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vacunas – The Conversation
2024-03-21T21:42:20Z
tag:theconversation.com,2011:article/225320
2024-03-21T21:42:20Z
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¿Cuál es la enfermedad más difícil de curar?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/583107/original/file-20240320-26-akf3in.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=31%2C23%2C5140%2C3419&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">shutterstock</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-girl-playing-life-sciences-professional-2147169083">Anamaria Mejia / Shutterstock</a></span></figcaption></figure>
<p><em>Este artículo forma parte de la sección <strong>The Conversation Júnior</strong>, en la que especialistas de las principales universidades y centros de investigación contestan a las dudas de jóvenes curiosos de entre 12 y 16 años. Podéis enviar vuestras preguntas a <strong>tcesjunior@theconversation.com</strong></em></p>
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<p><strong><em>Pregunta de Helena, de 13 años. CDP Stella Maris. Almería.</em></strong></p>
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<p>Para quien sufre una enfermedad larga, la suya siempre será la más difícil de curar. Aunque en realidad hay algunas enfermedades objetivamente incurables: solo podemos tratar sus síntomas para que dejen de causar sufrimiento y avancen lo más lentamente posible. </p>
<p>Dentro de este catálogo a lo mejor te vienen a la cabeza el cáncer o alguna de las llamadas enfermedades autoinmunes –cuando las células del sistema inmunitario atacan por error a las células de nuestro propio organismo–, como la esclerosis múltiple, el lupus o la diabetes tipo 1. </p>
<p>Sin embargo, en los últimos años, los científicos han aprendido mucho sobre los orígenes de estos temibles enemigos de nuestra salud y cómo se relacionan con ciertos mecanismos biológicos. ¡Hay luz al final del túnel! </p>
<h2>El cáncer: una enfermedad terrible pero cada vez más arrinconada</h2>
<p>Primera buena noticia: durante las últimas décadas, muchos tipos de cáncer han dejado de ser letales. De hecho, casi todos podrían ser curados si los detectáramos con suficiente antelación como para poder eliminar las células cancerosas antes de que éstas se dispersen e invadan muchos órganos. </p>
<p>Hoy en día, los tratamientos que están permitiendo curar a muchos enfermos de este conjunto de enfermedades que conocemos como cáncer son: </p>
<ul>
<li><p><a href="https://www.cancer.gov/espanol/cancer/tratamiento/tipos/radioterapia"><strong>Radioterapia dirigida</strong></a>. Consiste en lanzar poderosos haces de energía –normalmente rayos X– al tumor, intentando no causar daños a las células sanas que están a su alrededor. </p></li>
<li><p><a href="https://www.cancer.net/navigating-cancer-care/how-cancer-treated/chemotherapy/what-chemotherapy"><strong>Quimioterapia</strong></a>. El paciente recibe un cóctel de medicamentos que matan a las células malignas. Se han mejorado mucho las combinaciones de fármacos y su uso para cada tipo de cáncer.</p></li>
<li><p><a href="https://www.mskcc.org/es/cancer-care/diagnosis-treatment/cancer-treatments/immunotherapy"><strong>Inmunoterapia</strong></a>. Son las técnicas que utilizan el sistema inmunitario –el sistema defensivo de nuestro cuerpo– para atacar a las células cancerosas. </p></li>
</ul>
<p>De todas formas, la mejor terapia es la prevención. Un gran avance en este campo ha sido crear vacunas que ponen contra las cuerdas al <a href="https://www.cdc.gov/vaccines/parents/diseases/hpv-sp.html">virus del papiloma</a>, responsable de cánceres como el de cuello de útero y otras mucosas. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/el-virus-del-papiloma-humano-y-su-vacuna-147691">El virus del papiloma humano y su vacuna</a>
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<p>También se están desarrollando vacunas que permiten reconocer proteínas muy concretas de las células malignas y, como si fueran dianas, dirigen el ataque del sistema inmunitario contra ellas. Por ejemplo, se está investigando cómo señalizar así a <a href="https://ecancer.org/es/news/18363-la-vacuna-contra-el-cancer-de-mama-funciona-bien-combinada-con-inmunoterapia">Her-2</a>, una proteína muy abundante en células del cáncer de mama, para que el sistema inmunitario aniquile a las células que la contienen. </p>
<p>Pero la terapia más prometedora consiste en “reclutar” linfocitos T –un tipo de glóbulo blanco– como soldados de élite en la guerra contra las células tumorales. Los investigadores extraen los linfocitos, seleccionan los más activos, los cultivan en el laboratorio y los vuelven a introducir en el paciente. Actualmente están probando esta técnica con un cáncer llamado <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-024-00673-w">TIL (siglas de <em>tumor-infiltrating lymphocytes</em></a>). </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/583110/original/file-20240320-18-8lx2bi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/583110/original/file-20240320-18-8lx2bi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/583110/original/file-20240320-18-8lx2bi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/583110/original/file-20240320-18-8lx2bi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/583110/original/file-20240320-18-8lx2bi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/583110/original/file-20240320-18-8lx2bi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/583110/original/file-20240320-18-8lx2bi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/583110/original/file-20240320-18-8lx2bi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Un grupo de linfocitos ‘rodean’ a una célula cancerosa.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/cancer-cell-lymphocytes-98612516">Juan Gaertner / Shutterstock</a></span>
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<p>Una táctica similar es modificar genéticamente estos linfocitos para que detecten específicamente a las células cancerosas y las ataquen de manera fulminante. Este es el “superpoder” de las células <a href="https://www.cancerresearchuk.org/about-cancer/treatment/immunotherapy/types/CAR-T-cell-therapy"><strong>CAR-T</strong></a>. Los científicos ya han creado cinco generaciones de CAR-T, cada vez más eficaces, que están dando resultados muy positivos contra leucemias y linfomas. Posiblemente pronto podrán ser utilizadas con éxito contra otros tipos de cáncer.</p>
<h2>Enfermedades autoinmunes: cuando nuestro sistema defensivo nos ataca</h2>
<p>Otro grupo de enfermedades muy difíciles de curar son las autoinmunes, que ya hemos mencionado antes. En especial, aquellas cuyo origen aún es un misterio, como el <a href="https://www.niams.nih.gov/es/informacion-de-salud/lupus">lupus eritematoso sistémico</a> o la <a href="https://www.nationalmssociety.org/es/que-es-esclerosis-multiple">esclerosis múltiple</a>. </p>
<p>Estas dolencias aparecen cuando el sistema inmunitario genera células defensivas que, en vez protegernos de los virus, bacterias y otros patógenos externos, acaban identificando como peligrosas a nuestras propias células. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/esclerosis-multiple-asi-mordisquea-el-sistema-inmunitario-nuestra-conexion-neuronal-173866">Esclerosis múltiple: así ‘mordisquea’ el sistema inmunitario nuestra conexión neuronal</a>
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<p>En los últimos años, los científicos están ideando terapias que intentan restaurar el orden o, por lo menos, atenuar los daños. El uso de anticuerpos –las proteínas que reconocen y neutralizan a los “intrusos”– o moléculas que regulan el funcionamiento del sistema inmunitario está dando algunos resultados, aún pocos pero prometedores. </p>
<p>Conocer los intríngulis del sistema inmunitario puede permitir que encontremos <a href="https://www.autoimmuneinstitute.org/articles/diagnosis-and-treatment/the-spectrum-of-autoimmune-disease-treatments/">terapias</a> para tratar y, quién sabe, eliminar definitivamente estas enfermedades. Aunque descubrir su talón de Aquiles requiere más investigación. </p>
<h2>Enfermedades del sistema nervioso central: el mayor reto</h2>
<p>En mi opinión, las enfermedades más difíciles de curar son las que afectan al sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal). Van desde las enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple a otras que pueden tener o no un componente autoinmune como la famosa <a href="https://theconversation.com/la-esclerosis-lateral-amiotrofica-es-como-un-agujero-negro-225494">esclerosis lateral amiotrófica</a> (ELA), pasando por desajustes que pueden trastornar la personalidad y las enfermedades neurodegenerativas. Estas últimas son las peores: cuando descubrimos sus síntomas, el daño ya está hecho. </p>
<p>Las enfermedades neurodegenerativas tienen su origen en la pérdida de neuronas que cumplen determinadas funciones. Estas son las más importantes:</p>
<ul>
<li><a href="https://www.nature.com/articles/nrdp201680"><strong>Las enfermedades mitocondriales</strong></a>. Aparecen cuando hay mitocondrias –las “centrales energéticas” de nuestras células– defectuosas. Entre ellas nos encontramos el <a href="https://www.cun.es/diccionario-medico/terminos/sindrome-merrf">MERRF</a> o el síndrome <a href="https://www.orpha.net/es/disease/detail/550">MELAS</a>. Producen ataxia, es decir, una descoordinación de los movimientos, entre otros problemas. </li>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/la-importancia-del-diagnostico-precoz-en-enfermedades-raras-mitocondriales-162702">La importancia del diagnóstico precoz en enfermedades raras mitocondriales</a>
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<li><p><a href="https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/huntingtons-disease/symptoms-causes/syc-20356117"><strong>La enfermedad de Huntington</strong></a>. El paciente pierde el control de los movimientos, se vuelve torpe y tiene problemas de equilibrio. Y cuando el mal avanza, ya no puede caminar, hablar o tragar. Tanto esta enfermedad como las mitocondriales son genéticas y sus efectos, irreversibles, ya que el problema está dentro del genoma de las células. </p></li>
<li><p><a href="https://www.nia.nih.gov/health/parkinsons-disease/parkinsons-disease-causes-symptoms-and-treatments"><strong>La enfermedad de Parkinson</strong></a>. Se debe a la pérdida de neuronas en una zona muy concreta del sistema nervioso: la sustancia nigra, responsable de controlar nuestros movimientos. Aunque hay fármacos que ayudan a recuperar ese control y <a href="https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/parkinsons-disease/diagnosis-treatment/drc-20376062">el movimiento puede regularse con estímulos eléctricos</a>, estos remedios solo sirven para que la enfermedad siga su curso más o menos rápidamente. </p></li>
<li><p>Demencia senil y <a href="https://www.cdc.gov/aging/aginginfo/alzheimers.htm"><strong>alzhéimer</strong></a>. El sistema nervioso es un complicadísimo sistema de conexiones entre neuronas, las cuales forman circuitos que ignoramos cómo funcionan. Por eso, no hay medicina que valga contra la pérdida natural de neuronas a lo largo de la vida o por culpa de dolencias como el alzhéimer, que borra la memoria de quien la sufre.</p></li>
</ul>
<p>Hoy, las dolencias neurodegenerativas no se pueden curar, pero conociendo las causas y evitando los peligros podemos conseguir que el deterioro de las neuronas se produzca muy tarde y avance lentamente. </p>
<p>Poco a poco estamos más cerca de entender cómo se desencadenan este tipo de enfermedades y –confiemos en la ciencia– tal vez encontrar el arma definitiva para derrotarlas. </p>
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<p><em>El museo interactivo <a href="https://www.parqueciencias.com">Parque de las Ciencias de Andalucía</a> colabora en la sección The Conversation Júnior.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/225320/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Guillermo López Lluch es miembro de la Sociedad Española de Biología Celular, la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, la Society for Free Radical Research y presidente de la International Coenzyme Q10 Association. Las investigaciones realizadas por el autor están financiadas por fondos públicos provenientes del Gobierno de España o del Gobierno Autonómico de Andalucía</span></em></p>
Algunas enfermedades son hoy por hoy incurables, pero los científicos las conocen cada vez mejor y están encontrando sus puntos débiles.
Guillermo López Lluch, Catedrático del área de Biología Celular. Investigador asociado del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo. Investigador en metabolismo, envejecimiento y sistemas inmunológicos y antioxidantes., Universidad Pablo de Olavide
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2024-02-29T16:44:38Z
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Llegan las vacunas contra el melanoma: ¿cómo funcionan?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/578546/original/file-20240228-20-sb2tl0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=165%2C33%2C7183%2C4869&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/cropped-view-dermatologist-applying-marks-on-1381338524">LightField Studios / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Recientemente, las compañías <a href="https://www.reuters.com/business/healthcare-pharmaceuticals/benefits-moderna-merck-melanoma-vaccine-plus-keytruda-extend-three-years-2023-12-14/">Moderna y Merck han anunciado que podrían tener lista su vacuna contra el melanoma en 2025</a>. De hecho, ya han comenzado sus ensayos clínicos para desarrollar su innovadora terapia frente a esta enfermedad. </p>
<p>Cada año, se diagnostican en el mundo unos <a href="https://www.cancer.net/es/tipos-de-c%C3%A1ncer/melanoma/estad%C3%ADsticas">325 000 nuevos casos de melanoma</a>. Esta cifra pone de relieve la necesidad de estrategias innovadoras y eficaces para combatir uno de los cánceres de piel más agresivos y letales que se conocen.</p>
<h2>Anatomía de un asesino</h2>
<p>Cuando las células de la piel encargadas de producir el pigmento que nos da color experimentan una transformación anormal y comienzan a crecer de manera descontrolada, forman el tumor maligno llamado <a href="https://theconversation.com/es/topics/melanoma-105572">melanoma</a>, que puede expandirse y propagarse a otras partes del cuerpo. </p>
<p>La exposición a la radiación ultravioleta (UV) de la luz solar es uno de los principales factores de riesgo, junto con la predisposición genética y los antecedentes de quemaduras solares graves y repetitivas a lo largo de la vida. Se estima que alrededor del <a href="https://formacion.sefh.es/dpc/sefh-curso-oncohematologia/modulo_01.pdf">80 % de los melanomas cutáneos</a> se originan en pieles aparentemente sanas. Esto supone que sólo el 20 % tienen su origen en una lesión cutánea previa, como un lunar. </p>
<p>Aunque la aparición de nuevos lunares es habitual hasta los cuarenta años, es fundamental vigilar cualquier alteración. Este seguimiento se basa en el <a href="https://www.aad.org/public/diseases/skin-cancer/el-abcde-del-melanoma">sistema ABCDE</a> (asimetría, bordes, color, diámetro y evolución) para la detección precoz de posibles lesiones malignas.</p>
<h2>Cuando el sistema inmunitario se vuelve cómplice de las células tumorales</h2>
<p>El sistema inmunitario desempeña un papel crucial en el reconocimiento y la eliminación de las células cancerosas, incluidas las del melanoma. Como si fueran escuadrones militares, las células inmunitarias patrullan constantemente nuestra piel en busca de células anormales que puedan poner en riesgo nuestra salud. </p>
<p>A este proceso se le llama inmunovigilancia, y está basado en el reconocimiento de antígenos, las moléculas de la superficie celular que señalan al sistema inmunitario la presencia de entidades extrañas. Son como “banderines” que identifican células dañinas y permiten movilizar a las células inmunitarias para erradicarlas. </p>
<p>No obstante, hay casos en los que las células cancerosas consiguen evitar la detección inmunitaria o emplean tácticas para suprimir su respuesta, allanando el camino para la progresión tumoral. </p>
<h2>Los riesgos de la inmunoterapia</h2>
<p>En la actualidad, el estudio de esa capacidad de las células cancerosas para evadir el sistema inmunológico se ha convertido en un objetivo terapéutico de gran interés y relevancia. Si conocemos qué hacen las células para “adormecer” al sistema inmunitario, podremos desarrollar estrategias para “despertarlo” y que cumpla así con su función defensiva. </p>
<p>Sin embargo, estos tratamientos no siempre son efectivos y, en ocasiones, pueden producir la hiperreactividad de las células inmunitarias. Es decir, que estas, una vez activadas, no sólo atacan al tumor, sino a todas las células del cuerpo. </p>
<p>Ante este dilema, se planteó la posibilidad de dirigir la actividad de las células inmunes de manera selectiva solamente hacia las células tumorales. Y aquí es donde entra en juego otra rama de la inmunoterapia: el diseño de las nuevas vacunas contra el cáncer. La clave está en desarrollar herramientas que ayuden al sistema inmunitario a reconocer y atacar de manera concreta al tumor. </p>
<h2>Vacunas al rescate</h2>
<p>Actualmente, se están investigando varios tipos de vacunas contra el melanoma, todas ellas basadas en la capacidad que tienen las células para reconocer los antígenos de superficie. </p>
<p>Por un lado, están las <a href="https://link.springer.com/article/10.1186/s12967-023-04843-8?utm_source=rct_congratemailt&utm_medium=email&utm_campaign=oa_20240103&utm_content=10.1186/s12967-023-04843-8">vacunas basadas en péptidos</a>. Es decir, se seleccionan aquellos antígenos que suelen portar las células de melanoma, se producen en el laboratorio y se inyectan a modo de antídoto. En este caso, la estrategia es enseñarle al sistema inmune los banderines que tiene que buscar. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/cuando-debemos-preocuparnos-por-la-aparicion-de-lunares-164470">¿Cuándo debemos preocuparnos por la aparición de lunares?</a>
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<p>Por otro lado, se está estudiando la utilización de unas células concretas del sistema inmunitario (células dendríticas) que son capaces de reconocer los banderines, identificar si pertenecen a células sanas o enfermas y enseñárselos a las células que deben eliminarlos. Un <a href="https://jitc.bmj.com/content/6/1/19.long">ensayo clínico</a> logró una disminución del 70 % del riesgo de mortalidad combinando las células dendríticas propias de cada paciente con un compuesto estimulante del sistema inmune. Aunque este ensayo tenía limitaciones, como el número bajo de participantes, los resultados son alentadores. </p>
<p>Y, por último, están las vacunas basadas en ARN, como la desarrollada por <a href="https://investors.modernatx.com/news/news-details/2023/Moderna-And-Merck-Announce-mRNA-4157-V940-In-Combination-with-KeytrudaR-Pembrolizumab-Demonstrated-Continued-Improvement-in-Recurrence-Free-Survival-and-Distant-Metastasis-Free-Survival-in-Patients-with-High-Risk-Stage-IIIIV-Melanoma-Following-Comple/default.aspx">Moderna y Merck</a>, que funciona de manera similar a la diseñada contra la covid-19. </p>
<p>Mientras que la vacuna de Moderna contra el coronavirus llevaba una secuencia de ARN de la proteína S del patógeno, la nueva –cuyo nombre técnico es ARNm-4157 (V940)– incorpora información genética para producir banderines específicos del tumor del paciente. Cuando el ARN penetra en las células del cuerpo, estas empiezan a producir una gran cantidad de dichos banderines, facilitando al sistema inmunitario su reconocimiento y, por tanto, su capacidad para localizar a las células cancerosas. </p>
<p>Este tratamiento se está probando en pacientes de melanoma con metástasis, cuyo riesgo de recaída es alto. La vacuna se ha combinado con un fármaco que estimula la activación del sistema inmune y, según los datos preliminares, redujo el riesgo de recaída o muerte un 49 % en comparación al tratamiento exclusivo con el fármaco. La terapia combinada también ha producido una mejora en la supervivencia libre de enfermedad a distancia, reduciendo el riesgo de desarrollar metástasis en otros órganos en un 62 %. </p>
<p>Sin duda, los resultados son prometedores y van encaminados a mejorar el tratamiento del melanoma. Según el Vicepresidente Senior y Jefe de Desarrollo, Terapéutica y Oncología de Moderna, Kyle Holen, el equipo al completo está impaciente por poder compartir estos datos con la sociedad y arrojar esperanza para las personas afectadas por esta enfermedad y sus familias.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/222776/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Cristina Penas Lago no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Actualmente se están investigando varias modalidades de terapias para dirigir nuestro sistema inmune contra las células de este peligroso cáncer de piel. Una de ellas ya está en fase de ensayos clínicos.
Cristina Penas Lago, Dra. en Investigación Biomédica, Investigadora Postdoctoral, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
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2024-01-09T20:30:15Z
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¿Cuáles son las diferencias entre la gripe A y la gripe aviar?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/568463/original/file-20240109-23-jv4w45.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=43%2C129%2C9542%2C5245&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Virus de la gripe aviar.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/bird-flu-virus-3d-rendering-medical-2232385295">joshimerbin/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Puede haber cierta confusión, por lo que conviene aclararlo desde el principio: la gripe aviar –de <a href="https://theconversation.com/es/topics/gripe-aviar-84199">la que tanto se ha hablado</a> en los últimos meses– y la gripe A –<a href="https://theconversation.com/lo-que-implica-el-actual-aumento-de-las-infecciones-respiratorias-agudas-en-espana-220675">la que está castigando actualmente a la población española</a>– no son lo mismo, aunque ambas enfermedades están causadas por influenzavirus. </p>
<h2>La gran familia de los infuenzavirus</h2>
<p>Existen cuatro tipos de influenzavirus: A, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7268205/">B, C y D</a>. Algunos patógenos de la influenza A y B pueden causar epidemias estacionales de gripe en las personas, si bien todas las pandemias conocidas han sido ocasionadas por virus gripales del tipo influenza A, que son los únicos responsables de la gripe aviar, además de causar gripe común en humanos y las gripes porcina y equina. </p>
<p>Los virus de influenza tipo A pueden dividirse en diferentes subtipos dependiendo de los genes que constituyen las proteínas de superficie: la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N). Ambas son los antígenos que reconoce el sistema inmunitario del hospedador.</p>
<p>Existen <a href="https://www.cdc.gov/flu/other/animal-flu.html#:%7E:text=There%20are%2018%20different%20hemagglutinin,only%20been%20found%20in%20bats">18 subtipos de hemaglutinina y 11 subtipos de neuraminidasa</a>, clasificados de H1 a H18 y de N1 a N11, respectivamente. Eso implica que pueden existir decenas de combinaciones del subtipo de influenza A. Dentro de cada subtipo existe una considerable variabilidad, lo que repercute en la capacidad de enfermar de la cepa. </p>
<p>Todos los subtipos conocidos de los virus de influenza A pueden causar infecciones en las aves, salvo los subtipos <a href="https://journals.plos.org/plospathogens/article?id=10.1371/journal.ppat.1003657">A(H17N10) y A(H18N11)</a>, solo detectados en murciélagos. Entre los virus de influenza tipo A pueden producirse mutaciones y recombinaciones y, ocasionalmente, pueden aparecer nuevas cepas muy letales para las aves. Estas son responsables de la influenza aviar altamente patógena (IAAP), popularmente conocida como gripe aviar.</p>
<h2>Gripe aviar: rara pero mortal</h2>
<p>Las personas pueden infectarse por los virus de la influenza aviar tipo A, aunque es relativamente infrecuente. Se conocen cinco subtipos (H5, H6, H7, H9 y H10) de este patógeno capaces de causar infecciones en humanos, aunque los identificados con mayor frecuencia son los subtipos <a href="https://cdn.who.int/media/docs/default-source/wpro---documents/emergency/surveillance/avian-influenza/ai_20240105.pdf?sfvrsn=5f006f99_124">H5N1 y H7N9</a>. </p>
<p>A nivel mundial, entre el 1 de enero de 2003 y el 1 de diciembre de 2023 se notificaron 882 casos de infección humana por el virus de la influenza aviar H5N1 en 23 países. De estos, 461 fueron mortales, lo que supone una tasa de letalidad del 52 %. Desde principios de 2013 hasta la fecha se han notificado a la OMS un total de 1 568 infecciones humanas confirmadas del virus H7N9, incluidos 616 casos mortales (tasa de mortalidad del 39 %). Las personas suelen contraer la enfermedad al manipular o estar en contacto estrecho con aves enfermas o muertas.</p>
<h2>Los responsables de la gripe humana</h2>
<p>En los humanos, los responsables de causar los brotes de gripe estacional son dos subtipos del virus de influenza A: A(H1N1) y A(H3N2). Los patógenos de la influenza B, clasificados en linajes y cepas, también pueden causar brotes de gripe en los humanos. Los que circulan actualmente entre las personas pertenecen al linaje B/Yamagata y al linaje B/Victoria.</p>
<p>Cada mes de febrero, la OMS publica la composición de la vacuna contra la gripe en el hemisferio norte. Las <a href="https://vacunasaep.org/documentos/recomendaciones-de-vacunacion-frente-la-gripe-2023-24">vacunas tetravalentes recomendadas</a> para la temporada 2023-2024 tienen diferentes componentes:</p>
<ul>
<li><p>Las producidas a partir de huevos embrionados (inactivadas o atenuadas) contienen una cepa análoga a A/Victoria/4897/2022 (H1N1) pdm09, una cepa análoga a A/Darwin/9/2021 (H3N2), una cepa análoga a B/Austria/1359417/2021 (linaje B/Victoria) y una cepa análoga a B/Phuket/3073/2013 (linaje B/Yamagata).</p></li>
<li><p>Las producidas a partir de cultivos celulares contienen una cepa análoga a A/Victoria/67/2022 (H1N1) pdm09, una cepa análoga a A/Darwin/6/2021 (H3N2), una cepa análoga a B/Austria/1359417/2021 (linaje B/Victoria) y una cepa análoga a B/Phuket/3073/2013 (linaje B/Yamagata).</p></li>
</ul>
<h2>Aquella pandemia de 2009</h2>
<p>En la temporada invernal 2009-2010 ocurrió una pandemia de gripe H1N1 que afectó a más de 70 países, aunque la mayoría de las muertes tuvieron lugar en México. El patógeno era una combinación del virus de la gripe porcina, aviar y humana y se le dio el nombre de gripe A (H1N1) pdm09 para distinguirlo de las cepas H1N1 estacionales y de la cepa pandémica H1N1 de 1918. </p>
<p>Desde 2009, la gripe A (H1N1) pdm09 ha circulado en forma de gripe estacional, y al ser un virus relativamente nuevo, al que no estamos demasiado acostumbrados, todavía mantiene un impacto importante sobre la población general. Los virus gripales que nos enferman se <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/influenza-(seasonal)">transmiten principalmente a través de gotitas</a> producidas cuando las personas infectadas tosen, estornudan o hablan. Con menos frecuencia, alguien puede contraer gripe al tocar una superficie u objeto contaminado con el virus y luego tocarse la boca, la nariz o incluso los ojos. A pesar de las diferencias, los síntomas que produce la gripe A son similares a los de la gripe estacional común. </p>
<p>En la actualidad, las pruebas de diagnóstico rápido de la gripe, de venta en farmacias, permiten identificar en muestras humanas la presencia o ausencia de antígenos virales de la influenza A y B que causan la gripe en las personas. Sin embargo, de momento no existe ningún test de diagnóstico rápido comercial que permita detectar la presencia de gripe aviar.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/220810/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Aunque están causadas por el mismo grupo de virus (los influenzavirus), son enfermedades con muy distinto diagnóstico y prevalencia.
Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología., Universidad de Salamanca
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2023-11-19T21:50:14Z
2023-11-19T21:50:14Z
Por qué aún no hay vacuna contra la hepatitis C y es tan importante desarrollarla
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/560256/original/file-20231119-20-66z2g8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=90%2C73%2C5373%2C3563&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/view-doctor-holding-fictional-test-tube-1693553767">Mauro Rodrigues/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Según la <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/hepatitis-c">Organización Mundial de la Salud</a> (OMS), 58 millones de personas padecen una infección crónica por el virus de la hepatitis C (VHC) en todo el mundo, y cada año se producen 1,5 millones de nuevas infecciones. El VHC, que ataca principalmente al hígado, puede desencadenar tanto infecciones agudas como crónicas. Aproximadamente un 70 % de las personas infectadas con este agente patógeno desarrollan una hepatitis C crónica.</p>
<p>La enfermedad progresa lentamente a lo largo del tiempo, causando un endurecimiento o cicatrización del hígado (fibrosis hepática) que desemboca en <a href="https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/cirrhosis/symptoms-causes/syc-20351487">cirrosis</a> en aproximadamente el 15-30 % de los pacientes a lo largo de entre 20 y 30 años. Cuando se establece la cirrosis, la infección puede progresar a enfermedad hepática terminal y cáncer de hígado. Se estima que en 2019 murieron unas 290 000 personas en el mundo debido a la hepatitis C.</p>
<p>El VHC se transmite principalmente por contacto directo con sangre infectada. Hay situaciones y prácticas que pueden aumentar el riesgo de exposición al virus, como el uso compartido de jeringuillas, la falta de acceso a servicios de salud o ciertas prácticas sexuales. Estos factores aumentan la prevalencia en algunos grupos, incluyendo personas que usan drogas inyectables, comunidades marginadas con acceso limitado a servicios de salud y hombres que tienen sexo con hombres.</p>
<h2>Un tratamiento muy eficaz…</h2>
<p>Aunque no existe una vacuna contra el VHC, sí hay un tratamiento altamente efectivo basado en los denominados <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5490957/">antivirales de acción directa</a> (AAD), que bloquean la replicación del virus. Estos AAD pueden curar a más del 95 % de las personas afectadas. Basándose en esto, <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/hepatitis-c">la OMS</a> se ha propuesto que la hepatitis C deje de ser un problema de salud pública en el año 2030. Para ello se ha fijado el objetivo de diagnosticar al 90 % de personas infectadas y tratar el 80 % de ellas. </p>
<h2>…pero que no reciben muchas personas infectadas</h2>
<p>Dado que la hepatitis C crónica puede no producir síntomas durante varios años después de la infección inicial, más del 80 % de las personas infectadas no saben que lo están y no reciben tratamiento. Siguen sufriendo daño hepático durante años y pueden trasmitir el VHC a otras.</p>
<p>La ausencia de políticas y programas adecuados para el cribado y diagnóstico temprano de la hepatitis C, especialmente en poblaciones más vulnerables donde la prevalencia de la enfermedad es alta, representa un desafío significativo en la lucha contra esta infección. Además, el tratamiento con AAD tiene algunas limitaciones:</p>
<ol>
<li><p>Entre un 2 % y un 5 % de los pacientes medicados no logran curarse completamente. Adicionalmente, el virus puede mutar y volverse resistente a estos tratamientos en algunos casos, disminuyendo su efectividad.</p></li>
<li><p>Los AAD son caros, lo que limita su disponibilidad, especialmente en países en desarrollo y para poblaciones en situación de riesgo, donde el acceso a los fármacos puede ser más difícil.</p></li>
<li><p>Incluso después de un tratamiento exitoso con estos medicamentos, no se desarrolla inmunidad contra el VHC. Esto significa que una persona curada puede volver a infectarse si se expone nuevamente al virus.</p></li>
</ol>
<p>Por todo ello parece improbable que se pueda cumplir el objetivo de la OMS a nivel global sólo mediante el uso de AAD. La producción de una vacuna contra el VHC ayudaría a controlar su transmisión, especialmente en poblaciones de alto riesgo. Esto contrarrestaría las limitaciones del tratamiento con AAD y, por lo tanto, facilitaría el complimiento del objetivo de la OMS de erradicar la hepatitis C.</p>
<h2>Por qué no tenemos vacuna</h2>
<p>A pesar de que el virus se conoce desde hace más de treinta años, existen una serie de dificultades que han hecho que el desarrollo de una vacuna se haya visto obstaculizado. Entre ellas están las siguientes:</p>
<ol>
<li><p>El VHC es un virus con una alta capacidad para cambiar. En su evolución ha dado lugar a ocho <a href="https://www.seimc.org/contenidos/ccs/revisionestematicas/viromicromol/variaVHC.pdf">genotipos</a>, que se diferencian en aproximadamente un 30 % en su secuencia genética. Además, estos genotipos se subdividen en unos 90 <a href="https://www.seimc.org/contenidos/ccs/revisionestematicas/viromicromol/variaVHC.pdf">subtipos</a> distintos, que presentan un 15 % de variación entre ellos. La vacuna tendría que proteger frente a todos los genotipos y subtipos, lo cual no es fácil de conseguir.</p></li>
<li><p>El VHC tiene dos proteínas en su superficie, denominadas E1 y E2, que actúan de forma conjunta para que el virus entre e infecte las células del hígado. La respuesta inmune de los pacientes va mayoritariamente dirigida contra estas dos proteínas. En dicha reacción se generan <a href="https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002223.htm">anticuerpos</a> que se unen a las proteínas E1 y E2, bloqueando la entrada del virus a las células. El problema es que dichas proteínas son las partes del VHC que más varían entre genotipos: pueden adoptar formas distintas y adquirir diferentes modificaciones naturales, como la unión de azúcares. Todo ello dificulta su reconocimiento por los anticuerpos, permitiendo la entrada del VHC en las células. En cierta forma, podríamos decir que se “disfrazan” para no ser reconocidas.</p></li>
<li><p>Existe una ausencia de animales de laboratorio adecuados para probar la eficacia de las vacunas. Por ejemplo, el VHC no infecta a los ratones, uno de los modelos más utilizados en investigación. Esto dificulta la obtención de datos muy valiosos que podrían ser trasladables a humanos.</p></li>
<li><p>Realizar ensayos clínicos para vacunas contra el VHC no es fácil. La incidencia relativamente baja de la infección en muchos países industrializados hace necesario llevar a cabo dichos ensayos en poblaciones marginadas con alto riesgo de contraer el VHC o en regiones con alta prevalencia, que suelen pertenecer a países en vías de desarrollo.</p></li>
<li><p>También hay una relativa escasez de financiación para la investigación y desarrollo de una vacuna contra el VHC. Esto probablemente se relacione con la naturaleza silente de la infección, la aparición de los AAD y el acceso generalizado al tratamiento en los países desarrollados.</p></li>
</ol>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/558817/original/file-20231110-25-etd37c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/558817/original/file-20231110-25-etd37c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/558817/original/file-20231110-25-etd37c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=598&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/558817/original/file-20231110-25-etd37c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=598&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/558817/original/file-20231110-25-etd37c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=598&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/558817/original/file-20231110-25-etd37c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=752&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/558817/original/file-20231110-25-etd37c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=752&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/558817/original/file-20231110-25-etd37c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=752&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Estructura del complejo E1E2 unido a tres anticuerpos.</span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Motivos para la esperanza</h2>
<p>Aunque existen algunas <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10461427/">vacunas en desarrollo frente al VHC</a>, las más avanzadas no han demostrado una eficacia suficiente, lo cual ha significado una decepción.</p>
<p>Sin embargo, este escenario parece que podría cambiar pronto, debido principalmente al mayor conocimiento que tenemos ahora sobre la respuesta inmune que protege frente al VHC, los mecanismos de escape del virus a esa reacción y la estructura de las proteínas E1 y E2. También existe la posibilidad de utilizar <a href="https://theconversation.com/premio-nobel-para-la-molecula-de-la-vida-que-ha-puesto-contra-las-cuerdas-a-la-covid-19-214765">la tecnología de ARNm</a>, de forma similar a como ha sido aplicada con éxito en el desarrollo de la vacuna contra el SARS-CoV-2.</p>
<p>Estos conocimientos permitirán un desarrollo más racional de <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/science.adf2226">nuevas vacunas</a>. Por ejemplo, el uso de la ingeniería genética facilitará producir las <a href="https://jbiomedsci.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12929-020-00669-4">formas de las proteínas E1 y E2</a> más adecuadas para estimular la producción de los mejores anticuerpos capaces de bloquear la entrada del virus en las células.</p>
<p>Existe cierto consenso en que una vacuna eficaz frente al VHC debe estimular las dos principales ramas de la respuesta inmune: la inmunidad humoral, basada en linfocitos B productores de anticuerpos, y la inmunidad celular, que consta principalmente de linfocitos T capaces de eliminar las células infectadas y de ayudar a los linfocitos B a producir anticuerpos. En este sentido, una vacuna basada en las glicoproteínas E1 y E2 parece ser la mejor opción, puesto que estimula ambas ramas. Un paso importante en esta dirección ha sido la reciente determinación de la estructura a nivel molecular del <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10512783/">complejo formado por la unión de ambas proteínas</a>. Hay motivos para ser optimistas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/217240/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>
Aunque hay un tratamiento efectivo para curar la hepatitis C, el 80 % de los infectados no saben que la tienen y lo pueden transmitir a otras personas. La creación de la vacuna ayudaría decisivamente a erradicar por fin la enfermedad.
Isidoro Martínez González, Científico Titular de OPIs, Instituto de Salud Carlos III
Pablo Ryan Murua, Especialista en Medicina Interna, Universidad Complutense de Madrid
Salvador Resino García, Investigador Científico de OPIs, Instituto de Salud Carlos III
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2023-11-05T22:41:04Z
2023-11-05T22:41:04Z
La “vacuna inversa”: una nueva esperanza para las enfermedades autoinmunes
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/557243/original/file-20231102-20-3stjrr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6357%2C4770&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/concept-fight-against-virus-covid19-corona-1690179532">LookerStudio/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p><a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37679570">Una investigación reciente</a> ha demostrado que es posible frenar la respuesta inmunitaria causante de la enfermedad encefalitis experimental autoinmune en ratones, un modelo de estudio equivalente a la esclerosis múltiple humana. </p>
<p>Este prometedor avance se ha conseguido mediante una técnica denominada “vacunación inversa”. Intuitivamente, el término parece indicarnos que la vacuna induce un efecto que revierte algo, y así es. Analicémoslo en detalle.</p>
<h2>Distintos tipos de vacunas según su uso</h2>
<p>La vacunación es un procedimiento por el cual se introducen en nuestro organismo partes de un microorganismo patógeno (denominado antígeno), como una proteína o incluso un fragmento de ella. Puede insertarse directamente o en forma de ARN, como ocurre con las <a href="https://www.who.int/es/news-room/feature-stories/detail/the-race-for-a-covid-19-vaccine-explained">fórmulas de Pzifer-BioNtech y Moderna contra la covid-19</a>. </p>
<p>Además, las vacunas contienen otros componentes (adyuvantes) destinados a potenciar la respuesta inmunitaria. Así se logra un efecto preventivo, pues preparan al sistema inmunitario frente a la posible infección con dicho patógeno. La mayoría de vacunas no evitan la infección, pero sí ayudan significativamente al sistema inmunitario a combatir mejor al agente infeccioso. Estas serían las denominadas vacunas profilácticas: nos protegen antes de la infección.</p>
<p>También existen las vacunas terapéuticas, cuyo fin es preparar al sistema inmunitario para responder mejor frente a un patógeno determinado cuando ya estamos infectados por el mismo. Por ejemplo, se han intentado desarrollar este tipo de vacunas frente al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), para tratar a los individuos crónicamente infectados. Con ellas se pretende “reavivar” la respuesta inmunitaria contra el virus. </p>
<p>Más recientemente, se ha comenzado a usar el término “vacuna” en otros contextos, aplicado a los procedimientos que ayuden a nuestro sistema inmunitario a combatir las enfermedades, bien sean producidas por patógenos o por alteraciones del equilibrio (homeostasis) del organismo. Por ello hoy en día se habla también de <a href="https://www.cancer.net/es/desplazarse-por-atenci%C3%B3n-del-c%C3%A1ncer/c%C3%B3mo-se-trata-el-c%C3%A1ncer/inmunoterapia-y-vacunas/%C2%BFqu%C3%A9-son-las-vacunas-contra-el-c%C3%A1ncer">vacunas contra el cáncer</a>, que en realidad son una forma de potenciación del sistema inmune (inmunoterapia). </p>
<p>Y por si fuera poco, ahora surge el concepto de vacunación inversa para tratar las enfermedades autoinmunes.</p>
<h2>Así actúan las vacunas inversas</h2>
<p>Este <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20433574">término y su uso en el tratamiento de las enfermedades autoimunes surgió en 2010</a>. Su objetivo es apagar o revertir la respuesta inmunitaria frente a los autoantígenos, antígenos de nuestro propio organismo frente a los cuales se desata una respuesta inmunitaria no deseada y dañina. Una manera de conseguirlo sería que la vacuna induzca tolerancia inmunitaria, es decir, “señal de reconocer pero no actuar”.</p>
<p>La idea parte de la suposición de que se puede lograr la tolerancia haciendo que el autoantígeno introducido en la vacuna, adecuadamente modificado, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35513495/">sea procesado en el hígado</a>. Y así ha sido. </p>
<p><a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37679570/">En el nuevo estudio</a>, los investigadores modificaron el autoantígeno con un azúcar (N-acetilgalactosamina) unido a un conector. Como autoantígeno propiamente dicho usaron una proteína de <a href="https://theconversation.com/cuando-los-cables-de-los-nervios-se-quedan-pelados-la-esclerosis-multiple-y-otras-enfermedades-desmielinizantes-214761">mielina</a>, la capa que envuelve los nervios y es destruida por la acción del sistema inmunitario en la esclerosis múltiple. </p>
<p>La “dulce señal” hace que el antígeno sea captado por ciertas células del hígado, que lo muestran o presentan a los linfocitos. Pero dicha señal también funciona como una marca de “no ataque”. </p>
<p>El efecto obtenido se debe a varios mecanismos. Entre ellos, al agotamiento y la anergia (no respuesta) de los linfocitos específicos para destruir a ese antígeno, que producen una falta de reacción tras reconocer al supuesto enemigo. Paralelamente se observó un aumento de moléculas de superficie de los linfocitos con función supresora (PD-1, Lag-3 y CTLA4).</p>
<p>Los autores de la investigación fueron más allá. En otro modelo de primates infectados con el virus de inmunodeficiencia en simios (VIS, equivalente al VIH), vacunados previamente, revirtieron la respuesta inmunitaria de la vacuna frente a la proteína Nef del patógeno. Lo interesante es que también detectaron la aparición de linfocitos reguladores (Treg), que actúan frenando la reacción de otras células inmunitarias contra el antígeno.</p>
<p>Aunque existen estudios similares, como el realizado con la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37307481">artritis reumatoide</a>, este ha sido <a href="https://www.science.org/content/article/inverse-vaccine-could-help-tame-autoimmune-diseases">uno de los que más claramente ha demostrado</a> que se puede poner freno a una respuesta inmunitaria específica de un antígeno o autoantígeno ya iniciada.</p>
<h2>Ventana a la esperanza para otras enfermedades autoinmunes</h2>
<p>La ventaja frente al tratamiento con fármacos tradicionales, como los corticoides, consiste en que solo se suprime la respuesta frente a un autoantígeno concreto, sin bloquear el resto de las acciones del sistema inmunitario. De esta forma se evita la inmunosupresión generalizada, que conlleva mayor riesgo de infecciones y cáncer, así como otros efectos secundarios. Además, se originan un tipo de linfocitos (Treg memoria) que garantizan la permanencia de la respuesta en el tiempo. </p>
<p>Basándose en los nuevos hallazgos, ya se han puesto en marcha sendos estudios clínicos para tratar <a href="https://www.thelancet.com/journals/langas/article/PIIS2468-1253(23)00107-3/fulltext">la enfermedad celíaca</a> y la <a href="https://classic.clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT04602390">esclerosis múltiple</a>.</p>
<p>La limitación de esta estrategia es que para poder tratar cualquier enfermedad autoinmune (y existen aproximadamente 80 descritas) se debe conocer el autoantígeno fundamental implicado en la patología, y no siempre es el caso. La solución es promover más investigación básica sobre los mecanismos moleculares de las enfermedades autoinmunes, para que avances como la vacuna inversa sean plenamente efectivos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/216112/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Narcisa Martínez Quiles no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Un nuevo estudio revela el potencial de las vacunas inversas, cuyo mecanismo de acción consiste en revertir las respuestas inmunitarias contra el propio organismo. Ya hay en marcha ensayos para tratar la celiaquía y la esclerosis múltiple con esta técnica.
Narcisa Martínez Quiles, Profesora titular de universidad en el Área de Inmunología, Universidad Complutense de Madrid
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2023-10-04T20:02:30Z
2023-10-04T20:02:30Z
Meningitis: ¿cómo podemos acabar con esta enfermedad mortal?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/551988/original/file-20231004-19-c68of6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=242%2C47%2C4048%2C2849&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Infección cerebral de Neisseria meningitidis, bacteria causante de la meningitis.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/brain-infection-neisseria-meningitidis-bacteria-3d-1084673081">Kateryna Kon/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El 5 de octubre se celebra el Día Mundial de la Meningitis. La OMS ha trazado una ambiciosa hoja de ruta para <a href="https://www.who.int/es/publications/i/item/9789240026407">derrotar a la meningitis en 2030</a>. Esta enfermedad constituye un gran problema de salud pública que afecta a nada menos que 2,5 millones de personas en todo el mundo cada año. </p>
<p>La enfermedad consiste en la inflamación de las meninges, que son los tejidos que rodean el cerebro y la médula espinal. Puede ser causada por procesos no infecciosos (trastornos autoinmunes, cáncer, reacciones a medicamentos) o infecciosos (bacterias, virus, hongos y, con menos frecuencia, parásitos). Y <a href="https://ourworldindata.org/grapher/deaths-from-meningitis-by-age">afecta a todas las edades</a>.</p>
<p>La mayoría de las infecciones que causan meningitis pueden <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6303447/">transmitirse de persona a persona</a>. Por eso las reuniones masivas, las aglomeraciones y los entornos de hacinamiento, como los campos de refugiados, son lugares de riesgo.</p>
<h2>Muerte en apenas 24 horas</h2>
<p>Si bien las <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7779091/">meningitis virales</a> son relativamente frecuentes, las realmente peligrosas son las de origen bacteriano, que pueden provocar la muerte en apenas <a href="https://www.meningitis.org/research-into-how-fast-meningitis-kills">24 horas</a>. Alrededor de una de cada diez personas que contraen meningitis bacteriana muere. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/551984/original/file-20231004-16-gnonhe.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Neisseria meningitidis" src="https://images.theconversation.com/files/551984/original/file-20231004-16-gnonhe.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/551984/original/file-20231004-16-gnonhe.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/551984/original/file-20231004-16-gnonhe.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/551984/original/file-20231004-16-gnonhe.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/551984/original/file-20231004-16-gnonhe.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/551984/original/file-20231004-16-gnonhe.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/551984/original/file-20231004-16-gnonhe.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Neisseria meningitidis, principal causante de la meningitis bacteriana aguda.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/meningitis-bacterianeisseria-meningitidis-3d-illustration-meningococcal-2256712777">nobeastsofierce/Shutterstock</a></span>
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<p>Las cuatro causas principales de meningitis bacteriana aguda son debidas a <em>Neisseria meningitidis</em> (meningococo), <em>Streptococcus pneumoniae</em> (neumococo), <em>Haemophilus influenzae</em> y <em>Streptococcus agalactiae</em> (estreptococo del grupo B). Otras bacterias como <em>Streptococcus suis</em>, en el sudeste asiático, <em>Listeria monocytogenes</em>, <em>Streptococcus pyogenes</em>, <em>Klebsiella pneumoniae</em>, <em>Mycobacterium tuberculosis</em> (tuberculosis meníngea), e incluso la popular <em>Escherichia coli</em>, pueden causar <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30507391/">meningitis en grupos específicos</a>, incluidos recién nacidos, mujeres embarazadas, receptores de trasplantes y adultos mayores. Algunos virus como los enterovirus y el paramixovirus que provoca las paperas, diversos hongos, en especial <em>Cryptococcus</em>, y parásitos como las amebas también son causas importantes de meningitis. </p>
<p>La mayoría de las bacterias que causan meningitis son transportadas en la nariz y en la garganta, y se transmiten de persona a persona a través de gotitas respiratorias o secreciones de la garganta.</p>
<p>Se estima que cada año se producen en todo el mundo más de 1,2 millones de casos de meningitis bacteriana y que, sin tratamiento, la tasa de letalidad puede llegar hasta el 70 %. Para colmo, uno de cada cinco supervivientes puede sufrir complicaciones permanentes como pérdida de audición, discapacidad neurológica o pérdida de una extremidad. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/551979/original/file-20231004-17-i9ztku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/551979/original/file-20231004-17-i9ztku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/551979/original/file-20231004-17-i9ztku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/551979/original/file-20231004-17-i9ztku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/551979/original/file-20231004-17-i9ztku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/551979/original/file-20231004-17-i9ztku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/551979/original/file-20231004-17-i9ztku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/551979/original/file-20231004-17-i9ztku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Solo en 2019 murieron 236 222 personas en el mundo debido a la meningitis. Aunque ha descendido frente a las cifras de 1990 (432 525 fallecidos), aún queda mucho por hacer.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://ourworldindata.org/grapher/deaths-from-meningitis-by-age">IHME, Global Burden of Disease (2019)</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>En la meningitis, los primeros síntomas pueden ser inespecíficos y confundirse con los propios de la gripe, cómo por ejemplo fiebre y malestar general. Sin embargo, pronto aparecen señales que deben ponernos alerta: fiebre alta, dolor de cabeza intenso, fotofobia, vómitos, alteración de la conciencia y rigidez en los músculos del cuello. </p>
<p>Los síntomas pueden aparecer de repente y empeorar con rapidez, derivando en convulsiones, entrada en coma y muerte. </p>
<p>El estándar de oro para diagnosticar la meningitis es el <a href="https://www.cdc.gov/meningococcal/about/diagnosis-treatment.html">examen del líquido cefalorraquídeo –el líquido que circula por los espacios huecos del cerebro y la médula espinal– y la punción lumbar</a>.</p>
<h2>La clave es vacunar</h2>
<p>Avanzar hacia “<a href="https://www.who.int/es/publications/i/item/9789240026407">un mundo sin meningitis</a>”, como se ha propuesto la OMS, pasa por alcanzar tres objetivos principales. Por un lado, eliminar las epidemias de meningitis bacteriana. En segundo lugar, reducir en un 50 % el número de casos de meningitis bacteriana prevenible, y las defunciones en un 70 %, mediante la vacunación. Finalmente, habrá que poner empeño en reducir la discapacidad y mejorar la calidad de vida después de la meningitis.</p>
<p>En la actualidad, gran parte de las meningitis causadas por bacterias en edad infantil pueden ser prevenidas mediante la vacunación. Entre las vacunas disponibles destacan la vacuna antimeningocócica conjugada (MenACWY) (por ejemplo, MenQuadfi®, Menveo® y Nimenrix®) –que protege contra los serogrupos A, C, W e Y de la bacteria <em>Neisseria meningitidis</em>–, la vacuna antimeningocócica conjugada (MenB) (por ejemplo, Bexsero® y Trumenba®) –que protege contra el serogrupo B de la misma bacteria–, la vacuna antimeningocócica conjugada (MenC) (por ejemplo, Menjugate®, Meningitec® y NeisVac-C®) –que protege contra el serogrupo C de <em>Neisseria meningitidis</em>–, la vacuna contra <em>Haemophilus Influenzae</em> tipo B (HiB) (por ejemplo, las vacunas hexavalentes Hexavac® e Infanrix Hexa®) o la vacuna contra el neumococo <em>Streptococcus pneumoniae</em> (por ejemplo, Pneumovax 23®, Synflorix® y Prevenar 13®). La vacuna triple vírica (por ejemplo, Priorix®), incluida en el calendario de vacunación infantil, protege frente al sarampión, la rubéola y las paperas, que pueden causar algunos tipos de meningitis viral. En los últimos 30 años, han sido administradas más de 500 millones de dosis de la vacuna triple vírica en más de 90 países.</p>
<p>En Europa predominan los serogrupos B y el C de la bacteria <em>Neisseria meningitidis</em>, pero los casos han disminuido mucho desde que fue incluida la <a href="https://bmcinfectdis.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12879-021-06916-9">vacunación en el calendario infantil</a>. Hace varios años que están disponibles en Europa dos vacunas frente al serogrupo B de la bacteria <em>Neisseria meningitidis</em>, <a href="https://www.ema.europa.eu/en/medicines/human/EPAR/bexsero">Bexsero</a>, desde 2013, y <a href="https://www.ema.europa.eu/en/medicines/human/EPAR/trumenba">Trumenba</a>, desde 2017, que pueden ser adquiridas con receta médica en las farmacias. </p>
<h2>África se lleva la peor parte</h2>
<p>La meningitis bacteriana está presente en todo el planeta, pero la mayor carga de morbilidad se observa en una región del África subsahariana conocida como el Cinturón Africano de la Meningitis. En esta área, el meningococo del serogrupo A representaba del 80 % al 85 % de las epidemias de meningitis antes de la introducción de una vacuna conjugada contra el meningococo A en campañas preventivas masivas (desde 2010) y en los programas de vacunación sistemática (desde 2016). </p>
<p>Es evidente que, para acorralar a la enfermedad y para evitar nuevas epidemias que puedan surgir en cualquier lugar, es fundamental mantener una cobertura de vacunación elevada.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214875/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Las meningitis de origen bacteriano pueden provocar la muerte en apenas 24 horas. Y uno de cada cinco supervivientes puede sufrir complicaciones permanentes como pérdida de audición, discapacidad neurológica o pérdida de una extremidad. Razones de sobra para priorizar la vacunación.
Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología., Universidad de Salamanca
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/214765
2023-10-02T21:35:01Z
2023-10-02T21:35:01Z
Premio Nobel para la “molécula de la vida” que ha puesto contra las cuerdas a la covid-19
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/551545/original/file-20231002-26-cv1fu5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=187%2C59%2C4805%2C2732&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/rna-coronavirus-microscopic-view-infectious-sarscov2-1825769687">CROCOTHERY/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Se ha conocido hace escasas horas que el Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) <a href="https://www.nobelprize.org/prizes/medicine/2023/press-release/">otorgaba el premio Nobel de Fisiología o Medicina</a> en esta edición de 2023 a la bioquímica húngara <a href="https://theconversation.com/katalin-kariko-y-como-la-perseverancia-rinde-frutos-en-ciencia-168977">Katalin Karikó</a> y el inmunólogo estadounidense Drew Weissman por la vacuna contra la covid basada en <a href="https://theconversation.com/estas-son-las-vacunas-de-arnm-que-nos-protegeran-frente-a-diferentes-enfermedades-mortales-187108">ARN mensajero</a>.</p>
<p>Sin lugar a dudas, el desarrollo fulgurante de esta estrategia de vacunación merece el galardón, y ha supuesto un hito en la historia de la medicina reciente. Apenas 40 días después de que se tuviera toda la información genética del SARS-CoV-2 aislado en Wuhan, la compañía Moderna ya disponía del prototipo de la vacuna de ARN para la covid-19. Este paso de gigante fue posible gracias al trabajo desarrollado durante décadas por los dos científicos ganadores del Nobel este año.</p>
<h2>¿En qué se distingue esta vacuna frente a vacunas previas?</h2>
<p>La diferencia fundamental es la sustancia que se inocula. En todas las vacunas anteriores, básicamente se introducía el agente infeccioso completo (alterado o inactivado) o porciones proteicas del mismo. En la vacuna para la covid-19 se ha inoculado material genético (en concreto ARN mensajero) del virus SARS-CoV-2 con algunas modificaciones.</p>
<p>Karikó y Weissman han trabajado durante décadas para que esto sea posible. Porque esta molécula de ARN tenía dos grandes problemas para ser utilizada en la terapia de vacunas: es de una extrema inestabilidad (se descompone casi con tan solo mirarla) y al ponerla en contacto con las células humanas producía graves reacciones inflamatorias, ya que el sistema inmunitario reacciona frente al ARN de un modo muy fuerte.</p>
<p>Justamente salvar estos dos problemas ha sido una de las grandes contribuciones de los dos investigadores:</p>
<ul>
<li><p>Por una parte se han realizado modificaciones en los dos extremos de la molécula para que esta sea más estable.</p></li>
<li><p>Por otra parte se le ha cambiado una de las cuatro “letras de la vida”, que en el caso del ARN son “A”, “G”, “C” y “U”. Como esta última es la que produce una hiperactivación del sistema inmunitario, modificarla solventa perfectamente el problema, reduciendo la inflamación.</p></li>
</ul>
<p>Otro gran hallazgo de Karikó y Weissmann fue el envoltorio que crearon para que las moléculas de ARN pudieran entrar en nuestras células. Años de desarrollo han permitido que estas “burbujas de grasas” (nanopartículas lipídicas) se fusionen con la membrana de nuestras células y se pueda introducir la molécula de ARN.</p>
<h2>¿Como es el proceso de vacunación?</h2>
<p>El funcionamiento de la vacunación es un hito en el conocimiento: por primera vez se consigue que nuestras células “fabriquen” las proteínas del virus, en vez de inocular el virus completo o alguna de sus proteínas. Este proceso hace que se active nuestro sistema inmunitario de un modo más potente, porque no solo pone en marcha nuestras defensas especializadas, sino que también las de primera línea reaccionan frente al RNA. Este es uno de los motivos por el que estas vacunas resultan más reactivas. </p>
<p>Además, el hecho de que se inyecte material genético –que no modifica ni puede modificar nuestros propios genes, porque a diferencia del ADN no se integra en el núcleo celular– hace que precisemos menos cantidad de la molécula que en otras vacunaciones.</p>
<p>El proceso completo está esquematizado y se entiende muy bien en este vídeo que he realizado para un curso de vacunación (que aún no está impartiéndose), que nos aclara perfectamente cualquier duda.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/p78DMrR68M4?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
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<h2>La molécula de la vida</h2>
<p>El <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81cido_ribonucleico">ARN</a> se considera como la molécula más antigua que existe con capacidad para <a href="https://theconversation.com/el-arn-esta-de-moda-desde-hace-3-800-millones-de-anos-151520">generar “vida” a partir de un caldo o sopa ancestral</a>, y que por acción de las situaciones ambientales térmicas y las radiaciones conseguiría eventualmente “autorreproducirse”. Qué casualidad que justamente dediqué mi trabajo final de la asignatura de Biofísica en la Licenciatura de Biología a hacer una simulación programada de cómo estas moléculas se podrían reproducir en aquellas situaciones primitivas.</p>
<p>Hay varios subtipos de molécula de ARN: </p>
<ol>
<li><p>La destinada a la fabricación de las proteínas, que construye unas potentes máquinas de síntesis llamadas “ribosomas”.</p></li>
<li><p>La destinada a añadir un nuevo eslabón de cada proteína, que se denomina ARN de transferencia.</p></li>
<li><p>La destinada a la mensajería, que pasa la información del núcleo para fabricar las proteínas. Es justamente la que se ha utilizado en estas vacunas.</p></li>
</ol>
<p>A diferencia de la otra molécula genética (ADN), el ARN es de cadena simple y únicamente tiene la información final, imprescindible para fabricar las proteínas. El ADN, además de ser de cadena doble, contiene no solo la información anterior, sino mucha otra que es necesaria para la célula y para su función, pero que se puede obviar en el proceso de sintetizar proteínas. </p>
<p>Conviene recordar que estas dos moléculas genéticas, ADN y ARN, se componen a su vez de cuatro moléculas básicas que, puestas consecutivas como una cadena con cuatro tipos de eslabones (AAUGCUGUUCUAUAGAUAGCCCGUA), construyen todo el código de nuestra vida. En un complejísimo código <a href="https://theconversation.com/el-codigo-del-genoma-humano-por-fin-esta-completo-180511">cuya secuencia completa ha sido publicada</a> muy recientemente. Así que de nuevo, sí, son las moléculas más básicas de la vida.</p>
<h2>Una técnica que promete mucha más “vida” para el futuro</h2>
<p>La terapia con ARN no ha comenzado con estas vacunas, disponibles gracias a Karikó y Weissman y que han salvado millones de vidas. Esa molécula se ha utilizado para otras finalidades y con otras preparaciones previas. El gran logro aquí ha sido el empaquetar estas moléculas tan grandes. Así, se han utilizado desde hace ya algunos años tanto los RNA de interferencia como los llamados “nucleótidos antisentido”, que bloquean la maquinaria celular en diversas enfermedades. Pero nunca producían la síntesis de nuevas proteínas. </p>
<p>Una de las vacunas españolas en desarrollo, <a href="https://theconversation.com/luis-enjuanes-vamos-a-por-una-vacuna-intranasal-y-de-una-sola-dosis-muy-potente-157616">la de Luis Enjuanes e Isabel Sola</a>, constituye una mejora sobre este diseño de las de BioNtech y Moderna. Por dos razones: contiene el material genético del virus completo (y no solo el fragmento de la proteína espiga), y además se podrá autocopiar en nuestras células de modo controlado. Su administración sería diferente de las actuales, <a href="https://theconversation.com/la-vacunacion-intranasal-podria-acabar-con-la-pandemia-189617">por vía intranasal</a>.</p>
<p>Con los cambios introducidos gracias al trabajo de los premiados, al menos la compañía <a href="https://www.modernatx.com/research/product-pipeline">Moderna está desarrollando desde hace años decenas de productos</a> que incluyen vacunas para muchos otros agentes infecciosos –incluido el VIH, que hasta ahora se ha resistido–, tratamientos para otras enfermedades inmunitarias y terapias antitumorales. El desarrollo de Karikó y Weissman sin duda ha supuesto un antes y un después en la medicina personalizada. Porque, además, el ARN se puede modificar en muy pocos días en el laboratorio, y escalarse la nueva molécula a producción industrial con celeridad. Esto permitirá que las vacunas estén actualizadas para las variantes circulantes más frecuentes. </p>
<p>Y queda aún un reto importante para esta estrategia vacunal: conseguir preparaciones más estables que no necesiten refrigerarse a muchos grados bajo cero, pues esto dificulta enormemente su distribución masiva y la conservación en países en vías de desarrollo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214765/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alfredo Corell Almuzara no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Justos merecedores del galardón, Katalin Kariló y Drew Weissman lograron con la vacuna de ARNm que las células de nuestro cuerpo fabriquen proteínas del SARS-CoV-2 para activar el sistema inmunitario. Un formidable avance que ha salvado millones de vidas,
Alfredo Corell Almuzara, Catedrático de inmunología, Universidad de Sevilla
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/214095
2023-09-24T20:33:11Z
2023-09-24T20:33:11Z
La nueva vacuna contra el virus respiratorio sincitial para embarazadas que también protege a sus bebés
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/549899/original/file-20230924-15-surlfp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=567%2C0%2C5133%2C3782&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mom-makes-inhalation-child-holding-hands-1236580834">komokvm/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El <a href="https://theconversation.com/el-virus-respiratorio-que-mas-preocupa-a-los-pediatras-y-no-es-el-coronavirus-132562">virus respiratorio sincitial</a> (VRS) causa una infección respiratoria común que representa un riesgo significativo para los bebés. Proteger a los recién nacidos de esta enfermedad ha sido una preocupación desde hace muchos años. </p>
<p>No es para menos. El <a href="https://theconversation.com/el-virus-respiratorio-que-mas-preocupa-a-los-pediatras-y-no-es-el-coronavirus-132562">VRS</a> es un virus altamente contagioso que afecta el tracto respiratorio, causando síntomas que van desde leves, similares a un resfriado, hasta una grave dificultad para respirar. En los recién nacidos con sistemas inmunes debilitados o problemas de salud preexistentes –especialmente en aquellos nacidos prematuramente–, el VRS puede dar lugar a complicaciones graves como bronquiolitis o neumonía. </p>
<h2>Basada en la proteína F del virus</h2>
<p>Finalmente, la solución parece haber llegado en forma de una vacuna desarrollada por la compañía Pfizer. Llamada <a href="https://www.pfizer.com/news/press-release/press-release-detail/us-fda-approves-abrysvotm-pfizers-vaccine-prevention-0">Abrysvo</a>, puede ser utilizada en mujeres embarazadas y ofrece una nueva esperanza para proteger tanto a las futuras madres como a sus recién nacidos de las complicaciones potencialmente graves asociadas a la infección por el VRS.</p>
<p>Su aprobación reciente por la <a href="https://www.fda.gov/news-events/press-announcements/la-fda-aprueba-la-primera-vacuna-para-personas-embarazadas-y-prevenir-el-virus-respiratorio">Administración de Alimentos y Medicamentos</a> (FDA) de Estados Unidos y la <a href="https://www.ema.europa.eu/en/medicines/human/EPAR/abrysvo">Agencia Europea de Medicamentos</a> (EMA) marca un punto de inflexión en la atención de la salud materna e infantil. Su diseño innovador es el resultado de una extensa investigación y ensayos clínicos llevados a cabo por Pfizer.</p>
<p>Abrysvo es una vacuna basada en subunidades del virus, lo que significa que contiene solo componentes específicos del VRS en lugar del virus completo. Se centra concretamente en la proteína F, o proteína de fusión, que se encuentra en la superficie del patógeno. Esta proteína es esencial para que el VRS entre e infecte las células humanas.</p>
<p>La vacuna estimula al sistema inmunológico para generar una respuesta de anticuerpos protectora capaz de bloquear la entrada del virus en las células del aparato respiratorio. Además, contiene dos versiones de la proteína F para facilitar una protección más amplia frente a las distintas cepas o variantes del VRS.</p>
<p>Por lo tanto, Abrysvo no contiene formas vivas o debilitadas del VRS, por lo que no puede causar infección en las personas vacunadas. Esto la hace especialmente segura para las mujeres embarazadas, quienes necesitan protegerse a sí mismas y a sus futuros hijos sin el riesgo de causar daño.</p>
<h2>Implicaciones para la salud materna e infantil</h2>
<p>Uno de los aspectos más notables de esta vacuna es su capacidad para conferir una inmunidad en la madre que puede ser transferida al recién nacido. A medida que el sistema inmunológico de la gestante reacciona a la vacuna, se producen una serie de anticuerpos protectores contra el VRS. Una porción de estos anticuerpos se transmite al feto en desarrollo a través de la placenta, ofreciendo al bebé un escudo vital contra el VRS en los primeros seis meses de vida, precisamente cuando es más vulnerable.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/549745/original/file-20230922-31-uoj9ha.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Esquema del 'modus operandi' de la nueva vacuna desarrollada por Pfizer" src="https://images.theconversation.com/files/549745/original/file-20230922-31-uoj9ha.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/549745/original/file-20230922-31-uoj9ha.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=548&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/549745/original/file-20230922-31-uoj9ha.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=548&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/549745/original/file-20230922-31-uoj9ha.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=548&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/549745/original/file-20230922-31-uoj9ha.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=689&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/549745/original/file-20230922-31-uoj9ha.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=689&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/549745/original/file-20230922-31-uoj9ha.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=689&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Esquema del ‘modus operandi’ de la nueva vacuna desarrollada por Pfizer.</span>
<span class="attribution"><a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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</figure>
<p>La vacuna se administra a las futuras madres entre las semanas <a href="https://www.pfizer.com/news/press-release/press-release-detail/us-fda-approves-abrysvotm-pfizers-vaccine-prevention-0">32 y 36 de embarazo</a>. Este momento estratégicamente elegido maximiza la transferencia de anticuerpos protectores de la madre al feto. Además, vacunar en ese período limita el riesgo de sufrir un parto prematuro.</p>
<p>Este avance promete reducir de manera significativa las hospitalizaciones y complicaciones relacionadas con el VRS en los recién nacidos y aborda una preocupación constante para las mujeres embarazadas, brindándoles una forma de proteger a sus bebés de una infección potencialmente grave.</p>
<h2>Segura y efectiva</h2>
<p>El <a href="https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa2216480">New England Journal of Medicine</a> publicó un ensayo clínico que destaca la eficacia de la nueva vacuna. Este estudio demostró una reducción significativa en la incidencia de infecciones del tracto respiratorio inferior debidas al VRS que necesitaron atención médica en bebés nacidos de madres vacunadas. </p>
<p>En total, 3 682 embarazadas recibieron la vacuna y a otras 3 676 se les administró placebo (sustancia sin actividad farmacológica). También se evaluaron 3 570 y 3 558 bebés, respectivamente. Según indican los resultados, la vacuna actuó más eficazmente en las infecciones de mayor gravedad. </p>
<p>En los primeros tres meses después del nacimiento, se registraron 6 casos de enfermedad respiratoria grave en bebés de mujeres vacunadas y 33 en hijos de mujeres del grupo del placebo, lo que supone una eficacia de la vacuna del 82 %. Cuando se evaluaron los primeros seis meses después del nacimiento, fueron detectados 19 casos de dolencia grave en bebés de madres vacunadas y 62 en los hijos de las mujeres que recibieron placebo, lo cual sitúa la eficacia de Abrysvo en el 69 %.</p>
<p>Los efectos secundarios más comunes reportados entre mujeres vacunadas fueron fatiga, dolor de cabeza, molestia en el lugar de la inyección, dolor muscular, náuseas, dolor en las articulaciones y diarrea. </p>
<p>En el ensayo no hubo diferencias estadísticamente significativas en la tasa de nacimientos antes de las 37 semanas de gestación entre las mujeres que recibieron la vacuna (5,7 %) y aquellas a las que se administró placebo (4,7 %). Además, ambas tasas observadas fueron inferiores a la tasa de nacimientos prematuros en la población general, que se sitúa alrededor del 10 %.</p>
<h2>Una nueva era en la prevención del VRS</h2>
<p>La vacunación contra el VRS de mujeres embarazadas representa un paso significativo. La vacuna, basada en la proteína F del VRS, evita la entrada del virus en las células respiratorias, lo que previene las infecciones en bebés.</p>
<p>Con las aprobaciones de las agencias reguladoras y el potencial para proteger tanto a las mujeres embarazadas como a sus hijos, la vacuna contra el VRS anuncia una nueva era en la prevención de las infecciones causadas por este virus. </p>
<p>Su adopción generalizada, junto con la administración de un tratamiento también basado en la proteína F y recientemente aprobado (<a href="http://www.ema.europa.eu/en/documents/overview/beyfortus-epar-medicine-overview_es.pdf">Beyfortus</a>), tiene el potencial de reducir significativamente la carga de enfermedades relacionadas con el VRS, mejorando en última instancia el bienestar tanto de las madres como de sus recién nacidos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214095/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>
Esta vacuna desarrollada por Pfizer ofrece una nueva esperanza en la prevención frente a un virus que puede causar graves infecciones respiratorias en los recién nacidos.
Isidoro Martínez González, Científico Titular de OPIs, Instituto de Salud Carlos III
Salvador Resino García, Investigador Científico de OPIs, Instituto de Salud Carlos III
Vicente Mas, Investigador Distinguido, Instituto de Salud Carlos III
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tag:theconversation.com,2011:article/206679
2023-05-31T18:52:12Z
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Así actúa la primera vacuna aprobada contra el virus sincitial para adultos mayores
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/529145/original/file-20230530-20690-yvfzbx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=323%2C64%2C7773%2C4785&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/respiratory-syncytial-virus-rsv-3d-rendering-2218127227">joshimerbin/Shuterstock</a></span></figcaption></figure><p>El <a href="https://theconversation.com/el-virus-respiratorio-que-mas-preocupa-a-los-pediatras-y-no-es-el-coronavirus-132562">virus respiratorio sincitial (VRS)</a> es un gran desconocido para la población general. Sin embargo, se trata de un patógeno altamente contagioso que está presente en nuestras vidas casi desde el momento en que nacemos hasta que morimos.</p>
<p>A la edad de un año, más del 70 % de los niños se han infectado con el VRS; y cuando han cumplido dos, casi todos lo han hecho al menos una vez. Con cierta frecuencia, la primera infección puede causar enfermedades graves del aparato respiratorio tales como <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35950255/">bronquiolitis</a> y <a href="https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/pneumonia/symptoms-causes/syc-20354204">neumonía</a>.</p>
<h2>No solo es cosa de niños</h2>
<p>El <a href="https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/respiratory-syncytial-virus/symptoms-causes/syc-20353098">VRS</a> se ha considerado tradicionalmente como un “virus de niños”. Es cierto que su impacto sanitario y económico es especialmente significativo en los menores de un año. Sin embargo, este virus no induce una inmunidad duradera y es capaz de infectarnos <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28159159/">varias veces a lo largo de nuestra vida</a>.</p>
<p>En niños mayores y adultos jóvenes sanos, el VRS produce normalmente síntomas leves similares a un resfriado común, con tos y congestión nasal. Pero la gravedad de esas infecciones secundarias aumenta considerablemente conforme cumplimos años y nuestro sistema inmune va envejeciendo. Esto se hace especialmente evidente a partir de los 65, cuando las manifestaciones más graves de las infecciones por el VRS suelen desembocar en neumonía. </p>
<p>Vamos con algunos datos. Se estima que, en países industrializados, se producen 1,5 millones de infecciones de las vías respiratorias cada año debidas al VRS en adultos mayores de 50 años. Aproximadamente, un 14 % (210 000) de los afectados tienen que ser hospitalizados, causando unas 14 000 muertes anuales.</p>
<p><a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30452608/">En un estudio reciente</a> con personas mayores de 60 años ingresadas por VRS o gripe, se ha observado que los primeros permanecen más días hospitalizados y tienen mayor probabilidad de padecer neumonía y otras complicaciones respiratorias que los pacientes infectados de gripe. Además, también presentan más riesgo de morir durante el primer año después de su ingreso en el hospital.</p>
<h2>Una vacuna a la carta…</h2>
<p>A diferencia de lo que ocurre con la gripe, hasta ahora no había un tratamiento específico eficaz contra el VRS que curara la infección, ni una vacuna que la previniera. Esta situación, sin embargo, está empezando a cambiar.</p>
<p>Aunque el principal objetivo es obtener una vacuna que proteja a los niños menores de seis meses, la inmunización efectiva de personas mayores constituye también un objetivo importante. Ambas poblaciones quizá requieran el desarrollo de vacunas distintas, puesto que su sistema inmune difiere sustancialmente. </p>
<p>Además, una estaría dirigida a niños que no han tenido contacto previo con el virus, mientras que la otra se administraría a adultos mayores que han sido infectados, probablemente, varias veces a lo largo de su vida.</p>
<p>Intuitivamente, cabe pensar que sería más fácil y rápido desarrollar una inmunización para gente mayor que para niños pequeños. Y eso es lo que ha ocurrido. </p>
<h2>…empezando por los mayores</h2>
<p>El 3 de mayo de este año, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó la vacuna <a href="https://www.fda.gov/news-events/press-announcements/fda-approves-first-respiratory-syncytial-virus-rsv-vaccine">Arexvy</a>, de la empresa GSK. Está diseñada para personas con más de 60 años y se administra en una sola dosis. La <a href="https://www.ema.europa.eu/en/news/first-vaccine-protect-older-adults-respiratory-syncytial-virus-rsv-infection">Agencia Europea de Medicamentos</a> (EMA) también ha emitido una opinión positiva para aprobarla.</p>
<p>En un <a href="https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa2209604">ensayo clínico</a> con casi 25 000 adultos mayores, la inmunización de GSK tuvo una eficacia del 83 % para prevenir enfermedades de las vías respiratorias inferiores, y del 94 % para prevenir una enfermedad grave –cuando el paciente necesita oxígeno adicional o ayuda mecánica para respirar– causada por el virus.</p>
<h2>La investigación a nivel molecular, la gran protagonista</h2>
<p>La vacuna se basa en la denominada proteína F o de fusión, que se encuentra en la superficie del virus y facilita su entrada en las células del aparato respiratorio. Durante este proceso, dicha proteína experimenta un cambio de forma: antes de introducirse en la célula se le denomina “prefusión”, y después, “postfusión”. La primera es inestable y se transforma fácilmente en la segunda. Sin embargo, los anticuerpos más potentes y eficaces contra el virus se producen en respuesta a la forma “prefusión”. Los científicos han conseguido <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/science.1243283">modificar esta versión</a> para hacerla más estable y favorecer la producción de los mejores anticuerpos.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/529088/original/file-20230530-19-hbfel2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/529088/original/file-20230530-19-hbfel2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/529088/original/file-20230530-19-hbfel2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=563&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/529088/original/file-20230530-19-hbfel2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=563&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/529088/original/file-20230530-19-hbfel2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=563&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/529088/original/file-20230530-19-hbfel2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=707&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/529088/original/file-20230530-19-hbfel2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=707&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/529088/original/file-20230530-19-hbfel2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=707&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">La nueva vacuna se basa en la proteína F, que permite entrar al virus en las células respiratorias. Los investigadores han conseguido preservar la forma que tiene antes de introducirse en las células, llamada ‘prefusión’. Esta versión modificada induce una mayor respuesta inmunitaria.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Además, <a href="https://media.path.org/documents/RSV-Snapshot_04MAY2023_clinical-stage.pdf?_gl=1*1x5boaf*_gcl_au*MTYwMTYyMjgwLjE2ODUzNTAwMzQ.*_ga*NzUwMTM5MTc0LjE2ODUzNTAwMzQ.*_ga_YBSE7ZKDQM*MTY4NTM1MDAzNC4xLjAuMTY4NTM1MDAzNy41Ny4wLjA.">nuevas vacunas están en camino</a>. Tres de ellas se encuentran en las últimas etapas de prueba: las desarrolladas por Pfizer, Moderna (ambas compañías crearon vacunas contra la covid-19) y Bavarian Nordic.</p>
<h2>¿Y qué pasa con los niños?</h2>
<p>Pues para los niños también se están desarrollando vacunas, pero van algo más retrasadas. </p>
<p>Sin embargo, Pfizer está probando en embarazadas un prototipo, basado asimismo en la proteína F. La idea es que las madres produzcan anticuerpos protectores que puedan transferirse al feto a través de la placenta y al recién nacido a través de la leche materna. Se encuentra en una etapa avanzada de investigación.</p>
<p><a href="https://www.nejm.org/doi/10.1056/NEJMoa2216480">Durante un ensayo clínico</a> se observó que esta vacuna reduce en un 82 % el riesgo de que los recién nacidos (de hasta 90 días) desarrollen enfermedad grave del tracto respiratorio inferior debida al VRS.</p>
<p>Mientras tanto, los niños con mayor riesgo de sufrir la infección grave se pueden beneficiar de la administración de un anticuerpo frente a la proteína F denominado <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35235726/">nirsevimab</a>, producido por Astra Zeneca-Sanofi.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/206679/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha dado luz verde a la primera inmunización contra el virus VRS, que puede afectar gravemente al aparato respiratorio. Pronto llegarán otras vacunas, aunque los niños tendrán que esperar aún.
Isidoro Martínez González, Científico Titular de OPIs, Instituto de Salud Carlos III
Salvador Resino García, Investigador Científico de OPIs, Instituto de Salud Carlos III
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2023-04-25T16:34:35Z
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Aprobada la primera vacuna española: ¿acaso necesitamos más inmunización frente a covid-19?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/522745/original/file-20230425-2115-paq5g6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4977%2C3323&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/this-photo-illustration-hand-medical-gloves-2035101227">Davide bonaldo / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Hay que reconocer que el tema de las vacunas covid ya no es el más popular para las portadas. Es más, resulta hasta controvertido. Esto no es nuevo en la historia de las pandemias. Cuando los hospitales están llenos, se admira y se aplaude a la ciencia. Cuando pasa el peligro, la ciencia es, como poco, aburrida. Y esto es lo que ha pasado con las vacunas, quizá porque se pensaba que iban a acabar con el virus y no lo han hecho. Probablemente eso explica por qué la noticia sobre la <a href="https://www.ema.europa.eu/en/news/ema-recommends-approval-bimervax-covid-19-booster-vaccine">aprobación por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) de la primera vacuna española</a> ha pasado de puntillas por los medios.</p>
<p>El caso es que el virus, a quien le trae sin cuidado lo que nosotros pensemos, sigue haciendo de las suyas en forma de covid persistente y muertes prematuras. Y ahora, por si fuera poco, se ha mostrado que puede causar <a href="https://www.reuters.com/business/healthcare-pharmaceuticals/covid-caused-brain-damage-2-infants-infected-during-pregnancy-us-study-2023-04-06/">malformaciones en el cerebro</a> de recién nacidos cuyas madres han sufrido covid durante el embarazo sin estar vacunadas. Por no hablar de las nuevas oleadas masivas de casos detectados recientemente en India, causados por una nueva subvariante de ómicron que ahora se está extendiendo por EE UU. O de la reciente <a href="https://www.reuters.com/business/healthcare-pharmaceuticals/fda-withdraws-authorization-older-covid-vaccines-by-moderna-pfizer-2023-04-18/">recomendación</a> por parte de la FDA de dosis de recuerdo bivalentes de la vacuna covid para mayores de 65. </p>
<p>Por tanto, no podemos simplemente olvidarnos del virus: debemos seguir presionando para minimizar su impacto. Y en este frente, nuestro mejor aliado son las vacunas. </p>
<p>Necesitamos vacunas de acceso universal, baratas, duraderas y fáciles de distribuir. Pero también fáciles de actualizar, eficaces contra todas las posibles variantes del virus y que eliminen su transmisión. En esa dirección va la vacuna española diseñada por la empresa Hipra y ya aprobada por la EMA. Por eso cuesta entender el poco entusiasmo generado. </p>
<h2>Cartera de vacunas en Europa frente a covid-19</h2>
<p>Vamos a analizar primero cuántas vacunas se están inoculando en Europa para tener contexto sobre cómo queda la nueva vacuna española en este panorama y qué otras vacunas se necesitan. </p>
<p>Hasta la fecha, la Comisión Europea ha concedido ocho autorizaciones condicionales de comercialización. Además de las primeras que comenzaron a administrarse a finales de diciembre de 2020 y principios de 2021 (Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Janssen Pharmaceutical) se han incorporado Novavax, Valneva, Vivprevyin y, por último, la vacuna española desarrollada por la empresa Hipra, que ha mostrado resultados positivos en las evaluaciones de seguridad y eficacia efectuadas por la EMA (Agencia Europea de Medicamentos). Y sigue habiendo <a href="https://commission.europa.eu/strategy-and-policy/coronavirus-response/safe-covid-19-vaccines-europeans_es">más vacunas</a> en distintas fases de evaluación. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/522670/original/file-20230424-18-glqbep.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/522670/original/file-20230424-18-glqbep.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/522670/original/file-20230424-18-glqbep.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=176&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/522670/original/file-20230424-18-glqbep.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=176&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/522670/original/file-20230424-18-glqbep.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=176&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/522670/original/file-20230424-18-glqbep.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=221&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/522670/original/file-20230424-18-glqbep.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=221&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/522670/original/file-20230424-18-glqbep.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=221&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Vacunas autorizadas por la EMA (Agencia Europea del Medicamento) y por la FDA (Food and Drugs Administration), organismo equivalente en EE. UU.</span>
<span class="attribution"><span class="source">EMA y FDA</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Más allá del ARN</h2>
<p>Aunque las vacunas de ARN, ADN y proteína han sido las primeras en desarrollarse contra la covid-19, no son las únicas que existen. </p>
<p>Las primeras vacunas de la historia contenían virus o bacterias completos, bien debilitados de modo que no produjeran enfermedad grave o directamente inactivados. Estas vacunas tienen la ventaja de que, al contener el patógeno entero, producen una inmunidad más completa, con anticuerpos que reconocen varias partes del mismo. </p>
<p>Otro tipo de vacuna es la de partículas semejantes, que contiene una imitación del microbio pero sin el material genético. La desventaja de estas últimas es que llevan más tiempo de desarrollo. </p>
<p>En el caso de la reciente pandemia de coronavirus se optó por las vacunas más simples, que contienen sólo una proteína del virus: aquella que genera los anticuerpos más efectivos. Este es el caso de las vacunas de vector viral, de proteína (como la de Hipra), de ADN y de ARN. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/522559/original/file-20230424-22-xahz84.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/522559/original/file-20230424-22-xahz84.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/522559/original/file-20230424-22-xahz84.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=491&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/522559/original/file-20230424-22-xahz84.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=491&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/522559/original/file-20230424-22-xahz84.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=491&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/522559/original/file-20230424-22-xahz84.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=617&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/522559/original/file-20230424-22-xahz84.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=617&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/522559/original/file-20230424-22-xahz84.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=617&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Distintos tipos de vacunas. Orden de las letras contrario a las agujas del reloj. Adaptado por Matilde Cañelles.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Adaptado por Matilde Cañelles de “Next generation vaccine platforms for covid-19”, D. van Riel et al.</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>¿Qué ventajas tiene la vacuna de Hipra?</h2>
<p>Bimervax es una vacuna cuyo componente principal es una proteína, como la de la gripe. No contiene material genético, sino directamente fragmentos de la famosa proteína S, que es específica del virus. Gracias a esta composición no necesita temperaturas tan bajas para su conservación y transporte, porque es más estable que las de ARN mensajero.</p>
<p>Con respecto a efectos secundarios, los de <a href="https://www.ema.europa.eu/en/documents/overview/bimervax-epar-medicine-overview_es.pdf">Bimervax</a> son comparables a los de otras vacunas frente a la covid-19: dolor en el lugar de la inyección, dolor de cabeza, cansancio y dolor muscular. Por lo general, en los ensayos estos fueron de leves a moderados y desaparecieron unos pocos días después de la vacunación.</p>
<p>Como todas las vacunas que se han autorizado, su seguridad y eficacia continuarán siendo monitorizadas a medida que la vacuna se use en toda la Unión Europea. La empresa Hipra, además, está obligada a proporcionar actualizaciones periódicas de seguridad. </p>
<h2>¿Cómo se ha comprobado su efectividad en los ensayos clínicos cuando casi un 80 % de las personas estamos vacunadas?</h2>
<p>Evidentemente, no se ha comparado con personas no vacunadas, sino que los ensayos clínicos se diseñaron para comparar su respuesta inmunitaria con respecto a las vacunas existentes. </p>
<p>En el <a href="https://cima.aemps.es/cima/pdfs/ft/1221709001/FT_1221709001.pdf">principal estudio</a> realizado con Bimervax en el que han participado el Hospital Clínic de Barcelona y el Hospital Universitari de Girona, se comparó la respuesta inmunitaria con la respuesta obtenida con la vacuna de BioNTech/Pfizer contra SARS-CoV-2 en su variante original (Wuhan). Participaron 765 adultos que habían completado previamente la vacunación primaria con dos dosis de Comirnaty, y que posteriormente recibieron una dosis de refuerzo de Bimervax o Comirnaty. </p>
<p>Los resultados obtenidos revelaron que, aunque con Bimervax se producían niveles más bajos de anticuerpos contra la cepa original, se observaron niveles más altos de anticuerpos contra las variantes beta y ómicron, y muy similares contra la variante delta. </p>
<p>Así pues, es más eficaz utilizada como dosis de refuerzo frente a otras cepas que surgieron posteriormente. De esta manera, se espera que una dosis de refuerzo de Bimervax sea <a href="https://www.aemps.gob.es/informa/notasInformativas/laAEMPS/2023/docs/NI-AEMPS-09-2023-HIPRA.pdf">al menos tan eficaz</a> como Comirnaty para restablecer la protección frente a la covid-19 en personas a partir de los 16 años, y probablemente proteja más.</p>
<p>Visto así en contexto, sí que es una buenísima noticia que tengamos una vacuna española. El hecho de que no hayamos sido los primeros no significa que lo que hemos hecho no valga para nada. Por suerte, la ciencia no es como un partido de fútbol, y cada nuevo descubrimiento se construye sobre los resultados anteriores. </p>
<p>De hecho, si nos guiamos por los EE. UU., donde se acaba de hacer una <a href="https://substack.com/profile/1923753-eric-topol/note/c-14456971">importante inversión</a> en vacunas covid de segunda generación, todavía queda mucho partido por disputar. Si la Liga se gana partido a partido, como dijo un famoso entrenador, celebremos nuestros goles y no sólo los ajenos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/203778/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>
El virus SARS-CoV-2 sigue haciendo de las suyas en forma de covid persistente y muertes prematuras. No podemos olvidarnos de él: debemos seguir presionando para minimizar su impacto. Y en este frente, nuestro mejor aliado son las vacunas.
