tag:theconversation.com,2011:/us/topics/carlomagno-76802/articlesCarlomagno – The Conversation2022-07-18T18:24:09Ztag:theconversation.com,2011:article/1864292022-07-18T18:24:09Z2022-07-18T18:24:09Z¿Llegaron los musulmanes a conquistar el norte de la península ibérica?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/472589/original/file-20220705-23-we9tm0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=68%2C57%2C1776%2C1336&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">'El rey don Rodrigo arengando a los jefes de su ejército antes de dar la batalla del Guadalete', de Bernardo Blanco y Pérez.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/el-rey-don-rodrigo-arengando-a-los-jefes-de-su/0341bdd0-5c5f-4c68-8eb5-21bb1a4f9f95">Museo del Prado</a></span></figcaption></figure><p>Es indudable que la conquista de Hispania fue una etapa más de la impresionante expansión territorial del Islam iniciada tras la muerte de Mahoma (632). </p>
<p><a href="http://hdl.handle.net/10261/14014">Todo</a> parece <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=216023">indicar</a> que en el año 711 el gobernador árabe del norte de África, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Musa_ibn_Nusair">Muza</a>, envió a la península una expedición militar integrada por tribus bereberes norteafricanas, al frente de la cual iba el liberto <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/T%C3%A1riq_ibn_Ziyad">Tariq</a>. Este venció a <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Rodrigo">Rodrigo</a>, el último rey visigodo, en la batalla que tradicionalmente se ha situado en el río Guadalete. Del mismo modo, conquistó Córdoba y Granada, y continuó hacia la capital del reino, Toledo, que también fue sometida. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/472599/original/file-20220705-16-szysw3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/472599/original/file-20220705-16-szysw3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/472599/original/file-20220705-16-szysw3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=697&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/472599/original/file-20220705-16-szysw3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=697&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/472599/original/file-20220705-16-szysw3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=697&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/472599/original/file-20220705-16-szysw3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=876&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/472599/original/file-20220705-16-szysw3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=876&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/472599/original/file-20220705-16-szysw3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=876&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Ilustración del siglo XIX de Tariq dibujada por Theodor Hosemann.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tarik_ibn_Ziyad_-.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Por su parte, el propio Muza pasó a la península un año después con un importante ejército y conquistó Sevilla y Mérida. Ambos, Muza y Tariq, se unieron en Toledo y prosiguieron con las expediciones hacia el norte, llegando por el oeste hasta Astorga y Gijón, en donde parece que se instalaron algunas guarniciones de tribus bereberes. Mientras, por el este, los conquistadores llegaron hasta Carcasona, después de tomar Zaragoza y Barcelona.</p>
<h2>Asentamiento en Hispania</h2>
<p>Los musulmanes que vencieron a la Hispania visigoda no constituían un ejército uniforme. Estaba formado sobre todo por miembros de una amplia y compleja comunidad islámica compuesta por árabes y bereberes. </p>
<p>De hecho, cuando se proclama en Al-Ándalus el emirato dependiente de Damasco (714-756) se asiste a un periodo muy turbulento. Se sucedieron varios emires como consecuencia, primero, de los enfrentamientos entre los distintos bandos de la aristocracia árabe y, después, de la sublevación de los bereberes, iniciada hacia 739, que fue motivada por la discriminación que sufrían por parte de los árabes.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/472596/original/file-20220705-14-3xd0dz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/472596/original/file-20220705-14-3xd0dz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/472596/original/file-20220705-14-3xd0dz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=419&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/472596/original/file-20220705-14-3xd0dz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=419&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/472596/original/file-20220705-14-3xd0dz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=419&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/472596/original/file-20220705-14-3xd0dz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=526&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/472596/original/file-20220705-14-3xd0dz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=526&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/472596/original/file-20220705-14-3xd0dz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=526&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>Fatal