad del aire interior para mayor bienestar de las personas.</p>
<p>Sin embargo, será difícil borrar de nuestra mente la imagen idílica de la lumbre encendida en el hogar para calentar e iluminar las largas noches de invierno.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/196830/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Teresa Cuerdo Vilches no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Con la llegada del invierno, y especialmente en Navidad, es habitual encontrarnos con imágenes de la lumbre de una chimenea. ¿Cuál es el futuro de este elemento que un día constituyó el centro del hogar?
María Teresa Cuerdo Vilches, Dra. Arquitecta. Investigadora, Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc - CSIC)
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2022-06-26T19:15:03Z
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¿Por qué los portales de los edificios están más frescos que las propias viviendas?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/470242/original/file-20220622-29730-sojrfw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=25%2C12%2C8461%2C5649&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/entrance-staircase-residential-home-elevator-golden-2067869234">Shutterstock / Toyakisphoto</a></span></figcaption></figure><p>Comienza el verano y, al llegar a casa, muchos percibimos lo frescos que están nuestros portales. <a href="https://theconversation.com/olas-de-calor-el-futuro-es-ahora-185224">Durante una ola de calor</a> esta diferencia térmica es aún más perceptible, hasta el punto de que casi desearíamos poder dormir ahí. Este fenómeno puede deberse a distintas causas pero, pese a la singularidad de cada portal, existen algunas características comunes a la mayoría.</p>
<p>En primer lugar, el portal suele ser un lugar más sombrío. Gracias a su posición en la planta baja, a menudo cuenta con elementos propios que arrojan sombra. Por ejemplo, soportales, voladizos para proteger de la lluvia, o las terrazas de pisos superiores. Estos elementos impiden la incidencia de la radiación solar, lo que hace disminuir la temperatura en su interior.</p>
<p>Además, estos espacios pueden contar con otros elementos que arrojen sombra que no pertenecen al propio edificio: otros edificios cercanos, árboles, o mobiliario urbano, entre otros. Estos obstáculos remotos ayudan en verano a bajar la temperatura de estos accesos, sin sombrear habitualmente las partes superiores de los edificios.</p>
<p>Existen otros espacios o elementos en contacto con la entrada principal del edificio. Un ejemplo es el terreno, si no existe sótano (que suele ser térmicamente más estable durante todo el año). También pueden existir locales no habitables (trasteros, cuartos de contadores, salas de calderas –sin funcionar en verano– y garajes). Pueden darse a su vez locales acondicionados en horario de comercio (por ejemplo, tiendas comerciales). Todos ellos ayudan a su atemperación.</p>
<p>Durante el día no solemos estar en casa, por lo que no la refrigeramos. Incluso al salir solemos dejar las ventanas abiertas para ventilar, por lo que se nos cuela el aire caliente del exterior. Esto hace que suba su temperatura considerablemente.</p>
<p>Por otra parte, las entradas a los edificios suelen revestirse con materiales <em>nobles</em>. Esta <em>decoración</em>, bastante extendida, se suele hacer con materiales pétreos o cerámicos, como azulejos y mármoles. Esto también afecta a la temperatura general del acceso al edificio, y lo mantiene más fresco.</p>
<h2>El <em>efecto chimenea</em></h2>
<p>Otro efecto que influye claramente en la temperatura de estos espacios es el <em>efecto chimenea</em> provocado por los huecos de escalera. </p>
<p>Como el aire caliente es más ligero que el aire frío, escapa por el hueco de la escalera, subiendo a plantas superiores. Así se produce una acumulación de calor en las capas más altas de aire (estratificación). Si este aire sube, se produce una entrada de aire por las plantas inferiores. El aire fresco entra por la puerta principal u otros accesos desplazando al aire cálido y manteniendo el portal fresco durante más tiempo.</p>
<p>Al no tener contacto directo con superficies soleadas durante largos periodos de tiempo, estos espacios no acumulan calor suficiente en sus superficies que puedan radiar al interior.</p>
<h2>Un efecto secundario del aislamiento</h2>
<p>Suelen producirse transferencias térmicas de una vivienda a otra. Las viviendas antiguas no suelen estar bien aisladas entre ellas. Sin embargo, sí suelen estar mejor aisladas frente a espacios no habitables. Esto repercute en que el frescor del acceso del edificio no pase a las viviendas con tanta facilidad. </p>
<p>Otros efectos más complejos, sean antropogénicos o no, son los eventos meteorológicos extremos (olas de calor) o el efecto <a href="https://theconversation.com/el-retiro-de-madrid-un-oasis-urbano-que-actua-como-climatizador-frente-al-calor-120053">isla de calor urbana</a>, que suelen aumentar las diferencias térmicas entre espacios.</p>
<h2>¿Un refugio climático?</h2>
<p>Los espacios de acceso a los edificios residenciales (los portales o zaguanes) reúnen una serie de factores que los hacen sensiblemente más frescos que el resto del edificio. </p>
<p>Por ello, podríamos usarlos como refugios climáticos. Muchos de estos accesos podrían utilizarse por personas vulnerables al calor. En concreto, serían especialmente útiles a determinadas horas centrales del día, o ante olas de calor. </p>
<p>Las personas vulnerables pueden aliviar su fatiga y estrés térmico descansando o parando su actividad durante unos minutos. Así, los portales se aprovecharían, dándoles más vida. No en vano, estos espacios de acceso, anteriormente lugares de encuentro y reunión social vecinal, son tratados en los últimos tiempos de individualismo y movilidad social apenas como los <em>no lugares</em> de los edificios residenciales. </p>
<p>Con esta nueva función, los espacios de acceso podrían contribuir a la salud pública, convirtiéndose en salas frescas, tan agradables y necesarias en estos periodos de calor sofocante.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/185175/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Teresa Cuerdo Vilches no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Cuando el calor aprieta, experimentamos alivio al entrar en el portal de un bloque de viviendas debido a su frescor. Pero no ocurre lo mismo al entrar en los pisos. ¿Por qué?
María Teresa Cuerdo Vilches, Dra. Arquitecta. Investigadora, Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc - CSIC)
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tag:theconversation.com,2011:article/168125
2021-10-28T17:58:27Z
2021-10-28T17:58:27Z
Camino a la COP26: ¿Qué medidas son las más urgentes para reducir las emisiones de CO?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/424433/original/file-20211004-19-19pzysa.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=20%2C0%2C4473%2C2984&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/june-7-2020-brazil-this-photo-1751117720">Shutterstock / r rafapress</a></span></figcaption></figure><p><em>El <a href="https://theconversation.com/es/topics/informe-ipcc-2021-108504">último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático</a> (IPCC) sobre la ciencia del clima, publicado este verano, advierte que el calentamiento global de la superficie terrestre se está acelerando. También señala que los fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor y las lluvias torrenciales, han aumentado en frecuencia e intensidad en varias regiones del planeta.</em></p>
<p><em>Las evidencias científicas apuntan, de forma más abrumadora que en las evaluaciones anteriores, a la influencia humana en todos estos factores. Más concretamente, a las toneladas de gases de efecto invernadero vertidas a la atmósfera durante el último siglo.</em></p>
<p><em>La reducción de emisiones será uno de los principales temas que tratará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (la <a href="https://ukcop26.org/">COP26</a>), que se celebra en Glasgow entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre. Como adelanto, hemos preguntado a varios expertos en organización industrial, sistemas agroalimentarios, energía, movilidad sostenible y arquitectura qué medidas debemos tomar urgentemente para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.</em></p>
<hr>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/424243/original/file-20211001-22-s8v2ig.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/424243/original/file-20211001-22-s8v2ig.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/424243/original/file-20211001-22-s8v2ig.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/424243/original/file-20211001-22-s8v2ig.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/424243/original/file-20211001-22-s8v2ig.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/424243/original/file-20211001-22-s8v2ig.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/424243/original/file-20211001-22-s8v2ig.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/424243/original/file-20211001-22-s8v2ig.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Pedro Linares.</span>
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<h2>“<em>La gran mayoría de las cadenas de fabricación son globales, por lo que no basta con controlar las emisiones en una región</em>”</h2>
<p><strong><a href="https://theconversation.com/profiles/pedro-linares-705830">Pedro Linares</a></strong></p>
<p><strong>Profesor de Organización Industrial de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad Pontificia Comillas.</strong></p>
<p>Hay tres grandes ámbitos de actuación para reducir las emisiones de la industria. El primero es el despliegue de una verdadera economía circular, que suponga una reducción del consumo de materiales y productos manufacturados, así como el aumento de sus tasas de reciclado. Para muchos materiales como el acero o el aluminio su fabricación a partir de reciclados reduce enormemente el consumo de energía (y por tanto de emisiones). </p>
<p>El segundo es el desarrollo a nivel comercial de tecnologías que nos permitan fabricar materiales y productos sin utilizar energías fósiles. En el caso de los procesos de fabricación ya electrificados, la solución es más sencilla: utilizar electricidad de origen renovable. Pero hay procesos (en general los más intensivos en energía) que son difíciles de electrificar, y que requerirán el uso de gases renovables como el hidrógeno verde. Y estas tecnologías aún no son competitivas, por lo que será necesario un gran esfuerzo en investigación, desarrollo e implantación a escala. </p>
<p>Por último, el ámbito más complejo es el asociado a algunos procesos industriales que emiten CO₂ independientemente de la energía que utilicen. Es el caso del cemento o los <a href="https://theconversation.com/es/topics/fertilizantes-75871">fertilizantes</a>. Para eliminar estas emisiones la única opción (distinta de la economía circular ya mencionada) es la captura del CO₂ y su incorporación a materiales o depósitos que eviten su liberación a la atmósfera a largo plazo. </p>
<p>Es preciso pues actuar en estos tres ámbitos, recordando además algunas ideas muy importantes. Primero, que las inversiones en la transformación industrial son elevadas, y además con un período de maduración muy largo. Segundo, que la gran mayoría de las cadenas de fabricación industrial son globales, por lo que no basta con tratar de controlar las emisiones en una región concreta. Tercero, que también la innovación es un proceso global. Todo ello requiere políticas con visión de largo plazo y coordinadas internacionalmente.</p>
<hr>
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<span class="caption">Ivanka Puigdueta.</span>
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<span class="caption">Alberto Sanz Cobeña.</span>
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<h2>“<em>En el caso del consumo de alimentos, el mayor potencial lo encontramos en la adopción de dietas con alto contenido en alimentos vegetales y en la reducción del desperdicio alimentario</em>”</h2>
<p><strong><a href="https://theconversation.com/profiles/alberto-sanz-cobena-678907">Alberto Sanz Corbeña</a> e <a href="https://theconversation.com/profiles/ivanka-puigdueta-bartolome-675945">Ivanka Puigdueta</a></strong></p>
<p><strong>Investigadores del Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Ambientales de la Universidad Politécnica de Madrid.</strong></p>
<p>En materia de producción de alimentos, son importantes los esfuerzos en el ámbito de la investigación para diseñar sistemas ganaderos y agrícolas <a href="http://www.raing.es/sites/default/files/INFORME_RAING_23102020%20%2814.12h%29.pdf">más eficientes en el uso de recursos y con una menor huella de carbono</a>. </p>
<p>En algunos casos, los trabajos se han centrado en el ámbito de la biotecnología. Así, en el sector ganadero, el uso de <a href="https://www.produccion-animal.com.ar/informacion_tecnica/manejo_del_alimento/171-2016A_CapIV%20.pdf">inhibidores de la metanogénesis</a>, que afectan directamente a los microorganismos del rúmen, se han mostrado eficaces para reducir el metano generado en la digestión de los rumiantes. </p>
<p>En todos los sistemas ganaderos, mejoras en los piensos y en los sistemas de estabulación y gestión de los estiércoles pueden llevar a unas <a href="http://www.conama11.vsf.es/conama10/download/files/conama2020/CT%202020/5455.pdf">menores emisiones por unidad de producto</a>.</p>
<p>No obstante, únicamente si estos cambios o mejoras tecnológicas son acompañados de <a href="https://www.rfi.fr/es/programas/mundo-ciencia/20210625-europa-2050-hacia-un-modelo-agroalimentario-org%C3%A1nico-sostenible">cambios estructurales</a>, tanto los ligados al consumo como a la implementación de políticas ambiciosas, se podrían alcanzar los objetivos de reducción de emisiones que establece <a href="https://theconversation.com/es/topics/informe-ipcc-2021-108504">el último informe del IPCC</a>. Dichas iniciativas han de llevar, por ejemplo, a incrementar la cercanía entre sistemas ganaderos y agrícolas con el fin de facilitar el uso de estiércoles como fertilizantes.</p>
