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dientes – The Conversation
2024-02-28T18:13:00Z
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2024-02-28T18:13:00Z
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La importancia de cuidar los dientes de leche (hasta que se los lleve el ratoncito Pérez)
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/578571/original/file-20240228-22-14d5fg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5463%2C3628&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-headshot-cropped-image-little-preschool-1619867113">fizkes / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En todas las culturas del mundo existe un personaje imaginario infantil encargado de llevarse los dientes recién caídos de los niños. El hada de los dientes en Estados Unidos, el ratón Topolino en Italia y el ratoncito Pérez, popular en Latinoamérica y España. Estos personajes amigables, cargados de magia, aparecen durante la noche mientras los niños duermen e intercambian el “diente de leche” caído por dinero, un regalo o una carta. </p>
<p>La magia infantil se alía con la salud dental, pues estos dientes representan un tesoro real. De ellos depende la masticación y el proceso digestivo inicial, que resulta decisivo para la alimentación y crecimiento. También son esenciales para el desarrollo de los músculos faciales, así como para la fonación, la voz y el habla. Sirven de guía para la erupción de los dientes definitivos y constituyen una reserva de células madre. El ratoncito que se los lleve, desde luego, no tiene un pelo de tonto.</p>
<p>La tradición del ratón Pérez se ha vuelto tan popular en México que, actualmente, los consultorios de los odontopediatras (los dentistas de niños) exhiben una pequeña puerta para indicar la vivienda del ratoncito. Es así como éste se entera de que en la noche habrá un diente bajo la almohada de ese niño y acudirá a visitarlo mientras duerme. De esta manera, el niño que perderá un diente vive una experiencia emocionante en el consultorio y se muestra más cooperador durante el procedimiento.</p>
<p>Además de la emoción que la pérdida de un diente puede causar a los niños por la visita mágica que recibirán, esta tradición funciona como una manera efectiva para motivarlos a que cuiden sus dientes. Al ratoncito o al hada les gusta llevarse dientes limpios y libres de caries para agregarlos a su colección. Mientras más sano se encuentre el diente, mejor será la recompensa.</p>
<h2>20 visitas del ratón por cada niño</h2>
<p>Pero entonces, ¿cual es la importancia de estos dientes? Los dientes temporales son conocidos como los famosos dientes de leche. <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10606784/">Son veinte dientes divididos en tres grupos según su forma y función: incisivos, caninos y molares</a>. Por tanto, el ratoncito Pérez podrá visitar veinte veces a los niños.</p>
<p>Los dientes de leche se forman entre la sexta y séptima semana de vida intrauterina y aparecen en boca entre los cinco y seis meses de edad, aunque es normal que haya retrasos de seis meses a un año en su erupción. </p>
<p>Usualmente, a los tres años el niño ya tiene los veinte dientes erupcionados y su caída comienza entre los cinco y seis, terminando a los doce años aproximadamente.</p>
<p>A pesar de su tiempo limitado en boca, cumplen funciones importantes para el crecimiento y el desarrollo de la cara del niño, por lo que deben cuidarse y tratarse tan bien como los dientes permanentes. </p>
<h2>Características de los dientes temporales</h2>
<p>Al igual que los dientes permanentes, están formados por tres partes: la corona, la raíz y la pulpa dental. La corona es la parte visible del diente, la raíz mantiene al diente dentro del hueso y la pulpa contiene los nervios y vasos sanguíneos que lo nutren.</p>
<p><a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6983727/">La forma de la corona dental depende de su función</a>. </p>
<p>Los incisivos tienen aspecto de pala y su función es cortar la comida, los caninos poseen una corona puntiaguda para desgarrar los alimentos, mientras que los molares, con una corona con mayor superficie de contacto, los muelen. </p>
<p>En general, podemos decir que los dientes temporales tienen una pulpa más grande, raíces más largas y delgadas y la corona más pequeña en comparación con los permanentes. </p>
<p><a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19937744/">La dentición temporal está menos mineralizada</a> (80 %) en comparación con la permanente (96 %). Por esta razón, los llamados dientes de leche son más vulnerables a la desmineralización, la aparición de caries dental y la pérdida de su estructura.</p>
<h2>Y si se van caer, ¿para qué sirven los dientes temporales?</h2>
<p>Una idea popular es que, si los dientes de leche son temporales, es decir, se van a caer, no pasa nada si se dañan o si no se cuidan, lo cual está muy alejado de ser verdad. </p>
<p>Son diversas las funciones que estos dientes cumplen en la boca del infante. La más conocida es la masticación. A través de las fuerzas de la masticación, preparan el bolo alimenticio e inician la digestión, al tiempo que estimulan el crecimiento de los huesos maxilares. Además, permiten el desarrollo normal de los músculos de la cara.</p>
<p>Los dientes de leche favorecen la fonación. Son clave para la pronunciación de ciertos sonidos, posicionando correctamente y coordinando los labios y la lengua al hablar.</p>
<p>Asimismo, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9907435/">sirven como guías de erupción para los dientes permanentes</a>. Guardan el espacio que se requiere para una correcta erupción del diente que lo sustituirá y para el establecimiento de una oclusión adulta sana. </p>
<p>Además, estudios recientes han mostrado que éstos dientes poseen células que tienen la capacidad de regenerar tejidos dañados del cuerpo. Son las llamadas células madre, y, aunque aun se encuentran en estudio, <a href="https://www.medigraphic.com/pdfs/adm/od-2018/od183c.pdf">existen bancos de dientes que pueden guardarlos para ser usados en un futuro</a>.</p>
<h2>¿Cómo podemos cuidar los dientes de leche?</h2>
<p>La pérdida prematura de los dientes temporales, ya sea por golpes o por caries dental, tiene consecuencias en la boca del niño, como falta de espacio para el diente permanente, deficiencias para masticar y hablar, así como incidencia estética. Todo ello puede desembocar en problemas ortodóncicos. </p>
<p>Por lo anterior, la atención a estos dientes es vital. Es necesario que el niño se acostumbre desde pequeño a mantener un cuidado adecuado de su boca mediante hábitos dietéticos e higiénicos, principalmente adquiridos en casa, y por medio de la visita periódica al dentista.</p>
<p>Con relación a la alimentación del niño, los especialistas recomiendan una dieta libre de azúcares añadidos al menos hasta los dos años, así como evitar alimentos procesados y ultraprocesados, de consistencia pegajosa. Conviene aumentar la ingesta de alimentos de texturas fibrosas, como la manzana y la zanahoria cruda. </p>
<p>El cepillado de los dientes en casa debe ser diario y realizarse tres veces al día después de cada comida. Éste debe llevarse a cabo con una pasta que tenga flúor, concretamente más de 1 000 ppm (partes por millón de flúor), sin sustancias abrasivas, limitando la cantidad de pasta que colocamos en el cepillo.</p>
<p>Para niños de cero a tres años, la cantidad de pasta deberá ser del tamaño de un grano de arroz crudo. Para niños que ya sepan escupir, deberá ser del tamaño de un chícharo o guisante crudo. </p>
<p><a href="https://www.aapd.org/research/oral-health-policies--recommendations/periodicity-of-examination-preventive-dental-services-anticipatory-guidance-counseling-and-oral-treatment-for-infants-children-and-adolescents/">Es necesario acudir a consulta con un odontopediatra desde la aparición del primer diente</a>. Él podrá detectar de manera oportuna cualquier problema que pudiera observarse y dará las recomendaciones adecuadas para cada paciente en particular.</p>
<p>Se aconseja acudir a consultas de revisión cada cuatro o cinco meses para realizar limpiezas profesionales, y la aplicación de flúor según el riesgo de caries dental detectado por el profesional.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/223269/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>
La magia infantil del ratoncito Pérez se alía con la salud dental. Los dientes temporales son un tesoro para masticar, hablar y para la erupción de los dientes definitivos. Su cuidado es básico.
Julieta Sarai Becerra Ruiz, Profesora e Investigadora en Biociencias, Universidad de Guadalajara
Daniela Guzmán Uribe, Profesor Universitario, Universidad de Guadalajara
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2023-06-06T08:38:07Z
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Cómo elegir una buena pasta de dientes
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/529780/original/file-20230602-25-yrwnmc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=365%2C119%2C3622%2C2526&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/toothpaste-form-tooth-tube-paste-on-1080779357">Dragan/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El cepillado efectivo con una pasta dental fluorada, dos veces al día, durante 2 ó 3 minutos, junto al uso de seda dental o <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Cepillo_interdental">cepillos interdentales</a>, es el método básico para controlar la placa dental y mantener la salud oral.</p>
<p>La pregunta que muchas veces nos hacemos es: ¿qué pasta dental me compro? La oferta es muy variada y, con frecuencia, la información que se facilita en los envases es algo confusa y difícil de comprender.</p>
<h2>Los ingredientes de la pasta dental básica</h2>
<p>Si leemos con detenimiento la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23817056/">lista de ingredientes</a> de una pasta dental básica, veremos que contiene agentes abrasivos, entre los que se encuentran el sílice hidratado, la alúmina hidratada, el carbonato de calcio, el bicarbonato de sodio, etc. Estas sustancias, en las proporciones adecuadas, mejoran la acción mecánica del cepillado porque ayudan a desprender la placa dental de la superficie del diente. </p>
<p>También suele incluir un surfactante (como el lauril sulfato sódico) que hace que la pasta produzca espuma y favorece la descomposición de los componentes orgánicos de la placa dental. </p>
<p>Para estabilizar las fórmulas y darles la consistencia pastosa se usan los aglutinantes, como la carboximetilcelulosa. Añadiendo humectantes, como la glicerina y el sorbitol, se evita además la pérdida de agua, impidiendo que la pasta se endurezca en contacto con el aire. </p>
<p>Para que las pastas de dientes resulten más agradables al paladar, se utilizan edulcorantes, generalmente sacarina sódica, y saborizantes. </p>
<p>En cuanto al flúor –en diferentes formas químicas, tales como fluoruro sódico, flúor de aminas, fluoruro de estaño o monofluorofosfato sódico– tiene una acción preventiva frente a la caries y, al inhibir la actividad bacteriana, contribuye al <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37106659/">control de las biopelículas dentales</a>. Por si fuera poco, el flúor, junto con el calcio y el fosfato, es un componente esencial de la estructura mineral del diente, fundamental para mantener su integridad. </p>
<p>Algunas pastas incorporan agentes que inhiben la formación de cristales que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15641765/">calcifican la placa</a> como el pirofosfato sódico o algunos compuestos de zinc. </p>
<p>Otro grupo de pastas interesantes son las que contienen <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33916013/">agentes antisépticos</a> como la clorhexidina. Pueden estar indicadas como coadyuvantes junto al cepillado en el control de la placa, aunque es conveniente utilizarlas solo con prescripción del dentista.</p>
<h2>¿Sirven de algo las pastas blanqueantes?</h2>
<p>Las pastas que se comercializan como blanqueantes merecen una explicación aparte. La mayoría de ellas no contienen ningún <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34245356/">agente blanqueante específico</a> y, sencillamente, aumenta la proporción de agentes abrasivos o erosivos. Dicho de otro modo, su efecto se basa, sobre todo, en eliminar manchas o tinciones superficiales del diente. </p>
<p>Aunque en la mayoría de los casos el grado de abrasividad de sus componentes está dentro de los rangos permitidos, es conveniente buscar aquellas que poseen un sello de calidad emitido por la Asociación Dental Americana (ADA). </p>
<p>Otras fórmulas dentales incorporan agentes enmascaradores como <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33346061/">la covarina azul</a> o el dióxido de titanio, que tampoco tienen una acción específicamente blanqueante. </p>
<p>Los únicos componentes que ejercen una auténtica acción blanqueante y que pueden contener algunas pastas dentales son el peróxido de hidrógeno, en concentraciones inferiores al 0,1 % (libre dispensación), o su precursor, el <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35316588/">peróxido de carbamida</a>, en concentraciones no superiores al 3 %. Éstas últimas deben ser prescritas y entregadas por el dentista.</p>
<p>En personas que sufren retracción de las encías es conveniente elegir una pasta con baja abrasividad, ya que hay partes de la estructura del diente expuestas que son más susceptibles a la abrasión. Las pastas que contienen bicarbonato de sodio son, en general, menos agresivas. Las personas que presentan este problema, con frecuencia experimentan también sensibilidad dental, por lo que la incorporación de alguno de los agentes desensibilizantes comentados anteriormente pueden ayudarles a minimizar este problema.</p>
<h2>Las pastas de dientes infantiles deben dosificarlas los adultos</h2>
<p>Como las pastas de dientes infantiles suelen incorporar sabores agradables, es preferible que la dosificación de la pasta la haga un adulto, ya que tienden a chuparlas y tragárselas como golosinas. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/529784/original/file-20230602-27-90jrxj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/529784/original/file-20230602-27-90jrxj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/529784/original/file-20230602-27-90jrxj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=428&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/529784/original/file-20230602-27-90jrxj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=428&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/529784/original/file-20230602-27-90jrxj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=428&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/529784/original/file-20230602-27-90jrxj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=538&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/529784/original/file-20230602-27-90jrxj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=538&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/529784/original/file-20230602-27-90jrxj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=538&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/search/kids-brushing-teeth?image_type=photo">Alisa Lapina/Shutterstock</a></span>
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<p>De la misma manera, el cepillado dental de los más pequeños debe de ser realizado por un adulto hasta que el niño adquiere la destreza suficiente para hacerlo de forma efectiva, y supervisado al menos hasta los 8 o 9 años. Se recomienda no enjuagar después de aplicar la pasta, solo escupirla o, en niños muy pequeños, limpiar los excesos con una gasa.</p>
<p>Respecto a <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30829399/">la concentración de flúor de las pastas</a>, debe de ser de 1 000 ppm para niños de 0 a 6 años (a partir de la erupción del primer diente) y de 1 450 ppm a partir de los 6 años. Variará la cantidad en función de la edad: cantidad mínima de 0 a 3 años, del tamaño de un grano de arroz de 3 a 6 y del tamaño de un guisante a partir de los 6 años. Existen pastas con concentraciones superiores que se utilizarán solo bajo prescripción del dentista en situaciones especiales.</p>
<h2>El colutorio no sustituye al cepillado</h2>
<p>Respecto a los colutorios, existe una gran variedad de productos y componentes. Se pueden agrupar en tres grandes bloques: los que aportan sensación de frescor en la boca, los que contienen antisépticos y los que contienen flúor. </p>
<p>Hay que destacar que el colutorio no sustituye al cepillado en la remoción de placa, sino que lo complementa en aquellos casos en que, por prescripción del dentista, sea necesario. También puede usarse meramente para proporcionar frescor bucal y dejar una sensación <a href="https://gacetadental.com/2021/11/que-son-enjuagues-bucales-para-que-sirven-28540/">agradable tras la limpieza</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/205865/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carmen Llena Puy no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
¿Sabemos interpretar la lista de ingredientes de una pasta de dientes para identificar la que más nos conviene? ¿Funcionan de verdad las pastas blanqueares? ¿Mejor con o sin flúor?
