tag:theconversation.com,2011:/us/topics/don-quijote-60070/articlesDon Quijote – The Conversation2023-04-17T19:10:07Ztag:theconversation.com,2011:article/2032702023-04-17T19:10:07Z2023-04-17T19:10:07ZLa magia de leer en voz alta para otros<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/520027/original/file-20230410-20-hun910.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C157%2C2387%2C1811&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/es/fotos/TRGRf4LvMdQ">Clay Banks / Unsplash</a></span></figcaption></figure><p>Las lecturas públicas o compartidas en voz alta han sido una práctica habitual durante siglos. Pero, dejando al margen las que suelen organizarse con motivo de la celebración del Día del Libro –<a href="https://www.circulobellasartes.com/humanidades/xxvii-lectura-continuada-del-quijote/">como la lectura continuada del <em>Quijote</em> en Madrid</a>–, leer ante un auditorio hoy día es excepcional. </p>
<p>Sin embargo, tal como explica Alberto Manguel en <a href="https://www.alianzaeditorial.es/libro/libros-singulares-ls/una-historia-de-la-lectura-alberto-manguel-9788420642925/"><em>Una historia de la lectura</em></a>, hay algunos momentos a lo largo de los últimos siglos en los que leer para otros fue un acto con una función muy específica. </p>
<h2>En los monasterios</h2>
<p>En el siglo VI, san Benito de Nursia decretó que las lecturas en voz alta fuesen una parte esencial de la vida monástica. El artículo 38 de su <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Regla_de_san_Benito">Regla</a>, que se aplicó en los monasterios cistercienses fundados por toda Europa desde comienzos del siglo XII, dispone cómo debía ser esa actividad lectora:</p>
<blockquote>
<p>“A la hora de la comida de los hermanos siempre se leerá; que nadie ose tomar el libro e iniciar la lectura al azar, sino que aquel a quien corresponda leer durante toda la semana comience su tarea el domingo. Y, al disponerse a iniciarla después de la misa y de la sagrada comunión, pida a todos que recen por él, a fin de que Dios lo aparte del espíritu de júbilo”.</p>
</blockquote>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/520995/original/file-20230414-26-cfv4cy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Ilustración de un libro abierto sobre una mesa con un pan delante." src="https://images.theconversation.com/files/520995/original/file-20230414-26-cfv4cy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/520995/original/file-20230414-26-cfv4cy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=608&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/520995/original/file-20230414-26-cfv4cy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=608&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/520995/original/file-20230414-26-cfv4cy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=608&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/520995/original/file-20230414-26-cfv4cy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=764&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/520995/original/file-20230414-26-cfv4cy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=764&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/520995/original/file-20230414-26-cfv4cy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=764&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Ilustración a propósito del artículo 38 de la regla de san Benedicto.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Regula_emblematica_Sancti_Benedicti_(1780)_(14729195896).jpg">Internet Archive Book Images/Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Como vemos, en tiempos de san Benito se consideraba que escuchar a un lector era un ejercicio espiritual con una elevada finalidad, por lo que estas lecturas en voz alta estaban alejadas, al menos teóricamente, del placer personal. </p>
<h2>En los talleres de tabaquería en La Habana</h2>
<p>Dando un gran salto hacia adelante, esta forma de lectura con lector y auditorio se convirtió en Cuba, en el siglo XIX, en algo revolucionario. Si bien leer en voz alta dentro del ambiente de trabajo ya se había llevado a cabo en otros contextos, el caso de Cuba es llamativo porque fue un acto que llegó a institucionalizarse entre la clase obrera tabacalera de entonces.</p>
<p>Saturnino Martínez, en 1835, tuvo la idea de publicar un periódico para los trabajadores de la industria cigarrera. El primer número de <a href="https://www.trabajadores.cu/20131022/1865-nuestro-precursor-el-semanario-la-aurora/"><em>La Aurora</em></a> apareció el 22 de octubre de aquel año. Pero el analfabetismo era un obstáculo para que llegara a a ser un periódico popular. </p>
<p>Por esta razón, a Martínez se le ocurrió utilizar lectores como vía de acceso a los trabajadores cubanos que no sabían leer, que eran la mayoría. Así empezaron las lecturas públicas durante el trabajo, cuyo fin se anunció en el primer editorial: “Su propósito será ilustrar, de todas las maneras posibles, a la clase social a la que está destinado”.</p>
<p>Al cabo de muy poco tiempo se acusó a esta práctica de subversiva y acabó desapareciendo. Sin embargo, las lecturas públicas en las tabaquerías no fueron olvidadas y, a pesar de las dificultades experimentadas durante su existencia, aún perviven en Cuba. Es más, esta práctica ha sido reconocida como <a href="https://www.trabajadores.cu/20220220/lectura-para-ser-mas-libres-fotos/">parte del patrimonio cultural de la nación cubana</a>.</p>
<h2>En <em>El Quijote</em></h2>