<p>En el caso de los sistemas de cultivo, en zonas con un elevado riesgo de padecer sequías y olas de calor, la gestión eficiente del riego y la fertilización es fundamental para incrementar su sostenibilidad agroambiental. Optimizar el uso de dichos recursos ha de conducir a ajustar la producción de insumos, altamente dependiente –todavía hoy– del uso de recursos fósiles. </p>
<p>Los sistemas de producción ecológicos y agroecológicos, altamente ligados al territorio (menos dependientes de recursos fósiles), podrían ser un elemento de avance importante hacia una mayor sostenibilidad y <a href="https://advances.sciencemag.org/content/7/34/eabg6995">menor huella de carbono asociada a la producción</a>, tal y como ya se refleja en <a href="https://ec.europa.eu/food/system/files/2020-05/f2f_action-plan_2020_strategy-info_en.pdf">importantes iniciativas europeas</a>.</p>
<p>En el caso del consumo de alimentos, el mayor potencial lo encontramos en la adopción de dietas con alto contenido en alimentos vegetales y en la <a href="https://www.ipcc.ch/srccl/">reducción del desperdicio alimentario</a>. Cuando hablamos de dietas basadas en alimentos vegetales no nos estamos refiriendo exclusivamente a dietas vegetarianas o veganas, sino también a otras como la dieta mediterránea o la <a href="https://eatforum.org/content/uploads/2019/07/EAT-Lancet_Commission_Summary_Report_Spanish.pdf">“dieta planetaria”</a>. Estas incluyen el consumo de pequeñas cantidades de alimentos de origen animal y han de considerar particularidades regionales y socioculturales.</p>
<p>Son varias las razones por las que la adopción de dietas ricas en vegetales está asociada a una menor huella de carbono: </p>
<ul>
<li><p>menor demanda de superficie para la producción de piensos para consumo ganadero, lo que implica una <a href="https://news.mongabay.com/2021/08/independent-monitoring-suggests-sharp-jump-in-amazon-rainforest-destruction/">menor deforestación</a> y cambios en uso de suelo que llevan asociados una importante emisión neta de gases de efecto invernadero y uso de energía para fabricar esos piensos, </p></li>
<li><p>reducción en el número de cabezas de ganado (reducción en la producción de metano entérico por la digestión de los rumiantes y menor producción de estiércoles sólidos y purines), </p></li>
<li><p>consumo directo de nutrientes (sin necesidad de transformación mediante la digestión de los animales), etc.</p></li>
</ul>
<p>Para la promoción de esta medida sería conveniente establecer mecanismos que favorezcan la ganadería extensiva, más ligada al territorio, y que se corrijan las actuales desigualdades sociales en el acceso a alimentos de calidad. </p>
<p>En cuanto al desperdicio alimentario, el objetivo es evitar las emisiones ligadas a la producción de alimentos que nunca serán consumidos, y son, por tanto, tirados al “cubo” de la atmósfera sin producir ningún beneficio en su ciclo de vida. Además, esta medida busca también reducir la enorme cantidad de desechos orgánicos que acaban en los vertederos y cuya descomposición está asociada a importantes emisiones de gases de efecto invernadero.</p>
<hr>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/424413/original/file-20211004-15-1dzva20.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/424413/original/file-20211004-15-1dzva20.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/424413/original/file-20211004-15-1dzva20.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/424413/original/file-20211004-15-1dzva20.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/424413/original/file-20211004-15-1dzva20.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/424413/original/file-20211004-15-1dzva20.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/424413/original/file-20211004-15-1dzva20.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/424413/original/file-20211004-15-1dzva20.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Margarita Mediavilla.</span>
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<h2><em>“Lo más urgente no es reducir las emisiones de CO₂, sino frenar el deterioro de la biosfera”</em></h2>
<p><strong><a href="https://theconversation.com/profiles/margarita-mediavilla-pascual-857952">Margarita Mediavilla</a></strong></p>
<p><strong>Investigadora del Grupo de Investigación en Energía, Economía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid</strong></p>
<p>Lo más urgente no es reducir las emisiones de CO₂, sino frenar el deterioro de la biosfera. En estos momentos, para cumplir los objetivos del Acuerdo de París y evitar que la temperatura aumente 1,5 °C, deberíamos bajar nuestras emisiones a cero prácticamente de un año para otro. Eso es muy poco realista. </p>
<p>Vamos a vivir en un mundo más caliente y la cuestión es si, a pesar de ello, va a ser un mundo vivible. Como explican científicos como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Lynn_Margulis">Margulys</a>, <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/James_Lovelock">Lovelock</a> y <a href="https://www.gaia-organica.info/blog/acerca-de-carlos-de-castro/">Castro</a>, son las complejas funciones de regulación que realizan los bosques, los mares y los suelos las que estabilizan el clima y mantienen las condiciones aptas para la vida. Por eso, lo más importante en estos momentos es frenar el deterioro de la biosfera: solo los ecosistemas sanos son capaces de evitar las peores consecuencias del cambio climático. </p>
<p>Para conseguir esto hacen falta medidas que no suelen estar en los discursos sobre transición energética. Deberíamos prohibir la <a href="https://theconversation.com/asi-contribuye-al-cambio-climatico-la-agricultura-quimica-que-intoxica-el-mar-menor-167158">agricultura de insumos químicos</a> (que es la primera causa de pérdida de biodiversidad y erosión) y sustituirla por técnicas orgánicas y agroecológicas. Deberíamos frenar la pérdida de bosques, acabar con la sobrepesca, reducir drásticamente el uso de plásticos, cuidar los suelos y los acuíferos. </p>
<p>Solo después de todo ello podremos empezar a hablar de energías renovables. Porque si para reducir emisiones a base de fotovoltaica y vehículos eléctricos necesitamos abrir miles de minas y ocupar miles de hectáreas destruyendo ríos, bosques, suelos y mares, no estamos evitando, en absoluto, la desestabilización del clima.</p>
<hr>
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<span class="caption">Roberto Álvarez Fernández.</span>
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</figure>
<h2><em>“El modelo actual de transporte es insostenible por la gran cantidad de energía que consume, sea de origen fósil o no”</em></h2>
<p><strong><a href="https://theconversation.com/profiles/roberto-alvarez-fernandez-744300">Roberto Álvarez Fernández</a></strong></p>
<p><strong>Profesor, experto en ingeniería eléctrica y movilidad sostenible de la Universidad Nebrija</strong></p>
<p>En el ámbito del transporte la primera medida es evidente: racionalizar el uso del vehículo, cambiando nuestros <a href="https://www.alphabet.com/files/2019-11/foro-de-movilidad-2019.pdf">hábitos de movilidad</a>. Es una medida tan individual, tan importante y necesaria como no derrochar agua o reciclar el plástico o el papel. Tenemos que interiorizar que el problema del modelo actual no está solamente en el tipo de combustible utilizado, sino en el derroche de energía que suponen nuestros hábitos de movilidad. </p>
<p>El modelo es insostenible por la gran cantidad de energía que consume, sea de origen fósil o no. Cualquier energía consumida supone un coste medioambiental. Partiendo de esa premisa, vienen el resto de las medidas asociadas: transporte público, bicicleta, teletrabajo, transporte compartido, transformación urbana, etc.</p>
<p>Admitiendo que los coches <a href="https://www.caixabankresearch.com/es/analisis-sectorial/industria/sector-del-automovil-espana-estrategico-y-transformacion">no van a desaparecer</a>, no deberíamos caer en el error de replicar nuestro modelo actual de movilidad cambiando los vehículos de combustión por vehículos eléctricos. La generalización del uso del vehículo eléctrico no tiene por qué ser beneficiosa a nivel global en lo que respecta a las emisiones de gases de efecto invernadero, porque depende del <a href="https://api.esios.ree.es/documents/580/download?locale=es">mix eléctrico</a> de cada país. </p>
<p>Mejorar las emisiones derivadas de la generación de energía eléctrica a nivel global es absolutamente necesario para que el vehículo eléctrico sea sostenible. En este sentido, la medida más razonable sería fomentar la investigación en el conocido como <a href="https://www.europarl.europa.eu/news/es/headlines/society/20210512STO04004/hidrogeno-renovable-que-ventajas-tiene-para-europa">hidrógeno verde</a> y su papel tanto en la automoción como en la reducción del uso de centrales térmicas y de ciclo combinado.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/424415/original/file-20211004-25-nh6wjj.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/424415/original/file-20211004-25-nh6wjj.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/424415/original/file-20211004-25-nh6wjj.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/424415/original/file-20211004-25-nh6wjj.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/424415/original/file-20211004-25-nh6wjj.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/424415/original/file-20211004-25-nh6wjj.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/424415/original/file-20211004-25-nh6wjj.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/424415/original/file-20211004-25-nh6wjj.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">María Teresa Cuerdo Vilches.</span>
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<h2><em>“Como usuarios podemos tener en cuenta todas aquellas acciones dirigidas a ser eficientes en el consumo energético”</em></h2>
<p><strong><a href="https://theconversation.com/profiles/maria-teresa-cuerdo-vilches-1047775">María Teresa Cuerdo Vilches</a></strong></p>
<p><strong>Arquitecta e investigadora en el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETCC - CSIC)</strong></p>
<p>En la construcción de edificios debemos considerar la emisión de CO₂ en todo el ciclo de vida, es decir, desde que se proyectan, pasando por la etapa de construcción, y uso, mantenimiento, reciclaje y demolición. Como usuarios podemos tener en cuenta todas aquellas acciones dirigidas a ser eficientes en el consumo de recursos en general, y <a href="https://theconversation.com/es/topics/eficiencia-energetica-56639">en el consumo energético</a> en particular.</p>
<p>Es importante negociar con la empresa distribuidora una tarifa eléctrica acorde a nuestras necesidades domésticas, al uso que hacemos a la energía y a los horarios en los que solemos interactuar en el hogar con los dispositivos. Para ello, es importante asesorarse, analizando nuestros hábitos de consumo, y buscar tarifas que mejoren las condiciones para estos horarios. Pero esto debe ser revisado con detenimiento y, a ser posible, por un experto en la materia.</p>
<p>Por otra parte, sería conveniente conocer el tipo de generación de la energía. A ser posible, deberíamos optar por la <a href="https://theconversation.com/es/topics/energias-renovables-60363">renovable</a> y de origen local. Disponer de instalaciones de energías renovables en casa puede resultar muy interesante. La inversión que requieren puede ser importante, pero se pueden encontrar programas de incentivos que permitan hacerla de forma que nos resulte rentable.</p>
<p>Un uso responsable de la energía (y por tanto una menor emisión de CO₂) puede llevarse a cabo utilizando de forma óptima los electrodomésticos, que deben contar con la mejor calificación energética posible (etiquetado mínimo A), así como luminarias tipo LED. Estos electrodomésticos deben cargarse totalmente, con programas adaptados a la carga, y optimizar las temperaturas de uso, por ejemplo, en el caso de climatizadores o del frigorífico.</p>
<p>Es buena práctica apagar los dispositivos en <em>stand by</em>. Si nos marchamos de casa o mientras dormimos se pueden incluso desconectar las líneas del cuadro eléctrico que no contengan aquellos electrodomésticos o dispositivos de utilización continuada, como el frigorífico, por ejemplo. Así ahorramos energía, disminuimos el importe de la factura, y con ello también podemos disminuir la emisión de CO₂.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<p><em>Este artículo forma parte de la cobertura de <a href="https://page.theconversation.com/cop26-glasgow-2021-climate-change-summit/">The Conversation sobre la COP26</a>, la conferencia sobre el clima de Glasgow.</em></p>
<p><em>Siga la cobertura completa en <a href="https://page.theconversation.com/cop26-glasgow-2021-climate-change-summit/">inglés</a>, <a href="https://theconversation.com/fr/topics/cop26-104786">francés</a>, <a href="https://theconversation.com/ca-fr/topics/cop26-104786">francés canadiense</a>, <a href="https://theconversation.com/id/topics/cop26-85556">bahasa indonesio</a> y <a href="https://theconversation.com/es/topics/cop26-97674">español</a>, <a href="https://page.theconversation.com/cop26-glasgow-2021-climate-change-summit/">aquí</a>.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/168125/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Aunque gran parte de mi investigación está financiada por empresas, ONGs e instituciones públicas relacionadas con el sector energético y medioambiental, declaro que los resultados, conclusiones y opiniones de mis publicaciones no representan ni han sido influidas por estas entidades.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Ivanka Puigdueta Bartolomé trabaja en la consultora especializada en adaptación al cambio climático y sostenibilidad ICALIST. Es creadora de FooDTURAMA.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Margarita Mediavilla Pascual recibe fondos de la Unión Europea (programa Horizont 2020) y del Ministerio de Ciencia e Innovación. Es miembro de Ecologistas en Acción, de Valladolid Toma la Palabra y del Foro Transiciones de FUHEM.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Alberto Sanz Cobeña, María Teresa Cuerdo Vilches y Roberto Álvarez Fernández no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>
Tras el último informe del IPCC, y con vistas a la próxima COP26, hemos preguntado a expertos en ámbitos como el transporte y los sistemas agroalimentarios qué debemos hacer para reducir la generación de gases de efecto invernadero.