Matilde Cañelles López, Investigadora Científica. Ciencia, Tecnología y Sociedad, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)
María Mercedes Jiménez Sarmiento, Científica del CSIC. Bioquímica de Sistemas de la división bacteriana. Comunicadora científica, Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB - CSIC)
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2023-03-21T18:59:58Z
2023-03-21T18:59:58Z
El cólera no es una enfermedad del pasado: la séptima pandemia está en uno de sus peores momentos
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/516723/original/file-20230321-28-x192g5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5742%2C3233&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Niños en un campo de refugiados de Siria, donde se produjo uno de los últimos brotes de cólera en septiembre de 2022.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/cholera-epidemic-syria-difficult-conditions-which-2220459641">Shutterstock / Mohammad Bash</a></span></figcaption></figure><p>En los últimos meses, la Organización Mundial de la Salud (OMS) <a href="https://news.un.org/en/story/2023/02/1133907">ha alertado</a> del aumento en los casos de cólera en todo el mundo: el riesgo potencial de infección afectaría a mil millones de personas en 43 países. </p>
<p>De hecho, sólo en la ultima semana de febrero tres países han declarado nuevos brotes, y la misma OMS ha calificado de <a href="https://news.un.org/en/story/2023/02/1133337">“exponencial”</a> el aumento de casos de cólera en África. En América, esta enfermedad bacteriana <a href="https://www.paho.org/es/resurgimiento-colera-hispaniola">ha resurgido en Haítí y la República Dominicana</a>. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?</p>
<p><a href="http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1561-31942011000400025">El cólera es una enfermedad conocida desde tiempos remotos</a>. Ya Hipócrates en el siglo IV a. e. c. definió una dolencia con síntomas coincidentes, pero no se adoptó su nombre actual hasta 1817, a partir de su propagación desde la zona del subcontinente indio. </p>
<p>A lo largo de la historia se han registrado al menos seis pandemias de cólera: en 1817, 1829, 1852, 1863, 1881-1896 y 1899-1923, con una mortalidad global de varios millones de personas. En España, por ejemplo, fue responsable directo de <a href="https://doi.org/10.14198/INGEO2013.59.08">800 000</a> muertes en el siglo XIX. Los dos últimos brotes de cólera en este país fueron en 1911 y 1971, con sólo <a href="http://gesdoc.isciii.es/gesdoccontroller?action=download&id=19/10/2012-3c0cfd4ca3">65</a> fallecimientos. </p>
<p>Pero como hemos visto al principio, no es una enfermedad del pasado. De hecho, podemos decir que nos encontramos inmersos en la <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/cholera">séptima pandemia</a>, que comenzó en el sur de Asia en 1961 y llegó a África en 1971 y a América en 1991. </p>
<h2>¿Cuáles son sus síntomas?</h2>
<p>El cólera es una enfermedad diarreica aguda causada por la ingestión de alimentos o agua contaminados con <a href="https://www.insst.es/agentes-biologicos-basebio/bacterias/vibrio-cholerae-incluido-tor">la bacteria <em>Vibrio cholerae</em></a>, presente de manera natural o por contaminación con residuos de infectados en el agua usada para beber.</p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1629051885284884481"}"></div></p>
<p>Afortunadamente, la infección suele ser leve o asintomática, pero cursa como una dolencia grave y potencialmente mortal en uno de cada diez afectados. Cuando esto último ocurre, el paciente sufre diarrea acuosa profusa, vómitos, sed, calambres en piernas y abdomen, así como irritabilidad, falta de energía o somnolencia. <a href="https://www.cdc.gov/cholera/illness.html">Estas personas tienen deshidratación severa, que puede causar fallo renal y derivar en <em>shock</em>, coma y muerte en cuestión de horas</a>.</p>
<h2>¿Cuánta población está afectada?</h2>
<p>La infección causada por la bacteria de agua dulce <em>Vibrio cholerae</em> es endémica (o sea, afecta habitualmente a una determinada región) en muchos países de África y del Mediterráneo oriental. Aunque no hay notificación de todos los afectados, <a href="https://www.who.int/es/emergencies/disease-outbreak-news/item/2023-DON437">los estudios estiman</a> que se producen cerca de 3 millones de casos y cerca de 100 000 muertes anuales en el mundo.</p>
<p>En 2022, 29 países registraron casos y muchos de ellos presentaron niveles muy superiores tanto en incidencia como en mortalidad con respecto a pasados años. La tasa media de letalidad es del 1,9 %, la más alta en más de una década. Solo cabe decir que en África fue del 2,9 %. Por tanto, el cólera es una enfermedad que sigue siendo plenamente “actual” en muchos países.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/515844/original/file-20230316-18-bnauxf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Mapa del cólera en el mundo" src="https://images.theconversation.com/files/515844/original/file-20230316-18-bnauxf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/515844/original/file-20230316-18-bnauxf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=303&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/515844/original/file-20230316-18-bnauxf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=303&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/515844/original/file-20230316-18-bnauxf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=303&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/515844/original/file-20230316-18-bnauxf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=381&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/515844/original/file-20230316-18-bnauxf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=381&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/515844/original/file-20230316-18-bnauxf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=381&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Países afectados actualmente por el cólera.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://cdn.who.int/media/images/default-source/emergencies/disease-outbreak-news/map_global_cholera_don.jpg?sfvrsn=424d2ed9_5">OMS</a></span>
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<h2>¿Por qué no hemos podido erradicarla?</h2>
<p>Cabe citar diversas razones, como el cambio climático, el acceso a las vacunas, los conflictos internacionales, las crisis humanitarias y la pobreza. Pero ¿cómo afectan concretamente estos factores?</p>
<p><strong>- Cambio climático</strong>. Podemos hablar de periodos fríos, como el último periodo glacial que acabó hace 10 000 años, y cálidos. Actualmente estamos en un periodo cálido, impulsado por la acción humana. ¿Y qué supone esto para el planeta? Temperaturas más altas de lo normal, con largos períodos sin precipitaciones en unas zonas (lo que causa sequía) y breves períodos con grandes precipitaciones en otras (inundaciones). </p>
<p>¿Recuerdan cómo se transmitía el cólera? Bacteria acuática, contaminación con residuos de personas infectadas… Si falta agua, seguramente no esté lo más limpia posible. Por otro lado, las inundaciones propiciarán que las aguas contaminadas se mezclen con las potables. En ambos casos el resultado es un caldo de cultivo perfecto para patógenos que se transmiten por ese medio líquido.</p>
<p><strong>- Crisis humanitarias.</strong> En muchos países de África, los conflictos políticos y religiosos y las sequías están llevando a los habitantes a grandes migraciones, hacinamiento, hambrunas, falta de las medidas de higiene básicas y, por supuesto, la falta de un sistema o red sanitaria eficiente. Es el escenario perfecto para la diseminación de enfermedades infecciosas como el cólera.</p>
<p>De hecho, en estas zonas de crisis humanitarias la tasa de letalidad por cólera es del <a href="https://dx.doi.org/10.4321/S1135-57272014000200003">4,1 %</a> frente al 1,9 % de media a nivel global. <a href="https://www.acnur.org/africa.html#:%7E:text=Alrededor%20de%2030%20millones%20de,poblaci%C3%B3n%20refugiada%20a%20nivel%20mundial.">Según ACNUR</a>, de los 100 millones de personas refugiadas, desplazadas internas y solicitantes de asilo a nivel mundial, 30 millones viven en África. Además, en la zona de África Oriental, el Cuerno de África y la región de los Grandes Lagos, 113 millones de personas requirieron asistencia urgente en 2022.</p>
<p><strong>- Falta de vacunas</strong>. <a href="https://vacunasaep.org/familias/vacunas-una-a-una/vacuna-colera#:%7E:text=La%20vacuna%20contra%20el%20c%C3%B3lera,tipos%20de%20diarrea%20del%20viajero.">Existe una inmunización</a>, de administración oral, que tiene buenos resultados. Se estima que la duración de la protección es de dos años y resulta eficaz en más del 70 % de los vacunados. Pero entonces ¿cuál es el problema? La cantidad de gente que puede estar potencialmente afectada por la enfermedad frente a la producción de la vacuna. </p>
<p>Actualmente se fabrican unos 30 millones de dosis anuales de este fármaco, diseñado para ser administrado en dos tomas. <a href="https://reliefweb.int/report/world/global-humanitarian-overview-2023-enaresfr?psafe_param=1&gclid=CjwKCAjw_MqgBhAGEiwAnYOAemAxgccin4waPzsmZZO5u2b3F9yqHfRmRv-TPsZ2Gro5RRGLcIg7LhoCuFgQAvD_BwE">Y según su informe anual</a>, la ONU estima que en 2023 alcanzaremos los 339 millones de personas afectadas por crisis humanitarias. </p>
<p>Eso supone que incluso aplicando la recomendación extraordinaria del Grupo Internacional de Coordinación (la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, MSF, el UNICEF y la OMS) de <a href="https://www.who.int/news/item/19-10-2022-shortage-of-cholera-vaccines-leads-to-temporary-suspension-of-two-dose-strategy--as-cases-rise-worldwide">limitar la administración a una dosis</a> por paciente para aumentar la tasa de vacunación, la producción mundial de la vacuna solo cubre al 10 % de la población en riesgo. Si extrapolamos a los datos que hemos visto antes de África, esto supondría sólo el 3 % de la población que se puede infectar.</p>
<p>Por tanto, en África están coincidiendo una serie de circunstancias que hacen que la tasa de contagio y de letalidad por cólera esté alcanzando niveles nunca vistos.</p>
<h2>¿Y qué podemos hacer?</h2>
<p>El Grupo de Trabajo Global sobre el Control del Cólera (GTFCC), auspiciado por la OMS y formado por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales (incluyendo la ONU) e instituciones científicas, <a href="https://reliefweb.int/report/world/ending-cholera-global-roadmap-2030?gclid=CjwKCAjw_MqgBhAGEiwAnYOAejCNu_J0-aShBUKXgkpnDc94OuTM1iME-7IGKcQhSs9HGDaVBsGoshoC3csQAvD_BwE">fijó el objetivo de reducir en un 90 % la tasa de mortalidad por cólera</a>.</p>
<p>Lo necesario para, al menos, disminuir la tasa de infección es mejorar las condiciones alimentarias e higiénicas, dotar de infraestructuras a las diferentes poblaciones, como el alcantarillado y agua clorada. Con estos pasos conseguiremos reducir en ese 90 % deseado, quién sabe si tal vez más. Ese es el camino y el objetivo.</p>
<p>Para concluir, me gustaría poner en valor el trabajo de los científicos en la lucha contra las enfermedades. Según la OMS, la <a href="https://www.who.int/es/news/item/13-12-2019-who-commemorates-the-40th-anniversary-of-smallpox-eradication">viruela</a> ha sido completamente erradicada. Además, una serie de enfermedades también han sido prácticamente eliminadas gracias al uso de las vacunas: <a href="https://www.cdc.gov/vaccines/parents/diseases/forgot-14-diseases.html">difteria, tétanos, tosferina, poliomielitis, sarampión, rubéola y parotiditis</a>. Esperemos que el cólera les haga pronto compañía.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/201519/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Francisco Jose Roig Molina no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
El cambio climático, las crisis humanitarias y la escasez de vacunas están disparando los casos de esta temible enfermedad de origen bacteriano, una vieja enemiga de la humanidad.
Francisco Jose Roig Molina, Coordinador de Investigación Facultad de Ciencias de la Salud. Profesor en los grados de Bioinformática, Biomedicina y Fisioterapia, Universidad San Jorge
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tag:theconversation.com,2011:article/198916
2023-02-16T18:32:21Z
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¿Por qué es tan difícil fabricar una vacuna contra el sida?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/510539/original/file-20230216-20-u9lbjw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C47%2C7988%2C5077&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La envoltura del VIH y los azúcares que presenta impiden la acción de los anticuerpos del sistema inmune.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/hiv-virus-cells-scientifically-accurate-human-1912226668">Corona Borealis Studio / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cuando damos una charla sobre la vacuna del sida, la pregunta más frecuente es: ¿cómo ha sido posible fabricar una vacuna frente a la covid-19 en menos de un año y que después de cuatro décadas no tengamos aún ninguna para el VIH? Además de sentirnos algo torpes, intentamos explicar que no pueden compararse ambos virus. Que el VIH representa un desafío completamente nuevo en el campo de las vacunas.</p>
<p>Antes que nada, dejemos claro qué es una <a href="https://theconversation.com/es/topics/vacunas-56952">vacuna</a>: hablamos de un simulacro biológico en el que enfrentamos a nuestro sistema inmunitario al falso ataque de un microbio. Gracias a este simulacro, nuestro sistema se activa y almacena en su memoria el germen con el que hemos vacunado. Cuando posteriormente nos enfrentemos a la infección real, el sistema ya entrenado <em>recuerda</em>, reconoce y elimina el microbio. </p>
<h2>Una sucesión de fracasos</h2>
<p>En el caso de las vacunas que se han desarrollado frente al VIH, podemos distinguir tres etapas. </p>
<p>Inicialmente se utilizaron prototipos similares a los de vacunas clásicas frente a otros virus como el de la polio y la hepatitis B. Estas inmunizaciones inducen anticuerpos, <em>misiles biológicos</em> que bloquean los virus antes de que entren en nuestras células. Ante su <a href="https://academic.oup.com/jid/article/194/12/1661/811099?login=false">fracaso</a>, en una segunda etapa se buscó inducir respuestas denominadas celulares, la <em>infantería</em> que destruye las células infectadas. <a href="https://www.nejm.org/doi/10.1056/NEJMoa1310566?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori:rid:crossref.org&rfr_dat=cr_pub%20%200www.ncbi.nlm.nih.gov">También estos prototipos fallaron</a>. </p>
<p>En la tercera etapa se combinaron ambas estrategias: vacunas que inducían anticuerpos y respuestas celulares. Únicamente en uno de estos ensayos, el <a href="https://www.hivresearch.org/hiv-research/rv144">RV144</a> (realizado en Tailandia), se alcanzó un resultado positivo. Pero fue insuficiente: <a href="https://www.nature.com/articles/nri3516">apenas un 30 % de los sujetos vacunados alcanzaron la protección</a>, cuando el mínimo requerido es del 50 %. Además, no fue replicado cuando se realizó <a href="https://www.nejm.org/doi/10.1056/NEJMoa2031499?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori:rid:crossref.org&rfr_dat=cr_pub%20%200pubmed">un ensayo similar en Sudáfrica</a>.</p>
<p>Podemos decir que el VIH ha dejado la historia de las vacunas sembrada de cadáveres con nombres de ensayo clínico. <a href="https://www.jnj.com/janssen-and-global-partners-to-discontinue-phase-3-mosaico-hiv-vaccine-clinical-trial">Recientemente suspendido</a> por su falta de eficacia, <a href="https://www.mosaicostudy.com/es/">el estudio Mosaico</a> de la compañía Janssen ha sido el último. No hay más ensayos previstos de fase III. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/509603/original/file-20230212-19-kdt3np.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/509603/original/file-20230212-19-kdt3np.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/509603/original/file-20230212-19-kdt3np.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=435&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/509603/original/file-20230212-19-kdt3np.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=435&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/509603/original/file-20230212-19-kdt3np.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=435&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/509603/original/file-20230212-19-kdt3np.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=547&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/509603/original/file-20230212-19-kdt3np.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=547&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/509603/original/file-20230212-19-kdt3np.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=547&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Etapas en el desarrollo de vacunas contra el VIH.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>¿Por qué hemos fracasado?</h2>
<p>La mayor limitación para conseguir la vacuna es que nuestro sistema inmunitario no está preparado para enfrentarse al VIH. Es fácil de entender con un ejemplo. ¿Qué ocurre cuando nos infectamos de covid? Si no nos encontramos entre el 1 % de fallecidos, en el 99 % de los afectados nos curaremos porque nuestro sistema inmune elimina el virus en pocos días. En cambio, de 100 personas infectadas por el VIH, ninguna es capaz de eliminar el virus. En ausencia de tratamiento, 99 de esos 100 morirán de sida. </p>
<p>Nos enfrentamos, pues, a un desafío nuevo: enseñar al sistema inmune a hacer algo que no sabe hacer naturalmente. No basta <em>despertar</em> la respuesta como hacen las vacunas tradicionales, porque esa reacción no funciona. Hay que <em>instruir</em> al sistema inmunitario para que haga algo nuevo que sea eficaz.</p>
<h2>¿Qué hace al VIH tan resistente a la respuesta inmune?</h2>
<p>La evolución ha proporcionado al VIH una envuelta, o envoltura, diabólica. Las proteínas de dicha cobertura se encuentran en la superficie de los virus y les permiten infectar las células mediante su unión a los receptores celulares. Una vacuna es eficaz sólo si induce anticuerpos que bloquean estas proteínas, impidiendo la entrada del virus. Son los denominados anticuerpos neutralizantes. El envoltorio del VIH escapa a estos anticuerpos mediante cuatro mecanismos.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/510844/original/file-20230217-354-ilirdv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/510844/original/file-20230217-354-ilirdv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/510844/original/file-20230217-354-ilirdv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=329&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/510844/original/file-20230217-354-ilirdv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=329&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/510844/original/file-20230217-354-ilirdv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=329&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/510844/original/file-20230217-354-ilirdv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=413&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/510844/original/file-20230217-354-ilirdv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=413&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/510844/original/file-20230217-354-ilirdv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=413&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Diferencias entre las envueltas o envolturas de los virus VIH y SARS-CoV-2.</span>
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<ol>
<li><p>Forma una estructura cerrada inaccesible. Imaginemos que los anticuerpos van dirigidos a los dedos de una mano. La envoltura del SARS-CoV-2 es una mano abierta cuyos dedos son fáciles de alcanzar, mientras que la del VIH es un puño cerrado que sólo se abre cuando toca la membrana celular. Demasiado tarde para que los anticuerpos alcancen su diana. </p></li>
<li><p>Como el escudo de las naves de la guerra de las galaxias, el VIH recubre su cobertura de azúcares que bloquean la llegada de anticuerpos a su superficie. Es como un chupachup que protege en su interior el núcleo de chocolate.</p></li>
<li><p>En las zonas exteriores, accesibles a los anticuerpos, la proteína de la envoltura es altamente variable, muta y escapa a su ataque.</p></li>
<li><p>A estas limitaciones se suma que nuestro sistema inmune es lento frente al VIH. Necesita dos años para generar anticuerpos potentes, y en ese tiempo el virus genera variantes resistentes. En la carrera entre los anticuerpos y la envoltura, el VIH corre mucho más rápido. </p></li>
</ol>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/509605/original/file-20230212-24-tcipqb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/509605/original/file-20230212-24-tcipqb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/509605/original/file-20230212-24-tcipqb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=242&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/509605/original/file-20230212-24-tcipqb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=242&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/509605/original/file-20230212-24-tcipqb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=242&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/509605/original/file-20230212-24-tcipqb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=305&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/509605/original/file-20230212-24-tcipqb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=305&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/509605/original/file-20230212-24-tcipqb.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=305&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">El virus VIH tiene un escudo de azúcares del que, por ejemplo, carece el SARS-CoV-2.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Las dificultades en la vida real para ensayar las vacunas.</h2>
<p>A la dificultad técnica de conseguir un prototipo de vacuna con posibilidad de éxito se le añade la dificultad de investigar en la práctica clínica la eficacia de esos prototipos. Esto se debe básicamente a tres motivos:</p>
<ol>
<li><p>La tasa de ataque (nuevas infecciones) es baja, por lo que se requieren cohortes de miles de pacientes que deben ser seguidos durante años para encontrar diferencias significativas entre el grupo vacunado y el placebo.</p></li>
<li><p>Las vacunas se deben evaluar en las poblaciones con mayor posibilidad de infección, como las del África subsahariana, lugares con frágiles estructuras sanitarias.</p></li>
<li><p>Desde el punto de vista ético hay que ofertar y recordar a los participantes que tienen que utilizar medidas de protección, preservativos… Así se reduce el número de infecciones y resulta más difícil obtener diferencias entre los grupos.</p></li>
</ol>
<h2>¿Hay alguna buena noticia o directamente debemos abandonar?</h2>
<p>Aunque parezca difícil de creer, sí hay buenas noticias.</p>
<p>En primer lugar, a pesar de su hermetismo, hemos encontrado pequeñas grietas en la envoltura del VIH. Algunos anticuerpos muy especiales, que denominamos <a href="https://www.nature.com/articles/nri3516">“ampliamente neutralizantes”</a>, pueden alcanzar esos <em>talones de Aquiles</em> del virus y bloquearlo.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/510143/original/file-20230214-26-mmzz9y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/510143/original/file-20230214-26-mmzz9y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/510143/original/file-20230214-26-mmzz9y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=519&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/510143/original/file-20230214-26-mmzz9y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=519&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/510143/original/file-20230214-26-mmzz9y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=519&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/510143/original/file-20230214-26-mmzz9y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=652&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/510143/original/file-20230214-26-mmzz9y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=652&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/510143/original/file-20230214-26-mmzz9y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=652&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Anticuerpos frente a los puntos débiles del VIH.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Imagen adaptada de Stewart-Jones y cols. Cell 2016 y Pancera y cols. Nature 2014.</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Aunque muy minoritarios, estos anticuerpos existen y son producidos por algunos pacientes. <a href="https://www.cell.com/immunity/fulltext/S1074-7613(18)30200-0">Como conocemos</a> a qué zona precisa de la envoltura del VIH van dirigidos, podemos modificarla y <em>tunearla</em> para generar vacunas que induzcan estos anticuerpos.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/510846/original/file-20230217-298-lrv8it.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/510846/original/file-20230217-298-lrv8it.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/510846/original/file-20230217-298-lrv8it.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=398&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/510846/original/file-20230217-298-lrv8it.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=398&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/510846/original/file-20230217-298-lrv8it.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=398&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/510846/original/file-20230217-298-lrv8it.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=500&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/510846/original/file-20230217-298-lrv8it.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=500&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/510846/original/file-20230217-298-lrv8it.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=500&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><span class="source">Mascola J y Kwong PD. Inmunity 2018</span></span>
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</figure>
<p>El último desafío es producir esos anticuerpos de manera rápida. <a href="https://www.nature.com/articles/s41577-022-00753-w">Es posible hacerlo</a> inmunizando secuencialmente con distintas variantes de la proteína de la envoltura. Mediante esta estrategia aceleramos la maduración de los anticuerpos producidos por el sistema inmune.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/510847/original/file-20230217-349-ykvfur.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/510847/original/file-20230217-349-ykvfur.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/510847/original/file-20230217-349-ykvfur.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=391&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/510847/original/file-20230217-349-ykvfur.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=391&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/510847/original/file-20230217-349-ykvfur.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=391&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/510847/original/file-20230217-349-ykvfur.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=491&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/510847/original/file-20230217-349-ykvfur.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=491&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/510847/original/file-20230217-349-ykvfur.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=491&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><span class="source">Mascola J y Kwong PD. Inmunity 2018</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>¿Misión imposible?</h2>
<p>Necesitamos vacunas capaces de activar las escasas células que producen esos anticuerpos excepcionales capaces de atravesar las barreras del virus y alcanzar sus talones de Aquiles. Anticuerpos potentes, capaces de neutralizar cientos de variantes y que deben ser producidos en semanas en lugar de tardar años en generarse. Son vacunas completamente nuevas frente a un problema nuevo, de alto diseño tecnológico. La vacuna contra el SARS-CoV-2 es un paseo comparada con la del VIH, una cumbre de enorme dificultad. </p>
<p>En 2020, <a href="https://www.unaids.org/es/resources/fact-sheet">1,5 millones de personas se infectaron por VIH y 680 000 murieron de sida</a>. El virus está ahí, y sigue matando. Desarrollar una vacuna es la única forma de acabar con él. Por difícil que sea hemos de seguir intentándolo. En su libro <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_arte_de_la_guerra"><em>El arte de la guerra</em></a>, Yun-Tzu dice: “Si conoces a tu enemigo y te conoces a ti mismo, no deberías temer el resultado de mil batallas. Si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, perderás todas las batallas”.</p>
<p>Ahora, gracias a nuestros fracasos conocemos nuestras debilidades y las fortalezas del enemigo. Quizás por primera vez tenemos una posibilidad de vencer con las nuevas generaciones de vacunas de diseño en las que trabajamos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/198916/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Alcamí Pertejo recibe fondos para actividades docentes de Gilead Sciences, Merck Sharp and Dome y ViiV Healthcare. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Jose Mallolas Masferrer recibe fondos de. Gilead, MSD, ViiV y Janssen</span></em></p>
Acaba de suspenderse el único ensayo clínico aún vigente con un prototipo de vacuna contra el VIH. No obstante, todos los intentos han servido para identificar los puntos débiles del virus y las mejores estrategias que nos permitan derrotarlo en el futuro.
José Alcamí Pertejo, Profesor de Investigación. Director Unidad de Inmunopatología del SIDA. Virología-Inmunologia, Instituto de Salud Carlos III
Josep Mallolas Masferrer, Jefe de la Unidad VIH-SIDA. Hospital Clínic-Barcelona, Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi Sunyer - Hospital Clínic Barcelona / IDIBAPS
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/197644
2023-01-15T18:01:18Z
2023-01-15T18:01:18Z
¿Nos protegen las vacunas frente a las nuevas variantes de la covid?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/504482/original/file-20230113-20-8vwcoy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=18%2C0%2C4135%2C3095&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/blood-sample-labeled-new-variant-omicron-2248547203">Shutterstock /Arif biswas</a></span></figcaption></figure><p>Los casos de coronavirus se están disparando, sobre todo en China y Estados Unidos, donde han aparecido dos variantes predominantes de ómicron: la <a href="https://theconversation.com/covid-what-we-know-about-new-omicron-variant-bf-7-196323">B.F.7</a> y la <a href="https://theconversation.com/the-kraken-covid-variant-xbb-1-5-is-rising-quickly-in-the-us-heres-what-it-could-mean-for-the-uk-197265">XBB.1.5</a>, a la que algunos denominan ‘Kraken’. ¿Qué debemos tener en cuenta respecto a la vacunación?</p>
<h2>Variantes y subvariantes de ómicron: ¿qué sabemos de ellas?</h2>
<p>Desde que surgió la variante de SARS-CoV-2 ómicron, denominada científicamente B.1.1.529, y desplazó a predecesoras como alfa o delta, no han aparecido otras nuevas. Pero sí han surgido subvariantes (o sublinajes) de ómicron. En verano, circulaban en Europa BA.2, BA.4 y BA.5. Esta última era la dominante, ya que tenía alta capacidad de transmisión, aunque causaba una forma leve de la enfermedad. </p>
<p>Sin embargo, con la llegada del invierno y la bajada de las temperaturas –y dado que SARS-CoV-2 se comporta como un virus estacional–, el número de casos de covid ha subido, sobre todo en China y EE UU. En el país asiático, la variante predominante sigue siendo BA.5, pero ha aparecido un sublinaje, B.F.7, probable responsable del altísimo número de casos esta Navidad. </p>
<p>En cuanto a Estados Unidos, la aparición de XBB.1.5, bautizada como Kraken, explicaría el salto de producir del 2 % al 27 % de las infecciones totales en solo un mes. Esta subvariante <a href="https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/11jan2023_xbb15_rapid_risk_assessment.pdf">se ha secuenciado en un número significativo de casos en 38 países</a>, como Reino Unido y Dinamarca.</p>
<p>La razón de esta explosión de infecciones se debe a que presenta la mayor capacidad de transmitirse de todas las variantes ómicron. Su diferente denominación indica que ha surgido de una recombinación de otros dos sublinajes: BA.2.10 y BA.2.75. La caracteriza una mutación en la proteína <em>spike</em> (S486P), es decir, precisamente en la zona de unión al receptor de las células. </p>
<p>Sin embargo, no es predecible que se convierta en la subvariante dominante, ni en Estados Unidos ni en Europa, <a href="https://www.ecdc.europa.eu/en/news-events/update-sars-cov-2-variants-ecdc-assessment-xbb15-sub-lineage">como sostiene el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades</a>. </p>
<h2>¿Debemos preocuparnos por la aparición de estas subvariantes?</h2>
<p>En realidad, la aparición de subvariantes es algo normal en los virus que circulan entre la población. Lo mismo ocurre en invierno con los virus estacionales, ya que <a href="https://theconversation.com/podemos-predecir-la-evolucion-de-los-virus-193404">su estrategia es mutar</a>. A esto se une que las personas pueden infectarse con distintas variantes del SARS-CoV-2 a la vez, lo que favorece que las variantes se recombinen entre sí y originen subvariantes como XBB.1.5, detectada en octubre de 2022. </p>
<p>¿Qué podemos hacer para mantener bajas las cifras de virus circulantes, especialmente en invierno? Vacunarse es una muy buena medida. <a href="https://theconversation.com/gripe-y-covid-19-resolvemos-las-dudas-de-las-vacunas-otonales-193332">Por eso se ha propuesto en otoño de 2022</a> que los grupos de riesgo se inmunizaran con una nueva dosis de refuerzo. Actualmente en España ya se ha cubierto a la franja de mayores de 60 años. </p>
<h2>¿Por qué ha surgido esta explosión de casos en China y en EE UU?</h2>
<p>La situación de ambos países es diferente. En China, la población llevaba confinada durante toda la pandemia por <a href="https://efe.com/portada-espana/covid-china-coronavirus/">la estrategia denominada “covid cero”</a>. Por eso, la población no ha tenido exposición al virus, solo contactos entre habituales.</p>
<p>A esto se une una tasa de vacunación completa en mayores de 65 años no superior al 40 %. Por otro lado, las vacunas utilizadas y fabricadas en China (Sinovac y Sinopharm, ambas del tipo de virus inactivados) son mucho menos eficaces: un 58 % de eficiencia frente a infección sintomática y 79 % para casos graves. Eso las aleja de las inmunizaciones utilizadas en Occidente, ya sean de ARN (Pfizer o Moderna, con eficiencias entre el 93 y el 98 %) o de adenovirus (Astrazeneca o Jansen, entre el 80 y el 92 %).</p>
<p>Las vacunas fabricadas en China requieren más dosis para obtener cierta protección y es aconsejable combinarlas con otras de RNA o proteína, lo que no ha sucedido en este país. Todo esto explica que, tras el fin del confinamiento, los casos se hayan disparado.</p>
<p>En EE UU, como la población no ha sido confinada más que los tres meses iniciales, sus ciudadanos han estado expuestos posteriormente a virus circulantes. Además, se ha vacunado con pautas completas en porcentajes adecuados a un 69 % de la población, y el 15,4 % de personas de cinco años o más han recibido dosis de refuerzo. </p>
<p>Es verdad que el número de casos ha subido mucho en el último mes, <a href="https://espanol-covid.cdc.gov/covid-data-tracker/#datatracker-home">con más de 38 000 hospitalizaciones en la actualidad</a>. Sin embargo, esta situación era esperable tras el final de las fiestas navideñas, donde hay más interacciones en sitios cerrados. A eso se suman las bajas temperaturas del invierno, que facilitan la circulación de virus circulantes, y la aparición de una subvariante de más transmisión, la citada XBB.1.5. </p>
<p>Las recomendaciones son aumentar las tasas de vacunación en aquellas personas con pautas incompletas y potenciar las dosis de refuerzo de los mayores de 65 años e individuos con alguna inmunosupresión. </p>
<h2>¿Hay motivos para alarmarse?</h2>
<p><a href="https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/vacunaCovid19.htm">La situación actual</a> en España es mucho mejor: un 92,9 % de los mayores de 12 años tienen la pauta completa de vacunación y un 55,7 % de la población ha recibido las dosis de recuerdo. Además, el 56 % de los menores entre 5 y 11 años tiene un pinchazo. </p>
<p>A comienzos de enero, <a href="https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/documentos/Informe_GIV_comunicacion_20230105.pdf">las estadísticas indicaban</a> que los nuevos casos diagnosticados eran 9 220, de los que 3 520 requirieron hospitalización por covid y 231, ingreso en UCI. </p>
<p>Esos datos apuntan a que el panorama es bueno y que <a href="https://theconversation.com/covid-19-por-que-no-tiene-mucho-sentido-controlar-la-entrada-de-pasajeros-chinos-197142">la llegada de pasajeros de países con altas cifras de infección</a> no debe ser motivo de alarma. Sin embargo, debido a la falta de datos, recabar tomas de covid a viajeros procedentes de China para secuenciarlas es científicamente interesante si queremos conocer la evolución de subvariantes ómicron. </p>
<h2>¿Nos protegen las vacunas frente a las nuevas variantes y subvariantes?</h2>
<p>Las compañías Pfizer/Biontech y Moderna pusieron a disposición de los países las vacunas bivalentes para la vacunación de refuerzo en otoño. Además de proteger frente al virus SARS-CoV-2 original, inmunizan frente a las variantes ómicron BA.1, BA.2, BA.4 y BA.5. En España, la vacuna de refuerzo elegida fue la bivalente de Pfizer/Biontech para la población mayor de 65 años. </p>
<p>Para aquellas personas con alto grado de inmunosupresión que no responden bien a las vacunas, está disponible el fármaco Evusheld, que combina dos <a href="https://theconversation.com/la-medicina-actual-no-existiria-sin-anticuerpos-monoclonales-y-sin-los-animales-de-experimentacion-180254">anticuerpos monoclonales</a> humanos (tixagemimab y cilgavimab) que se dirigen a la proteína <em>spike</em> del virus SARS-CoV-2.</p>
<p>Sin embargo, este fármaco puede no proteger frente a variantes y subvariantes ómicron, por lo que <a href="https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/covid19/docs/Recomendaciones_vacunacion_Otono_Covid.pdf">se recomienda a esos pacientes</a> utilizar mascarillas y estar muy pendientes de los síntomas de contagio.</p>
<p>En cuanto a las vacunas de refuerzo y su capacidad de protección frente a las subvariantes, dos estudios recientes detallan que estas inmunizaciones generan buena inmunidad humoral, de anticuerpos, y sugieren una adecuada inmunidad celular frente al virus, especialmente en la respuesta de linfocitos citotóxicos, CD8. </p>
<p><a href="https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMc2214293">El primer estudio</a> analizó la capacidad de las vacunas RNA bivalentes de refuerzo para inducir anticuerpos neutralizantes frente a las variantes y subvariantes BA.2.75.2, BQ.1.1 y XBB. Según sus resultados, las personas que recibieron dosis de recuerdo con dichas vacunas estaban mejor preparadas para que sus anticuerpos neutralizaran a las subvariantes ómicron que quienes las obtuvieron con las vacunas monovalentes originales. </p>
<p><a href="https://doi.org/10.1016/j.celrep.2023.111995">El otro trabajo</a> evaluaba la inmunidad celular generada por las variantes BA.1, BA.2, BA.4 y BA.5 y la cepa ómicron original. Este estudio demostró que ninguna variante escapaba de la inmunidad, ya que las regiones de la proteína Spike que inducían la mejor respuesta citotóxica de inmunidad celular eran iguales en todas las variantes. Esto no había cambiado desde la cepa original, lo que significa que dichas regiones están conservadas en el virus y sus variantes. La razón es que el patógeno <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2590255522000166?via%3Dihub">no las necesita para entrar en la célula, que es donde se acumulan las mutaciones</a>. </p>
<p>Todos estos hallazgos hacen que científicos y académicos confíen en la protección de las vacunas RNA bivalentes frente a las variantes y subvariantes ómicron. De todos modos, aún no se han revelado los resultados del <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36524126/">estudio SWITCH ON</a> entre el personal sanitario, que revelará la inmunogenicidad completa que inducen la dosis de refuerzo con vacunas bivalentes. </p>
<p>En definitiva, el único mensaje a transmitir es tranquilidad. En primer lugar, hay que continuar con la pauta de dosis de refuerzo para que el grupo de mayores de 50 años refuerce su protección al virus y evitar números altos de virus circulantes. Y en segundo lugar, debemos aplicar el sentido común con otras medidas de prevención como la recomendación de la OMS del uso de mascarillas en interiores y transporte público, y a ser posible, trabajar por una mejor calidad del aire en interiores.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/197644/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carmen Álvarez Domínguez recibe fondos de europeos, acción COST sobre vacunas, ENOVA-CA-16231 y de la Universidad Internacional de la Rioja para desarrollar una vacuna frente a SARS-CoV2, proyecto B0036. </span></em></p>
La explosión de casos en EE UU y China y la aparición de otras subvariantes del virus han vuelto a encender las alarmas. Sin embargo, los estudios realizados hasta ahora confirman la protección de las vacunas frente a esta “nueva ola”.