<p>La lectura en voz alta no siempre ha tenido propósitos tan edificantes o instructivos. Manguel, en el libro anteriormente mencionado, también explica que leer para otros podía tener como fin el puro placer y, para ilustrarlo, cita <a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte1/cap32/default.htm">este pasaje de <em>Don Quijote de la Mancha</em></a>:</p>
<blockquote>
<p>“Cuando es tiempo de la siega, se recogen aquí las fiestas muchos segadores, y siempre hay alguno que sabe leer, el cual coge uno destos libros en las manos, y rodeámonos dél más de treinta, y estámosle escuchando con tanto gusto, que nos quita mil canas”.</p>
</blockquote>
<p>Esta mención a la lectura en voz alta surge en la conversación sobre libros que mantienen en este capítulo el cura y el ventero Palomeque. A continuación, el cura encuentra, entre los libros que el ventero custodia, la novela corta <em>El curioso impertinente</em>. Ante la insistencia de los allí presentes, el cura procede a su lectura, si bien este relato ocupa <a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte1/cap33/default.htm">el capítulo siguiente</a> en la novela de Cervantes. </p>
<p>Así, tras defender el ventero las lecturas en voz alta sin más ánimo que el de entretener, el cura representa uno de esos momentos lectores.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/520994/original/file-20230414-26-uqt1v6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Dibujo de un hombre sentado en una mesa que lee en voz alta rodeado de más personas que le atienden." src="https://images.theconversation.com/files/520994/original/file-20230414-26-uqt1v6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/520994/original/file-20230414-26-uqt1v6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=439&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/520994/original/file-20230414-26-uqt1v6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=439&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/520994/original/file-20230414-26-uqt1v6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=439&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/520994/original/file-20230414-26-uqt1v6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=552&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/520994/original/file-20230414-26-uqt1v6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=552&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/520994/original/file-20230414-26-uqt1v6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=552&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Ilustración del capítulo 32 de <em>Don Quijote de la Mancha</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:202_083_quijote_cap32.jpg">Biblioteca de la Facultad de Derecho y Ciencias del Trabajo Universidad de Sevilla</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<h2>Sincronizar los cerebros</h2>
<p><a href="https://www.lavanguardia.com/vivo/psicologia/20190516/462256961207/poder-terapeutico-leer-voz-alta-beneficios.html">El placer de leer en voz alta, y escuchar historias, estaría justificado</a>, ya que “cuando una persona le lee a otra en voz alta, se trate de un niño o de un adulto, entre las dos sucede algo mágico, y es que sus cerebros se sincronizan”, en el sentido de que “el contador de la historia y el oyente experimentan la misma actividad cerebral y liberan exactamente los mismos neuroquímicos”, lo cual explica por qué la lectura en voz alta crea esa sensación tan potente de encuentro y deleite compartidos. </p>
<p>En palabras de Manguel, “la ceremonia de escuchar priva al oyente de parte de la libertad inherente al acto de leer […], pero también proporciona al texto polifacético una identidad respetable, un sentido de unidad en el tiempo y una existencia en el espacio que raras veces tiene en las manos caprichosas de un lector solitario”.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/203270/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Silvia Hurtado González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Aunque las lecturas públicas o compartidas en voz alta han sido una práctica habitual durante siglos, actualmente esta modalidad de lectura es excepcional.Silvia Hurtado González, Profesora del Departamento de Lengua Española de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de ValladolidLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1967032023-01-15T18:08:50Z2023-01-15T18:08:50ZCuando los estadounidenses decimonónicos buscaban ‘un lugar de La Mancha’<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/503227/original/file-20230105-15-w5ssbp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=97%2C97%2C2457%2C1535&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Ilustración de las ruinas del Castillo de Chinchilla, de Gustave Doré para el libro 'L'Espagne' del Baron CH. Davillier, 1874.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:%22Ruines_du_Chateau_de_Chinchilla%22_(19749411280).jpg">Biblioteca General Antonio Machado / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>La península ibérica ha sido desde la Antigüedad un destino habitual de viajeros que han relatado sus peripecias y han dejado el legado de su visión. La literatura de viajes ofrece la mirada del otro, unas narraciones con intenciones muy diferentes: diarios, descripciones geográficas, cartas, relaciones diplomáticas, informes militares, artículos periodísticos, etc. en las que se recoge cuanto se ve.</p>
<h2>Viajar al territorio quijotesco</h2>
<p>Aunque durante décadas España quedó al margen de los circuitos de viajes, llegó un momento, a partir del siglo XVIII, en el que los extranjeros en general y los norteamericanos en particular decidieron incluir la tierra del Quijote como una o varias etapas de sus periplos.</p>
