La pandemia sigue azotando y no solo a nivel sanitario. En seis meses todos los parámetros vitales (dinero, viajes, trabajo, relaciones, entorno, consumo…) han cambiado en todo el mundo y quizás de forma permanente.
La crisis de la covid-19, la mayor en la zona desde la Gran Recesión, se manifestará mediante la caída en la demanda y los precios de sus exportaciones, el desplome del turismo, la disminución de las remesas.
Es más que probable que la crisis altere los procesos de la aviación comercial: desde el redimensionamiento de la oferta y la demanda de viajes hasta la operativa aeroportuaria.
El auge de la vivienda para alquiler vacacional es una de las causas del aumento de los alquileres residenciales en ciudades como Málaga. Habrá que ver cómo influirá la covid-19 en estos precios.
En situación de pandemia, el trabajo informal es un problema del individuo (en riesgo de contagio) y de la sociedad (la salud pública, el sistema sanitario y el sistema económico y social se resienten).
Ante las anunciadas reformas en los procedimientos urbanísticos, es esencial proteger nuestro patrimonio natural y cultural. Desde los colectivos implicados se trabaja para detener esta amenaza.
La OIT señala que el aumento del paro juvenil a causa de la pandemia (un incremento del 15%) solo se resolverá con políticas activas de empleo y políticas educativas.
El transporte público urbano se ha visto muy afectado por la pandemia: la caída de viajeros y el aumento de los costes variables (limpieza y desinfección) reducirán los ingresos de las empresas.
Tras el confinamiento, se prevén nuevas expectativas en compradores e inquilinos, que ahora buscarán más luz y más espacio y perderán el miedo a vivir lejos del centro de las ciudades.
Más allá de la responsabilidad social corporativa tradicional, en esta nueva época las empresas deben buscar no sola la rentabilidad, sino también generar un impacto social positivo.
A diferencia de 2008, las instituciones europeas ahora son conscientes de su papel y proponen programas sociales inéditos, planteando impuestos europeos, herramienta básica para la armonización fiscal.
Los planes de renovación de vehículos aplicados en España en los últimos años, han movilizado más de mil millones de euros de dinero público, sin haber evaluado sus efectos.
La pandemia ha puesto en peligro muchos avances en igualdad de género. Para recuperar el terreno perdido, las empresas deben ahora tomar medidas con un claro enfoque de género.
Un líder debe saber tomar decisiones y mostrar confianza. Pero, en momentos difíciles, también se necesita que sea capaz de ayudar a sus empleados a adaptarse a las nuevas circunstancias.
La estrategia para superar esta crisis pasa por fortalecer las relaciones entre competidores. Los que rivalizan por el gasto turístico ahora deben cooperar y recuperar la confianza del turista.
La pandemia nos ha despertado bruscamente del sueño de la prepotencia, pero redescubrir nuestra fragilidad e interdependencia es positivo. Es lo que nos hace humanos y éticos. Sin ser tan poderosos como creíamos, podemos ser dueños de nuestro destino común.
En tiempos difíciles, los inversores se aferran a los “valores refugio”, tradicionalmente oro y deuda pública alemana y estadounidense, que en las crisis mantienen su valor o incluso lo incrementan.
El plan de desescalada debería tomar más en cuenta el factor edad. La vuelta a las actividades productivas de la población de menor riesgo puede contribuir a la reactivación económica.
Es indispensable determinar los niveles de riesgo a los que se enfrenta el sector aéreo, para poder ofrecer a sus clientes la confianza de que las aerolíneas controlan el posible peligro de contagio.
Director del Master in Talent Management de Advantere School of Management / Profesor asociado de la Facultad de Ciencias Economicas y Empresariales, Universidad Pontificia Comillas
Dpto. Estructura Económica y Economía del Desarrollo. Coordinadora del Grupo de Estudio de las Transformaciones de la Economía Mundial (GETEM), Universidad Autónoma de Madrid