tag:theconversation.com,2011:/us/topics/computacion-69183/articlescomputación – The Conversation2024-02-09T05:43:38Ztag:theconversation.com,2011:article/2217072024-02-09T05:43:38Z2024-02-09T05:43:38ZJohn von Neumann: la máquina y el cerebro de la persona más inteligente del siglo XX<p>El científico húngaro-americano János L. Neumann, que posteriormente adoptó el nombre anglosajón de John von Neumann, ha sido calificado en múltiples foros<a href="https://www.sciencetimes.com/articles/46356/20231004/smartest-man-who-lived-john-von-neumanns-dual-legacy-atomic.htm"> como una de las personas más inteligentes del mundo en el siglo XX.
</a></p>
<p>Pero ¿por qué von Neumann? ¿Por qué el más inteligente, incluso siendo contemporáneo de Einstein? </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/573047/original/file-20240202-29-bnm1d5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/573047/original/file-20240202-29-bnm1d5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/573047/original/file-20240202-29-bnm1d5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=501&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/573047/original/file-20240202-29-bnm1d5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=501&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/573047/original/file-20240202-29-bnm1d5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=501&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/573047/original/file-20240202-29-bnm1d5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=630&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/573047/original/file-20240202-29-bnm1d5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=630&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/573047/original/file-20240202-29-bnm1d5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=630&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">János Neumann nació en Budapest en 1903. Fue un niño prodigio que a la edad de 6 años podía dividir mentalmente cifras de 8 dígitos, era capaz de aprenderse el listín telefónico y bromeaba con su padre en griego clásico.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:John_von_Neumann_as_child.jpg">Wikimedia commons</a></span>
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<p>La singularidad de John von Neumann estriba en que su obra nace de <a href="https://theconversation.com/maniac-de-benjamin-labatut-cuando-la-ciencia-abre-las-puertas-del-infierno-221151">un cerebro creativo y desbocado</a>, y afecta a todo lo que hoy somos. Tocó casi todos los campos de la ciencia, desde la biología a la física, las matemáticas, la economía o la computación. Y en todos ellos realizó contribuciones esenciales. </p>
<h2>La máquina de Neumann</h2>
<p>Basándose en los <a href="https://www.madrimasd.org/blogs/matematicas/2014/05/19/138132">desarrollos de Turing</a>, von Neumann hizo posible el primer ordenador tal y como hoy lo utilizamos. Diseñó la computadora que sirve como herramienta científica, con gran capacidad de memoria, y que actúa en función de las instrucciones que se le faciliten. La nube, el <em>big data</em> y también la inteligencia artificial son posibles gracias a von Neumann. </p>
<p>La máquina que desarrolló, MANIAC (acrónimo de su nombre en inglés Mathematical Analyzer, Numerical Integrator and Computer), nació en el Laboratorio Nacional de Los Álamos para realizar simulaciones en el proyecto de la detonación de la bomba H. Y MANIAC supuso un hito en la historia de la informática. La arquitectura von Neumann es la que se emplea hoy en cada PC doméstico y en los titánicos supercomputadores del mundo. </p>
<p>La máquina de von Neumann añadió una dimensión adicional a la computación: su memoria operaba de una forma bidimensional en lugar de la clásica estructura lineal ideada por <a href="https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/turing.htm">Alan Turing</a>. </p>
<p>Esta computadora fue, entre otras muchas cosas, la que inició <a href="https://www.divulgameteo.es/uploads/50-a%C3%B1os-predicci%C3%B3n-num%C3%A9rica.pdf">los pronósticos meteorológicos fiables</a>, que en aquel tiempo requerían de cálculos costosísimos. Es también la base del sistema actual de estudio del clima. </p>
<h2>La teoría de juegos para entender al ser humano</h2>
<p>Neumann fue uno de los desarrolladores de la <a href="https://cenexp.com/biblioteca/librerias/BAS/Bbasicas/CB43.pdf">teoría matemática de juegos</a>, que pudo extender y aplicar gracias al desarrollo de la computación. En la mente de von Neumann el <a href="https://www.unir.net/empresa/revista/teoria-de-juegos/">desarrollo de la teoría de juegos</a> permitiría conocer al ser humano, discernir matemáticamente qué elegimos y por qué lo hacemos.</p>
<p>Esta disciplina establece modelos matemáticos para entender sistemas cuyos individuos toman decisiones que se influyen mutuamente. <a href="https://economia3.com/teoria-juegos-que-es-importancia/">La economía, los mercados, la oferta y la demanda son parte de sus aplicaciones</a>. De este modo Neumann contribuyó a crear el gran paradigma de la matemática aplicada del siglo XX: el estudio y control de los fenómenos complejos. </p>
<p>Von Neumann y su máquina, y la teoría de juegos, <a href="https://www.acta.es/medios/articulos/cultura_y_sociedad/060115.pdf">nos plantean dilemas morales de difícil solución</a> como, por ejemplo, si es lícita la destrucción de personas si a cambio liberas a otras de la esclavitud, la opresión extrema o el fascismo. También nos cuestionan sobre el peso que la ética debe tener en el desarrollo de la ciencia. </p>
<p>Los parámetros personales de von Neumann hay que analizarlos desde sus orígenes: un judío en plena extensión del nazismo, y a la vez un húngaro que ve cómo su país es ocupado por la Unión Soviética.</p>
<h2>MAD: Destrucción Mutua Asegurada</h2>
<p>Von Neumann vivió en ese momento de la historia en la que físicos y matemáticos decidían la victoria en las guerras. Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó en el <a href="https://theconversation.com/lo-que-lograron-los-genios-de-los-alamos-y-la-pelicula-oppenheimer-no-cuenta-210739">Proyecto Manhattan</a>, el proyecto liderado por los Estados Unidos, con Oppenheimer como responsable científico, para desarrollar la bomba atómica.</p>
<p>Considerado como el científico con mayor poder político de su época, militarista, anticomunista y con empatía nula, fue el máximo responsable de la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Estrategia_de_las_armas_nucleares#:%7E:text=La%20estrategia%20de%20la%20disuasi%C3%B3n,disuadir%20a%20un%20agresor%20potencial.">estrategia de disuasión nuclear estadounidense</a>, que cambió el panorama geopolítico del mundo para siempre. </p>
<p>La destrucción mutua asegurada (en inglés <a href="https://periodismoglobal.com/2022/02/28/destruccion-mutua-asegurada/#:%7E:text=MAD%2C%20loco%20en%20ingl%C3%A9s%2C%20es,y%20las%20potencias%20se%20destruir%C3%ADan.">Mutual Assured Destruction o MAD</a>) es la doctrina concebida por John von Neumann: cualquier uso de armamento nuclear por cualquiera de dos bandos opuestos podría resultar en la completa destrucción de ambos (atacante y defensor).</p>
<p>Un nacionalismo exacerbado (tanto local como global), junto con una falta de escrúpulos en la consecución de intereses de tipo económico y estratégico, hacen que una situación de este tipo sea perfectamente factible en la actualidad. </p>
<h2>La autoconciencia y los autómatas celulares</h2>
<p>La máquina de von Neumann es también el germen de la IA, que probablemente llevará al <a href="https://theconversation.com/inteligencia-artificial-riesgos-reales-frente-a-amenazas-hipoteticas-207942">establecimiento de algo similar a una autoconciencia, de la que algunos expertos nos están previniendo en los últimos meses</a>. </p>
<p>Si a esta cualidad le añadimos un soporte físico que todavía no imaginamos, y unas capacidades de cálculo, relación y procesado de la información infinitamente superiores a las nuestras, nos encontramos con una variedad de potenciales seres “digitales” cuya evolución es difícil de predecir. Estos seres digitales ocuparon la mente de John von Neumann en los últimos años de su vida en la forma de <a href="https://www.cs.us.es/%7Efsancho/Blog/posts/Automatas_Celulares.md.html#:%7E:text=Los%20aut%C3%B3matas%20celulares%20(AC)%20surgen,complicadas%20sobre%20una%20red%20rectangular.">autómatas celulares</a>. </p>
<p><a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Nils_Aall_Barricelli">Nils A. Barricelli</a> trabajó la idea de auto-replicación que von Neumann ya había puesto sobre la mesa, y realizó, con la ayuda de MANIAC, experimentos donde entidades numéricas se reproducían con una cierta tasa de error, en un intento de refutar las <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Lamarckismo">teorías lamarquianas</a> sobre la evolución de las especies. </p>
<p><a href="http://www.librosmaravillosos.com/lacatedraldeturing/index.html">Barricelli ejecutó modelos de evolución en una computadora digital, y desarrolló organismos numéricos</a>, con propiedades sorprendentemente similares a las de los organismos vivos, en la memoria de una computadora de alta velocidad.</p>
<p>Von Neumann se dio cuenta de que la biología ofrecía el sistema de procesamiento de información más poderoso disponible y se preguntaba si era posible construir una máquina que produjese máquinas más complejas que ellas mismas. Máquinas que crearan otras máquinas, que a su vez se reproducirían en un bucle infinito. <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A1quina_autorreplicante">Máquinas autoreplicables, algo que él llamó Kinematon</a>. Inteligencias artificiales capaces de aprender por sí mismas, evolucionar, como ya de hecho lo están haciendo. </p>
<p>Para von Neumann, el cerebro humano funcionaba igual que MANIAC, igual que un supercomputador, que podría descifrarse. En su inacabado libro, <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/The_Computer_and_the_Brain"><em>The Computer and the Brain</em></a>, afirmaba que las computadoras y los seres humanos son, sencillamente, “diferentes clases de autómatas”. </p>
<p>Eugene Wigner, amigo y matemático húngaro, le describió así: </p>
<blockquote>
<p>“En este mundo solo hay dos tipos de personas: John von Neumann y el resto de nosotros”.</p>
</blockquote><img src="https://counter.theconversation.com/content/221707/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Antonia Navascués Sanagustín no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>John von Neumann ha sido considerado el hombre más inteligente del siglo XX, incluso superando a Albert Einstein. Estas son las razones.María Antonia Navascués Sanagustín, Investigadora en Matemática Aplicada, Universidad de ZaragozaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2211512024-01-15T21:42:32Z2024-01-15T21:42:32Z‘MANIAC’, de Benjamín Labatut: cuando la ciencia abre las puertas del infierno<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/569272/original/file-20231113-19-y77vl9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C6%2C4109%2C2733&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">GM Pictures/Shutterstock</span></span></figcaption></figure><p>Hace poco más de 100 años, el sociólogo alemán <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Max_Weber">Max Weber</a> advirtió que el avance de la ciencia provocaría el “<a href="https://hscif.org/wp-content/uploads/2018/04/Max-Weber-Science-as-a-Vocation.pdf">desencanto</a>” del mundo. </p>