<p>A partir de entonces, pocos lugares contaron con tantos visitantes y relatos de viaje como España, un país también interesado en saber cómo lo perciben los extranjeros. Gracias a estas contribuciones podemos contemplar <a href="https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6843422.pdf">la visión que los viajeros estadounidenses tenían de La Mancha</a>. Gran parte emanaba de los tópicos que componían la conocida como <a href="https://theconversation.com/que-es-la-leyenda-negra-espanola-187563">Leyenda Negra</a> y su único aspecto positivo residía en el atractivo folclórico que tenía España.</p>
<p>Los siglos XVIII y XIX fueron testigos de una gran afluencia de viajeros anglosajones a España. Eso se tradujo en que entre 1800 y 1850 se publicaron 325 libros de viajes, y entre 1850 y 1900 ese número aumentó a 1 440. A lo largo de los años, muchos autores reconocidos viajaron por el país y lo plasmaron en sus libros. Entre otros podemos listar a Henry W. Longfellow, Ernest Hemingway, George Orwell, Evelyn Waugh o Edith Warton.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/503242/original/file-20230105-19-33i4bj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Ilustración de un guitarrista español y una bailarina." src="https://images.theconversation.com/files/503242/original/file-20230105-19-33i4bj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/503242/original/file-20230105-19-33i4bj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=818&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/503242/original/file-20230105-19-33i4bj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=818&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/503242/original/file-20230105-19-33i4bj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=818&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/503242/original/file-20230105-19-33i4bj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1028&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/503242/original/file-20230105-19-33i4bj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1028&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/503242/original/file-20230105-19-33i4bj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1028&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Guitarrista manchego y bailarina de Albacete. Ilustración de Gustave Doré para el libro <em>L'Espagne</em> del Baron CH. Davillier, 1874.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:%22Guitarrero_manchego_et_danseuse_d%27Albacete_(manche)%22_(19316179793).jpg">Biblioteca General Antonio Machado / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>La historia de Don Quijote hizo que se idealizasen las tierras donde sucedían sus aventuras. Los viajeros intentaban revivir sus andanzas trasladándose a los escenarios donde estas discurrían. La región castellano-manchega se convertiría en una de las más atractivas y los visitantes daban buena cuenta del paisaje, los personajes quijotescos y la gastronomía cervantina.</p>
<p>La imagen acuñada de España en el siglo anterior como lugar salvaje, exótico y atrasado atraía cada vez más al viajero. Este buscaba el tópico que ensalzaba las cualidades raciales hispánicas: todos los españoles parecen ser toreros, gitanos o bandoleros, y todas las mujeres esconden bajo su mirada a la tan buscada y deseada Carmen.</p>
<h2>Ilustres viajeros</h2>
<p>Quizás fue Washington Irving (1783-1859), historiador norteamericano de origen escocés, quien mejor plasmó en la literatura los paisajes naturales y humanos de La Mancha. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/503243/original/file-20230105-18-ii9kzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Hombre consultando unos archivos bajo la mirada de un monje." src="https://images.theconversation.com/files/503243/original/file-20230105-18-ii9kzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/503243/original/file-20230105-18-ii9kzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/503243/original/file-20230105-18-ii9kzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/503243/original/file-20230105-18-ii9kzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/503243/original/file-20230105-18-ii9kzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/503243/original/file-20230105-18-ii9kzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/503243/original/file-20230105-18-ii9kzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Washington Irving en los Archivos de Sevilla, por David Wilkie.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Washington_Irving_en_los_Archivos_de_Sevilla.jpg">Museo y Galería de Arte de Leicester / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Irving <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/cuentos-de-la-alhambra--0/html/00056d68-82b2-11df-acc7-002185ce6064_2.html#:%7E:text=J.%20V.%20T.-,El%20viaje,-En%20la%20primavera">describió las sensaciones</a> que le causó la tierra que recorrieran Don Quijote y Sancho Panza, incidiendo tanto en el paisaje como en las gentes que lo habitaron. <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/cuentos-de-la-alhambra--0/html/00056d68-82b2-11df-acc7-002185ce6064_2.html#:%7E:text=Las%20inmensas%20llanuras%20de%20Castilla%20y%20de%20la%20Mancha%2C">Las inmensas llanuras atraerán su interés</a>, comparándolas con la grandeza del océano.</p>
