tag:theconversation.com,2011:/us/topics/desarrollo-sostenible-58359/articlesdesarrollo sostenible – The Conversation2024-03-15T08:44:18Ztag:theconversation.com,2011:article/2226792024-03-15T08:44:18Z2024-03-15T08:44:18ZLiderazgo juvenil y desarrollo sostenible: ¿cómo se relacionan?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/580417/original/file-20240307-20-8i8fz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=114%2C57%2C5308%2C3284&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/world-environment-day-global-community-teamworkgroup-1996929659">chayanuphol/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Nos enfrentamos a múltiples desafíos globales que requieren de soluciones innovadoras y sostenibles. Necesitamos encontrar un equilibrio entre el crecimiento económico, el bienestar social y la protección medioambiental. Ante este escenario, el liderazgo efectivo se erige como una competencia básica para el éxito personal y profesional, así como para el bienestar mundial. </p>
<p>No obstante, el liderazgo no es una habilidad congénita, sino que se puede adquirir y perfeccionar a través de una apropiada formación. Por ello, tener en cuenta y otorgar protagonismo al liderazgo juvenil y al desarrollo sostenible puede contribuir a transformar el mundo.</p>
<h2>Estrategias educativas para lograr el liderazgo juvenil y el desarrollo sostenible</h2>
<p>Las estrategias educativas para fomentar el liderazgo juvenil y el desarrollo sostenible deben enfocarse en aunar formación interdisciplinar (que busca la integración y la sinergia entre áreas de conocimiento), multidisciplinar (que se centra en el estudio independiente de varias disciplinas) y transversal. Se trata de planteamientos que unen conocimientos y métodos de múltiples ámbitos de conocimiento orientados a resolver un problema o una cuestión en concreto.</p>
<p>Podemos conseguir impulsar el liderazgo juvenil y el desarrollo sostenible mediante el aprendizaje por proyectos. Por ejemplo, mediante la realización de un proyecto sostenible los estudiantes deben trabajar las ciencias ambientales, la economía, la gestión de procesos, el trabajo en equipo, la toma de decisiones, etc. </p>
<p>El objetivo debe ser impulsar en los jóvenes el desarrollo de habilidades de análisis y la creatividad que potencien estrategias de resolución de problemas. Para que el proceso sea dinámico y participativo, el aprendizaje debe estar basado <a href="https://www.raco.cat/index.php/Ensenanza/article/download/10.5565-rev-ensciencias.2717/464577/">en proyectos globales</a>, por ejemplo, uno que verse sobre el cambio climático donde estén implicados varios países. </p>
<p>Podemos incorporar también la gamificación, pues transforma el proceso de aprendizaje en una aventura donde los estudiantes son protagonistas en explorar, aprender y “triunfar” en su propio sendero educativo. El aprendizaje basado en retos y recompensas y la implementación de un programa de mentoría por pares, es decir, estudiantes de diferentes niveles académicos, contribuye a una formación más participativa e innovadora. </p>
<p>Por último, el aprendizaje experiencial, a través de una pasantía o de colaboraciones en voluntariados, con actividades artísticas y creativas, permite al alumnado formarse desde la práctica e identificar y gestionar sus emociones y desplegar su creatividad.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/una-estrategia-participativa-para-luchar-contra-la-desigualdad-digital-216057">Una estrategia participativa para luchar contra la desigualdad digital</a>
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<h2>Formación en desarrollo sostenible</h2>
<p>Una adecuada planificación y puesta en marcha de una formación sólida en liderazgo juvenil y desarrollo sostenible se puede conseguir integrando diversas estrategias educativas:</p>
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<li><p>La adaptación de los currículos para integrar los contenidos y competencias relacionadas con el liderazgo juvenil y el desarrollo sostenible en las diferentes asignaturas y niveles educativos. Pensemos, por ejemplo, en <a href="https://themonopolitan.com/2017/06/proyectos-ecologicos">un proyecto innovador</a> como el de cultivo subacuático para plantas terrestres. Los estudiantes pueden desarrollar su liderazgo al asumir roles activos, creativos y colaborativos, al enfrentarse a desafíos reales y generar impacto social y ambiental. De esta manera pueden comprobar que son capaces de promover el cambio hacia un futuro más sostenible para todos. El metaverso, o incluso las nuevas gafas de realidad virtual, son tecnologías que pueden fomentar la participación de los jóvenes en este proyecto, al permitirles acceder a escenarios virtuales que recrean las biosferas subacuáticas y colaborar con otros usuarios en la creación y el mantenimiento de los cultivos. </p></li>
<li><p>Emplear metodologías activas y participativas que fomenten el aprendizaje significativo y estratégico, el pensamiento crítico y la reflexión sobre los problemas globales y locales. Por ejemplo, participar en un <a href="https://uniandes.edu.co/es/noticias/ingenieria/crean-bolsas-que-se-disuelven-en-el-agua-y-no-contaminan">proyecto innovador</a> sobre bolsas biodegradables hechas con almidón de yuca, una planta cultivada en diversas regiones. La implicación se puede extender desde la búsqueda, selección y análisis de información hasta su diseño, divulgación y promoción del mismo. Con este plan, pueden desarrollar competencias transversales e interdisciplinares relacionadas con la resiliencia, la ciencia, la tecnología, la ingeniería, el arte y las matemáticas (STEAM), así como con la comunicación, la creatividad, el trabajo en equipo y la conciencia ambiental.</p></li>
<li><p>El empleo de la realidad aumentada permite generar experiencias de aprendizaje sobre el desarrollo sostenible. Un ejemplo es el reciclaje de residuos orgánicos con dicha tecnología, que enseña a los jóvenes a crear compost y cómo cuidar el medio ambiente. También, su combinación con otras actividades como visitas a espacios naturales, para conocer la flora y la fauna locales. En estos casos, brindarles la oportunidad de plantear problemas y posibles soluciones, impulsa a que puedan crear valor a través de sus propias ideas y propuestas. </p></li>
<li><p>Para fusionar liderazgo juvenil y desarrollo sostenible es necesaria la colaboración entre los diferentes actores sociales, tanto a nivel nacional como internacional. Para ello, se pueden utilizar plataformas digitales que faciliten la comunicación, la coordinación y la cocreación entre los socios, utilizando herramientas innovadoras como <a href="https://arxiv.org/ftp/arxiv/papers/2305/2305.01088.pdf">la inteligencia artificial o el <em>blockchain</em></a>. Estas herramientas pueden crear experiencias de colaboración globales más diversas, interactivas y seguras, que promuevan la transparencia y la confianza entre los grupos de interés.</p></li>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/cual-es-la-responsabilidad-etica-y-social-de-los-docentes-y-como-transmitirla-en-el-aula-196520">Cuál es la responsabilidad ética y social de los docentes y cómo transmitirla en el aula</a>
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<h2>Inspiración para los futuros líderes</h2>
<p>La formación de calidad con una visión inspiradora es la que conseguirá que surjan futuros líderes que extiendan el conocimiento tanto su día a día como en las culturas organizativas. </p>
<p>Este tipo de formación es aplicable en los grados medios y superiores de Formación Profesional, pero también se pueden incorporar a los currículos de Primaria y Secundaria. Por ejemplo, con la puesta en marcha de <a href="https://www.diputaciondepalencia.es/sitio/medio-ambiente/escuela-sostenibilidad">ecoauditorías escolares</a>, la creación de <a href="https://www.laprovincia.es/fuerteventura/2024/02/26/ayuntamiento-pajara-impulsa-huertos-escolares-98684754.html">huertos escolares</a> o la participación de estudiantes de primaria en la investigación sobre cómo la contaminación del aire, el agua y el suelo tiene un impacto en la salud de las personas y su implicación <a href="https://igniteseriousplay.com/el-programa-educativo-health-guardians-2030-de-la-fundacion-pfizer-consolida-nuevamente-su-exito/">en campañas de concienciación o iniciativas para reducir la contaminación</a>.</p>
<p>La formación temprana en liderazgo juvenil y desarrollo sostenible no solo prepara a los jóvenes para sus futuras carreras, sino que también los empodera como agentes de cambio en un mundo en constante transformación.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/577269/original/file-20240222-26-sxtnx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/577269/original/file-20240222-26-sxtnx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=112&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/577269/original/file-20240222-26-sxtnx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=112&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/577269/original/file-20240222-26-sxtnx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=112&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/577269/original/file-20240222-26-sxtnx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=141&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/577269/original/file-20240222-26-sxtnx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=141&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/577269/original/file-20240222-26-sxtnx6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=141&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<p><em>Este artículo forma parte de una colaboración con Santander Open Academy, una iniciativa global de Banco Santander que ofrece a cualquier persona acceso a formación para mejorar sus competencias profesionales y su empleabilidad. Incluye cursos 100% subvencionados, contenidos de calidad gratuitos y becas con universidades e instituciones líderes de todo el mundo. Más información en <a href="https://www.santanderopenacademy.com">www.santanderopenacademy.com</a>.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/222679/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jessica Bayón Pérez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Metodologías educativas para enseñar liderazgo y desarrollo sostenible.Jessica Bayón Pérez, Investigadora y Profesora de Derecho del Trabajo y Seguridad Social y Recursos Humanos., Universidad NebrijaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2046932023-06-14T17:46:06Z2023-06-14T17:46:06ZMicroorganismos “amigos” como alternativa a los pesticidas químicos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/529586/original/file-20230601-19-20sxnu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6006%2C3998&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El hongo 'Trichoderma harzianum' se utiliza ampliamente como agente de control biológico en cultivos como el arroz.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-trichoderma-harzianum-on-rice-seed-1784639420">Rukawajung / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Garantizar una producción de alimentos suficiente para toda la población mundial <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/hunger/">es uno de los objetivos de desarrollo sostenible</a> incluidos en la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas. Pero esto no es posible sin controlar la pérdida de las cosechas causadas por enfermedades en las plantas. Para ello, resulta necesario desarrollar métodos novedosos, sostenibles y seguros. Y aquí entra con fuerza el control biológico o biocontrol, que consiste en utilizar microorganismos inocuos para evitar que los cultivos enfermen. Suena bien, ¿no?</p>
<h2>La plaga de los fitopatógenos</h2>
<p>Los microorganismos que atacan a las plantas se conocen como fitopatógenos. Estos agentes infecciosos pueden afectar a las raíces, las hojas, los tallos o incluso los frutos, llevando en algunos casos a la muerte del vegetal. Su incidencia supone un gran impacto económico en el sector agroalimentario: la FAO calcula que cada año <a href="https://www.fao.org/news/story/en/item/1402920/icode/">se pierden 220 000 millones de dólares</a> (unos 200 000 millones de euros) debido a enfermedades en los cultivos agrícolas.</p>
<p>Por si esto fuera poco, <a href="https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2022239118">el cambio climático</a> está provocando la emergencia y el aumento de la severidad y dispersión de las bacterias y hongos patógenos. Esto hace que sea esencial disponer de métodos de control efectivos.</p>
<p>Tradicionalmente, dicho control se ha realizado con compuestos químicos antimicrobianos. Sin embargo, hay muchas razones por las que su uso debe restringirse. </p>
<p>En primer lugar, por el <a href="https://www.mdpi.com/2077-0472/12/2/289">incremento de microorganismos resistentes</a> a los tratamientos. Este aumento de la resistencia debe abordarse desde un enfoque <a href="https://www.fao.org/one-health/es"><em>One Health</em></a> (considerar la salud de las personas, los animales y el medio ambiente de manera global), y la agricultura desempeña un papel fundamental en este aspecto. </p>
<p>Además, los residuos de esos compuestos pueden suponer graves problemas para la salud humana y animal, así como para el medio ambiente. Por ello, su uso <a href="https://food.ec.europa.eu/plants/pesticides/eu-pesticides-database_en">está regulado en la Unión Europea</a>, que mantiene la lista de productos autorizados en continua revisión. A todo esto se suma el auge de la agricultura ecológica, en la que está prohibido el uso de muchos de estos antimicrobianos químicos. </p>
<h2>Lucha a muerte entre microbios</h2>
<p>Los microorganismos utilizados para combatir enfermedades en plantas se conocen como agentes de control biológico (ACB). Estos pequeños aliados <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s00203-022-03279-w">son seleccionados de los mismos ambientes</a> donde se van a usar. Así se tiene claro que están bien adaptados a ese lugar y van a persistir una vez aplicados. </p>
<p>Además, su liberación no puede suponer un problema ecológico y que afecten, por ejemplo, a otros microorganismos beneficiosos que vivan allí. Por ello, se seleccionan ACB que sean específicos contra el patógeno que se quiere controlar, pero no actúen frente a la microbiota habitual del ecosistema. </p>
<p>Para entender el control biológico hay que imaginar una pequeña guerra en miniatura. El patógeno y el ACB se van a enfrentar para colonizar efectivamente la planta y poder desarrollarse ahí. Si gana el primero, se producirá la enfermedad, y si vence el ACB, la planta se mantendrá sana. </p>
<h2>¿Cómo funciona el control biológico?</h2>
<p>Los <a href="https://bsppjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/ppa.13555">mecanismos por los que los ACB evitan las patologías en las plantas</a> son muy variados. Lo más frecuente es que sean capaces de impedir el desarrollo del patógeno y desplazarlo a otro lugar. El ACB está muy adaptado, crece rápido y no deja al microorganismo nocivo ni hueco ni nutrientes para colonizar la planta. </p>
<p>Otra de las bazas más importantes es la producción de compuestos antimicrobianos por parte del ACB que matan o evitan que crezca el atacante. Este es un mecanismo ancestral que los microorganismos utilizan de manera natural para competir en el ambiente y encontrar un buen sitio para vivir. En este caso, simplemente se explota este hecho para conseguir un beneficio en el cultivo. </p>
<p>Pero eso no es todo. En muchas ocasiones, la presencia del ACB supone un aumento de las defensas de la planta. De esta manera, el cultivo está más preparado para protegerse rápidamente en el caso de que llegue un patógeno. </p>
<h2>Un hongo que ahoga como una boa constrictor</h2>
<p>Lo más habitual es que un mismo agente actúe utilizando distintos mecanismos. Así hace <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1476945X21000714"><em>Trichoderma</em></a>, uno de los principales ACB por su alta eficacia frente a numerosos patógenos.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/529590/original/file-20230601-17-72sbd7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Hifas y esporas de 'Trichoderma harzianum' vistas al microscopio." src="https://images.theconversation.com/files/529590/original/file-20230601-17-72sbd7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/529590/original/file-20230601-17-72sbd7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=601&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/529590/original/file-20230601-17-72sbd7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=601&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/529590/original/file-20230601-17-72sbd7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=601&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/529590/original/file-20230601-17-72sbd7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=756&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/529590/original/file-20230601-17-72sbd7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=756&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/529590/original/file-20230601-17-72sbd7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=756&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Hifas (filamentos) y esporas de ‘Trichoderma harzianum’ vistas al microscopio.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/trichoderma-harzianum-spore-hyphae-under-microscope-2016640874">Jirawan muangnak / Shutterstock</a></span>
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<p>Este hongo es un todoterreno y presenta unas características inigualables para ser utilizado en la lucha contra las enfermedades de los cultivos. Crece muy rápido en un rango de condiciones ambientales muy amplio y puede utilizar una variedad enorme de nutrientes. Además, muchas cepas producen un gran abanico de antimicrobianos, así como otros compuestos que pueden mejorar las defensas de las plantas. </p>
<p>Sin embargo, la propiedad más increíble de <em>Trichoderma</em> es lo que se conoce como hiperparasitismo. Este ACB es capaz de atacar directa y específicamente a otros hongos patógenos. Con sus filamentos, puede oprimirlos como si fuera una boa constrictor, y producir enzimas que rompen las células del patógeno. </p>
<h2>Llegan (tímidamente) los biopesticidas</h2>
<p>Actualmente, existen algunas formulaciones comerciales que contienen bacterias y hongos para el control biológico de relevantes enfermedades en plantas. Estos productos se conocen con el nombre de biopesticidas. Sin embargo, <a href="https://www.mdpi.com/2076-2607/10/3/596">solo representan el 5 % del mercado de los pesticidas a nivel mundial</a>. Aún queda mucho que hacer para conseguir productos eficaces que superen todos los procedimientos legales para ser usados.</p>
<p>El primer paso es <a href="https://www.mdpi.com/2311-7524/8/7/577">desarrollar una fórmula estable</a>. El producto debe mantener el ACB viable durante el mayor tiempo posible a la vez que se maximiza su efecto antagonista una vez aplicado. </p>
<p>Después de ser diseñado y patentado, el producto debe registrarse para su uso en agricultura. Este proceso garantiza que cumple todos los criterios de seguridad tanto en cuestiones sanitarias como ambientales. Los requerimientos son muy estrictos, lo que hace que muchos ACB que parecen prometedores a escala de laboratorio nunca lleguen a ser utilizados en campo. </p>
<p>El uso de microorganismos beneficiosos para luchar contra otros patógenos en agricultura es un claro ejemplo de la cara buena de la microbiología. Aún queda camino por recorrer, pero ojalá que en un futuro sea la alternativa sostenible y eficaz que sustituya a los pesticidas químicos.</p>
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<p><em>Artículo escrito con el asesoramiento de la <a href="https://www.semicrobiologia.org/">Sociedad Española de Microbiología</a>.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/204693/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jéssica Gil Serna no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Una nueva arma para combatir las enfermedades que arrasan los cultivos es usar bacterias y hongos inocuos contra los propios patógenos de las plantas. Explicamos cómo funcionan los biopesticidas, una prometedora alternativa a los compuestos químicos antimicrobianos.Jéssica Gil Serna, Profesora Contratada Doctora. Microbióloga y miembro del grupo de investigación "Hongos y Levaduras de Interés en Agroalimentación", Universidad Complutense de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1926682022-10-25T18:05:29Z2022-10-25T18:05:29ZQué es la ‘cultura oceánica’ y por qué hace falta enseñarla<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/491305/original/file-20221024-23-riwde4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=15%2C0%2C5135%2C3089&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El océano Atlántico desde las Islas Cíes (Pontevedra).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/view-cies-islands-spain-over-cliff-1748714513">Shutterstock / Carlos Penichet</a></span></figcaption></figure><p>La oceanógrafa y pionera de la exploración oceánica <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Sylvia_Earle">Sylvia Earle</a> lleva luchando toda la vida para proteger el océano. </p>
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<p>“Los seres humanos tenemos la impresión de que el océano es tan inmenso, grande y resistente que no importa lo que le hagamos. Vaya locura. La ignorancia es nuestro mayor problema”. (Entrevista en <a href="https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/sylvia-earle-pionera-exploracion-submarina_14817"><em>National Geographic</em></a>, 2019). </p>
</blockquote>
<p>Conocer y entender la influencia que ejerce el océano sobre las personas y la influencia que ejercemos los seres humanos sobre el océano es clave para poder vivir y actuar de forma sostenible, y es la esencia de la cultura oceánica. </p>
<h2>¿Cómo se define la cultura oceánica?</h2>
<p>El origen de la Cultura Oceánica tuvo lugar en Estados Unidos, a principios de este siglo, cuando un grupo de profesionales de la oceanografía y de la educación <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000263062">repararon</a> en la escasa presencia de las ciencias marinas en el sistema educativo.</p>
<p>En 2002 se realizó la primera conferencia en línea para tratar esta problemática, titulada <em>Oceans for Life</em>, pero no fue hasta el año 2004 cuando se logró <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000263062">consensuar una definición</a> de la cultura oceánica y sus siete principios: </p>
<ol>
<li><p>La Tierra tiene un único gran océano con muchas características.</p></li>
<li><p>El océano y la vida que este alberga moldean las características de la Tierra.</p></li>
<li><p>El océano ejerce una gran influencia sobre las condiciones climáticas y meteorológicas.</p></li>
<li><p>El océano hace posible que la Tierra sea habitable.</p></li>
<li><p>El océano sustenta una gran diversidad de vida y de ecosistemas.</p></li>
<li><p>El océano y los seres humanos están intrínsecamente conectados.</p></li>
<li><p>La mayor parte del océano permanece inexplorado.</p></li>
</ol>
<h2>La sostenibilidad del océano</h2>
<p>Enseñar Cultura Oceánica significa desarrollar estos siete principios mediante actividades que impliquen no sólo concienciar al alumnado acerca del papel del océano y su relación con el cambio climático, la biodiversidad o la obtención de recursos, sino transformar sus conocimientos en comportamientos y acciones que promuevan la sostenibilidad del océano. </p>
<p>Los temas oceánicos pueden ser abordados de forma interdisciplinar en todas las materias, desde la ciencia hasta el arte, pasando por la historia, la literatura o la filosofía, y ahora tenemos una oportunidad única para hacerlo. </p>
<h2>Nuevo modelo de currículo</h2>
<p>El nuevo marco curricular trae como novedad la inclusión de los <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/">Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)</a>. El ODS14 hace referencia a “la vida submarina”. En concreto, a la importancia de conservar y emplear de manera sustentable los océanos, mares y recursos marinos. </p>
<p>Además, estamos inmersos en la denominada <a href="https://www.oceandecade.org/"><em>Década de las Ciencias Océanicas para el desarrollo sostenible (2021-2030)</em></a>, declarada por las Naciones Unidas, cuya finalidad es concebir soluciones transformadoras basadas en la ciencia marina que permitan un desarrollo sostenible, conectar sociedad y océano, y fomentar la cultura oceánica.</p>