<p>Se refería a un mundo sin misterio, sin lo desconocido ni lo trascendente y, por tanto, sin sentido: un mundo regido por la sombría ley de lo que él denominaba “<a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Instrumental_and_value_rationality">racionalidad instrumental</a>”, donde todo es un medio para alcanzar un fin y nada es un fin en sí mismo. </p>
<p>Weber temía que la ciencia y la tecnología redujeran la existencia humana al frío cálculo y al sentido práctico utilitario, y destruyeran cualquier actividad que no tuviera efectos inmediatos, mensurables y pragmáticos.</p>
<p><a href="https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/maniac/9788433911001/NH_723"><em>MANIAC</em>, de Benjamin Labatut</a>, es un relato no del todo ficticio de los avances científicos desde que Weber lanzara su advertencia. Y, de un modo extraño e inquietante, muestra lo equivocada que fue su predicción.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/569331/original/file-20240115-25-7yyiwy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/569331/original/file-20240115-25-7yyiwy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/569331/original/file-20240115-25-7yyiwy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=943&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/569331/original/file-20240115-25-7yyiwy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=943&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/569331/original/file-20240115-25-7yyiwy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=943&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/569331/original/file-20240115-25-7yyiwy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1185&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/569331/original/file-20240115-25-7yyiwy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1185&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/569331/original/file-20240115-25-7yyiwy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1185&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>MANIAC</em>, de Benjamín Labatut, publicado en España por Anagrama.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Anagrama</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>La ciencia que ha engendrado todo, desde las armas nucleares y la inteligencia artificial hasta Silicon Valley y la economía neoliberal, es cualquier cosa menos práctica y mundana. Se desarrolla en un nivel de abstracción matemática y especulación filosófica que sólo un pequeño puñado de seres humanos puede comprender. Funciona rompiendo todas las reglas del sentido común y todo lo que podría parecer útil en el mundo cotidiano, prosperando en sus incoherencias e irracionalidades. </p>
<p>De hecho, y como sugiere el título de Labatut, existe en la delgada frontera entre lo racional y lo irracional, ese lugar donde el pensamiento se convierte en locura, donde el mundo no pierde todo su sentido, como imaginó Weber, sino que se llena de infinitos significados, repleto de mensajes que sólo una mente paranoica podría discernir.</p>
<p>Si la ciencia cierra las puertas del cielo, podríamos decir que abre de par en par las puertas del infierno.</p>
<h2>Los límites de la lógica</h2>
<p>La novela de Labatut nos invita a considerar una serie de figuras de la historia de la ciencia del siglo XX cuyas vidas personales reflejaban la locura de lo que estaban descubriendo.</p>
<p>El físico austriaco <a href="https://thereader.mitpress.mit.edu/paul-ehrenfest-forgotten-physicist/">Paul Ehrenfest</a> no pudo evitar comparar la irracionalidad de la nueva ciencia con la irracionalidad del naciente régimen nazi. Su descenso a la locura le llevó, en 1933, a asesinar a su hijo discapacitado antes de suicidarse.</p>
<p>En 1931, el matemático y lógico <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Kurt_G%C3%B6del">Kurt Gödel</a> desarrolló los teoremas de incompletitud que instalaron una inconsistencia en la base de todas las matemáticas. A veces se dice que su psicosis debilitante no fue el efecto sino la causa de su hallazgo.</p>
<p>La ingeniera e informática autodidacta <a href="https://discover.lanl.gov/news/0323-von-neumanns-letters/">Klára Dan</a> estuvo detrás de algunos de los avances tecnológicos más importantes del siglo XX. En 1963, a los 52 años, condujo desde su casa de La Jolla (California) hasta la playa, donde se metió en las olas y se ahogó.</p>
<p>Pero para Labatut, la más convincente de estas figuras (hasta el punto de que la mayor parte de <em>MANIAC</em> consiste en un elaborado esbozo de su personaje) es el genio matemático húngaro Neumann János Lajos, o, como pasó a llamársele tras trasladarse a Estados Unidos, <a href="https://www.ias.edu/von-neumann">John von Neumann</a>.</p>
<p>Labatut presenta a von Neumann como “el ser humano más inteligente del siglo XX”. Y las pruebas de esta afirmación son numerosas. </p>
<p>Von Neumann <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/MANIAC_I">inventó el ordenador moderno</a>, proporcionó los fundamentos matemáticos de <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Quantum_mechanics">la mecánica cuántica</a> y completó <a href="https://ahf.nuclearmuseum.org/ahf/profile/john-von-neumann/#:%7E:text=Von%20Neumann's%20principal%20contribution%20to,targets%20for%20the%20atomic%20bomb.">las ecuaciones necesarias para que la bomba atómica fuera posible</a>. </p>
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<span class="caption">John von Neumann (1903-57).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://about.lanl.gov/lanl-resources/">Biblioteca Nacional de Los Álamos, vía Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>También fue el padre de la <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Game_theory">Teoría de Juegos</a>, clave en la economía neoliberal, pero que le sirvió para justificar la estrategia de la Guerra Fría de <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Mutual_assured_destruction">Destrucción Mutua Asegurada, o MAD</a>. Ésta proponía que la única manera de evitar la aniquilación de toda la existencia humana era armar a dos superpotencias con la capacidad de hacerlo muchas veces.</p>
<p>Von Neumann predijo y ayudó a adelantar la llegada de la era digital. Previó máquinas autorreproductoras, inteligencia artificial y la <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Technological_singularity">Singularidad</a>, ese momento mítico en el que la tecnología finalmente absorberá y subordinará a la humanidad.</p>
<p>Es difícil imaginar que solo una mente humana individual pueda estar detrás de gran parte del mundo tecnológico en el que todos vivimos ahora. Según cuenta Labatut, casi todos los que conocieron a von Neumann lo vieron como una especie diferente, una etapa superior de la evolución humana, un ser extraterrestre, incluso un dios.</p>
<p>“Hay dos clases de personas en este mundo”, le hace decir Labatut al colaborador de von Neumann <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Eugene_Wigner">Eugene Wigner</a> al principio de la novela: “Jansci von Neumann y el resto de nosotros”.</p>
<p>“La mayoría de los matemáticos demuestran lo que pueden”, declara Wigner un poco más tarde. “Von Neumann demuestra lo que quiere”.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/kurt-godel-from-loopholes-and-dictators-to-the-incompleteness-theorems-72376">Kurt Gödel: from loopholes and dictators to the incompleteness theorems</a>
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<hr>
<h2>Una mente inhumana</h2>
<p>Para reforzar esta imagen de von Neumann como un dios, Labatut nunca escribe desde la perspectiva de von Neumann ni pretende tener acceso al funcionamiento interno de su mente. En lugar de ello, estructura su novela como una serie de relatos en primera persona, casi sin aliento, de quienes le conocieron o se encontraron con él, como el testimonio de los testigos de un milagro… o de una catástrofe.</p>
<p>Así, además de Wigner, nos hablan la madre de von Neumann, Margit Kann von Neumann, su hermano Nicholas Augustus von Neumann, su primera esposa Mariette Kövesi, su primer profesor <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/George_P%C3%B3lya">George Pólya</a>, el matemático e ingeniero <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Theodore_von_K%C3%A1rm%C3%A1n">Theodore von Kármán</a>, el físico estadounidense <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Richard_Feynman">Richard Feynman</a>, el economista <a href="https://nl.wikipedia.org/wiki/Oskar_Morgenstern">Oskar Morgenstern</a>, y muchos más.</p>
<p>Todos parecen tener la misma impresión básica del hombre: un genio desconcertantemente grande, cuyos singulares poderes intelectuales parecían situarle más allá del bien y del mal, y le llevaban a despreciar la mera moralidad humana con insensible indiferencia.</p>
<p>Eso explica el entusiasmo con el que von Neumann se lanzó a las aplicaciones militares de sus ideas, y la desvergüenza con la que se convirtió, como dice Labatut, en “una mente de alquiler”, dispuesto a “cobrar honorarios exorbitantes por sentarse con gente de IBM, RCA, la CIA o la RAND Corporation, a veces durante no más de un par de minutos”. </p>
<p>Si von Neumann era un dios, no era en absoluto un dios cristiano benevolente. Se parecía más a los dioses griegos del Olimpo o al iracundo Yahvé del Antiguo Testamento. O tal vez fuera simplemente un demonio: voluntarioso, arbitrario y capaz de horribles actos de destrucción.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/558195/original/file-20231107-23-oe546c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/558195/original/file-20231107-23-oe546c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/558195/original/file-20231107-23-oe546c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/558195/original/file-20231107-23-oe546c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/558195/original/file-20231107-23-oe546c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/558195/original/file-20231107-23-oe546c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/558195/original/file-20231107-23-oe546c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/558195/original/file-20231107-23-oe546c.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Richard Feynman.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Richard_Feynman_1959.png">Dominio público, vía Wikimedia Commons</a></span>
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<h2>Dioses mecánicos</h2>
<p>Pero, a diferencia de la mayoría de los dioses, von Neumann no era inmortal. Como muchos de los que le rodeaban, murió trágicamente joven, poco después de cumplir 53 años, víctima de un virulento cáncer en el cerebro.</p>
<p>En <em>MANIAC</em>, Labatut sugiere que los algoritmos que ahora dominan gran parte de nuestras vidas podrían considerarse los descendientes de von Neumann. Son dioses mecánicos que no están sujetos a los límites de la carne y la sangre.</p>
<p>La novela tiene una especie de segundo acto, en el que Labatut deja atrás a von Neumann y narra la historia <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Go_(juego)">del antiguo juego Go</a>, y el momento en que las máquinas se volvieron capaces de vencer a los mejores jugadores humanos del mundo, <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/AlphaGo_versus_Lee_Sedol">Lee Sedol</a> y <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/AlphaGo_versus_Ke_Jie">Ke Jie</a>.</p>
<p>Para Labatut, el hecho de que las máquinas ganen sistemáticamente a los humanos en los juegos más complejos que podamos imaginar constituye un punto de inflexión fundamental. Sólo podemos temblar ante estos nuevos dioses del mismo modo que nuestros antepasados lo hacían ante los antiguos: con miedo y temor.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/economic-theories-that-have-changed-us-game-theory-43633">Economic theories that have changed us: game theory</a>
