tag:theconversation.com,2011:/us/topics/adolescencia-55116/articlesadolescencia – The Conversation2024-03-14T18:05:57Ztag:theconversation.com,2011:article/2229452024-03-14T18:05:57Z2024-03-14T18:05:57ZCómo criar a niños y adolescentes autónomos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/581044/original/file-20240311-16-t3t4px.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5906%2C3934&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/darkskinned-little-boy-bent-over-wearing-1756892684">Chomplearn / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La educación tiene como uno de sus pilares fundamentales el desarrollo de la autonomía personal. Un niño o niña autónomo es aquel que, dentro de las capacidades esperadas para su edad y contexto sociocultural, puede realizar por sí mismo tareas y actividades propias de su vida diaria, así como <a href="https://www.tandfonline.com/doi/pdf/10.1080/02103702.1982.10821934">desarrollar la capacidad de pensar críticamente</a>.</p>
<p>Por el contrario, un niño o niña con baja autonomía se caracteriza por ser dependiente, requiriendo ayuda constante, mostrando poca iniciativa y, en ocasiones, viviendo bajo una sobreprotección excesiva. La falta de hábitos de autonomía puede afectar negativamente el aprendizaje y las relaciones sociales. </p>
<p>A medida que un niño o niña progresa en su autonomía, también lo hace en su <a href="https://www.ceapa.es/wp-content/uploads/2021/03/C%C3%93MO-FOMENTAR-LA-AUTONOM%C3%8DA-Y-RESPONSABILIDAD-EN-NUESTROS-HIJOS-E-HIJAS.pdf">capacidad de aprendizaje y en sus relaciones con los demás</a>.</p>
<h2>Estilos de crianza</h2>
<p>El núcleo familiar es el primer escenario donde los niños comienzan su viaje hacia la interacción social. Es en este entorno cálido y familiar donde encuentran sus primeros modelos de aprendizaje, comienzan a desarrollar sus habilidades sociales y capacidades, y establecen vínculos socioemocionales que les brindarán la seguridad necesaria para desenvolverse en el mundo. Sin embargo, la familia <a href="http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1851-96362015000100002&script=sci_arttext">no es el único actor en la formación del individuo</a>. El sistema educativo y el entorno social también juegan un papel crucial en la socialización de los niños. </p>
<p>La familia, como primer espacio de socialización, tiene la responsabilidad de brindar a los niños las herramientas necesarias para desenvolverse con seguridad y autonomía en el mundo que lo rodea. Dentro de los <a href="https://www.apa.org/act/resources/espanol/crianza">estilos de crianza</a> que se pueden dar en las familias, se ha demostrado que el que mejor desarrolla la autonomía es el democrático. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/por-que-es-importante-no-sobreproteger-a-los-ninos-y-permitir-ciertos-riesgos-196735">Por qué es importante no sobreproteger a los niños y permitir ciertos riesgos</a>
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<p>Este estilo se caracteriza por padres, madres o adultos de referencia con autoridad, pero no autoritarios. Ser un padre o madre democrático significa ser capaz de establecer límites claros y razonables y de explicar las razones detrás de esos límites. En estas familias, los progenitores animan a sus hijos e hijas a participar en la toma de decisiones y a expresar sus opiniones a través del diálogo, la negociación y el respeto mutuo. </p>
<p><a href="http://repositorio.ucjc.edu/handle/20.500.12020/1217">Los estilos parentales autoritarios o centrados en el control</a> pueden tener efectos negativos en la autonomía, mientras que los estilos más próximos a una parentalidad positiva suelen promover un proceso fluido de desarrollo de la autonomía personal.</p>
<h2>Seis claves para criar a niños y niñas más autónomos</h2>
<p>La infancia es una etapa crucial en el desarrollo de la autonomía. Los niños y niñas que aprenden a ser independientes desde pequeños estarán mejor preparados para afrontar los retos de la vida adulta. Desde casa, podemos favorecer esta independencia si: </p>
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<li><p>Asignamos responsabilidades: encomendamos a nuestros hijos tareas acorde a su edad y capacidad. Podemos empezar con pequeñas acciones como ordenar sus juguetes, hacer su cama o preparar su mochila para el colegio. A medida que vayan creciendo, podemos aumentar la complejidad de las tareas.</p></li>
<li><p>Alimentamos la autoconfianza y confíamos en sus capacidades, demostrándole que creemos en ellos y en sus habilidades. Elogiemos sus logros, por pequeños que sean. Animémosles a seguir intentándolo incluso si cometen errores.</p></li>
<li><p>Ofrecemos herramientas y recursos que necesitan para realizar sus tareas. Podemos enseñarles cómo hacerlo paso a paso y con paciencia, y no preocuparnos si no lo hacen perfecto, lo importante es que aprendan y se esfuercen.</p></li>
<li><p>Les motivamos para la exploración, dejándoles que experimente por sí mismos y que investiguen sin miedo al fracaso, ya que es parte del aprendizaje. Podemos también animarles a probar cosas nuevas.</p></li>
<li><p>Establecemos límites claros y consistentes. Esto les ayudará a comprender las normas y a tomar decisiones responsables. Debemos explicar las razones de las normas y asegurarnos de que las comprenden.</p></li>
<li><p>Les permitimos tomar decisiones, ayudándoles en el proceso limitando las opciones. Por ejemplo, dejarles escoger su ropa. Podemos ofrecerles dos o tres opciones y que escojan la que prefieran.</p></li>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/talentoso-vago-desordenado-el-efecto-de-las-etiquetas-en-el-desarrollo-de-la-personalidad-217937">'Talentoso', 'vago', 'desordenado': el efecto de las etiquetas en el desarrollo de la personalidad</a>
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<h2>La autonomía en la adolescencia</h2>
<p>La adolescencia no puede ser entendida como una etapa independiente. Es el momento en el que todo aquello que los niños han ido aprendiendo durante las etapas anteriores se pone en práctica. La autonomía es una de esas habilidades más relevantes en esta etapa pues el adolescente <a href="https://repositori.uic.es/bitstream/handle/20.500.12328/1099/Alonso%20Stuyck%2C%20Paloma%20et%20al._Demanda%20de%20autonom%C3%ADa_2017.pdf?sequence=1&isAllowed=y">exige un aumento de autonomía frente a la etapa anterior</a>. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/maneras-de-ser-padres-y-madres-y-su-influencia-en-la-adolescencia-192434">Maneras de ser padres y madres y su influencia en la adolescencia</a>
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<p>Fomentar la autonomía en adolescentes que presentan comportamientos desafiantes puede ser un reto, pero es importante para su desarrollo personal. Algunos de los consejos para lograrlo son:</p>
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<li><p>Mantener una comunicación abierta, dialogar con los adolescentes sobre sus intereses, preocupaciones y necesidades. Es importante que escuchemos con atención y sin juzgar. Podemos expresar nuestro punto de vista, de forma tranquila y respetuosa, aunque no estemos de acuerdo, pero es mejor evitar sermones o críticas. Es importante buscar el momento adecuado, aquel en el que el adolescente esté relajado y receptivo. Debemos comportarnos como adultos y saber que no se trata de dejarlo pasar sino de buscar la situación más propicia para hablarlo. </p></li>
<li><p>Establecer límites claros, consistentes y consensuados. Es importante evitar castigos arbitrarios o excesivos.</p></li>
<li><p>Brindar oportunidades para que puedan tomar decisiones, aunque estas no sean las que nosotros tomaríamos. Podemos darles apoyo y orientar pero sin imponer. La adolescencia es una etapa de exploración, intentar cosas nuevas y rebelión contra reglas familiares. </p></li>
<li><p>Delegar responsabilidades, especialmente aquellas relacionadas con las tareas del hogar. Confiar en que lo pueden hacer, reconociéndolo cuando es así y elogiándoles.</p></li>
<li><p>Fomentar la independencia animando a que realicen actividades por su cuenta.</p></li>
<li><p>Finalmente, ser pacientes y compresivos. La adolescencia es una etapa de transición y cambio y la clave en para fomentar la autonomía es la confianza y el respeto.</p></li>
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<p>Finalmente recordar que la <a href="https://schilesaludmental.cl/web/wp-content/uploads/2022/11/03-1-004-Hacia-el-intento-de-la-construccion-final-de-la-personalidad-durante-la-adolescencia..pdf">adolescencia</a> es una etapa de cambios tanto físicos y sociales como psicológicos. Cualquier problema en uno de estos ámbitos va afectar directamente a la relación familiar. Es recomendable acudir a un profesional que nos pueda ayudar en nuestro caso concreto si vemos que la situación no es manejable.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/222945/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Martina Ares Ferreirós es miembro de listas municipales de partido político. </span></em></p>Claves para una crianza basada en la autonomía de niños y adolescentes.Martina Ares Ferreirós, Profesora en el área de psicología del desarrollo, Universidade de VigoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2210222024-01-24T21:42:57Z2024-01-24T21:42:57Z¿Puede la realidad virtual ayudarnos a entender las adicciones?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/571109/original/file-20240124-23-b1td3b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=99%2C55%2C6632%2C4836&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-bearded-man-wearing-virtual-reality-530010547">SFIO CRACHO/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El inicio de consumo de sustancias en la juventud <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29749666">puede tener consecuencias</a> a largo plazo, tanto a nivel emocional como cognitivo, pero también en el propio desarrollo cerebral. La <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31926303/">evidencia científica</a> ha mostrado que el cerebro en la etapa adolescente es muy sensible a drogas como el alcohol, sustancia altamente consumida en este período. Por lo tanto, retrasar o evitar el consumo es un desafío importante para la sociedad. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/consumo-de-alcohol-en-jovenes-y-riesgo-de-demencia-estamos-mirando-para-otro-lado-195756">Consumo de alcohol en jóvenes y riesgo de demencia: ¿estamos mirando para otro lado?</a>
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<p>Debido a ello, cada vez se promueven más estudios cuyo objetivo es conocer qué factores pueden precipitar el consumo en la juventud para evitar adicciones más severas en la etapa adulta. Entre estos factores parece que la exposición a eventos estresantes, dificultades de regulación emocional, poco control de impulsos, así como actividades de ocio o de estilo de vida poco saludables pueden ser desencadenantes del abuso de sustancias. </p>
<p>Unido a esto, la búsqueda de sensaciones, la presión social y el fácil acceso a drogas como el alcohol son otros <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32968030/">factores</a> favorecedores del consumo.</p>
<h2>Metodologías novedosas para estudiar la adicción</h2>
<p>En este contexto de investigación, nuestro grupo plantea la necesidad de explorar otras metodologías que, resultando atractivas para los jóvenes, añadan validez y control a nuestros resultados. Entre las herramientas que han mostrado más potencial en las últimas décadas está la realidad virtual. Sus usos lúdicos son ampliamente conocidos, pero su aplicación al ámbito de los <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36356351/">trastornos psicológicos</a> sigue siendo un campo por explorar y mejorar. </p>
<p>¿Cómo puede ayudarnos la realidad virtual en el campo del abuso de sustancias en jóvenes? <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352289523000528">Nuestra investigación</a> parte de la premisa de que el estrés experimentado por los jóvenes en ciertos contextos es uno de los factores clave que puede precipitar el consumo. De este modo, analizar cómo su cuerpo responde puede ayudarnos a identificar ciertos biomarcadores que nos permitan detectar, en momentos tempranos de consumo, jóvenes con cierta vulnerabilidad a una adicción más severa. </p>
<p>Cuando hablamos de biomarcadores nos estamos refiriendo a respuestas corporales involuntarias como el aumento significativo de la tasa cardíaca, de la sudoración, o la liberación de ciertas hormonas que surgen ante la exposición a una situación estresante, y que en estos jóvenes podría presentar un patrón diferente de activación e inhibición. Estos biomarcadores son indicadores de los cambios que el alcohol ya está produciendo en el organismo de los jóvenes. </p>
<h2>Inmersión virtual y respuesta al estrés</h2>
<p>En nuestro último estudio, los jóvenes participaron en una situación inmersiva de realidad virtual que les colocaba en lo alto de un rascacielos, donde caminaban por una plataforma elevada en forma de cruz con dos extremos abiertos al vacío. En esta situación estresante, debido a su altura y peligro, los jóvenes debían de explorar libremente el entorno durante cinco minutos a la vez que monitorizábamos diferentes respuestas fisiológicas inducidas por la situación. </p>
<p>Concretamente, se evaluó su propia conducta exploratoria y, gracias al análisis de muestras de saliva y a la utilización de sensores, se pudieron medir variables fisiológicas como la frecuencia cardíaca, la actividad electrodermal y los <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-ansiedad-estres-242-articulo-biomarcadores-medicion-del-estres-una-S1134793718300472">niveles de cortisol y alfa-amilasa</a> en distintos momentos de la prueba (antes de empezar, inmediatamente al finalizar y 10 minutos después). </p>
<p>Esta situación activó la respuesta de estrés en nuestra muestra de jóvenes, independientemente de su consumo o no de alcohol o cannabis, validando nuestra experiencia de realidad virtual como una estrategia efectiva al disparar la respuesta de estrés. </p>
<h2>¿Mayor vulnerabilidad al estrés, mayor consumo de alcohol?</h2>
<p>Por otro lado, observamos cómo los jóvenes con problemas de consumo presentaron una exploración más ansiosa del entorno, con menos entradas a los espacios abiertos y menos tiempo de permanencia en los mismos en comparación con los chicos y chicas del grupo control. Entre los biomarcadores estudiados, la respuesta electrodermal pareció ser clave, ya que nos permitió ver cómo los jóvenes con un consumo problemático tanto de alcohol como de cannabis tardaban más en volver al estado de reposo una vez que la prueba de realidad virtual había finalizado. Este consumo fue detectado con la puntuación en los cuestionarios de <a href="https://pnsd.sanidad.gob.es/profesionales/sistemasInformacion/sistemaInformacion/pdf/2015_Informe_INDICADOR_CONSUMO_PROBLEMATICO.pdf">CAST para cannabis</a> y cuestionario <a href="https://www.msdmanuals.com/medical-calculators/AlcoholScreen-es.htm">AUDIT para alcohol</a>.</p>
<p>Por otro lado, el abuso de alcohol provocó cambios en la liberación de hormonas implicadas en la respuesta de estrés y la relación existente entre ambas (alfa-amilasa y cortisol). Así, en población sana, lo habitual es que se active primero la liberación de alfa-amilasa y, de forma más demorada, la de cortisol, si el estresor se mantiene. Ambas finalizan cuando desaparece el peligro. En cambio, en nuestro grupo de chicos con abuso de alcohol observamos una cierta hiperactivación de la alfa-amilasa frente al cortisol. Eso sugiere una cierta falta de regulación de sus cuerpos al estrés.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/que-factores-predisponen-a-la-adiccion-al-alcohol-durante-la-adolescencia-159350">¿Qué factores predisponen a la adicción al alcohol durante la adolescencia?</a>
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<p>Por último, comprobamos cómo el deseo de consumo de alcohol también aumentaba tras esta experiencia virtual. Esto nos anima a pensar en su posible uso en contextos clínicos para entrenar la regulación del estrés y prevenir el consumo, ya que se ha demostrado el potencial de la realidad virtual para <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fnhum.2022.916227/full">fomentar la resiliencia y el uso de estrategias de afrontamiento funcionales</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/221022/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Román D. Moreno Fernández recibe fondos de la Universidad Francisco de Vitoria (2022-2023; UFV2022-41)</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Patricia Sampedro Piquero recibe fondos del Ministerio de Sanidad (Plan Nacional Sobre Drogas, código 2022I004), Ministerio de Ciencia e Innovación ((MCIN/ AEI / 10.13039/501100011033 / FEDER, UE código PID2022-137610A-100) </span></em></p>La relación entre la respuesta al estrés y el consumo problemático de alcohol y otras sustancias se puede explorar gracias a la realidad virtual.Román D. Moreno Fernández, Profesor Contratado Doctor en Psicología, Universidad Francisco de VitoriaPatricia Sampedro Piquero, Profesora de Psicología, Universidad Autónoma de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2190442024-01-22T21:07:27Z2024-01-22T21:07:27Z¿Es posible evitar que ir a la cárcel tenga un efecto negativo en los hijos?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/569773/original/file-20240117-29-3eyr4r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=178%2C123%2C4406%2C2763&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/hands-prisoner-holding-black-metal-bars-626843165">karanik yimpat/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La estancia en prisión es un evento vital estresante que afecta, de forma intensa, a la calidad de vida familiar y, por lo tanto, al desarrollo vital de los descendientes. El ambiente familiar se tensa, incluso antes de que se haga efectivo el encarcelamiento. Y cuando éste se produce, los menores pueden llegar a sufrir una separación traumática, o tener que afrontar la soledad y el estigma social, además de cambios muy significativos para su vida como cambiar de escuela, de casa o de vecindario. </p>
<p>La siguiente sería una situación habitual: </p>
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<p>“Mi vida familiar no era fácil, pero todo empeoró cuando mi padre ingresó en prisión. Intuía que algo malo estaba pasando, el ambiente era muy tenso desde hacía semanas, sentía que podía perder a mi padre, no podía controlar mi nerviosismo. Sabíamos que iba a suceder, pero apenas hablamos de ello, y sentí miedo. A partir de aquel momento, mi madre tuvo que trabajar más horas y mis hermanos y yo estábamos casi todo el día solos. Las visitas a mi padre eran pocas y entrar en aquel lugar nos generaba mucho nerviosismo a todos. Sentía que mi familia se rompía, nos fuimos distanciando. Alguna gente se alejó de nosotros. Otros se acercaron a mi, la mayoría habían pasado por una situación parecida. Sentía que sólo estas personas me podía aceptar. Fue entonces cuando empecé a meterme en problemas, en el colegio y en la calle…”</p>
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<p>Los efectos del encarcelamiento varían según el género: <a href="https://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/194349/Gomis_Pomares_2021.pdf?sequence=1&isAllowed=y">los estudios indican</a> que los descendientes varones son más propensos al consumo de sustancias, a comportamientos desviados y a problemas de estrés, mientras que las niñas se muestran más proclives a experimentar problemas de ansiedad. </p>
<p><a href="https://scholarworks.utrgv.edu/cj_fac/6/">Otras investigaciones apuntan</a> a que el encarcelamiento del padre podría tener un mayor riesgo que el de la madre en la transmisión del comportamiento criminal a los hijos. Por el contrario, cuando es la madre la encarcelada su impacto es mucho mayor en el desarrollo vital de éstos.</p>
<h2>Socialización y rendimiento escolar</h2>
<p>Lo que sucede en un momento del ciclo vital repercute en la totalidad del desarrollo. En el caso de la etapa adolescente, cuando los progenitores han sido encarcelados a los hijos puede hacérseles más difícil integrarse en los grupos sociales del ámbito escolar, o en actividades extraescolares, y <a href="https://scholarworks.utrgv.edu/cj_fac/6/">puede empeorar su rendimiento escolar</a>. Además, pueden acabar <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29622839/">participando en grupos y en redes antisociales</a>. </p>
<p>El proceso de socialización que desempeña la familia <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s40865-019-00118-3">puede influir de forma continua</a> sobre la probabilidad del abandono o continuidad del comportamiento criminal de los descendientes. Cuando los progenitores tienen <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31592428/">conductas antisociales</a>, el alcance de su ejemplo no es puntual, sino que participa del desarrollo que toma su curso de vida <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8350047/">incluso hasta la adultez</a>. Y en la etapa adulta es cuando <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7034841/">existe mayor riesgo</a> de llevar a cabo comportamientos vandálicos o alborotadores. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/568685/original/file-20240110-27-7npaea.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C26%2C3452%2C2586&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Dibujo de Jupiterfab, artista colaborador con el proyecto de investigación." src="https://images.theconversation.com/files/568685/original/file-20240110-27-7npaea.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C26%2C3452%2C2586&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/568685/original/file-20240110-27-7npaea.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=454&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/568685/original/file-20240110-27-7npaea.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=454&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/568685/original/file-20240110-27-7npaea.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=454&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/568685/original/file-20240110-27-7npaea.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=571&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/568685/original/file-20240110-27-7npaea.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=571&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/568685/original/file-20240110-27-7npaea.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=571&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Lo que dejé atrás.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Jupiterfab</span></span>
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<h2>El etiquetado interfiere en el abandono de la criminalidad</h2>
<p>El encarcelamiento de uno de los progenitores distorsiona la imagen que los otros tienen sobre los miembros de esta familia, dando lugar a un estigma secundario o asociativo. Estas etiquetas van a afectar a la seguridad y al bienestar de toda la familia, así como a las personas que se relacionen con ellos, esto es, a toda su red social. </p>
<p>De este modo, los adolescentes que han sido etiquetados como delincuentes <a href="https://portalcientifico.uvigo.gal/documentos/5d1df68b29995204f766f9b4?lang=es">desarrollan un sentimiento de estigmatización</a>, que los lleva a normalizar y a aceptar las conductas criminales y antisociales. </p>
<p>Por todo ello es necesario favorecer la creación de espacios donde estos chicos y chicas puedan expresar sus vivencias y reivindicar sus necesidades. Se trata de darles voz y permitirles comunicar, pacíficamente, su malestar a través de lenguajes que les resulten más cercanos, como aquellos relacionados con el arte urbano: la música, los murales, el <em>graffiti</em>, el baile… </p>
<p>Estas expresiones también tienen la capacidad generar mensajes que influyen en el imaginario colectivo, dado que invitan a reflexionar sobre el estigma al que se enfrentan estas familias, y que supone una barrera social para la inclusión y la protección de los más vulnerables.</p>
<h2>El efecto exponencial de los déficits</h2>
<p>El impacto del encarcelamiento en los descendientes no sólo está mediado por la exposición a modelos sociales desadaptativos, sino también porque éstos sienten que no reciben la atención y el apoyo que necesitan de su familia. </p>
<p>De hecho, <a href="https://pure.qub.ac.uk/en/publications/worsening-child-outcomes-caregiver-imprisonment-and-its-impact-on">se ha visto</a> que los hijos adolescentes con padres encarcelados se quejaban de la falta de atención afectiva y de las dificultades económicas que sufría la familia. En estos casos, es frecuente que reciban pautas de crianza confusas y soluciones inestables para su cuidado. </p>
<p>Esto hace <a href="https://psycnet.apa.org/fulltext/2012-00399-001.html">más probable</a> que los niños lleguen a desarrollar una amplia variedad de respuestas conductuales adversas, entre ellas la delincuencia, además de problemas de salud mental y <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26259843/">de ajuste escolar</a>. </p>
<p>La ausencia de uno de los progenitores en la crianza de los hijos puede dificultar el desempeño de prácticas de crianza positivas, que tienen un efecto protector al proveerlos de competencias e <a href="https://doi.org/10.1007/s11292-020-09419-w">incrementa su bienestar</a> y evitar la aparición de problemas emocionales y de comportamiento. Si los progenitores están encarcelados, practicar la crianza positiva <a href="https://www.researchgate.net/publication/369735001_First_They_Have_to_Show_Up_How_Dads_Back_Academy_Successfully_Engaged_Formerly_Incarcerated_Fathers_in_a_Responsible_Fatherhood_Program">reduce el riesgo</a> de la escalada de la conducta delictiva. </p>
<h2>Justicia terapéutica y pedagógica</h2>
