tag:theconversation.com,2011:/uk/topics/enfermedades-tropicales-59116/articlesenfermedades tropicales – The Conversation2024-02-05T20:22:46Ztag:theconversation.com,2011:article/2218822024-02-05T20:22:46Z2024-02-05T20:22:46ZLas enfermedades desatendidas necesitan investigación, pero la financiación no está a la altura<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/573588/original/file-20240205-21-hcg83q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=77%2C88%2C7216%2C4484&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/pills-world-map-shape-267836309">pogonici/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Las <a href="https://www.who.int/es/campaigns/world-ntd-day/2024/brief-outline">enfermedades tropicales desatendidas (ETD) son un grupo de 21 enfermedades</a> que prevalecen principalmente entre las comunidades desfavorecidas de las zonas tropicales y subtropicales, aunque algunas tienen una distribución geográfica mucho más amplia. </p>
<p>Las ETD <a href="https://www.who.int/health-topics/neglected-tropical-diseases#tab=tab_1">afectan a más de 1 000 millones de personas al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)</a>. Causan una mortalidad y morbilidad importantes, <a href="https://www.who.int/health-topics/neglected-tropical-diseases#tab=tab_2">con aproximadamente 200 000 muertes y 19 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) perdidos anualmente</a>, con consecuencias sanitarias, sociales y económicas devastadoras. </p>
<p>Cada año, matan, desfiguran o incapacitan a millones de personas, incrementando su vulnerabilidad y la pobreza en las comunidades afectadas. Lo peor es que los tratamientos existentes a menudo son anticuados, tóxicos, no están disponibles, son difíciles de administrar en áreas remotas con servicios de salud precarios o, incluso para algunas enfermedades, ni siquiera existen. Esto es debido a que estas enfermedades afectan a personas que no constituyen un mercado lucrativo que incentive la investigación farmacéutica privada.</p>
<h2>Avances conseguidos pese a la disminución de la financiación global</h2>
<p>Desde <a href="https://apps.who.int/gb/ebwha/pdf_files/WHA74/A74(18)-en.pdf">2021</a>, cada 30 de enero se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas. El objetivo de este día es visibilizar las ETD y el sufrimiento que causan, y obtener apoyo para su control, eliminación y erradicación, según las metas establecidas en la <a href="https://www.who.int/teams/control-of-neglected-tropical-diseases/ending-ntds-together-towards-2030">hoja de ruta para las ETD 2021-2030</a>, <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/health/">la meta 3.3 del objetivo 3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (que establece, junto a otras enfermedades, poner fin a las enfermedades tropicales desatendidas para 2030)</a> y <a href="https://unitingtocombatntds.org/en/the-kigali-declaration/">otros compromisos globales</a>.</p>
<p>Afortunadamente, estos esfuerzos están empezando a ver sus frutos y se ha empezado a ver algún progreso. Por ejemplo, <a href="https://worldntdday.org/">en 2023 seis países eliminaron al menos una ETD</a>, siendo <a href="https://www.who.int/news/item/31-10-2023-bangladesh-achieves-historic-milestone-by-eliminating-kala-azar-as-a-public-health-problem">Bangladesh el primer país en eliminar oficialmente la leishmaniasis visceral como problema de salud pública</a>. <a href="https://www.emro.who.int/media/news/50th-country-recognized-by-who-for-eliminating-a-neglected-tropical-disease-marking-the-halfway-point-towards-the-100-country-target-set-for-2030.html#:%7E:text=Iraq%20is%20also%20the%2050th,map%20for%20neglected%20tropical%20diseases.">Irak se convirtió en el país número 50 en eliminar al menos una enfermedad desatendida</a>, la mitad del camino hacia la meta de 100 países establecida en la hoja de ruta de la OMS para 2030. </p>
<p>Prevenir y disponer de mejores y más accesibles sistemas diagnósticos es fundamental para alcanzar este ambicioso objetivo. Pero es evidente que no basta: también se necesitan mejores tratamientos, lo que significa más innovación e investigación.</p>
<p>La emergencia de la COVID-19 determinó una nueva orientación de los recursos hacia otras áreas, y la financiación global para la investigación básica y el desarrollo de productos para las ETD ha mostrado una tendencia a la baja desde 2020. </p>
<p>Según <a href="https://policy-cures-website-assets.s3.ap-southeast-2.amazonaws.com/wp-content/uploads/2024/01/31202213/2023-Neglected-Disease-G-FINDER-report.pdf">datos publicados hace unos días del informe de G-FINDER</a>, la financiación global para la investigación básica y el desarrollo de productos para las ETD se estancó de 2021 a 2022, lo que representa los niveles más bajos de inversión anual en innovación médica para las ETD desde 2009. La financiación para kinetoplastos (enfermedad de Chagas, leishmaniasis, tripanosomiasis africana humana) ha disminuido un 11 % de 2021 a 2022, siendo el nivel de financiación más bajo desde 2007. </p>
<p>Esta disminución en la financiación es preocupante porque la investigación funciona y es imprescindible aportar buenos resultados para las poblaciones desatendidas. </p>
<h2>Medicamentos para enfermedades desatendidas</h2>
<p>Entre las organizaciones que trabajan por las personas que sufren enfermedades desatendidas destaca la <a href="https://dndi.org/">Iniciativa de Medicamentos para Enfermedades Desatendidas (Drugs for Neglected Diseases Initiative: DNDi</a>), en la que trabajamos las autoras del artículo. Fue <a href="https://dndi.org/about/who-we-are/?gad_source=1&gclid=Cj0KCQiAwvKtBhDrARIsAJj-kTjTABfZeye4p-jNt5npZv_jtjZLJs-2za3FI5Sufa4oiLsLjR5y2hgaAlvoEALw_wcB">creada en el año 2003 por Médicos sin Fronteras y otras organizaciones internacionales</a> como entidad sin ánimo de lucro para desarrollar nuevos medicamentos para enfermedades desatendidas.</p>
<p>DNDi ha contribuido a salvar millones de vidas en todo el mundo mediante el descubrimiento, desarrollo, y facilitación de acceso de manera equitativa a <a href="https://dndi.org/research-development/treatments-delivered/">13 nuevos tratamientos asequibles y mejor tolerados para pacientes con enfermedades desatendidas</a>. </p>
<p>La tripanosomiasis africana humana o enfermedad del sueño es una de las historias de éxito en el trabajo de DNDi, que en estos años ha logrado desarrollar un fármaco oral seguro y eficaz contra las dos formas de la enfermedad, lo que permite soñar con un futuro cercano en el que todos los pacientes detectados sean curados rápidamente y sin complicaciones.</p>
<p>El modelo alternativo de investigación y desarrollo (I+D) farmacéutico sin ánimo de lucro para desarrollar nuevos tratamientos está orientado por las necesidades de los pacientes, y busca desvincular el coste de investigación del precio final del tratamiento. Es un modelo que funciona, y ha sido reconocido el pasado año 2023 recibiendo el prestigioso <a href="https://www.fpa.es/es/premios-princesa-de-asturias/premiados/2023-iniciativa-medicamentos-para-enfermedades-desatendidas.html?especifica=0">Premio Princesa de Asturias en Cooperación Internacional</a>. </p>
<p>España ha contribuido históricamente mucho a la lucha contra las enfermedades tropicales desatendidas, a través de sus científicos, cooperantes y financiación de programas. La investigación científica desarrollada en los institutos de investigación españoles ha aportado importantes conocimientos y ha apoyado el desarrollo de nuevos tratamientos para estas enfermedades. </p>
<p>Es necesario poder continuar con este apoyo y extender su ámbito para aportar la innovación médica a todas las enfermedades desatendidas, como la enfermedad de Chagas, presente en España, que <a href="https://dndial.org/es/doencas/doenca-de-chagas/">afecta de manera crónica a unos 6 millones de personas, mayoritariamente en América Latina</a>, la leishmaniasis, enfermedad parasitaria endémica de amplia distribución y también endémica en España, o el dengue, enfermedad cada vez con mayor extensión geográfica y brotes más frecuentes y graves.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/221882/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Terín Beca es consultant en Drugs for Neglected Diseases initiative (DNDi). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Belén Pedrique Bárcena; Trabaja para Drug for Neglected Diseases initiative y es miembro de Médicos Sin Fronteras </span></em></p>Cada año, las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) matan, desfiguran o incapacitan a millones de personas, incrementando su vulnerabilidad y la pobreza. Los tratamientos existentes a menudo son anticuados, tóxicos, no están disponibles o ni siquiera existen.Terín Beca, Médica especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. Consultora en Drugs for Neglected Diseases Initiative (DNDi). Profesora en la Facultad de Salud, Universidad Camilo José CelaBelén Pedrique Bárcena, Médico epidemiólogo especialista en medicinal tropical, DNDi.orgLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2222912024-01-31T20:56:55Z2024-01-31T20:56:55ZMisterio resuelto: los mosquitos transmiten la úlcera de Buruli en Australia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/572408/original/file-20240131-19-5is172.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=54%2C0%2C6011%2C4028&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La úlcera de Buruli es una infección causada por la bacteria 'Mycobacterium ulcerans' (imagen).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/mycobacterium-ulcerans-3d-illustration-causative-agent-2263120535">Kateryna Kon/Sutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La úlcera de Buruli, llamada así porque la primera gran epidemia investigada se extendió por el condado de Buruli (Uganda), está considerada por la OMS como una <a href="https://www.who.int/es/news-room/questions-and-answers/item/neglected-tropical-diseases">enfermedad tropical desatendida</a>. Es una infección necrosante de la piel, el tejido subcutáneo y los huesos, causada por la bacteria <em>Mycobacterium ulcerans</em>. No hay constancia de transmisión de persona a persona y, por lo tanto, no está catalogada como enfermedad contagiosa. </p>
<h2>Se ceba sobre todo en los niños</h2>
<p>Cuando <em>Mycobacterium ulcerans</em> se introduce en el tejido subcutáneo produce una toxina citotóxica e inmunosupresora (micolactona) que provoca una ulceración cutánea rápida, extensa y relativamente indolora. Estas úlceras pueden llegar a ser muy profundas, exponiendo tendones y huesos y provocando <a href="https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/osteomyelitis/symptoms-causes/syc-20375913#:%7E:text=La%20osteomielitis%20es%20la%20infecci%C3%B3n,expone%20el%20hueso%20a%20g%C3%A9rmenes.">osteomielitis</a> (infección de los huesos). Además, la piel circundante puede mostrar edema y cambios en la pigmentación. La mayoría de las veces hay una sola lesión, aunque pueden presentarse pequeñas lesiones satélite. </p>
<p>En muchos casos, la úlcera adquiere infecciones bacterianas secundarias que producen un olor fétido. Las personas afectadas –habitualmente niños– suelen ser estigmatizadas, lo que se asocia a mayores dificultades para mantenerse en el sistema educativo o para acceder a un trabajo. </p>
<p>Oficialmente, la enfermedad fue descrita por primera vez por el médico británico Sir Albert Cook en 1897, aunque el explorador escocés James Augustus Grant podría haber hecho referencia a ella antes. En su libro <a href="https://www.biodiversitylibrary.org/item/185497#page/7/mode/1up"><em>Un paseo a través de África</em></a>, donde describe su participación en la expedición de 1860 para encontrar el nacimiento del río Nilo, Grant relata cómo su pierna derecha se deformó por encima de la rodilla con inflamación. Permaneció durante un mes en este estado inexplicable, provocando un dolor intenso, que fue aliviado temporalmente mediante una incisión profunda y una secreción abundante. Durante tres meses se formaron nuevos abscesos y se hicieron otras incisiones. Grant estaba exhausto, y su rodilla, rígida y alarmantemente doblada. Caminar era impracticable. </p>
<h2>Una infección reemergente</h2>
<p>La úlcera de Buruli es la tercera infección micobacteriana más común en humanos, después de la tuberculosis y la lepra. La enfermedad puede ser <a href="https://www.who.int/publications/i/item/9789241503402">tratada con antibióticos</a> (rifampicina y claritromicina o moxifloxacina) y, en algunas ocasiones, las infecciones se resuelven por sí solas. En muchos casos es necesaria una cirugía de la herida e injerto de piel. Si se trata demasiado tarde, la enfermedad puede provocar discapacidad y desfiguración de por vida. </p>
<p>En 1998, <a href="https://www.who.int/es/health-topics/buruli-ulcer#tab=tab_1">la Organización Mundial de la Salud (OMS)</a> reconoció a la úlcera de Buruli como una infección reemergente, más pronunciada en los países de África occidental. Aquí, la patología es un importante problema de salud pública, principalmente debido a sus frecuentes complicaciones incapacitantes y estigmatizantes. </p>
<p>Aunque esta enfermedad afecta principalmente a la población de África occidental y central, en los últimos años también ha emergido con fuerza en partes de <a href="https://apps.who.int/gho/data/node.main.A1631">Asia, América del Sur, el Pacífico occidental y Australasia</a>. Entre 1960 y 2015, fue notificada en 34 países, pero no hay consenso sobre su distribución actual. </p>
<p>En 2022, fueron notificados 2 121 nuevos casos de úlcera de Buruli en 11 países. De ellos, 1 775 se localizaron en África, 343 en Australia y 3 en Japón. Desde principios de la década de 2000, la incidencia <a href="https://nwmphn.org.au/resource/buruli-ulcer-an-update-for-gps-working-in-inner-melbourne-19-october-2023/">se ha ido incrementando en la costa de Victoria</a> (Australia), incluidos los suburbios de Melbourne y Geelong.</p>
<h2>El caso australiano</h2>
<p>En Australia, esta enfermedad también se conoce como úlcera de Bairnsdale o Searls. En 1948, el patólogo Peter MacCallum describió por primera vez las características clínicas de seis pacientes del estado de Victoria. Cada uno de ellos presentaba una úlcera con bordes socavados en un brazo o una pierna, así como los hallazgos histopatológicos característicos, que incluían necrosis extensa. Cinco de los pacientes fueron identificados por los médicos D. G. Alsop, L. E. Clay y J. R. Searls, de la ciudad de Bairnsdale, de ahí los nombres que recibe la patología en aquel país.</p>
<p>Curiosamente, existen diferencias notorias relacionadas con las áreas de aparición de los casos. Por ejemplo, en África, alrededor del 50% de las infecciones ocurren en áreas corporales expuestas (brazos o piernas) de niños menores de 15 años. Sin embargo, en Australia y Japón, la mayoría de las infecciones afectan a adultos. Estas disparidades pueden venir dadas por el <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34437549/">modo de transmisión de la enfermedad</a>, sobre la que existen aún muchas incógnitas. Recientemente se acaba de dar un paso gigantesco para resolver el misterio, al menos en Australia.</p>
<h2>Una labor detectivesca</h2>
<p>En una <a href="https://www.nature.com/articles/s41564-023-01553-1">nueva investigación</a>, publicada en <em>Nature Microbiology</em>, un numeroso grupo de científicos acaba de ofrecer información relevante y fundamental para entender y prevenir la transmisión de la enfermedad. </p>
<p>Los científicos centraron sus pesquisas en la península de Mornington, una región costera en las afueras de Melbourne que presenta una de las mayores incidencias de úlcera de Buruli en el mundo. En el estudio, realizado entre los años 2016 y 2021, fueron atrapados y analizados más de 65 000 mosquitos. Las pruebas moleculares han demostrado que <em>Aedes notoscriptus</em>, el mosquito australiano de traspatio, es portador de la bacteria <em>Mycobacterium ulcerans</em>. <em>A. notoscriptus</em> es una especie muy adaptable nativa de la región del Pacífico suroriental y ampliamente distribuida en Australia, Papúa Nueva Guinea, las Islas Salomón, Filipinas, Nueva Caledonia e Indonesia. </p>
<p>En el siguiente paso, los investigadores utilizaron pruebas genómicas para demostrar que las bacterias encontradas en estos insectos coincidían con las halladas en heces de zarigüeyas y en los humanos con úlcera de Buruli. Las zarigüeyas son un reservorio silvestre local de <em>Mycobacterium ulcerans</em> en Australia. </p>
<p>Después, analizaron muestras de mosquitos que contenían sangre para demostrar que <em>Aedes notoscriptus</em> se alimentaba tanto de zarigüeyas como de humanos. Y por último, para encajar el puzle, un análisis geoespacial reveló que las áreas con casos de úlcera de Buruli en humanos se superponen con las áreas donde están activos tanto los mosquitos como las zarigüeyas que albergan <em>Mycobacterium ulcerans</em>. </p>
<h2>La importancia de protegerse de los mosquitos</h2>