<p>También el editor, pintor, escritor e historiador August Florian Jaccaci (1856-1930), fascinado por Alonso Quijano, <a href="https://www.metmuseum.org/art/collection/search/352096">se propuso conocer los escenarios de sus aventuras y desventuras</a> así como las costumbres y el carácter de los habitantes de La Mancha. Por su parte, el poeta James Russell Lowell (1819-1891), crítico, editor y diplomático perteneciente al movimiento Romántico, <a href="https://books.google.es/books?id=YxU2AQAAIAAJ&pg=PA177&lpg=PA177&dq=James+Russell+Lowell+valdepe%C3%B1as&source=bl&ots=ryNvtzN6Nt&sig=ACfU3U1YTSJAd1jUjy_ZfEmUPIHM2pR_hw&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwj18J6Dr7D8AhUvU6QEHcZ2CWQQ6AF6BAgIEAM#v=onepage&q=James%20Russell%20Lowell%20valdepe%C3%B1as&f=false">quedó prendado del vino de Valdepeñas</a> a su paso por la región.</p>
<p>La norteamericana Merrydelle Hoyt escribió <a href="https://books.google.es/books/about/Mediterranean_Idyls_as_Told_by_the_Bells.html?id=cd4vAQAAMAAJ&redir_esc=y"><em>Mediterranean Idyls. As told by the Bells</em></a>. Su libro narra un viaje en automóvil a su paso por La Mancha. </p>
<p>Igualmente, Ellen Louise Chandler Moulton, poeta, escritora y crítica, visitó España en 1896 y cruzó la Mancha en su viaje de Madrid a Córdoba. El primer capítulo de su obra <a href="https://www.todocoleccion.net/libros-antiguos/lazy-tours-in-spain-and-elsewhere-by-louise-chandler-moulton-1896%7Ex23016292"><em>Lazy Tours in Spain and Elsewhere</em></a> (1896) constituye un interesante recuento de la vida de los españoles a finales del siglo XIX. </p>
<p>En él, la autora cuestiona muchos de los tópicos que habían circulado acerca de España en general y La Mancha en particular: región famosa por las corridas y los encierros, tierra calurosa pero también llena de holgazanes, área peligrosa por los temibles pero atrayentes bandoleros, etc. La autora refiere que no existieron riesgos ni avatares reseñables, solo las dificultades propias de un terreno diferente. Hasta se lamenta de que no la hayan asaltado un grupo de forajidos para poder fabricar una buena historia que dejara huella en sus lectores. Además de desmentir los estereotipos se encarga de recordar la necesidad de percibir y describir la realidad desde muchos puntos de vista, incidiendo en la importancia de intentar entender al otro.</p>
<p>Louisa Tenison (1819-1882) llegó a España en 1850 y <a href="http://www.bibliotecavirtualdeandalucia.es/catalogo/es/consulta/registro.do?id=1013451">viajó durante dos años por las dos Castillas</a>, atravesando La Mancha, a tenor del recorrido que fuera habitual para comunicar la Meseta con Andalucía a través del paso natural de Despeñaperros. Tenison tuvo que realizar sus viajes por la geografía peninsular en mula o en diligencia, habitual en esta época.</p>
<p>Susan Hale (1833-1910) es otra de las escritoras norteamericanas que viajó a nuestro país en 1882 y que <a href="https://revistascientificas.us.es/index.php/CulturasyLiteraturas/article/download/21157/19776">pasó por Toledo</a>. Hale <a href="https://institutofranklin.net/sites/default/files/proyectos/2021-04/Informe-USA.-N%C2%BA-31.pdf">incide</a> en tópicos como la impuntualidad de los trenes o las descripciones románticas de los paisajes, dejando al lugar en una especie de limbo de eterno pasado, de inmovilismo.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/503245/original/file-20230105-15-8r5816.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Fotografía de un molino de viento." src="https://images.theconversation.com/files/503245/original/file-20230105-15-8r5816.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/503245/original/file-20230105-15-8r5816.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=923&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/503245/original/file-20230105-15-8r5816.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=923&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/503245/original/file-20230105-15-8r5816.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=923&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/503245/original/file-20230105-15-8r5816.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1159&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/503245/original/file-20230105-15-8r5816.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1159&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/503245/original/file-20230105-15-8r5816.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1159&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Tarjeta postal de Socuéllamos (Ciudad Real), editada en 1903.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tarjetas_Postales_serie_%22Socu%C3%A9llamos_1903%22_05.jpg">Fototipia J. Laurent, Madrid / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Posteriormente, el escritor judeo-norteamericano Waldo Frank (1889-1967) ofreció una visión muy diferente de La Mancha de la que dio Washington Irving casi un siglo antes. Así, <a href="https://www.ucm.es/suma-universidad-museo/sintesis-estudio-del-n-29">Frank lleva al lector de la mano por la sociedad y las costumbres de la zona</a>, mostrando la cultura y la historia <a href="https://redined.educacion.gob.es/xmlui/bitstream/handle/11162/77792/00820103000093.pdf?sequence=1">a través de figuras como el Greco</a> o diversiones como las corridas de toros, dos elementos prototípicamente españoles.</p>
<p>Los escritores visitan La Mancha con unos prejuicios que no les permiten observar y aceptar lo que ven, dado que otorgan más credibilidad a las ideas preconcebidas con las que desembarcan en el país que a la realidad con la que se topan. Además, o por otro lado, buscan los tipos y ambientes quijotescos al considerar que la región conservaba su esencia tal y como la describió Cervantes. La búsqueda responde, pues, a una determinada idealización de la figura de Don Quijote.</p>
