Desde marzo de 2020, miles de millones de personas en el planeta hemos limitado nuestros contactos y actividad social, en un esfuerzo mundial para intentar contener la progresión del coronavirus. Los que más han notado el aislamiento han sido los de la franja de edad de 40-59 años.
La pandemia puede afectar más psicológicamente a algunos perfiles de sanitarios, como los jóvenes, los menos formados o los que tienen menos apoyo social. Pero todavía falta estudiar su impacto real.
La vuelta a la normalidad es incierta, pero hay cosas que ya han cambiado y que nos han hecho personas distintas: problemas económicos, de salud mental, trabajar en casa, salidas limitadas… Ahora somos más solidarios, hemos aprendido a gastar menos y nuestros héroes son otros. ¿Nos ayudarán todos estos cambios a convertirnos en seres humanos diferentes para siempre?
Existen abundantes evidencias de que el aislamiento social prolongado tiene un impacto negativo sobre el sistema nervioso y nuestro comportamiento. ¿Cómo se relaciona eso con la cuarentena actual?
España será el país más longevo en 2040. Pero los mayores necesitan relaciones sociales de calidad para tener una vida plena e integrada. La promoción de su bienestar debe ser prioritaria en las políticas sociales.
Doctora acreditada en Ciencias Sociales. Responsable de la Unidad de Igualdad e Inclusión y Directora del Observatorio de Políticas Familiares. Cátedra Joaquim Molins Figueras Childcare and Family Policies., Universitat Internacional de Catalunya