batalla del Guadalete</em>, ilustración del libro <em>Las glorias nacionales</em>. Fondo Antiguo de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Las_Glorias_Nacionales,_1852_%22Fatal_batalla_del_Guadalete%22._(4013185227).jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>En cuanto a la situación de la península en el momento de la invasión, la monarquía visigoda se encontraba debilitada, en estado de guerra civil por la posesión del trono. Aun así, los musulmanes debieron conquistar los diferentes territorios peninsulares, conquista que se realizó o bien por la fuerza o bien mediante capitulaciones (pactos) con los autóctonos. Ahora bien, incluso en esta segunda modalidad <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=567612">siempre habrá que suponer cierta resistencia por parte de los conquistados</a>. </p>
<p>En cualquier caso, los musulmanes tuvieron que hacer gala de su potencial para poder dominar el territorio peninsular. De esta manera, Oporto, la zona geográfica de <a href="https://www.condadodecastilla.es/glosario/yilliqiya/">Yilliqiya</a> (que era como se denominaba a todo el noroeste hispano), Pamplona, Huesca o Carcasona pudieron someterse a partir de capitulaciones. </p>
<p>En este caso, los nativos, dirigidos por las aristocracias locales, pudieron permanecer libres en sus lugares de residencia, poseyendo sus bienes y practicando sus creencias religiosas. A cambio, estaban obligados al pago de un impuesto de capitación, llamado <em>yizya</em>, y, en cuanto que no eran musulmanes, tampoco gozaban del estatus social y económico que ostentaban los conquistadores.</p>
<h2>Nacen las rebeliones</h2>
<p>Como consecuencia de la conquista, no tardaron en aparecer las primeras resistencias organizadas en las zonas más septentrionales, lideradas por las aristocracias locales. Es el ejemplo de Huesca, que solo fue sometida después de siete años de asedio, o la efímera oposición de la Septimania. </p>
<p>Sin embargo, el mayor foco de rebeldía apareció en el cuadrante noroeste, en Asturias. Este enclave formaba parte de un territorio más amplio, Yilliqiya, junto a la propia Galicia, Portugal y Castilla, y era considerado por los musulmanes como otro país, el de los cristianos, que abarcaba desde el Cantábrico hasta el Sistema Central. Por lo tanto, esta cordillera parece presentarse como una verdadera frontera entre musulmanes y cristianos.</p>
<p>Sin embargo, los historiadores discrepan sobre <a href="http://hdl.handle.net/10045/16607">la existencia de la dominación musulmana en este territorio</a>, <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=667844">así como del asentamiento bereber</a> que, en el caso de haberse dado, no tuvo apenas consecuencias por la brevedad de su estancia. Es más, también parece improbable la presencia en la ciudad de Gijón de un gobernador árabe, de nombre Munuza que, tras el episodio de Covadonga, los textos afirman que habría huido. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/472593/original/file-20220705-22-vq0twj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/472593/original/file-20220705-22-vq0twj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/472593/original/file-20220705-22-vq0twj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=775&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/472593/original/file-20220705-22-vq0twj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=775&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/472593/original/file-20220705-22-vq0twj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=775&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/472593/original/file-20220705-22-vq0twj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=974&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/472593/original/file-20220705-22-vq0twj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=974&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/472593/original/file-20220705-22-vq0twj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=974&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>Don Pelayo en Covadonga</em>, de Luis de Madrazo y Kuntz.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/don-pelayo-en-covadonga/e19ed15a-878d-47f7-aef6-c20229cbea21">Museo del Prado</a></span>
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<p>Y será precisamente en este lugar, en Covadonga, en donde <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1465411">las fuentes asturianas y árabes pongan su énfasis</a>. Las primeras, que están repletas de connotaciones providencialistas sobre una supuesta batalla que pudo tener lugar en 722, y que van sobrecargadas de referencias a los textos bíblicos (lucha contra los caldeos, intervención milagrosa de la Virgen, etc.), coinciden con las árabes en lo fundamental: Pelayo aparece como líder de la primera resistencia y se le atribuye el origen de los posteriores éxitos de las conquistas cristianas. Además, a esta rebelión hay que añadir la revuelta bereber contra los árabes, que acabó con su casi exterminio. </p>
