A mediados del siglo pasado, Venezuela y la República de Corea iniciaron su proceso de industrialización. Solo Corea del Sur alcanzó unos niveles de industrialización e ingreso per cápita que lo sitúa entre los países más desarrollados del planeta.
El K-Pop surgió en un contexto de expansión coreana pero también a partir del hip hop, la MTV y las reivindicaciones de muchos artistas anteriores al fenómeno.
El consenso informativo de los principales periódicos de Corea del Sur en materia de protección e higiene contra el virus y las medidas del Gobierno fueron clave para el control de la pandemia.
A mediados del siglo pasado Corea del Sur era un pequeño país, superpoblado y arrasado por las guerras. Ahora es un gigante económico por el poderío de su industria y un referente cultural por su música pop.
La participación de la ciudadanía y la precisión de la localización son dos factores importantes que limitan la implantación de tecnologías para monitorizar a la población con datos móviles.
Los efectos del COVID-19 están alterando las previsiones de los países afectados, que comienzan a tomar medidas para proteger su economía y contemplan una variación negativa en sus niveles de déficit.
A medida que los costes humanos de la epidemia del virus Covid-19 siguen aumentando, el virus también está pasando factura a la economía mundial, con la interrupción de las cadenas de suministro en una amplia variedad de industrias.
El triunfo histórico de “Parásitos” en la gala de los Oscar llega como broche de oro a dos décadas de éxito del cine surcoreano, que lleva veinte años produciendo películas taquilleras localmente y con atractivo internacional.
Tras la reciente muerte de la cantante de K-pop Goo Hara todas las miradas se han vuelto hacia este género musical que tanto impulsa la imagen del país asiático alrededor del mundo.
Brass Blacker Associate Professor of Demography at LSHTM and Marie Sklodowska-Curie Fellow at Leverhulme Centre for Demographic Science, University of Oxford