Carmen Álvarez Domínguez, Bioquímica y bióloga molecular, inmunológa, experta en vacunas y profesora de investigación en Procesos Sanitarios en la Facultad de Educación y en Avances en Enfermedades Infecciosas y terapia antimicrobiana en la Facultad de Ciencias de la Salud, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
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tag:theconversation.com,2011:article/196629
2022-12-15T18:25:13Z
2022-12-15T18:25:13Z
Estreptococo A: motivos para preocuparnos por el aumento de infecciones invasivas
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/501381/original/file-20221215-11129-hf7jl5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=13%2C6%2C4479%2C2984&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Ilustración de la bacteria _Streptococcus pyogenes_, conocida coloquialmente como Estreptococo A. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/grampositive-bacteria-streptococcus-pyogenes-which-cause-670145632">Shutterstock / Kateryna Kon</a></span></figcaption></figure><p>Varios países europeos han indicado un aumento en el año 2022, particularmente desde septiembre, en el número de casos de enfermedad estreptocócica invasiva del grupo A (iGAS) entre niños menores de 10 años de edad. Concretamente Francia, Irlanda, los Países Bajos, Suecia y el Reino Unido. </p>
<p>La causante es la bacteria <em>Streptococcus pyogenes</em>, denominada coloquialmente estreptococo del grupo A (GAS), un patógeno común que afecta predominantemente a la piel, los tejidos blandos y el tracto respiratorio. Ostenta el dudoso honor de situarse entre los principales patógenos que causan morbilidad y mortalidad a nivel mundial, particularmente en entornos desfavorecidos de todo el mundo. </p>
<h2>Cuando no se queda en faringitis</h2>
<p>El estreptococo del grupo A representa la causa más común de faringitis bacteriana en niños en edad escolar. Cada año se esperan 616 millones de <a href="https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S2589-5370%2822%2900188-2">nuevos casos de faringitis</a> por estreptococo del grupo A. Las infecciones por GAS generalmente causan una enfermedad leve que incluye dolor de garganta, dolor de cabeza y fiebre, junto con un sarpullido rojo y fino. </p>
<p>Por desgracia, <em>Streptococcus pyogenes</em> también provoca infecciones potencialmente mortales que incluyen, entre otras, la escarlatina, la bacteriemia, la neumonía, la fascitis necrosante, la mionecrosis, la endometritis, la artritis séptica, la glomerulonefritis posestreptocócica y el síndrome de shock tóxico estreptocócico. Es tan agresivo porque sintetiza factores de virulencia que contribuyen a la destrucción de los tejidos y a la diseminación de la infección.</p>
<p>Aproximadamente 18,1 millones de personas sufren en la actualidad una enfermedad grave por estreptococo del grupo A, con 1,78 millones de casos nuevos y unas <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16253886/#:%7E:text=We%20estimate%20that%20there%20are,million%20new%20cases%20each%20year">517 000 muertes anuales</a>. La mayoría de las muertes ocurren dentro de los siete días posteriores a la infección, y el mayor riesgo de mortalidad <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19751599/">ocurre dentro de las primeras 48 horas</a>.</p>
<p>Además, la infección por estreptococos del grupo A es considerada la causa subyacente de la fiebre reumática. Estos microorganismos son capaces de liberar exotoxinas pirogénicas que provocan enrojecimiento de la lengua y erupción cutánea en forma de sarpullido rojo brillante en la mayor parte del cuerpo. La enfermedad cursa con dolor de garganta y fiebre alta, pero si no es tratada puede producir complicaciones en pulmones, riñones, oído medio, amígdalas y piel. </p>
<p>Han sido descritos más de 200 serotipos diferentes de <em>Streptococcus pyogenes</em> basados en la estructura de la proteína M, conocida por permitir la invasión bacteriana en las células humanas, prevenir la fagocitosis y promover la supervivencia en los tejidos infectados. Sin embargo, menos de 10 serotipos son predominantes en infecciones estreptocócicas invasivas clínicamente significativas.</p>
<p>Clásicamente, las infecciones son clasificadas como no invasivas o invasivas, según la ubicación y la gravedad. Las infecciones no invasivas incluyen faringitis (también conocida como faringitis estreptocócica), sinusitis, impétigo, ectima (ulceración cutánea), otitis media, escarlatina (erupción producida por toxinas), celulitis, endometritis (especialmente en mujeres embarazadas) y neumonía. Las infecciones invasivas incluyen absceso periamigdalino, miositis, artritis séptica, fascitis necrosante, meningitis, bacteriemia y síndrome de shock tóxico estreptocócico.</p>
<h2>Una tasa de mortalidad de hasta el 16 %</h2>
<p>La infección invasiva por estreptococo del grupo A (iGAS), caracterizada por la entrada de la bacteria en los fluidos corporales estériles, incluyendo la sangre, tiene una tasa de mortalidad del 8 % al 16 %. En Reino Unido se han registrado <a href="https://www.gov.uk/government/publications/group-a-streptococcal-infections-activity-during-the-2022-to-2023-season">851 casos en la semana 46 del año</a>, en comparación con un promedio de 186 en los años anteriores. La situación es similar en algunos puntos de los <a href="https://www.cdc.gov/groupastrep/igas-infections-investigation.html">Estados Unidos</a>. Y en lo que va de temporada, ya ha habido <a href="https://www.gov.uk/government/news/ukhsa-update-on-scarlet-fever-and-invasive-group-a-strep-1">60 muertes</a> en todos los grupos de edad en Inglaterra. En las últimas semanas, al menos 17 niños menores de quince años han muerto en varios países europeos consecuencia de la infección.</p>
<h2>Compinchada con los virus respiratorios</h2>
<p>El número de infecciones invasivas por estreptococos del grupo A (iGAS) suele mostrar un patrón estacional, con picos durante los meses de invierno y primavera. </p>
<p>Es probable que el aumento reciente de casos de enfermedad por iGAS en niños también esté asociado con el aumento reciente de la circulación de virus respiratorios, incluida la gripe estacional y el virus respiratorio sincitial, ya que la coinfección de virus con estreptococo del grupo A puede <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4800185/">aumentar el riesgo de enfermedad</a> estreptocócica invasiva del grupo A (iGAS). Los niños con infecciones virales como la varicela o la gripe tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad iGAS. </p>
<p>Eso no descarta que afecten otros factores como las condiciones médicas coexistentes subyacentes y los tipos de estreptococos A que circulan en la comunidad y la inmunidad contra estos tipos en la población.</p>
<h2>Se contagia con facilidad</h2>
<p>Las infecciones causadas por <em>Streptococcus pyogenes</em> son muy contagiosas. <a href="https://systematicreviewsjournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13643-021-01641-5">La transmisión</a> puede ocurrir a través de gotitas en el aire o por contacto de las manos con secreciones nasales o con objetos y superficies contaminadas con las bacterias. También se transmite por el contacto de la piel con lesiones contaminadas o con alimentos contaminados. </p>
<p>Los entornos comunes que facilitan la transmisión del microorganismo y provocan epidemias de estreptococos del grupo A incluyen escuelas, guarderías y jardines de infancia, hospitales, refugios para personas sin hogar, residencias de ancianos e instalaciones de entrenamiento militar. De hecho, en los colegios y <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29783026/">residencias la transmisión es intensa</a>. </p>
<p>Un método preventivo sencillo y efectivo es asegurarse de que los niños y ancianos se laven las manos regularmente, especialmente después de toser o estornudar. Dado que es probable que la prevención de enfermedades virales sea importante para reducir el riesgo de enfermedad iGAS, también es oportuno promover la vacunación contra la gripe estacional y la covid-19.</p>
<h2>Cuándo debemos preocuparnos</h2>
<p>Las tasas generales de mortalidad para todas las infecciones invasivas por <em>Streptococcus pyogenes</em> oscilan entre el 10 y el 20 %. Sin embargo, en situaciones concretas y puntuales, en algunas infecciones invasivas graves, como la fascitis necrotizante y el shock tóxico estreptocócico, las tasas de mortalidad pueden aumentar hasta en un 80 %.</p>
<p>Los primeros signos y síntomas de la infección invasiva por estreptococo del grupo A (iGAS) pueden incluir fiebre alta, dolores musculares severos, sensibilidad muscular localizada y a veces enrojecimiento en el sitio de una herida. </p>
<p>Si la infección desemboca en fascitis necrotizante, los primeros síntomas pueden incluir un área de la piel roja, caliente o hinchada que se propaga rápidamente, dolor intenso, incluido el dolor más allá del área de la piel que está roja, caliente o hinchada y fiebre. </p>
<p>Los síntomas posteriores de la fascitis necrotizante pueden incluir úlceras, ampollas o manchas negras en la piel, cambios en el color de la piel, pus o supuración del área infectada, mareo, fatiga, diarrea o náuseas. En el caso de que ocurra síndrome de shock tóxico estreptocócico a menudo los síntomas comienzan con fiebre y escalofríos, dolores musculares, náuseas y vómitos. Tras un periodo de 24 a 48 horas aparece hipotensión, taquicardia, taquipnea e insuficiencia orgánica. </p>
<p>Las infecciones por iGAS pueden presentarse inicialmente con síntomas inespecíficos (fiebre, cansancio general, pérdida de apetito) pero, particularmente en niños, pueden progresar rápidamente a una enfermedad grave. Por eso, ante la aparición de los síntomas iniciales, conviene solicitar asesoramiento sanitario, evaluación clínica y atención médica inmediata.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/196629/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Los casos de enfermedad estreptocócica invasiva del grupo A (iGAS) entre niños menores de 10 años de edad han aumentado desde septiembre en Francia, Irlanda, los Países Bajos, Suecia y el Reino Unido. En España se observa un número inusualmente elevado de casos graves. Las infecciones pueden progresar rápidamente, por lo que, ante la aparición de los síntomas iniciales, conviene solicitar atención médica inmediata.
Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología, Universidad de Salamanca
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2022-11-07T17:18:03Z
2022-11-07T17:18:03Z
¿Por qué muchos jóvenes no se han querido poner la vacuna de recuerdo de la covid?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/493555/original/file-20221104-11-sbahlf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5463%2C3637&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-getting-covid19-vaccination-his-arm-2055539834">Shutterstock / Marciobnws</a></span></figcaption></figure><p>La pandemia de covid-19 nos ha dejado varias certezas con respecto a los jóvenes en relación con esta enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2.</p>
<p>En primer lugar, hoy sabemos que los adultos mayores de 60 años tienen un mayor riesgo de morir y sufrir <a href="https://doi.org/10.1016/j.ijid.2021.09.022">covid grave que los adultos jóvenes</a>. </p>
<p>Segundo, solo aquellos jóvenes con varias morbilidades de riesgo han sufrido también hospitalizaciones y enfermedad covid grave durante la pandemia. </p>
<p>Y tercero, los datos de los ensayos clínicos avalan una dosis de refuerzo en el grupo de menores de 35 años al disminuir su posibilidad de infectarse y de enfermedad severa en <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8728796/">porcentajes superiores a los de los mayores de 35 años</a>. </p>
<h2>Vacunarse reduce la coinfección con gripe y la covid prolongada</h2>
<p>Los datos científicos indican que existen varias razones para fomentar una dosis de recuerdo en los jóvenes: </p>
<p><strong>1. Aumento de incidencia covid y convergencia con otras infecciones estacionales.</strong></p>
<p>En pleno otoño y con un incremento relevante en la incidencia de la covid-19, existe la posibilidad de convergencia con otras enfermedades infecciosas estacionales como son la gripe y virus sincitial, por lo que un refuerzo en los jóvenes ayudaría a disminuir la posibilidad de coinfección. Además, hay que tener en cuenta que entre los jóvenes también hay grupos de riesgo a los que se recomienda esta dosis de refuerzo, como <a href="https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/recommendations/pregnancy.html">mujeres embarazadas o en periodo de lactancia</a>. </p>
<p><strong>2. Disminución en la inmunidad a las vacunas covid.</strong></p>
<p>La <a href="https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(22)00152-0/fulltext">inmunidad a las vacunas frente a covid-19 decae en todos los grupos de edad, incluidos los jóvenes</a>. Una inmunidad reducida daría oportunidades al virus para aumentar su transmisión, lo que se podría traducir en un aumento de la incidencia a enfermedad grave, hospitalización y muerte.</p>
<p><strong>3. Reducir el impacto de la covid prolongada.</strong></p>
<p>Muchos adultos de todas las edades continúan informando de síntomas meses después de la infección, lo que se denomina covid prolongada, con secuelas debilitantes que pueden causar bajas laborales. Incluso se ha sugerido un aumento de ictus en los casos de adultos menores de 45 años y con el desarrollo de síntomas similares a enfermedades reumáticas autoinmunes con presencia de autoanticuerpos. La vacunación puede <a href="https://www.bmj.com/content/377/bmj-2021-069676">reducir este impacto de la covid prolongada y del desarrollo de estos síndromes autoinmunes</a>. </p>
<p><strong>4. Las vacunas covid-19 son seguras, y las nuevas más interesantes.</strong></p>
<p>La seguridad de las vacunas frente a covid y su eficiencia es clara al haber logrado evitar la mortalidad y la covid grave. Además, han detenido con gran éxito la transmisión del virus y controlado las variantes más transmisoras, como ómicron. Las <a href="https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/covid19/docs/Recomendaciones_vacunacion_Otono_Covid_VF.pdf">nuevas vacunas covid de ARN para refuerzo de este año 2022</a> tienen la particularidad de ser bivalentes frente a la cepa original y las variantes de mayor transmisión; por lo que este refuerzo inducirá una inmunización más amplia. Además, la primera vacuna proteica de Novavax (NuvaxovidR), recién aprobada por la EMA, está <a href="https://www.who.int/es/news-room/feature-stories/detail/the-novavax-vaccine-against-covid-19-what-you-need-to-know">muy recomendada para vacunación de los más jóvenes</a>.</p>
<p><strong>5. Infección y vacunación no generan la misma inmunidad.</strong></p>
<p>Una de las falsas creencias en cuanto a inmunidad y protección es que <a href="https://theconversation.com/covid-19-en-que-se-diferencia-la-inmunidad-de-las-personas-contagiadas-y-la-de-las-vacunadas-163032">infectarse con el virus es lo mismo que vacunarse</a>. Quizás no hemos hecho suficiente hincapié desde el mundo académico en que muchos virus tienen estrategias para enmascarar o disminuir la respuesta inmune (<a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8310325/">evasión inmunológica</a>) y, por lo tanto, la infección genera una inmunidad incompleta. Por el contrario, las vacunas inducen una inmunidad completa y amplificada. </p>
<h2>Menos de la mitad de los jóvenes tienen dosis de refuerzo</h2>
<p>A pesar de estos buenos datos clínicos y las razones para que los jóvenes se pongan una dosis de refuerzo, el mensaje no ha calado del todo. Aunque la mayoría de los jóvenes españoles (en torno a un 84 %) tienen una pauta de vacunación covid completa, menos de la mitad de los adultos jóvenes entre 20 y 39 años se han puesto una dosis de refuerzo. Contrasta con el <a href="https://www.datadista.com/coronavirus/evolucion-de-la-vacunacion-en-espana/">porcentaje de adultos entre 49 y 59 años, un rango de edad con una dosis de refuerzo (76 %)</a>.</p>
<p>Estos datos sugieren que los adultos jóvenes en España son reacios a ponerse la dosis de refuerzo, datos similares <a href="https://doi.org/10.3390/%20vaccines10020265">a encuestas en la población joven universitaria de EE UU y algunos países centroeuropeos</a>.</p>
<p>¿Cuál es la razón de esta desconfianza en las vacunas covid-19? </p>
<h2>Divulgación sobre vacunas en pandemia</h2>
<p>En 2019 muchos adultos y jóvenes desconocían cuáles eran las diferencias entre virus y bacterias, antígeno y anticuerpo, ADN y ARN. También ignoraban qué era una <a href="https://theconversation.com/cuando-es-util-y-cuando-no-la-prueba-de-la-pcr-160027">PCR</a> y para qué servía, cómo se preparaba una vacuna y <a href="https://theconversation.com/se-pueden-acortar-los-tiempos-para-desarrollar-una-vacuna-184483">qué fases se seguían para aprobarla</a>. </p>
<p>Un año después, la pandemia de covid-19 cambió las tornas. Y esos conceptos llegaron incluso a los programas más vistos en televisión. Paralelamente, empezamos a ponerle cara a los científicos y científicas más relevantes en Biología Molecular, Enfermedades Infecciosas e Inmunología, antes absolutos desconocidos. </p>
<p>En cierto modo, asistimos a una alfabetización científica general que puede haber influido de forma positiva en las buenas tasas de vacunación completa en España. Pero insuficiente para convencer al grupo de los jóvenes desde 25 a 35 años de la importancia de la dosis de refuerzo. Y no hablamos de continuas dosis de refuerzo que podrían no estar indicadas, como afirma la <a href="https://www.efis.org">Federación Europea de Sociedades de Inmunología</a> en el <a href="https://www.efis.org/cms/upload/downloads/EFIS-Vacc-TF/EFIS_Vaccine-TF_Lessons-Learned-report.pdf">último Informe del grupo de Vacunas</a>, sino de una sola dosis de refuerzo.</p>
<h2>Pequeña indagación con un cuestionario dirigido</h2>
<p>Para indagar sobre el punto de partida, desde la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) hemos difundido durante 3 semanas <a href="https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSc4EKKhMs3tifaRq82EM9pXxTJJk62sj6-iYVCoDTqUBRbfHQ/viewform?usp=sf_link">un pequeño cuestionario voluntario y anónimo</a> sobre “alfabetización en vacunas”. </p>
<p>Participaron voluntariamente 52 jóvenes universitarios con edades entre 25 y 45 años, y otras 20 personas adultas de distintos ámbitos y formaciones académicas menores de 59 reclutadas a través de Facebook. Las 10 preguntas planteadas recogían información sobre su estado de vacunación infantil, de adultos y de gripe, si habían pasado covid-19 y cuándo, si habían pasado la gripe, su confianza en las vacunas, el tipo de vacunas que conocían y cómo se informaban sobre vacunas. La pretensión no era hacer una encuesta científica sino obtener información que sirviera de punto de partida y reflexión. </p>
<p>Los resultados de este pequeño cuestionario indican que casi todos los participantes, un 96 %, tenían una vacunación covid completa. Solo un 4 % o no se habían vacunado o tenían una vacunación incompleta. También constatamos que un porcentaje alto de los participantes (69 %) tenía una dosis de refuerzo, lo cual era lógico ya que habían participado en el cuestionario un notable grupo de profesionales sanitarios. </p>
<p>En cuanto a su historial de vacunación, todos habían recibido todas las vacunas infantiles y en un porcentaje alto (62 %) estaban vacunados de adultos frente al papiloma, la varicela, la hepatitis A o B, el neumococo, el meningococo o el tétanos. Además, la mitad también se habían vacunado de la gripe, como se recomienda a sanitarios independientemente de su edad. </p>
<p>Los encuestados tenían un buen conocimiento sobre todos los tipos de vacunas, y un 80 % declaraba tener confianza en todas las vacunas. El 20 % restante, sin embargo, desconfiaba de las vacunas covid-19. Esto explica que un tercio de los jóvenes participantes no se haya puesto la vacuna de refuerzo. </p>
<p>Fue una grata sorpresa comprobar que, en su mayoría (80 %), recababan la información sobre vacunas en los medios nacionales oficiales como el Ministerio de Sanidad o el Instituto de Salud Carlos III o internacionales oficiales como los Centros de control de enfermedades, de prevención, organismos reguladores como la EMA o la FDA. </p>
<p>El punto de partida de los jóvenes adultos en nuestro cuestionario parece bueno: conocen todos los tipos de vacunas, tienen una alta confianza general en las vacunas, se informan en sitios fiables sobre vacunación, no son reticentes a vacunarse… Sin embargo, su confianza en las vacunas covid-19 sigue siendo más baja que en el resto. </p>
<h2>Información científica de calidad para los jóvenes</h2>
<p>Para convencer de datos científicos a nuestros jóvenes bien informados hay que dar una buena formación científica y de calidad. La divulgación general probablemente no es suficiente: hace falta una información científica más amplia y programada sobre Prevención y Vacunas. En otras palabras, puede que a los jóvenes adultos les haya faltado una información especializada y científica sobre vacunas de adultos, incluidas las vacunas frente a SARS-CoV2. De haberla tenido es probable que su confianza en las vacunas de refuerzo fuera más firme. </p>
<p>De cara al futuro, convendría reforzar la divulgación en dos aspectos: vacunas de adultos y enfermedades infecciosas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/193120/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carmen Álvarez Domínguez recibe fondos del Instituto de Salud Carlos III (PI19-01580) y de la Universidad Internacional de La Rioja (Proyecto B0036)</span></em></p>
Más de la mitad de los adultos jóvenes entre 20 y 39 años no se han puesto una dosis de refuerzo de la vacuna contra covid-19 recomendada por la ciencia y las autoridades sanitarias. Intentamos averiguar el motivo y cómo remediarlo.
Carmen Álvarez Domínguez, Bioquímica y bióloga molecular, inmunológa, experta en vacunas y profesora de investigación en Procesos Sanitarios en la Facultad de Educación y en Avances en Enfermedades Infecciosas y terapia antimicrobiana en la Facultad de Ciencias de la Salud, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
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2022-10-18T17:39:05Z
2022-10-18T17:39:05Z
Vacunas de nueva generación contra covid-19 para un final de película
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/490121/original/file-20221017-7356-bnpj4x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C754%2C4001%2C2521&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/world-immunization-week-concept-design-syringe-2132681779">Shutterstock / iZegrie</a></span></figcaption></figure><p>Nos acercamos rápidamente hacia el cuarto invierno pandémico y, aunque las olas, las variantes y las subvariantes del coronavirus se siguen sucediendo, el escenario ha cambiado significativamente. Gracias a las vacunaciones masivas, ya no se producen tantas hospitalizaciones y muertes. </p>
<p>Pero hay que reconocer que el panorama no es tan color de rosa como lo pintábamos cuando se comenzó a vacunar. Para empezar, porque el efecto de las vacunas <a href="https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa2117128">decae con el tiempo</a>. Además, estas no evitan completamente la transmisión (sobre todo con las nuevas variantes), aunque <a href="https://www.bmj.com/content/376/bmj.o298">sí la reducen</a>. Y el virus sigue campando a sus anchas y mutando para evadir nuestra inmunidad. </p>
<p>No sería un final precisamente de película Disney el estar eternamente imponiendo medidas cuando la cosa se pone fea, y poniendo dosis y más dosis de recuerdo. Por eso ahora las apuestas se están centrando en vacunas de nueva generación que acaben con el problema de raíz.</p>
<h2>Vacunas ya existentes</h2>
<p>Desde finales del año 2020 se han administrado vacunas contra covid de dos tipos: las de ARN mensajero (Moderna y Pfizer) y las de adenovirus (AstraZeneca y Janssen). </p>
<p>Fueron las primeras autorizadas por la EMA, pero no son las únicas. En diciembre del 2021 se autorizó la vacuna de la compañía Novavax, cuya composición se basa en la proteína de la espícula del coronavirus. Por tanto, lo que se inocula ya no es material genético ni un adenovirus, sino una proteína, como en la vacuna de la gripe. Es esta una diferencia importante para las personas que no se han vacunado desconfiando de las vacunas con información genética. </p>
<p>Además, para los que gustan de vacunas más tradicionales, desde junio de este año está autorizada por la EMA la vacuna <em>Valneva</em> (Austria GMbH), formada por el virus SARS-CoV-2 inactivado, incapaz de causar la enfermedad. Las vacunas contra la rabia, el cólera y la tosferina son de este tipo. Debido a que en los ensayos clínicos no se ha probado en personas mayores ni en niños, la EMA la ha recomendado para personas entre los 18 y 50 años.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/489631/original/file-20221013-21-e4hfix.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/489631/original/file-20221013-21-e4hfix.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/489631/original/file-20221013-21-e4hfix.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=266&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/489631/original/file-20221013-21-e4hfix.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=266&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/489631/original/file-20221013-21-e4hfix.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=266&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/489631/original/file-20221013-21-e4hfix.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=335&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/489631/original/file-20221013-21-e4hfix.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=335&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/489631/original/file-20221013-21-e4hfix.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=335&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">TABLA 1- Vacunas contra covid-19 ya aprobadas en Europa.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Adaptado de la página informativa de la Unión Europea</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Las vacunas que vendrán</h2>
<p>Actualmente siguen en desarrollo <a href="https://covid-19tracker.milkeninstitute.org/#vaccines_intro">más de 250 prototipos</a> de vacunas. Esto no supone ni mucho menos una pérdida de tiempo ni de dinero: contribuirán al desarrollo de otras vacunas para enfermedades de las que aún no disponemos (VIH, malaria, tuberculosis, etc.).</p>
<p>Hay dos vacunas esperando la autorización de la EMA para ser comercializadas y distribuidas: <em>Skycovion</em> y <em>Vidprevtyn</em>, ambas basadas en proteínas. Además, la agencia europea ha iniciado la <a href="https://www.ema.europa.eu/en/human-regulatory/marketing-authorisation/conditional-marketing-authorisation">revisión continua</a> de datos de ensayos clínicos como paso previo a la autorización de otras tres vacunas que ampliarán el arsenal de vacunas disponibles.</p>
<p>Otras vacunas, como la rusa <em>Sputnik-V</em> (similar a la vacuna de Janssen), <em>VeroCell</em> (también de virus inactivado como la ya autorizada Valneva) y la española <em>HIPRA</em> (basada en proteína) aún no están autorizadas. Todas ellas irán destinadas a dosis de refuerzo de personas ya vacunadas, una vez que se ha visto que los niveles de anticuerpo decaen pasados unos meses. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/489635/original/file-20221013-16-zunyms.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/489635/original/file-20221013-16-zunyms.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/489635/original/file-20221013-16-zunyms.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=200&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/489635/original/file-20221013-16-zunyms.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=200&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/489635/original/file-20221013-16-zunyms.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=200&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/489635/original/file-20221013-16-zunyms.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=252&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/489635/original/file-20221013-16-zunyms.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=252&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/489635/original/file-20221013-16-zunyms.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=252&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">TABLA 2- Vacunas esperando autorización de la EMA.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Adaptado de la página web del Milken Institute</span></span>
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<p>Estas tres vacunas deben enviar pruebas suficientes de seguridad para la solicitud de comercialización, así como una eficacia al menos similar a las que actualmente existen. No olvidemos que, en octubre de 2021, la farmacéutica alemana CureVac retiró de la evaluación su prototipo de vacuna de ARN mensajero (CVnCoV) debido a que su eficacia no llegaba al 50 %.</p>
<p>La dedicación y esfuerzo enfocados en seguir desarrollando vacunas más eficaces servirán para controlar no sólo la pandemia del covid-19 sino otras futuras pandemias. Actualmente hay dos prometedoras estrategias en las que se está trabajando: las vacunas de mucosas y las pancoronavirus.</p>
<h2>Vacunas de mucosas</h2>
<p>Una posible vía para acabar de raíz con la pandemia de covid-19 sería evitar completamente la transmisión del SARS-CoV-2. La primera vía de entrada y multiplicación del SARS-CoV-2 son los tejidos que recubren la boca y la nariz, llamados mucosas. Al encontrarse en una zona tan expuesta, estos tejidos contienen un sistema muy sofisticado de defensa inmunitaria. De hecho, si el virus no pudiera reproducirse en nuestras mucosas, no lo transmitiríamos a otras personas y desaparecería. Este es el objetivo que se han planteado las estrategias de vacunas de mucosas, o “esterilizantes”. </p>
<p>La administración de un medicamento directamente en las mucosas exige más controles, por ello estas vacunas van más lentas en su desarrollo que el resto. En un <a href="https://theconversation.com/vacunas-nasales-para-evitar-la-transmision-el-proximo-objetivo-en-la-lucha-contra-la-covid-19-177600">artículo anterior</a> explicábamos cómo funcionan las vacunas nasales (un tipo de vacunas de mucosas). </p>
<p>Tanto en vacunas de mucosas en general, como en las nasales en particular, ha habido importantes y prometedores avances en los últimos meses. </p>
<p>Las vacunas de mucosas se pueden administrar de varias maneras: mediante chorros o gotas en la nariz, por inhalación a través de la boca con nebulizador (similar a los tratamientos para el asma) o también con tabletas o cápsulas (que se pueden chupar o aplicar sublingualmente, como algunas vacunas contra ácaros y pólenes). </p>
<p>Existen unas 20 vacunas de estos tipos, 4 de ellas ya aprobadas en países de forma individual, aunque sólo una ha superado la fase III de ensayos clínicos. </p>
<p>La primera vacuna de mucosas que se aprobó en un país fue la <em>Razi Cov Pars</em>, producida por Irán, que consiste en dos dosis inyectables y una tercera intranasal y se encuentra en fase III de ensayos clínicos, aunque en Irán está autorizada desde octubre de 2021. La siguiente, en abril de este año, fue la rusa <em>Sputnik Nasal</em>, basada en el mismo vector adenoviral que la inyectable. </p>
<p>Después siguió <em>Covidencia Air</em>, una inhalable desarrollada en China, que en ensayos de fase IV se ha comparado con terceras dosis inyectables y produce mejor protección contra la infección.</p>
<p>La cuarta es <em>iNCOVAC</em>, una intranasal desarrollada por India en colaboración con EEUU, y de la cual la empresa americana Ocugen ya tiene licencia para su producción en EEUU, Europa y Japón una vez sea aprobada por las agencias pertinentes.</p>
<p>A estas cuatro vacunas se podrían unir este mismo año otras tres, dos de las cuales ya están en fase III de ensayos clínicos y una en fase II. Además, existen otras 2 vacunas de mucosas en fase II y 11 en fase I, de las cuales las más avanzadas se están desarrollando en EEUU.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/489638/original/file-20221013-18-wjjcd7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/489638/original/file-20221013-18-wjjcd7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/489638/original/file-20221013-18-wjjcd7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=257&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/489638/original/file-20221013-18-wjjcd7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=257&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/489638/original/file-20221013-18-wjjcd7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=257&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/489638/original/file-20221013-18-wjjcd7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=322&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/489638/original/file-20221013-18-wjjcd7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=322&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/489638/original/file-20221013-18-wjjcd7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=322&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">TABLA 3- Vacunas de mucosas más avanzadas.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Adaptado de </span></span>
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<p>Este tipo de vacunas ha tenido un comienzo más lento, pero muchas de ellas ya están muy cerca de ser evaluadas por las agencias reguladoras. Y, aunque muchos de los resultados aún no se han publicado, parece que van a cumplir las expectativas, funcionando contra ómicron y reduciendo mucho la transmisión. Justo lo que necesitamos en estos momentos en que las subvariantes de ómicron nos traen de cabeza.</p>
<h2>Vacunas pancoronavirus</h2>
<p>Una panvacuna es una vacuna no solo capaz de mostrar su eficacia frente a las diferentes variantes del SARS-CoV2, sino también de luchar contra las múltiples variantes de otros coronavirus. </p>
<p>Esta clase de vacunas funcionarían como una llave maestra capaz de generar anticuerpos que reconocieran y neutralizaran los cuatro linajes principales de coronavirus e impidieran que el virus entrara en las células de nuestro organismo y se replicara.</p>
<p>En la actualidad se está trabajando en el desarrollo de panvacunas que actúan en diferentes subgéneros, como el subgénero de los sarbecovirus (que incluye todos los virus similares al SARS), los betacoronavirus (similares al MERS) y algunos coronavirus estacionales que causan el resfriado común.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/489640/original/file-20221013-20-27yalf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/489640/original/file-20221013-20-27yalf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/489640/original/file-20221013-20-27yalf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=426&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/489640/original/file-20221013-20-27yalf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=426&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/489640/original/file-20221013-20-27yalf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=426&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/489640/original/file-20221013-20-27yalf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=535&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/489640/original/file-20221013-20-27yalf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=535&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/489640/original/file-20221013-20-27yalf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=535&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">TABLA 4- Vacunas pancoronavirus en desarrollo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Adaptada de Dolgin E. (2022). (Pan-coronavirus vaccine pipeline takes form. Nat. Rev. Drug Discov, 21(5), 324-326)</span></span>
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</figure>
<p>Vemos pues que, mientras en la calle se suceden los periodos de optimismo y pesimismo a medida que las oleadas del virus nos atacan, en los laboratorios nada se ha parado. Se trabaja sin descanso para acercarnos a ese final de película Disney que todos deseamos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/192109/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>
Las vacunas actuales han salvado millones de vidas, pero no han sido capaces de erradicar el virus que causa la covid-19. Analizamos las vacunas de nueva generación que nos acercarán a ese objetivo.
