tag:theconversation.com,2011:/us/topics/desperdicio-alimentario-80336/articlesdesperdicio alimentario – The Conversation2023-12-11T20:25:18Ztag:theconversation.com,2011:article/2195702023-12-11T20:25:18Z2023-12-11T20:25:18ZLas ratas son más humanas de lo que parece, y les gusta estar con nosotros<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/564605/original/file-20231127-29-v6hvrg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C14%2C2488%2C1646&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/two-cute-curious-brown-rats-looking-295110965">Gallinago_media/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Las ratas tienen una desafortunada tendencia a habitar donde vive la gente. Así es como un biólogo intentó explicar el odio de la gente hacia estos roedores en un <a href="https://www.svt.se/nyheter/lokalt/skane/tre-fragor-om-darfor-gnager-rattorna-sonder-din-bil">reportaje televisivo sobre ratas</a> royendo cables eléctricos en coches aparcados en la ciudad de Malmö, al sur de Suecia. </p>
<p>La rata parda, <em>Rattus norvegicus</em>, es una de las especies mejor adaptadas a la sociedad moderna. Estos animales han seguido a los humanos por todo el mundo hasta convertirse en uno de los mamíferos más abundantes, extendiéndose desde su distribución nativa en <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8214441/">el norte de China</a> y Mongolia y llegando a Europa <a href="https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rspb.2016.1762">en el siglo XVI</a>, posiblemente incluso antes. Sin embargo, las ratas negras (<em>Rattus rattus</em>) llegaron a Europa ya en el <a href="https://www.york.ac.uk/news-and-events/news/2022/research/black-rat-europe/">siglo I a. e. C.</a>. </p>
<p>En la actualidad, casi todas las ratas pardas salvajes son <a href="https://davidrousefaicp.com/synanthropic-species-why-are-they-important-to-our-future/">sinantrópicas</a>, lo que significa que viven en estrecha asociación con los humanos, comiendo nuestras sobras y utilizando las estructuras humanas como refugio.</p>
<p>La relación entre ratas y humanos es de comensalismo, palabra derivada del término latino “commensal”, que significa “<a href="https://www.sciencedirect.com/topics/medicine-and-dentistry/commensalism#:%7E:text=Literalmente%2C%20el%20t%C3%A9rmino%20significa%20E2%80%9Comer,dos%20compa%C3%B1eros%20pueden%20sobrevivir%20independientemente.">comer en la misma mesa</a>”. </p>
<p>A lo largo de los siglos, han sido la sombra oscura de la humanidad. Las ratas han tenido un enorme impacto en la civilización humana, sobre todo por la propagación de enfermedades. Durante mucho tiempo se las ha asociado con <a href="https://archive.org/details/dictionary-of-mythology-folklore-and-symbols-vols-1-3-gertrude-jobes-1962">la suciedad, la muerte y la destrucción</a>. </p>
<p>En la Europa medieval, la gente detestaba a las ratas por su supuesta brutalidad, <a href="https://press.uchicago.edu/ucp/books/book/distributed/R/bo3616680.html">apetito sexual aparentemente ilimitado</a> y fecundidad. Se han <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0160932705000785">extendido con las guerras</a> y el imperialismo europeo a territorios colonizados en América, así como en África y Australia. <a href="http://0-blogs.biomedcentral.com.brum.beds.ac.uk/bugbitten/2014/11/10/parasites-and-diseases-in-the-trenches-of-world-war-i/">Prosperan en las trincheras</a> de <a href="https://www.businessinsider.com/rats-in-russian-trenches-front-line-add-to-disgusting-conditions-2023-10?r=US&IR=T">la guerra moderna</a> incluso hoy en día. </p>
<h2>Un animal social y empático</h2>
<p>Las ratas reales están lejos de ser las criaturas despreciables que a menudo se presentan. Varios estudios han demostrado que tienen una poderosa empatía. </p>
<p>Estos animales pueden compartir el estado emocional de otros, lo que en psicología se denomina contagio emocional. <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1364661322001115">Las investigaciones han demostrado</a> que cuando una rata ve a otra en apuros, las estructuras neuronales que se activan en el cerebro de esa rata se parecen mucho a las que se activan en los cerebros de los humanos cuando sienten empatía por el dolor ajeno. </p>
<p><a href="https://www.washingtonpost.com/national/health-science/a-new-model-of-empathy-the-rat/2011/12/08/gIQAAx0jfO_story.html">Un experimento demostró</a> que las ratas liberan a otra rata de una jaula desagradable aunque no reciban recompensa por ello. Y si después se les daban golosinas de chocolate, la rata liberada solía guardar al menos un dulce para la excautiva. </p>
<p>Este comportamiento desinteresado se debe a la compleja vida social de las ratas en grupos familiares de varias generaciones. Forman vínculos de por vida con otras ratas y comparten habilidades aprendidas socialmente, como las técnicas de búsqueda de comida, entre generaciones. Esto significa que las ratas tienen una <a href="https://elifesciences.org/articles/54020">forma de cultura</a>. </p>
<p><a href="https://www.theguardian.com/science/2023/nov/02/rats-may-have-power-imagination-research">Un estudio de 2023</a> demostró incluso que las ratas pueden imaginar lugares y cosas que no tienen delante en ese momento. En experimentos se demostró que estos roedores <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/science.adh5206">navegan en sus pensamientos por un espacio</a> que han explorado previamente. Al igual que en los estudios sobre la empatía, los investigadores lo demostraron comparando las regiones del cerebro de las ratas que se activaban con las que se activan cuando los humanos piensan en navegar por lugares que han visitado.</p>
<p>Esta capacidad de imaginar también sugiere que las ratas tienen sentido del pasado y del futuro. </p>
<h2>Vivir y morir con las ratas</h2>
<p>Teniendo esto en cuenta, las formas humanas de tratar a las ratas parecen crueles. El método químico más común para controlarlas <a href="https://www.pestprooflondon.co.uk/rat-poison/">son los anticoagulantes</a>, que provocan hemorragias internas mortales una o dos semanas después de que el animal ingiera el veneno. Como las ratas son socialmente inteligentes y precavidas, prefieren probar comida desconocida y esperar a ver si les hace enfermar a ellas o a otras ratas. </p>
<p>Es lo que se denomina <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/0168159189900373">miedo al veneno</a>. Sin embargo, con los anticoagulantes, el tiempo que transcurre entre el consumo del cebo y la muerte de la rata es tan largo que no suelen asociarlo con sus hábitos alimentarios. </p>
<p>La motivación humana para aprender sobre las ratas ha sido a menudo el deseo de matarlas. Los mayores expertos en el comportamiento de las ratas salvajes son sus exterminadores. Y sin embargo, los métodos actuales para controlar las poblaciones de estos roedores no son muy eficaces.</p>
<p>Algunas ratas han <a href="https://www.pestcontrol.basf.co.uk/Documents/Training/Anticolagulant-Resistance-in-the-UK.pdf?1647246881707">desarrollado resistencia a los venenos</a> y son capaces de comérselos y sobrevivir. Atraparlas es notoriamente difícil, y a menudo recolonizan el territorio del que han sido eliminadas.</p>
<p>La <a href="https://www.icup.org.uk/media/ntwhyvrt/icup466.pdf">urbanización global</a> probablemente sólo va a poner a los humanos en <a href="https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2112341119#:%7E:text=As%20urbanization%20has%20intensified%20globally,spaces%20(3%E2%80%935).">contacto más estrecho con las ratas</a>, y matarlas de la forma en que se hace hoy en día no es ético. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Rata asomando la cabeza por una escotilla de hierro negro/" src="https://images.theconversation.com/files/562400/original/file-20231129-21-x68ffx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/562400/original/file-20231129-21-x68ffx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/562400/original/file-20231129-21-x68ffx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/562400/original/file-20231129-21-x68ffx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/562400/original/file-20231129-21-x68ffx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/562400/original/file-20231129-21-x68ffx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/562400/original/file-20231129-21-x68ffx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Es hora de plantearse si hay formas menos violentas de convivir con las ratas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/cute-gray-rat-looking-out-hole-1148729435">TashaBubo/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En su lugar, deberíamos considerar otras estrategias, como las que explora el <a href="https://www.helsinki.fi/en/projects/urban-rats">Proyecto Rata Urbana</a> de la Universidad de Helsinki. En él, investigadores de distintas disciplinas intentan comprender mejor los conflictos entre ratas y humanos. Estudian ambas especies y sus interacciones, con la esperanza de un futuro con relaciones menos sangrientas entre humanos y ratas. </p>
<p>El proyecto ha detectado que los lugares de las zonas urbanas donde la gente da de comer a los pájaros suelen atraer también a las ratas, a las que se intenta erradicar con veneno o trampas.</p>
<p>La investigación también ha sugerido <a href="https://helda.helsinki.fi/items/36d81d1e-9d71-41e2-b694-6ae88a8b4be5">que, con un mayor conocimiento</a> sobre las ratas y su comportamiento, la gente tiende a desarrollar una actitud más positiva hacia ellas. Por tanto, es necesario conocer mejor la conducta social de las ratas salvajes. Y los humanos deben controlar su propio comportamiento para evitar conflictos con ellas. </p>