<h2>Iniciativas para la enseñanza</h2>
<p>Existen iniciativas interesantes por ejemplo en Portugal, para promover la cultura oceánica, como el pionero programa educativo <a href="https://escolaazul.pt/">Escola Azul</a>, que pueden servir de modelo para la incorporación de la cultura oceánica en los planes de estudio de otros países como España. </p>
<p>También se está haciendo un gran esfuerzo desde los centros de investigación con programas de divulgación científica, como el proyecto <em>Ocean Night</em>. Este proyecto <a href="https://digital.csic.es/handle/10261/552">desarrolla recursos educativos</a> como unidades didácticas, cómics o pósteres que pueden servir de apoyo al docente para introducir la cultura oceánica en diferentes asignaturas.</p>
<h2>Un único océano</h2>
<p>Los participantes en el proyecto también diseñamos metodologías y herramientas para medir la apropiación social de los estudiantes; es decir, el conocimiento que tienen sobre la cultura oceánica, cuánto se identifican con él y cómo lo aplican.</p>
<p>Con el objetivo de explorar el nivel de cultura oceánica del alumnado de secundaria, realizamos un primer estudio de aula en el que participaron 22 estudiantes de un centro público del interior de Galicia.</p>
<p>El trabajo mostró que la mayor parte del alumnado participante tenía dificultades para entender el primer principio de Cultura Oceánica: que el planeta Tierra tiene un único océano con distintas características.</p>
<h2>Cambio de paradigma</h2>
<p>Todas las masas de agua del océano, como las del Pacífico y del Atlántico en los hemisferios norte y sur, las del Índico, del Antártico y del Ártico están interconectadas gracias a las corrientes oceánicas. </p>
<p>Identificar el océano como una única masa de agua implica entender que el impacto de nuestras acciones en un lugar tendrá consecuencias globales. Supone un cambio de paradigma a la hora de enseñar cuestiones oceánicas como la contaminación, el calentamiento o la acidificación. </p>
<p>Este cambio de paradigma, apoyado por campañas como <a href="https://www.oceanprotect.org/2019/10/17/drop-the-s/"><em>DroptheS</em></a>, requiere invertir esfuerzos en promover la cultura oceánica.</p>
<p>Así, en estos centros de Galicia, propuestas de enseñanza como <a href="https://thrivu.grupo-sm.com/s/proyecto-educativo/a3D7U0000016tjaUAA/vida-microsc%C3%B3pica-marina-actividades-para-entender-y-proteger-el-mar?language=es"><em>Vida microscópica marina. Actividades para proteger y entender el mar</em></a>, enmarcadas en el nuevo modelo de currículo, pretenden fomentar esta visión y acercarse a la diversidad marina con ejemplos de problemáticas que nos afectan, como las proliferaciones de microalgas, conocidas vulgarmente como “mareas rojas”. </p>
<p>Enseñar cultura oceánica es enseñar a pensar en el “océano” de forma global y sustentable, para poder actuar de forma responsable. No perdamos la oportunidad. </p>
<hr>
<p><em>Este artículo está basado en el Trabajo de Fin de Máster de Sandra Carreiras, graduada en Biología y estudiante en Ciencias de la Educación; y se ha escrito con la colaboración de Noa Ageitos, profesora de Ciencias en Educación Secundaria y miembro del equipo de investigación RODA, Universidade de Santiago de Compostela.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/192668/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Blanca Puig es investigadora principal en la Universidad de Santiago de Compostela del proyecto ESPIGA del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Generación de Conocimiento 2018, código PGC2018-096581-B-C22, para el desarrollo pensamiento crítico mediante prácticas científicas en contextos relacionados con los desafíos de la era de la Post-verdad. También coordina el proyecto Europeo Erasmus + “Progression and Pedagogy of Design: Contextualizing Design based Pedagogy in Teacher Education Programs (P2D)” (2020-PI145). Ref.2020-1-TR01-KA203-094180, de investigación basada en el diseño STEM para el fomento del pensamiento crítico.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Gabriela Ojeda-Romano ha sido contratada por el Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC con fondos recibidos de la convocatoria CONTRATACION DE PERSONAL TÉCNICO DE APOYO A LA I+D+I AÑO 2018 (ID Project: 206597), dentro del PROGRAMA ESTATAL DE PROMOCION DEL TALENTO Y SU EMPLEABILIDAD EN I+D+I del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2017-2020.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>José Pintado Valverde es investigador principal en el IIM-CSIC del proyecto Ocean Night, financiado por el Programa de Investigación e Innovación Horizonte Europa, Acciones Marie Skłodowska-Curie, de la Unión Europea (HORIZON-MSCA-2022-CITIZENS-O1, Ref.101061165 OCEAN NIGHT). También ha recibido fondos de la Fundación General CSIC, a través de la convocatoria Cuenta la Ciencia 2021 (Ref. FGCCLC-2021-0034), para la realización de material educativo al que se hace referencia en el artículo.</span></em></p>Conocer y entender la influencia mutua entre humanos y océano es clave para poder vivir y actuar de forma sostenible, y es la esencia de la cultura oceánica.Blanca Puig, Profesora Titular de Universidade. Didáctica das Ciencias Experimentais, Universidade de Santiago de CompostelaGabriela Ojeda-Romano, Responsable de la Unidad de Cultura Científica del IIM-CSIC, Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC)José Pintado Valverde, Científico Titular y Vicedirector de Cultura Científica del IIM-CSIC, Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1906972022-10-16T20:17:19Z2022-10-16T20:17:19ZHay “movida” en el sistema alimentario: innovación para evitar el desabastecimiento<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/489560/original/file-20221013-20-k5x3z4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C7%2C5120%2C2866&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/male-microbiologist-working-on-tablet-computer-1919496383">Gorodenkoff / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La <a href="https://economipedia.com/definiciones/malthusianismo.html">pesimista teoría Malthusiana</a> de que el crecimiento demográfico superaría al de producción de alimentos quedó resuelta por la eficaz respuesta de los agricultores y técnicos, que lograron disminuir la brecha de hambrientos y satisfacer adecuadamente a la mayoría de la población. Sin embargo, parece que en los últimos años se ha invertido la tendencia y se ha producido un incremento de más de 100 millones de hambrientos según FAO. </p>
<p>Por más que nos pese, el siglo XXI está resucitando fantasmas pasados que afectan a sectores básicos como la alimentación y la energía. La covid-19, la guerra de Ucrania y la sequía <a href="https://theconversation.com/la-sequia-podria-dejarnos-sin-leche-y-sin-cerveza-191439">amenazan la subsistencia humana</a>. Las colas del hambre renacen y han provocado, recientemente, una “movida” política, social y económica. </p>
<p>Para que deje de estar en entredicho el abastecimiento alimentario conviene dar una respuesta rápida que, al menos en parte, venga de la mano de la innovación. </p>
<h2>¿Nuevos productos para un viejo problema?</h2>
<p>A lo largo de la historia, la irrupción de nuevos productos en el sistema alimentario ha respondido a una variedad de motivaciones. Aunque antes de analizarlas, tendríamos que tener claro qué se entiende por nuevo alimento. La <a href="http://www.aesan.gov.es">Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición</a> (AESAN) considera nuevo alimento aquel que no se ha consumido en la UE, al menos no en gran medida, antes de mayo 1997. Puede ser innovador porque utilice nuevas tecnologías y nuevos procesos productivos o sencillamente porque su consumo haya sido escaso o nulo hasta el momento.</p>
<p>Aunque la innovación se focaliza en aspectos concretos y eslabones determinados de la cadena alimentaria, las ondas de adaptación se transmiten al resto de eslabones. Eso da lugar a modelos de consumo distintos, formas de distribución originales (forma, tamaño y material de los envases, por ejemplo), nuevas presentaciones o composición de los productos y búsqueda de nuevas variedades en origen.</p>
<p>Para empezar, el agricultor debe ser conocedor de las plantas y prácticas de cultivo que, de forma sostenible, puede ofrecer al sistema alimentario. Incluyendo productos ecológicos o transgénicos, además de diferentes formas de cultivo.</p>
<p>La fermentación es otro instrumento eficaz en la innovación de alimentos. Por un lado ofrece beneficios en el sabor, nutrición, salud, textura y vida útil, y tiene la ventaja de ser natural. Pero también aumenta la actividad oxidante y permite que la vida útil de los alimentos pueda llegar a cuatro semanas en productos lácteos líquidos fermentados, o a más de un año en bebidas alcohólicas y salchichas fermentadas secas. </p>
<p>Otra de las innovaciones a tener en cuenta es la <a href="https://theconversation.com/cual-es-el-interes-nutricional-de-la-carne-artificial-157006">carne sintética</a>, producida mediante cultivo de células en el laboratorio. En algunas de las propuestas actuales dicha carne procede de tejidos animales que se hacen crecer en un biorreactor y, posteriormente, se introducen en una impresora 3D que les da la forma deseada.</p>
<h2>Hacia dónde vamos</h2>
<p>El doble reto de acabar con el hambre y, a la vez, proteger el medio ambiente requiere que la innovación vaya en paralelo <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-021-02331-x">al desarrollo de unas estrategias a nivel internacional</a>. </p>
<p>Por otra parte, la generación de nuevos productos debe acompañarse de estrategias de adaptación al mercado, bien rompiendo con lo anterior o mejorando lo existente. En todos los casos es fundamental mantener un <a href="https://www.taylorfrancis.com/books/mono/10.1201/b10521/new-food-product-development-gordon-fuller">control de calidad y seguridad alimentaria</a>. Partiendo de estos requisitos básicos, el mundo de los insectos parece abrir nuevos horizontes, pero también el uso de otras proteínas alternativas <a href="https://theconversation.com/no-son-filetes-pero-lo-parecen-analogos-de-carne-a-base-de-micoproteinas-176275">procedentes de hongos</a> y microalgas.</p>
<p>Otras líneas interesantes tienen que ver con la nutrición de precisión según el mapa genético del consumidor y con la <a href="https://www.nextdoorpublishers.com/libros/editando-genes-recorta-pega-y-colorea/">edición genética (CRIPSR)</a>, que mediante el corta y pega de los cromosomas nos ofrece nuevas posibilidades. </p>
<p>Entre las <a href="https://www.ainia.es/ainia-news/innovaciones-futuro-alimentacion-saludable-sostenible/">innovaciones que marcan el futuro de la alimentación</a> saludable y sostenible destacan también los <a href="https://idus.us.es/handle/11441/103891">alimentos fabricados mediante impresión en 3D</a>, también conocida como fabricación aditiva. Se trata de aprovechar un proceso robótico que construye un producto de manera tridimensional mediante la superposición de capas de material a través de un programa de diseño digital. De este modo se pueden crear estructuras y formas novedosas, pero también comidas personalizadas en función de las necesidades nutricionales específicas y la ingesta de calorías de una persona individual.</p>
<p>El <a href="https://www.nature.com/articles/s43016-021-00402-w">cultivo vertical de alimentos</a> (<em>vertical farming</em>), el uso de drones y robótica en agricultura, y el aprovechamiento de excedentes alimentarios completan la lista de innovaciones prometedoras. </p>
<p>En el torbellino actual, los ciudadanos estamos modificando los hábitos de consumo a marchas forzadas, los empresarios intentan sobrevivir y los investigadores buscan nuevos productos o sistemas de gestión. Las innovaciones deben contemplar los impactos culturales, socioeconómicos y medioambientales en el entorno y de forma global. Con las cosas de comer no se juega, y un error intervencionista gubernamental, o sencillamente fallos en la oferta, pueden llevar a un desabastecimiento grave de la población.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/190697/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Isabel de Felipe Boente forma parte de la junta directiva de Pronatur.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Julián Briz Escribano no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El doble reto de acabar con el hambre y, a la vez, proteger el medio ambiente exige soluciones innovadoras. Desde los cultivos verticales hasta las técnicas CRISPR o la impresión 3D de alimentos.Isabel de Felipe Boente, Profesora jubilada de Economía y Desarrollo, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Julián Briz Escribano, Catedrático emérito, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1815682022-04-28T17:10:27Z2022-04-28T17:10:27ZAsí deberían diseñarse los colegios e institutos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/459461/original/file-20220425-24059-4kkke2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=741%2C610%2C2852%2C2503&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Fotografía: I. Montiel</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>No sólo importa qué nos enseñan sino dónde lo aprendemos. No es lo mismo recibir clases en habitaciones oscuras, frías y con eco, que en habitaciones con buena luz, buena acústica y vistas a la naturaleza.</p>
<p>El diseño y la distribución de los espacios educativos, algo que suele considerarse secundario, si es que se tiene en cuenta, a la hora de evaluar la idoneidad de un colegio o instituto, cumple un papel mucho más importante de lo que creemos. Facilita la transformación hacia metodologías educativas innovadoras, está relacionado con la salud y bienestar de los docentes y estudiantes, y puede disminuir los gastos de arrastre y mantenimiento de los edificios, promoviendo una educación económica responsable y sostenible. </p>
<p>Estas son las principales conclusiones de <a href="https://library.iated.org/view/MONTIEL2018PRO">nuestro estudio multidisciplinar</a>, en el que hemos combinado enfoques desde la geografía, la arquitectura, la educación, las ciencias ambientales y las neurociencias. Nuestro trabajo además se enmarca en los <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/">objetivos de desarrollo sostenible</a> (ODS) promovidos por Naciones Unidas con el horizonte del año 2030.</p>
<h2>Los espacios donde aprendemos y los ODS</h2>
<p>Si se tienen en cuenta estos aspectos a la hora de diseñar los espacios educativos, es posible alcanzar las metas de numerosos ODS. Por ejemplo, con la ventilación y posicionamiento adecuado de los espacios se alcanzan los objetivos de salud y bienestar (ODS 3):</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/459460/original/file-20220425-25-kcjq59.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/459460/original/file-20220425-25-kcjq59.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/459460/original/file-20220425-25-kcjq59.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=371&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/459460/original/file-20220425-25-kcjq59.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=371&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/459460/original/file-20220425-25-kcjq59.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=371&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/459460/original/file-20220425-25-kcjq59.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=466&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/459460/original/file-20220425-25-kcjq59.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=466&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/459460/original/file-20220425-25-kcjq59.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=466&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Un espacio sostenible posibilita la ventilación natural. Debe evitarse el diseño de</span>
<span class="attribution"><span class="source">Fotografía: I. Montiel</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>O promoviendo la interacción de las personas en un marco adecuado, nos acercamos al ODS 4 de ofrecer una educación de calidad: </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/459462/original/file-20220425-93720-c8u5v7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/459462/original/file-20220425-93720-c8u5v7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/459462/original/file-20220425-93720-c8u5v7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=376&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/459462/original/file-20220425-93720-c8u5v7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=376&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/459462/original/file-20220425-93720-c8u5v7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=376&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/459462/original/file-20220425-93720-c8u5v7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=472&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/459462/original/file-20220425-93720-c8u5v7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=472&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/459462/original/file-20220425-93720-c8u5v7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=472&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/459463/original/file-20220425-79602-is0tzf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/459463/original/file-20220425-79602-is0tzf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/459463/original/file-20220425-79602-is0tzf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/459463/original/file-20220425-79602-is0tzf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/459463/original/file-20220425-79602-is0tzf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/459463/original/file-20220425-79602-is0tzf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/459463/original/file-20220425-79602-is0tzf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/459463/original/file-20220425-79602-is0tzf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Las pedagogías emergentes dan mayor autonomía al alumnado. Los espacios sostenibles permiten el trabajo autónomo en grupos incluso en las zonas de tránsito, que deben estar protegidas de la intemperie, facilitando así la versatilidad y un mayor número de espacios educativos útiles (ODS 4).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Fotografía: I. Montiel</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Es necesario que la administración educativa esté más sensibilizada sobre la importancia de que los edificios mismos ayuden a la educación del alumnado en sostenibilidad, eficiencia energética y no contaminante y promuevan una educación económica responsable (ODS 7, 9, 11, 12, 13). </p>
<p>En definitiva, la puesta en marcha de nuevos diseños y estrategias de construcción y de distribución de espacios educativos facilita el uso de metodologías de aprendizaje y servicio (aumentando de esta manera las posibilidades de empleabilidad de los alumnos y ayudando a reducir desigualdades, como marcan los ODS 8 y 10); propone ideas sobre innovación en infraestructuras, tecnologías de la información y comunicación educativa necesarias especialmente después de la covid-19 (y se aproxima a los (ODS 9); y fomenta las alianzas entre centros, administraciones, educadores y destinatarios del proceso (ODS17).</p>
<h2>De las recomendaciones a la realidad</h2>
<p>En nuestra investigación hemos detectado las necesidades reales de los usuarios de Institutos de Educación Secundaria Públicos en la Comunidad Valenciana, gracias a su participación directa. Estas necesidades deben ser transmitidas a diseñadores y planificadores de los futuros centros educativos, y los que se ocupan de las reformas necesarias de los antiguos. </p>
<p>Si bien se van incorporando mejoras, como por ejemplo la separación del aula de música de otros espacios que precisan de silencio para centrar la atención en el proceso educativo, todavía se detecta una brecha entre las recomendaciones de guías e incluso normativas existentes en las diferentes administraciones y la realidad de los espacios construidos. </p>
<p>En muchas ocasiones estas disonancias no son debidas a falta de inversión financiera, sino a escasa comunicación e insuficiente conocimiento de los programas educativos y actividades que tendrán lugar en los espacios. De esto es responsable también la propia administración educativa y no solamente los diseñadores de los centros. Los espacios educativos deberían ser modelo de prácticas sostenibles.</p>
<h2>Espacios sostenibles</h2>
<p>Nuestro trabajo propone la creación de “TICMOTECAS” (acrónimo de <strong>TIC</strong>, tecnologías de la información y la comunicación; <strong>MO</strong>biliario móvil (flexible y versátil); y <strong>TE</strong>mperatura, <strong>C</strong>olores y <strong>A</strong>cústica): se trata de espacios sostenibles dotados de conectividad, con buena luz, ventilación y vistas a la naturaleza. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/459466/original/file-20220425-2749-175qks.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/459466/original/file-20220425-2749-175qks.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/459466/original/file-20220425-2749-175qks.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=277&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/459466/original/file-20220425-2749-175qks.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=277&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/459466/original/file-20220425-2749-175qks.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=277&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/459466/original/file-20220425-2749-175qks.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=348&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/459466/original/file-20220425-2749-175qks.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=348&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/459466/original/file-20220425-2749-175qks.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=348&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/459465/original/file-20220425-16-wdeaaq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/459465/original/file-20220425-16-wdeaaq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/459465/original/file-20220425-16-wdeaaq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=277&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/459465/original/file-20220425-16-wdeaaq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=277&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/459465/original/file-20220425-16-wdeaaq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=277&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/459465/original/file-20220425-16-wdeaaq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=348&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/459465/original/file-20220425-16-wdeaaq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=348&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/459465/original/file-20220425-16-wdeaaq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=348&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">TICMOTECA en disposición para clase magistral y para clase en grupos. La clase magistral no desaparece, se complementa en uso para metodologías activas.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Fotografía: I. Montiel</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Este tipo de espacios sostenibles cubren un triple objetivo: </p>
<ol>
<li><p>Objetivos sociales (participación, empatía, educación). </p></li>
<li><p>Objetivos económicos (gastos de mantenimiento, diseño vanguardista).</p></li>
<li><p>Y objetivos medioambientales (espacios saludables, salud física y mental, ecodiseño y neuroarquitectura).</p></li>
</ol>
<h2>Más allá de cuatro paredes</h2>
<p>La manera en que se complementan las metodologías y los espacios para una mejor labor educativa no se limita solamente a disponer de cuatro paredes para contener a los estudiantes. </p>
