tag:theconversation.com,2011:/institutions/instituto-de-ciencias-del-mar-icm-csic-4090/articlesInstituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)2024-01-17T21:09:47Ztag:theconversation.com,2011:article/2197432024-01-17T21:09:47Z2024-01-17T21:09:47ZNueve preguntas sobre la eólica marina en España<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/566673/original/file-20231219-19-r84l8h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4663%2C2978&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/offshore-wind-turbines-farm-sunset-1454940068">TebNad / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Durante los últimos años, la <a href="https://www.miteco.gob.es/es/ministerio/planes-estrategias/desarrollo-eolica-marina-energias.html">planificación de la energía eólica marina en España</a> ha generado muchas dudas. Este artículo trata de dar respuesta a algunas preguntas sobre los aspectos ambientales, sociales, legales y técnicos de su implantación.</p>
<h2>1. ¿Cómo afectan los parques eólicos marinos a la biodiversidad?</h2>
<p>Depende de la tecnología utilizada (turbinas fijas o flotantes y sus componentes) y las características ambientales de cada lugar. </p>
<p>En condiciones particulares, como son los fondos de fango degradados y homogéneos, pueden comportar <a href="https://tos.org/oceanography/article/offshore-wind-farm-artificial-reefs-affect-ecosystem-structure-and-functioning-a-synthesis">un incremento de la biodiversidad local</a>. Estas estructuras actuarían como arrecife artificial al ser colonizadas por organismos oportunistas sésiles (algas, moluscos, poliquetos, etc.) que pueden atraer a peces y otros depredadores. Aun así, esta colonización no siempre resulta beneficiosa para el ecosistema ya que algunas de estas especies pueden ser invasoras. </p>
<p>En zonas marinas donde los fondos son variados (roca, arena, arrecifes, etc.) y con mayor diversidad de organismos, los <a href="https://theconversation.com/los-riesgos-de-la-energia-eolica-para-los-ecosistemas-marinos-161303">estudios</a> señalan que los parques eólicos se asocian a numerosos problemas ambientales: contaminación acústica, destrucción o modificación de los hábitats bentónicos y cambios en sus comunidades, efectos dañinos de los campos electromagnéticos de los cables sobre los peces y otros recursos pesqueros y riesgo de colisión de aves con las turbinas. </p>
<p>Además, en el caso de las turbinas de tipo flotante, los <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S096456912100096X">escasos estudios</a> <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969722008956">realizados hasta el momento</a> sugieren que tanto el movimiento de las cadenas como la instalación de los anclajes pueden deteriorar el lecho marino y comportar un mayor riesgo de enredo de mamíferos marinos y otros animales con los cables.</p>
<h2>2. ¿Los impactos ecológicos son sólo locales?</h2>
<p>Los impactos pueden extenderse a la infraestructura asociada: subestaciones eléctricas, cables de exportación de la electricidad hacia tierra, expansión de puertos (para dar cabida a grandes buques para la construcción, mantenimiento y desmantelamiento de los parques eólicos) y plantas de hidrógeno. </p>
<p>Asimismo, <a href="https://www.nature.com/articles/s41598-022-22868-9">estudios recientes</a> en el mar del Norte han mostrado que el impacto acumulativo de los diferentes parques eólicos marinos puede alterar las corrientes marinas y atmosféricas regionales, afectando también la productividad del plancton en el mar.</p>
<p>Además, durante la construcción, el mantenimiento y el desmantelamiento de los parques eólicos <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1364032119303259">se emite una gran cantidad de dióxido de carbono</a> y se utilizan
minerales raros y escasos en determinadas partes de las turbinas, extraídos a menudo en países del sur global mediante técnicas que no suelen respetar la naturaleza ni a los seres humanos.</p>
<h2>3. ¿Se deben construir en los lugares de máximo aprovechamiento del viento?</h2>
<p>Aunque eso sería lo ideal, son precisamente estas zonas las que pueden presentar una gran biodiversidad marina y elevado valor paisajístico, pesquero y turístico. Por ello, se requiere mucha cautela. </p>
<p>Un <a href="https://academic.oup.com/icesjms/advance-article/doi/10.1093/icesjms/fsad131/7246576">estudio reciente</a> aconseja excluir los parques eólicos marinos (también las pruebas piloto) de las áreas marinas protegidas y sus alrededores. En zonas alejadas, las pruebas piloto pueden ser útiles para estudiar la viabilidad de los parques eólicos flotantes. Así se ha hecho, por ejemplo, en Escocia y Noruega.</p>
<p>En Cataluña se ha propuesto una prueba piloto que se ubicaría sobre un vedado de pesca, que además goza de <a href="https://www.life-ecorest.cat/">un proyecto de restauración LIFE de la Unión Europea</a> y que está rodeado de diferentes zonas Natura 2000. Incluso el Real Decreto 150/2023 establece allí una zona de alto potencial para la conservación de la biodiversidad. Por tanto, esta ubicación no parece la más adecuada. </p>
<h2>4. ¿Es la única oportunidad que nos ofrece el mar para luchar contra el cambio climático?</h2>
<p>No lo es. Además de las soluciones tecnológicas, existen las <a href="https://www.iucn.org/our-work/nature-based-solutions">soluciones basadas en la naturaleza</a>. Por ejemplo, las áreas marinas protegidas albergan hábitats que almacenan carbono (carbono azul), como las praderas de fanerógamas marinas, los fondos de maërl y los arrecifes naturales. </p>
<p>Además, las áreas marinas protegidas contribuyen a aumentar la resiliencia de los ecosistemas marinos ante el cambio climático. Los hábitats marinos profundos, que reciben menos impacto de las olas de calor que <a href="https://theconversation.com/las-olas-de-calor-marinas-amenazan-la-biodiversidad-del-mediterraneo-129019">tanto afectan a la biodiversidad marina</a> de las zonas someras y litorales, pueden servir de reservorio para la biodiversidad cuando las condiciones climáticas empeoren en un futuro próximo. Por ello, es necesario proteger estas zonas profundas de todos los impactos, incluyendo <a href="https://academic.oup.com/icesjms/advance-article/doi/10.1093/icesjms/fsad131/7246576">los derivados de la infraestructura eólica</a>.</p>
<h2>5. ¿Contribuye la eólica marina a la lucha contra el cambio climático de una manera sostenible, justa y equitativa?</h2>
<p>La eólica marina bien planteada contribuye a la lucha contra el cambio climático de una manera respetuosa y equitativa. En cambio, la eólica marina mal planteada, esto es, cuando afecta significativamente la biodiversidad o no considera la sociedad local, puede agravar la crisis de biodiversidad que padecemos (tanto o más importante que la crisis climática) y evitar una transición energética justa y equitativa.</p>
<h2>6. ¿Son beneficiosos o perjudiciales los parques eólicos marinos para las comunidades locales?</h2>
<p>A pesar de que algunos parques eólicos marinos en el mar del Norte o Atlántico Norte parecen favorecer localmente determinados recursos pesqueros o sirven para atraer turistas, otros estudios muestran un <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969722008956">impacto económico negativo</a>.</p>
<p>La eólica marina es una actividad industrial que comporta una desnaturalización del paisaje marino y continental, lo cual puede conllevar <a href="https://theconversation.com/los-riesgos-de-acelerar-la-instalacion-de-renovables-a-costa-del-medio-ambiente-197293">una alteración muy relevante del atractivo de la zona</a>. En cualquier caso, los beneficios para la comunidad local de la eólica suelen ser débiles y no significativos, según se detalla en un <a href="https://www.bde.es/f/webbde/SES/Secciones/Publicaciones/PublicacionesSeriadas/DocumentosTrabajo/23/Files/dt2307e.pdf">informe del Banco de España de 2023</a>. Además, los parques eólicos, especialmente los de tipo flotante, excluyen normalmente la pesca.</p>
<h2>7. ¿El conflicto social está siempre presente en su desarrollo?</h2>
<p>La buena planificación y coordinación de los diferentes sectores implicados ha permitido hasta ahora evitar grandes conflictos en muchas zonas del norte de Europa. No obstante, la futura <a href="https://www.theguardian.com/environment/2023/apr/24/european-countries-pledge-huge-expansion-of-north-sea-wind-farms">ampliación de las zonas ocupadas por los parques eólicos en el mar</a> puede cambiar esta situación.</p>
<p>En la costa gallega y la catalana, sin embargo, el conflicto social apareció desde el primer momento en que se planearon megaproyectos sin contar con la participación y el consenso de las comunidades locales ni la búsqueda de alternativas. El rechazo de estas comunidades a la eólica marina se agrava por el temor a que <a href="https://efe.com/economia/2023-03-11/el-sector-pesquero-se-concentra-en-a-coruna-en-contra-de-la-eolica-marina/">la pesca y el turismo (fuente de empleo local) se vean afectados</a>.</p>
<h2>8. ¿Cómo es el proceso para la zonificación y la concesión de licencias?</h2>
<p>Existe una normativa exhaustiva sobre la delimitación de las zonas donde se puede desarrollar la eólica marina (<a href="https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2023-5704">Real Decreto 150/2023</a>). Es necesario demostrar que su desarrollo no afectará a especies y hábitats protegidos por ley. </p>
<p>En el caso de zonas y proyectos que puedan afectar a zonas Natura 2 000 hay que realizar, además de los estudios de impacto ambiental, una evaluación apropiada y un informe de compatibilidad con las <a href="https://academic.oup.com/icesjms/advance-article/doi/10.1093/icesjms/fsad131/7246576">estrategias marinas</a>. </p>
<p>En conjunto, se debe cumplir con la <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2010-20050">Ley de Protección del Medio Marino</a>, que obliga a los poderes públicos a actuar siguiendo un enfoque por ecosistema, básicamente olvidado en el caso de la planificación marítima en España, utilizando el mejor conocimiento científico posible y aplicando el principio de precaución para garantizar la consecución del buen estado ambiental.</p>
<h2>9. ¿Qué escollos técnicos existen para que la eólica marina contribuya significativamente a la neutralidad climática en 2050?</h2>
<p>Se suele aducir que la eólica marina supone un gran ahorro de emisiones de CO₂ si se compara con las centrales eléctricas de carbón o de gas de ciclo combinado. Sin embargo, es necesario matizar esta afirmación.</p>
<p>Por un lado, se está asumiendo que la electricidad es el tipo de energía final mejor adaptada y con mayor eficiencia a todos los usos. No obstante, esto no es necesariamente cierto, particularmente en la generación de calor industrial y otros usos no conectados a la red eléctrica.</p>
<p>Por otro, se asume que la nueva energía renovable va a ir sustituyendo a todos los demás usos de la energía y que lo hará con la máxima eficiencia. Sin embargo, no está garantizado que el despliegue masivo de instalaciones de energía renovable asegure la utilización de toda la energía generada: desde 2008, el consumo de energía eléctrica ha disminuido <a href="https://www.ree.es/es/sala-de-prensa/actualidad/nota-de-prensa/2023/01/la-demanda-de-energia-electrica-de-Espana-desciende-un-6con7-por-ciento-en-diciembre">en España</a>, <a href="https://www.iea.org/news/declining-electricity-consumption-in-advanced-economies-is-weighing-on-global-demand-growth-this-year">la UE y toda la OCDE</a>. </p>
<p>La energía eólica es sólo una de las herramientas para disminuir parcialmente el uso de combustibles fósiles. Debemos disminuir nuestro consumo en general y cambiar nuestro modelo de explotar los recursos de nuestro planeta.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/llegara-un-momento-en-que-sobre-energia-renovable-que-haremos-con-el-exceso-201316">Llegará un momento en que sobre energía renovable: ¿qué haremos con el exceso?</a>
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<img src="https://counter.theconversation.com/content/219743/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Josep Lloret dirige el proyecto BIOPAIS, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea - NextGenerationEU. No recibe salarios, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y carece de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Elisa Berdalet Andrés recibe fondos de la Unión Europea, el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, y de la Generalitat de Catalunya para realizar proyectos de investigación a través de convocatorias competitivas. En relación al tema del presente artículo es miembro del equipo de investigación del proyecto BIOPAIS, financiado por la Fundación Biodiversidad, fondos Next Generation.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Jordi Solé Ollé recibe fondos de la Generalitat de Catalunya, a través de la Oficina Catalana del Canvi Climàtic en el proyecto pymedeas_cat, para elaborar las proyecciones de emisiones de GEI para Catalunya en escenarios de transición energética, utilizando el modelo pymedeas (Modelo de Evaluación Integrada). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span> Financiación para proyectos de investigación públicos</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Josep Vila Subirós recibe fondos de Fundación Biodiversidad. Fondos Next Generation para el desarrollo del Proyecto BIOPAIS: Evaluación y valoración de los impactos ecológicos y sociales de los parques eólicos marinos en zonas de elevada BIOdiversidad y alto valor PAISajístico: el ejemplo del Cap de Creus/Golfo de Roses</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Alberto Olivares, Ana Sabatés Freijo, Antonio Turiel y Rafael Sardá Borroy no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Estas instalaciones suponen una valiosa alternativa para abandonar los combustibles fósiles, pero plantean algunos retos. ¿Cuál es el impacto ambiental de las instalaciones? ¿Dónde deben construirse? ¿Cómo afectan a las comunidades locales?Josep Lloret, Investigador científico (senior researcher)., Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Alberto Olivares, Derecho Ambiental, Derecho de la Energía, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Ana Sabatés Freijo, Investigadora científica en el Departamento de Recursos Marinos Renovables, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Antonio Turiel, Investigador científico, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Elisa Berdalet Andrés, Scientific Researcher, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Jordi Solé Ollé, Profesor Agregado. Especialidad: oceanografía, sistemas energéticos, sistemas complejos y clima, Universitat de BarcelonaJosep-Maria Gili, Profesor de Investigación, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Josep Vila Subirós, Profesor Titular Geografía Física, Universitat de GironaRafael Sardá Borroy, Investigador científico en la Unidad de Sistemas Socioecológicos Marinos y Costeros, Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2209472024-01-11T18:18:04Z2024-01-11T18:18:04ZLos daños de los pélets de Galicia son la punta del iceberg<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/568861/original/file-20240111-29-6wwvfb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El plástico afecta a la fauna de los océanos y, finalmente, llega al ser humano a través de la red trófica marina</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.theoceanagency.org/search-result?s=ocean%20plastic">Naja Bertolt Jensen / Ocean Image Bank</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>No es la primera vez que las costas españolas se ven afectadas por la contaminación por pélets. Un ejemplo es la playa de La Pineda, en Tarragona, que lleva años contaminada con bolitas de plástico, producto de las pérdidas de las <a href="https://es.m.wikipedia.org/wiki/Complejo_Petroqu%C3%ADmico_de_Tarragona">industrias petroquímicas</a> cercanas que las corrientes marinas arrastran hasta la playa. </p>
<p><a href="https://www.aemet.es/es/noticias/2020/01/Tres_temporales_mediterraneos_en_nueve_meses">El temporal Gloria</a> de 2020 también dejó la playa de Barcelona repleta de pélets, entre otros microplásticos de distinta índole.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/568863/original/file-20240111-15-mce2uo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/568863/original/file-20240111-15-mce2uo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/568863/original/file-20240111-15-mce2uo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/568863/original/file-20240111-15-mce2uo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/568863/original/file-20240111-15-mce2uo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/568863/original/file-20240111-15-mce2uo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=565&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/568863/original/file-20240111-15-mce2uo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=565&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/568863/original/file-20240111-15-mce2uo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=565&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Pélets recogidos por la autora en las playas de Barcelona tras el temporal Gloria.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Cristina Romera</span></span>
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<p>Pero son solo la punta de un iceberg: el de la contaminación por plástico de playas y océanos.<a href="https://www.iucn.org/story/202207/plastic-pollution-crisis"> Más de 12 millones de toneladas de desechos plásticos</a> ingresan a los océanos cada año. </p>
<h2>Limpiar el mar es como barrer en el desierto</h2>
<p>Limpiar el mar de microplásticos es como barrer en el desierto. Las bolitas se esparcen por todos lados y no se pueden retirar fácilmente con redes, ya que se arrastrarían también organismos de ese tamaño, claves para el correcto funcionamiento del ecosistema marino. </p>
<p>Limpiar la arena tampoco es fácil. Se puede tamizar y separar los pélets si son de mayor tamaño que los granos de arena, pero ante tales cantidades el trabajo es muy tedioso y puede llevar años. </p>
<p>Y nadie nos asegura que no sigan llegando más y haya que volver a empezar el proceso como si de un castigo de los dioses griegos se tratara.</p>
<p>Nada menos que 28 toneladas de bolitas de plástico o pélets se vertieron al mar el 8 de diciembre tras el accidente <a href="https://theconversation.com/lo-que-sabemos-hasta-ahora-sobre-el-vertido-de-pelets-de-plastico-en-galicia-220683">del barco carguero Toconao</a>. Las autoridades no le dieron la importancia necesaria hasta que llegaron a playas de Galicia y Asturias. </p>
<p>El plástico que se vierte al mar en forma de pélets o de otro tipo tiene múltiples consecuencias nocivas para los organismos marinos que en última instancia pueden afectarnos a nosotros. Si este plástico es de menos de 5 mm (microplástico), las consecuencias son aún más graves.</p>
<p>La consecuencia más evidente es la ingestión de estos microplásticos por parte de los animales marinos. Algunos que los ingieren acaban muriendo con su estómago lleno de plástico y otros, aunque no mueran, ven afectado su crecimiento y reproducción. Algunos de estos animales son especies comerciales por lo que el plástico o sus productos de degradación pueden llegar hasta nosotros. </p>
<h2>Los animales marinos prefieren el plástico colonizado</h2>
<p>El plástico empieza a ser “colonizado” en cuanto llega al mar. Diversos microorganismos como bacterias, algas microscópicas, hongos, etc., se adhieren a la superficie del plástico liberando exudados que atraen a otros microorganismos y forman en conjunto una película, un <em>biofilm</em>. </p>
<p>El plástico colonizado es más atractivo para muchas especies de animales marinos, que lo prefieren al plástico sin colonizar. </p>
<p>Sucede que las aguas de la costa gallega son muy ricas en nutrientes, lo que las convierte en una zona pesquera tan productiva. Cuánta más concentración de nutrientes tengan las aguas de la superficie, más vida habrá y los microorganismos formarán con más rapidez un <em>biofilm</em> sobre el plástico flotante. </p>
<p>Teniendo en cuenta el tiempo que los plásticos del vertido del Toconao llevan flotando en las ricas aguas gallegas, deben estar ya colonizados y se han hecho más apetecibles para los animales marinos. </p>
<p>Algunos de los colonos del plástico flotante a menudo son especies invasoras y patógenas. Y el plástico sirve de vehículo para transportarlas de unas regiones a otras del océano. Las nuevas especies pueden causar desequilibro allí donde lleguen.</p>
<h2>Hasta un 60 % del peso del plástico pueden ser aditivos químicos</h2>
<p>Pero hay otros efectos del plástico que son menos evidentes. El plástico no suele ser nunca un polímero puro sino que lleva aditivos (retardantes de llama, antioxidantes, estabilizantes, etc.) que le proporcionan las cualidades requeridas para su uso. </p>
<p>Hasta un 60 % del peso del plástico pueden ser aditivos químicos. Una vez en el mar, empieza a liberar aditivos o subproductos de degradación, proceso que se potencia si está afectado por la luz solar. </p>
<p><a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fmars.2022.861557/full">Nuestro grupo de investigación del Instituto de Ciencias del Mar-CSIC ha calculado</a> que anualmente se liberan unas 57 000 toneladas de carbono orgánico, en forma disuelta, de todo el plástico que llega al océano. </p>
<p>Parte de este carbono es consumido y degradado por las bacterias marinas, y descubrimos que este aporte <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-018-03798-5">hace que se reproduzcan más rápidamente</a>. </p>
<p>Los compuestos liberados por el plástico afectan a otros muchos organismos marinos. Por ejemplo, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31098417/">disminuyen la capacidad de crecimiento de los organismos fotosintéticos más abundantes en la Tierra, parte fundamental del fitoplacton marino</a>. La exposición a los compuestos liberados del plástico reduce su producción de oxígeno. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/la-contaminacion-quimica-del-plastico-una-amenaza-silenciosa-116669">La contaminación química del plástico, una amenaza silenciosa</a>
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<h2>Malformaciones en erizos de mar</h2>
<p>Son muchos los ejemplos de daños a animales marinos. Entre ellos, se encontró que <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0269749120364332?via%3Dihub">los compuestos químicos liberados por pélets recogidos en playas provocaban malformaciones en erizos de mar</a>. Las larvas de erizo criadas en agua contaminada por sustancias químicas presentes en los plásticos mostraron graves deformidades; sin embargo, los plásticos que nunca habían sido tratados químicamente no causaron deformidades. </p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1366461622026448901"}"></div></p>
<p>Los compuestos liberados por el PVC <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0269749123005602">también aumentan la resistencia a los antibióticos y la virulencia de comunidades bacterianas marinas</a>.</p>
<h2>El plástico atrapa y concentra contaminantes</h2>
<p>El plástico que flota en el mar puede actuar como una esponja, atrapando contaminantes y concentrándolos cientos de veces por encima de la concentración a la que están en el agua. Estos contaminantes pueden ser liberados de nuevo cuando las condiciones del medio circundante cambian. Por ejemplo, en el interior de un organismo marino que lo haya ingerido. </p>
<p>Es difícil que estos pélets lleguen a nosotros a través de los productos marinos que consumimos, ya que suelen quedarse en el estómago del animal que es un órgano que retiramos y no comemos. Además, son lo suficientemente grandes y duros como para notarlos durante la masticación. Sin embargo, podríamos estar expuestos a los compuestos químicos que estos plásticos puedan liberar en el animal que consumimos.</p>
<h2>Protocolos de actuación</h2>
<p>Por todo esto, las consecuencias en el ecosistema marino de un vertido como el de las costas gallegas pueden ser aún mayores y a más largo plazo. </p>
<p>Aunque este problema no es nuevo, la marea blanca que está llegando a las costas del norte de España le ha dado visibilidad y ha hecho consciente a la población. Hace ya más de un mes que ocurrió el accidente en que los contenedores cayeron al mar y no puede ser que ante una catástrofe de este tipo se tarde tanto en actuar. </p>
<p>Esperemos que este incidente sirva para concienciar del gran daño que hacen este tipo de vertidos, que en un futuro se tomen en serio cuando ocurran y se ponga en marcha un protocolo de emergencia de inmediato. Porque una rápida intervención tras el accidente puede prevenir mucho daño. Los vertidos de plástico al mar son un problema serio.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/220947/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Cristina Romera Castillo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La crisis de los pélets de Galicia es la punta del iceberg de la contaminación por plástico en playas y océanos. Hasta un 60% del peso del plástico pueden ser aditivos químicos. Su liberación afecta a las especies marinas y llega a nuestra mesa.Cristina Romera Castillo, Investigadora Ramón y Cajal en el Departamento de Biología Marina, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1975492023-02-09T19:01:52Z2023-02-09T19:01:52ZEl calentamiento global aumenta el riesgo de tsunamis en el Ártico<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/506342/original/file-20230125-24-svn81o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C5491%2C3647&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Una calle de Longyearbyen con montaña al fondo, en el archipiélago Svalbard, en Noruega.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/landscape-deserted-longyearbyen-city-nobody-blue-662422873">Shutterstock / ginger_polina_bublik</a></span></figcaption></figure><p>Uno de los peligros geológicos más comunes en las laderas submarinas de los márgenes continentales del Ártico son los deslizamientos de tierra. Estos ocurren cuando se desploma el suelo y se mueven gran cantidad de sedimentos desde las zonas más someras hasta las profundidades del océano.</p>
<p>Entre los muchos deslizamientos cartografiados hasta la fecha, algunos se encuentran entre los más grandes de la historia del planeta y generaron importantes tsunamis. Como veremos más adelante, el <a href="https://theconversation.com/es/topics/calentamiento-global-56251">calentamiento global</a> aumenta las probabilidades de que estos sucesos catastróficos vuelvan a producirse dentro de poco. </p>
<p>Hace quince años, durante el <a href="https://www.miteco.gob.es/es/ceneam/recursos/pag-web/materiales-educativos/planeta_tierra.aspx">Año Internacional del Planeta Tierra (2008)</a>, ya se puso de manifiesto que necesitamos urgentemente sistemas de previsión sobre el comportamiento de los márgenes continentales polares en las próximas décadas. <a href="http://www.ipacuicultura.com/noticias/publicaciones/81342/el_oceano_que_queremos_ciencia_oceanica_inclusiva_y_transformadora_.html">Para ello es necesario mejorar el conocimiento de sus fondos marinos</a>.</p>
<h2>Anatomía de un tsunami del pasado</h2>
<p>En este contexto se sitúa el <a href="https://nhess.copernicus.org/articles/22/3839/2022">estudio</a> realizado por científicos de la Universidad de Granada, el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC y el grupo EDANYA de la Universidad de Málaga, basado en observaciones geológicas y modelos matemáticos. </p>
<p>Hemos modelizado el antiguo deslizamiento submarino Storfjorden SL-1, situado al sur de las islas Svalbard (Noruega), que tuvo lugar hace unos 200 000 años. Según las conclusiones de esta reconstrucción, Storfjorden SL-1 desencadenó un tsunami con olas de hasta 4,3 metros de altura, que llegaron a las costas de las Svalbard en 50 minutos, como puede apreciarse <a href="https://av.tib.eu/media/56982">en esta visualización</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=430&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=430&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=430&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=541&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=541&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/506700/original/file-20230126-16-olhdg8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=541&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Mapa de localización del deslizamiento Storfjorden LS-1 (rectángulo rojo). Los polígonos grises representan otros importantes deslizamientos submarinos localizados sobre los márgenes de las Svaldbard (Kongsfjorden), Barents (Storfjorden LS-1, Bjørnøya) y Noruega (Andøya,Trænadjupet y Nyk). Extraído de Google Earth.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Las olas de un <a href="https://theconversation.com/podria-ocurrir-un-tsunami-en-espana-173192">tsunami</a> son diferentes a las que levantan un fuerte viento o una tormenta. Las primeras afectan a toda la columna de agua, mientras que las segundas alteran entre centímetros y decenas de metros. Además, la longitud de onda de las olas de un tsunami puede extenderse cientos de kilómetros, frente a las decenas de metros que registran las convencionales.</p>
<p>Por lo tanto, el volumen de agua desplazado por uno de estos sucesos es enorme; de ahí su capacidad de producir inundaciones calamitosas en las zonas costeras.</p>
<p>La modelización de la dinámica de antiguos deslizamientos y su capacidad de producir tsunamis se realiza con datos batimétricos y geotécnicos. Esto quiere decir que a partir de la deformación del fondo marino, los investigadores calculan su efecto en la masa de agua, las olas que se generan y cómo se propagan. </p>
<p>Las características finales están condicionadas por el relieve del fondo marino, que puede suavizar o acentuar el tamaño de las olas y determinar cuándo alcanzan la costa y qué impacto tienen.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=503&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=503&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=503&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=632&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=632&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/506701/original/file-20230126-24-7nsutr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=632&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Diagrama esquemático que representa un tsunami generado por un deslizamiento submarino.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Terremotos y gases liberados, principales detonantes</h2>
<p><a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0012821X06001865">Aún no se comprenden muy bien todos los factores</a> que contribuyen a los deslizamientos submarinos en los márgenes continentales del Ártico. Estos márgenes se caracterizan por la superposición de sedimentos glaciares poco consolidados y capas de arcillas que provienen principalmente del deshielo. Al ser más débiles e impermeables, dichas capas arcillosas favorecen la ruptura del terreno.</p>
<p>Los principales procesos detonantes de los deslizamientos son los terremotos y la descomposición de los <a href="http://archivo-es.greenpeace.org/espana/Global/espana/report/cambio_climatico/Final%20gas%20hydrates_ESP.pdf">hidratos de gas</a> (básicamente, hielo con gas atrapado en su estructura molecular) que se encuentran intercalados en los sedimentos glaciares. </p>
<p>Ambos fenómenos se ven favorecidos por el calentamiento global. En primer lugar, el aumento de las temperaturas libera gas y provoca un aumento de la presión entre los poros del sedimento –también conocida como presión intersticial–, lo que reduce la tensión efectiva y la estabilidad de las laderas submarinas. </p>
<p>Y en segundo lugar, el deshielo aumenta la frecuencia de seísmos debido al ajuste isostático postglacial, que produce la elevación de masas terrestres anteriormente presionadas por el enorme peso de los glaciares. </p>
<h2>La importancia de modelizar tsunamis</h2>
<p><a href="https://link.springer.com/book/10.1007/978-94-007-2162-3">La mayoría de los deslizamientos en el Ártico</a> se produjeron durante la transición entre el Último Máximo Glacial (cuando las masas de hielo alcanzaron su máxima extensión durante el último periodo glacial, hace unos 20 000 años) y el periodo interglacial, denominado Holoceno (que empezó hace aproximadamente 11 500 años).</p>
<p>Sin embargo, el actual aumento de las temperaturas establece las condiciones perfectas para generar deslizamientos con impacto de tsunami, como Storfjorden SL-1, en un futuro cercano. Estos eventos pueden representar un peligro no solo para las infraestructuras de explotación de hidrocarburos y energías renovables, sino también para las poblaciones costeras del noroeste de Europa. </p>
<h2>Más investigaciones para evitar el desastre</h2>
<p>En la actualidad, <a href="http://www.aksik.org/node/3592">el archipiélago de Svalbard</a> es precisamente una de las regiones árticas que más rápidamente se está calentando. Son especialmente vulnerables las zonas con plataformas continentales estrechas, que tienen escarpes de deslizamientos muy cercanos a la costa.</p>
<p>Esto conlleva la necesidad de mejorar la investigación en el medio marino de los márgenes continentales del Ártico. La modelización de antiguos deslizamientos con impacto de tsunami es necesaria para establecer nuevas perspectivas en la evaluación y mitigación del peligro y diseñar futuras estrategias de alerta temprana.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/197549/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Está investigación ha financiada con los siguientes proyectos:
- Spanish IPY projects SVAIS (no. POL2006-07390/CGL) and IPY-NICE STREAMS (no. CTM2009-06370-E/ANT; Neogene ice streams and sedimentary processes on high-latitude continental margins, no. 367).