<p>Un buen punto de partida sería reducir el desperdicio de alimentos y controlar qué hacemos con las sobras. Menos roedores cerca de las fuentes de alimento humano, por ejemplo, y más conocimientos sobre su comportamiento significarían un menor riesgo de propagación de enfermedades de las ratas a los humanos, así como de los humanos a las ratas. </p>
<p>El futuro de la humanidad está con la rata, un animal social y empático. Así que es hora de que entendamos a nuestras sombras. </p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración con <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/219570/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Tobias Linné no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Es bien sabido que las ratas causan problemas a los humanos. Pero necesitamos enfocar de otra forma nuestra relación con estos roedores, que están lejos de ser unas criaturas despreciables.Tobias Linné, Assistant Professor in Media and Communication Studies, Lund UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2182622023-12-06T20:54:00Z2023-12-06T20:54:00ZLas semillas de los dátiles esconden un tesoro de compuestos saludables<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/563591/original/file-20231205-25-3zb8uc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=35%2C0%2C5946%2C3961&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/fresh-dates-palm-seed-core-2229771451">Lussin/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><blockquote>
<p>¿Alguna vez has mirado con atención la semilla de un dátil? En el Corán, Alá menciona las diversas partes de esta semilla –el ‘qiṭmīr’, el ‘fatīl’ y el ‘naqīr’– para ilustrar sus áreas más energéticas. La próxima vez que rompas el ayuno de Ramadán comiendo dátiles, no tires el hueso apresuradamente. Míralo bien, recuerda las suras que lo mencionan, y la pequeña semilla sostenida entre tus dedos te ayudará a tener una sensación de tranquilidad y devoción que solo puede surgir tras reflexionar sobre los versos del Corán. </p>
</blockquote>
<p>Este <a href="https://ourramadanblog.wordpress.com/tag/date-pit">consejo místico</a>, con el que se alecciona a los practicantes musulmanes a meditar en torno a la humilde semilla (o “hueso”, coloquialmente hablando) del dátil, nos hace reparar en el valor intrínseco de tantos residuos alimentarios que descartamos a diario sin considerar su potencial valor nutricional y terapéutico. </p>
<p>Aprovecharlos y transformarlos adecuadamente no solo contribuiría a la sostenibilidad ambiental, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0306919210001132?casa_token=vA33Oy76_vQAAAAA:GyFkcWaTIFUeefiO4nLj-QfHn-oQQ1evPLUusGLQ95EeFEYsL-1dXzbmjjwSSkfUOz7MSDkmwYo">reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación del agua</a>, sino que también podría generar sustanciales ingresos <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s12649-021-01467-1">a agricultores y empresas agroalimentarias</a>.</p>
<p>Sabemos que muchos subproductos alimentarios contienen nutrientes valiosos y compuestos bioactivos que <a href="https://www.mdpi.com/2077-0472/13/8/1559">pueden ser recuperados para su uso en la alimentación animal o incluso humana</a>. Y este es precisamente el caso de la semilla de palma datilera, un recurso excepcional en cuanto a sus potenciales aplicaciones.</p>
<h2>Un amplio abanico de usos tradicionales</h2>
<p>En su zona de origen, <a href="https://www.herbazest.com/es/hierbas/datiles#:%7E:text=Las%20semillas%20de%20d%C3%A1til%20se,son%20alimento%20para%20el%20pollo">estas semillas se han usado</a> como forraje para alimentar animales de granja (camellos, caballos, ovejas y cabras). Para ello, se sumergen en agua antes de ser utilizadas. </p>
<p>También les han encontrado no pocas utilidades como materia prima. Junto con otras partes de la palma datilera, constituyen un apreciado combustible casero, y combinadas con subproductos de maíz, se emplean en el norte de África para fabricar tableros aislantes. Su aceite, de color amarillo verdoso, es aprovechado para elaborar jabones y productos cosméticos.</p>
<p>Y por si fuera poco, tras ser secadas, tostadas y molidas, con el polvo resultante se elabora un <a href="https://jpacr.ub.ac.id/index.php/jpacr/article/view/475">producto similar al café</a>, pero libre de cafeína y muy aromático.</p>
<h2>Cóctel de nutrientes</h2>
<p>Al margen de estos usos tradicionales, estas semillas se han revelado como una fuente valiosa de nutrientes que podrían aportar beneficios significativos para la salud humana. Aunque consumidas en menor medida que la pulpa, son una excelente fuente de energía debido a su significativo contenido de grasas “buenas”, proteínas y carbohidratos complejos.</p>
<p>Vayamos por partes. En primer lugar, su grasa –si bien constituye una pequeña proporción del peso total– es de naturaleza saludable. Los ácidos grasos más abundantes contenidos en las semillas de dátil <a href="https://www.mdpi.com/2223-7747/12/2/226">pertenecen al grupo de cadena corta</a> (proporcionan energía rápida), aunque también contienen otros de cadena larga: ácidos oleico (omega-9) y linoleico (omega-6). Ambos son conocidos <a href="https://www.pileje.es/revista-salud/omega-3-6-y-9-acidos-grasos-necesarios-para-el-organismo">por sus beneficios para la salud cardiovascular y su contribución al equilibrio lipídico</a>.</p>
<p>En segundo lugar, las semillas de palma datilera contienen en torno al 9-10 % de proteínas. Estas incluyen <a href="https://www.cambridge.org/core/journals/fruits/article/abs/protein-and-amino-acid-profiles-of-tunisian-deglet-nour-and-allig-date-palm-fruit-seeds/EA8B2C7FFD09C0895AFF471BE43B9158">una amplia variedad de aminoácidos esenciales</a>, compuestos indispensables para la renovación y mantenimiento adecuado de todas las estructuras corporales.</p>
<p>Su óptimo valor nutricional también se basa en su <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0308814607012654">contenido en fibra dietética</a>, cuya ingesta ayuda a mantener a raya enfermedades como diabetes, hipercolesterolemia, hiperlipidemia, hipertensión, enfermedad coronaria y obesidad. Hay, adicionalmente, claras evidencias de que su fibra dietética podría tener un importante <a href="https://phcog.com/article/view/2019/15/63/494-499">uso terapéutico</a> contra los cánceres de próstata y testículo. </p>
<p>Por último, los huesos de dátil
<a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.3109/09637486.2011.598851">constituyen una fuente significativa de minerales esenciales</a> como potasio, magnesio, fósforo, zinc y calcio. Estos nutrientes desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la salud ósea y la función muscular, así como en la regulación de la presión arterial.</p>
<h2>Alta bioactividad</h2>
<p>Pero es que, además de los nutrientes básicos, estas semillas contienen compuestos bioactivos, cuya ingesta conlleva abundantes beneficios. Entre ellos, <a href="https://www.mdpi.com/2223-7747/12/2/226">destacan los compuestos fenólicos</a>, de alto potencial antioxidante. Consumirlos puede ayudar a combatir el estrés oxidativo en el organismo y reducir así el riesgo de enfermedades crónicas derivadas de procesos inflamatorios, como la hipertensión, el cáncer o las dolencias cardiovasculares y neurodegenerativas.</p>
<hr>
<p>
<em>
<strong>
Leer más:
<a href="https://theconversation.com/los-frutos-secos-deliciosos-aliados-para-combatir-el-deterioro-cognitivo-210648">Los frutos secos, deliciosos aliados para combatir el deterioro cognitivo</a>
</strong>
</em>
</p>
<hr>
<p>Por otro lado, existe una amplia gama de bioactividades inherentes a las semillas tratadas. Tanto su actividad antioxidante –eliminadora de radicales libres–, como antibacteriana es notable, <a href="https://www.cabdirect.org/globalhealth/abstract/20193086838">según se ha demostrado tras analizar once variedades de palma datilera</a>.</p>
<h2>Infusión contra el alzhéimer</h2>
<p>Y, recientemente, se ha descubierto que la antes citada infusión de semilla de dátil, rica en flavonoides, <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jfbc.14017?casa_token=6j3K4HrZEi4AAAAA:iRVVp_zwwms0WBrb_uM2j7E4Tt1j7aMlafCgFjcDFcBtPbPmzH94OefxA07FtqeqRMvIqSYMzH0g3hA">ejerce un efecto antialzhéimer superior al del café</a>. Esta bebida reduciría la producción de proteínas Aβ, que es el componente principal de las placas amiloides, los depósitos extracelulares encontrados en el cerebro de las personas con alzhéimer. Se recomienda hacer estudios más detallados para saber si consumirla regularmente puede retrasar la progresión de esta enfermedad en personas vulnerables o en las primeras etapas de la dolencia.</p>
<p>En definitiva, cuando coma dátiles, antes de arrojar las semillas distraídamente al cubo de la basura, sostenga una de ellas unos segundos entre los dedos y medite en torno al potencial nutricional y saludable que desaprovechamos a diario en forma de desperdicios alimentarios.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/218262/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Luis Guil Guerrero ha recibido fondos de la Junta de Andalucía para realizar investigaciones relacionadas con recursos alimentarios de uso marginal.</span></em></p>Los “huesos” de los dátiles, que normalmente no se consumen, contienen un filón de sustancias beneficiosas: grasas saludables, fibra, proteínas… Incluso se acaba de descubrir que consumirlos en forma de infusión podría proteger frente al alzhéimer.José Luis Guil Guerrero, Catedrático de Tecnología de Alimentos, Universidad de AlmeríaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1948532022-11-21T14:57:57Z2022-11-21T14:57:57ZFrutas y verduras: ¿es mejor pelarlas?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/496478/original/file-20221121-14-f965n6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C5713%2C3794&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-hands-peeling-apple-womans-removes-1964101192">Shutterstock / Piero_Facci</a></span></figcaption></figure><p>Mucha gente acostumbra a pelar las frutas y las verduras antes de consumirlas, pero a menudo no es necesario. La cáscara contiene importantes nutrientes. Además de que las pieles de las frutas y verduras desechadas contribuyen al cambio climático.</p>