Pedro Linares, Profesor de Organización Industrial de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería ICAI, Universidad Pontificia Comillas
Alberto Sanz Cobeña, Profesor e investigador en el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Ambientales, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
Ivanka Puigdueta Bartolomé, Doctoranda en cambio climático y sistema alimentario, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
Margarita Mediavilla Pascual, Profesora del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática y miembro del Grupo de Investigación en Energía, Economía y Dinámica de Sistemas, Universidad de Valladolid
María Teresa Cuerdo Vilches, Dra. Arquitecta. Investigadora, Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc - CSIC)
Roberto Álvarez Fernández, Profesor. Ingeniería eléctrica y movilidad sostenible, Universidad Nebrija
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/162467
2021-06-09T19:54:35Z
2021-06-09T19:54:35Z
Teresa Cuerdo: “Más del 40% de las casas no estaban acondicionadas para el teletrabajo”
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/405443/original/file-20210609-14594-tujkqt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=22%2C0%2C2501%2C1662&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Teresa Cuerdo.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.csic.es/es/actualidad-del-csic/teresa-cuerdo-mas-del-40-de-las-viviendas-no-estaban-acondicionadas-para-el">IETCC-CSIC</a></span></figcaption></figure><p><em>El teletrabajo ha llegado para quedarse. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) para el primer trimestre de 2021, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), indican que más de un 11% de los empleados trabaja desde su domicilio. En 2019 el porcentaje era del 4,8%. El crecimiento de esta cifra está ligada a la pandemia y al confinamiento domiciliario que se vivió en España a principios de 2020 para contener la propagación del SARS-CoV-2. En esas semanas, el teletrabajo se convirtió en la actividad a la que más tiempo dedicaron los españoles, por delante del descanso y las tareas domésticas. Eso obligó a adaptar las viviendas. De un día para otro, todo el núcleo del hogar tuvo que compartir de forma permanente el mismo espacio. Se convirtió en algo habitual que los padres y las madres teletrabajasen en las mismas estancias en las que sus hijos e hijas telestudiaban.</em></p>
<p><em>¿Cómo se adaptan las personas a la situación de los hogares? ¿Responden las viviendas a las nuevas necesidades surgidas del confinamiento? ¿Cuáles son las preferencias de sus habitantes? A partir de estas preguntas surge el <a href="https://covidhab.ietcc.csic.es/">proyecto Covid-Hab</a>, que lidera la científica Teresa Cuerdo (Sevilla, 1980), investigadora del CSIC en el <a href="https://www.ietcc.csic.es/">Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja</a> (IETCC-CSIC). El proyecto Covid-Hab que se enmarca en la <a href="https://pti-saludglobal-covid19.corp.csic.es/">Plataforma Temática Interdisciplinar Salud Global</a>, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Covid-Hab realiza un estudio mixto (cuantitativo y cualitativo) del binomio hogar (convivientes) y vivienda (espacio físico doméstico) entre el 14 de marzo y el 21 de junio de 2020. Se han recopilado más de 1 800 encuestas y cerca de 600 testimonios escritos y fotografías de viviendas a través de dos formularios. Los datos revelan importantes cambios tanto en los hábitos como en el uso de los espacios.</em></p>
<p><strong>¿Estaban preparadas las viviendas españolas para un confinamiento como el que se vivió entre los meses de marzo y junio de 2020?</strong></p>
<p>No se puede dar una respuesta categórica, pero, según los datos de nuestro estudio, el 30 % de las viviendas analizadas necesita mejoras para afrontar una permanencia tan extrema como la de aquellas semanas. Concretamente, para garantizar un ambiente interior adecuado, sería necesario un mayor aislamiento acústico y térmico. Un tercio de la muestra ha padecido unas circunstancias más desfavorables que el resto. En muchas de las variables evaluadas, entre un 30 y un 40 % vivía en clara desventaja.</p>
<p><strong>Y para el teletrabajo, ¿estaban acondicionadas?</strong></p>
<p>Muchas viviendas no estaban acondicionadas. En el 42 % de las casas estudiadas no había un lugar específico para ello. De hecho, el confinamiento obligó a adaptar los espacios al teletrabajo, que era algo novedoso para muchos españoles y también para muchas administraciones y empresas. En las viviendas sin un sitio concreto para teletrabajar o en las que teletrabajaban y teleestudiaban varias personas (que fue en más de la mitad de los hogares analizados) se recurrió, en muchas ocasiones, a espacios compartidos que habitualmente no están destinados a ese fin. La mesa del comedor, por ejemplo, fue para muchas familias el despacho y el aula donde los padres trabajaban con su ordenador mientras los hijos hacían sus deberes. Pero también detectamos hasta un 8 % de viviendas en las no se ha contado con un lugar fijo para teletrabajar y en las que sus habitantes han tenido que ir alternando zonas de trabajo.</p>
<p><strong>¿Cuáles serían las condiciones básicas ideales en una vivienda para teletrabajar?</strong></p>
<p>Es llamativa la escasez de trabajos que estudian el teletrabajo en general, y más aún la taxonomía de sus espacios disponibles. Nosotros hemos analizado muchos aspectos y, aunque se ha valorado el contexto concreto del confinamiento, hay muchas claves que se pueden extrapolar a la situación actual.</p>
<p>La mayoría de participantes exige, como mínimo, un espacio fijo (exclusivo o compartido) con, al menos, buena iluminación natural. El aspecto de la luz natural es algo muy valorado que destaca el 53 % de los encuestados. Pero también dan mucha importancia a que la habitación tenga una temperatura y tamaño adecuados y, en menor medida, a que cuente con un correcto aislamiento del ruido.</p>
<p><strong>Y si hablamos de teletrabajo, las cuestiones digitales son también importantes.</strong></p>
<p>Podemos decir que las anteriores son las denominadas cualidades esenciales, pero, efectivamente, las cuestiones digitales son claves para trabajar desde casa. Para más del 70 % de los participantes en el estudio, los medios digitales –ordenador, teléfono, internet…– han resultado suficientes o buenos. A pesar de ello, en muchos hogares tener buena cobertura de internet para las videollamadas ha condicionado la selección de los espacios de trabajo.</p>
<p><strong>Hasta ahora nos hemos referido a los aspectos físicos de la vivienda, pero ¿existen otros datos que llamen la atención en relación al trabajo desde casa?</strong></p>
<p>Los datos revelan que el teletrabajo está asociado a cierto estatus social, está vinculado a una estabilidad socioeconómica. Podemos decir que es una cuestión de clases, de privilegiados. Quienes han podido beneficiarse del teletrabajo habitualmente son personas con formación universitaria y profesionales liberales. Es cierto que, como consecuencia de la pandemia, a ellos se han sumado muchos funcionarios y trabajadores por cuenta ajena; el confinamiento ha diversificado el perfil del teletrabajador. Pero se mantienen una serie de características relacionadas con las viviendas que son bastante homogéneas e implican cierto nivel económico. Esta realidad no es exclusiva de nuestro país, está en sintonía con los datos emitidos por Europa.</p>
<p><strong>¿Existe un perfil que se haya adaptado mejor al binomio vivienda-teletrabajo?</strong></p>
<p>Las personas con una estabilidad vital son quienes mejor lo han valorado. El perfil sería: mayores de 55 años, con vivienda en propiedad (principalmente unifamiliar) y sin menores en casa. En cambio, los adultos jóvenes, con menores de 5 años a su cargo, que viven en alquiler y no tienen un lugar fijo para teletrabajar han sido los que valoran peor sus espacios de teletrabajo.</p>
<p><strong>Algunos expertos han señalado que las mujeres han estado más condicionadas por el teletrabajo que los hombres. ¿Se refleja en el estudio Covid-Hab?</strong></p>
<p>La pandemia y el teletrabajo han evidenciado el desequilibrio existente entre hombres y mujeres respecto a la vida laboral y personal. Comparativamente, las mujeres no han podido dedicar mucho tiempo. De hecho, más del 62 % de participantes del estudio son mujeres y los datos analizados muestran que ellas han permanecido más tiempo en casa para llevar a cabo las tareas domésticas, cuidar de menores o dependientes, y conciliar la vida familiar y laboral. Las teletrabajadoras han percibido una mayor dedicación a estas tareas, un 10 % más que los hombres.</p>
<p><strong>El teletrabajo ha sido la principal actividad durante el confinamiento, según vuestro estudio, pero no la única. ¿Cómo se han adaptado las viviendas?</strong></p>
<p>No es lo mismo una vivienda en la que vive una única persona que aquella en la que comparten espacio muchas y además compatibilizan tareas al mismo tiempo. En la mitad de los hogares analizados, concretamente el 51 %, vivían tres o más personas. Esas familias, y en particular aquellas con menores, han tenido que compartir los espacios más amplios de la vivienda para el cuidado de los más pequeños. Se han elegido estancias con cierta amplitud, iluminación y un mínimo de mobiliario, aunque el coste fuese la concentración, el aislamiento y la ergonomía. Las cocinas, por ejemplo, se han convertido en un lugar de intercambio social y han servido, incluso, de espacio para el entretenimiento. Pero son los salones los que, desde luego, han sido el lugar elegido para el reencuentro después de la jornada. Y cabe destacar la terraza, el elemento estrella y un auténtico lujo que no estaba al alcance de todos. Ha sido un lugar especialmente deseado. Además, otro espacio adquirió mucho protagonismo: la entrada de la vivienda. Pasamos de no darle apenas uso a convertirlo en el espacio de higienización y protección del exterior.</p>
<p><strong>¿Ha influido en cómo hemos vivido el confinamiento la “edad” del parque de viviendas en España?</strong></p>
<p>El parque de viviendas tiene una media de 40 años y existen ciertas carencias que están relacionadas tanto con el momento en el que se edificaron muchos de los edificios como con su estado de conservación. Si ya de por sí las cualidades de las viviendas inciden en nuestro bienestar y en la salud de sus habitantes, la sobreexposición que supone el confinamiento puede conllevar un empeoramiento tanto de la salud física como emocional para los más desfavorecidos. Y a eso se suma que las viviendas más antiguas dependen en gran medida de suministros de origen fósil, lo que se traduce en ausencia, en muchos casos, de sistemas de energías renovables que faciliten el ahorro y ayuden a ser energéticamente más autónomas. Confío en que las estrategias europeas y el nuevo programa marco de investigación e innovación europeo Horizonte Europa (2021-2027) contribuyan a la descarbonización, la transición energética y a la modernización del parque de viviendas en España en el aspecto energético.</p>
<p><strong>Si tuviéramos que afrontar un nuevo confinamiento y además hacerlo teletrabajando, ¿cómo sería la casa ideal?</strong></p>
<p>Si atendemos a las variables mejor valoradas, sería una casa amplia, unifamiliar, en propiedad, con buena calidad ambiental (buena iluminación natural, calidad del aire y aislamiento al ruido, y confortable térmicamente, es decir, que no necesitase de sistemas de climatización frío/calor), con un lugar independiente para teletrabajar, y con espacios abiertos al exterior o buenas vistas.</p>
<p><strong>¿Cree que las conclusiones del estudio podrían ayudar en el futuro a la toma de decisiones en materia de vivienda?</strong></p>
<p>Es cierto que el proyecto es fruto de una foto fija que, por así decirlo, se ha tomado en caliente. Por lo tanto, habría que ver cómo evoluciona la situación, comprobar si realmente la sociedad sigue demandando ciertos aspectos y si en el futuro van a ir en la misma dirección. Pero puede servir para evidenciar las demandas de los españoles en un momento concreto en relación a las viviendas, definir sus preferencias y conocer cuáles consideran que son sus carencias. Esta información puede resultar de gran utilidad para los responsables políticos, los investigadores y los profesionales del sector para cambiar el paradigma de lo que supone habitar la vivienda.</p>
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<p><em>Esta <a href="https://www.csic.es/es/actualidad-del-csic/teresa-cuerdo-mas-del-40-de-las-viviendas-no-estaban-acondicionadas-para-el">entrevista</a> fue publicada en la web del CSIC.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/162467/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
La arquitecta del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja analiza en el proyecto Covid-Hab el binomio convivientes-vivienda durante el confinamiento.