- Proyecto PAPEL (no. B-RNM-301-UGR18).
- Proyecto AGORA (no. P18-RT-3275) (Junta de Andalucía, FEDER y Universidad de Granada).
- Proyecto GOLETA PID2019-108880RJ-I00 / AEI / 10.13039/501100011033
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Gemma Ercilla Zarraga recibe fondos de: Spanish IPY projects SVAIS (no. POL2006-07390/CGL) and IPY-NICE STREAMS (no. CTM2009-06370-E/ANT; Neogene ice streams and sedimentary processes on high-latitude continental margins, no. 367). - Proyecto AGORA (no. P18-RT-3275) (Junta de Andalucía, FEDER y Universidad de Granada).-Proyecto GOLETA PID2019-108880RJ-I00 / AEI / 10.13039/501100011033</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Jesús Galindo Zaldivar recibe fondos de Spanish IPY projects SVAIS (no. POL2006-07390/CGL) and IPY-NICE STREAMS (no. CTM2009-06370-E/ANT; Neogene ice streams and sedimentary processes on high-latitude continental margins, no. 367). - Proyecto AGORA (no. P18-RT-3275) (Junta de Andalucía, FEDER y Universidad de Granada).-Proyecto GOLETA PID2019-108880RJ-I00 / AEI / 10.13039/501100011033</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Jose Manuel Gonzalez Vida y Sergio Ortega Acosta no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Un equipo de investigación ha reconstruido un tsunami que asoló las costas árticas hace unos 200 000 años. El cambio climático aumenta las posibilidades de que vuelvan a repetirse estos sucesos catastróficos.María Teresa Pedrosa González, Geóloga marina. Investigadora, Universidad de GranadaGemma Ercilla Zarraga, Investigadora Científica del CSIC. Geologa marina, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Jesús Galindo-Zaldivar, Catedrático de Geodinámica Interna, Universidad de GranadaJose Manuel Gonzalez Vida, Profesor Titular en el Dpto. de Matematica Aplicada de la UMA, Universidad de MálagaSergio Ortega Acosta, Profesor de Matemática Aplicada, Universidad de MálagaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1877092022-08-07T20:17:15Z2022-08-07T20:17:15ZLa biodiversidad de la Tierra es hoy más rica que nunca, pero vamos camino de destruirla<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/477373/original/file-20220803-26-7spml6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C6%2C4275%2C2837&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Arrecife de coral en el mar Rojo.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/coral-reef-tropical-fish-red-sea-421764676">Vlad61 / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La vida ha evolucionado a lo largo de miles de millones de años creando una asombrosa variedad de formas de vida cada vez más diversas y complejas. Se estima que el número de especies que habitan actualmente en la Tierra podría ser del orden de <a href="https://journals.plos.org/plosbiology/article?id=10.1371/journal.pbio.1001127">8,7 millones</a>.</p>
<p>La biodiversidad no se distribuye de forma homogénea sobre la superficie del planeta. A nadie le pasará inadvertido que las selvas tropicales o los arrecifes de coral contienen un mayor número de especies que los desiertos de arena o las llanuras abisales del océano profundo. </p>
<p>Tampoco sorprenderá si decimos que los ecosistemas más diversos lo son, en parte, porque disponen de una mayor cantidad de recursos (agua, luz, comida, etc). Los recursos son esenciales, pero al mismo tiempo limitados. Por ello, los científicos llevan décadas debatiendo sobre si existe o no un nivel de equilibrio por encima del cual el número de especies no puede seguir creciendo. En otras palabras, ¿existe un máximo de especies que la Tierra puede albergar? Y, si existe, ¿se ha alcanzado ya?</p>
<h2>El equilibrio de la biodiversidad</h2>
<p>El concepto de equilibrio tiene su analogía en numerosos ámbitos de la ciencia y la sociedad. El equilibrio de mercado, por ejemplo, un concepto muy extendido en economía, se da cuando la oferta y la demanda tienden a equipararse. El aumento de la oferta disminuye los precios. La caída de precios dispara la demanda. El aumento de la demanda vuelve a incrementar los precios y así sucesivamente, dando lugar a un sistema de retroalimentaciones que mantienen el mercado en equilibrio.</p>
<p>Asumamos por un momento que la superficie de la Tierra es un sistema cerrado, esto es, no ha habido intercambio de materia y energía entre la superficie del planeta, su interior y el espacio exterior. Si así fuese, uno esperaría que la biodiversidad hubiese aumentado a lo largo del tiempo hasta alcanzar el nivel de equilibrio. La cuestión es ¿han bastado 3 800 millones de años para llegar a ese equilibrio?</p>
<p>La respuesta a esta pregunta requiere reconsiderar la asunción de que la superficie de la Tierra es un sistema cerrado. No lo es, y como tal ha experimentado perturbaciones ambientales que provocaron la <a href="https://www.amnh.org/exhibitions/dinosaurs-ancient-fossils/extinction/mass-extinction">extinción en un tiempo relativamente corto de al menos la mitad de las especies que habitaban el planeta</a>. </p>
<h2>Las cinco grandes extinciones masivas</h2>
<p>Que sepamos, el aumento de la actividad volcánica, resultado de la energía radioactiva acumulada en el interior de la Tierra, y el impacto de cuerpos extraterrestres han sido los principales desencadenantes de las <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Extinci%C3%B3n_masiva">extinciones masivas</a>. En ambos casos, estas perturbaciones dieron lugar a cambios en el clima, incrementos en la concentración atmosférica de gases letales, acidificación de los océanos y anoxia generalizada, variaciones en el nivel del mar o largos periodos de oscuridad planetaria que interrumpieron la actividad vital y aceleraron la extinción de especies.</p>
<p>De las cinco grandes extinciones masivas que tuvieron lugar durante el eón Fanerozoico, es decir, durante los últimos 541 millones de años de la historia de la Tierra, la que aconteció a finales del periodo Pérmico, hace unos 250 millones de años, fue la más mortífera de todas. Este evento de extinción masiva eliminó más del 90 % de las especies del planeta, dejando los ecosistemas al borde del colapso. </p>
<p>Hoy, 250 millones de años más tarde, la biodiversidad de la Tierra es mayor de lo que ha sido nunca. </p>
<h2>El mundo más diverso</h2>
<p>En un estudio reciente publicado en la revista <em><a href="https://www.nature.com/articles/s41586-022-04932-6">Nature</a></em>, mostramos cómo la frecuencia de los eventos de extinción masiva que tuvieron lugar durante la era Paleozoica (hace entre 541 y 252 millones de años) impidió que los ecosistemas marinos alcanzasen la diversidad de equilibrio.</p>
<p>Por el contrario, la estabilidad ambiental que siguió a la era Paleozoica permitió la formación de puntos calientes de biodiversidad; regiones caracterizadas por albergar comunidades biológicas extraordinariamente diversas. Estas regiones, que hoy en día encontramos en mares poco profundos de Indonesia, el Caribe y Madagascar, podrían haber alcanzado por primera vez en la historia de la vida el clímax de diversidad.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/476032/original/file-20220726-22290-ne4rcy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/476032/original/file-20220726-22290-ne4rcy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/476032/original/file-20220726-22290-ne4rcy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=295&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/476032/original/file-20220726-22290-ne4rcy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=295&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/476032/original/file-20220726-22290-ne4rcy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=295&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/476032/original/file-20220726-22290-ne4rcy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=371&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/476032/original/file-20220726-22290-ne4rcy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=371&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/476032/original/file-20220726-22290-ne4rcy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=371&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Evolución de la biodiversidad marina.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Pedro Cermeño</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/2hFdt4SFjQ8?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Modelo de la evolución de la biodiversidad marina tras las extinciones fanerozoicas. Fuente: Carmen García-Comas.</span></figcaption>
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<h2>Hacia la sexta gran extinción</h2>
<p>Desde la revolución industrial, la quema de combustibles fósiles ha transferido cantidades ingentes de carbono del reservorio geológico a la atmósfera y los océanos. Esta perturbación, causada por el ser humano, está alterando el funcionamiento natural de los ecosistemas. La sexta gran extinción masiva está ya en curso. </p>
<p>Según Naciones Unidas, en el último siglo han desaparecido tantas especies como las que se extinguirían en 10 000 años en un escenario normal. Además, el 25 % de las especies evaluadas por la <a href="https://www.iucn.org/es/node/32539">Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza</a> se encuentran hoy en peligro de extinción. </p>
<p>Los puntos calientes de biodiversidad son regiones particularmente vulnerables y, por lo tanto, su conservación ha de ser una prioridad. Evitar su deterioro es la mejor forma de detener la extinción acelerada de especies, cada una de las cuales atesora millones de años de éxito evolutivo. Un tesoro, la biodiversidad, que, si las tendencias actuales continúan, tardará millones de años en recuperarse. Muy probablemente mas allá de nuestra propia existencia como especie.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/187709/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Pedro Cermeño ha recibido fondos del Gobierno de España a través del proyecto de investigación INDITEK - Un nuevo modelo macroevolutivo de diversificación de invertebrados marinos gobernado por la tectónica de placas y la cinemática (ref: CGL2017-91489-EXP). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carmen García-Comas Rubio no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La estabilidad ambiental de los últimos 250 millones de años ha facilitado la explosión de especies en los océanos. ¿Romperá el ser humano ese equilibrio natural?Pedro Cermeño, Científico Titular, experto en ecología y evolución, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Carmen García-Comas Rubio, Postdoc researcher, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1855122022-08-01T17:22:18Z2022-08-01T17:22:18ZOstras para mejorar la calidad del agua del Mar Menor<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/473600/original/file-20220712-12-hft7p9.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=49%2C8%2C5472%2C3628&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Ostra plana en la isla del Barón, Mar Menor.</span> <span class="attribution"><span class="source">Eve Galimany</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Los ecosistemas costeros están expuestos a una amplia gama de amenazas ambientales que incluyen, entre otras, la degradación de la calidad del agua por exceso de nutrientes, un proceso llamado eutrofización. Este es el caso del <a href="https://theconversation.com/mar-menor-historia-de-un-colapso-ambiental-que-pudo-haberse-evitado-166577">Mar Menor</a> (Murcia, España), la laguna salada más grande de Europa. </p>
<p>El Mar Menor sufre de <a href="https://theconversation.com/la-ue-mejora-la-regulacion-de-los-bioestimulantes-y-fertilizantes-agricolas-176055">eutrofización</a> desde hace décadas debido a la acumulación de muchos nutrientes en el agua, lo que se ve agravado por la falta de organismos filtradores en el ecosistema. Estos animales, como los mejillones y las ostras, pueden ser, de hecho, parte de su salvación.</p>
<h2>Ostras al rescate</h2>
<p>El Mar Menor es un sistema tan eutrofizado e inestable que necesita de múltiples estrategias de reducción de nutrientes en el agua. Una de ellas puede ser la biorremediación con ostra plana, una intervención que se ha usado con éxito a nivel mundial para restaurar la claridad del agua y calidad del ecosistema. </p>
<p>En este sentido, se está llevando a cabo el <a href="https://www.programapleamar.es/proyectos/remedios-prueba-de-concepto-para-la-utilizacion-de-la-ostra-plana-en-acciones-de">proyecto RemediOS</a>, de la Fundación Biodiversidad a través del Programa Pleamar, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP). Las soluciones basadas en la naturaleza como esta aportan estabilidad y resiliencia, muy necesarias para la salud de los mares.</p>
<h2>La ostra plana</h2>
<p>La ostra plana (<em>Ostrea edulis</em>) es una especie de molusco bivalvo, organismos filtradores que se alimentan del fitoplancton retenido en sus branquias. Su capacidad de filtrar grandes cantidades de agua hace que esta especie tenga un papel clave en el mantenimiento de la calidad y claridad del agua. </p>
<p>En el año 1972 se documentaron las primeras ostras planas en el Mar Menor y en 1982 eran tan abundantes que se realizó la primera pesquería profesional del banco de ostra, con 80 toneladas de capturas. Aunque poco después se abandonó la extracción de ostras, un recuento realizado en 1985 estimó la población en 100 millones de ostras y <a href="https://digitum.um.es/digitum/handle/10201/33902">se mantuvo en 135 millones de ostras en el año 1992</a>.</p>
<p>La población actual de ostras del Mar Menor es desconocida, aunque se sabe que es minoritaria, perdiendo con ella uno de sus servicios al ecosistema más importante: su contribución a reducir la eutrofización.</p>
<h2>NORA, una alianza para restaurar las ostras</h2>
<p>La ostra plana ha disminuido a nivel global y se estima que el 80 % de las poblaciones de ostras del mundo han desaparecido. Por ello, hace unos pocos años se creó <a href="https://noraeurope.eu/spain-the-mar-menor-oyster-initiative/">NORA</a> (siglas de Native Oyster Restoration Alliance o Alianza para la Restauración de la Ostra Nativa), una alianza de expertos en distintos campos de la biología y la ecología de ostras con el objetivo de devolver a los ecosistemas las poblaciones de ostra desaparecidas mediante su restauración. </p>
<p>La restauración de ostras es una solución basada en la naturaleza para mejorar ecosistemas con excesos de nutrientes en el agua (eutrofizados) mediante la filtración de forma natural de los nutrientes transformados en una gran masa de fitoplancton.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/473819/original/file-20220713-18-7p7h1u.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/473819/original/file-20220713-18-7p7h1u.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/473819/original/file-20220713-18-7p7h1u.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=392&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/473819/original/file-20220713-18-7p7h1u.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=392&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/473819/original/file-20220713-18-7p7h1u.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=392&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/473819/original/file-20220713-18-7p7h1u.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=493&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/473819/original/file-20220713-18-7p7h1u.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=493&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/473819/original/file-20220713-18-7p7h1u.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=493&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Semillas de ostra plana recogidas en el Mar Menor.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Marina Albentosa</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Biorremediación con bivalvos</h2>
<p>Entre las distintas estrategias basadas en la naturaleza se incluye la biorremediación o bioextracción de nutrientes, que permite extraer y retirar la masa de fitoplancton de ecosistemas eutrofizados. Este proceso consiste en cultivar bivalvos, como las ostras, en instalaciones acuícolas en el mar. A medida que engordan las ostras, se van retirando los nutrientes, que pasan de estar en forma de fitoplancton a transformarse en tejido de ostra. </p>
<p>A continuación, las ostras se extraen del medio natural eliminando así nutrientes que se pueden reciclar cuando se consumen las ostras. Esta estrategia fue pionera en Suecia, donde se propuso el cultivo de mejillón como una solución simple, flexible y con buena relación coste-eficacia a los problemas de eutrofización que sufrían en un fiordo del país en el año 2003. Dicho cultivo <a href="https://doi.org/10.1579/0044-7447-34.2.131">podía extraer hasta el 20 % del nitrógeno del agua</a>, uno de los elementos principales de la vida cuyo exceso causa la eutrofización.</p>
<p>Años más tarde, en un fiordo de Dinamarca, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0025326X14001325">se estableció una granja de mejillones a gran escala optimizada para la eliminación rentable de nutrientes</a>. Sesenta toneladas de mejillones por hectárea podían eliminar entre 0,6 y 0,9 toneladas de nitrógeno por hectárea y año. Este estudio también reveló que la producción de mejillones para estrategias de biorremediación de nutrientes es una medida rentable en comparación con las medidas terrestres, que son más caras. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/472513/original/file-20220705-1817-64ketm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/472513/original/file-20220705-1817-64ketm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/472513/original/file-20220705-1817-64ketm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/472513/original/file-20220705-1817-64ketm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/472513/original/file-20220705-1817-64ketm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/472513/original/file-20220705-1817-64ketm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/472513/original/file-20220705-1817-64ketm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/472513/original/file-20220705-1817-64ketm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Esquema mostrando la capacidad de extracción de nitrógeno en forma de fitoplancton de un cultivo de mejillones de la especie <em>Geukensia demissa</em>.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Eva Galimany, basado en Galimany et al. 2017</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>En Alemania también <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0964569114001422">se llegó a la conclusión</a> de que la cría de mejillones puede ser una medida de apoyo adecuada para mejorar la calidad del agua mediante la biorremediación porque aumenta la transparencia del agua.</p>
<p>Cambiando de continente, en Estados Unidos se crearon instalaciones acuícolas con ostras en Chesapeake Bay, una bahía eutrofizada del noreste del país. Este estudio concluyó que <a href="https://acsess.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.2134/jeq2010.0203">para eliminar 1 tonelada de nitrógeno del agua se debían cosechar 7,7 millones de ostras cultivadas de 76 mm de longitud</a>.</p>
<p>Un poco más al norte se creó <a href="https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acs.est.7b02838">una iniciativa para usar los bivalvos como depuradores naturales de las aguas de Long Island Sound</a>, una bahía eutrofizada del noreste de EE. UU. Bajo esta premisa se instaló una batea con una especie de mejillón de la zona y se estimó que, en 6 meses, con un cultivo de 337 000 mejillones, se podían extraer 62,6 kg de nitrógeno.</p>
<p>Los estudios de bioextracción han tenido gran interés social y mediático por todos sus beneficios. Además de mejorar la calidad del agua, con estas soluciones basadas en la naturaleza se crea hábitat para otros organismos, y se promueve la generación de empleo y el desarrollo de la economía azul.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/185512/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marina Albentosa recibe fondos de la Fundación Biodiversidad a través del Programa Pleamar cofinanciado por los fondos FEMP </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Eve Galimany, Fiz da Costa, Sebastián Hernandis Caballero y Ángel Hernández Contreras no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Los bivalvos filtradores son una solución natural para eliminar nutrientes de las aguas eutrofizadas.Eve Galimany, Investigadora, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Ángel Hernández Contreras, Investigador, Instituto Español de Oceanografía (IEO - CSIC)Fiz da Costa, Científico Titular del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), experto en Acuicultura, Instituto Español de Oceanografía (IEO - CSIC)Marina Albentosa, Profesora de Investigación del Instituto Español de Oceanografía, Instituto Español de Oceanografía (IEO - CSIC)Sebastián Hernandis Caballero, Doctor en biología marina, Instituto Español de Oceanografía (IEO - CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1861702022-07-06T18:06:28Z2022-07-06T18:06:28ZPendientes de un hilo (de gas)<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/471910/original/file-20220630-11-nmk2x2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=3%2C0%2C2584%2C1944&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Planta de procesamiento de gas de Tiguentourine, en In Amenas (Argelia).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/amenas-gas-plant-tiguentourine-largest-wet-1258918792">TOUAT Hamid / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Hace unas semanas <a href="https://theconversation.com/los-porques-del-deterioro-de-las-relaciones-entre-espana-y-argelia-184822">Argelia suspendió el Tratado de Amistad y Cooperación con España</a> como respuesta al giro copernicano de la posición española respecto al Sáhara Occidental. Esa medida fue acompañada con otras, como la prohibición de domiciliar pagos en Argelia para el comercio con España, que <a href="https://theconversation.com/el-impacto-de-las-medidas-de-argelia-sobre-la-economia-espanola-185347">ha afectado sobre todo a pymes</a> pero no al comercio del gas natural, cuyos pagos se efectúan con un sistema internacional. Así que la primera preocupación que saltó a las portadas de los diarios quedó conjurada, y el paso de los días muestra que, efectivamente, de momento Argelia no ha cortado a España el flujo de gas natural.</p>
<p>De momento. Porque la situación actual sobre el <a href="https://theconversation.com/gas-natural-solucion-para-europa-o-desarrollo-para-africa-185430">abastecimiento del gas</a> y de otros recursos naturales energéticos es tremendamente fluida. E inestable.</p>
<h2>Una producción estancada</h2>
<p>La extracción de gas en Argelia lleva 20 años prácticamente estancada. Ninguna sorpresa: los recursos son finitos y no se pueden extraer a ritmo constante, fluyen menos cuando va quedando menos. </p>
<p>Tras décadas en que cada año se va produciendo más que el anterior, siempre se llega a una fase más o menos larga de estancamiento de la producción, a la que le acaba siguiendo una de progresiva disminución que suele extenderse muchos años. Eso le pasa al gas, al petróleo, al carbón, al cobre… a todo. Y pasa en todos los países. </p>
<p>Argelia ahora está ahí: <a href="https://www.statista.com/statistics/265338/natural-gas-production-in-algeria/">estancada entre los 80 y los 90 mil millones de metros cúbicos al año</a> desde el 2000. Pero su consumo crece de manera acelerada desde el 2010, y así cada vez tiene menos gas para exportar: de 57 Mm³/a en 2000 a 39 Mm³/a en 2021, un 30 % menos. Por eso a Argelia le interesaba <a href="https://www.efe.com/efe/espana/economia/argelia-cierra-el-gasoducto-del-magreb-en-busca-de-mayor-peso-geoestrategico/10003-4664829">cerrar el gasoducto que pasa por Marruecos el septiembre pasado</a>: ¿para qué pagar un 7 % en peajes si tienes menos para exportar? Mejor enviar lo que queda directamente a los clientes que pagan mejor. Pero la producción está ya entrando en la fase de declive y caída final, así que ahora le conviene exportar menos a España y centrarse en Italia –porque le da más garantías de pago y menos problemas–.</p>
<h2>España, dependiente del gas argelino</h2>
<p>España, que en 6 puertos concentra el 38 % de la capacidad de regasificación de toda la Unión Europea, se ha volcado en el <a href="https://theconversation.com/ucrania-y-el-gas-natural-licuado-crisis-y-oportunidad-176349">gas natural licuado</a> (GNL) que vía buque metanero exportan sobre todo los EE. UU., Catar y Australia. Con ello ha podido compensar la disminución paulatina que durante los últimos meses (mucho antes del actual conflicto) se ha observado del gas que viene de Argelia: actualmente importamos más gas de los EE. UU. que de Argelia. Pero eso no quiere decir que podamos prescindir del país norteafricano: aún en este momento, el 25 % del gas que consumimos es argelino.</p>
<p>No tiene mucho sentido pensar que España puede convertirse en un centro estratégico de distribución de energía y gas hacia Europa, básicamente porque nunca podrá producir por medios autóctonos (renovables) una cantidad de energía final semejante a la que consumimos actualmente, no digamos ya exportar. Y en cuanto a la reexportación hacia Europa del gas natural, todo el GNL que se exporta en el mundo no basta para abastecer Europa, así que difícilmente podrá España redistribuir una cantidad suficiente hacia nuestros vecinos del norte por más que invierta en infraestructuras.</p>
<h2>Problemas de abastecimiento en todo el mundo</h2>
<p>Pero es que, además, el mundo comienza a ir muy justo de gas natural. Hay países a los que ya no se sirve gas natural, <a href="https://www.business-standard.com/article/international/pakistan-faces-escalation-of-power-crisis-as-lng-tenders-scrapped-122062600230_1.html">como Pakistán</a>. </p>
<p>Australia, el tercer mayor exportador de GNL, está sufriendo <a href="https://www.theguardian.com/australia-news/2022/jun/02/world-of-pain-warnings-of-gas-shortages-amid-soaring-power-prices-add-to-australias-energy-woes">apagones por culpa del encarecimiento de todas las materias primas energéticas</a> y ya ha decretado un embargo de las exportaciones de carbón, que puede acabar extendiendo al GNL. </p>
<p>Catar tiene muchos contratos a largo plazo que no puede romper. Por su parte, EE UU. sufrió recientemente una <a href="https://www.reuters.com/business/energy/explosion-hits-freeport-lng-plant-us-natgas-prices-plunge-2022-06-08/">explosión en la planta de licuefacción de Freeport</a>, Texas, a causa de la cual ha perdido un 20 % de la capacidad de exportación de GNL al menos hasta 2023. Un accidente muy conveniente, porque los precios del gas se estaban disparando en los EE. UU., y ahora, gracias al accidente, han disminuido. Aún así, se prevén cortes de electricidad en el estado de Illinois y probablemente en otros estados centrales durante este mismo verano, justamente por los sobrecostes de producción de la electricidad. La globalización hace que los precios de la energía, y los problemas de acceso a ella, se extiendan a todos los países.</p>
<h2>Amistades peligrosas</h2>
<p>España debe, por tanto, meditar cuidadosamente sus próximos pasos con respecto a Argelia, porque aún depende de ella y porque en la situación de tensión energética global sus otros proveedores pueden ser menos fiables de lo previsto. </p>
<p>La decisión de comenzar a <a href="https://www.efe.com/efe/espana/economia/espana-ya-envia-gas-a-marruecos-por-un-gasoducto-garantizando-que-no-es-argelino/10003-4841197">bombear gas a Marruecos</a> a través del ahora inactivo gasoducto del Magreb-Europa puede tomarse por Argelia como un ataque, ya que le prohibió explícitamente reexportar <em>su</em> gas al reino alauita, eterno rival. </p>
