Las compañías están trasladando su producción a los países desarrollados. Esta tendencia está poniendo en peligro el progreso alcanzado en las últimas décadas en la reducción de la pobreza mundial.
Las relaciones económicas internacionales apuntan hacia una mejoría sustancial con el cambio de presidencia en Washington, las primeras vacunas y la liquidez de los mercados. No será inmediato. No será rápido. Pero será mejor que el año que ahora acaba.