<p>A pesar de ofrecernos una visión muy crítica y negativa, sus relatos son un testimonio documental más de aquel momento.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/196703/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>En el siglo XIX, La Mancha se puso de moda entre los viajeros estadounidenses. Pero no buscaban un territorio decimonónico, sino medieval.Francisco Javier Sánchez-Verdejo Pérez, Profesor Acreditado Contratado Doctor Departamento de Filología Moderna, Universidad de Castilla-La ManchaDomingo Fernández Maroto, Profesor de Historia Antigua y Arqueología, UNED - Universidad Nacional de Educación a DistanciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1875622022-10-11T17:04:38Z2022-10-11T17:04:38ZLos silencios de Dulcinea<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/486499/original/file-20220926-4427-htkce3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=13%2C0%2C2225%2C2953&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Ilustración del 'Blanco y Negro', 'En la Mancha, Dulcinea del Toboso', de Cecilio Pla.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:1898-11-05,_Blanco_y_Negro,_En_la_Mancha,_Dulcinea_del_Toboso,_Cecilio_Pla_(cropped).jpg">Wikimedia Commons / Blanco y Negro</a></span></figcaption></figure><p><a href="https://theconversation.com/la-pastora-marcela-una-precursora-del-feminismo-en-el-quijote-187037">En un artículo anterior dedicado a las voces femeninas en el <em>Quijote</em></a> ya nos ocupamos de los discursos de las mujeres más relevantes de la novela y prestamos especial atención a la pastora Marcela, ejemplo de libertad, coherencia y lealtad a sus sentimientos más profundos. </p>
<p>¿Pero qué ocurre con la silenciosa (y ausente) Dulcinea? ¿En qué consiste su naturaleza literaria? ¿Quién la inventa y, sobre todo, quiénes y por qué la reinventan? ¿Cómo se entiende la función de esta mujer que no sabe que hay un hombre que se hace llamar don Quijote y que se cree caballero andante en su nombre?</p>
<h2>Dulcinea, una invención de don Quijote</h2>
<p>En el mismo comienzo de la novela de Cervantes y en su visión literaria del mundo, Alonso Quijano se reinventa a sí mismo como el caballero andante don Quijote de la Mancha. Para crear y recrear una experiencia caballeresca a su medida le hace falta una dama, y ese es el punto en el que entra Dulcinea. Podemos decir, en cierto modo, que Alonso Quijano inventa a don Quijote y que este inventa a Dulcinea, a partir de Aldonza Lorenzo. </p>
<p>Esta Dulcinea inventada es totalmente ajena a la fabulación literaria de don Quijote. Eso justifica que sea siempre un personaje sin voz: un personaje que no habla, pero del que hablan los demás. Un personaje, por cierto, del que don Quijote habla a Sancho sin que este conozca en principio su verdadera identidad</p>
<h2>La reinvención de Sancho Panza</h2>
<p>Desde el momento en que Sancho Panza sabe que Dulcinea del Toboso <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-ingenioso-hidalgo-don-quijote-de-la-mancha-6/html/05f86699-4b53-4d9b-8ab8-b40ab63fb0b3_5.html#I_35_">es en realidad Aldonza Lorenzo</a> dispone de las claves necesarias para reinventarla de acuerdo con sus intereses, necesidades y circunstancias. </p>
<p>Eso explica que en <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-ingenioso-hidalgo-don-quijote-de-la-mancha-6/html/05f86699-4b53-4d9b-8ab8-b40ab63fb0b3_6.html#I_42_">la narración del encuentro que nunca tuvo</a> con ella en El Toboso caiga en su propia trampa. Así, en los primeros capítulos de la segunda parte, para salir del apuro que para él representa la búsqueda de la dama por interés de don Quijote, <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-ingenioso-hidalgo-don-quijote-de-la-mancha-6/html/05f86699-4b53-4d9b-8ab8-b40ab63fb0b3_12.html#I_89_">Sancho urde un falso encantamiento de Dulcinea</a> y sus damas, “convertidas” a los ojos de su amo en “tres labradoras sobre tres pollinos…”.</p>
<p>Tal como había previsto Sancho, don Quijote, que reinventa literariamente la realidad, entiende y acepta el falso encantamiento de Dulcinea. Por eso vuelve a verla encantada <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-ingenioso-hidalgo-don-quijote-de-la-mancha-6/html/05f86699-4b53-4d9b-8ab8-b40ab63fb0b3_14.html#I_106_">en su sospechosa ensoñación de la cueva de Montesinos</a>. </p>
<p>Pero en la recreación de Sancho empiezan los problemas, que le convierten en víctima de su propia fabulación. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/486500/original/file-20220926-17-t9hlk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Un hombre baja la cabeza mientras habla con una campesina." src="https://images.theconversation.com/files/486500/original/file-20220926-17-t9hlk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/486500/original/file-20220926-17-t9hlk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=406&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/486500/original/file-20220926-17-t9hlk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=406&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/486500/original/file-20220926-17-t9hlk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=406&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/486500/original/file-20220926-17-t9hlk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=510&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/486500/original/file-20220926-17-t9hlk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=510&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/486500/original/file-20220926-17-t9hlk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=510&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Retrato del ‘encuentro’ entre Sancho y Dulcinea, pintado por Eugène Lepoittevin.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Eug%C3%A8ne_Lepoittevin,_Sancho_remettant_%C3%A0_Dulcin%C3%A9e_le_message_de_Don_Quichotte,_1847,_private_collection.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>La apropiación de los duques</h2>