<p>La aplicación de un modelo preventivo de la delincuencia demanda actuar de forma proactiva, esto es, apoyar a aquellas familias <a href="http://sepjf.org/wp-content/uploads/2019/03/LIBRO-DE-ACTAS_XIV-CONGRESO-INTERNACIONAL-DE-PSICOLOG%C3%8DA-JUR%C3%8DDICA-Y-FORENSE.pdf">con algún progenitor encarcelado</a>. Pero también aplicar modelos sociales y legales no punitivos, sino educativos y terapéuticos, que hagan posible reforzar la dignidad, <a href="https://www.researchgate.net/publication/369735001_First_They_Have_to_Show_Up_How_Dads_Back_Academy_Successfully_Engaged_Formerly_Incarcerated_Fathers_in_a_Responsible_Fatherhood_Program">el ajuste psicológico y el bienestar emocional</a> de todos los implicados en el procedimiento judicial.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/219044/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Los efectos negativos a largo plazo que el encarcelamiento de un progenitor tiene en sus hijos pueden paliarse con terapias familiares positivas que fomenten la comunicación y la parentalidad activa.María José Vázquez Figueiredo, Profesora del área de Psicología Básica. Especializado en la prevención de la violencia, comportamientos antisociales y delictivos, Universidade de VigoRicardo Fandiño Pascual, Profesor Asociado Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación , Universidade de Santiago de CompostelaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2203432024-01-18T17:34:01Z2024-01-18T17:34:01Z¿Se expresan los jóvenes de ahora peor que los de antes? Lo que dice un informe de la RAE<p>Imaginemos que oímos la alerta de nuestro móvil: hemos recibido un mensaje. Al abrirlo, leemos: </p>
<blockquote>
<p>“Oye, bro, le digo a mi madre k salgo en plan me voy a la calle en plan trankilo, ke ayer iba trifásico aunque el sitio ese estaba de locos tal cual, pero algunos daban cringe”. </p>
</blockquote>
<p>Probablemente, si no tenemos entre 12 y 25 años, nos parecerá casi ininteligible y pensaremos que se han equivocado de destinatario. Frases así pueden llevarnos, a quienes pertenecemos a otras generaciones, a echar en falta un diccionario o un intérprete para asegurarnos de que entendemos todos los matices y no sentirnos fuera de onda. </p>
<p>Jóvenes y adolescentes son especialmente aptos en la creación de una jerga particular, en parte porque es una etapa de la vida en la que <a href="https://injuve.es/sites/default/files/relacionesgrupalescompleto.pdf">la pertenencia al grupo es prioritaria</a>.</p>
<p>Pero que en esta etapa de la vida (la adolescencia y primera juventud) <a href="https://digitum.um.es/digitum/bitstream/10201/54017/1/La%20innovacion%20lexica.pdf">se innove especialmente en el lenguaje</a> no significa que no se pueda aprender a navegar en las diferentes situaciones comunicativas de la vida a través de las normas y usos lingüísticos comunes a todos los hablantes de todas las edades. No solo se puede, sino que es algo esencial para el desarrollo del pensamiento, el criterio y el aprendizaje en general.</p>
<h2>La alarma de la RAE</h2>
<p>La Real Academia española ha publicado recientemente <a href="https://www.rae.es/sites/default/files/2023-12/Real%20Academia%20Espa%C3%B1ola%20-%20Informe%20sobre%20la%20educaci%C3%B3n.pdf"><em>La enseñanza de la lengua y la literatura en España, con especial atención al uso, el conocimiento y el aprendizaje del español</em></a> en el que han colaborado diversos profesores de ESO y Bachillerato de varias comunidades autónomas. Se trata de un informe de corte cualitativo en el que los docentes consultados, en calidad de expertos, han aportado sus particulares percepciones. </p>
<p>En él, se advierte de la concurrencia de varios factores preocupantes en España: </p>
<ol>
<li><p>Las carencias en los jóvenes en cuanto a la comprensión lectora (el dato puede ser bien refrendado por el último informe PISA). </p></li>
<li><p>La baja fluidez expresiva referida a un pobre vocabulario (también en las lenguas cooficiales). </p></li>
<li><p>La relegación de las lenguas clásicas en el currículo. </p></li>
<li><p>El escaso interés de los jóvenes por la literatura. </p></li>
<li><p>La trascendencia de la renovación didáctica en las aulas y su repercusión entre el profesorado. </p></li>
<li><p>El impacto de la tecnología, el multiculturalismo y la diversidad en las aulas y su necesaria gestión.</p></li>
</ol>
<p>Además de abogar por un plan educativo no partidista y un pacto de estado educativo, el análisis de la RAE llama a la urgente mejora del aprendizaje del español como primera lengua entre los jóvenes. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/algunas-de-las-cosas-que-los-estudiantes-aprenden-en-clase-de-lengua-son-falsas-163535">Algunas de las cosas que los estudiantes aprenden en clase de Lengua son falsas</a>
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</em>
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<hr>
<p>Una de las vías de mejora es, según la RAE, la “necesaria clarificación y delimitación entre competencia y contenido” en el aprendizaje, de manera que las competencias se entiendan como el resultado de los conocimientos, no como su sustitución. También aboga por concretar la aplicación en el aula de las propuestas curriculares, fomentando la formación y actualización del profesorado de forma equilibrada. </p>
<p>El informe destaca la importancia de la labor del profesorado no solo como guía, sino como poseedor del conocimiento y de la destreza didáctica para favorecer la retroalimentación objetiva para sus estudiantes.</p>
<h2>Qué pueden hacer los docentes</h2>
<p>Este diagnóstico que hace la RAE lo hemos podido observar muchos en la comunidad docente, de alguna forma u otra, y sobre él reflexionamos a menudo. Plantea unas propuestas de solución muy sensatas, si bien no entra en detalles de cómo se pueden llevar a cabo.</p>
<p>Iniciativas a tener en cuenta para mejorar la enseñanza y aprendizaje del idioma serían: </p>
<ol>
<li><p>Trabajar coordinadamente entre las diferentes etapas educativas desde infantil hasta los estudios universitarios, dado que cada etapa educativa no puede concebirse como un compartimento estanco. </p></li>
<li><p>El tratamiento de la tecnología al servicio de la humanidad y su inclusión para un aula y aprendizaje mejores (no más fáciles), siempre bajo una supervisión adulta.</p></li>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/asi-deberian-ser-las-clases-de-lengua-segun-la-ciencia-148752">Así deberían ser las clases de Lengua, según la ciencia</a>
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</em>
</p>
<hr>
<h2>Jóvenes y no tan jóvenes</h2>
<p>Pero quizá lo más importante que podemos hacer es preguntar a los jóvenes, los interesados, qué les ocurre con las palabras, qué interés tienen hacia ellas y qué piensan sobre estos elementos tan cotidianos para las personas, que trascienden, sin duda, el aula de gramática.</p>
<p>¿Qué ocurre, por otro lado, con el conocimiento y uso del lenguaje por parte de los adultos? ¿Quién, cómo y dónde lo analiza, y qué nos diría un diagnóstico similar?</p>
<p>El lenguaje juega un papel fundamental en nuestro cerebro. Como decía Miguel de Unamuno: </p>
<blockquote>
<p>“La lengua no es la envoltura del pensamiento, sino el pensamiento mismo”. </p>
</blockquote>
<p>Se reclama el pensamiento crítico en nuestra sociedad, en nuestros jóvenes, para que su autenticidad, su autoestima y su valor se pongan en evidencia. Para ello es fundamental fomentar el aprendizaje, uso y gusto por las palabras en todas sus facetas. Es lo que impulsa el pensamiento y los argumentos propios. </p>
<p>El lenguaje es una herramienta fortalecedora del pensamiento: siempre podemos mejorar su conocimiento y su uso, no solo cuando somos niños o jóvenes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/220343/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Manuela Catalá Pérez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La RAE llama a la mejora de la enseñanza de la lengua en un informe muy crítico con su conocimiento y uso por parte de los jóvenes. ¿En qué se basa, y qué conclusiones podemos sacar?Manuela Catalá Pérez, Doctora en Filología Hispánica, profesora de Lengua española, Facultad de Comunicación y CC.SS., Universidad San JorgeLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2200562023-12-22T06:22:12Z2023-12-22T06:22:12ZUn clásico puede cambiarte la vida: siete títulos para adolescentes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/566958/original/file-20231220-23-8n52my.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=17%2C4%2C2977%2C1989&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/book-lover-ready-study-hard-373229419">debasige/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p><em>No hay nada más atractivo que leer un libro que no ha sido escrito para nosotros. Sobre todo, cuando estamos en la adolescencia. Adentrarse en el mundo adulto a partir de realidades que todavía no hemos conocido pero que ansiamos descubrir es un estímulo poderoso. Por qué, entonces, no pensar en eso, en “ir más allá” cuando elegimos qué leer en esta época.</em></p>
<p><em>Hemos preguntado a nuestros expertos qué libros, considerados “clásicos” de la literatura, recomendarían leer en la adolescencia, aunque no estén en los planes escolares o en la mente de los adultos. El resultado es una lista que apela a la curiosidad, excitación, incertidumbre y rebeldía propias de esos años. Y una sabiduría que se quiere transmitir poderosamente: el encuentro con un clásico, con el clásico oportuno en el momento perfecto, puede cambiarnos la vida.</em></p>
<hr>
<h2><em>La Eneida</em>, de Virgilio</h2>
<p>Aventura, fantasía y amor con desenlace fatal. Ninguno de estos ingredientes falta en las novelas juveniles actuales que llenan los estantes de las librerías. Los mismos elementos aparecen en el libro IV de la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Eneida"><em>Eneida</em></a>. Tal vez alguien pueda pensar que he perdido la noción de la realidad si recomiendo esta obra cumbre de la literatura latina, un poema escrito por <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Virgilio">Virgilio</a> en el siglo I antes de Cristo. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/567044/original/file-20231221-15-q28p3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Pintura de un hombre vestido de guerrero que se acerca a una mujer sentada en un trono." src="https://images.theconversation.com/files/567044/original/file-20231221-15-q28p3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/567044/original/file-20231221-15-q28p3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=423&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/567044/original/file-20231221-15-q28p3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=423&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/567044/original/file-20231221-15-q28p3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=423&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/567044/original/file-20231221-15-q28p3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/567044/original/file-20231221-15-q28p3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/567044/original/file-20231221-15-q28p3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>El encuentro entre Dido y Eneas</em>, por Sir Nathaniel Dance Holland.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://artsandculture.google.com/usergallery/dido-y-eneas/AwISN9DL1K3EKw">Google Art Project</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>La obra completa cuenta la caída de Troya, el viaje del troyano Eneas por el Mediterráneo hasta Italia (libros I-VI) y las guerras que tuvieron lugar allí a su llegada (libros VII-XII). Pero si algún episodio ha cautivado especialmente la imaginación occidental, este ha sido la fatídica historia de amor entre Eneas y la reina Dido de Cartago, narrada en el libro IV. </p>
<p>Virgilio no la escribió pensando en un público joven, pero lo cierto es que generaciones y generaciones de niños romanos tuvieron la <em>Eneida</em> como lectura básica. Cuatro siglos después, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Agust%C3%ADn_de_Hipona">San Agustín</a> contaba en sus <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Confesiones"><em>Confesiones</em></a> el profundo impacto que dejó en su imaginación adolescente esta historia de amor desgraciado.</p>
<p><em><strong>Recomendado por Rosario Moreno Soldevila.</strong></em></p>
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<h2><em>El Señor de los anillos</em>, de J.R.R. Tolkien</h2>
<figure class="align-left zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/567049/original/file-20231221-23-v7zo14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Dibujo de dos hobbits caminando entre marismas con muertos guiados por un ser deforme." src="https://images.theconversation.com/files/567049/original/file-20231221-23-v7zo14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/567049/original/file-20231221-23-v7zo14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=883&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/567049/original/file-20231221-23-v7zo14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=883&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/567049/original/file-20231221-23-v7zo14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=883&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/567049/original/file-20231221-23-v7zo14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1109&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/567049/original/file-20231221-23-v7zo14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1109&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/567049/original/file-20231221-23-v7zo14.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1109&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>Frodo y Sam cruzando la Ciénaga de los Muertos con la guía de Gollum</em>, por Alexander Korotich.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Frodo_and_Sam_guided_by_Gollum_through_the_Dead_Marshes_by_Alexander_Korotich.jpg">Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Hay clásicos que se ven sobrepasados por sus versiones cinematográficas. Otros resisten, aunque su adaptación sea impecable. Esto sucede con <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_Se%C3%B1or_de_los_Anillos"><em>El Señor de los anillos</em></a> de <a href="https://theconversation.com/tolkien-el-senor-de-las-lenguas-115162">J.R.R. Tolkien</a>. Por redondas que sean las películas, el poder evocador del texto, el desarrollo de los complejos caracteres de los personajes y el abrumador despliegue que supone la creación de la Tierra Media solo se aprecia en los libros que conforman la trilogía.</p>
<p>¿Por qué lo recomiendo? Porque ofrece la oportunidad de imaginar un ambiente legendario e identificarse con personajes cuyas vidas tranquilas se ven alteradas ante el avance de un mal absoluto e inexorable que compromete la supervivencia del mundo. </p>
<p>Frodo, el protagonista, elige asumir una misión ardua que supera sus capacidades. Una tarea que es sinónimo de la vida compleja a la que nos asomamos en la adolescencia y que se presenta como un reto. Así, acompañamos a Frodo y sus amigos por montañas, llanuras, desfiladeros y bosques, vadeando ríos y sorteando ciénagas, y asistimos a batallas épicas entre fuerzas terribles y destructoras y personajes más o menos nobles, con sus luchas internas y sus contradicciones. </p>
<p>En el trasfondo, cuando todo va a derrumbarse, se mantiene irreductible la amistad sencilla.</p>
<p><em><strong>Recomendado por Vicente Calvo Fernández.</strong></em></p>
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<h2><em>Los renglones torcidos de Dios</em>, de Torcuato Luca de Tena</h2>
<p>Hay algo especial en <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Los_renglones_torcidos_de_Dios_(novela)"><em>Los renglones torcidos de Dios</em></a> que la convierte en una lectura idónea para jóvenes, a pesar de no tener a esa audiencia en mente. El secreto está en su nada disimulado espíritu de <em>best-seller</em>, de narración de intriga confeccionada con mano artesana por Luca de Tena. El suspense nos atrapa irremediablemente desde la primera página, jugando tópicamente, pero con suma habilidad, con nuestras expectativas de detective-lector <em>amateur</em> que entra en la compleja mente de la protagonista, Alice Gould, y se pregunta: ¿es detective o es una paciente más del psiquiátrico donde “investiga”? </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/567051/original/file-20231221-21-7ghn6i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Un cartel de cine con dos personajes, un hombre y una mujer, que aparecen borrosos." src="https://images.theconversation.com/files/567051/original/file-20231221-21-7ghn6i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/567051/original/file-20231221-21-7ghn6i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=863&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/567051/original/file-20231221-21-7ghn6i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=863&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/567051/original/file-20231221-21-7ghn6i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=863&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/567051/original/file-20231221-21-7ghn6i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1084&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/567051/original/file-20231221-21-7ghn6i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1084&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/567051/original/file-20231221-21-7ghn6i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1084&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Cartel de la adaptación a la gran pantalla de <em>Los renglones torcidos de Dios</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.imdb.com/title/tt13229894/">IMDB</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Toda buena novela de misterio funciona, como lo hace esta, si nos involucra en el “juego” de desentrañar el enigma. Pero hay algo más. Y es que el misterio, que no discrimina por edades, <a href="https://theconversation.com/los-renglones-torcidos-de-dios-y-nuestra-gestion-de-las-enfermedades-mentales-189704">nos da acceso a los “grandes temas”</a>. A un mundo de enfermedad, dolor, sufrimiento, trastorno; y también curación, humanidad, corazón. </p>
<p><em>Los renglones torcidos de Dios</em> lleva implícita la promesa de que estamos leyendo una novela “para adultos”. Esa clase de experiencias son las que nos hacen crecer: el saber que estamos siendo testigos de un nuevo abanico de experiencias y conocimientos que, hasta entonces, parecían vetados. Y esa emoción, esa ilusión, es un regalo impagable. </p>
<p><em><strong>Recomendado por Alberto Escalante Varona.</strong></em></p>
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<h2><em>El extraño caso del doctor Jekyll y Mister Hyde</em>, de Robert Louis Stevenson</h2>
<p>¿Quién no ha fantaseado alguna vez con manejar a su antojo esa dualidad caprichosa de la que estamos hechos los seres humanos: el bien y el mal, la contención y la rebeldía, las apariencias y la verdadera esencia que no tendría cabida en muchos ámbitos de la sociedad? </p>
<figure class="align-left zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/567057/original/file-20231221-26-8p61z9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Un hombre golpea a otro con un bastón de plomo." src="https://images.theconversation.com/files/567057/original/file-20231221-26-8p61z9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/567057/original/file-20231221-26-8p61z9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=880&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/567057/original/file-20231221-26-8p61z9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=880&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/567057/original/file-20231221-26-8p61z9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=880&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/567057/original/file-20231221-26-8p61z9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1106&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/567057/original/file-20231221-26-8p61z9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1106&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/567057/original/file-20231221-26-8p61z9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1106&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Dibujos de Charles Raymond Macauley para la edición de 1904 de <em>El extraño caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde</em>. Editorial: Nueva York Scott-Thaw.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jekyll.and.Hyde.Ch4.Drawing1.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Es este dilema el que ha convertido <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_extra%C3%B1o_caso_del_doctor_Jekyll_y_el_se%C3%B1or_Hyde">la novelita de Stevenson</a>, desde su publicación en 1886, en un auténtico éxito de ventas y un incuestionable clásico. La alegoría sobre la que basa su conflicto es trasparente pero no le resta nada de fuerza a la trama: el doctor Jekyll, un hombre bondadoso y respetable, vive obsesionado con acallar su lado oscuro e inventa un suero para poder neutralizarlo. Sin embargo, el suero le convierte en Mister Hyde, un ser violento, lujurioso y amoral que poco a poco se va apoderando de su lado virtuoso hasta aniquilarlo. </p>
<p>El conflicto no puede resultar más apropiado para una edad, la adolescencia, en la que experimentamos una auténtica metamorfosis física y mental y la identidad se tambalea entre lo que el mundo espera de nosotros, las expectativas que nosotros mismos ostentamos y nuestra propia esencia a la que no siempre podemos o queremos serle fiel. Además del poso ontológico, la novela atrapa por su certero manejo del terror y el misterio y su planteamiento sintético y directo. No dejará indiferente a ningún lector. </p>
<p><em><strong>Recomendado por Eva Elena Llergo Ojalvo.</strong></em></p>
<hr>
<h2><em>Carta de una desconocida</em>, de Stefan Zweig</h2>
<p>Leí <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Carta_de_una_desconocida_(novela_de_1922)"><em>Carta de una desconocida</em></a> de <a href="https://theconversation.com/guerra-y-desencanto-en-stefan-zweig-175219">Stefan Zweig</a> por recomendación de un joven muy querido. “Léelo, te gustará”. Y así fue. Es una historia breve pero intensa que atrapa. Bien escrita, maravillosamente narrada, con una prosa atractiva de ritmo ágil, envuelve al lector en sentimientos y emociones completamente actuales. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/567058/original/file-20231221-29-3uf2uh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Una mujer se esconde detrás de una puerta mientras observa a un hombre que la mira." src="https://images.theconversation.com/files/567058/original/file-20231221-29-3uf2uh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/567058/original/file-20231221-29-3uf2uh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=449&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/567058/original/file-20231221-29-3uf2uh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=449&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/567058/original/file-20231221-29-3uf2uh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=449&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/567058/original/file-20231221-29-3uf2uh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=564&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/567058/original/file-20231221-29-3uf2uh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=564&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/567058/original/file-20231221-29-3uf2uh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=564&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotograma de la adaptación cinematográfica de <em>Carta de una desconocida</em> en 1948.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.imdb.com/title/tt0040536/">IMDB</a></span>
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</figure>
<p>Una carta, una desconocida, alguien que lee, y con él, sin poder parar, casi sin respiración, leemos nosotros. Un relato que nos acerca a lo más profundo de un corazón plenamente y totalmente enamorado.</p>
<p>En él se pueden rastrear temas universales tanto hoy como en el pasado: el amor que nos hace ser mejores personas, el amor como enfermedad y locura, la cárcel de amor, la dependencia emocional, los celos. Temas presentes en las canciones que escuchamos y en las series y películas más recientes. <em>Carta a de una desconocida</em> nos ayuda a entender el poder, el sentido o la sinrazón presentes en el amor más arrebatador. </p>
<p><em><strong>Recomendado por Ana Cristina Formento Torres</strong></em></p>
<hr>
<h2><em>Sobre la violencia</em>, de Hannah Arendt</h2>
<p>Este pequeño ensayo lleva la firma de una de las filósofas más importantes del siglo XX, <a href="https://theconversation.com/hannah-arendt-una-voz-que-sigue-resonando-con-fuerza-203611">Hannah Arendt</a>. En él se resumen muchas de las tesis que encontramos en su obra más importante, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Hannah_Arendt#Los_or%C3%ADgenes_del_totalitarismo"><em>Los orígenes del totalitarismo</em></a>. </p>
<figure class="align-left zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/567059/original/file-20231221-24-sldigm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Fotografía de una joven que posa de lado mirando fuera de campo." src="https://images.theconversation.com/files/567059/original/file-20231221-24-sldigm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/567059/original/file-20231221-24-sldigm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=857&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/567059/original/file-20231221-24-sldigm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=857&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/567059/original/file-20231221-24-sldigm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=857&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/567059/original/file-20231221-24-sldigm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1077&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/567059/original/file-20231221-24-sldigm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1077&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/567059/original/file-20231221-24-sldigm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1077&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotografía de Hannah Arendt en 1924, cuando tenía 18 años.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hannah_Arendt_1924.jpg">Yale University Press/Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Arendt observa con preocupación el uso de la violencia en un mundo altamente tecnificado y analiza su incidencia en el ejercicio del poder, tradicionalmente en manos de los Estados. A partir de este hilo conductor, examina los conceptos de autoridad, progreso o fuerza, entre otros.</p>
