Los sondeos sobre las próximas elecciones al Parlamento Europeo indican un cambio significativo hacia la derecha y la extrema derecha. El ascenso de estas fuerzas desafía la tradicional política de centro, planteando nuevas negociaciones y alianzas en el ámbito europeo.
Europa quiere una transición energética limpia y eficiente y ser una región climáticamente neutra. Para ello necesita de otras regiones, ricas en materias primas pero con mayores dificultades en infraestructuras. Entre ellas, América Latina.
Es pronto para extraer conclusiones definitivas, pero quizás sea la consolidación de las estructuras de seguridad y defensa de la Unión Europea el único beneficio real que, pasado un tiempo, podamos rescatar de entre los cascotes de destrucción que dejará en el continente esta indigna guerra de agresión.
¿Por qué las democracias son más fuertes cuando las mujeres tienen el mismo papel que los hombres? El incidente del “sofagate” ofrece una buena explicación.
Si la UE mantiene la estrategia de perfil bajo ante una pandemia que plantea la crisis más importante desde la Segunda Guerra Mundial podría provocar una cantera aún mayor de euroescépticos y populistas que den al traste con este gran proyecto.