Especies como el maíz, el trigo o las legumbres provienen de variedades ancestrales que crecían en la naturaleza. Cuando la humanidad comenzó a consumirlas y manejarlas, cambió su genética y biología.
En los últimos tiempos se han extrapolado a los animales los cambios sociales y de mentalidad en relación con los derechos de los individuos. ¿A todos por igual? ¿O según sus capacidades cognitivas?
Nuestra atracción por el queso y el yogur puede que nunca se hubiera visto satisfecha si no fuera porque hace seis mil años se produjo una relación sexual microbiana ilícita.