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<h2>El don de la ficción</h2>
<p>A pesar de estas fantasías apocalípticas, me gustaría sugerir que aquí también ocurre algo más, justo debajo de la superficie.</p>
<p><em>MANIAC</em> se presenta engañosamente como una recopilación de hechos y un relato de acontecimientos que sucedieron realmente. Pero no es eso en absoluto. Es una novela: la invención de otra gran mente, la de Labatut. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/555209/original/file-20231023-15-i9mwwx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/555209/original/file-20231023-15-i9mwwx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/555209/original/file-20231023-15-i9mwwx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1083&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/555209/original/file-20231023-15-i9mwwx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1083&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/555209/original/file-20231023-15-i9mwwx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1083&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/555209/original/file-20231023-15-i9mwwx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1361&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/555209/original/file-20231023-15-i9mwwx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1361&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/555209/original/file-20231023-15-i9mwwx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1361&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Benjamin Labatut.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Julieta-Labatut_COLOR.jpg">AloysusAcker, via Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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</figure>
<p>Sitúa los hechos de la experiencia humana dentro de un contenedor de ficción. Los descubrimientos científicos y tecnológicos se engloban en algo más profundo: una historia.</p>
<p>En ese sentido, la forma ficticia de <em>MANIAC</em> desmiente su contenido apocalíptico. Puede que las máquinas dominen el mundo real, pero como atestigua la novela de Labatut, los humanos pueden inventar la ficción que domine esa dominación.</p>
<p>“Usted insiste en que hay algo que una máquina no puede hacer”, declaró una vez von Neumann, con su arrogancia característica. “Si me dice con precisión qué es lo que una máquina no puede hacer, entonces siempre podré fabricar una máquina que haga precisamente eso”.</p>
<p>“Bueno”, podríamos haber replicado, “lo que no puede hacer es nada sin que se le diga lo que tiene que hacer”. Lo que no puede hacer es lo que hace la novela de Labatut, de hecho todas las novelas, todas las ficciones, todas las historias: decirnos cosas que nunca pueden verificarse, crear verdades que no tienen un fundamento estable o tejer mundos enteros de la nada.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/221151/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Charles Barbour no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En MANIAC, Benjamin Labatut cuenta la historia del “hombre más inteligente del siglo XX” y los límites entre la locura y la ciencia.Charles Barbour, Associate Professor, Philosophy, Western Sydney UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2163002024-01-04T20:45:55Z2024-01-04T20:45:55ZEl año que los Reyes Magos me regalaron un robot<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/567955/original/file-20240104-23-n4vt7u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=212%2C20%2C3186%2C1686&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-vector/robotics-children-colored-background-clever-kids-2003591246">Macrovector/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>A mí me ha tocado abrir todo tipo de paquetes y, como es lógico, algunos no me han gustado nada. Por ejemplo, el carbón. Debí portarme fatal ese año. Sin embargo, con el tiempo los Reyes Magos se fueron dando cuenta de lo que más me gustaba del mundo, y comenzó la lista de aciertos. </p>
<p>Si la memoria no me falla, recuerdo que mi primer regalo favorito fue un mecano. Se trataba de montar algo parecido a un vehículo tipo <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Transformers"><em>Transformer</em> que podía convertirse en una especie de robot</a>, y viceversa. No se movía de forma autónoma, tampoco hablaba, pero ni falta que hacía. El hecho de poder montarlo y transformarlo ya me parecía la bomba. </p>
<p>En ese momento tenía cierta <a href="https://news.uchicago.edu/story/puzzle-play-helps-boost-learning-important-math-related-skills">experiencia en hacer rompecabezas</a>, porque todos los años caía alguno el 6 de enero, pero con este robot transformista di el salto a los rompecabezas de tres dimensiones.</p>
<p>Poco después llegó el tren eléctrico. Se me abrió la boca cuando lo vi en la caja: la locomotora y los vagones por un lado, y las vías del tren por otro. Recuerdo montarlo con mi padre, conectando una vía con otra y cerrando el circuito. Y cuando accioné el interruptor y el tren empezó a moverse, aluciné. Que un juguete pudiera cobrar esa vida me entusiasmó. Era justo lo que le faltaba a mi robot. </p>
<h2>Una actividad que las niñas podíamos elegir</h2>
<p>Curiosamente, el año del tren eléctrico pusimos en marcha en el colegio una pequeña experiencia en tecnología que se basó en hacer un circuito con una pila, un interruptor y una bombilla. Yo ya llevaba los deberes hechos de casa. Construimos una casita con tizas de pizarra y dentro ubicamos el circuito para dar luz a la vivienda. Era una <a href="https://theconversation.com/como-alentar-a-las-ninas-a-estudiar-carreras-cientificas-y-matematicas-7-estrategias-102301">actividad que las niñas podíamos elegir</a> en lugar de hacer punto de cruz, y yo me decidí por el circuito. Recuerdo la experiencia con mucho cariño, e incluso alguna vez la he puesto en práctica con los más pequeños de mi entorno. </p>
<h2>Rosaura: la muñeca parlante</h2>
<p>La protagonista de los siguientes Reyes Magos fue Rosaura. Una muñeca enorme (me llegaba casi a los hombros), articulada, a la que podías vestir y peinar. Pero lo mejor de todo era que hablaba. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/567257/original/file-20231222-27-jtz903.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/567257/original/file-20231222-27-jtz903.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/567257/original/file-20231222-27-jtz903.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1050&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/567257/original/file-20231222-27-jtz903.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1050&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/567257/original/file-20231222-27-jtz903.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1050&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/567257/original/file-20231222-27-jtz903.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1320&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/567257/original/file-20231222-27-jtz903.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1320&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/567257/original/file-20231222-27-jtz903.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1320&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">La espalda de Rosaura, donde se introducía el disco que la hacía hablar.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.todocoleccion.net/munecas-espanolas-modernas/muneca-rosaura-original-jesmar-modelo-mas-antiguo-ver-fotos-disco~x359988760">Todocolección.net</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En la espalda tenía un orificio en el que podías introducir un pequeño disco, no recuerdo bien si de vinilo, y al pulsar un botón, la muñeca lo reproducía por un altavoz y parecía cobrar vida. Fue el regalo más parecido a un robot humanoide que he recibido. No recuerdo haberla peinado ni haberle cambiado el vestido ni una sola vez, pero sí cambiarle los discos una y mil veces. Esta vez los Reyes Magos acertaron por los pelos, o más bien, por los discos. </p>
<h2>Los videojuegos con batería</h2>
<p>Lo siguiente fueron los videojuegos. Nada que ver con los de ahora. Los míos eran pequeñas maquinitas con botones y una pantalla, y lo máximo que sucedía en la partida era que un muñequito se moviera de derecha a izquierda o de arriba a abajo para matar a algún marciano o esquivar alguna fruta que caía del cielo. Eso sí, mi última maquinita pasó de tener pilas a tener una pequeña batería solar. La tenía que exponer a la luz del flexo para jugar por las noches, de lo contrario, la foca empezaba a desdibujarse y justo desaparecía cuando, movida por mis botones, iba directa a comerse el pescado.</p>
<h2>Y llegó el ordenador y el lenguaje de programación</h2>
<p>El gran salto fue el ordenador. Un<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/MSX"> MSX</a>. Yo quería un SPECTRUM, pero los Reyes Magos debieron despistarse con la marca. Mi primo tenía el SPECTRUM y sus juegos eran mejores que los del MSX, a mi parecer. Pero lo que no tenía el SPECTRUM de mi primo era un libro que incluía códigos de programación. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/567259/original/file-20231222-21-ekjvq0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/567259/original/file-20231222-21-ekjvq0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/567259/original/file-20231222-21-ekjvq0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=351&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/567259/original/file-20231222-21-ekjvq0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=351&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/567259/original/file-20231222-21-ekjvq0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=351&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/567259/original/file-20231222-21-ekjvq0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=441&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/567259/original/file-20231222-21-ekjvq0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=441&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/567259/original/file-20231222-21-ekjvq0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=441&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Sony MSX , Modelo HB-501P.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://es.wikipedia.org/wiki/MSX">Wikimedia commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Recuerdo que, al elegir uno de esos códigos de forma aleatoria y escribirlo con el teclado del ordenador siguiendo de forma escrupulosa las instrucciones, aparecieron en la pantalla una serie de círculos de colores que se redibujaban una y otra vez. Me fascinó. Ese momento fue clave para mí, ahí comenzó mi interés por conocer el lenguaje de programación y, casi sin darme cuenta, me fui enamorando de los ordenadores, la computación y la tecnología.</p>
<p>Quizás los Reyes Magos nunca me regalaron un robot en toda regla, pero con todos estos juguetes me despertaron la motivación necesaria y me ofrecieron algunas de las <a href="https://www.uc3m.es/secundaria/stem-girls-uc3m">herramientas más importantes para aprender poco a poco a manejarme en el mundo de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, lo que ahora se conoce como las disciplinas STEM</a>. </p>