<p>Por lo tanto, al margen de estas cuestiones, lo importante es que los territorios que se extienden desde el Cantábrico al Sistema Central y desde el Atlántico a los macizos ibéricos escaparon al dominio de lo que será el territorio del emirato controlado por ‘Abd al-Rahman I (756-788). Y queda claro que en esa enorme zona los conquistadores nunca llegaron a construir estructuras políticas y administrativas duraderas.</p>
<h2>Llega Carlomagno</h2>
<p>En cuanto al noreste peninsular, el reino de los francos atacó Al-Andalus entre 734 y 738; y posteriormente, una vez que Carlomagno llegó al poder, intentó aprovecharse de las divisiones internas musulmanas. </p>
<p>En su expansión, quiso conquistar Zaragoza (778), sin conseguirlo, pero sí se hizo con el control de Girona (785) y Barcelona (801). Así, una parte de estos territorios se integraron dentro del Imperio carolingio mediante la fórmula tradicional de condados. Estos, junto con otros territorios pirenaicos, pudieron formar una zona político-militar que sirvió a los carolingios, tal como ocurría en otros lugares estratégicos del Imperio, para defender sus dilatadas fronteras frente al emirato.</p>
<p>En conclusión, la conquista musulmana apenas se hizo efectiva al norte de la Cordillera Central. En otros territorios, como Pamplona, su carácter periférico impidió el control directo y continuo de los conquistadores. Y en cuanto al este, los francos, en especial de la mano de Carlomagno, terminaron con la presencia musulmana al norte de Barcelona.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/186429/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>F. Javier García Turza no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En el año 711 el gobernador árabe del norte de África envió a la península ibérica una expedición militar de tribus bereberes que conquistaron Córdoba y Granada, y continuaron hacia la capital del reino, Toledo, que también fue sometida. Pero ¿alcanzaron el norte?F. Javier García Turza, Profesor de Historia Medieval, Universidad de La RiojaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1714112021-11-18T20:01:10Z2021-11-18T20:01:10Z¿Fue Carlomagno un peregrino del Camino de Santiago?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/431920/original/file-20211115-23-59okew.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C0%2C1604%2C1050&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Santiago se aparece a Carlomagno, 'Codex Calixtinus'.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="http://www.xacopedia.com/Carlomagno">Xacopedia</a></span></figcaption></figure><p>Hace más de mil años que Europa entera –y en los últimos tiempos no solo Europa– camina hacia el “fin de la tierra”, el Finisterre gallego, <a href="https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.cmd?id=4145">para alcanzar Santiago de Compostela</a>. </p>
<p>Descubierto el sepulcro en la década de los años 820, y pese a la compleja explicación de su existencia, <a href="http://www.navarra.es/home_es/Temas/Turismo+ocio+y+cultura/Archivos/Archivos/Archivo+General+de+Navarra/Historia/Exposicion+Jacobeo.htm">su tumba ha sido objeto incesante de una de las tres grandes peregrinaciones cristianas</a>, junto a Roma y Jerusalén. Incluso aunque en el mundo actual los motivos del viaje sean sin duda muy variados o que se cuestione –y eso no es nuevo– la veracidad de la reliquia. </p>
<p>Pero desde el análisis del historiador lo importante es que la sociedad de su tiempo lo creyó, sin reclamación alguna de otros posibles enclaves, y que enseguida se desencadenó un movimiento imparable. El impacto del Camino fue, en toda la Edad Media, tanto religioso como político. Sin él se comprenden mal ciertas construcciones ideológicas, flujos económicos y sociales, organización del territorio, difusión de las ideas, la cultura o el arte. </p>
<p>Conocemos un destacado elenco de peregrinos desde que <a href="https://dbe.rah.es/biografias/29065/teodomiro-de-iria">Teodomiro</a>, obispo de Iria Flavia, se desplazara a comprobar aquello que un ermitaño local manifestaba haber visto: unas luces señalando un sepulcro, según cuenta el relato posterior. Hasta no hace mucho, cuando la arqueología dio con su propia losa sepulcral, Teodomiro se consideraba una figura legendaria; ahora sabemos que no. La afluencia se constata desde antes del final del siglo IX y ya no parará, aunque haya etapas de mayor o menor relevancia. </p>
<p>Lo que aquí se quiere explicar es que, junto a los peregrinos reales, hay otros imaginarios: personajes que nunca fueron ni, en realidad, pudieron ir. Pero la imaginación, la leyenda o la memoria, recrearon, reinventaron, reescribieron o ilustraron que habían ido. O que habían acompañado a quienes sí fueron.</p>
<h2>El inicio de la peregrinación y la relevancia de Santiago</h2>
<p>Cuando llega a la corte de Oviedo la noticia del singular hallazgo, es el propio rey <a href="https://dbe.rah.es/biografias/6354/alfonso-ii">Alfonso II</a> quien se pone en marcha. Es un monarca fundador tras un accidentado acceso al trono, uno de los constructores de una monarquía aún necesitada de fundamentos jurídicos e ideológicos y todavía a merced de otras sacudidas sucesorias tras su muerte sin heredero directo. </p>
