tag:theconversation.com,2011:/us/topics/asesinos-115643/articlesasesinos – The Conversation2022-05-25T17:16:10Ztag:theconversation.com,2011:article/1838732022-05-25T17:16:10Z2022-05-25T17:16:10ZEl acceso fácil a las armas y una vida llena de demonios terminaron en masacre en Texas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/465352/original/file-20220525-25-vbh3ky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=23%2C0%2C5303%2C3546&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Manifestación en Atlanta contra la Asociación Nacional del Rifle (NRA) de Estados Unidos.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/atlanta-ga-april-29-people-hold-700435222">Shutterstock / BluIz60</a></span></figcaption></figure><p>Cada nueva matanza escolar en los EEUU –<a href="https://theconversation.com/lo-que-sabemos-sobre-los-tiroteos-masivos-en-escuelas-de-ee-uu-y-los-pistoleros-que-los-llevan-a-cabo-183867">y llevamos unas cuantas</a>– nos confronta a la misma pregunta: ¿cómo alguien puede llegar a cometer un acto tan cruel? La extrañeza aumenta cuando sabemos que la mayoría de los tiradores son adolescentes o jóvenes adultos. </p>
<p>Seguramente hay varias razones. La primera es el contexto en el que viven: la sociedad norteamericana es una sociedad fuertemente armada, celosa de su autodefensa porque se sostiene en la tesis paranoica de que el otro es siempre un potencial enemigo. Es una tesis enraizada en su <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Anti-intellectualism_in_American_Life">cultura</a>, en la épica de la conquista del Oeste, donde cada uno debía defenderse sin que el Estado viniese en su auxilio.</p>
<p>La tenencia de armas y su inclusión en la <a href="https://revistas.uam.es/revistajuridica/article/download/6018/6481/12389">Segunda Enmienda de la Constitución</a> responde a este instinto de supervivencia. De ahí su apoyo por buena parte de la población, además, por supuesto, de los <em>lobbies</em> de la <a href="https://home.nra.org/">NRA</a> (Asociación Nacional del Rifle) y del Partido Republicano. </p>
<p>Los discursos que la extrema derecha promueve acerca de la violencia y el rechazo contra las minorías son elementos que legitiman muchas acciones posteriores, sin duda. Y el fácil acceso a la compra de armas, tal como hemos visto en el caso de <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-61574275">Salvador Ramos</a>, es otro estímulo fácil para cometer estos actos.</p>
<h2>Las razones de cada caso</h2>
<p>Pero, más allá de estas condiciones colectivas y objetivas, hay siempre razones particulares en cada caso. Algunas las conocemos pronto y para otras hay que esperar a saber más datos. </p>
<p>Podemos señalar los rasgos más relevantes que se repiten en muchos de estos asesinatos. El primero es que todos estos adolescentes (varones en su inmensa mayoría) se sienten violentados internamente, tensionados por sus propios demonios y temores, asuntos que vienen de lejos. </p>
<p>A veces, evocan el <a href="https://nedediciones.com/ficha.aspx?cod=2004">acoso</a> que ellos mismos han recibido por parte de sus iguales en la escuela. Salvador Ramos parece que <a href="https://www.newsweek.com/salvador-ramos-was-bullied-stutter-wearing-black-eyeliner-friend-1710062">fue acosado por su tartamudeo y su estética</a> poco común. En otras ocasiones, ese acoso se redobla con un ambiente familiar violento donde se dan situaciones habituales de maltrato infantil o de violencia de género.</p>
<p>Las situaciones de exclusión social, por precariedad económica, discapacidad, enfermedad mental o inmigración son otro elemento siempre presente que condiciona la percepción que tienen estos jóvenes de sí mismos y del futuro que les espera. Para ellos, como para cualquier otro, obtener una inscripción social, un lugar en la comunidad, deviene psicológicamente necesario para no quedar en los márgenes. </p>
<h2>Actos que dejan huella en redes sociales</h2>
<p>Sabemos de su importancia porque es una reivindicación que acompaña a menudo a su acto violento, <a href="https://www.ndtv.com/world-news/i-got-a-lil-secret-texas-teens-insta-chat-before-he-shot-students-3007308">en forma de anuncio o declaraciones en las redes sociales</a>. Quieren que el acto deje una huella de sí mismos que trascienda y les dé una existencia posterior ya que el desenlace final no puede ser otro que su propia muerte, sea por <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6650467">suicidio</a> tras la matanza o por abatimiento de las fuerzas de seguridad.</p>
<p>Esa violencia interna que les perturba e inquieta, que los aleja del grupo –la mayoría son solitarios que la gente apenas percibe a su alrededor– les empuja a buscar maneras de calmar y apaciguar la tensión experimentada. La primera fórmula –lo hemos visto también en el caso de Texas– es la autolesión, los cortes o golpes que ellos mismos se producen como un intento de acabar con esa angustia que los desborda en el cuerpo. La <a href="https://www.aepap.org/actualidad/comunicados-y-notas-de-prensa/posicionamiento-sobre-el-aumento-de-autolesiones-y-suicidio-en-ninos-y-adolescentes">autolesión</a> hiere su piel y trata de neutralizar los pensamientos que no les dejan de atormentar. </p>
