tag:theconversation.com,2011:/institutions/national-university-of-quilmes-3502/articlesNational University of Quilmes2023-11-07T18:27:35Ztag:theconversation.com,2011:article/2170292023-11-07T18:27:35Z2023-11-07T18:27:35ZEs necesario redoblar los esfuerzos para cerrar las brechas digitales en América Latina<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/557751/original/file-20231106-15-mabyes.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1199%2C679&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://telos.fundaciontelefonica.com/el-progreso-inconcluso-de-inclusion-digital-en-america-latina/">TELOS</a></span></figcaption></figure><p>Desde que en el año 2000 los países miembros del entonces G8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia) suscribieron la Carta de Okinawa sobre la Sociedad de Información Global, se han realizado numerosas cumbres mundiales, conferencias y acuerdos internacionales sobre el tema. La inclusión digital o, su contracara, la brecha digital, ocupan buena parte del temario de esas reuniones y de los documentos producidos. </p>
<p>No obstante, en pleno 2023 las brechas y los problemas para alcanzar una inclusión en el acceso y uso de bienes y servicios informacionales siguen figurando entre los asuntos pendientes que condicionan el desarrollo en los próximos años. También existen, hoy en día, experiencias y resultados que ayudan a corregir las brechas.</p>
<h2>Historia y evolución de las brechas digitales</h2>
<p>Si bien la brecha digital ya había sido conceptualizada incluso antes de la masificación de internet, su uso se expandió junto con las conexiones civiles y comerciales a internet desde la segunda mitad de la década de 1990.</p>
<p>Cuando fue acuñada como concepto, la brecha digital aludía a la diferencia entre quienes accedían a internet y quienes no lo hacían. Con el tiempo, la noción fue ganando en complejidad porque la masificación de tecnologías móviles y el crecimiento paulatino de las modalidades de acceso fijo marcaron una evidencia: hay, dentro de quienes acceden a la conectividad, múltiples formas de acceso. </p>
<p>Hay accesos robustos, con conexiones de muy buena calidad y dispositivos de última generación que, en general, se ubican en grandes centros urbanos. Por otro lado, hay accesos degradados, con endebles conexiones de red por problemas de cobertura o de precio de los servicios y dispositivos, que son los que tienen los sectores de menores recursos, mayoritarios en cantidad –sobre todo en América Latina y el Caribe– y también quienes viven en zonas rurales y semirrurales. Y entre esos dos extremos, una gran variedad de situaciones a la hora de pensar las brechas digitales, en plural.</p>
<p>Por consiguiente, las brechas digitales designan las diferencias de acceso a las tecnologías de comunicación, refieren a la distancia que separa a quienes tienen acceso respecto de quienes no tienen acceso, y a quienes tienen accesos robustos de quienes tienen accesos muy precarios o conexiones débiles. Pero además de las variables mencionadas, que autores como <a href="https://sk.sagepub.com/books/the-deepening-divide">Van Dijk</a> califican como “materiales”, existen otras diferencias fundamentales.</p>
<h2>También diferencias en recursos y oportunidades</h2>
<p>La disparidad en las oportunidades reales de uso pleno de la tecnología determinan también la posibilidad de apropiación de recursos informacionales y de las oportunidades de los entornos digitales. Esa disparidad expresa las brechas de habilidades, capacidades, circunstancias y tiempo necesario para el uso de las tecnologías. </p>
<p>Las variables etarias y de género refieren de manera directa a las habilidades, capacidades y oportunidades significativas de uso, aunque también impactan las brechas materiales. De hecho, ONU-Mujeres estima que 4 de cada 10 mujeres en Latinoamérica no están conectadas o no pueden costear una conectividad efectiva, entendida como acceso a internet, disponibilidad de dispositivos y habilidades básicas para su utilización.</p>
<p>Las brechas digitales reproducen las exclusiones que se registran en otros recursos, de ahí la importancia de asumir la inclusión en un sentido integral, y <a href="https://perio.unlp.edu.ar/catedras/modernidadescat1/wp-content/uploads/sites/172/2020/08/Tecnologias-de-la-comunicacion-e-instituciones-sociales.pdf">no sólo acotado a la dimensión tecnológica</a>, como un desafío para superarlas o para atenuar sus consecuencias.</p>
<p><a href="https://repositorio.cepal.org/items/3cc68bf1-5916-4105-a2c8-93b46e101a2b">Un documento producido en conjunto en 2023 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres) y la UNESCO</a>, indica que “el costo del servicio de banda ancha móvil y fija para la población del primer quintil de ingresos en la región llega en promedio al 14 % y el 12 % de su ingreso, respectivamente, lo cual explica que un alto porcentaje de esa población de bajos ingresos no tenga acceso a internet. Dado que en la región las mujeres están sobrerrepresentadas en los hogares de menores ingresos, de allí resulta que existan más mujeres en hogares no conectados”.</p>
<p>En la tercera década del siglo XXI hay consenso en relación a los beneficios de la inclusión digital. Refuerza la calidad de servicios imprescindibles, como la educación y la salud, mejora la eficiencia de las administraciones públicas, facilita el acceso a la cultura y a las fuentes de información, mejora la productividad, impulsa la innovación y el desarrollo de nuevos sectores de actividad, ahorra costos y tiempos.</p>
