Los sistemas políticos democráticos usan y también abusan del uso del concepto de libertad, pero no siempre conocen su valor ni tampoco su significado para los individuos. Cada cultura y cada generación la concibe de una manera diferente.
La ciencia política empieza a reconocer la importancia de las emociones y los sentimientos para comprender importantes fenómenos o acontecimientos sociales como el populismo y la crisis de representación política en las democracias.
El descontento con la gestión de la pandemia por parte de los gobiernos y el ansia de libertad tras el confinamiento han avivado la difusión de este pensamiento, sobre todo entre los jóvenes.
Cuando la historia se repite deviene farsa. Reparamos en el showman y obviamos las causas que mueven a su legión de seguidores. Conviene tener en cuenta los antecedentes históricos del fenómeno.