<p>Esa es la magia de los juguetes, lo que esconden detrás de sus formas, sus colores y sus botones: una herramienta poderosísima con la que desarrollar nuestras capacidades cognitivas, nuestro aprendizaje conceptual y el razonamiento lógico. Con razón no hay mejor día que el día de los Reyes Magos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/216300/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Concepción A. Monje no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los regalos de Reyes que llevaron a Concha Monje, investigadora española especializada en robótica, a convertirse en un ejemplo para despertar en niñas vocaciones en carreras STEM.Concepción A. Monje, Investigadora del Robotics Lab , Universidad Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1739192022-01-12T21:38:33Z2022-01-12T21:38:33ZAlgoritmo: palabra del siglo, si la pandemia lo permite<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/440287/original/file-20220111-19-1eug9gf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3994%2C2497&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/big-data-artificial-intelligence-concept-machine-1178406460">Shutterstock / cono0430</a></span></figcaption></figure><p>Aunque no ha sido la palabra del año, porque la pandemia lo anula todo, cada vez usamos más la palabra “algoritmo” en nuestros trabajos, en nuestro ocio, en nuestras vidas. Los <a href="https://theconversation.com/es/topics/algoritmos-69765">algoritmos</a> parece que controlan lo que vemos, lo que leemos, lo que compramos, hasta los amigos que tenemos. Los algoritmos son omnipresentes y omnipotentes. La palabra algoritmo es una firme candidata a ser la palabra del siglo XXI, pero ¿sabemos qué es un algoritmo?</p>
<h2>Definición y origen de la palabra</h2>
<p>La Real Academia de la Lengua Española (RAE) <a href="https://dle.rae.es/algoritmo">define algoritmo</a> en su primera acepción como “conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema”. Su origen, según la propia RAE, quizás viene del latín tardío <em>algobarismus</em>, y este a su vez del árabe clásico <em>ḥisābu lḡubār</em>, que significa “cálculo mediante cifras arábigas”. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/440281/original/file-20220111-19-3m6ojq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/440281/original/file-20220111-19-3m6ojq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/440281/original/file-20220111-19-3m6ojq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=950&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/440281/original/file-20220111-19-3m6ojq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=950&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/440281/original/file-20220111-19-3m6ojq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=950&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/440281/original/file-20220111-19-3m6ojq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1194&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/440281/original/file-20220111-19-3m6ojq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1194&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/440281/original/file-20220111-19-3m6ojq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1194&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Imagen de <em>Compendio de cálculo por compleción y comparación</em> de Al-Juarismi (863).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Image-Al-Kit%C4%81b_al-mu%E1%B8%ABta%E1%B9%A3ar_f%C4%AB_%E1%B8%A5is%C4%81b_al-%C4%9Fabr_wa-l-muq%C4%81bala.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Otras fuentes, sin embargo, apuntan a que su origen proviene de la latinización del nombre de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Al-Juarismi">Al-Juarismi</a>, matemático, astrónomo y geógrafo persa, considerado uno de los grandes matemáticos de la historia, que presentó la primera solución sistemática de ecuaciones lineales y cuadráticas.</p>
<p>Si reflexionamos sobre esta definición, podemos concluir que continuamente aplicamos algoritmos en nuestro día a día. </p>
<p>Y así es. Por poner algunos ejemplos, seguro que alguna vez hemos montado, o ayudado a montar, un mueble de esa conocida empresa sueca a partir de un conjunto más o menos largo, pero finito, de instrucciones. A partir de un montón de piezas metidas en cajas rectangulares podemos tener una cómoda, un armario o un sofá. Seguro que alguna vez también hemos sorprendido a alguien con un rico postre creado a partir de una lista de ingredientes y siguiendo la secuencia ordenada de pasos que se incluyen en la receta. </p>
<p>Si bien estos ejemplos encajan en la definición, la palabra algoritmo se suele asociar más a las matemáticas y a la informática. Veamos brevemente cómo son los algoritmos en estas dos disciplinas.</p>
<h2>Algoritmos en matemáticas</h2>
<p>Aunque es probable que no lo recordemos, la primera vez que nos enfrentamos a los algoritmos en matemáticas es en educación primaria. En esos cursos, los docentes enseñan algo tan básico y común en la vida como sumar, restar, multiplicar y dividir. En realidad, hacer estas operaciones es aplicar los algoritmos que nos permiten, a partir de unos números de entrada, obtener un resultado de salida. En la resta, por ejemplo, a partir del minuendo y el sustraendo, aplicando una serie de pasos, obtenemos la diferencia entre ambos valores, que es lo que llamamos resta.</p>
<p>En general, dado un problema matemático con solución, sabemos que no tiene por qué existir un único conjunto de pasos para resolverlo, sino que pueden existir varias formas diferentes de hacerlo, es decir, varios algoritmos. </p>
<p>Siguiendo con el ejemplo de la resta, cuando tienen llevadas, podemos aplicar varios algoritmos para llegar a la solución. Para los que fuimos a EGB, solía ser el algoritmo por compensación (más conocido como “me llevo una”) y para los más jóvenes, el algoritmo por agrupamiento. A veces esta diversidad de algoritmos lleva a los padres a desesperarse al intentar ayudar a sus hijos con los deberes del colegio, pero la realidad es que lo importante es que cada uno aplique el algoritmo que mejor se adapte a su forma de razonar.</p>
<p>Por supuesto, a medida que aumentan nuestros conocimientos en matemáticas vamos aprendiendo algoritmos más elaborados que proporcionan soluciones a problemas más complejos.</p>
<h2>Algoritmos en informática</h2>
<p>Los algoritmos en programación son básicos. Un programa informático no es más que una secuencia de instrucciones para que un ordenador realice una tarea determinada, a partir de unos valores de entrada. Normalmente, esta tarea sirve para resolver un problema. Por lo tanto, lo que estamos haciendo es que el ordenador implemente un algoritmo para que, a partir de un número finito de instrucciones, obtenga una solución. Podemos, por lo tanto, conseguir que un ordenador reste dos números, programando alguno de los algoritmos que nos permiten realizar una resta. </p>
<h2>Aprendizaje máquina</h2>
<p>En general, los algoritmos se pueden clasificar según el tipo de problemas que solucionan. Los hay de búsqueda, de ordenación, de compresión de datos, de gráficos, criptográficos y de aprendizaje máquina, entre otros.</p>
<p>Los de aprendizaje máquina o <a href="https://theconversation.com/es/topics/machine-learning-67016"><em>machine learning</em></a> son los que en los últimos años han captado más atención. Estos algoritmos tienen la característica particular de ser capaces de aprender a partir de datos. Así, realizan predicciones que nos permiten tomar decisiones de forma automática, sin que estén establecidas o decididas <em>a priori</em>. </p>
<p>El término <em>machine learning</em> se acuñó ya en el año 1959. Sin embargo, lo que ha provocado que en los últimos años estos algoritmos estén en auge es que ahora es cuando tenemos datos suficientes que nos permiten entrenarlos para poder ser empleados con resultados significativos. </p>
<p>Ya existen algoritmos que nos dan recomendaciones sobre qué ver, qué leer, qué comprar, a qué amigos seguir en las redes sociales en base al contenido que solemos consumir y a los gustos de personas que consumen contenidos similares a los nuestros. Aunque suelen acertar, reforzando de esta forma el propio funcionamiento del algoritmo, no olvidemos que pueden provocar el conocido efecto de <a href="https://theconversation.com/camaras-de-eco-los-peligrosos-atajos-que-los-algoritmos-provocan-en-nuestra-mente-172118">burbujas informativas o cámaras de eco</a>.</p>
<p>Si bien parece que estos algoritmos controlan nuestra vida y que pueden resultar peligrosos por los <a href="https://theconversation.com/el-sexismo-en-los-algoritmos-una-discriminacion-subestimada-140790">sesgos que se han demostrado que tienen</a>, no olvidemos que están programados, entrenados y validados por personas y, por lo tanto, somos las personas las que conscientemente tenemos que saber qué esperar de ellos, qué decisiones les dejamos tomar por nosotros, regulando su desarrollo para que <a href="https://theconversation.com/los-algoritmos-tambien-discriminan-a-los-seres-humanos-nosotros-podemos-impedirlo-124794">respeten criterios de equidad, sin ser discriminatorios</a>.</p>
<p>Quizás el futuro nos depare cosas inimaginables a día de hoy, pero por ahora no debemos temer a los algoritmos, sino que debemos darles el valor que tienen para ayudarnos a solventar problemas complejos. Mucho más cuando pueden ser entrenados y ejecutados en máquinas con una gran capacidad de computación.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/173919/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Celeste Campo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los algoritmos suele emplearse en matemática e informática, pero también los aplicamos en muchas tareas cotidianas, como montar un mueble o hacer una receta.Celeste Campo, Profesora Titular del Departamento de Ingeniería Telemática, Universidad Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1688882021-10-06T17:51:28Z2021-10-06T17:51:28ZAsí completamos la inacabada Décima Sinfonía de Beethoven<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/424563/original/file-20211004-23-1cmdpry.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C91%2C1920%2C1322&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.publicdomainpictures.net/en/view-image.php?image=239318&picture=violinist-playing-with-beethoven"> Circe Denyer</a></span></figcaption></figure><p>Cuando Ludwig von Beethoven falleció en 1827 hacía ya tres años que había terminado la Novena Sinfonía, una composición que muchos consideran su obra maestra. Había empezado a trabajar en su Décima Sinfonía pero, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1071597/">debido al deterioro de su salud</a>, no fue capaz de avanzar demasiado: todo lo que dejó fue un puñado de bocetos musicales.</p>
<p>Desde entonces los admiradores de Beethoven y los musicólogos han especulado mucho sobre cómo podría haber sido esta obra, y han lamentado enormemente su ausencia. Las notas de Beethoven que conservamos parecen apuntar a una gran obra, si bien esta siempre parece estar fuera de nuestro alcance.</p>
<p>Pero ahora, gracias al trabajo de un grupo de historiadores de la música, musicólogos, compositores y científicos de la computación, la obra de Beethoven cobrará vida. </p>
<p>Yo estuve al frente de la componente de inteligencia artificial del proyecto. Dirigía a un grupo de científicos de la <em>start up</em> especializada inteligencia artificial creativa <a href="https://www.playform.io/">Playform AI</a> encargada de enseñar a una máquina no solo el conjunto de las obras de Beethoven, sino también las características de su proceso creador.</p>