<p>Los autores que formamos este <a href="https://doi.org/10.3390/educsci11080418">equipo de investigación multidisciplinar</a> entendemos que la educación no depende solo de los proyectos educativos. La incorporación de la sostenibilidad como base de la ejecución de nuevos espacios puede, y debería, tener un impacto positivo en los estudiantes más allá del currículo académico.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/181568/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La planificación sostenible debe buscar la creación de espacios idóneos en los centros educativos. En ellos entendemos y experimentamos mejor la sostenibilidad, y es más fácil la innovación educativa.Jose Navarro Pedreño, Profesor de Ciencias Ambientales, Universidad Miguel HernándezIsabel Montiel Vaquer, Profesora Colaboradora. Doctora en Sostenibilidad y Medio Ambiente, Universidad Miguel HernándezMaría Asunción Martínez Mayoral, Profesora titular de Universidad en el área de Estadística e Investigación Operativa, Universidad Miguel HernándezLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1763872022-03-14T19:01:44Z2022-03-14T19:01:44ZLos nuevos riesgos laborales de los empleos verdes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/448074/original/file-20220223-27-3ygasd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C5%2C3988%2C2239&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/inspection-engineers-standing-on-top-wind-1914280714">Shutterstock / Pand P Studio</a></span></figcaption></figure><p>Si tuviéramos que elegir un término que defina ahora el mundo de las organizaciones empresariales, ese sería <em>sostenibilidad</em>. El <em>empleo verde</em>, motor de transición hacia una economía sostenible y núcleo central de los <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/">objetivos de desarrollo sostenible</a> (ODS), está llamado a ser una de las modalidades laborales que crezcan con más fuerza durante los próximos años. </p>
<p>Al mismo tiempo, la irrupción de nuevos puestos de trabajo asociados a este tipo de empleo trae consigo, irremediablemente, grandes retos en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo.</p>
<h2>Empleo verde y riesgos emergentes</h2>
<p>Para la <a href="https://www.ilo.org/global/topics/green-jobs/news/WCMS_325253/lang--es/index.htm">Organización Internacional del Trabajo</a> son <em>empleo verde</em> aquellos puestos de trabajo que contribuyen a la conservación, restauración y mejora de la calidad del medio ambiente en cualquier sector económico. Hoy por hoy, hay <em>empleo verde</em> en los sectores de la energía (energías renovables), de la construcción (rehabilitación de edificios y eficiencia energética) y del transporte (vehículos eléctricos), entre otros.</p>
<p>Con su surgimiento se ha producido una transformación del entorno laboral asociada, principalmente, a la aparición e incorporación de nuevas tecnologías, materiales, prácticas y métodos de trabajo. Esto hace prever <a href="https://archivosdeprevencion.eu/view_document.php?tpd=2&i=5054">riesgos laborales nuevos y emergentes</a>, que harán necesario emprender acciones de análisis y vigilancia preventiva para su adecuada gestión.</p>
<p>Así, los responsables de seguridad y salud dentro de las empresas deberán formarse suficientemente para poder identificarlos, evaluarlos correctamente y plantear medidas preventivas específicas que los eliminen o reduzcan hasta niveles tolerables. </p>
<p>Un reciente trabajo, la <a href="https://www.aspaprevencion.com/estudio-final-analisis-de-los-riesgos-emergentes-en-el-empleo-verde-una-guia-practica/"><em>Guía práctica: análisis de los riesgos emergentes en el empleo verde</em></a> examina la incidencia de estos riesgos en los distintos sectores económicos implicados. Bajo este marco de referencia, exponemos algunos ejemplos de las situaciones de peligro que enfrentan los trabajadores de los sectores con mayor porcentaje de empleos verdes.</p>
<p><strong>Energía</strong></p>
<p>Dentro de este amplio sector, ponemos atención sobre aquellos trabajos que se realizan en el campo de la energía solar y eólica y que desde hace ya varios años están generando empleo en todo el mundo.</p>
<p>Si nos centramos en las instalaciones de paneles solares, destaca el riesgo que implican las <a href="https://osha.europa.eu/en/publications/e-fact-69-hazard-identification-checklist-osh-risks-associated-small-scale-solar-energy">altas tensiones eléctricas</a> (de hasta 600 voltios), que pueden causar electrocución, quemaduras y caídas (por contacto eléctrico). A ello se añade que el sistema fotovoltaico debe mantenerse encendido y no puede apagarse para hacer labores de mantenimiento. </p>
<p>También existe el riesgo de exposición al <a href="https://osha.europa.eu/en/publications/e-fact-69-hazard-identification-checklist-osh-risks-associated-small-scale-solar-energy">gas silano (SiH₄)</a> en la fabricación de células fotovoltaicas. Este gas es de baja toxicidad pero altamente inflamable y explosivo.</p>
<p>El <a href="https://osha.europa.eu/es/publications/e-fact-79-occupational-safety-and-health-wind-energy-sector">montaje de instalaciones eólicas</a> conlleva riesgos de caídas desde gran altura, así como los derivados del transporte, tanto por tierra, como por mar, de los enormes componentes que conforman una turbina. Su fabricación expone a los trabajadores a vapores nocivos derivados del uso de resinas y disolventes.</p>
<p><strong>Construcción</strong></p>
<p>En el sector de la construcción resaltamos las <a href="https://osha.europa.eu/en/publications/e-fact-70-occupational-safety-and-health-issues-associated-green-building">viviendas ecológicas</a>. En su construcción suelen utilizarse materiales más aislantes pero también más pesados (lo que puede provocar lesiones en su manipulación) y con menor capacidad de ventilación (lo que aumenta el riesgo de inhalación de productos tóxicos). La instalación de claraboyas horizontales para el aprovechamiento de la luz natural puede suponer riesgos de caída desde distintas alturas.</p>
<p>Uno de los nuevos materiales de construcción es el papel reciclado triturado, que sirve de aislamiento. Su uso puede generar riesgos químicos pues habitualmente se impregna con un <a href="https://www.ilo.org/dyn/icsc/showcard.display?p_lang=es&p_card_id=0991&p_version=2">8 % de ácido bórico</a>, una sustancia que puede afectar a la salud reproductiva y también puede generar alergias.</p>
<p><strong>Transporte</strong></p>
<p>Un factor clave para la <a href="https://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_745139/lang--es/index.htm">transformación del sector del transporte</a> es la promoción de la sostenibilidad a través de la expansión del transporte público, la automatización, la movilidad compartida, el uso de drones o la electrificación del transporte privado de pasajeros y mercancías.</p>
<p>La descarbonización del transporte incluye actividades como el mantenimiento y carga de vehículos eléctricos, en las que se trabaja con magnitudes de tensión muy elevadas que pueden incrementar los riesgos eléctricos, de incendio y de explosión. Además, las baterías de ion-litio son muy propensas a estallar por sobrecalentamiento o por el uso de voltajes incorrectos.</p>
<p>Al mismo tiempo, el uso, transporte y manipulación de nuevos combustibles o productos puede acarrear un aumento del riesgo químico debido a la poca información que se tiene actualmente sobre sus posibles efectos.</p>
<h2>Mejor sostenible y seguro</h2>
<p>En síntesis, la incorporación de los <em>empleos verdes</em> al mercado laboral es una realidad impulsada por el firme compromiso a nivel mundial para la transición hacia una economía que asegure un futuro sostenible y ecológico. </p>
<p>Estas nuevas ocupaciones, en distintas actividades y en sectores heterogéneos, expone a los trabajadores a riesgos nuevos y emergentes. Por eso es fundamental incorporar estrategias de salud y seguridad laboral desde la fases más tempranas de desarrollo de actividades relacionadas con el empleo verde. Anticiparse a los riesgos contribuirá a controlarlos y, por tanto, a proteger a los trabajadores.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/176387/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Cada vez surgen más empleos verdes con la vista puesta en la sostenibilidad. El fin es bueno: se busca el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medioambiente y bienestar social, pero implican nuevos y emergentes riesgos laborales para los trabajadores.Fermín Torrano, Director del Máster Universitario en Prevención de Riesgos Laborales, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Eva González-Menéndez, Profesora e Investigadora en la UNIR en el área de prevención de riesgos laborales y los sistemas de gestión. , UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Francisco Javier Olivar de Julián, Doctor en Comunicación. Profesor Universitario Máster SIG y Máster PRL., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Natalia Orviz Martínez, Profesora Máster Prevención de Riesgos Laborales, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Tatiana Cuervo Carabel, Profesora Máster en Prevención de Riesgos Laborales, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1731892021-12-15T19:08:10Z2021-12-15T19:08:10ZLa lucha contra el cambio climático y la protección de la biodiversidad: ¿lo estamos haciendo bien?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/437623/original/file-20211214-19-7s8lcu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C6000%2C3961&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Pancarta con la leyenda 'El capitalismo mata nuestro futuro' en una manifestación de Fridays for Future en Berlín el 20 de septiembre de 2019.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/berlin-germany-september-20-2019-capitalism-1512842165">Shutterstock / anokato</a></span></figcaption></figure><p>El crecimiento económico perpetuo, necesario para mantener las sociedades capitalistas actuales, exige un consumo continuado y cada vez mayor de materiales y energía. De él se derivan no solo grandes cantidades de residuos y emisiones, sino también <a href="https://icariaeditorial.com/antrazyt/4179-el-ecologismo-de-los-pobres-conflictos-ambientales-y-lenguajes-de-valoracion-6a-ed-ampliada.html">importantes desigualdades sociales y una vulneración de derechos fundamentales</a> que han afectado mayoritariamente a los países del sur global. </p>
<p>Como resultado de este crecimiento, se ha transformado profundamente el planeta. Esto ha provocado múltiples problemas ambientales a nivel mundial que nos han llevado a traspasar algunos de sus <a href="https://www.ecologyandsociety.org/vol14/iss2/art32/">límites biofísicos </a> y acercarnos a otros. Hemos alterado el equilibrio ecológico planetario, poniendo en riesgo el mantenimiento de la vida en la Tierra tal y como la conocemos hoy. </p>
<h2>La relación entre el cambio climático y la biodiversidad</h2>
<p>El cambio climático y la pérdida de biodiversidad son dos de los límites biofísicos planetarios que ya hemos traspasado. Se erigen, por tanto, como dos de los mayores retos ecológicos que debe afrontar la sociedad actual. </p>
<p>Son muchos los investigadores que nos están avisando de las <a href="https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg1/downloads/report/IPCC_AR6_WGI_SPM_final.pdf">peligrosas consecuencias del cambio climático y sus impactos acumulados</a> para los ecosistemas terrestres y acuáticos y los sistemas humanos que de ellos dependen. </p>
<p>Por otra parte, los científicos nos advierten de que los <a href="https://ipbes.net/global-assessment">ecosistemas se están deteriorando a un ritmo sin precedentes</a>. Aproximadamente un millón de especies se encuentran hoy en peligro de extinción. Este declive va a llevar a efectos múltiples y multidimensionales en cascada que derivarán en variaciones drásticas en la dinámica y funcionamiento de los ecosistemas. </p>
<p>Estos límites biofísicos son interdependientes. Por tanto, si no se reduce la emisión de gases de efecto invernadero en el tiempo requerido, el cambio climático acentuará todavía más el colapso biológico llevando a una <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-020-2189-9">pérdida de biodiversidad a escala global que se estima catastrófica</a>. </p>
<h2>La acción global</h2>
<p>El cambio climático y la pérdida de biodiversidad <a href="https://www.ecologistasenaccion.org/29055/libro-en-la-espiral-de-la-energia/">se acentuaron tras la II Guerra Mundial</a> en un contexto de crecimiento económico exponencial sin precedentes. Para afrontarlos, hace más de treinta años se inició una agenda de sostenibilidad a escala internacional. A partir de ella, han surgido las siguientes iniciativas:</p>
<ul>
<li><p>Una agenda climática global (ACG), con la creación del <a href="https://www.ipcc.ch/">Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático</a> en 1988 y la <a href="https://unfccc.int/es">Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático</a> en 1992.</p></li>
<li><p>Una agenda global de biodiversidad (AGB) con la firma, en 1992, del <a href="https://www.un.org/es/observances/biodiversity-day/convention">Convenio de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica</a> y la creación, dos décadas más tarde, de la <a href="https://ipbes.net/">Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas</a>, que recibe el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. </p></li>
</ul>
<p>No obstante, la evidencia nos muestra que los compromisos políticos adquiridos por los países en el marco de las <a href="https://theconversation.com/es/topics/cop26-97674">conferencias de las partes</a> tanto sobre cambio climático como sobre biodiversidad no han dado sus frutos. </p>
<p>Las emisiones han seguido creciendo. Solo se han visto interrumpidas en momentos de colapso de la economía global, como los originados por la crisis del petróleo de finales de los 70 del siglo pasado, la crisis financiera de 2008 o el <a href="https://theconversation.com/lecciones-de-una-pandemia-para-resolver-la-crisis-medioambiental-136183">confinamiento por la covid-19</a>. Y las especies continúan desapareciendo exponencialmente.</p>
<h2>El porqué del fracaso</h2>
<p>En <a href="https://conbio.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/cobi.13821">dos</a> <a href="https://www.investigacionesgeograficas.com/article/view/19351">estudios</a> recientes, analizamos el fracaso de las agendas globales para el clima y la biodiversidad. Explicamos que se debe al hecho de que las políticas que proponen estimulan un desarrollo sostenible basado en el crecimiento económico. Asumen que el llamado crecimiento sostenible, verde o azul, es esencial para luchar contra el cambio climático y proteger la biodiversidad. </p>
<p>Se cree que el crecimiento incentiva mejoras de eficiencia tecnológica que, a su vez, permiten disminuir el consumo de materiales y energía, así como la generación de residuos y emisiones. Algo largamente desmentido por la <a href="https://iopscience.iop.org/article/10.1088/1748-9326/ab8429">evidencia científica</a>. </p>
<p>Esta falsa creencia ha resultado en políticas demasiado optimistas hacia las soluciones tecnológicas y los instrumentos de mercado que ignoran aspectos sociopolíticos relevantes que se encuentran en la raíz del problema. Esto ha llevado, por una parte, a limitar la <a href="https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/119369/1/Investigaciones_Geograficas_en_prensa_19351.pdf">política climática</a> a la “descarbonización” de la economía y la adaptación al cambio climático. Y por otra, a construir la <a href="https://conbio.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/cobi.13821">política de biodiversidad</a> sobre los postulados de la economía convencional en torno al llamado uso sostenible de la diversidad biológica, el mantenimiento de los servicios ecosistémicos, el valor económico del capital natural y la contribución de la naturaleza a la actividad económica, que lleva a su mercantilización. </p>
<p>Dichas agendas políticas fracasan en la protección del clima y la biodiversidad, pero han sido funcionales y exitosas para la reproducción del capital. No han implicado prácticamente ninguna fricción desde su irrupción en 1992.</p>
<h2>Necesitamos una estrategia de decrecimiento sostenible</h2>
<p>La evidencia científica deja claro que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, así como el resto de problemas ambientales globales, a los que se ha sumado recientemente la <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0959652620352227?via%3Dihub">pandemia de la covid-19</a>, son resultado de la <a href="http://www.revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/7-CatalinaFiguerola-JoanMoranta_Emergencia-climatica-en-economias-turistizadas_0.pdf">expansión de la actividad humana</a>, espoleada por la búsqueda incesante del crecimiento económico ilimitado que promueve el capitalismo.</p>
<p>Ante esta situación, es urgente y necesario apostar por una <a href="https://conbio.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/cobi.13821">estrategia de decrecimiento sostenible</a> encaminada a reducir el deterioro de los recursos naturales y ecosistemas planetarios. Sólo así podrá garantizarse, entre otros, la efectividad en la lucha contra el cambio climático y en la conservación de la biodiversidad. </p>
<p>Estas metas pueden lograrse promoviendo actividades socialmente responsables y respetuosas con el medio ambiente, eliminando o reduciendo las perjudiciales y formulando nuevos objetivos de prosperidad compartida sin crecimiento. Algunas de las muchas actividades que podrían llevarse a cabo en el marco de una estrategia global de decrecimiento sostenible son las siguientes:</p>
<ul>
<li><p>desarrollar una <a href="https://theconversation.com/es/topics/transicion-energetica-74146">transición energética</a> justa, </p></li>
<li><p>disminuir la generación de residuos mediante el rediseño de los procesos de producción para facilitar la reutilización y el reciclaje de los componentes de los productos, </p></li>
<li><p>prohibir la obsolescencia programada, </p></li>
<li><p>mejorar la gestión de los recursos y espacios naturales en pro de su preservación y mejora, </p></li>
<li><p>promocionar la agroecología, la ganadería ecológica y la pesca artesanal selectiva, </p></li>
<li><p>potenciar el transporte público colectivo de emisiones cero, </p></li>
<li><p>rehabilitar y mejorar las viviendas vacías y la arquitectura vernácula y bioclimática así como los servicios de cuidado, salud y educación.</p></li>
</ul>
<p>Las actividades como estas deberían plantearse bajo un orden socioeconómico radicalmente distinto al capitalista, que no persiga la expansión perpetua sino el buen vivir para todos en un planeta finito.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/173189/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Dos estudios recientes sugieren que las agendas globales para el clima y la biodiversidad han fracasado porque promueven un desarrollo sostenible basado en el crecimiento económico.Catalina M. Torres Figuerola, Profesora Titular del Departamento de Economía Aplicada, Universitat de les Illes BalearsIvan Murray Mas, Profesor contratado doctor, Universitat de les Illes BalearsJoan Moranta Mesquida, Científico Titular en Biología de la Conservación, Instituto Español de Oceanografía (IEO - CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1689812021-11-15T21:11:25Z2021-11-15T21:11:25Z¿Por qué la concienciación sobre el cambio climático no se traduce en un cambio de hábitos?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/431934/original/file-20211115-17-g4tqvj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6720%2C4466&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/driver-throwing-away-plastic-bottle-car-2031782153">Shutterstock / r New Africa</a></span></figcaption></figure><p>En la última década, universidades de todo el mundo han adoptado diversas medidas destinadas a promover la sostenibilidad en la Enseñanza Superior e incluirla en los planes de estudio. Este cambio de paradigma parece estar contribuyendo a que los estudiantes adquieran los conocimientos, habilidades y valores necesarios para luchar por un mundo más sostenible. Pero graves crisis mundiales como la actual pandemia por SARS-CoV-2 nos obligan a replantearnos nuestro comportamiento y a acelerar el paso hacia un compromiso profundo con el medio ambiente y las personas. </p>
<p>Con esta idea, realizamos <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/17/23/8826">un estudio</a> con dos objetivos. El primero, explorar los hábitos de consumo de los estudiantes de cuatro universidades españolas (dos públicas: Universidad de Sevilla (US) y Universidad de Cádiz (UCA) y, dos privadas: Universidad Camilo José Cela (UCJC) y Universitat Internacional de Catalunya (UIC)) mediante el análisis de su huella ecológica (HE) individual. El segundo, desarrollar índices de conexión con la naturaleza y de actitud proambiental para determinar las relaciones entre estos índices y el consumo de los estudiantes. </p>
<p>Los resultados mostraron que los estudiantes universitarios tienen una huella ecológica individual inferior a la media nacional y que, al igual que la población general, el mayor impacto ambiental lo realizan desde el consumo de alimentos. </p>
<p>Estos hallazgos coinciden con los resultados de <a href="https://www.academia.edu/26538353/Educational_initiatives_Methodological_approaches_to_change_consumption_habits_of_future_teachers_in_Barcelona_Spain_reducing_their_personal_Ecological_Footprint">otros estudios</a> previos realizados con jóvenes españoles y de otros <a href="https://iopscience.iop.org/article/10.1088/1748-9326/ab5f96">países europeos</a>. Parecen indicar un impacto positivo de las buenas prácticas en Educación para la Sostenibilidad desarrolladas en las universidades, de la inclusión de la sostenibilidad en cursos específicos y en diferentes áreas temáticas como ingeniería, ciencias de la vida, estudios empresariales o educación, y el efecto de todas las declaraciones, cartas y alianzas para la sostenibilidad que se han establecido en los últimos años en educación superior. </p>
<h2>Más dinero, más consumo, mayor huella ecológica</h2>
<p>Pero los resultados evidencian también la necesidad de seguir actuando desde la educación para cambiar los hábitos de la población joven relacionados con el consumo de alimentos. </p>
<p>También parecen apoyar la idea de que un nivel socioeconómico alto y la residencia en grandes entornos urbanos están relacionados con un mayor consumo, ya que se obtuvo mayor huella ecológica en las dos universidades privadas analizadas, UCJC y UIC (situadas en Madrid y Barcelona respectivamente) en relación con la US (Sevilla) y UCA (Cádiz).</p>
<p>Los estudiantes deberían aplicar sus conocimientos sobre las problemáticas medioambientales y de insostenibilidad planetaria a sus decisiones de consumo, especialmente en este momento crítico en el que se ha planteado entre la comunidad científica una relación entre el consumo de alimentos, la destrucción de los ecosistemas y la pandemia.</p>
<h2>Querer a la naturaleza, pero no lo suficiente</h2>
<p>En relación con los índices de actitud proambiental y conexión con la naturaleza desarrollados, los resultados de este estudio mostraron que a índices mayores no existían unos hábitos más sostenibles (menor HE). </p>
<p>Es preocupante que los mismos estudiantes que sintieron más conexión con la naturaleza (UIC), que mostraron una actitud más favorable hacia su conservación o reportaron una mayor felicidad cuando están en ella (UCJC) fueron, precisamente, los que obtuvieron una HE más elevada como consecuencia de sus hábitos de consumo. </p>
<p>La conexión expresada por los estudiantes con la naturaleza podría interpretarse desde una visión antropocéntrica y funcional, más que desde una visión ecocéntrica en la que la naturaleza se considera hermosa pero frágil, lo que explicaría la presión ejercida sobre ella a través de un consumo desmesurado y descuidado de recursos.</p>
<h2>Falta de coherencia y acciones individuales</h2>
<p>Estas contradicciones en jóvenes universitarios también se han obtenido en <a href="http://www.scielo.org.ar/pdf/interd/v36n2/1668-7027-interd-36-02-00165.pdf">otros estudios</a>, en los que se encontró que los estudiantes mostraban simultáneamente actitudes proambientales y un comportamiento antimedioambiental. </p>
<p>Esto pone de manifiesto la necesidad urgente de realizar intervenciones educativas para mostrar que nuestras acciones individuales tienen una repercusión global y que nuestro consumo está directamente relacionado con el uso de recursos y la destrucción de la naturaleza y sus ecosistemas. </p>
<p>Sólo así podremos prevenir futuras crisis ambientales y sanitarias como la actual, lo que exigirá un mayor compromiso, no sólo a nivel institucional o administrativo, sino también, como se muestra aquí, a nivel individual.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/168981/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Funding: This research was funded by “The Chair of Environmental Ethics of the Tatiana Perez de Guzmán el
Bueno Foundation. Universidad de Alcalá”.