<p>En sus cerca de cien páginas, este trabajo nos ofrece reflexiones soberbias en pequeñas píldoras, como la que distingue entre la forma extrema del poder, el “Todos contra Uno”, y la forma extrema de violencia, el “Uno contra todos”. Para Arendt el poder se ejerce concertadamente porque pertenece al grupo. Por eso, nos dice, allí donde el poder se ha desintegrado, se hace posible la revolución. </p>
<p>Estamos ante un ensayo excelente, escrito de manera clara y sencilla, que invita a la reflexión sobre un tema que, lamentablemente, siempre está de actualidad.</p>
<p><em><strong>Recomendado por Iker Martínez Fernández.</strong></em></p>
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<h2><em>Hamlet</em>, de William Shakespeare</h2>
<p>Si, como sostenía Ítalo Calvino, un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir, entonces podemos afirmar que <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Hamlet"><em>Hamlet</em></a> es un clásico en toda regla. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/567060/original/file-20231221-16-egr4pn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Dibujo de un hombre que se derrumba en brazos de otro mientras empuña una espada." src="https://images.theconversation.com/files/567060/original/file-20231221-16-egr4pn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/567060/original/file-20231221-16-egr4pn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=834&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/567060/original/file-20231221-16-egr4pn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=834&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/567060/original/file-20231221-16-egr4pn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=834&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/567060/original/file-20231221-16-egr4pn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1048&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/567060/original/file-20231221-16-egr4pn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1048&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/567060/original/file-20231221-16-egr4pn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1048&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Ilustración de Eugène Delacroix de la muerte de Hamlet.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Eug%C3%A8ne_Delacroix_-_Hamlet-_The_Death_of_Hamlet_-_1941.215.16_-_Cleveland_Museum_of_Art.jpg">Cleveland Museum of Art/Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Aunque las últimas palabras pronunciadas por Hamlet al final de la obra (¡atención <em>spoiler</em>!) decreten el silencio eterno tras su muerte, lo cierto es que <a href="https://theconversation.com/hamlet-el-everest-de-la-literatura-181728">las elevadas cotas de introspección de este personaje</a> y el eco de su verbo torrencial resuenan hasta nuestros días. A ello hay que añadir el poder adictivo de la trama ideada por Shakespeare: el fantasma de un rey difunto se aparece ante su hijo para pedirle que vengue su muerte cruel a manos de su hermano, actual rey de Dinamarca. </p>
<p>Lo que inicialmente puede resolverse con un simple duelo entre tío y sobrino, se retuerce porque Hamlet demora constantemente la acción y es, precisamente aquí, donde radica la tragedia del héroe shakespeariano: su deslumbrante lucidez opaca sus decisiones, y el devenir del personaje y sus acciones se vuelven trágica e inevitablemente erráticos. </p>
<p>Hamlet no se acaba nunca.</p>
<p><em><strong>Recomendado por David Amezcua Gómez.</strong></em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/220056/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Hay libros que no se leen de la misma forma dependiendo de la edad. ¿Qué clásicos merece la pena leer por vez primera en la adolescencia?Rosario Moreno Soldevila, Catedrática de Filología Latina, Universidad Pablo de OlavideAlberto Escalante Varona, Profesor Permanente Laboral. Departamento de Filologías Hispánica y Clásicas. Área de Didáctica de la Lengua y la Literatura, Universidad de La RiojaAna Cristina Formento Torres, Profesora asociada en la Facultad de Educación, Universidad de ZaragozaDavid Amezcua Gómez, Profesor de Literatura Inglesa en la Universidad Complutense de Madrid, Universidad Complutense de MadridEva Llergo Ojalvo, Profesora de Literatura y Didáctica de la Literatura, Universidad Camilo José CelaIker Martínez Fernández, Profesor de Historia de la Filosofía Antigua. Departamento de Filosofía, UNED - Universidad Nacional de Educación a DistanciaVicente Calvo Fernández, Profesor Titular de Universidad, Área de Didáctica de la Lengua y la Literatura, Universidad Rey Juan CarlosLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2172352023-12-21T18:58:13Z2023-12-21T18:58:13Z¿Son todos los adolescentes adictos a las redes sociales?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/563268/original/file-20231204-28-fr58xy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/child-using-smart-phone-lying-bed-2299524667">Aleksandra Suzi</a></span></figcaption></figure><p>Es innegable la penetración de la tecnología en nuestras vidas, y quizás esto sea especialmente notorio en los adolescentes. Según el <a href="https://www.ine.es/prensa/tich_2022.pdf">Instituto Nacional de Estadística (2022)</a> un 94.9 % de los menores entre 10 y 15 años han usado internet en los últimos 3 meses y de ellos un 69.5 % disponen de móvil. Además, <a href="https://www.unicef.es/sites/unicef.es/files/comunicacion/Informe_estatal_impacto-tecnologia-adolescencia.pdf">según un reciente el informe de UNICEF (2021)</a>, un 98.5 % de los adolescentes españoles están registrados en una red social, mientras que un 83.5 % está registrado en más de tres redes sociales. </p>
<p><a href="https://wearesocial.com/uk/blog/2023/01/digital-2023/">Una de las actividades más realizadas por los adolescentes</a> (incluso antes de la edad permitida legalmente, hecho que es particularmente preocupante) es usar redes sociales. </p>
<p>Estos datos no hacen más que avalar lo que vemos cada día, y es que el uso de internet y teléfono es masivo y normativo entre los más jóvenes.</p>
<h2>Uso problemático y adicción, ¿son lo mismo?</h2>
<p>El enfoque que se ha usado mayoritariamente para abordar las conductas relacionadas con el uso o el abuso de redes sociales (y otros usos de la tecnología) por parte de los adolescentes ha sido el de la <a href="https://doi.org/10.1016/j.addbeh.2022.107400">adicción</a>. Sin embargo, <a href="https://doi.org/10.1016/j.neubiorev.2019.12.025">este enfoque tiene limitaciones conceptuales</a> y, muchas veces, supone una patologización innecesaria de la vida cotidiana. </p>
<p>En contraste con el uso del término de adicción, nosotros (al igual que otros autores) preferimos hablar de un uso problemático.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/socializar-a-traves-de-internet-pros-y-contras-182576">Socializar a través de internet: pros y contras</a>
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<p>En oposición al modelo preponderante de adicción, que se nutre de criterios relacionados con las sustancias como la tolerancia o abstinencia, el modelo de uso problemático concibe que un conjunto de procesos cognitivos y comportamientos pueden llegar a ser disfuncionales y conducir a consecuencias negativas. </p>
<p>De esta manera, dimensiones como una alta preferencia por la interacción en línea y la regulación emocional a través de las redes sociales pueden estar vinculadas a una autorregulación deficiente (caracterizada por una preocupación constante por estar conectado y el uso compulsivo de las redes sociales). </p>
<p>Las consecuencias negativas para el usuario son: problemas interpersonales (pérdida de relaciones con otras personas significativas o abandono de otras actividades placenteras o de la escuela) y problemas intrapersonales (por ejemplo, la sensación de haber perdido el control sobre su propia vida). Estas consecuencias negativas son la clave para hablar de un uso problemático.</p>
<h2>¿Es la norma o la excepción?</h2>
<p>El anteriormente citado informe de <a href="https://www.unicef.es/sites/unicef.es/files/comunicacion/Informe_estatal_impacto-tecnologia-adolescencia.pdf">UNICEF</a> cifraba en un 33 % el porcentaje de adolescentes que estarían haciendo un uso problemático de internet y las redes sociales. <a href="https://doi.org/10.5817/CP2023-3-5">Otro estudio reciente</a> matiza este porcentaje y presenta datos más halagüeños, cifrando el número de adolescentes que están en riesgo de presentar un uso problemático en un 13.2 % y los adolescentes que realizan un claro uso problemático de redes sociales en un 2.9 %. </p>
<p>Hablamos entonces de una horquilla entre el 2.9 % y el 33 % y posiblemente la realidad se encuentre, como casi siempre, en un punto medio. </p>
<p>Las diferencias entre ambos estudios se centran en el instrumento de evaluación utilizado y cómo se conceptualiza el uso problemático. En cualquier caso, y ante la pregunta que encabeza este artículo, no cabe otra respuesta que una rotunda negación por parte de los autores.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/como-afectan-las-pantallas-a-la-construccion-de-la-identidad-de-los-menores-186942">¿Cómo afectan las pantallas a la construcción de la identidad de los menores?</a>
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<h2>¿Cómo podemos ayudarles?</h2>
<p>Aunque el porcentaje de afectados sea discutible, lo que sí sabemos es que hay muchos chicos y chicas potencialmente afectados. Esto nos debe llevar a educar y formar en el correcto uso de las redes sociales. Para ello nos gustaría aportar algunas sugerencias a familias y adolescentes.</p>
<p>Para las familias el mensaje es involucrarse: navegar con ellos, educarles en el uso correcto, maximizando beneficios y reduciendo riesgos. Se puede conseguir con las siguientes estrategias: </p>
<ol>
<li><p>Las redes sociales y la tecnología no son inherentemente malas. Al contrario, están plagadas de oportunidades y posibilidades. Aunque entendemos que es objeto de temor, su restricción no es en absoluto una garantía de éxito. </p></li>
<li><p>Antes de que se adentren en el mundo de la tecnología, es esencial proporcionarles conocimientos específicos para maximizar las posibilidades de un uso equilibrado, seguro y útil de las redes sociales. Esto incluye habilidades para cuestionar la exactitud del contenido, reconocer signos de uso problemático, construir relaciones saludables a través de las redes sociales (y cara a cara), resolver conflictos en plataformas sociales, proporcionar pensamiento crítico o evitar comparaciones perjudiciales.</p></li>
<li><p>El uso de las redes sociales debe basarse en el nivel de madurez de cada adolescente, por lo que se recomienda una supervisión adulta y una adaptación de las funciones y permisos de las plataformas en función de la edad. </p></li>
<li><p>Los contratos parentales para el uso de la tecnología pueden ser un poderoso aliado en los primeros pasos. El cumplimiento de metas y acuerdos instaura una base para la confianza y el ir logrando mayores posibilidades de uso. De la misma forma, las transgresiones, ya sean por contenido o tiempo de uso, deben ser acompañadas de consecuencias pactadas y conocidas. Es importante que el proceso de uso sea consensuado y en relación a las aptitudes mostradas.</p></li>
</ol>
<h2>Consejos para los niños y adolescentes</h2>
<ol>
<li><p>Como usuario debe ser consciente del uso (a veces del abuso) que realiza de las redes sociales. El fin de las mismas debería ser aportarnos valor y facilitar la comunicación y las relaciones. Si nuestra preocupación por ellas es mayor que lo que nos aporta, no estamos haciendo un buen uso.</p></li>
<li><p>Que podamos usarlas de forma continua no es motivo para hacerlo. Conocer el tiempo de uso real que hacemos (existen aplicaciones para ello) puede ayudarnos a reducirlo paulatinamente de forma consciente.</p></li>
<li><p>No es necesario activar las notificaciones para todo y tampoco estar constantemente conectados. Las redes sociales son una herramienta más pero tenemos que ser nosotros quienes decidamos cuándo queremos usarlas. Es recomendable apagar las notificaciones y elegir unos momentos determinados al día para actualizarnos: revisar y responder mensajes y publicaciones.</p></li>
</ol><img src="https://counter.theconversation.com/content/217235/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span><a href="mailto:alexander.muela@ehu.eus">alexander.muela@ehu.eus</a> recibe fondos de Gobierno Vasco (IT1450-22). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Joaquín Manuel González Cabrera ha recibido fondos de Programa Estatal de I+D+I Orientada a los retos de la Sociedad y actualmente los recibe para proyectos de investigación en la Universidad Internacional de La Rioja y el Ministerio de Consumo. Además, ha prestado labores de consultoría para la empresa TICandBot.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Juan Manuel Machimbarrena y Miriam N. Varona no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Un uso problemático se puede reconducir: basta establecer límites y ser conscientes del tiempo que dedicamos. Los niños y adolescentes necesitan ayuda para lograrlo.Juan Manuel Machimbarrena, Profesor adjunto del departamento de Psicología Clínica y de la Salud y Metodología de Investigación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaAlexander Muela Aparicio, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaJoaquín Manuel González Cabrera, Docente e Investigador. Prof. Titular Universidad (Nivel 1). Actualmente, Investigador Principal del Área de Bienestar Emocional en el Instituto de Transferencia e Investigación (ITEI) e Investigador Principal del Grupo Ciberpsicología (UNIR)., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Miriam N. Varona, Enfermera de Salud Mental y doctoranda en la Facultad de Psicología de la UPV/EHULicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2185312023-12-19T17:44:42Z2023-12-19T17:44:42ZMenores e internet: cómo pueden actuar las familias a la luz de la ciencia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/562940/original/file-20231201-22-vvtlqh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=66%2C41%2C5492%2C3642&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Fabio Principe/Shutterstock</span> </figcaption></figure><p>En los últimos años hemos asistido a una creciente concienciación sobre el uso y abuso de las pantallas por los menores. Ciertos <a href="https://www.losrecursoshumanos.com/the-new-york-times-la-educacion-digital-es-para-los-pobres-y-los-estupidos">medios</a> han difundido la idea de que la tecnología digital debería ser eliminada de la vida de los adolescentes, con iniciativas <a href="https://www.bbc.com/mundo/articles/cldxr742rk0o">legales</a> para desenmascarar su poder adictivo. <a href="https://efe.com/espana/2023-11-30/movil-menores-firmas-congreso/">Otros</a> se han hecho eco de la reclamación de padres que solicitan su prohibición. Y a pesar de la notoriedad mediática, no parece haber un consenso claro sobre este asunto a nivel educativo, sanitario o social.</p>
<p>De todos modos, la tecnología digital no puede ser considerada únicamente como mala o perjudicial. Evidencias publicadas en <a href="https://www.jmir.org/">revistas de primer nivel</a> avalan que la digitalización ha conducido a un importante avance y perfeccionamiento del entorno sanitario. Y tampoco son desdeñables sus beneficios en el <a href="https://www.nature.com/articles/s41562-023-01712-8">ámbito educativo</a>.</p>
<h2>La importancia de escuchar a los expertos</h2>
<p>En este debate es imprescindible escuchar la voz de los investigadores del comportamiento. Son ellos los que deben contrastar empíricamente las teorías existentes sobre este tema, siguiendo una rigurosa metodología. Después, los resultados se transmitirán a la comunidad científica y a la sociedad para que los distintos agentes implicados tomen las medidas pertinentes.</p>
<p>En el <a href="https://iea.ceu.es/">Instituto de Estudio de las Adicciones (IEA-CEU)</a> estamos trabajando en esa línea mediante una iniciativa liderada por el grupo de investigación <a href="https://www.uspceu.com/investigacion/grupos-investigacion/id/psy-tech">Psycho-Technology</a>, perteneciente a la Facultad de Medicina de la Universidad San Pablo CEU (Madrid).</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/razones-para-retrasar-el-uso-del-movil-la-perdida-de-la-atencion-217053">Razones para retrasar el uso del móvil: la pérdida de la atención</a>
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<p>Basándose en investigaciones propias y otras muchas evidencias científicas, el equipo interdisciplinar de Psycho-Technology puede contribuir a que las familias tengan una visión más certera de la realidad a la que se enfrentan a diario en sus hogares digitalizados. Para ello, se han diseñado talleres de formación y se publicarán guías de ayuda con información práctica y veraz.</p>
<h2>Últimos estudios sobre hogares digitales y estilos de crianza</h2>
<p>He aquí algunos de los más recientes argumentos científicos sobre el papel que pueden desempeñar las familias en este asunto:</p>
<ul>
<li><p>Un <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10562819/pdf/jba-12-652.pdf">metaanálisis</a> publicado en octubre de 2023 concluye que el estilo parental (o de crianza) era un factor decisivo en el uso de internet por parte de los hijos. Los estilos de crianza más apropiados –los llamados “democráticos”, que establecen límites claros y consecuencias a su trasgresión pero nunca de forma impuesta, sino consensuada– se relacionaban con un menor uso problemático de la red en menores de entre 12 y 19 años.</p></li>
<li><p>Los investigadores también ponían de manifiesto la importancia de los progenitores a la hora de compartir con sus hijos adolescentes los potenciales riesgos del entorno web (por ejemplo, comunicar información personal o acceder a contenidos inapropiados para su edad). Así fomentan que los niños y adolescentes tomen conciencia de dichos riesgos.</p></li>
<li><p>El estudio revelaba así mismo que los estilos parentales más autoritarios o punitivos estaban directamente asociados con un consumo excesivo de internet en los adolescentes. Probablemente, esto obedece a estrategias de compensación o evasión.</p></li>
<li><p>En <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35933287">otro metaanálisis</a> de 2022 se señaló la conveniencia de que los progenitores adapten sus estrategias de crianza según el sexo, la edad y la actividad específica de pantalla –si los menores consumen redes sociales, internet en general o videojuegos–. </p></li>
<li><p>Un <a href="https://www.nature.com/articles/s41562-023-01712-8">amplio estudio</a> publicado el 13 de noviembre de 2023, que revisó los resultados de 217 metaanálisis, ha arrojado resultados reveladores: la clave no está tanto en limitar el tiempo de uso de las pantallas, sino en poner atención al contenido que se consume. Se enfatizó, nuevamente, el papel de los progenitores a la hora de filtrar ese contenido y acompañar a los menores en su visionado, subrayando la peligrosidad de ciertos elementos, como la información facilitada en redes sociales. Y para muestra, un botón: gracias a la <a href="https://efe.com/espana/2023-11-22/chats-menores-pornografia-homofobo-machista/">intervención de una madre</a>, se destapó que miles de menores españoles habían tenido acceso a contenido pornográfico, homófobo y machista sin que ni los progenitores ni los educadores tuviesen constancia de ello.</p></li>
</ul>
<p>El camino que transitan las familias debe ser revisado, sostenido y regulado, porque no cuentan con respuestas claras y accesibles sobre lo que verdaderamente deben hacer, ni sobre cómo ni cuándo hacerlo. Y su papel, como demuestra la ciencia y la propia sociedad, es fundamental.</p>
<h2>En busca del término medio</h2>
<p>Teniendo esto en cuenta, sería conveniente proveer a las familias de unas pautas claras y basadas en la evidencia científica. Y garantizar que dichos protocolos (ya sean <a href="https://www.telemadrid.es/noticias/madrid/Ayuso-anuncia-un-protocolo-pionero-en-Espana-para-prevenir-las-adicciones-a-las-pantallas-de-los-alumnos-0-2617238268--20231121112848.html">regionales</a>, <a href="https://www.incibe.es/incibe/informacion-corporativa/con-quien-trabajamos/proyectos-europeos/sic-spain2">nacionales</a> o <a href="https://www.betterinternetforkids.eu/">europeos</a>) lleguen efectivamente a la sociedad. Porque prohibir el uso del teléfono móvil a los menores de 16 años no va a impedir necesariamente que accedan a este tipo de contenidos por otras vías.</p>
<p>Tal vez sea más recomendable “sembrar” para después “recoger”. Hemos facilitado tecnología de última generación a los menores con escasa o nula supervisión, y ahora muchos se plantean una prohibición férrea. Establecer pautas de educación dirigidas a todos los agentes involucrados en el bienestar de la infancia puede ayudar a encontrar un “término medio” aristotélico. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/el-abuso-del-porno-afecta-seriamente-la-salud-y-dana-el-aprendizaje-afectivo-de-los-jovenes-183302">El abuso del porno afecta seriamente la salud y daña el aprendizaje afectivo de los jóvenes</a>
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<p>Un ejemplo es la prohibición del teléfono móvil en los recintos educativos para reducir el ciberacoso. Según algunos <a href="https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/AEA-05-2021-0112/full/html#sec006">estudios</a>, la medida ha funcionado. Pero quizás no sea suficiente. Sería además conveniente profundizar en las razones de por qué casi <a href="https://dilotodocontraelbullying.es/wp-content/uploads/2021/04/Presentacio%CC%81n-DiloTodoContraElBullying-2021_Compress2.pdf">un 80 % de los menores</a> afirma haber sido testigo de casos de acoso en sus centros educativos. </p>
<p>Es como si quisiésemos evitar la adicción a la heroína prohibiendo el uso de las jeringuillas. El teléfono móvil o internet no es más que un medio, un canal; el origen se halla en algo mucho más profundo. Quizás habría que hablar, de nuevo, y en más de un contexto, de valores. Podríamos llamarlo “civismo tecnológico”. </p>
<p>Urge que las instituciones competentes garanticen una estrategia común que abarque un plan de educación y difusión basado en argumentos científicos. Este debe ir dirigido a todos los garantes de un óptimo desarrollo de los futuros ciudadanos del siglo XXI: las familias, el entorno educativo y el ámbito sanitario.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/218531/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esther Rincón no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las investigaciones en la ciencia del comportamiento abogan por un término medio entre la prohibición de las pantallas y la libertad absoluta. En esta estrategia, la supervisión de las familias resulta decisiva.Esther Rincón, Adjunct professor, Universidad CEU San PabloLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2180532023-12-14T18:30:21Z2023-12-14T18:30:21ZLa mayoría de los adolescentes no tienen normas para usar el móvil y las necesitan<p>Siete de cada diez niños y adolescentes de entre 10 y 15 años tienen teléfono móvil en España, según los últimos datos del <a href="https://www.ine.es/jaxi/Datos.htm?tpx=55135">Instituto de Estadística español (INE)</a>.
Nuestro reciente <a href="https://journals.sagepub.com/toc/jfia/44/7">estudio</a> muestra que un 60% de ellos no tiene normas en casa para su uso. </p>
<p>Ambas realidades (niños y adolescentes con móvil desde una edad temprana con una ausencia de normas claras en cuanto a su uso) son factores de riesgo para caer en un uso problemático de las pantallas, junto con la presencia de modelos parentales de elevado consumo de pantallas.</p>
<h2>¿Prohibir el móvil hasta los 16 años?</h2>
<p>La iniciativa <a href="https://www.change.org/p/solicitar-al-parlamento-espa%C3%B1ol-que-proh%C3%ADba-uso-de-tel%C3%A9fono-m%C3%B3vil-a-menores-de-16-a%C3%B1os">“Adolescencia sin móviles”</a> está reuniendo a miles de padres y madres en torno a una idea y un objetivo: un “pacto social entre familias” para retrasar la entrega de un móvil a sus hijos. Las familias buscan el apoyo mutuo para tomar una decisión que, en solitario, es prácticamente imposible o les preocupa que condene al niño o niña que no tiene el móvil a cierto ostracismo social. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/razones-para-retrasar-el-uso-del-movil-proteger-la-salud-mental-217048">Razones para retrasar el uso del móvil: proteger la salud mental</a>
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<p>Sin embargo, y a pesar de la importancia de la edad de inicio en el uso del móvil, retrasarlo o posponerlo no hace desaparecer el problema principal. Y este es cómo, una vez entregado, nos aseguramos de que los adolescentes lo usan con responsabilidad y moderación.</p>
<p>En este sentido, como padres, madres, educadores, debemos preguntarnos no sólo a qué edad queremos que nuestros hijos empiecen a moverse en el mundo digital, sino sobre todo: ¿estamos preparados a acompañarlos en un uso responsable? ¿Actuamos como modelos de consumo saludables? ¿Estamos dispuestos a hablar sobre redes sociales?</p>
<h2>Las prohibiciones en el cerebro adolescente</h2>
<p>La búsqueda de sensaciones, la baja percepción de riesgo y la falta de autocontrol son rasgos comunes y esperables en la población adolescente. Por ello, es importante acompañarlos en un uso responsable del móvil y de todas sus posibilidades. Determinadas normas son obvias y deben marcarse: pactar límites horarios y momentos de desconexión. Sin embargo, si somos muy autoritarios esto además de discusiones no va a conducirnos al éxito.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/quien-entiende-a-los-adolescentes-187486">¿Quién entiende a los adolescentes?</a>
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<p>Así, es mucho más efectivo llegar a acuerdos conjuntos que imponer un decálogo de normas. Se trata de promover una mediación parental activa: supervisar, orientar y acompañar el uso de las tecnologías. Tal y como propone el <a href="https://www.incibe.es/menores/familias/mediacion-parental#:%7E:text=Mediaci%C3%B3n%20activa%3A%20supervisi%C3%B3n%2C%20acompa%C3%B1amiento%20y,menores%20utilicen%20las%20tecnolog%C3%ADas%20digitales.">Instituto Nacional de Ciberseguridad</a>: dar ejemplo al utilizar las nuevas tecnologías, hablarles sobre los riesgos reales de internet e interesarnos sobre su comportamiento online son actitudes educativas que requieren ser parte activa de su desarrollo. </p>
<h2>Asumir responsabilidades y acompañar</h2>
<p>El miedo a lo desconocido provoca una respuesta primitiva de evitación y huida.
