La violencia política se ha convertido en una característica definitoria de las elecciones estadounidenses de 2024. Ya no es un disparate considerar la posibilidad de otro intento de asesinato.
Las desavenencias entre polìticos y grupos de víctimas del terrorismo quita protagonismo a los elementos que conmemoran la masacre que tuvo lugar en Madrid el 11-M de 2004.
Aunque Haruki Murakami ha triunfado con obras literarias de ficción, hace más de 25 años publicó un reportaje periodístico sobre los atentados con gas sarín en el metro de Tokio que sigue estando de actualidad.
El 25º aniversario del secuestro y asesinato del concejal de Ermua invita a desgranar las dinámicas tras la movilización inédita contra el terrorismo y es una oportunidad excelente para que su historia enseñe a las nuevas generaciones lo que significó ETA en España.
A pesar de la gravedad de los atentados del 11-S, sus consecuencias económicas no fueron tan intensas como las de la crisis de 2008-2009 o las de la pandemia.
La crisis de la covid-19 ha desplazado de la agenda pública algunos de los problemas de seguridad más complejos que se han experimentado en las últimas décadas en Europa. Los atentados de Francia nos envían un recordatorio cruel: el terrorismo islamista sigue siendo un problema de gran magnitud.
Doctoral Researcher within the European Research Council project 'Urban Terrorism in Europe (2004-19): Remembering, Imagining, and Anticipating Violence', University of Birmingham