Coautores:
Mónica Fernández, Gisela Cebrián, Elisa Regadera y M. Yolanda Fernández
</span></em></p>La conciencia de la necesidad de proteger el medio ambiente es muy alta entre los estudiantes universitarios. Pero no se traduce en un cambio de hábitos suficiente para favorecer la sostenibilidad.Monica Fernández Morilla, Profesora e investigadora de la Facultad de Educación. Especialista en Educación para la Sostenibilidad, Universitat Internacional de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1645702021-07-19T06:59:34Z2021-07-19T06:59:34ZEl proyecto ferroviario de Kenia auspiciado por China tendrá graves consecuencias medioambientales<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/411457/original/file-20210715-25-1obwmlu.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1%2C1%2C1020%2C680&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Varios impalas caminan cerca del Standard Gauge Railway (SGR) en el Parque Nacional de Nairobi, Kenia.</span> <span class="attribution"><span class="source">ASUYOSHI CHIBA/AFP via Getty Images</span></span></figcaption></figure><p>Kenia está construyendo una línea ferroviaria que conecta el puerto costero de Mombasa y el interior del país. Está previsto que termine en Malaba, ciudad fronteriza con Uganda, y que enlace con otras líneas ferroviarias que se están construyendo en África oriental. Se conoce localmente como ferrocarril de ancho estándar (SGR).</p>
<p>La línea ferroviaria de pasajeros y mercancías es <a href="https://www.railway-technology.com/projects/mombasa-nairobi-standard-gauge-railway-project/">una de las mayores</a> inversiones en infraestructuras de la historia de Kenia. La construcción comenzó en 2014 con un coste estimado <a href="https://ecdpm.org/great-insights/regional-integration-dynamics-africa/railway-rivalry-east-african-community/">de 3 800 millones de dólares</a>, el 90 % de los cuales proceden de un préstamo del Banco de Exportación e Importación (Exim) de China y el 10 % del Gobierno keniano.</p>
<p>Aunque la superficie real afectada por el ferrocarril es pequeña, hay partes elevadas y atraviesa una amplia gama de ecosistemas ecológicamente frágiles e importantes del país. Por ejemplo, el ferrocarril atraviesa la zona de conservación de Tsavo (que alberga <a href="https://tsavotrust.org/super-tusker-elephants-saving-the-last-of-africas-great-megafauna/">alrededor del 40 %</a> de la población de elefantes de Kenia) y el Parque Nacional de Nairobi. También atraviesa tierras de pastoreo en el sur de Kenia, que son vulnerables a los efectos del clima y los cambios en el uso de la tierra.</p>
<p>Mis colegas y yo realizamos un estudio para conocer todos los impactos que el ferrocarril tiene en el medio ambiente.</p>
<p>La construcción del ferrocarril se está realizando en tres fases. Las dos primeras (ya finalizadas) abarcan 610 km, y la tercera aún está en construcción. Nuestro estudio se centró en todo el tramo de las dos primeras fases, que abarca ocho condados desde Mombasa hasta Narok. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/408117/original/file-20210624-23-qlsg5o.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/408117/original/file-20210624-23-qlsg5o.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=415&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/408117/original/file-20210624-23-qlsg5o.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=415&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/408117/original/file-20210624-23-qlsg5o.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=415&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/408117/original/file-20210624-23-qlsg5o.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=522&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/408117/original/file-20210624-23-qlsg5o.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=522&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/408117/original/file-20210624-23-qlsg5o.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=522&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Mapa del corredor ferroviario.</span>
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<p>El proyecto cuenta con la participación de muchas partes interesadas, entre ellas varios niveles de gobierno (como la Autoridad Nacional de Gestión del Medio Ambiente y el Servicio de Vida Silvestre de Kenia), comunidades locales, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado. Para nuestro estudio, organizamos entrevistas de grupo y reuniones con 54 informadores clave de todos estos sectores.</p>
<p>Descubrimos que la construcción y el funcionamiento de las vías férreas han degradado, fragmentado y destruido ecosistemas clave. Aumentaron la erosión del suelo, la degradación de la tierra, las inundaciones y la destrucción del hábitat. También afectaron a las masas de agua y al movimiento de la fauna.</p>
<p>Se llevaron a cabo evaluaciones de impacto ambiental para el ferrocarril siguiendo un <a href="https://www.iaia.org/">estándar internacional</a>. Los informes finales, que incluían recomendaciones, se redactaron para facilitar la concesión de licencias por parte de la Autoridad Nacional de Gestión del Medio Ambiente, el organismo regulador del Gobierno.</p>
<p>Sin embargo, ha quedado claro que las recomendaciones no se aplicaron plenamente. Varios observadores señalaron la falta de financiación, la capacidad técnica y las interferencias políticas como algunos de los obstáculos.</p>
<p>Los proponentes del proyecto deben desarrollar medidas que mitiguen adecuadamente los principales retos del ecosistema y garantizar su cumplimiento.</p>
<h2>Impacto en los suelos</h2>
<p>Los participantes señalaron en nuestro estudio que la línea de ferrocarril tuvo un impacto en la contaminación del suelo, el agua y el aire, durante la construcción y el funcionamiento de la línea.</p>
<p>Durante la construcción, la tierra se compactó y se excavó. También se trasladó de un lugar a otro para levantar terraplenes. Esto tiene muchos efectos en el medio ambiente. Por ejemplo, los funcionarios de la Asociación Forestal Comunitaria (en torno a los manglares costeros de Mombasa) observaron que los sedimentos, erosionados por los terraplenes de las vías, afectaban a los arroyos y a las plantas. Dijeron que “no solo afectó al desarrollo de las semillas de los manglares y a su autogerminación, sino que también bloqueó los arroyos y redujo su tamaño”.</p>
<p>Otro reto fue la construcción de pasos subterráneos para permitir la circulación por debajo del ferrocarril. Esto se debe a que el ferrocarril está elevado. Pero estos pasos subterráneos redirigieron las aguas superficiales y los cursos de lluvia. Los encuestados del condado de Narok observaron que esto provocó la erosión, lo que llevó a la sedimentación de las fuentes de agua, incluido el lago Magadi, un lago salino y alcalino único que está rodeado de vida silvestre y es una fuente importante de <a href="https://www.saltworkconsultants.com/lake-magadi-kenya/">trona</a>, un compuesto de carbonato de sodio que se transforma en ceniza de sosa o bicarbonato de sosa.</p>
<p>Otro impacto fue la voladura de terrenos para obtener material de construcción. Las comunidades de los alrededores de Nairobi dijeron que esto provocaba temblores que a veces hacían que los edificios se agrietaran.</p>
<h2>Inundaciones</h2>
<p>Las inundaciones han sido un reto importante. Para evitar cortar los terraplenes del ferrocarril, los contratistas desviaron los flujos naturales de agua superficial (como los arroyos) hacia los pasos subterráneos.</p>
<p>Pero esto provocó el aumento del volumen y la velocidad del flujo de agua, lo que causó inundaciones y la erosión del suelo. A esto se sumó la eliminación de la vegetación circundante, que anteriormente frenaba el agua.</p>
<p>En Voi, los funcionarios del condado explicaron cómo el agua de las tormentas inundaba las viviendas y granjas situadas en las zonas bajas durante las fuertes lluvias.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/407872/original/file-20210623-21-e9s7f2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/407872/original/file-20210623-21-e9s7f2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=267&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/407872/original/file-20210623-21-e9s7f2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=267&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/407872/original/file-20210623-21-e9s7f2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=267&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/407872/original/file-20210623-21-e9s7f2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=335&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/407872/original/file-20210623-21-e9s7f2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=335&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/407872/original/file-20210623-21-e9s7f2.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=335&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Un río bloqueado en Kitengela.</span>
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<p>Además, los sedimentos de la construcción han provocado el bloqueo o la desecación de ríos, sobre todo de los ríos Empakashe y Mbagathi, en los alrededores de Nairobi. La mayoría de las comunidades de estas zonas dependen de los ríos para el consumo doméstico, el abrevado del ganado y la agricultura de regadío.</p>
<h2>Contaminación</h2>
<p>Otro motivo de preocupación eran los vertidos de petróleo. Estos se produjeron debido a accidentes de transporte de combustible y a causa de las actividades de mantenimiento de trenes y ferrocarriles.</p>
<p>Por ejemplo, los funcionarios locales del condado de Kibwezi dijeron que un vertido de petróleo contaminó el <a href="https://www.the-star.co.ke/counties/eastern/2019-11-29-thange-river-environs-still-tainted-by-oil-spill/">río Thange</a>. Ahora el río no se puede utilizar para el riego ni para fines domésticos. Las tierras de la zona afectada siguen siendo inseguras para el cultivo.</p>
<p>También se denunció la contaminación acústica durante la construcción y el funcionamiento del ferrocarril, especialmente en las zonas de Nairobi y Voi. Algunas comunidades no pudieron dormir y las clases en las escuelas se vieron interrumpidas por los niveles de ruido.</p>
<p>La contaminación por polvo fue un reto adicional. Hubo informes de tos y dolor en el pecho.</p>
<p>Las comunidades que dependen de los humedales y los ríos en las zonas de Voi, Kibwezi, Tuala y Narok perdieron el acceso a algunos de estos recursos críticos, y las perspectivas a largo plazo son poco claras.</p>
<p>Un impacto adicional del ferrocarril fue la aparición de actividades ilegales, como el pastoreo en zonas protegidas.</p>
<p>Funcionarios del Servicio de Vida Silvestre de Kenia observaron que las comunidades locales estaban utilizando los pasos subterráneos para pasar su ganado al Parque Nacional de Tsavo, especialmente en los alrededores de la puerta de Buchuma.</p>
<p>Las incursiones del ganado provocaron una grave degradación del suelo en la parte sur de Tsavo Este.</p>
<h2>Animales</h2>
<p>La vida silvestre también se vio afectada. <a href="https://www.railway-technology.com/projects/mombasa-nairobi-standard-gauge-railway-project/">Unos 120 km</a> de la línea atraviesan una zona clave para la fauna, el Parque Nacional de Tsavo, en Kenia.</p>
<p>Percibimos que los elefantes mostraban signos tempranos de modificación del comportamiento. Entre ellos, agresividad y evitación de la zona del ferrocarril.</p>
<p>Esto es coherente con las adaptaciones de comportamiento observadas en otras especies que <a href="https://www.jstor.org/stable/3801107?origin=crossref">cambian sus áreas de distribución</a> o <a href="https://www.jstor.org/stable/2403836?origin=crossref">alteran sus patrones de movimiento</a> debido a las infraestructuras.</p>
<h2>¿Qué hacer?</h2>
<p>Los proyectos de infraestructuras lineales como el ferrocarril deben aplicar medidas sostenibles y ecológicamente sensibles para mitigar estos impactos.</p>
<p>Por ejemplo, los pasos subterráneos deben tener la densidad y el tamaño adecuados. En la actualidad, los pasos subterráneos son escasos y están situados en zonas no utilizadas habitualmente por la fauna.</p>
<p>Además, los cursos hídricos deben ser canalizados y redirigidos para evitar las inundaciones.</p>
<p>Es más, es necesario realizar otra evaluación completa, con la participación de todas las partes interesadas, de los impactos ambientales del ferrocarril. Esto es fundamental para diseñar un ferrocarril sostenible. Debe garantizar que se maximicen los beneficios del desarrollo y se minimicen los impactos sobre el ecosistema.</p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido con la colaboración de Casa África. <strong>Traducción:</strong> Luis A. Carrascosa Cantizano.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/164570/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Tobias Nyumba no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Vertidos de petróleo, edificios agrietados y contaminación. Son sólo algunos de los efectos medioambientales del enorme proyecto ferroviario de Kenia.Tobias Nyumba, Post Doctoral Research Fellow, University of NairobiLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1615592021-06-08T19:03:05Z2021-06-08T19:03:05ZLa naturaleza artificial<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/405039/original/file-20210608-136167-wtaz1a.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5000%2C3330&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/green-artificial-grass-soccer-field-208608061">Shutterstock / red mango</a></span></figcaption></figure><p>Vivimos en un planeta humanizado en el que una sola especie, <em>Homo sapiens</em>, se ha erigido dominante gracias a diferentes rasgos biológicos, ecológicos y conductuales adquiridos evolutivamente. </p>
<p>El extraordinario desarrollo cognitivo de esta especie le ha posibilitado la construcción de un relato, a partir de la ciencia, sobre la realidad física, su origen y las leyes que la rigen. Pero en este relato parece haber olvidado su propia inclusión, quedando normalmente al margen de la misma. Como si estuviese dotado de esencia divina y fuera por tanto ajeno a la realidad a la que, por otro lado, tan bien se aproxima. </p>
<p>Esto le ha llevado a conceptualizar el ambiente en dos categorías: natural, o ajeno a la humanidad, y artificial, fruto directo de esa misma humanidad. Este enfoque genera una percepción dual, equívoca, de la naturaleza, que de facto se estructura a lo largo de un gradiente de presión humana. De manera muy simplificada, iría de situaciones más o menos libres de nuestra presencia a otras completamente antropizadas. </p>
<p>Una segunda percepción derivada de este enfoque, en buena medida también errónea, es que la biodiversidad tiende a estar desplazada hacia la naturaleza o sea, al polo menos antropizado del gradiente. Sin embargo, ambientes fuertemente humanizados también pueden poseer valores de biodiversidad muy relevantes y, consecuentemente, también un alto valor de conservación. </p>
<h2>¿Natural o artificial?</h2>
<p>La dualidad humano-naturaleza, lo que solemos llamar natural frente a lo considerado artificial, representa una dialéctica falsa al presuponer la existencia de dos realidades diferenciadas que aparentemente deben responder a principios diferentes: el de la razón y el de la biología. Y esto, a día de hoy y desde una perspectiva evolutiva, no se sostiene. </p>
<p>En este planeta solo existe una realidad, una naturaleza. La vida se ha desarrollado a lo largo de miles de millones de años igual para todos los seres que poblamos este mundo. Todos poseemos la misma composición química y todos nos regimos por los mismos principios: físicos, biológicos, ecológicos y evolutivos. </p>
<p>La estructura de las neuronas es invariable para todos los animales. Y <a href="https://www.textpublishing.com.au/books/here-on-earth">la transmisión del impulso nervioso se lleva a cabo igual siempre</a>, desde el más simple de los nematodos, hasta el primate aparentemente más sofisticado. </p>
<p>Las diferencias a lo largo de la escala zoológica son fundamentalmente de grado. Así lo creía Darwin. Por tanto, no procede establecer divisiones entre humanidad y naturaleza como si de dos realidades distintas se tratase, como si lo uno respondiera a unos principios y lo otro a otros. Es, pues, una división completamente artificial, lo único artificial en esta historia.</p>
<h2>La biología que nos mueve</h2>
<p>De este concepto dual humanidad-naturaleza se derivan reglas y presupuestos erróneos. Por ejemplo, sobre <a href="https://advances.sciencemag.org/content/1/5/e1400253">la interpretación del fenómeno de la extinción masiva que estamos causando</a> y, especialmente, sobre los mecanismos necesarios para contrarrestarla. </p>
<p>Pretendemos salvaguardar la biodiversidad del impacto humano aplicando fórmulas, modelos de gestión, <a href="https://thebreakthrough.org/journal/issue-2/conservation-in-the-anthropocene">basados en principios que nos otorgan una naturaleza más divina que biológica</a>. Sería como afrontar la pandemia de coronavirus con ritos chamánicos o de otro tipo. </p>
<p>Hemos de mirarnos como lo que somos: un bello primate sin pelo apenas a quien descubrir la vacuna para salvar al mundo de extraños virus servirá, además, para subir peldaños en el escalafón social que da acceso a más recursos, más supervivencia y más éxito reproductor, que es finalmente el parámetro esencial seleccionado por la evolución.</p>
<p>El planeta está completamente intervenido por los humanos. Somos la especie dominante que <a href="https://science.sciencemag.org/content/277/5325/494">controla los flujos de materia, energía e información</a>, en el más amplio sentido del término. Esta es una mera conducta biológica que a la postre tiene que ver con nuestra supervivencia y con nuestro éxito reproductor. Una conducta que fluye a través de un sofisticado sistema nervioso, de enorme complejidad, que nos ha permitido llegar a este punto de dominio y control, quizás aberrante, porque su consecuencia final puede ser nuestra propia aniquilación. </p>
<h2>Gradientes de presión antrópica</h2>
<p>Antes que de natural o artificial, se debería hablar de gradientes de presión humana, de niveles de impacto antrópico. Los espacios que normalmente carecen de interés para la obtención de recursos útiles, no son cultivables o no contienen minerales rentables, sufren menos presión humana y en ellos bulle la “naturaleza”. La ausencia de actividad humana deja margen para que se desarrolle el resto de la biodiversidad, con especies en muchos casos raras, incluso poco tolerantes o refractarias a nuestra presencia. </p>
<p>En los medios antropizados la actividad humana es constante e intensa, como en las urbes, o en las explotaciones agrarias. Ahí imponemos las condiciones ambientales e indirectamente la composición de su biodiversidad, formada aparentemente por especies capaces de explotar los resquicios de vida que les dejamos, de más amplia valencia ecológica y de comportamiento, en general, más flexible. </p>
<p>La naturaleza será, por tanto, donde menos estemos y lo menos natural, lo contrario. En el medio hay un gradiente continuo de situaciones a las que podemos asignar una u otra etiqueta, según nuestra percepción subjetiva.</p>
<h2>Biodiversidad en espacios humanizados</h2>
<p>La biodiversidad de ambientes humanizados es poco considerada, hasta obviada. Por dos razones: primero, porque lo habitual llama poco la atención y, segundo, porque inmersos en nuestra vida cotidiana no nos detenemos demasiado a mirar a nuestro alrededor. Somos limitadamente curiosos. </p>
<p>Al final, la biodiversidad que convive con nosotros pasa desapercibida, es bastante desconocida y termina siendo poco o nada valorada. Y, sin embargo, su importancia es crucial. No solo en términos evolutivos o ecológicos ¡sino cuantitativos! ¿Nos hemos preguntado alguna vez cuántas especies de aves conviven con nosotros? ¿Cuánta biodiversidad de vertebrados, por ejemplo, nos circunda? ¿Cuál es el valor de conservación de las especies que nos rodean? Muchos naturalistas quedarían asombrados.</p>
<p>No solo podemos encontrar en entornos muy transformados una biodiversidad muy rica, sino que su valor de conservación puede ser excepcional. Por ejemplo, si tenemos en cuenta el estatus legal de conservación de la avifauna registrada en la Campiña de Carmona, resultado de combinar su nivel en Europa, España y Andalucía, se tienen registros de especies de valor muy extraordinario, como la cerceta pardilla, el alimoche, la focha moruna o el fumarel común. Aunque, en estos casos, su presencia sea más bien anecdótica.</p>
<p>Para evaluar objetivamente el valor de conservación de estas aves, se ha tenido en cuenta no solo el estatus legal, sino su inclusión en <a href="https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/inventarios-nacionales/lrcompletoparaweb_tcm30-207942.pdf">Libros Rojos</a>, corregido por su respectiva frecuencia de aparición y su condición reproductora. Con estas premisas, el área de estudio es especialmente importante por sus poblaciones de calandria, cernícalo primilla, terrera común, aguilucho lagunero, milano real, buitrón, bisbita pratense, canastera y águila culebrera.</p>
<p>Aparte, es un área de importancia para la dispersión e invernada, incluso para la reproducción de especies emblemáticas, algunas muy amenazadas, como el águila imperial ibérica, el águila perdicera, la avutarda, el sisón y la grulla. Todas viven en un medio cultivado intensivamente, industrialmente, recorrido a diario por miles de vehículos, atravesado por múltiples líneas de alta tensión, moteado de pueblos y pequeñas ciudades en las que la caza es una actividad generalizada y cotidiana. Esta biodiversidad tan valiosa y cercana, de la más llamativa a la más discreta, no está exenta de amenazas y dificultades. Todo lo contrario.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/405041/original/file-20210608-136167-v04tyj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/405041/original/file-20210608-136167-v04tyj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/405041/original/file-20210608-136167-v04tyj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=183&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/405041/original/file-20210608-136167-v04tyj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=183&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/405041/original/file-20210608-136167-v04tyj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=183&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/405041/original/file-20210608-136167-v04tyj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=230&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/405041/original/file-20210608-136167-v04tyj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=230&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/405041/original/file-20210608-136167-v04tyj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=230&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Panorámica de Carmona (Andalucía).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/carmona-sunset-aerial-view-andalusia-spain-1344781889">Shutterstock / tokar</a></span>
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<h2>La humanización del planeta y el futuro de la biodiversidad</h2>
<p>En un futuro cada vez más antropizado, de lo que nos da buena cuenta el presente desbocado en el que nos hallamos, la importancia de la biodiversidad que coexiste con los humanos (no la que pretendemos guardar de nosotros en espacios protegidos) aumenta. </p>
<p>La solución no pasa exclusivamente por crear santuarios cerrados en los que a modo de grandes zoos o parques temáticos blindados aislemos ciertos paisajes y a los seres que contienen de la perniciosa influencia humana. Pensemos en el caso de alguno de los espacios protegidos más emblemáticos y con leyes de conservación más estrictos, como Doñana. </p>
<p>La solución debería pasar por adoptar modos de vida que contemplen que no somos los únicos en este arca de dimensiones finitas. Esto parece un ingenuo mantra, pero no queda otra. Hace 150 años se abolió la esclavitud. A pesar de ser una conducta muy arraigada en el espacio y en el tiempo, con profundas raíces “culturales”, su desaparición por execrable era imprescindible. Quién lo duda hoy. En el mismo sentido habrá que caminar para facilitar la coexistencia plena de todos los seres que hemos evolucionado juntos. Aunque parezca falaz. Ya no caben distingos y superioridades entre humanos. </p>