María González, Redactora en el Departamento de Comunicación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
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tag:theconversation.com,2011:article/153272
2021-01-15T18:20:38Z
2021-01-15T18:20:38Z
Filomena, covid-19 y pobreza energética: un triplete imbatible para los más vulnerables
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/379038/original/file-20210115-19-rg9ijr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C7951%2C5304&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/roofs-houses-completely-covered-snow-by-1891406608">Chemari / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cuando apenas estrenábamos el año nuevo, con todas nuestras esperanzas puestas en el cambio de almanaque, de nuevo nos azota otro fenómeno insólito: <a href="https://www.efe.com/efe/espana/sociedad/filomena-colapsa-gran-parte-de-espana-despues-dos-dias-intenso-temporal/10004-4436207">la borrasca Filomena y la actual ola de frío</a>. </p>
<p>Temporalmente, las noticias sobre casos de covid-19 han sido eclipsados por la aparición de Filomena en toda España. Temperaturas inusualmente bajas, nevadas copiosas en ciudades como Madrid, y la inaccesibilidad a servicios básicos y logísticos complican aún más la situación de los últimos meses por la pandemia.</p>
<h2>El antecedente: el confinamiento por la covid-19</h2>
<p>En la primavera de 2020, nos confinaban como medida de contención ante el brote del SARS-CoV-2. <a href="https://www.who.int/director-general/speeches/detail/who-director-general-s-opening-remarks-at-the-media-briefing-on-covid-19---11-march-2020">La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia el 11 de marzo</a>. Tres días después <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2020-3692">el Gobierno español estableció el estado de alarma</a>, que <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2020-5767">se prolongó hasta el 21 de junio</a>. </p>
<p>Las familias tuvieron que permanecer en sus casas. Estas se convirtieron en <a href="https://theconversation.com/repensar-la-vivienda-tras-la-pandemia-137276">epicentro de actividades diarias y extraordinarias</a>, como el <a href="https://theconversation.com/teletrabajar-en-tiempos-de-covid-19-estan-nuestros-hogares-preparados-138453">teletrabajo</a>. Se suspendieron actividades no esenciales, docencia, y salidas al exterior. </p>
<p>Los hogares sufrieron con más intensidad la sobreexposición a las condiciones domésticas. Una habitabilidad básica, calidad ambiental interior, y suficiente energía para vivir, han sido verdaderos desafíos para muchos. La permanencia en las casas propició un mayor consumo energético, asociado principalmente a <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/12/23/10198">tareas culinarias y dispositivos tecnológicos</a>. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/378710/original/file-20210114-13-1mb37av.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/378710/original/file-20210114-13-1mb37av.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/378710/original/file-20210114-13-1mb37av.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=314&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/378710/original/file-20210114-13-1mb37av.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=314&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/378710/original/file-20210114-13-1mb37av.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=314&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/378710/original/file-20210114-13-1mb37av.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=394&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/378710/original/file-20210114-13-1mb37av.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=394&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/378710/original/file-20210114-13-1mb37av.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=394&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Incremento de uso del equipamiento doméstico durante el confinamiento.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.mdpi.com/2071-1050/12/23/10198">Elaboración propia a partir de los resultados del proyecto COVID-HAB</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>El riesgo de vulnerabilidad y pobreza energética se incrementó. Muchos hogares han perdido ingresos, por empleos no reconocidos, o esenciales. Estos últimos entrañaban mayor riesgo de contagio por usar transporte público, por contacto social, en espacios cerrados. A su vez, el mayor hacinamiento exponía más a los convivientes. Por todo ello, las <a href="https://capitanswing.com/libros/epidemiocracia/">rentas bajas se asociaron al mayor riesgo de padecer covid-19</a>. </p>
<h2>Viviendas antiguas, mal aisladas</h2>
<p>La pandemia ha puesto de manifiesto la antigüedad de las viviendas. Más de la mitad son anteriores a los 80, cuando se crearon las primeras <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1979-24866">normativas térmica</a>, y posteriormente <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1988-23328">acústica</a>. Casi todas son previas a la actual normativa, el <a href="https://www.codigotecnico.org/DocumentosCTE/DocumentosCTE.html">Código Técnico de la Edificación (CTE)</a>. Creado en 2007, es más estricto en calidad ambiental y confort interiores. Esto explica la escasez de aislamiento al exterior y de mecanismos de respuesta al frío o al calor del parque residencial. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/378788/original/file-20210114-21-4dnu3l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/378788/original/file-20210114-21-4dnu3l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/378788/original/file-20210114-21-4dnu3l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=341&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/378788/original/file-20210114-21-4dnu3l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=341&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/378788/original/file-20210114-21-4dnu3l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=341&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/378788/original/file-20210114-21-4dnu3l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=429&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/378788/original/file-20210114-21-4dnu3l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=429&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/378788/original/file-20210114-21-4dnu3l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=429&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Distribución de las viviendas principales según edad de construcción (miles de viviendas).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaboración propia a partir de los datos de la Estrategia de Rehabilitación Energética en el Sector de la Edificación en España (ERESEE, 2020), según MITMA a partir de Encuesta Continua de Hogares 2018 (INE).</span></span>
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</figure>
<h2>La presión económica en el hogar</h2>
<p>En toda Europa, la pandemia ha <a href="https://www.mirror.co.uk/news/uk-news/households-plunged-energy-poverty-hits-23249527">agravado la situación de pobreza energética. La caída del empleo, la falta de ingresos, y la subida del precio de la energía</a> son algunas razones. </p>
<p>Existen <a href="http://abio-upm.org/project/proyecto-femenmad/">estudios</a> que relacionan el género con una mayor incidencia de pobreza energética. </p>
<p>A nivel global, han proliferado distintas ayudas. <a href="http://www.engager-energy.net/covid19/">Descuentos o congelación de pagos, regulación de precios energéticos, y prestaciones, han sido las más frecuentes</a>. Sin embargo, estas se han aplicado desigualmente, según los países y regiones.</p>
<p>En España, la <a href="https://www.efe.com/efe/espana/economia/el-precio-de-la-luz-vuelve-a-subir-lunes-y-se-mantiene-alto-en-ola-frio/10003-4436708">nueva subida del precio de la electricidad</a> coincidente con la ola de frío actual, ha sido un nuevo varapalo. </p>
<h2>La llegada de Filomena</h2>
<p>Con la llegada del nuevo año, un nuevo fenómeno insólito vuelve a golpearnos. Una borrasca ha traído consigo la mayor ola de frío y nevadas en décadas. Ciudades anegadas por la nieve, problemas en infraestructuras, imposibilidad de accesos a transportes, servicios básicos y logística, y el cierre de centros educativos, de nuevo. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/378707/original/file-20210114-14-1dyyb4q.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/378707/original/file-20210114-14-1dyyb4q.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/378707/original/file-20210114-14-1dyyb4q.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/378707/original/file-20210114-14-1dyyb4q.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/378707/original/file-20210114-14-1dyyb4q.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/378707/original/file-20210114-14-1dyyb4q.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/378707/original/file-20210114-14-1dyyb4q.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/378707/original/file-20210114-14-1dyyb4q.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Una calle de Madrid anegada por las consecuencias de Filomena.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Las familias con menos recursos se han visto obligadas nuevamente a confinarse. Sin poder acudir a trabajar, con los más jóvenes en casa, y sin suficientes recursos para responder a las necesidades domésticas. La energía para las tareas vitales (cocinar, lavar o calentar la vivienda), para teleestudiar, así como los recursos digitales necesarios establecen brechas en la población, poniendo en desventaja a los más necesitados. </p>
<p>Las <a href="https://doi.org/10.1016/j.envint.2015.12.027">olas de frío están asociadas al aumento de mortalidad</a>, siendo su valor diario mayor <a href="http://gesdoc.isciii.es/gesdoccontroller?action=download&id=11/02/2020-aae7e5ae3a">incluso que para las olas de calor</a>. </p>
<p>Las viviendas deben responder ante estas circunstancias con mayores capacidades aislantes y de confort. Así, la salud de las personas no se vería comprometida ante la severidad de eventos como esta ola gélida.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/378790/original/file-20210114-20-xtgzdp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/378790/original/file-20210114-20-xtgzdp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/378790/original/file-20210114-20-xtgzdp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=297&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/378790/original/file-20210114-20-xtgzdp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=297&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/378790/original/file-20210114-20-xtgzdp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=297&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/378790/original/file-20210114-20-xtgzdp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=373&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/378790/original/file-20210114-20-xtgzdp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=373&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/378790/original/file-20210114-20-xtgzdp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=373&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Disponibilidad y tipo de sistemas de climatización en las viviendas españolas. Uso durante el confinamiento.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaboración propia a partir de los resultados del proyecto COVID-HAB.</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El derecho a la energía, más allá del confort</h2>
<p>La pandemia ha destapado carencias y asuntos pendientes, habitualmente advertidos con anterioridad por los expertos. Sus avisos han obtenido desigual atención por decisores políticos y administraciones. </p>
<p>El <a href="https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/european-green-deal_es">gran pacto verde europeo</a> y la <a href="https://ec.europa.eu/energy/topics/energy-efficiency/energy-efficient-buildings/renovation-wave_en">ola de renovación de edificios definida por Europa</a> como estrategias para los próximos años, establecen las bases en rehabilitación residencial. </p>
<p>España, por su parte, <a href="https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/10/29/economia/1603999823_765853.html">ha previsto un presupuesto sin precedentes</a> para tal fin. Sin embargo, esto, además de urgente, resulta insuficiente para satisfacer las necesidades actuales de estas familias. El derecho a suministros como la energía, imprescindible para vivir, e internet, para trabajar y aprender, <a href="http://www.engager-energy.net/wp-content/uploads/2020/05/ENGAGER-Call_for_Action_COVID_19_R2E.pdf">deberían garantizarse de forma universal</a> y estable.</p>
<h2>Respuestas para una población desgastada</h2>
<p>Una sociedad desfavorecida, golpeada por la pandemia y el temporal, requiere respuestas reales, efectivas, y rápidas. Su salud es más vulnerable ante la adversidad. Es imprescindible atender sus necesidades para evitar más desgracias. </p>
<p>Para poder aportarles calidad y esperanza de vida, se deben asegurar los bienes y servicios básicos. Se precisan planes de prevención frentes a las olas de frío, así como planes de contingencia ante emergencias sanitarias como la actual. </p>
<p>Urge el compromiso real con la <a href="http://www.engager-energy.net/wp-content/uploads/2020/09/WG3-Policy-Brief_Sept-2020.pdf">población, por aquellos que toman las decisiones políticas, administraciones</a>, y otros agentes involucrados. </p>
<p>Partiendo del <a href="http://www.engager-energy.net/wp-content/uploads/2020/02/ENGAGER-Policy-Brief-No.-3-February-2020-Making-the-Most-of-Qualitative-Data-for-EP-Research-and-Action.pdf">interés por las demandas sociales</a>, se deben diseñar políticas y ejecutar estrategias centradas en los usuarios. Esto, junto a la rehabilitación residencial, mitigaría la pobreza energética, además de mejorar la salud pública y disminuir el gasto asociado. </p>
<p>Mientras tanto, se debe incrementar la ayuda social, para minimizar los efectos devastadores de la covid-19, Filomena, y quién sabe qué otro evento inesperado (<a href="https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2020.140563">o no</a>) más.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/153272/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>
Tanto la pandemia como el frío han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de muchas familias. El derecho a suministros como la energía e internet deberían garantizarse de forma universal.