<p>La fruta y la verdura son ricas fuentes de vitaminas, minerales, fibra y muchos fitoquímicos (sustancias químicas de las plantas), como los antioxidantes (sustancias que protegen a las células del daño). No consumir suficiente cantidad de estos alimentos ricos en nutrientes está relacionado con un mayor riesgo de <a href="https://www.fao.org/3/cb6234en/cb6234en.pdf">enfermedades crónicas</a>, incluidas las enfermedades cardiovasculares y la diabetes de tipo 2. En 2017, la Organización Mundial de la Salud informó de que alrededor de 3,9 millones de muertes al año en todo el mundo eran atribuibles a que las personas no comían suficiente fruta y verdura. </p>
<p>Comer 400 gramos de fruta y verdura al día, <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/healthy-diet">como recomienda la OMS</a>, es difícil de conseguir para muchos. Pero ¿y si el consumo de estos alimentos sin pelar ayudara a resolver el problema añadiendo nutrientes importantes a nuestra dieta?</p>
<p>Sin duda, podría contribuir. Por ejemplo, existen cantidades nutricionalmente importantes de vitaminas, como la vitamina C y la riboflavina, y minerales como el hierro y el zinc, en la piel de <a href="http://www.ifrj.upm.edu.my/24%20(01)%202017/(37).pdf">siete hortalizas de raíz</a>: remolacha, mostaza de campo, zanahoria silvestre, batata, rábano, jengibre y patata blanca. Y el <a href="https://fdc.nal.usda.gov/fdc-app.html#/food-details/171688/nutrients;%20https://fdc.nal.usda.gov/fdc-app.html#/food-details/171689/nutrients">Departamento de Agricultura de EE. UU.</a> calcula que las manzanas sin pelar contienen un 15 % más de vitamina C, un 267 % más de vitamina K, un 20 % más de calcio, un 19 % más de potasio y un 85 % más de fibra que sus equivalentes peladas. </p>
<p>Además, muchas cáscaras son ricas en fitoquímicos biológicamente activos, como los flavonoides y los polifenoles, que tienen propiedades antioxidantes y antimicrobianas. </p>
<p>Otra razón para no desechar las cáscaras es su efecto sobre el medio ambiente. Según <a href="https://www.fao.org/newsroom/detail/FAO-UNEP-agriculture-environment-food-loss-waste-day-2022/en">la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación</a>, los alimentos no consumidos, incluidas las cáscaras, generan entre el 8 % y el 10 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, principalmente metano. Únicamente Nueva Zelanda, un país con una población de sólo 5,1 millones de personas, registra un desperdicio anual de <a href="https://lovefoodhatewaste.co.nz/peel-vegetables/">13 658 toneladas de cáscaras de verduras y 986 toneladas de pieles de frutas</a>. </p>
<p>Teniendo en cuenta el contenido en nutrientes de las cáscaras y su contribución al desperdicio de alimentos, ¿por qué se pelan las frutas y verduras? No queda otro remedio cuando las partes externas no son <a href="https://www.healthline.com/nutrition/peeling-fruits-veggies">comestibles, no tienen buen sabor, son difíciles de limpiar o causan algún daño</a>, como ocurre con el plátano, la naranja, el melón, la piña, el mango, el aguacate, la cebolla y el ajo. Además, pelar puede ser una parte necesaria de la receta, por ejemplo cuando se hace puré de patatas. Pero hay muchas cáscaras comestibles (patata, remolacha, zanahoria, kiwi y pepino) que seguimos pelando innecesariamente.</p>
<h2>¿Hay residuos de plaguicidas en la piel?</h2>
<p>Algunas personas que pelan la fruta y la verdura porque les preocupan los pesticidas. Si bien es cierto que los residuos de plaguicidas se pueden acumular en la superficie o justo debajo de ella, la mayoría se eliminan mediante el lavado. De hecho, <a href="https://www.fda.gov/food/buy-store-serve-safe-food/selecting-and-serving-produce-safely#prep">la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.</a> recomienda lavar las piezas de fruta y hortalizas con abundante agua fría y restregarlos con un cepillo duro para eliminar los pesticidas, la suciedad y los productos químicos. </p>
<p>Las técnicas de cocción, como el hervido y la cocción al vapor, también pueden reducir los residuos de plaguicidas. Pero como no todos desaparecen lavando y cocinando, puede resultar útil consultar las listas de contenidos de plaguicidas en frutas y verduras. Entre ellas la que elabora la <a href="https://www.pan-uk.org/dirty-dozen/">Red de Acción contra los Plaguicidas</a> para el Reino Unido. Esto puede ayudarnos a decidir qué fruta y verdura debemos pelar y qué cáscaras podemos comernos sin correr riesgos.</p>
<p>Si quiere saber más sobre las cáscaras de frutas y verduras y qué hacer con ellas, hay muchos consejos en internet, incluyendo ayuda sobre cómo utilizarlas para <a href="https://www.soilassociation.org/take-action/growing-at-home/allotments-and-home-growing/make-your-own-compost/?gclid=CjwKCAjw2OiaBhBSEiwAh2ZSP-sMpQ8cMuj3Iysoai0AQCXU1gHpEW-1XNPFHByY1vrKhUKunGzuAhoCClwQAvD_BwE">compostaje</a>, para alimentar una <a href="https://www.rhs.org.uk/soil-composts-mulches/worm-composting">lombricera</a> o <a href="https://www.bbcgoodfood.com/howto/guide/how-use-fruit-vegetable-scraps">para incorporarlas en recetas</a>. </p>
<p>Con un poco de investigación y creatividad, podemos ayudar a reducir los residuos y aumentar el consumo de frutas y verduras. Seguro que merece la pena intentarlo y contribuir a cumplir uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU: <a href="https://sdgs.un.org/goals">reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/194853/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Kirsty Hunter no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Aunque mucha gente acostumbra a pelar las frutas y las verduras antes de consumirlas, a menudo no es necesario. No solo porque la cáscara contiene importantes nutrientes sino porque, además, al desecharlas contribuimos al cambio climático.Kirsty Hunter, Senior Lecturer in Nutrition, Nottingham Trent UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1639422021-08-22T19:24:31Z2021-08-22T19:24:31ZCómo rediseñar el sistema alimentario para evitar el desperdicio<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/415893/original/file-20210812-24-8pcldx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C6%2C4259%2C2833&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/organic-wasted-food-junk-mountain-rubbish-1052366072">Shutterstock / Antonello Marangi</a></span></figcaption></figure><p>La alimentación constituye una de las necesidades básicas del ser humano atendiendo a la famosa <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Pir%C3%A1mide_de_Maslow">jerarquía de Maslow</a>. Sin embargo, según el <a href="http://www.fao.org/3/i2697e/i2697e.pdf">trabajo seminal que publicó la FAO en 2011</a>, una tercera parte de los productos agrícolas y ganaderos que se producen en el mundo no son consumidos como alimentos. La magnitud de esta cifra ha despertado conciencias y ha convertido al desperdicio alimentario en uno de los ejes de la política alimentaria a nivel mundial en la última década. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=289&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=289&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=289&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=363&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=363&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/415615/original/file-20210811-13-nq45s3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=363&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Pérdidas de alimentos en kilogramos per cápita en las fases de consumo (en rojo) y de preconsumo, de la producción a la venta (gris).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://www.fao.org/3/i2697e/i2697e.pdf">FAO, 2016</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Solo por poner un ejemplo relativamente reciente, la estrategia <a href="https://www.consilium.europa.eu/es/policies/from-farm-to-fork/">De la granja a la mesa</a> (Farm to Fork) de la Unión Europea, aprobada en mayo de 2020, incluye dos actuaciones específicas, de un total de 27, sobre el desperdicio alimentario. ¿Está justificado este interés por parte de los responsables políticos? ¿Es realmente un problema que debiera preocupar a la sociedad? </p>
<h2>¿Qué es el desperdicio alimentario?</h2>
<p>Para tratar de responder, intentaremos en primer lugar de definir qué se entiende por desperdicio alimentario y por qué se genera. No está siendo fácil llegar a una definición de consenso, ya que las perspectivas desde las que se enfoca el problema son diferentes. </p>
<p>La FAO <a href="http://www.fao.org/3/i3901s/i3901s.pdf">lo contempla en el marco de la seguridad alimentaria</a>. Dicho en otras palabras, y simplificando bastante, contrapone desperdicio a malnutrición y a la dificultad de acceso a los alimentos por parte de sectores importantes de la población. </p>
<p>Desde una perspectiva de países desarrollados, se asocia el desperdicio de alimentos a un despilfarro de los recursos necesarios para generarlos. </p>
<p>Estas dos visiones son complementarias. Las estrategias que se puedan diseñar para disminuir el desperdicio deberían contemplar tanto el despilfarro de recursos escasos como la seguridad alimentaria de la población más vulnerable.</p>
<h2>¿Por qué existe el desperdicio de alimentos?</h2>
<p>El despilfarro no es sino una consecuencia de cómo están configurados los sistemas alimentarios. Por decirlo en un lenguaje que todo el mundo puede entender: el despilfarro forma parte de los denominados efectos colaterales de los sistemas alimentarios actuales. </p>