<p>Igual habrá de acontecer con las mentalidades depredadoras de recursos, esclavizadoras de la biodiversidad, que solo perciben el entorno como una fuente de beneficios económicos, sin mirar las consecuencias que ello tendrá para otros seres. Será inaceptable una agricultura “esclavista”, por ejemplo, en el sentido que monopolice la producción del sistema, sin dejar opciones a otras especies que deben coexistir con las cultivadas. </p>
<p>Nadie puede erigirse en dueño del destino de la biodiversidad, que es patrimonio de todos, del planeta. Más cuando la necesidad alimentaria humana está resuelta. Y para esto solo se requieren políticas adecuadas. Nada más. Igual habrá de ocurrir con todos los grandes sectores productivos: el energético, el minero o el fabril.</p>
<p>La verdadera humanidad, la que se aparta del falso cliché de especie homicida, es hipersocial y necesariamente empática. Tenemos <a href="https://www.textpublishing.com.au/books/here-on-earth">capacidad más que de sobra para exterminar varias veces al conjunto de la biodiversidad</a>. Y no lo hicimos, ni lo hacemos, aunque parezca que no vayamos por mal camino. Reservar recursos, especies, podría parecer una conducta absurda. Mas igual esta <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32139774/">biofilia</a> es un rasgo adaptativo que nos predispone a guardar para mañana, también las especies, porque nunca se sabe que nos deparará el futuro.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/161559/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Prenda no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>No tiene sentido hacer divisiones entre humanidad y naturaleza como si fueran dos realidades distintas. En este planeta solo existe una realidad, una naturaleza.José Prenda, Catedrático de Zoología, Universidad de HuelvaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1622172021-06-05T07:27:07Z2021-06-05T07:27:07ZLa COVID-19 demuestra que el mundo caerá por un precipicio si no cambiamos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/404572/original/file-20210604-13-12aap6m.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=49%2C0%2C5472%2C3637&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Shutterstock</span></span></figcaption></figure><p>A pesar de las trágicas muertes, el sufrimiento y la tristeza que ha causado, la pandemia de covid-19 podría pasar a la historia como el acontecimiento que <a href="https://www.hachette.co.uk/titles/ian-goldin/rescue/9781529366877/">rescató a la humanidad</a>. Ha creado una oportunidad única en una generación para reorientar nuestras vidas y sociedades hacia un camino sostenible. Las <a href="https://www.hachette.co.uk/titles/ian-goldin/rescue/9781529366877/">encuestas y protestas mundiales</a> han demostrado las ansias de una nueva forma de pensar y el deseo de no volver al mundo anterior a la pandemia.</p>
<p>Las devastadoras consecuencias de la COVID-19 han hecho que se reconozca cada vez más que seguir como hasta ahora es altamente desestabilizador y la fuente de nuestros más oscuros temores. Ha roto los espejos mentales que nos impedían romper con el pasado y abrazar nuevos horizontes.</p>
<p>En <a href="https://www.hachette.co.uk/titles/ian-goldin/rescue/9781529366877/">Rescate: De la crisis global a un mundo mejor,</a> muestro cómo la ruptura del coronavirus ha demostrado que los ciudadanos están dispuestos a cambiar su comportamiento cuando se les exige. Y que los Gobiernos son capaces de salir de sus camisas de fuerza económicas.</p>
<p>Mi trabajo sobre la globalización y el desarrollo me ha llevado a creer que, si bien los flujos a través de las fronteras nacionales - comercio, personas, finanzas, medicamentos y, sobre todo, ideas - son algo muy bueno, también pueden conducir a un aumento del riesgo y la desigualdad si no se gestionan adecuadamente. </p>
<p>Lo que yo considero el <a href="https://press.princeton.edu/books/paperback/9780691168425/the-butterfly-defect">“defecto mariposa”</a> de la globalización ha creado una nueva forma de riesgo sistémico. Fue el origen de la propagación mundial de la crisis financiera de 2008, que se hace evidente en la escalada del cambio climático y la desigualdad, y ahora nos ha abrumado con la pandemia de la COVID-19.</p>
<p>He estado prediciendo que una pandemia mundial era probable y que inevitablemente conduciría a un <a href="https://www.bbc.co.uk/programmes/w27vq8vb">colapso económico</a>. La única pregunta es por qué no se ha puesto más empeño en la gestión de estos bajos fondos de la globalización y la reticencia a salir de lo habitual. <a href="https://www.hachette.co.uk/titles/ian-goldin/rescue/9781529366877/">Mi libro</a> muestra por qué lo necesitamos urgentemente.</p>
<p>Las viejas excusas para la inacción ya no son creíbles. La tarea ahora es convertir la respuesta reactiva a las emergencias sanitarias y económicas en un conjunto proactivo de políticas y acciones para crear un mundo inclusivo y sostenible de prosperidad compartida. Antes de la pandemia esto podía parecer inalcanzable, incluso idealista. Los cambios que habrían tardado una década o más en surgir han tenido lugar casi de la noche a la mañana.</p>
<h2>En un claro relieve</h2>
<p>Entre los cambios positivos se encuentran un mayor reconocimiento de la importancia de la naturaleza, el papel de los trabajadores esenciales, las contribuciones de la ciencia y los expertos y el hecho de contar con el apoyo de la familia, los amigos y los compañeros.</p>
<p>Pero la pandemia también ha exacerbado las desigualdades sanitarias y económicas dentro de los países y entre ellos, devastando la vida y el sustento de muchos y aumentando enormemente el aislamiento y las enfermedades mentales. Un mundo que funciona en línea está más atomizado y puede conducir a un endurecimiento de los núcleos sociales y políticos. Si no se abordan con urgencia las consecuencias negativas de la pandemia, estas proyectarán una larga y oscura sombra.</p>
<p>La idea de que no existe la sociedad, sino solo los individuos egoístas, puede ahora quedar relegada al basurero de la historia. Hemos sido testigos de un derroche de solidaridad, sobre todo de los jóvenes con los ancianos y de los trabajadores esenciales con los demás. Los jóvenes sacrificaron su vida social, su educación y su trabajo y asumieron enormes deudas para ayudar a los ancianos a superar la COVID-19. </p>
<p>Los trabajadores esenciales se arriesgaron a diario para dotar de personal a nuestras residencias y hospitales y garantizar la entrega de alimentos, la recogida de basura y el mantenimiento de la luz. Muchos sacrificaron <a href="https://www.theguardian.com/commentisfree/2021/mar/08/soldiers-key-workers-protections-pay-pensions-risk-society">su propia salud por los demás.</a></p>
<p>Los costes intolerables de la austeridad y de una cultura que celebraba el individualismo y socavaba el Estado se han revelado con crudeza.</p>
<p>Las guerras mundiales cambiaron para siempre la política y la economía mundiales. El economista <a href="https://www.britannica.com/biography/John-Maynard-Keynes">John Maynard Keynes</a> sostenía que <a href="https://www.researchgate.net/publication/31295140_Keynes_the_Labour_Movement_and_'How_to_Pay_for_the_War'">era necesario</a> “arrancar de las exigencias de la guerra mejoras sociales positivas”.</p>
<p>La pandemia también lo cambiará todo, desde las prioridades personales hasta el poder mundial. Marca el fin de la era neoliberal del individualismo y la primacía de los mercados y los precios, y anuncia un giro del péndulo político hacia la intervención del Estado.</p>
<p>Como ha afirmado <a href="https://www.nobelprize.org/prizes/economic-sciences/2015/deaton/facts/">el premio Nobel de Economía Angus Deaton</a>, “ahora nos enfrentamos a una serie de retos que no podemos eludir” y que amenazan el tejido social, lo que supone una “oportunidad única en una generación para abordar las desventajas a las que se enfrentan muchos y que esta pandemia ha puesto de manifiesto de forma tan devastadora”.</p>
<h2>Más cooperación mundial, no menos</h2>
<p>La globalización ha provocado emergencias sanitarias y económicas universales. Y, sin embargo, para afrontarla necesitamos más globalización, no menos. No podemos detener una pandemia global sin más política global.</p>
<p>Tampoco podemos detener el cambio climático ni ninguna de las otras grandes amenazas mediante la desglobalización política.</p>
<p>La desglobalización económica condenaría a la pobreza continua a los miles de millones de personas en el mundo que aún no se benefician de los empleos, las ideas y las oportunidades que trae la globalización. </p>
<p>Significaría que los ciudadanos de los países pobres no tendrían acceso a las vacunas internacionales, a los paneles solares, a las inversiones, a las exportaciones, al turismo y a las ideas que se necesitan urgentemente para reconstruir los países y crear un futuro de prosperidad compartida.</p>
<p>Si aislarnos y detener la globalización pudiera aislarnos del riesgo, podría ser un precio que valiera la pena pagar. Pero, lejos de reducir el riesgo, solo lo aumentará. Lo que necesitamos es una mejor gestión y unos flujos globales más regulados y coordinados para poder compartir los beneficios de la conectividad y frenar los riesgos.</p>
<p>La mayor amenaza para nuestras vidas ha venido históricamente de los conflictos internos o externos. Ahora la amenaza proviene de fuerzas que escapan al control de cualquier país y que requieren la cooperación internacional, en lugar de afirmaciones de supremacía. A todos los países les interesa cooperar para contener las amenazas globales. Del mismo modo, a cada uno de nosotros nos interesa contribuir a la creación de sociedades más cohesionadas y estables.</p>
<p>La COVID-19 nos ha puesto a prueba. Si superamos la prueba habremos demostrado que también podemos vencer las amenazas climáticas y de otro tipo.</p>
<h2>Cómo evitar el precipicio</h2>
<p>No hay que dar nada por sentado. El virus no solo está cambiando nuestras posibilidades y acciones, sino también nuestra forma de pensar, nuestros sueños y nuestra imaginación. Toda crisis crea una oportunidad, y nos corresponde explorar el lado positivo. Al poner de relieve la importancia de los riesgos sistémicos, la pandemia ha aumentado la concienciación sobre otras amenazas, incluidas las que plantean las futuras pandemias y el cambio climático, y nos ha dado los medios para rescatar nuestras vidas y el futuro.</p>
<p>La COVID-19 ha provocado el mayor retroceso en materia de desarrollo de nuestra vida, <a href="https://www.theguardian.com/commentisfree/2020/apr/21/coronavirus-disaster-developing-nations-global-marshall-plan">revirtiendo 70 años de progreso</a>. Los países de renta baja y media han sufrido un crecimiento negativo por primera vez <a href="https://blogs.worldbank.org/voices/2020-year-review-impact-covid-19-12-charts.">desde la década de 1950</a>.</p>
<p>Muchas más personas <a href="https://www.oxfam.org/en/world-brink-hunger-pandemic-coronavirus-threatens-push-millions-starvation">habrán muerto de hambre y por causas relacionadas con la pobreza</a> que por el impacto sanitario directo de la COVID-19.</p>
<p>La pandemia <a href="https://news.un.org/en/story/2020/12/1079152">ha provocado</a> que hasta 150 millones de personas más caigan en la pobreza extrema y que el hambre aguda se duplique, pasando de 130 millones de personas en 2019 a 260 millones en 2020. En muchos países pobres, los sistemas de educación y de salud se han colapsado y las redes de seguridad del Gobierno son débiles, si es que existen.</p>
<p>Es lo que ha permitido que el mundo se vea desbordado por la COVID-19. La pandemia ha revelado y exacerbado las desigualdades dentro de los países y entre ellos.</p>
<p>Demuestra de forma contundente por qué retroceder o avanzar por el mismo camino en el que estamos nos lleva a un precipicio. Sin un cambio sistémico, todos estamos condenados a un futuro más desigual e inestable. La COVID-19 ha generado el potencial para crear un mundo más justo e inclusivo.</p>
<hr>
<p><em>Traducción de Julio César García Sosa, con la colaboración de <a href="https://www.casafrica.es/es">Casa África</a>.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/162217/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ian Goldin no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La tarea ahora es convertir la respuesta reactiva a las emergencias sanitarias y económicas en un conjunto de políticas y acciones proactivas.Ian Goldin, Professor of Globalisation and Development; Director of the Oxford Martin Programmes on Technological and Economic Change and Future of Development, University of OxfordLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1331192020-04-20T19:27:23Z2020-04-20T19:27:23ZMuchas poblaciones pequeñas aún carecen de depuradoras de aguas residuales<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/320423/original/file-20200313-115069-1yiayk4.JPG?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C213%2C2848%2C1500&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Canalización de una depuradora de la Región de Murcia.</span> <span class="attribution"><span class="source">Mercedes Lloréns y María Isabel Aguilar</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>La cantidad de agua que contiene la Tierra no ha disminuido ni aumentado en los últimos dos mil millones de años: el 97,5 % forma parte de los océanos y mares y el 2,5 % restante es agua dulce. De esta última:</p>
<ul>
<li><p>El 69 % es agua congelada que se encuentra en los glaciares y casquetes polares.</p></li>
<li><p>El 30 % son aguas subterráneas, algunas de ellas de difícil acceso.</p></li>
<li><p>Solo el 1 % corresponde a las aguas superficiales: ríos y lagos (53 %), humedad de la atmósfera (8 %), humedad del suelo (38 %) y agua presente en los organismos vivos (1 %).</p></li>
</ul>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/320432/original/file-20200313-115088-18n6cad.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/320432/original/file-20200313-115088-18n6cad.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/320432/original/file-20200313-115088-18n6cad.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=521&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/320432/original/file-20200313-115088-18n6cad.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=521&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/320432/original/file-20200313-115088-18n6cad.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=521&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/320432/original/file-20200313-115088-18n6cad.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=655&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/320432/original/file-20200313-115088-18n6cad.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=655&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/320432/original/file-20200313-115088-18n6cad.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=655&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Distribución de agua en el mundo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaboración propia a partir de datos del Informe PNUMA 2003</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>A pesar de que el agua dulce parece escasa, hay suficiente para toda la población. El problema es su desigual reparto y que parte de ella, tras ser utilizada, es devuelta al medio acuático sin tratamiento adecuado.</p>
<p>En 2017, <a href="https://www.who.int/en/news-room/fact-sheets/detail/drinking-water">el 29 % de la población mundial</a> (2 160 millones de personas) carecía de acceso a agua potable y fácilmente disponible en el hogar. <a href="https://www.who.int/en/news-room/fact-sheets/detail/sanitation">El 55 %</a> (3 900 millones de personas) no disponía de un sistema adecuado de saneamiento (<a href="https://www.who.int/es">OMS</a>).</p>
<h2>Generación de aguas residuales y normativa</h2>
<p><a href="http://www.unesco.org/new/en/natural-sciences/environment/water/wwap/wwdr/">Más del 80 % de las aguas residuales</a> generadas en el planeta se libera al medio ambiente sin tratamiento adecuado. El porcentaje de aguas sin tratar es diferente entre las distintas regiones y hay comunidades que se ven más afectadas.</p>
<p>Las aguas residuales no tratadas son también causa de enfermedades y pueden llegar, incluso, a provocar la muerte. El número promedio de muertes por año (1980-2015) como consecuencia de servicios inadecuados de agua potable y saneamiento es de 780 000. <a href="https://themasites.pbl.nl/future-water-challenges/water-pollution-and-human-health/">Esta cifra</a> es mucho mayor que la debida a otros desastres naturales (63 000) como sequías e inundaciones o incluso conflictos violentos (75 000). </p>
<p>Es necesario tomar medidas que afronten estos problemas. Desde el año 2010, <a href="https://undocs.org/es/A/HRC/RES/42/5">la ONU reconoce oficialmente</a> el derecho humano al agua y al saneamiento. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible contempla dentro del <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/water-and-sanitation/">Objetivo de Desarrollo Sostenible 6</a> (ODS 6) metas orientadas a lograr el acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos para todos. También se pretende mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación.</p>
<p>En Europa, la <a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=LEGISSUM%3Al28008">Directiva 91/271/CEE</a> sobre tratamiento de aguas residuales urbanas establece que los estados miembros deben adoptar las medidas necesarias para garantizar un correcto tratamiento antes de verterlas al medio.</p>
<p>En 2014 se alcanzó un alto nivel de cumplimiento en todos los estados. En la gráfica que sigue a este párrafo se puede observar que el 92,4 % de la carga total generada (en población equivalente, h‑e) en los estados miembros es recogida en sistemas colectores o alternativas independientes adecuadas. El grado de cumplimiento de los 15 países que conformaban la Unión Europea hasta 2004 (UE-15) es del 98,6 %. El de los países que se incorporaron posteriormente (UE-13) es del 63 %.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/320267/original/file-20200312-111249-5bn0ti.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/320267/original/file-20200312-111249-5bn0ti.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/320267/original/file-20200312-111249-5bn0ti.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=373&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/320267/original/file-20200312-111249-5bn0ti.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=373&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/320267/original/file-20200312-111249-5bn0ti.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=373&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/320267/original/file-20200312-111249-5bn0ti.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=468&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/320267/original/file-20200312-111249-5bn0ti.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=468&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/320267/original/file-20200312-111249-5bn0ti.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=468&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Porcentaje de la carga total generada (en población equivalente) que se recoge en sistemas colectores, que recibe tratamiento secundario o es sometida a tratamiento terciario o avanzado.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaboración propia a partir de datos del IX informe de la CE para la implementación de la Directiva 91/271/CEE</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El caso de las pequeñas poblaciones en España</h2>
<p>Nuestro país recoge de forma adecuada el 97 % de la carga contaminante de aguas residuales generada (61,8 millones h-e). El 84,1 % se somete a tratamiento secundario y el 66,8 % a tratamiento terciario o avanzado. Aun así, no se ha logrado el 100 % de cumplimiento de la normativa.</p>
<p>El incumplimiento es debido principalmente a la falta de sistemas de depuración en pequeñas aglomeraciones urbanas. En la Unión Europea, se consideran pequeñas aglomeraciones urbanas a aquellas con una población inferior a los 2 000 h-e. Esto coincide con el límite establecido por la Directiva 91/271/CEE. </p>
<p>El tratamiento de las aguas residuales generadas en las pequeñas poblaciones es una asignatura pendiente. Su solución se ha ido aplazando, al priorizarse la depuración de los vertidos generados en las ciudades grandes y medianas.</p>
<p>Para situar la magnitud del problema hay que tener en cuenta que de los más de 8 000 municipios existentes en España, el 72 % cuenta con una población inferior a los 2 000 habitantes. El 47 % los municipios tienen menos de 500 habitantes. </p>
<p>En vista de las cifras, el tratamiento de las aguas residuales en pequeñas poblaciones constituye un reto medioambiental. La devolución del agua al medio acuático en un estado óptimo es clave para la sostenibilidad del ciclo integral del agua a largo plazo. Un hecho que debería ser independiente al tamaño de la población.</p>
<p>No hay que olvidar que, con el tratamiento adecuado, se debe cumplir con los objetivos de calidad de los cuerpos receptores de agua, tal y como define la <a href="https://eur-lex.europa.eu/legal-content/Es/TXT/?uri=CELEX:32000L0060">Directiva Marco del Agua</a>.</p>
<h2>Depuración en pequeñas aglomeraciones</h2>
<p>Las pequeñas poblaciones se caracterizan, en general, por producir un pequeño volumen de aguas residuales, pero fuertemente contaminadas. Esto condiciona la selección de las tecnologías de tratamiento más adecuadas. A ello hay que añadir el factor económico: a menor tamaño de la población, mayor es el coste de la depuración. Además, estos costes son difícilmente asumibles por los municipios. </p>
<p>Una solución para estos municipios es utilizar tecnologías no convencionales, que se caracterizan por:</p>
<ul>
<li><p>Un bajo consumo de energía.</p></li>
<li><p>Un mantenimiento y una explotación simples.</p></li>
<li><p>Un funcionamiento muy estable frente a las variaciones de caudal y carga del agua a tratar.</p></li>
<li><p>Una gestión sencilla de los lodos generados en el proceso de depuración.</p></li>
<li><p>Una elevada integración en el entorno natural</p></li>
</ul>
<p>Algunas de las tecnologías no convencionales más ampliamente utilizadas están recogidas en la siguiente figura: </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/320273/original/file-20200312-111242-1bdy8nl.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/320273/original/file-20200312-111242-1bdy8nl.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/320273/original/file-20200312-111242-1bdy8nl.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=353&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/320273/original/file-20200312-111242-1bdy8nl.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=353&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/320273/original/file-20200312-111242-1bdy8nl.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=353&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/320273/original/file-20200312-111242-1bdy8nl.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=443&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/320273/original/file-20200312-111242-1bdy8nl.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=443&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/320273/original/file-20200312-111242-1bdy8nl.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=443&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Tecnologías no convencionales de tratamiento de aguas residuales.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Elaboración propia</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure><img src="https://counter.theconversation.com/content/133119/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Muchos pueblos de menos de 2.000 habitantes carecen de sistemas de depuración y, por tanto, incumplen la normativa sobre tratamiento de aguas residuales.Mercedes Lloréns Pascual del Riquelme, Catedrática de Universidad en el Área de Ingeniería Química, Universidad de MurciaMaría Isabel Aguilar Sanchis, Profesora Titular de Universidad en el Área de Ingeniería Química, Universidad de MurciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1344612020-04-06T14:16:44Z2020-04-06T14:16:44ZLa COVID-19 y la sostenibilidad medioambiental del mañana<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/325684/original/file-20200406-96913-1p3cqq6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C14995%2C6092&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/sustainable-development-goals-sdgs-concept-people-652587091"> Jacob_09 / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Hoy, la crisis global sanitaria de <a href="https://theconversation.com/es/covid-19">COVID-19</a> salpica todos los rincones. En cada noticiario, cada conversación en casa o en remoto hablamos de lo mucho que deseamos que acabe y que sea un pasado lejano al que mirar desde, por ejemplo, el anhelado verano.</p>