Carmen Llena Puy, Catedrático de Universidad. Departamento de Estomatología. Universitat de València, Universitat de València
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2023-05-18T17:50:45Z
2023-05-18T17:50:45Z
El bruxismo ya no es lo que era (e incluso podría revelarse como un aliado)
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/526805/original/file-20230517-29-2703gn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=522%2C126%2C5484%2C3881&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mad-crazy-beautiful-caucasian-woman-wearing-2166914531">Jihan Nafiaa Zahri/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Según el <a href="https://consejodentistas.es/item/2213-la-pandemia-y-el-estres-que-genero-disparan-los-casos-de-bruxismo-en-espana.html">Consejo de Dentistas de España</a>, el bruxismo es el diagnóstico odontológico que más ha aumentado desde la pandemia, llegando casi a cuadruplicarse: su incidencia entre la población ha pasado del 6 % al 23 %.</p>
<p>Estemos o no afectados, todos sabemos lo que supone básicamente esta conducta –apretar o rechinar los dientes–, pero en los últimos años el concepto ha cambiado y ahora se clasifica en dos entidades bien diferenciadas: el bruxismo del sueño y el bruxismo de vigilia. Y se pueden abordar como dos fenómenos independientes, aunque a veces aparezcan de forma conjunta.</p>
<p>Mientras que el primero surge de forma involuntaria mientras dormimos, el segundo se manifiesta cuando estamos despiertos. En este último caso, la persona puede ser consciente del comportamiento y, por consiguiente, ponerle fin.</p>
<h2>Dos fenómenos distintos</h2>
<p>Actualmente, el bruxismo del sueño <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/joor.12663">se define</a> como “una actividad de la musculatura masticatoria rítmica o no rítmica que no es un trastorno del movimiento o del sueño en individuos sanos”. Y el de vigilia como “una actividad de la musculatura masticatoria durante la vigilia caracterizada por el contacto dental sostenido o repetitivo o por tensión o empuje de la mandíbula”. Que tampoco es un trastorno del movimiento en individuos sanos. </p>
<p>En otras palabras, a lo que popularmente consideramos apretar/rechinar los dientes cuando dormimos (ya sea de noche o de día) le llamaríamos bruxismo de sueño, mientras que la tensión en la mandíbula, contacto dental o apretamiento cuando estamos despiertos sería bruxismo de vigilia.</p>
<p>Aunque las dos definiciones parece que aluden a conductas muy similares, su etiología, función y manera de abordarlas son distintas.</p>
<p>En algunos contextos clínicos, ambas modalidades pueden considerarse un factor de riesgo o un signo de una enfermedad subyacente. Por ejemplo, dolores de cabeza (cefaleas y migrañas) o trastornos temporomandibulares, los que afectan a la articulación de la mandíbula y los músculos que controlan su movimiento. Y siempre cabe la posibilidad de que acarreen <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9142364/">consecuencias negativas</a>: <a href="https://europepmc.org/article/med/36964364">pueden producir</a> desgaste y fracturas dentales, así como dolor muscular o articular. </p>
<h2>¿Y si fuera beneficioso?</h2>
<p>De cualquier forma, las investigaciones actuales implican otra modificación importante en la concepción del bruxismo: ya no se considera una patología, sino una simple una actividad motora. Es decir, no tiene por qué ser perjudicial en sí mismo. </p>
<p>En primer lugar, un <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7755641/">estudio</a> de 2020 concluyó que el bruxismo de vigilia podría constituir un mecanismo de escape al estrés. Y en segundo lugar, el que se produce mientras dormimos parece estar relacionado con el reflujo gástrico y la <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11325-019-01919-y">apnea obstructiva de sueño</a> (<a href="https://theconversation.com/apnea-del-sueno-pequenos-ahogos-con-graves-consecuencias-190845">pausas respiratorias durante el descanso nocturno</a>). Algunos autores proponen que podría ejercer un papel protector frente a los efectos de ambos trastornos.</p>
<h2>El factor psicológico</h2>
<p>En cuanto a la etiología u origen de este comportamiento, aún no esta del todo claro, pero se han identificado factores de riesgo como el alcohol, la nicotina, las drogas recreativas, la cafeína, algunos fármacos, la ansiedad o el estrés. Parece que la tensión emocional desempeña un papel importante, sobre todo, en el bruxismo de vigilia. De hecho, se considera el principal desencadenante.</p>
<p>En esta línea, un <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9916215">estudio reciente</a> llevado a cabo por investigadores de la <a href="https://odontologia.ucm.es/">Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid</a> ha comparado muestras de participantes antes, durante y después de la pandemia del covid-19. Según sus conclusiones, el bruxismo del sueño y de vigilia podrían verse influidos por distintos estados de ansiedad: mientras que el primero se relacionaría con el estrés pasivo –asociado a la preocupación o indefensión–, el de vigilia parece vincularse en mayor medida a la actividad diurna inmediata.</p>
<p>Este mismo equipo encontró en un <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s00784-022-04405-0">trabajo previo</a> que los bruxistas que contemplaban vídeos negativos estresantes y con escenas de dolor presentaban mayor tensión muscular que los participantes no bruxistas. Esta relación apoya la vinculación del estrés más inmediato y cotidiano con el bruxismo de vigilia.</p>
<h2>Técnicas de prevención</h2>
<p>Por tanto, y aunque el bruxismo de vigilia puede constituir un mecanismo de escape al estrés, se puede prevenir aprendiendo a detectar el hábito –con el objeto de reducir la tensión muscular– y, después, disminuyendo los niveles de estrés mediante técnicas de relajación y de afrontamiento. </p>
<p>Quizá por todo ello, uno de los tratamientos más efectivos es el llamado <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-revista-internacional-protesis-estomatologica-315-resumen-biofeedback-electromiografico-una-alternativa-terapeutica-X1139979109539626"><em>biofeedback</em></a>. Consiste en que los pacientes aprendan a identificar y a reducir la tensión muscular adoptando una postura de reposo mandibular gracias a la utilización de un <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Electromiograf%C3%ADa">electromiógrafo</a>, aparato que mide la actividad eléctrica de los músculos.</p>
<p>Muchas personas ignoran que para que la mandíbula esté relajada y en reposo no debe haber contacto dental, tal y como se deduce de la definición más arriba descrita. El mero hecho de ser consciente de ello e intentar corregirlo reduce la incidencia del bruxismo.</p>
<p>Recientemente se han desarrollado aplicaciones móviles para alcanzar esos dos objetivos. Sin embargo, no suelen estar suficientemente optimizadas y resultan tediosas. </p>
<p>Quizá la forma más sencilla de detectar que apretamos los dientes es poner post-it en lugares visibles (pantalla del ordenador, espejo, etc.) que nos lo recuerden. Y dado que el estrés está presente de forma crónica en nuestra vida, realizar habitualmente técnicas de relajación y control de esa tensión, aquellas que menos nos cueste hacer.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/204125/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>
Apretar o rechinar los dientes es un comportamiento muy extendido que se ha disparado en los últimos años. Y aunque acarrea problemas, algunos estudios también apuntan a que el bruxismo puede ser un mecanismo de escape al estrés o protegernos frente a ciertas patologías.
Laura Jiménez Ortega, Profesora del Departamento de Psicobiología y Metodología en Ciencias del Comportamiento, Universidad Complutense de Madrid
Eva Willaert Jiménez-Pajarero, Profesora asociada de Prótesis y Disfunción Craneomandibular, Universitat de Barcelona
María García González, Profesora de Odontología, Universidad Europea
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2023-05-11T19:25:23Z
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La poco conocida relación entre la boca y la salud mental
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/525432/original/file-20230510-10947-f78n2s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=299%2C101%2C3694%2C2556&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/smiling-old-man-brushing-his-teeth-2174503547">Nosales/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Según el <a href="https://www.who.int/es/news/item/18-11-2022-who-highlights-oral-health-neglect-affecting-nearly-half-of-the-world-s-population">último informe sobre la situación mundial de la salud bucodental</a> publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 45 % de la población mundial sufre alguna enfermedad oral. Argumento de sobra para que visitemos periódicamente al dentista.</p>
<p>Ya sea para hacernos una revisión y limpieza, o como consecuencia de caries y ortodoncias, hacemos bien en preocuparnos por la salud de nuestra boca, porque es un reflejo de nuestra salud general. Y viceversa: el estado de nuestros dientes, encías y boca afecta a otros sistemas del organismo. Esta conexión bidireccional es objeto de estudio por parte de profesionales de la salud de diversas especialidades, incluida la salud mental.</p>
<h2>Estrés, depresión y autismo pueden afectar a la salud oral</h2>
<p>En general, las personas con enfermedades mentales tienen <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/froh.2021.732882/full">peor salud bucodental</a>, con mayor pérdida de dientes, necesidad de empastes o enfermedad de las encías. ¿A qué se debe esta interrelación entre salud mental y boca? </p>
<p>Son varios los factores que pueden estar implicados. Por un lado, el estrés y la ansiedad nos llevan a apretar los dientes. El <a href="https://www.nidcr.nih.gov/espanol/temas-de-salud/el-bruxismo"><strong>bruxismo</strong></a> provoca un desgaste y movilidad de los dientes, y sobrecarga los tejidos.</p>
<p>En caso de <a href="https://www.carequest.org/resource-library/how-depression-linked-oral-health"><strong>depresión</strong></a> experimentamos falta de motivación, aislamiento social, baja autoestima, fatiga o cansancio y pérdida de interés por actividades habituales. Esta sintomatología puede afectar negativamente a la salud oral, ya que se presta menos atención a la higiene y el autocuidado de la boca. </p>
<p>En cuanto a los <a href="http://www.colegiohigienistasmadrid.org/doc/Trastorno-alimentacion-SALUD%20BUCODENTAL.pdf"><strong>trastornos de la conducta alimentaria</strong></a>, como la bulimia o la anorexia, también se reflejan en la boca: una dieta deficitaria o los ácidos de los vómitos provocan que el esmalte dental se debilite y aparezcan más caries.</p>
<p>Las personas con <a href="https://journals.sagepub.com/doi/epub/10.1177/0004867415615947"><strong>esquizofrenia</strong></a> padecen más patología oral (enfermedad de las encías, mayor pérdida y necesidad de empastes de los dientes) asociada al abuso de tabaco, alcohol y drogas, al descuido de la higiene oral, al comportamiento evasivo y a la dieta rica en azúcares. </p>
<p>En el caso de las personas con <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/18/1/135"><strong>trastorno del espectro autista</strong></a>, la dificultad para tolerar el cuidado de la boca, tanto en casa como en la consulta del especialista, poca cooperación o problemas de comunicación son factores que podrían favorecer el deterioro de la salud oral.</p>
<h2>Medicamentos que producen sequedad de boca</h2>
<p>¿Afectan a la salud oral los tratamientos frente a las enfermedades mentales? La respuesta es sí. Aunque los medicamentos que utilizamos para tratar las enfermedades mentales mejoran significativamente la calidad de vida de los pacientes no están exentos de efectos adversos, y algunos de ellos afectan a la boca. </p>
<p>Uno de los efectos indeseados a nivel oral más frecuente es la modificación de la producción de saliva. Los fármacos que utilizamos para tratar la depresión, la ansiedad o la esquizofrenia <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0165032717309898?via%3Dihub">disminuyen el flujo salival</a> (xerostomía). Esta sequedad de boca afecta a la ingesta de alimentos y al habla, facilitando además la aparición de infecciones. Afortunadamente, la sequedad de boca producida por los medicamentos es reversible y desaparece al terminar el tratamiento.</p>
<p>Otras <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0165032717309898?via%3Dihub">alteraciones orales causadas por la medicación</a> empleada en el tratamiento de las enfermedades mentales son las alteraciones del gusto, los movimientos involuntarios de la boca y de la lengua (discinesias orales), las úlceras, así como la enfermedad y/o agrandamiento de las encías. </p>
<h2><em>Mens sana in corpore sano</em>: empecemos por la boca</h2>
<p>En general, tenemos interiorizada la necesidad de mantener unos dientes fuertes y saludables, cepillándolos tras las comidas, y acudiendo a la consulta odontológica con cierta regularidad. Estos buenos hábitos, además de evitar enfermedades dentro y fuera de la boca, preservan la buena salud oral, que favorece un estado mental positivo, refuerza la autoestima y mejora nuestro bienestar. </p>
<p>Además de permitirnos sonreír abiertamente.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/205415/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>
Las personas con enfermedades mentales tienen peor salud bucodental, con mayor pérdida de dientes, necesidad de empastes o enfermedad de las encías. La ansiedad fomenta el bruxismo y la depresión y el autismo las caries e infecciones.