<p>La competitividad en el sistema alimentario ha generado en las economías desarrolladas una gran variedad de alimentos a unos precios que se han mantenido bastante estables en términos reales en los últimos años. Pero, ¿cuál es el coste, que normalmente pasa desapercibido, de este relativo éxito para la sociedad?</p>
<p>Es complicado ser muy preciso ya que existen <a href="http://www.eu-fusions.org/phocadownload/Publications/Estimates%20of%20European%20food%20waste%20levels.pdf">numerosos estudios</a> dedicados a <a href="http://www.fao.org/3/mb060e/mb060e.pdf">cuantificar el desperdicio</a> con resultados muy heterogéneos. El rango abarca desde los 43 kg per cápita de Japón hasta los 415 kg per cápita de Estados Unidos. En España, <a href="http://www.menosdesperdicio.es/panel-hogares/panel-de-cuantificaci%C3%B3n-del-desperdicio-alimentario-en-los-hogares-espa%C3%B1oles#ultimosDatosHogar">el Gobierno da una cifra de 176 Kg per cápita</a> para 2019. </p>
<p>Pero no hagamos mucho caso al valor absoluto, al igual que con la cifra de la FAO, ya que tanto los métodos como lo que se considera desperdicio varía de un estudio a otro. Justamente una de las dos actuaciones de la estrategia De la granja a la mesa consiste en cuantificar el desperdicio, aunque da libertad a los países para elegir la metodología. </p>
<p>Debería primar la simplicidad frente al rigor. No se trata de cuantificar con exactitud, si no de que sea fácil (en base a estadísticas ya existentes o que requieran pocas modificaciones). Lo que interesa es la evolución. Los objetivos de desperdicio siempre se refieren a porcentaje de reducción.</p>
<h2>¿Cuánto cuesta a la sociedad?</h2>
<p>Según <a href="https://www.wri.org/insights/global-food-challenge-explained-18-graphics">diversas fuentes</a>, la producción de productos agrícolas y ganaderos ocupa un 37 % de la superficie terrestre, consume el 70 % del agua disponible y genera alrededor del 25 % de las emisiones de gases efecto invernadero. </p>
<p>Si una tercera parte de dichos productos no acaban siendo ingeridos por la población, significa que estamos ocupando un 12 % de la superficie terrestre (equivalente a la extensión de Canadá e India conjuntamente) para no producir nada. Estamos tirando un 23 % del agua disponible (3,6 veces el consumo de agua en EE. UU. en un año) y estamos generando un 8 % de los gases efecto invernadero (sería el tercer emisor después de EE. UU. y China), con sus consecuencias para el cambio climático, también para nada. </p>
<p>Si añadimos el componente de seguridad alimentaria, reducir el desperdicio alimentario en un 25 % permitiría erradicar la malnutrición en el mundo, que afecta a 900 millones de personas. </p>
<p>Vista la magnitud del problema, las dos últimas preguntas que nos hacemos son: ¿quién es responsable? y ¿qué podemos hacer para prevenir y reducir el desperdicio alimentario? </p>
<h2>¿Quién es responsable?</h2>
<p>Cada eslabón de la cadena minimiza su responsabilidad y siempre mira al eslabón que tiene por encima o por debajo. Pero, en realidad, todos somos solidariamente responsables. </p>
<p>Lo que sí es cierto es que la totalidad de los trabajos se refieren al consumidor final como el principal responsable (entre el 40 % y el 50 % del desperdicio generado, dependiendo del estudio), pero todos tenemos parte de responsabilidad. Que no generemos mucho desperdicio no implica que nuestras estrategias empresariales no estén produciendo desperdicio a nuestros proveedores o a nuestros clientes. </p>
<p>Por tanto, cualquier solución al problema requiere estrategias conjuntas que deben ser consensuadas y adoptadas por toda la cadena. Esta es quizás una de las principales limitaciones de las actuaciones que se han desarrollado hasta la fecha, muy ligadas a las estrategias de responsabilidad social corporativa de una empresa específica (ya sea de producción, comercialización o transformación). </p>
<p>Que los consumidores sean los máximos responsables del desperdicio, a mi juicio, tiene que ver con el escaso valor que la sociedad concede a la alimentación. No se valora en su justa medida el esfuerzo de muchas personas para que un producto esté en nuestra mesa. </p>
<h2>¿Qué podemos hacer?</h2>
<p>Los precios relativos de los alimentos son muy bajos y tirarlos supone un porcentaje mínimo del gasto de las familias. En este sentido, el diseño de políticas de educación encaminadas a incrementar el valor de los alimentos podría contribuir significativamente a prevenir el desperdicio. </p>
<p>En todo caso, las medidas para reducir y prevenir el desperdicio alimentario deberían respetar la siguiente escala de prioridades:</p>
<ul>
<li><p>En primer lugar, los sistemas deberían de autorregularse mejor con el fin de ajustar oferta y demanda. </p></li>
<li><p>Si esto no es posible, entran en juego las políticas de redistribución tratando de repartir los excedentes entre la población más vulnerable (papel que de forma ejemplar están desarrollando los <a href="https://www.fesbal.org.es/">bancos de alimentos</a>). </p></li>
<li><p>Si aun así se genera un exceso de oferta, se debería apostar por la promoción de soluciones tecnológicas dirigidas a la revalorización de los residuos (por ejemplo, extracción de nutrientes para enriquecer de forma natural otros alimentos). </p></li>
<li><p>Finalmente, si esto no es posible, podrían introducirse los alimentos despilfarrados en un ciclo más largo a través de su utilización en los piensos de los animales para convertirlos después en leche, carne o huevos. </p></li>
</ul>
<p>Decimos “finalmente” porque la utilización de alimentos no consumidos por la población para la generación de compost o bioenergía se sigue considerando desperdicio. El alimento no se utiliza para el fin para el que se ha producido, que es satisfacer las necesidades de la población, idea con la que comenzaba este artículo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/163942/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José María Gil Roig recibe fondos competitovos del Programa H2020 de la UE y del Departament de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Cataluña sobre el desperdicio alimentario. </span></em></p>Las estrategias de prevención y reducción del despilfarro de comida deben involucrar a todos los eslabones de la cadena de producción y consumo, ya que todos tienen parte de responsabilidad.José María Gil Roig, DIRECTOR CREADA-UPC-IRTA, Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTechLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1633052021-07-27T18:18:17Z2021-07-27T18:18:17ZLos desafíos invisibles de una agricultura verde en Europa<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/409079/original/file-20210630-23-1g6mewt.JPG?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C36%2C4019%2C2963&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Paisaje nivelado artificialmente con monocultivo intensivo de cítricos en el sureste español. Esta apariencia "verde" está sustentada por elevados insumos y una baja biodiversidad.</span> <span class="attribution"><span class="source">Carolina Boix Fayos</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>La pandemia nos ha enseñado que el medio ambiente tiene un papel fundamental en la salud mundial. La biodiversidad y el buen estado de los ecosistemas no solo son un seguro para la sostenibilidad y habitabilidad del planeta. <a href="https://theconversation.com/si-no-sanamos-el-clima-volveremos-a-enfermar-135091">Ambos protegen nuestra nuestra salud, poniendo barreras naturales a los virus</a>. <a href="https://theconversation.com/una-pac-mas-justa-y-sostenible-basada-en-el-conocimiento-cientifico-160029">La agricultura es medio ambiente</a>, forma agroecosistemas, y las prácticas sostenibles en agricultura sirven tanto a la salud de la población como a la del planeta.</p>
<p><a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0921800907003035">Los agroecosistemas producen mucho más que alimentos</a>. Cuando están bien mantenidos y en armonía con la naturaleza, sus diversas funciones sirven al bienestar humano, generan servicios ecosistémicos. Por ejemplo: </p>
<ul>
<li><p>filtran el agua en los suelos y fijan el propio suelo en su lugar, </p></li>
<li><p>disminuyen inundaciones y coladas de barro, </p></li>
<li><p>atraen polinizadores, </p></li>
<li><p>retienen carbono en suelos y vegetación, que no se incorpora a la atmósfera disminuyendo los gases de efecto invernadero, </p></li>
<li><p>y albergan paisajes que son herencias culturales de territorios, preservando su memoria colectiva. </p></li>
</ul>
<h2>La agricultura dentro del Pacto Verde europeo</h2>
<p>El <a href="https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/european-green-deal_es">Pacto Verde europeo</a>, que propone conseguir una Europa climáticamente neutra en 2050, y ser el primer continente climáticamente neutro, pone uno de sus focos en la agricultura. Pretende cambiar progresivamente la forma en que se practica hoy en día. Actualmente, <a href="https://www.eea.europa.eu/publications/annual-european-union-greenhouse-gas-inventory-2021">es el segundo sector en emisiones de gases de efecto invernadero (11 %) de la Unión Europea (UE), por delante del sector industrial</a>.</p>
<p>El sistema <a href="https://theconversation.com/medidas-para-garantizar-la-sostenibilidad-de-la-agricultura-mediterranea-128179">agroindustrial intensivo actual de producción de alimentos</a> y consumo no es sostenible. Es, en gran parte, responsable de desastres ambientales como la degradación de suelos sobreexplotados y formas de paisaje artificiales que propician inundaciones. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=YjdlXxhcvsc&list=PLEf11FLKsEh4VvHQ4e5Za_4AIIvlu9gEZ&index=13&t=2480s">Flujos cargados de nutrientes que contaminan ríos, lagunas interiores, acuíferos subterráneos y el mar</a>. </p>