<p>Esta investigación es extraordinaria porque arroja luz a un enigma antiguo y permite tomar medidas preventivas sencillas. Entre ellas, aplicar repelente de insectos y eliminar los recipientes que acumulan agua estancada en el hogar y que facilitan las puestas de huevos de los mosquitos: los estanques ornamentales, los desagües atascados, las fuentes, los maceteros, los baldes de plástico y otros contenedores que almacenan agua de lluvia, etc. De este modo se protege a la comunidad y se reduce el riesgo de contraer la úlcera de Buruli.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/mosquitos-en-las-ciudades-un-reto-para-la-salud-publica-211853">Mosquitos en las ciudades: un reto para la salud pública</a>
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<p>Debemos tener en cuenta que existen más de 3 000 especies de mosquitos y que estos insectos transmiten a los humanos múltiples enfermedades. Entre ellas, y además de la úlcera de Buruli, cabe citar la fiebre del Nilo Occidental, el zika, el dengue, el chikungunya, la encefalitis de San Luis, la filariasis linfática, la encefalitis de La Crosse, la enfermedad de Pogosta, la fiebre de Oropouche, la enfermedad del virus Tahyna, la fiebre del valle del Rift, la infección por virus del bosque Semliki, la fiebre de Sindbis, la encefalitis japonesa, la fiebre del Río Ross, la fiebre del Bosque Barmah, la malaria, la fiebre amarilla… </p>
<p>Casi <a href="https://www.cdc.gov/globalhealth/stories/2019/world-deadliest-animal.html">700 millones de personas contraen cada año una enfermedad transmitida por mosquitos</a>, lo que provoca alrededor de un millón de muertes.</p>
<p>Las medidas de control puntuales para evitar la proliferación desmesurada de las poblaciones de estos insectos son esenciales, pero también es prudente acometer acciones individuales para esquivar las picaduras. Podemos prevenirlas utilizando repelentes de forma responsable, instalando mosquiteras en puertas y ventanas, vistiendo ropa de manga larga y de colores claros que nos permitan detectar con rapidez a los insectos o evitando las zonas en los que los mosquitos suelen descansar o estar activos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/222291/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Esta infección necrosante afecta sobre todo a países africanos, aunque su incidencia ha experimentado un preocupante aumento en Australia. Científicos de este país han identificado al mosquito que transmite allí la enfermedad.Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología., Universidad de SalamancaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2192332024-01-29T22:01:52Z2024-01-29T22:01:52ZLa úlcera de Buruli, una enfermedad desatendida que amenaza los Objetivos de Desarrollo Sostenible<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/571262/original/file-20240124-27-st4a7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C207%2C4610%2C2201&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La úlcera de Buruli es una enfermedad tropical desatendida que afecta principalmente a comunidades marginadas con dificultad de acceso a sistemas de salud de calidad. Fotografía: Israel Cruz. </span> </figcaption></figure><p>“No dejar a nadie atrás” es la promesa central de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción de la Organización de Naciones Unidas que cuenta con diecisiete <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/">Objetivos de Desarrollo Sostenible</a> (ODS). Estos comprenden desde la erradicación de la pobreza a la promoción de estrategias que fomenten el crecimiento económico y aborden necesidades sociales como la educación y la sanidad, así como la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente.</p>
<p>Una de las metas del ODS 3 (Salud y bienestar) es poner fin a la epidemia de las <a href="https://www.who.int/campaigns/world-ntd-day">enfermedades tropicales desatendidas</a> (ETDs), cuyo día mundial se celebra cada 30 de enero. Se trata de un grupo diverso de enfermedades que ocurren principalmente en áreas tropicales y en contextos de pobreza. Afectan a más de mil millones de personas y acarrean consecuencias negativas en los ámbitos social, económico y de salud. Y sin embargo, no se habla lo suficiente de ellas.</p>
<h2>La úlcera de Buruli afecta principalmente a niños en África subsahariana</h2>
<p>La <a href="https://theconversation.com/enfermedades-tropicales-desatendidas-el-caso-de-la-ulcera-de-buruli-195819">úlcera de Buruli</a> es una de las ETDs más desatendidas. Presenta su mayor incidencia en África subsahariana y está causada por una bacteria (<em>Mycobacterium ulcerans</em>) que destruye la piel. En los casos graves es capaz de llegar hasta los huesos y provocar discapacidad y estigma en las personas afectadas. </p>
<p>Esta carga de enfermedad se asocia con dificultades para mantenerse en el sistema educativo y acceder al trabajo, frenando el progreso hacia los ODS 4 (Educación de calidad), ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) y ODS 1 (Fin de la pobreza).</p>
<p>Otra consecuencia de este círculo vicioso de pobreza y enfermedad es la malnutrición, contra la que se lucha en el ODS 2 (Hambre cero), y que puede debilitar el sistema inmunitario dando lugar a formas más agresivas de la enfermedad. </p>
<p>Por otro lado, <a href="https://journals.plos.org/plosntds/article?id=10.1371/journal.pntd.0007317">la úlcera de Buruli impacta desproporcionadamente sobre las mujeres</a>, debido a los roles y responsabilidades asignados en sus comunidades, impidiendo avances en el ODS 5 (Igualdad de género). Suelen ser las madres y las hermanas quienes adoptan el papel de cuidadoras y acompañantes de los enfermos, menores en una gran proporción de los casos, durante el proceso de visita al centro de tratamiento y de hospitalización. Y como pacientes, las mujeres sufren más estigma, discriminación y abandono que los hombres, lo que dificulta su acceso a los servicios de salud. </p>
<h2>Aún no está claro cómo se transmite</h2>
<p>Existen muchas incógnitas sobre la transmisión de la úlcera de Buruli. Se suele asociar al contacto con masas de agua estancadas o de flujo lento y a la degradación de los ecosistemas, y también podrían participar artrópodos en la propagación. Por eso parece evidente que avances en el acceso a agua limpia y saneamiento (ODS 6) y el cuidado de la vida de ecosistemas terrestres (ODS 15) contribuirían a disminuir el impacto de esta enfermedad. </p>
<p>Ante la ausencia de mecanismos de control específicos, dos aspectos clave en el manejo de la úlcera de Buruli son la detección temprana de casos, antes de que desarrollen una forma grave de la enfermedad, y asegurar el tratamiento de los mismos. Sin embargo, las herramientas de diagnóstico actuales no siempre están disponibles en las comunidades remotas donde suele darse la enfermedad. Para colmo, las 8 semanas de duración que requiere el tratamiento hace que algunos pacientes que empiezan acaben abandonándolo. </p>
<p><a href="https://africabulabnet.org/index.php/en/">BULABNET</a> y <a href="https://blms4bu.org/">BLMs4BU</a> son dos ejemplos de alianzas para acabar con estos problemas, en el ámbito del diagnóstico y el tratamiento respectivamente. Asimismo, para avanzar en el control de la enfermedad hacen falta infraestructuras sostenibles y resilientes que garanticen el acceso a los servicios básicos y de salud de calidad a todas las comunidades (ODS 9-<em>Industria, innovación e infraestructura</em>, ODS 11-<em>Ciudades y comunidades sostenibles</em>).</p>
<p>En definitiva, para controlar la úlcera de Buruli es preciso colaboración, investigación e inversión sostenida para fortalecer los sistemas sanitarios. Sin olvidar a las comunidades, cuyo papel es clave en la lucha contra estas enfermedades mediante actividades como la detección de casos, la educación para la salud y el apoyo social para la reducción del estigma. </p>
<h2>Es necesario pasar a la acción</h2>
<p>En línea con los ODS, la Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea una <a href="https://www.who.int/publications/i/item/9789240010352">hoja de ruta</a> para las ETDs que resalta la necesidad de abordar los desafíos de salud global en las comunidades más vulnerables, donde la falta de recursos y atención adecuada contribuyen a la propagación y agravamiento de las mismas y, en contra del ODS 10, a mantener las desigualdades.</p>
<p>Las ETDs se han comparado con las <a href="https://www.theguardian.com/global-development/2021/apr/14/landmines-global-health-who-roadmap-eliminate-neglected-tropical-diseases">minas antipersona de la salud global</a>. En consecuencia, las acciones dirigidas a su control y eliminación contribuirían a disminuir las inequidades en salud y a hacer realidad muchos otros ODS, liberando <a href="https://www.who.int/health-topics/neglected-tropical-diseases#tab=tab_1">a casi una octava parte de la humanidad</a> de un enorme sufrimiento y carga socioeconómica.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/219233/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Israel Cruz Mata recibe fondos de la Fundación Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (ARAID) y la Fundación Anesvad como investigador participante en un proyecto relacionado con la mejora del tratamento de la úlcera de Buruli (<a href="https://blms4bu.org/">https://blms4bu.org/</a>). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Emma Sáez López recibe fondos de Tres Cantos Open Lab Foundation (TCOLF) y la Fundación Anesvad como investigadora en un proyecto relacionado con la mejora del tratamiento de la úlcera de Buruli (<a href="https://blms4bu.org/">https://blms4bu.org/</a>).</span></em></p>“No dejar a nadie atrás” es la promesa central de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción de la Organización de Naciones Unidas que cuenta con diecisiete Objetivos de Desarrollo…Israel Cruz Mata, Jefe del Área de Salud Internacional, Escuela Nacional de Sanidad, CIBERINFEC, Instituto de Salud Carlos IIIEmma Sáez López, Investigadora Postdoctoral Senior del Grupo de Genética de Micobacterias, Universidad de ZaragozaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2200632023-12-21T18:32:22Z2023-12-21T18:32:22ZQué es el noma y por qué la OMS lo ha incluido en la lista oficial de enfermedades tropicales desatendidas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/566960/original/file-20231220-29-3kkkrm.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=105%2C11%2C1334%2C593&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.youtube.com/watch?v=MsDh13LJ7SI">YouTube/Médicos Sin Fronteras</a></span></figcaption></figure><p>El 15 de diciembre de 2023, la OMS anunció la inclusión del noma (también llamado estomatitis gangrenosa o cancrum oris) en su <a href="https://www.who.int/news/item/15-12-2023-who-officially-recognizes-noma-as-a-neglected-tropical-disease">lista oficial de enfermedades tropicales desatendidas</a>. </p>
<p>El noma es una gangrena orofacial (en la cavidad oral y la cara) extensa que afecta principalmente a niños pequeños, de entre 2 y 6 años, aquejados de desnutrición crónica y que suelen vivir en condiciones de extrema pobreza y en circunstancias sanitarias precarias. La mala higiene bucal, la nutrición deficiente y la falta de atención médica, así como las infecciones y una inmunidad comprometida –a menudo causadas por enfermedades agudas, como el sarampión o la malaria– contribuyen a su aparición. </p>
<p>Esta dolencia evoluciona desde una inflamación de las encías hasta una gingivitis ulcerosa necrosante progresiva y rápida, que finalmente termina en gangrena orofacial con pérdida de tejido, <a href="https://www.msdmanuals.com/professional/multimedia/image/noma-gangrenous-stomatitis">daños tisulares deformantes y destrucción de los huesos de la cara</a>. </p>
<h2>Una elevadísima tasa de mortalidad</h2>
<p>Utilizado por primera vez <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11789155/">por el cirujano holandés Cornelis van de Voorde en 1680</a>, el término “noma” deriva de una palabra griega que, traducida libremente, significa “devorar”. En Laos, el nombre comúnmente utilizado para este mal es <em>Pagnad Pak Poue</em>, que significa “enfermedad de la pudrición de la boca”. Hoy en día, los términos noma y cancrum oris son empleados de forma indistinta. </p>
<p>La enfermedad se presenta en cinco etapas, y las primeras se desarrollan en entre una y dos semanas. Si no se trata, la infección puede progresar a una fase potencialmente letal, caracterizada por una infección gangrenosa necrosante de rápida propagación con efectos irreversibles en la piel perioral, las mucosas, los músculos y los huesos. </p>
<p>Se estima que el noma produce una tasa de mortalidad del 80 % al 90 %. Los fallecimientos se deben principalmente a inanición, neumonía por aspiración, insuficiencia respiratoria o sepsis. Los supervivientes sufren graves desfiguraciones, con importantes secuelas estéticas y funcionales, lo que les aboca a un intenso aislamiento social y a la discriminación. </p>
<p>En algunas regiones africanas, la comprensión de la enfermedad es reducida y existen suposiciones arraigadas de que el noma es causado por entidades sobrenaturales como los espíritus. Estas creencias agravan la estigmatización, ya que los pacientes y sus familias tienen más probabilidades de ser <a href="https://journals.plos.org/plosntds/article?id=10.1371/journal.pntd.0007972">condenados al ostracismo</a>.</p>
<h2>De funesta memoria en Europa</h2>
<p>A principios del siglo XX, el noma había desaparecido en Europa, pero la llegada de la Primera Guerra Mundial lo trajo de vuelta. Los soldados, que vivían en condiciones horrendas y habían olvidado lo que era la higiene bucal habitual, comenzaron a mostrar los estragos de una enfermedad que fue denominada “boca de trinchera”. </p>
<p>La comida insalubre y escasa, la suciedad, la vida en las trincheras, el tabaquismo y el estrés psicológico provocado por el temor a morir facilitaron la aparición de la gingivitis ulcerosa necrosante aguda con presencia de bacterias oportunistas, que en aquel momento eran difíciles de eliminar porque no había antibióticos. La higiene bucal y el peróxido de hidrógeno fueron la única opción terapéutica.</p>
<p>Algunos años más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, el noma fue endémico en los campos de concentración de Auschwitz y Bergen-Belsen. Los nazis pretendían estudiar la enfermedad, y un gran número de pacientes fueron tratados en el <em>Zigeunerlager</em> (Campamento Gitano) bajo la supervisión del despiadado Josef Mengele, que llegó a ser conocido como el Ángel de la Muerte. </p>
<p>Mengele vio la oportunidad de crear <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32659408/">un programa de investigación sobre niños gitanos llamado <em>Nomaprojekt</em></a>. Su objetivo era estudiar las causas del noma y encontrar métodos de tratamiento. El protocolo de tratamiento experimental consistió en administrar una combinación de sulfanilamido-etiltiodiazol y ácido nicotínico. Los niños con noma eran sometidos a estudio y asesinados sin piedad. </p>
<h2>Más allá del “cinturón noma”</h2>
<p>En la actualidad, la mayor parte de los casos aparecen en el África subsahariana. Desde principios de la década de 2000 se han notificado en la literatura científica más de 13 000, aunque las estimaciones de la OMS sobre la carga de morbilidad superan con creces esa cifra. Las últimas datan del año 1998, con una estimación de 140 000 casos nuevos por año y una <a href="https://iris.who.int/handle/10665/42065">prevalencia de 770 000</a>. </p>
<p>La distribución de la enfermedad indica que prevalece más allá del llamado “cinturón noma”, una zona de África que se extiende desde Mauritania hasta Etiopía. En los últimos años también han sido observados casos en países africanos fuera de esta región, así como <a href="https://www.thelancet.com/journals/laninf/article/PIIS1473-3099(21)00698-8/fulltext">en otras partes del mundo</a>, incluidas regiones de Asia y Asia-Pacífico, América, Oriente Medio y Europa. </p>
<p>El noma también puede golpear a adultos inmunocomprometidos afectados por <a href="https://wellcomeopenresearch.org/articles/8-125">VIH o leucemia</a>. A diferencia del que afecta a los niños, esta forma de la enfermedad ocurre en cualquier parte del mundo. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/africa-se-aferra-a-la-esperanza-de-un-futuro-sin-malaria-208130">África se aferra a la esperanza de un futuro sin malaria</a>
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<p>Una enfermedad con un cuadro clínico similar es el noma neonatorum. Afecta principalmente a lactantes prematuros o con bajo peso al nacer, en la mayoría de los casos con infecciones por <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26407438/"><em>Pseudomonas aeruginosa</em></a>, <em>Escherichia coli</em>, <em>Klebsiella</em> spp. o <em>Staphylococcus</em> spp. Casi todos los pacientes sucumben a la enfermedad. </p>
<p>El noma es considerado un marcador de extrema pobreza y una enfermedad oportunista y no contagiosa. No existe evidencia documentada que respalde la transmisión directa de persona a persona, aunque tiende a aparecer cuando las defensas del organismo están bajas. </p>
<h2>Los microorganismos, principales sospechosos</h2>
<p>La comprensión de su desarrollo y de los numerosos factores que determinan el curso clínico de la enfermedad son escasos, pero algunas evidencias indican que sus agentes causantes <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22413030/">son microorganismos no específicos</a>. </p>