<p>Las recientes <a href="https://www.efe.com/efe/espana/mundo/marruecos-y-ee-uu-efectuan-maniobras-artilleras-cerca-del-sahara-argelia/10001-4836361">maniobras militares en las que han participado Marruecos y EE. UU.</a>, anticipando una guerra con Argelia, son enormemente alarmantes. Es preocupante que se llegue a tal escenario, moralmente reprobable, pero además inútil desde el punto de vista de garantizar el acceso a los recursos.</p>
<p>Esperemos que nuestros gobernantes actúen sabiamente, ya que colgamos de un hilo. Un hilo tenue. Un hilo de gas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/186170/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Antonio Turiel no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La situación de abastecimiento de gas natural es muy inestable en todo el mundo. Si sus relaciones con Argelia continúan deteriorándose, España podría perder un suministro del que aún depende.Antonio Turiel, Investigador científico, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1766152022-02-15T19:41:28Z2022-02-15T19:41:28Z¿De dónde vienen los pulpos, calamares y sepias que comemos?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/446258/original/file-20220214-17-9gih6v.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C0%2C1903%2C1265&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Pulpos secándose al sol en la isla de Milos (Grecia).</span> <span class="attribution"><span class="source">Andrés Ospina-Alvarez</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Año 1999, playa de <a href="https://www.colombia.com/turismo/noticias/taganga-la-mas-famosa-playa-de-pescadores-de-la-hermosa-ciudad-de-santa-marta-328178">Taganga</a> (Caribe colombiano). Un futuro biólogo de escasos diez años ve un pulpo bajo el agua por primera vez. De regreso a la arena habla con sus padres sobre cómo se pescan y se comen estos animales. Discutir sobre si el pulpo procedía de una pesquería local o no era en aquellos tiempos irrelevante.</p>
<p>Año 2008, paseo marítimo de Barcelona. Un joven aspirante a doctor en ciencias, amante de la comida de mar, escucha a una colega hablar sobre el proyecto <a href="http://www.elpeixalplat.com/es">El Peix al Plat</a> (El Pescado al Plato), una iniciativa sobre consumo responsable y alimentos de kilómetro cero o de proximidad.</p>
<p>Año 2013, isla de Milos, Grecia. Decenas de pulpos se secan en el puerto, una pesquería local suple a los restaurantes de la zona. Se trata de un producto fresco, una deliciosa cena para dos jóvenes científicos.</p>
<p>Año 2015, isla de Samoa, Pacífico Sur. Una pareja de investigadores en su etapa postdoctoral saborean una receta local de pulpo a la brasa. El animal ha sido capturado esa misma mañana por un pescador local.</p>
<p>Año 2019, Vigo, Galicia. Durante la cena de lanzamiento del proyecto <a href="https://www.cephsandchefs.com/es/">Cephs and Chefs</a>, un profesor de la Universidad de Santiago de Compostela y dos jóvenes científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas alrededor de unas tapas de pulpo a la feria se cuestionan sobre la procedencia del pulpo que se come en España.</p>
<p>La anterior es la cronología de cómo surgieron las preguntas e inquietudes personales, y después científicas, que nos han llevado a un grupo de expertos en ciencias marinas y económicas a publicar recientemente un estudio en la revista <a href="https://rdcu.be/cGOvj"><em>Scientific Reports</em></a> sobre el comercio de los pulpos y sus parientes cercanos.</p>
<h2>El comercio mundial de productos del mar</h2>
<p>¿Es posible trazar el origen y destino de los cefalópodos que se pescan alrededor del mundo y ponemos diariamente en nuestras mesas? Esta es la primera pregunta que nos hicimos.</p>
<p>Para responder, empezamos a tirar del hilo de una intrincada madeja: la red mundial de comercio de productos del mar. Una red donde el producto fresco y de calidad sigue diferentes rutas para abastecer a los mercados locales y el producto procesado o que ha viajado largas distancias es el que ofrecen principalmente los supermercados y grandes superficies.</p>
<h2>La huella de carbono del transporte</h2>
<p>El movimiento global <a href="https://doi.org/10.1108/00070700310477095"><em>slow food</em></a> y el concepto de alimentos de kilómetro cero surgieron en Italia a mediados de los años ochenta. Estas iniciativas proponen, entre otros postulados, que deberíamos consumir la mayor cantidad posible de productos cuyas materias primas procedan de un radio menor a los 100 kilómetros de distancia. </p>
<p>El consumo de alimentos de kilómetro cero tiene como objetivo garantizar la frescura y calidad del producto. Pero también minimizar el impacto ecológico que ocasiona el transporte de largas distancias desde el lugar de producción o extracción hasta la tienda o mercado donde los compramos o a la mesa donde los consumimos. </p>
<p>El impacto ecológico de los alimentos de origen marino no solo se debe a la energía empleada para su captura o procesado, sino también a la distancia recorrida para ponerlos en nuestro plato, e incluso al vehículo de transporte utilizado para trasladarlos. </p>
<p>No es lo mismo llevar pulpo gallego desde el puerto de Vigo a Barcelona en avión que traerlo congelado desde Mauritania en barco. Aunque no lo parezca, la primera opción conlleva una <a href="https://ourworldindata.org/food-transport-by-mode">huella de carbono</a> mucho más grande que la segunda por la quema de combustibles fósiles asociados al transporte.</p>
<h2>¿De dónde vienen los alimentos?</h2>
<p>Para que sea posible garantizar el consumo de alimentos de proximidad, se necesitan herramientas y políticas que garanticen la <a href="https://www.mapa.gob.es/es/pesca/temas/calidad-seguridad-alimentaria/control_legislacion_guiatrazabilidad.aspx">trazabilidad</a> y la verificación de los productos. </p>
<p>En el caso de los alimentos de origen marino, entre las soluciones más extendidas están <a href="https://theconversation.com/pescado-y-marisco-para-navidad-como-elegir-el-mas-saludable-y-sostenible-segun-su-etiqueta-173098">el etiquetado</a> y la certificación. Pero en la gran mayoría de los casos, la trazabilidad de un alimento, un pienso o un ingrediente, es decir, la posibilidad de seguir su rastro a través de todas las etapas de producción, transformación y distribución es una tarea titánica y casi imposible. </p>
<p>En las pesquerías en general, y especialmente en las de cefalópodos, en las que a menudo se comercializan animales vivos, la trazabilidad es esencial si se quiere conocer qué caminos recorren los pulpos, calamares o sepias desde los lugares de pesca hasta los consumidores finales, incluyendo su conservación y transporte. </p>
<p>Un sistema de trazabilidad eficaz debería permitir verificar que estos alimentos proceden de fuentes legales, responsables o sostenibles, y que son seguros para el consumo humano. </p>
<p>Sin embargo, a pesar de que se conoce bien el estado actual de <a href="https://www.fao.org/in-action/globefish/market-reports/cephalopods/en/">las capturas y el consumo de cefalópodos a nivel mundial</a>, no existen normativas específicas ni sistemas de seguimiento para estudiar la trazabilidad de los cefalópodos a nivel internacional. Además, la información sobre los principales países y territorios implicados en el mercado mundial de cefalópodos es muy escasa.</p>
<h2>El comercio mundial de cefalópodos</h2>
<p>Conscientes de esta problemática, nuestro grupo de investigación analizó en detalle veinte años de estadísticas oficiales, recopiladas por la <a href="https://comtrade.un.org/">Organización de las Naciones Unidas (ONU)</a>, sobre el comercio mundial de cefalópodos. </p>
<p>Hemos logrado sacar a la luz por primera vez las particularidades de esta red comercial e identificado los siguientes elementos:</p>
<ul>
<li><p>Los países y territorios clave, no sólo por el volumen de los intercambios, sino en función de sus relaciones comerciales. Es decir, aquellos conectados con muchos otros comerciantes o que actúan como puentes entre asociaciones de países o regiones distantes. </p></li>
<li><p>Los flujos bilaterales (importador-exportador) que estructuran la red y pueden hacerla más frágil ante cambios en las poblaciones explotadas.</p></li>
<li><p>Las rutas comerciales más susceptibles de ser auditadas. </p></li>
</ul>
<p>Así, nuestro estudio es un primer e importante paso hacia soluciones destinadas a conseguir una trazabilidad y una verificación efectivas de los productos procedentes de la pesca de cefalópodos a nivel mundial. </p>
<h2>Un ejemplo extraído de la red de comercio de sepia y calamar</h2>
<p>El puerto de Ámsterdam (Países Bajos) es el principal puerto de entrada a Europa del comercio marítimo procedente de Asia. En los últimos años, los tres mayores flujos de sepia y calamar congelados se produjeron entre India y España, Myanmar y Tailandia e India y Vietnam. Sin embargo, nuestro estudio revela que los puentes comerciales a nivel global se establecieron entre Países Bajos y Malasia, España y Francia y Francia y Países Bajos. </p>
<p>Los Países Bajos están actuando como puente entre el Sudeste Asiático y dos países europeos, España y Francia. Esto es relevante para las cuestiones de trazabilidad. Si, por ejemplo, Europa quisiera adoptar medidas correctoras sobre la trazabilidad de la sepia y el calamar originarios del Sudeste Asiático, tendría que centrar sus esfuerzos en los Países Bajos como principal puente que modula la entrada de estos productos en el continente.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/445922/original/file-20220211-25-qpyrma.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/445922/original/file-20220211-25-qpyrma.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/445922/original/file-20220211-25-qpyrma.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=295&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/445922/original/file-20220211-25-qpyrma.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=295&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/445922/original/file-20220211-25-qpyrma.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=295&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/445922/original/file-20220211-25-qpyrma.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=371&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/445922/original/file-20220211-25-qpyrma.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=371&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/445922/original/file-20220211-25-qpyrma.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=371&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Red mundial del comercio de la sepia y calamar donde se muestran los puentes comerciales críticos entre países participantes.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://aospina.shinyapps.io/CGTN_app/">Andrés Ospina-Alvarez / Cephalopod Global Trade Network</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>Consumo sostenible, sea o no de proximidad</h2>
<p>Satisfacer el consumo de personas con alto poder adquisitivo y ávidas de proteínas de calidad, a la vez que asegurar el equilibrio alimenticio y las necesidades proteicas de aquellas con menos recursos es una necesidad que el mercado debe asumir. </p>
<p>La red mundial de comercio de alimentos de origen marino debe seguir fluyendo. Pero también es cierto que podemos actuar para mejorar su eficiencia, su seguridad y hacerla más sostenible. Las soluciones tecnológicas que se enfoquen en la seguridad alimentaria, la responsabilidad medioambiental del transporte aéreo y marítimo y el tipo de combustible empleado pueden ser mas efectivas que limitar nuestro consumo a productos de kilómetro cero. </p>
<p>El consumo de proximidad no es una solución universal. Puede ser válido, por ejemplo, para muchas frutas y verduras, pero no para todas, como podemos comprobar visitando la frutería del barrio. El consumo responsable y la optimización de las rutas de transporte de las redes de comercio mundial de alimentos pueden producir una disminución radical de las emisiones de gases de efecto invernadero, entre otros beneficios.</p>
<p>Los firmantes del estudio somos conscientes de que es complejo avanzar hacia un comercio mundial de cefalópodos transparente y sostenible, en el que la trazabilidad, el correcto etiquetado y la seguridad alimentaria supongan elementos esenciales de la gestión. Un esfuerzo tal exige un compromiso internacional, con políticas coordinadas, mecanismos financieros y de mercado adecuados, y avances científicos y tecnológicos en constante evolución. </p>
<p>Sin embargo, los beneficios ecológicos, económicos y sociales compensarían con creces este esfuerzo. Transformar la industria pesquera y mitigar los efectos del cambio global para todos los que dependen de ella es uno de los retos de la humanidad para lograr un futuro alimentario globalmente sostenible.</p>
<p>A nivel individual, podemos seguir las siguientes pautas para consumir de manera responsable: </p>
<ul>
<li><p>Evitar comprar pescados o mariscos que no se reconocen o que están en peligro de extinción.</p></li>
<li><p>Priorizar el consumo de productos de temporada.</p></li>
<li><p>Adquirir productos que se ajusten a las tallas establecidas.</p></li>
<li><p>Elegir los productos capturados en zonas permitidas y extraídos con métodos que ejercen el menor impacto sobre los ecosistemas.</p></li>
<li><p>Optar por alimentos frescos.</p></li>
</ul><img src="https://counter.theconversation.com/content/176615/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Andrés Ospina-Alvarez (AOA) recibió fondos del programa H2020 Marie Skłodowska-Curie Actions (746361). En el momento de la publicación de este artículo AOA recibe fondos del Gobierno de las Islas Baleares mediante un contrato financiado a través de la convocatoria de becas postdoctorales del programa "Vicenç Mut" 2020.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Sebastian Villasante ha recibido fondos del proyecto Cephs and Chefs, financiado por el programa INTERREG de la Comisión Europea.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Silvia de Juan Mohan no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Un estudio identifica por primera vez los principales países implicados en el comercio mundial de cefalópodos. Conocer la ruta que siguen los productos marinos permite evaluar su impacto ambiental.Andrés Ospina-Alvarez, Doctor en Ciencias Marinas - Investigador en ecología marina y redes complejas, Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA - CSIC - UIB)Sebastian Villasante, Profesor del Departamento de Economía Aplicada, Universidade de Santiago de CompostelaSilvia de Juan Mohan, Científica contratada, ecología marina, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1731922021-12-23T19:48:07Z2021-12-23T19:48:07Z¿Podría ocurrir un tsunami en España?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/438733/original/file-20211221-13-1i26tix.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4992%2C2492&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/tsunami-wave-apocalyptic-water-view-storm-2031041624">Shutterstock / MAX79</a></span></figcaption></figure><p>A primera hora de la tarde del 11 de marzo de 2011, un enorme <a href="https://theconversation.com/es/topics/terremoto-50940">terremoto</a> de magnitud 9.0, el cuarto mayor registrado en la historia, agitó fuertemente la costa este de Japón, principalmente en la isla de Honshu. Pese a la formidable intensidad de la sacudida, que se prolongó durante seis minutos y liberó una energía de 500 megatones, los daños inmediatos fueron moderados gracias al modélico plan de prevención sísmica del país. </p>
<p>Pero esa fue sólo la antesala del verdadero desastre. Unos 30 minutos después, el nivel del mar empezó a subir en el puerto de Miyako, ciudad de unos 50 000 habitantes situada 200 km al norte del epicentro. Las imágenes son hipnóticas. De entrada, nada parece particularmente grave. La subida, primero imperceptible y luego lenta, se prolonga durante varios minutos, arrastrando un número creciente de embarcaciones que golpean con fuerza los muros protectores del puerto, de 10 m de altura. </p>
<p>Al otro lado del muro hay gente paseando que aparenta confianza y tranquilidad. Pero el nivel del agua sigue creciendo hasta que sobrepasa netamente los muros y la hipnosis da paso al estupor: una masa de agua oscura se precipita hacia el puerto y avanza tierra adentro, barriendo la ciudad y arrastrando embarcaciones, vehículos, edificaciones y todo lo que encuentra a su paso hasta unos 5 km de la costa. La devastación es absoluta. </p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/cMsz5cx7TvU?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Imagen del tsunami. Fuente: Extreme Earth Disasters / YouTube.</span></figcaption>
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<h2>Consecuencias en Japón</h2>
<p>En la central nuclear de Fukushima Daiichi, unos 350 km al sur, el tsunami también rebasó los muros protectores, dañando gravemente cuatro reactores y provocando la mayor catástrofe nuclear desde Chernobyl. </p>
<p>Las cifras oficiales indican que provocó cerca de <a href="https://www.ngdc.noaa.gov/hazel/view/hazards/tsunami/event-more-info/5413">20 000 muertes</a> y, cinco años después del terremoto, todavía había más de 220 000 personas desplazadas. Las pérdidas económicas se cifraron en 20 000 millones de euros, reduciéndose en medio punto porcentual el producto interior bruto del país. </p>
<p>El impacto, pese a ser enorme, empalidece en comparación con el del tsunami del Índico ocasionado por el terremoto de Indonesia de 2004, de magnitud similar. En ese caso, el tsunami barrió un total de 14 países ribereños en las horas que siguieron al terremoto, causando <a href="https://www.ngdc.noaa.gov/hazel/view/hazards/tsunami/event-more-info/2439">más de 200 000 víctimas</a> y una destrucción sin precedentes.</p>
<h2>Impactos de los tsunamis a nivel mundial</h2>
<p>Los tsunamis, especialmente los originados en zonas de convergencia (o subducción) entre placas tectónicas, como los de Japón e Indonesia, constituyen uno de los fenómenos naturales más mortíferos y destructivos. </p>
<p>A nivel mundial, las pérdidas asociadas al impacto de los tsunamis son colosales: según la <a href="https://www.undrr.org/es">Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres</a>, entre 1998 y 2017 murieron más de 250 000 personas y las pérdidas económicas superaron los 240 000 millones de euros. </p>
<p>Cabe destacar que, durante este tiempo, cerca del 10 % de las pérdidas económicas causadas por desastres se debieron a tsunamis. En promedio, cada tsunami ocurrido en los últimos 100 años ha causado cerca de 5 000 víctimas, superando con creces a cualquier otro desastre de origen natural.</p>
<p>Actualmente, <a href="https://www.who.int/health-topics/tsunamis#">más de 700 millones de personas</a> viven en zonas costeras e islas pequeñas, expuestas a eventos extremos relacionados con la subida del nivel del mar, inundaciones y tsunamis. Este número aumenta rápidamente y se estima que podría acercarse al 50 % de la población mundial hacia 2030. Afortunadamente, los grandes tsunamis como los mencionados no son frecuentes, y no todas las zonas costeras tienen el mismo riesgo de sufrir uno; ello depende del contexto geológico en que se encuentran. </p>
<h2>¿Podría ocurrir un tsunami en España?</h2>
<p>En algunos lugares como España, sin embargo, impera una falsa sensación de seguridad. La falta de experiencias recientes, en una sociedad donde la inmediatez establece el orden de relevancia de los hechos, hace que este tipo de riesgos se consideren menores. Pero es una percepción engañosa: el mayor sismo conocido de la historia europea ocurrió en el golfo de Cádiz el Día de Todos los Santos de 1755. </p>
<p>El denominado <a href="https://www.nature.com/articles/s43247-021-00216-5">terremoto de Lisboa</a> originó un tsunami que azotó violentamente las costas del suroeste de la península ibérica y el norte de África, provocando daños importantes en diversos puntos del Caribe, Norteamérica y Sudamérica. Se calcula que causó entre 20 000 y 50 000 muertes, e incitó un amplio y profundo debate tanto a nivel científico como político y filosófico.</p>
<p>Aunque es poco probable dado el largo periodo de recurrencia entre grandes terremotos en la zona de convergencia entre las placas euroasiática y africana, no es descartable que un fenómeno similar pueda ocurrir próximamente. Asimismo, es factible que tsunamis menores, originados en las fallas tectónicas del margen norteafricano, impacten en la costa mediterránea en las próximas décadas. </p>
<h2>Sistemas de vigilancia y alerta</h2>
<p>La magnitud de los terremotos y su localización suelen ser buenos indicadores de su potencial para generar tsunamis destructivos. En base a la experiencia, se considera que los sismos de magnitud superior a 7,5 con epicentro en el mar son susceptibles de generar un tsunami, mientras que la probabilidad decae rápidamente para los de magnitud inferior. La disponibilidad inmediata de este tipo de información en caso de ocurrencia de sismos y su incorporación en los sistemas de vigilancia y alerta temprana es clave para la toma de decisiones y la mitigación del riesgo asociado.</p>
<p>Otro elemento importante en el diseño de sistemas de alerta eficientes es el conocimiento y caracterización adecuada de las estructuras geológicas causantes de los sismos, es decir, las fallas tectónicas. </p>
<p>De hecho, <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-019-1784-0">un modelo conceptual</a> propuesto por investigadores del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) muestra que un parámetro clave para determinar el potencial tsunamigénico de cualquier terremoto es la rigidez de las rocas que rodean la falla tectónica, es decir, su propensión a deformarse cuando se aplica un esfuerzo. </p>
<p>Para una magnitud determinada, la deformación del subsuelo marino y, por tanto, el potencial para generar un tsunami, aumenta a medida que disminuye la rigidez. Así, terremotos de magnitud moderada pueden generar tsunamis si la ruptura alcanza profundidades someras, donde hay rocas de baja rigidez.</p>
<p>Un <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.abg8659">estudio reciente</a> muestra que este es, efectivamente, el caso de diversos terremotos que, pese a tener magnitudes moderadas, han provocado tsunamis destructivos. Un ejemplo es el terremoto de Nicaragua de 1992, que originó un tsunami de unos 10 m que barrió la costa del país llevándose la vida de 170 personas y dejando sin hogar a más de 13 500. En este caso, la baja rigidez de las rocas en la zona de ruptura permite reproducir no solo la deformación del suelo marino que generó el tsunami, sino también la larga duración del fenómeno y la intensidad moderada del movimiento sísmico asociado.</p>
<p>En su conjunto, estos trabajos revelan la vital importancia de identificar y caracterizar mediante estudios geofísicos detallados la geometría y las propiedades elásticas de las estructuras geológicas susceptibles de generar terremotos submarinos e <a href="https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1029/2021JB022328">incorporar la información en simulaciones numéricas</a>. </p>
<p>Estos resultados abren las puertas a combinar las características mencionadas, como por ejemplo la intensidad de las vibraciones y su duración, para mejorar los sistemas de alerta de tsunamis a escala mundial, incluyendo la zona del golfo de Cádiz y el Mediterráneo occidental, donde hay un registro histórico de terremotos y tsunamis devastadores.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/173192/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Valentí Sallarès Casas ha recibido ayudas en forma de proyectos de investigación de la Agencia Española de Investigación (AEI).</span></em></p>El terremoto de Lisboa originó un tsunami que azotó las costas del suroeste de la península ibérica y el norte de África en 1755. ¿Podría producirse un fenómeno similar próximamente?Valentí Sallarès Casas, Investigador en el CSIC, especialista en geofísica y sismología, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1659962021-08-11T18:09:13Z2021-08-11T18:09:13ZInforme IPCC: Certezas e incertidumbres sobre el cambio climático<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/415711/original/file-20210811-25-t1hdep.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C4649%2C3092&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Escultura de Lorenzo Quinn en Venecia.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/venice-italy-july-02-2017-support-1030026829">Shutterstock / Alena Veasey</a></span></figcaption></figure><p>A mediados del siglo pasado, las primeras voces de la comunidad científica advirtieron sobre la posibilidad de que el clima de la Tierra se modificase por la continua emisión de dióxido de carbono a la atmósfera como resultado de la quema de combustibles fósiles. Esta preocupación llevó, durante la década de los 80, a la creación primero del Programa de Investigación del Clima Global (1980) y posteriormente del <a href="https://www.ipcc.ch/">Panel Intergubernamental de Cambio Climático</a> (IPCC, 1988).</p>
<p>El IPCC es una entidad de las Naciones Unidas encargada de valorar la ciencia relacionada con el cambio climático. Desde 1990 ha preparado numerosos trabajos relacionados con el cambio climático, entre los que destacan los Informes de Evaluación producidos cada 5-7 años, el último de ellos publicado entre 2013 y 2014 (Quinto Informe de Evaluación). En 2018 y 2019 se publicaron otros tres informes intermedios: el calentamiento global de 1,5 °C, los océanos y la criosfera en el cambio climático y el cambio climático y las zonas terrestres.</p>
<p>Ahora el IPCC acaba de publicar el primer volumen del <a href="https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg1/">Sexto Informe de Evaluación</a>, dedicado a las ciencias físicas del cambio climático. Esta evaluación nos envía un contundente mensaje: el aumento de los gases invernadero en la atmósfera ha tenido, tiene y tendrá un grave impacto sobre el clima de la Tierra.</p>
<h2>La certeza</h2>
<p>La certeza básica –lo que podríamos llamar el punto de partida– es que el rápido aumento de los gases de tipo invernadero es de origen antrópico. Para el periodo 1960-2019, los dos principales gases de efecto invernadero han sido el dióxido de carbono (CO₂) y el metano (CH₄). Su contribución al efecto radiativo es del 63 % para el CO₂ y del 11 % para el CH₄. En el caso del CO₂, aproximadamente 2/3 partes corresponden a la quema de combustibles fósiles y 1/3 parte al uso de la tierra. En el caso del CH₄, la situación se invierte, con 1/3 parte proveniente de los combustibles y las 2/3 partes provenientes de la agricultura y la gestión de residuos.</p>
<p>Esta evidencia indiscutible, conduce a otra realidad que también se considera irrefutable: el aumento de gases invernadero hace que la superficie del planeta haya recibido y siga incorporando un exceso de calor. La radiación de onda larga que emite nuestro planeta no es suficiente para deshacerse de este exceso de energía y la diferencia se almacena principalmente en los océanos (el 91 %). Este desbalance hace que la temperatura del planeta –no solo la de la superficie del globo sino también del océano profundo– haya aumentado sobradamente por encima de los cambios planetarios naturales.</p>
<p>El incremento medio de temperatura del aire en la superficie de la Tierra, entre 1850-1900 y 2011-2020, ha sido de 1,09 °C (1,29 °C entre 1750 y 2019). Sobre las zonas terrestres este aumento ya ha alcanzado 1,61 °C, siendo un 45 % superior a la media planetaria y un 80 % superior al incremento experimentado en la superficie de los océanos.</p>
