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Pedro Sánchez comparece como presidente del Gobierno en el Pleno del Congreso de los Diputados el 27 de junio de 2018. Congreso de los Diputados

Las cinco claves de la XIV legislatura española

En noviembre de 2019 publicamos un artículo en The Conversation –traducido al inglés y al francés– en el que señalábamos que el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos (UP) podría dar paso al primer gobierno de coalición en la historia democrática española, al menos, a nivel de Gobierno central. El acuerdo entre UP y PSOE había resultado imposible solamente unos pocos meses atrás escenificando, incluso, un desencuentro personal entre los líderes de ambos partidos.

Ahora tiene lugar el debate de investidura y primera votación para que el Gobierno PSOE-UP pueda salir adelante. En esta primera votación será necesario contar con 176 escaños de los 350 que componen el Congreso de los Diputados, es decir, mayoría absoluta de los votos, tal y como está contemplado en los artículos 170-172 del Reglamento del Congreso de los Diputados.

En este sentido, es previsible que hasta el día 7 (pasadas 48 horas de la primera votación) España no tenga un nuevo Gobierno tras más de ocho meses (más de 240 días con gobierno en funciones). Para esta votación tan solo serán necesarios más síes que noes, es decir, mayoría simple.

La suma de síes y noes es de esperar que sea muy similar a la que hace un tiempo vaticinamos, pudiendo bailar alguno de los escaños de formaciones como el Partido Regionalista Cántabro (PRC), CCa-PNC-NC, Teruel Existe (TE) o el Bloque Nacionalista Gallego (BNG).

Con todo, y pese a que la investidura podría depender de tan solo un diputado pero salir adelante el próximo día 7, para que la XV legislatura llegue a 2024, van a resultar claves, al menos, 5 puntos:

  1. La aprobación de unos presupuestos generales que, como pasó en febrero de 2019, necesitan de los votos a favor de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC). Si por aquel entonces condicionaron su apoyo a la celebración de un referéndum en Cataluña, hoy, y pese a que vienen de establecer una serie de puntos de encuentro con el PSOE, podrían, llegado el momento, volverse atrás. Sobre todo, por dos razones: la situación de muchos de sus líderes encarcelados –aún con la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y el dictamen de la Abogacía del Estado– y porque en primavera se celebrarán elecciones en Cataluña, en las que, si ERC quiere ser primera fuerza, ha de ganar el pulso independentista.

  2. Ligado con la organización del estado está el tema de la financiación autonómica. No hay duda de que uno de los mayores problemas que enfrenta hoy España tiene que ver con su organización territorial, pero no ya solo por el proceso secesionista de Cataluña, sino también por el gran conflicto que sigue suponiendo el reparto económico entre las distintas comunidades autónomas. De nuevo, el “café para todos”, o el café para ninguna de las regiones, estará en el foco del debate, esta vez, sin distinción de color político.

  3. En general, como viene siendo la tónica habitual estos últimos años, esta legislatura estará marcada por el conflicto catalán. Sin embargo, vale la pena subrayar otros temas que estarán en el debate.

    Así, el partido que más se ha “beneficiado” de este conflicto político, Vox, ha cosechado sus mejores resultados, 52 escaños, atrayendo a aquellos votantes no sólo que se consideran más españoles que de su Comunidad Autónoma, es decir, identificados como más nacionalistas o que sienten con mayor agravio lo que está sucediendo en Cataluña, sino, también a aquellos con sentimientos más contrarios a la inmigración. Así, si bien la centralización del estado o la aplicación del artículo 155 para suprimir la autonomía catalana han sido una máxima en el discurso de los líderes de Vox, como con acierto ha señalado en dos post el Catedrático de Ciencia Política, Mariano Torcal (aquí y aquí), el voto a esta formación tiene una explicación alternativa, incluso si comparamos a sus electores con los de otras formaciones de la derecha: está justificado por aquellos que exhiben mayores actitudes contrarias a la inmigración. Como sucede en varios de los países de nuestro entorno (Francia, Italia, Alemania o Holanda), las actitudes anti-inmigración, canalizadas por Vox, podrían ser fuente de conflicto político y división del electorado en la próxima legislatura.

  4. Así, el cambio en el sistema de partidos que se ha producido en España desde los comicios de 2015, en los que se pasó de un sistema de dos partidos y medio a uno de cuatro formaciones y, ahora, a uno tremendamente fragmentado y polarizado, ha generado bloques de partidos completamente antagónicos.

    Además, y lo más importante, estas tensiones entre bloques no se derivan únicamente de un conflicto político, a saber, el clivaje territorial, sino que son diferentes conflictos los que dividen hoy profundamente al electorado: violencia de género, eutanasia, memoria histórica, cambio climático, matrimonio entre personas del mismo sexo, entre otros.

  5. Este sistema partidista fragmentado, unido a la generalizable baja identificación de los votantes con los partidos y a la reconfiguración de los ejes de competición partidista (la entrada de nuevos conflictos políticos como temas principales de debate público), podrían aseverar una tendencia que se inició también en 2015: los Gobiernos serán endebles, puesto que dependen de muchas fuerzas políticas con diversos intereses, y, por extensión, las legislaturas se prevén de corta duración.

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