Pedro Sánchez acaba de ser investido presidente del Gobierno de España con suma dificultad. Ante sí tiene cuatro grandes retos que no tienen fácil solución.
Es más frecuente en mujeres que en hombres y ocurre más en adultos jóvenes. Conlleva un enorme coste social al estar asociada a mayor coste sanitario y pérdida de productividad y de calidad de vida.
El término “liberigualdad” enfatiza su simetría con la “igualibertad” propugnada por Balibar. Libertad e igualdad son los pilares de nuestra convivencia social y su equilibrio es imprescindible.
En entornos diversos, establecer unas pautas de comportamiento basadas en principios éticos favorece la convivencia. Pero, además, también puede ayudar respetar las convenciones sociales del entorno.
La buena educación es el mejor antídoto contra la mala política internacional, las fobias y la ignorancia. Es el mejor ecualizador entre los seres humanos y las sociedades en las que viven.
En estos momentos es especialmente necesario ser más conscientes de fomentar una educación inclusiva (institucional y familiar). Cada persona es única, pero pareciera que, a la hora de organizar la enseñanza, es un principio que molesta. La convivencia en la diversidad es un reto para superar con éxito los días que vivimos.
Los programas intergeneracionales son claves para el futuro de la sociedad. Con ellos los jóvenes aprenden a valorar el potencial y el conocimiento de los mayores y estos se sienten útiles.
El “bullying” es el ejercicio de un poder ilegítimo por parte de un grupo de escolares hacia otro. Sin embargo, un conflicto puntutal entre alumnos no significa que sea acoso. Así se detecta.