María Teresa Cuerdo Vilches, Dra. Arquitecta. Investigadora, Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc - CSIC)
Miguel Ángel Navas Martín, Personal Investigador Predoctoral. Departamento de Epidemiología y Bioestadística. Escuela Nacional de Sanidad (ENS), Instituto de Salud Carlos III
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/145417
2020-09-07T07:45:14Z
2020-09-07T07:45:14Z
COVID-19: La ventilación en centros educativos, una asignatura pendiente
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/356655/original/file-20200906-104123-q5sorr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5160%2C3435&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Clase al aire libre en un colegio de Turín, Italia, durante la crisis del nuevo coronavirus.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/coronavirus-outbreak-lifestyle-outdoor-summer-school-1751836289">Shutterstock / MikeDotta</a></span></figcaption></figure><p>Con el comienzo del nuevo curso, muchas son las incertidumbres sobre un posible contagio por COVID-19, y la eficacia de las medidas a adoptar en las aulas. </p>
<p>La crisis sanitaria del coronavirus ha evidenciado deficiencias en múltiples aspectos. Una de ellas es la habitabilidad de los edificios. Tanto <a href="https://theconversation.com/repensar-la-vivienda-tras-la-pandemia-137276">viviendas</a>, como no residenciales, son objeto de continuo análisis. </p>
<p>Diversas propuestas surgen para paliar el contagio en colegios, como dar <a href="https://revistas.um.es/areas/article/view/144721">clases al aire libre</a>. Esta medida se aplicó en epidemias anteriores. Con ventajas indiscutibles, no está exenta de dificultades logísticas, espaciales o meteorológicas. </p>
<p>La medida consensuada es ventilar los edificios al máximo. Sin embargo, la situación actual de muchos de los centros educativos existentes no cumplen las exigencias normativas y las recomendaciones vigentes. Esta medida podría generar una falsa sensación de seguridad, y conviene exponer las razones. </p>
<h2>La importancia de la ventilación para la salud</h2>
<p>La ventilación es la forma más antigua y universal de eliminar sustancias no deseables de diverso origen en interiores. Se renueva el aire interior, viciado, mediante la entrada de aire del exterior. </p>
<p>La exposición excesiva a altas concentraciones de estas sustancias genera en los usuarios problemas de salud, baja concentración y mayor absentismo. Una buena ventilación, además, elimina la humedad ambiental. La <a href="https://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0009/276624/School-environment-Policies-current-status-en.pdf">ventilación en interiores y la salud</a> están directamente relacionadas.</p>
<p>La ventilación puede ser natural (abriendo huecos al exterior), mecánica (mediante ventiladores de entrada y/o salida, que dirigen el aire por conductos a través de filtros y otros elementos), o híbrida. Los dos últimos son sistemas controlados, y suelen integrarse en la climatización de edificios no residenciales.</p>
<h2>La ventilación, una medida frente a la COVID-19 en interiores</h2>
<p><a href="https://www.ashrae.org/about/ashrae-en-espa%C3%B1ol">Expertos internacionales</a> en calidad del aire interior y climatización habían alertado de la posible transmisión vía aerosoles antes de la conocida <a href="https://academic.oup.com/cid/advance-article/doi/10.1093/cid/ciaa939/5867798">carta abierta a la Organización Mundial de la Salud (OMS)</a>. </p>
<p>El <a href="https://www.miteco.gob.es/es/ministerio/medidas-covid19/sistemas-climatizacion-ventilacion/default.aspx">gobierno español</a> estableció pautas sobre ventilación y <a href="https://theconversation.com/el-aire-acondicionado-un-aliado-frente-a-la-covid-19-en-interiores-140654">climatización en edificios</a>. Sin embargo, la eficacia de la ventilación en centros educativos parece no estar a la altura de las circunstancias. Esta difiere de lo establecido por la norma. </p>
<h2>Nuestros centros docentes</h2>
<p>La normativa española sobre calidad del aire interior y ventilación para espacios docentes es el <a href="https://energia.gob.es/desarrollo/EficienciaEnergetica/RITE/Reglamento/RDecreto-1027-2007-Consolidado-9092013.pdf">Reglamento de Instalaciones Térmicas de los Edificios (RITE)</a>, a partir del Código Técnico de la Edificación (CTE), (<a href="https://www.codigotecnico.org/images/stories/pdf/ahorroEnergia/DBHE.pdf">Documento Básico DB-HE2, sobre Condiciones de las Instalaciones Térmicas</a>). </p>
<p>Entre el 90 y el 95 % de estos edificios se construyó antes de la citada normativa (2006), que promovió exigencias efectivas en ventilación, calidad del aire y confort interior. Un 60 % de estos centros se creó antes de que existiera ninguna normativa relacionada (1980). </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/356621/original/file-20200905-18-1gzwimj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/356621/original/file-20200905-18-1gzwimj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=365&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/356621/original/file-20200905-18-1gzwimj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=365&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/356621/original/file-20200905-18-1gzwimj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=365&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/356621/original/file-20200905-18-1gzwimj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=459&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/356621/original/file-20200905-18-1gzwimj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=459&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/356621/original/file-20200905-18-1gzwimj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=459&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Número de inmuebles educativos por década de construcción.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaboración propia a partir de los datos de la Estrategia de Rehabilitación Energética en el Sector de la Edificación en España (ERESEE, 2020), según Base de Datos del Catastro 2017.</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>De la recién emitida <a href="https://www.mitma.gob.es/el-ministerio/planes-estrategicos/estrategia-a-largo-plazo-para-la-rehabilitacion-energetica-en-el-sector-de-la-edificacion-en-espana">Estrategia para la Rehabilitación Energética en el Sector de la Edificación en España (ERESEE, 2020)</a> se desprende la falta de ventilación controlada en estos edificios.</p>
<h2>La exigencia normativa</h2>
<p>Según norma, los edificios docentes precisan buena calidad de aire interior: 12,5 l/s y persona. </p>
<p>Uno de los métodos de cálculo en ventilación se basa en las renovaciones de aire por hora (r/h) para los espacios analizados. Este valor depende del volumen de la estancia y su ocupación. Algunos <a href="https://www.caloryfrio.com/construccion-sostenible/ventilacion-y-calidad-aire-interior/colegio-ingenieros-traslada-preocupacion-baja-calidad-aire-centros-educativos.html">colegios profesionales</a> y otros <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1420326X16631596">estudios</a> aconsejan entre 6 y 10 r/h. Para las <a href="https://www.boe.es/boe/dias/2010/03/12/pdfs/BOE-A-2010-4132.pdf">dimensiones y ratios en aulas</a> parece razonable.</p>
<h2>Ventilación natural insuficiente</h2>
<p>La ventilación natural necesita diferencias de temperatura exterior-interior, o la acción del viento. Su efectividad varía según:</p>
<ul>
<li><p>diseño del edificio, </p></li>
<li><p>orientación a vientos predominantes,</p></li>
<li><p>obstáculos del entorno, </p></li>
<li><p>relación de superficies de huecos al exterior y su disposición, </p></li>
<li><p>número de ocupantes, </p></li>
<li><p>volumen de los espacios, </p></li>
<li><p>pautas de uso del espacio y de apertura de huecos, y</p></li>
<li><p>condiciones climáticas y otras perturbaciones provenientes del exterior.</p></li>
</ul>
<p>Estas y otras razones llevan al mal funcionamiento de la ventilación natural en muchos centros docentes <a href="https://www.mdpi.com/2075-5309/9/9/197/htm">españoles</a>. En <a href="https://www.rehva.eu/fileadmin/EU_projects/HealthVent/HealthVent_WP5_-_Final_Report.pdf">Europa</a> –proyecto <a href="https://www.rehva.eu/eu-projects/project/healthvent">HEALTHVENT</a>–, y <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-53754274">Estados Unidos</a> muestran niveles de CO₂ muy superiores al límite –<a href="https://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0009/276624/School-environment-Policies-current-status-en.pdf">1000 ppm según la OMS</a>–. </p>
<h2>La ventilación controlada: deseable y casi inexistente</h2>
<p>Conocer cómo se produciría el barrido de los aerosoles entre espacios naturalmente ventilados genera incertidumbre. La apertura indiscriminada de ventanas y puertas podría generar corrientes incontroladas que, dirigidas a espacios poco ventilados, a otras aulas, o desde los baños, darían lugar a una mayor posibilidad de contagio.</p>
<p>Con el diseño de la ventilación mecánica (integrada o no en la climatización), el flujo de aire viciado es dirigido de forma segura al exterior. Además resulta eficiente, pues, bien diseñada, alcanza las exigencias normativas sin depender de factores externos o incontrolables. </p>
<h2>Ante esto, ¿qué podemos hacer?</h2>
<p>Los Ministerios de <a href="http://www.educacionyfp.gob.es/prensa/actualidad/2020/06/20200623-guiaprevencioncursonuevo.html">Educación y FP</a> y <a href="https://www.ciencia.gob.es/stfls/MICINN/Universidades/Ficheros/Recomendaciones_del_Ministerio_de_Universidades_para_adaptar_curso.pdf">Universidades</a> establecieron recomendaciones someras sobre ventilación ante el nuevo curso. </p>
<p>Ya en 2015 la <a href="https://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0009/276624/School-environment-Policies-current-status-en.pdf">OMS dio algunas pautas más claras</a>, como la medición del CO₂. La concentración de este gas informa sobre el nivel de ventilación con mucha sensibilidad. Valores superiores a 1000 <a href="https://www.solerpalau.com/es-es/blog/partes-por-millon/">ppm </a>indican mala ventilación. La diferencia entre concentraciones interior/exterior debería ser de 500 ppm según <a href="https://energia.gob.es/desarrollo/EficienciaEnergetica/RITE/Paginas/InstalacionesTermicas.aspx">RITE</a>.</p>
<p>La ventilación controlada, además, filtra adecuadamente y diluye el CO₂. Los purificadores ayudan a limpiar el aire, aunque no diluyen el CO₂. El mantenimiento y la limpieza de estos sistemas deben ser prioritarios.</p>
<p>Para casos de ventilación natural, se puede recurrir a equipos autónomos con filtros <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/HEPA">HEPA</a>, con retención de aerosoles mayor al 99,95 % que permiten alta renovación de aire y uso continuado. </p>
<p>Se recomienda asimismo pautar periodos de ventilación coordinados. La ventilación cruzada debería evitar situaciones de posible transmisión entre espacios (por ejemplo, con la apertura alterna de aulas a pasillos, atendiendo a espacios no ventilados, y cerrando baños). Estos últimos deberían tener extracción propia continuada. </p>
<p>Estas medidas complementan a las sanitarias (uso correcto de mascarilla, limpieza frecuente de manos, superficies y espacios, y distancia interpersonal). </p>
<p>Somos conscientes de las limitaciones actuales. Pero es preciso advertir de la urgencia de actuaciones que favorezcan <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/12/14/5772/htm">entornos educativos confortables y saludables</a>. Ahora, más que nunca.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/145417/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Teresa Cuerdo Vilches no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Muchos colegios no cuentan con ventilación suficiente debido a su antigüedad, lo que puede condicionar la efectividad de las medidas para evitar los contagios por COVID-19. La eficacia ambiental de los centros educativos debe ser una urgencia para las autoridades.