<p>Sin embargo, antes de esta crisis de salud nos enfrentábamos ya como sociedad a enormes desafíos que, lógicamente, han quedado relegados por el acuciante <em>ahora</em> de la emergencia sanitaria. Pero cuestiones como el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad siguen presentes y conectados con la situación que vivimos.</p>
<h2>Cambio climático, contaminación y COVID-19</h2>
<p>Ya se vio <a href="https://www.carbonbrief.org/analysis-coronavirus-has-temporarily-reduced-chinas-co2-emissions-by-a-quarter">en China</a>. Y ahora también en <a href="https://www.corresponsables.com/actualidad/ods13-emisionesCO2-caen-2019-bajaran-mucho-mas-covid-19">Europa y España</a>: la reclusión y la minimización de las actividades comerciales y el transporte debidos al estado de alerta han supuesto una disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, sobre todo de la industria y del transporte por carretera. En el corto plazo, esto es una buena noticia para la consecución de los objetivos de mitigación de gases de efecto invernadero (GEI). </p>
<p>De forma similar, la contaminación atmosférica en nuestras ciudades se ha reducido, tanto en <a href="https://es.euronews.com/2020/03/02/la-nasa-confirma-caida-de-las-emisiones-de-gases-de-efecto-invernadero-en-china-por-el-cor">China</a> como en <a href="https://www.esa.int/Applications/Observing_the_Earth/Copernicus/Sentinel-5P/Coronavirus_lockdown_leading_to_drop_in_pollution_across_Europe">Europa</a>. Cabría esperar que este hecho redunde positivamente en la salud de las personas que habitan estos núcleos, normalmente sometidas a altos niveles de contaminación. </p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/ARpxtAKsORw?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Reducción de emisiones de dióxido de nitrógeno en Italia.</span></figcaption>
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<p>Podríamos aventurarnos a pensar, con todas las cautelas, que las cerca de <a href="https://www.efe.com/efe/espana/destacada/la-contaminacion-causa-10-000-muertes-ano-en-espana-y-7-millones-el-mundo/10011-4119614">10 000 muertes prematuras que se producen al año por la polución del aire en España</a> podrían disminuir notablemente. <a href="https://www.imperial.ac.uk/news/196556/coronavirus-measures-have-already-averted-120000/">Un descenso que podemos sumar a los fallecimientos por COVID-19 evitados gracias al confinamiento</a>. </p>
<p>Cuando esta situación pase, problemas como el cambio climático, la contaminación atmosférica en las grandes ciudades o la pérdida de biodiversidad seguirán siendo desafíos de enorme magnitud, frente a los que proponer medidas también urgentes. </p>
<p>No obstante, podemos comenzar a afrontar ya los retos de ese mañana pospandemia teniendo en cuenta algunos factores relacionados con la crisis actual.</p>
<h2>1. Los problemas ambientales del efecto rebote</h2>
<p>Si la salida de la cuarentena no es paulatina, escalonada, se producirán picos en el consumo de bienes y servicios. Estos desencadenarán una emisión masiva de GEI y compuestos contaminantes en un modelo de producción y consumo todavía fundamentado en el <a href="https://www.scientificamerican.com/article/how-the-coronavirus-pandemic-is-affecting-co2-emissions/">uso de combustibles fósiles</a>. </p>
<p>El efecto rebote, tan deseado desde el punto de vista económico, entraña un riesgo medioambiental serio. El repunte de emisiones podría incluso compensar la reducción registrada durante la etapa de confinamiento.</p>
<h2>2. La importancia de la concienciación y educación ambiental</h2>
<p>Las personas que trabajamos en el ámbito de la ciencia y la sostenibilidad, la sociedad civil y los responsables políticos no podemos perder otra oportunidad de acercar a la ciudadanía las consecuencias de nuestras decisiones y hábitos cotidianos. Cómo nos movemos, cómo trabajamos y cómo nos alimentamos influye profundamente en problemas medioambientales de enorme calado, tiene repercusiones socioeconómicas graves y una incidencia transversal.</p>
<p>Seguramente esta crisis suponga nuestra entrada en <a href="https://theconversation.com/2020-el-ano-0-de-una-nueva-sociedad-135047">una madurez como sociedad</a> sin demasiados precedentes cercanos en el tiempo. </p>
<p>Muy probablemente esté naciendo una conciencia de la colectividad y la corresponsabilidad social determinantes para encarar los muchos desafíos que nos quedan por enfrentar como sociedad en las próximas décadas. Las muestras de generosidad, el apoyo mutuo, la importancia y puesta en valor de servicios públicos esenciales como la sanidad, la educación y la investigación son signos del cambio.</p>
<p>Será necesario también recordar, por ejemplo, que las elevadas tasas de contaminación atmosférica en ciudades como las del norte de Italia o Madrid –con graves consecuencias para la salud, especialmente en poblaciones vulnerables– podrían estar relacionadas con una <a href="https://epha.org/coronavirus-threat-greater-for-polluted-cities/">mayor incidencia de enfermedades cardiorrespiratorias como la COVID-19</a>.</p>
<p>Tendremos que reafirmarnos en la urgencia de reducir la emisión de GEI para frenar un cambio climático que ya causa el sufrimiento de muchos seres humanos en el planeta. Un cambio climático que también puede acelerar la <a href="https://www.thelancet.com/pdfs/journals/laninf/PIIS1473-3099(19)30161-6.pdf">llegada de enfermedades</a> como la que estamos sufriendo.</p>
<p>Habremos de recordar que, si seguimos presionando los ecosistemas naturales con un consumo exacerbado de recursos y territorio, <a href="https://mondiplo.com/contra-las-pandemias-la-ecologia">podemos acercarnos a focos de contagio</a>. Podemos perder la capacidad de resistir el embate de eventos climáticos extremos. Perderemos, en definitiva, <a href="https://theconversation.com/es-posible-alimentar-a-10-000-millones-de-personas-sin-devastar-el-planeta-116751">nuestra resiliencia como sociedad</a>.</p>
<h2>3. La necesidad de un cambio de sistema</h2>
<p>Pero quizás lo anterior no sea suficiente para abordar los <a href="https://theconversation.com/la-crisis-del-coronavirus-y-nuestros-tres-niveles-de-negacionismo-134749">cambios estructurales de modelo</a> que se precisan para que la degradación medioambiental y sus consecuencias (pandemias como la de COVID-19, entre ellas) se palíen. </p>
<p>Esta crisis es una oportunidad para modificar hábitos, para asegurar <a href="https://theconversation.com/2020-el-ano-0-de-una-nueva-sociedad-135047">un futuro</a> digno a nuestra especie y a nuestra relación con el planeta.</p>
<p>Por ejemplo, la forma en que trabajamos y la forma en que nos relacionamos podrían dejar de ser tan sumamente <em>presencialistas</em> y demandantes de recursos. El teletrabajo podría imponerse como una norma y dejar de ser una excepción. En el ámbito de la investigación, por ejemplo, puede que <a href="https://www.openpetition.eu/petition/online/el-manifiesto-de-cercedilla-para-reuniones-cientificas-sostenibles">los congresos y reuniones científicas en remoto sean mucho más frecuentes</a>. Todo ello, con el consiguiente impacto positivo en la mitigación de GEI. </p>
<h2>4. El papel imprescindible de la investigación</h2>
<p>Es muy probable, según experiencias previas no lejanas en el tiempo, que la previsible crisis económica que nos espera tras la salida de la sanitaria se cebe con la <a href="https://www.eldiario.es/catalunya/Xavier-Querol-economicas-perjudicar-ambientales_0_1008949689.html">inversión en educación e I+D+i</a>. </p>
<p>Si como sociedad no evitamos que esto ocurra, el riesgo de limitar nuestra capacidad de enfrentar los desafíos medioambientales antes mencionados (y otros en otros ámbitos directamente relacionados, como el de la salud) crecerá exponencialmente.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/134461/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Cuestiones como el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad están relacionadas con la situación de crisis que vivimos. Tengámoslas en cuenta.Alberto Sanz Cobeña, Profesor e investigador en el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Ambientales, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Candela de la Sota Sández, Investigadora asociada en cambio climático y contaminación atmosférica, Stockholm Environment InstituteLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1236582019-09-30T20:10:40Z2019-09-30T20:10:40ZSuperislas de Barcelona, un modelo de ciudad sano y sostenible<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/293434/original/file-20190921-135101-aia77e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5455%2C3645&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/nD2WzCZrlLE">Kaspars Upmanis /Unsplash</a></span></figcaption></figure><p>Las <a href="https://www.bbc.co.uk/news/education-35305586">mayores ciudades del mundo</a> cuentan con más habitantes y presupuestos que algunos países pero, a medida que aumentan en tamaño y complejidad, también se enfrentan a peliagudos desafíos que amenazan la salud y la felicidad de sus residentes. Los atascos, la contaminación y la falta de espacios comunitarios se han convertido en grandes obstáculos para las aspiraciones y las vivencias de la población urbana.</p>
<p>En consecuencia, las ciudades deben gestionar sus recursos y prioridades con el fin de crear lugares sostenibles tanto para los visitantes como para los residentes, así como fomentar la innovación y el crecimiento. Bienvenidos a Barcelona, donde se presentó por primera vez la audaz propuesta de planificación urbana de las “superislas” en 2016.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/292399/original/file-20190913-8661-1k23l3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/292399/original/file-20190913-8661-1k23l3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=335&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/292399/original/file-20190913-8661-1k23l3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=335&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/292399/original/file-20190913-8661-1k23l3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=335&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/292399/original/file-20190913-8661-1k23l3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=421&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/292399/original/file-20190913-8661-1k23l3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=421&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/292399/original/file-20190913-8661-1k23l3u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=421&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Situación inicial vs. superisla.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://eurekalert.org/multimedia/pub/210395.php">ISGlobal.</a>, <a class="license" href="http://artlibre.org/licence/lal/en">FAL</a></span>
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<p>Las superislas o supermanzanas son agrupaciones de nueve manzanas, en los que el tráfico queda restringido a las calles circundantes, de modo que un gran número de calles quedan libres para la circulación de peatones y ciclistas. <a href="https://ajuntament.barcelona.cat/ecologiaurbana/en/what-we-do-and-why/quality-public-space/superblocks">Tienen por objetivo</a> reducir la contaminación procedente de los vehículos a motor y dar un merecido respiro de aire fresco a los residentes. Están diseñadas para crear más espacios abiertos en los que sus ciudadanos puedan reunirse, conversar y realizar actividades.</p>
<h2>Mejor salud y bienestar</h2>
<p>Actualmente hay seis supermanzanas en funcionamiento, incluida <a href="https://www.theguardian.com/cities/2016/may/17/superblocks-rescue-barcelona-spain-plan-give-streets-back-residents">la primera y más importante</a> en el distrito del Eixample. Los <a href="https://www.vox.com/energy-and-environment/2019/4/9/18273894/barcelona-urban-planning-superblocks-poblenou">informes sugieren</a> que, a pesar del rechazo que generó al principio, la mayor parte de los residentes dan la bienvenida a este cambio, cuyos beneficios a largo plazo podrían ser considerables.</p>
<p>Un <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0160412019315223?via%3Dihub#bb0035">reciente estudio</a> llevado a cabo por el Instituto de Salud Global de Barcelona estima que si se creasen las 503 posibles supermanzanas que se han planteado a lo largo y ancho de la ciudad, habría 230.000 viajes menos en vehículos privados a la semana, ya que la gente se serviría del transporte público y las bicicletas o caminarían. </p>
<p>Los investigadores sugieren que esto mejoraría significativamente la calidad del aire y reduciría la contaminación acústica en las calles sin tráfico, ya que los niveles ambientales de dióxido de nitrógeno (NO₂) disminuirían en un cuarto, alcanzando así los niveles que <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/ambient-(outdoor)-air-quality-and-health">recomienda</a> la Organización Mundial de la Salud (OMS).</p>
<p>Asimismo, se espera que el proyecto beneficie la salud de los residentes en gran medida, dado que el <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0160412019315223?via%3Dihub#bb0035">estudio</a> estima que podrían evitarse hasta 667 muertes prematuras al año a causa de la contaminación del aire, el ruido y el calor. Además, un mayor número de espacios verdes animaría a la población a salir de casa y a llevar un <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3444752/">estilo de vida más activo</a>.</p>
<p>Esto, a su vez, <a href="https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-319-56091-5_11">reduciría el número de personas que presentan obesidad y diabetes</a>, lo que aliviaría a los servicios sanitarios. Los <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0160412019315223?via%3Dihub#bb0035">investigadores afirman</a> que los residentes de Barcelona podrían vivir unos 200 días más gracias a los beneficios acumulativos para la salud si el proyecto llega a implementarse en toda la ciudad. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/292403/original/file-20190913-8693-123306r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/292403/original/file-20190913-8693-123306r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/292403/original/file-20190913-8693-123306r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/292403/original/file-20190913-8693-123306r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/292403/original/file-20190913-8693-123306r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/292403/original/file-20190913-8693-123306r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/292403/original/file-20190913-8693-123306r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Más espacio para jugar.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/WOP-W1Yg6cg">Mosa Moseneke/Unsplash.</a>, <a class="license" href="http://artlibre.org/licence/lal/en">FAL</a></span>
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</figure>
<p>No solo se esperan beneficios para la salud física, sino también para la mental. Poder acceder a tales espacios puede <a href="https://theconversation.com/green-spaces-help-combat-loneliness-but-they-demand-investment-105260">mitigar la soledad y el aislamiento</a>, especialmente entre los mayores, ya que los vecinos se relacionan más, por lo que se crean vínculos más fuertes.</p>
<h2>Obstáculos</h2>
<p>Fue <a href="http://www.bcnecologia.net/en/team/salvador-rueda">Salvador Rueda</a>, director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, quien defendió por primera vez la implementación de supermanzanas y <a href="https://www.vox.com/2016/8/4/12342806/barcelona-superblocks">argumenta</a> que podrían aplicarse a cualquier ciudad. Pese a ello, las autoridades que deseen seguir el ejemplo de Barcelona o incluso llevarlo más allá deberán tener en cuenta ciertos aspectos.</p>
<p>Este tipo de cambios requieren una gran inversión de capital. Aunque las calles sin tráfico se renueven con mobiliario urbano y vegetación, las carreteras principales probablemente tendrán que adaptarse para acoger <a href="https://www.vox.com/energy-and-environment/2019/4/10/18273895/traffic-barcelona-superblocks-gentrification">más tráfico</a>. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/292419/original/file-20190913-8682-cd6iox.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/292419/original/file-20190913-8682-cd6iox.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/292419/original/file-20190913-8682-cd6iox.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/292419/original/file-20190913-8682-cd6iox.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/292419/original/file-20190913-8682-cd6iox.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/292419/original/file-20190913-8682-cd6iox.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/292419/original/file-20190913-8682-cd6iox.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Nada es gratis.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/zvileve/35444410112/sizes/l">Zvileve/Flickr.</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>Podrían ser necesarias nuevas inversiones en infraestructuras, como la mejora de las carreteras circundantes para hacer frente a un mayor tráfico o la instalación de un sistema inteligente de gestión del tráfico, a fin de evitar grandes atascos. Sin embargo, surge una pregunta: ¿cómo se financian tales inversiones? Está claro que una subida de impuestos no tendría una buena acogida.</p>
<p>Por si fuera poco, cuando aumenta el atractivo de una zona, la demanda inmobiliaria también lo hace. La subida de los precios y de los alquileres podría crear barrios inasequibles, lo que podría contribuir a que se utilizasen estas propiedades con fines de inversión y, posiblemente, propiciase el <a href="https://www.vox.com/energy-and-environment/2019/4/10/18273895/traffic-barcelona-superblocks-gentrification">desalojo de los residentes locales</a>.</p>
<p>Además, cabe destacar que Barcelona es una ciudad europea antigua y relativamente bien planificada, pero las ciudades emergentes de Asia, África, Latinoamérica, así como otras más recientes de Estados Unidos y Australia, se enfrentan a un gran número de desafíos. Cuentan con grandes diferencias en lo que respecta a la escala, la densidad de población, la forma y la distribución, los patrones de desarrollo y los marcos institucionales de las ciudades. Algunas grandes <a href="https://academic.oup.com/oxrep/article/33/3/355/3926162">ciudades pertenecientes a países en vías de desarrollo</a> están saturadas de proyectos que carecen de control y normativas, y cuentan con marcos normativos precarios.</p>
<p>Reproducir lo que se ha llevado a cabo en Barcelona puede resultar difícil en estos lugares, por lo que se necesitarían transformaciones mucho mayores. No obstante, es cierto que los principios básicos de las supermanzanas, los cuales valoran a los peatones, los ciclistas y los espacios públicos de alta calidad por encima de los vehículos motorizados, pueden aplicarse en cualquier ciudad con algunos reajustes.</p>
<h2>Liderando el cambio</h2>
<p>A lo largo de nuestra historia, las grandes ciudades han estado a la vanguardia de la innovación y el progreso social, pero requieren una estructura sólida de gobernanza, que sea transparente y responsable, para garantizar un uso justo y eficiente de los recursos. Imponer la innovación ejerciendo el poder vertical, sin consultar a la ciudadanía ni contar con su aprobación, atenta contra de la idea del capitalismo de libre mercado, el cual ha sido una fuerza prevalente para las economías modernas y puede liderar la oposición de los ciudadanos y las empresas locales.</p>
<p>Además, los ciudadanos deben estar dispuestos a modificar su punto de vista y comportamiento para conseguir que estas iniciativas funcionen. Es decir, las “soluciones” urbanas, como el proyecto de las supermanzanas, deben contar con el respaldo de los ciudadanos a través de un compromiso continuo con los funcionarios de los gobiernos locales. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/292417/original/file-20190913-8658-1a88qwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/292417/original/file-20190913-8658-1a88qwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/292417/original/file-20190913-8658-1a88qwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/292417/original/file-20190913-8658-1a88qwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/292417/original/file-20190913-8658-1a88qwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/292417/original/file-20190913-8658-1a88qwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/292417/original/file-20190913-8658-1a88qwg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Un hombre habla en una consulta pública sobre la supermanzana del distrito del Ensanche en Barcelona.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/barcelona_cat/16663574507/">Ayuntamiento de Barcelona/Flickr.</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nd/4.0/">CC BY-ND</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Para que la planificación urbana tenga éxito se requiere un liderazgo firme, con una visión clara y coherente del futuro, así como una hoja de ruta sobre la forma en la que se puede llevar a cabo. Además, debe realizarse en colaboración con los ciudadanos y todas las demás partes interesadas, como las empresas locales y las organizaciones privadas y públicas. De este modo, se garantiza que todo el mundo participe y asuma la responsabilidad del éxito de las iniciativas locales.</p>
<p>No cabe duda de que los principios y los objetivos de las supermanzanas son sólidos. La idea tiene suficiente potencial como para extenderse por todo el mundo, aunque es poco probable que adopte una forma única y específica en todas las ciudades.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/123658/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las investigaciones de Anupam Nanda han sido financiadas con fondos públicos y privados, incluidos Innovate UK, Research Councils UK, the Real Estate Research Institute de US, UK Foreign and Commonwealth Office, UK Department of Energy and Climate Change, the Investment Property Forum y la Royal Institution of Chartered Surveyors. También forma parte del Board of Trustees of the Reading Real Estate Foundation.</span></em></p>Las superislas de Barcelona son un magnífico modelo para replicar en ciudades de todo el mundo y mejorar así la vida de los ciudadanos y la salud del planeta.Anupam Nanda, Professor of Urban Economics and Real Estate, Henley Business School, University of ReadingLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1229172019-09-08T20:00:02Z2019-09-08T20:00:02ZQué dice (y qué no) el informe de la ONU sobre la carne<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/290907/original/file-20190904-175682-1jz76y2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4104%2C2733&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/download/confirm/633974036?src=-1-1&size=huge_jpg">Shutterstock/Dragosh Co</a></span></figcaption></figure><p>El informe que el IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, perteneciente a la ONU) publicó recientemente es exhaustivo y clarificador. El hecho de que hayan participado en su elaboración 107 expertos de 52 países da idea de su importancia y magnitud.</p>
<p>Titulado <em>El cambio climático y la tierra</em>, el informe está estructurado en siete capítulos. En total <a href="https://www.ipcc.ch/report/srccl/">1 384 páginas de texto</a>, más abundante material suplementario. Conscientes de la dificultad que supone para los no expertos en el tema la lectura y el estudio de un texto de tal extensión, el IPCC ha elaborado <a href="https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2019/08/2019-PRESS-IPCC-50th-IPCC-Session_es.pdf">un comunicado de prensa de siete páginas</a> en varios idiomas, donde recoge las principales ideas y conclusiones del informe. Su lectura, por la transcendencia del tema y la concisión y claridad con que está escrito, resulta muy recomendable para todo ciudadano del mundo.</p>
<p>Esta declaración supone, en primer lugar, una llamada de atención a toda la humanidad. El informe pretende concienciarnos de las consecuencias que pueden tener las pautas y hábitos de vida que hemos instaurado en nuestra sociedad para el futuro del planeta.</p>
<p>De forma más concreta, apela al área de la silvicultura, agricultura y ganadería, cuya gestión y actividades generan el 23 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Pero no olvidemos, y el informe de la IPCC así lo señala, que la gran mayoría de las emisiones contaminantes de nuestra atmósfera se deben al consumo de combustibles fósiles y a la actividad industrial, procesos en los que estamos involucrados una gran parte de los habitantes del planeta. </p>