<p>Para poder realizar esta transición hacia una agricultura más verde y sostenible, en un plazo de tiempo corto, se ha diseñado dentro del Pacto Verde <a href="https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/european-green-deal/actions-being-taken-eu/farm-fork_es">la estrategia “De la granja a la mesa”</a>. Se trata de una amplia declaración de intenciones que abarca todo el sistema alimentario, desde la producción de alimentos, a la distribución y el consumo. </p>
<p>Esta estrategia quiere respetar los límites del planeta tanto al producir como al consumir; alimentos sanos en un mundo sano. La agricultura es, asimismo, un elemento clave en otro gran pilar del Pacto Verde: <a href="https://ec.europa.eu/info/sites/default/files/env-20-002_factsheet1-vbo-es.pdf">la estrategia de Biodiversidad, que entiende que un planeta sano pasa por una agricultura sostenible</a>.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/410195/original/file-20210707-25-1pbw0r4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Plantación de tomillos alternando entre filas de almendros en campos de secano, extremadamente áridos y con suelos pobres, en el sureste español. La diversificación de cultivos con aromáticas es una alternativa de manejo de agroecosistemas de secano con potenciales beneficios medioambientales: mejora de los suelos, control de la erosión, secuestro de carbono atmosférico en suelos y vegetación, que contribuye a mitigar el cambio climático. Además, favorece el aumento de polinizadores y de la biodiversidad, con potenciales beneficios económicos. Ejemplo del proyecto Diverfarming.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Carolina Boix Fayos</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>La estrategia “De la granja a la mesa” propone alcanzar un mínimo de un 25 % de agricultura ecológica en territorio europeo, reducir un 50 % el uso de pesticidas y un 20 % el uso de fertilizantes, todo ello en menos de una década (2030). Estos cambios son un importante reto para nuestra sociedad.</p>
<p>Pero, dada la complejidad de los sistemas de producción y distribución de alimentos y sus efectos, nos preguntamos: </p>
<ul>
<li><p>¿Un sistema agrícola más ecológico producirá suficientes alimentos para dar de comer a la creciente población mundial (<a href="https://www.un.org/development/desa/es/news/population/world-population-prospects-2017.html">8 600 millones en 2030</a>)?</p></li>
<li><p>¿Producirá Europa alimentos con menos impacto en el medio ambiente a costa de <a href="https://theconversation.com/el-dano-colateral-de-los-pactos-verdes-el-colonialismo-ambiental-161764">externalizar parte de la producción y sus impactos negativos a otros países</a>?</p></li>
<li><p>¿<a href="https://theconversation.com/podemos-comer-sano-y-de-forma-sostenible-162619">Son necesarios cambios en nuestra dieta para favorecer un sistema alimentario más sostenible</a>?</p></li>
</ul>
<h2>Los desafíos de la estrategia europea</h2>
<p>Una cosa parece clara: una transición viable hacia una agricultura más verde no puede basarse solo en la producción sostenible, sino también en el consumo responsable. Los cambios, frecuentemente, no son tan fáciles y directos. Bajo la estrategia “De la granja a la mesa” subyacen una serie de desafíos invisibles:</p>
<p><strong>¿La producción será suficiente?</strong> </p>
<p>No existe consenso científico sobre si un aumento importante de la producción en ecológico podrá alimentar a la población mundial. Según la cumbre de la FAO de 2008 en Roma sobre Seguridad Alimentaria Mundial, la producción de alimentos debe aumentar un 50 % para 2030, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0743016712001155?via%3Dihub">y duplicarse para 2050 para alimentar a 9 mil millones de personas en el planeta</a>. Pero <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0743016711000830?via%3Dihub">no toda la comunidad científica está completamente de acuerdo en estas previsiones</a>.</p>
<p>En este contexto, la UE pretende convertir un mínimo del 25 % del terreno agrícola a agricultura ecológica, a pesar de que algunos estudios indicaron una disminución de la producción entre el <a href="https://www.cambridge.org/core/journals/renewable-agriculture-and-food-systems/article/abs/organic-agriculture-and-the-global-food-supply/93DD2635AC706B08EE68B881D17A143B">20 %</a> y el <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/0030727019831702">35 %</a> en agricultura ecológica comparada con la agricultura convencional. La clave podría estar en combinar esta medida con otras.</p>
<p><strong>¿Qué ocurre con las restricciones de fertilizantes?</strong> </p>
<p>La adición limitada de fertilizantes minerales en agricultura ecológica, como por ejemplo <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-017-01410-w">nitrógeno, provoca su búsqueda en otras fuentes alternativas, como la plantación de leguminosas</a>. Para compensar este déficit de nitrógeno sintético, se debe utilizar más superficie para plantar leguminosas, que fijan biológicamente el nitrógeno, y sirve para suministrar nitrógeno a cultivos no leguminosos. Esto implica menor superficie disponible para otros cultivos. La fijación de nitrógeno por leguminosas propuesta por la agricultura ecológica necesitaría <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0378429018308438">2,6 unidades de tierra más para producir el mismo rendimiento que la agricultura convencional</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=377&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=377&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=377&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=474&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=474&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/410194/original/file-20210707-19-o0b3rb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=474&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Monocultivo de mandarinos diversificado con cebada y veza. Tanto la cebada como la veza son fijadoras de nitrógeno en el suelo. Su cultivo en calles anteriormente desnudas, aumenta la biodiversidad y mejora la calidad del suelo: favorece la infiltración y previene la erosión, al mismo tiempo que mejora su estructura y potencialmente el secuestro de carbono. Ejemplo del proyecto Diverfarming.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Carolina Boix Fayos</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p><strong>¿Cambiaremos nuestra dieta?</strong> </p>
<p>La agricultura ecológica combinada con una reducción de la ganadería es <a href="http://dx.doi.org/10.1038/s41467-017-01410-w">una solución prometedora para avanzar en sistemas alimentarios sostenibles</a>. La reducción de la ganadería implicaría una reducción de la demanda de tierra para alimentar al ganado. </p>
<p>Esta solución pasa necesariamente por un cambio en la dieta, reduciendo el consumo de productos animales, <a href="https://theconversation.com/comer-menos-carne-contra-el-cambio-climatico-una-estrategia-controvertida-y-llena-de-matices-112026">con implicaciones positivas para el medio ambiente</a> y la salud de la población. Aquí desempeñan un papel importante, de nuevo, las leguminosas. Además de fijar nitrógeno en el suelo, necesario para los cultivos, el consumo de legumbres como fuente de proteínas compensaría el descenso del consumo de proteínas de origen animal.</p>
<p><strong>¿Reduciremos el desperdicio alimentario?</strong></p>
<p>Junto con la reducción de la ganadería y el aumento de la agricultura ecológica, la reducción del desperdicio alimentario es clave. Hay varias causas de desperdicio de alimentos: problemas de procesamiento y falta de planificación adecuada, pérdidas tras las cosechas para control de precios, y el desperdicio que hacemos en nuestras propias casas. Por ejemplo, un consumidor estadounidense medio desperdicia <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0195405">una cuarta parte de la comida diaria disponible para el consumo</a> y un 7 % de la tierra de cultivo anual. </p>
<p>De aproximadamente un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial que no se consumen, <a href="https://www.nature.com/articles/s43016-020-00186-5">alrededor de un 14 % corresponde a pérdidas tras las cosechas</a>. Esta es una práctica principalmente utilizada en países relativamente ricos para controlar los precios de mercado, evitando que los precios bajen por debajo de los costes de producción. Tiene un elevado impacto ambiental, y además consume recursos naturales que finalmente no aportan alimentos al mercado.</p>
<p><strong>¿Externalizaremos los impactos negativos?</strong></p>
<p>El riesgo de <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-020-02991-1">externalizar el daño de la agricultura intensiva a otros países</a> que no ponen limitaciones al uso de pesticidas, herbicidas, fertilizantes y deforestación para uso agrícola, pero suministran alimentos a la UE, es uno de los peligros de esta estrategia. La misma estrategia reconoce que el sistema alimentario de la UE debe acompañarse de políticas similares a nivel mundial, <a href="https://theconversation.com/el-dano-colateral-de-los-pactos-verdes-el-colonialismo-ambiental-161764">para evitar que Europa importe alimentos producidos en otros países en condiciones no sostenibles</a>.</p>
<h2>Respetar la naturaleza y los derechos sociales</h2>
<p>La estrategia deja abiertas diferentes vías para la consecución de sus objetivos, sin concretar de momento más allá. Prevé utilizar algunos instrumentos legales, entre ellos:</p>
<ul>
<li><p>El Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER).</p></li>
<li><p>Diferentes directivas y planes de acción (Plan de Acción para la Economía Circular, Gestión Integrada de Plagas, etc.).</p></li>
<li><p>La Política Agraria Común (PAC) adaptada a cada estado miembro.</p></li>
</ul>