María Teresa Cuerdo Vilches, Dra. Arquitecta. Personal de investigación, Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc - CSIC)
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2020-07-23T19:06:31Z
2020-07-23T19:06:31Z
El aire acondicionado, ¿un aliado frente a la COVID-19 en interiores?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/349135/original/file-20200723-17-1s3z90z.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5988%2C4007&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mechanic-wearing-mask-prevent-disease-covid-1716781489">Shutterstock / Sirisak_baokaew</a></span></figcaption></figure><p>Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha <a href="https://www.who.int/news-room/commentaries/detail/transmission-of-sars-cov-2-implications-for-infection-prevention-precautions">reconocido</a> de forma explícita la transmisión de la COVID-19 por vía aérea. </p>
<p>La progresiva entrada de personas en recintos cerrados por trabajo u ocio, en pleno verano, y el uso de instalaciones de climatización genera cierta desconfianza y miedo por una posible propagación del virus.</p>
<h2>Mecanismos de contagio en interiores</h2>
<p>En espacios interiores y con presencia de personas siempre existe <a href="https://theconversation.com/la-covid-19-se-contagia-o-no-por-el-aire-142409">riesgo de contagio</a>. Si hay personas, hay bioaerosoles. Estos se producen al respirar, hablar, toser, estornudar, gritar o cantar. En ellos, la saliva transporta posibles virus, bacterias y demás partículas en suspensión. Estas pueden permanecer en el aire durante horas, dependiendo de su tamaño y de la velocidad del aire o de la velocidad de la emisión. </p>
<p>La permanencia de las partículas en suspensión dependerá también de si el aerosol se deposita sobre una superficie o se seca total o parcialmente, convirtiéndose en un núcleo de gotícula. Puede incluso quedar en estado latente. Todas estas variables intervienen en el proceso de contagio. </p>
<p>Con una estrategia de diseño adecuada, el acondicionamiento del aire (climatización) puede contribuir a la protección frente a la COVID-19. </p>
<p>Ahora bien, estos sistemas nunca podrán suplir las medidas de salud pública establecidas por las autoridades sanitarias: distancia física interpersonal, protección con mascarilla, lavado frecuente y a conciencia de manos, y reducción del tiempo de exposición lo máximo posible. </p>
<h2>¿Cómo puede ayudar el aire acondicionado?</h2>
<p>La principal función del aire acondicionado es mantener las condiciones de confort interior de los espacios. Esto cobra especial sentido cuando las temperaturas alcanzan valores más extremos por unas <a href="https://www.researchgate.net/profile/Ricardo_Trigo/publication/240918348_A_Review_of_the_European_Summer_Heat_Wave_of_2003/links/572ca03208ae88d4a32d64f2.pdf">olas de calor</a> cada vez más frecuentes. La situación puede complicarse en las grandes ciudades, con efectos como la <a href="https://idus.us.es/handle/11441/59051">isla de calor urbana</a>. </p>
<p>Existe abundante evidencia científica en torno a las consecuencias para la salud de la exposición prolongada a <a href="https://theconversation.com/teletrabajar-en-tiempos-de-covid-19-estan-nuestros-hogares-preparados-138453">ambientes no confortables</a>. La Asociación Estadounidense de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (ASHRAE) resalta que el <a href="https://www.airelimpio.com/notas-tecnicas/documento-de-posicionamiento-de-ashrae-sobre-aerosoles-infecciosos/">estrés térmico</a> por exposición a espacios no acondicionados se relaciona con riesgos para la salud y una merma en la capacidad de resistencia vírica. </p>
<p>Además, en los edificios no residenciales, los sistemas de climatización son complejos. En la mayoría de los casos incluyen ventilación mecánica. Por ello, estos edificios no suelen contar con ventilación natural a través de ventanas. </p>
<p>La ventilación mecánica permite controlar la cantidad de aire renovado del exterior, propiciando la calidad del aire interior. A la vez, se mezcla con parte del aire recirculado para generar cierto ahorro energético al aprovechar la energía aportada al aire ya tratado.</p>
<h2>Claves para asegurar una ventilación correcta</h2>
<p>La ventilación de los espacios interiores a través de la climatización permite mezclar el aire exterior con una parte del aire interior recirculado dentro del equipo. </p>
<p>Las <a href="https://www.atecyr.org/docs/uploads/1588938441_Recomendaciones%20Atecyr%20sobre%20el%20Covid'19%20a%207%20de%20mayo%202020.pdf">recomendaciones para estos sistemas</a> establecen incrementar en lo posible la contribución de aire exterior (si se puede al 100 %) de forma continua, así como mitigar la recirculación para evitar fugas o mezclas indeseadas que contaminen el aire nuevo.</p>
<p>Para espacios no climatizados, o climatizados sin ventilación incorporada, la ventilación natural es la clave. Abrir las ventanas facilita la dilución del virus en el ambiente. Pero hay que tener en cuenta que, en presencia continuada de personas, esta ventilación debe hacerse con cuidado, puesto que la ventilación natural es imprevisible e incontrolable. </p>
<p>Las corrientes pueden generar efectos no deseados y hacer un barrido que favorezca el contagio. Ante esto, lo mejor es estudiar el aforo y la ubicación de los usuarios, la disposición de los huecos y las posibles corrientes de aire, tratando de evitar estos efectos adversos.</p>
<p>En el caso de baños públicos, la producción de aerosoles también puede derivar en transmisión fecal-oral. Por eso, es deseable disponer de extracción mecánica y tratar de evitar las ventanas abiertas para impedir un flujo indeseado hacia zonas ocupadas. La extracción mecánica canaliza la dilución efectiva del aire hacia el exterior.</p>
<h2>Otras técnicas de protección</h2>
<p>En aquellos espacios donde la ventilación no es eficiente, las <a href="https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/transicion-ecologica/Documents/2020/220620-guia-climatizacion-anticovid.pdf">autoridades sanitarias</a> proponen otras técnicas, como la filtración. Esta puede ser incorporada a la climatización en la medida en que las características del sistema lo permitan. </p>
<p>Si no fuera viable incorporar la filtración al sistema, se pueden usar filtros autónomos o portátiles tipo <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/HEPA">HEPA</a> (de High Efficiency Particulate Air) con retención superior al 99,95 %, según la normativa. Deben ser utilizados en continuo y tener una alta capacidad de renovar el aire. </p>
<p>Además, existen técnicas purificadoras del aire, con acción germicida, como la luz ultravioleta y el ozono. Las recomendaciones sobre estas técnicas sugieren precaución. Se desaconseja su uso en presencia de personas por el carácter nocivo para la salud y el medioambiente, pues muchos generan ozono y otros subproductos. Los equipos, manejados siempre por personal cualificado, han de contar con homologación, ser adecuados al espacio y tener demostrada eficacia.</p>
<p>Por otra parte, se pueden efectuar modificaciones en los sistemas. Por ejemplo, dirigiendo los flujos de aire para favorecer un acondicionamiento más seguro y mejorar los caudales de aire hacia valores de buena calidad interior (equivalentes a 12,5 l/s por persona), como aconsejan las <a href="https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/transicion-ecologica/Documents/2020/220620-guia-climatizacion-anticovid.pdf">autoridades nacionales</a>. Solo superan este <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2013-3905">nivel de filtración</a> las salas blancas de hospitales, clínicas, laboratorios y guarderías.</p>
<p>Por último, y especialmente en sistemas de climatización que hayan estado parados durante el confinamiento, se aconseja una limpieza completa y minuciosa. Si han seguido funcionando, bastaría con las revisiones prescriptivas, aunque comprobar caudales de trabajo y el estado de los filtros es deseable. </p>
<p>Si estas medidas no pueden aplicarse de forma eficaz, se recomienda reducir considerablemente el aforo del espacio interior.</p>
<h2>Climatizar sin olvidar las medidas básicas</h2>
<p>La climatización de los edificios puede jugar a favor de la lucha contra la COVID-19 si se diseña bien la estrategia y se adaptan los sistemas en lo posible para favorecer entornos más seguros. Pero es imprescindible mantener las medidas de salud pública ya conocidas. Todo suma cuando se trata de la salud colectiva.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/140654/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Teresa Cuerdo Vilches no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Con un diseño adecuado, los sistemas de climatización pueden contribuir a protegernos frente a la COVID-19. Conviene reducir al máximo la recirculación y aumentar la proporción de aire exterior.
María Teresa Cuerdo Vilches, Dra. Arquitecta. Personal de investigación, Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc - CSIC)
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2020-06-09T19:05:57Z
2020-06-09T19:05:57Z
¿¡Ponemos una piscina en la terraza!?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/340400/original/file-20200608-176571-1l656v6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C281%2C5194%2C3179&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/little-boy-swims-inflatable-pool-close-1675984090">Oksana Klymenko / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En plena desescalada del confinamiento por <a href="https://theconversation.com/es/covid-19">COVID-19</a>, las perspectivas de vacaciones estivales son inciertas. El calor empieza a apretar en todo el territorio. Muchos hogares lo han visto claro: ¡pongamos una piscina en la terraza! </p>
<p>Las terrazas han sido el espacio estrella de este confinamiento. Ahora surge una nueva forma de explotarlas, colocando piscinas hinchables o desmontables. <a href="https://www.lanzadigital.com/general/leroy-merlin-dispara-las-ventas-de-piscinas-desmontables/">Sus ventas se han disparado</a> en el último mes. Pero ¿es seguro tomar esta decisión? ¿entraña algún riesgo?</p>
<h2>El peso del agua</h2>
<p>Arquitectos, arquitectos técnicos y administradores de fincas alertan en un <a href="http://www.cscae.com/index.php/conoce-cscae/sala-de-comunicacion/6291-arquitectos-arquitectos-tecnicos-y-administradores-de-fincas-alertan-de-los-riesgos-de-instalar-piscinas-en-terrazas-y-azoteas-sin-criterio-tecnico">comunicado</a> de los riesgos de instalar piscinas en terrazas y azoteas sin criterio técnico. Lo hacen ante las continuas noticias sobre el incremento de ventas de estos productos y el consecuente aluvión de consultas efectuadas estos días.</p>
<p>El agua tiene un peso nada despreciable. Nuestras terrazas y azoteas no están calculadas para soportar el peso total que supone un gran volumen de líquido. El peso que pueden resistir depende de varios factores:</p>
<ul>
<li><p><strong>La edad de la vivienda.</strong> El año de construcción determina la normativa utilizada para el cálculo estructural. Dependiendo de la norma, las cargas (acciones) aplicadas pueden variar ligeramente. Pero no nos engañemos, esa variación puede suponer tan solo 5 o 10 cm más en la altura del agua de la piscina. </p></li>
<li><p><strong>El diseño estructural.</strong> Según el diseño del edificio, se definen los elementos estructurales, su combinación y el cálculo de cargas consideradas. Además, se aplican determinados coeficientes de seguridad. Paradójicamente, el escenario más desfavorable no responde siempre a la lógica de una mayor carga. Influye también cómo se reparte. Colocar una piscina puede desestabilizar la estructura, comprometiéndola. Incluso puede provocar su colapso y derrumbe. </p></li>
<li><p><strong>La localización geográfica.</strong> Los valores de las cargas no son los mismos para un edificio residencial en un sitio con cierta altitud donde nieva a menudo que frente al mar, por ejemplo. El tipo de suelo y el ambiente también influyen, determinando el cálculo y diseño estructural. </p></li>
<li><p><strong>El tipo de espacio abierto al exterior.</strong> Tampoco se calculan igual las azoteas transitables públicamente que las de uso privado, o las terrazas o balcones volados. Las cargas y su distribución varían, pues no se comportan estructuralmente igual.</p></li>
</ul>
<p>Existen además movimientos de distinto origen que afectan a la estructura. Otras cargas, oscilaciones, vibraciones o dilataciones y contracciones por cambios de temperatura también influyen, al igual que las reformas realizadas en el edificio o parte de él y el estado de la estructura. </p>
<h2>Los cálculos de cargas</h2>
<p>La mayoría de las viviendas habitadas en España se calcularon bajo alguna de las siguientes normas:</p>
<ul>
<li><p>La <a href="http://www.aa-icai.org/pdf/02.pdf">NBE-AE 88</a> modificó parcialmente en 1988 a su antecesora, la <a href="http://canojimenezarquitectos.es/archivo/normativa/77%20zCTE/zAE-881.pdf">MV-101/1962</a>. </p></li>
<li><p>Posteriormente, se desarrolló la norma vigente, el Código Técnico de la Edificación (CTE), cuyo <a href="https://www.codigotecnico.org/images/stories/pdf/seguridadEstructural/DBSE-AE.pdf">Documento Básico sobre Seguridad Estructural</a> se actualizó en 2009. </p></li>
</ul>
<p>Entre ellas no existen cambios sustanciales respecto a sobrecargas de uso, pero hay variaciones. Estas cargas permitirían una altura máxima del agua en la piscina de entre 10 y 20 cm como máximo. Esto equivale a una piscina infantil pequeña. Sin contar con el peso de los bañistas. Si no son niños, suponen una carga extra nada despreciable. </p>
<p>Existen soluciones de refuerzo estructural para terrazas o azoteas que se pueden acometer, pero pueden entrañar ciertas molestias. </p>
<h2>Pida un estudio de viabilidad</h2>
<p>Cálculos de diseño aparte, tenemos que tener en cuenta otros factores propios de la edad y la vida del edificio. El tipo de ambiente, la salud de las estructuras, así como el uso y el mantenimiento del edificio influyen decisivamente. </p>
<p>Antes de tomar una decisión, es aconsejable consultar con el gestor de su propiedad para saber si la instalación afecta o no a la comunidad y cómo. Si no hay problema, debe asesorarse por expertos. </p>
<p>Ellos estudiarán la viabilidad de la piscina, emitirán su correspondiente informe técnico y podrán aconsejarle sobre la mejor opción para su vivienda y el lugar idóneo para ubicarla. </p>
<p>Si quiere una piscina fija o de obra, además de valorar su viabilidad y posibles consecuencias para la comunidad, necesitará una licencia, que tramitará su ayuntamiento según lo anterior y considerando otras normas urbanas aplicables. </p>
<h2>Vigile el estado de la terraza</h2>
<p>Existen otros peligros derivados del uso de estas piscinas en terrazas y azoteas. En primer lugar, ¿están al día de mantenimiento y limpieza? Los sumideros y canalizaciones son a menudo puntos flacos. Deben estar limpios y en pleno funcionamiento para, en un momento dado, absorber el agua que pueda rebosar. </p>