<p>Esto está respaldado por la observación de que numerosas especies de bacterias (incluidas <em>Prevotella intermedia</em>, <em>Tannerella forsythia</em>, <em>Porphyromonas gingivalis</em>, <em>Campylobacter rectus</em> y <em>Treponema denticola</em>) se encuentran regularmente en el noma. También son indicios de ello el olor fétido característico de la fase activa temprana y el hecho de que el noma y sus enfermedades precursoras, como la gingivitis necrotizante, la periodontitis necrotizante y la estomatitis necrotizante, responden bien al tratamiento con antibióticos.</p>
<p>Las <a href="https://www.afro.who.int/sites/default/files/2017-07/Information_brochure_EN.pdf">pautas actuales</a> de la OMS para el manejo de las etapas agudas del noma en entornos clínicos incluyen: higiene bucal (enjuague con 10 ml de clorhexidina al 0,2 % tres veces al día); tratamiento con antibióticos (amoxicilina y clavulánico junto con metronidazol por vía intravenosa como primera opción y ampicilina más gentamicina y metronidazol por vía intravenosa como segunda opción); dieta rica en proteínas; ketamina intramuscular para el tratamiento de lesiones; limpieza de heridas (compresas empapadas en peróxido de hidrógeno) y apósitos con miel para generar una acción antibacteriana y regeneradora.</p>
<p>El noma es una enfermedad devastadora y con frecuencia mortal que requiere atención clínica y quirúrgica urgente e intensiva. A menudo es de difícil acceso, ya que la mayoría de los casos ocurren en entornos con recursos limitados. </p>
<p>Por fortuna, se trata una dolencia prevenible, por lo que es acuciante desarrollar intervenciones específicas efectivas para reducir la carga de la enfermedad en las poblaciones más afectadas. En este sentido, la inclusión del noma en la lista oficial de enfermedades tropicales desatendidas es una decisión útil y oportuna. Actualmente, con esta nueva incorporación, el listado incluye ya 21 enfermedades o grupos de enfermedades.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/220063/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Rivas González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Se trata de una enfermedad que afecta principalmente a los niños y produce serios estragos en el rostro. Su tasa de mortalidad se sitúa entre el 80 y el 90 %.Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología., Universidad de SalamancaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2178762023-12-18T20:41:59Z2023-12-18T20:41:59ZEl dengue: una enfermedad cada vez menos ‘tropical’ que se extiende por Europa<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/565784/original/file-20231214-23-8x6yy5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=73%2C73%2C5390%2C3563&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El virus del dengue se transmite por la picadura de mosquitos infectados del género 'Aedes'.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/striped-mosquitoes-eating-blood-on-human-1510102085">Witsawat.S/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Si cualquiera de nosotros buscara información sobre el dengue en los “viejos” libros de texto o en los medios digitales, muy probablemente lo encontraríamos clasificado dentro del grupo de las conocidas como enfermedades tropicales y subtropicales. </p>
<p>Y con la misma elevada probabilidad, en los últimos meses nos habremos topado con noticias sobre <a href="https://www.unicef.org/peru/comunicados-prensa/mas-37-mil-ninas-ninos-adolescentes-enfermaron-de-dengue-primeros-meses-2023-recomendaciones-especialista">uno de los picos históricos de la epidemia más intensos (tanto en casos como en muertes) que se recuerdan en Perú</a>, que forzó la declaración de estado de emergencia en la mayoría de sus regiones. Este país, con variados climas subtropicales y tropicales, está sufriendo una significativa intensificación de la circulación del virus año tras año. </p>
<h2>Récords de casos en 2023</h2>
<p>También habremos encontrado recientemente noticias al respecto de la enfermedad fuera de América Latina: récords de nuevos casos autóctonos (no importados) en <a href="https://fundacionio.com/dengue-autoctono-en-florida-7-casos-nuevos/">EE. UU.</a>, <a href="https://fundacionio.com/italia-notifica-6-nuevos-casos-de-dengue-autoctono/">Italia</a> o <a href="https://fundacionio.com/casos-de-dengue-autoctono-en-francia-actualizacio-2/">Francia</a>, así como la aparición de los primeros desde hace años <a href="https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/docs/20230228_ERR_Dengue_autoctono.pdf">en España</a>: en Cataluña, Ibiza, etc. </p>
<p>Un año atrás, en 2022, se registraron <a href="https://www3.paho.org/data/index.php/es/temas/indicadores-dengue/boletin-anual-arbovirosis-2022.htmlhttps://www3.paho.org/data/index.php/es/temas/indicadores-dengue/boletin-anual-arbovirosis-2022.html">2,8 millones de casos de dengue</a> tan solo en el continente americano, lo que representa un aumento de más del doble en comparación con los 1,2 millones notificados en 2021.</p>
<p>Aunque la mayor parte de la incidencia afecta <a href="https://www.who.int/es/emergencies/disease-outbreak-news/item/2023-DON448">a las zonas tropicales y subtropicales de América, Asia y África</a>, en los últimos años se ha observado un aumento significativo en zonas más templadas, como Europa. Y especialmente en el sur del continente, donde la dolencia está presente desde la década de 1970. </p>
<p><a href="https://www.ecdc.europa.eu/en/dengue-monthly">Según los datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC)</a>, en 2022 se notificaron 71 casos de dengue adquiridos localmente en la zona continental de la Unión Europea. Esto supone un aumento de nada menos que el 20 % respecto a 2021. ¿Qué está ocurriendo?</p>
<h2>Picaduras con graves consecuencias</h2>
<p>El <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/dengue-and-severe-dengue">dengue</a> es una enfermedad causada por uno de los cuatro serotipos (DENV1, DENV2, DENV3 y DENV4) del virus del dengue (DENV). Este patógeno pertenece a la familia <em>Flaviviridae</em>, y se ha descrito que los cuatro serotipos pueden circular juntos y causar el mismo cuadro clínico. Especial atención merece el dengue grave o hemorrágico, que suele desencadenarse tras la exposición a uno de estos serotipos del virus después de haber estado previamente expuesto a otro. </p>
<p>El DENV <a href="https://www.cdc.gov/dengue/es/transmission/index.html">se transmite</a> por la picadura de mosquitos infectados del género <em>Aedes</em>, principalmente <em>Aedes aegypti</em> y, en menor medida, <em>Aedes albopictus</em>. Estos insectos, que se alimentan de sangre humana y pueden transmitir el virus a través de su saliva, se encuentran en las zonas tropicales y subtropicales de todo el mundo. Aunque, como apuntábamos, se han extendido a zonas más templadas en las últimas décadas. </p>
<p>Así, la transmisión del virus sigue un ciclo humano-mosquito-humano. Cuando un mosquito <em>Aedes</em> hembra infectado por el DENV pica a una persona, le introduce el DENV y comienza el ciclo dentro del ser humano. El periodo de incubación suele ser de entre 3 a 10 días, aunque varía en función de factores medioambientales, como la temperatura. </p>
<p>A continuación se empieza a desarrollar la enfermedad, que normalmente cursa con fiebre, dolor de cabeza, molestias musculares, dolor en las articulaciones, náuseas y vómitos. En casos graves puede provocar hemorragias, insuficiencia orgánica y la muerte.</p>
<p>Los mosquitos <em>Aedes</em> se reproducen en aguas estancadas, como en recipientes con agua, piscinas sin uso, neumáticos viejos, etc. Por ello, en ausencia de vacunas y tratamientos efectivos más allá de los que actúan sobre los síntomas, es importante eliminar los criaderos de mosquitos para prevenir la transmisión de la enfermedad. Pero no solo del dengue, puesto que estos insectos actúan también como vectores de transmisión del zika y el chikungunya. </p>
<h2>El papel del cambio climático y la globalización</h2>
<p>El cambio climático <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30884421/#:%7E:text=Background%3A%20Climate%20change%20allows%20Aedes,of%20Madeira%20during%202012%2D13.">es uno de los factores que contribuyen al aumento de los casos de dengue</a>, tanto en Ámerica como Europa. El aumento de las temperaturas y la duración de la temporada de mosquitos (por los veranos más cálidos y duraderos) puede favorecer la expansión del <em>Aedes aegypti</em>. </p>
<p>Estos mosquitos son capaces de sobrevivir en temperaturas superiores a 10 grados centígrados, y con el calentamiento global pueden expandir su área de distribución a zonas más templadas. Y al ocasionar modificaciones en los patrones de lluvia, el cambio climático incrementa el volumen de aguas estancadas, un hábitat ideal para su reproducción.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/y-si-la-malaria-volviera-a-llamar-a-las-puertas-de-europa-208529">¿Y si la malaria volviera a llamar a las puertas de Europa?</a>
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<p>Además, el aumento de los viajes y el comercio internacional (las personas que viajan a zonas con dengue pueden contraer la infección y transmitirla a su regreso a Europa), así como el crecimiento de las ciudades, crean condiciones favorables para la reproducción de estos mosquitos. </p>
<h2>¿Estamos en la senda de que Europa se convierta en una región endémica?</h2>
<p>Con todo este panorama, la posibilidad de que el dengue se convierta en una enfermedad endémica en el Viejo Continente es un escenario real: las condiciones ambientales –cambio climático y globalización– van siendo cada vez más favorables para la actividad del vector y la replicación del virus en el mismo. Además, se trata de factores que de momento escapan al control humano.</p>
<p>Si el dengue se convirtiese en una enfermedad endémica en Europa podría tener un impacto significativo en la salud pública. Por eso, <a href="https://climate-adapt.eea.europa.eu/en/observatory/evidence/health-effects/vector-borne-diseases/dengue-factsheet">las autoridades sanitarias europeas ya están trabajando</a> en prevenir su propagación con medidas sobre los factores que sí pueden controlarse, como la vigilancia de casos, la educación sobre cómo prevenir las picaduras de mosquitos y la aplicación de medidas críticas de control sobre la población de mosquitos desde el momento en que se detecta su presencia. Algo que, por ejemplo, viene sucediendo con bastante frecuencia en la isla española de <a href="https://www.ull.es/portal/noticias/2023/sanidad-activa-con-ayuda-de-la-ull-el-protocolo-ante-la-deteccion-de-un-mosquito-aedes-albopictus-en-santa-cruz-de-tenerife/">Tenerife</a>. Toda precaución es poca.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/217876/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raimundo Seguí López-Peñalver no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El cambio climático y la globalización contribuyen a que el mosquito vector del dengue, ‘Aedes aegypti’, esté conquistando nuevos territorios. ¿Podría convertirse en una enfermedad endémica también en Europa?Raimundo Seguí López-Peñalver, Profesor de Epidemiología en VIU, Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2168892023-11-02T18:31:38Z2023-11-02T18:31:38ZDegradación en la Amazonia: una bomba de relojería para la aparición de enfermedades con potencial pandémico<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/557178/original/file-20231030-17-13jpj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C12%2C8231%2C5475&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La sequía histórica en la Amazonia ha provocado la sequía de los ríos en la región de Catalão (AM). </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://agenciabrasil.ebc.com.br/">Cadu Gomes/VPR</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>Hogar de <a href="https://www.wwf.org.br/nossosconteudos/biomas/amazonia">la mayor biodiversidad del planeta</a>, la Amazonia es también una bomba de relojería para la aparición o resurgimiento de enfermedades con potencial pandémico. Esto se debe a que la degradación medioambiental y la alteración de los paisajes son factores importantes en este proceso, que se agrava durante los periodos de sequía extrema, como el que afecta actualmente a la región.</p>
<p>En la Amazonia en particular, la <a href="https://www.uol.com.br/ecoa/colunas/noticias-da-floresta/2022/09/27/governo-inicia-pavimentacao-da-br-319-e-devastacao-ja-e-vista-na-regiao.htm">pavimentación de la BR-319</a>, que une Porto Velho a Manaus, es una fuente importante de preocupación. Las estimaciones más conservadoras prevén que la deforestación en torno a la carretera podría <a href="https://ufmg.br/comunicacao/noticias/pavimentacao-da-br-319-na-amazonia-pode-quadruplicar-desmatamento">cuadruplicarse en los próximos 25 años</a>, debido principalmente a la especulación del suelo. Esto se agrava por el hecho de que el 90 % de la zona directamente afectada consiste en áreas de bosque virgen.</p>
<p>La deforestación no es una situación estática, sino dinámica e imprevisible, que provoca la fragmentación de los bosques, aumenta el riesgo de incendios y reduce la biodiversidad de las zonas afectadas. La asociación entre la acción humana en la Amazonia –como la pavimentación de la autopista BR-319 y la explotación ilegal de áreas para la minería–, el cambio climático, la migración desorganizada y el desarrollo social precario crea un entorno favorable para que <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.abo5774">resurjan enfermedades importantes</a>.</p>
<h2>Enfermedades conocidas</h2>
<p>Este proceso puede darse de diferentes maneras. La degradación de las zonas conservadas, el desvío de los ríos y las sequías extremas, por ejemplo, provocan escasez de agua y alimentos. Y esto supone una amenaza directa de <a href="https://portal.fiocruz.br/noticia/pesquisadora-do-iff/fiocruz-analisa-o-quadro-de-desnutricao-das-criancas-yanomami">malnutrición</a>, que afecta a la salud de las poblaciones locales, dejándolas más vulnerables a las enfermedades conocidas.</p>
<p>La falta de agua potable y la higiene deficiente en condiciones de sequía también aumentan el riesgo de enfermedades transmitidas por agua y alimentos contaminados, como el cólera y la hepatitis, y virus que causan diarreas graves, como el rotavirus. Para empeorar las cosas, la incidencia de enfermedades asociadas a la mala conservación del pescado, como la rabdomiólisis (enfermedad de la orina negra) –que no es infecciosa–, <a href="https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/54510/9789275721841_por.pdf?sequence=1&isAllowed=y">también aumenta durante las sequías extremas</a>.</p>
<p>El calentamiento global es, asimismo, un factor crítico en este proceso, ya que permite que se expanda la presencia de mosquitos que transmiten enfermedades como la malaria y el dengue. Un aumento de apenas unos grados en la temperatura media del planeta puede permitir a estos vectores colonizar zonas que antes les eran inaccesibles, ya que requieren condiciones de temperatura y humedad relativamente altas. En las regiones donde están presentes, la degradación del medio ambiente puede aumentar o disminuir los periodos de precipitaciones, favoreciendo las inundaciones y el mantenimiento de aguas estancadas, y facilitando su proliferación.</p>
<p>No es sorprendente que las enfermedades transmitidas por vectores sean <a href="https://doi.org/10.1590/1678-4685-GMB-2020-0355">casos clásicos</a> de <a href="https://doi.org/10.1016/j.actatropica.2021.106225">brotes debidos al desequilibrio medioambiental</a>. La reciente crisis humanitaria de los yanomami, una tragedia causada por la minería ilegal, el acaparamiento de tierras y la falta de acceso a los servicios sanitarios, es un ejemplo de ello. Además de la contaminación del agua y del medio ambiente por el mercurio, las actividades mineras han creado un entorno favorable para la reproducción y propagación de especies de mosquitos del género Anopheles, transmisor del protozoo que causa la malaria.</p>
<p>Esto se debe a que la excavación de barrancos para la extracción de oro y minerales crea charcos de agua que actúan como criaderos artificiales. Además, <a href="https://www.socioambiental.org/noticias-socioambientais/garimpo-ilegal-na-terra-yanomami-cresceu-54-em-2022-aponta-hutukara">la actividad minera</a> aumenta la población humana en estas regiones remotas, lo que facilita la propagación de la malaria. En términos numéricos, mientras que entre 2008-2012 alrededor del 20 % de los casos de malaria se produjeron en territorio yanomami, entre 2018-2022 casi <a href="https://doi.org/10.1186/s12936-022-04381-6">el 50 % de los casos afectaron a esta población</a>.</p>
<h2>Y nuevas enfermedades</h2>
<p>Pero sin duda, las enfermedades infecciosas, <a href="https://doc.woah.org/dyn/portal/index.xhtml?page=alo&aloId=30345">especialmente las zoonóticas</a> (transmitidas de animales a personas), son las más preocupantes. Mientras que algunos patógenos (agentes causantes de enfermedades como virus y bacterias) son capaces de infectar a una o unas pocas especies huésped, otros están más generalizados y pueden, si hay contacto y oportunidad, infectar a una gran variedad de animales.