<p>Tenemos planeado dar a conocer una versión completa de la Décima Sinfonía de Beethoven el 9 de octubre de 2021, día en que dicha composición se interpretará en Bonn (Alemania) en lo que supondrá la <em>premiere</em> mundial. Ese día se culminará un esfuerzo que ha durado dos años. </p>
<h2>Los intentos del pasado se dieron contra un muro</h2>
<p>En torno a 1817 la Royal Philharmonic Society de Londres encargó a Beethoven que compusiera sus sinfonías Novena y Décima. Una sinfonía, al estar pensada para que la interprete una orquesta, <a href="http://professordeannaheikkinen.weebly.com/uploads/1/6/8/5/16856420/classical_music_form.pdf">suele constar de cuatro movimientos</a>: un primero que se ejecuta a un tempo rápido, un segundo que se hace a un tempo más lento, un tercero que se interpreta a un tempo medio o rápido, y finalmente un último movimiento, que se suele ejecutar a un tempo rápido.</p>
<p>Beethoven completó su <a href="https://online-learning.harvard.edu/course/first-nights-beethoven%E2%80%99s-9th-symphony-and-19th-century-orchestra?delta=1">Novena Sinfonía</a> en 1824, que finaliza con el intemporal <a href="https://www.youtube.com/watch?v=uooe16ILaPo"><em>Himno de la alegría</em></a>.</p>
<p>Pero en lo que respecta a la Décima Sinfonía, Beethoven no nos legó demasiado material más allá de algunas notas musicales y de un puñado de ideas que dejó apuntadas.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/422733/original/file-20210922-13-128nrmx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Trozo de papel con notas musicales anotadas." src="https://images.theconversation.com/files/422733/original/file-20210922-13-128nrmx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/422733/original/file-20210922-13-128nrmx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=411&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/422733/original/file-20210922-13-128nrmx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=411&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/422733/original/file-20210922-13-128nrmx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=411&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/422733/original/file-20210922-13-128nrmx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=517&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/422733/original/file-20210922-13-128nrmx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=517&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/422733/original/file-20210922-13-128nrmx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=517&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Una página de las notas que Beethoven tomó para componer la Décima Sinfonía.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Beethoven House Museum</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Ya se habían realizado intentos de reconstruir partes de la Décima Sinfonía de Beethoven. El más famoso data de 1988, cuando el musicólogo Barry Cooper se atrevió a completar los dos primeros movimientos. Enlazó 250 compases extraídos de bocetos del autor para crear lo que, en su opinión, era <a href="https://web.archive.org/web/20090203234337/http://lucare.com/immortal/cooper.html">una versión del primer movimiento</a> digna del talento de Beethoven.</p>
<p>Pero el escaso número de bocetos que dejó Beethoven hizo imposible que los expertos fueran más allá de este primer movimiento. </p>
<h2>Reuniendo al equipo</h2>
<p>A comienzos de 2019, Matthias Röder, director del <a href="https://karajan-institut.org/">Instituto Karajan</a>, una organización con sede en Salzburgo (Austria) que fomenta la tecnología musical, contactó conmigo. Me explicó que estaba reuniendo a un equipo para completar la Décima Sinfonía de Beethoven con el fin de conmemorar el 250 aniversario del compositor. Röder conocía <a href="https://theconversation.com/meet-aican-a-machine-that-operates-as-an-autonomous-artist-104381">mi trabajo en el campo de la creación de arte mediante inteligencia artificial</a>, y quería saber si dicha herramienta podría ayudar a llenar los huecos dejados por Beethoven.</p>
<p>El reto era abrumador, pues para llevarlo a cabo la inteligencia artificial tendría que hacer cosas que nunca antes había hecho, pero le dije a Röder que lo intentaría. </p>
<p>Reunió a un equipo que incluía al compositor austriaco Walter Werzowa, <a href="https://www.latimes.com/archives/la-xpm-1999-oct-20-fi-24321-story.html">famoso por componer</a> el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=-ihRPi4wcBY"><em>jingle</em> de firma</a> de la empresa Intel. A Werzowa se le asignó la tarea de estructurar un nuevo tipo de composición que integraría lo que Beethoven dejó escrito con el nuevo material creado por la inteligencia artificial. <a href="https://music.cornell.edu/mark-gotham">Mark Gotham</a>, experto en música computacional, dirigió la tarea de transcribir los bocetos de Beethoven y procesó también todas sus obras para ofrecer a la inteligencia artificial el entrenamiento necesario. </p>
<p>El equipo también incluía a <a href="http://music.fas.harvard.edu/emeriti.shtml">Robert Levin</a>, un musicólogo de la Universidad de Harvard que además resultó ser un pianista increíble. Antes de este proyecto, Levin <a href="http://journal.juilliard.edu/journal/95031/robert-levin-finishing-mozart">ya había completado</a> un buen número de piezas inconclusas del siglo XVIII de autores como Mozart o Bach.</p>
<h2>El proyecto toma forma</h2>
<p>En junio de 2019 el grupo se reunió para una sesión de trabajo de dos días en la biblioteca musical de la Universidad de Harvard. En una habitación amplia con un piano, una pizarra y una pila de libros de bocetos de Beethoven que contenían la mayoría de sus obras más conocidas, discutimos sobre cómo convertir los fragmentos de la Décima Sinfonía en una composición musical completa. También tratamos la cuestión de cómo la inteligencia artificial podía ayudar a resolver este rompecabezas sin dejar por ello de mantenerse fiel tanto al proceso creativo como a la visión musical de Beethoven.</p>
<p>Los expertos musicales de la sala estaban deseando saber más sobre el tipo de música que se había creado mediante inteligencia artificial. Les dije que en el pasado se había compuesto con éxito una música <a href="https://arxiv.org/abs/1612.01010">parecida a la de Bach</a>. Sin embargo, se había tratado tan solo de la armonización de una melodía que ya tenía el estilo del autor, lo que estaba muy lejos de lo que nosotros pretendíamos, que era crear una sinfonía entera a partir de un puñado de fragmentos. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/422741/original/file-20210922-27-1pquhbj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Retrato de un hombre escribiendo en un cuaderno." src="https://images.theconversation.com/files/422741/original/file-20210922-27-1pquhbj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/422741/original/file-20210922-27-1pquhbj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=803&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/422741/original/file-20210922-27-1pquhbj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=803&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/422741/original/file-20210922-27-1pquhbj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=803&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/422741/original/file-20210922-27-1pquhbj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1010&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/422741/original/file-20210922-27-1pquhbj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1010&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/422741/original/file-20210922-27-1pquhbj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1010&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">La inteligencia artificial necesitaba aprender del conjunto de la obra de Beethoven para crear algo que el compositor pudiera haber escrito.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/ludwig-van-beethoven-oil-on-canvas-ludwig-van-beethoven-news-photo/56459034?adppopup=true">Hulton Fine Art Collection/Getty Images</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Mientras tanto, los científicos de la sala (entre los que yo me encontraba) queríamos saber con qué tipo de materiales contábamos y cómo habían pensado usarlos los expertos para completar la sinfonía.</p>
<p>La tarea que teníamos entre manos se iba concretando. Íbamos a necesitar usar las notas y las composiciones de toda la obra de Beethoven (y también los fragmentos disponibles de la Décima Sinfonía) para crear algo que el propio autor podría haber escrito. </p>
<p>Y esto suponía un reto tremendo. No disponíamos de una máquina a la que le pudiéramos meter los bocetos y que nos escupiera una sinfonía tras apretar a un botón. La mayoría de las herramientas de inteligencia artificial disponibles en ese momento no podían continuar una pieza musical incompleta más allá de unos pocos segundos. </p>
<p>Necesitaríamos ampliar los límites de lo que la inteligencia artificial creativa podía hacer enseñándole a la máquina el propio proceso creativo de Beethoven, es decir, cómo el autor había seleccionado una serie de compases y los había ido ampliando con exquisito cuidado hasta convertirlos en estimulantes sinfonías, cuartetos y sonatas. </p>
<h2>Encontrando el sentido del proceso de creación de Beethoven</h2>
<p>A medida que el proyecto iba avanzando fue evolucionando también la colaboración entre la componente humana y la realizada por máquinas. Werzowa, Gotham, Levin y Röder interpretaban y transcribían los bocetos de la Décima Sinfonía, y mientras lo hacían trataban de adivinar cuáles habían sido las intenciones del autor. Tomando como plantilla las sinfonías terminadas, intentaron darle un sentido general a los bocetos musicales otorgándoles un lugar concreto (en qué movimiento, en qué parte de qué movimiento, etc.).</p>
<p>Tuvieron que tomar decisiones como por ejemplo si un determinado boceto indicaba el inicio de un <a href="https://www.classical-music.com/features/articles/what-scherzo/"><em>scherzo</em></a>, que es una parte muy animada de la sinfonía que generalmente se sitúa en el tercer movimiento; o también tenían que decidir si era probable que una determinada partitura era o no la base de una <a href="https://www.classical-music.com/features/articles/what-fugue/">fuga</a>, que es una melodía que se crea entretejiendo segmentos musicales de tal forma que todos replican un motivo general. </p>
<p>La vertiente de inteligencia artificial del proyecto (mi vertiente) tuvo que hacer frente a un amplio abanico de tareas, que en todos los casos supusieron retos. </p>
<p>Lo primero y más importante era resolver el asunto de cómo podíamos, a partir de una frase musical, o incluso de un motivo, desarrollar una estructura musical más larga y compleja que imitara el modo en que Beethoven lo hubiera hecho. Por ejemplo, la máquina tenía que aprender cómo había compuesto Beethoven la Quinta Sinfonía <a href="https://www.npr.org/sections/deceptivecadence/2012/11/19/165495617/beethovens-famous-4-notes-truly-revolutionary-music">a partir de un motivo musical básico de cuatro notas</a>. </p>
<p><audio preload="metadata" controls="controls" data-duration="0" data-image="" data-title="Es bien conocido que Beethoven utilizó como base un motivo de cuatro notas para crear la Quinta Sinfonía." data-size="630502" data-source="Australian Champber Orchestra/YouTube" data-source-url="https://www.youtube.com/watch?v=W6QFIqMZcYw" data-license="" data-license-url="">
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<div class="audio-player-caption">
Es bien conocido que Beethoven utilizó como base un motivo de cuatro notas para crear la Quinta Sinfonía.
