Las elecciones del pasado fin de semana en Alemania han constatado varias realidades: el retroceso de las opciones políticas extremistas, la apuesta del electorado por partidos centristas, la huida en masa del tradicional electorado del partido de Angela Merkel y la capacidad del SPD para aprovechar la figura de Olaf Scholz.
Las elecciones al Bundestag se celebran este domingo con tres certezas en el horizonte y muchas incógnitas. Las certezas son el prestigio alcanzado por Angela Merkel, el rechazo social a su sucesor político y la dificultad de conformar un gobierno de coalición.
La inmensa mayoría de los ciudadanos, sobre todo los más jóvenes, considera que el cambio climático constituye uno de los problemas más serios en la actualidad. Sin embargo, los partidos políticos que articulan sus ideas en torno a las preocupaciones medioambientales no consiguen atraer muchos votantes. ¿Por qué?
Valoremos lo logrado como lo que realmente es: un acuerdo de cooperación entre los jefes de estado y de gobierno ante un grave problema que ha puesto en riesgo la estabilidad de la UE.
En sus 15 años de gobierno, Angela Merkel ha mantenido una visión rígida y austera de la economía. A punto de dejar el cargo, se muestra partidaria de las ayudas a los países europeos más afectados por la COVID-19.
De 193 países, solo diez están dirigidos por mujeres. Algunos de ellos están sorteando la crisis del coronavirus con buena nota. ¿Se debe esto a que las mujeres están mejor dotadas que los hombres para hacer buena política en situaciones críticas?
Profesora de Finanzas de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Pontificia Comillas (Comillas ICADE), Universidad Pontificia Comillas