El desconocimiento de determinadas redes y del funcionamiento de ciertas aplicaciones digitales hace que hablar de tecnologías sea un tema tabú entre padres, madres e hijos. Muchas veces, se prohíbe por miedo a lo desconocido. En este sentido, es importante asumir responsabilidades y afrontar la nueva realidad digital como un reto y no como un problema.</p>
<p>En internet también somos padres y madres, y por ello es importante acordar con nuestros hijos un acompañamiento en el que decidamos qué tipo de supervisión haremos. Es importante evitar el acceso ilimitado sin olvidar que es necesario también respetar su intimidad. Algunos consejos podrían ser:</p>
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<li><p><strong>Interesarnos por qué hacen y a qué contenidos acceden.</strong> Desde la confianza es más fácil que nos expliquen posibles problemáticas y que podamos detectar si hay presencia de determinados contenidos o comportamientos inadecuados como interacciones con desconocidos. Será muy importante mostrarnos receptivos y no juzgar.</p></li>
<li><p><strong>Regular el uso del móvil creando un contrato familiar de uso de pantallas.</strong> Es importante implicar a los adolescentes en la creación de límites ya que de esta manera es más probable que las cumplan. Se recomienda negociar las normas: podemos flexibilizar el uso para que sientan que pueden seguir con la interacción social y, a la vez, definir límites horarios claros de uso.</p></li>
<li><p><strong>La ansiedad que puede generar el miedo a no estar disponible, conocido como FOMO (de las siglas Fear Of Missing Out en inglés: miedo a perderse algo) puede gestionarse ayudándolos a darse cuenta de cómo pueden disfrutar de espacios libres de pantallas.</strong> Realizar las comidas sin pantallas y disfrutar de una conversación, o bien dar un paseo sin compañía del móvil y prestar atención a los elementos del entorno, pueden ser ejemplos de una “dieta digital” sana. </p></li>
<li><p><strong>Predicar con el ejemplo.</strong> Los adolescentes que perciben a sus padres como elevados consumidores digitales tienen más riesgo de practicar también consumos elevados. Por ello, convertirnos en modelos de uso responsable puede ser un factor de protección. No debemos olvidar que somos los principales referentes y actuamos de modelos para nuestros hijos. </p></li>
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<p>El hecho de que hayan nacido con un móvil bajo el brazo no es sinónimo de que sean competentes a nivel digital. Recae sobre los adultos una educación en valores tanto en el mundo terrenal como en el digital. Por ello, en el mundo digital también es necesario cuidar la privacidad y respetar el derecho a la intimidad y los límites de la libertad de expresión. También, será necesario educar y promover el pensamiento crítico: para que detecten informaciones falsas, discursos de odio y los contenidos que pueden perjudicarlos.</p>
<h2>Comunicación y más comunicación</h2>
<p>La comunicación es la base de la confianza. De la misma manera que es necesario que se pacten normas de uso, también lo es abrir el canal de comunicación con nuestros hijos sobre el uso de las tecnologías y las redes sociales. </p>
<p>Interesémonos por conocer sus gustos y sus inquietudes. Mantengamos siempre las vías de comunicación abiertas, generemos espacios de confianza y acompañémosles en esta etapa de descubrimiento digital.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/218053/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Maria de las Mercedes Martín Perpiñá no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En internet también somos padres y madres: acordar con nuestros hijos qué tipo de supervisión haremos, evitar el acceso ilimitado a las redes e internet y respetar su intimidad son las claves.Maria de las Mercedes Martín Perpiñá, Profesora Ámbito Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico , UOC - Universitat Oberta de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2131572023-12-11T20:14:49Z2023-12-11T20:14:49ZLos adolescentes no duermen lo suficiente, y estas son las consecuencias<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/564835/original/file-20231211-15-epo8oe.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=38%2C31%2C4195%2C2792&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/depressed-teenager-browsing-internet-on-his-1239771991">mooremedia/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><blockquote>
<p>Cumplió don Quijote con la naturaleza durmiendo el primer sueño, sin dar lugar al segundo; bien al revés de Sancho, que nunca tuvo segundo, porque le duraba el sueño desde la noche hasta la mañana, en que se mostraba su buena complexión y pocos cuidados. Los de don Quijote le desvelaron de manera que despertó a Sancho…</p>
</blockquote>
<p>Este fragmento del Quijote pone de manifiesto que en el siglo XVII el sueño era bifásico, es decir, se dividía en dos fases separadas por un periodo de vigilia.</p>
<p>La primera parte ocurría entre las diez de la noche y la una de la madrugada. Luego le seguía un paréntesis de vigilia (conocido como “reloj”), con aproximadamente tres horas de duración. La segunda etapa era el sueño mañanero, que se prolongaba otras cuatro horas.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/562985/original/file-20231201-21-4uysi5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/562985/original/file-20231201-21-4uysi5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/562985/original/file-20231201-21-4uysi5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=750&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/562985/original/file-20231201-21-4uysi5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=750&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/562985/original/file-20231201-21-4uysi5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=750&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/562985/original/file-20231201-21-4uysi5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=943&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/562985/original/file-20231201-21-4uysi5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=943&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/562985/original/file-20231201-21-4uysi5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=943&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Ilustración del Quijote de Luis Tasso (siglo XIX).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/people/37667416@N04">Fondo Antiguo de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>La fase de vigilia era muy útil: la gente la dedicaba a tareas ordinarias, como echar leña al fuego, tomar remedios u orinar. Para los campesinos, despertarse significaba volver al trabajo, ya fuera para vigilar a los animales de la granja o realizar tareas domésticas. También era un tiempo de oración, filosofía, socialización y sexo. </p>
<p>El sueño bifásico llegó a ser marginal en el núcleo urbanizado e iluminado del noroeste de Europa en el siglo XVIII, pasando a ser monofásico y con un retraso en la hora de dormir. </p>
<p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Thomas_Alva_Edison">Thomas Alva Edison</a>, considerado el padre de la bombilla eléctrica (inventada en 1879), opinaba que el sueño “es un vestigio de nuestro pasado cavernícola”. Quizá por ello no sorprende que el desprestigio del descanso nocturno se iniciara con el descubrimiento de la luz eléctrica, que permitió iluminar la noche. Y los adolescentes fueron, probablemente, los más perjudicados. </p>
<h2>Cambios que alteran el descanso nocturno</h2>
<p>Durante la adolescencia, las personas vivimos un tiempo de independencia y de emergencia de nuevos papeles sociales. Todo ello provoca cambios en la conducta, y el sueño no es una excepción. </p>
<p>La principal modificación en la fisiología del sueño en esta etapa de la vida <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27531236/">es un retraso en el tiempo del reloj circadiano</a>, situado en el hipotálamo y encargado de sincronizar ritmos como el propio sueño, la temperatura corporal, la alimentación o la actividad física. Eso conduce a un retraso en la hora de conciliar el sueño.</p>
<p>Para colmo, también se produce más tolerancia a la presión homeostática de sueño, o sea, una mayor resistencia a la privación de este. </p>
<p>Como consecuencia de todo esto, la hora de ir a dormir es cada vez más tardía, mientras que la de despertarse cambia poco, ya que está determinada por el inicio de las clases. Esta circunstancia hace que el promedio del sueño en los adolescentes descienda drásticamente.</p>
<h2>El sueño, escultor del cerebro</h2>
<p>Y no es algo baladí, ya que el descanso nocturno contribuye a esculpir su cerebro. Sabemos que durante la adolescencia disminuye el sueño lento profundo (fase N3 de sueño no REM), debido a la reducción del volumen de la sustancia gris cerebral. Por contra, se incrementa el volumen de la sustancia blanca, es decir, las conexiones que se establecen dentro del cerebro y fuera de él. </p>
<p>También <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25506322/">existe una correlación</a> entre el cociente intelectual y la amplitud y densidad de los denominados husos de sueño (<em>spindles</em>), característicos del sueño lento superficial (fase N2 de sueño no REM) y que se expresan mucho más intensamente en la adolescencia que en la niñez.</p>
<p>No es de extrañar, pues, que el sueño insuficiente <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15015676/">impacte en el estado de ánimo de los adolescentes</a>, aumentando los síntomas depresivos, la ansiedad y la reactividad emocional. De hecho, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37029099/">el sueño se encuentra alterado</a> en el 95 % de los trastornos psiquiátricos, como depresión, TDAH, trastorno por control de impulsos, ansiedad y trastorno bipolar.</p>
<p>Además, se ha visto que su privación <a href="https://www.researchgate.net/publication/260760446_The_behavioral_and_health_consequences_of_sleep_deprivation_among_US_high_school_students_Relative_deprivation_matters">incrementa las conductas nocivas entre los estudiantes de instituto</a>: conducción bajo los efectos del alcohol, peleas, ideación o intento de suicidio, consumo de tabaco, alcohol y marihuana y conducta sexual arriesgada. Y por si fuera poco, favorece la obesidad.</p>
<h2>Pantallas electrónicas: el impacto de la luz azul</h2>
<p>La era digital que nos ha tocado vivir no contribuye precisamente a solucionar el problema. Tabletas, ordenadores o móviles emiten una luz azul enriquecida que bloquea la secreción de <a href="https://theconversation.com/es/topics/melatonina-79222">melatonina</a>, hormona clave para inducir sueño y sincronizar los ritmos circadianos. </p>
<p>La Academia Americana de Pediatría recomienda que los menores se expongan a este tipo de pantallas <a href="https://www.scientificamerican.com/article/pediatricians-no-more-than-2-hour-screen-time-kids/">menos de dos horas al día</a>. Está claro que no se cumple en casi ningún país del mundo.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/la-siesta-instrucciones-de-uso-196883">La siesta: instrucciones de uso</a>
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<p>Los efectos nocivos de estos dispositivos en el sueño del adolescente <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28487255/">han sido publicados ampliamente</a>. No obstante, el retraso de fase característico de este rango de edad, con hora de dormir y de despertarse por la mañana más tardías, no parece depender de una mayor sensibilidad a la luz por la noche, sino del retardo en el tiempo de su reloj circadiano.</p>
<p>Es <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29499467/">un círculo vicioso</a>: a menor duración del sueño, mayor exposición a pantallas el día después por culpa de la fatiga creciente, que aboca a la conducta sedentaria. Y por otro lado, disminuye el tiempo de actividad física, beneficiosa para el sueño.</p>
<p>En conclusión, el sueño es fundamental en la maduración cerebral de los adolescentes y desempeña un papel clave para apoyar su bienestar mental y sus funciones cognitivas. Intervenciones en salud pública como retrasar una hora el inicio de las clases mejoraría su atención en el aula, provocaría menos retrasos y, en definitiva, reduciría la tasa de fracaso escolar.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/213157/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Juan José Ortega Albas no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La adolescencia es una etapa clave para el desarrollo del cerebro, que necesita sus horas de sueño para moldearse adecuadamente. El uso excesivo de pantallas agrava la alteración de ese descanso nocturno.Juan José Ortega Albas, Somnólogo, FisabioLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2185322023-12-03T21:02:48Z2023-12-03T21:02:48Z¿Qué ocurre con los amigos (y los enemigos) durante la adolescencia?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/562412/original/file-20231129-17-q1zu3w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=370%2C120%2C5380%2C3707&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> </figcaption></figure><p>Aunque parezca extraño, la ciencia tiene mucho que decir sobre nuestras amistades.
Por ejemplo, por qué tenemos un número limitado de amigos. <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Robin_Ian_MacDonald_Dunbar">Robin Dunbar</a>, antropólogo de Oxford, propuso su <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/N%C3%BAmero_de_Dunbar">famoso número</a> 150: el número medio de amistades que una persona puede mantener simultáneamente. </p>
<p>Esas amistades se organizan en <a href="https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.1719233115">círculos</a>: unos cinco mejores amigos, unos diez buenos amigos adicionales y otros treinta simplemente amigos. El resto hasta 150 serían lo que llamamos conocidos. </p>
<h2>La importancia de las amistades en secundaria</h2>
<p>Para contribuir a entender nuestras amistades, en los últimos años hemos hecho <a href="https://www.nature.com/articles/s41598-023-41787-x">encuestas trimestrales a alumnos de secundaria</a> en España. Esta es una etapa de la vida en la que no solo establecemos relaciones sino que aprendemos a hacerlo, por lo que resulta particularmente interesante. Por otro lado, a nadie se le escapa la importancia de tener un buen clima social en nuestros colegios e institutos. En este sentido, nuestros datos son únicos ya que hemos seguido a los estudiantes durante varios años. </p>
<p>En nuestras encuestas, realizadas durante dos cursos académicos consecutivos, vemos claramente los dos primeros círculos de mejores amigos y amigos a secas. Estar en uno u otro conduce a que las relaciones sean más o menos estables, siendo aquellas con mejores amigos las más duraderas. Pertenecer a la misma clase es uno de los factores clave de la evolución de la amistad. </p>
<h2>Pequeños adultos</h2>
<p>Es interesante observar que los adolescentes tienen una estructura de amistades que es básicamente como la de los adultos. De hecho, en <a href="https://osf.io/preprints/socarxiv/23efd/">otros estudios</a> hemos encontrado el mismo tipo de redes en las dos franjas de edad. La diferencia más notable es que el ritmo al que evolucionan estas relaciones, empiezan o terminan, es algo más rápida en los jóvenes. Es posible entonces que la percepción de la adolescencia como una época convulsa se deba al mayor impacto emocional de esos cambios. </p>
<p>Curiosamente, en todas las encuestas observamos que las relaciones recíprocas (A nombra a B como “mejor amigo” o “amigo” y B nombra a A de la misma manera) son el 60 % del total. Este es un resultado que se observa en la gran mayoría de las investigaciones y que resulta un tanto sorprendente: solamente un 60 % de quienes aseguran ser mejores amigos o amigos de alguien son elegidos también por esa persona en la misma categoría. </p>
<p>Sin embargo, la media enmascara una gran variabilidad. En nuestras encuestas hay estudiantes que tienen relaciones recíprocas al 80 % o 90 %, pero también otros que solo las tienen al 10 %. Parece claro que estos últimos <a href="https://theconversation.com/el-rechazo-en-la-escuela-cuando-no-gustar-al-grupo-se-cronifica-176267">no están bien ubicados en la vida social del centro</a>, lo que puede ser un indicador de problemas de relación o incluso de ser víctimas de acoso escolar.</p>
<h2>Menos ‘enemigos’ que amigos y más cambiantes</h2>
<p>Las malas relaciones son muchas menos que las buenas, del orden del 10 %. Las malas relaciones son mucho más cambiantes que las amistades, y en la mayoría de los casos las que se citan en una encuesta desaparecen en la siguiente. Sin embargo, son importantes para entender la estructura de grupos de las clases, que se detectan utilizando algoritmos por ordenador. Estos algoritmos identifican grupos en los que hay más relaciones dentro del grupo que hacia fuera, si bien esto no quiere decir que todos sean amigos de todos. Si solo se tienen en cuenta las amistades, los algoritmos encuentran en ocasiones un grupo grande en una clase. Al incluir las malas relaciones, aparece una división en dos grupos que coincide con lo percibido por profesores y orientadores. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/tres-lecciones-de-aristoteles-sobre-la-amistad-206158">Tres lecciones de Aristóteles sobre la amistad</a>
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<p>Las malas relaciones son también importantes para prevenir el acoso. Uno de los indicadores que trasladamos a los orientadores para que valoren una posible intervención es la diferencia entre los números de buenas y malas relaciones de cada alumno. La experiencia nos muestra que a menudo esta simple resta basta para detectar alumnos en dificultades.</p>
<h2>Predecir la relación entre dos personas</h2>
<p>Por otro lado, con los datos de buenas y malas relaciones entre los estudiantes se puede predecir si dos de ellos son amigos o enemigos. Para ello <a href="https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2215041120">hemos encontrado</a> un número que se calcula sobre los contactos que tienen en común. Básicamente, es el número de amigos comunes, más el número de enemigos comunes, menos las personas con las que uno tiene buena relación y el otro mala. Con ese número, el algoritmo predice con un 90 % de acierto la relación entre esas dos personas. </p>
<p>Nuestros análisis confirman también la relevancia de la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Equilibrio_estructural">teoría del balance social</a> para entender la evolución de las relaciones. Esta teoría afirma que tres personas pueden ser amigas entre sí, o dos de ellas ser amigas y enemigas de la otra. Por ello se suele resumir diciendo que el enemigo de mi amigo es mi enemigo, y el enemigo de mi enemigo es mi amigo. En nuestras encuestas se ve que aparecen efectivamente con mucha frecuencia estas combinaciones, más de lo que veríamos al azar. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/nos-relacionamos-con-150-personas-107728">Nos relacionamos con 150 personas</a>
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<h2>Átomos sociales</h2>
<p>La idea que surge de estos estudios es que nos comportamos como “átomos sociales”. Tenemos una estructura de relaciones fija, en la que entran y salen personas con el tiempo. Esa evolución es más rápida cuanto menos intensa es la relación, y está directamente influida por los amigos y enemigos que tenemos en común con otros. Por otro lado, cuando perdemos un amigo, notamos ese “hueco” en nuestra estructura, y no nos recuperamos hasta llenarlo.</p>
<p>Entender esta estructura nos proporciona datos muy útiles para mejorar la vida social en colegios. Pero más allá de los colegios, es uno de los aspectos que más <a href="https://www.annualreviews.org/doi/10.1146/annurev.soc.34.040507.134601">influye en nuestra salud</a>. Como dice Dunbar en su libro <a href="https://www.todostuslibros.com/libros/amigos_978-84-493-4061-1"><em>Amigos</em></a>, después de dejar de fumar lo mejor que podemos hacer por nuestra salud es tener amigos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/218532/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Angel Sánchez Sánchez recibe fondos de la Agencia Estatal de Investigación (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades) para los estudios presentados en el modelo. Tiene un 1% de la empresa Kampal Data Solutions y colabora con dicha empresa en el desarrollo del producto Kampal Schools a través de un convenio con la Universidad Carlos III de Madrid. Este producto se utiliza para visualizar e interpretar los resultados de encuestas sobre amistades. En el artículo se menciona a Robin Dunbar que ha colaborado con Angel Sánchez Sánchez en proyectos europeos y en la investigación presentada. </span></em></p>El mundo de las relaciones adolescentes a menudo resulta, desde fuera, complejo y tumultuoso. Un estudio pionero y reciente en España muestra que en realidad son muy parecidas a las adultas.Angel Sánchez Sánchez, Catedrático de Matemática Aplicada, Universidad Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2130272023-11-30T18:06:25Z2023-11-30T18:06:25Z¿Sabemos cómo afectan las nuevas tecnologías al cerebro de los menores? No es tan fácil averiguarlo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/560758/original/file-20231121-23-9so2xf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=167%2C87%2C4937%2C3440&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/penang-malaysia-january-14-2020-little-1615987360">Raymond Vong Photography/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Marta tiene trece años. Se pasa horas en Instagram, viendo perfiles de famosas modelos, sus secretos de belleza y sus “dietas milagro”. Le gusta mucho el mundo de la moda. Pero ver estos <em>reels</em> siempre le hace concienciarse de lo que come y cómo se ve su cuerpo. Hace un mes, su hermana le pasó un vídeo de TikTok de una psicóloga que habla sobre autoestima, salud mental, y <em>body positivity</em>. Aunque al principio, no reparó mucho en ello, le gustó y decidió seguir esa cuenta. </p>
<p>Poco a poco, Marta se ha dado cuenta de que algunas de las cosas que se comentan en esos vídeos le están despertando un espíritu crítico que antes no tenía. Ahora, es capaz de ver desde un punto de vista diferente las publicaciones relacionadas con el mundo de la belleza. Además, ha descubierto una comunidad de gustos e intereses similares, con la que está aprendiendo a ser crítica frente a las tendencias de belleza impuestas en la sociedad. </p>
<h2>No es cuestión de blanco o negro</h2>
<p>Parece claro que las nuevas tecnologías, y las redes sociales en concreto, no tienen un carácter positivo o negativo en sí mismas, sino infinidad de posibilidades de uso. Dependiendo del empleo concreto que les demos a estas plataformas tendrán unos efectos u otros en nuestro cerebro. En la literatura científica, el sobreuso de <em>smartphones</em> y redes sociales se ha visto asociado tanto a efectos perjudiciales como beneficiosos sobre la cognición y la salud mental.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/el-acceso-a-internet-debe-ampliar-el-mundo-de-los-ninos-no-limitarlo-213902">El acceso a internet debe ampliar el mundo de los niños, no limitarlo</a>
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<p>Entre los primeros, se han descrito <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8204720/pdf/fpsyt-12-669042.pdf">problemas de atención y autoestima, y un mayor riesgo de desarrollar depresión y ansiedad</a>. Y, al mismo tiempo, también se ha visto que las redes sociales <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6904320/pdf/day056.pdf">promueven la interacción social, la creatividad y el bienestar general</a>.</p>
<h2>Problemas metodológicos</h2>
<p>Pero ¿cómo podríamos investigar el uso que las personas dan a estas herramientas, para entender sus efectos cerebrales, sin vulnerar su privacidad? Desafortunadamente, la caracterización de los efectos de esas tecnologías no es trivial y debe basarse en medidas indirectas, lo que implica cierta falta de control y objetividad en las observaciones. </p>
<p>En vez de recoger datos reales cuantificables (a través de una aplicación, por ejemplo), debemos confiar en información sobre la experiencia subjetiva de los participantes de nuestros estudios (a través de cuestionarios). Esto añade dificultades a la hora de interpretar, comparar y extrapolar los resultados. </p>
<p>Para empezar, los trabajos que se han realizado hasta la fecha se centran en estudiar variables que no son exactamente iguales de una investigación a otra. Así, utilizan medidas y terminologías muy diferentes para referirse a cuestiones similares. Por ejemplo: <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6830442/?report=printable">“tiempo delante de una pantalla”</a>, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8916658/pdf/pone.0260637.pdf">“uso de <em>smartphones</em>”</a>, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8668323/pdf/fpsyt-12-737178.pdf">“exposición a medios digitales”</a> o <a href="https://eprints.whiterose.ac.uk/140927/3/Integrative%20review%20BMJ.%20FINALvised%20Paper.pdf">“uso de redes sociales”</a>, entre otros. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/razones-para-retrasar-el-uso-del-movil-proteger-la-salud-mental-217048">Razones para retrasar el uso del móvil: proteger la salud mental</a>
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<p>¿No estaría el uso de móviles contenido dentro del “tiempo delante de una pantalla”, por ejemplo? ¿Cómo se distinguen los efectos de estar frente al televisor o el ordenador de los de consumir tiempo con un teléfono inteligente? ¿Y cómo distinguimos la actividad concreta que se realiza cuando tenemos un <em>smartphone</em> en la mano sin dejar de proteger la privacidad de las personas?</p>
<p>Además, el uso tan universalizado de estas tecnologías es relativamente reciente. Por tanto, carecemos de suficientes estudios longitudinales, es decir, con datos recogidos durante varias décadas de un numeroso grupo de personas. Este tipo de investigación sería la que podría informarnos sobre los efectos a largo plazo del uso y sobreuso de estas herramientas. Tendremos que esperar un tiempo y hacer el esfuerzo de seguir un mismo grupo de participantes por muchos años para entenderlos mejor.</p>
<h2>Cómo medir el riesgo de adicción</h2>
<p>Por último, uno de los temas más candentes actualmente es <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0306460321000307?ref=pdf_download&fr=RR-2&rr=8297d883ab7c1a7b">el riesgo de adicción asociado con estas tecnologías</a>. Para valorar si existe o no un comportamiento adictivo, la medida primordial parece ser el tiempo de uso. Sin embargo, la mayoría de las aplicaciones, redes sociales y sitios web están diseñados, específicamente, <a href="https://www.linkedin.com/pulse/real-reason-why-social-media-keeps-us-hooked-pablo-lopez/">para mantener nuestra atención focalizada en sus contenidos y alargar el tiempo que invertimos en ellas</a>. El estado de absorción que causan estos medios nos dificulta la tarea de estimar de forma subjetiva esa duración. Y una medición objetiva nos lleva al problema inicial de vulneración de la privacidad e intimidad de los sujetos de estudio.</p>
<p>Con estos retos en mente, parece evidente que entender los beneficios y riesgos del uso de las nuevas tecnologías sobre el cerebro está acompañado por obstáculos difícilmente superables. Sin embargo, es importante comprender que las herramientas digitales no son buenas o malas <em>per se</em>. Tienen un enorme potencial en los dos sentidos. Depende de nosotros cómo decidamos utilizarlas y cómo de críticos queremos ser con las actividades y contenidos que consumimos <em>online</em>. </p>