<span class="attribution"><a class="source" rel="nofollow" href="https://www.youtube.com/watch?v=W6QFIqMZcYw">Australian Champber Orchestra/YouTube</a><span class="download"><span>616 KB</span> <a target="_blank" href="https://cdn.theconversation.com/audio/2277/forty-seconds-of-beethovens-5th.mp3">(download)</a></span></span>
</div></p>
<p>Lo siguiente, y dado que la frase necesita adoptar algún tipo de forma musical, ya sea un scherzo, un trío o una fuga, es que la inteligencia artificial necesitaba asimilar el proceso creativo de Beethoven para desarrollar esas formas.</p>
<p>La lista de tareas aumentó: teníamos que enseñar a la inteligencia artificial cómo seleccionar una línea melódica y armonizarla. La inteligencia artificial tenía que aprender a enlazar dos secciones musicales diferentes, y además nos dimos cuenta de que tenía que saber componer <a href="https://www.britannica.com/art/coda-music">codas</a>, es decir, segmentos que marcan el fin de una sección o de una obra musical. </p>
<p>Por último, cuando tuvimos terminada toda la composición, la inteligencia artificial había de determinar cómo orquestarla, lo que implicaba asignar cada una de las partes de la obra un instrumento musical. </p>
<p>Y tenía que hacer todo esto de la misma forma en que lo habría hecho Beethoven.</p>
<h2>El primer test</h2>
<p>En noviembre de 2019 el equipo volvió a reunirse de forma presencial, aunque esta vez en Bonn, en la Casa Museo de Beethoven, donde el compositor nació y creció.</p>
<p>Este encuentro fue la prueba de fuego para determinar si la inteligencia artificial podía completar el proyecto. Imprimimos las partituras que había creado la inteligencia artificial y las combinamos con los bocetos de Beethoven de la Décima Sinfonía. Un pianista lo interpretó en una pequeña sala de conciertos del museo ante un grupo de periodistas, académicos y expertos en Beethoven. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Un grupo de personas de pie alrededor de un pianista." src="https://images.theconversation.com/files/422729/original/file-20210922-15-ph1fza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/422729/original/file-20210922-15-ph1fza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=269&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/422729/original/file-20210922-15-ph1fza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=269&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/422729/original/file-20210922-15-ph1fza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=269&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/422729/original/file-20210922-15-ph1fza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=338&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/422729/original/file-20210922-15-ph1fza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=338&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/422729/original/file-20210922-15-ph1fza.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=338&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Se convocó a periodistas y músicos para escuchar una interpretación de piano de fragmentos de la Décima Sinfonía de Beethoven.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Ahmed Elgammal</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Retamos a la audiencia a que adivinara qué frases musicales eran de Beethoven y dónde empezaba por tanto la extrapolación de la inteligencia artificial. No fueron capaces.</p>
<p>Unos días después, una de las partituras generadas por la inteligencia artificial fue interpretada por <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Hu1GI0QNLSE">un cuarteto de cuerda en un acto con prensa</a>. Solo aquellos que tenían un conocimiento profundo de los bocetos de Beethoven pudieron determinar qué partes habían sido elaboradas de forma artificial.</p>
<p>El éxito de estos test nos indicó que estábamos en el buen camino, pero apenas eran un par de minutos de música. Aún quedaba mucho trabajo por hacer. </p>
<h2>Listo para presentarlo al mundo</h2>
<p>El genio de Beethoven estaba presente en todo momento, lo que nos impulsaba a hacerlo mejor. Además, a medida que el proyecto evolucionaba, la inteligencia artificial también lo hacía. Durante esos 18 meses compusimos y orquestamos dos movimientos enteros de más de 20 minutos cada uno.</p>
<p>Sabemos que el proyecto despertará reticencias. Habrá gente que dirá que el arte está más allá de las posibilidades de la inteligencia artificial, o que esta no tiene derecho a replicar el proceso creativo humano. Pero cuando hablamos de arte, yo no concibo la inteligencia artificial como un sustituto, sino como una herramienta (una herramienta que abre caminos a los artistas para que se expresen de formas nuevas).</p>
<p>Este proyecto no habría sido posible sin el conocimiento especializado de historiadores y músicos humanos, y llevarlo a cabo exigió una inmensa cantidad de trabajo (y sí, también de capacidad creativa).</p>
<p>Hubo un momento en que uno de los expertos musicales del equipo dijo que la inteligencia artificial le recordaba a un estudiante de música de los entusiastas; de los que practican todos los días, aprenden y no dejan de mejorar.</p>
<p>Ahora a ese estudiante se le ha dado la batuta de Beethoven, y ya está listo para presentar al mundo la Décima Sinfonía.</p>
<p><audio preload="metadata" controls="controls" data-duration="0" data-image="" data-title="Selección de fragmentos de la Décima Sinfonía de Beethoven." data-size="3543236" data-source="YouTube/Modern Recordings" data-source-url="https://www.youtube.com/watch?v=RESb0QVkLcM" data-license="CC BY-SA" data-license-url="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">
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</audio>
<div class="audio-player-caption">
Selección de fragmentos de la Décima Sinfonía de Beethoven.
<span class="attribution"><a class="source" rel="nofollow" href="https://www.youtube.com/watch?v=RESb0QVkLcM">YouTube/Modern Recordings</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a><span class="download"><span>3,38 MB</span> <a target="_blank" href="https://cdn.theconversation.com/audio/2276/beethoven-x-the-ai-project-iii-scherzo-allegro-trio-official-video-beethoven-orchestra-bonn.mp3">(download)</a></span></span>
</div></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/168888/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Este proyecto ha recibido fondos de Deutsche Telekom.</span></em></p>Cuando Beethoven murió, lo único que dejó fueron algunos bocetos de su 10ª Sinfonía. Ahora, gracias a la ayuda de la inteligencia artificial, la visión del compositor cobra vida.Ahmed Elgammal, Professor, Director of the Art & AI Lab, Rutgers UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1245132019-10-06T19:54:14Z2019-10-06T19:54:14ZColonialismo digital: por qué hay países que reclaman el control sobre los datos de sus ciudadanos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/295223/original/file-20191002-49346-1xysxvr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1%2C0%2C995%2C664&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/download/confirm/426983428?src=2Q7JrXi3WCG4DWKa7nAt5w-1-5&size=medium_jpg">knyazevfoto/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El almacenamiento de datos global se encuentra en punto muerto. Como broche a la cumbre del G20 celebrada en junio en Japón, algunos países en vías de desarrollo <a href="https://www.livemint.com/news/world/india-boycotts-osaka-track-at-g20-summit-1561897592466.html">se negaron a firmar</a> la declaración internacional sobre los flujos de datos, denominada Huella de Osaka. Uno de los motivos por los que países como India, Indonesia y Sudáfrica boicotearon la declaración fue que no pudieron hacer valer sus intereses en el citado documento.</p>
<p>La declaración, que lleva la firma de otros 50 signatarios, ha quedado en una promesa para reanudar las negociaciones en el futuro, pero el planteamiento de estos países representa la lucha de parte de las naciones por reivindicar su soberanía sobre los datos generados por sus propios ciudadanos.</p>
<p>No hace mucho, en el oscuro año 2016, se decía que los datos eran el nuevo petróleo. Aunque la metáfora <a href="https://towardsdatascience.com/data-is-not-the-new-oil-721f5109851b?gi=e1c29fb12db7">no tuvo demasiado recorrido</a>, resulta de utilidad para entender la economía digital global en la actualidad. A medida que las negociaciones por los flujos de datos se intensifican, la comparación con el petróleo ayuda a explicar los procesos económicos que envuelven a la llamada “localización de datos”, es decir, el empeño por que la información del ciudadano no salga de su propio país.</p>
<p>De la misma manera que las naciones productoras de petróleo apostaron por las refinerías para revalorizar el crudo, los gobiernos pretenden que las grandes compañías tecnológicas construyan los centros de procesamiento de datos en sus territorios. La nube, que concede a la industria tecnológica mundial el poder del que goza, está localizada en gigantescos centros de datos en el norte de Europa y en las costas de EE. UU. Sin embargo, las empresas tecnológicas norteamericanas están posando su mirada sobre los mercados en expansión del sur global, ya que el acceso a internet de la población joven de estos países es cada vez más habitual.</p>
<h2>Acusaciones de “imperalismo digital”</h2>
<p>Podemos tomar como ejemplo el caso de Facebook. Aunque India es el país que tiene el mayor número de usuarios en la red social, si observamos la <a href="https://www.datacenters.com/providers/facebook">localización de los 15 centros de procesamiento de datos de Facebook</a> veremos que 10 se encuentran en Norteamérica, cuatro en Europa y solo uno en Asia, más concretamente en Singapur. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/294172/original/file-20190925-51405-fwjrkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/294172/original/file-20190925-51405-fwjrkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=525&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/294172/original/file-20190925-51405-fwjrkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=525&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/294172/original/file-20190925-51405-fwjrkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=525&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/294172/original/file-20190925-51405-fwjrkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=660&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/294172/original/file-20190925-51405-fwjrkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=660&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/294172/original/file-20190925-51405-fwjrkd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=660&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Países con más usuarios de Facebook en 2019.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.statista.com/statistics/268136/top-15-countries-based-on-number-of-facebook-users/">We Are Social, DataReportal, Hootsuite, Facebook via Statista</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Esta incoherencia entre las nuevas fuentes de datos y la localización de los centros ha provocado que países como India hablen de “<a href="https://www.livemint.com/Companies/QMZDxbCufK3O2dJE4xccyI/Indias-data-must-be-controlled-by-Indians-not-by-global-co.html">colonización de la información</a>” y <a href="https://www.aljazeera.com/indepth/opinion/digital-colonialism-threatening-global-south-190129140828809.html">“colonialismo digital”</a>.</p>