<p>Ramos jugaba con los cuchillos a cortarse la cara, en un intento desesperado de poner fin a una escalada emocional que lo violentaba. A veces, esos cortes pueden derivar en tentativas suicidas, muchas de las cuales pasan como inexplicables por no poder conectarlas a esos sentimientos ocultos.</p>
<p>Cuando esas fórmulas autolíticas no funcionan, la violencia se <em>realiza</em> en el cuerpo del otro a través de la agresión, sean golpes o asesinato. Es solo a través de ese pasaje al acto, que destruye al otro, cuando el sujeto se desembaraza de esa violencia de manera definitiva y eso incluye, como decíamos, su propia desaparición. Matan así su propia infancia y su familia en un dramático ajuste de cuentas.</p>
<p>La novedad más reciente de estas matanzas y de sus autores, como decíamos, es la huella que dejan en las redes sociales donde ellos viven su mundo, menos solitarios que en el presencial, y donde anuncian sus planes, crean algunos vínculos incluso, para recuperar algo del sentimiento precario de la vida que les embarga. Allí se muestran más habladores y atrevidos que en la vida real, enumeran sus preferencias y sus gustos, retan a los que perciben como acosadores y se <em>hacen</em> su propio nombre, saliendo así del anonimato en que ellos mismos se han refugiado.</p>
<p>¿Es inevitable esta violencia? En su totalidad, seguro que sí, pero eso no nos debería hacer olvidar la necesidad de reflexionar sobre la responsabilidad colectiva en estos sucesos. La de los políticos que promueven el odio al otro y polarizan cada vez más la sociedad, la de los gobiernos que no invierten lo suficiente en políticas públicas de salud mental, la de algunas familias muy alejadas de las problemáticas reales de sus hijos y la de algunos profesionales, reacios a conversar y ajenos al sufrimiento de sus pacientes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/183873/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Ramón Ubieto Pardo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Varón, en situación de exclusión social, con fácil acceso a las armas y violentados internamente por algún motivo. Así son los jóvenes que atacan escuelas en EE. UU. y que casi siempre dejan la huella de su crimen en redes sociales.José Ramón Ubieto Pardo, Profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación. Psicoanalista, UOC - Universitat Oberta de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1838572022-05-25T15:47:33Z2022-05-25T15:47:33Z¿Qué perfil esconden los jóvenes que tirotean las escuelas de EE. UU.?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/465348/original/file-20220525-12-s7eu69.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C12%2C4281%2C2830&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/hight-contrasted-shot-giving-dramatic-result-1851565345">Lydia Vero / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Conocer el perfil psicológico de una persona que es capaz de cometer un crimen tan atroz como <a href="https://cnnespanol.cnn.com/2022/05/25/ultima-hora-tiroteo-escuela-texas-muertos-orix/">el sucedido el día 23 de mayo en el Estado de Texas, EE. UU.</a> es imprescindible para comprender las razones por las que un joven de tan solo 18 años puede levantarse un día normal, como otro cualquiera, recoger las <a href="https://www.lbc.co.uk/news/bullied-texas-school-gunman-salvador-ramos-bought-guns-for-his-18th-birthday/">armas que ha adquirido con total impunidad</a> y dirigirse a un centro escolar y arrebatarle la vida a 21 personas entre alumnos y profesores, además de herir a otras 15.</p>
<p>Importante es el detalle de que, antes de salir de su casa, <a href="https://nypost.com/2022/05/25/texas-shooter-salvador-ramos-attacked-after-fight-with-grandma/">según informan las autoridades locales</a>, el sujeto mantiene una discusión con su abuela, que acaba con un disparo en la cabeza. Deja a la mujer gravemente malherida y no solicita ayuda para ella en ningún momento. Así comienza el día de Salvador Ramos que, tras este incidente, decide salir a la calle, coger su camioneta y conducir hasta que llega al centro educativo. Es entonces cuando Salvador sale del vehículo, salta la valla del centro escolar y comienza a disparar indiscriminadamente. </p>
<p>¿Es posible que en realidad el sujeto no hubiera decidido con premeditación qué iba a hacer antes del incidente sucedido en su casa? ¿Es posible que la elección del lugar se debiera a una casualidad que solo tenga explicación porque el vehículo se paró justo frente a la escuela? Y la pregunta más importante: ¿se podría haber evitado?</p>
<p>Resulta difícil comprender que un joven adaptado a la sociedad, sin ningún antecedente criminal previo que se conozca, al menos hasta el momento, se haya visto envuelto en este trágico suceso que aparentemente no tiene explicación. Por lo que se sabe hasta ahora, no tenía ninguna relación con el centro ni con ninguno de los alumnos y profesores más allá de que pertenecía a la misma comunidad.</p>
