Si queremos reducir o eliminar el efectivo en España, es necesario contextualizar y comparar sus niveles de uso actuales en nuestro país y en el resto de estados europeos.
Aunque con la desaparición del efectivo se reducirían el fraude fiscal, la venta de armas y el terrorismo, su eliminación chocaría de frente con el derecho a la privacidad y generaría nuevas desigualdades.
Hemos analizado en un estudio si estamos preparados en Europa para dar el salto definitivo a un mundo de pagos totalmente digitalizado o si todavía vivimos muy pegados al efectivo.