<p>Los países que pertenecen al sur global argumentan desde un punto de vista económico que la ubicación de los centros de datos en sus territorios supondría un impulso para la industrialización digital, ya que generaría ventajas competitivas para las compañías locales en la nube y desarrollaría vínculos con otros ámbitos del sector de las tecnologías de la información.</p>
<p>Son varios los <a href="http://siba-ese.unisalento.it/index.php/paco/article/view/19553/16635">países</a> que han probado diferentes regulaciones en lo que al almacenamiento local de datos se refiere. Australia, por ejemplo, solo abarca los datos relacionados con la salud. Corea del Sur, por su parte, requiere la autorización de la persona relacionada con la información para poder transmitirla más allá de sus fronteras. Francia continúa con su proyecto de infraestructura de datos, apodado <em>le cloud souverain</em> (la nube soberana), a pesar del <a href="https://www.rudebaguette.com/2019/08/cloudwatt-orange-cloud-souverain-fin/">cierre de algunos de los negocios</a> sobre los que se asentó la idea en un principio. Las leyes más exhaustivas las encontramos en China y Rusia, donde la localización comprende múltiples sectores que recogen todo tipo de información personal.</p>
<p>Los países que más se podrían beneficiar de una regulación justa son India e Indonesia, ya que son los que menos inversión en infraestructura reciben por parte de los gigantes tecnológicos en relación al número de usuarios y a la creciente presencia <em>online</em> de su población.</p>
<h2>Los economistas no lo ponen fácil</h2>
<p>Los defensores de la localización de los datos esgrimen la dependencia de los países en vías de desarrollo de la infraestructura digital extranjera y el desigual reparto de los beneficios económicos generados. Los partidarios sueñan con utilizar la localización de datos para forzar a las compañías tecnológicas a convertirse en entidades permanentes en sus territorios para aumentar progresivamente la tasa impositiva sobre ellas.</p>
<p>Los detractores, por su parte, apuntan al elevado coste que los servidores supondrían no solo para las grandes compañías, sino también para las empresas emergentes que los gobiernos dicen querer impulsar. Además, argumentan que las regulaciones sobre la localización interfieren con la innovación a nivel global, que su aplicación es complicada y que ignoran los requisitos técnicos de los centros de procesamiento de datos: proximidad a lo que denominan la “columna vertebral de internet”, es decir, las redes de fibra óptica; un suministro eléctrico estable y sistemas de refrigeración de aire y agua para evitar el sobrecalentamiento de los servidores.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/294335/original/file-20190926-51438-1lah43t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/294335/original/file-20190926-51438-1lah43t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/294335/original/file-20190926-51438-1lah43t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/294335/original/file-20190926-51438-1lah43t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/294335/original/file-20190926-51438-1lah43t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/294335/original/file-20190926-51438-1lah43t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/294335/original/file-20190926-51438-1lah43t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">¿Hasta qué punto merece la pena hacer un esfuerzo por los datos?</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-illustration/artistic-blurred-binary-numbers-data-travel-544111558?src=Bjwb083uwwYnsgSFI2-Huw-1-2">Robsonphoto/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Las tentativas de medir el impacto económico de la localización son extremadamente parciales. <a href="https://www.econstor.eu/handle/10419/174726">El estudio más citado</a> en 2014 empleó una metodología opaca y fue desarrollado por el <a href="https://ecipe.org/">Centro Europeo de Economía Política Internacional</a>, un laboratorio de ideas de libre comercio con sede en Bruselas, parte de cuyos fondos proceden de <a href="https://thecorrespondent.com/3884/big-business-orders-its-pro-ttip-arguments-from-these-think-tanks/179184456-59671a10">negocios multinacionales</a> desconocidos. No resulta sorprendente, pues, que encontrase pérdidas importantes en países que consideraban ofrecer sus territorios a las grandes empresas. </p>
<p>Con todo, <a href="https://baxtel.com/data-center/facebook/files/facebook_data_centers_2018">un estudio de 2018</a> encargado por Facebook reveló que, al establecer sus centros de procesamiento de datos en EE. UU., las tecnológicas han creado decenas de miles de empleos, han propiciado la inversión en energías renovables y han supuesto una inyección de 5.800 millones de dólares para el PIB del país norteamericano en solo seis años.</p>
<p>Al igual que ocurre con los argumentos a favor y en contra del libre comercio, adoptar una postura dogmática a favor o en contra de la localización oculta otras complejidades sobre la materia. </p>
<p>Los costes y beneficios económicos dependen, entre otros factores, del tipo de datos que se almacenan, si son un duplicado o la única copia existente y del nivel de apoyo por parte del gobierno a la hora de conceder ayudas para la creación y el mantenimiento de infraestructuras.</p>
<p>India se ha mostrado como una de las principales defensoras de la localización, sobre la que ha llegado a presentar su propia regulación, que considera <a href="https://meity.gov.in/writereaddata/files/Data_Protection_Committee_Report.pdf">“un modelo para el desarrollo”</a>. No obstante, India se encuentra en una posición desahogada gracias a que tiene una relativamente avanzada industrialización digital y dispone de mano de obra técnica.</p>
<p>Indonesia, otra de las economías emergentes cuya población goza de amplio acceso a internet, ha vacilado respecto a su legislación sobre localización, ya que el gobierno de EE. UU. ha amenazado al del país asiático con <a href="https://inet.detik.com/law-and-policy/d-4318420/revisi-pp-pste-diduga-sarat-tekanan-asing">la retirada de los acuerdos preferenciales sobre otros bienes y servicios</a> si seguía adelante con las regulaciones restrictivas.</p>
<h2>¿Qué hacen los gobiernos con nuestros datos?</h2>
<p>Aunque las implicaciones económicas de los datos personales a escala internacional puedan asemejarse a la producción petrolífera en algunas dinámicas, la información se diferencia del crudo principalmente en que tiene una doble vertiente: no solo provee de valor monetario a los negocios, sino que también confiere a los gobiernos la oportunidad de desarrollar sistemas de vigilancia. </p>
<p>Algunos de los activistas por los derechos sociales con los que me he reunido como parte de mi investigación en India e Indonesia me trasladaron su escepticismo hacia las narrativas de sus propios gobiernos acerca del colonialismo de datos. Sin embargo, se mostraban preocupados por el cada vez más frecuente acceso a información personal sensible que realizan los gobiernos gracias a la localización.</p>
<h2>Soberanía personal</h2>
<p>Las grandes corporaciones y los estados no son los únicos actores en la puja por la “soberanía de los datos”. Los desarrolladores de tecnologías podrían estar a las puertas de encontrar la manera de defender el derecho de cada individuo a controlar su propia información personal con plataformas como <a href="http://www.databoxproject.uk/">databox</a>, un espacio que permite que cada usuario tenga algo parecido a su propio servidor personal.</p>
<p>Este tipo de tecnologías aún se encuentran en fase de desarrollo, pero están surgiendo cada vez más <a href="https://www.decodeproject.eu/pilots">proyectos</a> (la mayoría de ellos en Europa) que no solo conceden a la gente un mayor control sobre sus datos, sino que también persiguen la utilidad social en lugar del beneficio económico. Quizá este tipo de experimentos logre hacerse un hueco junto a los movimientos que los estados y las grandes compañías están llevando a cabo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/124513/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jacqueline Hicks recibe fondos de Horizonte 2020 de la Unión Europea.</span></em></p>¿Pueden los países en desarrollo enriquecerse con datos?Jacqueline Hicks, Marie-Curie Skłodowska Fellow, University of NottinghamLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1143752019-04-09T21:10:59Z2019-04-09T21:10:59ZUn superordenador español más potente para llevar la ciencia a otro nivel<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/268322/original/file-20190409-2931-l59gu5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=114%2C2%2C1482%2C1061&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">marenostrum</span> </figcaption></figure><p>El Centro Nacional de Supercomputación (<a href="http://www.bsc.es/es">BSC, Barcelona Supercomputing Center</a>) ha presentado su candidatura para albergar uno de los dos <a href="https://www.bsc.es/es/noticias/noticias-del-bsc/el-bsc-candidato-acoger-uno-de-los-dos-superordenadores-m%C3%A1s-grandes-de-la-ue-en-el-2021">superordenadores más potentes de la UE</a>. </p>
<p>La decisión de qué centros de supercomputación europeos ganarán el concurso se tomará este verano, y se espera que la nueva máquina entre en funcionamiento a finales de 2020. Si el BSC resulta elegido, multiplicará por 15 la potencia del superordenador que tiene actualmente. Pero, ¿qué es un supercomputador y para qué se usa?</p>
<h2>Capacidades de cálculo extaordinarias</h2>
<p>La computación técnica se refiere al uso de los ordenadores para realizar cálculos con el objetivo de resolver problemas prácticos. Por ejemplo, cuando se diseña un edificio es necesario llevar a cabo ciertos análisis para ver cuál va a ser su respuesta ante las cargas (viento, peso del contenido, seísmos). Muchas veces, es suficiente con utilizar un ordenador convencional, pero en otros casos se requiere una capacidad de cálculo mayor y es necesario recurrir a ordenadores especiales.</p>
<p>Hoy en día, los ordenadores tienen un <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Procesador_multin%C3%BAcleo">procesador multinúcleo</a>, en el que cada núcleo es casi como un procesador completo que puede realizar tareas independientes de los demás núcleos. Con este tipo de procesadores se ha aumentado sustancialmente la potencia de cálculo. Sin embargo, el número de núcleos que pueden albergar es actualmente bastante pequeño (hasta 32 en los de gama más alta), por lo que si se quiere incrementar más la potencia hay que juntar varios de estos procesadores, o bien usar procesadores especiales (como las <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Unidad_de_procesamiento_gr%C3%A1fico">GPU</a> que pueden llegar hasta los 5000 núcleos, aunque más sencillos). Y aun así, esto resulta insuficiente para las aplicaciones con más demanda computacional. </p>
