La técnica que usó Miguel Ángel Buonarroti para muchas de sus esculturas guarda un enorme parecido con un proceso biológico en el que nuestras células se “inmolan” por el bien del conjunto biológico al que pertenecen.
Los linfocitos T son imprescindibles para defendernos de amenazas como virus, bacterias o células tumorales. Sin embargo, necesitan pasar por un intenso proceso “educativo” antes de estar listos para el combate.
Profesora e investigadora del Departamento de Biología Celular en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UCM y el Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (CSIC-UAM), Universidad Complutense de Madrid