El pasado 13 de agosto se conoció un nuevo caso mortal de fiebre hemorrágica de Crimea Congo en España. El paciente murió antes de dar con el diagnóstico. ¿Hay motivos para preocuparse?
Una infección crónica o persistente se mantiene durante meses o incluso años, típicamente escondida en áreas del cuerpo poco accesibles para el sistema inmune.
Un alto porcentaje de individuos que nunca ha tenido contacto con el SARS-CoV-2 tiene inmunidad ante él. ¿Por qué? Podría deberse a reactividad cruzada con un coronavirus del resfriado común.
La proteína ACE2 es la cerradura que el SARS-CoV-2 debe abrir para infectar las células. Paradójicamente, la cerradura podría convertirse en la llave para curar la Covid-19
Una reciente carta publicada por dos expertos y avalada por 239 científicos insiste en un nuevo modelo de dispersión del coronavirus en espacios cerrados que ha hecho que la OMS cambie de postura.
La transfusión de plasma de personas convalecientes se ha usado con éxito desde hace más de un siglo para tratar enfermedades infecciosas. Y podría reducir la gravedad y mortalidad de la COVID-19.
¿Podemos decir, al fin, que el SARS-CoV2 es menos agresivo? Es cierto que se reducen los casos, que cada día que pasa las cifras son más alentadoras… Pero probablemente no haya perdido agresividad.
Los virus son los organismos más importantes de la biosfera. Eso es así porque la mayoría sobrevive en el interior de las bacterias más numerosas del océano, las SAR11. ¿Cómo es que no las matan?
En general puede afirmarse que las mujeres responden de manera mas efectiva a las infecciones virales. Las causas están en su sistema inmune y endocrino, así como en la propia evolución de los virus.
Aunque se sabe que el SARS-CoV-2 se transmite en espacios confinados y cerrados, las recomendaciones oficiales generalmente no explican cómo minimizar el riesgo de transmisión por ascensor.
Los virus han desempeñado un papel crucial en la evolución, como bien atestiguan las huellas que han dejado incrustadas en los genomas. Pero también son causantes de enfermedades.
La anestesia, las vacunas, los antibióticos, los trasplantes o los tratamientos contra el cáncer han hecho que la medicina sea una de las ciencias que mayor impacto ha tenido sobre la vida del ser humano en toda nuestra historia. ¿Llegará algún día la erradicación de la enfermedad? ¿Habrá un último virus?
Estudios recientes apuntan a que detrás de las complicaciones de la COVID-19 podría estar el descontrol de nuestro sistema inmunitario. Nuestro mejor aliado puede ponerse del lado del enemigo.
Muchas de las decisiones que tomamos tienen implicaciones en el mundo microbiano. Por eso es necesario educar a la sociedad sobre virus, bacterias y el resto de diminutos organismos del planeta.
En torno al 70% de las personas que son infectadas por el virus presentan anosmia o disgeusia, aunque solo tengan una infección leve. ¿Podría servir para identificar la Covid-19 precozmente?
Aunque la comunidad científica asegura que el origen del SARS-CoV-2 solo puede ser natural, el bulo sobre su creación en un laboratorio ha puesto sobre la mesa el debate sobre las armas biológicas.
Catedrático del área de Biología Celular. Investigador asociado del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo. Investigador en metabolismo, envejecimiento y sistemas inmunológicos y antioxidantes., Universidad Pablo de Olavide
Catedrática de Sanidad Animal y codirectora del Grupo de Virus Animales. Universidad Complutense de Madrid. Miembro de la SEV., Universidad Complutense de Madrid
Contratada Doctora Interina. Departamento de Ciencias Médicas. Área de Microbiología. Laboratorio de Virología Molecular., Universidad de Castilla-La Mancha
Profesor Titular de Universidad, Departamento de Ciencias Médicas, Área de Microbiología, Laboratorio de Virología Molecular, Universidad de Castilla-La Mancha