<p>Buscó dichos fundamentos –y cruzó legados y mensajes– en <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3753293">los ideales del reino franco-carolingio</a>, cuando precisamente Carlomagno intervenía activamente en el Pirineo, donde finalmente consolidaría ciertos enclaves políticos de su imperio, empezando por el condado de Barcelona (801). Y supo encontrarlos, también, en el prodigioso hallazgo gallego: nada menos que la tumba de un apóstol. Alfonso II edificó la <a href="https://catedraldeoviedo.com/alfonso-ii-primer-peregrino/">primera basílica compostelana</a>, y casi un siglo después Alfonso III <a href="https://xacopedia.com/Alfonso_III_el_Magno_bas%C3%ADlica_de">construiría la segunda</a>. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/431914/original/file-20211115-19-157k6y3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/431914/original/file-20211115-19-157k6y3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/431914/original/file-20211115-19-157k6y3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=640&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/431914/original/file-20211115-19-157k6y3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=640&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/431914/original/file-20211115-19-157k6y3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=640&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/431914/original/file-20211115-19-157k6y3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=804&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/431914/original/file-20211115-19-157k6y3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=804&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/431914/original/file-20211115-19-157k6y3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=804&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Alfonso II en el <em>Libro de los Testamentos</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Armiger_regis_1098-1109.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Los dos Alfonsos fueron personalmente en peregrinación y entre ambos pusieron en marcha un culto ligado intensamente a la consolidación de la propia realeza y a su expansión cristiana. Uno y otro donaron a Santiago y a Oviedo sendas cruces procesionales magníficas (<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Cruz_de_los_%C3%81ngeles">sólo se conserva la de Oviedo</a>), de forma bizantina –otro rasgo de contenido ideológico relevante–, arropadas por un singular texto: “por este signo vencerás”, “este signo protege a los benditos/buenos”. </p>
<p>Todavía reinando el último ya se considera a Santiago como patrón del reino y protector de la expansión del territorio. Y se va consolidando además la idea de que las reliquias ovetenses son paso –o desvío– necesario antes de llegar a Santiago. </p>
<h2>Carlomagno, el rey peregrino que no fue</h2>
<p>Carlomagno, que muere en el 814, antes del hallazgo de la tumba, está definitivamente unido a la peregrinación porque la imaginación y la leyenda lo han llevado a Santiago y, con su ayuda, por toda la Península. </p>
<p>Llamado a Zaragoza en el 777 para una teórica entrega de la ciudad, las dos columnas de su ejército volvieron humilladas por donde habían venido, y la retaguardia de la occidental sería clamorosamente derrotada en Roncesvalles (778). Se iniciaba así un indudable interés del rey por el control del Pirineo, que culminaría con éxito en algunos sectores. </p>
<p>Hasta ahí la historia real, que el <em><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Cantar_de_Rold%C3%A1n">Cantar de Roldán</a></em> luego adornó con maestría.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/431922/original/file-20211115-21-h6rnww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/431922/original/file-20211115-21-h6rnww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/431922/original/file-20211115-21-h6rnww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=854&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/431922/original/file-20211115-21-h6rnww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=854&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/431922/original/file-20211115-21-h6rnww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=854&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/431922/original/file-20211115-21-h6rnww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1073&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/431922/original/file-20211115-21-h6rnww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1073&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/431922/original/file-20211115-21-h6rnww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1073&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Ejército de Carlomagno en camino hacia Santiago, Codex Calixtinus (s. XII).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://www.xacopedia.com/Carlomagno">Xacopedia</a></span>
