Para celebrar el día mundial de la danza, recordamos que en época romana moverse al son de una música ya era muy popular y se practicaba en diversos contextos.
¿A quién no se le han movido los pies al ritmo de cierta música? El impulso de bailar está firmemente programado en nuestro cerebro y podría ayudarnos a socializar, a regular el estado de ánimo, a expresar nuestra sexualidad…
Los bailarines son un grupo de población especialmente sensible a las lesiones de los pies y tobillos, tanto si bailan flamenco como si andan de puntillas danzando ballet.
La experiencia colectiva en los festivales nos acerca a los orígenes evolutivos de la música, cuando se vivía en actos sociales intrínsecamente unidos a la danza.
Con el movimiento podemos decir mucho más de lo que pensamos. Desde denunciar injusticias a divulgar conocimiento. En el Día Internacional de la Danza, recordamos el papel que puede jugar este arte en la sociedad.
Cristina Sardon, Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT-CSIC)
Además de la entrega y sacrificio que ambas disciplinas requieren, en el ballet intervienen cuestiones matemáticas como la geometría, las proporciones o la simetría.
La terapia con danza es eficaz para tratar la depresión, mejorar la memoria y la neuroplasticidad en los adultos mayores, y para mejorar la función ejecutiva en los pacientes con la enfermedad de Parkinson.
El baile flamenco es parte del patrimonio inmaterial español. En su configuración no sólo han intervenido danzas que reflejan un arraigado costumbrismo andaluz. También se pueden observar matices procedentes de otras danzas tradicionales españolas
En la España del Siglo de Oro, bailes como la zarabanda o la chacona fueron prohibidos y perseguidos. No por su melodía, sino por las letras lascivas y el erotismo de los bailes.