<p>El desbalance radiativo actual hace que, incluso si dejásemos de emitir gases invernadero, la temperatura del planeta continuaría aumentando. Con el fin de detener este incremento de temperatura lo antes posible, la única solución es eliminar la emisión de gases invernadero. El nuevo informe del IPCC nos advierte que cualquier alternativa de reducción progresiva en la emisión de estos gases ocasionará que la temperatura de la Tierra aumentará durante un periodo más largo.</p>
<h2>Los daños colaterales</h2>
<p>El Sexto Informe de Evaluación explora detenidamente los posibles impactos colaterales, de alcance global, asociados a la subida de la temperatura del planeta. A lo largo de todo el informe, se valora la confianza y grado de probabilidad de las predicciones. La confianza se determina a partir de la robustez de las evidencias disponibles y por medio del grado de concordancia entre investigadores y metodologías diversas. En la verisimilitud de futuros cambios, se destacan aquellos que tienen un grado de probabilidad muy elevado (90 %) o de casi total certeza (99 %).</p>
<p>Unos de las consecuencias indiscutibles es el aumento del nivel del mar, causado tanto por la expansión del agua que se calienta como por la pérdida de glaciares y hielo continental. El aumento para finales del siglo XXI dependerá del escenario de emisiones. Para un escenario realista se prevé un incremento de entre 0,55 y 0,90 m para finales de siglo, relativo al nivel del mar durante el periodo 1995-2014. Debido al deshielo y el calentamiento de las aguas profundas, el nivel del mar continuará aumentando durante varios siglos, pudiendo perfectamente alcanzar varios metros para el año 2300.</p>
<p>Otro impacto esperado es el incremento en la frecuencia de eventos extremos, tanto las tormentas con fuertes vientos y lluvias extremas como las sequías prolongadas. La combinación del incremento del nivel del mar y las tormentas más extremas reforzará el impacto sobre muchas zonas costeras. </p>
<p>El aumento de la temperatura superficial también conllevará una mayor cantidad de agua en la atmósfera. En particular, se prevé un incremento en precipitación de entre un 2 y un 8 % para finales de siglo, dependiendo del escenario de emisiones de gases invernadero. Sin embargo, las precipitaciones se distribuirán de forma irregular, con sequías en zonas de climas mediterráneos y mucha más lluvia a altas latitudes. La variabilidad interanual también aumentará.</p>
<p>A estos dos ejemplos se le añaden otros como la acidificación y desoxigenación de grandes regiones oceánicas, un considerable aumento en la estratificación de las aguas superficiales y las oleadas de calor marino en regiones costeras. Todo ello con un importante impacto sobre la biodiversidad y salud de los ecosistemas marinos. También vale la pena destacar la previsión de que, durante el verano austral, en el año 2050 ya no habrá hielo ártico, con consecuencias importantes no solo en la biodiversidad de estas regiones sino también en la disminución del albedo polar.</p>
<h2>Las incertidumbres</h2>
<p>El sexto informe nos dice que el cambio ya es imparable, lo que nos queda por saber es qué niveles alcanzará. Una gran parte del informe se dedica a analizar cuál será la magnitud de estos cambios para diferentes escenarios de emisión de gases invernadero. El informe concluye que si el equilibrio radiativo se logra con aumentos de temperatura moderados, entre 1,5 y 2,0 °C, el impacto sobre el clima tendrá consecuencias mucho menos drásticas.</p>
<p>Para llegar a esta conclusión el informe analiza multitud de factores, en cada caso valorando cuál es la respuesta más probable del sistema climático y a menudo reconociendo un elevado grado de incertidumbre. Se trata de aspectos del sistema climático cuya evolución futura no se conoce con suficiente confianza, a pesar de que tienen un papel muy importante en el aumento de la temperatura.</p>
<p>Un primer factor es la cantidad de dióxido de carbono que terminará en la atmósfera. Durante las seis últimas décadas aproximadamente el 56 % del CO₂ ha terminado en el océano y en la biosfera terrestre. Sin embargo, el informe anticipa que este porcentaje disminuirá progresivamente hasta el extremo de que incluso podría revertirse, de modo que océano y masas terrestres podrían convertirse en fuente de CO₂ en lugar de sumidero.</p>
<p>Otro aspecto de importancia clave es la cinta transportadora global, encargada de distribuir energía hacia altas latitudes y de intercambiar las aguas superficiales y profundas. El informe indica que hay una alta probabilidad de que esta cinta se debilite, incluso previendo la posibilidad de su colapso total, pero con baja fiabilidad.</p>
<p>También se apunta hacia una reducción de las regiones con permafrost, que es la capa de suelo permanentemente congelada que ha acumulado grandes cantidades de materia orgánica. Su efecto parece estar muy por debajo del impacto que ocasiona la quema de combustibles fósiles pero el grado de incertidumbre es elevado.</p>
<p>Otro factor importante e incierto para el clima futuro de nuestro planeta es la evolución de las grandes masas de hielo antártico, localizadas en zonas emergidas sobre este continente. A diferencia de la región ártica, su posible deshielo vendrá condicionado no por la temperatura del aire sino sobre todo por la temperatura de las aguas subsuperficiales.</p>
<p>Finalmente, el ciclo de agua, especialmente en lo relativo a la formación de nubes y sus efectos albedo e invernadero, se mantiene como uno de los elementos con mayor incertidumbre. El fortalecimiento del ciclo del agua, con cambios significativos en la cantidad de vapor de agua en la atmósfera, podría ocasionar diferencias regionales importantes en las tasas de evapotranspiración.</p>
<h2>La mayor incertidumbre</h2>
<p>El clima de la Tierra está cambiando y cambiará aún más como resultado de un ritmo de vida insostenible que mantiene una parte de la población planetaria. A corto plazo experimentaremos fuertes sequías y lluvias torrenciales. A medio plazo viviremos una progresiva desertización de grandes regiones planetarias y nuestras costas y sus habitantes sufrirán fuertes temporales marinos superpuestos a un nivel de mar en lento pero progresivo aumento. A largo plazo, dejaremos a las generaciones futuras, a los nietos de nuestros nietos, un litoral inundado y en continuo retroceso.</p>
<p>El cambio climático conllevará también un fuerte impacto sobre los ecosistemas terrestres y marinos, deteriorando la salud de ecosistemas regionales y la resiliencia del sistema climático tal como lo conocemos. En el horizonte se vislumbra, como una realidad casi inminente, un sistema climático distinto al actual, para el cual la especie humana no se encuentra bien adaptada.</p>
<p>Sin duda es un aviso que nos dice que no estamos en el buen camino. ¿Cuál será nuestra respuesta? ¿Miraremos con amor y empatía a nuestros vecinos amenazados, con menos posibilidades de adaptarse que nosotros, y a esos nietos lejanos que no conoceremos? ¿Nos imaginaremos formando parte del planeta? ¿O seguiremos actuando como sus dueños y usuarios, con nuestras comodidades y lujos absurdos?</p>
<p>¿Seremos capaces de reinventarnos en nuestros pequeños gestos diarios? Reciclar, reutilizar, reducir… desde el consumo sostenible hasta nuestro goce armónico junto con la naturaleza. La respuesta está en nuestras manos, todos tenemos nuestra responsabilidad personal diaria y todos tenemos la oportunidad de exigir esta misma responsabilidad a nuestros gobernantes.</p>
<p>La humanidad ha ocasionado el cambio climático actual, y la humanidad también, paradójicamente, es la mayor incertidumbre en el futuro climático que nos espera.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/165996/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Josep Lluís Pelegrí Llopart recibe fondos del ayuntamiento de Barcelona, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Ministerio de Ciencia e Innovación de España y la Unión Europea. </span></em></p>El sexto informe del IPCC nos dice que el cambio ya es imparable, y muchas de sus consecuencias irreversibles. Lo que nos queda por saber es qué niveles alcanzará. Y cómo responderemos como humanidad.Josep Lluís Pelegrí Llopart, Oceanógrafo y profesor de investigación, actualmente director del centro, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1628052021-06-30T21:38:29Z2021-06-30T21:38:29ZCómo proteger las sardinas y anchoas mediterráneas de la sobrepesca y el cambio climático<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/408946/original/file-20210629-16-2cdcdh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C6%2C4272%2C2833&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mediterranean-sardines-fisherman-making-stack-crates-126331568">Shutterstock / ermess</a></span></figcaption></figure><p>Los ecosistemas marinos de todo el mundo están experimentando rápidos cambios ecológicos y socioeconómicos. Se deben al cambio ambiental global: las actividades humanas que afectan los recursos marinos se distribuyen de manera heterogénea, se superponen espacialmente y aumentan con el tiempo.</p>
<p>La explotación de los recursos marinos ha sido históricamente el <a href="http://www.fao.org/3/y7300e/y7300e04.htm">impulsor principal del cambio en los ecosistemas marinos</a>. Le siguen la contaminación, la destrucción mecánica del hábitat y, más recientemente, la <a href="https://www.cambridge.org/core/books/ecosystembased-fisheries-management/694F6B8BF88E6B04C6D8380E81269E22">introducción de especies exógenas</a> y el cambio climático inducido por el ser humano.</p>
<p>Este cambio ambiental altera las propiedades biofísicas y ecológicas del océano, tanto a escala global como local. Afecta en múltiples niveles su organización biológica, incluidos genes, especies, poblaciones y comunidades, provocando cambios en las interacciones ecológicas y impulsando incluso <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15256658/">nuevas redistribuciones geográficas de las especies marinas</a>. </p>
<p>Por otra parte, estos cambios también producen un efecto negativo sobre los servicios que el océano proporcionan a los seres humanos, como la provisión de alimento y la protección de la costa. Una transformación decidida hacia la sostenibilidad es clave para adaptar nuestros sistemas socioecológicos a entornos cambiantes y asegurar así sus beneficios a largo plazo.</p>
<h2>Gestión desde la ciencia</h2>
<p>En respuesta a este gran reto, existe un fuerte impulso para la implementación de un enfoque de <a href="https://www.nhbs.com/ecosystem-approaches-to-fisheries-book">ordenación pesquera basada en el ecosistema</a> (EBFM, siglas en inglés de <em>Ecosystem-Based Fisheries Management</em>). Y, de manera más general, un enfoque de ordenación de las múltiples actividades humanas basado en el ecosistema (EBM, siglas en inglés de <a href="https://academic.oup.com/icesjms/article/73/4/1042/2458509"><em>Ecosystem-Based Management</em></a>).</p>
<p>Estos enfoques incluyen el establecimiento de iniciativas de ordenación transformadoras que consideren las actividades humanas de forma conjunta, la dinámica espacial y temporal cambiante de los ecosistemas y los factores ambientales, e incluyan sus interacciones y retroalimentaciones. </p>
<p>Es esencial que esta gestión transformadora de las actividades humanas esté informada por la ciencia. También tiene que considerar su impacto socioecológico involucrando a la variedad de actores interesados. Debe ser proactiva, mitigando y adaptando las medidas de gestión del cambio climático creciente para garantizar la resiliencia de los ecosistemas y las sociedades que dependen de estos.</p>
<p>El conocimiento científico sobre el funcionamiento del océano y cómo ha cambiado en las últimas décadas y continuará cambiando en el futuro es imprescindible para esta gestión transformadora. Esto incluye aumentar nuestra comprensión sobre cómo se estructuran los ecosistemas marinos y cómo el cambio climático los alterará. El conocimiento tiene que incluir el efecto de las sinergias potenciales con otros impulsores socioecológicos de cambio.</p>
<h2>La importancia de los ecosistemas pelágicos</h2>
<p>El océano cubre el 70 % de la superficie de la Tierra, y una gran proporción está asociada al hábitat que se desarrolla en la columna de agua, lo que conocemos como ecosistema pelágico. El ecosistema pelágico es mucho menos conocido que los hábitats demersales (cuyos organismos viven asociados al fondo marino). Cuanto más profundo es y más alejado está de la costa, menos conocimiento está disponible. </p>
<p>La gran variedad de organismos que habitan el ecosistema pelágico engloba especies de plancton (sin capacidad natatoria) y necton (con capacidad natatoria). Dentro de estas se encuentran las especies forrajeras, incluidos peces (como la sardina y el boquerón) e invertebrados (como camarones, pulpos, sepias y calamares). </p>
<p>Las especies forrajeras son el alimento fundamental para otras especies superiores en la red trófica y desempeñan un papel clave en la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas marinos. Estas ejercen un fuerte control sobre los organismos más pequeños y son claves como presa de organismos más grandes. También desempeñan un papel importante en los procesos de acoplamiento demersal-pelágico y en el transporte de materia orgánica y nutrientes en la columna de agua. </p>
<p>Son además especies muy importantes en relación con la seguridad alimentaria, ya que representan un porcentaje elevado de las capturas mundiales de la pesca. Adquirir una comprensión integral de la biología y la ecología de estos organismos que habitan el vasto ecosistema pelágico es <a href="https://digital.csic.es/handle/10261/221204">un desafío para la comunidad científica marina</a>.</p>
<h2>Disminución de las poblaciones de sardinas y anchoas</h2>
<p>Los ecosistemas pelágicos, como los ecosistemas marinos en general, están cambiando. Son <em>per se</em> muy dinámicos, pero también están mostrando cambios a largo plazo que se aceleran con el tiempo en algunas áreas. Estos cambios son muy evidentes en las aguas españolas, sobre todo en el Mediterráneo occidental. En esta zona especies de gran interés comercial como la sardina y boquerón (o anchoa, como se prefiera nombrar según la zona) han mostrado caídas importantes en su abundancia y captura, <a href="https://cinea.ec.europa.eu/system/files/2021-03/SPELMED.pdf">cambios en su distribución y un empeoramiento de su condición corporal en los últimos años</a>. </p>
<p>Al mismo tiempo, hay especies potencialmente competidoras, como la sardinella (o alacha) u organismos gelatinosos (medusas), que <a href="https://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.299.5299&rep=rep1&type=pdf">han expandido su distribución y han aumentado su abundancia</a>.</p>
<p>Estos cambios del ecosistema mediterráneo se están investigando con gran interés científico. Los últimos estudios apuntan a que <a href="https://digital.csic.es/handle/10261/184324">son motivados por un impacto combinado de varios factores</a>. Entre estos factores destaca una sobrepesca histórica y presente intensa que conlleva una <a href="https://cinea.ec.europa.eu/system/files/2021-03/SPELMED.pdf">mortalidad por pesca excesiva</a> y la incapacidad de que los organismos se reproduzcan a un nivel suficiente para garantizar el tamaño de sus poblaciones.</p>
<p>También se han identificado como factores determinantes el efecto del cambio climático en aumento, que incluye el <a href="https://digital.csic.es/bitstream/10261/217179/4/Pennino_et_al_2020_preprint.pdf">calentamiento de las aguas y cambios en la productividad marina</a>, y el aumento de la polución por plásticos que <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fmars.2020.00622/full">está afectando a la salud de los organismos marinos</a>.</p>
<p>De forma preocupante, estudios científicos recientes muestran cómo <a href="https://www.nature.com/articles/s41598-018-33237-w">aquellas áreas dónde el cambio climático parece más rápido son las mismas donde la actividad humana (como la pesca) se concentra</a>. Estos trabajos también permiten identificar zonas con potencial de ser refugios climáticos en el futuro, donde las condiciones <a href="https://digital.csic.es/bitstream/10261/217179/4/Pennino_et_al_2020_preprint.pdf">ambientales óptimas para especies pelágicas parecen mantenerse en el tiempo bajo escenarios contrastados de cambio climático</a>. En estas zonas la gestión pesquera podría reducir la intensidad de la extracción de capturas para garantizar áreas seguras de cría y reproducción.</p>
<h2>Cambios necesarios de cara al futuro</h2>
<p>Utilizando <a href="https://digital.csic.es/handle/10261/122014">un modelo matemático del ecosistema marino</a> que representa el Mediterráneo noroccidental, resultados de proyecciones de gestión muestran cómo diferentes combinaciones de reducción de esfuerzo pesquero y protección marina pueden ser beneficiosa. Por ejemplo, reducir el esfuerzo pesquero del cerco y arrastre, proteger la zona costera con profundidades menores de 50 metros y los refugios climáticos identificados en la zona podrían contribuir a asegurar las capturas de especies pelágicas comerciales y mantener unos adecuados niveles de biomasa de estas especies en el mar. </p>
<p>Por el contrario, si no se ejecutan medidas de gestión de los recursos marinos adicionales a las actuales, las proyecciones auguran una disminución aun mayor de biomasas y capturas en el futuro.</p>
<p>La <a href="https://theconversation.com/no-podremos-alcanzar-un-desarrollo-sostenible-con-unos-oceanos-enfermos-161139">Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible</a> y la Década de la Restauración de los Ecosistemas, ambas proclamadas por las Naciones Unidas, nos brindan una oportunidad única para abordar estos grandes desafíos desde la ciencia y la gestión de los recursos marinos. </p>
<p>Los avances que se logren en esta década pueden contribuir sustancialmente a alcanzar los objetivos del <a href="https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/conservacion-de-la-biodiversidad/conservacion-de-la-biodiversidad-en-el-mundo/cb_mundo_convenio_diversidad_biologica.aspx#:%7E:text=Entr%C3%B3%20en%20vigor%20el%2029,21%20de%20diciembre%20de%201993.">Convenio sobre la Diversidad Biológica</a> y su marco mundial de biodiversidad posterior a 2020. También serán fundamentales para informar al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el ODS 14 sobre conservación y uso sostenible del océano, los mares y los recursos marinos.</p>
<p>La política y la gestión encaminada a velar y administrar los recursos marinos públicos tiene una oportunidad única en los próximos años para asentar las bases de una gestión transformadora e informada de estos recursos, dentro de un contexto complejo de cambio climático y global. De lo que hagan <a href="https://research.wur.nl/en/publications/human-impacts-on-planetary-boundaries-amplified-by-earth-system-i">dependerá en gran medida la salud del océano y del planeta</a> en su conjunto, y de los seres humanos que lo habitan y dependen de él.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/162805/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marta Coll Montón es miembro de Ecopath International Initiative (EII), asociación de investigación y desarrollo de software libre con énfasis en Ecopath with Ecosim.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Jose María Bellido Millán recibe fondos de entidades públicas de financiación de investigación, como Ministerio de Ciencia e Innovación y Oraganizaciones de la Unión Europea de Investigación y Desarrollo. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>María Grazia Pennino no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las poblaciones de algunas especies marinas de interés comercial están disminuyendo. Controlar la pesca y establecer zonas de protección y refugios climáticos son medidas esenciales para evitar mayores declives.Marta Coll Montón, Científico Titular, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Jose María Bellido Millán, Profesor de Investigación, experto en pesquerías y ecosistemas marinos., Instituto Español de Oceanografía (IEO - CSIC)María Grazia Pennino, Científico titular en el Área de Pesca, Instituto Español de Oceanografía (IEO - CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1613032021-06-24T05:13:54Z2021-06-24T05:13:54ZLos riesgos de la energía eólica para los ecosistemas marinos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/405643/original/file-20210610-20-1fg56ep.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C17%2C5812%2C4337&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Cap de Creus, Girona, visto desde el mar en el que está previsto el despliegue del parque eólico marino Tramuntana.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/spain-costa-brava-coastline-neptune-grass-1063921178">Shutterstock / Damsea</a></span></figcaption></figure><p>Ante el cambio climático, es urgente reducir las emisiones de gases causantes del efecto invernadero. Ello implica reducir el consumo energético y utilizar energías renovables como la eólica marina, señalada por la Unión Europea (UE) como un sector clave de la llamada “economía azul”. </p>
<p>Para que Europa sea climáticamente neutra en 2050, se estima que la energía eólica marina debería aportar el 30 % de la demanda eléctrica de los Estados miembros. Esto conlleva un incremento de la capacidad eólica marina desde los 12 GW actuales hasta los 300 GW en 2050.</p>
<p>Para cumplir con estos objetivos, se han instalado parques eólicos <em>offshore</em> (alejados de la costa) en el mar del Norte y el Báltico. Su implementación ha requerido la evaluación del impacto ambiental sobre los ecosistemas, siguiendo estrictamente la normativa pautada por la UE. </p>
<p>En el litoral español, donde las empresas tienen interés en promover parques eólicos marinos al calor de los fondos europeos Next Generation, deben realizarse, urgentemente, estudios científicamente robustos e independientes sobre sus impactos potenciales en base a las características ecológicas y socioeconómicas particulares. </p>
<h2>Riesgos para los ecosistemas marinos</h2>
<p>Tómese como ejemplo la costa mediterránea. El Mediterráneo es un mar semicerrado con gran biodiversidad y es ecológicamente muy frágil debido a las múltiples presiones humanas que experimenta. La instalación de parques eólicos constituye un nuevo riesgo para los ecosistemas mediterráneos. </p>
<p>Los estudios realizados en los mares nórdicos, revisados durante el <a href="https://pharos4mpas.interreg-med.eu/fileadmin/user_upload/Sites/Biodiversity_Protection/Projects/PHAROS4MPAs/WWF_PHAROS4MPAs_OffshoreWindFarm__CapitalizationReport.pdf">proyecto europeo Pharos4MPAs</a> y el <a href="https://portals.iucn.org/library/sites/library/files/documents/2021-004-En.pdf">informe reciente de la IUCN</a>, indican que las fases de construcción, operación y desmantelado de los parques eólicos marinos conllevan el riesgo de colisión de aves, mamíferos y tortugas marinas con las instalaciones. </p>
<p>Estas infraestructuras también suponen otros problemas ambientales como los siguientes:</p>
<ul>
<li><p>Contaminación acústica (causada por turbinas y el montaje de estructuras) para los mamíferos y otros animales marinos.</p></li>
<li><p>Contaminación por metales pesados procedentes de los ánodos de sacrificio.</p></li>
<li><p>Daño de los fondos marinos por las anclas y el tendido y despliegue de cables.</p></li>
<li><p>Destrucción o modificación de los hábitats y su biodiversidad.</p></li>
<li><p><a href="https://www.researchgate.net/publication/338038527_PHAROS4MPAS_-_Safeguarding_marine_protected_areas_in_the_growing_Mediterranean_blue_economy_Capitalization_report_for_the_offshore_wind_energy_sector">Efectos dañinos de los campos electromagnéticos</a> de los cables sobre los peces y <a href="https://www.researchgate.net/publication/324923544_Understanding_the_effects_of_electromagnetic_field_emissions_from_Marine_Renewable_Energy_Devices_MREDs_on_the_commercially_important_edible_crab_Cancer_pagurus_L">otros recursos pesqueros</a>. </p></li>
</ul>
<p>Es importante recordar que la mitad norte de la costa catalana alberga uno de los <a href="https://www.indemares.es/areas-marinas/sistema-de-canones-submarinos-occidentales-del-golfo-de-leon">patrimonios de biodiversidad marina más importante de todo el Mediterráneo</a>. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/405632/original/file-20210610-22-1acdfhi.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/405632/original/file-20210610-22-1acdfhi.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/405632/original/file-20210610-22-1acdfhi.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=327&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/405632/original/file-20210610-22-1acdfhi.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=327&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/405632/original/file-20210610-22-1acdfhi.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=327&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/405632/original/file-20210610-22-1acdfhi.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=411&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/405632/original/file-20210610-22-1acdfhi.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=411&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/405632/original/file-20210610-22-1acdfhi.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=411&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Esquema de configuración de cables submarinos de un aerogenerador flotante.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://parctramuntana.com/wp-content/uploads/2021/03/Memoria-DIP-Parque-eolico-marino-flotante-Tramuntana-.pdf">Fuente: Helenic Cables modificado por SENER.</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El parque eólico marino Tramuntana</h2>
<p>Por otro lado, el litoral español carece de una plataforma continental amplia (con algunas excepciones). Por eso muchas actividades humanas y espacios marinos protegidos se concentran en un espacio reducido. También se proyectan en esta franja cercana a la costa los parques eólicos marinos, pues más allá, las profundidades serían excesivas y no adecuadas para su anclaje. </p>
<p>Un ejemplo es el recientemente propuesto <a href="https://parctramuntana.com/wp-content/uploads/2021/03/NdP-presentacion-Parc-Tramuntana_es-Roses-25-01-2021-1.pdf">parque eólico marino Tramuntana</a> entre el cabo de Creus y el golfo de Roses (Costa Brava). Contempla la instalación de 65 turbinas con una potencia equivalente a casi el 90 % de la energía eléctrica requerida por la provincia de Girona. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/405636/original/file-20210610-20-17shifa.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/405636/original/file-20210610-20-17shifa.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/405636/original/file-20210610-20-17shifa.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=425&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/405636/original/file-20210610-20-17shifa.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=425&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/405636/original/file-20210610-20-17shifa.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=425&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/405636/original/file-20210610-20-17shifa.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=534&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/405636/original/file-20210610-20-17shifa.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=534&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/405636/original/file-20210610-20-17shifa.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=534&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Ámbito del proyecto del parque eólico marino flotante Tramuntana.</span>
</figcaption>
</figure>
