Las ilusiones dejan de ser etéreas cuando se transforman en metas. La motivación ayuda a conseguirlas, pero es imposible hacerlo sin fuerza de voluntad. El logro de pequeñas metas, por ejemplo, puede incrementar nuestro compromiso con un objetivo a largo plazo.
Personal docente e investigador de la Sección departamental de Literaturas Hispánicas y Bibliografía en la Facultad de Ciencias de la Información, Universidad Complutense de Madrid