Matilde Cañelles López, Investigadora Científica. Ciencia, Tecnología y Sociedad, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)
María Mercedes Jiménez Sarmiento, Científica del CSIC. Bioquímica de Sistemas de la división bacteriana. Comunicadora científica, Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB - CSIC)
Nuria Eugenia Campillo, Científico Titular. Medicinal Chemistry, Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB - CSIC)
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/190680
2022-10-05T17:50:53Z
2022-10-05T17:50:53Z
¿Existirá, por fin, una vacuna universal contra la gripe?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/488012/original/file-20221004-22-h35q0s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C12%2C4083%2C2716&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/world-waiting-vaccine-concept-epidemic-corona-1679213752">Shutterstock / LookerStudio</a></span></figcaption></figure><p>La crisis sanitaria desencadenada por el SARS-CoV-2 le ha robado protagonismo a otros virus de transmisión respiratoria, como la gripe estacional. De hecho, las medidas para prevenir los estragos de la covid-19 en los dos primeros años de pandemia han causado como efecto colateral una desaparición del pico invernal de <em>influenzavirus</em> en 2021 y un retraso anómalo del pico estacional en 2022, que se alcanzó en primavera, como ilustra la figura de abajo. </p>
<p>A juzgar por los datos del hemisferio sur, durante la temporada invernal 2022-23 habrá gripe en el norte. El coste en mortalidad y bajas laborales que produce no es desdeñable. El invierno de 2017-18, por ejemplo, dejó <a href="https://www.ciberesp.es/noticias/estiman-en-800000-personas-los-afectados-por-la-gripe-del-pasado-ano">unos 15 000 fallecidos en España</a>. A nivel global, <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/influenza-(seasonal)">la cifra oscila entre los 290 000 y los 650 000, según la OMS </a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/487740/original/file-20221003-20-fdyz1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/487740/original/file-20221003-20-fdyz1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/487740/original/file-20221003-20-fdyz1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=388&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/487740/original/file-20221003-20-fdyz1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=388&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/487740/original/file-20221003-20-fdyz1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=388&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/487740/original/file-20221003-20-fdyz1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=488&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/487740/original/file-20221003-20-fdyz1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=488&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/487740/original/file-20221003-20-fdyz1p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=488&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Datos del sistema de vigilancia epidemiológica global de virus de gripe A (tonos azules) y B (tonos naranja) mostrando los picos invernales en el hemisferio austral (zona Oceanía) y boreal (zona Europa suroccidental). Obsérvese la ausencia de pico epidémico en 2021 como consecuencia de la crisis de la covid-19 y su regreso (anormalmente tardío en Europa, más primaveral que invernal) en 2022. Datos: OMS/GISRS (Global influenza Surveillance & Report System).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://app.powerbi.com/view?r=eyJrIjoiZTkyODcyOTEtZjA5YS00ZmI0LWFkZGUtODIxNGI5OTE3YjM0IiwidCI6ImY2MTBjMGI3LWJkMjQtNGIzOS04MTBiLTNkYzI4MGFmYjU5MCIsImMiOjh9"> Global Influenza Surveillance and Response System / OMS</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>¿Por qué hay que vacunarse cada año?</h2>
<p>Es absolutamente recomendable inmunizar anualmente a la población vulnerable y al personal sanitario. Pero ¿por qué la vacuna de la gripe tiene fama de mostrar una eficacia limitada?</p>
<p>El causante de la gripe es un virus de ARN, pero muy distinto de los coronavirus. Su genoma tiene la particularidad de estar fragmentado en ocho trozos, mientras que cualquier otro virus lo presenta <em>de una pieza</em>. Además, su ARN tiene más propensión a mutar: en comparación, un coronavirus es relativamente estable, a pesar de la constante aparición de nuevas variantes. </p>
<p>Esta capacidad de generar variación genética se manifiesta especialmente en los antígenos (las sustancias que producen anticuerpos) de sus espículas; en concreto, en la llamada hemaglutinina (HA), la proteína de la superficie del virus. Al igual que la proteína S del SARS-CoV-2, constituye estructuras protuberantes que reconocen los receptores celulares de nuestras mucosas respiratorias para iniciar la infección. </p>
<p>Aunque el virus o la vacuna generen memoria inmunitaria, el próximo invierno puede llegar una versión del patógeno con una <em>nueva cara</em> molecular que ya no es reconocido y neutralizado por los anticuerpos y células de memoria generados en temporadas anteriores. Este fenómeno se llama <em>deriva antigénica</em>, del inglés <em>antigenic drift</em>. No es otra cosa que la evolución natural del virus para evadirse de la presión selectiva que ejerce la inmunidad generada en la población por sus versiones anteriores. </p>
<p>No hay que confundir la deriva antigénica, que ocurre tanto en virus de gripe A como B, con el <em>salto antigénico</em> (<em>antigenic shift</em>), característico de los virus A. Este último ocurre por combinación de fragmentos genómicos entre un virus de origen animal (zoonótico) y uno humano, causando la aparición de nuevos tipos con potencial pandémico. Esto ocurrió por última vez en 2009 y previamente desencadenó pandemias históricas <a href="https://theconversation.com/se-parecen-la-covid-19-y-la-gripe-de-1918-143723">como la de 1918</a>.</p>
<p>La rápida deriva antigénica es, por tanto, la responsable de que nos tengamos que pinchar cada año y de que a veces la eficacia de la vacuna no sea muy alta (30-70 %). Desde que se decide su formulación hasta que se administra pasan meses que juegan en favor de un virus eternamente cambiante.</p>
<h2>Cómo matar todos los pájaros de un tiro</h2>
<p>¿Sería posible una vacuna <em>universal</em> contra la gripe? Si generásemos inmunidad hacia las regiones menos variables de las espículas, aquellas que no pueden cambiar porque el virus perdería su capacidad infectiva, la vacuna prevendría contra todas las variantes y su posible deriva. Y lo que es más: en una situación óptima, también lo haría contra nuevos tipos A potencialmente pandémicos o contra zoonosis infrecuentes en humanos pero graves, como la gripe aviar H5N1. </p>
<p>La capacidad de cambiar del virus se concentra en la <em>cabeza</em> de la espícula de hemaglutinina, la parte más expuesta. La zona exterior del virus es lo que <em>ve</em> nuestro sistema inmunitario a nivel molecular, generando anticuerpos y respuesta celular frente a ella, pero también donde se produce la enorme variabilidad que hemos descrito. </p>
<p>La esperanza radica en detectar regiones poco cambiantes en esa zona. <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34078743/">Un grupo de investigadores de Chicago</a> encontró en el suero de afectados por la pandemia de 2009 anticuerpos con capacidad de neutralización muy amplia dirigidos precisamente a las escasas áreas de baja variabilidad. En consonancia con lo anterior, una estrategia vacunal basada en cócteles de variantes de gripe A de origen aviar <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35857640/">parece producir una protección de amplio espectro en ensayos preclínicos en animales</a>. Probablemente, ello se debe a que potencian la aparición de anticuerpos frente a las zonas comunes de estas variantes. </p>
<p>La cabeza de las espículas proteicas se sustenta sobre un <em>tallo</em> que la une a la envoltura del virus. Esta parte de la hemaglutinina es bastante constante en cada tipo, por lo que una vacuna universal podría basarse en ella. El inconveniente es que despierta menos inmunidad. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/486534/original/file-20220926-12-5pa015.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/486534/original/file-20220926-12-5pa015.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/486534/original/file-20220926-12-5pa015.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=247&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/486534/original/file-20220926-12-5pa015.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=247&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/486534/original/file-20220926-12-5pa015.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=247&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/486534/original/file-20220926-12-5pa015.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=310&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/486534/original/file-20220926-12-5pa015.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=310&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/486534/original/file-20220926-12-5pa015.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=310&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">La cabeza de la espícula de hemaglutinina (HA) es el antígeno que produce mayor inmunidad. Tanto la antigenicidad como la variabilidad de la espícula son mayores en la zona expuesta al exterior de la partícula viral y menores en el tallo (escala +/-). Fuente: RCSB PDB, 1HGDH. A la derecha, estructura del virus de la gripe (tomado de ViralZone). En rojo se marcan las proteínas que se están considerando como antígenos en ensayos preclínicos para una vacuna universal.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>Algunos investigadores, no obstante, creen que podría ser suficiente para generar protección si se suministran dos dosis sucesivas con <em>quimeras</em> que lleven el mismo tallo pero distinta cabeza. El sistema inmunitario se centraría en reforzar la parte común en ambas dosis, es decir, el tallo. <a href="https://www.thelancet.com/pdfs/journals/laninf/PIIS1473-3099(22)00056-1.pdf">Una de estas estrategias ha superado recientemente la fase 1 de ensayos clínicos</a>. </p>
<p><a href="https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2025607119">Otros investigadores</a> buscan antígenos alternativos a la espícula de hemaglutinina y mucho menos variables, como la proteína M2, asociada a la envoltura del virus. Pero eso requiere potenciar su escasa capacidad de generar la reacción del sistema inmune. </p>
<p>Un escenario ideal sería vacunar con una cabeza de hemaglutinina diseñada <em>in vitro</em> con una carga antigénica tal que favorezca la producción de los tipos de anticuerpos más versátiles y eficaces. Es algo que los químicos estructurales <a href="https://assets.researchsquare.com/files/rs-100459/v1_covered.pdf?c=1631850026">están intentando elucidar mediante complejos algoritmos</a> con ayuda de bioinformáticos.</p>
<p>Varios ensayos en animales publicados en los últimos años demuestran que estas estrategias pueden generar inmunidad, pero solo tras realizar ensayos clínicos en humanos (fases 2 y 3) tendremos certeza sobre su eficacia. </p>
<p>Aunque no es un objetivo fácil de conseguir, los asombrosos avances tecnológicos que ha forzado la pandemia de SARS-CoV-2 en cuanto al desarrollo de vacunas basadas en ARNm (Moderna, Pfizer, Curevax…), en adenovirus modificados (Janssen, Astra Zeneca, Gamaleya…) y en proteínas recombinantes (Novavax, Hipra…), así como en su formulación en nanopartículas, abre la puerta a la esperanza. </p>
<p>Mediante ensayos en ratones de un prototipo basado en el <em>tallo</em> de la hemaglutinina en vectores adenovirales <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1525001622000119">se ha observado</a> una inmunidad frente a la gripe A H1N1 mayor y más amplia que con la vacuna convencional. <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32359470/">También se han ensayado con éxito en modelos animales</a> estrategias basadas en ARNm que codifica diversos antígenos: el tallo de la hemaglutinina, la neuraminidasa, la proteína M2 y la nucleoproteína. BioNTech, la compañía que desarrolló la vacuna de la covid distribuida por Pfizer está liderando proyectos en esta dirección.</p>
<p>En resumen, la era covid nos ha dotado de herramientas que pueden acelerar la investigación y desarrollo de nuevas estrategias vacunales frente a viejos enemigos, como el virus de la gripe. Este no solo nos visita estacionalmente, sino que supone un potencial riesgo de pandemias y zoonosis graves, como la gripe aviar. De hecho, más allá de la sanidad humana, una vacuna universal frente a la gripe aviar de uso veterinario también evitaría pérdidas millonarias en la industria alimentaria.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/190680/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Víctor Jiménez Cid no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
La proverbial capacidad de mutar del virus de la gripe obliga a diseñar vacunas nuevas todos los años, que además no brillan por su eficacia. Nuevos avances apuntan a que no muy tarde podría diseñarse la inmunización definitiva.
Víctor Jiménez Cid, Catedrático en el área de Microbiología, Universidad Complutense de Madrid
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2022-09-29T20:22:41Z
2022-09-29T20:22:41Z
¿Qué va a pasar este año con la gripe?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/487399/original/file-20220929-25-o25nsu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6528%2C4349&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/father-taking-care-his-daughter-ill-1511899472">Pixel-Shot / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>No lo sabemos, pero está claro que va a ser un año especial. Llevamos dos años sin una temporada “normal” de gripe, porque el virus de la covid-19 prácticamente ha barrido <a href="https://microbioblog.es/la-gripe-desaparece-en-el-hemisferio-sur">al de la gripe durante la pandemia</a> y ha cambiado la epidemiología mundial de las infecciones respiratorias.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/487286/original/file-20220929-14-rfn0o2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/487286/original/file-20220929-14-rfn0o2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/487286/original/file-20220929-14-rfn0o2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=311&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/487286/original/file-20220929-14-rfn0o2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=311&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/487286/original/file-20220929-14-rfn0o2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=311&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/487286/original/file-20220929-14-rfn0o2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=391&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/487286/original/file-20220929-14-rfn0o2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=391&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/487286/original/file-20220929-14-rfn0o2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=391&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Detección de los distintos subtipos del virus de la gripe a nivel mundial, desde 2017 hasta la actualidad.</span>
<span class="attribution"><span class="source">FluNet/GISRS/WHO</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>En España, normalmente entre un 30-40 % de los casos de infecciones respiratorias son debidas al virus respiratorio sincitial, cuyo pico de incidencia suele ser el mes de diciembre. Las epidemias estacionales de gripe suelen afectar cada año al 10-20 % de la población, de la cual el 20-40 % son niños. Y el pico de gripe suele darse en enero-febrero. </p>
<p>Sin embargo, en un estudio que se realizó en nuestro país sobre el impacto que había tenido la pandemia en la <a href="https://www.medintensiva.org/es-impacto-pandemia-covid-19-sobre-tasa-articulo-S0210569121000784">tasa de ingresos por infecciones respiratorias en las UCI pediátricas</a> (desde marzo de 2020 a febrero de 2021), se comprobó que apenas se detectaron casos por virus respiratorio sincitial (VRS) ni de gripe.</p>
<p>¿A qué se debe? Muy probablemente, las medidas aplicadas para reducir la transmisión del SARS-CoV-2 –higiene de manos, uso de la mascarilla, distanciamiento social y disminución de desplazamientos– hayan contribuido a reducir la transmisión de otros virus respiratorios. Además de explicar ciertos comportamientos anómalos, como que el virus respiratorio sincitial tuviera un pico entre mayo y junio de 2020. Los casos de gripe han aparecido de forma intermitente, como un goteo, pero el virus fue prácticamente barrido por ómicron el invierno pasado.</p>
<h2>En Australia, Argentina o Chile se ha adelantado, pero no ha sido demasiado grave</h2>
<p>No sabemos cómo será esta temporada de gripe ni cuándo empezará, pero nos puede dar alguna pista fijarnos de nuevo en qué ha ocurrido este invierno (verano en España) en el hemisferio sur. En general, en países como Australia, Argentina o Chile la epidemia de gripe se ha adelantado varias semanas, pero no parece que haya sido una temporada especialmente más grave. En Australia ha afectado más a menores de cinco años y los subtipos circulantes han sido A(H3) y A(H1). No se ha detectado gripe de tipo B.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/487291/original/file-20220929-12-b3998t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/487291/original/file-20220929-12-b3998t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/487291/original/file-20220929-12-b3998t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=306&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/487291/original/file-20220929-12-b3998t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=306&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/487291/original/file-20220929-12-b3998t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=306&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/487291/original/file-20220929-12-b3998t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=385&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/487291/original/file-20220929-12-b3998t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=385&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/487291/original/file-20220929-12-b3998t.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=385&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Detección de los distintos subtipos del virus de la gripe en Australia en estos últimos años.</span>
<span class="attribution"><span class="source">FluNet/GISRS/WHO</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>Sin medidas anti-covid habrá más contagios de gripe</h2>
<p>Tras dos años sin una temporada de gripe “normal”, lo lógico sería que este invierno hubiera más casos de gripe que en la temporada anterior, porque hemos suprimido todas las medidas contra la covid-19.</p>
<p>Asimismo hay que tener en cuenta que hay más personas susceptibles al virus, porque no han recibido el estímulo antigénico de campañas anteriores. </p>
<p>Para colmo, los anticuerpos contra la gripe también van disminuyendo con el tiempo, lo mismo que ocurre con la covid-19. En particular, los menores de cinco años no han recibido el estímulo en los últimos años y podríamos esperar un mayor número de casos de gripe.</p>
<p>También existen dudas de cuánto protegerá <a href="https://www.who.int/publications/m/item/recommended-composition-of-influenza-virus-vaccines-for-use-in-the-2022-2023-northern-hemisphere-influenza-season">la vacuna de la gripe de este año</a> frente a las cepas que circulen. Como llevamos un par de años sin gripe, la coincidencia entre las cepas vacunales y las cepas circulantes quizá resulte insuficiente.</p>
<h2>Vacunar a los niños</h2>
<p>Estamos ante un invierno especial en el que van a coincidir la gripe y el coronavirus. Preocupa también cómo será la próxima epidemia de virus respiratorio sincitial, primera causa de bronquiolitis en niños pequeños. </p>
<p>Hay que proteger y vacunar a los más vulnerables, con especial atención a los niños. Y actuar con sentido común: la vacunación sigue siendo la mejor forma de evitar las complicaciones graves por los virus respiratorios. </p>
<p>Si tiene síntomas gripales lo mejor es el aislamiento. Si puede evitar asistir al trabajo, evítelo. Y el uso de la mascarilla y el lavado frecuente de manos son muy recomendables, sobre todo para evitar transmitir el virus a los más vulnerables.</p>
<hr>
<p><em>Una versión de este artículo <a href="https://microbioblog.es/que-va-a-pasar-este-ano-con-la-gripe">fue publicada originalmente</a> en el blog del autor, microBIO.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/191615/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ignacio López-Goñi no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
La covid-19 borró del mapa a otras enfermedades más habituales durante dos años. Ahora, preocupa que nuestro sistema inmune haya perdido práctica contra otros virus y seamos más vulnerables.
Ignacio López-Goñi, Catedrático de Microbiología, Universidad de Navarra
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tag:theconversation.com,2011:article/189617
2022-09-25T20:24:35Z
2022-09-25T20:24:35Z
La vacunación intranasal podría acabar con la pandemia
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/485648/original/file-20220920-11196-6hjg0w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=17%2C8%2C5973%2C3979&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-hands-doctor-nurse-holding-intranasal-1992309047">Shutterstock / WESTOCK PRODUCTIONS</a></span></figcaption></figure><p>Araceli Hidalgo <a href="https://www.youtube.com/watch?v=uAF4F36uT4Q">se vacunaba frente a la covid-19 el 27 de diciembre de 2020</a>. Media España vio en directo aquel pinchazo. Todas las vacunas que se han puesto desde entonces se han administrado por vía intramuscular. Han transcurrido 20 meses desde entonces y la situación nacional e internacional de la pandemia es muy diferente.</p>
<p>En diciembre de 2020, el porcentaje de población inmunizada era casi nulo. El planeta se estaba enfrentado a una nueva infección sin apenas inmunidad. Salvo unos pocos que, probablemente, tenían algo de inmunidad cruzada protectora por haber pasado catarros por coronavirus. </p>
<p>Hoy tenemos un panorama radicalmente distinto. Por una parte, <a href="https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/vacunaCovid19.htm">más de un 90 % de los mayores de 12 años se han vacunado de modo completo en España</a>. Y de otra parte, las diferentes olas de contagios sufridas (sobre todo las dos últimas oleadas, con predominio de la variantes y subvariantes de ómicron) han dejado probablemente a más de dos tercios de población con inmunidad natural.</p>
<h2>Otras prioridades</h2>
<p>En este contexto, ya no hay las mismas prisas por el desarrollo de nuevas vacunas. Hay muchas candidatas en diferentes fases de investigación, y los fabricantes de las que están en uso han focalizado sus esfuerzos en desarrollar versiones dirigidas frente a las nuevas variantes. Así han nacido las <a href="https://www.fda.gov/news-events/press-announcements/actualizacion-sobre-el-coronavirus-covid-19-la-fda-autoriza-las-vacunas-bivalentes-contra-el-covid">vacunas bivalentes</a>, que tendremos disponibles en las próximas semanas. </p>
<p>En el primer año de la pandemia, la evolución del virus fue lenta, sin consecuencias funcionales. Pero desde 2021 se han sucedido variantes importantes de interés (alfa, beta, delta…), con una transmisibilidad y una evasión inmunitaria crecientes. Esto ha culminado con los linajes ómicron. Estamos asistiendo a un <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9310634/">sensible descenso en la eficacia de las vacunas (y refuerzos) para bloquear las infecciones y la transmisión</a>. </p>
<p>Por otra parte, algunos de los esfuerzos actuales pasan por investigar una nueva vía de administración de las vacunas: la intranasal. ¿Es esto tan determinante? ¿Son muy diferentes las consecuencias de introducir una vacuna por la nariz o mediante un pinchazo? </p>
<p>Este camino es la esperanza de empresas y grupos de investigación que trabajan en esa nueva vía. En lugar de inyecciones, se usarían aerosoles o gotas que se pondrían en la nariz o en la boca. Recientemente, una versión inhalada de la vacuna de la compañía CanSino Biologics frente a la covid-19 <a href="https://www.reuters.com/world/china/cansinos-inhaled-covid-19-vaccine-gets-emergency-use-approval-china-2022-09-04/">se aprobó como dosis de refuerzo en China</a>. </p>
<h2>China e India, pioneras en vacunas intranasales</h2>
<p>Según la <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-022-02824-3">revista <em>Nature</em> y la compañía británica Airfinity, hay unas 100 vacunas orales o nasales en desarrollo</a> en el mundo. En teoría, activan el sistema inmunitario por la misma vía de entrada que lo hace el virus (mucosas de las cavidades nasal y bucal). Esta activación permitirá detener rápidamente el patógeno en su camino, antes de que se propague.</p>
<p>Incluso, en el mejor e los casos, se podría prevenir la transmisión entre personas, lo que se ha venido llamando <em>inmunidad esterilizante</em>. No sería la primera vez que se administran vacunas por esta vía: ya funciona así una de las que se utilizan contra la polio, y también se han probado frente a la gripe o el cólera.</p>
<p>De esos 100 proyectos, hay al menos 20 prototipos testándose ya en humanos. No disponemos de muchos datos publicados, pero todo hace pensar que –al menos en modelos animales– <a href="https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2022.05.21.492923v1">sí inducen inmunidad esterilizante</a>. Y no sólo para la covid-19: hay resultados <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/scitranslmed.abn1413">también prometedores para inmunizar frente al VIH</a> en macacos.</p>
<p>La vacuna inhalada de CanSino Biologics es exactamente la misma que se pone por vía intramuscular. <a href="https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=4000565">Al incluirla en un nebulizador, el líquido puede inhalarse como aerosoles</a>. Mientras, en la India se ha aprobado una vacuna de inoculación primaria (no de refuerzo), desarrollada por Bharat Biotech. <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-022-02851-0">En ambos casos son vacunas de adenovirus</a>, y han pasado y superado los ensayos clínicos en fase III, aunque aún no se han publicado.</p>
<p>Los datos de la fase II de CanSino revelan que <a href="https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2022.01.24.477597v1">el refuerzo inhalado potencia los niveles de anticuerpos en sangre más significativamente</a> que el refuerzo intramuscular. De la vacuna india solo sabemos que, según la farmacéutica, los resultados fueron “exitosos”. Aún queda mucho por conocer de estos primeros productos intranasales, pero el reto de detener la transmisión (efecto esterilizante) parece todavía un listón muy alto. </p>
<p>Hay otros dos fármacos aparentemente en uso: Irán aprobó una vacuna en aerosoles fabricada por <a href="https://english.rvsri.ac.ir/covid">Razi Vaccine</a> ya en octubre de 2021; se han repartido unas 5 000 dosis al público, pero no sabemos el resultado. Igualmente, el Gobierno ruso afirma haber desarrollado una versión intranasal de Sputnik V, pero tampoco hay más datos disponibles.</p>
<h2>La vía de administración importa</h2>
<p>Cuando las vacunas se administran intramuscularmente se produce una fuerte reacción inmunitaria con la llegada a la sangre de células T (las que coordinan la respuesta), células B (las que fabrican anticuerpos) y anticuerpos. Estos últimos son sobre todo del tipo IgG, que tienen muy buena capacidad neutralizante.</p>
<p>Justamente, la capacidad de neutralizar el virus es una de las funciones más buscadas, y, aunque con las vacunas intramusculares se consiguen buenos niveles en sangre, apenas llegan esos anticuerpos a las mucosas.</p>
<p>Son muy deseables los anticuerpos del subtipo IgA, los mejor preparados para bloquear el virus en la vía de entrada (respiratoria). A la postre, por tanto, las células de memoria (T y B) y la presencia de IgA en las mucosas de entrada serán garantes de la deseada inmunidad esterilizante. Esto no se consigue con suficiente intensidad en la vacunación intramuscular. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/485441/original/file-20220920-2878-mat2aj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/485441/original/file-20220920-2878-mat2aj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/485441/original/file-20220920-2878-mat2aj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=323&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/485441/original/file-20220920-2878-mat2aj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=323&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/485441/original/file-20220920-2878-mat2aj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=323&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/485441/original/file-20220920-2878-mat2aj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=406&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/485441/original/file-20220920-2878-mat2aj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=406&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/485441/original/file-20220920-2878-mat2aj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=406&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Comparación entre la vacunación intranasal (izquierda) con la intramuscular (derecha). Imagen realizada por el autor, basada parcialmente en la del artículo <em>Scent of a vaccine</em>.