<h2>¿Una infancia complicada?</h2>
<p>Sin caer en tópicos que solo podrían perjudicar a todas las personas involucradas, parece difícil creer que no se haya detectado por parte de familiares, amigos o personas cercanas alguna bandera roja que indicara que algo funcionaba mal. Una infancia complicada con ausencia de amor fraternal, distanciamiento emocional con las personas de su entorno cercano, falta de empatía, violencia temprana con otros niños o incluso con animales pequeños, bajos niveles de asertividad, dificultades para socializar e interactuar con otros son algunos de los rasgos que pueden definir un perfil psicopático que sea coherente con un asesino. </p>
<p>Sin embargo, esto es solo una breve muestra de las señales que se pueden presentar sin que por ello la persona presente una patología mental. Lo que parece común en estos casos es que <a href="https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6380090.pdf">la persona que realiza semejante atrocidad</a> mantiene un sentimiento o percepción de que ha sido tratado de manera injusta en algún momento por alguna persona o grupo de personas.</p>
<p>Pero nada de esto puede explicar lo sucedido y tampoco se explica <a href="https://theconversation.com/lo-que-sabemos-sobre-los-tiroteos-masivos-en-escuelas-de-ee-uu-y-los-pistoleros-que-los-llevan-a-cabo-183867">el aumento que se está dando en los últimos años en EE. UU.</a> de asesinatos masivos en centros escolares y otros lugares públicos. Se puede alegar que una razón importante es <a href="https://cnnespanol.cnn.com/2022/05/24/cultura-armas-estados-unidos-mundo-trax/">el fácil acceso a las armas</a> en un país en el que el número de armas de fuego supera con creces al de ciudadanos y donde solo es necesario ser mayor de edad para poder adquirir cualquier tipo de armamento con tranquilidad y sin requisito psicológico alguno. </p>
<p>Es cierto que estos sucesos no suelen aparecer en otras partes del mundo con la misma frecuencia y crueldad. Por eso parece lógico pensar que es necesaria una modificación de las leyes en este sentido y un mayor control de los riesgos asociados a la tenencia de armas desde una edad tan temprana. </p>
<p>Por otra parte, <a href="https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20220520-transmitir-la-violencia-el-lado-oscuro-de-los-videos-en-vivo">el rápido acceso a la información</a> puede ser una razón que, aunque no pueda explicar el origen de la idea inicial de matar a otras personas, sí que puede explicar que un individuo que tiene dicho pensamiento encuentre la forma de llevarlo a efecto y se sienta reconfortado por poder compartir lo que siente con otras personas de semejante ideología. Parece entonces probable que este aumento de incursiones asesinas se haya visto reforzado por la posibilidad de imitación y por una mayor exposición a estos ejemplos en diferentes foros. </p>
<h2>El acceso demasiado rápido a la información</h2>
<p>Los jóvenes tienen acceso inmediato a la información compartida en las redes sociales, <a href="https://twitter.com/GunDeaths/status/1505957047723958274">se comparten datos</a> y contenidos de prácticamente cualquier cosa en tiempo real, y <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1252529">la violencia</a> se está estableciendo como una forma normalizada de afrontar un problema cuando los perfiles en redes sociales de estos sujetos aumentan sus visitas e interacciones si se publican y comentan <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Tiroteos_masivos_en_Estados_Unidos">este tipo de situaciones</a>. Se fomenta el morbo, la curiosidad por ser parte de algo que está fuera de los estándares definidos por la sociedad. Y las imágenes, los vídeos y los comentarios se hacen virales y dan la vuelta al mundo en cuestión de minutos. Todo esto va a estimular y motivar a estas personas que buscan desesperadamente sobresalir, que necesitan la atención por parte de los otros.</p>
<p>Podemos y debemos buscar explicación a estos ataques, <a href="http://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/170724/?sequence=1">intentar identificar patrones</a> cognitivos y conductuales que nos permitan prevenir que se den con demasiada frecuencia y crueldad. Sin embargo, no es sencillo encontrar unas pautas de actuación que sean eficaces en todos los casos porque cada persona es diferente. En cada caso, un evento concreto puede funcionar como detonante de una conducta que nunca se ha presentado con anterioridad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/183857/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ana Isabel Beltrán-Velasco no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Detrás de casos como el de la reciente matanza en una escuela de Texas suele haber personas que mantienen un sentimiento de que han sido tratadas de manera injusta en algún momento de sus vidas.Ana Isabel Beltrán-Velasco, Psicología, Neuropsicología, Universidad NebrijaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1803862022-05-08T19:46:44Z2022-05-08T19:46:44Z‘Killing Eve’: no importa lo que haga, no siento nada<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/461544/original/file-20220505-16-8tg24n.