<p>Además, aunque sea un proceso lento, seguiremos aprendiendo sobre las bondades y perjuicios de estas herramientas sobre nuestra cognición y nuestra salud mental. Sólo así podremos poner en marcha protocolos preventivos y educativos para usar estas plataformas de una manera saludable.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/213027/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lucía Vaquero Zamora recibe fondos de la European Research Executive Agency (REA) a través de su beca conseguida dentro del programa de financiación Marie Sklodowska-Curie Actions (otorgada para la realización del proyecto "Social Media Artistic tRaining in Teenagers (SMART)", Grant Agreement ID: 101063319).</span></em></p>Desde el punto de vista de la neurociencia, varios obstáculos (metodológicos, de privacidad…) impiden saber con exactitud qué consecuencias acarrea el tiempo dedicado a las pantallas.Lucía Vaquero Zamora, Investigadora Postdoctoral en Neurociencia Cognitiva, Universidad Complutense de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2151672023-11-01T21:35:11Z2023-11-01T21:35:11Z¡Quiero tener el filtro de belleza en la vida real! Los peligros de la dismorfia del selfi<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/556818/original/file-20231031-23-1medqs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=118%2C42%2C2437%2C1532&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/hipster-cool-girl-taking-picture-on-327485474">Rohappy/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Una chica con un trastorno de la conducta alimentaria se hace repetidos selfies tras varios días sin comer prácticamente nada. Se siente delgada, poderosa y confiada. Sin embargo, ninguna imagen le convence. ¡Ah, no había activado el filtro de su iPhone! Ahora, la foto sí está acorde con el empoderamiento que siente. Días después, cuando es asaltada por pensamientos negativos sobre su trastorno, visualiza el selfi y piensa: “Ojalá fuese la del filtro en la vida real”.</p>
<p>Este ejemplo está extraído de la serie <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film320306.html"><em>Prisa por vivir</em></a>, pero es un fiel reflejo de la realidad. Son muchos los adolescentes que van a la peluquería y, enseñando la pantalla de su móvil, piden: “Quiero el corte y el color de pelo de esta <em>influencer</em>”. O quienes incluso solicitan los servicios de centros de estética para hacerse retoques poniendo como modelo su rostro embellecido por el filtro de Instagram.</p>
<h2>Un problema de la era digital</h2>
<p>Este trastorno ya ha sido identificado por la comunidad de psicólogos y se le denomina <a href="https://www.bmc.org/news/press-releases/2018/08/02/new-reality-beauty-standards-how-selfies-and-filters-affect-body">dismorfia del selfi</a>. Es un subtipo de una categoría más amplia etiquetada como “trastorno dismórfico corporal”, una imagen distorsionada del propio cuerpo que <a href="https://www.uoc.edu/portal/es/news/actualitat/2022/205-dismorfia-selfie.html#:%7E:text=Las%20personas%20que%20lo%20padecen,hace%20desarrollar%20comportamientos%20obsesivo%2Dcompulsivos.">sufre en torno al 2 % de la población</a>. En el caso que nos ocupa, la obsesión sobre el aspecto se centra en las imágenes retocadas o deformadas por los filtros de las redes sociales. </p>
<p>Aunque se trata de un problema relativamente nuevo, los especialistas aseguran que la incidencia está creciendo de forma desproporcionada entre los jóvenes, los hijos de la era digital. <a href="https://www.sochiderm.org/web/revista/25_3/5.pdf">La edad media de los afectados es de unos 16,2 años</a>.</p>
<p>Hablamos de un viejo fenómeno, pero adaptado a los tiempos actuales. Hace tres décadas, por ejemplo, no resultaba extraño que los/as adolescentes se compararan con una modelo famosa, un jugador de fútbol o un actor. </p>
<p>Sin embargo, la dismorfia del selfi va más allá, ya que no se anhela el parecido con un congénere real. El paciente con este trastorno quiere tener el cuerpo y la cara de alguien creado “artificialmente” por Photoshop, TikTok o Instagram. En algunos casos, un personaje que se le parezca, pero con los “retoques” necesarios para sentirse mejor.</p>
<h2>Diferencias entre hombres y mujeres</h2>
<p>Según los últimos estudios, la persona afectada busca aceptación. Esto se traduciría en un aumento de la autoestima y, en consecuencia, de la disposición a realizar acciones que sin esos retoques no haría. De hecho, <a href="https://journals.lww.com/inpj/fulltext/2017/26010/selfie_use__the_implications_for_psychopathology.21.aspx">algunos expertos vinculan este trastorno con la “selfitis”</a> o necesidad perentoria de hacerse autorretratos en todos los lugares y momentos para compensar la falta de confianza en uno mismo.</p>
<p>Aunque aún se requiere más investigación, <a href="https://doi.org/10.1007/s00146-020-01015-w">los estudios sociológicos y psicológicos</a> apuntan a una brecha de género importante en las características físicas idealizadas que se convierten en obsesión. En concreto, <a href="https://doi.org/10.1093/asj/sjz362">responsables de las clínicas de estética indican</a> que las mujeres suelen poner el foco en la nariz, los muslos, las caderas y la piel, mientras los hombres solicitan más cambios en el pelo, los músculos y los genitales. </p>
<p>Estas diferencias indican que la dismorfia del selfi también responde a las teorías implícitas sobre las características físicas que la persona del sexo opuesto desea o valora en el otro.</p>
<h2>Cómo detectar y prevenir este trastorno</h2>
<p>Empecemos por hacerle al paciente pregunta sencilla: ¿sería capaz de compartir en sus redes sociales una foto suya sin filtro?</p>
<p>Para saber si existe un problema de dismorfia del selfi, nuestro trabajo como psicólogas es observar si aparecen síntomas como la ansiedad, la insatisfacción o la tristeza cuando la persona ve o piensa propia imagen. Pero ¿cómo podemos identificar dichos síntomas en las conductas cotidianas?</p>
<ul>
<li><p>La ansiedad <a href="https://alliedhealth.ceconnection.com/ovidfiles/00152258-201901000-00007.pdf">lleva a hacer continuas comprobaciones</a> de aquella parte de la cara o el cuerpo que trata de modificar con el filtro. Por ejemplo, si alguien afina digitalmente los rasgos de su rostro, se mirará en los espejos la parte de los carrillos para comprobar cómo se ven en la realidad. </p></li>
<li><p>La <a href="https://repository.ucatolica.edu.co/entities/publication/bffbe409-9f5f-430c-bd0c-cdfeeb2163d5">insatisfacción</a> y baja autoestima potenciada por el uso del filtro se manifestarán en el modo en que la persona trata de cambiar la apariencia de esa zona con maquillaje o, incluso, cirugía estética.</p></li>
<li><p>La <a href="https://pdfs.semanticscholar.org/7d7f/71bda345c82536868ece39484f25172cba22.pdf">rumiación obsesiva de pensamientos negativos</a> asoma con la mención frecuente a esa zona de su cuerpo o la constante comparación con imágenes de otras personas.</p></li>
<li><p>La tristeza y sensación de indefensión aparecen por la manera en que la persona puede llegar a aislarse socialmente y mostrar desesperanza hacia el futuro.</p></li>
</ul>
<p>En cuanto a la prevención, lo ideal es comenzar por la psicoeducación temprana en el uso del redes sociales. Principalmente, en lo referido a las horas de utilización y al tipo de contenido que se comparte. </p>
<p>También hay que trabajar la autoestima física desde la aceptación y el autocuidado: la persona debe ser consciente de que el cuerpo, como parte de un organismo vivo, cambia lo largo del día, las semanas, los meses y los años. En cambio, los filtros lo convierten en algo estático y no necesariamente más estético. </p>
<p>En resumen, la prevención en edades tempranas y la detección precoz de este trastorno serían las estrategias de atención psicológica más eficaces.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/215167/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La obsesión por la apariencia puede llevar a que la persona afectada por este trastorno quiera asemejarse a su imagen modificada por los filtros de las redes sociales, incluso acudiendo a la cirugía estética.María J. García-Rubio, Codirectora de la Cátedra VIU-NED de Neurociencia global y cambio social - Miembro del Grupo de Investigación Psicología y Calidad de vida (PsiCal) - Profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia, Universidad Internacional de ValenciaBegoña Albalat Peraita, Psicología General Sanitaria, Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2139172023-09-28T17:42:55Z2023-09-28T17:42:55ZProblemas de sueño y TDAH: ¿cómo se relacionan estos dos trastornos?<blockquote>
<p>Álex es un niño muy movido. Tiene muchas ideas pero ninguna buena, porque hace muchas trastadas. Si por lo menos prestara atención a las cosas que le digo, ¡pero ni eso! Yo creo que es hiperactivo…</p>
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<p>Así califica la madre de Álex lo que le pasa a su hijo, que podría sufrir el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Implica falta de atención (incapacidad para concentrarse), hiperactividad (movimiento, golpeteo o conversación inapropiados) e impulsividad (actuar sin pensar).</p>
<p>Para ser diagnosticado, debe presentarse en dos entornos distintos (en casa, en el colegio, con sus amistades…) y durante, al menos, seis meses, según el <a href="https://www.eafit.edu.co/ninos/reddelaspreguntas/Documents/dsm-v-guia-consulta-manual-diagnostico-estadistico-trastornos-mentales.pdf#page=%5B86%5D">DSM-5</a>. Las condiciones las cumplen el <a href="https://www.thelancet.com/journals/lanpsy/article/PIIS2215-0366(17)30167-0/fulltext">3-5 % de los/as niños/as y el 5,9-7,5 % de las personas adolescentes</a>. El TDAH se clasifica en tres categorías: hiperactivo-impulsivo, inatento y una combinación de ambos.</p>
<p>No obstante, hay que considerar que muchos de sus síntomas son compatibles con el comportamiento infantil normal. Los más pequeños están aprendiendo sobre su mundo social y transgredir las normas forma parte de este proceso.</p>
<h2>Dormir bien, fundamental en la infancia</h2>
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<p>Martina no necesita dormir –cuenta su padre entre risas–. Cada vez que hay que acostarla, es un drama. Duerme menos que otros niños o niñas de su edad, se mete en nuestra cama y algunas veces se despierta sobresaltada en mitad de la noche.</p>
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<p>El padre de Martina no debería restarle importancia al comportamiento de su hija: dormir bien es básico para el rendimiento <a href="https://doi.org/10.1016/j.chc.2020.08.003">físico y mental</a>, que implica el <a href="https://doi.org/10.1016/j.smrv.2021.101472">aprendizaje, la memoria, la generalización del conocimiento y el procesamiento emocional</a>. Esto se aplica especialmente a la infancia, ya que es un período sensible a la <a href="https://doi.org/10.1016/j.ijpsycho.2013.06.019">maduración cerebral y el desarrollo cognitivo</a>. Por eso, los problemas de sueño pueden tener consecuencias a <a href="https://doi.org/10.1016/j.ridd.2019.103463">corto</a> y <a href="https://doi.org/10.1542/peds.2019-2056I">largo</a> plazo. </p>
<p>¿Y con qué frecuencia sucede? Parece que las alteraciones en el descanso nocturno son bastante comunes en los primeros años de vida. Las padecen entre el <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27054204/">24</a> y el <a href="https://doi.org/10.1186/s12887-021-02529-y">40 %</a> de los/as niños/as y alrededor del <a href="https://doi.org/10.1186/s12887-021-02529-y">20 %</a> de los adolescentes. Pero el porcentaje se dispara en el grupo de los menores con TDAH: afecta hasta al <a href="https://doi.org/10.1192/bja.2020.65">73,3 %</a> de los casos. </p>
<h2>Una relación compleja</h2>
<p>Los estudios no dejan claro si el TDAH altera el sueño o si dicha alteración tiene consecuencias sobre la conducta. En realidad, las <a href="https://doi.org/10.1016/j.cpr.2016.10.004">dos posibilidades</a> pueden darse simultáneamente.</p>
<p>Por un lado, quienes sufren TDAH podrían tener <a href="https://theconversation.com/es/topics/ritmos-circadianos-108213">ritmos circadianos</a> propios. Por ejemplo, pueden experimentar ciclos de sueño-vigilia más largos o contar con una arquitectura del sueño diferente, lo que afectaría a su descanso nocturno.</p>
<p>Por otro lado, la privación de sueño podría disminuir la actividad del córtex prefrontal. Esta área del cerebro se encarga de las llamadas funciones ejecutivas, que regulan la atención y controlan los impulsos. Algunos investigadores creen que es donde se esconde la <a href="https://doi.org/10.1111/mila.12264">conciencia humana y la voluntad</a>. Por tanto, los problemas de sueño <a href="https://doi.org/10.1016/j.cpr.2016.10.004">podrían producir síntomas que “simulan” los propios del TDAH</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=111&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=111&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=111&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=139&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=139&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/550020/original/file-20230925-22-rodrw2.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=139&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Relación bidireccional. Elaboración propia.</span>
<span class="attribution"><a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
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<h2>Nuestro trabajo</h2>
<p>En <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s00431-023-05145-3">un estudio reciente</a>, nos decantamos por la segunda alternativa, sin dejar de tener en cuenta la influencia de la primera. Para ello, se utilizó la información de alrededor de 1 200 niños y niñas españoles obtenida por el <a href="https://www.proyectoinma.org/">Proyecto INfancia y Medio Ambiente (INMA)</a>. </p>
<p>Los problemas para dormir se midieron a los 8-9 años, y los síntomas de TDAH a los 10-11 años. Analizamos la relación entre ambos y tuvimos en cuenta otros factores que podrían tener un efecto en dicha vinculación. De este modo observamos que por cada unidad de incremento de las alteraciones de sueño (del 0 al 9), aumentaban los síntomas entre un 10 y un 16 %.</p>
<p>Por otra parte, el carácter longitudinal de la cohorte INMA nos permitió clasificar a los/as niños/as en función de si tenían síntomas compatibles con el diagnóstico de TDAH en varias etapas de la infancia.</p>
<p>En base a esto, se repitieron los análisis sin tener en cuenta los clasificados con síntomas compatibles con el diagnóstico de TDAH, a los cinco años (previo a los problemas de sueño) y a los 8-9 años (simultáneo a los problemas de sueño). Así, encontramos que los resultados apenas variaban. Por tanto, esa relación entre una mala función del sueño y síntomas de TDAH se mantuvo para aquellos que no tenían previa ni simultáneamente el trastorno.</p>
<p>Además, vimos que la relación entre los problemas para dormir y el TDAH variaba en función de la situación laboral del padre. Si este trabajaba, había una relación directa entre ambas circunstancias, pero no ocurría así en los/as hijos/as de padres no trabajadores.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=302&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=302&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=302&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=380&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=380&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/549366/original/file-20230920-19-jymd2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=380&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Diferencias en la relación entre los/as hijos/as de padres que trabajan y que no trabajan.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaboración propia.</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En resumen, las alteraciones de sueño se relacionaron con posteriores síntomas de TDAH en nuestra muestra. Esta evidencia podría tenerse en cuenta en iniciativas como el <a href="https://www.aepap.org/biblioteca/libros/programa-de-salud-infantil">Programa de Salud Infantil</a>: incorporar pruebas de cribado para la detección de problemas de sueño es rápido y sencillo. El fomento de una buena higiene de sueño desde la atención primaria podría prevenir problemas relacionados con el TDAH.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/213917/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Llúcia González Safont recibe fondos de la Universitat de València, del Instituto de Salud Carlos III (CIBERESP), Unión Europea y Ministerio de Universidades mediante la Ayuda Margarita Salas MS21-125.
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Marisa Estarlich Estarlich recibe fondos de la Universitat de València, del Instituto de Salud Carlos III, Unión Europa, Generalitat Valenciana y CIBERESP. </span></em></p>El trastorno por déficit de atención e hiperactividad y los problemas para dormir son alteraciones frecuentes en la infancia que, además, parecen retroalimentarse. Un nuevo estudio arroja luz sobre esta relación.Llúcia González Safont, Investigadora del Departamento de Enfermería de la Universitat de València y miembro de la Unidad Mixta de Investigación en Epidemiología, Ambiente y Salud FISABIO-Universitat Jaume I -Universitat de València, FisabioMarisa Estarlich Estarlich, Profesora ayudante doctor, Universitat de ValènciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2133882023-09-25T20:51:42Z2023-09-25T20:51:42ZEl riesgo de los retos virales atrae a los menores<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/549961/original/file-20230925-20-chu55b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=285%2C109%2C5321%2C3623&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-pour-bucket-ice-topped-their-212062033">wanphen chawarung/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>¿Se atrevería a echarse un cubo de agua helada por encima? ¿Y a pellizcarse los pómulos ante la cámara hasta que se salga un moratón? ¿Lamería tapas de váter solo para demostrar de lo que es capaz? </p>
<p>La presencia en redes sociales de <em>challenges</em> o retos que animan a los usuarios a correr ciertos riesgos y compartir las imágenes es tan habitual que <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s12144-021-02692-6">los menores están muy familiarizados con ellos</a>. Estos contenidos virales aúnan dos ingredientes fundamentales: el entretenimiento y la socialización. </p>
<p>Se trata de contenidos fugaces y audiovisuales. Fomentan un tipo de entretenimiento al que sólo se le exige que haga pasar un buen rato. Esto favorece una actitud generalmente acrítica que lleva consigo el desconocimiento de su significado o de sus consecuencias. </p>
<p>Plataformas como TikTok son particularmente fértiles para estos contenidos. Y sus patrones de consumo tampoco ayudan a la reflexión: los contenidos se presentan de forma muy breve y dinámica, resultado de un algoritmo bien entrenado. </p>
<p>Cuando se trata de retos virales, los menores prestan poca atención al contexto del contenido que van a replicar y a difundir. Es habitual escucharles opinar que “sólo se trata de un juego” que se realiza en grupo y que incorporan a sus actividades de ocio. Así lo hemos comprobado en nuestra reciente <a href="https://www.degruyter.com/document/doi/10.1515/commun-2022-0044/html">investigación</a> entre adolescentes de 11 a 17 años en España. </p>
<p>Muchos retos virales animan a replicar coreografías que se ponen de moda. El de la simetría, por ejemplo, invita al usuario a grabarse con un filtro que permite ver tu rostro con los dos lados perfectamente iguales. O el desafío de la plancha, que planteaba el reto de hacer abdominales durante 30 días, grabarlo y compartirlo. </p>
<h2>No solo entretenimiento</h2>
<p>Es importante destacar que no siempre el sentido de los retos es el mero entretenimiento. También pueden ser empleados en narrativas desinformativas, con fines más allá de lo lúdico, una realidad de la que tampoco son conscientes los menores.</p>
<p>Los retos no son un fenómeno reciente. Uno de los más memorables y positivos ejemplos de este tipo de contenidos es el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ice_Bucket_Challenge"><em>Ice Bucket Challenge</em></a>. En aquella acción, se animaba a arrojarse por encima un cubo de agua helada, grabarlo y compartirlo en redes sociales. Además de lograr un récord de participación, muchas celebridades y cientos de personas hicieron donativos para la investigación sobre la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). </p>
<p>Sin embargo, al preguntar en la investigación mencionada a algunos de los menores que conocían este reto si sabían el motivo por el que se echaban un cubo de agua helada por la cabeza, muchos afirmaron no ser conscientes de su origen o su significado. Lo veían simplemente, como una acción entretenida y de tendencia en la red.</p>
<h2>Más riesgo, más espectáculo, más ‘me gusta’</h2>
<p>De acuerdo con nuestra encuesta, los criterios por los menores escogen los retos en los que participan son dos: lo entretenido que sea y cuánto de acorde es con sus habilidades y competencias. El excesivo interés en que el contenido alcance mayor aceptación entre sus pares les puede empujar a idear versiones alternativas para subir la “escala de dificultad” que asocian, de manera directa, con un mayor número de visualizaciones y ‘me gusta’. </p>
<p>Para ello, buscan ingredientes que conviertan su aportación en algo más original, vistoso e impactante. Y es que no hay que olvidar que el reto es un contenido de entretenimiento sobre algo de rabiosa actualidad, y por tanto efímero. Esto dificulta la respuesta al peligro que puede suponer un reto en concreto, que aparece y desaparece rápidamente. </p>
<p>Pero, ¿cómo lograr que los retos sean más llamativos? Los chicos y chicas –ellos en mayor medida– vinculan la realización de retos con cierto grado de peligrosidad, el precio para conseguir seguidores y visualizaciones. Conciben el riesgo como un elemento necesario y justificado para dotar de espectacularidad al contenido, lo que se traduce en un mayor número de reproducciones. </p>
<p>En este contexto, lo peligroso es sinónimo de vistoso e impactante. Los menores tienden a relativizar el riesgo a favor del espectáculo y la viralidad. Asimismo, el peligro aporta al reto un plus de superación al proponer e innovar con ideas más osadas que potenciarán la participación. </p>
<h2>Presión por no quedarse fuera</h2>
<p>En ocasiones, los menores sienten tener una cierta presión social de tener que asumir el reto por “no quedarse fuera”. Es habitual que unos nominen a otros en redes sociales para realizar el <em>challenge</em>. Esto puede intensificar su sentimiento de pertenencia a un grupo, pero también la necesidad de validación externa. En cualquier caso, ayuda poco a una reflexión pausada de las implicaciones que puede tener ejecutar y compartir el reto. </p>
<p>Pese a que para los menores este contenido es un pasatiempo, resulte evidente que encierra riesgos de los que no son conscientes. Además, no hay ningún sistema para clasificar este tipo de contenidos por edad, que sí existe en otros formatos (videojuegos, películas, series…). </p>
<p>Esto hace que su capacidad crítica se torne clave para enfrentarse a este tipo de narrativas digitales. Para ayudarles a adquirirla es bueno provocar conversaciones en las que se hable de los contenidos que consumen y comparten. En ese marco, idealmente de confianza, se pueden aportar argumentos que les ayuden a reflexionar. Hablar con ellos sobre las consecuencias de asumir conductas de riesgo también es necesario.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/213388/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Cuando participan en retos virales, los menores tienden a considerar lo peligroso como sinónimo de vistoso e impactante. Y relativizan el riesgo a favor del espectáculo y la viralidad.Beatriz Feijoo, Profesora Titular de Publicidad de la Facultad de Empresa y Comunicación, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Charo Sádaba Chalezquer, Catedrática, Departamento de Marketing y Empresas de Comunicación, Universidad de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2134092023-09-20T20:10:01Z2023-09-20T20:10:01ZVuelta a las aulas: ¿Cómo prevenir el estrés escolar?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/549092/original/file-20230919-23-5k3678.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=385%2C77%2C6886%2C4495&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/girl-sitting-confusedly-her-hands-on-2045174648">MZStock/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cuando terminan las vacaciones y llega el momento de volver a la rutina escuchamos hablar de la “depresión postvacacional” y abundan los consejos para la cuesta de septiembre. En cambio, se habla menos de cómo prevenir el estrés escolar. </p>
<p>El estrés de los estudiantes preocupa desde hace tiempo y su aumento en la última década junto con los datos que alertan de las crecientes dificultades de salud mental, especialmente en la adolescencia, lo han convertido en un <a href="https://theconversation.com/proteger-la-salud-mental-en-la-infancia-es-urgente-que-papel-tienen-los-colegios-167951">tema central</a> .</p>
<h2>¿Sentir estrés es normal?</h2>
<p>Es importante empezar por aclarar que sentir estrés es completamente normal. Se trata de una respuesta de activación, que busca prepararnos para hacer frente a situaciones que consideramos relevantes y en las que dudamos si podremos responder de manera exitosa. </p>
<p>Imaginemos que nos enfrentamos a un examen en unos días o debemos realizar una presentación sobre un tema que nos parece complicado. En estas situaciones el estrés puede movilizarnos, servir de llamada de atención para dedicar recursos a planificar el estudio o buscar la ayuda que podemos necesitar. Si, en lugar de eso, nos preocupamos enormemente cada vez que notamos algo de estrés, se generaría una fuente de estrés adicional. En definitiva, nos irá mejor si entendemos que el estrés es una vivencia frecuente y no es algo necesariamente negativo. </p>
<p>También conviene tener en cuenta que lo que estresa a una persona puede no ser estresante para otra, porque el estrés tiene que ver con cómo interpretamos las situaciones y cómo valoramos los recursos con que contamos para enfrentarnos a ellas. Por ejemplo, no es de extrañar que quienes no tienen experiencia hablando en público puedan sentirse estresados ante la necesidad de hacerlo, mientras que quienes lo hacen habitualmente y se consideran buenos oradores no.</p>
<h2>El estrés en la escuela</h2>
<p>Aclaradas estas cuestiones, sabemos que el contexto escolar es fuente de estrés para muchos estudiantes. En España, por ejemplo, se han observado <a href="https://doi.org/10.1016/j.jadohealth.2020.03.007">niveles crecientes de estrés escolar</a>, <a href="https://doi.org/10.12795/F1ease2021">especialmente hacia finales de la educación secundaria y entre las chicas</a>. Aunque España destaca por sus niveles de estrés escolar, <a href="https://apps.who.int/iris/handle/10665/332104">la tendencia creciente en indicadores relacionados con el estrés y las marcadas diferencias de género se han encontrado en diversos países</a>.</p>
<p>Además, en línea con la <a href="https://theconversation.com/la-otra-pandemia-secuelas-de-la-covid-19-en-la-salud-mental-de-los-menores-178571">preocupación de que la pandemia de COVID-19 haya acentuado las dificultades de salud mental</a>, el retorno a las clases tras la pandemia <a href="https://grupo.us.es/proyectoease/wp-content/uploads/2022/02/INFOGRAFIA_COVID-1.jpg">parece haber incrementado los niveles de estrés escolar</a>. De ahí que, con la vuelta a las aulas, en este artículo queramos dar algunas claves para ayudar a prevenir el estrés escolar, un tema que investigamos en el <a href="http://grupo.us.es/proyectoease/">proyecto EASE</a>.</p>
<h2>1. Aprender a interpretar en positivo</h2>
<p>Ante una situación que nos produce estrés, podemos considerar si estamos interpretando la situación de manera excesivamente negativa. Por ejemplo: ¿estoy pensando que seguro que suspendo y que si lo hago será el fin del mundo?</p>
<p>Pararnos a analizar la situación desde un prisma más positivo puede ser una estrategia útil para reducir el estrés. Por ejemplo: si estudio no tiene por qué irme mal; hacer el examen me ayudará a ver qué sé y qué no; incluso si no me va bien, podré recuperarlo más adelante…</p>
<h2>2. Buscar ayuda</h2>