<p>Durante la estancia en el palacio de los duques, don Quijote y Sancho Panza sufren la burla de sus anfitriones, representantes de una nobleza ociosa y malintencionada. </p>
<p>Tirando del hilo de la Dulcinea encantada que Sancho se había sacado oportunamente de la chistera, <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-ingenioso-hidalgo-don-quijote-de-la-mancha-6/html/05f86699-4b53-4d9b-8ab8-b40ab63fb0b3_17.html#I_124_">los duques montan una farsa aparatosa y espectacular</a> donde las haya. Un fingido mago Merlín, cuyo discurso no discute don Quijote, desvela la fórmula del desencantamiento, sin duda traumática para Sancho, que consiste en obligarle a darse tres mil trescientos azotes “en ambas sus valientes posaderas”.</p>
<p>Sancho no puede confesar públicamente su mentira, pero tampoco está dispuesto a cumplir con los designios de Merlín. De nada vale la vehemente insistencia de don Quijote, porque el desencantamiento solo funcionará si Sancho acepta voluntariamente el procedimiento. </p>
<p>Y ahí es donde entra la voz de una no menos fingida Dulcinea, encarnada por un paje de los duques, que afea severamente la pusilanimidad de Sancho. Esta reconvención, reforzada por el duque cuando advierte al futuro gobernador de que no lo será si persiste en su cobardía, hace que Sancho acepte. Lo hace a regañadientes y deja bien claro “que me los tengo que dar cada y cuando que yo quisiere”, momento a partir del cual don Quijote no dejará de recordarle su promesa.</p>
<p>La fabulación tiene otras manifestaciones y da pie a otras peripecias a lo largo de la segunda parte de la novela, pero las claves esenciales quedan suficientemente expuestas. No podemos dejar de prestar atención, sin embargo, a la imbatible lealtad de don Quijote cuando, vencido en la playa de Barcelona por Sansón Carrasco, caracterizado como Caballero de la Blanca Luna, está dispuesto a perder la vida con tal de no renunciar al ideal que él mismo inventó en su día. La voz que no tiene Dulcinea se compensa con la firmeza de la voz de un don Quijote derrotado, pero no vencido.</p>
<h2>Algo sobre la voz de Dulcinea en las recreaciones del <em>Quijote</em></h2>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/486501/original/file-20220926-20-if1u1h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Dibujo de una campesina arreglándose el peinado." src="https://images.theconversation.com/files/486501/original/file-20220926-20-if1u1h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/486501/original/file-20220926-20-if1u1h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=960&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/486501/original/file-20220926-20-if1u1h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=960&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/486501/original/file-20220926-20-if1u1h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=960&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/486501/original/file-20220926-20-if1u1h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1207&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/486501/original/file-20220926-20-if1u1h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1207&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/486501/original/file-20220926-20-if1u1h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1207&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Dulcinea, dibujada por C. R. Leslie (el grabado es obra de John Cheney). El dibujo ilustra un poema de Miss Leslie.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Dulcinea_by_C_R_Leslie.png">Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>A diferencia de la novela de Cervantes, Dulcinea tiene voz propia <a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/cervantistas/coloquios/cl_VIII/cl_VIII_20.pdf">en algunas recreaciones narrativas del modelo</a>. Grosera y soez, replica al caballero en el segundo capítulo del <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-ingenioso-hidalgo-don-quijote-de-la-mancha-6/html/05f86699-4b53-4d9b-8ab8-b40ab63fb0b3_17.html#I_124_"><em>Quijote</em> de Avellaneda</a> (1614). Despechada, pero enamorada, se queja de la deslealtad de don Quijote en las <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Semblanzas_caballerescas_o_las_nuevas_aventuras_de_Don_Quijote_de_la_Mancha"><em>Semblanzas caballerescas</em></a> de Luis Otero y Pimentel (1886). Acogedora y tierna, le confiesa su permanente disposición para amarlo y darle consuelo en <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_pastor_Quij%C3%B3tiz"><em>El pastor Quijótiz</em></a> de José Camón Aznar (1969). Reivindicadora de su existencia real, su voz preside toda la narración de <a href="https://www.agenciabalcells.com/autores/obra/gustavo-martin-garzo/dulcinea-y-el-caballero-dormido/"><em>Dulcinea y el Caballero Dormido</em></a> de Gustavo Martín Garzo (2005).</p>
<p>Frente a lo que ocurre en la música popular española, en donde mantiene su silencio, la voz de Dulcinea tiene también su presencia en la música culta. Ahí está el caso <a href="https://www.youtube.com/watch?v=zdz00nEuCPw">de la ópera <em>Don Quichotte</em></a> de Jules Massenet (1910), cuya Dulcinea, por referirnos siquiera brevemente a la música popular estadounidense, tiene alguna relación con la que habla <a href="https://www.youtube.com/watch?v=o-PJMbCKwZ0">en el musical <em>Man of la Mancha</em></a> de Dale Wasserman, Mitch Leigh y Joe Darion (1965).</p>