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C4486%2C2519&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Sandra Oh y Jodie Comer en un fotograma de 'Killing Eve'.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.filmaffinity.com/es/filmimages.php?movie_id=423899">Filmaffinity</a></span></figcaption></figure><p>La serie <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film423899.html"><em>Killing Eve</em></a>, dirigida por Phoebe Waller-Bridge y emitida por primera vez por BBC America en abril de 2018, está basada en los libros <em>Codename Villanelle</em> (2014-2016) escritos por Luke Jennings. Narra el encuentro de la agente del servicio de inteligencia británico Eve Polastri (interpretada por Sandra Oh) con la asesina a sueldo del grupo internacional The Twelve, Villanelle (interpretada por Jodi Comer). </p>
<p>Si bien pueden encontrarse muchos correlatos con otras series y libros sobre detectives, la pareja Eve/Villanelle reescribe ciertos tópicos dicotómicos como el de los antagonistas Sherlock Holmes/James Moriarty, reelaborándolos para reflexionar preocupaciones contemporáneas sobre género, sexualidad y moral, como la autodefensa femenina en un mundo <em>posmetoo</em>, la visibilidad <em>queer</em>, o la separación entre el bien y el mal, lo que permite explicar el éxito de este fenómeno televisivo.</p>
<h2>Las primeras novelas de detectives</h2>
<p>Los grandes clásicos de las novelas de detectives surgen a mediados del siglo XIX, con Edgar Allan Poe y su detective Auguste Dupin en 1841. La popularidad de este género no hace más que crecer a lo largo de la época victoriana. </p>
<p><a href="https://doi.org/10.2307/2873238">Como explica Rosemary Jann</a>, partiendo de que la imaginación literaria responde en gran medida a los miedos y preocupaciones de cada época, el auge de la ficción detectivesca a finales del siglo XIX trata de abordar los deseos de vigilancia en torno a ciertos <em>pánicos morales</em>, más que a las transgresiones de la propia ley. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/461555/original/file-20220505-1511-m4ndtz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/461555/original/file-20220505-1511-m4ndtz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/461555/original/file-20220505-1511-m4ndtz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=934&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/461555/original/file-20220505-1511-m4ndtz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=934&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/461555/original/file-20220505-1511-m4ndtz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=934&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/461555/original/file-20220505-1511-m4ndtz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1173&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/461555/original/file-20220505-1511-m4ndtz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1173&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/461555/original/file-20220505-1511-m4ndtz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1173&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Sherlock Holmes y el profesor Moriarty en las cataratas de Reichenbach Falls, en una ilustración de la historia <em>The Final Problem</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Sherlock_Holmes_and_Professor_Moriarty_at_the_Reichenbach_Falls.jpg">Sidney Paget / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Un notable ejemplo es la pareja ficcional Sherlock Holmes y James Moriarty, que protagonizan la popular serie de libros escrita por Sir Arthur Conan Doyle, publicada entre 1887 y 1927. En estas novelas, Sherlock es presentado como un individuo altamente inteligente, calculador y racional, capaz de descifrar los secretos de sociedad para asegurar el orden social. Como ejemplo de la superioridad del racionalismo y el positivismo, las deducciones de Sherlock hacen que el caos sea evitable, solucionable y aparentemente lógico, si se tienen en cuenta los marcadores sociales que conducen al mal.</p>
<p>Además, <a href="https://books.google.es/books/about/Sherlock_s_Men.html?id=E-8NAQAAMAAJ&redir_esc=y">como ha demostrado Joseph Kestner</a>, Sherlock también fomentó un modelo de masculinidad hegemónica que se veía amenazada por peligros externos, como el declive del imperio británico, el crecimiento y masificación de las ciudades, la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Nueva_Mujer">New Woman</a> o las protestas de las clases trabajadoras. Sherlock es individualista y solitario; desconfía de las masas. Por lo tanto, se trata de un género que busca reproducir un tipo muy específico de masculinidad que promueve la vigilancia social al tiempo que advierte de su previsible desaparición.</p>