<p>El mantenimiento general de estos espacios puede comprometer también la recogida accidental de gran cantidad de agua. En concreto, el estado del piso, los encuentros con paramentos adyacentes y con pretiles, los rodapiés y otros puntos delicados deben encontrarse en buen estado. </p>
<p>Pueden existir filtraciones o fisuras no perceptibles. Si se produjera una inundación por rotura de la piscina o un vaciado incontrolado, los daños pueden tener graves consecuencias, también para terceros. Y pueden no aparecer de forma inmediata o visible.</p>
<h2>Considere contratar un seguro</h2>
<p>Conviene hacer una consideración sobre las responsabilidades. Dependiendo del tipo de terraza o azotea, determinadas decisiones sobre su uso y disfrute pueden corresponder a la comunidad de propietarios, pues afectan a elementos o espacios comunes.</p>
<p>Si decidiera poner una piscina en su casa, debería contratar un seguro de hogar, aunque <a href="https://www.seguroscatalanaoccidente.com/blog/seguro-de-hogar-obligatorio-ley/">no sea siempre obligatorio</a>. Se aconseja especialmente cubrir la responsabilidad civil a terceros. En general, es una buena práctica frente a posibles daños o perjuicios ocasionados a otros por nuestros actos. Obviamente, esta medida no evita el peligro. Ni cubre otras consecuencias, pues es responsabilidad exclusivamente del dueño de la instalación.</p>
<p>Por tanto, poner una piscina no tiene por qué suponer un perjuicio, si antes de instalarla se han considerado aquellos factores que puedan entrañar peligro alguno para el edificio, los bañistas, u otras personas. Tomando estas precauciones, se garantizarán la seguridad y la salud de todos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/140087/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Teresa Cuerdo Vilches no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Antes de instalar una piscina portátil, conviene tener en cuenta las características del edificio y tomar precauciones para evitar daños en la estructura y perjuicios para otros vecinos.
María Teresa Cuerdo Vilches, Dra. Arquitecta. Personal de investigación, Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc - CSIC)
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2020-05-31T19:56:24Z
2020-05-31T19:56:24Z
Teletrabajar en tiempos de COVID-19: ¿están nuestros hogares preparados?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/338509/original/file-20200529-96705-qia7pv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C5599%2C3715&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/senior-man-using-computer-home-telecommuting-1689043597"> Manolines / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Durante la crisis sanitaria de <a href="https://theconversation.com/es/covid-19">COVID-19</a>, gran parte de la población española se ha visto en la necesidad de teletrabajar desde casa. El teletrabajo bien planteado <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0308596119301120">incrementa la productividad y la satisfacción general</a>. Sus <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352146517308803">efectos sobre la salud</a> parecen ser generalmente más positivos que negativos. </p>
<p>Esta modalidad ya era tendencia en España, esporádicamente o como alternativa de conciliación. La situación de confinamiento ha irrumpido en esta conquista paulatina del teletrabajo, <a href="https://theconversation.com/retos-del-teletrabajo-en-tiempos-de-coronavirus-133098">instaurándolo como norma general</a> en la medida de lo posible. Pero… ¿están las viviendas preparadas? ¿Cómo están respondiendo los hogares españoles al hecho de trabajar desde casa?</p>
<p>Desde el <a href="https://www.ietcc.csic.es/dpto-construccion/sistemas-constructivos-y-habitabilidad-en-edificacion/">Instituto de ciencias de la Construcción Eduardo Torroja</a> lanzamos un <a href="https://covidhab.ietcc.csic.es">estudio mixto participativo sobre confinamiento, vivienda y habitabilidad</a> (en el que usted puede participar a través de <a href="https://www.ietcc.csic.es/noticias/estudio-sobre-el-confinamiento-social-covid-19-vivienda-y-habitabilidad-covid-hab/">este enlace</a>). Hemos obtenido datos y resultados preliminares relacionados con el teletrabajo en nuestro país. </p>
<p>Un 92 % de los hogares declara tener como mínimo una persona teletrabajando o teleestudiando. ¿Dónde realizan estas actividades los españoles en casa? ¿Están las viviendas equipadas con todo lo necesario? ¿Cómo les está resultando la experiencia? </p>
<h2>Espacios de teletrabajo</h2>
<p>Un 57,6 % de los hogares destina un espacio fijo para trabajar, bien exclusivo (38,6 %), bien multiusos (19 %). Sin embargo, un 34,45 % ocupa un espacio circunstancialmente. Un 8 % no tiene sitio fijo.</p>
<p>El espacio de teletrabajo se considera, en general, adecuado. Los aspectos más satisfactorios de estos espacios son: la entrada de luz natural (79,4 %), el tamaño de la habitación (73,9 %) o su temperatura (69,6 %). Le siguen el mobiliario, el acabado de las superficies y las vistas (sobre un 50 %).</p>
<p>En general, los encuestados aprovechan la luz natural, aumentan la frecuencia de ventilación y consideran buena la calidad del aire interior. </p>
<p>Sin embargo, las viviendas suspenden en aislamiento al ruido. Su valor promedio se sitúa entre “poco aisladas” y “adecuadamente aisladas”. Muchos encuestados declaran percibir más ruido durante el confinamiento. Esto dificulta el desempeño del trabajo al impedir la concentración.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/337441/original/file-20200525-106823-cs88w1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/337441/original/file-20200525-106823-cs88w1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/337441/original/file-20200525-106823-cs88w1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=545&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/337441/original/file-20200525-106823-cs88w1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=545&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/337441/original/file-20200525-106823-cs88w1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=545&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/337441/original/file-20200525-106823-cs88w1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=685&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/337441/original/file-20200525-106823-cs88w1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=685&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/337441/original/file-20200525-106823-cs88w1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=685&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Aspectos adecuados del espacio de teletrabajo en casa.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Estudio [COVID-HAB]. Datos preliminares.</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Confort térmico</h2>
<p>El confinamiento ha transcurrido casi totalmente en primavera, con temperaturas moderadas. Esto ha contenido el consumo energético para asegurar confort térmico. Pero ¿y si se hubiera dado en pleno invierno? ¿y si se prolongan las medidas durante el caluroso verano? </p>
<p>La mayoría de los hogares encuestados cuentan con calefacción individual (73,6 %). De estas, un 41 % son eléctricas, bien con bombas de calor o de efecto Joule. Un 44 % de las viviendas no dispone de aire acondicionado (refrigeración). Otras utilizan las bombas de calor (24 %) o equipos de refrigeración (14 %). </p>
<h2>Equipamiento digital e internet</h2>
<p>Entre los equipos domésticos que más han incrementado su uso durante el confinamiento, destacan los ordenadores (89,6 %) y los dispositivos móviles (84,6 %). Según el estudio, los medios digitales de teletrabajo en casa se consideran suficientes o buenos. </p>
<p>En cuanto a la conexión, un 96 % de los hogares tiene contratado internet en la vivienda. De estos, un 10,5 % usa indistintamente la conexión doméstica o móvil. Un 3 % usa exclusivamente la conexión móvil.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/337442/original/file-20200525-106862-1661ei1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/337442/original/file-20200525-106862-1661ei1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/337442/original/file-20200525-106862-1661ei1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=293&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/337442/original/file-20200525-106862-1661ei1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=293&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/337442/original/file-20200525-106862-1661ei1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=293&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/337442/original/file-20200525-106862-1661ei1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=368&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/337442/original/file-20200525-106862-1661ei1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=368&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/337442/original/file-20200525-106862-1661ei1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=368&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Calidad de los medios digitales en casa.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Estudio [COVID-HAB]. Datos preliminares.</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Ergonomía y teletrabajo</h2>
<p>Gran parte de los hogares españoles presenta, sin embargo, ambientes inadecuados para teletrabajar. Mesas y sillas típicas de comedor, improvisadas mesas auxiliares con alturas inadecuadas o el uso mayoritario de equipos portátiles son elementos bastante habituales. </p>
<p>Además, se dan otras circunstancias que tampoco parecen idóneas. Por ejemplo, la ubicación en espacios compartidos con miembros del hogar o la necesidad de aislarse de ellos. Aun teniendo despachos
en casa, algunas personas usan espacios como el salón para conectarse directamente a internet o por vigilar a los niños.</p>
<h2>Conciliación familiar</h2>
<p>El teletrabajo favorece el <a href="https://eprints.bbk.ac.uk/28079/1/Telework%20outcomes%20Beauregard%20Canonico%20Basile%202019.pdf">equilibrio laboral y familiar</a>. Pero durante el confinamiento muchos medios han expuesto la <a href="https://theconversation.com/teletrabajo-y-conciliacion-el-estres-se-ceba-con-las-mujeres-137023">brecha de género existente en el teletrabajo y la conciliación familiar</a>. </p>
<p>En el periodo actual, la dedicación temporal al teletrabajo percibida es superior al resto de tareas diarias, como tareas domésticas o el descanso. El tiempo empleado en cuidado de hijos o personas dependientes no ha sido especialmente destacado, pese a ser una realidad en muchos hogares. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/337440/original/file-20200525-106836-1l38hu2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/337440/original/file-20200525-106836-1l38hu2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/337440/original/file-20200525-106836-1l38hu2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=299&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/337440/original/file-20200525-106836-1l38hu2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=299&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/337440/original/file-20200525-106836-1l38hu2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=299&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/337440/original/file-20200525-106836-1l38hu2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=375&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/337440/original/file-20200525-106836-1l38hu2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=375&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/337440/original/file-20200525-106836-1l38hu2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=375&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Dedicación a las principales tareas durante el confinamiento en casa (del 1 al 5).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Estudio [COVID-HAB]. Datos preliminares.</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>El dilema de la deslocalización</h2>
<p>El teletrabajo posibilitaría huir de la ciudad para buscar viviendas más confortables, exteriores, sin contaminación ni ruido y más baratas. Podría, incluso, cambiar la situación en la <a href="https://theconversation.com/la-despoblacion-asignatura-troncal-del-nuevo-curso-politico-130333">España vaciada</a>. </p>
<p>Sin embargo, no está claro que el impacto medioambiental resultase positivo. Desaparecerían los desplazamientos laborales, pero podría generar <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352146517308803">mayor dependencia del coche</a> para cubrir necesidades básicas o por un aumento del tiempo libre. </p>
<h2>Si seguimos teletrabajando, hacen falta cambios</h2>
<p>El teletrabajo ha supuesto un auténtico desafío para los hogares españoles durante el confinamiento. La situación actual refleja su implementación en circunstancias extremas. Ha servido de experimento, pero las conclusiones deben tomarse con cautela. </p>
<p>La aparente satisfacción con las condiciones de teletrabajo que declaran los encuestados no concuerda en muchos casos con las características reales de los hogares. Por ejemplo, no todos disponen de mobiliario adecuado, o de las mejores condiciones para alcanzar confort térmico. Por eso, cabe preguntarse si esta percepción es real o se debe a que vemos la situación como obligatoria y temporal, adaptándonos a las circunstancias sin demasiadas exigencias. </p>
<p>Si somos capaces de trabajar así, posiblemente podamos hacerlo también en circunstancias normales. Pero ¿asumiríamos este reto a largo plazo? </p>
<p>Aunque habría que profundizar en los pormenores de cada puesto y su <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/ntwe.12063">grado de adaptación</a> a distintos entornos, incluir el trabajo como una tarea más a desarrollar en las <a href="https://theconversation.com/repensar-la-vivienda-tras-la-pandemia-137276">viviendas</a> podría requerir las siguientes medidas: </p>
<ul>
<li><p>Revisar el ámbito normativo, tanto para obra nueva como rehabilitación.</p></li>
<li><p>Asegurar espacios, equipamiento y suministros adecuados.</p></li>
<li><p>Negociar con la entidad empleadora quién asume determinados gastos. </p></li>
</ul>
<p>A nivel agregado, políticas sociales sobre teletrabajo y mejoras en la organización y dotación urbanas y rurales facilitarían la deslocalización laboral en la vivienda. Esto impulsaría una mejor distribución poblacional en la ciudad y el territorio, favoreciendo las <a href="https://www.forbes.com/sites/carltonreid/2020/01/21/phasing-out-cars-key-to-paris-mayors-plans-for-15-minute-city/#74870dd56952"><em>ciudades de los 15 minutos</em></a> y la reconquista de la España vaciada.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/138453/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Teresa Cuerdo Vilches no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Gran parte de la población cree que dispone de las condiciones idóneas para teletrabajar en casa. Pero ¿es real esta percepción? ¿Y si se tratase de una medida a largo plazo?