<p>No debemos dudar en buscar ayuda. La respuesta de estrés depende también de cómo valoramos los recursos con que podemos contar, por lo que el estrés que nos producen ciertas situaciones puede reducirse si buscamos la ayuda de otras personas, que pueden darnos un consejo, ayudarnos a organizar el trabajo para llegar a tiempo, transmitirnos su confianza en nuestras habilidades, etc.</p>
<h2>3. Las emociones son importantes</h2>
<p>Una de las estrategias para afrontar el estrés que suele tener resultados más negativos es la supresión emocional, es decir, cuando nos empeñamos en tragarnos y esconder nuestras emociones. Por tanto, no debemos tener miedo a expresar nuestras emociones, ni en el aula, ni fuera de ella.</p>
<h2>4. El papel del profesorado y de las familias</h2>
<p>Las metas que enfatizamos en el aula (¿se respira un ambiente en que lo fundamental es aprender o sólo se insiste en la necesidad de buenos resultados académicos?) o el clima que se genera ante los errores (¿se ven como parte fundamental del aprendizaje o como algo a evitar a toda costa?) son importantes para el estrés escolar. </p>
<p><a href="https://doi.org/10.1016/j.jsp.2023.05.005">En un trabajo de investigación reciente</a> encontramos que el estrés escolar es mayor en aquellas aulas donde se insiste en no cometer errores, así como en aquellas donde se enfatiza únicamente lo importante que es tener buenas notas, sin que esto vaya acompañado de la importancia de aprender para mejorar y saber más o el apoyo del profesorado para lograrlo. </p>
<p>Además, contar con el apoyo de nuestras familias, poder hablar con ellas de las cosas que nos preocupan y contar con su confianza y ayuda para afrontar las cuestiones escolares que nos estresan, es otro elemento de suma importancia para reducir el estrés.</p>
<h2>5. El papel de los profesionales</h2>
<p>Finalmente, aunque es habitual que en ciertas ocasiones sintamos estrés, si nos encontramos mal porque no sabemos cómo gestionarlo o nuestros niveles de estrés están dificultando nuestro día a día, no tenemos por qué continuar así. ¡Es importante pedir ayudar psicológica de profesionales cuando la necesitamos!</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/213409/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Irene García Moya es la investigadora principal del proyecto EASE "El estrés en el alumnado de secundaria en España. Un estudio mixto orientado al desarrollo de claves de actuación en el contexto familiar y escolar", proyecto PID2019-105463RA-I00 financiado por MCIN/AEI/ 10.13039/501100011033</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Antonia M. Jiménez Iglesias es miembro del equipo de investigación del proyecto EASE "El estrés en el alumnado de secundaria en España. Un estudio mixto orientado al desarrollo de claves de actuación en el contexto familiar y escolar", proyecto PID2019-105463RA-I00 financiado por MCIN/AEI/ 10.13039/501100011033</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carmen Paniagua es miembro del proyecto EASE "El estrés en el alumnado de secundaria en España. Un estudio mixto orientado al desarrollo de claves de actuación en el contexto familiar y escolar", proyecto PID2019-105463RA-I00 financiado por MCIN/AEI/ 10.13039/501100011033. Además, Carmen Paniagua recibe financiación del Fondo Social Europeo (FCE) y la Junta de Andalucía (Convocatoria 2019; PAIDI 2020) por el Contrato posdoctoral de personal investigador doctor enmarcado en el Programa de ayudas a la captación, incorporación y movilidad de capital humano en I+D+I.</span></em></p>El estrés de los estudiantes (y en especial en España) está aumentando. Ofrecemos algunas claves para reducir el estrés escolar, basadas en la investigación actual sobre este tema.Irene García Moya, Profesora Titular del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, Universidad de SevillaAntonia María Jiménez Iglesias, Profesora Titular de Universidad, Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, Universidad de Sevilla, Universidad de SevillaCarmen Paniagua, Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Universidad de Sevilla., Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2102052023-09-13T20:15:22Z2023-09-13T20:15:22Z¿Infundir miedo o admitir errores? Por qué los ‘profes’ cercanos enseñan más<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/544061/original/file-20230822-17-yto9rt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C4%2C2687%2C1790&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/happy-teacher-school-boy-giving-high-447169123">wavebreakmedia/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cuando los alumnos tienen <a href="https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-50572020000400008">miedo y falta de confianza en su desempeño</a> frente a sus profesores y compañeros, no solo baja su rendimiento académico, sino que también sufren <a href="http://saber.ucv.ve/ojs/index.php/rev_aavft/article/view/18707">estrés</a> y ansiedad o depresión, porque temen fallar o porque se comparan con otros. </p>
<p>Aunque estos sentimientos pueden ser parte de la inmadurez y la falta de experiencia ante muchos temas, el docente puede ofrecerles, además de la formación disciplinar, la orientación para que desarrollen sus habilidades interpersonales y aprendan a tener carácter. </p>
<p>Es importante que se les indique que <a href="https://ciencialatina.org/index.php/cienciala/article/view/1129">esas habilidades se aprenden</a>, se practican, se robustecen, y que sepan que sus profesores no son más ni mejores que ellos. Que aprendan a compartir y defender sus posturas fundamentadas, siendo críticos.</p>
<h2>Iniciativa y confianza en las posibilidades</h2>
<p>La formación académica no solo debe dotar de conocimientos teóricos disciplinares a los alumnos. Se debe conseguir también que estos sean capaces de aplicarlos para resolver problemas y situaciones a las que se enfrenten en sus vidas cotidianas. </p>
<p>Para hacerlo con posibilidades de éxito, deben sentirse seguros, porque solo así serán agentes con iniciativa y creyentes de que pueden cambiar lo que ya existe. Para tener esta confianza, deben entender que, al igual que cualquier otra persona, ellos también son capaces de realizar cambios. </p>
<p>Confiar es abrirse a las infinitas posibilidades. Cuando confiamos comenzamos a ver las señales, las sincronicidades; las intuiciones aparecen y se crean cosas nuevas. </p>
<h2>Evitar la superioridad docente</h2>
<p>Los profesores y profesoras que se conducen con actitud de superioridad, mostrándose controladores en clase, <a href="https://repositorio.uarm.edu.pe/handle/20.500.12833/1917">no contribuyen</a> a inculcar estos sentimientos. </p>
<p>En cambio, la actitud de los docentes de siglo XXI podría ser la de formadores integrales de profesionales comprometidos consigo mismos y con su comunidad. Profesionales confiados en sus habilidades y en su sentido crítico, su capacidad de comunicación, de colaboración y de creatividad, ahora conocidas como “<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Sistema_de_aprendizaje_4C">las habilidades 4C’s</a>”. </p>
<p>Para esto el profesor debe ser guía y detonador de los conocimientos que se encuentran accesibles en todas partes. Ellos ya no son los únicos poseedores del conocimiento.</p>
<h2>Hablar de asuntos que no son asignaturas</h2>
<p>Es deber de los docentes ser formadores de profesionales y favorecer en clase la confianza entre los chicos y las chicas mediante mensajes dirigidos, actividades y actitudes que puedan servir de ejemplo. </p>
<p>Hablar con ellos de la resiliencia, la aceptación del fracaso y del éxito, el miedo, el criterio propio, etc. debe ser parte de los cursos, además de los temas disciplinares correspondientes al área del conocimiento y aprendizaje de cada profesor. </p>
<p>Pero no como meras y simples definiciones: hay que vivirlas en el quehacer diario, enfatizando los aprendizajes, socializando las emociones vividas durante la actividad. </p>
<h2>Crítica constructiva y actitud positiva</h2>
<p>Cuando el docente evita hacer juicios, y busca en cambio la crítica constructiva, es posible cada día revisar las vivencias y aprendizajes. De esta manera surgen reflexiones que nos permiten darnos cuenta de que el fracaso no es sino un paso o una etapa hacia el éxito. </p>
<p>Y que el éxito, por otra parte, es una <em>actitud</em>, no un logro o manifestación de cosas. Cuando conseguimos entender que el miedo proviene de todo aquello que imaginamos acerca de una situación, basado en nuestros antecedentes, conocimientos, historia de vida y experiencias, podemos arriesgarnos y comprobar que a menudo lo que sucede es distinto y nuestros miedos improbables. </p>
<p>Se puede aprender a hacer una crítica sustentada basada en información y con sugerencias, opciones de cambio o mejora; nunca basada únicamente en la descalificación.</p>
<h2>Metas emocionales</h2>
<p>Para lograr ser un profesor formador, generador de seguridad y confianza en los alumnos, tenemos que conocer y aplicar todos estos conceptos en nuestra vida personal. También saber o buscar cómo provocarlos en la clase al propiciar la socialización de los resultados y los trabajos disciplinares desarrollados en el aula.</p>
<p>En cada curso, poner metas disciplinares, profesionales y emocionales. Esto además elevará la calidad de los ambientes en las escuelas por que habrá “buena vibra” en el aula entre alumnos y profesores. La <a href="https://www.manuelescudero.com/que-es-la-psicologia-positiva/">psicología positiva</a> tiene muchos beneficios. Estamos en el siglo XXI, actuemos como personas del siglo XXI.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/210205/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Araceli Hernández Tinoco no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El profesor o profesora que juzga desde una posición de superioridad pierde la posibilidad de incluir en su curriculum enseñanzas para fomentar la confianza y seguridad de los alumnos.Araceli Hernández Tinoco, Profesora Investigadora Titular, Centro universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara. (Emprendimiento e Innovación desde el aula), Universidad de GuadalajaraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1825762023-08-29T18:19:40Z2023-08-29T18:19:40ZSocializar a través de internet: pros y contras<p>La sociedad actual ha sufrido, en las últimas dos décadas, una auténtica revolución en cuanto al modo de comunicarse y relacionarse a través de las nuevas tecnologías. Las redes sociales han experimentado un crecimiento exponencial y se han convertido en una parte integral de la mayoría de las personas. Estas plataformas digitales, como Facebook, Instagram, Twitter y Snapchat, han transformado la forma en que nos comunicamos y socializamos.</p>
<p>Si hay un sector de la población en el que el uso de las nuevas tecnologías ha calado con especial profundidad, éste es el de los jóvenes. Ahora bien, ¿qué costes puede producir a nivel personal esta nueva forma de relacionarnos? ¿Ha cambiado la dinámica de la interacción social? Esta cuestión cobra especial relevancia cuando se constata que el uso de las redes sociales llega a absorber otras esferas fundamentales de la vida de los adolescentes como el estudio, la familia e incluso el ocio.</p>
<h2>Conexión y ocio</h2>
<p>En un <a href="https://www.injuve.es/sites/default/files/adjuntos/2021/03/informe_juventud_espana_2020.pdf">estudio</a> del Instituto Nacional de la Juventud (Injuve) de 2020 se constata que la juventud, de forma general, utiliza internet para llevar a cabo tres actividades destacadas: la conexión a redes sociales (Instagram, TikTok, etc), escuchar música y ver series y películas <em>online</em>. Esto resulta interesante porque implica que tanto actividades tradicionalmente realizadas fuera de internet como nuevas formas de relación por internet están interiorizadas como hábitos cotidianos de ocio. </p>
<p>Las redes sociales han brindado a los jóvenes una serie de medios novedosos para conectarse con amigos, familiares y desconocidos de manera virtual. A través de estas plataformas interactivas, pueden compartir fotos, vídeos, pensamientos y emociones de manera instantánea y global. Esta capacidad de conectarse de manera inmediata, unida a la sensación de anonimato, ha roto las barreras geográficas y ha permitido que los jóvenes se relacionen más fácilmente con personas de todo el mundo. </p>
<p>Sin embargo, esta conexión virtual también ha llevado a cambios negativos en la forma en la que los jóvenes interactúan. En lugar de conversaciones cara a cara, las interacciones a menudo se producen a través de mensajes de texto, comentarios o publicaciones en línea. Esto produce un impacto en la calidad y la profundidad de las relaciones, ya que la comunicación no verbal y las señales contextuales pueden perderse en el mundo digital. Además, la falta de restricciones de tiempo y espacio en las redes sociales lleva con facilidad a una sensación de desconexión con la realidad y una tendencia a pasar más tiempo en el mundo virtual que en el mundo real.</p>
<h2>El desarrollo de la identidad digital</h2>
<p>Otro aspecto importante del impacto de las redes sociales en la manera de socializar de los jóvenes consiste en <a href="https://theconversation.com/como-afectan-las-pantallas-a-la-construccion-de-la-identidad-de-los-menores-186942">el desarrollo de una identidad digital</a>. </p>
<p>A través de las plataformas sociales, los jóvenes pueden construir y presentar una versión idealizada de sí mismos. Pueden seleccionar cuidadosamente las fotos y los mensajes que publican para proyectar una imagen que consideran atractiva o deseable. Esta práctica suele generar presión social debido a la diferencia existente entre la identidad real y la editada, así como una búsqueda constante de validación y aprobación en línea.</p>
<p>Por los mismos motivos, la cultura de las redes sociales conduce con frecuencia a la comparación constante con los demás. Al contemplar en internet las vidas aparentemente perfectas de otros, es fácil que los jóvenes desarrollen sentimientos de envidia, inseguridad y baja autoestima. Esto puede afectar negativamente a su bienestar emocional y su capacidad para establecer relaciones saludables fuera del mundo virtual. Además, la obsesión por mantener una determinada imagen puede llevar tanto a una falta de autenticidad como a la dificultad para mostrarse vulnerables en las interacciones cara a cara.</p>
<h2>El poder de las comunidades en línea</h2>
<p>A pesar de estos desafíos y las preocupaciones asociadas con las redes sociales, también es importante reconocer su potencial positivo para crear comunidades en línea. Las redes sociales suponen una manera fantástica de conectar a personas con intereses similares, ya sea en deportes, música, arte, activismo o cualquier otro tema. </p>
<p>Así, estas comunidades en línea brindan un espacio seguro y de apoyo donde los jóvenes pueden compartir sus pasiones, encontrar inspiración y establecer relaciones significativas.</p>
<p>Por otra parte, las redes sociales han proporcionado una plataforma para que los jóvenes se expresen y promuevan cambios sociales. De hecho, han sido una herramienta clave en movimientos como el activismo por el cambio climático, los derechos LGBTQ+ y la justicia racial y social. La capacidad de conectarse y movilizarse a través de las redes sociales ha demostrado ser una fuerza poderosa para el cambio social y la creación de una conciencia unitaria en la juventud. </p>
<p>Igualmente, se ha constituido en un vector clave para el pensamiento crítico y la reflexión al generar diversos cauces de participación que ayudan a acercar la cultura a todas las personas, promoviendo de paso valores como el pluralismo, la libertad, la democracia cultural, la participación social, la autonomía personal y las relaciones humanas.</p>
<h2>Equilibrio y consciencia</h2>
<p>Innegablemente, las redes sociales han tenido un impacto significativo en la manera de socializar de los jóvenes, abriendo nuevas oportunidades de conexión y comunicación, y la vez generando nuevos desafíos. Es importante, por ello mismo, enseñar a que los jóvenes aprendan a equilibrar su vida virtual con la real, así como a ser conscientes del impacto que las redes sociales pueden tener en su bienestar emocional. Además, es esencial fomentar una cultura de autenticidad y respeto en las plataformas sociales, promoviendo la empatía y la comprensión en línea.</p>
<p>En última instancia, las redes sociales son una herramienta poderosa que puede facilitar la interacción y la conexión, pero también pueden distorsionar fácilmente la forma en la que nos relacionamos y percibimos a nosotros mismos y a los demás. Como sociedad, debemos fomentar un uso saludable y responsable de las redes sociales, reconociendo su potencial para el desarrollo humano, pero adoptando, al mismo tiempo, y tomando medidas para mitigar los efectos negativos. </p>
<p>Y es que sólo a través de un enfoque equilibrado y reflexivo podremos aprovechar al máximo el potencial de las redes sociales y su impacto en la manera de socializar de nuestros jóvenes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/182576/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marcos García-Vidal no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Internet y las redes sociales han transformado el modo de relacionarse y existir en el mundo, especialmente de los jóvenes. Sin ser necesariamente malo, sí es importante ser conscientes de los riesgos.Marcos García-Vidal, Profesor Adjunto, Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2104022023-08-03T17:56:13Z2023-08-03T17:56:13ZLo que puede hacer la familia para prevenir el consumo de drogas en la adolescencia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/540117/original/file-20230731-25689-hb6ls.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1008%2C50%2C4380%2C3657&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/teen-girl-hood-holding-beer-bottle-467917700">Novikov Alex/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La adolescencia es un periodo clave en el desarrollo. Entre otras cosas porque es muy probable que, durante esta etapa, la mayoría de los adolescentes tengan que tomar decisiones sobre el consumo de alcohol, tabaco o cannabis mientras comparten momentos de ocio con sus amistades.</p>
<p>Si observamos los datos más recientes de la <a href="https://pnsd.sanidad.gob.es/profesionales/sistemasInformacion/sistemaInformacion/pdf/ESTUDES_2022_Informe.pdf">prevalencia de consumo de sustancias en España</a> encontramos que el alcohol y el cannabis son, respectivamente, las sustancias legal e ilegal más consumidas por los adolescentes. En los últimos 30 días, el 53,6 % consumió alcohol y el 14,9 % consumió cannabis. Una práctica usual es el <a href="https://doi.org/10.3390/ijerph18073652">consumo concomitante de ambas sustancias</a>, encontrándose <a href="https://doi.org/10.1016/j.addbeh.2023.107798">prevalencias</a> del 54 % en el último año y del 8,75 % en el último mes. </p>
<p>La <a href="https://doi.org/10.1007/s40429-017-0149-8">literatura científica</a> muestra que esta práctica se relaciona con una mayor frecuencia y cantidad de consumo de ambas sustancias que cuando se consumen solas, así como con una mayor probabilidad de conducir bajo el efecto de las drogas, de realizar conductas sexuales de riesgo o de presentar <a href="https://www.researchgate.net/publication/371702295_La_salud_mental_de_los_adolescentes_en_contextos_educativos_reflexiones_derivadas_del_estudio_PSICE">problemas de salud mental</a> a largo plazo.</p>
<p>No obstante, aunque hay circunstancias que los adultos no podemos controlar, sí podemos actuar frente a estas situaciones. Los padres podemos tomar decisiones y educar a los hijos en ciertas habilidades que les ayuden a mantenerse alejados de las drogas y aprender conductas saludables. </p>
<p>Nuestra forma de comunicarnos, nuestras opiniones, el cariño que mostramos, las normas que establecemos y, sobre todo, nuestro modelo de comportamiento les ayudarán a reducir la probabilidad de que consuman alcohol, tabaco u otras drogas ilegales o, por el contrario, contribuirán a una mayor probabilidad de que las consuman.</p>
<h2>El contexto es fundamental: menos conflicto, menos consumo</h2>
<p>Para entender este fenómeno es necesario considerar el contexto de la persona. La familia es el entorno primigenio en el que aprendemos valores y desarrollamos el sentido de pertenencia. Esto hace que los padres puedan ejercer una gran influencia sobre sus hijos durante las diversas etapas del desarrollo. De hecho, la asociación entre el consumo de sustancias en la adolescencia y la relación con la familia está bien establecida por la <a href="https://pnsd.sanidad.gob.es/profesionales/publicaciones/catalogo/catalogoPNSD/publicaciones/pdf/2022_DGPNSD_InformePrevencionFamiliarAdicciones.pdf">literatura científica</a>. </p>
<p>Una mayor presencia de <a href="https://psycnet.apa.org/record/2014-07559-003">conflicto en la familia </a> predice un consumo más prolongado y problemático. Por lo contrario, el <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s12187-017-9524-1">apoyo y una buena comunicación</a> se relacionan con menor riesgo de consumo. </p>
<p>Otro factor familiar ampliamente estudiado son las normas respecto al propio consumo. Hay consenso en que cuando los adolescentes no tienen normas claras o perciben que sus padres aprueban el consumo, su frecuencia de <a href="https://www.psicothema.com/pi?pii=3593">uso de sustancias</a> es mayor. </p>
<p>Actualmente resulta de interés el consumo conjunto de <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/18/7/3652">alcohol y cannabis</a> en la adolescencia. Parece que esta práctica es más frecuente en chicos, pero no existen estudios previos que examinen su relación con el funcionamiento familiar en función del sexo. Este análisis resultaría interesante, pues, en función de los roles de género socialmente establecidos, los padres podrían fomentar comportamientos diferentes en sus hijos que en sus hijas. Y los adolescentes, según su sexo, podrían interpretar el contexto familiar de manera diferente.</p>
<p>Recientemente se ha publicado un <a href="https://www.researchgate.net/publication/372028281_Dual_alcohol_and_cannabis_use_in_male_and_female_adolescents_Relationships_with_family_variables">artículo</a> que pretende abordar estas cuestiones. El objetivo fue examinar la relación entre la comunicación, el apoyo, la presencia de conflicto en la familia y el establecimiento de reglas y consecuencias, con el consumo de alcohol y cannabis de una muestra de adolescentes españoles. Las diferencias se examinaron en función de sexo y en el marco temporal del último mes.</p>
<p>Según este estudio, el 23,9 % de los chicos y el 29,2 % de las chicas había consumido alcohol en los últimos 30 días, mientras que el 9,9 % de los chicos y el 7,6 % de las chicas consumió alcohol y cannabis de forma conjunta. Las chicas indicaron la presencia de una mejor comunicación y más apoyo social en sus familias que los chicos. </p>
<h2>Consecuencias coherentes por saltarse las normas</h2>
<p>¿Cuáles fueron los resultados encontrados sobre la relación de las variables familiares con el consumo de estas dos sustancias? Los adolescentes no consumidores presentaron un mejor funcionamiento familiar, una mejor comunicación y apoyo social, menor presencia de conflicto y la presencia coherente de consecuencias por saltarse las normas. </p>
<p>Además, se encontraron algunas diferencias en función del sexo. Los chicos con mayor conflicto familiar tuvieron una mayor probabilidad de ser consumidores tanto de alcohol, como de alcohol y cannabis conjuntamente. Respecto a las chicas, una mejor comunicación familiar y una aplicación de consecuencias coherentes por saltarse las normas estuvo asociada a una menor probabilidad de consumo. </p>
<p>Al fin y al cabo, la familia es una pieza clave también en otros problemas durante la adolescencia, como la <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/15/6/5149">conducta suicida</a>. Por lo tanto, al igual que existe la responsabilidad de atender y cuidar el desarrollo de los niños y adolescentes, resulta clave tener en cuenta a la familia en la elaboración de estrategias tanto de <a href="https://www.psicothema.com/pdf/4788.pdf">prevención</a> como de intervención en el consumo de sustancias y otras iniciativas que aborden su bienestar.</p>
<h2>Ni muy rígidos ni muy laxos</h2>
<p>Pero volvamos a la pregunta que da título a este texto: ¿qué puede hacer la familia para prevenir el consumo de drogas durante la adolescencia? Un ambiente familiar donde se fomente una comunicación clara y honesta, los padres se muestren disponibles como fuente de apoyo, existan normas claras y los conflictos se resuelvan con cariño y respeto disminuye la probabilidad de consumo, enseñando asimismo al adolescente un repertorio de habilidades que le acompañará a lo largo de su vida. </p>
<p>Es poco probable que los adultos seamos un modelo perfecto de conducta. Pero sí conviene saber que no supervisar qué están haciendo nuestros hijos, la ausencia de normas claras en el funcionamiento familiar o la imposición de disciplina muy rígida o muy laxa incrementa la probabilidad de tener problemas de conducta y, por ende, de consumo de drogas. </p>
<p>Ya lo dijo <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Benjamin_Franklin">Benjamin Franklin</a> hace muchos años: unos gramos de prevención valen más que un kilo de curación.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/210402/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Tanto la ausencia de normas claras en una familia como la imposición de disciplina muy rígida aumenta el consumo de drogas en adolescentes. Como decía Benjamin Franklin, unos gramos de prevención valen más que un kilo de curación.Dalila Eslava, Estudiante de Doctorado en el Departamento de Psicología, Universidad de OviedoCarmela Martínez Vispo, Profesora del Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología, Universidade de Santiago de CompostelaSusana Al-Halabí, Profesora del Departamento de Psicología, Universidad de OviedoVíctor José Villanueva Blasco, Director del Máster Universitario en Prevención en Drogodependencias y Otras Conductas Adictivas, Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2092482023-07-27T19:28:49Z2023-07-27T19:28:49ZLos peligros de la infantilización en la etapa universitaria<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/538523/original/file-20230720-25-krb4te.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C7%2C2496%2C1654&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mother-daughter-meeting-male-teacher-478396048">Monkey Business Images/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>¿Hasta qué edad debe un padre o una madre acudir a tutorías con docentes de sus hijos o tener una interlocución directa con sus profesores? ¿Cuándo es el momento de dejar de “defenderlos” ante el profesorado y permitir que sean ellos mismos quienes gestionen revisiones, reclamaciones o dudas? </p>
<p>Teniendo en cuenta que en la universidad los alumnos y alumnas ya son personas adultas, cabría esperar que en esta etapa los estudiantes fueran completamente autónomos. Los años de carrera suelen suponer una etapa de transición hacia el desarrollo de la autonomía personal y la autorregulación, tan necesarias para la vida adulta. </p>
<p>Si los padres continúan con su labor supervisora también en su etapa universitaria ¿no les está privando de experiencias de aprendizaje necesarias esta intervención parental? </p>
<h2>Hiperparentalidad y padres-madres helicópteros</h2>
<p>El concepto de <a href="https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352021000100279">hiperparentalidad</a> se refiere a un modelo de crianza en el que los padres y madres denominados “helicóptero” supervisan constantemente a sus hijos e hijas y resuelven de forma sistemática todos sus problemas. Evitan así que sufran y, a su vez, que puedan desarrollar sus propias estrategias de afrontamiento ante la adversidad.</p>
<p>Sin duda, la intención de estas familias es positiva, puesto que a ningún padre o madre le gusta ver sufrir a su hijo. No obstante, esta supuesta atención puede responder más a los deseos infantiles del hijo, que no se percibe capaz de afrontar él solo el problema, y a la incomodidad que genera en los padres la situación, que a las <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15760295/">necesidades de desarrollo</a> de la propia resiliencia que todo adolescente o adulto joven presenta en estas edades.</p>