<p>No obstante, la época victoriana también vio el auge de una figura literaria más controvertida: <a href="https://www.routledge.com/Sherlocks-Sisters-The-British-Female-Detective-1864-1913/Kestner/p/book/9780367888312">la mujer detective</a>. Si bien este personaje plantea un reto a la estricta división de las esferas pública y privada, la transgresión del rol doméstico de la mujer se ejerce como forma de reclamar justicia, de denunciar crímenes e incluso como medio para poder mantener a su familia. Así, a pesar de ser vistas como <em>anomalías</em> o incluso <a href="https://www.routledge.com/Contemporary-Rewritings-of-Liminal-Women-Echoes-of-the-Past/Borham-Puyal/p/book/9781032175904">como imitadoras masculinas que optan por reflejar el comportamiento de los hombres</a>, es importante destacar que se produce una renegociación de los roles de género, lo que acaba por fijar la diferencia de género como fuente de corrección moral.</p>
<p>Del mismo modo, <a href="https://books.google.com.ni/books/about/Women_Murder_and_Femininity.html?id=gVMsAQAAMAAJ&utm_source=gb-gplus-shareWomen">el siglo XIX vio nacer a los asesinos en serie</a>, tanto masculinos como femeninos, como respuesta a cambios en las normas y comportamientos socialmente aceptados. La asesina en serie, que se aleja completamente de las nociones normativas de la feminidad como crianza y cuidado, pone de relieve las ansiedades sobre los cambios en los roles femeninos a finales del siglo XIX. Sin embargo, el hecho de que se la presente como un monstruo también propicia la oportunidad de un uso catártico de esta figura como forma de neutralizarla y de reafirmar el orden social.</p>
<h2>Asesinas en serie y otras transgresiones</h2>
<p><em>Killing Eve</em> no sólo desmonta la típica estructura narrativa del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Whodunit"><em>whodunnit</em></a> –sabemos desde el principio que los asesinatos son cometidos por Villanelle–, sino que también vuelve irrelevante el motivo de los asesinatos. Villanelle no solo mata por dinero, para mantener el lujoso estilo de vida que lleva, sino que también disfruta matando. Ella tiene apetito por la vida: la vemos disfrutar de la comida, el sexo y las compras compulsivas de ropa y artículos de lujo. Es decir, se entrega a sus deseos de una manera que culturalmente es considerada transgresora en los cuerpos femeninos. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/461551/original/file-20220505-21-ego7xx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/461551/original/file-20220505-21-ego7xx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/461551/original/file-20220505-21-ego7xx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/461551/original/file-20220505-21-ego7xx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/461551/original/file-20220505-21-ego7xx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/461551/original/file-20220505-21-ego7xx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/461551/original/file-20220505-21-ego7xx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/461551/original/file-20220505-21-ego7xx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Sandra Oh y Jodie Comer en un fotograma de <em>Killing Eve</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.filmaffinity.com/es/filmimages.php?movie_id=423899">Filmaffinity</a></span>
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<p>Además, Villanelle enfrenta la mirada masculina y la vigilancia del control social precisamente ejerciendo una suerte de hiperfeminidad. <a href="https://doi.org/10.1080/14680777.2021.1996423">Como explican</a> Alyson Miller, Cassandra Atherton y Paul Hetherington, Villanelle es muy consciente de la mirada masculina, pero se resiste a ella, la altera, se burla de ella y la subvierte, desafiando los sistemas de vigilancia y cometiendo crímenes al confiar en su apariencia femenina y, por tanto, inofensiva. </p>
<p>En la representación de la feminidad, Villanelle se disfraza a menudo de camarera, enfermera u otro tipo de cuidadora para poder pasar desapercibida en los controles de seguridad, mientras que otras veces castra literalmente a los hombres que han intentado acosarla.</p>
<p>Por otro lado, el desarrollo del personaje se desplaza a la detective, Eve Polastri, mientras que en narrativas tradicionales de detectives, este personaje se mantiene estable, sólido. Eve, una mujer americana de ascendencia coreana que trabaja para el servicio de inteligencia nacional británico MI5, es despedida cuando se niega a dejar de investigar los asesinatos de Villanelle, y posteriormente es contratada por el MI6, centrado en asuntos de inteligencia en el extranjero. </p>
<p>Aunque aparentemente la vida de Eve es normal –está casada con un marido que se ocupa del hogar y tiene un trabajo que le gusta–, Eve se obsesiona con Villanelle, hasta el punto de empezar a actuar como ella. Esta transformación puede verse en una escena del quinto capítulo de la primera temporada, cuando Eve se prueba un vestido que Villanelle le ha regalado, así como un perfume llamado <em>L'Eau de Villanelle</em>, viéndose a sí misma convertida a la vez en Villanelle y en objeto de deseo de Villanelle. </p>
