En 2020, y a causa de la pandemia, la inestabilidad, el miedo, la pérdida de confianza y la incertidumbre trajeron la parálisis económica a nivel mundial. El reto está en recuperar lo perdido.
España debe realizar cambios profundos que le permitan seguir el ritmo a países como Suecia, que lidera la innovación en Europa, o Portugal, que se ha convertido en líder en innovación en PYMES.
La caída de la complejidad de la economía española hace que la mayoría de los puestos de trabajo sean de bajos salarios y baja cualificación. En este contexto, es difícil reducir las desigualdades.