Este tipo de “salto” de un huésped a otro se produce constantemente entre animales en su hábitat natural, por ejemplo, de murciélagos a primates no humanos, pequeños roedores y otros mamíferos. Sin embargo, suele haber un <a href="https://www.nature.com/articles/nature02104">equilibrio en la circulación de estos agentes</a>.</p>
<p>Pero cuando se destruyen los hábitats, por la razón que sea (causada o no por el hombre), las especies locales emigran a zonas más conservadas en busca de alimento y refugio. Y esto puede ocurrir en zonas cercanas a asentamientos humanos, <a href="https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rsif.2018.0403">favoreciendo el contacto entre animales salvajes y personas</a>.</p>
<h2>Imposible de predecir, pero posible de vigilar</h2>
<p>Por desgracia, prevenir las zoonosis no es tarea fácil. Aunque sabemos que estamos cerca de los límites de una crisis sin retorno, no existe ningún método eficaz que pueda predecir cómo, de dónde o cuál será la próxima enfermedad emergente.</p>
<p><a href="https://nap.nationalacademies.org/catalog/10915/learning-from-sars-preparing-for-the-next-disease-outbreak-workshop">Pero es posible vigilarla</a>. Para ello, vigilamos la circulación de virus y bacterias resistentes en muestras de agua, animales y vectores, así como en seres humanos. Animales centinela como murciélagos, roedores y primates se someten a tecnologías de secuenciación de nueva generación para la detección precoz de agentes circulantes que podrían suponer una amenaza para la salud humana.</p>
<p>Sin embargo, sigue sin ser suficiente. Para ser eficaz, la vigilancia debe ser constante y abarcar los ámbitos local y nacional. Aunque Brasil tiene la capacidad y la infraestructura técnica básica para ello, son pocas las acciones que realmente se ponen en práctica. Además de la vigilancia, necesitamos inversiones en métodos de diagnóstico más rápidos y precisos que puedan marcar la diferencia y ayudar a contener, si no la emergencia, la propagación de una posible nueva enfermedad con potencial pandémico como la covid-19.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/216889/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Camila M. Romano recibe financiación de la Fundación de Investigación del Estado de São Paulo (FAPESP), proyecto nº 2022/10408-6, Iniciativa Amazonia+10.
</span></em></p>La degradación ambiental y la alteración de los paisajes, debidas tanto a la acción humana como al cambio climático, aumentan la incidencia de enfermedades ya conocidas y el riesgo de aparición de nuevas zoonosis.Camila M. Romano, Pesquisadora, Faculdade de Medicina da USP (FMUSP)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1958192023-01-29T18:15:55Z2023-01-29T18:15:55ZEnfermedades tropicales desatendidas: el caso de la úlcera de Buruli<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/502720/original/file-20221229-66143-7a338e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=24%2C0%2C4001%2C3017&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Actualmente se desconoce el modo exacto de transmisión de la úlcera de Buruli. Pero existe una fuerte asociación con masas de agua estancada o de flujo lento </span> <span class="attribution"><span class="source">Fotografía: Israel Cruz</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Este 30 de enero se conmemora el <a href="https://worldntdday.org/">Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD)</a>, que afectan principalmente a poblaciones desfavorecidas en latitudes tropicales y subtropicales, donde el acceso a los servicios de salud es muy limitado. Con una <a href="https://journals.plos.org/plosntds/article?id=10.1371/journal.pntd.0008498">carga de enfermedad</a> similar a la de la tuberculosis, aproximadamente 48 millones de años de vida ajustados por discapacidad, las ETD son, además, una causa importante de estigma y exclusión social.</p>
<p>Una de estas ETD es la úlcera de Buruli, causada por la bacteria <em>Mycobacterium ulcerans</em>, que produce una toxina que destruye la piel, pudiendo dañar hasta los huesos en casos avanzados. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/502726/original/file-20221229-52877-9rc6rv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/502726/original/file-20221229-52877-9rc6rv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/502726/original/file-20221229-52877-9rc6rv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/502726/original/file-20221229-52877-9rc6rv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/502726/original/file-20221229-52877-9rc6rv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/502726/original/file-20221229-52877-9rc6rv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/502726/original/file-20221229-52877-9rc6rv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/502726/original/file-20221229-52877-9rc6rv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Lesión avanzada de úlcera de Buruli. El tratamiento requerirá 8 semanas de antibióticos y meses de cuidado de la herida junto con fisioterapia para poder conservar la movilidad del pie.</span>
<span class="attribution"><span class="source">[Israel Cruz]</span></span>
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<p>Su mecanismo de transmisión es desconocido, aunque se sabe que tiene importantes determinantes ecológicos y se asocia con la exposición a masas de agua estancada o de flujo lento. La enfermedad se ha descrito en distintas regiones del planeta, como en América del Sur y el Pacífico Occidental, pero realmente es un problema de salud pública en comunidades rurales de África subsahariana, donde afecta principalmente a niños y niñas menores de 15 años y es responsable de un sufrimiento prevenible:</p>
<p>Si la úlcera de Buruli no se diagnostica y se trata a tiempo puede causar discapacidad hasta en el 25 % de los casos. Los pacientes generalmente deben estar acompañados por miembros de la familia durante la hospitalización, esto afecta negativamente los ingresos del hogar, provocando el abandono de enfermos en los hospitales o que estos no completen el tratamiento. Quienes sufren grandes úlceras, o se han curado con desfiguración, a menudo quedan socialmente excluidos y terminan abandonando la escuela o el trabajo, perpetuando el <a href="https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-030-11114-4_15">círculo vicioso de pobreza y enfermedad</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/502728/original/file-20221229-120640-bmjbjw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/502728/original/file-20221229-120640-bmjbjw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/502728/original/file-20221229-120640-bmjbjw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/502728/original/file-20221229-120640-bmjbjw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/502728/original/file-20221229-120640-bmjbjw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/502728/original/file-20221229-120640-bmjbjw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/502728/original/file-20221229-120640-bmjbjw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/502728/original/file-20221229-120640-bmjbjw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">La úlcera de Buruli puede causar discapacidad funcional a largo plazo en hasta el 25% de los casos.</span>
<span class="attribution"><span class="source">[Israel Cruz]</span></span>
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<p>La úlcera de Buruli es una de las ETD más desatendidas, la investigación para su control recibe muy poca financiación. Por ello, los objetivos que plantea la Organización Mundial de la Salud (OMS) para esta enfermedad en su nueva <a href="https://www.who.int/publications/i/item/9789240010352">Hoja de Ruta</a> son bastante humildes: para el año 2030 más del 90% de los casos deberían detectarse en etapas tempranas para evitar las secuelas (actualmente el 30% de los casos se detectan demasiado tarde). Otros objetivo importante es que más del 95% de todos los casos puedan confirmarse con una prueba de laboratorio y completen el tratamiento. </p>
<p>Una de las principales barreras al control de la úlcera de Buruli es el desconocimiento de su epidemiología y mecanismos de transmisión. Sus <a href="https://journals.asm.org/doi/10.1128/CMR.00045-17">determinantes ecológicos</a> se relacionan con la falta de acceso a agua limpia y saneamiento, y se discute la participación de insectos vectores y reservorios animales.
Mientras se realizan esfuerzos para desarrollar <a href="https://apps.who.int/iris/handle/10665/353982">nuevas herramientas diagnósticas</a> que permitan la detección temprana en las comunidades endémicas y para <a href="https://trialsjournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13063-022-06473-9">acortar la duración del tratamiento</a> (de tal modo que este sea completado por la mayoría de los pacientes y a menor coste) el control de la úlcera de Buruli recae en una serie de acciones integradas. </p>
<p>En línea con su hoja de ruta para las ETD, la OMS promueve, entre otras, tres acciones clave que maximizan el uso de las herramientas y estrategias actuales para poder luchar contra la úlcera de Buruli y otras ETD, y que además contribuyen a la mejora de los servicios y sistemas de salud:</p>
<ol>
<li><p>Un <a href="https://www.who.int/publications/i/item/9789240051423"><strong>marco estratégico para el manejo y control integrado de ETD con manifestación cutánea</strong></a>, como la úlcera de Buruli, la lepra, y la sarna, entre otras: Examinando la piel para el reconocimiento temprano de la enfermedad se pueden integrar los procesos de diagnóstico, manejo y control de estas enfermedades, optimizando recursos e infraestructuras y permitiendo un servicio de salud más eficiente.</p></li>
<li><p>Un <a href="https://www.who.int/publications/i/item/9789240042414"><strong>enfoque transdisciplinar y transversal de One Health (Una Sola Salud)</strong></a>: Algunas ETD de la piel son transmitidas por vectores, como mosquitos o moscas en el caso de la filariasis linfática o la oncocercosis, o son zoonóticas (tienen un reservorio animal), como la tungiasis o la leishmaniasis cutánea, o tienen una marcada influencia ambiental, como la úlcera de Buruli. Por ello, su control requiere un enfoque <em>One Health</em> con colaboración intersectorial entre especialistas en salud humana y animal, sin dejar de considerar las complejidades de los ecosistemas donde coexisten humanos y animales.</p></li>
<li><p>Una <a href="https://apps.who.int/iris/handle/10665/340240"><strong>estrategia global sobre agua, saneamiento e higiene para combatir las ETD</strong></a>. Que en el caso de la úlcera de Buruli y otras ETD de la piel es clave para ayudar en el cuidado de las lesiones y la prevención de infecciones en heridas abiertas.</p></li>
</ol>
<p>Entre las <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/health/">metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3</a> (Salud y Bienestar) se encuentran el poner fin a las ETD y lograr la cobertura sanitaria universal. El pasado 12 de diciembre se celebró el <a href="https://universalhealthcoverageday.org/">Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal</a>, recordándonos que el <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/universal-health-coverage-(uhc)">30% de la población mundial</a> aún no puede acceder a servicios esenciales de salud. En este contexto, los avances en la lucha contra la úlcera de Buruli y otras ETD se convertirían en indicadores de cobertura sanitaria universal además de <a href="https://www.who.int/publications/i/item/9789240010352">contribuir a otras metas de los ODS</a>, como aliviar la pobreza y el hambre, mejorar el acceso a la educación y llevar una vida laboral productiva.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/195819/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Israel Cruz Mata recibe fondos de la Fundación Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (ARAID) como participante en un proyecto relacionado con la mejora del tratamento de la úlcera de Buruli. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Alejandro de Arriba Fernández no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas nos fijamos en la úlcera de Buruli, extendida principalmente por América del Sur y el Pacífico Occidental, pero sobre todo en comunidades rurales de África subsahariana, donde afecta principalmente a niños y niñas menores de 15 añosAlejandro de Arriba Fernández, Médico Interno Residente de Medicina Preventiva y Salud Pública CHUIMI; Doctorando en Biomedicina ULPGC, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaIsrael Cruz Mata, Jefe del Área de Salud Internacional, Escuela Nacional de Sanidad, CIBERINFEC, Instituto de Salud Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1650422021-07-26T17:43:50Z2021-07-26T17:43:50Z¿Qué enfermedades pueden transmitirnos los mosquitos si nos vamos de viaje?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/413109/original/file-20210726-21-1sbwrrg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3936%2C2622&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mosquito-on-white-wire-meshnet-disease-1262336038">Shutterstock / GrooveZ</a></span></figcaption></figure><p>Los mosquitos, insectos de la familia Culicidae, están distribuidos prácticamente por todo el planeta. Además de producir molestas picaduras, pueden transmitir enfermedades, algunas de ellas mortales, si no hay un adecuado tratamiento a tiempo.</p>
<p>Pero ¿por qué nos pican? En general, tanto los machos como las hembras se nutren de jugos azucarados, néctares y otras secreciones vegetales. Solo las hembras (al menos las de importancia sanitaria) se alimentan también de sangre y, por tanto, ejercen un papel activo en la transmisión de enfermedades.</p>
<p>Éstas necesitan ingerir sangre, humana o animal, para desarrollar los huevos a partir de sus óvulos fecundados. Éstas se aparean solamente una vez, pero tienen la particularidad de mantener viables hasta su muerte los gametos masculinos. Así, ingerirán sangre y pondrán huevos hasta que mueran. Lo hacen a través de una trompa recta y fina de longitud igual o superior a la de la cabeza y tórax juntos.</p>
<p>Esta ingesta es posible gracias a sus especializadas piezas bucales, capaces de atravesar, en muchas ocasiones, la ropa de una persona. La cantidad de sangre puede variar entre 4 y 10 milímetros cúbicos.</p>
<p>Se pueden alimentar tanto de mamíferos, como de aves, reptiles o anfibios y sus preferencias son extremadamente variables de una especie a otra. Esta última característica en la selección del hospedador del que se alimenta es de gran trascendencia en la transmisión de zoonosis, sobre todo las víricas.</p>
<h2>¿Qué enfermedades pueden transmitir?</h2>
<p>Durante el período de tiempo que dura la toma de sangre, hasta varios minutos si no son molestadas, las hembras pueden inocular con su saliva agentes infecciosos. Por ejemplo, los virus productores del dengue, la fiebre amarilla, el chikunguña, el zika (transmitidos fundamentalmente por la especie <em>Aedes aegypti</em>, pero también por <em>Aedes albopictus</em>), los protozoos del género <em>Plasmodium</em>, causantes de la malaria o paludismo (por mosquitos <em>Anopheles</em>), y las larvas de algunas filarias, sobre todo las causantes de filariasis linfáticas.</p>
<p>Además, existen otras afecciones víricas como las encefalitis producidas por el Virus del Nilo Occidental, la encefalitis japonesa y la fiebre del Valle del Rift, transmitidas sobre todo por especies de mosquitos del género <em>Culex</em>.</p>
<p>Sin duda, las afecciones víricas más importantes, tanto por su extensión, número de personas afectadas y su poder patógeno son el <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/dengue-and-severe-dengue">dengue grave o hemorrágico y la fiebre amarilla</a>.</p>
<p>Todas éstas suelen cursar con fiebre, dolores musculares y articulares, dolor de cabeza, cansancio, vómitos y náuseas y erupciones cutáneas en algunos virus. En caso de complicarse, pueden producir hemorragias o afecciones orgánicas en el hígado y el riñón. El tratamiento para todas ellas es, exclusivamente, paliativo de los síntomas.</p>