<p>Eve comienza a dirigir su propia investigación, en contra de las órdenes de sus superiores, llegando a poner en peligro a sus compañeros y a su marido. De hecho, los límites entre ambas mujeres desaparecen cuando Eve apuñala a Villanelle al final de la primera temporada, después de haber conseguido que confiara en ella y establecieran una cierta intimidad física y personal.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/461550/original/file-20220505-11-ezbp2x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/461550/original/file-20220505-11-ezbp2x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/461550/original/file-20220505-11-ezbp2x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/461550/original/file-20220505-11-ezbp2x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/461550/original/file-20220505-11-ezbp2x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/461550/original/file-20220505-11-ezbp2x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/461550/original/file-20220505-11-ezbp2x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/461550/original/file-20220505-11-ezbp2x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Sandra Oh como Eve en <em>Killing Eve</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.filmaffinity.com/es/filmimages.php?movie_id=423899">Filmaffinity</a></span>
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<p>Eve rompe así con la expectativa de la mujer detective que actúa como <em>cuidadora</em> de la sociedad a gran escala, y encarna la posibilidad de liberarse de las obligaciones socialmente impuestas en las mujeres. A lo largo de la serie, se hace patente que el interés de Eve en Villanelle nace precisamente de su propia fascinación con las múltiples posibilidades de vivir una vida como mujer fuera de la norma que las transgresiones de Villanelle ofrecen. En este sentido, el intercambio afectivo de Villanelle y Eve muestra la fascinación de la una por la otra, y la búsqueda de una vida diferente llevada a cabo a través del deseo. Precisamente, cuando en el sexto capítulo de la segunda temporada Eve le pregunta qué siente cuando mata, Villanelle responde que está aburrida de la vida y de sus limitaciones:</p>
<blockquote>
<p>“La mayor parte del tiempo, la mayoría de los días, no siento nada. No siento nada. Es muy aburrido. Me despierto y pienso, otra vez, ¿en serio? ¿Tengo que volver a hacer esto? Y lo que realmente no entiendo es cómo es que todo el mundo no está gritando de aburrimiento también, y trato de encontrar maneras de hacerme sentir algo. Más, y más, y más, pero no causa ninguna diferencia. No importa lo que haga, no siento nada”.</p>
</blockquote>
<p>Villanelle articula un hastío que puede hacerse extensible al que siente Eve respecto a su vida, y con el que la audiencia puede sentirse identificada.</p>
<h2>Conclusión</h2>
<p>Tanto Eve como Villanelle resultan tan atractivas porque exploran un sinfín de posibilidades. ¿Qué conlleva salirse de los límites establecidos a una mujer en edad de casarse, formar una familia y cumplir con el rol que la sociedad le tiene reservado? ¿Cómo podemos imaginar otras formas de ser mujer? ¿Cómo salir del aburrimiento? ¿Es posible hacerlo?</p>
<p>En el último capítulo de la tercera temporada, vemos a Eve y Villanelle despedirse en Tower Bridge. Eve se resiste a imaginar un futuro posible con Villanelle pese a decir que ve su cara “una y otra vez”. Finalmente, se separan para que Eve pueda intentar volver a su vida anterior. Villanelle cree que su propio monstruo anima al de Eve, a lo que esta responde: “Creo que yo quería que lo hiciera”. </p>
<p>Aunque la serie nos permita imaginar posibilidades más allá de una vivencia normativa, predecible y legible de la feminidad, esta posibilidad sólo se mantiene brevemente en el tiempo, el suficiente como para poder pensar y cuestionar el orden actual.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/180386/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Laura de la Parra Fernández no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La serie ‘Killing Eve’ ofrece el retrato de dos personajes femeninos (asesina y detective) que, en cierto sentido, reformula las convenciones del género detectivesco.Laura de la Parra Fernández, Profesora Ayudante Doctora, Universidad Complutense de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1704052022-02-08T18:46:01Z2022-02-08T18:46:01Z¿Por qué algunos delincuentes violentos graban sus delitos en vídeo?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/444521/original/file-20220204-17-17kzu9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C230%2C6989%2C5040&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/videotaping-your-death-concept-blur-terrorist-2039795747">Shutterstock / rawf8</a></span></figcaption></figure><p>Muchos de los <a href="https://roderic.uv.es/handle/10550/37869">asesinos de nuestra historia criminal</a> se han comunicado con la prensa y con los investigadores que trataban de detenerlos, como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jack_el_Destripador">Jack el Destripador</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Asesino_del_Zodiaco">Zodiac</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/David_Berkowitz">David Berkowitz</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Theodore_Kaczynski">Unabomber</a> o <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Dennis_Rader">Dennis Lynn Reader (BTK)</a>. Algunos notificaron reiteradamente sus asesinatos, como si para ellos no fuera suficiente el acto de matar y necesitaran que el mundo supiera de lo que eran capaces.</p>
