La emigración centroamericana se produce, principalmente, por población rural, cuyas actividades agrarias se ven afectadas por la degradación medioambiental, principalmente la erosión de los suelos.
Los suelos contaminados predominan en zonas donde se llevan a cabo actividades mineras e industriales, como el País Vasco, Asturias y Madrid, las rías gallegas y las áreas costeras del este.