En un nuevo estudio, los autores exponen el papel que la escasa gestión del monte en áreas protegidas, las plantaciones comerciales y el estado del combustible tienen en la propagación del fuego.
Paisaje quemado tras un incendio en Navarra, 2022.
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Juli G. Pausas, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Aunque calcinados, los árboles mantienen un entorno semiforestal beneficioso para la regeneración del bosque y la supervivencia del resto de seres vivos del ecosistema.
Los vegetales que viven en zonas propensas a incendios son capaces de ‘aprender’ y desarrollar estrategias para crecer más rápido allí donde menos llega el fuego y dispersarse lo máximo posible.
Los fuegos se están produciendo fuera de estación, con gran intensidad y simultáneamente en países europeos como España, Portugal, Francia, Grecia, Croacia y Turquía.
La conflagración de grandes incendios forestales durante la primera ola de calor de 2022 en España ha puesto en evidencia la urgente necesidad de reorganizar el sistema de defensa y la gestión del territorio.
Es necesario promover medidas para evitar el fuego, cada vez más frecuente y difícil de apagar debido al cambio climático, basadas en la gestión del bosque y los cultivos para evitar el acúmulo de combustible.
El incendio en Pedrogão Grande del 17 de junio de 2017 fue la primera tormenta de fuego en la península ibérica.
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En junio de 2017 se produjo el primer incendio de sexta generación de la península ibérica en Pedrogão Grande (Portugal): ¿hemos aprendido algo desde entonces?
Un año después de los incendios de 2019/20; este bosque se ha recuperado lentamente.
Rachael Nolan,
Muchas plantas son realmente buenas resistiendo los incendios forestales, pero la combinación de sequías, olas de calor y plagas de insectos acrecentadas por el cambio climático puede llevarlas al límite.
Apostar por productos de proximidad y de agricultura y ganadería extensivas contribuye a fomentar el uso del monte y, por tanto, a evitar que se instaure una vegetación continua que favorece el fuego.
Factores como la topografía, la meteorología y la estructura del paisaje influyen más en la virulencia del fuego que la inflamabilidad de los árboles, que no cambia demasiado entre especies.
Fuego prescrito en un bosque de eucaliptos australiano.
Cristina Santín
Jose V. Roces-Díaz, Universitat Autònoma de Barcelona and Cristina Santín, Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Universidad de Oviedo - CSIC)
Si bien puede tener consecuencias económicas y sociales negativas, el fuego es un proceso natural clave en la evolución de muchas especies y paisajes de todo el mundo.
Juli G. Pausas, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Las igniciones y la continuidad de la vegetación ocasionada por el abandono rural son dos factores relacionados con la actividad humana fundamentales para que se produzcan los fuegos.
Un vecino ante el incendio declarado en Varympompi, al norte de Atenas (Grecia), el 3 de agosto de 2021.
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Las llamas vuelven a devorar millones de hectáreas en distintas zonas del planeta. Factores como la atmósfera desecante, las olas de calor y la simultaneidad de focos hacen imposible la extinción.
Incendio forestal en Santa Coloma de Queralt, Tarragona, el 25 de julio de 2021.
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Una encuesta revela que tanto los habitantes de zonas con mayor riesgo de fuegos como aquellos que viven en áreas de menor riesgo son reticentes a apoyar económicamente los programas de prevención.
Los cortafuegos están diseñados para los incendios de los años 60 del siglo pasado. Los incendios de sexta generación, que generan verdaderas tormentas ígneas, han de ser abordados con otras técnicas.
Imagen nocturna de un incendio en la provincia española de Guadalajara.
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Urge intervenir en el entorno natural para poner freno a los grandes fuegos que se multiplican exponencialmente por el planeta. Así lo expone la autora, especialista en gestión de los recursos naturales y miembro del Comité Español del Programa Hombre y Biosfera de la UNESCO.
Área peatonal inundada en Colonia (Alemania).
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El problema de las inundaciones es la falta de aceptación de la incertidumbre. Por lo general no se tienen preparados protocolos para estos casos, como tampoco para las olas de calor o los incendios.
Profesora de la Universitat Politècnica de Catalunya, investigadora del Centre d'Estudis del Risc Tecnològic y coordinadora del proyecto WUIVIEW, Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTech
Profesora Titular y miembro del grupo de investigación Ecología y Medio Ambiente y del Instituto de investigación IsFood, Universidad Pública de Navarra