La publicidad usa idiomas extranjeros por su capital simbólico, asociando prestigio y valores específicos. Esto, aunque incomprensible para algunos, influye en la percepción y persuasión del receptor mediante elementos semióticos.
La publicidad de perfumes idealiza y cosifica a las mujeres. Esto perpetúa estereotipos y promueve imágenes irreales que contribuyen a la aceptación social de esta cosificación femenina.
Comparación de los mensajes publicitarios en los sectores de la banca y del automovilismo entre una época prepandémica y el confinamiento vivido en España.
La música es un parámetro que mueve, conmueve y emociona. Es un elemento que se ha empleado en publicidad. Es un arte efímero cuyo poder de persuasión puede llegar a ser muy intenso.
La publicidad sonora debe llamar la atención a toda costa. En este medio los creativos publicitarios deben esforzarse para conseguir que una cuña quede fijada en el recuerdo de los oyentes y permita la interpretación del mensaje de forma correcta.
Las campañas audiovisuales para frenar la pandemia utilizaron modelos juveniles extremos, unos muy concienciados y respetuosos y otros muy inconscientes y transgresores.
Las marcas están dando un giro a sus estrategias de marketing en 2021, volviendo a sus principios más básicos: conocer muy bien a sus clientes para poder ofrecerles un servicio único que les sea de utilidad. Generar confianza y optimismo y confiar en un futuro mejor está entre sus grandes tácticas.
Durante el confinamiento de marzo de 2020 en España, los anuncios de somníferos y complementos vitamínicos destacaron pero fue durante la desescalada cuando se dispararon los anuncios de productos adelgazantes.
La publicidad ha cambiado desde que empezó la pandemia. Si bien el espectador aceptó el sentimentalismo de la primera ola, ya se muestra saturado de mensajes emocionales. Incluso en Navidad la gente necesita más anuncios que le inviten a soñar y menos a sufrir.
Las galletas, la bollería industrial y otros productos de escaso valor nutricional se vinculan a conceptos como diversión, felicidad o éxito. Y alienta los pequeños de la casa a consumirlos.
Los movimientos de las manos ante la publicidad están impulsados por la atracción hacia rostros bellos, pero se ven mucho menos afectados por los rostros “promedio” o poco atractivos.
Aunque parezca que esto ya deberíamos haberlo superado, la publicidad sigue siendo sexista. Comparamos dos casos opuestos que nos harán entender por qué sigue habiendo publicidad ilícita.
Tras unos anuncios navideños que reñían a los usuarios y les echaban en cara que pasaban mucho menos tiempo del que deberían con sus seres queridos, ¿qué debemos esperar de las campañas en el futuro?
Catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad de Valladolid y Director del Laboratorio LipsiMedia Ad-Lab, Universidad de Valladolid