<p>La ubicación del parque Tramuntana (incluyendo los cables del transporte de electricidad hasta la estación terrestre) sería adyacente a un amplio abanico de zonas protegidas: una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA Espacio Marino del Empordà), un Lugar de Importancia Comunitaria (LIC Sistema de Cañones Submarinos Occidentales del Golfo de León), dos reservas marinas (ZEPA, LIC y Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo, ZEPIM Cap de Creus y El Montgrí-Les Medes-El Baix Ter), el Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo (declarado Área Marina Protegida por el Ministerio para la Transición Ecológica en 2018) y la zona Natura 2000 de la Bahía de Roses (zona marítima de los Aiguamolls del Empordà). </p>
<p>En este contexto, se requiere el análisis exhaustivo de los potenciales daños ecosistémicos a gran escala –más allá de la zona ocupada por los aerogeneradores– en estas áreas ecológicamente frágiles. </p>
<p>Además, los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático (como el temporal Gloria en enero de 2020) pueden deteriorar las instalaciones y comportar peligros adicionales para el medio natural a más largo plazo. Tampoco hay que olvidar el creciente riesgo de accidentes (colisiones de barcos con las turbinas, riesgo de fuego en las turbinas, etc.) que pueden conllevar graves daños para las personas y el medio ambiente colindante.</p>
<h2>Impacto en el paisaje y las costas</h2>
<p>Por otro lado, a diferencia de los mares nórdicos, en muchas zonas del litoral español el paisaje es un elemento clave de identificación y vínculo tanto para la población local como para los millones de turistas que visitan nuestras costas a fin de obtener los beneficios que nos propicia el medio marino. </p>
<p>El contacto con el mar es saludable, permite la realización de actividades recreativas, y constituye patrimonio natural y cultural. Por este motivo el impacto de los megaparques eólicos marinos en zonas como el cabo de Creus, el golfo de Roses y Montgrí-Illes Medes, con un paisaje valioso y un conjunto arqueológico y monumental único (Empúries), es preocupante.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/405640/original/file-20210610-15-1jihzm5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/405640/original/file-20210610-15-1jihzm5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/405640/original/file-20210610-15-1jihzm5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/405640/original/file-20210610-15-1jihzm5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/405640/original/file-20210610-15-1jihzm5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/405640/original/file-20210610-15-1jihzm5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/405640/original/file-20210610-15-1jihzm5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/405640/original/file-20210610-15-1jihzm5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Yacimiento arqueológico grecorromano de Empuries, en el Golfo de Roses, Cataluña, España.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/grecoroman-archaeological-site-ampurias-empuries-gulf-496729300">Shutterstock / JLJUSSEAU</a></span>
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<p>Tampoco puede ignorarse que se requerirá el despliegue de grandes infraestructuras para el ensamblaje, construcción y mantenimiento de los grandes parques eólicos, con la consiguiente industrialización de los puertos y la costa adyacente. Es más, estos grandes parques eólicos pueden conllevar en el futuro la creación de plantas de producción de hidrógeno para almacenar la energía eólica producida. Esta industrialización de la costa constituye una presión adicional sobre el medio litoral y marino. </p>
<p>Los interrogantes que generan proyectos como el Tramuntana nos han llevado a elaborar un <a href="http://www.oceanshealth.udg.edu/pujades/files/Manifiesto%20cientifico%20eolica%20marina%20ES2%20final.pdf">manifiesto</a>, apoyado por más de 100 científicos de más de 20 universidades, centros de investigación y otras instituciones científicas españolas solicitando a las Administraciones públicas que consideren, con rigor e <a href="https://parctramuntana.com/wp-content/uploads/2021/03/Memoria-DIP-Parque-eolico-marino-flotante-Tramuntana-.pdf">independientemente de lo que estimen las empresas</a>, los riesgos de los parques eólicos marinos para el medio ambiente y se reconsidere la estrategia eólica marina para adaptarla a las peculiaridades ecológicas y socioeconómicas de la costa española, con un estudio de proyectos alternativos y dimensionados. </p>
<p>Se deben evaluar los impactos del parque eólico y de las infraestructuras asociadas, y su rol en el mix energético local, autonómico y estatal. Y todas las evaluaciones y análisis deben ser accesibles públicamente y trazables respecto a sus fuentes de financiación.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/161303/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alberto Olivares recibe fondos de la Agencia Estatal de Investigación, Ministerio de Ciencia e Innovación.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Nada que declarar en relación a la temática de este artículo. Elisa Berdalet Andrés ha recibido fondos para la investigación científica marina de carácter fundamental del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, fondos Feder, la ERANET Era for Climate Services y FORMAS (Suecia).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Nada que declarar</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Ana Sabatés Freijo, Antonio Turiel, Josep Lloret, Josep Vila Subirós, Josep-Maria Gili y Rafael Sardá Borroy no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Estas infraestructuras pueden causar colisiones de aves, mamíferos y tortugas marinas; problemas de contaminación acústica y por metales pesados y destrucción de biodiversidad.Antonio Turiel, Investigador científico, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Alberto Olivares, Investigador contratado del Departamento de Ecología Marina, Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC)Ana Sabatés Freijo, Investigadora científica en el Departamento de Recursos Marinos Renovables, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Elisa Berdalet Andrés, Scientific Researcher, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Jordi Solé Ollé, Profesor Agregado. Especialidad: oceanografía, sistemas energéticos, sistemas complejos y clima, Universitat de BarcelonaJosep Lloret, Director of the Oceans and Human Health Chair and the SeaHealth research group, Universitat de GironaJosep-Maria Gili, Profesor de Investigación, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Josep Vila Subirós, Profesor Titular Geografía Física, Universitat de GironaRafael Sardá Borroy, Investigador científico en la Unidad de Sistemas Socioecológicos Marinos y Costeros, Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1622342021-06-08T17:28:23Z2021-06-08T17:28:23ZPas de développement durable possible si nos océans sont malades<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/405188/original/file-20210608-17-2efnh7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=43%2C0%2C4861%2C2939&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">L'océan est l'architecte de la vie sur Terre. Il fournit la quasi-totalité de la pluie et de la neige qui tombent, et régule le climat.</span> <span class="attribution"><span class="source">Shutterstock</span></span></figcaption></figure><p>En janvier 2021, la <a href="https://www.dfo-mpo.gc.ca/campaign-campagne/un-decade-decennie-nu/index-fra.html">Décennie pour les sciences océaniques au service du développement durable</a>, proclamée par les Nations unies et coordonnée par la <a href="https://ioc.unesco.org/">Commission océanographique intergouvernementale</a>, a débuté.</p>
<p>Cette Décennie des océans, qui durera jusqu’à la fin de l’année 2030, a pour objectif principal de promouvoir une gestion des océans et des côtes fondée sur les connaissances scientifiques, en faisant des océans sains l’un des piliers du progrès de l’humanité tout entière.</p>
<p>Sous le thème « L’océan dont nous avons besoin pour l’avenir que nous voulons », la Décennie des océans part du principe que l’océanographie doit être le moteur de l’Agenda 2030 pour le développement durable. Cela ne sera possible qu’à travers la réflexion, la coopération et la transformation : un processus basé sur les connaissances scientifiques et qui intègre la participation des organisations gouvernementales et de la société civile, avec une portée régénératrice pour l’ensemble de la communauté internationale et la planète elle-même.</p>
<p>Dans cet article, je commencerai par rappeler le rôle prépondérant des océans comme artisans de la vie sur Terre et les possibilités qu’ils nous offrent en tant que pourvoyeurs de ressources durables. Je terminerai par une réflexion, dans une perspective naturaliste, sur les principes de justice sociale et d’évolution individuelle et collective qui sous-tendent le concept de développement durable.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<p><strong>Cet article fait partie de notre série Océans 21</strong><br><em>Notre série a été lancée avec <a href="https://oceans21.netlify.app/">cinq articles approfondis</a>. Ne manquez pas les nouveaux articles sur l’état de nos océans à l’approche de la prochaine conférence des Nations unies sur le climat, COP26. Cette série vous est proposée par le réseau international de The Conversation.</em></p>
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<h2>Les océans : notre plus grande ressource collective</h2>
<p><a href="https://theconversation.com/la-humanidad-esta-alterando-los-oceanos-principales-reguladores-del-cambio-climatico-150241">Les océans régissent la vie de notre planète</a>. Ils régissent celle de toutes les espèces, incluant l’espèce humaine, ainsi que la vie de la planète elle-même. 97 % de l’eau à la surface de la Terre, qui est à la base de la vie, se trouve dans les océans. Le phénomène d’évaporation des océans fournit 34 % de l’eau qui se déverse sous forme de précipitations sur les continents, assurant ainsi la vie des écosystèmes terrestres.</p>
<p>Les océans sont également les principaux acteurs de la <a href="https://theconversation.com/planeta-oceano-el-corazon-liquido-que-nos-mantiene-vivos-145553">complexité et de la résilience de notre planète</a>. Ils sont les grands réservoirs et distributeurs d’énergie solaire, régulent les gaz à effet de serre nécessaires au climat et <a href="http://hdl.handle.net/10261/191591">emmagasinent la plupart des nutriments et des minéraux</a> nécessaires au cycle de la vie depuis des millénaires.</p>
<p>Les océans sont aussi les grands agents de liaison planétaires, fonctionnant sur le même modèle que le <a href="http://scientiamarina.revistas.csic.es/index.php/scientiamarina/article/view/762.">système circulatoire d’un être vivant</a>. Ils maintiennent, au niveau mondial, un processus continu de production de ressources et de reminéralisation de la matière organique. C’est un cycle qui se perpétue année après année et permet un <a href="http://revistes.iec.cat/index.php/TSCB/article/view/148321/146012">fonctionnement homéostatique optimisé</a> ne nécessitant que l’énergie solaire.</p>
<p>Grâce à leur résilience, les océans agissent également comme les grands régulateurs de l’impact anthropique planétaire, qui comprend à la fois le changement global et le changement climatique. <a href="https://www.researchgate.net/publication/44097684_Cambio_Global_Impacto_de_la_Actividad_Humana_sobre_el_Sistema_Tierra">Par changement environnemental global</a> nous entendons les multiples modifications que subit la nature, de l’échelle locale à l’échelle planétaire, en raison de la pollution, de la dégradation des écosystèmes et de la surexploitation des ressources naturelles.</p>
<p>Par changement climatique anthropique, nous entendons essentiellement <a href="https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1029/2018JD029522">l’augmentation de la température mondiale</a> causée par l’émission de gaz à effet de serre, résultant principalement de l’utilisation de combustibles fossiles. Cette augmentation de la température s’accompagne d’une modification des régimes climatiques, d’une élévation du niveau des mers et d’une augmentation de la fréquence des phénomènes météorologiques extrêmes.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Coucher de soleil sur le bassin des Canaries. Photo prise à bord du navire océanographique Sarmiento de Gamboa.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Ignasi Vallès</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Économie bleue : maritime et durable</h2>
<p>Le changement global de l’environnement et le réchauffement climatique vont de pair et n’ont pas les mêmes conséquences pour tous : l’impact anthropique planétaire s’abat plus brutalement sur les groupes les plus vulnérables. Outre l’inégalité d’accès à différents niveaux de bien-être, qui est très évidente entre les différentes communautés et régions, il existe également une disparité dans la capacité à développer des mesures pour freiner les impacts de la présence humaine.</p>
<p>Cette injustice sociale contraste avec la notion de bien commun appliquée aux océans. Non seulement l’océan demeure essentiel à l’équilibre des écosystèmes planétaires, mais il constitue également la plus grande richesse partagée de l’humanité, le principe directeur de ce que nous appelons désormais <a href="https://www.un.org/development/desa/en/news/sustainable/blue-economy.html">l’économie bleue</a> : une économie fondée non seulement sur l’aspect matériel des ressources et des possibilités logistiques au service de tous, mais surtout sur une nouvelle façon de penser et de travailler avec la nature.</p>
<p>Ces ressources sont la pêche durable et l’aquaculture responsable, les énergies renouvelables marines et éoliennes, l’eau potable, les ressources marines d’origine animale ou végétale, ainsi que la biotechnologie et les ressources génétiques. Elles comprennent également des activités qui tournent autour de l’environnement côtier et marin, de l’écotourisme au commerce local.</p>
<p>À ce patrimoine commun s’ajoutent les avantages culturels, esthétiques et de santé physique et émotionnelle d’un environnement naturel durable. Tout cela représente une occasion sans précédent de mettre une myriade de ressources durables à la disposition de toutes les personnes, communautés et nations.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Pêche artisanale sur la plage de Pangandaran, en Indonésie. La pêche représente 17 % des protéines consommées dans le monde et dépasse 50 % dans de nombreux pays parmi les moins développés.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Azwari Nugraha</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>« Dés-enveloppement » harmonieux</h2>
<p>Le concept de développement durable est souvent confondu avec l’idée d’« utilisation » des écosystèmes naturels pour le bien-être de l’humanité. Le terme « durable » présuppose une condition nécessaire : le mode d’utilisation ne doit pas altérer la stabilité du système dans le temps. Mais cette condition est-elle suffisante ? La perspective utilitaire de la planète est-elle compatible avec la durabilité ?</p>
<p>D’un point de vue naturaliste, la santé de tout organisme est impossible sans le développement harmonieux de cet organisme avec son écosystème. Ainsi, appliqué à notre relation avec la planète, le concept d’« utilisation » devrait céder la place à l’idée de « faire partie de ». Cette réflexion découle de la signification étymologique même de l’expression « développement durable ».</p>
<p>Le développement — développer ou désenvelopper — vient du fait de dérouler, d’extraire quelque chose qui est gardé à l’intérieur (en anglais « to develop »). Par conséquent, le développement doit nécessairement impliquer une croissance intérieure, l’évolution d’une potentialité déjà existante ou latente.</p>
<p>La durabilité, quant à elle, ne devrait pas impliquer l’idée d’un état permanent et immuable, mais plutôt celle d’une évolution dynamique et harmonieuse. Il s’agit de maintenir à la base un système homéostatique et résilient, organisé avec un minimum d’entropie, qui évolue vers une plus grande complexité.</p>
<h2>Retour à la nature</h2>
<p>La nature, avec les océans comme composante principale et essentielle, apparaît comme le meilleur exemple de développement durable. Notre défi en tant qu’espèce est de faire partie de ce développement planétaire harmonieux. L’espèce humaine peut atteindre un sommet dans son évolution si elle s’oriente vers <a href="http://editorialkairos.com/catalogo/inteligencia-vital">l’intelligence fondamentale de notre planète vivante</a>.</p>
<p>Écouter et apprendre de la nature, s’y intégrer au lieu de la posséder. Notre individualité ne doit pas nous éloigner de nos communautés et nos communautés ne doivent pas s’éloigner de la planète. Nos différences ne doivent pas nous désolidariser, au contraire, elles nous complètent et contribuent à la complexité et à la résilience planétaires.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=457&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=457&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=457&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=575&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=575&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=575&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Un groupe de dauphins glisse placidement devant le navire océanographique Sarmiento de Gamboa dans les eaux remontantes du nord-ouest de l’Afrique.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Anna Oliver</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Les <a href="https://fr.unesco.org/sdgs">Objectifs de développement durable (ODD)</a> ne doivent pas s’appuyer sur l’usage utilitaire — ou intéressé — de la nature, même s’il s’agit d’une utilisation durable. L’accent doit être mis sur le fait de faire partie de la nature plutôt que de la posséder.</p>
<p>Les Objectifs de développement durable représentent une occasion pour l’humanité toute entière, sans exception, de bénéficier de droits fondamentaux en matière de bien-être social, ce qui est parfaitement réalisable avec les ressources dont dispose la planète. Mais, par-dessus tout, ces objectifs devraient nous conduire vers une nouvelle phase de notre évolution en tant qu’espèce, vers une croissance intérieure — individuelle et collective — en harmonie avec la nature.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/162234/count.gif" alt="La Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Josep Lluís Pelegrí Llopart reçoit des fonds du conseil municipal de Barcelone, du Conseil national de la recherche espagnol, du ministère espagnol des sciences et de l'innovation et de l'Union européenne.</span></em></p>Les océans jouent un rôle essentiel dans la régulation de la vie sur Terre. Si nous voulons les exploiter de manière durable, nous devons changer notre regard sur eux et cesser de les surexploiter.Josep Lluís Pelegrí Llopart, Oceanógrafo y profesor de investigación, actualmente director del centro, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1623442021-06-08T08:23:31Z2021-06-08T08:23:31ZHari Kelautan Sedunia : Kita tidak akan bisa mencapai pembangunan berkelanjutan dengan laut yang tidak sehat<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/405002/original/file-20210608-13-171ekou.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=21%2C0%2C4810%2C2939&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Lautan merupakan arsitek seluruh kehidupan di Bumi, menyediakan hujan dan salju yang jatuh ke daratan dan mengatur iklim. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-on-top-rock-looking-sea-471212642">(Shutterstock)</a></span></figcaption></figure><p>PBB telah mendeklarasikan “<a href="https://www.oceandecade.org">Dekade Ilmu Kelautan untuk Pembangunan Berkelanjutan</a>”, pada awal tahun ini. </p>
<p>Tujuannya adalah mempromosikan <a href="https://ioc.unesco.org">pengelolaan laut dan pesisir berbasis sains, menjadikan kelautan yang sehat sebagai salah satu pilar kemajuan bagi seluruh umat manusia</a>.</p>
<p>Melalui slogan “Ilmu yang kita butuhkan untuk laut yang kita inginkan”, Dekade Ilmu Kelautan mendasarkan kepada premis bahwa ilmu ini harus mendorong <a href="https://sdgs.un.org/2030agenda">Agenda PBB untuk Pembangunan Berkelanjutan 2030</a>.</p>
<p>Namun, ini hanya akan mungkin terjadi melalui proses reflektif, inklusif dan transformasional (perubahan secara drastis). </p>
<p>Proses ini harus muncul dari pengetahuan ilmiah, partisipasi pemerintah dan organisasi sipil, dan membawa perubahan yang menjangkau seluruh komunitas internasional dan planet itu sendiri.</p>
<p>Lautan merupakan arsitek kehidupan planet dan memiliki banyak potensi sumber daya yang berkelanjutan.</p>
<p>Tetapi, kita juga harus melihat posisi manusia di alam dan menerapkan prinsip-prinsip keadilan sosial, termasuk bagaimana kita “menggunakan” laut, yang merupakan dasar konsep pembangunan berkelanjutan.</p>
<h2>Lautan: Sumber daya terbesar kita bersama</h2>
<p><a href="https://theconversation.com/the-ocean-is-not-just-huge-but-also-hugely-important-24815">Lautan mengatur semua kehidupan di planet Bumi</a>: 97% air di permukaan planet ini ini, sebagai seba dasar kehidupan, berada di lautan.</p>
<p>Penguapan laut menyediakan 34% air yang jatuh di atas daratan, mempertahankan kehidupan di ekosistem darat.</p>
<p>Selain itu, lautan juga bertanggung jawab atas kompleksitas dan ketahanan planet kita.</p>
<p>Lautan menyerap sebagian besar energi matahari yang mencapai permukaan Bumi, membantu mengatur iklim global dengan menyerap gas rumah kaca dan <a href="https://digital.csic.es/handle/10261/191591">mengumpulkan sebagian besar nutrisi dan mineral</a> yang membentuk kehidupan hingga ribuan tahun.</p>
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<figure class="align-right ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<p><strong><em>Tulisan ini bagian dari <a href="https://theconversation.com/uk/topics/oceans-21-96784">Oceans 21</a></em></strong>
<br><em>Serial kami terkait lautan global yang dibuka dengan <a href="https://oceans21.netlify.app">5 profil samudra</a>. Nantikan artikel-artikel baru terkait keadaan laut dunia menjelang konferensi iklim PBB berikutnya, C0P26. Serial ini merupakan persembahan dari jaringan internasional The Conversation.</em> </p>
<hr>
<p>Lautan juga merupakan pompa kuat yang yang menghubungkan bagian-bagian planet layaknya <a href="https://doi.org/10.3989/scimar.2008.72n1185">sistem peredaran darah</a>.</p>
<p>Pada tingkat global, lautan mempertahankan proses produksi primer yang terjadi terus menerus, yaitu perubahan energi matahari menjadi bahan organik, dan transformasi karbon ini menjadi bentuk anorganik di lautan dalam disebut remineralisasi (<em>remineralization</em>). </p>
<p>Siklus optimum ini berulang setiap tahun dan hanya membutuhkan energi matahari.</p>
<p>Ketahanan lautan juga membuat mereka sebagai pengatur dampak antropogenik (manusia) di planet ini, seperti perubahan global dan perubahan iklim.</p>
<p>Perubahan global mencakup polusi, degradasi ekosistem, dan eksploitasi sumber daya alam secara berlebihan.</p>
<p>Perubahan iklim mencakup <a href="https://doi.org/10.1029/2018JD029522">peningkatan suhu Bumi</a> akibat emisi gas rumah kaca, terutama dari pembakaran bahan bakar fosil.</p>
<p>Peningkatan suhu ini disertai dengan perubahan pola iklim, naiknya permukaan air laut, dan frekuensi cuaca ekstrem yang lebih sering.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Matahari tenggelam di Basin Canary. Foto diambil dari atas kapal penelitian kelautan, Sarmiento de Gamboa.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(Ignasi Vallès)</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Ekonomi biru: Maritim dan berkelanjutan</h2>
<p>Perubahan global dan perubahan iklim adalah dua sisi dari mata uang: dampak mereka terhadap Bumi sangat mengancam keberadaan kelompok yang paling rentan.</p>
<p>Tidak hanya ketidaksetaraan akses terhadap kebutuhan dasar bagi setiap komunitas dan daerah yang berbeda, namun juga ada perbedaan kemampuan dalam menghadapi dampak negatif tersebut. </p>
<p>Hal ini bertentangan dengan visi lautan sebagai kebaikan bersama.</p>
<p>Lautan telah menyediakan layanan ekosistem yang penting bagi seluruh planet, tetapi juga merupakan kekayaan bersama manusia, atau yang kita lebih kenal sebagai <a href="https://www.un.org/development/desa/en/news/sustainable/blue-economy.html">ekonomi biru</a>.</p>
<p>Ekonomi biru menggambarkan, baik penggunaan sumber daya alam dan kegiatan, yang menggunakan laut untuk transportasi dan komersial. Tetapi, yang terpenting adalah ini cara berpikir dan berinteraksi dengan alam yang baru. </p>
<p>Kegiatan-kegiatan ini meliputi penangkapan ikan yang berkelanjutan dan budidaya yang bertanggung jawab, sumber energi terbarukan, air bersih, sumber daya tumbuhan dan hewan laut, serta bioteknologi kelautan dan sumber daya genetik lainnya.</p>
<p>Selain itu, kegiatan-kegiatan di lingkungan pesisir dan laut, mulai dari ekowisata hingga perdagangan lokal.</p>
<p>Kita juga dapat menambahkan manfaat budaya, estetika, dan kesehatan fisik dan emosional sebagai keuntungan yang didapatkan dari alam yang berkelanjutan.</p>
<p>Keseluruhan sumber daya tersebut merupakan peluang besar untuk menghasilkan sumber daya berkelanjutan yang dapat diakses oleh semua orang, komunitas, dan negara.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Perikanan artisanal di Pantai Pangandaran, Indonesia. Manusia mengonsumsi ikan sebagai protein sebesar 17 persen pada tingkat global dan 50 persen pada banyak negara berkembang.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(Azwari Nugraha)</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>Pertumbuhan seimbang</h2>
<p>Konsep pembangunan berkelanjutan sering dikaitkan dengan gagasan “memanfaatkan” sumber daya alam untuk kesejahteraan umat manusia.</p>
<p>Istilah “berkelanjutan” mengandaikan suatu kondisi yang wajib ada : mode pemanfaatan tidak boleh mengubah stabilitas alam dari waktu ke waktu. </p>
<p>Tetapi, apakah ini cukup? Apakah perspektif fungsional Bumi ini konsisten dengan konsep keberlanjutan?</p>
<p>Kesehatan organisme apa pun bergantung, sebagian besar, pada hubungan yang seimbang dengan ekosistemnya.</p>
<p>Ketika diterapkan pada hubungan manusia manusia manusia dengan Bumi, maka konsep “pemanfaatan” seharusnya berarti “menjadi bagian dari.”</p>
<p>Pemikiran ini muncul dari makna etimologi sebenarnya dari ungkapan “pembangunan berkelanjutan.”</p>
<p>Pembangunan berasal dari bahasa Prancis, <em>développer</em>, yaitu untuk membuka atau membabar, <a href="https://www.etymonline.com/word/development">suatu proses perluasan dan pertumbuhan</a>.</p>
<p>Pembangunan harus memasukkan pertumbuhan internal, sebuah evolusi dari kemungkinan yang ada atau yang tersembunyi.</p>
<p>Selain itu, berkelanjutan seharusnya tidak menyiratkan gagasan tentang keadaan yang permanen dan tidak dapat diubah, melainkan gagasan tentang evolusi yang dinamis dan seimbang.</p>
<p>Ini adalah masalah mempertahankan sistem homeostatis dan ketahanan dari bawah ke atas, berkembang menuju kompleksitas yang tinggi.</p>
<h2>Kembali ke alam</h2>
<p>Alam, dengan lautan sebagai komponen utama dan esensialnya, muncul sebagai contoh terbaik dari pembangunan berkelanjutan.</p>
<p>Tantangan kita sebagai spesies adalah menjadi bagian dari perkembangan planet yang seimbang ini.</p>
<p>Sebagai spesies, manusia dapat mencapai tingkat evolusi terbesar jika fokus pada <a href="http://editorialkairos.com/catalogo/inteligencia-vital">kecerdasan vital Bumi</a>.</p>
<p>Dengarkan dan pelajari dari alam, jadilah bagian darinya daripada memilikinya.</p>
<p>Individualitas manusia tidak boleh memisahkan kita dari komunitas kita, dan komunitas kita tidak boleh memisahkan diri dari planet ini.</p>