<p>La estrategia da especial importancia a los derechos sociales, con foco en los trabajadores precarios, estacionales y no declarados, <a href="https://www.theguardian.com/global-development/2020/sep/20/we-pick-your-food-migrant-workers-speak-out-from-spains-plastic-sea">mano de obra demasiado frecuente en la agricultura intensiva</a>. Y apoya el impulso de diferentes estrategias de manejo agrícola sostenible. Actualmente, conviven, y se solapan, variadas prácticas agrícolas verdes. Buscan compatibilizar la producción de alimentos, modos de vida sostenible y dignos con:</p>
<ul>
<li><p>el respeto medioambiental (agricultura ecológica),</p></li>
<li><p>la lucha contra el cambio climático (agricultura del carbono),</p></li>
<li><p>el control de la degradación del suelo (agricultura de conservación),</p></li>
<li><p>el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=aD9A2T8JKlM">aumento de la biodiversidad </a>(<a href="http://www.diverfarming.eu/index.php/en/">diversificación del cultivos</a>, agricultura ecosistémica),</p></li>
<li><p>todas estas prácticas buscan en general la <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11027-013-9535-2#page-1">mejora de variados servicios ecosistémicos</a>.</p></li>
</ul>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Paisaje con almendros y cubierta verde" src="https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/409102/original/file-20210630-21-1yjdru4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Cubierta verde en almendro de secano en Almería, Sierra María-Los Vélez. El manejo de cubiertas verdes en monocultivos de secano aporta variados servicios ecosistémicos: mantiene la humedad del suelo y la fijación de nutrientes, aumenta la biodiversidad dentro del suelo y sobre el mismo, aumenta la infiltración de agua en el suelo, reduciendo la erosión, y mejora la calidad del paisaje. Este paisaje es ejemplo de inspiración para iniciativas pioneras que promocionan los valores del entorno rural, a través de personas y asociaciones dedicadas como Dietmar Roth y la asociación Alvelal.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Joris de Vente</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Algunas de estas prácticas pueden ser <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969718332200">similares, aunque con diferentes matices</a>. Distintos sistemas agrícolas, con enfoques desde más intensivos a más extensivos. Algunos poniendo el acento en la productividad, optimizando recursos (agricultura de precisión, vertical) hasta los que tienen como finalidad dejar una herencia medioambiental y cultural limpia y en buenas condiciones a futuras generaciones (<a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0167880920303777?via%3Dihub">agricultura regenerativa</a>). </p>
<p>Generalizando, podemos agruparlos en dos grandes modelos. Ambos coinciden en algunos aspectos y discrepan en otros:</p>
<ol>
<li><p><strong>La intensificación sostenible.</strong> Se centra en optimizar la agricultura a gran escala mientras se reducen sus impactos medioambientales negativos. Su lema podría resumirse en <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10113-016-1027-y">“alimenta al mundo de forma sostenible”</a>.</p></li>
<li><p><strong>La agroecología.</strong> Aplica principios ecológicos y de sostenibilidad a todo el sistema alimentario, poniendo el foco en promover los procesos naturales del ecosistema para producir alimentos, basándose en el conocimiento tradicional y local. Busca la justicia social y la soberanía alimentaria, empoderando a los productores. <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10113-016-1027-y">Su lema podría resumirse en “ayuda al mundo a alimentarse de forma sostenible”</a>.</p></li>
</ol>
<p>La polémica y los conflictos entre enfoques están servidos, desde los que acusan al primer modelo de seguir sometido al sistema neoliberal y realizar <a href="https://www.ecologiaverde.com/greenwashing-que-es-como-funciona-y-ejemplos-2077.html"><em>green washing</em></a> hasta los que acusan al segundo de ser poco realista y no poder aplicarse a gran escala.</p>
<p>El foco en la agricultura del Pacto Verde es enormemente ambicioso, pero necesario. Nos saca de la inacción. Es probablemente mejorable, pero puede significar un cambio en la concepción de los sistemas alimentarios y en la utilización de la naturaleza al servicio de la humanidad. Aprovechemos esta oportunidad, busquemos la equidad y trabajemos con la naturaleza, no contra ella.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/163305/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carolina Boix Fayos (y el grupo de Erosión y Conservación de Aguas y Suelo del CEBAS-CSIC) recibe para su investigación fondos de convocatorias de investigación competitivas de la Comunidad Europea (proyecto DIVERFARMING 728003 y COASTAL 773782), del Ministerio de Ciencia e Innovación (proyecto AGRI_SER PID2020-119825RB-I00) y de la Fundación Séneca Región de Murcia (proyecto DECADE 20917/PI/18). </span></em></p>La estrategia europea “De la granja a la mesa” pretende cambiar desde la producción al consumo de alimentos. ¿Cómo conseguiremos alimentarnos sin perjudicar al medio ambiente y con justicia social?Carolina Boix Fayos, Investigadora, Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1464502020-09-27T20:51:41Z2020-09-27T20:51:41ZCómo reducir el desperdicio alimentario<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/359392/original/file-20200922-16-8korpw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1200%2C802&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/File:GI_Market_food_waste.jpg">Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>El 29 de septiembre es el primer <a href="http://www.fao.org/international-day-awareness-food-loss-waste/en/">Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.</a>, establecido por la FAO en 2019, cuyo objetivo es que la población tome conciencia de este grave problema. Tanto <a href="https://ec.europa.eu/food/safety/food_waste/eu_actions/eu-platform_en">la Unión Europea</a> como el <a href="https://menosdesperdicio.es/">Gobierno de España</a> también han realizado acciones de concienciación y creado estrategias y páginas web, pero el consumidor apenas las conoce.</p>
<p>Un tercio de la producción mundial de alimentos se desperdicia. Este malgaste se produce en toda la cadena alimentaria, desde el campo hasta los hogares, pasando por las fábricas, la distribución y la hostelería. </p>
<p>El coste de producir comida es muy alto, tanto en dinero como en recursos humanos y naturales, como suelo, agua y energía. Por eso, genera un gran impacto ambiental. Aunque nosotros podamos permitirnos el desperdicio, el planeta no puede. Al menos, a medio y largo plazo. </p>
<p>Las frutas y verduras son los productos más desechados en la distribución, seguidos por el pan y similares. Un <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S095965261500030X">estudio sueco</a> demostró que los desperdicios cárnicos y los de panadería son los que presentan una mayor huella medioambiental.</p>
<p>Esta realidad está incrementando la presión por las prácticas sostenibles y la reducción del desperdicio alimentario. Pero las medidas a tomar deben ser distintas según hablemos de las industrias, la distribución o los hogares.</p>
<h2>En los hogares: concienciación</h2>
<p>La medida más importante para reducir el desperdicio en los hogares es la concienciación. Parece que, tras pasar unas décadas de penurias económicas, donde no se podía desperdiciar nada, el hecho de aprovechar toda la comida nos parece <em>de pobres</em>. </p>
<p>Curiosamente, son las clases medias las que más desperdician, no las más altas, más concienciadas y con un mayor nivel educativo. Además de concienciar a la población sobre la necesidad de reducir el desperdicio alimentario, hay que educarla sobre como conservar los alimentos (en <a href="https://theconversation.com/como-conservar-el-pan-y-que-hacer-si-se-queda-duro-127540">este artículo</a> abordábamos la mejor forma de conservar el pan), o sobre las diferencias entre las fechas de caducidad y de consumo preferente. </p>
<p>Un producto que alcanza su fecha de consumo preferente no debe desecharse, ya que en la mayoría de los casos estará igual que recién comprado. En otros solo percibiremos algunos cambios mínimos en sabores o texturas, sin que exista riesgo para nuestra salud. También es conveniente una buena concienciación y educación para planificar las compras y así reducir las innecesarias.</p>
<p>En el caso de que un producto se haya estropeado, como el pan endurecido, <a href="https://theconversation.com/salmorejo-torrijas-y-hasta-cerveza-el-pan-duro-todavia-se-puede-aprovechar-128187">hay muchas posibilidades para reutilizarlo</a>. </p>
<p>Otra medida para reducir el desperdicio alimentario se basa en aplicaciones que nos muestran recetas con los productos próximos a caducar. El gobierno alemán lanzó una con recetas sencillas de pocos ingredientes, fáciles de tener en casa. Ahora ha transformado esta iniciativa en <a href="https://www.zugutfuerdietonne.de/">una web</a> con consejos y recomendaciones.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/359389/original/file-20200922-20-1b65zf6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/359389/original/file-20200922-20-1b65zf6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/359389/original/file-20200922-20-1b65zf6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/359389/original/file-20200922-20-1b65zf6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/359389/original/file-20200922-20-1b65zf6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/359389/original/file-20200922-20-1b65zf6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/359389/original/file-20200922-20-1b65zf6.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Frutas y verduras descartadas en un contenedor.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/Food_waste#/media/File:Trashed_vegetables_in_Luxembourg.jpeg">Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>En los supermercados: ofertas</h2>