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<p>En el siglo XII, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_Caroli_Magni">el códice del Pseudo Turpin</a> amplía la aventura. Santiago se aparecería a Carlomagno en sueños para mostrarle un “camino de estrellas” hacia la tumba donde yacía olvidado. Y entonces la historia se reinventa: Carlomagno vuelve y va liberando “el Camino”, y Roldán –que no ha muerto en la batalla de Roncesvalles– vence al gigante <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ferrag%C3%BAs">Ferragut</a> en un combate singular donde las religiones cristiana y musulmana estaban en juego. </p>
<p>Carlomagno, cuyos pecados se borraron milagrosamente ante Santiago, aún volvería más veces –según el relato–, y conquistaría, claro, toda la Península, hasta Córdoba inclusive. La antigua derrota se ha convertido en victoria y, aunque nada es real, el Camino entero sigue lleno de referencias al emperador. El relato de la “vía de estrellas”, que ciertamente el peregrino busca –y encuentra– en <a href="https://www.spain.info/es/lugares-interes/conjunto-monumental-alto-ibaneta/">el alto de Ibañeta</a>, forma parte de un imaginario inamovible. Y esta singular historia está en la construcción política y memorial del propio reino carolingio.</p>
<h2>Otros que velan la ruta</h2>
<p>Junto a estos monarcas que la imaginación llevó hasta Compostela, hay otros que, peregrinos de Oriente hacia Occidente y siguiendo una estrella, también redirigidos en sueños, culminan un viaje que los convierte en precursores de la peregrinación y protectores de todo viaje, incluido el ultimo, el de la muerte. </p>
<p>Desde los confines de Europa y hasta la entrada del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Coro_p%C3%A9treo_del_Maestro_Mateo">antiguo coro pétreo del maestro Mateo</a>, en el interior de la catedral compostelana, <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3040943">la representación de los Reyes Magos jalona intensamente el camino</a>. En viaje a caballo o en camello, postrados adorando o entregando las ofrendas, señalado con frecuencia a la estrella-guía, la escultura, la pintura y la miniatura marcan desde las grandes abadías a las diminutas iglesias. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/431919/original/file-20211115-21-104cexj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/431919/original/file-20211115-21-104cexj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/431919/original/file-20211115-21-104cexj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=663&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/431919/original/file-20211115-21-104cexj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=663&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/431919/original/file-20211115-21-104cexj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=663&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/431919/original/file-20211115-21-104cexj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=834&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/431919/original/file-20211115-21-104cexj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=834&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/431919/original/file-20211115-21-104cexj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=834&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los Reyes Magos despertados por el ángel, en la Catedral de Autun.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Autun,_Dream_of_Three_Wise_Men.JPG">Cancre / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>El sueño de los magos que tan delicadamente <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Gislebertus_de_Autun">se representó</a> en Saint Lazare de Autun se reitera casi idéntico en otros varios lugares, entre ellos en <a href="https://www.fundacionjacobea.org/camino-de-santiago/pueblos-del-camino-puente-la-reina/">Puente la Reina</a>, en las arcadas de la iglesia del Crucifijo. Ciertamente la Epifanía es una escena relevante de las Escrituras, pero su vinculación con la idea de peregrinación es tal que su presencia en todos los lugares significativos de la ruta es más que notoria.</p>
<p>Ir a Santiago era emprender uno de los viajes más emblemáticos del mundo medieval, cargado de símbolos, leyenda, aspiraciones religiosas, incertidumbre… De relatos que el hombre medieval entendía muy bien: los de un Carlomagno que nunca pudo haber ido pero generó un poderoso conjunto de historias ligadas para siempre a la peregrinación. Y el de esos Reyes Magos, protectores y precursores, que la imaginación ha querido que aparcasen sus caballos –porque así es como están representados– en el pórtico del coro de Compostela.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/171411/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Eloísa Ramírez Vaquero no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En el Camino de Santiago, una de las grandes tres rutas de peregrinación católicas, se suceden retratos de Carlomagno y de los Reyes Magos. ¿Por qué?Eloísa Ramírez Vaquero, Catedrática de Historia Medieval, Universidad Pública de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1235112019-10-10T19:52:52Z2019-10-10T19:52:52ZUsted es descendiente de Carlomagno; su vecino también<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/294561/original/file-20190927-185399-ol9z8g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3527%2C2808&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Busto de Carlomagno creado alrededor de 1350.