Nerea Jauregizar, Profesora agregada del Departamento de Farmacología, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Leire Urien, Odontóloga doctoranda en farmacología, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Teresa Morera Herreras, Profesora agregada del Departamento de Farmacología, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
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2022-11-29T13:12:06Z
2022-11-29T13:12:06Z
Infarto, cáncer, alzhéimer… Así aumenta la mala salud de sus encías el riesgo de sufrir otras enfermedades
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/497924/original/file-20221129-12-mxqx3s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5455%2C3637&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/periodontal-disease-gingivitis-inflammation-gums-2196675305">Shutterstock / Emily frost</a></span></figcaption></figure><p>Entre 8 y 9 de cada 10 personas mayores de 35 años presentan alguna enfermedad de las encías: gingivitis o periodontitis. Esta última es la principal causa de pérdida de dientes en los adultos y, <a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/oral-health">según la OMS</a>, figura como la sexta patología crónica en el mundo, detrás de la caries. </p>
<p>Y sin embargo, aproximadamente la mitad de la población adulta europea (incluyendo Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido) no sabe qué es, como indica un estudio presentado el pasado mes de junio. Por ejemplo, en España, el porcentaje de desconocimiento alcanza el 51 %. En el mismo trabajo se observa que esa ignorancia desciende hasta alrededor del 35 % en niveles educativos y socioeconómicos altos.</p>
<h2>El 40 % de los adultos padece periodontitis</h2>
<p>Está justificado empezar, pues, explicando en qué se diferencian las dos dolencias citadas. Mientras que la gingivitis es la inflamación de las encías, provocada en la mayoría de los casos por bacterias, la periodontitis genera además una pérdida de hueso alrededor de los dientes. <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27027396">El 40 % de la población adulta padece esta infección inmunoinflamatoria</a> –causada también por bacterias–, y un 10 % la sufre de forma avanzada o severa. </p>
<p>Que media población ignore qué es la periodontitis no deja de sorprender. En primer lugar, no solo afecta a la función masticatoria, por la pérdida inicial de dientes posteriores, sino que también empeora el aspecto estético. Sus síntomas –las recesiones o pérdidas de encía alrededor de los dientes y el desplazamiento de éstos– comprometen la sonrisa y reducen la autoestima.</p>
<p>Pero es que además tiene consecuencias en la salud a nivel general, pues la inflamación crónica no se limita a las encías, sino que trasciende al resto de nuestro cuerpo. </p>
<p>La evidencia científica, especialmente desde los años noventa, constata que los pacientes con periodontitis avanzada poseen un riesgo más elevado de padecer otras enfermedades sistémicas muy importantes, como <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32011025">el infarto agudo de miocardio</a>, la diabetes –dificulta su control– o la <a href="https://www.msdmanuals.com/es-es/professional/trastornos-pulmonares/neumon%C3%ADa/neumonitis-y-neumon%C3%ADa-aspirativa">neumonía aspirativa</a>. También eleva las probabilidades de que las mujeres embarazadas <a href="https://www.dentalhealth.org/news/study-highlights-link-between-gum-disease-and-premature-labour#:%7E:text=Pregnant%20women%20with%20gum%20disease,a%20perfect%20pregnancy%20(29%25).">tengan un parto prematuro</a>. Y recientemente, la lista ha aumentado: se han demostrado asociaciones con la hipertensión, el alzhéimer e incluso algún tipo de cáncer. </p>
<h2>Una inflamación exacerbada</h2>
<p>¿A qué se debe ese reguero de secuelas? Cuando un paciente padece periodontitis avanzada es que su sistema inmunológico ha respondido a la agresión bacteriana de forma poderosa mediante la inflamación. Concretamente, a la presencia de bacterias gramnegativas (G-) anaeróbicas en el surco gingival, el espacio que existe entre la encía y el diente. </p>
<p>Los citados microorganismos, presentes en la biopelícula o biofilm bacteriano oral, tienen la capacidad de colonizar los tejidos que conforman la encía; es en ellos donde se produce la exacerbada respuesta inflamatoria. Esta reacción natural a la agresión de los microbios acarrea consecuencias, tanto en la boca como en el resto de nuestro organismo. </p>
<p>Localmente, la invasión de bacterias y sus toxinas produce una atracción de células de defensa y proteínas. Como consecuencia, se genera una cascada de potentes mediadores de la inflamación que destruyen el colágeno presente en la encía y en el hueso. Esto es lo que deteriora la inserción y el soporte de los dientes. </p>
<p>En segundo lugar, varios mecanismos pueden afectar a otros órganos del cuerpo, pero principalmente dos: la presencia de las propias bacterias G- y sus toxinas en los vasos sanguíneos, lo que daña sus estructuras internas; y la circulación de los mediadores de inflamación a través de la sangre, que estimulan el desarrollo de dicha inflamación en la placenta, el páncreas, etcétera.</p>
<h2>De la diabetes al cáncer gastrointestinal</h2>
<p>En lo que se refiere a la diabetes, la periodontitis avanzada aumenta la resistencia a la insulina, lo que provoca el peor manejo de la enfermedad. También genera un aumento en los niveles de <a href="https://medlineplus.gov/spanish/pruebas-de-laboratorio/prueba-de-proteina-c-reactiva-pcr/">proteína C reactiva</a> –un marcador de inflamación– y la tensión arterial: ambos indican el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares. </p>
<p>Respecto a la <a href="https://theconversation.com/cepillarse-los-dientes-para-mantener-el-cerebro-libre-de-bacterias-139578">moderada asociación con el alzhéimer</a>, es más importante cuando se detecta la existencia de <em>Porphyromonas gingivalis</em> (la principal bacteria de la periodontitis) en el cerebro. Así mismo <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36407281/">se ha observado</a> que la elevada y continuada presencia de otro microorganismo fundamental en el desarrollo y progresión de esta dolencia, <em>Fusobacterium nucleatum</em>, puede incrementar el riesgo de padecer cáncer gastrointestinal.</p>
<h2>Elementales medidas de higiene</h2>
<p>Ahora, las buenas noticias: la prevención de la periodontitis es fácil. Debe incluir <a href="https://theconversation.com/cinco-cosas-que-deberiamos-tener-en-cuenta-para-cuidar-los-dientes-183508">una buena higiene oral</a> para eliminar la placa bacteriana oral dos veces al día con un cepillado de dos minutos –el cepillo eléctrico puede resultar de gran ayuda– y el uso de cinta dental y cepillos interdentales. </p>
<p>Por supuesto, también necesitamos eliminar periódicamente las bacterias en una clínica dental con aparatos sónicos, ultrasónicos o manuales. Y es fundamental que un periodoncista o dentista diagnostique el estado de salud de sus encías para evitar males mayores.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/194848/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jose Nart es Presidente de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración y su Fundación. Además de Director Médico de Nart Clínica Dental Barcelona.</span></em></p>
Sufrida por una buena parte de la población, la periodontitis o inflamación crónica de las encías puede afectar a órganos muy diversos. Una adecuada higiene dental es fundamental para prevenirla.
Jose Nart, Profesor Titular de Periodoncia. Jefe del Departamento de Periodoncia y Director del Master de Periodoncia e Implantes. Presidente de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), Universitat Internacional de Catalunya
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2022-07-17T19:17:56Z
2022-07-17T19:17:56Z
Cinco cosas que deberíamos tener en cuenta para cuidar los dientes
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/472588/original/file-20220705-21-4f8rso.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=10%2C20%2C6859%2C4552&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/confident-young-man-looking-away-big-1449002393">Shutterstock / Rido</a></span></figcaption></figure><p>¿Es preferible usar cepillos dentales o cepillos eléctricos? ¿Limpia los dientes comerse una manzana después de las comidas? ¿Blanquean las pastas de dientes a base de carbón?</p>
<p>La salud bucodental es imprescindible para disfrutar de una buena salud general. Sin embargo, existen falsas creencias muy arraigadas en la sociedad que confunden a quienes intentan preservar su salud oral.</p>
<p>Analizamos a continuación algunas de las más frecuentes:</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/472581/original/file-20220705-1817-ckjspk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/472581/original/file-20220705-1817-ckjspk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/472581/original/file-20220705-1817-ckjspk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=475&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/472581/original/file-20220705-1817-ckjspk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=475&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/472581/original/file-20220705-1817-ckjspk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=475&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/472581/original/file-20220705-1817-ckjspk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=597&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/472581/original/file-20220705-1817-ckjspk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=597&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/472581/original/file-20220705-1817-ckjspk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=597&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/pain-caused-by-wisdom-teeth-3d-1427500928">Shutterstock / peterschreiber.media</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>1. ¿La erupción de las muelas del juicio causa el apiñamiento del resto de los dientes?</h2>
<p>Una de las mayores preocupaciones que surgen con la erupción de los cordales (coloquialmente llamadas muelas del juicio) es si harán que el resto de la dentadura se tuerza y se apiñe.</p>
<p>Antes de nada, hay que tener claro que la terapia adecuada para el apiñamiento dental varía según <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/6945805/">la magnitud del problema</a>. Aunque a día de hoy sigue siendo un tema bastante controvertido y estudiado, se acepta que la estabilidad y alineamiento de los dientes <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15067265/">es variable y en gran parte impredecible</a>. </p>
<p>En cada paciente el apiñamiento puede ser provocado por una etiología diferente, como por ejemplo la edad, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/9598608/">la maloclusión</a>, el perímetro de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/7864462/">las placas dentales o del arco</a>, factores <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28297088/">periodontales y gingivales</a> o incluso después de haberse corregido con <a href="https://www.scopus.com/record/display.uri?eid=2-s2.0-0347275473&origin=inward&txGid=90248d7ea68f1dd5ae1c26acdc9175b1&featureToggles=FEATURE_NEW_DOC_DETAILS_EXPORT:1">ortodoncia</a>.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/472582/original/file-20220705-7090-8547y0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/472582/original/file-20220705-7090-8547y0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/472582/original/file-20220705-7090-8547y0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/472582/original/file-20220705-7090-8547y0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/472582/original/file-20220705-7090-8547y0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/472582/original/file-20220705-7090-8547y0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/472582/original/file-20220705-7090-8547y0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/472582/original/file-20220705-7090-8547y0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/silver-amalgam-crown-dental-filling-teeth-692925874">Shutterstock / BlurryMe</a></span>
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</figure>
<h2>2. ¿Los empastes de amalgama de plata tienen efectos sobre la salud?</h2>
<p>Aunque las amalgamas dentales (conocidas popularmente como empastes) se han utilizado durante casi dos siglos, su seguridad nunca ha sido probada por ninguna agencia reguladora. Sí se ha determinado por <a href="https://www.federalregister.gov/documents/2009/08/04/E9-18447/dental-devices-classification-of-dental-amalgam-reclassification-of-dental-mercury-designation-of">organismos nacionales</a> e <a href="https://apps.who.int/iris/handle/10665/63711">internacionales</a> como segura.</p>
<p>Hay que destacar que los empastes de amalgama o metálicos están compuestos por distintos metales: mercurio, plata, estaño y cobre. El mercurio, que supone más de la mitad, ha sido identificado como uno de los materiales no radioactivos más tóxicos que existen.</p>
<p>Una <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3388771/">revisión realizada en 2012</a> concluía que los empastes no implican ningún riesgo sobre la salud a excepción de alguna reacción alérgica.</p>
<p>Sin embargo, otra <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6466133/#B86-ijerph-16-01036">revisión más reciente</a> expone que la liberación constante de mercurio, aunque sea en pequeñas cantidades a partir de la amalgama, y su presencia en la saliva, así como el consumo añadido de pescados y mariscos contaminados, constituyen una exacerbada y grave carga para los humanos.</p>
<p>Por otro lado, algunos estudios retrospectivos alertan de una posible causalidad entre las amalgamas dentales con el desarrollo de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20186178/">la enfermedad de Alzheimer y el párkinson</a> y la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24178888/">esclerosis múltiple</a>.</p>
<p>Por lo tanto, tampoco se puede llegar a un consenso claro a la hora de dar una respuesta, mas allá de que Naciones Unidas ha establecido el principio de precaución como un medio para hacer frente a la incertidumbre en cuestiones científicas. Es la manera, entienden, de <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000139578">prevenir potencialmente daños a las personas o al medio ambiente antes de que se conozcan todos los hechos necesarios</a>. Por su parte, ciertos países europeos han actuado de acuerdo a este principio recomendando <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15800265/">su no uso en embarazadas</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/472584/original/file-20220705-12-5scvcu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/472584/original/file-20220705-12-5scvcu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/472584/original/file-20220705-12-5scvcu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/472584/original/file-20220705-12-5scvcu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/472584/original/file-20220705-12-5scvcu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/472584/original/file-20220705-12-5scvcu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/472584/original/file-20220705-12-5scvcu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/472584/original/file-20220705-12-5scvcu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-womans-teeth-electrical-toothbrush-1005702013">Shutterstock / Andrey_Popov</a></span>
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</figure>
<h2>3. ¿Son mejores los cepillos eléctricos o los manuales?</h2>
<p>El cepillado es la base de un buen cuidado bucodental y <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34948732/">de la prevención de la mayor parte de enfermedades que pueden afectar a la boca</a>. Multitud de estudios confirman que el cepillo eléctrico es más eficaz que el manual en lo que respecta a una mejor eliminación de la placa. Lo que acaba desequilibrando la balanza es, básicamente, la cantidad de ventajas que tiene un buen cepillo dental eléctrico:</p>
<ul>
<li><p>Más eficaz contra la placa dental gracias a su <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30075780/">acción automática constante y homogénea</a>.</p></li>
<li><p>Más sencillo de usar para <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31050195/">personas con movilidad reducida o discapacidad intelectual</a>.</p></li>
<li><p>Permite un cepillado más delicado y preciso, ya que a menudo presenta sensores de presión que avisan si ésta es excesiva.</p></li>
<li><p>Más atractivo, especialmente para niños, aumentado así la integración de hábitos saludables, también <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30935601/">en adolescentes que puedan llevar ortodoncia</a>.</p></li>
<li><p>Consta de temporizadores que aumentan el tiempo de cepillado de cada zona.</p></li>
<li><p>Genera menos residuos, ya que hay una reducción de la frecuencia de reemplazo del cabezal del cepillo eléctrico <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34948732/">respecto a un cepillo convencional</a></p></li>
</ul>
<figure class="align-right zoomable">
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/natural-care-oral-cavity-gum-protection-1817420273">Shutterstock / MARINA_KA</a></span>
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<h2>4. ¿Blanquean las pastas de dientes a base de carbón?</h2>
<p>Los productos para el cuidado bucal a base de carbón han ganado popularidad en los últimos años, sobre todo a través de los anuncios publicitarios sobre sus poderes como blanqueador. Sin embargo, estudios recientes indican que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33774715/">el cepillado con pastas de dientes blanqueadoras a base de carbón vegetal y una pasta de dientes fluorada normal</a> presenta efectos similares en el color del esmalte.</p>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/biting-apple-113506360">Shutterstock / Glayan</a></span>
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<h2>5. ¿Sirve de algo comer una manzana después de las comidas?</h2>
<p>En ocasiones, la falta de tiempo o la pereza impiden que nos cepillemos los dientes después de comer. Tradicionalmente se ha defendido que terminar una comida con un alimento duro o una fruta es un medio para prevenir enfermedades orales como la caries y la enfermedad periodontal.</p>
<p>Según una revisión reciente, una manzana no elimina la placa dental, e incluso puede favorecer el recrecimiento de la placa durante las primeras 24 horas. Sin embargo, sí produce una <a href="https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0199812">reducción inmediata de la viabilidad bacteriana salival</a> similar a la que se produce después del cepillado de dientes.</p>
<hr>
<p><em>Escrito con la especial colaboración y edición de Laura Angrill Solé, odontóloga por la UB y profesora especialista en CFGS Higiene Bucodental (INS La Segarra de Cervera).</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/183508/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Francisco José Verdejo-Amengual no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
La salud bucodental es imprescindible para disfrutar de una buena salud general.