<p>Como muestran los gráficos siguientes, extraídos del portal estadístico de CEPAL, el acceso a banda ancha fija (suscripciones por hogar) y móvil (suscripciones de personas) muestran que la mayor parte de la población latinoamericana y del Caribe tiene cierta conectividad. Más del 60 % de los hogares de la región posee conexiones de banda ancha fija, mientras que casi el 80 % de la población accede a la banda móvil a través de sus dispositivos celulares. Los gráficos también permiten ponderar el crecimiento experimentado en las diferentes regiones del planeta entre los datos de 2010 y los de 2021.</p>
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<span class="caption">Conexiones de banda ancha en los hogares del mundo por regiones.</span>
<span class="attribution"><span class="source">CEPAL</span></span>
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<span class="caption">Conexiones de banda ancha móvil en el mundo por regiones.</span>
<span class="attribution"><span class="source">CEPAL</span></span>
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<span class="caption">La cobertura móvil 4G alcanza al 94 % de la población en América Latina y el Caribe.</span>
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<h2>¿Cómo cerrar las brechas que todavía existen?</h2>
<p>Los datos demuestran que, por un lado, hubo y hay progresos significativos en materia de acceso a la conectividad en América Latina y el Caribe en la última década, pero, por otro lado, que es preciso redoblar energías para alcanzar la inclusión digital y la erradicación de las brechas. </p>
<p>Para avanzar en esta tarea, es preciso distinguir como variables fuertes la cobertura de las infraestructuras y redes fijas y móviles, la asequibilidad de los servicios por parte de toda la población y las oportunidades significativas de uso mediante las habilidades y competencias de la ciudadanía, para un aprovechamiento integral de los beneficios de servicios y aplicaciones digitales.</p>
<p>Las diferencias entre accesos fijos y móviles no es inocua, sobre todo en una región como la latinoamericana, signada por las desigualdades socioeconómicas: las habilidades digitales y las oportunidades de uso son mayores cuando las personas cuentan en su hogar con conexiones fijas robustas. Las brechas materiales de acceso (quienes tienen o no conexión, quienes solo tienen conexión móvil y no fija en el hogar, quienes poseen conexión móvil a través de la carga de crédito periódica sin abono a un operador de telecomunicaciones) afectan las competencias y saberes, el acceso a servicios básicos, a la información y al desempeño laboral y productivo.</p>
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<span class="caption">Brechas de conectividad.</span>
<span class="attribution"><span class="source">CEPAL. Observatorio regional para el desarrollo digital, sobre la base de datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.</span></span>
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<p>La universalización de los accesos móviles encuentra severas limitaciones por dos motivos: por un lado, por la cobertura de las redes, que en una región con la extensión y variedad geográfica de América Latina y el Caribe posterga a quienes viven en localidades alejadas de los centros urbanos. </p>
<p>Dado que la estructura de mercado orienta las inversiones de los operadores, se precisan políticas públicas articuladas con el sector privado y con las organizaciones comunitarias para garantizar la cobertura a precios asequibles de los servicios de conectividad fija y móvil allí donde el acceso es más débil, especialmente en áreas menos densamente pobladas.</p>
<p>El segundo motivo es la asequibilidad de los servicios, dado que la desigualdad socioeconómica incide directamente en el tipo de planes contratados y, así, más del 85 % de las líneas móviles activas son de modalidad prepago. Esta depende de la carga de crédito de los usuarios y, consecuentemente, se trata de la opción más débil a la hora de garantizar conectividad de forma estable. </p>
<p>Ahora bien, como los ingresos de los operadores de conectividad han decrecido en los últimos diez años, y su sostenibilidad es necesaria para proyectar inversiones, las políticas públicas resultan entonces imprescindibles para compensar las necesidades de mayor cobertura, de asequibilidad de los servicios y de mantenimiento y expansión de las redes. </p>
<p>Políticas de estímulo a la compartición de infraestructuras como los ejecutados en Ecuador, o planes colaborativos de inclusión, como es el caso de “Internet para todos” en Perú, pueden adaptarse a las condiciones diversas de los países y de las sociedades latinoamericanas.</p>
<p>Los fondos de servicio universal recobran importancia en este contexto, para financiar los despliegues allí donde la inversión privada no es rentable. Estos fondos, no obstante, hasta el momento tampoco garantizaron el pleno acceso. Por eso las reglas de funcionamiento, las prioridades, ritmos y estrategias de inversión, la mayor participación de todos los actores del ecosistema digital en las contribuciones a su fondeo y en el establecimiento de metas, la transparencia y auditoría periódica y pública sobre los resultados de los programas de servicio universal ameritan ponderarse en función de las características peculiares de las brechas para alcanzar la pendiente inclusión digital en la región. </p>
<p>Lo anterior incluye abordar la discusión sobre la pertinencia (o no) de la participación de plataformas de transmisión audiovisual, intensivas usuarias de las redes de transporte de datos, en el cofinanciamiento de los fondos del servicio universal. </p>
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<span class="caption">Tipo de contribuciones al servicio universal en distintos países de la región.</span>