<p>Perbedaan tidak membuat kita selalu bersaing. Sebaliknya, mereka melengkapi kita dan berkontribusi pada kompleksitas dan ketahanan planet ini.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=457&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=457&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=457&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=575&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=575&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=575&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Sekelompok lumba-lumba berenang mendekati kapal Sarmiento de Gamboa di perairan barat laut Africa.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(Anna Oliver)</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>Tujuan Pembangunan Berkelanjutan tidak boleh didasarkan pada “menggunakan” alam, bahkan jika itu berkelanjutan. Sebaliknya, fokusnya harus “menjadi bagian dari alam”, bukan memiliki.</p>
<p>Tujuan Pembangunan Berkelanjutan adalah kesempatan bagi seluruh umat manusia, tanpa kecuali, untuk mendapatkan hak-hak atas standar hidup yang layak, yang tetap dimungkinkan dengan sumber daya planet kita.</p>
<p>Tetapi, di atas semua itu, tujuan-tujuan tersebutrsebut harus mendorong kita menuju fase baru dalam evolusi kita sebagai spesies, menuju pertumbuhan internal, baik individu dan kolektif, yang selaras dengan alam.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/162344/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Josep Lluís Pelegrí Llopart menerima dana dari Dewan Kota Barcelona, Dewan Riset Nasional Spanyol, Kementerian Sains dan Inovasi Spanyol, dan Uni Eropa. </span></em></p>Lautan memainkan peran kunci dalam mengatur kehidupan di Bumi. Kita harus mengubah pandangan kita tentang mereka dari hanya sebagai kegunaan dan mengembangkan secara berkelanjutan.Josep Lluís Pelegrí Llopart, Oceanógrafo y profesor de investigación, actualmente director del centro, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1620022021-06-07T19:53:00Z2021-06-07T19:53:00ZWorld Oceans Day: We cannot meet sustainable development goals with a sick ocean<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/404886/original/file-20210607-13-d51dva.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=480%2C7%2C4373%2C2903&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">The ocean is the architect of all life on Earth. It provides nearly all the rain and snow that falls on land, and regulates the climate. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-on-top-rock-looking-sea-471212642">(Shutterstock)</a></span></figcaption></figure><p>The United Nations declared the start to the <a href="https://www.oceandecade.org/">Decade of Ocean Science for Sustainable Development</a> earlier this year. Its aim is to promote <a href="https://ioc.unesco.org/">science-based ocean and coastal management, making healthy oceans one of the pillars of progress for all of humanity</a>.</p>
<p>Under the slogan “The science we need for the ocean we want,” the Decade of Ocean Science is based on the premise that ocean science should drive the <a href="https://sdgs.un.org/2030agenda">UN’s 2030 Agenda for Sustainable Development</a>. But this will only be possible through a reflective, inclusive and transformational process. It must emerge from scientific knowledge, include the participation of government and civil organizations and have a transformative reach that includes the entire international community — and the planet itself.</p>
<p>The oceans are the architects of planetary life and they are full of possibilities as a source of sustainable resources. Yet we must also consider our place in nature, and reflect on the principles of social justice, including how we “use” the ocean, which underlie the concept of sustainable development.</p>
<h2>The oceans: Our greatest shared resource</h2>
<p><a href="https://theconversation.com/the-ocean-is-not-just-huge-but-also-hugely-important-24815">The oceans regulate all life on our planet</a>: 97 per cent of the water on the planet’s surface, the basis of life, is found in the oceans. Ocean evaporation provides 34 per cent of the water that falls over the continents, maintaining life in terrestrial ecosystems.</p>
<p>The oceans are also primarily responsible for our planet’s complexity and resilience. Oceans absorb most of the solar energy that reaches the Earth’s surface, they help regulate the global climate by absorbing greenhouse gases and <a href="http://hdl.handle.net/10261/191591">accumulate the majority of the nutrients and minerals</a> that make up the circle of life on scales that range from years to millennia.</p>
<hr>
<figure class="align-right ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption"></span>
</figcaption>
</figure>
<p><strong><em>This story is part of <a href="https://theconversation.com/uk/topics/oceans-21-96784">Oceans 21</a></em></strong>
<br><em>Our series on the global ocean opened with <a href="https://oceans21.netlify.app/">five in-depth profiles</a>. Look out for new articles on the state of our oceans in the lead up to the UN’s next climate conference, COP26. The series is brought to you by The Conversation’s international network.</em></p>
<hr>
<p>The oceans are also a great pump, connecting parts of the planet like a <a href="https://doi.org/10.3989/scimar.2008.72n1185">circulatory system</a>. At a global level, they maintain a continuous process of primary production — the conversion of the sun’s energy into organic material — and the transformation of this carbon into an inorganic form in the deep ocean, called remineralization. This optimized cycle begins anew each year and requires only solar energy.</p>
<p>The resilience of the oceans also makes them great regulators of anthropogenic (human) impact on the planet, such as global change and climate change. Global change includes pollution, ecosystem degradation and the over-exploitation of natural resources. Climate change covers the <a href="https://doi.org/10.1029/2018JD029522">increase in the planet’s temperature</a> caused by greenhouse gas emissions, primarily the result of burning fossil fuels. This temperature increase is accompanied by changes in climate patterns, rising sea levels and a greater frequency of extreme weather.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Sunset over the Canary Basin. Photo taken aboard the oceanographic vessel Sarmiento de Gamboa.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(Ignasi Vallès)</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Blue economy: Maritime and sustainable</h2>
<p>Global change and climate change are two sides of the same coin: their impacts on the planet take the largest toll on the most vulnerable groups. Not only do different communities or regions have unequal access to basic levels of well-being, but they may each have different abilities to take action against these negative impacts.</p>
<hr>
<p>
<em>
<strong>
Read more:
<a href="https://theconversation.com/the-ocean-economy-is-booming-who-is-making-money-who-is-paying-the-price-podcast-161638">The ocean economy is booming: who is making money, who is paying the price? Podcast</a>
</strong>
</em>
</p>
<hr>
<p>This contradicts the vision of the ocean as a common good. The ocean provides an essential ecosystem service to the entire planet, but is also humanity’s greatest shared wealth, the guiding force of what we now call the <a href="https://www.un.org/development/desa/en/news/sustainable/blue-economy.html">blue economy</a>. The blue economy describes both the use of natural resources and activities that use the ocean for transport and commercial purposes, but it is, above all, a new way of thinking and interacting with nature. </p>
<p>Enduring activities include sustainable fishing and responsible aquaculture, renewable energy sources, potable water, plant and animal marine resources, as well as marine biotechnology and other genetic resources. They also include activities centred on coastal and marine environments, from ecotourism to local trade.</p>
<p>To this common heritage we can add the cultural, esthetic and physical and emotional health benefits provided by a sustainable natural environment. All of this represents an incomparable opportunity to make countless sustainable resources accessible to all people, communities and nations.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Artisanal fishing on Pangandaran Beach, Indonesia. Fish represents 17 per cent of the protein consumed at a global level and tops 50 per cent in many of the least-developed countries.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(Azwari Nugraha)</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>Balanced growth</h2>
<p>The concept of sustainable development is often associated with the idea of “using” natural systems for the well-being of humanity. The term “sustainable” pre-supposes a necessary condition: the mode of use must not alter the system’s stability over time. But is this enough? Is the functional perspective of the planet consistent with sustainability?</p>
<p>The health of any organism depends, in part, on it having a balanced relationship with its ecosystem. When applied to our relationship with the planet, the concept of “use” should mean “being a part of.” This thinking emerges from the actual etymological meaning of the expression “sustainable development.”</p>
<p>Development comes from the French <em>développer</em>, to unfold or unfurl, <a href="https://www.etymonline.com/word/development">the process of expanding and growing</a>. Development must entail internal growth, an evolution of an existing or latent possibility.</p>
<p>In addition, sustainable should not imply the idea of a permanent and immutable state, but rather that of dynamic and balanced evolution. This is a matter of maintaining a homeostatic and resilient system from the bottom up, evolving towards great complexity.</p>
<h2>Back to nature</h2>
<p>Nature, with the oceans as its main and essential component, emerges as the best example of sustainable development. Our challenge as a species is to be part of this balanced planetary development. As a species, humans can achieve our greatest level of evolution if we focus on the <a href="http://editorialkairos.com/catalogo/inteligencia-vital">Earth’s vital intelligence</a>.</p>
<p>Listen and learn from nature, be part of it rather than owning it. Our individuality must not cut us off from our communities, and our communities must not cut themselves off from the planet. Our differences do not lead us to compete. On the contrary, they complement us and contribute to the planet’s complexity and its resilience.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=457&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=457&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=457&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=575&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=575&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=575&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">A group of dolphins moving peacefully in front of the oceanographic vessel Sarmiento de Gamboa in upwelling waters off northwest Africa.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(Anna Oliver)</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>The Sustainable Development Goals shouldn’t be based on “using” nature, even if it is sustainable. Instead, the focus should be on being part of nature, not possessing it. </p>
<p>The Sustainable Development Goals are an opportunity for all humanity, without exception, to achieve our right to an adequate standard of living, which remains possible with our planetary resources. But above all, the goals must drive us towards a new phase in our evolution as a species, towards internal growth —individual and collective — that is in harmony with nature.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/162002/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Josep Lluís Pelegrí Llopart receives funding from the Barcelona City Council, the Spanish National Research Council, the Spanish Ministry of Science and Innovation and the European Union.</span></em></p>The oceans play a key role in regulating life on Earth. We must shift our view of them from as something to use if we hope to develop them sustainably.Josep Lluís Pelegrí Llopart, Oceanógrafo y profesor de investigación, actualmente director del centro, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1611392021-06-06T19:06:59Z2021-06-06T19:06:59ZNo podremos alcanzar un desarrollo sostenible con unos océanos enfermos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/402899/original/file-20210526-23-1pla33y.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4861%2C2932&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-on-top-rock-looking-sea-471212642">Shutterstock / poliki</a></span></figcaption></figure><p>En enero de 2021 comenzó la <a href="https://www.oceandecade.org/">Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible</a>, proclamada por las Naciones Unidas y coordinada por la <a href="https://ioc.unesco.org/">Comisión Oceanográfica Intergubernamental</a>. Esta Década de los Océanos, que se extenderá hasta finales del 2030, tiene como objetivo central promover una gestión de los océanos y costas basada en el conocimiento científico, que haga de los océanos saludables uno de los pilares para el progreso de toda la humanidad.</p>
<p>Bajo el lema “La ciencia que necesitamos para el océano que queremos”, la Década de los Océanos parte de la premisa de que las ciencias oceánicas deben impulsar la Agenda 2030 del Desarrollo Sostenible. Esto solo será posible mediante un proceso reflexivo, inclusivo y transformador: que surja del conocimiento científico e incorpore la participación de organizaciones gubernamentales y civiles, con un alcance transformador hacia toda la comunidad internacional y el propio planeta.</p>
<p>En este artículo empezaré recordando el rol principal de los océanos como artífices de la vida planetaria y las posibilidades que el océano nos brinda como fuente de recursos sostenibles. Terminaré reflexionando, desde una perspectiva naturalista, sobre los principios de justicia social y evolución individual y colectiva que subyacen en el concepto de desarrollo sostenible.</p>
<hr>
<figure class="align-right ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption"></span>
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<p><strong><em>Este artículo forma parte de Oceans 21</em></strong>, <em>una serie de artículos sobre los océanos del mundo que nos llevan a explorar las antiguas rutas comerciales del océano Índico, la contaminación de plásticos en el Pacífico, la luz y la vida en el Ártico, la pesca en el Atlántico y la influencia del océano Antártico en el clima global. La red de colaboradores internacionales de The Conversation</em> <em>pone estos textos a su alcance.</em></p>
<h2>Los océanos: nuestro mayor recurso compartido</h2>
<p><a href="https://theconversation.com/la-humanidad-esta-alterando-los-oceanos-principales-reguladores-del-cambio-climatico-150241">Los océanos regulan la vida de nuestro planeta</a>, tanto la de cada una de sus especies, incluida la humana, como la del propio planeta vivo. El 97 % del agua en la superficie del planeta, que es la base de la vida, se encuentra en los océanos. El exceso de evaporación oceánica aporta el 34 % del agua que precipita sobre los continentes, manteniendo por tanto la vida de los ecosistemas terrestres.</p>
<p>Los océanos también son los principales artífices de la <a href="https://theconversation.com/planeta-oceano-el-corazon-liquido-que-nos-mantiene-vivos-145553">complejidad y resiliencia de nuestro planeta</a>. Son los grandes repositorios y distribuidores de la energía solar, regulan los gases de tipo invernadero necesarios para el clima, y <a href="http://hdl.handle.net/10261/191591">acumulan la mayor parte de los nutrientes y minerales</a> que conforman el ciclo de la vida a escalas que van de años a milenios.</p>
<p>Los océanos son, además, los grandes conectores planetarios, con el mismo rol de distribución de propiedades que tiene el <a href="http://scientiamarina.revistas.csic.es/index.php/scientiamarina/article/view/762">sistema circulatorio de un ser vivo</a>. Mantienen, a nivel global, un proceso continuo de producción primaria y remineralización de materia orgánica. Se trata de un ciclo que se reinicia cada año y que permite <a href="http://revistes.iec.cat/index.php/TSCB/article/view/148321/146012">un funcionamiento homeostático optimizado que solo requiere energía solar</a>.</p>
<p>La resiliencia de los océanos los convierte también en los grandes reguladores del impacto antrópico planetario, que incluye tanto el cambio global como el cambio climático. Por <a href="https://www.researchgate.net/publication/44097684_Cambio_Global_Impacto_de_la_Actividad_Humana_sobre_el_Sistema_Tierra">cambio global</a> entendemos los múltiples desajustes que experimenta la naturaleza, desde la escala local a la planetaria, como resultado de la contaminación, la degradación de los ecosistemas y la sobreexplotación de los recursos naturales.</p>
<p>Por cambio climático de origen antrópico concebimos esencialmente <a href="https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1029/2018JD029522">el aumento de la temperatura del planeta</a> causado por la emisión de gases invernadero, que resultan sobre todo de la utilización de combustibles fósiles. Este aumento de temperatura viene acompañado de cambios de patrones climáticos, la subida del nivel del mar y una mayor frecuencia de eventos meteorológicos extremos.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402346/original/file-20210524-23-1dh8ml9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Puesta de sol en la Cuenca de Canarias. Foto tomada a bordo del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Ignasi Vallès</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>Economía azul: marítima y sostenible</h2>
<p>Cambio global y cambio climático son las dos caras de una misma moneda: el impacto antrópico planetario que se ensaña con los colectivos más vulnerables. A la desigualdad en el acceso a unos niveles básicos de bienestar, muy evidente entre diferentes comunidades y regiones, se le suma la distinta capacidad para desarrollar medidas paliativas frente al impacto antrópico.</p>
<p>Esta justicia social tan dispar contrasta con la visión del océano como un bien común. El océano no solo proporciona sus esenciales servicios ecosistémicos a todo el planeta, también es la mayor riqueza compartida de la humanidad, el principio rector de lo que ahora llamamos <a href="https://www.un.org/development/desa/en/news/sustainable/blue-economy.html">la economía azul</a>. Una economía que no solo es un espacio físico de recursos minerales y posibilidades logísticas al servicio de todas las personas, es sobre todo un nuevo modo de pensar y actuar con la naturaleza.</p>
<p>Estos recursos perdurables son la pesca sostenible y la acuicultura responsable, las energías renovables marinas y eólicas, el agua potable, los recursos marinos de origen animal o vegetal, y la biotecnología y recursos genéticos. Incluyen también las actividades que giran alrededor del entorno costero y marino, desde el turismo ecológico hasta el comercio de proximidad. </p>
<p>A este patrimonio común se le suman los beneficios culturales, estéticos y de salud física y emocional que proporciona un entorno natural sostenible. Todo ello representa una oportunidad inigualable para que un sinnúmero de recursos sostenibles estén al alcance de todas las personas, comunidades y naciones.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402347/original/file-20210524-19-vqrg6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Pesca artesana en la playa de Pangandaran, Indonesia. La pesca representa el 17% de la proteína consumida a nivel global y excede el 50% en muchos de los países menos desarrollados.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Azwari Nugraha</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Des-enrollar en armonía</h2>
<p>El concepto de desarrollo sostenible a menudo va asociado a la idea de “uso” de los sistemas naturales para el bienestar de la humanidad. El término “sostenible” presupone una condición necesaria: el modo de empleo no debe alterar la estabilidad temporal del sistema. ¿Pero es esta condición suficiente? ¿Es la perspectiva utilitaria del planeta coherente con la sostenibilidad?</p>
<p>Desde un punto de vista naturalista, la salud de cualquier organismo no es posible sin el desarrollo armónico de ese organismo con su ecosistema. Por tanto, aplicado a nuestra relación con el planeta, el concepto “uso” debería dar paso a la idea de “ser parte”. Este pensamiento surge del propio significado etimológico de la expresión “desarrollo sostenible”.</p>
<p>Desarrollo viene de desenrollar, extraer algo que se guarda dentro (en inglés <em>develop</em> también viene del francés <em>développer</em>: <em>des-envelopper</em>). Por tanto, el desarrollo debe conllevar necesariamente un crecimiento interior, la evolución de una potencialidad ya existente o latente.</p>
<p>Sostenible, por otro lado, no debe comportar la idea de un estado permanente e inmutable sino más bien el de una evolución dinámica y armoniosa. Se trata de mantener desde la base (sostenible: <em>subs-tenere</em>) un sistema homeostático y resiliente, organizado con un mínimo de entropía, que evoluciona hacia una mayor complejidad.</p>
<h2>Volver a la naturaleza</h2>
<p>La naturaleza, con los océanos como su componente principal y esencial, emerge como el mejor ejemplo de desarrollo sostenible. Nuestro reto como especie es formar parte de este desarrollo armónico planetario. La especie humana puede alcanzar su máxima evolución si se orienta hacia la <a href="http://editorialkairos.com/catalogo/inteligencia-vital">inteligencia vital de nuestro planeta vivo</a>.</p>
<p>Escuchar y aprender de la naturaleza, formar parte de ella en lugar de poseerla. Nuestra individualidad no debe separarnos de nuestras comunidades y nuestras comunidades no deben separarse del planeta. Nuestras diferencias no nos llevan a competir, al contrario, nos complementan y aportan a la complejidad y resiliencia planetaria.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=457&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=457&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=457&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=575&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=575&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/402353/original/file-20210524-13-mwgiu1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=575&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Un grupo de delfines deslizándose plácidamente frente al buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa en aguas del afloramiento del noroeste africano.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Anna Oliver</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>Los <a href="https://es.unesco.org/sdgs">objetivos del desarrollo sostenible</a> no deben basarse en el uso utilitario de la naturaleza, ni siquiera si se trata de un uso sostenible. El enfoque debe ir encaminado a formar parte de la naturaleza en lugar de poseerla. </p>
<p>Los objetivos del desarrollo sostenible son una oportunidad para que toda la humanidad, sin excepción, alcance unos derechos básicos de bienestar social, algo perfectamente posible con los recursos planetarios. Pero, sobre todo, los objetivos deben impulsarnos hacia una nueva fase en nuestra evolución como especie, hacia un crecimiento interior –individual y colectivo– en armonía con la naturaleza.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/161139/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Josep Lluís Pelegrí Llopart recibe fondos del ayuntamiento de Barcelona, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Ministerio de Ciencia e Innovación de España y la Unión Europea. </span></em></p>En el Día Mundial de los Océanos, el autor recuerda su papel en la regulación del planeta y la necesidad de cambiar la visión utilitarista de la naturaleza para alcanzar un desarrollo sostenible.Josep Lluís Pelegrí Llopart, Oceanógrafo y profesor de investigación, actualmente director del centro, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1540672021-02-03T07:37:11Z2021-02-03T07:37:11ZVirus laut: mikroba kecil yang berperan penting di lautan<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/380862/original/file-20210127-13-zrh555.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C368%2C243&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/abstract-underwater-background-plankton-365001677">Shutterstock/Elovich</a></span></figcaption></figure><p>Lautan penuh dengan mikroorganisme. </p>
<p>Berukuran lebih kecil dari satu milimeter dan sering terdiri atas satu sel, bentuk dan ukuran mikroorganisme sangat beragam, mulai dari bakteri, mikroalga hingga protozoa. </p>
<p>Tetapi, ada juga virus, suatu entitas yang membutuhkan inang untuk replikasi dan bertahan hidup.</p>
<p>Partikel-partikel virus independen memiliki struktur yang sangat sederhana. </p>
<p>Mereka terdiri dari material genetik, baik dalam bentuk DNA atau RNA, dan dikelilingi oleh cangkang protein. Masing-masing berukuran antara 20 dan 200 nanometer.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Enam panel menggambarkan mikroorganisme yang berbeda." src="https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=346&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=346&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=346&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=435&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=435&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=435&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Virus dan mikroorganisme laut. a) virus; b) bakteri; c) protozoa; d) mikroalga (kloroplas merah-jingga) dan protozoa (kuning); e) mikroalga; f) protozoa.</span>
<span class="attribution"><span class="source">E. Lara, D. Vaqué y J.M. Gasol</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Meski sepertinya terlihat tidak signifikan, virus merupakan entitas paling melimpah di lautan. </p>
<p>Satu mililiter air yang diambil dari permukaan laut mengandung hampir <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC145303/">10 juta virus</a>. </p>
<p>Jumlah virus semakin berkurang di lepas pantai dan laut dalam. Dan, ketika kita mencapai laut lepas, kemungkinan ada sekitar 100.000 virus per mililiter pada kedalaman 4.000 meter.</p>
<h2>Lebih banyak virus dibanding bintang</h2>
<p>Lautan diperkirakan memiliki <a href="https://www.nationalgeographic.com/science/2020/04/factors-allow-viruses-infect-humans-coronavirus/">satu noniliun virus</a> (satu noniliun ditulis dengan angka satu diikuti oleh 30 nol) lebih banyak dari bintang di galaksi kita, Bima Sakti. Jadi, bagaimana banyak virus bisa bertahan? </p>
<hr>
<figure class="align-right ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption"></span>
</figcaption>
</figure>
<p><strong><em>Tulisan ini bagian dari <a href="https://theconversation.com/uk/topics/oceans-21-96784">Oceans 21</a></em></strong>
<br><em>Serial kami terkait lautan global yang dibuka dengan <a href="https://oceans21.netlify.app">5 profil samudra</a>. Nantikan artikel-artikel baru terkait keadaan laut dunia menjelang konferensi iklim PBB berikutnya, C0P26. Serial ini merupakan persembahan dari jaringan internasional The Conversation.</em> </p>
<hr>
<p>Ketika jumlah ini bertambah dan berkurang dari waktu ke waktu, virus yang tak terhitung jumlah tersebut dimakan oleh mikroorganisme atau dinonaktifkan oleh radiasi. </p>
<p>Sementara, lainnya direproduksi dari inang yang terinfeksi. </p>
<p>Ada keseimbangan yang dinamis antara hilangnya virus dan munculnya virus baru di air laut.</p>