<p>Solamente en el caso de la <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/yellow-fever">fiebre amarilla</a> existe una vacuna fiable y eficaz, la cual se administra para conseguir la inmunización de grupo en zonas endémicas. </p>
<p>También se aplica a viajeros que lleguen a estas zonas, con la finalidad de que no sean portadores del virus a otras zonas en las que el mosquito transmisor está presente. Sobre todo, en los casos (bastante frecuentes) de afecciones asintomáticas que pasan inadvertidas.</p>
<h2>Infecciones víricas en zonas tropicales</h2>
<p>Algunas de estas infecciones víricas, como el dengue, el chikunguña y el virus del Nilo Occidental pueden transmitirse también en el continente europeo. Sin embargo, su mayor distribución y transmisión, al igual que la malaria y las filariosis linfáticas, se suelen adquirir en <a href="https://www3.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=12905:information-arboviruses-region-americas&Itemid=42243&lang=es">zonas tropicales y subtropicales</a> de África, Asia (a excepción de la fiebre amarilla) y América Latina.</p>
<p>Por tanto, el viaje a zonas endémicas de estas enfermedades supone un riesgo importante de infección si no se toman las medidas adecuadas para evitar las picaduras.</p>
<p>Respecto a los parásitos transmitidos por vectores, el causante de la malaria es sin duda el de mayor importancia. Hay unos 300 millones de <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/malaria">personas afectadas</a> y más de 400 000 muertes anuales, más del 65 % niños y niñas menores de 5 años. </p>
<p>Para esta enfermedad, además de las medidas de protección, en ocasiones es necesario tomar medicación antimalárica adecuada antes, durante y después del viaje, ya que no existen, en la actualidad, vacunas suficientemente efectivas y fiables.</p>
<p>Las afecciones importantes producidas por las filariasis linfáticas, también transmitidas por mosquitos, difícilmente pueden afectar a personas que viajan a las zonas de endemia de forma puntual. Solamente afectarían a aquellas cuya estancia fuera larga. Es decir, al menos de varios meses o un año, como le ocurrió a parte de los componentes de las tropas que participaron en las guerras del sudeste asiático durante la Segunda Guerra Mundial.</p>
<p>En Europa, y también en España, puede contraerse, sin necesidad de viajar, el dengue, el cikunguña y el virus del Nilo Occidental, si bien los casos son muy puntuales. Además, existen casos de malaria en personas que no viajaron y que enfermaron, seguramente, tras la picadura de mosquitos infectados que fueron importados tras un viaje directamente en avión, barco, etc. o con el equipaje personal de algún pasajero.</p>
<p>Sin embargo, el calentamiento global y el cambio climático auguran un aumento de la transmisión de estas y otras infecciones que actualmente son mucho más frecuentes en las zonas tropicales y subtropicales, en las cuales las poblaciones de mosquitos transmisores están muy bien establecidas. </p>
<h2>Medidas de protección frente a las picaduras</h2>
<p>Par evitar la transmisión, tanto de enfermedades víricas como de la malaria durante un viaje a zonas de endemia, deben llevarse a cabo dos acciones fundamentales.</p>
<p>En primer lugar, debe consultarse la situación epidemiológica de la zona de visita, así como las potenciales recomendaciones de vacunas o tratamientos. Esta información está disponible en las instituciones responsables de salud internacional de cada país de origen, como por ejemplo la <a href="https://www.mscbs.gob.es/ciudadanos/proteccionSalud/vacunaciones/viajero/">página web</a> de “atención al viajero” del Ministerio de Sanidad de España. </p>
<p>Por otro lado, deben tomarse las siguientes medidas de protección individual:</p>
<ul>
<li><p>Llevar ropa de manga larga, pantalones largos, sombrero o gorra.</p></li>
<li><p>Dormir en habitaciones con mosquiteras en puertas y ventanas, o incluso con mosquiteras de cama impregnadas con insecticidas.</p></li>
<li><p>Aplicarse en la piel sustancias repelentes de liberación prolongada (por ejemplo, DEET).</p></li>
<li><p>Si fuera necesario, utilizar insecticidas autorizados en habitaciones y casas.</p></li>
<li><p>Por último, en la medida de lo posible, evitar viviendas cercanas a aguas estancadas, lagos, ríos, etc. ya que los mosquitos tienen un ciclo acuático. </p></li>
<li><p>Prestar especial atención en las horas nocturnas ya que, como la mayoría de especies antropófilas (las que tienen preferencia por la sangre humana), los periodos de nutrición coinciden con las horas nocturnas o del crepúsculo, si bien no faltan especies que pican durante el día, como el mosquito tigre, <em>Aedes aegypti</em> y <em>Aedes albopictus</em>.</p></li>
</ul>
<p>Dicho todo esto, y siguiendo las recomendaciones de los organismos de salud, puede viajar tranquilo y disfrutar de su estancia si la pandemia y la epidemiología de los mosquitos del lugar de destino se lo permiten.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/165042/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Màrius Vicent Fuentes i Ferrer no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>A través de las picaduras de los mosquitos se pueden contraer enfermedades que pueden ser mortales. Por eso, especialmente si viajamos a zonas tropicales, debemos tomar algunas medidas de precaución.Màrius Vicent Fuentes i Ferrer, Professor Titular de Universidad - Área de Parasitología, Universitat de ValènciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1612212021-05-24T09:22:59Z2021-05-24T09:22:59ZEstamos a punto de saber por qué los mosquitos pican a unas personas y a otras no<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/402182/original/file-20210521-19-12dtraf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4807%2C3185&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-mosquito-sucking-blood-anopheles-416143198">Shutterstock / Sanimfocus</a></span></figcaption></figure><p>Los mosquitos contribuyen a la transmisión de enfermedades mortales como el zika, el dengue, la fiebre chikungunya, la fiebre del Valle del Rif y la malaria. De todas ellas, la malaria es <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/malaria">la que más amenaza la vida de las personas</a>: solo en el año 2019, se registraron 229 millones de casos y más de 400 000 muertes. África concentró el 67 % (274 000) de todas las muertes del mundo como consecuencia de la malaria.</p>
<p>La malaria está causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra del género Anopheles infectados. Las distintas estrategias para el control del vector, como la fumigación de interiores con insecticidas de efecto residual y el despliegue de mosquiteros con insecticidas de larga duración, han desempeñado un papel fundamental para lograr la reducción de los casos de malaria.</p>
<p>Aun así, estas intervenciones plantean también una serie de problemas.</p>
<p>Por un lado, en África, la resistencia a los insecticidas de la mayoría de los vectores de la malaria cada vez es mayor y sigue aumentando.</p>
<p>Por otro lado, y estrechamente relacionado con lo anterior, está el hecho de que los insecticidas y las mosquiteras, solos o combinados, nunca conseguirán erradicar la malaria en las zonas de alta transmisión. En concreto, no se consideran en absoluto eficaces para controlar los <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1471492217301393">vectores de Anopheles</a>. Estos se alimentan y descansan en interiores, y, normalmente, acostumbran a comer por las noches.</p>
<p>Por consiguiente, hacen falta nuevas estrategias para complementar los controles actuales. La clave para diseñarlas está en entender qué es lo que atrae y repele a estos mosquitos en relación con determinadas personas. Precisamente esto abre la puerta a nuevas herramientas y <a href="https://parasitesandvectors.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13071-020-3960-3">estrategias</a>, como los cebos y las trampas químicas, para controlar y vigilar los vectores de la malaria.</p>
<p>En este sentido, nuestro grupo de investigación de la Universidad de Pretoria está trabajando en un proyecto con el que se persigue dar respuesta a la siguiente cuestión: ¿por qué los mosquitos prefieren a unas personas en lugar de a otras?</p>
<p><a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s00216-020-02799-y">Investigamos</a> si realmente existía alguna diferencia química entre la superficie cutánea de las personas que se consideraban a sí mismas atractivas para los mosquitos y las que no. A este respecto, fuimos capaces de detectar diferencias químicas entre ambos grupos.</p>
<p>De este modo, nuestros hallazgos ponen sobre la mesa dos posibles vías de investigación. En primer lugar, los compuestos químicos que más se asocian a los individuos que atraen a los mosquitos se podrían utilizar en cebos químicos con la finalidad de atrapar a los mosquitos en exteriores. En segundo lugar, se podría trabajar con aquellos otros compuestos más presentes en los individuos que menos interés despiertan para los mosquitos y elaborar con ellos nuevos repelentes.</p>
<h2>Cómo encuentran alimento los mosquitos</h2>
<p>Los mosquitos hembra necesitan ingerir sangre para que sus huevos se desarrollen. En primer lugar, el mosquito hembra debe encontrar su ‘víctima’. Puede llegar a ser muy selectivo. Por ejemplo, el mosquito <em>Culex quinquefasciatus</em> se alimenta <a href="https://parasitesandvectors.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13071-020-3960-3">exclusivamente de pájaros</a>.</p>
<p>Los mosquitos están en entornos complejos repletos de distintas señales o estímulos. El localizar a su ‘víctima’ favorita implica una serie de comportamientos. Todo comienza cuando el mosquito se da cuenta de la presencia de la ‘víctima’. A menudo lo consigue con el uso de una extensa variedad de señales, como el dióxido de carbono o las pistas visuales.</p>
<p>A partir de ahí, el mosquito femenino se guía por las señales de calor y humedad que rodean a la ‘víctima’ y, por último, es el olor corporal el que influye en la decisión a quién y dónde picar. Estas señales químicas presentes en la superficie de la piel y empleadas para la comunicación dentro de una especie se denominan semioquímicos.</p>
<p>La razón por la que los mosquitos prefieren a unos individuos frente a otros reside, justamente, en los distintos semioquímicos encontrados en la superficie de la piel humana. La complejidad de nuestra piel supone un auténtico desafío para los análisis químicos. De acuerdo con estudios realizados hasta la fecha a partir de secreciones de la piel de personas, existen más de 500 compuestos cutáneos. Y hay muchos más químicos que aún no se conocen.</p>
<p>En la actualidad, gracias a sofisticadas técnicas analíticas, empezamos a conocer los semioquímicos de los mosquitos e incluso vamos averiguando posibles mezclas semioquímicas. Se sospecha que algunos químicos podrían estar trabajando juntos para atraer o repeler a los mosquitos.</p>
<p>Mediante una cinta de silicona que <a href="https://analyticalsciencejournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/jssc.202000522">hemos desarrollado</a> y que se puede llevar como pulsera o tobillera, hemos logrado obtener <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s00216-020-02799-y">muestras</a> de la superficie cutánea de 20 personas.</p>
<p><a href="https://analyticalsciencejournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1002/jms.4686">Empleamos</a> complejos equipos de análisis para <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s00216-020-02799-y">encontrar y dar a conocer</a> qué compuestos químicos podrían hacer que los individuos sean más o menos apetecibles para los mosquitos.</p>
<p>Los voluntarios participantes en el estudio fueron comparados unos con otros para tratar de descubrir cómo de atractivo resultaba cada uno para los mosquitos, y si estos preferían picar unas zonas u otras de su piel.</p>
<p>Se detectaron compuestos volátiles y semivolátiles (aquellos que los mosquitos utilizan para encontrar a su hospedador humano y navegar por él) de una amplísima variedad de químicos (69 en total) y se llegó a la conclusión de que son estos los que dan lugar a las diferencias que existen en los perfiles químicos de la superficie de la piel.</p>
<p>Por lo que sabemos, no se tenía conocimiento previo de 31 de los compuestos detectados en la superficie cutánea.</p>
<p>También <a href="https://analyticalsciencejournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/jms.4686">nos propusimos investigar</a> el último paso que dan los mosquitos en su proceso de búsqueda de una víctima: cómo aterrizar en el hospedador adecuado y, acto seguido, regalarle una picadura. Para ello utilizamos un sistema de cromatografía líquida de alto rendimiento con espectrometría de masas de alta resolución y movilidad iónica.</p>
<p>De esta forma, identificamos 20 compuestos implicados en la picadura final de los mosquitos.</p>
<h2>Una vía para avanzar</h2>
<p>Los compuestos atrayentes o repelentes que hemos identificado podrían resultar útiles con vistas a futuros programas de control de vectores de la malaria. Por tanto, es preciso seguir realizando más estudios biológicos para probar dichos compuestos en mosquitos hembra.</p>
<p>Las técnicas de toma no invasiva de muestras cutáneas utilizadas por nuestro grupo de investigación han sentado las bases para el examen detallado de la superficie de la piel humana, no solo para las aplicaciones vinculadas al control de vectores, sino también para su utilización en las habituales revisiones salud de la población.</p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración con <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/161221/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Existen diferencias químicas en la superficie de la piel entre los individuos atractivos para los mosquitos y los que no lo son.Madelien Wooding, Chromatographic Officer and Researcher, Department of Chemistry & University of Pretoria Institute for Sustainable Malaria Control, University of PretoriaYvette Naudé, Manager and NRF-rated researcher: Chromatography Mass Spectrometry - University of Pretoria and UP Institute for Sustainable Malaria Control (UP-ISMC), University of PretoriaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1599512021-04-30T18:43:42Z2021-04-30T18:43:42ZLas vacunas de la covid-19 demuestran lo rápido que se podría desarrollar una contra la malaria<p>Las vacunas contra el coronavirus se han desarrollado y distribuido en tiempo récord, pero hay muy pocas dosis disponibles en países pobres. Es un duro recordatorio de que, en lo que se refiere a enfermedades infecciosas, los más pobres del mundo son a menudo abandonados.</p>
<p>Este es un problema que se extiende mucho más allá de la covid-19. En África, por ejemplo, la <a href="https://www.statista.com/statistics/1170530/coronavirus-deaths-in-africa/">malaria</a> ha causado seguramente cuatro veces más muertes que el <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/malaria">coronavirus</a> a lo largo del año pasado. Afortunadamente, nuestro <a href="https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3830681">nuevo estudio</a> demuestra que una vacuna efectiva contra la malaria podría estar ahora más cerca que nunca.</p>
<p>Por primera vez, una vacuna ha mostrado alta eficacia en ensayos, al prevenir la enfermedad entre los que la han recibido un 77 % de las veces. Esto es un logro histórico. El objetivo de la OMS para las vacunas de la malaria está justo por encima del 75 %. Hasta ahora, ese nivel nunca se había alcanzado.</p>
<p>La velocidad y éxito en el desarrollo de las vacunas de la covid-19 muestran lo que es posible, y debería ser una inspiración para finalizar, autorizar y distribuir esta vacuna de la malaria. No solo es importante por la amenaza que supone la malaria, sino también porque invertir en vacunas puede ayudar a prepararnos para la próxima pandemia. El trabajo en esta vacuna también ayudó a acelerar el desarrollo de la vacuna de Oxford para la covid-19.</p>
<p>La Organización Mundial de la Salud ha estimado que hubo 229 millones de casos de malaria en 2019. Globalmente, la tasa de mortalidad anual de la malaria se mantiene por encima de los 400 000, sin mejoras en los últimos cinco años. Dos tercios de estas terribles pérdidas tienen lugar entre los niños africanos menores de cinco años.</p>