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<h2>Hacia dónde avanzar</h2>
<p>En resumen, la inclusión digital está condicionada por variables socioeconómicas, geográficas, de género y etarias. El acceso material a la conectividad y las habilidades y oportunidades de uso franquean u obturan las posibilidades de progreso individual y comunitario, pero la brecha material no es el único obstáculo para la inclusión.</p>
<p>Es preciso, además, considerar en qué sentido las brechas digitales han dejado de ser únicamente las que separan a conectados de desconectados, para aludir además a quienes sí tienen conexiones de red, aunque la calidad o velocidad de las mismas sea deficiente, o sus terminales de acceso sean inadecuadas para una navegación con posibilidad de utilizar distintos servicios y aplicaciones y, en consecuencia, vean restringido el potencial de aprovechamiento de los recursos digitales.</p>
<p>Las capacidades del sector de las telecomunicaciones y las políticas públicas merecen revisarse a partir de la valoración de la eficacia de programas ya implementados en algunos países de la región, para multiplicar ese tipo de experiencias y revisar la pertinencia de las reglas que organizan los fondos de servicio universal, a la luz de las brechas digitales que siguen estructurando las comunicaciones latinoamericanas.</p>
<hr>
<p><em>Una <a href="https://telos.fundaciontelefonica.com/el-progreso-inconcluso-de-inclusion-digital-en-america-latina/">versión de este artículo</a> fue publicada originalmente en la revista <a href="https://telos.fundaciontelefonica.com/">Telos</a> de Fundación Telefónica.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/217029/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Martín Becerra es colaboradora de la Revista Telos, de Fundación Telefónica.</span></em></p>Este artículo publicado originalmente en la revista Telos analiza por qué los avances en conectividad durante los últimos diez años en América Latina y el Caribe no han resuelto las desigualdades en el acceso a la tecnología e internet.Martín Becerra, Profesor titular de la Universidad Nacional de Quilmes y de la Universidad de Buenos Aires. Investigador independiente en el CONICET, National University of QuilmesLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/982992018-06-15T11:46:48Z2018-06-15T11:46:48ZArgentina votes to legalise abortion in latest victory for global feminism<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/223278/original/file-20180614-32319-1dyppvq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=57%2C20%2C3437%2C2305&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">EPA/David Fernandez</span></span></figcaption></figure><p>“Nothing will stop us now!” These were the words of the excited and emotional activists when Argentina’s parliament voted narrowly (129 votes to 125) to decriminalise abortion. The National Congress in Buenos Aires was surrounded by women wearing green scarves around their necks, heads and wrists. Since 2005 this has been the symbol of their campaign. It represents life and hope and evokes memories of the <a href="https://www.theguardian.com/world/2017/apr/28/mothers-plaza-de-mayo-argentina-anniversary">Mothers of Plaza de Mayo</a> – a group of women whose children disappeared under the dictatorship in Argentina during the 1970s and 1980s.</p>
<p>It was in fact the president, Mauricio Macri, leader of a centre-right government who, under the pressure of feminist and social activists, suggested opening the abortion debate in <a href="http://www.abc.es/internacional/abci-macri-partidario-abrir-debate-sobre-despenalizacion-aborto-201803020144_noticia.html">his inaugural speech to parliament</a>. Despite pressure from religious groups, he had to recognise that there was an increasing social awareness about abortion. Feminist groups were showing politicians that women and society were ready for a change. </p>
<p>Under the current regulations, women cannot have a legal abortion in Argentina. Exceptions are only very rarely considered in the case of rape or risk to the health of the woman. Even then, the ultimate decision lies with health professionals – and they can refuse to perform a procedure on the grounds of religious belief. Every year, hundreds of pregnant women die in Argentina because abortion is <a href="https://www.clarin.com/sociedad/mortalidad-materna-salud-mujeres_0_HJkaOtPQx.html">criminalised</a>. </p>
<p>Clandestine abortion is the main cause of maternal mortality. According to the Ministry of Health in Argentina, there are <a href="https://www.lanacion.com.ar/2143500-cuantos-abortos-clandestinos-hay-por-ano-el-cruce-entre-una-defensora-y-una-detractora-del-proyecto">500,000 illegal interventions per year</a>. In 2016, there were 245 maternal deaths, 43 of which were produced by illegal abortions. This was an urgent public health matter. Criminalising abortion has not stopped abortions from taking place. It has only increased the risk of self-harm and death. </p>
<h2>Women spoke, parliament listened</h2>
<p>This vote was preceded by weeks of discussions and presentations from experts, activists, politicians and the public to parliamentarians so that they could make an informed decision. The representatives went on to have hours of intense debate before passing the <a href="http://www.parlamentario.com/db/000/000597_proyecto_ive_2018.pdf">new law</a>. This will legalise elective abortion in the first 14 weeks of pregnancy and in longer periods in situations that entail health risks to the pregnant person or in the case of rape.</p>