<p>La solución es formar un <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Cl%C3%BAster_(inform%C3%A1tica)">clúster</a> agregando varios ordenadores (llamados nodos) y conectándolos mediante una red rápida, de forma que se puedan usar todos simultáneamente. En computación técnica, la clave está, además, en utilizar todos los núcleos a la vez para la misma tarea, de forma que el cálculo se complete en menos tiempo. Es lo que se llama computación paralela. Un supercomputador no es más que un clúster paralelo de gran tamaño, formado por cientos de nodos o más. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/268325/original/file-20190409-2905-4tslvo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/268325/original/file-20190409-2905-4tslvo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/268325/original/file-20190409-2905-4tslvo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/268325/original/file-20190409-2905-4tslvo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/268325/original/file-20190409-2905-4tslvo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/268325/original/file-20190409-2905-4tslvo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/268325/original/file-20190409-2905-4tslvo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/268325/original/file-20190409-2905-4tslvo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">El ordenador MareNostrum del BSC.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.bsc.es/discover-bsc/multimedia-gallery/pictures">BSC</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Por ejemplo, el supercomputador que hay actualmente en el BSC (<a href="https://www.bsc.es/es/marenostrum/marenostrum">MareNostrum 4</a>) tiene 3.456 nodos, cada uno de ellos con dos procesadores de 24 núcleos. O sea, más de 150.000 núcleos en total. Si fuéramos capaces de utilizar todos esos núcleos a la vez, podríamos realizar hasta 11 mil billones de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Operaciones_de_coma_flotante_por_segundo">operaciones de coma flotante</a> por segundo (11 petaflops). El nuevo superordenador, el que sería el MareNostrum 5, podría alcanzar una velocidad máxima de 200 mil billones de operaciones de coma flotante (200 petaflops).</p>
<p>Actualmente, MareNostrum 4 ocupa la posición 25 en el <em>ranking</em> de <a href="https://www.top500.org">supercomputadores más potentes del mundo</a>. Estas máquinas, sobre todo las de las primeras posiciones, son extremadamente complejas y necesitan instalaciones especiales.</p>
<h2>La supercomputación en España</h2>
<p>Además de MareNostrum, existen otros superordenadores en España. Actualmente, la Red Española de Supercomputación (<a href="http://res.es">RES</a>) está formada por 12 supercomputadores (incluido MareNostrum) situados en diferentes centros de investigación y universidades, y da servicio a usuarios de computación técnica avanzada distribuidos por toda la geografía española. El panorama se completa con los centros de supercomputación autonómicos.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/268343/original/file-20190409-2918-b5p5rc.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/268343/original/file-20190409-2918-b5p5rc.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/268343/original/file-20190409-2918-b5p5rc.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=526&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/268343/original/file-20190409-2918-b5p5rc.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=526&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/268343/original/file-20190409-2918-b5p5rc.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=526&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/268343/original/file-20190409-2918-b5p5rc.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=661&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/268343/original/file-20190409-2918-b5p5rc.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=661&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/268343/original/file-20190409-2918-b5p5rc.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=661&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Ubicación de los supercomputadores de la Red Española de Supercomputación (RES). Son MareNostrum & MinoTauro en Barcelona Supercomputing Center (BSC); FinisTerrae 2 en la Fundación Pública Galega Centro Tecnológico de Supercomputación de Galicia (CESGA); La Palma en Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC); Altamira en el Instituto de Física de Cantabria (IFCA) de la Universidad de Cantabria; Picasso en la Universidad de Málaga (UMA); Tirant en la Universitat de València (UV); Caesaraugusta en el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza; Caléndula en Centro de Supercomputación de Castilla y León (SCAYLE); Pirineus II y Canigó en Consorci de Serveis Universitari de Catalunya (CSUC); Lusitania en CénitS-COMPUTAEX; Cibeles en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.res.es/es/nodos-de-la-res">Red Española de Supercomputación</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Cabe destacar que estas máquinas se utilizan siempre de forma compartida. Por ejemplo, un usuario reserva 40 nodos de MareNostrum durante cinco horas, mientras que otro usuario solicita solo dos nodos durante 12 horas, etc. El sistema planifica la ejecución de estos trabajos de forma que se maximice la utilización del computador y se minimice el tiempo de espera de los usuarios. Pero el número de nodos que puede utilizar cada usuario está limitado, así como el número de trabajos que puede lanzar.</p>
<p>Por otro lado, para poder acceder a una de estas máquinas, es necesario justificar para qué se va a usar mediante una descripción técnica que incluye una estimación de las horas totales de cálculo necesarias (para un periodo de cuatro meses). Los proyectos admitidos se asignan a las diferentes máquinas de la RES, de forma que se haga un uso equilibrado de todas ellas. A modo de ejemplo, en el periodo actual se han asignado 187 millones de horas de computación entre <a href="https://www.bsc.es/res-intranet/files/resolution/resolucioncomitedeacceso1erperiodo2019.pdf">131 proyectos</a>.</p>
<h2>Hacer ciencia en el siglo XXI</h2>
<p>Los supercomputadores se utilizan principalmente para realizar simulaciones numéricas mediante programas paralelos (capaces de usar varios procesadores a la vez). La simulación numérica pretende emular un sistema físico para estudiarlo y poder predecir su evolución en el tiempo o su comportamiento bajo determinadas condiciones. Con las simulaciones podemos llevar a cabo experimentos virtuales (¿qué pasaría si…?), una herramienta muy útil para científicos e ingenieros.</p>
<p>La <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Computaci%C3%B3n_cient%C3%ADfica">computación científica</a> (o ciencia computacional) es una disciplina reciente que se está desarrollando rápidamente y está cambiando la forma de hacer ciencia. Muchas áreas científicas están sustituyendo las técnicas tradicionales (observación y experimentación en laboratorio) por las nuevas metodologías basadas en la informática, entre las que destaca la simulación. En algunos países ya se han puesto en marcha titulaciones universitarias específicas de computación científica, que aúnan conocimientos de matemáticas e informática con los de disciplinas aplicadas como la física, la química y la biología.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/268326/original/file-20190409-2898-f2jmz3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/268326/original/file-20190409-2898-f2jmz3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/268326/original/file-20190409-2898-f2jmz3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/268326/original/file-20190409-2898-f2jmz3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/268326/original/file-20190409-2898-f2jmz3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/268326/original/file-20190409-2898-f2jmz3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/268326/original/file-20190409-2898-f2jmz3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/268326/original/file-20190409-2898-f2jmz3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Distintas áreas científicas se benefician de la supercomputación.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.bsc.es/discover-bsc/multimedia-gallery/pictures">BSC</a></span>
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<p>Podríamos citar multitud de áreas científicas que se benefician de la supercomputación. Por ser más concretos, tomemos como ejemplo algunas de las temáticas abordadas por los proyectos de la RES activos actualmente:</p>
<ul>
<li>Ciencia de materiales: semiconductores, metamateriales, baterías de iones de sodio, aleaciones metálicas.</li>
<li>Ciencias de la tierra: cambio climático, geodinámica.</li>
<li>Química: catalizadores, valorización de CO₂.</li>
<li>Bioquímica y medicina: interacción de biomoléculas, coagulación de la sangre, membrana celular.</li>
<li>Nanociencia: nanopartículas, grafeno, nanocristales, espintrónica, placas fotovoltaicas de bajo coste y alta eficiencia.</li>
<li>Astrofísica: ondas gravitatorias, colisión de estrellas de neutrones, agujeros negros, formación del universo, cromosfera solar.</li>
<li>Dinámica de fluidos: flujo turbulento, flujos con burbujas, ruido aeroacústico, combustión, reactores de fusión.</li>
</ul>
<p>La simulación numérica también se emplea en aplicaciones de la industria. Así, empresas energéticas como Repsol la utilizan para mejorar el proceso de <a href="https://www.agenciasinc.es/Reportajes/La-supercomputacion-ayuda-a-Repsol-a-descubrir-nuevos-yacimientos">prospección de hidrocarburos</a>. Otro ejemplo es la <a href="https://www.agenciasinc.es/Noticias/Tecnalia-y-el-CSIC-utilizan-la-supercomputacion-para-producir-cementos-mas-duraderos">producción de cementos más duraderos</a>.</p>
<p>Desde hace años existe una colaboración a nivel europeo en supercomputación (<a href="http://www.prace-ri.eu">PRACE</a>) que permite que los proyectos con mayores necesidades de cómputo puedan acceder a los supercomputadores más potentes en Europa (actualmente son siete, y uno de ellos es MareNostrum). </p>
<p>Ahora, la UE apuesta por tener menos supercomputadores pero más potentes aún (con vistas a alcanzar <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Computaci%C3%B3n_a_exaescala">una potencia de exaflops</a> en 2023), para poder competir con China, EE. UU. y Japón. La propuesta del BSC viene apoyada por Portugal, Turquía y Croacia. Si finalmente se aprueba la compra de la nueva máquina, se pondrá a disposición de usuarios de toda Europa, pero España tendría un papel de liderazgo destacado.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/114375/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Enrique Román Moltó no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona ha presentado su candidatura para albergar un nuevo superordenador que multiplicaría por 15 la potencia del que tiene actualmente.José Enrique Román Moltó, Catedrático de Ciencia de la Computación y miembro del Comité de Usuarios de la Red Española de Supercomputación, Universitat Politècnica de ValènciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.