Francisco José Verdejo-Amengual, Profesor Asociado en grado de Fisioterapia. Profesor CFGS en Higiene Bucodental. PhD Student en curas integrales y salud, Universitat de Lleida
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/167193
2021-09-16T19:44:20Z
2021-09-16T19:44:20Z
¿Qué microorganismos compartimos al besarnos?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/421426/original/file-20210915-14230-1q53rbb.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=442%2C57%2C1382%2C1020&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-vector/continuous-one-drawn-single-line-romantic-1125101534">Shutterstock / Derplan13</a></span></figcaption></figure><p>Un beso puede ser fruto del cariño o la pasión pero ¿qué ofrecemos a la pareja que besamos? A veces, simplemente nos dejamos llevar pensando que solo compartimos amor, pero hay algo de lo que quizás no nos estemos percatando… ¡también intercambiamos muchos microorganismos!</p>
<p>Aunque no lo parezca, la boca es un complejo ecosistema donde pueden vivir hasta 700 especies de bacterias. Sus condiciones lo permiten: la saliva hace que sea un ambiente húmedo, tiene una temperatura moderada y un suministro constante de nutrientes. Por eso, es un sitio ideal para que crezcan bacterias. </p>
<p>Como la boca está llena de microorganismos, es evidente que podemos intercambiar muchos de ellos al besarnos. De hecho, según un estudio holandés realizado con estudiantes, en un beso apasionado de 10 segundos nos transferimos la friolera cantidad de <a href="https://microbiomejournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/2049-2618-2-41">80 millones de bacterias</a>.</p>
<h2>¿Quién vive alrededor de nuestra lengua?</h2>
<p>La comunidad de bacterias de la boca es lo que se conoce como microbiota oral y nos acompaña desde el nacimiento. A lo largo de la vida se va modificando en función de lo que comemos, si tomamos medicamentos o no, nuestra higiene o si fumamos. La edad y la genética también influyen en la composición de esta microbiota.</p>
<p>En general, las bacterias que viven en la boca aportan <a href="https://www.nature.com/articles/sj.bdj.2016.865">muchos beneficios</a>. No dejan hueco para que puedan colonizar patógenos, ayudan con la digestión y mantienen alerta al sistema inmunitario. Además, algunas producen vasodilatadores que ayudan a regular la presión arterial.</p>
<p>Viven en comunidades en distintas partes de la boca, formando biopelículas. Producen una matriz pegajosa que las ancla al sustrato y así quedan protegidas de las inclemencias del ambiente, como los anticuerpos o los antibióticos.</p>
<p>Estas complejas comunidades pueden establecerse en los dientes, las encías o la lengua. En otras partes como las mejillas no da tiempo a que se formen estas biopelículas porque las células de la mucosa se renuevan muy rápido.</p>
<p>Cada zona tiene unas condiciones diferentes de oxígeno y nutrientes, lo que hace que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23674263/">la comunidad bacteriana cambie mucho</a>. Ni siquiera es igual entre la parte de delante y trasera del mismo diente. Tanto es así que la microbiota de su lengua probablemente sea más semejante a la de un desconocido que a la de sus propios dientes.</p>
<h2>Mucho más que un simple beso</h2>
<p>El contacto estrecho que exige un beso hace que las bacterias pasen fácilmente de una boca a otra. Pensarlo produce bastante repelús pero la mayoría son transitorias y, tal cual llegan, las tragamos o las eliminamos sin darnos cuenta. </p>
<p>La capacidad de las bacterias para establecerse en la boca depende de si pueden adherirse a alguna de sus superficies o no. Además, el sistema inmunitario no se lo pone fácil ya que la saliva concentra <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/prd.12366">un tipo de anticuerpos llamados IgA</a>, producidos por las mucosas, que intentan bloquear la adhesión de las bacterias. Como apunte: las personas que tienen más caries presentan menores niveles de este anticuerpo.</p>
<p>Por tanto, aunque con un beso lleguen muchas bacterias de nuestra pareja, la mayoría pasan directamente hacia el intestino. Sin embargo, no hay que bajar la guardia. Algunas consiguen pegarse firmemente y se establecen en la boca.</p>
<p>Toda esta información nos dice que sería difícil que las bacterias colonizasen tras un beso. Pero hay que tener cuidado porque en la microbiota también se pueden esconder microorganismos que no son tan buenos. Vamos a verlos.</p>
<h2>El lado oscuro de la microbiota oral</h2>
<p>La biopelícula producida por las comunidades bacterianas sobre los dientes es lo que se conoce como <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fmicb.2018.03323/full">placa dental</a>. A veces es muy estable y se hace difícil de eliminar.</p>
<p>Las bacterias utilizan los azúcares de los alimentos y producen gran cantidad de ácidos. Estas condiciones hacen que el esmalte del diente pierda mineral, produciendo caries.</p>
<figure class="align-left ">
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<span class="caption"><em>Streptococcus dentisani</em> de microscopía electrónica coloreada. / Anny Camelo Castillo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">FISABIO</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Por ello, el <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8152378/">consumo de azúcar</a> se relaciona directamente con el desarrollo de caries dental. Este hecho no es nada nuevo. Según <a href="https://www.yorkmuseumstrust.org.uk/news-media/latest-news/sugar-tax-2016-a-story-of-history-repeating-according-to-york-curators/">registros</a> de la Revolución Industrial, se produjo un aumento de la caries cuando en Inglaterra se eliminó el impuesto al azúcar y este pasó a ser de uso común.</p>
<p>Entre las bacterias más problemáticas encontramos <em>Streptococcus mutans</em> y algunas especies de <em>Lactobacillus</em>. También se ha caracterizado recientemente a <em>Scardovia wiggsiae</em>, una de las responsables de caries tempranas en niños.</p>
<h2>¿Podemos reducir la comunidad de bacterias ‘malas’?</h2>
<p>Si la placa dental no se elimina con regularidad, la inflamación que se genera en las encías puede ser irreversible, dañar el tejido que sostiene los dientes y producir periodontitis.</p>
<p>Estos casos se suele asociar fundamentalmente al desarrollo del “complejo rojo” formado por tres especies bacterianas, entre las que se encuentra <em>Porphyromonas gingivalis</em>. Esta bacteria manipula el sistema inmunitario y produce una toxina que se ha encontrado recientemente en cerebros <em>post mortem</em> de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30746447/">personas que padecían Alzheimer</a>.</p>
<p>Por otro lado, no hay que olvidar algunas bacterias de la microbiota oral que se relacionan con la halitosis (mal aliento producido por la acumulación bacteriana). Estas bacterias suelen vivir en la lengua y producen compuestos volátiles derivados del azufre al fermentar proteínas de la dieta.</p>
<p>Por todo ello, la higiene es fundamental para reducir la incidencia de estas enfermedades orales. Con el lavado de dientes después de cada comida, se retira gran parte de la biopelícula de la placa dental y las bacterias tienen que trabajar para formarla de nuevo. </p>
<p>Además, lavarse los dientes favorece a las bacterias que necesitan oxígeno para crecer, que suelen ser beneficiosas. Incluso hay que cepillarse la lengua porque algunas de las causantes del sangrado de las encías se esconden ahí. </p>
<h2>Compartir vida… y microbiota</h2>
<p>En general, las parejas estables tienden a tener una microbiota oral bastante parecida. Cuantos más besos manifiestan darse, más similitud entre las bacterias que comparten. Aunque esto, a simple vista, puede parecer romántico, también tiene un aspecto negativo. Con el tiempo, las personas con enfermedad periodontal pueden transmitir algunas de las bacterias perjudiciales a sus parejas.</p>
<p>Este es el caso de la temida <em>Aggregatibacter actinomycetencomitans</em>. Los odontólogos la llaman cariñosamente “AA” y tiene una facilidad particular para transmitirse. </p>
<p>Sin embargo, compartir microbiota con nuestra pareja también puede tener efectos anticaries. La presencia en la boca de <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fmicb.2017.00379/full"><em>Streptococcus dentisani</em></a> ha demostrado proteger efectivamente frente a estas enfermedades. Esta bacteria está presente hasta en el 99 % de individuos sanos libres de caries y en mayores niveles que en personas con caries.</p>
<figure class="align-right ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/421126/original/file-20210914-19-1gjgvbx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/421126/original/file-20210914-19-1gjgvbx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=612&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/421126/original/file-20210914-19-1gjgvbx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=612&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/421126/original/file-20210914-19-1gjgvbx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=612&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/421126/original/file-20210914-19-1gjgvbx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=769&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/421126/original/file-20210914-19-1gjgvbx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=769&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/421126/original/file-20210914-19-1gjgvbx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=769&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Patógeno de la caries <em>Streptococcus mutans</em> en una placa Petri. Se han cultivado 4 colonias de <em>S. dentisani</em> y se observan halos de inhibición alrededor de las colonias, ya que <em>S. dentisani</em> impide el crecimiento del patógeno. / Luis D. Alcaraz.</span>
<span class="attribution"><span class="source">FISABIO</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Cuando uno de los miembros de una pareja estable presenta <em>Streptococcus dentisani</em> en su boca, se la transmite a su pareja, promoviendo su salud dental. Actualmente, se trabaja para desarrollar un producto con esta bacteria probiótica para poder implantarla y prevenir la caries. </p>
<p>Los <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fcimb.2020.00465/full">primeros estudios clínicos</a> a nivel mundial, realizados en Valencia, han dado resultados muy prometedores. Cuando se dan varias aplicaciones de la bacteria en un gel bucodental es posible reducir la placa dental y la inflamación.</p>
<p>Recordemos que los casos mencionados se relacionan solamente con la microbiota oral pero no hay que olvidar que los besos pueden transmitir gran cantidad de patógenos. Enfermedades respiratorias, herpes labial, candidiasis o paperas son una pequeña muestra.</p>
<p>Un beso es pura química. Produce la liberación de la oxitocina u “hormona del amor”, que despierta sentimientos de afecto y ayuda a mantener el vínculo de pareja. Eso sí, teniendo en cuenta todo lo anterior, elija bien con quien quiere compartir los microbios.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/167193/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alejandro Mira Obrador recibe fondos para investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación y de la Agencia Valenciana de Innovación. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Jéssica Gil Serna no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
En un beso apasionado de 10 segundos nos podemos transferir 80 millones de bacterias. No hay que alarmarse, la mayoría son beneficiosas, y la higiene es fundamental para evitar las perjudiciales.
