Un estudio pionero ha identificado cómo afectan emocionalmente los espacios públicos en función del género. El objetivo de este tipo de investigaciones es ayudar a crear espacios públicos amables para la población.
Muchas ciudades tratan el agua como un residuo, pero los retos que conlleva el cambio climático y los objetivos de desarrollo sostenible obligan a reevaluar esa manera de pensar y actuar.
En las hojas se depositan las partículas y metales pesados suspendidos en el aire. Analizándolas, es posible detectar la presencia de ciertos químicos y relacionarla con sus fuentes de emisión.
Xavier Querol Carceller, Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA - CSIC)
Es necesario un cambio en el transporte metropolitano, con un transvase del vehículo privado al transporte público. Las administraciones tienen que hacer un esfuerzo en este sentido, y los ciudadanos hemos de aceptar que nuestros hábitos han de modificarse para ayudar a resolver este problema de salud pública.
Las plantas y espacios verdes contribuyen a reducir el ruido y la contaminación, paliar el calor y cambiar nuestros hábitos de movilidad hacia modos más activos y sostenibles.
La expansión del espacio urbano debe responder a principios ecológicos, acotando el número máximo de viviendas según las infraestructuras y garantizando entornos sostenibles, saludables y de cohesión social.
Los planes de prevención ante las altas temperaturas han sido claves para que los efectos del calor disminuyan. Pero estos deben basarse en el efecto del calor sobre la salud más que en el clima.
Tanto el Plan de Reforma y Ensanche como las supermanzanas de Barcelona se enfrentaron y se enfrentan a detractores, pero sus beneficios para la salud urbana han sido evidentes.
Los planes de recuperación de los espacios urbanos tras un desastre, ya sea natural o humano, se pueden aprovechar para aumentar su sostenibilidad y la calidad y número de infraestructuras verdes.
Los espacios con vegetación en las ciudades actúan como corredores que conectan los barrios y fomentan el desarrollo social y económico, además de proporcionar un entorno más resiliente.
La creación de zonas naturadas en las ciudades contribuye a mejorar su calidad ambiental y pueden tener funciones como la obtención de alimentos, el ocio o incluso el impulso de nuevos negocios.
En Barcelona, París y Suecia se apuesta actualmente por ciudades de proximidad, propuestas que coinciden en restringir el espacio destinado al automóvil y favorecer la vida urbana de proximidad.
Los edificios verdes aprovechan fuentes renovables y reducen la emisión de gases contaminantes y son respetuosos con el medio ambiente en todas las etapas del proceso de construcción.
Los espacios verdes no han sido verdaderas prioridades de la planificación urbana. Pero el futuro de crisis climática y probables pandemias hace que sean aún más necesarios.
La actual crisis sanitaria ha reavivado el debate sobre la vivienda, núcleo de la actividad humana durante el confinamiento, que debería cumplir con unas condiciones básicas de habitabilidad.
La reducción de la contaminación y de los accidentes de tráfico son datos positivos, pero faltan alternativas para permitir la actividad física al aire libre minimizando el riesgo de contagio. El coche debería ceder sus espacios a la bicicleta y al peatón.
Profesora Titular en el Área Organización Industrial y Electrónica de la ESIT – Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
Codirector de la Unidad de Referencia de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano. Profesor de Investigación. ISCIII, Instituto de Salud Carlos III