<p>Kebanyakan virus laut mempunyai DNA yang terjalin ganda dan tergabung dalam salah satu dari 3 keluarga: <em>Myoviridae</em>, punya ekor panjang dan dapat berkontraksi; <em>Syphoviridae</em>, memiliki ekor lengkung, non-kontraktil; dan <em>Podoviridae</em>, dengan ekor yang sangat pendek dan non-kontraktil.</p>
<h2>Virus dan korban</h2>
<p>Virus laut, secara umum, dianggap sebagai mikroba pembunuh. </p>
<p>Sekali virus sudah bertemu dengan sel inang, ia akan mengenalinya dengan reseptor permukaan sel dan memasukkan material genetiknya, lalu menguasai mekanisme di dalam sel untuk replikasi diri. </p>
<p>Setelah lisis (pecahnya membran sel), sekitar 20 hingga 300 virus per sel dapat dihasilkan, masing-masing siap menginfeksi inang baru.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Tiga panel menggambarkan tiga virus yang berbeda" src="https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1709&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1709&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1709&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=2148&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=2148&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=2148&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Perbedaan famili dari jalinan ganda DNA virus. Dari atas ke bawah: <em>Myoviridae</em>, <em>Podoviridae</em> and <em>Syphoviridae</em>.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Dolors Vaqué</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Virus laut dapat menginfeksi berbagai organisme, dari bakteri sampai ikan paus. </p>
<p>Namun, banyaknya bakteri lautan, sampai 1 juta per mililiter air laut, membuat mereka menjadi mikroorganisme yang sangat dominan di laut. Ini berarti bakteri kemungkinan besar adalah inang mereka. </p>
<p>Setidaknya ada 10²³ (angka 10 yang diikuti 23 nol) infeksi virus terjadi di laut setiap detik, melepaskan virus baru tetapi juga <a href="https://www.nature.com/articles/nrmicro1750">10⁹ ton karbon</a> dari sel-sel yang mereka hasilkan. </p>
<p>Di seluruh lautan, virus melepaskan sekitar <a href="https://advances.sciencemag.org/content/3/9/e1602565">140 gigaton karbon setahun</a> sebagai hasil dari proses ini.</p>
<p>Terkadang, virus tidak mengganggu inang, melainkan memasukkan sebagian genom ke dalam DNA inang. </p>
<p>Virus-virus ini dikenal sebagai profag, atau virus lysogenik, yang dapat mengontrol gen apa yang diekspresikan oleh inang dan bahkan metabolisme. </p>
<p>Tetapi, ketika virus lysogenik mendeteksi pergeseran lingkungan yang merugikan, atau jika inang cacat, profag menjadi virulen dan menghancurkan sel inang.</p>
<p>Setiap infeksi baru memberikan kesempatan untuk mengenalkan gen baru ke inang dan masing-masing keturunan dari virus yang keluar bisa <a href="https://www.nature.com/articles/nrmicro1750">mencuri gen dari inang</a>. Dalam hal ini, virus adalah penampung terbaik di lautan yang beragam.</p>
<h2>Peran virus di lautan</h2>
<p>Virus laut merupakan bagian dari jejaring makanan mikroba dan <a href="http://editorial.csic.es/publicaciones/libros/12125/978-84-00-09469-0/microbios-en-accion-biodiversidad-invisible-con-ef.html">membantu mengendalikan</a> kelimpahan dan keragaman bakteri dan ganggang.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Kartun menggambarkan aliran energi dari jaringan makanan yang melibatkan virus, bakteri, plankton, dan ikan." src="https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=364&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=364&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=364&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=458&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=458&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=458&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Jaring makanan mikroba terkait dengan rantai makanan. DOM: bahan organik terlarut.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Clara Ruiz-González</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Virus diperkirakan membunuh 20% dari mikroba seluruh lautan <a href="https://www.nature.com/articles/nrmicro1750">per hari</a>. </p>
<p>Selain memproduksi virus baru, pecahnya sel-sel inang bakteri dan alga melepaskan bahan yang terkandung di dalamnya, yang tetap berada di air sebagai nutrisi organik dan anorganik terlarut.</p>
<p>Materi terlarut ini akan digunakan lagi oleh mikroorganisme lain untuk tumbuh, yang akan dimakan oleh makhluk yang lebih besar, seperti zooplankton dan ikan, yang pada gilirannya, akan dimakan oleh hiu, paus dan manusia. </p>
<p>Dengan cara ini, virus mikroskopik mendaur ulang bahan yang diperlukan untuk berkembang. Lebih lagi, karena laut mencakup lebih dari 70% permukaan Bumi, mereka sangat mempengaruhi kehidupan di sebagian besar planet ini.</p>
<hr>
<p><em>Wiliam Reynold menerjemahkan artikel ini dari bahasa Inggris.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/154067/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Dolors Vaqué tidak bekerja, menjadi konsultan, memiliki saham, atau menerima dana dari perusahaan atau organisasi mana pun yang akan mengambil untung dari artikel ini, dan telah mengungkapkan bahwa ia tidak memiliki afiliasi selain yang telah disebut di atas.</span></em></p>Ada banyak sekali virus di lautan dibanding bintang di Bima Sakti dan mereka penting untuk keragaman hayati.Dolors Vaqué, Científica Investigadora Senior en Ecología Microbiana Marina, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1533112021-01-26T13:04:03Z2021-01-26T13:04:03ZMarine viruses: the tiny microbes that orchestrate life in the ocean<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/378770/original/file-20210114-16-1jnpyja.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4928%2C3260&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/abstract-underwater-background-plankton-365001677">Shutterstock/Elovich</a></span></figcaption></figure><p>The sea is full of microorganisms. Smaller than one millimetre and often composed of a single cell, they come in every shape and size imaginable, from bacteria and microalgae to protozoa. But there are also viruses – incomplete entities that need a host to replicate, and so survive.</p>
<p>Independent virus particles have an incredibly simple structure. They’re composed of genetic material, in the form of either DNA or RNA, and surrounded by a protein shell. Each measures between 20 and 200 nanometres.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Six panels depicting different microorganisms." src="https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=346&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=346&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=346&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=435&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=435&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/378766/original/file-20210114-16-xdujc4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=435&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Marine viruses and microorganisms. a) viruses; b) bacteria; c) protozoan; d) microalgae (red-orange chloroplasts) and protozoan (yellow); e) microalgae; f) protozoan.</span>
<span class="attribution"><span class="source">E. Lara, D. Vaqué y J.M. Gasol</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Though they may seem insignificant, viruses are the most bountiful entities in the ocean. Just one millilitre of coastal water taken from the ocean’s surface can contain <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC145303/">up to 10 million viruses</a>. The number of viruses decreases further offshore and deeper into the water, and as we reach the open sea, there are likely to be around 100,000 viruses per millilitre at a depth of 4,000 metres.</p>
<h2>More viruses than stars</h2>
<p>It’s estimated that the oceans contain <a href="https://www.nationalgeographic.com/science/2020/04/factors-allow-viruses-infect-humans-coronavirus/">one nonillion viruses</a> – that’s a number equal to one followed by 30 zeroes, which is many more than the stars in our galaxy, the Milky Way. So how can so many survive?</p>
<hr>
<figure class="align-right ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/369797/original/file-20201117-13-180ibt9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption"></span>
</figcaption>
</figure>
<p><strong><em>This story is part of <a href="https://theconversation.com/uk/topics/oceans-21-96784">Oceans 21</a></em></strong>
<br><em>Our series on the global ocean opened with <a href="https://oceans21.netlify.app/">five in-depth profiles</a>. Look out for new articles on the state of our oceans in the lead up to the UN’s next climate conference, COP26. The series is brought to you by The Conversation’s international network.</em></p>
<hr>
<p>While this number remains more or less constant over time, countless viruses are eaten by microorganisms or deactivated by radiation, while countless more burst forth from infected hosts. A dynamic balance exists between the disappearance of viruses and the appearance of new ones in seawater.</p>
<p>Most marine viruses have double-stranded DNA and belong to one of three families: <em>Myoviridae</em>, which feature long tails that can contract; <em>Syphoviridae</em>, which have a curved, non-contractile tail; and <em>Podoviridae</em>, with very short, non-contractile tails.</p>
<h2>Viruses and their victims</h2>
<p>Marine viruses are generally considered to be microbe killers. Once a virus has encountered a host cell, it identifies it by the cell’s surface receptors and inserts its genetic material and hijacks the machinery inside the cell in order to replicate. Following lysis (rupture of the cell membrane), some 20 to 300 viruses per cell may be shed, each of them ready to infect a new host.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Three panels depicting three different viruses." src="https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1709&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1709&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1709&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=2148&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=2148&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/378768/original/file-20210114-17-x9352g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=2148&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Different families of double-stranded DNA viruses. Top to bottom: <em>Myoviridae</em>, <em>Podoviridae</em> and <em>Syphoviridae</em>.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Dolors Vaqué</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Marine viruses can infect any organism, from bacteria to whales. But the abundance of ocean bacteria – 1 million per millilitre of seawater, making them the most dominant microorganism in the ocean – means that bacteria are their most likely hosts.</p>
<p>It’s estimated that 10²³ (the number ten, followed by 23 zeroes) viral infections occur in the sea every second, releasing new viruses but also <a href="https://www.nature.com/articles/nrmicro1750">10⁹ tonnes of carbon</a> from the cells they burst. In the entire ocean, viruses release around <a href="https://advances.sciencemag.org/content/3/9/e1602565">140 gigatonnes of carbon a year</a> as a result of this process.</p>
<p>On occasions, the virus does not disrupt the host it infects, but rather inserts part of its genome into the host’s DNA. These viruses are known as prophages, or lysogenic viruses, which can control what genes the host expresses and even its metabolism. But when a lysogenic virus detects an adverse shift in the environment, or if the host is defective, the prophage becomes virulent and destroys the host cell.</p>
<p>Each new infection offers the potential to introduce new genes into the host, and each new progeny of viruses that is shed may have <a href="https://www.nature.com/articles/nrmicro1750">stolen genes from the host</a>. In this way, viruses are the greatest reservoir of diversity in the ocean. </p>
<h2>The role of viruses in the ocean</h2>
<p>Marine viruses form part of the microbial food web and <a href="http://editorial.csic.es/publicaciones/libros/12125/978-84-00-09469-0/microbios-en-accion-biodiversidad-invisible-con-ef.html">help control</a> the abundance and diversity of bacteria and algae.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="A cartoon depicting the flow of energy within a food web involving viruses, bacteria, plankton and fish." src="https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=364&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=364&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=364&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=458&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=458&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/378769/original/file-20210114-22-1w60a67.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=458&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Microbial food web linked to the food chain. DOM: dissolved organic matter.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Clara Ruiz-González</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>It’s estimated that viruses kill about 20% of all ocean microbes <a href="https://www.nature.com/articles/nrmicro1750">each day</a>. Besides producing new viruses, rupturing these bacterial and algal host cells releases the material contained within, which remains in the water column as dissolved organic and inorganic nutrients.</p>
<p>This dissolved matter will be used again by other microorganisms to grow, which will be eaten by larger creatures, such as zooplankton and fish, which will, in turn, be eaten by sharks, whales and humans. In this way, microscopic viruses recycle the materials necessary for life to flourish. And since the ocean covers over 70% of Earth’s surface, they strongly influence life on much of this planet.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/153311/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Dolors Vaqué no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>There are more viruses in the ocean than stars in the Milky Way – and they’re fundamental to Earth’s biodiversity.Dolors Vaqué, Científica Investigadora Senior en Ecología Microbiana Marina, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1502412021-01-21T19:34:55Z2021-01-21T19:34:55ZLa humanidad está alterando los océanos, principales reguladores del cambio climático<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/379610/original/file-20210119-19-bcxx0e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C99%2C3500%2C2226&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/view-storm-seascape-123634036">Shutterstock / Andrey Yurlov</a></span></figcaption></figure><p>El cambio de década nos trae el regalo de la <a href="https://oceandecade.org/">Década de la Ciencia Oceánica para el Desarrollo Sostenible</a>. Es muy oportuno, por tanto, destacar que los océanos no solo son el elemento esencial y central de la vida en nuestro planeta, son también los grandes reguladores del cambio climático.</p>
<p>Una de las claves del control climático planetario yace en la circulación global profunda, también conocida como la <a href="https://tos.org/oceanography/article/closure-of-the-global-overturning-circulation-through-the-indian-pacific-an">cinta transportadora global</a>, una gran corriente que alcanza las regiones abisales de todos los océanos del planeta.</p>
<p>Esta corriente planetaria se origina en aguas superficiales a altas latitudes en el Atlántico Norte y alrededor del continente antártico. Cada invierno, estas aguas frías y saladas se hunden, iniciando así la cinta transportadora global. En pocas semanas se produce la inyección de 1 500 billones de metros cúbicos de agua hacia las profundidades del océano. Esto supone un promedio anual de unos 48 millones de metros cúbicos por segundo, más de 200 veces el caudal medio del río Amazonas.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/376150/original/file-20201221-13-vlku9t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/376150/original/file-20201221-13-vlku9t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/376150/original/file-20201221-13-vlku9t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=311&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/376150/original/file-20201221-13-vlku9t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=311&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/376150/original/file-20201221-13-vlku9t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=311&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/376150/original/file-20201221-13-vlku9t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=390&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/376150/original/file-20201221-13-vlku9t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=390&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/376150/original/file-20201221-13-vlku9t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=390&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Esquema de la cinta transportadora global, con origen y final en el océano Atlántico, llegando a todo el planeta a través del océano Austral.</span>
<span class="attribution"><span class="source">John Marshall & Kevin Speer/ Nature Geoscience</span></span>
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</figure>
<p>El inicio de esta circulación global viene acompañado, también en invierno, por otro hundimiento de aguas superficiales. Este bombeo está ocasionado por el viento y ocurre en latitudes medias y altas. Allí, las aguas se sumergen hasta unos 1 500 m, ocasionando que la temperatura y otras propiedades varíen en profundidad de forma análoga a como lo hacen con la latitud. </p>
<p>Estas aguas realizan un viaje submarino transoceánico, delimitando los grandes <a href="https://www.nationalgeographic.org/encyclopedia/ocean-gyre/">giros subtropicales</a>. Se trata de grandes sistemas de corrientes oceánicas influidas por los vientos y el movimiento de rotación de la Tierra. El resultado es lo que se conoce como circulación termoclina.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/376500/original/file-20201222-17-1v8p8yk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/376500/original/file-20201222-17-1v8p8yk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/376500/original/file-20201222-17-1v8p8yk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=485&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/376500/original/file-20201222-17-1v8p8yk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=485&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/376500/original/file-20201222-17-1v8p8yk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=485&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/376500/original/file-20201222-17-1v8p8yk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=609&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/376500/original/file-20201222-17-1v8p8yk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=609&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/376500/original/file-20201222-17-1v8p8yk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=609&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Los giros subtropicales, cuyas aguas se mueven en sentido horario en el hemisferio norte y antihorario en el hemisferio sur, dominan las regiones centrales de los océanos.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.britannica.com/science/ocean-current/images-videos">Arnold Gordon / Britannica</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El sistema circulatorio de la Tierra</h2>
<p>La cinta transportadora global y la circulación termoclina pueden imaginarse como el <a href="http://scimar.icm.csic.es/scimar/index.php/secId/6/IdArt/3700/">sistema circulatorio de la Tierra</a>. </p>
<p>El circuito termoclino recorre los giros transoceánicos, <a href="https://digital.csic.es/handle/10261/209130">distribuyendo continuamente la energía y regenerando los nutrientes en el sistema</a>. Cada varios años, las aguas regresan a la superficie y se intercambian gases con la atmósfera, como si fuera el circuito pulmonar de nuestro planeta vivo.</p>
<p>En contraste, la cinta global tarda cientos e incluso miles de años en recorrer todo el planeta, manteniendo la <a href="https://metode.es/revistas-metode/document-revistes/la-memoria-oceanica-del-clima.html">memoria de climas pasados</a>. </p>
<p>Las aguas frías que se hunden a latitudes altas del Atlántico Norte son eventualmente reemplazadas por <a href="https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1029/2019JC015160">el ramal de retorno de la cinta transportadora global</a>, aguas cálidas y ricas en nutrientes provenientes de regiones tropicales y subtropicales.</p>
<p>El resultado es un <a href="https://dspace.mit.edu/handle/1721.1/58500">flujo de calor y nutrientes</a> que se dirige hacia las altas latitudes del Atlántico Norte. El calor allí liberado mantiene <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Climate_of_Europe">el clima moderado del norte de Europa</a> y el suministro de nutrientes inorgánicos sostiene la espectacular <a href="https://svs.gsfc.nasa.gov/2077">floración primaveral del océano Atlántico Norte</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/376147/original/file-20201221-13-1h48ltj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/376147/original/file-20201221-13-1h48ltj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/376147/original/file-20201221-13-1h48ltj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=404&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/376147/original/file-20201221-13-1h48ltj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=404&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/376147/original/file-20201221-13-1h48ltj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=404&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/376147/original/file-20201221-13-1h48ltj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=508&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/376147/original/file-20201221-13-1h48ltj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=508&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/376147/original/file-20201221-13-1h48ltj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=508&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">La floración primaveral de fitoplancton del Atlántico Norte es una de las manifestaciones más espectaculares de la naturaleza.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://svs.gsfc.nasa.gov/2077">NASA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Corrientes y clima</h2>
<p>El clima de la Tierra está condicionado en gran medida por el <a href="https://digital.csic.es/handle/10261/217464">equilibrio radiativo local</a>, que depende de la reflexión de la radiación solar (albedo) y de la fracción de radiación emitida por la Tierra que no puede atravesar la atmósfera (efecto invernadero).</p>
<p>Pero igualmente importante es la transferencia de calor desde los trópicos hacia altas latitudes, que ocurre gracias a los vientos atmosféricos y las corrientes oceánicas. En el océano esto queda determinado por la intensidad de la cinta transportadora global y del circuito termoclino. </p>
<p><a href="https://www.whoi.edu/oceanus/feature/the-once-and-future-circulation-of-the-ocean/">La fuerza y extensión vertical de la cinta transportadora global del Atlántico no siempre ha sido la misma</a>. Los indicadores paleoceanográficos en sedimentos indican que hace unos 20 000 años la cinta transportadora del Atlántico Norte era mucho más débil y menos profunda. Como consecuencia, el transporte de calor hacia altas latitudes era menor y la Tierra experimentó un <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Last_Glacial_Maximum">máximo glacial</a>.</p>
<p>Las predicciones sugieren que a lo largo de este siglo <a href="https://www.ipcc.ch/report/ar5/wg1/observations-ocean/">la región subpolar se calentará y salinizará</a>, esto último debido a la intrusión de aguas saladas subtropicales. El pronóstico es que la cinta transportadora global se ralentizará, aunque <a href="https://booksite.elsevier.com/DPO/chapterS05.html">la competencia de los flujos de calor y agua dulce</a> genera grandes incertidumbres.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/370269/original/file-20201119-17-1lxac14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/370269/original/file-20201119-17-1lxac14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/370269/original/file-20201119-17-1lxac14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=422&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/370269/original/file-20201119-17-1lxac14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=422&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/370269/original/file-20201119-17-1lxac14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=422&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/370269/original/file-20201119-17-1lxac14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=531&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/370269/original/file-20201119-17-1lxac14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=531&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/370269/original/file-20201119-17-1lxac14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=531&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Patrones de circulación oceánica hoy (arriba) y hace unos 20 000 años (abajo). En el pasado, las aguas del Atlántico Norte se hundían solo hasta profundidades intermedias, de forma más débil.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.whoi.edu/oceanus/feature/the-once-and-future-circulation-of-the-ocean/">Woods Hole Oceanographic Institution</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Aguas con menos oxígeno y más ácidas</h2>
<p>A los factores físicos que controlan el clima se les une la autorregulación del planeta vivo, en continua evolución hacia un estado optimizado. </p>
<p>Dos ejemplos de interacción entre clima y vida son el <a href="https://www.whoi.edu/press-room/news-release/the-oceans-biological-pump-captures-more-carbon-than-expected/">control del dióxido de carbono mediante cambios en producción primaria</a> y la <a href="https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1029/2020GL087888">influencia del plancton marino en la formación de nubes</a>.</p>
<p>Otro ejemplo es la <a href="https://www.ipcc.ch/report/ar5/wg1/observations-ocean/">expansión de las regiones oceánicas hipóxicas</a>, o zonas de bajo oxígeno. Estas ocurren en el margen oriental de todos los grandes océanos, en regiones relativamente aisladas entre los giros subtropicales y tropicales. Su expansión puede deberse a cambios en los patrones de circulación, el calentamiento de las aguas y el aumento de la producción primaria.</p>
<p>Los océanos también <a href="https://www.pmel.noaa.gov/co2/story/Ocean+Carbon+Uptake">han incorporado alrededor del 40 % del dióxido de carbono antropogénico emitido a la atmósfera</a>, ocasionando una acidificación significativa. Como consecuencia, han <a href="https://www.nature.com/articles/nature25493">disminuido las profundidades de saturación de calcita y aragonita</a>, lo que reduce las regiones donde pueden crecer los organismos calcáreos.</p>
<p>La unión de estos factores estresantes (calentamiento, salinización, desoxigenación, acidificación, contaminación, sobrepesca) representa una amenaza significativa para muchas especies marinas, con un <a href="https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-030-20389-4_4">impacto alto en la biodiversidad marina</a> y en la evolución del propio planeta.</p>
<h2>Consecuencias del Antropoceno</h2>
<p>El <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Holocene">Holoceno</a>, el cálido periodo interglacial que ha caracterizado a nuestro planeta durante los últimos 12 mil años, está siendo alterado por la humanidad. </p>