Frances E. Lund and Troy D. Randall. <em>Science 373</em> (6553), 397-399.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Aunque la administración por la nariz induce una menor respuesta en sangre, esta es potente en las vías de entrada. La mucosa se recubre de IgA neutralizante y se puebla de células de memoria. Pero, además, en las vías respiratorias bajas se aprecia la llegada de IgG en buena cantidad. </p>
<p>Recientemente, en uno de los ensayos con la vacuna intranasal de CanSino, se ha visto que <a href="https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2022.07.26.22278072v1">el refuerzo intranasal tras una inmunización primaria intramuscular es mejor que un refuerzo mediante pinchazo</a>, ya que potencia más los niveles de anticuerpos en sangre (no mostrado en la figura). Así que la combinación de rutas de administración puede ser una pauta a tener en cuenta como protocolo futuro.</p>
<p><a href="https://doi.org/10.1016/j.drudis.2021.07.021">Las vacunas intranasales tienen otras ventajas clínicas y logísticas</a>. Es más sencillo almacenarlas y transportarlas, y no precisan de agujas de inyección. Su acción es muy rápida, y al estar las mucosas muy vascularizadas, inducen respuestas inmunitarias robustas tanto en la mucosa como en sangre.</p>
<p>Las vacunas introducidas por la nariz prometen, por tanto, mayor eficacia en la situación actual que las intramusculares. Incluso más que las nuevas bivariantes, que se irán quedando obsoletas si el virus sigue mutando y originando nuevas variantes.</p>
<h2>Quizás la última vacuna intranasal necesaria sea española</h2>
<p>Entre estas nuevas vacunas, <a href="https://www.hipracovid19.com/es/covid-19-estamos-investigando-una-nueva-vacuna-frente-coronavirus">se ha colocado una española, la de la empresa Hipra</a>, que contiene proteínas recombinantes de las variantes alfa y beta. Su autorización se está retrasando más de lo previsto, y se propone como dosis de refuerzo (no de inmunización primaria).</p>
<p>Pero muchas de las ilusiones del desarrollo español están puestas en la vacuna del grupo de Luis Enjuanes, Isabel Solá y Sonia Zúñiga, que tiene un diseño muy exigente. Además de ser de administración intranasal, <a href="https://theconversation.com/luis-enjuanes-vamos-a-por-una-vacuna-intranasal-y-de-una-sola-dosis-muy-potente-157616">reúne otras características que la hacen todavía más interesante</a>.</p>
<p>Por un lado, contendrá el ARN completo del virus SARS-CoV-2, en vez de solamente el gen de la proteína S (<em>spike</em>). Este carácter, sin duda, la hará más fiable frente a eventuales nuevas variantes. Algunas mutaciones pueden hacer que se pierda eficiencia en neutralizar la proteína S, pero es muy improbable que el virus mute simultáneamente en todos sus genes. Así que se mantendrá la eficacia frente a otras partes de su estructura.</p>
<p>Pero, además, el ARN de esta vacuna es de los denominados <em>autoamplificables</em> (conocidos científicamente como <em>replicones</em>). Esto significa que el material genético dentro de nuestras células se podrá autocopiar entre 1 000 y 5 000 veces. Esto tiene dos consecuencias directas importantes: sólo será necesario administrar una dosis, y se utilizarán cantidades de ARN ínfimas comparadas con las que se usan en la actualidad. El proceso de fabricación será más eficaz.</p>
<p>Las pruebas en los primeros animales de laboratorio han tenido un resultado muy prometedor. Ahora está a punto de ser testada en macacos y, si todo sale bien, el siguiente paso será el ensayo clínico en personas. No habrá sido la vacuna más rápida, pero todos tenemos la esperanza de que sea la última necesaria.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/189617/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alfredo Corell Almuzara no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Las vacunas administradas por la nariz se erigen como la mejor alternativa en la actual fase de la pandemia. Entre sus virtudes: detienen antes al virus y podrían prevenir la transmisión entre personas.
Alfredo Corell Almuzara, Catedrático de inmunología, Universidad de Valladolid
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2022-08-21T17:20:44Z
2022-08-21T17:20:44Z
Estas son las vacunas de ARNm que nos protegerán frente a diferentes enfermedades mortales
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/480078/original/file-20220819-2875-2sko2b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4995%2C3744&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/group-vaccine-bottles-medicine-ampoules-glass-1928451257">Momentum studio / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En el transcurso del primer año de vacunación contra la covid-19, entre el 8 de diciembre de 2020 y el 8 de diciembre de 2021, fueron administradas 8 330 millones de dosis de vacunas entre <a href="https://ourworldindata.org/coronavirus">4 360 millones de personas en todo el mundo</a>. </p>
<p>Un estudio reciente publicado en la revista <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1473309922003206"><em>The Lancet Infectious Diseases</em></a> estima que la vacunación contra la covid-19 ha evitado nada menos que 19,8 millones de muertes. Gran parte de las vacunas que lo han hecho posible (como <a href="https://www.fda.gov/emergency-preparedness-and-response/coronavirus-disease-2019-covid-19/comirnaty-and-pfizer-biontech-covid-19-vaccine">BNT162b2 de Pfizer</a> y <a href="https://www.fda.gov/emergency-preparedness-and-response/coronavirus-disease-2019-covid-19/spikevax-and-moderna-covid-19-vaccine">mRNA-1273 de Moderna</a>) han sido <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-021-02483-w">vacunas de ARN mensajero</a>.</p>
<p>Este tipo de vacunas usan un material genético creado artificialmente y encapsulado en nanopartículas. El ARNm que contienen es una especie de instructor, diseñado para enseñarle a nuestras células cómo producir una proteína determinada, o incluso solo una parte de una proteína, que actúa como antígeno y desencadena una respuesta inmunitaria dentro de nuestro cuerpo. Esa respuesta inmunológica, que produce anticuerpos, ayuda al organismo en la protección contra el patógeno. </p>
<p>Las vacunas de ARNm entregan el ARNm directamente en el citoplasma de la célula, no ingresa al núcleo, y por lo tanto <a href="https://theconversation.com/no-las-vacunas-de-arn-frente-a-la-covid-19-no-modificaran-nuestro-genoma-151812">no puede incorporarse al genoma</a>. La presencia de esta molécula en la célula es transitoria ya que es metabolizada y eliminada con rapidez. Eso lo convierte en un <a href="https://www.ecdc.europa.eu/en/publications-data/video-how-do-covid-19-mrna-vaccines-work">procedimiento seguro y eficaz</a>.</p>
<h2>Además de seguras, se crean muy rápido</h2>
<p>A diferencia de las convencionales, este tipo de vacunas son escaladas con mayor facilidad y pueden ser creadas con relativa rapidez porque se basan en el código genético del patógeno. Por eso en los últimos años ha crecido de forma exponencial el interés por este tipo de tecnología para hacer frente a múltiples enfermedades hasta ahora sin tratamiento (o con tratamientos poco efectivos). </p>
<p>Concretamente, a fecha de hoy, 90 entidades líderes en la tecnología del ARNm tienen proyectos de desarrollo de más de 130 candidatos a vacunas de ARNm contra diferentes patologías como <a href="https://www.nature.com/articles/d41573-022-00035-z">el VIH, el citomegalovirus, la gripe y la rabia</a>. La mayoría están en estadios preclínicos, pero alrededor del 25 % ya se encuentran en desarrollo clínico.</p>
<p>Sin ir más lejos, en marzo de 2022 la compañía Moderna, Inc. anunció su intención de comenzar los ensayos clínicos iniciales de varias vacunas de ARNm dirigidas a 15 patógenos prioritarios que representan una amenaza para la salud pública para los que pretenden ofrecer una solución antes del año 2025. </p>
<h2>Del Nipah al virus del sida</h2>
<p>El Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés) de EE. UU., acaba de anunciar <a href="https://www.nih.gov/news-events/news-releases/nih-launches-clinical-trial-mrna-nipah-virus-vaccine">el lanzamiento de un ensayo clínico de fase I para evaluar la vacuna mRNA-1215</a> desarrollada por Moderna para prevenir la infección por el virus Nipah. La tasa de letalidad de este virus oscila entre el 40 % y 75 %, y el período de incubación promedio es de 5 a 14 días, aunque en algunos casos extremos llega hasta los 45 días. Eso implica que durante mucho tiempo una persona infectada pueda infectar a otros sin saberlo. </p>
<p>La vacuna experimental del virus mRNA-1215 Nipah será probada en un ensayo clínico de aumento de dosis para evaluar su seguridad, tolerabilidad y capacidad <a href="https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT05398796">para generar una respuesta inmunitaria en 40 adultos sanos de 18 a 60 años</a>.</p>
<p>En esta misma línea, el ensayo <a href="https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT05164094">Eclipse</a> evalúa la seguridad y la respuesta inmunitaria de otra vacuna experimental de ARNm desarrollada por Moderna destinada a proteger frente al virus de Epstein-Barr. Estudios recientes sugieren que el virus de Epstein-Barr está relacionado con el <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/science.abj8222">desarrollo de esclerosis múltiple</a>, por lo que una vacuna contra este patógeno podría prevenir la enfermedad. </p>
<p>Las vacunas experimentales también podrían ayudar a hacerle frente al virus del sida. El NIAID patrocina un estudio denominado HVTN 302 que examina la seguridad y la capacidad de inducir <a href="https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT05217641">respuesta inmune contra el VIH de tres vacunas experimentales de ARNm</a>. </p>
<p>Las secuencias de ARNm específicas contenidas en las vacunas han sido diseñadas y desarrolladas por investigadores del Consorcio Scripps para el Desarrollo de Vacunas contra el VIH/SIDA (CHAVD), financiado por el NIAID en el Instituto de Investigación Scripps, y el Centro de Anticuerpos Neutralizantes IAVI, financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates en Scripps, en colaboración con científicos de Moderna.</p>
<p>Además de estos programas, Moderna ha notificado que su vacuna experimental de ARNm contra el Zika <a href="https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT04917861">ya ha alcanzado la fase 2 del ensayo clínico</a>. Otras dos, frente <a href="https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT05330975">al virus respiratorio sincitial</a> y <a href="https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT05085366">el citomegalovirus</a>, han entrado en fase 3. En esa misma fase se encuentra su vacuna experimental de ARNm contra la gripe, denominada mRNA-1010, <a href="https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT05415462">que codifica la hemaglutinina de los cuatro tipos y subtipos del virus gripal</a>. </p>
<p>Moderna también está desarrollando varias vacunas candidatas combinadas. Entre ellas, una denominada mRNA-1073 <a href="https://www.clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT05375838">contra la gripe y el SARS-CoV-2</a>, y otra, todavía en fase preclínica, denominada mRNA-1230, diseñada contra la gripe, el SARS-CoV-2 y el virus respiratorio sincitial.</p>
<p>Asimismo, están en desarrollo vacunas experimentales de ARNm contra la glucogenosis tipo 1 (GSD-I) o enfermedad de Von Gierke (<a href="https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT05095727">vacuna mRNA-3745</a>), la acidemia metilmalónica (<a href="https://www.clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT05295433">vacuna mRNA-3705</a>), el cáncer de piel (<a href="https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT03313778">vacuna mRNA-4157</a>) y los linfomas o neoplasias malignas de tumores sólidos refractarios (<a href="https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT03739931">vacuna mRNA-2752</a>).</p>
<h2>Más beneficios que incertidumbres</h2>
<p>Todavía existen importantes preguntas clínicas sobre las vacunas de ARNm, como su riesgo-beneficio fuera de un entorno pandémico o la durabilidad de la inmunidad protectora. </p>
<p>A pesar de ello, el potencial es indudable y el desarrollo de tecnologías para la obtención de nuevas vacunas de ARNm contra enfermedades infecciosas emergentes, desatendidas o de tratamiento poco eficaz, tan solo acaba de empezar.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/187108/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
La mayoría de las vacunas frente a la covid-19, que han evitado casi 20 millones de muertes, son de tipo ARN mensajero. Y parece que podrían protegernos frente a muchas más enfermedades mortales.
Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología, Universidad de Salamanca
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/188104
2022-08-07T20:12:45Z
2022-08-07T20:12:45Z
¿Cómo es posible que el caso de polio detectado en Estados Unidos sea una infección relacionada con las vacunas?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/477476/original/file-20220803-17-nq3vf7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5472%2C3637&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/polio-vaccination-465036953">Shutterstock / Tobias Arhelger</a></span></figcaption></figure><p>Estados Unidos ha <a href="https://www.reuters.com/world/us/polio-case-found-new-york-city-suburb-state-agency-says-2022-07-21/">detectado</a> el primer caso de poliomielitis en casi una década en un joven adulto residente en Nueva York y se piensa que podría ser una infección derivada de las vacunas.</p>
<p>¿Cómo es posible que estemos ante un caso de poliovirus derivado de la vacuna si la enfermedad está casi erradicada y se supone que el objetivo principal de las vacunas es, precisamente, evitar que la gente enferme?</p>
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<span class="caption">Vacunación contra la polio (1962)</span>
<span class="attribution"><span class="source">CDC/ Mr. Stafford Smith</span></span>
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<p>Para entender mejor lo que está ocurriendo vamos a describir primero <a href="https://bescienced.com/es/que-es-y-como-funciona-el-virus-de-la-poliomielitis-o-polio/">qué es la polio</a> y cómo infecta y se multiplica el virus cuando entra en nuestro organismo.</p>
<p>La poliomielitis o polio es una enfermedad causada por el virus de la polio que puede afectar la médula espinal y causar debilidad muscular y parálisis. En la mayoría de los casos el virus se transmite por contacto directo de persona a persona o por la ruta fecal-oral.</p>
<p>Por lo general, lo que ocurre cuando una persona se infecta es que el virus entra en el organismo por la boca y la nariz y se multiplica en la garganta y el tracto gastrointestinal. A continuación, se disemina en nuestro organismo a través de la sangre y el sistema linfático para acabar siendo excretado por la vía oral y en las heces de la persona infectada.</p>
<p>La mayoría de las infecciones causadas por el virus de la polio son asintomáticas y la infección se resuelve sin más contratiempos. Sin embargo, en aproximadamente un 1 % de los casos el virus entra en el sistema nervioso central, donde puede infectar y destruir neuronas motoras, causando parálisis y atrofia muscular.</p>
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<span class="attribution"><span class="source">CDC</span></span>
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<p>En resumen, el virus entra por la boca y la nariz, se multiplica en el intestino y la persona infectada lo transmite por vía oral-oral o por las heces (fecal-oral), pudiendo pasar el virus a otras personas. En la mayoría de las infecciones no hay síntomas y la infección se resuelve, pero en un número pequeño de casos el virus puede infectar células del sistema nervioso y causar la enfermedad que todos conocemos.</p>
<h2>Las vacunas</h2>
<p>Ahora que ya sabemos cómo infecta este virus y cómo se produce la enfermedad, vamos a hablar de las vacunas. En resumen, hay dos tipos de <a href="https://bescienced.com/es/que-tipos-de-vacunas-hay-contra-la-polio/">vacunas contra la poliomielitis</a>:</p>
<p><strong>1) Vacuna intramuscular con virus inactivado (Jonas Salk, 1952)</strong></p>
<p>La vacuna intramuscular de Salk utiliza virus inactivados (virus <em>muertos</em> que no pueden infectar células ni multiplicarse). La administración de esta vacuna da lugar, entre otras cosas, a la presencia de anticuerpos en sangre. Esto evita en gran medida que el virus pueda invadir el sistema nervioso y causar la enfermedad. </p>
<p>Sin embargo, esta vacuna no genera una respuesta inmunitaria muy eficiente en la mucosa oral e intestinal. Por ello, si alguien se infecta el virus se multiplicará en su tracto gastrointestinal y la persona infectada podrá infectar a otras aunque ella misma no desarrolle la enfermedad.</p>
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<span class="attribution"><span class="source">CDC</span></span>
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<p><strong>2) Vacuna oral con virus atenuado (Albert Sabin, 1957)</strong></p>
<p>Por otro lado, tenemos la vacuna oral con virus atenuado. Esta vacuna utiliza un virus que está atenuado pero no está inactivado. En otras palabras, es un virus que puede infectar células y multiplicarse. </p>
<p>La ventaja de esta vacuna es que, al utilizar un virus atenuado que se administra por vía oral, va a reproducir el ciclo de vida del virus silvestre. Por eso confiere protección en sangre, pero también en la mucosa oral e intestinal. </p>
<p>Por lo tanto, con esta vacuna la persona inmunizada no desarrollaría la enfermedad ni tampoco podría contagiar a otros si se infecta con el virus silvestre. Otra ventaja de la vacuna oral con virus atenuado es que las personas vacunadas pueden excretar el virus de la vacuna y, de ese modo, vacunar a otras personas que no hayan recibido la vacuna.</p>
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<span class="caption">Vacunación contra la poliomielitis como respuesta a un reciente brote de esta enfermedad en el Cuerno de África. ©UNICEF Ethiopia/2013/Sewunet.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Flickr</span></span>
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<h2>Ventajas e inconvenientes de cada vacuna</h2>
<p>La vacuna con virus inactivado fue la primera que se utilizó y dio lugar a una disminución significativa en los casos de poliomielitis. Sin embargo, la vacuna oral tuvo (y tiene todavía) un papel fundamental en el control y futura erradicación de la enfermedad.</p>
<p>Cada vacuna tiene sus ventajas e inconvenientes. </p>
<p>Por un lado, la vacuna inactivada es muy segura y evita que la gente enferme, pero no evita que el virus siga circulando. </p>
<p>Por otro lado, la vacuna atenuada sí tiene la ventaja de limitar la circulación del virus, pero tiene más efectos adversos. El principal es que, al usar un virus que infecta, se multiplica y muta, existe la posibilidad de que pueda revertir y volverse virulento de nuevo. Esto causaría la enfermedad en la persona vacunada o en otra que haya estado expuesta al virus excretado por la persona vacunada.</p>
<p>Esto se conoce como <a href="https://bescienced.com/es/que-es-la-polio-derivada-de-las-vacunas/">“poliovirus derivado de la vacuna”</a> y “poliomielitis paralítica derivada de la vacuna”. Esta enfermedad derivada por la vacuna es un efecto adverso muy raro (el beneficio de la vacunación es mayor que el riesgo de desarrollar poliomielitis paralítica derivada de la vacuna) que presenta un riesgo mayor en personas inmunodeprimidas y en lugares con baja cobertura de vacunación.</p>
<h2>¿Qué vacuna es la que se administra actualmente?</h2>
<p>Hoy en día se utiliza una u otra vacuna dependiendo de la situación epidemiológica del país. </p>
<p>La vacuna oral con virus atenuado se utiliza principalmente en lugares donde el virus sigue circulando (Pakistán y Afganistán, por ejemplo) o donde el riesgo de nuevos brotes es mayor, para así evitar la transmisión del virus. </p>
<p>La vacuna con virus inactivado se utiliza actualmente en países donde no hay casos de poliomielitis y la probabilidad de infectarse es muy baja.</p>
<p>En la siguiente imagen vemos cómo ha evolucionado el número de países donde se ha eliminado la poliomielitis:</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/477408/original/file-20220803-11-hyum9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/477408/original/file-20220803-11-hyum9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/477408/original/file-20220803-11-hyum9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=212&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/477408/original/file-20220803-11-hyum9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=212&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/477408/original/file-20220803-11-hyum9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=212&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/477408/original/file-20220803-11-hyum9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=266&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/477408/original/file-20220803-11-hyum9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=266&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/477408/original/file-20220803-11-hyum9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=266&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Estado de eliminación de la poliomielitis.</span>
<span class="attribution"><span class="source">https://www.cdc.gov/polio/progress/index.htm</span></span>
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</figure>
<h2>Entonces, ¿qué es lo que ha ocurrido en Nueva York?</h2>
<p>Se piensa que una persona residente en Nueva York no vacunada contra la polio ha entrado en contacto con una persona procedente de un país donde se sigue vacunando con vacuna oral atenuada y se ha infectado con poliovirus derivado de la vacuna. Como resultado, ha desarrollado poliomielitis paralítica derivada de la vacuna.</p>
<p>Este caso ha puesto en alerta a las distintas autoridades sanitarias, las cuales recomiendan encarecidamente que las personas no vacunadas lo hagan lo antes posible por si se producen más casos. De hecho, se ha detectado el virus de la polio en las <a href="https://www.theguardian.com/us-news/2022/aug/01/polio-case-new-york-wastewater">aguas residuales</a> de Nueva York un mes antes de que se hiciera público el caso de la persona infectada, y también en las de <a href="https://www.gov.uk/government/news/poliovirus-detected-in-sewage-from-north-and-east-london">Londres</a>.</p>
<p>Por último, es importante tener presente que la poliomielitis no se ha erradicado todavía. Aunque ya no veamos casos de poliomielitis a nuestro alrededor, el virus sigue circulando. </p>
<p>Actualmente no existe cura para la poliomielitis, pero afortunadamente se puede prevenir con unas vacunas que llevan con nosotros más de 60 años. Por lo tanto, la mejor forma de protegerse contra la enfermedad y avanzar en la erradicación de la poliomielitis es mediante la vacunación.</p>
<hr>
<p><em>Una versión de este artículo fue <a href="https://bescienced.com/es/como-es-posible-que-el-caso-de-polio-detectado-en-nueva-york-sea-un-caso-de-poliovirus-derivado-de-la-vacuna/">publicada originalmente</a> en la página web del autor.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/188104/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>
¿Cómo es posible que estemos ante un caso de polio causado por la vacuna si se supone que el objetivo principal de las vacunas es precisamente evitar que la gente enferme?
Jose Manuel Jimenez Guardeño, Investigador en el Departamento de Enfermedades Infecciosas, King's College London
Ana María Ortega-Prieto, Postdoctoral research associate, King's College London
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/187749
2022-07-27T17:49:57Z
2022-07-27T17:49:57Z
El desafío de erradicar el azote mundial de las hepatitis víricas
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/476328/original/file-20220727-1257-pbblvm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4493%2C2991&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Ilustración del virus de la hepatitis B.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/hepatitis-b-viruses-on-colorful-background-663568408">Kateryna Kon / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Las <a href="https://www.who.int/es/health-topics/hepatitis#tab=tab_1">hepatitis víricas</a> constituyen un serio problema de salud: las sufren 350 millones de personas (el 4 % de la población mundial) y son responsables de más de 1,5 millones de muertes cada año. </p>
<p>Se conocen cinco virus que causan hepatitis, denominados de la letra A a la E. Pero, además, la infección por otros virus también puede dañar al hígado humano, caso del citomegalovirus o el agente patógeno del <a href="https://theconversation.com/el-ebola-azota-de-nuevo-africa-occidental-preguntas-clave-y-lecciones-del-pasado-156238">ébola</a>. </p>
<h2>Hepatitis A y E: normalmente leves y con vacuna eficaz</h2>
<p>Las más frecuentes hepatitis agudas ictéricas –caracterizadas por la coloración amarillenta de la piel– son producidas por los virus A y E. Afectan sobre todo a adultos jóvenes y el contagio se produce generalmente tras exposición a aguas y/o alimentos contaminados, lo que se conoce como transmisión por vía fecal-oral. </p>
<p>Estas hepatitis son endémicas en muchos países en vías de desarrollo, aunque se dispone de una vacuna eficaz contra ellas, aconsejada si se viaja a alguna de esas zonas. No hay formas crónicas, y las manifestaciones clínicas leves se resuelven en 1 o 2 meses. Eso sí, en los casos poco frecuentes de enfermedad fulminante, puede ser necesario el trasplante hepático.</p>
<h2>Hepatitis B: un millón de muertos al año</h2>
<p>Las hepatitis crónicas víricas más frecuentes están producidas por los virus B, C y delta. En cuanto a la primera, <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/hepatitis-b">la OMS estima</a> que alrededor de 275 millones de pacientes sufren <a href="https://theconversation.com/la-historia-del-descubrimiento-de-la-hepatitis-b-da-un-paso-mas-170246">hepatitis crónica B</a> en el mundo. Causa cerca de un millón de muertes cada año, <a href="https://www.thelancet.com/journals/langas/article/PIIS2468-1253(18)30056-6/fulltext">ya sea por complicaciones de la cirrosis o por cáncer de hígado</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/476274/original/file-20220727-23-h0htvp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/476274/original/file-20220727-23-h0htvp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/476274/original/file-20220727-23-h0htvp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=336&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/476274/original/file-20220727-23-h0htvp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=336&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/476274/original/file-20220727-23-h0htvp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=336&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/476274/original/file-20220727-23-h0htvp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=423&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/476274/original/file-20220727-23-h0htvp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=423&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/476274/original/file-20220727-23-h0htvp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=423&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Prevalencia de las hepatitis B, C y delta en el mundo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Vicente Soriano</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>Desde hace 40 años también disponemos de una vacuna eficaz frente al virus B. La OMS recomienda su administración universal a los recién nacidos; medida que, sin embargo, no se lleva a cabo en muchos países en vías de desarrollo.</p>
<p>El virus B puede transmitirse de las madres infectadas a los bebés, por transfusiones y mediante jeringuillas contaminadas (por ejemplo, en los drogadictos). A nivel global, la vía de contagio principal es la sexual.</p>
<p>Existen antivirales orales, como el tenofovir y el entecavir, que suprimen casi por completo la replicación del virus B. Tornan indetectable la carga viral. Sin embargo, la medicación es de por vida, ya que el agente patógeno no se erradica.</p>
<p><a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/2049936120965027">Además, hay nuevos fármacos de este tipo en desarrollo</a>. El objetivo de las terapias de combinación –administrando varios medicamentos a la vez– es lograr una curación funcional, esto es, que el antígeno de superficie del virus B (HBsAg) circulante pase a ser negativo, aunque no se erradique la infección viral por completo.</p>
<h2>Hepatitis C: antivirales al rescate</h2>
<p>La OMS estima que <a href="https://www.thelancet.com/journals/langas/article/PIIS2468-1253(21)00472-6/fulltext">57 millones de personas están infectadas por el virus de la hepatitis C</a>, aunque la llegada de antivirales orales ha reducido el número de afectados en el mundo durante la última década. Estos medicamentos se administran durante 2-3 meses en combinación y logran la curación –o sea, erradican el virus– en más del 95 % de casos.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/476326/original/file-20220727-1306-4lnec5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/476326/original/file-20220727-1306-4lnec5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/476326/original/file-20220727-1306-4lnec5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=204&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/476326/original/file-20220727-1306-4lnec5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=204&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/476326/original/file-20220727-1306-4lnec5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=204&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/476326/original/file-20220727-1306-4lnec5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=256&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/476326/original/file-20220727-1306-4lnec5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=256&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/476326/original/file-20220727-1306-4lnec5.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=256&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Principales antivirales para el tratamiento de las hepatitis víricas.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Vicente Soriano</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>Existe una proporción importante de infectados por el virus C que no saben que son portadores y que, por tanto, no pueden beneficiarse de la medicación. Y, además, pueden ser fuente de contagio para otros. El virus se transmite sobre todo a partir de inyecciones con material no esterilizado y transfusiones. </p>
<p>En los países desarrollados, la drogadicción intravenosa continúa siendo la causa principal de contagio. Las relaciones sexuales sin protección y con sangrado también pueden transmitir el virus. </p>
<p>No existe una vacuna frente al agente patógeno de la hepatitis C. Por tanto, los pacientes tratados y curados con antivirales orales <a href="https://www.thelancet.com/journals/lanhiv/article/PIIS2352-3018(22)00077-7/fulltext">pueden sufrir reinfecciones</a> si continúan realizando prácticas de riesgo de exposición.</p>
<h2>Hepatitis delta: rara pero muy peligrosa</h2>
<p>Esta es la menos frecuente de las hepatitis víricas, aunque también la más grave: cerca de la mitad de los casos pueden evolucionar a cirrosis y/o cáncer de hígado. Se estima que unos <a href="https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000216.htm#:%7E:text=La%20hepatitis%20D%20infecta%20a,drogas%20intravenosas%20(IV)%20o%20inyectadas">15 millones de personas</a> sufren hepatitis delta en el mundo. </p>
<p>El virus delta es un virus <em>satélite</em> y sólo infecta a pacientes con hepatitis B. De este modo, se comporta como un parásito de parásitos y agrava la historia natural de la hepatitis B. Se transmite por exposición a sangre y otros líquidos biológicos contaminados. La drogadicción intravenosa y las relaciones sexuales son los mecanismos de contagio más frecuentes. </p>
<p>Hasta hace poco tiempo, el trasplante hepático era la única alternativa para los pacientes con cirrosis por virus delta. Sin embargo, recientemente se ha aprobado de forma provisional un antiviral que se administra diariamente por vía subcutánea: la bulevirtida. Otro compuesto de estas características, lonafarnib, se encuentra en la fase final de evaluación clínica y es previsible que pronto logre su aprobación. Existen, pues, <a href="https://doi.org/10.2217/fmb-2021-0177">esperanzas de curar la hepatitis delta</a> con terapia antiviral combinada.</p>
<h2>Control de las hepatitis víricas para 2030</h2>
<p>Con ocasión del Día Mundial de las Hepatitis (28 de julio), <a href="https://www.who.int/campaigns/world-hepatitis-day/2022">la OMS ha subrayado</a> el compromiso <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jvh.13412">de erradicar las hepatitis como problema de salud pública mundial en 2030</a>. Con el fin de lograr este objetivo, se requiere un esfuerzo global para realizar pruebas diagnósticas (incluyendo test rápidos) y detectar a los portadores asintomáticos. </p>
<p>Por su parte, <a href="https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/71/wr/mm7113a1.htm?s_cid=mm7113a1_w">los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades estadounidenses han recomendado</a> hacer un despistaje o examen médico (<em>screening</em>) de marcadores de hepatitis en suero al menos una vez en todos los adultos. De este modo pueden potenciarse las opciones médicas disponibles más efectivas: el tratamiento de los infectados con antivirales y la administración de vacunas a personas susceptibles de contagiarse.</p>
<p>Estas medidas <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/13596535221083179">deben ir acompañadas de información y educación</a> sobre los mecanismos de contagio y las conductas de riesgo de exposición a las hepatitis víricas, especialmente entre los adolescentes y adultos jóvenes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/187749/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Vicente Soriano no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Con motivo del Día Mundial de las Hepatitis (28 de julio), repasamos qué modalidades víricas afectan a la población mundial y cómo se están combatiendo.