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/aachen-germanydecember-15-2014-bust-charlemagne-577167343?src=YHYJ2s35C-pgUt98Tc5_Wg-1-2">Moskwa</a></span></figcaption></figure><p>Todos tenemos un padre y una madre biológicos. Ellos, a su vez, tuvieron los suyos, de manera que todos tenemos dos abuelos y dos abuelas. Si seguimos la secuencia hacia atrás: ocho bisabuelos, dieciséis tatarabuelos, etc. Si cada generación está separada de la anterior por 30 años, podríamos haber llegado a tener unos 16 000 ascendientes al comienzo del siglo XVII, unos 16 millones a principios del XIV y unos 16 000 millones en los albores del XI, hace unos mil años. </p>
<p>A estas alturas ya se habrá dado usted cuenta de que eso, sencillamente, es imposible.</p>
<p>En efecto, y sin tener que retroceder tanto, el número real de nuestros ascendientes es muy inferior al que se calcula haciendo esas operaciones. La razón es clara: muchos de nuestros ancestros lo son por varias líneas genealógicas. Esto es más improbable cuanto más cercanos en el tiempo son los ascendientes, pero aumenta conforme vamos hacia atrás.</p>
<p>A comienzos del siglo XIV había unas 450 millones de personas en el mundo (<a href="https://www.britannica.com/topic/history-of-Europe#ref=ref994290">alrededor de 70 en Europa</a>), por lo que bien pudieron haber vivido unos 16 millones de ancestros de cada uno de nosotros entonces. Pero hace mil años sólo vivían 400 millones (unos 50 en Europa). Por lo tanto, es matemáticamente imposible que viviesen 16 000 millones de antepasados nuestros en aquella época.</p>
<p>Hablamos con naturalidad de <em>árbol genealógico</em> porque visualizamos nuestros ancestros como un árbol que se ramifica poco a poco hacia atrás. Pero la realidad es muy diferente. Ya desde generaciones no tan lejanas algunas de las ramas confluyen, y si nos retrotraemos a tiempos remotos, ni siquiera cabe hablar de ramas. Las líneas genealógicas configuran una especie de maraña o, si se quiere, de malla con múltiples cruzamientos. </p>
<p>Por otro lado, muchas líneas no dejan descendencia ninguna en cada generación. Conforme retrocedemos en el tiempo, la red va haciéndose más y más estrecha: se calcula que en los albores del Neolítico, hace unos 12 000 años, vivían en el mundo <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24063884">menos de 4 millones de personas</a>, unos 60 millones en la época homérica, y mil millones al comienzo del siglo XIX.</p>
<p>Adam Rutherford cuenta, en su <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/A_Brief_History_of_Everyone_Who_Ever_Lived"><em>Breve historia de todos los que han vivido</em></a>, que todos los que tenemos ascendencia europea procedemos, por una vía u otra, de <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Charlemagne">Carlomagno</a>. Todos pertenecemos, por lo tanto, a un linaje real. No es broma, aunque sea del todo irrelevante. Quienes tenemos algún ancestro europeo no solo descendemos de Carlomagno, también procedemos de todos los europeos de su época –alrededor del año 800– que dejaron descendencia y ha llegado hasta el siglo XXI. Se estima que la de un 20 % no ha llegado.</p>
<p>No hace falta ir tan atrás en el tiempo para localizar el momento en que confluyen nuestras líneas genealógicas. Todos los europeos compartimos un antepasado común que vivió hace, aproximadamente, unos 600 años. Y si los mismos cálculos que han permitido obtener esa cifra se hacen para toda la humanidad, se estima que todos los seres humanos compartimos un antepasado común que vivió hace unos 3 400 años. Porque, aunque cueste creerlo, no se sabe de ninguna población que haya permanecido completamente aislada durante los últimos siglos.</p>
<p>Estas cosas resultan desconcertantes. Piénselo si ha depositado una muestra de saliva en un tubito y le han dicho que en su linaje confluyen ascendientes de las tribus guerreras de las estepas rusas, de los bravos vikingos que sembraron el caos y la destrucción en Europa, y de los egipcios que levantaron las pirámides. Lo más probable es que usted tenga esa ascendencia. </p>
<p>También la tengo yo.</p>
<hr>
<p><em>Una <a href="https://culturacientifica.com/2019/09/01/el-legado-de-carlomagno/">versión </a>de este artículo fue publicada originalmente en el <a href="https://culturacientifica.com/">Cuaderno de Cultura Científica</a>, una publicación de la Cátedra de Cultura Científica de la <a href="https://www.ehu.eus/es/">UPV/EHU</a>.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/123511/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Juan Ignacio Pérez Iglesias no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Si retrocedemos lo suficiente, todos los europeos compartimos un ancestro común que vivió hace unos 600 años.Juan Ignacio Pérez Iglesias, Catedrático de Fisiología, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.