Jéssica Gil Serna, Profesora Contratada Doctora. Microbióloga y miembro del grupo de investigación "Hongos y Levaduras de Interés en Agroalimentación", Universidad Complutense de Madrid
Alejandro Mira Obrador, Investigador Sénior, Fisabio
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/160837
2021-06-01T20:12:54Z
2021-06-01T20:12:54Z
¿Por qué sentimos dolor al ingerir alimentos fríos?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/403813/original/file-20210601-25-nl1py8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C11%2C7348%2C4891&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/woman-hypersensitive-teeth-eating-ice-lolly-215205235">Shutterstock / Mygate</a></span></figcaption></figure><p>Los dientes son las estructuras más duras del cuerpo humano. Gracias a su capa externa (el esmalte), podemos comer y beber disfrutando de esa experiencia. Sin embargo, esas mismas estructuras que en Navidad trituran el turrón más duro, en ocasiones, pueden desatar un escalofrío y hacer que nos revolvamos de dolor al comer un helado. ¿Por qué a algunos nos sucede esto?</p>
<p>En este artículo revisamos brevemente la estructura de los dientes y el mecanismo que explica por qué se generan esas sensaciones tan molestas y desagradables al ingerir alimentos fríos.</p>
<h2>Qué parte del diente identifica el frío</h2>
<p>Los dientes están formados por varios tejidos. En primer lugar, encontramos la corona, que es la parte visible y está formada por el esmalte. Es el tejido más duro y fuerte del cuerpo humano, ya que está formado principalmente por cristales de hidroxiapatita. Sin embargo, el esmalte carece de capacidad regenerativa. </p>
<p>En segundo lugar, identificamos la raíz, la parte de los dientes que no se ve al abrir la boca porque se encuentra en el interior de la encía. Está insertada y fijada en el hueso a través del ligamento periodontal.</p>
<p>Por debajo del esmalte y formando la raíz, se encuentra la dentina, que también es muy resistente (contiene un 70 % de cristales de hidroxiapatita). Esta zona está surcada por microtúbulos que ayudan a amortiguar las fuerzas que inciden sobre la corona. </p>
<p>Por su parte, la dentina rodea la parte más blanda y delicada del diente, la denominada pulpa dental, donde encontramos las terminaciones nerviosas y los vasos sanguíneos. </p>
<p>Por último, en el borde entre estas dos capas, y en íntimo contacto con las terminales de las neuronas sensoriales, se encuentran los odontoblastos, encargados de regenerar la dentina a lo largo de la vida.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/403779/original/file-20210601-27-92wb8y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/403779/original/file-20210601-27-92wb8y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/403779/original/file-20210601-27-92wb8y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/403779/original/file-20210601-27-92wb8y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=424&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/403779/original/file-20210601-27-92wb8y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=533&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/403779/original/file-20210601-27-92wb8y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=533&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/403779/original/file-20210601-27-92wb8y.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=533&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Estructura del diente con sus diferentes capas. En el recuadro ampliado se puede observar la localización de los odontoblastos en contacto con los terminales de las neuronas sensoriales./ Carolina Roza.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Hipersensibilidad dental, ¿cuándo ocurre?</h2>
<p>La estructura de los dientes y los tejidos que los forman les confiere la capacidad de cortar, triturar y masticar. El problema viene cuando esta capa se daña como consecuencia, por ejemplo, de la presencia de caries, por enfermedades inflamatorias de las encías (periodontitis) o simplemente por la retracción de las encías por el paso del tiempo. </p>
<p>Cuando esto sucede, la pulpa dental queda expuesta (con sus respectivos nervios) y algunos estímulos, como el frío, nos provocan sensaciones de dolor muy intensas, a modo de descarga eléctrica. </p>
<p>Este tipo de dolor es bastante habitual, y hasta entre <a href="https://doi.org/10.1177/0022034515573272">un 25 y un 30 % de la población adulta</a> lo sufre a lo largo de su vida. Sin embargo, los tratamientos analgésicos habituales no son eficaces para aliviar el dolor, dado que hasta ahora no se sabía por qué se producía.</p>
<h2>¿Cómo responde nuestro cuerpo al frío?</h2>
<p>Algunas de las neuronas sensoriales localizadas en la superficie del cuerpo tienen la capacidad de responder a estímulos, dando lugar a sensaciones dolorosas. Estas neuronas se llaman nociceptores y tienen proteínas específicas que hacen que puedan detectar y responder a diferentes tipos de energía. </p>
<p>A principios del nuevo milenio comenzaron a describirse estas proteínas que <a href="https://www.nature.com/articles/nrn3784">detectan estímulos de frío</a> y ahora sabemos que pertenecen a la familia de los TRP (o receptores de potencial transitorio). </p>
<p>Hace más de dos décadas <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fnmol.2017.00209/full">se describió</a> que las sensaciones por frío en la piel y mucosas están mediadas fundamentalmente por receptores TRPM8 y TRPA1. </p>
<p>El primero de estos receptores es el que produce esa sensación de frescor cuando se come un chicle de menta. El segundo, se activa cuando la temperatura es muy baja y puede provocar daño en los tejidos. </p>
<h2>Mecanismo de los dientes para detectar el frío</h2>
<p>Pero no ha sido hasta hace poco cuando se ha podido demostrar que, en los dientes, todo es diferente. En este caso, las moléculas más importantes para la detección de estímulos de frío son TRPC5 y TRPA1. </p>
<p>En un estudio reciente <a href="https://advances.sciencemag.org/content/7/13/eabf5567">publicado en la revista <em>Science Advances</em></a>, en el que participaron las autoras de este artículo, se demostró que el bloqueo específico de estos canales inhibía las respuestas a frío evocadas desde los dientes de ratones. Además, cuando en estos ratones se eliminaba la proteína TRPC5, estos no eran capaces de detectar el frío en los dientes. </p>
<p>Asimismo, las muestras de dientes de pacientes con infecciones o inflamaciones dentarias expresan más moléculas de TRPC5, es decir, más sensores de frío. Esto podría explicar en parte el aumento de sensibilidad al frío en estos pacientes. </p>
<p>Es curioso que el aceite de clavo, que se usaba en la antigüedad como remedio casero para el dolor de dientes, actuaría impidiendo la apertura de receptores TRPC5. </p>
<h2>Más cerca de aliviar este dolor intenso de dientes</h2>
<p>Hay que destacar que cuando estas moléculas se abren en presencia de frío, lo hacen durante más tiempo que otros TRP, lo cual ayuda a explicar por qué la sensación de dolor en los dientes parece que dura mucho, más allá del estímulo. </p>
<p>Hasta la fecha, se creía que estas moléculas ejercían su función por su localización en los nervios. Sin embargo, en el caso de los dientes se ha demostrado que estas moléculas sensoras de frío no se localizan en los nervios, sino en los odontoblastos. </p>
<p>Así, se ha descrito por primera vez cómo estas células no solo tendrían un papel estructural, sino que son fundamentales en los procesos de transducción sensoria (proceso por el cual un estímulo externo se transforma en una señal eléctrica que eventualmente llegará al encéfalo).</p>
<p>Ahora que el principal problema está resuelto, podremos probar compuestos químicos que modulen la apertura de canales TRPC5 para identificar su potencial terapéutico y, eventualmente, llevarlos a la práctica clínica. </p>
<hr>
<p><em><a href="https://orcid.org/0000-0002-1558-9829">Laura Bernal</a>, doctorada por la Universidad de Alcalá de Henares y autora del estudio publicado en Science Advances del que se habla en el texto, ha colaborado en la elaboración de este artículo.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/160837/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carolina Roza recibe fondos del MINECO y de la UAH en convocatorias públicas para poder financiar su investigación. </span></em></p>
La desagradable y desconocida sensación de dolor en los dientes al ingerir alimentos fríos está más cerca de encontrar su solución, ahora que sabemos el mecanismo por el que se produce.
Carolina Roza, Profesor e Investigador en Fisiología, Universidad de Alcalá
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tag:theconversation.com,2011:article/158719
2021-04-21T20:14:19Z
2021-04-21T20:14:19Z
¿Se considera una patología el cambio de color de los dientes?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/396351/original/file-20210421-17-1efbioa.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C759%2C5572%2C2944&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-dentist-using-shade-guide-womans-1414807763">Shutterstock / StudioLaMagica</a></span></figcaption></figure><p>El color es una percepción óptica que depende esencialmente de la luz y de cómo un objeto absorbe y refleja la luz que recibe. El diente no es uniforme de color, ya que este se halla condicionado por el espesor de esmalte y dentina en cada zona.</p>
<p>De hecho, tiende a ser más amarillo en las zonas más próximas a la encía y más traslúcido en el borde incisal. Cuando nuestros dientes no son tan blancos como nos gustaría, tendemos a preguntarnos si hay algo que está fallando. Pero, ¿se considera una patología este cambio de color en los dientes? No siempre.</p>
<p>Cada persona tiene un color de dientes diferente al igual que sucede con los ojos o la piel. Sin embargo, puede haber circunstancias que cambien el color de la dentadura de forma patológica, las cuales veremos a continuación.</p>
<p>Las alteraciones en el color pueden producirse por múltiples factores. Algunos de ellos suceden por causas genéticas y otros son adquiridos cuando el diente se está formando o una vez erupcionado. </p>
<p>Además, estas modificaciones también pueden darse a raíz de <a href="http://www.infomed.es/auvbd/pdf/revistavolumen1.pdf">procesos patológicos</a>. Por ejemplo, tras un traumatismo el diente puede volverse más oscuro. Asimismo, los dientes con patología de la pulpa dental o los afectados por caries, también pueden cambiar de color. </p>
<p>Por último, algunos productos y materiales dentales que se utilizan para tratar determinadas patologías dentales, pueden ocasionar cierta decoloración en los dientes. </p>
<h2>La edad, la higiene y la dieta influyen en el color</h2>
<p>Algunos cambios del color dental se relacionan con los hábitos de las personas. El consumo frecuente de <a href="http://www.infomed.es/auvbd/pdf/revistavolumen1.pdf">alimentos y bebidas ricos en colorantes</a>, como el café, el té, el vino tinto o el tabaco, tienden a oscurecer los dientes.</p>
<p>Además, una <a href="http://www.infomed.es/auvbd/pdf/revistavolumen1.pdf">higiene oral inadecuada</a> ocasiona un distinto color dental al que estamos habituados. Estos cambios son esencialmente superficiales y pueden revertirse de forma relativamente sencilla con procedimientos de limpieza dental profesional.</p>
<p>Otros cambios vienen determinados por la edad. Por ejemplo, el esmalte y la dentina se van <a href="http://www.infomed.es/auvbd/pdf/revistavolumen1.pdf">modificando a lo largo de la vida</a>. El esmalte se hace menos translúcido y la dentina tiende a adquirir un aspecto más amarillo por cambios en la mineralización y estructura. </p>
<p>Todo ello, da al diente un aspecto menos brillante y más amarillo que el que tiene un diente joven. Junto a esto, se producen desgastes, microgrietas, etc., que se tiñen con mayor facilidad con los colorantes alimentarios o con el tabaco. </p>
<h2>Pastas de dientes blanqueadoras que no blanquean</h2>
<p>Ante estos cambios, tendemos a acudir a una pasta de dientes blanqueadora como opción más fácil y económica. La mayoría de los productos blanqueadores disponibles basan su acción en un efecto oxidante. Contienen peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida. Además, portan otras sustancias tales como estabilizadores, iniciadoras, surfactantes, conservantes, pigmentos, cristales, desensibilizantes, etc., con diferentes funciones. Pero en definitiva, el producto final que ejerce la función blanqueante es siempre es el peróxido de hidrógeno. </p>
<p>Este componente es un potente oxidante, capaz de destruir las moléculas que causan discoloración dental, produciendo así el efecto blanqueador. Sin embargo, en el proceso de oxidación también se pueden producir otras especies químicas inestables, conocidas como <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31123303/">radicales libres</a> que, aunque pueden ser metabolizadas por el organismo, pueden dar lugar a efectos no deseados sobre las células.</p>
<p>Las reacciones químicas de los peróxidos pueden acelerarse mediante su <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27433554/">uso combinado con diferentes fuentes de luz</a>, pero no hay que olvidar que la luz no tiene función blanqueadora.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/396352/original/file-20210421-23-nx92l2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/396352/original/file-20210421-23-nx92l2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/396352/original/file-20210421-23-nx92l2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/396352/original/file-20210421-23-nx92l2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/396352/original/file-20210421-23-nx92l2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/396352/original/file-20210421-23-nx92l2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/396352/original/file-20210421-23-nx92l2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/396352/original/file-20210421-23-nx92l2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/woman-teeth-before-after-dental-treatment-754146658">Shutterstock / Ovcharenko</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Cuándo realizar un blanqueamiento dental</h2>
<p>Como decíamos, algunas veces hay un proceso patológico que causa ese cambio de color en el diente. En estos casos, se requiere tratar primero la patología y, después, si es necesario, realizar el blanqueamiento para revertir la discoloración. Otras veces, el blanqueamiento es un paso previo a realizar restauraciones estéticas, como carillas o coronas cerámicas.</p>
<p>Así pues, el blanqueamiento dental puede ser una alternativa de tratamiento única o que se realice en combinación con otros procedimientos. Siempre la indicación tendrá que estar establecida tras un correcto diagnóstico por parte del dentista.</p>
<h2>Blanqueadores sí, pero con precaución</h2>
<p>Hay productos que por su alta concentración en peróxidos se destinan únicamente para aplicación en la consulta dental, bajo condiciones de un correcto aislamiento de los tejidos blandos orales. Hay otros que pueden aplicarse en el domicilio, prescritos, indicados y dispensados por el dentista. </p>
<p>Asimismo, existen productos, esencialmente pastas dentales, con concentraciones inferiores al 0,1 % de peróxido de hidrógeno, que pueden adquirirse sin prescripción profesional. </p>
<p>También hay otras comercializadas como blanqueadoras que realmente no contienen peróxidos, sino que contienen agentes erosivos, abrasivos o enmascaradores del color. Todos estos productos que se hallan fuera del control profesional tienen un escaso efecto blanqueador y más bien son productos que eliminan manchas o tinciones superficiales, por lo que el nombre de “blanqueadores” no es muy preciso.</p>
<p>En nuestro grupo de investigación de la Universidad de Valencia hemos realizado diferentes <a href="http://www.infomed.es/auvbd/">estudios clínicos sobre efectividad</a> de los productos blanqueadores, cambios en la estructura del diente tras el blanqueamiento, influencia de agentes desensibilizantes en el efecto blanqueador y estudios de toxicidad celular.</p>