Vicente Soriano, Facultad de Ciencias de la Salud & Centro Médico, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/186138
2022-07-03T19:15:38Z
2022-07-03T19:15:38Z
Las vacunas contra la covid-19 son fundamentales para todas las personas, sin importar su peso
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/472179/original/file-20220703-15-feojwu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5476%2C3645&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/jakarta-indonesiafebruary-2021-number-elderly-people-1921817720">Shutterstock / Wulandari Wulandari</a></span></figcaption></figure><p>Hace ya más de dos años que comenzó la pandemia de covid-19, y, desde entonces, más de <a href="https://coronavirus.jhu.edu/map.html">6 millones de personas</a> en todo el mundo han muerto a causa del virus SARS-CoV-2. La otra cara de la moneda es que en la actualidad contamos con una amplia gama de <a href="https://www.nhs.uk/conditions/coronavirus-covid-19/self-care-and-treatments-for-coronavirus/treatments-for-coronavirus/">tratamientos</a> y <a href="https://covid19.trackvaccines.org/agency/who/">vacunas</a> altamente efectivos que han ayudado a reducir la cantidad de casos graves.</p>
<p>Aun así, <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-020-2521-4">algunas personas</a> tienen más probabilidades de enfermar gravemente o morir a causa del virus SARS-CoV-2 que otras. Nuestra investigación en este tema, realizada con anterioridad al comienzo de la vacunación contra la covid-19, mostró que la <a href="https://www.thelancet.com/journals/landia/article/PIIS2213-8587(21)00089-9/fulltext">obesidad</a> aumenta significativamente el riesgo de hospitalización o muerte por esta enfermedad.</p>
<p>La obesidad se clasifica mediante el índice de masa corporal (IMC). Es una simple medida de la grasa corporal que se calcula dividiendo el peso en kilos por la altura al cuadrado en metros. Una persona con un IMC inferior a 18,5 se considera con bajo peso; el rango de 18,5 a 25 se clasifica como peso saludable; por encima de 25, sobrepeso; y por encima de 30, obesidad.</p>
<p>Estos primeros resultados sobre los individuos más vulnerables se utilizaron para justificar y respaldar las políticas que priorizaban la vacunación de ciertos grupos de personas. Así ocurrió con aquellas que tenían un IMC mayor de 40, que fueron consideradas de <a href="https://www.gov.uk/government/publications/covid-19-vaccination-care-home-and-healthcare-settings-posters/covid-19-vaccination-first-phase-priority-groups">alto riesgo</a>. </p>
<p>Sin embargo, hasta la fecha no sabíamos si esta estrategia había funcionado y si se necesitan cambios para garantizar que las personas con mayor riesgo puedan acceder a las vacunas en las próximas campañas de refuerzo. </p>
<p>Algunas investigaciones realizadas antes de la pandemia mostraron que <a href="https://bmcpublichealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12889-021-11736-2">las personas con obesidad tienden a vacunarse menos</a> contra la gripe estacional. Además, hay evidencias que sugieren que <a href="https://www.nature.com/articles/ijo2017131">estas vacunas</a> no funcionan igual de bien en individuos obesos, aunque las razones exactas no se entienden completamente. </p>
<p>En este sentido, nos preguntamos si las tasas de vacunación contra la covid-19 y su efectividad es diferente en personas con distinto peso corporal. Por tanto, formulamos un <a href="https://www.thelancet.com/journals/landia/article/PIIS2213-8587(22)00158-9/fulltext">nuevo estudio</a> publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology para investigar esta cuestión tan relevante. También estudiamos el riesgo de enfermedad severa después de la inmunización en todo el rango de peso corporal.</p>
<p>Para ello, utilizamos los registros de salud anónimos de más de 9 millones de personas mayores de 18 años en Inglaterra. Nuestros datos abarcaron desde el 8 de diciembre de 2020 (fecha de la primera vacuna administrada en el Reino Unido) hasta el 17 de noviembre de 2021. Durante este tiempo, se registraron 566 461 personas con SARS-CoV-2, de las cuales 32 808 fueron hospitalizadas y 14 389 fallecieron a consecuencia de la covid-19. </p>
<h2>Las eficacia de la vacuna es alta aunque disminuye ligeramente en personas con bajo peso</h2>
<p>Para investigar la efectividad de la vacuna, comparamos a las personas que fueron inmunizadas con individuos de la misma edad, sexo y otras características que no lo habían sido dentro del mismo grupo de IMC. Los resultados mostraron que las vacunas fueron altamente efectivas contra la enfermedad severa por covid-19 en todas las categorías de IMC, especialmente después de la segunda y tercera dosis.</p>
<p>Por ejemplo, después del segundo pinchazo, las personas vacunadas que presentaban un peso saludable, sobrepeso u obesidad tenían casi un 70 % menos de probabilidades de hospitalización por covid-19 en comparación con aquellas personas no inmunizadas con el mismo peso corporal. </p>
<p>Del mismo modo, los individuos vacunados en los grupos de peso saludable, sobrepeso y obesidad tenían entre un 60 % y un 74 % menos de probabilidades de morir por esta enfermedad que las personas no inmunizadas con el mismo IMC.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/471604/original/file-20220629-20-6ezm1g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/471604/original/file-20220629-20-6ezm1g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/471604/original/file-20220629-20-6ezm1g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=392&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/471604/original/file-20220629-20-6ezm1g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=392&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/471604/original/file-20220629-20-6ezm1g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=392&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/471604/original/file-20220629-20-6ezm1g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=493&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/471604/original/file-20220629-20-6ezm1g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=493&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/471604/original/file-20220629-20-6ezm1g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=493&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Adaptado de The Lancet Diabetes & Endocrinology - Hospitalización por covid-19 después de la vacunacion.</span>
</figcaption>
</figure>
<p>Los resultados, sin embargo, indicaron que la efectividad podía ser menor en personas vacunadas con bajo peso. Estas tenían alrededor de un 50 % menos de probabilidades de ser hospitalizadas y alrededor de un 40 % menos de riesgo de morir que aquellos individuos no vacunados en el mismo rango de IMC. De todos modos, esas estimaciones de eficacia siguen siendo bastante buenas.</p>
<p>Además, las personas con bajo peso también fueron las menos propensas a inmunizarse. La proporción de no vacunados con bajo IMC fue mayor en todos los grupos de edad, mientras que el porcentaje de individuos completamente vacunados con la segunda o tercera dosis fue más alto entre el rango con sobrepeso y obesidad.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/471616/original/file-20220629-20-x31m2v.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/471616/original/file-20220629-20-x31m2v.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/471616/original/file-20220629-20-x31m2v.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=326&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/471616/original/file-20220629-20-x31m2v.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=326&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/471616/original/file-20220629-20-x31m2v.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=326&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/471616/original/file-20220629-20-x31m2v.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=410&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/471616/original/file-20220629-20-x31m2v.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=410&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/471616/original/file-20220629-20-x31m2v.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=410&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Porcentaje de vacunados en grupos de edad e índice de masa corporal.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.thelancet.com/journals/landia/article/PIIS2213-8587(22)00158-9/fulltext">source</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Los vacunados con peso saludable están mejor protegidos frente a la covid grave</h2>
<p>También analizamos el riesgo de enfermedad severa por covid-19 sólo entre las personas que habían sido vacunadas con al menos una dosis. Aunque la inmunización redujo enormemente el número de casos graves, las personas con bajo peso y obesidad seguían teniendo un mayor riesgo de hospitalización o muerte por covid-19 que aquellas vacunadas con un peso saludable. Estas asociaciones son muy similares a <a href="https://www.thelancet.com/journals/landia/article/PIIS2213-8587(21)00089-9/fulltext">aquellas encontradas antes de la vacunación</a>.</p>
<p>Después de la tercera dosis, estas asociaciones se atenuaron y fueron menos concluyentes. La razón es que se registraron muy pocos casos (53 muertes y 381 ingresos hospitalarios), ya que no todas las personas en el momento del estudio habían podido acceder a esa tercera dosis. </p>
<p>Por tanto, es necesario que futuras investigaciones confirmen si estas asociaciones persisten después de las dosis de refuerzo. Además, nuestra investigación tampoco permitió explorar diferencias entre las distintas vacunas o entre las variantes del virus. Por ultimo, es necesario esclarecer los mecanismos por los cuales el peso corporal influye en la respuesta inmunitaria a la vacunación. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/471607/original/file-20220629-12-qe8rs4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/471607/original/file-20220629-12-qe8rs4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/471607/original/file-20220629-12-qe8rs4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=221&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/471607/original/file-20220629-12-qe8rs4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=221&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/471607/original/file-20220629-12-qe8rs4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=221&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/471607/original/file-20220629-12-qe8rs4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=278&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/471607/original/file-20220629-12-qe8rs4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=278&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/471607/original/file-20220629-12-qe8rs4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=278&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">De The Lancet Diabetes & Endocrinology - Riesgo de hospitalizacion y mortalidad por covid-19 despues de la 2 dosis.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.thelancet.com/journals/landia/article/PIIS2213-8587(22)00158-9/fulltext">source</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Implicaciones de los resultados</h2>
<p>Estos hallazgos aportan nuevas evidencias que pueden ayudar a las personas a tomar la decisión correcta sobre si vacunarse o no. También pueden servir de información a los programas de vacunación actuales para establecer distintos grupos de prioridad de cara a las futuras dosis de refuerzo.</p>
<p>Las personas que tienen dos dosis reciben un alto nivel de protección contra la enfermedad grave de covid-19, independientemente de su peso corporal. Dada la ligera reducción en la efectividad de la vacuna en personas con bajo peso, es posible que se necesite incidir en este grupo para aumentar la tasa de vacunación en ellos.</p>
<p>Aunque se registró una cantidad reducida de casos graves de la enfermedad entre los individuos vacunados, aquellas personas en los grupos con bajo peso u obesidad presentaron un riesgo significativamente más alto de covid-19 severa en comparación con las de peso saludable. </p>
<p>Es necesario seguir impulsando políticas de salud publica que ayuden a las personas a mantener un peso saludable, lo cual puede traer numerosos beneficios. Uno de ellos podría ayudar a reducir la carga añadida que supone la enfermedad de covid-19 en la población vacunada.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/186138/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Nerys M Astbury recibe financiacion del NIHR Biomedical Research Centre Oxford, NIHR School of Primary Care Research, Diabetes Research and Wellness Foundation & Diabetes UK y actualmente es miembro electo del consejo de la Asociacion para el estudio de la Obesidad (ASO)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carmen Piernas recibio fondos de NIHR Applied Research Collaborations - Oxford (UK) durante esta investigacion. Actualmente es Investigadora Ramon y Cajal en la Universidad de Granada, con fondos del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2017-2020 (RYC2020-028818-I). Este estudio estuvo financiado por: Health Data Research UK (HDRUK) y Office for National Statistics, UK Research and Innovation. Tambien recibio fondos de NIHR Oxford Biomedical Research Centre (BRC) y NIHR Oxford and Thames Valley Applied Research Collaboration. </span></em></p>
Nuestro estudio demuestra la altísima eficacia de la vacuna en toda la población, si bien protege mejor a las personas que presentan un peso saludable.
Nerys M Astbury, Senior Researcher, Diet and Obesity, University of Oxford
Carmen Piernas, University Research Lecturer, Nutrition, University of Oxford
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/184483
2022-06-21T21:49:50Z
2022-06-21T21:49:50Z
¿Se pueden acortar los tiempos para desarrollar una vacuna?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/468934/original/file-20220615-19-fma87d.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C8%2C5782%2C3481&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/development-manufacture-process-new-vaccine-final-1907951548">Shutterstock / solarseven</a></span></figcaption></figure><p>No soy epidemiólogo, ni inmunólogo, ni microbiólogo. Tan solo soy un simple estadístico. Y basándome precisamente en la estadística –y en el sentido común– quiero lanzar algunas ideas sobre el proceso de gestación de las vacunas contra la covid-19. </p>
<p>Empecemos por una pregunta muy repetida en pandemia: ¿cuánto tiempo hace falta para desarrollar con garantía una vacuna? En los dos últimos años, hemos oído a expertos barajar cifras que iban desde solo un año hasta dos décadas. ¿Quién tiene razón? </p>
<p>Antes de lanzar al público una medicina o una vacuna existe un proceso de investigación que no es fácil predecir en términos temporales, porque a veces la ciencia se desarrolla en periodos intermitentes. Por ejemplo, un tratamiento en el que se ha venido trabajando durante años puede detenerse de repente por falta de financiación, por cese del investigador o investigadora principal, o quizá por falta de interés al desaparecer la necesidad. </p>
<p>En ocasiones, al cabo de un tiempo la investigación se retoma o se utiliza en el desarrollo de otro tratamiento. Y lo que podía parecer un trabajo perdido, de repente acelera el desarrollo de un nuevo tratamiento que resulta crucial en un momento dado. </p>
<p>Volviendo a la covid-19, se suele decir que la ciencia da un salto en periodos de guerra, en los que se crean unas necesidades extremas. No cabe duda de que durante esta pandemia la ciencia ha dado pasos de gigante <a href="https://theconversation.com/diez-buenas-noticias-sobre-el-coronavirus-un-ano-despues-155892">debido a la necesidad y a la gravedad de la situación</a>. Se ha publicado una cantidad ingente de artículos científicos relativos al virus. Se podría decir que solo unos pocos han sido decisivos, pero eso no significa que todos los demás sean inútiles o fruto de una ciencia barata, sino todo lo contrario.</p>
<p>En este tiempo la población se ha familiarizado con muchos términos científicos, entre ellos los ensayos clínicos o las cuatro fases de la investigación en el desarrollo de un tratamiento, vacuna en este caso. Y eso nos lo pone bastante fácil para explicar lo que sigue.</p>
<h2>Más cabezas pensando, más velocidad</h2>
<p>Todo empieza con la investigación básica. Antes de llegar a los ensayos clínicos, es preciso que científicos con experiencia y conocimientos profundos de la enfermedad y la farmacología diseñen un nuevo fármaco o vacuna. Una tarea nada trivial que normalmente implica muchos años de trabajo. </p>
<p>Los tiempos aquí se acortan más cuanta más gente esté investigando en el tema, ya que la probabilidad de obtener buenos resultados aumenta. En particular, en el coronavirus, en sus distintas variedades, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32702298/">se llevaba trabajando desde hacía muchos años</a>. Por lo tanto, no partíamos de cero cuando a principios de 2020 irrumpió la pandemia.</p>
<p>Situémonos ahora en el momento en que tenemos un fármaco diseñado (habitualmente son varios candidatos) y queremos validarlo. El primer paso, lógicamente, es medir la seguridad y la eficacia (Fase I) haciendo pruebas con un grupo de voluntarios sanos. </p>
<p>En la Fase II el objetivo es definir la dosis mínima que funciona y que es completamente segura. Conseguido el objetivo procedemos a los ensayos clínicos a gran escala de la Fase III. Aquí se establecen grupos de tratamiento, que se comparan con grupos control a los que se administra un placebo (o el tratamiento tradicional). Suele hacerse mediante simple o <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Doble_ciego">doble ciego</a>, es decir, sin que ni el paciente ni los que conducen el estudio sepan quién recibe tratamiento y quién no. Así se evitan posibles sesgos e interpretaciones subjetivas por parte de los investigadores. </p>
<p>Finalmente, la Fase IV se lleva a cabo tras la comercialización, cuando su uso ya es generalizado. Es este momento cuando se descubren reacciones adversas o nuevos efectos colaterales inesperados, además de estudiar los datos epidemiológicos.</p>
<p>A lo largo de <a href="https://www.elsevier.com/es-es/connect/medicina/edu-fases-de-desarrollo-de-un-nuevo-farmaco">las cuatro fases descritas</a> nos encontramos con problemas éticos que requieren aprobaciones de los correspondientes comités. Son trámites que llevan su tiempo, en parte porque exigen un estudio profundo del tema, en parte por cuestiones burocráticas. </p>
<p>Una vez más, cuanta más gente de esos comités se dedique a estudiar los resultados y las propuestas, más se acortarán los tiempos. Las cuestiones burocráticas también pueden acortarse notablemente sin mermar las garantías. Es una cuestión de la prioridad que se le dé.</p>
<h2>No existe el riesgo cero</h2>
<p>La estadística relacionada con la toma de decisiones contempla dos riesgos antagónicos. Explicados básicamente, se trata de: a) los riesgos de tomar como positivo lo que realmente es negativo y b) los riesgos de considerar negativo lo que es positivo. Un procedimiento que busque reducir el primer riesgo, <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/j.1539-6924.1998.tb01290.x">habitualmente lleva a aumentar el otro, y viceversa</a>. Por eso no existe el riesgo cero. El riesgo está asociado a la incertidumbre, que siempre está presente.</p>
<p>Me parece muy positivo que todo el mundo entienda, en la medida de lo posible, qué hacemos los científicos. El proceso científico que se lleva a cabo antes de lanzar un nuevo tratamiento, como un fármaco o una vacuna, ha de ofrecer unas garantías muy estrictas en cuanto se refiere a la salud y la vida tanto de los seres humanos como de los animales que participan en la experimentación. Pero el riesgo siempre está ahí. </p>
<p>Es más, podríamos decir que no acaba nunca, puesto que al cabo de bastante tiempo de uso generalizado podrían aparecer efectos secundarios no previstos, algunos incluso beneficiosos. Podemos ofrecer garantías, sí, pero no seguridad absoluta.</p>
<p>Lo que parece obvio es que, cuanto más tiempo pase, mayor es la capacidad de desarrollar mejores fármacos y de conocer mejor sus efectos secundarios. Eso sí, hay que valorar el coste que este retraso puede tener en salvar vidas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/184483/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jesús López Fidalgo recibe fondos para investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación PID2020-113443RB-C21.</span></em></p>
El proceso científico que se lleva a cabo antes de lanzar un nuevo tratamiento debe ofrecer unas garantías muy estrictas en todo lo referente a la salud de los futuros pacientes. Pero, simultáneamente, acelerarlo puede salvar vidas.
Jesús López Fidalgo, Presidente de la SEIO. Catedrático de Estadística e Investigación Operativa, Universidad de Navarra
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tag:theconversation.com,2011:article/183661
2022-05-23T17:44:03Z
2022-05-23T17:44:03Z
Viruela del mono: diez razones para ser optimistas
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/464774/original/file-20220523-24-ph0pvn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4722%2C2655&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-vector/new-monkeypox-virus-illustration-vector-2158493629">Shutterstock / cometa geo</a></span></figcaption></figure><p>Cuando ni siquiera hemos dejado atrás la pandemia de covid-19, otro virus, el de la viruela del simio, irrumpe con fuerza en el contexto mundial. </p>
<p>La viruela del simio es una enfermedad viral rara endémica en algunos países africanos. Sin embargo, en pocos días, decenas de casos de viruela del simio han sido confirmados en, al menos, 12 países no africanos. El primero <a href="https://www.gov.uk/government/news/monkeypox-cases-confirmed-in-england-latest-updates">apareció en el Reino Unido y fue notificado el 7 de mayo</a>. El paciente había realizado un viaje reciente a Nigeria, donde se cree que contrajo el virus antes de viajar a Reino Unido. </p>
<p>La detección del virus en multitud de pacientes y en poblaciones separadas por todo el mundo en pocos días ha provocado una lógica alerta científica, sanitaria, administrativa y social. Los casos notificados hasta el momento no tienen vínculos de viaje establecidos a áreas endémicas, pero es posible que algún evento multitudinario reciente haya actuado como foco amplificador. </p>
<p>Las investigaciones epidemiológicas están en curso. A medida que aumenta la vigilancia en países no endémicos es muy probable que sean identificados y confirmados más casos de viruela del mono. </p>
<p>Sin duda, la situación apunta a que estamos al principio de una posible epidemia y que es importante crear conciencia social, brindar orientación técnica, afianzar y apoyar a los sistemas de vigilancia y diagnóstico, prevenir el desarrollo del brote, proteger a los agentes sanitarios e informar sobre las características de la enfermedad. </p>
<p>Es necesario mantener la alerta y ser precavidos. Pero por suerte, no todo son malas noticias. Este nuevo brote infeccioso tiene varias buenas. He aquí algunas de ellas.</p>
<p><strong>1. Es un virus conocido.</strong></p>
<p>No estamos ante un nuevo agente patógeno desconocido. El virus fue descubierto en 1958, cuando ocurrieron dos brotes de una enfermedad similar a la viruela en colonias de monos mantenidos para labores de investigación. El primer caso humano de viruela del simio fue notificado <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/4340218/">en agosto de 1970 en la República Democrática del Congo</a>. Desde entonces, el virus ha sido estudiado y se ha realizado un seguimiento de los casos y brotes que ha originado.</p>
<p><strong>2. Es un virus relativamente estable.</strong></p>
<p>El virus de la viruela del simio es un virus de ADN relativamente grande que muta a menor velocidad que virus de ARN como los coronavirus o los influenzavirus. Los virus de ADN tienen mejores sistemas para detectar y reparar mutaciones que los virus de ARN, lo que significa que es poco probable que el virus de la viruela símica haya mutado repentinamente o que lo haga con una tasa elevada como para alcanzar una excelente transmisión humana o manifestar una variabilidad alta. </p>
<p>Esta situación provoca que, una vez superada la enfermedad, el individuo adquiera inmunidad a largo plazo contra el virus. Hasta la fecha se han caracterizado dos clados genéticos del virus de la viruela del mono, el clado de África Occidental y el clado de África Central. Ambos están separados geográficamente y tienen diferencias epidemiológicas y clínicas definidas. La secuencia de ADN muestra que el virus causante del brote actual es del tipo leve que circula por África Occidental y que está estrechamente relacionado con <a href="https://virological.org/t/first-draft-genome-sequence-of-monkeypox-virus-associated-with-the-suspected-multi-country-outbreak-may-2022-confirmed-case-in-portugal/799">los virus de la viruela del simio detectados en el Reino Unido, Singapur e Israel en 2018 y 2019</a>.</p>
<p><strong>3. Parte de la población mundial ya tiene cierto grado de inmunidad.</strong></p>
<p>El virus de la viruela del mono, el virus de la viruela humana y el virus vaccinia son ortopoxvirus estrechamente relacionados. La exitosa campaña de vacunación contra la viruela humana acarreó que la enfermedad fuera declarada erradicada en 1980. Los datos históricos apuntan a que la vacuna contra la viruela humana protege en torno a un 85 % contra la viruela del simio, por lo que las personas que fueron vacunas de viruela, que son gran parte de las que superan los 45 años, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/2850277/">son menos vulnerables al virus</a>.</p>
<p><strong>4. Conocemos cómo se transmite la enfermedad.</strong></p>
<p>La transmisión zoonótica de animal a humano puede ocurrir por contacto directo con la sangre, fluidos corporales, mucosas o lesiones cutáneas de animales infectados. Comer carne cruda o mal cocida de animales infectados es un factor de riesgo. La transmisión de animal a humano también puede ocurrir por mordedura o arañazo. </p>
<p>La transmisión de persona a persona puede ocurrir por contacto cercano con gotitas de partículas y secreciones respiratorias, lesiones en la piel de una persona infectada u objetos recientemente contaminados. La transmisión también puede ocurrir a través de la placenta de la madre al feto o durante el contacto cercano durante y después del nacimiento. El virus ingresa al cuerpo a través de heridas en la piel, (aunque sean inapreciables), el tracto respiratorio o las membranas mucosas. </p>
<p>Conocer las rutas de transmisión permite establecer <a href="https://www.cdc.gov/poxvirus/monkeypox/transmission.html">medidas de prevención eficaces</a>.</p>
<p><strong>5. La transmisión entre humanos es considerada moderada y poco eficiente.</strong></p>
<p>Es la primera vez que se informa de cadenas de transmisión de la enfermedad en Europa sin vínculos epidemiológicos conocidos con África Occidental o Central. Los canales de transmisión más probables de la enfermedad son a través de gotitas y/o contacto con lesiones infectadas. </p>
<p>La mayoría de los casos aparecidos en Europa han sido en hombres jóvenes, muchos de los cuales se autoidentifican como hombres que tienen sexo con hombres. La transmisión entre parejas sexuales aumenta debido al contacto íntimo durante las relaciones sexuales con lesiones cutáneas infecciosas, pero <a href="https://www.ecdc.europa.eu/en/news-events/epidemiological-update-monkeypox-outbreak#:%7E:text=The%20monkeypox%20virus%20is%20considered,mode%20of%20transmission%20among%20MSM">la probabilidad de transmisión entre individuos sin contacto cercano se considera baja</a>.</p>
<p><strong>6. La manifestación clínica de la viruela del simio suele ser leve.</strong></p>
<p>La viruela del mono suele ser una enfermedad autolimitada con síntomas que duran de 2 a 4 semanas. Históricamente, la tasa de letalidad de la viruela del simio en el contexto africano ha oscilado entre el 0 y 11 % en la población general, y ha sido mayor entre los niños pequeños. </p>
<p>El clado de África Occidental, el tipo visto hasta ahora en Europa, tiene una tasa de letalidad de alrededor del 3,6 % (estimada a partir de estudios realizados en países africanos). La mortalidad es mayor en niños, adultos jóvenes y personas inmunodeprimidas. Pueden ocurrir casos severos, pero <a href="https://www.bmj.com/content/377/bmj.o1274">la mayoría de las personas se recuperan de la enfermedad en pocas semanas</a>.</p>
<p><strong>7. Los síntomas de la enfermedad son característicos y evidentes.</strong></p>
<p>El virus es fácil de rastrear porque, a diferencia del SARS-CoV-2, que puede propagarse de forma asintomática, la viruela símica no suele pasar desapercibida. En gran medida por las lesiones cutáneas que provoca. </p>
<p>Además, la sintomatología de la viruela del simio (fiebre, dolor de cabeza intenso, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor de espalda, dolores musculares y decaimiento) facilita el diagnóstico de la enfermedad y la detección de personas infectadas. </p>
<p>Del primer al tercer día de aparecer la fiebre surge una erupción cutánea característica. La erupción afecta a la cara (en el 95% de los casos), y las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos). También se ven afectadas las mucosas orales, los genitales y las conjuntivas, así como la córnea. </p>
<p>La erupción evoluciona secuencialmente de máculas (lesiones con una base plana) a pápulas (ligeramente elevadas), vesículas (llenas de líquido claro), pústulas (llenas de líquido amarillento) y costras que se secan y se caen. El <a href="https://www.cdc.gov/poxvirus/monkeypox/symptoms.html">número de lesiones puede variar de unas pocas a varios miles</a>.</p>
<p><strong>8. Existen métodos de detección rápidos y eficaces</strong>.</p>
<p>En numerosos laboratorios de Europa, América y África está bien establecida la detección del ADN del virus de la viruela del simio, mediante la reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real, a partir de lesiones cutáneas sospechosas. Las costras, los hisopos y el líquido de la lesión aspirado son preferibles a las muestras de sangre. </p>
<p>Los protocolos recientes de PCR en tiempo real pueden discriminar no solo el virus de la viruela del simio de otros orthopoxvirus, sino también <a href="https://www.ecdc.europa.eu/en/about-us/partnerships-and-networks/disease-and-laboratory-networks/evd-labnet">los dos clados descritos</a>.</p>
<p><strong>9. Tenemos vacunas efectivas.</strong></p>
<p>Las vacunas originales de la viruela humana (primera generación) ya no están disponibles en el mundo, pero han sido desarrolladas nuevas vacunas de segunda y tercera generación basadas en el virus vaccinia. Estas vacunas presentan actividad frente a la viruela humana y a la viruela del mono.</p>
<p>Las vacunas ACAM2000 y Aventis Pasteur Smallpox Vaccine (APSV) están basadas en virus vaccinia atenuado con capacidad de replicación y son administradas mediante la técnica de punción múltiple. La vacuna Jynneos, nombrada cómo Imvanex en la Unión Europea e Imvamune en Canáda, es una vacuna de tercera generación que contiene un virus vaccinia Ankara modificado (MVA-BN) incapaz de replicarse en el cuerpo humano pero capaz de provocar una potente respuesta inmunitaria frente a la viruela humana y a la viruela del simio. </p>
<p><a href="https://www.cdc.gov/vaccines/acip/meetings/downloads/slides-2021-11-2-3/03-OPX-Rao-508.pdf">Jynneos</a> es la única vacuna contra la viruela del simio y la viruela no replicante aprobada por la FDA para uso no militar. </p>
<p><strong>10. Hay tratamientos antivirales efectivos.</strong></p>
<p>El Cidofovir y el Brincidofovir tienen actividad comprobada contra poxvirus en estudios <em>in vitro</em> y en animales. El Brincidofovir es un potente inhibidor de la ADN-polimerasa de gran variedad de virus de ADN bicatenario como es el caso del virus de la viruela del simio. </p>
<p>También el Tecovirimat (ST-246) es eficaz en el tratamiento de enfermedades inducidas por ortopoxvirus y los ensayos clínicos en humanos indican que el medicamento es seguro y tolerable con solo algunos efectos secundarios menores. El <a href="https://www.ema.europa.eu/en/documents/product-information/tecovirimat-siga-epar-product-information_es.pdf">Tecovirimat</a> está indicado para el tratamiento de la viruela bovina, la viruela del mono y la viruela humana en adultos y niños con un peso corporal de 13 kg como mínimo. </p>
<p>A pesar de las buenas noticias, debemos ser prudentes y mantenernos alerta porque todavía existen preguntas sin respuestas. Algunas están relacionadas con la posibilidad de que el aumento repentino en los casos sea debido a una mutación que permita que este virus de la viruela del simio se transmita más fácilmente que los del pasado, de que el virus haya podido propagarse en silencio y de que cada uno de los brotes se remonte a un único origen o a varios simultáneos. </p>
<p>Aún así, cabe esperar que el brote actual no requiera estrategias de contención más allá que la que implica la vacunación en anillo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/183661/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Ante los brotes de viruela del simio en Europa y EEUU es necesario mantener la alerta y ser precavidos. Pero, por suerte, hay buenas noticias: es un virus conocido, estable, para el que muchos tenemos inmunidad, y existen vacuna y tratamientos.
Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología, Universidad de Salamanca
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