María Teresa Cuerdo Vilches, Dra. Arquitecta. Personal de investigación, Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc - CSIC)
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/137276
2020-05-12T19:22:14Z
2020-05-12T19:22:14Z
Repensar la vivienda tras la pandemia
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/334316/original/file-20200512-175246-sssoqb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=4%2C0%2C2667%2C1777&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Barrio del Raval, en Barcelona.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/barcelona-raval-antiguo-1013927866"> Ramon Ojeda / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Con la crisis sanitaria de la <a href="https://theconversation.com/es/covid-19">COVID-19</a>, la vivienda se ha convertido en refugio seguro y único espacio de convivencia, trabajo, ocio y desarrollo de actividades ordinarias y extraordinarias para todos los miembros del hogar. Pero la experiencia no está resultando igual de agradable para todos. </p>
<p>Esta pandemia ha reabierto viejos debates, como <a href="https://theconversation.com/asi-es-una-vivienda-digna-en-tiempos-de-pandemia-y-mas-alla-135424">las características mínimas de las viviendas</a>. También ha generado otros, como la explotación de zonas comunes, el aprovechamiento de espacios infrautilizados, la adecuación a nuevas exigencias de aislamiento social e higiene o el derecho universal a internet.</p>
<h2>Habitabilidad básica</h2>
<p>Existen viviendas que no cumplen unos requisitos mínimos para el normal desempeño de la vida diaria: higiene, seguridad, salubridad, accesibilidad, suministros seguros y estables y confort. Estas viviendas pueden, además, estar siendo ocupadas de forma irregular o inestable.</p>
<p><a href="https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/279743/WHO-CED-PHE-18.10-spa.pdf">Según la OMS</a>, la habitabilidad de las viviendas condiciona la inequidad sanitaria. La carencia de unas <a href="https://proyectohabitares.ietcc.csic.es">condiciones de habitabilidad</a> básica conlleva la aparición y agravamiento de problemas de salud, especialmente en colectivos vulnerables. Estos grupos son más proclives a vivir menos y con peor calidad de vida. El lugar que habitan es uno de los aspectos clave. Urge, pues, regular y garantizar viviendas dignas para todos. </p>
<h2>Viviendas resilientes</h2>
<p>Desde el Grupo de Investigación Sistemas Constructivos y Habitabilidad en Edificación hemos lanzado un <a href="https://www.ietcc.csic.es/noticias/estudio-sobre-el-confinamiento-social-covid-19-vivienda-y-habitabilidad-covid-hab/">estudio sobre el confinamiento social</a> debido a COVID-19, la vivienda y la habitabilidad (invitamos a los lectores a <a href="https://es.surveymonkey.com/r/COVID-HAB_P1">contribuir con su experiencia</a>). El objetivo es ahondar en la percepción que la población española tiene sobre el espacio habitado y la vivienda bajo las condiciones de confinamiento social.</p>
<p>La adaptación de la vivienda ha cobrado interés en los últimos meses. El aislamiento de alguien positivo o sospechoso por COVID-19, la alternancia de tareas en los espacios disponibles o la puesta en valor de espacios infrautilizados evidencian la necesidad de viviendas flexibles ante situaciones fortuitas y cambiantes. </p>
<p>La entrada, zona de tránsito, cobra sentido para el ritual de desinfección, higiene y cambio de ropa. Pero sin duda los espacios <em>estrella</em> han sido aquellos de contacto con el exterior, altamente demandados. Además, se han convertido en canal de contacto y reivindicación sociales, con un increíble uso de la imaginación. </p>
<p>Otro indicador de resiliencia ha sido el <a href="https://theconversation.com/recluidos-pero-hiperconectados-aguantara-internet-134936">acceso a internet</a> de los hogares. <a href="https://theconversation.com/docentes-estudiantes-y-familias-hablan-sobre-la-educacion-no-presencial-137758">Las clases</a>, el teletrabajo y el control sanitario <em>online</em> han medido la capacidad de las familias para adaptarse al cambio, generando estrés y ansiedad en muchos casos, afectando también a la salud. </p>
<h2>Confort y calidad ambiental interior</h2>
<p>Muchas viviendas carecen de aislamiento térmico y al ruido exterior, pues son previas a la existencia de normas técnicas específicas. </p>
<p>Además, cuando pasamos mucho tiempo en casa, las personas somos potenciales fuentes emisoras de ruido constante. Garantizar el aislamiento acústico asegura el pleno disfrute de la vivienda, especialmente en confinamiento.</p>
<p>La falta de aislamiento térmico en paramentos y huecos provoca déficit de confort. Contrarrestarlo requiere un alto consumo energético. Si <a href="https://proyectorefaviv.ietcc.csic.es/">los equipos disponibles son ineficientes</a>, el consumo es aún mayor.</p>
<p>Además, en <a href="http://www.cuhab-upm.es/wp-content/uploads/2019/01/Contra_Hambre_Vivienda_COVID19_Definitivo.pdf">los hogares donde los recursos económicos son escasos</a>, existe el dilema de pagar facturas energéticas o cubrir las necesidades más básicas. Esto genera o agrava situaciones de <a href="https://theconversation.com/la-pobreza-energetica-en-madrid-tiene-rostro-de-mujer-120128">pobreza energética</a>. </p>
<p>Otra cuestión importante es la <a href="https://redmonitor.ietcc.csic.es/">calidad del aire interior</a> de los edificios. Diversos estudios advierten de su <a href="https://ehjournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12940-016-0101-8">impacto en la salud</a> y la OMS <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/household-air-pollution-and-health">ha declarado</a> la mala calidad del aire en los ambientes interiores como décimo factor de riesgo evitable. </p>
<p>Los efectos perjudiciales se deben a las altas concentraciones de gases, partículas y compuestos nocivos (CO₂, compuestos orgánicos volátiles, partículas en suspensión, radón, formaldehídos y otros). Si no ventilamos convenientemente, bien abriendo ventanas o mediante sistemas híbridos o mecánicos, estas sustancias nos afectarán aún más por sobreexposición.</p>
<h2>Relación con el entorno</h2>
<p>Las epidemias están ligadas a la <a href="https://theconversation.com/urbanismo-y-salud-son-las-ciudades-europeas-resilientes-a-las-pandemias-136758">evolución de las ciudades</a>: a lo largo de los siglos se han ido implementando criterios de diseño urbano para mejorar su salubridad, higiene y seguridad. </p>
<p>Si bien la aplicación de estos principios pueden suponer un auténtico reto en los centros de las grandes metrópolis europeas (algunas con una configuración histórica muy determinada), conviene considerarlos, así como en operaciones de ampliación y en el nuevo planeamiento, para salvaguardar la salud de sus habitantes. Algunos de ellos son:</p>
<ul>
<li><p>El estudio del soleamiento y vientos predominantes previo al trazado del viario.</p></li>
<li><p>La accesibilidad y transitabilidad de los espacios urbanos para su disfrute, limpieza y mantenimiento.</p></li>
<li><p>El uso estratégico de arbolado y jardines para sombreamiento, refresco y limpieza del aire, que disminuye la temperatura y mejora las vistas desde la vivienda. </p></li>
<li><p>La gestión de espacios comunes. Este factor ha suscitado últimamente interés en las comunidades vecinales: cómo regular su uso y disfrute, evitando contagios. Aquí pueden surgir interesantes propuestas, como los sistemas de compartimentación móviles o inteligentes.</p></li>
<li><p>La peatonalización y el transporte limpio y unipersonal (bicicletas). Favorecen el distanciamiento social, disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) por tráfico rodado y la contaminación. </p></li>
<li><p>Un servicio público de transporte más accesible, con mayor frecuencia de paso descongestiona las vías rodadas y disminuye así las emisiones contaminantes. Estas <a href="https://projects.iq.harvard.edu/covid-pm">se han relacionado con la propagación vírica</a>.</p></li>
<li><p>Las soluciones de energía renovable colectivas (tanto de generación eléctrica como térmica) con suministros estables, también disminuyen la emisión de GEI. Son una alternativa al uso de energía fósil (carbón, gasóleo o incluso gas natural) en las instalaciones de agua caliente sanitaria y calefacción.</p></li>
</ul>
<h2>Mejorar la salud de las viviendas</h2>
<p>Esta crisis sanitaria ha reavivado el debate sobre la vivienda, núcleo de actividad humana durante el confinamiento. </p>
<p>Solucionar las cuestiones planteadas requiere una coordinación necesaria, fluida y eficiente, entre los actores implicados (administraciones, científicos, expertos en salud pública, arquitectos, urbanistas, sociólogos, paneles sectoriales, comunidades de vecinos, asociaciones, profesionales de la propiedad, etc). Estas respuestas deben ser realistas y efectivas. </p>
<p>El confinamiento ha demostrado que la vivienda es un ser vivo, rico, maleable. De su buena salud depende en gran medida la de la sociedad en la que vivimos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/137276/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Teresa Cuerdo Vilches no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
La actual crisis sanitaria ha reavivado el debate sobre la vivienda, núcleo de la actividad humana durante el confinamiento, que debería cumplir con unas condiciones básicas de habitabilidad.
María Teresa Cuerdo Vilches, Dra. Arquitecta. Personal de investigación, Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc - CSIC)
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.