<p>Silenciosa y ausente, en fin, pero siempre presente en la misión caballeresca de don Quijote, oímos la voz de Dulcinea en otras voces y su mensaje nos recuerda cuánto de inspirador y cuánto de necesario hay en el ideal que representa.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/187562/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Santiago Alfonso López Navia no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Dulcinea del Toboso es un personaje que no habla, que no tiene voz, pero del que se habla mucho. ¿Por qué?Santiago Alfonso López Navia, Vicedecano de Investigación de la Facultad de Educación, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1913672022-09-28T17:02:47Z2022-09-28T17:02:47ZLa ejemplaridad de Miguel de Cervantes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/486860/original/file-20220927-10436-1t2wx3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=22%2C8%2C1846%2C1580&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">'Miguel de Cervantes, imaginando El Quijote' de Mariano de la Roca y Delgado.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/miguel-de-cervantes-imaginando-el-quijote/c914bb74-d296-4487-bdcd-6c528bc6b3df">Museo del Prado</a></span></figcaption></figure><p>El 29 de septiembre de 2022 se cumplen 475 años desde el nacimiento, en Alcalá de Henares, de <a href="https://www.cervantesvirtual.com/portales/miguel_de_cervantes/autor_biografia/">Miguel de Cervantes</a>. Bautizado en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor el 9 de octubre, se supone que debió de nacer el día de San Miguel.</p>
<p>Casi cinco siglos después, y tras muchas luces –pero también algunas sombras– en la transmisión, recepción e interpretación de su obra, Cervantes está más vivo que nunca en este siglo XXI que tanto necesita su ejemplaridad y sus valores.</p>
<h2>La obra de Cervantes nos ayuda a afrontar los conflictos de hoy</h2>
<p>¿Cómo es posible que una obra escrita en un contexto histórico tan diferente al nuestro pueda arrojar tanta luz sobre el presente? ¿Es posible que su imagen de lo humano nos pueda ayudar a afrontar conflictos de hoy? </p>
<p>Cervantes trasciende la circunstancia vital que refleja su obra para llegar a la raíz misma de la condición humana. Se adelanta a su tiempo (y al nuestro), como dijera Harold Bloom en su libro <a href="https://kupdf.net/download/donde-se-encuentra-la-sabiduria_59c9c38408bbc5983d686ed2_pdf"><em>¿Dónde se encuentra la sabiduría?</em></a> Se anticipa tanto en su concepción de la libertad, por la que cree que se puede dar la vida, como en su visión radical de la igualdad: ningún ser humano “<a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-ingenioso-hidalgo-don-quijote-de-la-mancha-6/html/05f86699-4b53-4d9b-8ab8-b40ab63fb0b3_4.html#I_26_">es más que otro si no hace más que otro</a>”. También se anticipa en su visión de la fraternidad y la solidaridad.</p>
<p>Siempre me han impresionado las palabras de Fiódor Dostoyevski (<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Diario_de_un_escritor"><em>Diario de un escritor</em></a>, 1876) al referirse al <em>Quijote</em>: </p>
<blockquote>
<p>“En todo el mundo no hay obra de ficción más profunda y fuerte que ésa. Hasta ahora representa la suprema y máxima expresión del pensamiento humano, la más amarga ironía que pueda formular el hombre”.</p>
</blockquote>
<p>Dostoyevski concluye reconociendo que en la obra de Cervantes se encuentran las claves del sentido de lo humano.</p>
<h2>Ejemplaridad e imagen de vida</h2>
<p>Como afirma <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Javier_Gom%C3%A1">Javier Gomá</a>, nuestro autor es ejemplo e ideal de vida: </p>
<blockquote>
<p>“El nuevo ideal es Cervantes. Si el Quijote fue el libro de la conciencia moderna, la perdurable imagen de su autor está llamada a valer de gran mito posmoderno. España sería mejor, más cívica, más urbana, más humana, si se asemejase más a Cervantes, si imitara más su ejemplo, si fuera más cervantina. Y el resto del mundo también”. </p>
</blockquote>
<p>Idealidad (sin perder el contacto con la tierra), amabilidad y benevolencia, así como ironía y sentido del humor caracterizan el núcleo de la obra cervantina. Desde su admiración por Aristóteles busca siempre el equilibrio, la mesura y los grandes ideales de verdad, bondad y belleza.</p>
<h2>Hacer frente a las adversidades: cada cual se fabrica su destino</h2>
<p>Miguel de Cervantes <a href="https://www.youtube.com/watch?v=lZxBsB2LMrk">no tuvo una vida fácil</a>. Nació en Alcalá de Henares en 1547, donde se encuentra una de las más importantes universidades de su tiempo. Pero, incluso teniendo verdadera pasión por el saber y la lectura, no pudo estudiar en la Universidad por los problemas económicos de su familia. A pesar de ello, su obra refleja una cantidad y calidad de lecturas verdaderamente excepcionales. Por ello no nos extraña que una de sus frases más conocidas y profundas sea: “<a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-ingenioso-hidalgo-don-quijote-de-la-mancha-6/html/05f86699-4b53-4d9b-8ab8-b40ab63fb0b3_15.html#I_110_">El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho</a>”).