<p>En ellos, hemos comprobado que productos comerciales con la misma concentración de agente activo, se comportan de forma diferente en cuanto a sus efectos clínicos y a sus efectos sobre las células. Actualmente, estamos trabajando en la efectividad de pastas dentales blanqueadoras para eliminar tinciones y sus efectos sobre la estructura del esmalte.</p>
<h2>¿Es dañino el blanqueamiento?</h2>
<p>Existe una normativa europea clara sobre el uso de los peróxidos en el blanqueamiento dental, la <a href="https://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2011:283:0036:0038:ES:PDF">Directiva Europea 2011/84/EU</a>. En ella, se hace referencia a las concentraciones de los productos, a la responsabilidad del profesional y a las pautas de prescripción y aplicación.</p>
<p>Los productos con concentraciones de peróxido de hidrógeno inferiores al 0,1 % pueden utilizarse sin prescripción profesional. Los productos de concentraciones entre el 0,1 % y hasta el 6 % de peróxido de hidrógeno exigen prescripción por parte del dentista y deben ir precedidos por un diagnóstico correcto. Además, el personal especializados tiene que realizar una indicación y unas pautas concretas e individualizadas de aplicación junto con el entrenamiento adecuado para que el paciente pueda realizarlo en su casa. Todas estas concentraciones se consideran seguras.</p>
<p>Concentraciones superiores, sujetas a las normativas específicas de los estados miembros de la UE, solo podrán ser aplicadas por el dentista en la consulta, con las debidas medidas de protección.</p>
<p>En general, los productos de libre dispensación, aunque tienen concentraciones bajas de peróxidos, cuyo efecto es escaso, suelen contener otras sustancias que aplicadas de forma continuada <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23193870/">pueden ocasionar daños</a>. Sobre todo, abrasiones o erosiones en las estructuras dentales, que se agravan cuando son utilizados con cepillos de cerdas muy duras o con técnicas de cepillado inadecuadas.</p>
<p>El blanqueamiento dental es un tratamiento puramente estético, al igual que algunos otros tratamientos dentales. Si aun así, queremos llevarlo a cabo, es importante recordar que debe realizarse siempre precedido de un diagnóstico y con una indicación personalizada sobre el tipo de producto, concentración, tiempo, modo de aplicación, etc. </p>
<p>Lo ideal es que esté prescrito y supervisado por el dentista. De esta forma, será seguro. Si no se cumplen estas condiciones, podrá dar lugar a efectos secundarios o resultar ineficaz cuando no se cumplen estas condiciones.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/158719/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>
El blanqueamiento dental es un tratamiento con fines estéticos en la mayoría de los casos. No todos funcionan igual y algunos podrían ocasionar, incluso, efectos no deseados.
Carmen Llena Puy, Catedrático de Universidad. Departamento de Estomatología. Universitat de València, Universitat de València
Leopoldo Forner Navarro, Universitat de València
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2021-04-08T17:49:56Z
2021-04-08T17:49:56Z
Por qué en pandemia hay que ir al dentista más que nunca: relación entre covid-19 y salud oral
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/393626/original/file-20210406-23-1semfrh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C9%2C6125%2C3439&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/patient-pov-dentist-medical-team-teaching-1903153291">Shutterstock / DC Studio</a></span></figcaption></figure><p>La pandemia de covid-19 ocasionada por el virus SARS-CoV-2 ha generado múltiples cambios en nuestra sociedad. Algunos de ellos, afortunadamente, en sentido positivo. </p>
<p>Sin ir más lejos, la conciencia social en la salud general y en el bienestar ha aumentado exponencialmente. Hemos podido comprobar en nuestras carnes que el citado virus atacaba, en general, de forma más severa a aquellos pacientes que padecían o padecen una enfermedad de base. Y más aún si esta enfermedad está relacionada con la inflamación. </p>
<p>La pandemia también nos ha hecho conscientes de la importancia de la salud bucal. Acudir al dentista siempre es importante, entre otras cosas para mantener una salud bucal que impacta en nuestra sonrisa y autoestima, además de en nuestra masticación. Pero es que ahora sabemos que impacta de forma importante en nuestra salud general. </p>
<h2>El peligro de tener las encías inflamadas</h2>
<p>Los pacientes con inflamación severa de las encías –periodontitis, en la jerga– tienen una inflamación constante de grado bajo extendida por todo el cuerpo que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32011025/">aumenta el riesgo de sufrir otras enfermedades</a> como infarto agudo de miocardio, hipertensión, un peor control de la diabetes, incluso partos prematuros. </p>
<p>Pues bien, estos pacientes que presentaban periodontitis severa o avanzada y han sido infectados por covid-19 han tenido <a href="https://www.onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/jcpe.13435">un riesgo 9 veces mayor de fallecer</a>, y 3.5 veces más posibilidades de ingresar en una UCI. </p>
<p>Tiene sentido. Resulta que las complicaciones derivadas de la infección por covid-19 son inflamatorias. Es decir, se produce una respuesta de inflamación en nuestro organismo como combate al virus. Muy similar, casualmente, a lo que ocurre en los pacientes con periodontitis, donde las bacterias invaden la encía y nuestro cuerpo responde inflamándose, perdiendo el hueso que soporta los dientes. </p>
<p>Esa inflamación a través de la liberación de mediadores se extiende por nuestro cuerpo, afectando otros órganos. Como en pacientes con covid-19 la inflamación de ambos procesos se suma, el riesgo de fallecer se dispara.</p>
<p>El diagnóstico y tratamiento de la <a href="http://scielo.isciii.es/pdf/peri/v20n1/original2.pdf">periodontitis</a>, antiguamente llamada piorrea, es simple en la mayoría de los pacientes. La higiene oral dos veces al día por parte del paciente y la eliminación de las bacterias en los dientes y sus raíces por parte del periodoncista y/o dentista parecen ser suficientes para tener las encías sanas, y reducir la inflamación. </p>
<h2>El buen hacer de los dentistas durante la pandemia</h2>
<p>Por otro lado, los dentistas u odontólogos y nuestros equipos de higienistas y auxiliares hemos estado expuestos al virus durante todo este tiempo por motivos obvios. La distancia de trabajo hasta la cavidad oral de nuestros pacientes suele situarse a unos 35 centímetros aproximadamente. Sin embargo, y sorprendiendo a extraños, pero no a la propia profesión, el contagio entre dentistas y en clínicas dentales ha sido inapreciable. Las clínicas dentales han demostrado ser una vez más un lugar muy seguro en la prevención de la infección cruzada, de virus en este caso. </p>
<p>Es comprensible que esta evidencia sorprenda a la población general pues hemos entendido que la principal vía de contagio del virus es por la boca. ¿Qué hemos hecho bien los dentistas? Protegernos con máscaras, FPP2 en su mayoría, y <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7734110/">pedir a los pacientes que realicen enjuagues</a> con cloruro de cetilpiridinio (CPC) al 0,05% solo o con clorhexidina (CHX) durante un minuto antes de cualquier exploración o intervención. </p>
<p>El primer principio activo, el CPC, ha demostrado en estudios de laboratorio reducir la carga viral extremadamente y así reducir mucho el contagio por saliva o aerosoles. Estudios más recientes parecen indicar que la CHX también tiene esa capacidad. </p>
<p>Esta seguridad más que demostrada, unida a la importancia de prevenir la inflamación, son argumentos potentes para estar muy atentos mientras dure la pandemia (y después, por supuesto) a la salud bucodental.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/158474/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jose Nart es director médico de Nart Clínica Dental Barcelona. </span></em></p>
Los pacientes con inflamación severa de las encías tienen una inflamación constante de grado bajo extendida por todo el cuerpo que aumenta el riesgo de sufrir otras enfermedades e incluso de fallecer por covid-19.
Jose Nart, Profesor Titular de Periodoncia. Jefe del Departamento de Periodoncia y Director del Master de Periodoncia e Implantes, Universitat Internacional de Catalunya
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2021-03-21T20:09:54Z
2021-03-21T20:09:54Z
El Sistema Nacional de Salud desaprovecha a los odontólogos
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/389677/original/file-20210315-23-1kt7q4z.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5982%2C3574&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/dentists-discussing-dental-problems-report-xray-1663087498">Shutterstock / wutzkohphoto</a></span></figcaption></figure><p>Este año se cumplen 35 años desde que se retomó el título de odontólogo en España. De forma recurrente aparece en el debate político el nivel de asistencia bucodental del Sistema Nacional de Salud español. Este debate se centra en la asistencia dental, en restaurar los problemas de los dientes. Los gestores del sistema público de salud solo tienen en cuenta a los odontólogos como especialistas del diente.</p>
<p>La asistencia bucodental es mucho más que dientes y forma parte de la asistencia sanitaria general. ¿Estamos aprovechando a los odontólogos? ¿No deberíamos aprovechar al máximo todas las prestaciones que ya existen, antes de invertir tiempo, dinero y esfuerzo en nuevas?</p>
<p>Durante estos meses de pandemia se ha demostrado que los aspectos bucodentales tienen importancia en el diagnóstico, transmisión y monitorización de la enfermedad por SARS-Cov-2. El Consejo de Dentistas de España acaba de publicar un <a href="https://www.consejodentistas.es/pdf/coronavirus/DOCUMENTO-TECNICO-CONEXION-BOCA-COVID-19.pdf">informe</a> en el que hace patente esta relación. La odontología está presente en la ciencia para mucho más que para tratar dientes, y parece que está desaprovechada para la población general. La covid-19 es solo un ejemplo actual.</p>
<p>Desde que se volvieron a separar los títulos de Odontología y Medicina, en vez de integrarse en la práctica, cada vez han ido divergiendo más en su formación y en su actividad cotidiana. Las universidades, las organizaciones sanitarias, los profesionales y la sociedad han influido en una mayor tecnificación de todas las profesiones sanitarias y esta ha tenido en la odontología una especial relevancia. </p>
<p>Si la formación técnica cada vez es mayor en cada especialidad, si cada especialidad por la complejidad que adquiere se reorganiza en superespecialidades, es muy difícil integrarse con áreas más generales durante largos periodos de asistencia a los pacientes, un proceso que se puede denominar <a href="https://www.gacetasanitaria.org/es-longitudinalidad-prestigio-buena-reputacion-social-articulo-S0213911111003360">longitudinalidad</a>. Aunque quizás esta no es la principal razón de la falta de integración de la odontología en la asistencia médica global.</p>
<p>La odontología en España se ejerce fundamentalmente en las consultas privadas. En estas, la población ve a un profesional que se ocupa de los dientes, y casi exclusivamente de los dientes. </p>
<p>La atención sanitaria general en España sigue siendo principalmente pública, por esto es muy relevante la posición que se otorgue a la atención bucodental dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS) para la percepción que tiene la población de la atención odontológica, que no solo es dental. </p>
<p>La atención bucodental en el SNS se centra en los aspectos dentales, pero no por falta de competencias ni de profesionales formados en aspectos médico-quirúrgicos: existen <a href="https://www.mscbs.gob.es/profesionales/prestacionesSanitarias/CarteraDeServicios/ContenidoCS/2AtencionPrimaria/AP-SaludBucoDental.htm">competencias</a> dentro de la cartera de servicios y existen profesionales formados para prestarlas. En este momento los servicios de salud bucodental, que no son solo dentales, no llevan a cabo todas las prestaciones del SNS, por diversos motivos.</p>
<h2>La odontología, olvidada por los gestores</h2>
<p>Los principales responsables en las tomas de decisiones no son odontólogos. <a href="https://www.consejodentistas.es/el-consejo/declaraciones-oficiales-del-consejo/item/download/1455_aa0641de0575ec24e1e7e292b9b1baaa.html">No existen odontólogos entre los gestores de la sanidad bucodental</a> en prácticamente ningún sistema autonómico de salud. Los legisladores han ido reduciendo la salud bucodental a los planes de atención dental infantil (PADI), quizás en parte por su rentabilidad no solo sanitaria. </p>
<p>Ni los gestores ni los legisladores conocen la realidad de la profesión odontológica, por lo que es difícil que puedan integrar una profesión que no conocen. Este enfoque casi estrictamente dental hace ver a la población que el dentista no está para mucho más que las enfermedades de los dientes, que el SNS no le puede ofrecer más prestaciones que las dentales. Esta visión se traslada a lo que la población espera de la atención en las consultas privadas y la odontología queda relegada a lo estrictamente dental.</p>
<p>Pero esta realidad centrada en lo únicamente dentario es una enorme reducción de la atención odontológica. La población pierde la oportunidad de aprovechar a toda una profesión con una gran formación y disposición para ayudarle a mejorar su salud general. </p>
<p>Al relegar al dentista a los problemas exclusivamente dentarios todo el sistema sanitario pierde al profesional mejor formado para, por ejemplo:</p>
<ul>
<li><p>Que un paciente que va a recibir un trasplante no tenga ninguna infección oral que lo imposibilite cuando se presente la oportunidad de recibirlo.</p></li>
<li><p>Diagnosticar un dolor orofacial que se duda si es de origen dental.</p></li>
<li><p>Tratar una mucositis por quimioterapia que impida al paciente comer y obligue a abandonar el tratamiento del cáncer.</p></li>
<li><p>Diagnosticar y tratar las enfermedades orales que contribuyen a descontrolar los niveles de glucemia.</p></li>
<li><p>Diagnosticar y tratar a un paciente que no puede abrir la boca por problemas musculares a nivel cervical.</p></li>
<li><p>Enseñar a mantener una buena higiene oral y contribuir a que no aparezcan infecciones orales en los pacientes que están en las UCI.</p></li>
<li><p>Diagnosticar y tratar úlceras y lesiones en la mucosa oral.</p></li>
</ul>
<p>Ni los nefrólogos, ni los neurólogos, ni los oncólogos, ni los endocrinólogos, ni los traumatólogos, ni los intensivistas, ni los médicos de familia reciben formación odontológica específica, porque no se atienden esas patologías desde el punto de vista odontológico en los hospitales en los que se forman. Ninguno de estos especialistas ha recibido formación por parte de odontólogo. No les han formado en diagnosticar y tratar las enfermedades de la cavidad oral, que influyen mucho en las enfermedades que son de su responsabilidad.</p>
<h2>Cuando no hay odontólogos cerca</h2>
<p>Esto no debería ser algo negativo, porque para eso están las interconsultas entre especialidades. El problema surge cuando no tienen cerca un odontólogo, porque no existen en la atención hospitalaria (excepto muy contadas excepciones). Si no están disponibles para esas consultas entre especialidades, ¿dónde están los dentistas? No están en la atención hospitalaria, pero ¿están en la atención primaria?</p>
<p>El SNS recoge la atención bucodental dentro de la atención primaria. Ahí están los dentistas. Tampoco habría problema porque se realizaran interconsultas dentro de la atención primaria entre médicos de familia y dentistas. Entre atención hospitalaria y los dentistas de primaria. Pero como comentamos antes, el sistema tiene al odontólogo especialmente dedicado al Programa de Asistencia Dental Infantil, relevante pero no única actividad de salud bucodental.</p>
<p>Los gerentes de los sistemas públicos de atención bucodental no llegan a plantearse si todas esas situaciones están en manos de los mejor formados para solucionarlas. De esta manera estas lagunas en la asistencia, que están dentro de las competencias de atención bucodental, quedan huérfanas.</p>
