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Una caracterización energética realista para rehabilitar las viviendas sociales

En las grandes ciudades españolas, el mayor crecimiento urbano se produjo a partir de 1950 con el inicio de los planes públicos de vivienda social. El parque edificado desde entonces hasta 1980, año en el que comenzó a aplicarse en España la primera normativa que limitaba la demanda energética en los edificios, supone más del 50 % del total de viviendas construidas durante el sigo XX. Por lo tanto, existe un elevado porcentaje de edificios residenciales construidos sin medidas de aislamiento térmico, obsoletos desde el punto de vista energético.

La vivienda social conforma una parte muy importante del parque residencial del sur de Europa e implica un conjunto de usuarios con hábitos de uso de la energía muy limitados por su condición social y económica.

Entre sus particularidades destaca la renuncia al confort térmico, principalmente porque no pueden permitirse el gasto energético que conlleva en viviendas con prestaciones tan bajas o porque no cuentan con sistemas de climatización adecuados.

Barriada de vivienda social, Sevilla. CarlosVdeHabsburgo / Wikimedia Commons, CC BY-SA

Los estándares de calificación energética

La situación de las viviendas sociales no está contemplada en los patrones de uso estandarizados, cuyo objetivo es fijar condiciones homogéneas para la calificación energética de los edificios. Si se utilizan estas condiciones estándar para estimar el ahorro energético tras la rehabilitación de estas viviendas, los resultados que se obtendrían no serían fieles a la realidad.

Por ello, es necesario una caracterización del comportamiento energético de este parque de vivienda social bajo condiciones reales de uso, como paso previo a la propuesta de medidas de rehabilitación.

Las políticas energéticas más recientes son conscientes de que, para reducir el consumo energético y cumplir los objetivos establecidos por la Unión Europea para los años 2030 y 2050, se debe incidir necesariamente en la rehabilitación energética del parque residencial existente.

Recientemente ha sido aprobada la última directiva europea sobre ahorro de energía, que exige que los planes de rehabilitación incluyan mediciones para estimar el ahorro de forma certera.

Caracterización basada en medidas reales

Ensayos de permeabilidad al aire (izquierda) y termografía infraroja (derecha). Rocío Escandón, Author provided

La mayoría de estudios previos a la rehabilitación energética de un edificio se basan en la estimación de ahorros realizada mediante herramientas de simulación informática, pero sus resultados están muy alejados de la realidad. Esta diferencia ha sido atribuida fundamentalmente al comportamiento de los usuarios y, en menor medida, a una mala identificación de las características constructivas de los edificios.

Para reducir el porcentaje de error debido a la mala identificación de las características constructivas, será necesario realizar ensayos puntuales sobre el edificio a analizar, tales como:

  • Ensayos de estanqueidad al aire, que nos permiten medir la cantidad de aire que se filtra en el edificio de forma incontrolada a través de la envolvente. Normalmente lo hace a través de la carpintería de las ventanas, pero también a través de las cajas de persiana y los equipos de climatización en fachada.

  • Termografías infrarrojas, que nos permiten localizar las pérdidas de calor que se dan en la envolvente a través de los puentes térmicos, es decir, aquellos elementos de la fachada con más capacidad de conducir el calor o menor resistencia térmica, como las cajas de persiana, frente de forjados o pilares.

  • Medidas de la capacidad de transmisión de calor a través de la envolvente.

Estudiar el comportamiento de los usuarios

Sin embargo, resulta más complicado reducir la incertidumbre asociada al comportamiento del usuario, dada la dificultad en su predicción. El modo de uso de las viviendas repercute directamente en el consumo energético, especialmente en la vivienda social. En su caso, los recursos económicos limitan notablemente el uso de los equipos de climatización.

Por ello, resulta muy complejo estimar de forma certera el consumo final sin recurrir a técnicas de monitorización a largo plazo de variables ambientales y energéticas. La monitorización de las siguientes variables nos permite cuantificar el comportamiento de los casos de estudio y determinar sus perfiles reales de uso:

  • Temperatura del aire.
  • Humedad relativa del aire.
  • Nivel de CO₂.
  • Consumo energético general.
  • Consumo energético pormenorizado de los principales equipos (termo de agua caliente sanitaria, climatización, etc.).
Perfil de uso diario de una vivienda. Rocío Escandón, Author provided

Para completar y contrastar la información medida es necesaria la recopilación de datos históricos de consumo y la realización de encuestas a los usuarios sobre sus hábitos de uso y su percepción del confort térmico.

El desarrollo de una exhaustiva campaña de caracterización y monitorización permite obtener información suficiente para generar modelos de simulación energética fieles al comportamiento real de las viviendas. Esto resulta esencial para poder basar las decisiones de los proyectos de rehabilitación en los resultados de las simulaciones informáticas.

Medidas de rehabilitación adecuadas

Los resultados de nuestros estudios determinan que, en la vivienda social del sur de España, las condiciones térmicas no son confortables durante más del 90 % de las horas ocupadas en invierno y entre el 71 % y el 83 % en verano. Esto, sumado a la falta de sistemas eficientes de climatización y a las limitaciones económicas, expone gravemente a sus habitantes a vivir en situación de pobreza energética si no se actúa sobre ellas.

Las futuras políticas de rehabilitación energética del parque residencial deberían fomentar las medidas pasivas de acondicionamiento térmico, para centrar sus esfuerzos en mejorar las condiciones de confort en lugar de premiar solo el ahorro de energía.

Cuando los consumos son tan bajos, es casi imposible reducirlos. En esta tipología de vivienda, las medidas de rehabilitación no pueden justificarse en base a la estimación de un ahorro energético que solo se obtendría mediante un uso continuado de los equipos de climatización.

Viviendas más eficientes

Para cumplir el objetivo de reducción del consumo energético establecido por la Unión Europea, las medidas de rehabilitación propuestas deberían centrarse en alcanzar un parque residencial de viviendas con consumo casi nulo.

Estas estrategias, en su mayoría, combinan medidas de aislamiento térmico en fachada, mejora de la estanqueidad y el aislamiento térmico en las ventanas, ventilación natural y generación de energías renovables. Por ejemplo, un adecuado uso de los sistemas de protección solar o ventilación natural durante la noche pueden aumentar en más del 50 % el porcentaje de horas de confort.

Otro de nuestros estudios, desarrollado junto a investigadores de la Universidad Tecnológica de Delft, muestra que la influencia del usuario en el rendimiento energético de las medidas de rehabilitación puede llegar a alcanzar el mismo nivel de importancia que el clima en el que se ubica el edificio.

Estos resultados refuerzan la necesidad de que las futuras políticas nacionales de rehabilitación exijan la caracterización de los perfiles reales de uso, para poder estimar de forma fiable los ahorros y periodos de retorno de las soluciones de mejora propuestas.

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