<p>El hecho de <a href="https://www.elciudadano.com/tendencias/a10-perturbadoras-cartas-escritas-por-asesinos-en-serie/04/05/">comunicarse con la sociedad</a> probablemente se debía a su necesidad de compartir su experiencia homicida. En algunos casos, por el beneficio psicológico que les producía esta interacción directa y constante con los medios y con la policía. Otros buscaban esa notoriedad y ese reconocimiento que hacía que por fin salieran de su anonimato escapando así de su anodina vida. </p>
<p>En otras ocasiones, podía tratarse de un elemento que formaba parte de la escena del crimen (mensajes en la pared, en otras superficies, en el cuerpo de las víctimas, o notas escritas) pudiendo ser la firma o ritual del asesino. Incluso podía tratarse de un comportamiento posterior al crimen, con un determinado objetivo y con un significado personalísimo para el asesino.</p>
<p>Hasta finales de los 90, emplearon diferentes medios para notificar y comunicar sus brutales crímenes: llamadas telefónicas a la prensa o a la televisión, escritos en paredes o espejos, cartas (manuscritas, a máquina, criptográficas, con recortes de periódicos, etc.), manifiestos, pequeñas notas, dibujos, símbolos o envío de objetos y/o fotografías de las víctimas.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/444520/original/file-20220204-999-xealrw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/444520/original/file-20220204-999-xealrw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/444520/original/file-20220204-999-xealrw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=356&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/444520/original/file-20220204-999-xealrw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=356&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/444520/original/file-20220204-999-xealrw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=356&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/444520/original/file-20220204-999-xealrw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=448&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/444520/original/file-20220204-999-xealrw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=448&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/444520/original/file-20220204-999-xealrw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=448&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/dangerous-hacker-internet-cyber-crime-attack-1929740861">Shutterstock / KDdesignphoto</a></span>
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<h2>La facilidad de la difusión por internet</h2>
<p>Pero en el siglo XXI se produce un cambio de paradigma en los medios (internet) y en las motivaciones que tienen los asesinos para comunicar y contar sus crímenes a la sociedad. Estamos en la era del <em>homo digitalis</em>, una sociedad digitalizada donde todo está a tan solo un <em>clic</em> de distancia. </p>
<p>De los 60 a los 90 hubo asesinos que alardearon de sus crímenes a través de los mensajes que enviaban a la prensa y a los investigadores, y lo habitual es que lo hicieran tras haber cometido el asesinato. Sin embargo, en la era digital utilizan internet, las redes sociales o las plataformas de vídeo como escenario de sus conductas delictivas.</p>
<p><a href="https://noticiasyprotagonistas.com/actualidad/la-moda-de-los-delincuentes-que-se-muestran-en-las-redes-sociales/">Internet es el medio que emplean para comunicar su intención homicida</a>, para transmitir su crimen en <em>streaming</em>, para colgarlo y difundirlo <em>a posteriori</em>, mostrándolo ante millones de usuarios de internet, para confesar su delito e incluso para compartir sus propios “manifiestos” con los que tratan de legitimar sus terribles actos. </p>
<p>El ciberespacio es una escena del crimen que genera nuevas oportunidades delictivas. Y muchos delincuentes y asesinos <a href="https://www.investigacionyciencia.es/revistas/investigacion-y-ciencia/al-rescate-del-coral-837/el-crimen-y-la-criminologa-20030">se adaptan a esta escena virtual</a> para llevar a cabo conductas ilícitas sobre sus potenciales víctimas: pedófilos digitales, depredadores sexuales que buscan y seleccionan a sus víctimas en páginas de contactos o acosos que destrozan la vida de las víctimas, empujándolas al suicidio. </p>
<p>Como usuarios de internet, somos consumidores de todo lo que nos ofrece la red, pero también podemos convertirnos en actores, productores y protagonistas de eventos criminales que verán miles de personas.</p>
<p>¿Qué lleva a determinados sujetos a grabar sus crímenes violentos? ¿Son diferentes las motivaciones que les impulsan a mostrar al mundo sus asesinatos? Ya no solo se trata de obtener reconocimiento, sino que internet es un escenario privilegiado que les ofrece la oportunidad y la posibilidad de fortalecer sus motivaciones. </p>