<p>El Sistema Nacional de Salud está, en estos momentos, sometido a una presión asistencial descomunal que no permite reorganizar la atención bucodental con serenidad. En algún momento la odontología llegará a aportar a nuestra población todo lo que puede para mejorar la salud general de nuestros pacientes, no solo la dental. </p>
<p>Existen iniciativas en diversos sistemas de salud español, como el navarro y el castellano manchego (que han creado unidades dentro de atención primaria) y el valenciano (en el que de forma más sistemática se ha intentado integrar la odontología entre las especialidades médicas hospitalarias), en el que los odontólogos pueden demostrar que saben mucho más que de dientes. </p>
<p>Estas experiencias son actividades individuales que no han llegado a conformar una estructura de prestación de servicios que sea ampliable a todo el SNS, a toda la población. Esperemos que en algún momento consigamos aprovechar a toda esa profesión que tanto hace y puede hacer para mejorar la salud general de todos .</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/155435/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Luis Alberto Moreno López no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Desde que se volvieron a separar los títulos de Odontología y Medicina, en vez de integrarse en la práctica, cada vez han ido divergiendo más en su formación y en su actividad cotidiana
Luis Alberto Moreno López, Profesor Contratado Doctor Interino. UCM., Universidad Complutense de Madrid
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tag:theconversation.com,2011:article/139578
2020-07-23T19:38:53Z
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Cepillarse los dientes para mantener el cerebro libre de bacterias
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/348941/original/file-20200722-30-4onybi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4160%2C3120&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/KeVKEs1_RDU">Unsplash/Umanoide</a></span></figcaption></figure><p>Cuando conocemos a una persona con una enfermedad cardiovascular, alzhéimer o diabetes no pensamos en que no se ha cepillado bien los dientes. Asociamos una mala higiene oral con problemas en la boca como caries, inflamación de las encías y mal aliento, pero no con complicaciones en otras partes del cuerpo. </p>
<p>Aun así, una buena salud oral es fundamental para el funcionamiento óptimo del cuerpo. Las enfermedades orales pueden contribuir al desarrollo de enfermedades sistémicas. De hecho, existen nuevas evidencias que indican que las bacterias de la boca pueden llegar a otros sitios del cuerpo y causar problemas. ¡Incluso en nuestro cerebro! </p>
<figure class="align-left ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/346619/original/file-20200709-87071-eixhzr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/346619/original/file-20200709-87071-eixhzr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/346619/original/file-20200709-87071-eixhzr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/346619/original/file-20200709-87071-eixhzr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/346619/original/file-20200709-87071-eixhzr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/346619/original/file-20200709-87071-eixhzr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/346619/original/file-20200709-87071-eixhzr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Figura 1: Aparte de mostrar una sonrisa mejor, la salud oral es importante para una buena salud sistémica.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Unsplash (Lesly Juarez)</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En general, cada persona tiene entre 100 y 200 especies de bacterias orales de las <a href="http://www.homd.org/">700 especies orales identificadas</a>. Cuando pregunto a alguien cuántas bacterias cree que hay por mililitro de saliva, suele subestimar la respuesta correcta: tenemos alrededor de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11686816/">100 millones de bacterias por mililitro de saliva</a>. </p>
<p>Estas bacterias viven en los dientes, la lengua, las encías y otras superficies orales. Allí forman comunidades estructuradas como la placa dental y la saburra blanca de la lengua. Cuando se sueltan, entran en la saliva. Sumando todas las bacterias en la boca, el número alcanza los miles de millones. Llamamos a este conjunto la “microbiota oral”.</p>
<p>¡Tranquilidad! En general estos microorganismos serán nuestros amigos mientras los cuidemos. En primer lugar, protegen contra patógenos externos. Cuando una bacteria nueva entra por la boca, le cuesta mucho más sobrevivir porque existe un ejército de bacterias propias habitando el espacio. </p>
<p>Además, las bacterias orales beneficiosas <a href="https://theconversation.com/como-el-enjuague-bucal-puede-aumentar-nuestra-tension-sanguinea-112141">convierten el nitrato de verduras y frutas a nitrito</a>. Este puede tener efectos positivos en el cuerpo como la reducción de la tensión sanguínea y efectos antidiabéticos.</p>
<p>Normalmente, nuestras propias bacterias no son patógenas, pero pueden causar enfermedades orales en personas sanas por costumbres poco saludables. Una dieta poco sana o una higiene oral inadecuada pueden causar un desequilibrio: algunos tipos aumentan en número y otros disminuyen. </p>
<p>Esto se llama “disbiosis” y está ilustrado en la Figura 2. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/348204/original/file-20200718-17-by7vlg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/348204/original/file-20200718-17-by7vlg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/348204/original/file-20200718-17-by7vlg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=344&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/348204/original/file-20200718-17-by7vlg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=344&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/348204/original/file-20200718-17-by7vlg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=344&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/348204/original/file-20200718-17-by7vlg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=432&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/348204/original/file-20200718-17-by7vlg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=432&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/348204/original/file-20200718-17-by7vlg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=432&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Figura 2: Algunas bacterias de la microbiota oral aumentan y otras disminuyen en caries (A) y enfermedades periodontales (B) como la gingivitis y la periodontitis. El cambio en microbiota asociado a enfermedad se llama ‘disbiosis’. En la parte de arriba hay una representación simplificada de la microbiota cambiando de salud a enfermedad. En la parte de abajo están los procesos que causan los cambios. En personas sanas, el factor que causa el desarrollo de caries es principalmente el consumo de azúcares, y el factor que causa periodontitis es principalmente una falta de higiene oral adecuada.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Adaptación de Rosier et al., 2018; Journal of Dental Research 97(4): 371-380 [figura creada por Rosier y Ruedisulj, © 2020 B.T. Rosier]</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Por ejemplo, si consumimos azúcar, las <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0022034517742139">bacterias de la placa dental que se alimentan de azúcares aumentan en número</a>. Estas convierten el azúcar en ácidos orgánicos (Figura 2A). Algunas productoras de ácido son muy resistentes a ello, mientras que las sensibles mueren. </p>
<p>Si consumimos demasiado azúcar, las bacterias que comen azúcar y producen ácido aumentan tanto en la placa dental que la acidificación daña al esmalte. Con el tiempo, <a href="https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/sugars-and-dental-caries">esto puede producir caries</a>.</p>
<p>Otro ejemplo más relevante para las enfermedades sistémicas son las enfermedades periodontales. <a href="https://www.nature.com/articles/nrdp201738">Por falta de una higiene oral adecuada</a>, la placa dental se acumula y nuestro cuerpo reacciona con la inflamación de las encías, que incluye un aumento de componentes antibacterianos y células inmunes para reducir el número de bacterias. Si no tratamos dicha inflamación, las bacterias más resistentes a la respuesta inflamatoria pueden aumentar en número, mientras que las sensibles mueren (Figura 2B). </p>
<p>Además, debido a la inflamación, llegan más proteínas de un suero gingival parecido a la sangre, que sale del surco gingival. Estas se convierten en alimento para algunas bacterias, estimulan su acumulación y crean, de ese modo, un círculo vicioso. </p>
<p>Si no se trata la inflamación inicial, que llamamos gingivitis y generalmente es reversible, se puede desarrollar una inflamación crónica y destructiva: la periodontitis. La periodontitis provoca la pérdida de tejido humano y la formación de bolsas periodontales llenas de bacterias alrededor de los dientes (parte izquierda de la Figura 3).</p>
<p>Existe evidencia de que la periodontitis puede contribuir al desarrollo de diferentes <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25534621/">complicaciones y enfermedades sistémicas</a>. Tener periodontitis aumenta el riesgo de, por ejemplo, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26426533/">artritis reumatoide</a>, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3318075/">aterosclerosis</a>, <a href="https://academic.oup.com/cardiovascres/article/116/1/28/5572510">hipertensión</a>, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25491073/">alzhéimer</a>, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3228943/">diabetes</a> y <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4310218/">complicaciones del parto</a>. </p>
<p>En personas con periodontitis, diferentes mecanismos pueden contribuir al desarrollo de otras enfermedades. Por ejemplo, la gran cantidad de moléculas proinflamatorias producidas por células humanas en encías inflamadas pueden llegar a otras partes del cuerpo y causar reacciones inflamatorias en esas zonas (parte derecha de la Figura 3). </p>
<p>Ir al dentista para tratar la periodontitis es importante para reducir esta inflamación.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/346577/original/file-20200709-18-u32cb0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/346577/original/file-20200709-18-u32cb0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/346577/original/file-20200709-18-u32cb0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=373&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/346577/original/file-20200709-18-u32cb0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=373&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/346577/original/file-20200709-18-u32cb0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=373&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/346577/original/file-20200709-18-u32cb0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=468&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/346577/original/file-20200709-18-u32cb0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=468&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/346577/original/file-20200709-18-u32cb0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=468&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Figura 3: Periodontitis y enfermedades sistémicas. Esta figura resume cómo, en periodontitis, las bacterias de la placa dental (biofilm), sus enzimas y otros productos bacterianos, y moléculas proinflamatorias producidas por células humanas en las encías, pueden llegar a otras partes del cuerpo y causar complicaciones.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Hajishengallis, 2015 Nat Rev Immunol. 15(1):30-44 [© 2015 Macmillan Publishers Limited]</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Además, se ha descubierto que algunas bacterias que aumentan durante la periodontitis y compuestos producidos por ellas pueden llegar a diferentes partes del cuerpo por la vía sanguínea o gastrointestinal. Se han detectado dichas bacterias <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22891282/">dentro de células inmunes circulando por la sangre</a>, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4557090/">placa aterosclerótica</a>, la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3004155/">placenta</a> y <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5852398/">tumores intestinales</a>, entre otros.</p>
<p>La bacteria asociada a periodontitis mejor estudiada se llama <em>Porphyromonas gingivalis</em> y se han encontrado varios mecanismos que explican <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fcimb.2014.00092/full">cómo puede contribuir a la inflamación destructiva de las encías</a> y <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25534621/">enfermedades sistémicas</a>. A veces se encuentra en cantidades bajas en personas sanas, pero es común en bolsas periodontales de personas con periodontitis.</p>
<p>Hace poco, un grupo de investigadores estudió <a href="https://advances.sciencemag.org/content/5/1/eaau3333">cerebros de personas fallecidas con la enfermedad de Alzheimer</a>. Encontraron ADN de <em>Porphyromonas gingivalis</em> y enzimas llamadas <em>Gingipaínas</em>, que degradan proteínas humanas. Además, la cantidad de estas enzimas estaba correlacionada con la gravedad de la enfermedad. </p>
<p>Los investigadores suministraron altas cantidades de esta bacteria a ratones y el patógeno logró colonizar el cerebro. Los animales desarrollaron síntomas relacionados con el alzhéimer, pero los que recibieron un tratamiento contra las <em>Gingipaínas</em>, con un inhibidor desarrollado por los autores del estudio, salían mejor parados. </p>
<p>Una conclusión fue que <em>Porphyromonas gingivalis</em> podría llegar al cerebro y, a lo largo de los años, contribuir al desarrollo de alzhéimer.</p>
<p>El cuerpo humano en estado de salud tiene una relación de beneficio mutuo con la microbiota humana, incluida la microbiota oral. Por higiene inadecuada o una dieta poco sana, las bacterias orales pueden causar complicaciones en la boca y el resto del cuerpo. El <a href="https://www.ada.org/en/member-center/oral-health-topics/home-care"><em>American Dental Association</em> recomienda</a> cepillarse los dientes dos veces al día con pasta de dientes con flúor (1,000 - 1,500 ppm), limpiar entre los dientes diariamente y visitar regularmente al dentista. No se deberían dejar las enfermedades orales sin tratar. </p>
<p>Respecto a esto, en los estados de EE. UU. donde se reembolsan tratamientos bucales, los seguros <a href="https://www.nadp.org/mobilewebsite/mobilenews/2017/11/23/nadp-analysis-shows-adults-with-medicaid-preventive-dental-benefits-have-lower-medical-costs-for-chronic-conditions">gastan menos dinero en diabetes, derrames cerebrales y ataques cardíacos</a>.</p>
<p>Hay que tener en cuenta que otros factores, como <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/10454411000110030501">fumar</a> (también <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/adj.12747">cigarrillos electrónicos</a>) y la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32385877/">susceptibilidad genética</a>, también aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades orales y sistémicas. </p>
<p>Aun así, una buena higiene oral es la clave para prevenir enfermedades orales. Aparte de mostrar una mejor sonrisa, es importante para mantener una buena salud en todo el cuerpo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/139578/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Bob T. Rosier recibe fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Alejandro Mira Obrador recibe fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, así como de Instituto de Salud Carlos III y de la Agencia Valenciana de Innovación.</span></em></p>
La higiene oral es importante para mantener una boca sana. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que las bacterias de esta zona del cuerpo pueden alcanzar otros órganos.