<p>There have been six previous attempts at passing this legislation. This time, the campaign group presented a petition to parliament, gathering signatures from 71 MPs from different political affiliations – enough to ensure that the matter would be debated in parliament. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/223333/original/file-20180615-85863-ur6rw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/223333/original/file-20180615-85863-ur6rw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=429&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/223333/original/file-20180615-85863-ur6rw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=429&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/223333/original/file-20180615-85863-ur6rw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=429&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/223333/original/file-20180615-85863-ur6rw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=539&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/223333/original/file-20180615-85863-ur6rw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=539&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/223333/original/file-20180615-85863-ur6rw1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=539&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Activists gather ahead of the parliamentary vote.</span>
<span class="attribution"><span class="source">EPA</span></span>
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<p>But the real victory belongs to the massive push from women’s rights activists. They organised and rallied against “femicide” (<em>femicidio</em>) in demonstrations, celebrations and speeches. Like an unstoppable green tide, women’s presence in the streets began to take shape and volume. They became a collective voice that could not be stopped. In a short period of time, the activists turned abortion into a national issue. Women became the main protagonists of their own destiny rather than having to submit to the judgement of the <a href="https://nacla.org/news/2018/06/07/argentina-feminists-versus-catholic-church">Catholic Church.</a> and religious groups when it comes to their reproductive rights.</p>
<p>The three clear goals of the campaign were reasonable and inspirational. As a counter to the old-fashioned fundamentalism of right-wing religious groups, which make obsolete patriarchal arguments about women’s roles, the campaign argued that women should receive sexual education to help them decide on their own reproductive health – which is crucial for young people to be able to understand their bodies. It also called for contraceptives to be made more readily available to avoid abortion in the first place and for abortion to be a possibility when the other two fail. </p>
<p>In addition to the campaign, four marches organised by the feminist group <a href="http://niunamenos.com.ar">Not One Less</a> (<a href="https://www.youtube.com/watch?v=BPHWOsBKr28"><em>Ni Una Menos</em></a>) were of paramount importance. Ni una Menos argues that the criminalisation of abortion must be seen as part of the broader violence against women that has recently increased, together with rape, abduction, sexual, psychological and economic abuse. These are young and strong feminists who enlivened the campaign.</p>
<h2>The green tide</h2>
<p>There are no words to describe the joy that the success of this long-term campaign has brought to activists and to women in general. The law has not been approved yet – it must now be discussed and approved by the senate. But, for now at least, the criminalisation of abortion looks to be a thing of the past. </p>
<p>As María Alicia Gutiérrez, a leader of the National Campaign for Legal Abortion and researcher on reproductive health at the University of Buenos Aires, emphasised in her presentation during the parliamentary debate, this is a collective right that responds to the broader demand for reproductive justice. The campaign has achieved the “social” decriminalisation of abortion, even if it has not yet become law. </p>
<p>The Senate might reject the new law but can’t turn back the green tide. June 13 and 14 2018 will forever be celebrated as historic days for the feminist movement in Argentina. The feminist struggle crosses all kinds of issues – in fact, the campaign has worked closely with gender diversity groups so that the beneficiary of this legislation would not only be women but “all people with the ability to procreate”. This is in line with the principles of the Argentine Gender Identity Law, which would allow a trans-man to be able to have an abortion.</p>
<p>The feminist critique is becoming stronger and more powerful. Global feminism is the only movement fighting simultaneously against patriarchy, heterosexuality, racial discrimination, capitalism and colonialism. To make this vote happen in Argentina, violence against women was confronted by women in defence of life and their rights. Their chants have worked. They have secured legal abortion and the right not to die: Aborto legal para no morir ya!</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/98299/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ana Cecilia Dinerstein received funding from ESRC UK (2005)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Lucía Cirmi Obón does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organisation that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.</span></em></p>In a historic move, the national parliament has legalised procedures up to 14 weeks.Ana Cecilia Dinerstein, Associate Professor in Sociology, University of BathLucía Cirmi Obón, PhD scholar, National University of QuilmesLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.