<h2>Búsqueda de notoriedad ante miles de espectadores</h2>
<p>Hoy tienen la necesidad de mostrarlo ante un mundo globalizado que saben que les observa. Sus motivaciones pueden darse de modo individualizado, pero también coexistir más de una, porque la pregunta a responder es: ¿qué consiguen al matar y saber que tendrán miles de espectadores?</p>
<p>En primer lugar, <a href="https://criminal-mente.es/2016/05/09/internet-como-escenario-para-nuevos-delincuentes-los-neopatas/">la búsqueda de reconocimiento, notoriedad y fama</a>, llegando a ser alguien importante de quien todo el mundo hable. Su vida es absolutamente irrelevante, son invisibles para su entorno y para la sociedad. Su crimen o sus crímenes les ponen en el punto de mira no solo de los medios de comunicación y de las tecnologías, sino que son protagonistas de análisis psiquiátricos, criminológicos, policiales y de analistas de la conducta. Todos hablan de ellos. Pasan de no ser nadie a tener un protagonismo en la sociedad, aunque sea efímero. </p>
<p>Lo seductor que les resulta tener unos minutos de fama y ser el centro de atención les lleva incluso a sacrificar su libertad. Pero también buscan provocar conmoción, ya que lo que les hace sentirse realmente poderosos es la reacción social ante sus conductas, más que los actos que llevan a cabo. A través de YouTube, Facebook, Twitter, TikTok o Instagram hoy, todos podemos tener nuestros quince minutos de gloria como vaticinó Andy Warhol.</p>
<p>En el caso de los asesinos múltiples en un solo acto (<em>mass murder</em>), nos encontramos ante sujetos frustrados que culpan a la sociedad y a las personas que la integran de sus propios errores y actúan motivados por su deseo de venganza. Desean devolver un golpe maestro por todos los agravios recibidos y no les sirve solo el acto de matar, sino que quieren que la sociedad vea sus razones, muchas veces compartiendo su relato y sus justificaciones a través de manifiestos que ya han compartido con la prensa o en internet.</p>
<p>Algunos de estos asesinos buscan amplificar el placer hedonista que obtienen al grabar su crimen siendo conscientes de que tendrán una gran audiencia que observará atónita de lo que son capaces. Quieren destacar por su crueldad, su falta de empatía y por las conductas violentas que son capaces de llevar a cabo contra animales o mendigos, por ejemplo. Hay una búsqueda dual de placer y riesgo que les satisface al saberse observado por una gran audiencia.</p>
<p>Muchos de ellos además tienen <a href="https://criminal-mente.es/2015/11/08/retrato-de-un-narcisista-tpn-la-herida-narcisista-y-la-conducta-delictiva/">rasgos narcisistas</a>, viviendo una fantasía pretenciosa que les lleva a contar su historia criminal para tratar de satisfacer su necesidad patológica de admiración. Su arrogancia y su búsqueda constante de admiración por parte de los demás les llevan a cometer actos extremadamente violentos en busca del reconocimiento social, aunque sea por ser un brutal asesino.</p>
<h2>Generar terror en la sociedad</h2>
<p>En otras ocasiones se trata de grabaciones intencionadas cuyo fin es la difusión para generar terror en la sociedad, como en el caso de los dos vídeos publicados en Facebook en julio de 2017 de <a href="https://www.excelsior.com.mx/global/2017/07/13/1175496">soldados iraquíes ejecutando a miembros de ISIS</a>. Y a veces se aprovecha una grabación para difundir, jactarse y celebrar la muerte de varias personas, como ocurrió con el vídeo de la <a href="https://www.infobae.com/america/eeuu/2018/03/05/isis-divulgo-un-video-de-una-sangrienta-emboscada-a-soldados-estadounidenses-en-niger/">emboscada a cuatro soldados estadounidenses en Níger</a> por parte de ISIS el 4 de octubre de 2017 y que fue grabado por la cámara del casco de una de las víctimas.</p>
<p>En la historia criminal de la humanidad siempre ha habido asesinos que han querido o necesitado contar sus crímenes a través de los medios. Sus comunicaciones con la prensa, las dirigidas a la policía o las dejadas en la propia escena del crimen juegan un rol que varía en cada asesino. Pero lo que todos ellos tienen claro son los efectos que sus mensajes, sus comunicaciones y sus vídeos producen en la sociedad. Hoy en día, quieren audiencia. La máxima posible.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/170405/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Paz Velasco de la Fuente no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Hace un siglo algunos asesinos difundían sus crímenes a través de cartas a los periódicos, a las familias de las víctimas o a la policía para buscar notoriedad. Hoy publican sus delitos en internet, donde buscan obtener un protagonismo mucho mayor.Paz Velasco de la Fuente, Jurista, criminóloga, profesora universitaria, escritora y divulgadora. Vicepresidenta de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses (SECCIF). Autora del Podcast Criminal-mente (Podimo)., Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.