<p>Miles de millones de dólares se gastan cada año en mosquiteras, insecticidas y medicamentos antimaláricos solo para mantener la tasa de mortalidad como está. Se necesitan nuevas tecnologías, especialmente teniendo en cuenta que la OMS aspira a una <a href="https://www.who.int/malaria/areas/global_targets/en/">reducción del 90 %</a> de muertes para 2030.</p>
<p>No se ha autorizado aún el uso de ninguna vacuna contra la malaria, aunque la idea de controlarla mediante vacunación ha existido durante mucho tiempo. El primer informe científico fue en Argel en 1910. Los ensayos clínicos <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20985795/">comenzaron en los años 40</a>, se volvieron serios desde los 80 en adelante y, hoy en día, más de 140 candidatas a vacuna contra la malaria se han probado en humanos.</p>
<p>Pero ninguna ha progresado hasta el punto de ser aprobada y distribuida. La ciencia es complicada. El parásito de la malaria es complejo, con más de 5 000 genes, lo que significa que son muchas las características diferentes que los diseñadores de vacunas eligen como objetivo. SARS-CoV-2, el virus que causa la covid-19, tiene solo 12 genes y su <a href="https://theconversation.com/new-coronavirus-variant-what-is-the-spike-protein-and-why-are-mutations-on-it-important-152463">proteína espícula</a> era el objetivo obvio para los científicos.</p>
<p>Los parásitos de la malaria han evolucionado con los humanos y sus ancestros durante los últimos <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21118608/">30 millones de años</a>, lo que no solo ha generado una multitud de cepas, sino que también ha tenido su impacto en nuestra propia evolución, con <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6733195/">variantes de genes</a> que reducen los efectos de la malaria transmitidas con el paso del tiempo. Aún peor, estos parásitos generan infecciones crónicas en millones, suprimiendo la respuesta inmune humana que se intenta producir con la vacuna.</p>
<h2>Nuevo éxito con una nueva vacuna</h2>
<p>Pero el progreso en el desarrollo de la vacuna de la malaria se está acelerando, como ilustra un <a href="https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3830681">nuevo informe de un grupo de investigadores</a> de diferentes nacionalidades, entre los que me incluyo, publicado en <em>The Lancet</em>. </p>
<p>El equipo del <a href="https://www.wwarn.org/about-us/governance-people/professor-halidou-tinto">profesor Halidou Tinto</a>, situado en Uagadugú, Burkina Faso, estudió la R21, nueva vacuna contra la malaria, en 450 niños, la población clave para la que la vacuna se necesita con más urgencia. Han encontrado que es segura y tiene una eficacia sin precedentes en pacientes de entre 5 y 17 meses.</p>
<p>En este ensayo controlado, 105 de los 147 niños que recibieron un placebo contrajeron malaria. Pero de los 292 que recibieron una dosis de la vacuna, solo 81 contrajeron la enfermedad, lo que supera el objetivo de la OMS del 75 % de protección. Un ensayo de fase 3, para probar la seguridad y eficacia de la vacuna en un grupo mucho mayor de personas, comenzará en cuatro países africanos a finales de abril de 2021, con el objetivo de acelerar su aprobación si tiene éxito.</p>
<p>Científicos de cuatro continentes contribuyeron al diseño y las pruebas de esta prometedora vacuna. El diseño y el desarrollo temprano tuvieron lugar en el Instituto Jenner en la Universidad de Oxford, donde se habían realizado ensayos clínicos de vacunas contra la malaria desde 1999. <a href="https://www.cochranelibrary.com/es/central/doi/10.1002/central/CN-01462017/full">Los ensayos</a> en Oxford, Southampton y Londres, donde voluntarios eran infectados de malaria deliberadamente a través de picaduras de mosquito para probar la eficacia de la vacuna, destacaron el potencial de la vacuna R21. Uno de los componentes auxiliares necesarios para la vacuna es producido por Novavax, una compañía de biotecnología de Estados Unidos y Suecia.</p>
<p>La fabricación de la vacuna continúa en uno de los proveedores de vacunas más grandes del mundo, el Serum Institute de la India. Esta asociación contra la malaria ya estaba preparada el año pasado, cuando la covid-19 atacó, permitiéndonos reaccionar rápidamente para la fabricación de la vacuna del coronavirus de Oxford. </p>
<p>El método utilizado, un adenovirus de chimpancé llamado ChAdOx1, es una tecnología probada anteriormente contra la malaria. Tener ya en marcha esta colaboración, incluso antes de la implicación de AstraZeneca, ayudó a la compañía india a acelerar la fabricación de vacunas hasta el punto en que hoy se producen más allí que en cualquier otro lugar.</p>
<p>¿Podría podrían producirse tan rápidamente y a gran escala las vacunas de la malaria? Tal vez, pero hay riesgos. Otra vacuna candidata prometedora, de GlaxoSmithKline, llamada RTS,S, sufrió <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4850267/">problemas</a> <a href="https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)30815-1/fulltext">de seguridad</a> en su gran ensayo de fase 3 hace cinco años, lo que ha retrasado su aprobación mientras tienen lugar más evaluaciones a gran escala.</p>
<p>La financiación también será necesaria para la distribución de la vacuna de la malaria pero, con la capacidad de fabricación a gran escala y de bajo coste disponible en la India, debería ser factible una vacuna barata y muy accesible. Sin embargo, el hecho de que la covid-19 esté aumentando en varias zonas de África podría tener un posible impacto en los ensayos de fase 3 de las vacunas R21 que comenzarán pronto en Mali, Burkina Faso, Tanzania y Kenia.</p>
<p>Reino Unido ha sido durante mucho tiempo una potencia mundial en la investigación de la salud, y luchar contra la malaria es una línea emblemática. La financiación se ha visto gravemente afectada este año por <a href="https://www.ifs.org.uk/publications/15392">la reducción</a> en el presupuesto de ayuda exterior. Pero la covid-19 ha destacado la importancia de mantener la calidad en la investigación y desarrollo de vacunas, así como la viabilidad de avanzar más deprisa que nunca en la aprobación y el suministro de vacunas.</p>
<p>Una consecuencia a largo plazo de esta terrible pandemia podría ser agilizar el desarrollo de una vacuna contra la malaria, que proporcionaría un futuro más seguro para la infancia de algunos de los países más pobres del mundo.</p>
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<p><em>Artículo traducido con la colaboración de <a href="http://www.casafrica.es/es">Casa África</a>. Traducción: Javier Barbero Alonso.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/159951/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Adrian Hill recibe financiación del gobierno y de entidades benéficas para el desarrollo de la vacuna contra la malaria. Es posible que se beneficie de una parte de cualquier flujo de regalías para la Universidad de Oxford de la vacuna R21/MM.</span></em></p>La vacuna R21 protegió contra la malaria a tres cuartas partes de los niños que participaron en los ensayos en los ensayos.Adrian Hill, Director of the Jenner Institute, University of OxfordLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1408932020-06-17T16:07:12Z2020-06-17T16:07:12ZCómo hemos descubierto un microbio que bloquea la transmisión de la malaria<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/342244/original/file-20200616-23213-f4d2ef.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1022%2C682&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Anopheles Stephensi, Sem. </span> <span class="attribution"><span class="source">Photo By BSIP/Universal Images Group via Getty Images</span></span></figcaption></figure><p>La malaria es una terrible enfermedad humana, presente desde antes del Neolítico hasta nuestros días. Probablemente <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC126857">ha causado más muertes humanas</a> que cualquier otro agente infeccioso. Si se consigue, la erradicación de la malaria podría estar entre los más importantes logros de la humanidad.</p>
<p>La causa de la malaria está en parásitos del género <em>plasmodium</em>, de los cuales hay cinco especies diferentes que infectan a seres humanos. Estos parásitos se introducen en los mosquitos <em>Anopheles</em> hembra (los machos no pican a seres humanos) cuando se alimentan de la sangre de una persona infectada. El plasmodio debe atravesar el intestino del mosquito <em>Anopheles</em> y arraigarse en sus glándulas salivales, desde las cuales puede transmitirse a otra persona cuando el mosquito vuelve a alimentarse.</p>
<p>A nivel mundial, la carga de malaria <a href="https://www.who.int/news-room/feature-stories/detail/world-malaria-report-2019">ha disminuido</a> a aproximadamente la mitad durante este siglo, pero en los últimos años esa mejora se ha ralentizado y existe un grave riesgo. Por ejemplo, algunos mosquitos transmisores están desarrollando resistencia a los insecticidas empleados en las mosquiteras.</p>
<p>Las herramientas que se utilizan en la actualidad para combatir la malaria se desarrollaron el siglo pasado, hace más de 40 años. Por ejemplo, <a href="https://malariajournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12936-019-2969-6">la fumigación de interiores</a> se ha visto afectada por la resistencia de los mosquitos, debiendo repetirse a intervalos regulares, con un coste prohibitivo para muchos países africanos.</p>
<p>Se necesitan desesperadamente nuevos recursos. No me refiero a una bala de plata, sólo a más puntos de entrada que nos permitan ejercer presión sobre el ciclo de transmisión de la malaria desde diferentes ángulos, simultáneamente.</p>
<p>Durante los últimos cinco años, mi equipo y yo hemos estado estudiando microbios, pequeños microorganismos que viven naturalmente en los mosquitos <em>Anopheles</em> en Kenia.</p>
<p><a href="https://www.nature.com/articles/s41467-020-16121-y">Descubrimos </a> que un microsporidio –un pequeño hongo parasitario– llamado <em>Microsporidia MB</em>, puede frenar la transmisión de la malaria –<em>Plasmodium falciparum</em>– a mosquitos.</p>
<p>Ahora estamos investigando los mecanismos que hay detrás del efecto protector y hemos descubierto que los sistemas inmunes de los mosquitos con <em>Microsporidia MB</em> están activos.</p>
<p>Creo que hay un <a href="https://www.cell.com/current-biology/pdfExtended/S0960-9822(19)31446-0">gran potencial</a> en aprovechar el poder de los microbios que bloquean la transmisión de enfermedades propagadas por insectos. Por ejemplo, la bacteria <em>Wolbachia</em> ha demostrado ser útil en la batalla contra la fiebre del dengue, otra enfermedad transmitida por mosquitos. Las medidas de control basadas en <em>Wolbachia</em> son potencialmente tan efectivas porque la bacteria se propaga por sí sola. Permanece en una población siempre que beneficie al mosquito y se transmita a su descendencia.</p>
<p>Nuestro objetivo final es encontrar una estrategia rentable para aumentar los niveles de <em>Microsporidia MB</em> hasta tal punto que bloquee la transmisión de la malaria de los mosquitos <em>Anopheles</em> a seres humanos.</p>
<p>Estamos investigando la forma de propagar el microbio por las poblaciones de mosquitos. Esencialmente buscamos descubrir todas las vías de transmisión para encontrar la mejor manera de “ayudarlo” a convertirse en una “pandemia” entre los mosquitos.</p>
<h2>Camino al descubrimiento</h2>
<p>Hace seis años, mi equipo comenzó a examinar mosquitos en busca de bacterias simbióticas que los protegieran de enfermedades, con la esperanza de encontrar una que pudiera frenar la transmisión de enfermedades humanas (como la malaria).</p>
<p>Además, decidimos investigar unos simbiontes llamados microsporidios. Los microsporidios están relacionados con los hongos, pero especializados en vivir dentro de las células de sus hospedadores. Muchos causan enfermedades, pero otro significativo número tiene tendencias simbióticas y protege a su hospedador.</p>
<p>Los mosquitos <em>Anopheles</em> albergan una serie de microsporidios “conocidos” por su asociación con mosquitos enfermos. Nos interesamos por el <em>Microsporidia MB</em> porque nunca antes se había encontrado en mosquitos, y sin embargo parecía el tipo más común en nuestras zonas de muestreo. Se sabe que en una de las zonas de muestreo (Mwea) hay una gran cantidad de mosquitos <em>Anopheles</em>, pero una carga de malaria relativamente baja.</p>
<p>Presumimos que el <em>Microsporidia MB</em> podría haberse pasado por alto porque no causa una enfermedad manifiesta en los mosquitos. Por experimentos previos sabíamos que muchos de los mosquitos <em>Anopheles</em> salvajes capturados en estas zonas no podían infectarse con <em>Plasmodium</em>, y nos preguntamos si esto podía atribuirse en parte al <em>Microsporidia MB</em>.</p>
<p>Recogimos mosquitos vivos y los llevamos a cientos de kilómetros hasta nuestros laboratorios. Allí facilitamos que pusieran huevos para tener una mayor muestra de estudio, y porque el <em>Microsporidia MB</em> se transmite a la descendencia.</p>
<p>Nos sorprendió el hecho de que los mosquitos infectados por <em>Microsporidia MB</em> tuvieran cargas muy altas del simbionte, aunque parecían muy sanos.</p>
<p>El siguiente paso fue determinar si este simbionte podría tener la capacidad de proteger a los mosquitos de la malaria. Comenzamos a observar una clara pauta: los mosquitos que tenían <em>Microsporidia MB</em> no se infectaban con <em>Plasmodium</em>.</p>
<p>Con suerte, futuros estudios nos permitirán comprender mejor cómo funciona exactamente esta forma de protección.</p>
<h2>Estudios adicionales</h2>
<p>Estos microbios no se han estudiado en profundidad antes porque suelen ser difíciles de encontrar y tienden a abandonar al huésped en condiciones de laboratorio.</p>
<p>En el <a href="http://www.icipe.org">Centro Internacional de Fisiología y Ecología de Insectos</a>, mi equipo y yo estamos en situación de superar algunos de estos obstáculos. Esto se debe a que, para estudiar los simbiontes de los <em>Anopheles</em>, se requieren los mosquitos vivos, capturados en la naturaleza. </p>
<p>Para mantener intactas las relaciones microbianas, la cría debe llevarse a cabo en laboratorios situados sobre el terreno o cerca de él. La adaptación de los mosquitos para su cría masiva en condiciones estériles generalmente elimina microbios relevantes antes de haberlos podido investigar en profundidad.</p>
<p>Nuestro próximo paso es descubrir cómo propagar el microbio por las poblaciones de mosquitos. Creo que podríamos producirlo en masa en la etapa de esporas y liberarlas al medio justo antes de las lluvias, cuando las poblaciones de mosquitos están más bajas. </p>
<p>Además, hemos encontrado evidencia de que el microbio se puede transmitir por vía sexual, por lo que podríamos liberar mosquitos machos infectados (que no pican a los seres humanos), que infectarían a las hembras. Y las hembras luego infectarían a su descendencia. Para que la estrategia sea efectiva, no necesitaríamos que todos los mosquitos contrajeran el <em>Microsporidia MB</em>, únicamente los suficientes como para detener el ciclo de transmisión y que el número de casos disminuya paulatinamente.</p>
<p>Todavía queda mucho trabajo por hacer antes de dar con una estrategia viable para incrementar la presencia del <em>Microsporidia MB</em>, pero esta investigación es prometedora.</p>
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<p><em>Este artículo ha sido traducido con la colaboración de <a href="https://theconversation.com/es/partners/casa-africa">Casa África</a>.</em> </p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/140893/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jeremy Herren recibe financiación de The Wellcome Trust, la Red ANTi-VeC de BBSRC y los principales donantes de la ICIPE (el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID); el Organismo Sueco de Cooperación para el Desarrollo Internacional (OSDI); la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE); la República Democrática Federal de Etiopía y el Gobierno de Kenia.