<h2>Desprotegidos en la vida adulta</h2>
<p>Por ello, el resultado acaba siendo contraproducente. Una intervención parental inicialmente orientada a proteger a sus hijos e hijas de la adversidad <a href="https://psycnet.apa.org/record/2016-28552-001">acaba derivando</a> en una importante desprotección para la vida adulta, en la que, claramente, deberán afrontar problemas. </p>
<p>De esta manera, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0277953611002905">nos encontramos, cada vez más</a>, con jóvenes adultos <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s12187-015-9353-z">emocionalmente débiles</a>, con una muy baja tolerancia a la frustración, que no han podido aprender de sus errores ni han podido responsabilizarse de ellos y con serias dificultades para autorregularse y para tomar decisiones.</p>
<h2>¿Soy capaz?</h2>
<p>Parece claro que ningún padre o madre quiere esto para sus hijos e hijas. También parece claro que ninguno de ellos se ha planteado exactamente cuál es el mensaje que, de forma implícita, los hijos reciben de esta supuesta sobreprotección. </p>
<p>¿Cómo debe interpretar este alumnado, ya en la etapa universitaria, que su madre venga a protestar en una revisión de examen cuando suspenden, o que su padre escriba al profesorado porque no está de acuerdo con los criterios de evaluación? La lectura es clara: “Si mis padres tienen que resolver mis problemas, es porque yo no puedo, o porque yo no soy capaz, o porque no lo voy a saber hacer bien”. </p>
<p>Es decir, no confían en sus competencias y habilidades para resolver sus propios problemas y van a depender de ellos cada vez que aparezca un contratiempo.</p>
<h2>Autoestima y autonomía</h2>
<p>Es importante recordar que, por lo menos en las primeras edades, <a href="https://psycnet.apa.org/record/1995-97476-002">el desarrollo de la autoestima está muy relacionado con la autonomía</a> que puedan desarrollar los niños y niñas, y esta autonomía depende, sobre todo, de una parentalidad que la permita y la potencie. </p>
<p>Esto básicamente se traduce en facilitar que los niños y niñas resuelvan sus propios problemas o que, por lo menos, perciban que pueden intervenir sobre ellos. Problemas ajustados a sus capacidades, evidentemente, pero que también les permitan equivocarse, ponerse a prueba, frustrarse, conocerse y aprender de los errores no como algo malo a evitar, sino como una de las maneras más significativas que tenemos para aprender.</p>
<p>El mensaje que deberíamos transmitirles es que nuestra función no es evitar que se equivoquen, sino estar siempre ahí, de forma incondicional, para acompañarles amorosamente en sus errores.</p>
<h2>¿Por qué sobreprotegemos?</h2>
<p>La sobreprotección puede tener <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6379111">múltiples orígenes</a>. Algunos pueden ser tener familias menos extensas, un menor número de hijos e hijas, progenitores de mayor edad, dificultades en el embarazo, sentimiento de culpa por tener que trabajar muchas horas, sentimiento de posesión sobre la vida de los hijos como si fueran de nuestra propiedad, y, sobre todo, la fuerte presión y exigencia social que existe hoy en día para ser considerados y verse a unos mismos como buenos progenitores.</p>
<p>Está claro que ser padre o madre <a href="https://theconversation.com/progenitores-quemados-es-cada-vez-mas-exigente-criar-y-educar-a-los-hijos-202543">no es tarea fácil</a>. A menudo nos sentimos perdidos cuando no queremos reproducir los estilos de crianza autoritarios que la mayoría de nosotros vivimos en la infancia, pero no estamos seguros de <a href="https://theconversation.com/la-importancia-del-punto-medio-en-la-educacion-de-los-ninos-196706">cuál es la alternativa</a> adecuada. </p>
<p>Si optamos por <a href="https://theconversation.com/por-que-es-importante-no-sobreproteger-a-los-ninos-y-permitir-ciertos-riesgos-196735">un estilo sobreprotector</a> que no permita experimentar y gestionar suficientemente la frustración, no permitiremos que los niños, niñas y adolescentes se puedan desarrollar emocional y socialmente de forma óptima. </p>
<p>Evitaremos que puedan <a href="https://theconversation.com/como-podemos-ayudar-al-bienestar-emocional-de-nuestros-hijos-182349">poner a prueba sus habilidades y competencias</a>, les haremos inseguros, poco autónomos, muy vulnerables al estrés y con una muy baja capacidad de autorregulación, tan necesaria para sobrellevar las adversidades de la vida adulta.</p>
<h2>Prepararse para el mundo</h2>
<p>En este sentido, pongamos atención en cómo ignoramos o justificamos sus errores, en cómo les ayudamos a resolver sus propios problemas o se los resolvemos nosotros mismos, en cómo intentamos evitarles situaciones difíciles o desagradables, en cómo respondemos de forma inmediata a sus demandas y exigencias. </p>
<p>Pongamos atención, en definitiva, en si estamos preparando el camino para ellos, o si los estamos <a href="https://theconversation.com/ayudar-a-los-hijos-a-ganar-confianza-en-si-mismos-el-consejo-de-tres-grandes-filosofos-159145">preparando a ellos para el camino</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/209248/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Anna Carballo Márquez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Qué estamos evitando si ‘defendemos’ a nuestros hijos ante los profesores, incluso en la etapa universitaria? ¿Que sufran o que crezcan?Anna Carballo Márquez, Profesora de Psicobiología y Educación, Universitat Internacional de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2082392023-07-05T17:12:41Z2023-07-05T17:12:41Z¿Por qué están aumentando las infecciones de transmisión sexual entre jóvenes y adolescentes?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/535490/original/file-20230704-19-kolvrh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C8099%2C5403&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/doctor-taking-sample-std-testing-woman-2116382486">New Africa / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Nos pueden sonar a enfermedades del pasado, pero la sífilis y la infección gonocócica (gonorrea) están muy de actualidad. Forman parte de las denominadas infecciones de transmisión sexual (ITS), y se han descrito más de veinte microorganismos, entre virus, bacterias y parásitos, que pueden producirlas.</p>
<p>Las cifras son preocupantes. <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/sexually-transmitted-infections-(stis)">Según la Organización Mundial de la Salud</a>, en 2020 se produjeron un total de 374 millones de nuevos casos de las llamadas ITS curables (sífilis, gonorrea, infección por <em>Chlamydia trachomatis</em> y tricomoniasis) entre la población mundial de 15 a 49 años. </p>
<p>La prevalencia de estas infecciones <a href="https://www.who.int/publications/i/item/9789240027077">es elevada en el continente americano</a>. En 2019, su tasa de nuevos casos de sífilis era la segunda más alta a nivel mundial y se situaba <a href="https://www.paho.org/es/noticias/9-12-2019-ops-presenta-serie-hojas-informativas-sobre-sifilis">en la tercera posición en cuanto a los episodios de sífilis congénita</a>.</p>
<p>La importancia de las ITS radica en los síntomas que producen en el tracto genital (uretritis, cervicitis, vaginitis) y otras zonas (faringitis, proctitis o inflamación del recto), dependiendo de la práctica sexual. También pueden afectar a nivel general, como ocurre con la sífilis y la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). </p>
<p>Además, si las ITS no son diagnosticadas y tratadas de forma precoz, ocasionan complicaciones y secuelas, como infertilidad o dolor abdominal debido a una enfermedad inflamatoria pélvica.</p>
<h2>La población de entre 15 y 24 años, una de las más afectadas</h2>
<p><a href="https://www.isciii.es/QueHacemos/Servicios/VigilanciaSaludPublicaRENAVE/EnfermedadesTransmisibles/Documents/archivos%20A-Z/SIFILIS/Vigilancia_ITS_1995_2021.pdf">Según la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE)</a>, en 2021 se declararon en España más de 43 000 episodios de las ITS sometidas a vigilancia (sífilis, gonococia, infección por <em>Chlamydia trachomatis</em> y linfogranuloma venéreo). Además, <a href="https://www.isciii.es/QueHacemos/Servicios/VigilanciaSaludPublicaRENAVE/EnfermedadesTransmisibles/Documents/VIH/informes%20de%20vigilancia%20VIH%20y%20sida%20anteriores/Informe%20VIH_SIDA_2022_CCAA.pdf">se sumaron 2 786 nuevos diagnósticos de VIH</a>. </p>
<p>Los jóvenes de entre 15 y 24 suponen el 10 % de la población española, pero la incidencia de las ITS en esta franja de edad supera con creces esa representación. Así, el porcentaje de casos alcanzó el 39,1 % de todos los notificados de infección por <em>Chlamydia trachomatis</em>; el 23 % de los casos de gonococia; el 12% de los de sífilis e infección por VIH, respectivamente; y el 7,4 % de los de linfogranuloma.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/534992/original/file-20230630-17-rta9xm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/534992/original/file-20230630-17-rta9xm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/534992/original/file-20230630-17-rta9xm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=214&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/534992/original/file-20230630-17-rta9xm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=214&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/534992/original/file-20230630-17-rta9xm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=214&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/534992/original/file-20230630-17-rta9xm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=269&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/534992/original/file-20230630-17-rta9xm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=269&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/534992/original/file-20230630-17-rta9xm.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=269&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Porcentaje de casos de ITS entre jóvenes de 15 a 24 años notificados en España en 2021.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>En el periodo de 2016 a 2021 se observa un claro incremento en la incidencia de la infección por <em>Chlamydia trachomatis</em>, gonococia y sífilis. No ocurre lo mismo con la infección por el VIH, tanto entre adolescentes de 15 a 19 años como en jóvenes de 20 a 24 años. Todas las infecciones registraron un descenso en 2020, atribuible a la pandemia de covid-19.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/535010/original/file-20230630-23-kpnylj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/535010/original/file-20230630-23-kpnylj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/535010/original/file-20230630-23-kpnylj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=385&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/535010/original/file-20230630-23-kpnylj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=385&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/535010/original/file-20230630-23-kpnylj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=385&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/535010/original/file-20230630-23-kpnylj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=484&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/535010/original/file-20230630-23-kpnylj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=484&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/535010/original/file-20230630-23-kpnylj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=484&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Tasas por 100 000 habitantes de casos de ITS entre jóvenes de 15 a 24 años. España, 2016-2021.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>Un cóctel de factores</h2>
<p>¿A qué se debe ese llamativo aumento? Los adolescentes y jóvenes son un grupo especialmente vulnerable a las ITS <a href="https://www.sanidad.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/equidad/HBSC2018_ConductaSexual.pdf">por diferentes motivos</a>. El inicio temprano en la sexualidad, el uso inconsistente del preservativo, el hecho de tener múltiples parejas y las relaciones sexuales bajo el efecto del alcohol y drogas les pueden poner en riesgo. </p>
<p>Hoy, además, la tecnología facilita el contacto con un mayor número de parejas sexuales, a través de las redes sociales, y el acceso a la pornografía, <a href="https://www.siis.net/documentos/ficha/556358.pdf">lo que puede tener un impacto significativo en sus relaciones y en la forma en que las viven</a>.</p>
<p>Aunque cada vez existe más información y más accesible sobre salud sexual para jóvenes y adolescentes, <a href="https://www.revistamultidisciplinardelsida.com/factores-influyentes-y-conductas-de-riesgo-relacionadas-con-el-vih-en-jovenes-adolescentes/">algunos estudios indican</a> que muchos tienen ideas equivocadas sobre cómo se transmiten las ITS, cuáles son sus factores de riesgo o cómo prevenirlas.</p>
<p>Concretamente, el uso del preservativo ha disminuido en los últimos años entre los jóvenes, y muchos reconocen que no lo utilizan de manera adecuada en sus relaciones sexuales. Esto no solo aumenta las posibilidades de embarazos no deseados, sino también de la transmisión y adquisición de ITS. </p>
<p>Proporcionar información precisa sobre prevención, transmisión, síntomas y tratamiento de la ITS es prioritario, pero, además, <a href="https://www.injuve.es/sites/default/files/adjuntos/2020/01/revista_injuve_123.pdf">debe adecuarse a la edad y al contexto sociocultural, orientación sexual e identidad de género</a>.</p>
<h2>La necesidad de hacer controles</h2>
<p>Al ser la <a href="https://theconversation.com/cuando-empieza-y-termina-la-adolescencia-119553">adolescencia</a> una época de cambios, de exploración y de liberación del control de los padres o adultos, estos jóvenes se muestran reticentes a hablar sobre ciertos temas que pueden resultar incómodos tanto para ellos como para los adultos. </p>
<p>Hacer que no se sientan juzgados o estigmatizados es importante para fomentar la confianza, de manera que se creen entornos saludables para mejorar el cuidado de su salud y facilitar el acceso a las pruebas de diagnóstico y al tratamiento de las ITS.</p>
<p>Es importante insistir en la necesidad de realizar controles médicos de manera periódica si se tienen relaciones sexuales, sean completas o no. En ocasiones, las ITS no presentan síntomas o son leves, por lo que si no se llevan a cabo pruebas periódicas no se pueden diagnosticar. Y así se pierde la posibilidad recibir tratamiento adecuado que evite el desarrollo de síntomas o el empeoramiento de las infecciones, además de poner en riesgo de contagio a otras parejas sexuales.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/208239/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La incidencia de ITS (síflis, gonorrea, infección por ‘Chlamydia trachomatis’…) se ha disparado entre los jóvenes de 15 a 24 años. Pese a toda la información que tienen a su alcance, se constatan preocupantes lagunas en su educación sexual.Asunción Díaz Franco, Investigadora en salud pública en VIH, ITS y Hepatitis B y C, Instituto de Salud Carlos IIIVictoria Hernando Sebastián, Investigadora en Salud Pública, Instituto de Salud Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2065282023-06-21T17:57:35Z2023-06-21T17:57:35Z¡Ayuda! ¿Qué carrera elijo?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/532758/original/file-20230619-23-3iz1uh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5458%2C3633&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/group-multiethnic-university-students-holding-question-184322504">Shutterstock / Andrey_Popov</a></span></figcaption></figure><p>Una vez finalizada la etapa de enseñanza obligatoria, los jóvenes se enfrentan al complejo desafío de decidir cuál será su futuro académico y profesional a partir de ese momento. Es una de esas decisiones que marcan un antes y un después en la vida. En la mayoría de los casos, es la primera vez que recae sobre nuestros hombros algo tan determinante.</p>
<p>Empezamos a prestar atención a la información en medios sobre las carreras más demandadas, los estudios de formación profesional mejor pagados, <a href="https://www.u-ranking.es/insercion-SUE">el perfil de egreso con mayores oportunidades de inserción laboral</a>, etc. Multitud de datos que abruman a cualquiera, especialmente cuando pueden llegar a tener un impacto tan fuerte en la vida de una persona. </p>
<p>La decisión se ve complicada porque durante la adolescencia, cuando la mayoría de personas se ven en situación de tomarla, aún se está desarrollando el autoconcepto, explorando los intereses, metas, valores… ¿Cómo entonces decantarse por unos estudios alineados con las propias percepciones o aspiraciones personales y profesionales?</p>
<p>¿Cuál es, por ejemplo, la influencia de los amigos, en una etapa en la que son determinantes su opinión y la presión del grupo? ¿Y la de la familia, en especial padres y madres? Expectativas parentales o experiencias pasadas pueden llegar a anteponerse a las verdaderas aspiraciones y capacidades del interesado. </p>
<p>En este contexto, hay dos herramientas personales muy necesarias: la autoeficacia y la confianza. Una mayor confianza en las propias habilidades y en la capacidad de éxito reman a favor de tomar una decisión acertada.</p>
<h2>¿Se puede ayudar desde fuera?</h2>
<p>Es inevitable que padres y madres se sientan preocupados en esta etapa, ya que son conscientes de la importancia de la decisión sobre estudios no obligatorios. Puede incluso que conozcan o hayan vivido experiencias negativas ante una mala decisión. Tampoco son ajenos al bombardeo informativo de los medios de comunicación.</p>
<p>Si conectamos la televisión o abrimos el periódico diario encontramos, cercanos a la <a href="https://theconversation.com/afecta-la-nota-de-la-ebau-al-indice-de-abandono-universitario-182876">fecha de la EBAU</a>, titulares alarmantes como las tasas de abandono de estudios superiores en España. Según el informe del <a href="https://www.universidades.gob.es/publicaciones-e-informes/">Ministerio de Universidades</a> elaborado en 2020, la tasa de abandono era superior al 22,6 % en el curso 2018–19: 1 de cada 5 estudiantes abandonó sus estudios sin completarlos. </p>
<p>El entorno social y familiar debe respetar los ritmos de desarrollo de los jóvenes, apoyando su crecimiento y bienestar, y brindando apoyo desde el respeto a sus preferencias. Esto es posible si reconocen su diversidad, practican la escucha activa siendo flexibles en las expectativas, e incluso, fomentan su autonomía y toma de decisiones.</p>
<h2>Factores de abandono</h2>
<p>Por tipo de institución, las universidades públicas tienen <a href="https://www.universidades.gob.es/wp-content/uploads/2023/04/DyC_2023_web_v2.pdf">tasas de abandono más bajas</a> que las privadas o centros adscritos. Aunque el porcentaje ha disminuido, aún continúa siendo significativo. </p>
<p>Encontramos diversos factores de abandono. Uno de los principales es la falta de motivación del alumnado o incluso un desajuste entre las expectativas personales y los estudios escogidos. No podemos obviar que los <a href="https://www.fbbva.es/noticias/un-33-de-los-alumnos-no-finaliza-el-grado-que-inicio-y-un-21-abandona-sin-terminar-estudios-universitarios/#:%7E:text=El%20abandono%20de%20los%20estudios,acad%C3%A9mico%20de%20los%20estudiantes%20%E2%80%94por">problemas económicos</a> también pueden llevar a dicho abandono.</p>
<h2>Metas claras</h2>
<p>Entender los factores asociados a este <a href="https://theconversation.com/como-abordar-el-abandono-universitario-117373">abandono educativo temprano</a> es importante a la hora de tomar decisiones. Los más habituales son la pérdida de interés por iniciar unos estudios sin tener claras las metas profesionales, las dificultades académicas con las que no se contaba (con las consiguientes situaciones de frustración y bloqueo mental) y los problemas emocionales no gestionados adecuadamente que disminuyen nuestra capacidad de mantener la atención en los estudios.</p>
<p>Por ello, podemos buscar y recibir apoyo de nuestro entorno cercano en los siguientes ámbitos: </p>
<ol>
<li><p><strong>Apoyo emocional.</strong> Frente a la incertidumbre, el desasosiego o el estrés de este momento, la familia puede ofrecer herramientas para gestionar preocupaciones y brindar recursos para mantener una mente positiva en el proceso. Como, por ejemplo, mantener un estilo de vida saludable, practicar un diálogo interno positivo, desarrollar el sentido del humor, etc.</p></li>
<li><p><strong>Exploración del mundo.</strong> Investiguemos nuestras opciones y busquemos información sobre nichos de empleo, testimonios de profesionales que han recorrido ese mismo camino, consejos de mentores en una determinada área acorde a las preferencias de los estudiantes.</p></li>
<li><p><strong>Orientación vocacional.</strong> Esencial en esta etapa, nos ayuda a ahondar en nuestras fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas. Debemos explorar nuestros intereses, valores, incluso aquello que se nos da bien (habilidades), para encontrar opciones profesionales relacionadas.</p></li>
<li><p><strong>Ferias educativas.</strong> Es importante tener la oportunidad de recorrer las distintas instituciones educativas que pueden tener a su alcance, conocer a fondo los planes de estudios, requisitos de acceso, financiación de estudios, etc.</p></li>
</ol><img src="https://counter.theconversation.com/content/206528/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Auxiliadora Ordoñez Jiménez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Termina el bachillerato (o la ESO si se opta por FP) y tenemos que tomar decisiones que marcarán nuestro futuro. Un equilibrio entre la reflexión personal y el apoyo de la familia puede hacerlo más fácil.María Auxiliadora Ordoñez Jiménez, Docente - Investigadora, Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2065272023-06-06T17:10:50Z2023-06-06T17:10:50ZLa anorexia nerviosa también es miedo a madurar<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/530038/original/file-20230605-17-l64npq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=144%2C0%2C5862%2C3836&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/girl-anorexia-look-mirror-norexia-concept-1151493533">VGstockstudio/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><blockquote>
<p>“A los 12 años me daba pánico crecer. Creía que todo iba a peor y tenía miedo a la vida que me quedaba por vivir. De pequeña, pensaba que era perfecta para mis padres hiciese lo que hiciese, pero con el paso del tiempo sentí que eso estaba cambiando. Hacía rituales para que no me creciesen las caderas ni me bajase la regla. Durante el periodo de la universidad todo empeoró: tenía mucho miedo a tomar decisiones. En el fondo pensaba que iba a perder la protección de mis padres. Empecé a restringir la alimentación y a comportarme como si fuese una niña pequeña. Así pude delegar todo en mis padres y esto me hizo muy feliz. Sentía una necesidad muy grande de protección y con mi anorexia estaba convencida de que me aseguraba amor y cuidados eternos”. </p>
</blockquote>
<p>El caso de Paula nos sirve para ilustrar que la anorexia nerviosa –<a href="https://doi.org/10.3390/ijerph20032446">una de las enfermedades psicosomáticas más frecuentes en la sociedad occidental</a>– es un <a href="https://doi.org/10.3389/fpsyg.2021.785004">“acto corporal”</a> frente a demandas internas y externas que se perciben como abrumadoras. Y que <a href="https://doi.org/10.1002/eat.23412">el miedo a crecer</a>, también conocido como miedo a la madurez, constituye una de sus características nucleares.</p>
<h2>Abrumadas por los cambios</h2>
<p>Un estudio revela que <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6766833">las mujeres con anorexia presentan este sentimiento más intensamente</a> en comparación con los hombres afectados por el mismo problema. Muchas chicas viven los cambios corporales y la aparición de la menstruación como situaciones desasosegantes, como un desafío para el que no se encuentran preparadas. </p>
<p>Varios factores explican su aparición. Por un lado, se originaría debido a una sensación de incapacidad para afrontar problemas o tomar decisiones y un gran sentimiento de ineficacia. Por otro lado, también estaría vinculado a una necesidad de controlar un mundo incontrolable y a percibir como perturbadora toda situación que produzca incertidumbre. </p>
<p>Además, se relaciona con un intenso miedo a ser adolescentes, ya que a menudo creen que equivale a la pérdida de cariño por parte de sus padres. Así, <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-la-jaula-dorada/19530">el inicio de nuevas experiencias</a> –la universidad, cambios de colegio o viajes en solitario al extranjero como los que promociona el programa Erasmus…– precipita la anorexia nerviosa. Es una manera de expresar sin palabras que algo no va bien y que necesitan ayuda. </p>
<h2>Recuperar la protección de los padres</h2>
<p>Muchas chicas que sufren anorexia nerviosa justifican su excesiva delgadez con la admiración por los cuerpos de niña o extremadamente delgados. Sin embargo, lo que podría subyacer a esta explicación es que no es el aspecto infantil lo que desean, sino lo que significa o representa ese cuerpo. </p>
<p>Esto es, piensan que regresando a una apariencia prepuberal a través de las dietas y la restricción alimentaria recuperarán la seguridad, la protección y el cuidado absoluto de sus padres y van a desaparecer las abrumadoras demandas de la adolescencia. En otras palabras, <a href="https://doi.org/10.1111/j.1467-6427.2005.00303.x">la familia se “congela”</a>. </p>
<p>La excesiva delgadez interrumpe el desarrollo natural y la menstruación. Sin proponérselo de manera consciente, las jóvenes con anorexia nerviosa pueden volver a disfrutar de los cuidados que recibían cuando eran unas niñas y delegan sus responsabilidades y conflictos en sus padres, con el consiguiente alivio. </p>
<p>Como hemos mencionado, las chicas afectadas sienten que al crecer pierden el control, pero experimentan una sensación de seguridad al centrar su atención en la alimentación, que sí pueden dominar. Además, puede haber un agravante: si los padres se alejan (ej. viajes), es habitual que eso <a href="https://doi.org/10.1177/1359104509339082">les genere una extrema ansiedad</a>. </p>
<p>Unido a esto, pueden presentar una gran necesidad de complacer y a actuar conforme a lo que los demás esperan de ellas, manifestando una elevada autoexigencia. Con el paso del tiempo, se muestran confundidas con sus necesidades, deseos y emociones. Se produce una especie de sordera hacia el propio deseo. </p>
<p>En estos casos, suele ser frecuente que las afectadas se den atracones. Este comportamiento suele <a href="https://www.edicionesurano.com/cuando-la-comida-sustituye-al-amor_3">simbolizar la salida del placer y el último espacio para la libertad</a>, que se canaliza a través de la alimentación.</p>
<h2>Cuándo deben saltar las alarmas</h2>
<p>Hay que estar alerta a las señales. La anorexia nerviosa es un trastorno psiquiátrico grave <a href="https://doi.org/10.1016/%20j.chc.2019.05.012">que deteriora la salud física y psicológica de las personas que lo padecen</a>. Puede comenzar a manifestarse durante la niñez tardía, antes de que aparezcan los signos del desarrollo puberal, aunque lo más común es que se inicie en la <a href="https://doi.org/10.1097/YCO.0000000000000818">etapa prepuberal, cuando aparecen los primeros cambios corporales</a>. Es en esta etapa del ciclo vital donde se producen <a href="https://doi.org/10.3389/fpsyg.2021.671652">importantes transformaciones a nivel físico y psicológico</a>.</p>
<p>La detección precoz es muy importante debido a su influencia en el pronóstico. Estas son algunas situaciones que pueden hacer saltar las alarmas:</p>
<ul>
<li><p>Manifestación de un intenso miedo a crecer, a la aparición de la menstruación y al desarrollo sexual. Puede ir unido a verbalizaciones con una connotación negativa de estos aspectos. </p></li>
<li><p>Dificultades para hablar en el entorno familiar sobre la aparición de la menstruación, desarrollo sexual, etc. </p></li>