<p>A esto habría que añadir, a consecuencia del afán de consumismo que prevalece en nuestra sociedad, el despilfarro de comida que realizamos, que alcanza la vergonzosa cifra de un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial. Solo con que consiguiéramos solucionar este problema, más bien lacra si lo consideramos desde la óptica de la sensibilidad y solidaridad humanas, reduciríamos las emisiones contaminantes en un 10 %.</p>
<h2>La necesidad de mejorar los sistemas de producción</h2>
<p>Volviendo al sector agrario y alimentario, el informe concluye:</p>
<blockquote>
<p>“Las dietas equilibradas basadas en alimentos de origen vegetal [como cereales secundarios, legumbres, frutas y verduras] y alimentos de origen animal producidos de forma sostenible en sistemas que generan pocas emisiones de gases de efecto invernadero presentan mayores oportunidades de adaptación al cambio climático y de limitación de sus efectos”. </p>
</blockquote>
<p>Por tanto, a lo que nos insta la ONU a los agentes del sector (técnicos, agricultores y ganaderos) es a afinar los modelos de producción, de manera que estos sean más eficientes y sostenibles. El objetivo es que seamos más respetuosos con el medio ambiente y generemos menos emisiones contaminantes, asegurando siempre la calidad y la seguridad alimentaria para el consumidor. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/290912/original/file-20190904-175668-k4wbap.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/download/confirm/481623085?src=-1-21&size=huge_jpg">Shutterstock/Birkir Asgeirsson</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Al igual que tras la Segunda Guerra Mundial el sector agrario dio respuesta a la urgente llamada para producir alimentos con el fin de abastecer las necesidades de la maltrecha Europa, no quepa duda de que, en los momentos actuales, también será capaz de responder a estas demandas que se señalan en el informe de la IPCC. </p>
<p>Con respecto a los consumidores, que son los que tienen la última palabra en los hábitos y conductas de consumo, es indudable que sabrán captar el mensaje de la ONU y pedirán cada vez más alimentos, además de sanos y saludables, que hayan sido producidos de manera respetuosa con el medio ambiente y los animales. Prácticas que ya realizan la gran mayoría de agricultores y ganaderos navarros, pero que tendrán que intensificar en el futuro próximo.</p>
<h2>¿Y qué pasa con la carne?</h2>
<p>La palabra carne no aparece citada en ningún momento en el comunicado de prensa del IPCC que recoge las principales conclusiones del informe. Se sobreentiende que la carne está implícita en el término alimentos de origen animal, pero no hay una mención expresa al consumo de carne en el documento de prensa. </p>
<p>Sí es verdad que hay un apartado importante sobre él en el capítulo de Seguridad Alimentaria del informe. Existen zonas del mundo donde el consumo de carne es elevado. Se mencionan en el informe algunos supuestos ilustrativos de la situación. Por ejemplo, si todas las naciones del mundo tuvieran el mismo consumo de carne que se da en Estados Unidos, la totalidad de la superficie habitable de la tierra sería insuficiente para producirla con los sistemas actuales de producción. </p>
<p>Es previsible, además, que la demanda de proteína animal vaya creciendo en los países en desarrollo. Por tanto, es indudable la urgencia de ir optimizando los sistemas de producción de carne, en aras a reducir la presión sobre la tierra y sobre el uso del agua, y desde la perspectiva del consumidor, modulando el consumo de carne en algunos segmentos de población.</p>
<p>Tras todo lo expuesto, cabe realizar un par de reflexiones finales. </p>
<p>Por una parte, hacer una referencia al trato mediático que, en general, se le da al consumo de carne. Titulares como “La ONU pide que se consuma menos carne para evitar el cambio climático”, que han abierto telediarios o han encabezado portadas de diarios, suponen una interpretación sesgada del informe mencionado. </p>
<p>Por otra, hay que recalcar la importancia que el consumo de carne tiene en la alimentación humana. Su riqueza proteica, con algunos aminoácidos esenciales para el organismo humano, junto a su elevado contenido en ciertas vitaminas y minerales, hacen de la carne un alimento básico y fundamental en la dieta humana. No lo olvidemos.</p>
<hr>
<p>Una <a href="https://traductordeciencia.es/informe-de-la-onu-lo-que-se-dice-y-lo-que-no-se-dice-sobre-la-carne/">versión de este artículo</a> fue publicada en el blog de la UPNA, Traductor de Ciencia</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/122917/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Antonio Mendizabal Aizpuru no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El reciente informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático pretende concienciarnos de las consecuencias que pueden tener para el futuro del planeta las pautas y hábitos de vida que hemos instaurado en nuestra sociedad.José Antonio Mendizabal Aizpuru, Catedrático de Producción Animal, Universidad Pública de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1174862019-05-21T20:07:30Z2019-05-21T20:07:30ZLa pérdida de biodiversidad es solo la punta del iceberg de una crisis global<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/275623/original/file-20190521-23814-eysktk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5991%2C3673&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/london-uk-04182019-extinction-rebellion-kids-1383205352">Sandor Szmutko / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Estamos en camino de perder una de cada ocho especies que habitan el planeta, o lo que es lo mismo, alrededor de un millón de especies (10 % de insectos y 25 % de otros animales y plantas) en las próximas décadas (ver Figura 1). Esta es una de las conclusiones más alarmantes del primer <a href="https://www.ipbes.net/news/ipbes-global-assessment-summary-policymakers-pdf">informe</a> sobre la situación de la biodiversidad global y de 18 tipos de contribuciones básicas que la naturaleza ofrece a la sociedad y el bienestar humano en todo el mundo. Tanto aquellas contribuciones materiales e inmateriales como aquellas que regulan el funcionamiento de los ecosistemas.</p>
<p>El documento, que hemos elaborado para la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), auspiciada por Naciones Unidas, se ha basado en el desempeño voluntario de cientos de científicos de más de 50 países. Hemos analizado alrededor de 15 000 estudios publicados desde 1970 y hemos tenido en cuenta el conocimiento de comunidades locales e indígenas, que siguen custodiando gran parte de la biodiversidad global. </p>
<p>Si bien el enorme eco mediático que ha tenido el aumento de la tasa de extinción de las especies es positivo, en cierta medida ha dejado semisepultados otros mensajes, quizás aun más importantes. Estos son los relativos a las razones socioeconómicas que subyacen agazapadas a esta crisis socioecológica y a las soluciones de carácter estructural necesarias para hacerle frente. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/275603/original/file-20190521-23848-1se19no.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/275603/original/file-20190521-23848-1se19no.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/275603/original/file-20190521-23848-1se19no.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=296&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/275603/original/file-20190521-23848-1se19no.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=296&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/275603/original/file-20190521-23848-1se19no.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=296&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/275603/original/file-20190521-23848-1se19no.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=373&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/275603/original/file-20190521-23848-1se19no.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=373&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/275603/original/file-20190521-23848-1se19no.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=373&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Figura 1. Una gran proporción de las especies evaluadas están amenazadas y las tendencias generales están deteriorándose.</span>
<span class="attribution"><span class="source">IPBES</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El papel de la economía</h2>
<p>Los resultados del informe han puesto de relieve que la crisis climática es la punta del iceberg de una crisis socioecológica estructural en la cual la degradación de la naturaleza y la afectación a las contribuciones que esta genera para el bienestar social están íntimamente ligadas a una fe ciega en el crecimiento económico como base del desarrollo, las reglas y normas institucionalizadas que favorecen este paradigma de desarrollo y las políticas económicas que lo sustentan. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/275604/original/file-20190521-23845-1rb29nv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/275604/original/file-20190521-23845-1rb29nv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/275604/original/file-20190521-23845-1rb29nv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=488&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/275604/original/file-20190521-23845-1rb29nv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=488&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/275604/original/file-20190521-23845-1rb29nv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=488&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/275604/original/file-20190521-23845-1rb29nv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=613&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/275604/original/file-20190521-23845-1rb29nv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=613&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/275604/original/file-20190521-23845-1rb29nv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=613&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Figura 2. Sendas de crecimiento desde 1970 para varios indicadores sobre interacción entre sociedad y medio ambiente a nivel global.</span>
<span class="attribution"><span class="source">IPBES</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Las mismas razones que han llevado a que en las últimas cinco décadas <a href="https://theconversation.com/7-500-millones-y-aumentando-cuantas-personas-puede-soportar-la-tierra-100493">la población mundial se haya multiplicado por dos</a>, la economía mundial medida por su producto interior bruto se haya multiplicado por cuatro y el comercio internacional por diez. Así, los indicadores sobre interacción entre sociedad y medio ambiente a nivel global que hemos considerado muestran un crecimiento significativo de la economía global y sus impactos sobre la naturaleza con diferencias a nivel regional (Figura 2).</p>
<p>Estas últimas cinco décadas, por tanto, han supuesto una gran presión sobre la naturaleza debido a un incremento muy significativo de la demanda de energía y materiales. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/275605/original/file-20190521-23835-12m0p2q.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/275605/original/file-20190521-23835-12m0p2q.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/275605/original/file-20190521-23835-12m0p2q.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=373&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/275605/original/file-20190521-23835-12m0p2q.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=373&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/275605/original/file-20190521-23835-12m0p2q.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=373&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/275605/original/file-20190521-23835-12m0p2q.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=468&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/275605/original/file-20190521-23835-12m0p2q.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=468&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/275605/original/file-20190521-23835-12m0p2q.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=468&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Figura 3. Las fuerzas motrices directas e indirectas (subyacentes) responsables de la degradación de la naturaleza a nivel global.</span>
<span class="attribution"><span class="source">IPBES</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>A su vez, los incentivos económicos han favorecido el crecimiento de la actividad económica en perjuicio del seguro de vida del planeta, la biodiversidad. </p>
<p>Es paradójico que el desarrollo económico de corto plazo requiera dilapidar el capital natural que sustenta el bienestar de la sociedad a largo plazo. Algo estamos haciendo mal. En este sentido, el informe subraya que es necesario tener en consideración los múltiples valores de las funciones de los ecosistemas y de las contribuciones de la naturaleza al bienestar social, más allá de los valores económicos cortoplacistas (Figura 3). </p>
<h2>La biodiversidad, en el punto de mira</h2>
<p>El informe de la evaluación global representa un hito que va más allá del interés científico. El hecho de que se haya aprobado por unanimidad por parte de los 132 estados miembros de IPBES avala su importancia y legitimidad política. Tal y como ocurre en el contexto de los informes del IPCC sobre la crisis climática, el último informe de IPBES ofrece una herramienta poderosa a la sociedad para conocer la situación en la que estamos y así también legitimar la presión para la búsqueda y puesta en marcha de soluciones. La falta de información ya no puede ser una excusa para quedarnos de brazos cruzados. </p>
<p>La repercusión mediática de las conclusiones del informe ha sido espectacular y ha conseguido, por primera vez, colocar el tema de la emergencia respecto a la acelerada pérdida global de la biodiversidad a la altura de la crisis climática. </p>
<p>Hasta la fecha existen más de 6 000 referencias informativas al informe en 151 países y en 45 idiomas. Si bien debemos congratularnos por este impacto, la información se ha centrado sobre todo en un titular concreto ligado a una de las conclusiones del informe: la pérdida del millón de especies.</p>
<h2>La política ante la emergencia socioecológica</h2>
<p>Los grandes partidos políticos no se han hecho eco del informe. Y esto da que pensar. ¿Será porque creen que en elecciones este es un tema que no tiene interés para los ciudadanos? El impacto mediático demostraría lo contrario. ¿O será porque el mensaje relativo a la necesidad de una transformación de modelo socioeconómico es incómodo? Los responsables políticos saben, o deberían saber, que las administraciones públicas deberían ser una de las puntas de lanza en tal necesitada transformación. </p>
<p>Como en muchos temas primordiales (en lo social y político), la inercia del pasado, mirar el mundo con lentes que podían servir hace décadas pero que ya no dejar ver o incluso distorsionan la realidad, es uno de los grandes frenos para la necesaria transformación. Es por esto que debemos de entender que la política, en mayúscula, la hacemos todos y todas, todos los días. Cada vez que compramos alimentos, cada vez que usamos el transporte hacemos política. En cada decisión de consumo y de producción hacemos política. También es política compartir y utilizar los resultados del informe de IPBES como palanca transformadora. </p>
<p>La ciudadanía debe empoderarse mediante el conocimiento de lo que estamos haciendo al planeta, sobre todo para saber que el actual modelo de desarrollo no funciona y que las soluciones estructurales son necesarias para poder vivir en armonía con la naturaleza. Los cambios estructurales, como en la lucha por los derechos de los trabajadores y las mujeres, no se regalan. Existen intereses poderosos que no desean la transformación socioecológica. La palabra cambio ya se ha desnaturalizado. Debemos exigir derechos para una naturaleza que está siendo vilipendiada para proteger los intereses económicos de unos pocos. </p>
<p>Hay que presionar a gobiernos, partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales en favor de una economía ecológica que contribuya al bienestar humano sin erosionar la base de la vida: la biodiversidad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/117486/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Unai Pascual no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La crisis de biodiversidad mundial que vivimos esconde una emergencia socioecológica consecuencia de un modelo de desarrollo basado en el crecimiento económico y las políticas que lo sustentan.Unai Pascual, Investigador Profesor Ikerbasque, BC3 - Basque Centre for Climate ChangeLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1110252019-03-14T20:40:13Z2019-03-14T20:40:13Z¿Hay una mayoría silenciosa a favor de la sostenibilidad frente al crecimiento económico?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/259005/original/file-20190214-1754-7zu4fl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3500%2C2625&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/woman-shows-direction-crowd-3d-illustration-535148437">Photobank Gallery / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El crecimiento económico es un objetivo importante para cualquiera de los principales partidos políticos tanto en España como en otros países. Sin embargo, dado que el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y otros problemas ambientales son una realidad, parte de la comunidad científica y de los movimientos activistas cuestionan que ese crecimiento sea compatible con la sostenibilidad.</p>
<p>En su lugar, defienden un <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Post-growth">poscrecimiento</a>, un <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Decrecimiento">decrecimiento</a> u otras alternativas. Con algunas excepciones, como la <a href="https://www.postgrowth2018.eu/">conferencia Poscrecimiento</a> organizada por la UE el año pasado, apenas hay debate político al respecto. Una de las posibles razones por las que este debate no está tan presente es que tanto desde la esfera política como desde la ciudadanía se podría estar sobrestimando el apoyo público al crecimiento económico.</p>
<p>En vista de que prácticamente todos los partidos políticos, así como la mayoría de los medios de comunicación, adoptan una postura acrítica hacia el crecimiento económico, es difícil pensar que exista un apoyo público para un movimiento más allá del crecimiento.</p>
<p>El economista británico <a href="https://timjackson.org.uk/about/">Tim Jackson</a>, experto en desarrollo sostenible, escribe en su libro <em>Prosperidad sin crecimiento</em>: </p>
<blockquote>
<p>“Cuestionar el crecimiento se considera el acto de lunáticos, idealistas y revolucionarios”. </p>
</blockquote>
<p>Implícitamente, transmite que es un tema indiscutible en la sociedad. Sin embargo, investigaciones recientes sobre la opinión pública sugieren lo contrario. Y eso es lo que pretendo reflejar en este artículo.</p>
<p>Tener una percepción correcta de lo que otros piensan importa porque puede tener consecuencias. Por ejemplo, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S027249441630038X">la ciudadanía tiende a sobrestimar la cantidad de personas que son escépticas sobre el cambio climático</a>. Esto hace que sea menos probable que hablen sobre el tema con su entorno.</p>
<p>Del mismo modo, se suele sobrevalorar el apoyo público para un crecimiento económico a cualquier coste. Esto se aplica a la ciudadanía, pero también a la esfera política, que puede no estar adecuadamente informada acerca de las actitudes del electorado, especialmente cuando las encuestas rara vez se realizan sobre asuntos que relacionen crecimiento con medio ambiente. Si los políticos piensan que sus votantes castigarán un discurso o medidas concretas incompatibles con el dogma del crecimiento es poco probable que inviertan políticamente en él.</p>
<h2>Solo grupos minoritarios prefieren el crecimiento</h2>
<p>Entonces, ¿qué sabemos de la actitud de las personas en este sentido? La forma más sencilla de averiguarlo es hacer una pregunta dicotómica que plantee si se prefiere priorizar el crecimiento económico a costa de la protección del medio ambiente o viceversa.</p>
<p><a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S092180091730472X">Los datos de diferentes encuestas</a> muestran que, en varios países europeos, son más numerosos los individuos que prefieren la protección del medio ambiente al crecimiento económico. </p>
<p>Por ejemplo, en <a href="http://europeanelectionstudies.net/european-election-studies/ees-2014-study/voter-study-2014/">una encuesta europea de 2014</a>, casi el 60% de la ciudadanía española se inclinó hacia el medio ambiente cuando se le pidió que eligiera en una escala de 0 (la protección del medio ambiente siempre debería tener prioridad) hasta 10 (el crecimiento económico siempre debería tener prioridad), como se puede ver en el siguiente gráfico:</p>
<p>Sin embargo, se ha de tener en cuenta que en las encuestas se usan diferentes metodologías, lo que implica que los resultados y la interpretación de los mismos varían. </p>
<h2>Diversidad en la opinión pública</h2>
<p>Las posturas respecto al crecimiento económico van más allá de estar a favor o en contra, es decir, son multidimensionales. En un <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0959378016300371">estudio de opinión pública</a> de 2016, a una muestra representativa de 1004 participantes españoles se le hizo numerosas preguntas sobre el crecimiento económico.</p>
<p>Un paso clave fue analizar cómo las respuestas a diferentes cuestiones estaban relacionadas. Por ejemplo, las personas que se mostraban en desacuerdo con la frase “el crecimiento es necesario para crear empleo” también solían discrepar con la afirmación “el crecimiento es esencial para mejorar la satisfacción con la vida”.</p>
<p>Pero no ocurría igual en otros casos. Según los datos, pensar que el crecimiento favorece el empleo no parecía estar muy relacionado con creer que “el crecimiento siempre daña el medio ambiente” o que “los políticos están demasiado preocupados por el crecimiento”.</p>
<p>Estos resultados demuestran que la actitud de los ciudadanos tiene muchas dimensiones que pueden combinarse de diferentes maneras. Por ejemplo, una persona puede ver los beneficios del crecimiento en el plano económico y, al mismo tiempo, admitir que existe un problema ambiental o que los objetivos políticos deberían priorizar otras cosas por delante del crecimiento. Pocos encuestados tenían puntos de vista totalmente positivos o negativos. </p>
<p>Otro <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0921800918313685?dgcid=coauthor#f0025">estudio reciente</a> (2019) sugiere que la opinión pública no se divide en solo dos grupos, uno mayoritario procrecimiento y otro minoritario anticrecimiento. Utilizando la muestra anterior, el objetivo era identificar segmentos de población con puntos de vista similares sobre el crecimiento económico.</p>
<p>En base a las respuestas a 16 preguntas, el estudio identificó cuatro grupos, que se pueden clasificar de la siguiente manera según sus opiniones sobre el crecimiento económico y que tuvieron las siguientes distribuciones en la población: procrecimiento (29%), acrecimiento (43%), decrecimiento (18%) y ambigua (10%).</p>
<p>El pequeño grupo caracterizado por la ambigüedad está formado por personas que casi siempre eligen como opción la respuesta “ni de acuerdo ni en desacuerdo” a todas las preguntas.</p>
<p>¿En qué se distinguen los otros tres grupos principales? Primero, si se consideran las 16 preguntas juntas, se puede decir que el grupo identificado como acrecimiento está más cercano al de procrecimiento que al de decrecimiento. Segundo, el procrecimiento y el acrecimiento se diferencian en que el primero está más convencido de que el crecimiento económico es necesario para proteger el medio ambiente o crear empleos.</p>
<p>En último lugar, la principal diferencia entre el grupo decrecimiento y los otros dos grupos es que el primero está en desacuerdo con que el crecimiento sea necesario para la protección del medio ambiente o para mejorar la satisfacción con la vida. Opinan que el pleno empleo y un “buen vivir” pueden lograrse sin crecimiento.</p>
<h2>Conclusiones</h2>