</span></em></p>Los mosquitos con microsporidia MB (un pequeño hongo parásito) no se infectan de paludismo. Si conseguimos infectar a grandes poblaciones de anopheles con este parásito, podríamos atenuar o erradicar la malaria.Jeremy Herren, Scientist, International Centre of Insect Physiology and EcologyLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1267752019-11-12T21:47:44Z2019-11-12T21:47:44ZEl dengue no es una enfermedad de transmisión sexual<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/301286/original/file-20191112-178520-lzr6ij.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4256%2C2828&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mosquito-sits-on-womans-hand-sucks-1360282850?src=7663d01c-e3e0-4d24-8503-acb41b47fcf9-1-17">Shutterstock/sun ok</a></span></figcaption></figure><p>El dengue es una de las infecciones virales transmitida por mosquitos más comunes. Antes de 1970, solo nueve países habían sufrido epidemias graves de esta enfermedad. Hoy es endémica en más de cien países. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 40 % de la población mundial está en riesgo de contraer la enfermedad, y existen unos 390 millones de infecciones cada año. Por ese motivo es una de sus <a href="https://www.who.int/emergencies/ten-threats-to-global-health-in-2019">diez prioridades en materia de salud</a>.</p>
<p>En la mayoría de los casos la infección causa síntomas gripales (malestar general, fiebre alta, dolor de cabeza y una erupción en la cara que se extiende por el cuello, tórax y extremidades). En otros puede complicarse y convertirse en el llamado <em>dengue grave</em> o <em>hemorrágico</em>, con una mortalidad que alcanza el 20 %. No hay un tratamiento específico, pero si se diagnostica pronto y se proporciona asistencia médica adecuada, las tasas de mortalidad caen por debajo del 1 %.</p>
<p>El virus del dengue es un arbovirus, transmitido por artrópodos. El vector principal es el mosquito <em>Aedes aegypti</em>, que también transmite la fiebre amarilla y el zika. Algunas veces también <em>Aedes albopictus</em>, <a href="https://theconversation.com/chikunguna-como-la-globalizacion-extiende-nuevas-enfermedades-por-el-mundo-119293">el famoso mosquito tigre</a>. El virus se transmite a los seres humanos por la picadura de mosquitos hembra infectadas. Estas, que adquieren el virus tras ingerir la sangre de un enfermo, perpetúan la cadena conforme pican a otras personas.</p>
<p>Como no hay vacunas ni tratamiento específico, la mejor manera de controlar al dengue es controlar al mosquito. Siempre se ha dicho que el virus no se transmite de persona a persona, solo a través del insecto. ¿Es cierto que sin él no hay dengue?</p>
<h2>El último caso de dengue en Madrid</h2>
<p>El pasado mes de septiembre se diagnosticó un caso de dengue <a href="https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2019/11/07/5dc45f1f21efa079118b4599.html">a una persona en la Comunidad de Madrid</a>.</p>
<p>Desde hace muchos años, todos los casos detectados en España habían sido importados, es decir, en personas que habían adquirido la enfermedad en el extranjero. En 2018 se registraron ya los primeros casos de transmisión autóctona del virus en España: tres miembros de una misma familia de Murcia, otros dos en la misma región y un sexto en Cataluña. Este año ha habido otro caso en Barcelona. En todos ellos la vía de transmisión fue la picadura del mosquito tigre que desde hace años puebla ya la costa mediterránea. Mosquito que, a su vez, había adquirido el virus al picar a una persona infectada por dengue en el extranjero.</p>
<p>El último caso en Madrid ha sido distinto. No había viajado últimamente a ningún país endémico, tampoco había visitado recientemente la costa mediterránea donde puede estar el mosquito tigre. En la Comunidad de Madrid, de momento, no está asentado el mosquito. Además, se había descartado la presencia del mosquito en la residencia y en los lugares visitados por este paciente. </p>
<p>¿Cómo se ha podido entonces infectar?</p>
<p>La encuesta epidemiológica que se realiza en estos casos dice que su pareja sexual había viajado recientemente a Cuba y a la República Dominicana, países que en este momento viven un importante repunte de la enfermedad, y estaba infectado por dengue (un caso importado, por tanto).</p>
<p>Las pruebas genéticas demostraron que la cepa del virus encontrada en las muestras tomadas a estos dos pacientes era idéntica y coincidía con la que actualmente circula en Cuba. </p>
<p>Una explicación posible es que la persona se haya infectado por vía sexual. El dengue ha sido detectado en el semen y fluidos vaginales de personas infectadas, pero hasta ahora solo se había detectado un caso de transmisión sexual del dengue en Corea.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/301288/original/file-20191112-178516-19oh4pb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Virus del dengue.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/dengue-virus-engue-fever-acute-viral-339731096?src=5d250bbf-86b1-43b3-bc18-68fb26ff0546-1-6">Shutterstock/vitstudio</a></span>
</figcaption>
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<p>Esta transmisión sexual de un arbovirus <a href="https://www.ijidonline.com/article/S1201-9712(18)34511-9/pdf">parece que no es un hecho aislado</a>. En el caso del zika, durante la epidemia de 2014, <a href="https://www.cdc.gov/zika/es/prevention/transmission-methods.html">ya se demostraron casos de transmisión sexual</a>. También se ha confirmado la transmisión sexual de virus de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo y del virus del Nilo Occidental. Desde 2016 se han descrito en varios trabajos la presencia por técnicas moleculares del ARN de los virus del chikunguña, dengue y fiebre amarilla en muestras de semen, aunque es verdad que para demostrar que el virus se ha transmitido por vía sexual no basta con detectarlo en el semen.</p>
<p>¿Por qué no se ha detectado hasta ahora este tipo de transmisión sexual del virus? ¿Han dejado de ser arbovirus? ¿Podemos decir que el dengue es ahora una enfermedad de transmisión sexual?</p>
<p>Es muy probable que en países donde el dengue es endémico y hay muchos casos por transmisión por mosquitos, sea muy difícil detectar si ha habido transmisión sexual. En zonas, donde los casos de dengue autóctono son muy escasos y no hay mosquitos vectores del virus, es posible hacer un estudio epidemiológico que descarte la transmisión por mosquitos y demuestra este otro tipo de vía de contagio.</p>
<p>Los virus no cambian fácilmente la vía de contagio. Es importante distinguir entre un virus que se trasmite sexualmente (como el VIH, en el que el contacto sexual es una de las principales vías de transmisión, además de la sangre contaminada), de un virus sexualmente transmisible. Estos últimos son virus que en determinadas circunstancias puede ser transmisibles por vía sexual, pero que normalmente se extienden de forma mucho más eficaz por otra ruta. Los arbovirus se transmiten entre personas a través de los mosquitos. Si ocurre transmisión sexual, probablemente sea un evento muy poco frecuente.</p>
<p>Por eso, podemos seguir diciendo que la transmisión por mosquitos es la autopista por la que se extiende el dengue, mientras que la transmisión sexual es un atajo ocasional. Aunque la transmisión de arbovirus por vía sexual parece que es posible, el mosquito sigue siendo la principal y más importante ruta de contagio. La mejor forma de evitar la infección de dengue, zika y fiebre amarilla es prevenir las picaduras de mosquitos.</p>
<p>No obstante, todo hace pensar que hay que estar preparados para el efecto que la transmisión sexual de arbovirus pueda tener a nivel global.</p>
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<p><em><a href="https://microbioun.blogspot.com/2019/11/es-el-dengue-una-enfermedad-de.html">Una versión</a> de este artículo fue publicada en el blog del autor, microBIO.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/126775/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ignacio López-Goñi no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>No es lo mismo un virus de transmisión sexual
que un virus sexualmente transmisible, por mucho que esta enfermedad pueda transmitirse por otras vías.Ignacio López-Goñi, Catedrático de Microbiología, Universidad de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1192932019-06-26T20:07:43Z2019-06-26T20:07:43ZChikunguña: Cómo la globalización extiende nuevas enfermedades por el mundo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/280907/original/file-20190624-97772-1nrtt6f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C2600%2C1732&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Mosquito tigre (Aedes albopictus).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/asian-tiger-mosquito-aedes-albopictus-extreme-297163805">Shutterstock / InsectWorld</a></span></figcaption></figure><p>La globalización es ideal para la rápida dispersión de patógenos a nuevas áreas. El transporte de animales y el movimiento de personas facilitan la propagación geográfica de virus y mosquitos vectores de enfermedades.</p>
<p>La probabilidad de importar infecciones endémicas debido a viajeros que regresan de determinadas áreas es hoy más alta, debido al incremento en el volumen de vuelos internacionales en los últimos años. También por el aumento de estas enfermedades.</p>
<p>Una persona enferma puede llegar a casi cualquier lugar del mundo en menos de 36 horas. Se estima que unos <a href="https://www.iata.org/about/Documents/IATAAnnualReport2009.pdf">4 000 millones de personas viajaron en avión en el 2018</a>. Todo ello hace que, junto a otros factores climáticos y socioeconómicos, en las últimas décadas hayan aumentado las enfermedades emergentes. Entre ellas las transmitidas por mosquitos.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/280906/original/file-20190624-97789-1dlq7ie.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/280906/original/file-20190624-97789-1dlq7ie.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/280906/original/file-20190624-97789-1dlq7ie.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/280906/original/file-20190624-97789-1dlq7ie.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/280906/original/file-20190624-97789-1dlq7ie.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/280906/original/file-20190624-97789-1dlq7ie.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/280906/original/file-20190624-97789-1dlq7ie.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Mosquito tigre.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Núria Busquets</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Un invasor muy eficaz</h2>
<p>El mosquito <em>Aedes albopictus</em>, más conocido como mosquito tigre, es una de las especies de mosquitos invasores más eficientes de los últimos años. Es nativa de los bosques tropicales del sudeste asiático, y desde allí se ha distribuido por todo el mundo. </p>
<p>El mosquito tigre es una especie agresiva que tiene preferencia por las personas, aunque también se alimenta de otras especies animales. Su distribución global ha aumentado dramáticamente en las últimas décadas debido al comercio con países asiáticos, sobre todo por mercancías como neumáticos y plantas ornamentales, donde se pueden encontrar huevos y larvas de estos insectos. Así, esta especie invasora ha viajado largas distancias con eficacia.</p>
<p>El éxito de esta especie a la hora de establecerse en lugares templados como el Mediterráneo se ha relacionado con su fisiología y su plasticidad ecológica. Estas le han permitido adaptarse a temperaturas más frías que las de su lugar de origen. </p>
<p>Este insecto también se ha adaptado perfectamente a distintos hábitats, urbanos y periurbanos. En 2004 se detectó <a href="http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-91112007000100006">por primera vez en España</a> (Sant Cugat del Vallés, Cataluña) y de allí se distribuyó progresivamente por la costa del Mediterráneo, aprovechando los coches como transporte. La invasión de nuevas áreas ha provocado preocupación en salud pública, ya que es vector de al menos 26 virus diferentes, causantes de enfermedades como <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/dengue-and-severe-dengue">dengue</a>, <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/zika-virus">zika</a> y <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/chikungunya">chikunguña</a>.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/280905/original/file-20190624-97794-1xa6clp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/280905/original/file-20190624-97794-1xa6clp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/280905/original/file-20190624-97794-1xa6clp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/280905/original/file-20190624-97794-1xa6clp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/280905/original/file-20190624-97794-1xa6clp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=533&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/280905/original/file-20190624-97794-1xa6clp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=533&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/280905/original/file-20190624-97794-1xa6clp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=533&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Distribución del mosquito tigre en Europa.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://ecdc.europa.eu/en/publications-data/aedes-albopictus-current-known-distribution-january-2019">ECDC</a></span>
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<p>El virus del Chikunguña fue identificado por primera vez en los años 50 durante un brote en Tanzania. El nombre proviene del idioma makonde y significa “el que se encorva”, en referencia a la postura frecuentemente adoptada por los pacientes debido al dolor en las articulaciones. </p>
<p>Los pacientes infectados con el virus del Chikunguña pueden experimentar fiebre (unos 40 ⁰C) que puede progresar a una erupción cutánea y dolor articular debido a la inflamación. Algunos pueden llegar a tener dolores articulares crónicos. </p>
<p>El virus se mantiene en África mediante un ciclo de transmisión entre mosquitos y primates. Sin embargo, en áreas altamente pobladas el virus se mantiene en un ciclo urbano, en el que los seres humanos son el principal huésped y los mosquitos del género <em>Aedes</em> actúan como vectores, sin la necesidad del reservorio animal.</p>
<h2>De África a Europa</h2>
<p>Desde los años 2000, la chikunguña ha reemergido e infectado a millones de personas, sobre todo en África, Asia y Oceanía, y hoy es una gran preocupación para la salud pública global. </p>
<p>En 2005, el movimiento de mercaderías y personas entre las islas del océano Índico introdujo el virus en la isla de la Reunión, lo que causó un brote importante con unos 40 000 casos reportados por semana. Fue la primera vez que se reportaron manifestaciones neurológicas, infecciones fetales y mortalidad asociada al virus. Se cree que el vector transmisor en la Isla de la Reunión fue el mosquito tigre. </p>
<p>En 2007 se detectó el primer brote autóctono en Europa, en Emilia-Romagna (Italia). Allí se reportaron más de 200 casos y la presencia del temido mosquito. Más tarde se han detectado más casos en Francia e Italia: en 2017 Italia sufrió otro brote con 277 afectados. </p>
<p>Desde que el virus del Chikunguña entró en el continente americano, en 2013, se propagó rápidamente por el Caribe y al sur y norte de América. Con más de un millón de casos, ha hecho que el riesgo de transmisión autóctona del virus se incremente en los últimos años en aquellos países donde el mosquito tigre está presente, debido al retorno de viajeros desde zonas endémicas de América.</p>
<h2>El virus llega a España</h2>
<p>Desde el 2008, cada año se han confirmado casos de viajeros que llegan a España virémicos, es decir, infectados con el virus del Chikunguña en alguna de las zonas endémicas del mundo. De momento no se ha detectado un brote autóctono, aunque sí ha habido dos falsos positivos. Uno, en 2015; el otro, hace unos días, después de que Islandia confirmara que tres turistas habían sido diagnosticados por error tras volver de Alicante.</p>
<p>Actualmente, la mejor prevención para evitar la transmisión del virus es el control vectorial. Es importante eliminar los lugares de cría del mosquito tigre, aquellos que se encuentran en las propiedades privadas, tales como el agua de los platos de las macetas, juguetes abandonados, todos aquellos pequeños recipientes que pueden acumular agua y facilitar el crecimiento de larvas del mosquito. También utilizar repelentes eficaces e ir al médico cuando se observen síntomas compatibles con la enfermedad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/119293/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Núria Busquets no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La globalización y el cambio climático han diseminado por todo el planeta enfermedades que antes eran endémicas de una zona concreta. La chikunguña es un ejemplo.Núria Busquets, Investigadora sobre virus emergentes, Instituto de Investigación y Tecnología AgroalimentariasLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1062892018-12-06T16:49:35Z2018-12-06T16:49:35ZZika y embarazo: análisis de sangre prenatal podría predecir malformaciones fetales<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/243700/original/file-20181102-83651-1kkpn2x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Madres y familiares sosteniendo en brazos a bebés que nacieron con microcefalia, uno de los muchos problemas médicos graves causados por el síndrome congénito por el virus del Zika.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="http://www.apimages.com/metadata/Index/The-Week-That-Was-in-Latin-America-Photo-Gallery/85c344048add4b1093762419d8a22c69/80/0">AP Photo/Felipe Dana</a></span></figcaption></figure><p>El brote repentino y descontrolado del <a href="http://www.who.int/emergencies/zika-virus/es/">virus del Zika en 2016</a> aterrorizó a las mujeres embarazadas, especialmente a las que vivían en las regiones endémicas del Zika como Brasil. </p>
<p>Su temor estaba justificado debido a la relación entre la infección por el virus del Zika durante el embarazo y el hecho de nacer con la cabeza de un tamaño menor al normal, enfermedad conocida como microcefalia, así como otras malformaciones congénitas.</p>
<p>La ausencia de un diagnóstico prenatal temprano o de un tratamiento para las malformaciones congénitas dejó a miles de <a href="https://www.cdc.gov/pregnancy/zika/data/pregwomen-uscases.html">futuras madres</a> preocupadas por el bienestar de sus bebés. Otras mujeres decidieron interrumpir su embarazo para no correr el riesgo de tener un hijo con <a href="https://doi.org/10.1056/NEJMc1605389">anomalías congénitas</a>. </p>
