El Departamento de Justicia estadounidense ha llevado a juicio a Google. Busca determinar si la tecnológica ha aprovechado su posición de dominio (90%) para impedir la entrada de otros competidores.
Los chatbots de inteligencia artificial están creciendo a velocidad vertiginosa. Por ello, es probable que los ciudadanos recurran a ellos cuando busquen información política, pero la práctica entraña riesgos importantes.
Artifact es un nuevo servicio de agregación de fuentes de noticias, impulsado por los dos creadores de Instagram. Este artículo analiza sus pros y contras.
Europa ha desarrollado un ambicioso programa para reducir la cada vez más profunda brecha digital con Estados Unidos y China. Pero no será una tarea sencilla, según explica el autor de este artículo publicado originalmente en Revista Telos.
Los asistentes virtuales tienen un lado oscuro, ya que son capaces de escucharnos aunque no lo sepamos. ¿Es consciente el consumidor de esto? ¿Le importa?
Teresa Romeu, UOC - Universitat Oberta de Catalunya and Montse Guitert, UOC - Universitat Oberta de Catalunya
La enseñanza de una búsqueda crítica de información en internet debería ser parte de todas las asignaturas de manera transversal. Sin ello, no estamos educando ciudadanos competentes.
Muchos estudiantes creen que basta con introducir un término en el buscador y usar los primeros resultados: es necesario enseñarles a optimizar, afinar y seleccionar los resultados.
Solo las 63.000 búsquedas de Google cada segundo generan 500 kilogramos de CO₂. La huella de carbono del consumo tecnológico debería dejar de ser invisible.
Uno de los principales riesgos de los metaversos puede ser la obsesión por llevar vidas utópicas, con un progresivo alejamiento de la realidad y una posible inmersión irreversible para algunos.
Declarar el robo de nuestros datos, prohibir los algoritmos antipolíticos y dividir a las grandes tecnológicas son algunas de las posibles estrategias para poner freno al capitalismo de la vigilancia.
Reforzar la producción profesional de noticias garantizando la viabilidad económica de las empresas que las producen es una pieza clave para combatir la desinformación.
El confinamiento ha sido un escenario ideal para los ciberdelincuentes. Al haber mayor actividad en la red, ha habido también mayor exposición y por tanto más ventanas abiertas por donde intentar colarse.
No existe ningún servicio de internet que pueda garantizar una disponibilidad del 100%. Si confiamos en uno solo para todas las tareas, nos arriesgamos a que una caída nos afecte severamente.
Si bien es más cómodo que crear una nueva cuenta en cada web o ‘app’ que utilizamos, iniciar sesión a través de algún proveedor externo como Facebook o Google supone riesgos para la privacidad.
La mayoría de las comunidades autónomas ha llegado a acuerdos con Google o Microsoft para usar sus plataformas educativas. ¿A qué tipo de información tienen acceso? ¿Existen alternativas?
Los proveedores de contenidos como Netflix, Google, Facebook y Amazon aprovechan la infraestructura de los operadores de internet sin pagar sus costes. Lo hacen amparados por la regulación europea.
Es una buena oportunidad para que el sector público y privado hagan un esfuerzo creando bases de datos abiertas. La falta de datos y análisis genera políticas incorrectas.
Creamos contenidos para influir sobre personas, pero tenemos que pasar previamente por el filtro de la máquina. Todo lo que escribimos y la manera en la que interactuamos en la red alimenta el poder de las grandes tecnológicas como Google, Facebook, Apple y Amazon.