<p>Si un individuo prioriza el medio ambiente sobre el crecimiento económico no significa que sea activo en acciones proambientales, ya que esto se relaciona con muchos <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/13504620220145401">otros factores</a>. Sin embargo, una actitud escéptica o ambigua hacia el crecimiento sugiere que una persona estaría, probablemente, abierta a tener un debate crítico sobre las dimensiones ambientales o sociales de este problema.</p>
<p>Saber que solo grupos minoritarios parecen mostrar un apoyo inequívoco al crecimiento y las mayorías muestran puntos de vista más bien mixtos o ambiguos puede facilitar tener esta conversación tan necesaria.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/111025/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Stefan Drews no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Tanto políticos como ciudadanos podrían estar sobreestimando el apoyo social al crecimiento económico frente a otros modelos más sostenibles.Stefan Drews, Postdoctoral researcher, Universitat Autònoma de BarcelonaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1063782018-11-05T22:42:00Z2018-11-05T22:42:00ZRusia, Canadá, Australia, EE UU y Brasil: el futuro del 70% de los espacios vírgenes del planeta depende de ellos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/243986/original/file-20181105-74754-gklure.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C0%2C3185%2C1796&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Montañas de Alaska, EE UU, uno de los países con más espacios naturales vírgenes.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/comjArgHF4Y">Unsplash / Chad Peltola</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>Según el nuevo mapa mundial de la naturaleza que acabamos de <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-018-07183-6">publicar en Nature</a>, el 94% de los espacios naturales que quedan se encuentra en tan solo 20 países, sin incluir altamar y la Antártida. </p>
<p>Hace un siglo, los espacios naturales se extendían por casi todo el planeta. Hoy en día, solo un 23% de la superficie –al margen de la Antártida– y un 13% de los océanos están exentos de los efectos perjudiciales de la actividad humana.</p>
<p>Más del 70% de los espacios naturales se encuentran en tan solo cinco países: Australia, Rusia, Canadá, Estados Unidos (Alaska) y Brasil.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/243402/original/file-20181101-173902-1xqqmg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/243402/original/file-20181101-173902-1xqqmg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/243402/original/file-20181101-173902-1xqqmg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=298&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/243402/original/file-20181101-173902-1xqqmg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=298&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/243402/original/file-20181101-173902-1xqqmg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=298&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/243402/original/file-20181101-173902-1xqqmg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=375&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/243402/original/file-20181101-173902-1xqqmg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=375&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/243402/original/file-20181101-173902-1xqqmg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=375&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los restos de naturaleza virgen. Los mares salvajes en azul; la superficie terrestre natural en verde.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Watson et al. 2018</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Aún podemos salvar la naturaleza. Pero dependerá de los pasos que den (o no) estos “países supernaturales” para asegurar el futuro de los últimos espacios vírgenes de la Tierra.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/243401/original/file-20181101-173884-1ai76gk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/243401/original/file-20181101-173884-1ai76gk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/243401/original/file-20181101-173884-1ai76gk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=455&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/243401/original/file-20181101-173884-1ai76gk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=455&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/243401/original/file-20181101-173884-1ai76gk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=455&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/243401/original/file-20181101-173884-1ai76gk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=571&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/243401/original/file-20181101-173884-1ai76gk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=571&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/243401/original/file-20181101-173884-1ai76gk.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=571&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los ‘países supernaturales’. Tierras y mares vírgenes por países en millones de kilómetros cuadrados.</span>
<span class="attribution"><span class="source">James Allan</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Los espacios naturales son vastas extensiones de tierra y mar indómitas e inalteradas. Estén donde estén, desde la selva de las tierras bajas de Papúa Nueva Guinea, los altos bosques de la taiga del Ártico Ruso o los vastos desiertos del interior de Australia, hasta áreas del Pacífico, el Antártico y el Índico, estas zonas son las últimas fortalezas para las especies en peligro de extinción y ejercen funciones vitales para el planeta, como almacenar carbono, minimizando los efectos del cambio climático. En muchos espacios naturales, los indígenas, que son a menudo los más marginados política y económicamente, dependen de ellos por sus modos de vida y sus culturas.</p>
<p>Sin embargo, pese a ser importantes y a estar tan amenazados, la política medioambiental internacional pasa por alto los espacios naturales y sus valores. En la mayoría de los países, la naturaleza no ha sido formalmente definida, cartografiada, ni protegida. Lo que significa que no hay nada que obligue a rendir cuentas sobre la conservación de los espacios naturales a los gobiernos, a las industrias y a las sociedades locales.</p>
<h2>Más allá de las fronteras</h2>
<p>Casi dos tercios de los espacios naturales marinos se encuentran en aguas internacionales, fuera del control inmediato de los países. Esto, efectivamente, lo convierte en un Salvaje Oeste marino, donde las flotas pesqueras tienen barra libre. Hay ciertas leyes que regulan la pesca en esas zonas, pero no hay ningún acuerdo vinculante para la conservación en altamar, aunque <a href="https://www.un.org/press/en/2018/sea2086.doc.htm">Naciones Unidas está negociando dicho tratado</a>. Es crucial que se garantice que la naturaleza marina no se pueda explotar.</p>
<p>Y no podemos olvidarnos de la Antártida, que es el mayor espacio natural de la Tierra y uno de los últimos lugares del planeta en cuyas extensas regiones el ser humano no ha puesto el pie. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/243408/original/file-20181101-173887-31cpf9.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/243408/original/file-20181101-173887-31cpf9.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/243408/original/file-20181101-173887-31cpf9.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/243408/original/file-20181101-173887-31cpf9.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/243408/original/file-20181101-173887-31cpf9.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/243408/original/file-20181101-173887-31cpf9.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/243408/original/file-20181101-173887-31cpf9.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/243408/original/file-20181101-173887-31cpf9.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">La Antártida, el continente (casi) intacto.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Aunque el aislamiento y el clima extremo de la Antártida han ayudado a protegerla de la degradación que han sufrido otros lugares, el cambio climático, la actividad humana, la contaminación y las especies invasivas amenazan cada vez más la fauna y los espacios naturales del continente.</p>
<p>Los firmantes del <a href="https://ats.aq/e/ats_keydocs.htm">Tratado Antártico</a> deben cumplir con sus compromisos para ayudar a reducir el impacto humano. Hay que reducir urgentemente las emisiones globales de carbono antes de que sea demasiado tarde.</p>
<p><em><strong>Nota del editor:</strong> Las noticias no son halagüeñas. El pasado 2 de noviembre, la Comisión del Océano Antártico (<a href="https://www.ccamlr.org/es/organisation/pagina-de-inicio">CCAMLR</a>, según sus siglas en inglés) no llegó a un acuerdo para crear un área protegida en la Antártida de 1,8 millones de kilómetros cuadrados. <a href="https://elpais.com/sociedad/2018/11/02/actualidad/1541166822_491341.html">China, Rusia y Noruega rechazaron la creación de esta gran reserva</a>.</em></p>
<p>Nuestro mapa muestra los pocos espacios naturales que quedan y cuánto se ha perdido en las últimas décadas. Cuesta creerlo, pero entre 1993 y 2009 se perdió la impactante cantidad de 3,3 millones de kilómetros cuadrados de espacios naturales terrestres, una superficie mayor que la India, debido a los asentamientos humanos, la agricultura, la minería y otras actividades. </p>
<p>En el océano, las únicas regiones libres de pesca industrial, contaminación y barcos son los polos y los remotos estados insulares del Pacífico.</p>
<h2>Salvando la naturaleza</h2>
<p>Casi todos los países han firmado acuerdos medioambientales internacionales encaminados a acabar con la crisis de biodiversidad, así como con el peligroso cambio climático. Los acuerdos también pretenden alcanzar los objetivos mundiales de desarrollo sostenible.</p>
<p>En la <a href="https://www.cbd.int/conferences/2018">Cumbre de la Biodiversidad (COP14)</a> que tendrá lugar entre el 13 y el 27 de noviembre de 2018 en la ciudad egipcia de Sharm el Sheikh, los 196 países firmantes del <a href="https://www.cbd.int/convention/">Convenio sobre la Biodiversidad </a>trabajarán con los científicos para desarrollar un plan estratégico de conservación más allá de 2020. Es una oportunidad única para que todas las naciones reconozcan que los espacios naturales están desapareciendo y para exigir su conservación.</p>
<p>Preservar el 100% de los espacios naturales que quedan es posible, aunque requeriría evitar que actividades industriales como la minería, la explotación forestal y la pesca se expandieran a nuevas zonas. Pero si los países se comprometen expresamente con este objetivo, a los gobiernos y a las organizaciones no gubernamentales les sería más fácil obtener financiación y aplicar las medidas pertinentes en los países en vías de desarrollo.</p>
<p>De forma similar, las funciones de los espacios salvajes a la hora de protegernos del cambio climático, como, por ejemplo, almacenar enormes cantidades de carbono, también se podrían documentar debidamente en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático <a href="https://unfccc.int/es">(CMNUCC)</a>, cuya <a href="https://unfccc.int/es/katowice">conferencia anual</a> tendrá lugar a primeros de diciembre en Polonia. Esto incentivaría a los países a centrar sus estrategias en la protección de los espacios naturales. </p>
<p>Los herramientas como <a href="https://redd.unfccc.int">REDD+</a>, que permite que los países en vías de desarrollo puedan reclamar una indemnización por conservar los bosques tropicales que iban a destruir, se podría extender a otras áreas naturales ricas en carbono, como las praderas marinas vírgenes. También a los espacios naturales de países ricos que no reciben ayuda para la lucha contra el cambio climático, como la tundra canadiense. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/243394/original/file-20181101-173890-ksm1n1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/243394/original/file-20181101-173890-ksm1n1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/243394/original/file-20181101-173890-ksm1n1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/243394/original/file-20181101-173890-ksm1n1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/243394/original/file-20181101-173890-ksm1n1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/243394/original/file-20181101-173890-ksm1n1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/243394/original/file-20181101-173890-ksm1n1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/243394/original/file-20181101-173890-ksm1n1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=504&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">El Bosque Boreal/Taiga contiene un tercio del carbono terrestre del mundo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Keith Williams</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Los países tienen muchas oportunidades, mediante la legislación y con recompensas por buena conducta, para evitar la expansión de las carreteras y rutas marítimas, y para imponer límites al desarrollo a gran escala y a la pesca industrial en áreas naturales. También pueden establecer áreas protegidas para frenar la expansión de la actividad industrial hacia los espacios naturales. </p>
<p>Se deben adoptar nuevos enfoques, y el sector privado debe colaborar con los gobiernos para que la industria proteja los espacios naturales en lugar de dañarlos. La clave será la financiación y los criterios de funcionamiento para organizaciones como el Banco Mundial y su <a href="https://www.ifc.org/wps/wcm/connect/multilingual_ext_content/ifc_external_corporate_site/home_es">Corporación Financiera Internacional</a> y los bancos regionales de desarrollo.</p>
<p>Nuestro planeta no solo se enfrenta a una crisis por la extinción de especies, sino también por la desaparición de los espacios naturales. Una vez se hayan perdido, nunca volverán. Puede que esta sea nuestra última oportunidad para salvar lo que queda. Y no podemos desperdiciarla.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/106378/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>James Watson recibe financiación del Australian Research Council y el National Environmental Science Program. Dirige la Science and Research Initiative de la Wildlife Conservation Society.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Kendall Jones es miembro de la Wildlife Conservation Society.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>James Allan y Jasmine Lee no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Más de dos tercios de las áreas vírgenes que quedan en el planeta están en manos de sólo cinco países, según un nuevo mapa mundial. En necesario un esfuerzo de conservación unánime para salvar los últimos espacios salvajes de la Tierra.James Allan, Postdoctoral research fellow, School of Biological Sciences, The University of QueenslandJames Watson, Professor, The University of QueenslandJasmine Lee, PhD candidate, biodiversity conservation and climate change, The University of QueenslandKendall Jones, PhD candidate, Geography, Planning and Environmental Management, The University of QueenslandLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1016162018-08-16T23:40:41Z2018-08-16T23:40:41ZManual de buenas costumbres para ir al retrete como un turista ejemplar<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/232377/original/file-20180816-2897-1xo6866.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C8%2C5973%2C3979&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/banos-bathroom-sign-on-trail-el-1115647649?src=N7S7PdFP4e3nuOJnT5sPkg-1-14"> Jeremy Christensen / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Si bien la mayoría de los turistas buscan experiencias culinarias o un buen clima a la hora de elegir el destino, unos sanitarios “practicables” en los aseos también son importantes para la gran mayoría de los viajeros.</p>
<p>Puede que crea que preferir una taza de WC en lugar de otra es una cuestión de comodidad, pero es bueno que sepa que el asunto tiene un gran impacto sobre la población local y el medio ambiente. De hecho, muchos de los problemas relacionados con el turismo tienen que ver con el inodoro.</p>
<p>Los estudios científicos revelan que en algunas regiones del mundo, más del <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0261517711000793">40% del agua</a> es consumida por los turistas. Los viajeros tienden a tirar de la cadena del WC<a href="https://www.tourismconcern.org.uk/wp-content/uploads/2014/09/Unit2-Resource-A-1.pdf"> muchas más veces </a>que los habitantes locales. Este uso excesivo del agua dulce para los aseos de los turistas priva a los habitantes de un recurso escaso y esencial para beber, lavar y cocinar.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/207106/original/file-20180220-116360-1g3sdxp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">No tema.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/old-style-japan-toilet-415484425?src=dQP67N10AKsBsw_E8TjrIg-1-3">Heemsuhree/Shutterstock</a></span>
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<p>El creciente número de turistas acarrea graves repercusiones medioambientales. Los sistemas locales de alcantarillado a menudo tienen dificultades para gestionar la afluencia de desechos orgánicos provocado por la llegada de los viajeros. Muchas islas pequeñas con una infraestructura rudimentaria, <a href="https://www.researchgate.net/profile/Michelle_Mycoo/publication/249023794_Sustainable_Tourism_Using_Regulations_Market_Mechanisms_and_Green_Certification_A_Case_Study_of_Barbados/links/5591255108aed6ec4bf69627.pdf">como Barbados</a>, no tienen más remedio que verter las aguas residuales sin tratar directamente al mar, poniendo en peligro vastas extensiones de los arrecifes de coral del Caribe.</p>
<p>Esta inundación defecatoria también amenaza las escasas reservas de agua. En Ciudad del Cabo, por ejemplo, los hoteles se han visto obligados a <a href="http://www.independent.co.uk/travel/news-and-advice/cape-town-drought-water-shortage-luxury-five-star-hotels-day-zero-laundry-showers-toilet-flush-pool-a8191966.html">racionar el consumo </a>de sus clientes debido a la sequía que sufre la región. En Bali, el <a href="http://www.idepfoundation.org/en/bwp/summary">rápido agotamiento de los recursos hídricos</a> está ligado a un fuerte aumento de la demanda turística.</p>
<h2>Complejo de superioridad en el WC</h2>
<p>Estos riesgos económicos y ambientales a menudo tienen su origen en un equivocado sentido de superioridad cultural que nos acompaña hasta el baño. Internet está <a href="https://thetravelmanuel.com/why-malaysia-has-the-worst-toilets-in-the-world/">atestada de historias de terror de viajeros</a> sobre sus experiencias en el cuarto de baño, escritas con muy poca sensibilidad hacia la realidad social de sus lugares de destino y que revelan un escaso compromiso cívico.</p>
<p>Los que tienen la suerte de viajar deberían tener en cuenta esta importante cifra: según los cálculos de las Naciones Unidas (2017), el <a href="http://www.unwater.org/new-publication-whounicef-joint-monitoring-programme-2017-report/">61% de la población mundial</a> -unos 4.500 millones de personas- no tiene acceso a letrinas salubres para la eliminación de desechos.</p>
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<p>Tal vez habría que recordar que los hábitos de los países ricos dentro del cuarto de baño están lejos de ser perfectos. Por ejemplo, <a href="https://www.theguardian.com/lifeandstyle/2015/may/18/truth-about-poo-doing-it-wrong-giulia-enders-squatting">defecar en cuclillas</a> en lugar de sentado en la taza es más beneficioso para el colon. O bien: en lugar de mirar hacia otro lado, echar un vistazo a los excrementos antes de tirar de la cadena puede ser un valioso control sobre nuestro <a href="https://www.cnwl.nhs.uk/wp-content/uploads/Healthy_Bowel-_Patient_Information_leaflet.pdf">estado de salud</a>.</p>
<p>Existen diferentes soluciones de saneamiento adecuadas para cada situación. El <a href="http://www.worldbank.org/en/news/feature/2017/11/17/world-toilet-day-2017">Banco Mundial</a> y el <a href="https://www.worldwildlife.org/magazine/issues/fall-2016/articles/sustainable-toilets-and-their-role-in-freshwater-conservation">Fondo Mundial para la Naturaleza</a> (WWF) han trabajado para promover innovaciones en materia de inodoros en todo el mundo, desafiando los prejuicios sobre el tema en aras a contribuir a un desarrollo sostenible.</p>
<p>Por ejemplo, los <a href="http://www.worldbank.org/en/news/feature/2017/11/17/world-toilet-day-2017">retretes desviadores de orina en Bolivia</a> son el eslabón esencial de una cadena que transforma los desechos en fertilizantes para los cultivos. La Universidad de Cranfield (Reino Unido) está desarrollando <a href="http://www.nanomembranetoilet.org/">inodoros <em>nano membrana</em></a>, que convierten las heces y la orina en agua limpia y energía, sin usar electricidad o agua externa.</p>
<h2>Baños de compost y urinarios sin agua</h2>
<p>Algunos destinos turísticos occidentales ya están reconsiderando su “política” de inodoros. Los baños de compost instalados en varias reservas naturales escocesas han sido <a href="https://www.fvl.org.uk/files/2314/5933/7417/Eco-loo_Case_Studies.pdf">acogidos con éxito entre sus visitantes</a>. El Zoológico de Melbourne, entre otros, ha dotado de <a href="https://www.zoo.org.au/about-us/vision-and-mission/environmental-sustainability/saving-water">medidas de conservación y reciclaje </a>de agua en sus baños, incluyendo urinarios sin agua. El uso cada vez mayor de estas prácticas, alentado por las autoridades y las empresas, contribuirá sin duda a cambiar el comportamiento de los turistas cuando viajen lejos.</p>
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<p>Hay cambios sencillos que los viajeros pueden adoptar cuando van al baño y que tendrán un impacto positivo sobre el medio ambiente y el entorno local, incluso pueden hacer que la experiencia de sus vacaciones sea más enriquecedora. </p>
<p>Hay que recordar que los diferentes entornos ecológicos implican diferentes estilos de ir al baño. </p>
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<li><p>Evite siempre tirar toallitas y otros desechos no biodegradables al inodoro. </p></li>
<li><p>En zonas de sequía, tenga cuidado con el uso del agua. No exija a los habitantes locales lo que no tienen. </p></li>
<li><p>Limite la duración de sus duchas, cierre el grifo mientras se cepilla los dientes </p></li>
<li><p>Y <a href="http://www.independent.co.uk/travel/news-and-advice/cape-town-drought-water-shortage-luxury-five-star-hotels-day-zero-laundry-showers-toilet-flush-pool-a8191966.html">no tire de la cadena solo por un pis</a>. </p></li>
</ol>
<p>Gestos como éstos beneficiarían mucho a los habitantes de destinos turísticos en los países en desarrollo. </p>
<p>Apoye a los pequeños establecimientos: puede que sus inodoros no brillen, pero la experiencia podría ser más que memorable. Recordemos aquí que el turismo de lujo en los países en desarrollo<a href="https://theconversation.com/is-it-ethical-to-take-a-luxury-holiday-in-a-developing-country-80984"> rara vez beneficia a los necesitados</a>.</p>
<h2>Un museo de retretes</h2>
<p>Por último, alimente su sentido de la aventura. Si quiere vivir como un local, defeque como un local. Empaquete su desinfectante de manos y el papel higiénico de repuesto y sumérjase en la cultura local. Hay numerosas atracciones turísticas sobre el asunto del baño que merecen una visita, como por el <a href="https://www.theguardian.com/world/2012/nov/09/south-korea-toilet-theme-park">Museo Haewoojae</a> en Corea del Sur, dedicado por entero a los retretes.</p>
<p>No deberíamos esperar que todos los inodoros fueran como los nuestros. Si explorar otras formas de vida y ampliar nuestros horizontes es la esencia del turismo, por el bien del medio ambiente, ya es hora de que nos volvamos más abiertos y aventureros con nuestro aseo cuando viajamos. Así que si viaja a Roma, límpiese como lo hacían los romanos… <a href="https://www.theatlantic.com/health/archive/2016/01/ancient-roman-toilets-gross/423072/">¡con un palo con una esponja húmeda en un extremo!</a></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/101616/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Brendan Canavan no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Viajar implica aventura y tolerancia: abrirse a las costumbres y hábitos locales sin prejuicios. También al ir al baño. Sólo así el turismo dejará de ser una plaga y será una actividad sostenible.Brendan Canavan, Senior Lecturer in Marketing, University of HuddersfieldLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.