El mundo que plantean las películas futuristas ya está aquí: tenemos en nuestras manos la posibilidad de evitar que el desenlace sea tan catastrófico como en el cine.
Abanderada de las ‘calm technologies’, Case defiende la cooperación frente a la imposición en las relaciones del ser humano con las máquinas. Los humanos no deben actuar como robots y el desarrollo tecnológico debe orientarse, bajo principios éticos y morales, a liberar tiempo para que seamos más libres y creativos.
Los transhumanistas aseguran que las máquinas pronto serán conscientes y libres. Sin embargo, eso no tiene por qué ser equivalente a crear una consciencia auténtica.
No expresan resistencia ni prejuicios contra la tecnología; no la ven como amenaza ni temen que la especie sea destruida por robots. Aceptan que la tecnología ha alterado nuestra existencia para siempre.
La tecnología ha sido la clave de la evolución social. Ha permitido que el ser humano tome medidas que, aplicadas al cuerpo humano, permiten nuestra evolución y transforman el pensamiento social.