<p>Entre las medidas que puede tomar la distribución están las ofertas de última hora. Es decir, ofrecer a precios reducidos aquellos productos que vayan a caducar o alcanzar la fecha de consumo preferente, o las comidas elaboradas y no consumidas en el día. </p>
<p>En este sentido, la aplicación <a href="https://toogoodtogo.es/es"><em>To Good to Go</em></a> (demasiado bueno para desperdiciarse) ha supuesto una pequeña revolución. Pone en contacto a los consumidores con establecimientos que ofertan este tipo de productos. De esta manera, el consumidor obtiene un <em>pack</em> de productos a precios muy reducidos y el establecimiento reduce el desperdicio y obtiene un beneficio por estos productos. </p>
<p>La aplicación está operativa en varios países, y debido a su éxito ya han aparecido otras iniciativas similares.</p>
<p>Otra propuesta de gran interés es la creación de restaurantes que se nutren de productos que van a caducar. Los platos cambian cada día en función de los productos que reciben. Tanto los locales como el servicio y la calidad no tienen nada que envidiar a un restaurante normal, y los clientes suelen acudir por la concienciación que tienen sobre la necesidad de aportar algo en este proceso. </p>
<p>Uno de los casos de éxito más conocidos en este sentido es un <a href="https://www.kmarkt.se/restauranger/garnisonen/">restaurante sueco de la cadena K-markt</a>. En España, grandes chefs han participado en algunas acciones puntuales y en la grabación de recetas, pero no hay ejemplos similares, de momento.</p>
<h2>En la industria: reutilización</h2>
<p>Otra de las propuestas para reducir el desperdicio alimentario consiste en reutilizar estos desperdicios para elaborar nuevos productos. Es algo similar a lo de cocinar con sobras, pero llevado a la industria. </p>
<p>Por ejemplo, una empresa británica (<a href="https://www.toastale.com/">Toast Ale</a>) aprovecha los restos de pan para elaborar cerveza. Esta idea ha sido imitada por otras empresas cerveceras del mundo. </p>
<p>Si vamos un paso más allá, una <a href="https://www.therese-moelk.at/">compañía panadera austriaca</a> ha montado una pequeña destilería para aprovechar los panes desechados para elaborar destilados alcohólicos. Incluso se ha creado una asociación mundial formada por empresas que comparten esta filosofía. La <a href="https://www.upcycledfood.org/">Asociación de alimentos reciclados</a> tiene cerca de 100 miembros que se dedican a elaborar nuevos productos a partir de alimentos desechados. </p>
<p>Entre estos miembros hay algunos que elaboran <em>snacks</em> y barritas de cereales a partir de desechos de la industria cervecera, como <a href="https://www.regrained.com/">ReGrained</a>; empresas que aprovechan plátanos reciclados, como <a href="https://barnana.com/">Barnana</a>; <a href="https://iamgrounded.co/">restos de granos de café</a>; o <a href="https://www.confettisnacks.com/">vegetales con mal aspecto</a>. </p>
<p>De momento no hay ninguna empresa española tan asentada, pero ya hay alguna iniciativa en estudio que contempla el uso de pan desechado para la <a href="https://www.salvadosbeer.com/">elaboración de cerveza</a>. </p>
<h2>Leyes antiguas que toca renovar</h2>
<p>Para potenciar estas iniciativas también es necesario que la administración las favorezca. Para ello, debe estudiar cómo eliminar algunos impedimentos legales para la posible reutilización de los alimentos desechados. </p>
<p>En muchas ocasiones son leyes antiguas que se crearon en épocas de escasez, con el objetivo de evitar fraudes. Las necesidades han cambiado. A su vez, campañas institucionales que mejoren la concienciación de los ciudadanos también pueden aumentar el éxito de las iniciativas.</p>
<p>Por último, faltan sellos de garantía que sean conocidos por parte de los consumidores –y creíbles– sobre la sostenibilidad y la reducción de desperdicios. Ya existen certificaciones, pero o son poco conocidos o no garantizan unas prácticas totalmente respetuosas con el medioambiente.</p>
<p>En los próximos años veremos un incremento de estas iniciativas. Esperemos que el proceso se haga correctamente y sea bien recibido por los consumidores, ya que con ellas todos podemos poner nuestro granito de arena para la conservación de nuestro planeta. No olvidemos que todas nuestras acciones tienen consecuencias: debemos interiorizar la necesidad de reducir el desperdicio de alimentos y ayudar a quienes lo intentan.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/146450/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Manuel Gómez Pallarés recibe fondos de la Unión Europea a través del proyecto de cooperación interfronteriza TRANSCOLAB.</span></em></p>Un tercio de la producción mundial de alimentos se desperdicia. Por suerte existen iniciativas para reaprovechar estos productos a todos los niveles y reducir su impacto ambiental. El 29 de septiembre es el Día Mundial contra el Desperdicio Alimentario.Manuel Gómez Pallarés, Catedrático en Tecnología de Alimentos, Universidad de ValladolidLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1287972019-12-22T20:52:43Z2019-12-22T20:52:43ZEsta es la huella ambiental de la comida que tiramos a la basura<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/307682/original/file-20191218-11909-gv4f1n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C8440%2C5787&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-person-throwing-leftover-pasta-into-639120259">Andrey_Popov/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La producción de alimentos tiene una huella de carbono que proviene del uso de terreno y de las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente. Un 22 % de estos alimentos termina en la basura, y con ellos todos los recursos utilizados en el proceso.</p>
<p>En los últimos tiempos, hemos oído hablar de la importancia que nuestra dieta tiene en el cambio climático. Según <a href="http://www.revistaindice.com/numero72/p25.pdf">este estudio</a>, la contribución al cambio climático de la dieta en los hogares es alrededor de un 19 %. El transporte y la energía suponen el 39 %. </p>
<p>Durante mi participación en la <a href="https://theconversation.com/una-cumbre-de-transicion-luces-y-sombras-de-la-cop25-128935">COP25</a> celebrada en Madrid, en una mesa redonda sobre emisiones GEI en los sectores agrícola y ganadero, se puso de manifiesto la importancia de los avances tecnológicos para reducir las emisiones. La moderación del consumo y la reducción del desperdicio alimentario son también puntos fundamentales.</p>
<h2>Impacto de la agricultura y la ganadería</h2>
<p>El <a href="https://www.miteco.gob.es/es/calidad-y-evaluacion-ambiental/temas/sistema-espanol-de-inventario-sei-/es2019-unfccc_nir_tcm30-496176.pdf">inventario</a> de gases de efecto invernadero en España señala a la agricultura como responsable del 11,6 % de las emisiones. </p>
<p>La ganadería supone un 9 %, siendo las emisiones de metano de la digestión de los rumiantes el factor principal. Los sensores en granja, el manejo de cultivos, la alimentación del ganado o la genética pueden contribuir a una agricultura y ganadería más eficiente.</p>
<p>Desde la investigación se trabaja para que la agricultura y la ganadería sean más productivas, eficientes y con menores emisiones de gases de efecto invernadero. </p>
<p>Por ejemplo, el proyecto <a href="http://www.metalgen.es">METALGEN</a> investiga estrategias genómicas y de nutrición para que el ganado deje una menor huella de carbono.</p>
<h2>El desperdicio alimentario</h2>
<p>Este <a href="http://www.fao.org/3/i3347e/i3347e.pdf">informe</a> de la FAO analiza el desperdicio alimentario y su impacto medioambiental en función del origen de los alimentos (vegetal o animal). </p>
<p>La producción mundial de alimentos de origen vegetal es de unos 4 800 millones de toneladas, principalmente cereales, seguidos de verduras, hortalizas y tubérculos. En comparación, la producción de alimentos de origen animal ronda los 1 000 millones de toneladas, que suponen entre el 17 y el 18 % de la producción total de alimentos en el mundo. </p>
<p>El estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura <a href="http://www.fao.org/home/es/">FAO</a> pone de manifiesto que en el mundo se desperdician 1 100 millones de toneladas de alimentos vegetales (un 19 % del total). La mayor parte de este desperdicio ocurre durante la producción y en los hogares a partes iguales. </p>
<p>El desperdicio mundial de alimentos de origen animal es de 175 millones de toneladas (un 3 % del total). </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=701&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=701&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=701&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=881&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=881&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/306997/original/file-20191215-124009-13m9mj9.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=881&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Producción de alimentos y emisiones asociadas según su origen vegetal o animal.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://www.fao.org/3/i3347e/i3347e.pdf">Óscar González-Recio, a partir de datos de la FAO</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>La huella del desperdicio</h2>
<p>El desperdicio alimentario supone un uso subóptimo de recursos cuya producción conlleva una huella hídrica, un aumento de la tierra cultivable y una emisión de gases de efecto invernadero. </p>
<p>El informe de la FAO revela que los cereales es el tipo de cultivo que mayor huella hídrica supone, un 51 % de la huella de <a href="https://www.riego.org/glosario/tag/agua-azul/">aguas útiles</a> o aguas azules en agricultura y ganadería, seguidos de las frutas. La carne supone menos de un 10 % del total de la huella de aguas azules de la agricultura. </p>