Bob T. Rosier, PhD Student, Fisabio
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/111808
2019-02-14T21:32:50Z
2019-02-14T21:32:50Z
¿Se cepilla bien los dientes? Cuatro consejos para una salud bucal plena
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/259124/original/file-20190214-1721-13ot79m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=14%2C0%2C4905%2C3260&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/DdpxVpcHMiw">Phuong Tran / Unsplash</a></span></figcaption></figure><p>Todos conocemos las prácticas saludables que debemos llevar a cabo para mantener los dientes en buen estado: cepillarnos dos veces al día y no comer demasiado azúcar. A pesar de seguir a pies juntillas estas dos simples recomendaciones, muchos de nosotros necesitamos empastes. Lo cierto es que si se quiere prevenir la caries, se puede hacer algo más de lo que ya sabemos. A continuación, le ofrecemos unos consejos que podrían servirle de ayuda.</p>
<h2>1. Asegúrese de estar cepillándose bien</h2>
<p>Es importante la manera en que se limpie los dientes. El mecánico acto del cepillado elimina la pegajosa placa dental, compuesta por los ácidos de las bacterias y por restos de alimentos. Se forma de manera natural en la dentadura justo después de comer, pero no produce daños hasta que no alcanza su madurez, para lo que pueden llegar a pasar hasta 12 horas (aunque no se conoce con exactitud el plazo de tiempo en el que la placa comienza a causar problemas).</p>
<p>Las bacterias consumen el azúcar presente en los dientes, produciendo ácidos que disuelven los minerales y provocan microscópicos agujeros inapreciables. Si el proceso continúa y no se pone remedio, estos pequeños orificios se pueden llegar a convertir en cavidades de tamaño considerable.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/252856/original/file-20190108-32124-d6x43d.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/252856/original/file-20190108-32124-d6x43d.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/252856/original/file-20190108-32124-d6x43d.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/252856/original/file-20190108-32124-d6x43d.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/252856/original/file-20190108-32124-d6x43d.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/252856/original/file-20190108-32124-d6x43d.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/252856/original/file-20190108-32124-d6x43d.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Cuando la caries no se trata aparecen huecos en los dientes que a menudo requieren un empaste.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/dental-caries-filling-composite-photopolymer-material-1049813315?src=RgkxwGlJtXdQCOswROCSKA-1-0">Sergii Kuchugurnyi/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Cepillarse los dientes durante dos minutos es una forma efectiva de eliminar la placa, debiendo llevarse a cabo esta acción por la noche y en cualquier otro momento del día. Esta simple tarea realizada de manera frecuente impide que las bacterias se desarrollen hasta el punto de producir altos niveles de ácido.</p>
<p>Por otra parte, los cepillos eléctricos pueden ser <a href="https://www.cochrane.org/CD002281/ORAL_poweredelectric-toothbrushes-compared-to-manual-toothbrushes-for-maintaining-oral-health">más efectivos que el lavado manual</a>. Los cabezales pequeños alcanzan áreas de difícil acceso en la boca, y los cepillos con cerdas de dureza intermedia ayudan a limpiar las encías y los dientes sin ocasionar daños. En cualquier caso, ¡lo importante es cepillarse todos los días!</p>
<h2>2. Utilice pasta de dientes con flúor y pastillas reveladoras de la placa dental</h2>
<p>Gran parte del beneficio del cepillado proviene de la pasta de dientes, cuyo componente clave es el fluoruro o flúor, que <a href="https://www.cochranelibrary.com/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD002278/full#CD002278-abs-0003">ayuda a prevenir las caries</a>. Además, restituye los minerales perdidos de los dientes y los fortalece.</p>
<p>Para sacarle el máximo partido y evitar la formación de pequeños agujeros en la dentadura, <a href="https://www.cochrane.org/CD007868/ORAL_comparison-between-different-concentrations-of-fluoride-toothpaste-for-preventing-tooth-decay-in-children-and-adolescents">utilice pasta con una concentración entre 1350 y 1500 ppm</a> (partes por millón) de flúor, dato que puede consultar en el dorso del tubo. <a href="https://theconversation.com/childrens-toothpaste-the-facts-80508">Algunos dentífricos para niños no son lo suficientemente potentes</a>, por lo que no garantizan una efectividad completa. Si usted o su hijo tienen un riesgo elevado de sufrir caries, es probable que su dentista le recete pasta de dientes con una mayor concentración de flúor.</p>
<p>Es complicado apreciar la placa debido a su color blanquecino, parecido al de los dientes. En los supermercados y en las farmacias puede encontrar unas tabletas reveladoras de placa que, tras masticarlas, muestran áreas en las que quedan restos tras un cepillado deficiente.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/252814/original/file-20190108-32145-i2dkcd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/252814/original/file-20190108-32145-i2dkcd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/252814/original/file-20190108-32145-i2dkcd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/252814/original/file-20190108-32145-i2dkcd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/252814/original/file-20190108-32145-i2dkcd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/252814/original/file-20190108-32145-i2dkcd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/252814/original/file-20190108-32145-i2dkcd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Al utilizar una tableta reveladora, la placa adquiere un color rosa brillante que la hace visible.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/dental-plaque-visible-red-pill-1123678601?src=yMT5KTPVa4PGN0OB7Dyf8w-1-2">Weakiva/Shutterstock</a></span>
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<h2>3. Escupa en lugar de enjuagarse</h2>
<p>Por la noche se produce menos saliva, entre cuyas funciones se encuentra proteger la dentadura. Por ello, durante el sueño los dientes se encuentran expuestos en mayor medida al ataque de los ácidos, razón por la cual cobra tanta importancia eliminar los restos de comida para que la placa bacteriana no pueda pegarse un festín mientras dormimos. No coma ni beba nada que no sea agua <a href="https://www.sign.ac.uk/assets/sign138.pdf">tras cepillarse los dientes por la noche</a> para permitir que el flúor haga su efecto.</p>
<p>Una vez que se haya cepillado, no se enjuague con agua o con algún producto, ya que de esa manera elimina el flúor. Sabemos que es un hábito del cual cuesta desprenderse, pero <a href="https://www.sign.ac.uk/assets/sign138.pdf">puede reducir la caries hasta un 25%</a>.</p>
<h2>4. Evite consumir azúcar más de cuatro veces al día</h2>
<p>Los azúcares intrínsecos se encuentran de manera natural en alimentos como la fruta y, a diferencia de los azúcares añadidos o <a href="https://www.bhf.org.uk/informationsupport/heart-matters-magazine/nutrition/sugar-salt-and-fat/free-sugars">libres</a>, es poco probable que produzcan caries. Estos últimos son agregados por los fabricantes y suelen incluir miel, jarabes y zumos de frutas.</p>
<p>Los azúcares libres son un blanco fácil para las bacterias, que los consumen y metabolizan para crear ácidos a partir de ellos. Sin embargo, es complicado saber a ciencia cierta cuáles son los azúcares más perjudiciales para los dientes. Por ejemplo, aunque comer fruta en cantidades razonables es bueno, los jugos contienen azúcar liberado por las células vegetales, por lo que beber demasiado zumo puede producir caries.</p>
<p>La <a href="https://www.who.int/nutrition/publications/guidelines/sugars_intake/en/">Organización Mundial de la Salud</a> y el <a href="https://www.nhs.uk/common-health-questions/food-and-diet/how-much-sugar-is-good-for-me/">Servicio Nacional de Salud de Reino Unido</a> recomiendan restringir el consumo de azúcares libres a menos del 5% de la ingesta calórica diaria, es decir, alrededor de 30 gramos (ocho cucharaditas) en el caso de adultos y niños a partir de 11 años.</p>
<p>Para hacernos una idea, una lata de Coca-Cola contiene <a href="https://www.coca-cola.co.uk/drinks/coca-cola/coca-cola">35 gramos de azúcar</a>. La aplicación para <em>smartphone</em> <a href="https://play.google.com/store/apps/details?id=com.phe.c4lfoodsmart&hl=en_GB">Change4Life</a> resulta de gran ayuda para llevar a cabo un seguimiento del consumo de azúcar en nuestra dieta.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/252823/original/file-20190108-32121-k2itr5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/252823/original/file-20190108-32121-k2itr5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/252823/original/file-20190108-32121-k2itr5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/252823/original/file-20190108-32121-k2itr5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/252823/original/file-20190108-32121-k2itr5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/252823/original/file-20190108-32121-k2itr5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/252823/original/file-20190108-32121-k2itr5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Tomar una bebida caliente sin azúcar es una forma de prescindir de una dosis que consumiríamos de manera habitual.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/woman-hand-adding-sugar-coffee-bowl-719682535?src=Pmgd_OrgZ3TukMnk8sFK2A-1-0">Eviart/Shutterstock</a></span>
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<p>Aunque no tanto como la cantidad, la frecuencia con la que se come azúcar también importa. Siendo un carbohidrato simple, las bacterias lo digieren de forma sencilla, al contrario que ocurre con los carbohidratos complejos o con las proteínas. Tras metabolizar el azúcar, las bacterias producen los ácidos que causan la desmineralización de la dentadura.</p>
<p>Afortunadamente, los dientes se pueden recuperar de las acometidas más tempranas de las bacterias gracias al flúor del dentífrico y al efecto remineralizante de la saliva. Es como si en una balanza pusiéramos en un lado el azúcar y en el otro la pasta de dientes y la limpieza diaria.</p>
<p>Para evitar un daño irreversible a nuestros dientes, es recomendable ingerir como máximo cuatro productos con azúcar al día. Haga un recuento de las veces que consume azúcar diariamente, incluyendo galletas, tazas de té o café y <em>snacks</em> que contienen carbohidratos refinados, como las patatas fritas. Una manera sencilla de disminuir el consumo de azúcar sería dejar de añadirlo a las bebidas calientes y limitar el picoteo.</p>
<p>En resumen: cepíllese dos veces al día con dentífrico con flúor, escupa y evite enjuagarse posteriormente, no coma ni beba después de lavarse los dientes y no consuma azúcar más de cuatro veces al día. ¡No puede ser más fácil!</p>
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<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración de <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/111808/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Nicola Innes recibe fondos de National Institute for Health Research.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Clement Seeballuck no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Puede que crea que lo sabe todo sobre cómo evitar las caries. Pero lo que no sabe tal vez le sorprenda…
Clement Seeballuck, Clinical Lecturer in Paediatric Dentistry, University of Dundee
Nicola Innes, Professor of Paediatric Dentistry, University of Dundee
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.