<li><p>Inicio de experiencias nuevas.</p></li>
<li><p>Seguimiento de dietas para evitar el desarrollo corporal. </p></li>
<li><p>En algunas ocasiones, idealización excesiva hacia uno de los progenitores. </p></li>
</ul>
<p>Resulta básico, pues, comprender qué es el miedo a crecer y cómo se manifiesta para que los padres puedan percibir de manera temprana el posible desarrollo de una anorexia nerviosa y evitar que vayan a más casos como el de Paula.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/206527/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Janire Momeñe López recibe fondos del Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Ana Isabel Estévez Gutiérrez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Con la adolescencia llegan cambios que pueden provocar una intensa inseguridad y precipitar la anorexia. Para las afectadas, es una manera de recuperar la protección de los padres y esquivar las demandas de la vida adulta.Janire Momeñe López, Doctora en Psicología, Universidad de DeustoAna Isabel Estévez Gutiérrez, Profesora titular e Investigadora en el Departamento de Psicología, Universidad de DeustoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1988082023-04-13T18:35:36Z2023-04-13T18:35:36ZLas ventajas de la música ‘country’ para aprender inglés<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/520019/original/file-20230410-4991-oo2utw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4089%2C2304&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-blonde-woman-student-smiling-confident-2265342465">Krakenimages.com / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p><a href="https://rabida.uhu.es/dspace/handle/10272/13774">El uso de la música</a> es muy eficaz en las aulas de idiomas, ya sea por medio de sus letras o vídeos musicales. Más allá de su atractivo como ejemplo del uso de un idioma determinado en un contexto artístico y cercano, existe un componente emocional que hace que las canciones tengan la capacidad de involucrar más intensamente al alumnado, sobre todo en la etapa adolescente, en el aprendizaje de una lengua extranjera.</p>
<p>Pero no todas las canciones valen. A la hora de elegir las canciones o el tipo de música, es importante evitar productos musicales con mensajes lesivos para <a href="https://www.peterlang.com/document/1224055">los valores democráticos</a> (especialmente teniendo en cuenta las <a href="https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/A-9-2022-0251_ES.pdf">recomendaciones de la Unión Europea</a> a este respecto). </p>
<p>Finalmente, hay un último elemento que debe tenerse en cuenta para completar la ecuación: la autenticidad del mensaje. A menudo ocurre con las canciones populares modernas que los sonidos que recibimos no armonizan con los mensajes que se transmiten: ritmos y melodías pegadizos y alegres pueden ocultar un mensaje poco apropiado. Como consecuencia, a menudo se produce una disonancia entre significado y emocionalidad. </p>
<h2>Tres acordes y la verdad</h2>
<p>Desde un punto de vista educativo, las canciones se pueden utilizar para una amplia gama de propósitos en la enseñanza de idiomas. Por ejemplo, tienen la capacidad de promover la relación afectiva y social entre los estudiantes. Esto, a su vez, proporciona un <a href="https://theconversation.com/diez-ideas-para-crear-buen-ambiente-en-clase-169572">ambiente agradable en el aula</a>, reduciendo los niveles de ansiedad y aumentando la motivación. </p>
<p>Además, las letras de las canciones pueden inducir <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/03057356211013390">varias emociones</a>. Algunas transmiten emociones de diferentes maneras; otras cuentan <a href="https://files.eric.ed.gov/fulltext/EJ1082242.pdf">historias memorables</a> y conmovedoras con las que los estudiantes pueden empatizar. </p>
<p>De igual modo, a menudo las características discursivas de la lengua oral aparecen reflejadas en ellas. A través de las letras de las canciones se narran historias que permiten que el alumnado se involucre en la temática. Así, estos recursos musicales pueden dar lugar a un aprendizaje significativo, permitiendo que el alumnado se involucre con temas que son relevantes en su día a día. </p>
<p>Un caso que se adapta bien a estas características es el <a href="https://online.ucpress.edu/jpms/article-abstract/34/3/104/192182/Appalachian-Pride-The-Role-of-Sentimentality"><em>country</em> contemporáneo</a>, género musical por excelencia de EE. UU., por las temáticas sobre las que tratan sus canciones. Son canciones sobre la vida real, de recuerdos y reacciones ante situaciones que son genuinas. Además, estas composiciones musicales se caracterizan por combinar la sencillez instrumental con historias líricas que se cuentan en apenas tres minutos. </p>
<h2>Habilidades narrativas en lengua extranjera</h2>
<p>Un caso concreto que puede ejemplificar la utilidad de las canciones para el aprendizaje de inglés como lengua extranjera en la educación secundaria podría ser el género <em>country</em> contemporáneo. Más concretamente, se ha analizado su efectividad para facilitar las habilidades narrativas del alumnado. </p>
<p>Para ello, se contó con la opinión del alumnado sobre la relevancia de algunos temas sociales en el aprendizaje de un idioma. Además, se analizó el tipo de temáticas que aparecen en este género musical: hasta qué punto las letras de estas canciones siguen una estructura narrativa y tratan de temas cotidianos que el alumnado adolescente encuentra próximos. </p>
<h2>24 temáticas en 216 canciones</h2>
<p>En primer lugar, el alumnado mostró una actitud muy positiva hacia el uso de recursos musicales en el aprendizaje de idiomas. Con respecto al tratamiento de ciertos temas sociales en el aula, opinaron que la igualdad de género, los valores democráticos y la incorporación de elementos culturales son de gran relevancia. Igualmente, el alumnado mostró una actitud positiva hacia el tratamiento en clase de temas relacionados con la adicción al alcohol o las drogas. </p>
<p>Por otro lado, para determinar si este género musical aborda temas relevantes para el alumnado adolescente, se generó un corpus de 216 canciones <em>country</em> contemporáneas. El análisis de las letras de las canciones que componen este corpus permitió categorizar un total de 24 temáticas. </p>
<p>Los resultados demostraron que las temáticas más representativas son la <a href="https://www.youtube.com/watch?v=B63ABnKv4jA">cultura americana</a>, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=or-Lam5tPHc">la familia</a> y la adolescencia. Dentro de esta última temática se trata el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=LiUqgL5urWc">acoso escolar</a> y el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=j-NAEvc-b6E">complejo de inferioridad</a>. </p>
<p>Además, se pueden encontrar canciones sobre las <a href="https://www.youtube.com/watch?v=IZbN_nmxAGk">adicciones</a>, el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=KtNYA4pAGjI">maltrato infantil</a> y la <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Z6nygPJMNBU">hipocresía de la sociedad</a>. Por otro lado, también aparecen canciones sobre los <a href="https://www.youtube.com/watch?v=awzNHuGqoMc">valores democráticos</a> y los <a href="https://www.youtube.com/watch?v=2HL9d_k066Q&t=54s">valores en el deporte</a>. </p>
<figure>
<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/LiUqgL5urWc?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">‘Invisible’, de Hunter Hayes.</span></figcaption>
</figure>
<h2>Estructura narrativa</h2>
<p>La mayoría de las canciones de este género contienen elementos que se asemejan a la estructura de una historia, según criterios narrativos tomados de modelos y estudios sobre <a href="https://www.academia.edu/23543799/Deep_Impact_Storytelling_Deacon_B_and_Murphey_T_2001_English_Teaching_Forum_39_4_10_15_23">teoría narrativa</a>. </p>
<p>Casi todas contienen elementos característicos de una narración: una introducción, la descripción de personajes, diálogos internos, la voz de un narrador, elementos emocionales o un giro inesperado o clímax que mantiene nuestra atención hasta el final. </p>
<p>Su contenido emocional ayuda a motivar al alumnado. Además, su estructura narrativa puede facilitar el <a href="https://theconversation.com/como-fomentar-la-comunicacion-cara-a-cara-entre-los-adolescentes-185367">desarrollo de sus habilidades comunicativas</a> a través de debates. De este modo, el alumnado puede expresar lo que siente acerca de la temática tratada. </p>
<h2>Enseñanza mediada por las emociones</h2>
<p>La búsqueda de recursos auténticos que motiven al alumnado en el aprendizaje de una lengua extranjera puede no ser una tarea sencilla, sobre todo si buscamos contenidos que no dañen los valores democráticos que tanto ha costado conseguir en nuestra sociedad. Si bien podemos encontrar canciones que reflejen cualidades positivas en diferentes géneros, hay que destacar que en la actualidad los adolescentes se exponen <a href="https://revistas.usal.es/cuatro/index.php/2172-9077/article/view/fjc-v22-24142/25925">a mensajes que pueden dañar estos valores</a>, por ejemplo, en el caso del reguetón.</p>
<p>En definitiva, es necesario explorar las posibilidades que presentan algunos productos culturales como lo son las canciones contemporáneas. Letras, por ejemplo, que tratan de los problemas de autoestima entre los adolescentes pueden servir como fuente de inspiración para trabajar en la clase de inglés:</p>
<blockquote>
<p>“No, they can’t tear you apart. If you trust your rebel heart, ride it into battle. Don’t be afraid, take the road less travelled”. </p>
<p>(“No pueden hundirte, no. Si confías en tu corazón rebelde, llévalo a la batalla. No tengas miedo, coge el camino menos transitado”). </p>
<p><strong>Lauren Alaina, <em>Road less traveled</em></strong>. </p>
</blockquote>
<p>Después de todo, son temas que les pueden motivar para narrar sus propias experiencias.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/198808/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>M. Carmen Fonseca Mora recibe fondos de Proyecto I+D+i Multiliteracies for adult at-risk learners of additional languages (MultiLits) REF. PID2020-113460RB-I00, financiado por MCIN/ AEI/10.13039/501100011033/ </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Antonio Fernández García no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La música puede ser una aliada en la enseñanza de idiomas. Especialmente cuando las letras siguen una estructura narrativa y conectan emocionalmente con los adolescentes. El ‘country’ es un género apropiado.Antonio Fernández García, Profesor de Inglés e Investigador. Miembro del grupo de investigación ReALL y centro de investigación COIDESO, Universidad de HuelvaM. Carmen Fonseca Mora, Catedrática de Universidad, Grupo ReALL,Enseñanza de lenguas, Centro de Investigación Pensamiento Contemporáneo e Innovación para el Desarrollo Social (COIDESO), Universidad de Huelva, Universidad de HuelvaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2025202023-04-11T16:42:08Z2023-04-11T16:42:08Z¿Son los cursos impares de ESO y Bachillerato más difíciles?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/520020/original/file-20230410-16-1n1zxy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=11%2C17%2C3822%2C2138&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/anxious-teenager-student-trying-solve-difficult-1412586815">Shutterstock / Motortion Films</a></span></figcaption></figure><p>El cambio de etapa educativa genera preocupación en alumnos, familias y comunidad educativa. Probablemente, esa incertidumbre hace pensar que los cursos impares sean más difíciles, especialmente en secundaria y Bachillerato. </p>
<p>Curiosamente, esa idea no está igualmente extendida respecto a los cursos impares de primaria. ¿Qué es lo que nos hace pensar así de los cursos impares de secundaria y Bachillerato? ¿Realmente son más complejos? ¿Qué retos se presentan en esos cursos?</p>
<p>Para entender las posibles dificultades a las que se enfrentan los alumnos en esos cursos es necesario prestar atención a los estudiantes en este periodo. Porque quizás la dificultad no esté en los cursos impares, sino en una combinación de circunstancias internas y externas entre las que podemos destacar las siguientes: </p>
<h2>Primero de la ESO y primera adolescencia</h2>
<p>En primer lugar, el factor interno más destacado es el comienzo de la <a href="https://scholar.googleusercontent.com/scholar?q=cache:7-KuHZwtUK8J:scholar.google.com/+la+adolescencia+juan+delval&hl=es&as_sdt=0,5">adolescencia</a>. Es una fase del desarrollo humano especialmente compleja y afecta al comportamiento en el aula y en el contexto familiar. Es fundamental comprender los obstáculos a los que se enfrentan los alumnos que transitan por la adolescencia al tiempo que avanzan por el sistema educativo. </p>
<p>En este momento los jóvenes priorizan la relación con amigos y compañeros frente a las relaciones familiares. Concentran sus esfuerzos en diferenciarse de sus padres y en distanciarse del grupo familiar.</p>
<p>Los adolescentes buscan independencia y se cuestionan posiciones que antes aceptaban. Se despierta el interés por las relaciones de pareja y la preocupación por la orientación académica y laboral. No es extraño que la adolescencia y los conflictos asociados a ella afecten al rendimiento académico y a la actitud en el aula.</p>
<p>Es una época de cambios, sobre todo psicológicos y sociales, que se añaden a las exigencias que plantea el sistema educativo. Son frecuentes los conflictos en torno a la identidad y la pertenencia al grupo. Éstos generan dificultades al individuo y tensiones a las que enfrentarse a diario. </p>
<h2>Cambio de modelo pedagógico</h2>
<p>En segundo lugar, el factor externo más relevante tiene que ver con la <a href="https://educagob.educacionyfp.gob.es/va/curriculo/curriculo-lomloe/menu-curriculos-basicos/ed-secundaria-obligatoria.html">organización del sistema educativo y el currículo de Educación Secundaria</a>. El comienzo de esta etapa implica la necesidad de adaptarse a distintos modelos pedagógicos. En muchos casos, a esto se une un cambio de centro que <a href="https://theconversation.com/como-hacer-mas-llevadero-el-transito-escolar-de-primaria-a-secundaria-130673">genera inquietud</a> a estudiantes y familias. Esta preocupación lleva a que muchos vivan el primer curso de Secundaria como un curso difícil, especialmente al comienzo. </p>
<p>Sin embargo, terminada la etapa, la impresión en nuestra experiencia es que recuerdan peor el tercer curso que el primero. Atendiendo a la organización del currículo de secundaria, sí puede señalarse el elevado número de materias de tercero como una complejidad propia de este curso, especialmente a la hora de organizarse. Pero desde el punto de vista de los contenidos curriculares no hay más dificultad en los cursos impares que en los pares. </p>
<h2>Bachillerato: nuevas preocupaciones</h2>
<p>El <a href="https://educagob.educacionyfp.gob.es/va/curriculo/curriculo-lomloe/menu-curriculos-basicos/bachillerato.html">Bachillerato</a> supone un paso hacia la vida adulta. El cambio de etapa no implica necesariamente un cambio de docentes o de centro. Pero aparecen preocupaciones nuevas: la media, la elección de itinerarios, futuro profesional, etc. </p>
<p>Pese a las dificultades añadidas, nuestra experiencia es que ni los alumnos ni sus familias viven primero como el curso más difícil. En el caso del Bachillerato, las dificultades se mantienen o incrementan en segundo. Allí se añaden otros retos como la <a href="https://theconversation.com/dara-la-nueva-selectividad-menos-miedo-182356">prueba de acceso a la universidad</a> y la presión que generan las notas de corte o <a href="https://theconversation.com/aprender-a-conocerse-clave-para-elegir-que-estudiar-191153">no tener claro</a> qué estudiar después. </p>
<h2>Dificultades inevitables</h2>
<p>En definitiva, no parece ser que los cursos impares sean más difíciles que los pares. Al menos no considerando los cursos en sí mismos. Las dificultades surgen por la combinación de factores asociados al sistema educativo y otros tantos vinculados al momento vital de los alumnos. </p>
<p>Madurar implica asumir retos y afrontar responsabilidades. En su recorrido, los estudiantes van a encontrarse con dificultades que no podemos evitarles. Entonces, ¿qué podemos hacer desde los centros y las familias para ayudar a los alumnos?</p>
<h2>Repensar objetivos</h2>
<p>El sistema educativo debe repensar los objetivos de cada etapa educativa y su aportación a las competencias y habilidades de los estudiantes, para establecer los contenidos curriculares. En España, la <a href="https://www.boe.es/eli/es/rd/2022/03/29/217/con">Ley Orgánica 3/2020</a> modifica el currículo intentando atender a las necesidades del alumnado, pero este cambio no parece suficiente. </p>
<p>Es necesario facilitar la transición entre etapas educativas. Es preciso crear una red de apoyo entre las instituciones educativas, profesionales y las familias para dotar al alumno de herramientas para afrontar las dificultades. </p>
<p>Es importante reforzar el papel del Departamento de Orientación en todas las etapas. El <a href="https://www.unir.net/educacion/revista/plan-accion-tutorial/">plan de Acción Tutorial</a> debe dar respuesta a los estudiantes, las familias y profesionales. Además, los profesionales deben tener formación específica para atender a los adolescentes.</p>
<h2>La familia</h2>
<p>La estructura familiar es un pilar básico en la formación del ser humano. Por eso, es fundamental la comunicación fluida con los centros educativos, estableciéndose la participación y la colaboración entre ambos.</p>
<p>Buena parte de las dificultades que aparecen en los cursos impares de ESO y Bachillerato se debe más a los cambios experimentados en la adolescencia. Los adolescentes necesitan del apoyo de los adultos para gestionar los cambios y retos que se les presentan. Por ello, el diálogo entre la institución educativa y las familias es la mejor estrategia de soporte para enfrentar los cambios en cada etapa.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/202520/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>El temido salto a secundaria en primero de la ESO y la cantidad de asignaturas de tercero, hacen que estos cursos sean especialmente temidos. ¿Está justificado?Sara Escobar, Profesora Facultad Educación, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Cláudia Maria Costa Dias, Docente e Investigadora. Prof. en el Grado de Educación Infantil y Máster en Psicopedagogía de la Universidad Internacional de la Rioja., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2008602023-04-09T18:09:38Z2023-04-09T18:09:38ZEl bueno, el feo y el malo: lo que dice la imagen del docente de Educación Física<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/514962/original/file-20230313-24-qj3gcr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=23%2C0%2C5152%2C3453&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/small-group-pe-teachers-smiling-portrait-298428383">Shutterstock / DGLimages</a></span></figcaption></figure><p>¿Tiene alguna importancia el aspecto físico de un profesor o profesora? ¿Y si es docente de Educación Física? Teniendo en cuenta determinadas cuestiones que explico a continuación, podemos considerar que los propios cuerpos de los profesores de Educación Física realizan un trabajo pedagógico y, a su vez, este “trabajo” del cuerpo repercute en los cuerpos de otras personas, incluidos sus alumnos. </p>
<p>Son los propios alumnos, y la sociedad en general, quienes en la mayoría de los casos construyen expectativas en relación al cuerpo ideal para el profesor de Educación Física, otorgándole una responsabilidad de patrón de lo esperado en la que el alumnado se fija y trata de imitar. </p>
<p>Con todo, la centralidad y visibilidad del cuerpo del docente permite aprovechar esta asignatura para explorar cómo los ideales del cuerpo dan forma tanto a la comprensión como a las prácticas en las clases.</p>
<h2>Ideales corporales dominantes</h2>
<p>Los ideales dominantes sobre el cuerpo pueden tener efectos perjudiciales para la salud de las personas (por ejemplo, estigmatizar a las personas que no entran dentro de lo socialmente establecido o hacernos demasiado sensibles al propio peso y al aspecto corporal), incluidos los niños y los jóvenes. </p>
<p>Una perspectiva centrada en la salud ha inspirado los estudios sobre las iniciativas de promoción de la salud en las escuelas y la participación de los jóvenes en el deporte comunitario. Así, al discurso médico –probablemente uno de los discursos de mayor peso y prestigio– se le ha unido el discurso político y educativo, por medio de la asignatura de Educación Física, lo que permite a los profesores promover prácticas de Educación Física cuyo objetivo es animar a los estudiantes a tomar decisiones saludables con respecto a lo que comen, el ejercicio que hacen y cómo debe ser su cuerpo. </p>
<p>Sin embargo, este planteamiento presupone que los estudiantes tienen la capacidad de tomar las decisiones correctas sobre estilos de vida saludables que reduzcan el riesgo de enfermedad y, en última instancia, que son los únicos responsables de su propio bienestar físico y mental.</p>
<h2>¿Qué significa estar sano?</h2>
<p>Se trata de un discurso que privilegia las nociones individualistas de la salud y la suposición de que deporte equivale a forma física y esta a su vez a salud. De esta manera, (re)construyen ideas estrechas o limitadas sobre lo que significa ser o estar sano y privilegian y marginan <a href="https://www.taylorfrancis.com/books/edit/10.4324/9780203387993/health-education-katie-fitzpatrick-richard-tinning">las formas de llegar a ser o estar “sano”</a>. </p>
<p>Al poner el foco en el riesgo, pueden promover el miedo a la mala salud y la necesidad de autovigilancia y responsabilidad individual. Es un enfoque <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/7419309/">“sanitarista”</a> que puede provocar una especie de tiranía de la salud. Cuando los profesores de Educación Física adoptan y encarnan estos discursos, los alumnos corren el riesgo de aprender implícitamente que los cuerpos delgados y en forma son <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/09518398.2013.855342?journalCode=tqse20">cuerpos sanos y buenos</a>. Por lo tanto, hay una necesidad de ser más conscientes de este potencial y sus consecuencias para los jóvenes. </p>
<h2>Un estudio con alumnado de Primaria</h2>
<p>Nuestro estudio profundiza en las percepciones que niños de Educación Primaria, de entre 10 y 12 años, tienen sobre los cuerpos y subjetividades ideales del profesor de Educación Física. Lo hacemos porque creemos que existe una necesidad permanente de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21212111/">comprender cómo se gestionan, organizan y comprenden</a> las opiniones de los niños sobre la educación, los cuerpos sanos y los profesores de Educación Física en los contextos con los que interactúan. </p>
<p>En la investigación empleamos metodologías visuales participativas en forma de dibujos producidos por los participantes para explorar las experiencias de los niños de primaria sobre los cuerpos y subjetividades de los profesores de Educación Física. </p>
<p>El objetivo de este trabajo es, por tanto, comprender mejor cómo los discursos sobre los cuerpos de los profesores de Educación Física, vistos desde la perspectiva de los niños, dan forma a su subjetividad.</p>
<h2>El profesor ‘bueno y sano’</h2>
<p>Las ideas de los escolares en torno a lo que consideran un buen docente de Educación Física están vinculadas a los discursos dominantes sobre la apariencia, la delgadez y la musculatura. En este sentido, la cultura de consumo juega un papel persuasivo en la sociedad, contribuyendo a la idealización y normalización de cuerpos delgados, en forma, tonificados y juveniles. </p>
<figure class="align-center ">
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<span class="caption">Ángela (11 años). Greta (12 años).</span>
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<figure class="align-center ">
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<span class="caption">Pablo (11 años). Bruno (11 años)</span>
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</figure>
<p>Algunos alumnos describen al “mal profesor de Educación Física” en términos de obesidad y vejez. Creen que estos docentes deben evitar estas características porque no constituyen la caracterización ideal de un profesional de la asignatura. Por lo tanto, los participantes valoraban más ciertos tipos de cuerpos que otros (es decir, cuerpos de aspecto atlético, sanos, jóvenes y hábiles). </p>
<figure class="align-center ">
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<span class="caption">Bruno (11 años). Lucas (12 años).</span>
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</figure>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/513230/original/file-20230302-83-14k0no.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/513230/original/file-20230302-83-14k0no.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=271&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/513230/original/file-20230302-83-14k0no.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=271&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/513230/original/file-20230302-83-14k0no.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=271&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/513230/original/file-20230302-83-14k0no.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=340&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/513230/original/file-20230302-83-14k0no.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=340&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/513230/original/file-20230302-83-14k0no.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=340&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Martín (11 años). Emma (12 años). Enzo (12 años).</span>
</figcaption>
</figure>
<p>En conclusión, parece que la credibilidad de los educadores se basa no sólo en tener una buena condición física o una imagen corporal atlética, sino también en ser un modelo “saludable” para los alumnos. </p>
<h2>Ideales corporales problemáticos</h2>
<p>Estas nociones sugieren que los alumnos comparten una idea común de los ideales corporales de los profesores de Educación Física que está determinada socialmente y claramente arraigada en los <a href="https://www.routledge.com/Precarity-Critical-Pedagogy-and-Physical-Education/Kirk/p/book/9781032177120">valores sociales dominantes</a>. </p>
<p>Principalmente a través de la publicidad y los medios de comunicación, la sociedad construye una imagen corporal ideal relacionada con la delgadez, los cuerpos atléticos y supuestamente sanos, el culto a la juventud y el uso de determinadas marcas comerciales, que ejercen un estricto control sobre la identidad y la construcción del cuerpo, pero también <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13573322.2020.1812563">condicionan la práctica profesional</a>. </p>
<p>Como resultado, los ideales corporales de los maestros de Educación Física y, en consecuencia, los ideales corporales de los jóvenes, corren el riesgo de convertirse en una entidad problemática, incrustada en los discursos culturales dominantes que, a su vez, se institucionalizan cada vez más a través de las relaciones interpersonales, la cultura de consumo y los entornos de socialización mediática. Así, la Educación Física parece ser un campo que sigue produciendo y legitimando determinados ideales corporales, discursos y éticas que, a su vez, se convierten en los medios para regular los cuerpos de profesores y alumnos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/200860/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gustavo González Calvo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Por qué los niños consideran que un buen profesor de educación física ha de ser joven, delgado y atlético? ¿Qué ideales y discursos sociales y mediáticos influyen en ello, y qué consecuencias tiene?Gustavo González Calvo, Didáctica de la Expresión Corporal, Universidad de ValladolidLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.