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Read more:
<a href="https://theconversation.com/prenatal-blood-screening-may-predict-zika-virus-associated-fetal-defects-106133">Prenatal blood screening may predict Zika virus-associated fetal defects</a>
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<hr>
<p>En el <a href="http://uscmmi.com/jaejunglab/">laboratorio de Jae Jung</a>, de la Universidad del Sur de California, estamos investigando los mecanismos que subyacen en las terribles consecuencias de infecciones víricas transmitidas por mosquitos, como el Chikunguña y el Zika.</p>
<p>Cada enfermedad causa unos síntomas distintos. El virus del Chikunguña provoca dolor articular crónico y debilitante en adultos y síntomas neurológicos en niños, mientras que el virus del Zika provoca malformaciones en bebés. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/243523/original/file-20181101-83651-peb2ik.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/243523/original/file-20181101-83651-peb2ik.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/243523/original/file-20181101-83651-peb2ik.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/243523/original/file-20181101-83651-peb2ik.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/243523/original/file-20181101-83651-peb2ik.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/243523/original/file-20181101-83651-peb2ik.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/243523/original/file-20181101-83651-peb2ik.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">En un centro de atención temprana de Bonito, en Brasil, una niña acaricia a Jose Wesley Campos, que nació con microcefalia congénita causada por el Zika.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://www.apimages.com/metadata/Index/Brazil-Zika-Kids-Boy-in-Bucket/fe3a773313b04610b33f237ac677bf9a/5/0">AP Photo/Eraldo Peres</a></span>
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<h2>El Zika y el embarazo</h2>
<p>El Zika es el primer virus transmitido por un mosquito del que se sabe que provoca malformaciones congénitas. </p>
<p>El <em>Aedes aegypti</em>, una de las especies de mosquito más invasoras y extendidas, es el principal portador y transmisor del virus del Zika. Cuando las personas infectadas por el Zika están sanas y no están embarazadas, a menudo esta infección pasa desapercibida ya que los <a href="https://www.cdc.gov/zika/symptoms/symptoms.html">síntomas son leves</a> o insignificantes. </p>
<p>Sin embargo, la infección durante el primer y segundo trimestre de embarazo aumenta el riesgo de aborto espontáneo y de diversas anomalías fetales, como <a href="https://doi.org/10.1056/NEJMoa1602412">anomalías oculares, deterioro neurológico</a> y, en los casos más graves, <a href="http://doi.org/10.1056/NEJMp1605367">microcefalia</a>.</p>
<p>A partir del segundo trimestre, el personal sanitario intenta evaluar la salud de los bebés infectados con el Zika mediante ultrasonidos, pero es difícil averiguar a partir de esas imágenes si el bebé tiene anomalías del desarrollo. </p>
<p>Por otro lado, la resonancia magnética fetal toma imágenes de alta resolución del feto, pero esta técnica de imagen solo se puede utilizar en el segundo o tercer trimestre, cuando ya es más complicado interrumpir el embarazo. </p>
<p>Una prueba diagnóstica que pueda detectar anomalías al principio del embarazo podría aliviar el estrés de la madre y facilitar la toma de decisiones reproductivas rápidas.</p>
<h2>Desarrollar una nueva prueba diagnóstica</h2>
<p>Esta es nuestra tarea.</p>
<p><a href="https://doi.org/10.1172/jci.insight.124152">En nuestra investigación reciente</a>, analizamos muestras de sangre de 74 mujeres embarazadas: 30 infectadas por el Zika, 30 no infectadas y 14 de mujeres de Los Ángeles. Durante el brote del virus del Zika en Brasil circularon otros virus transmitidos por mosquitos, como el virus del Dengue o el virus del Chikunguña. </p>
<p>Por ese motivo, también decidimos tomar muestras de sangre de mujeres de Estados Unidos, donde estos virus no son endémicos. </p>
<p>El estudio intenta desarrollar nuevas pruebas diagnósticas prenatales para determinar si los bebés infectados por el Zika se encuentran en buen estado de salud. Fue dirigido por <a href="http://uscmmi.com/jaejunglab/principal-investigator">Jae Jung</a> en colaboración con <a href="https://portal.fiocruz.br/servico/laboratorio-de-doencas-febris-agudas">Patrícia Brasil</a>, del Instituto Nacional de Infectología Evandro Chagas de Brasil, y con <a href="https://www.uclahealth.org/karin-nielsen">Karin Nielsen-Saines</a> y <a href="https://www.mbi.ucla.edu/faculty/genhong-cheng/">Genhong Cheng</a> de la UCLA.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/243520/original/file-20181101-83654-4aioi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/243520/original/file-20181101-83654-4aioi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=469&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/243520/original/file-20181101-83654-4aioi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=469&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/243520/original/file-20181101-83654-4aioi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=469&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/243520/original/file-20181101-83654-4aioi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=590&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/243520/original/file-20181101-83654-4aioi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=590&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/243520/original/file-20181101-83654-4aioi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=590&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Un investigador del laboratorio de Jae Jung investiga las malformaciones cerebrales en muestras de tejido obtenidas de un paciente infectado por el Zika.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Weiqiang Chen</span></span>
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<p>Nuestros hallazgos revelaron una producción elevada de 16 biomarcadores proteicos específicos que están presentes en la sangre de las mujeres embarazadas que dieron a luz a bebés con retrasos del desarrollo y anomalías oculares. Estos biomarcadores son potencialmente útiles para predecir los resultados en embarazos afectados por el virus del Zika utilizando muestras de sangre de las futuras madres en cualquier etapa del embarazo.</p>
<p>Seguimos investigando para comprender cómo el Zika afecta al desarrollo del feto, así como para pensar en estrategias de tratamiento para bebés afectados por el virus y en formas de prevenir la infección por el Zika desde un principio. </p>
<p>El número de casos de Zika ha disminuido de forma drástica después de los graves brotes de 2016. Sin embargo, muchos bebés afectados por el Zika todavía sufren las graves consecuencias de la infección prenatal. </p>
<p>Debido a la abundancia generalizada de mosquitos <em>Aedes</em> y al hecho de que el virus del Zika no se ha erradicado, en cualquier momento puede haber nuevos brotes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/106289/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Suan-Sin Foo no trabaja para ninguna compañía u organización que se beneficie de este artículo; tampoco consulta ni posee acciones ni recibe fondos por ese concepto; y no ha divulgado afiliaciones relevantes más allá de su posición académica.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Weiqiang Chen no trabaja para ninguna compañía u organización que se beneficie de este artículo; tampoco consulta ni posee acciones ni recibe fondos por ese concepto; y no ha divulgado afiliaciones relevantes más allá de su posición académica.</span></em></p>El zika aún no se puede curar, pero se han identificado factores en la sangre que indican malformaciones fetales congénitas por zika, lo que facilitará a las madres decidir si interrumpir el embarazo.Suan-Sin Foo, Postdoctoral scholar, University of Southern CaliforniaWeiqiang Chen, Postdoctoral scholar, University of Southern CaliforniaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1023532018-09-04T21:19:05Z2018-09-04T21:19:05ZUn día luchando contra enfermedades tropicales en Papúa Nueva Guinea<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/234911/original/file-20180904-45158-1dot825.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C2044%2C1367&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Nos encontramos en la remota isla de <a href="https://www.google.com/maps/place/Lihir/@-3.1292927,152.5220867,38043m/data=!3m2!1e3!4b1!4m5!3m4!1s0x68bc11a0b8dc84b9:0x81025f8a8ab3fa7b!8m2!3d-3.0896243!4d152.5678548">Lihir</a>, en la provincia de Nueva Irlanda, Papúa Nueva Guinea. Estamos en plena Melanesia, rodeados de cientos de kilómetros de océano en casi cualquier dirección. Somos un pequeño equipo de tres o cuatro personas del centro de investigación ISGlobal de Barcelona, aunque contamos con la ayuda de otros investigadores y trabajadores papúes en nuestro día a día.</p>
<p>Nuestro equipo está liderado por <a href="https://www.isglobal.org/person?p_p_id=viewpersona_WAR_intranetportlet&p_p_lifecycle=0&p_p_col_id=column-2&p_p_col_count=2&_viewpersona_WAR_intranetportlet_struts_action=%2Fview%2FpersonaView&_viewpersona_WAR_intranetportlet_personaId=2101">Oriol Mitjà</a>, que llegó a esta isla hace ya ocho años y desde entonces ha investigado numerosas enfermedades que afectan a esta población tan remota. Sus esfuerzos se han centrado en el <a href="http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/yaws">pian</a> (también llamado yaws), una enfermedad infecciosa causada por la bacteria <em>Treponema pallidum pertenue</em>, que causa úlceras en la piel de los niños. Se trata de una enfermedad olvidada que afecta solo a poblaciones remotas y pobres: desde los años 50, la única investigación iniciada fue la que comenzó Oriol hace una década.</p>
<p>Es difícil saber cuántas personas sufren la enfermedad. Sabemos que hay 13 países endémicos confirmados, 8 de los cuales reportaron 46.000 casos en 2015. Se estima que 89 millones viven en estos lugares y, por tanto, en riesgo de contagio. Además, en 73 países la enfermedad era endémica en los años 50, pero no han sido evaluados para comprobar si todavía lo son.</p>
<p>A todo hay que añadir que el 20% de los pacientes son asintomáticos. En cualquier momento volverán a tener úlceras y a transmitir la enfermedad, meses o años después de su contagio.</p>
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<figcaption><span class="caption">El documental ‘Where the Roads End’ (Noemí Cuní, 2016) cuenta cómo Oriol Mitjà llegó Lihir en 2010 y se encontró con una epidemia de la que apenas había oído hablar.</span></figcaption>
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<p>A Papúa Nueva Guinea la llaman “la tierra de lo inesperado”. Después de unos años trabajando aquí puedo asegurar que es completamente cierto. Nada sale según lo planeado: siempre debe haber un plan B, C, D, E y hasta F. Tienes que estar siempre preparado para cambiar todo e improvisar una nueva solución en cualquier momento, de modo que la rutina no es algo que caracterice nuestro día a día. </p>
<p>Aun así, y a grandes rasgos, así es para nosotros un día en Lihir.</p>
<p>Nos levantamos sobre las 5:30 AM y un poco más tarde salimos de nuestro bungaló para enfrentarnos al calor tropical. A esas horas el Sol aún no ha salido del todo, pero las temperaturas rondan los 30°C y la humedad extrema hace que la ropa se pegue al cuerpo en pocos minutos. </p>
<p>Damos un paseo hasta el <em>comedor</em> del campamento, un pabellón inmenso donde cada mañana nos dan de desayunar junto a varios cientos de trabajadores de la mina. </p>
<p>Sí. Aquí, en medio de la jungla, existe una enorme mina de oro a cielo abierto. </p>
<p>La mina nos permite usar sus instalaciones (bungalós, oficina y comedores) durante nuestra estancia en Lihir, de ahí nuestro desayuno multitudinario. Después nos dirigimos al centro de salud, el <em>Lihir Medical Center</em>, donde tenemos una pequeña <em>base de operaciones</em>, un contenedor que hace de oficina con conexión a internet y aire acondicionado. ¡Todo un lujo!</p>
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<h2>El futuro de los más jóvenes depende de un antibiótico</h2>
<p>Nuestro trabajo se centra en las comunidades de la isla. Visitamos aldeas y colegios casi todos los días. La jornada comienza con una reunión con el equipo, en la que planeamos cuántos vehículos van a salir y quién se encarga de cada zona. </p>
<p>Existen mil variables a tener en cuenta que moldean el plan. Si ha llovido en las últimas horas sabemos que ciertas zonas inundadas serán inaccesibles hasta la tarde, eso si no vuelve a llover. Puede que algún evento, como un funeral, nos impida recorrer ciertos pueblos. Hay que tenerlo todo en cuenta antes de salir. </p>
<p>Una vez terminada la reunión, cargamos el material en los Toyota 4x4 y salimos a visitar las aldeas, colegios y casas en busca de pacientes con pian.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/234912/original/file-20180904-45166-1d11s0j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/234912/original/file-20180904-45166-1d11s0j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/234912/original/file-20180904-45166-1d11s0j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/234912/original/file-20180904-45166-1d11s0j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/234912/original/file-20180904-45166-1d11s0j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/234912/original/file-20180904-45166-1d11s0j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/234912/original/file-20180904-45166-1d11s0j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<p>En estas islas endémicas todos conocen la enfermedad. Las abuelas usan remedios para tratar y tapar las úlceras con hojas de árboles y ungüentos a base de papaya, que pueden ayudar a prevenir nuevas infecciones. Pero sin tratamiento antibiótico el pian no solo es muy infeccioso, sino que además puede acabar en malformaciones óseas permanentes que afectan gravemente al futuro de los niños.</p>
<p>En un mundo en el que el trabajo físico, como cultivar y pescar, es una parte muy importante de la vida, el problema del pian se agrava. La comunidad es consciente de esto y, después de años trabajando codo con codo con ellos, saben que la medicina que traemos es algo bueno y el recibimiento en colegios y aldeas siempre es acogedor y muy positivo.</p>
<p>El pian y otras enfermedades ulcerativas afectan sobre todo a niños de entre 5 y 15 años, que se infectan unos a otros por contacto físico al jugar y compartir pupitre. Por eso nuestra primera parada siempre son los colegios: hablamos con los profesores y les pedimos permiso para interrumpir las clases un rato. Solicito a los niños que levanten la mano si tienen alguna herida y los revisamos a todos uno por uno, brazos y piernas. En un aula de 20 alumnos es fácil encontrar 7 u 8 casos, a veces más.</p>
<p>Para cada paciente recogemos una gran cantidad de información. Ahí entra en práctica nuestro <em>tok pisin</em>, el idioma común de Papúa Nueva Guinea, que se parece mucho al inglés. He aquí un ejemplo básico:</p>
<p><em>“Hamas Christmas blong yu?”</em></p>
<p>Vendría del inglés <em>“how much (many) Christmas belong to you?”</em> que sería traducido literalmente como “¿cuántas Navidades te pertenecen?”. Es decir, “¿cuántos años tienes?”.</p>
<h2>Mismas úlceras, distintos sospechosos</h2>
<p>Además de información personal, recogemos una muestra de cada úlcera con un escobillón de algodón para confirmar el patógeno responsable. Varias bacterias pueden causar estas heridas, pero tratamos a todos los niños afectados (y a sus contactos más cercanos) con una dosis del antibiótico azitromicina que, según nuestros estudios, funciona contra la gran mayoría de patógenos sospechosos presentes en la zona.</p>
<p>El objetivo final sería la erradicación de la enfermedad, algo que la mayoría de expertos cree posible. Una única dosis de azitromicina a toda la población endémica, administrada cada seis meses durante tres sesiones (un año y medio) sería suficiente para eliminar el pian. Esto es en lo que nuestro equipo trabaja ahora mismo.</p>
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<span class="caption">Úlcera provocada por la enfermedad.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Volveremos a visitar a cada paciente dos semanas después del tratamiento para asegurarnos de que se ha curado. Si no fuera así, existen otros tratamientos que podemos usar. El seguimiento es muy importante: un caso no curado, o un fallo en el tratamiento puede desembocar en una resistencia al antibiótico. </p>
<p>El seguimiento es también una de las partes más difíciles del proceso. Más de una vez conducimos durante horas para buscar a un paciente y este no ha ido al colegio o no está en casa. Como la mayoría de la gente no tiene teléfono (o cobertura) es muy difícil organizarse. No importa: seguimos intentando ver a los enfermos una y otra vez.</p>
<p>Repetimos el proceso en todos los colegios que podemos a lo largo de la mañana. Después de visitar dos o tres, a mediodía hacemos un descanso a la sombra de algún árbol, pero ¡nunca bajo una palmera! Regla número uno de supervivencia en la jungla: cuando caiga un coco no querrás encontrarte debajo.</p>
<p>Después visitamos las casas de la aldea para encontrar nuevos pacientes. Muchas veces los peores casos, con las úlceras más grandes, no van al colegio o al trabajo por estigma o por miedo a infectar a sus compañeros.</p>
<p>Al final del día volvemos al centro de salud, donde metemos las muestras en el congelador antes de enviarlas a EE UU para su análisis. Acabamos la jornada con algo de ejercicio, si nos quedan fuerzas, o con una cerveza fría. Todo esto con mucho cuidado, ya que la puesta de sol es la “hora de la malaria”. Basta que te relajes y pienses que el día se ha terminado para que te piquen los mosquitos una docena de veces antes de que te des cuenta.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/102353/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Camila González Beiras no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La enfermedad de pian es una enfermedad tropical olvidada que causa graves secuelas a los más jóvenes, hipotecando su futuro. Algunos investigadores luchan por combatir la bacteria responsable.Camila González Beiras, Investigadora Post-Doc en Enfermedades Infecciosas Olvidadas, Barcelona Institute for Global Health (ISGlobal)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.