Para que el teletrabajo sea productivo para la empresa y beneficioso para el trabajador es prioritario un buen diseño de tareas y valorar a las personas trabajadoras por los objetivos alcanzados.
La empresa debe dejar de considerar normal la conectividad permanente de sus trabajadores. Una conciliación real y efectiva debe partir de un cambio en la cultura organizativa, empezando por la cúspide.
La tecnología puede aportarnos mucho en la crianza si se busca un equilibrio con naturalidad y conciencia y se evitan las interferencias. Pero lo cierto es que los padres y madres en ocasiones no dan ejemplo y su constante contacto con las pantallas (en muchas ocasiones, por motivos de trabajo) hace que los menores actúen por imitación.
Aunque el teletrabajo ya se ha implantado y forma parte de las relaciones laborales, falta mejorar la legislación para detallar el alcance y contenido, y los derechos y deberes de trabajadores y patrones.
Tras el teletrabajo urgente surgido de la pandemia, se debe fijar la forma de teletrabajo que quieren (y necesitan) empresas y trabajadores, y qué aspectos debe abordar una futura Ley del Teletrabajo.
Con la pandemia llegó un incremento del uso de las tecnologías por parte de los adolescentes, en muchos casos de manera descontrolada. Las relaciones sociales directas desaparecieron y el ocio se convirtió en estrés tecnológico. Pero hay modos de frenarlo.
Profesor en el máster en Prevención de Riesgos Laborales. Consultor PRL para Fraternidad Muprespa. Grupo de investigación TR3S-i, Trabajo Líquido y Riesgos Emergentes en las Sociedad de la Información., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
Docente en la Faculta de Educación e Investigadora en el Grupo Ciberpsicología, en la Universidad Internacionall de La Rioja (UNIR), UNIR - Universidad Internacional de La Rioja