<p>Los desperdicios vegetales suponen un 16 % del total de gases de efecto invernadero provenientes de la agricultura, mientras que los productos de origen animal suponen el 7 %. Entre los desperdicios que más contribuyen a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero están las verduras y hortalizas (7 %), la carne (6 %) y los cereales (5 %). </p>
<p>El uso de tierra arable es similar en los productos de origen vegetal y animal. Entre ellos, los cereales, la carne y la leche son los que mayores superficie cultivable ocupan. Una reducción total del desperdicio de los alimentos supondría reducir un 23 % las emisiones totales de gases de efecto invernadero provenientes de la agricultura y la ganadería.</p>
<h2>Cómo reducir el desperdicio alimentario</h2>
<p>El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente propone un <a href="https://menosdesperdicio.es/sites/default/files/documentos/relacionados/estrategia_17-20.pdf">plan</a> estratégico para una producción y consumos responsables. </p>
<p>Los ciudadanos podemos seguir algunos de los consejos que sugiere la FAO:</p>
<ul>
<li><p>Servir porciones pequeñas en los hogares y los restaurantes. Es mejor repetir que desperdiciar lo sobrante.</p></li>
<li><p>Compartir raciones grandes en restaurantes.</p></li>
<li><p>Ir al supermercado con una lista de la compra.</p></li>
<li><p>No comprar con la vista. Las frutas y verduras “feas” o irregulares son igual de buenas, pero un poco diferentes.</p></li>
<li><p>Entender las fechas de caducidad y consumo preferente.</p></li>
<li><p>Donar los excedentes, principalmente los de restaurantes y supermercados (es necesaria una legislación).</p></li>
<li><p>Hacer compostaje. </p></li>
</ul>
<p>Reducir el desperdicio de comida no salvará el planeta, pero ayuda a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuye a una agricultura y ganadería más sostenibles.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/128797/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Óscar González-Recio no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La contribución al cambio climático de las emisiones asociadas a los alimentos de la dieta en los hogares supone alrededor de un 19%.Óscar González-Recio, Investigador especializado en mejora genética animal, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA - CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1225762019-09-15T19:52:19Z2019-09-15T19:52:19ZLas consecuencias sociales, nutricionales y ambientales de desperdiciar comida<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/291793/original/file-20190910-190035-1xtpi0f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C104%2C4096%2C2483&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/indoor-container-domestic-food-waste-ready-554954602?src=bh29wp6SmgLJYS4e971CrA-3-25">Gary Perkin/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La demanda mundial de alimentos está aumentando y cambiando rápidamente debido al crecimiento de la población, las modificaciones en la dieta y el desarrollo económico. </p>
<p>La mejora de la sostenibilidad del sistema agroalimentario es una prioridad a nivel mundial, aunque muchos de los esfuerzos se han centrado hasta ahora en el lado de la producción (como el aumento de las hectáreas cultivadas). </p>
<p>Sin embargo, la promoción del consumo responsable (dietas sostenibles y saludables, y reducción del desperdicio de alimentos) es una estrategia clave para lograr beneficios ambientales y una seguridad alimentaria sostenible. </p>
<p>Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/sustainable-consumption-production/">el ODS 12</a>, se enfoca a la producción y el consumo responsables. Una de sus metas es <a href="https://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//NONSGML+TA+P7-TA-2012-0014+0+DOC+PDF+V0//ES">reducir a la mitad la pérdida y desperdicio de alimentos</a>.</p>
<h2>Desperdicio alimentario, fuente de desigualdad</h2>
<p>El desperdicio de alimentos genera un gran impacto sobre la seguridad y distribución alimentaria a nivel mundial. <a href="http://www.fao.org/3/i9553en/i9553en.pdf">Según la FAO</a>, existen más de 815 millones de personas con desnutrición en el mundo. Desaprovechar alrededor de un tercio de los alimentos producidos genera una gran desigualdad y una importante distorsión en el conjunto del sistema alimentario. </p>
<p>El número de estudios destinados a cuantificar el desperdicio alimentario a lo largo de la cadena ha crecido significativamente durante los últimos años. Anteriormente, no solo escaseaban los trabajos científicos o técnicos, sino también la concienciación en la opinión pública. </p>
<p>Poco a poco, debido en gran parte a la asociación del desperdicio con la desnutrición y al gran impacto ambiental que supone, las estimaciones y análisis sobre la materia se han incrementado.</p>
<p>La pérdida y el desperdicio de alimentos representan un mal uso de la mano de obra, el agua, la energía, la tierra y otros recursos naturales que se utilizaron para producirlos. </p>
<p>Los estudios que se han realizado recientemente vinculando desperdicio y medio ambiente tratan de responder preguntas como: ¿cuáles son los efectos de tirar la comida sobre las emisiones de gases contaminantes o los recursos naturales? ¿Sería posible obtener mejoras ambientales significativas reduciendo el desperdicio de alimentos?</p>
<p>En diferentes investigaciones se ha puesto de manifiesto que reducir el desperdicio de alimentos se traduce en una disminución considerable de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Esto se debe a que la producción de todos los alimentos que se pierden o desperdician a lo largo y ancho de la cadena genera una serie de GEI que se podrían evitar si no fuesen obtenidos. </p>
<p>Dicho de otra forma, los alimentos no consumidos se convierten en comida “destinada” única y exclusivamente a contaminar. Si no fuesen desperdiciados, no se necesitaría producir otros nuevos (con las emisiones que ello genera). </p>
<p>Por ejemplo, el desperdicio de 88 millones de toneladas de alimentos al año en la UE es responsable de la emisión de 170 millones de toneladas de CO₂. Esta cifra representa el 8 % del total de emisiones globales y se acerca al volumen de este gas correspondiente al transporte por carretera. </p>
<p><a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969712011862">Una investigación a escala mundial</a> concluyó que alrededor del 25 % del total de kcal producidas se desperdician. Esta tasa de pérdida de alimentos supone que alrededor del 23 % de los recursos naturales (agua dulce, tierras de cultivo y fertilizantes) son igualmente desperdiciados. </p>
<p>El estudio demostró también que el uso total de las tierras de cultivo “desperdiciado” es casi igual a la extensión de la superficie agrícola de África.</p>
<h2>Pérdida de agua y nutrientes</h2>
<p>El desperdicio de alimentos implica también una pérdida de agua (la utilizada para producirlos) o nutrientes. Desde el centro CEIGRAM de la Universidad Politécnica de Madrid y el Observatorio del Agua de la Fundación Botín hemos realizado <a href="https://www.researchgate.net/profile/Alejandro_Blas2/publication/325094281_Food_consumption_and_waste_in_Spanish_households_Water_implications_within_and_beyond_national_borders/links/5cc2f573a6fdcc1d49b04667/Food-consumption-and-waste-in-Spanish-households-Water-implications-within-and-beyond-national-borders.pdf">un estudio</a> para evaluar los impactos hídricos y nutricionales relacionadas con el desperdicio en hogares españoles. </p>
<p>Los resultados del trabajo mostraron que “solo” se desperdicia un 4 % de lo comprado (unos 26 kg por persona y año). Pero esta cifra implica un desperdicio de 116 litros de agua por persona y día. De ellos, 19 litros son de “agua azul” (fueron destinados directamente para riego). Este volumen supone casi un sexto de todo el agua que utiliza una persona diariamente para el resto de actividades en el hogar (ducha, bebida, limpieza, etc.).</p>
<p>Además, el desperdicio de alimentos lleva asociada una pérdida de nutrientes. Nuestros resultados revelaron que debido al desperdicio anual de alimentos en los hogares españoles, se malgastan las siguientes cantidades de nutrientes por persona y año:</p>
<ul>
<li><p><strong>Macronutrientes:</strong> 40 385 kcal, lo que significa casi 7,5 kg de macronutrientes; 1,5 kg de proteínas, 1,8 kg de grasas y 4,2 kg de carbohidratos.</p></li>
<li><p><strong>Fibra:</strong> 483 g.</p></li>
<li><p><strong>Micronutrientes:</strong> casi 160 gramos (19 g de vitaminas y 141 g de minerales). </p></li>
</ul>
<p>Esto significa que alrededor del 5 % de la energía (kcal), el 5 % de las proteínas (y el resto de macronutrientes), el 8 % de la fibra, el 4 % de los minerales y el 11 % de vitaminas se pierde en la parte final de la cadena alimentaria. </p>
<p>Con el equivalente al desperdicio generado anualmente en el conjunto de todos los hogares españoles se podría alimentar a casi 2,2 millones de personas al año. A nivel individual, los nutrientes contenidos en la comida que tira anualmente una persona podrían alimentarla durante 18 días (teniendo en cuenta una necesidad media de alrededor de 2 200 kcal/persona y día).</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/122576/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alejandro Blas Morente recibe fondos del Observatorio del Agua de la Fundación Botín, con los que se han financiado el conjunto de investigaciones.</span></em></p>El desperdicio de alimentos no solo genera grandes impactos sobre la seguridad alimentaria, sino también ambientales, debido al uso ineficiente de recursos naturales en su producción.Alejandro Blas Morente, Doctor ingeniero Agrónomo. Investigador en desarrollo sostenible, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.