<p>La emisión de <a href="https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/sites/2/2019/06/SR15_Full_Report_High_Res.pdf">grandes cantidades de dióxido de carbono</a> ha modificado el equilibrio radiativo y ha llevado a la Tierra hacia un nuevo estado metabólico, el Antropoceno.</p>
<p>Un efecto importante ha sido <a href="https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1029/2018JD029522">que la temperatura media de la superficie terrestre ha aumentado en 1,2 °C </a> desde el periodo preindustrial, a mediados del siglo XIX, hasta la actualidad. Esto ha sucedido a pesar de la elevada capacidad reguladora de los océanos, que han absorbido alrededor del 90 % del exceso de calor antropogénico en el sistema terrestre con un aumento en su temperatura media de apenas 0,15 °C.</p>
<p>Si no fuera por el efecto antropogénico, la Tierra ya hubiera entrado lentamente en un período glacial, que se iría acentuando hasta encontrar su enfriamiento máximo dentro de unos 60 mil años. </p>
<p>Sin embargo, los modelos nos dicen que <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10584-013-1012-0">el clima interglacial actual se fortalecerá por otros 20 o 25 mil años</a>. El próximo máximo glacial no tendrá lugar hasta dentro de unos 110 mil años.</p>
<h2>¿Un resultado impredecible?</h2>
<p>Las observaciones y los modelos nos dicen que el clima de la Tierra ha cambiado y seguirá cambiando. Grandes extensiones de nuestro planeta experimentan el aumento del nivel del mar, fuertes sequías o lluvias torrenciales, huracanes intensos más frecuentes, agudas olas de calor, pérdida de biodiversidad e incremento en las enfermedades infecciosas.</p>
<p>No podemos predecir con certeza el futuro. La extrema complejidad del océano viviente, la interacción de los procesos físicos y biogeoquímicos en todas las escalas espaciales y temporales hace que el sistema pueda tomar caminos inesperados. </p>
<p>Sin embargo, <a href="https://www.ipcc.ch/report/ar5/syr/">la ciencia de forma casi unánime nos advierte</a> que se requiere una acción inminente si queremos mantener un clima favorable para la humanidad. Es imperativo definir unos <a href="https://www.nature.com/articles/s41559-017-0319-z">límites planetarios</a> y es tarea de todos respetarlos.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/376522/original/file-20201223-23-izrxms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/376522/original/file-20201223-23-izrxms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/376522/original/file-20201223-23-izrxms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/376522/original/file-20201223-23-izrxms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/376522/original/file-20201223-23-izrxms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/376522/original/file-20201223-23-izrxms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/376522/original/file-20201223-23-izrxms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/376522/original/file-20201223-23-izrxms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Nuestras acciones cotidianas determinarán la evolución de nuestro planeta: salud y consciencia planetaria.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Jimena Uribe Cortés</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p><a href="https://theconversation.com/planeta-oceano-el-corazon-liquido-que-nos-mantiene-vivos-145553">Nuestro planeta vivo</a>, con el océano como componente central y esencial, es robusto y tiene una elevada capacidad reguladora. Su resiliencia ha sido probada a lo largo de la historia de nuestro planeta. La conjunción de mecanismos vivos y no vivos ha provocado su baja entropía y alta complejidad.</p>
<p>Esta elevada complejidad, resultado de la infinitud de procesos que sostienen y conforman la propia vida, convierte a un sistema terrestre potencialmente frágil en un ser vivo, dinámico y robusto. Gaia evolucionará y se desplegará en beneficio de todo el sistema y no de una de sus partes. Está en nuestras manos lograr que la humanidad se mantenga en armonía con esta evolución.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/150241/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Josep Lluís Pelegrí Llopart recibe fondos de investigación de la Unión Europea, del Plan Nacional de Investigación y Desarrollo del Gobierno de España, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y del Ayuntamiento de Barcelona.</span></em></p>Los océanos incorporan la mayoría del calor y gran parte del dióxido de carbono que produce la humanidad. Como resultado se calientan, acidifican, desoxigenan y salinizan.Josep Lluís Pelegrí Llopart, Oceanógrafo y profesor de investigación, actualmente director del centro, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1516482020-12-22T19:15:26Z2020-12-22T19:15:26ZVirus marinos: los diminutos asesinos de microbios que orquestan la vida en el océano<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/375673/original/file-20201217-19-mxnt1b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4928%2C3245&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/abstract-underwater-background-plankton-365001677">Shutterstock / Elovich</a></span></figcaption></figure><p>El mar está lleno de microorganismos. Si consideramos los menores de un milímetro, hay de todos los tamaños y formas posibles. Todos ellos se caracterizan por ser unicelulares (bacterias, protozoos y microalgas) y muy abundantes. Pero también hay virus, seres incompletos que necesitan un huésped para desarrollar su actividad (su <em>vida</em>). </p>
<p>Los <a href="https://theconversation.com/es/topics/virus-55628">virus</a> están formados por una envoltura proteica, llamada cápside, que engloba el material genético formado por ácidos nucleico (ADN o <a href="https://theconversation.com/el-arn-esta-de-moda-desde-hace-3-800-millones-de-anos-151520">ARN</a>) en su interior. Sus tamaños oscilan entre los 20 y los 200 nanómetros. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/373407/original/file-20201207-23-18argkw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/373407/original/file-20201207-23-18argkw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/373407/original/file-20201207-23-18argkw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=346&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/373407/original/file-20201207-23-18argkw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=346&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/373407/original/file-20201207-23-18argkw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=346&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/373407/original/file-20201207-23-18argkw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=435&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/373407/original/file-20201207-23-18argkw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=435&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/373407/original/file-20201207-23-18argkw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=435&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Virus y microorganismos marinos. a) virus; b) bacterias; c) protozoo (nanoflagelado heterotrófico); d) microalga (nanoflagelados fototrófico, con cloroplastos rojo-naranja) y protozoo (nanoflagelado heterotrófico, amarillo); e) microalgas (diatomeas); f) protozoo (ciliado).</span>
<span class="attribution"><span class="source">E. Lara, D. Vaqué y J.M. Gasol</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Más virus que estrellas</h2>
<p>Se puede decir que los virus son las partículas biológicas más abundantes en el océano. En un mililitro de agua de mar costera de la superficie encontraremos 10 millones de virus. Su número va disminuyendo hacia mar abierto y en profundidad, donde pueden alcanzar una abundancia de 100 000 virus por mililitro a 4 000 m. </p>
<p>Se estima que, en todo el océano, hay un quintillón (10³⁰) de virus, muchos más que estrellas en la Vía Láctea. ¿Cómo pueden mantener su abundancia? </p>
<p>Aunque este número se mantiene más o menos constante, evidentemente no son siempre los mismos. Hay un equilibrio dinámico entre las pérdidas y las apariciones de nuevos virus en la columna de agua. </p>
<p>Por un lado, habrá una pérdida debida a causa biológicas, como puede ser su ingestión por protozoos, o a condiciones ambientales, ya sea por su inactivación debido a la radiación ultravioleta B o por su adherencia a partículas suspendidas, de forma que perderán la posibilidad de contactar con un nuevo huésped. </p>
<p>Por otro lado, su producción se activará con la disponibilidad de huéspedes capaces de ser infectados y posteriormente lisados (<em>rotos</em>), de los que saldrá una nueva progenie de virus. </p>
<h2>¿A quién infectan?</h2>
<p>Los virus marinos pueden infectar cualquier organismo, desde bacterias a cetáceos. Pero la abundancia de las bacterias marinas es de 10²⁹ (1 millón por mililitro de agua de mar) en el océano. Por tanto, las bacterias son los microorganismos mas numerosos después de los virus. Esto hace que una gran proporción de los virus marinos sean bacteriófagos (del griego, comedores de bacterias). </p>
<p>Se estima que cada segundo se producen 10²³ infecciones virales en el mar. Esto daría lugar a <a href="https://www.nature.com/articles/nrmicro1750">10⁹ toneladas de carbono</a> liberado del contenido de las células lisadas. Se ha determinado que, en todo el océano, <a href="https://advances.sciencemag.org/content/3/9/e1602565">los virus retornan alrededor de 140 Gt (1Gt = 10¹⁵ gramos) de carbono al año</a> proveniente de la lisis bacteriana.</p>
<p>La mayoría de los virus marinos tienen doble cadena de ADN y pertenecen a tres familias, que se clasifican en: <em>Myoviridae</em>, con cola larga y contráctil; <em>Syphoviridae</em>, con cola curvada y no contráctil y <em>Podoviridae</em>, de cola muy corta y no contráctil.</p>
<h2>¿Cómo interaccionan con sus víctimas?</h2>
<p>A los virus marinos se les considera mayoritariamente <em>asesinos</em> de microbios. Una vez entra en contacto con una célula huésped, el virus la reconoce mediante los receptores de membrana, le inyecta su ADN y aprovecha la maquinaria de la célula huésped para replicarse. Después de la lisis (rotura de la membrana), pueden liberarse de 20 a 300 virus por célula, cada uno de ellos listo para una nueva interacción. Este tipo de infección se denomina ciclo lítico. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/373408/original/file-20201207-23-72sbu7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/373408/original/file-20201207-23-72sbu7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/373408/original/file-20201207-23-72sbu7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1709&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/373408/original/file-20201207-23-72sbu7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1709&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/373408/original/file-20201207-23-72sbu7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1709&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/373408/original/file-20201207-23-72sbu7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=2148&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/373408/original/file-20201207-23-72sbu7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=2148&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/373408/original/file-20201207-23-72sbu7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=2148&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Diferentes familias de virus de doble cadena de ADN. De arriba abajo: <em>Myoviridae</em>, <em>Podoviridae</em> y <em>Syphoviridae</em>.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>A veces los virus no lisan el huésped que infectan, sino que insertan parte de su genoma en su ADN: es el profago, lo que se denomina un virus lisogénico o temperado. Este profago (un trocito de ADN del virus) puede controlar la expresión génica del huésped y su metabolismo. </p>
<p>Sin embargo, cuando el virus lisogénico detecta un cambio adverso en el ambiente, o que el huésped presenta alguna disfunción, se vuelve virulento, revirtiendo el ciclo lítico y destruyendo la célula huésped. </p>
<p>Los virus son el mayor reservorio de diversidad del medio marino: son responsables de la transferencia horizontal de genes a los océanos. En cada nueva infección, tienen el potencial de introducir información genética nueva en el huésped (aportando genes). Además, <a href="https://www.nature.com/articles/nrmicro1750">cada nueva progenie de virus liberados puede haber <em>robado</em> genes del huésped</a>, dirigiendo la evolución de ambas comunidades de virus y huéspedes.</p>
<h2>El papel de los virus en el océano</h2>
<p>Los virus marinos forman parte de las redes tróficas microbianas y, junto con los protozoos, <a href="http://editorial.csic.es/publicaciones/libros/12125/978-84-00-09469-0/microbios-en-accion-biodiversidad-invisible-con-ef.html">son los principales responsables de controlar la abundancia, los flujos de carbono y la diversidad de las comunidades de bacterias y algas</a>. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/375664/original/file-20201217-23-z80n8l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/375664/original/file-20201217-23-z80n8l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/375664/original/file-20201217-23-z80n8l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=380&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/375664/original/file-20201217-23-z80n8l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=380&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/375664/original/file-20201217-23-z80n8l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=380&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/375664/original/file-20201217-23-z80n8l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=478&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/375664/original/file-20201217-23-z80n8l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=478&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/375664/original/file-20201217-23-z80n8l.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=478&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Red trófica microbiana enlazada con la cadena alimentaria. MOD: materia orgánica disuelta.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Clara Ruiz-González</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Por un lado, los protozoos ingieren sus presas y pasan el carbono microbiano a través de la red alimentaria hasta los peces. Mientras tanto, los virus compiten con los protozoos por las mismas presas (huésped). </p>
<p><a href="https://www.nature.com/articles/nrmicro1750">Se considera</a> que virus y protistas son responsables de la mortalidad del 20 %-50 % diario de la población de bacterias y microalgas.</p>
<p>La lisis del huésped (como bacterias, microalgas…), aparte de la producción de nuevos virus, liberará el contenido celular, que pasará a la columna de agua como nutrientes orgánicos e inorgánicos disueltos. </p>
<p>Este material disuelto será utilizado de nuevo por otros microorganismos para crecer. Así, los virus liberan parte del carbono microbiano que hubiera pasado a niveles tróficos superiores, jugando un papel clave en los <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ciclo_biogeoqu%C3%ADmico">ciclos biogeoquímicos</a> de los océanos que acaban incidiendo sobre la vida visible que hay en el mar y en la vida en el planeta.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/151648/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Dolors Vaqué no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Hay más virus marinos que estrellas en la Vía Láctea. Estas partículas desempeñan un papel fundamental en el ciclo de carbono y en la transferencia de genes, clave para la biodiversidad.Dolors Vaqué, Investigadora científica en ecología microbiana marina, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1474772020-11-24T20:59:12Z2020-11-24T20:59:12ZLos motores unicelulares de un planeta azul cambiante<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/362785/original/file-20201010-15-1tq970x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Océano Atlántico desde la ISS</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.nasa.gov/image-feature/good-morning-from-the-international-space-station-1">NASA</a></span></figcaption></figure><p>La Tierra es un coloso de unos 4 500 millones de años con una característica muy particular entre el resto de planetas conocidos: está mayormente cubierta por agua líquida que <a href="https://theconversation.com/ciencias-del-mar-mas-alla-de-jacques-cousteau-140350">forma océanos</a> y le da el característico color azul que se percibe desde el espacio. </p>
<p>No mucho después de su origen, la vida ha colonizado su superficie. De hecho, otra de las características del planeta azul es la notable cantidad de vida que contiene.</p>
<p>La primera evidencia de vida unicelular data de hace unos 3 500 millones de años. Esta dominó la vida en el planeta durante aproximadamente 2 500 millones de años, en particular los océanos. </p>
<p>Organismos unicelulares capaces de captar la energía solar generaron la primera crisis global: mediante su entonces nuevo método para obtener energía del sol, <a href="https://doi.org/10.1146/annurev-arplant-042110-103811">(la fotosíntesis oxigénica), comenzaron a liberar oxígeno (O₂)</a>. El gas se fue acumulando lentamente en mares y atmósfera hasta llegar a los niveles actuales (un 21 %). </p>
<h2>La Gran Oxidación y sus efectos en la Tierra</h2>
<p><a href="https://academic.oup.com/bioscience/article/66/3/189/2468670">La Gran Oxidación</a>, como se conoce a este cambio medioambiental, se asocia con el incremento de oxígeno de hace unos 2 400 millones de años. </p>
<p>Probablemente llevó a la extinción a varios organismos unicelulares adaptados a un mundo sin oxígeno. De hecho, quizá se trate de la primera extinción masiva y un buen ejemplo sobre cómo la innovación molecular de organismos invisibles al ojo humano puede tener efectos a nivel planetario. </p>
<p>Desde la Gran Oxidación, la vida en el planeta se ha visto desafiada al menos en cinco ocasiones durante extinciones masivas que asociamos a la desaparición de animales y plantas. ¿Cómo han afectado éstas extinciones a los organismos unicelulares? ¿Ha habido otras en el mundo unicelular de las que aún no tenemos registro? </p>
<p>Estos son interrogantes que todos los que estudiamos los microorganismos nos planteamos. Cuestiones que necesitaríamos entender para poder comprender cómo el cambio global actual podría afectar a la microbiota de la Tierra. También las consecuencias que esto podría tener para el funcionamiento de la biosfera.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/361814/original/file-20201006-18-16nsrs9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/361814/original/file-20201006-18-16nsrs9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/361814/original/file-20201006-18-16nsrs9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/361814/original/file-20201006-18-16nsrs9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/361814/original/file-20201006-18-16nsrs9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/361814/original/file-20201006-18-16nsrs9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/361814/original/file-20201006-18-16nsrs9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Primer imagen de la Tierra, 1972.</span>
<span class="attribution"><span class="source">NASA</span></span>
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<h2>Microbioma de un océano cambiante</h2>
<p>Los océanos están poblados por unas <a href="https://doi.org/10.1073/pnas.95.12.6578">10<sup>29</sup> células de bacterias y arqueas</a> (sin contar los eucariotas ni los virus). Para hacernos una idea, en el universo visible se estima que existen unas 10<sup>24</sup> estrellas. </p>
<p>Los microorganismos representarían un <a href="https://doi.org/10.1016/j.cell.2019.11.018">70 % de la biomasa del océano</a>. Estas magnitudes hacen que el microbioma marino tenga un gran impacto a nivel planetario. Por ejemplo, se calcula que el fitoplancton puede capturar unas <a href="https://doi.org/10.1126/science.281.5374.237">50 gigatoneladas de carbono de la atmósfera por año</a>. Este es un rol crucial para la regulación del clima. </p>
<p>La microbiota es, además, la base fundamental de las redes tróficas marinas. Ahora bien, a pesar de su vital importancia, el microbioma marino aún presenta muchos interrogantes en relación a las especies que lo componen y sus funciones. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/362420/original/file-20201008-20-5t7kb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/362420/original/file-20201008-20-5t7kb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/362420/original/file-20201008-20-5t7kb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=252&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/362420/original/file-20201008-20-5t7kb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=252&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/362420/original/file-20201008-20-5t7kb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=252&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/362420/original/file-20201008-20-5t7kb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=317&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/362420/original/file-20201008-20-5t7kb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=317&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/362420/original/file-20201008-20-5t7kb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=317&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">El árbol de la vida en una gota de agua marina.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Modificado de Colomban de Vargas</span></span>
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<p>Durante la última década, campañas oceanográficas globales como <a href="http://www.expedicionmalaspina.es/Malaspina/Main.do#content:Home"><em>Malaspina-2010</em></a> y <a href="https://oceans.taraexpeditions.org/en/m/about-tara/les-expeditions/tara-oceans/"><em>TARA-Oceans</em></a> contribuyeron a estimar la magnitud de la diversidad de organismos, genes y funciones del microbioma del océano. </p>
<p>Estas expediciones <a href="https://doi.org/10.1126/science.1261359">han descubierto millones de genes nuevos</a>, informando sobre su expresión y función, reportando también <a href="https://doi.org/10.1126/science.1261605">nuevos linajes de microorganismos</a>. Además, han contribuido a desvelar sus patrones de distribución en el océano, indicando también los <a href="https://doi.org/10.1186/s40168-020-00827-8">procesos ecológicos subyacentes que estructuran la microbiota oceánica</a>. </p>
<p>Pero aún quedan muchas incógnitas. Por ejemplo, aún no sabemos qué hacen muchos de esos genes, cómo funcionan en conjunto o cómo ciertos cambios en la estructura del microbioma marino podrían afectar al funcionamiento del planeta. </p>
<p>Este último es uno de los grandes desafíos actuales que impulsa el cambio global. Cada vez surgirán más respuestas al funcionamiento del microbioma del océano global gracias al análisis de datos tomados por vehículos autónomos, sensores, satélites y secuenciadores masivos de ADN que generan <em>big data</em>, procesada mediante inteligencia artificial. </p>
<p>Podemos imaginar un futuro donde monitorizamos la dinámica de los microorganismos marinos en tiempo real y la asociamos con cambios ambientales y procesos a gran escala. Esto permitiría tener una idea más precisa del efecto del cambio global en el microbioma marino.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/369764/original/file-20201117-23-1fjpcwe.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/369764/original/file-20201117-23-1fjpcwe.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/369764/original/file-20201117-23-1fjpcwe.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=200&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/369764/original/file-20201117-23-1fjpcwe.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=200&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/369764/original/file-20201117-23-1fjpcwe.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=200&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/369764/original/file-20201117-23-1fjpcwe.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=251&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/369764/original/file-20201117-23-1fjpcwe.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=251&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/369764/original/file-20201117-23-1fjpcwe.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=251&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Expediciones Malaspina-2010 y TARA Oceans (izquierda) y buque oceanográfico Hespérides (derecha).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Modificado de J.M. Gasol, B. Garriz y E. Broglio</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Futuro en el planeta azul</h2>
<p>La vida en la Tierra ha enfrentado grandes desafíos durante su historia. Esta ha resurgido de manera exitosa de cada una de la extinciones masivas conocidas. Ha mostrado una asombrosa capacidad de innovación y adaptabilidad. </p>
<p>Desde la Revolución Industrial, los humanos hemos comenzado a modificar un sistema natural cuyo funcionamiento entendemos superficialmente. A esto se le suma un capitalismo que necesita de una expansión constante para funcionar, aunque vivamos en un mundo con recursos limitados. El cóctel es explosivo y ahora nos enfrentamos a las consecuencias: el cambio global. </p>
<p>En el océano, el cambio global puede evidenciarse por el aumento de su temperatura media superficial y acidificación, entre otros. Sabemos que estos cambios afectan a algunos microorganismos, pero no sabemos cómo interfieren en el funcionamiento del microbioma oceánico. Tales cambios podrían desencadenar eventos impredecibles de gran impacto conocidos como <a href="http://doi.org/10.4033/iee.2012.5.5.n">“cisnes negros”</a>. </p>
<p>De cualquier manera, el auge y expansión del <em>Homo sapiens</em> representa una mínima fracción de la historia de la vida en el planeta. Si generamos una extinción, entre los mas perjudicados estaremos nosotros. Probablemente, además, nos llevaremos una parte de la vida del planeta. </p>
<p>Pero otra parte de la vida continuará. Los microorganismos posiblemente no tengan grandes inconvenientes en enfrentar los desafíos de los humanos, gracias a su gran adaptabilidad. </p>
<p>Vivimos en una época excepcional, donde nos toca decidir el futuro de nuestra especie. Esta sería una de las conversaciones más importantes de los próximos años. </p>
<p>Si decidimos actualizar el <em>software</em> del <em>Homo sapiens</em>, adquiriendo una perspectiva ecológica sostenible y global, bajándonos del pedestal del humanismo para volver a formar parte de la biosfera, es probable que sobrevivamos a esta crisis. </p>
<p>Tal futuro de la humanidad a largo plazo requerirá conocer mucho mejor los motores unicelulares del funcionamiento vital del planeta azul. Esos que lo han habitado durante miles de millones de años y que muy probablemente lo sigan haciendo hasta su final.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/147477/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ramiro Logares recibe fondos de la Agencia Estatal de Investigación y de la Comisión Europea. </span></em></p>Aún quedan por resolver muchas incógnitas sobre los organismos unicelulares para comprender cómo el cambio global podría afectar a la microbiota de la Tierra y las consecuencias que tendría para el funcionamiento de la biosfera.Ramiro Logares, Ecólogo microbiano, científico titular del CSIC, Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.