</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/486862/original/file-20220927-5931-1u9xsr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/486862/original/file-20220927-5931-1u9xsr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/486862/original/file-20220927-5931-1u9xsr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=748&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/486862/original/file-20220927-5931-1u9xsr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=748&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/486862/original/file-20220927-5931-1u9xsr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=748&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/486862/original/file-20220927-5931-1u9xsr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=940&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/486862/original/file-20220927-5931-1u9xsr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=940&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/486862/original/file-20220927-5931-1u9xsr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=940&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>Cervantes en Lepanto</em>, pintura de Augusto Ferrer-Dalmau Nieto.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cervantes_en_Lepanto.jpg">Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>Cuando inicia su curso como poeta y se publican sus primeros versos por López de Hoyos, tiene que <a href="https://www.miciudadreal.es/2005/10/05/la-huida-de-cervantes-a-italia-i/">abandonar su país</a> (no se puede asegurar del todo por qué) y se dirige a Italia, donde decide hacerse soldado. Sin haber cumplido aún los 24 años, en la batalla de Lepanto, queda gravemente herido y sin movilidad en su mano izquierda. A pesar de ello sigue librando batallas por un Imperio y un rey que nunca supieron agradecer adecuadamente sus servicios.</p>
<p>Cuando decide regresar para dedicarse a su pasión, la escritura, es apresado por piratas frente a las costas de Cataluña y vive una amarga experiencia de cautiverio en Argel. Pero tampoco queda atrapado en su mala fortuna. Cuando recuerda la experiencia <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/novelas-ejemplares--0/html/ff32b242-82b1-11df-acc7-002185ce6064_5.html#I_5_">aprendió a tener paciencia en las adversidades</a>. Sigue luchando porque cree que cada cual debe forjar su vida. Así hará decir a Cipión en la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Numancia_(Cervantes)"><em>Numancia</em></a>: “Cada cual se fabrica su destino;/ no tiene aquí fortuna alguna parte; / la pereza fortuna baja cría,/ la diligencia, imperio y monarquía”.</p>
<p>Tampoco tuvo suerte en la “República de las letras”. Hizo grandes aportaciones al teatro, pero quedaron eclipsadas por su contemporáneo Lope de Vega. Publicó su primera obra, <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-galatea--0/html/"><em>La Galatea</em></a> con casi cuarenta años, en 1585, y tardó otros veinte años en publicar la segunda, <a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/"><em>El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha</em></a> (1605). Aunque le dio cierta popularidad e hizo posible que fuera publicando otras obras (<a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/novelas-ejemplares--0/html/ff32b242-82b1-11df-acc7-002185ce6064_5.html"><em>Novelas ejemplares</em></a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Viaje_del_Parnaso"><em>Viaje del Parnaso</em></a>, <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/ocho-comedias-y-ocho-entremeses-nuevos-nunca-representados--0/html/ff32b9ea-82b1-11df-acc7-002185ce6064_5.html"><em>Ocho comedias y ocho entremeses</em></a>), el <em>Quijote</em> no le solucionó su precaria situación económica, que tuvo que afrontar como recaudador de impuestos y que le llevó varias veces injustamente a la cárcel, como cuando quebró su banquero, Simón Freire.</p>
<p>Para colmo, sus enemigos quisieron empañar el éxito del <em>Quijote</em>, y cuando estaba a punto de finalizar la segunda parte, se adelantaron con el <em>Quijote</em> apócrifo firmado con el falso nombre de Avellaneda. No pudo ver impresa la obra que creía mejor entre las suyas: <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/los-trabajos-de-persiles-y-sigismunda--0/html/"><em>Los trabajos de Persiles y Sigismunda</em></a>, que vería la luz tras su muerte.</p>
<h2>Un proyecto vital lleno de valores</h2>
<p>Nada de todo ello desvió a Cervantes de su proyecto vital y literario. Siguió avanzando, abriendo caminos y se convirtió no solo en el creador de la novela moderna, sino en quien la llevó a su más alta cima, nunca igualada en los varios siglos de literatura posterior. Se suele afirmar que todos los recursos de la novela posterior a Cervantes aparecen de algún modo en el <em>Quijote</em>.</p>
<p>Pero lo más hermoso, lo más asombroso, es que Cervantes mantuvo siempre una imagen y unos valores de existencia extraordinarios, basados en la libertad, la responsabilidad, la humildad y el perdón, el imperativo de no hacer daño a los demás, de corregir las injusticias, lo torcido (“enderezar tuertos”), denunciar la corrupción y ayudar a quienes más lo necesitan (especialmente, mujeres y niños). </p>
<p>Su propia vida ofreció abundantes ejemplos de todo ello: fue siempre profundamente agradecido y nada envidioso; respetuoso con las mujeres y responsable al dar su nombre a la hija que tuvo con una mujer casada, antes de su matrimonio; generoso, cuando decide que con el dinero de su rescate liberen antes a su hermano, permaneciendo él en el cautiverio…</p>
<p>El centro de la obra de Cervantes es el amor: a la vida, a los demás (con una importancia especial para esa forma peculiar del amor que es la amistad), a la naturaleza, a la literatura y al arte.</p>
<p>Hasta tres días antes de su muerte, el 22 de abril de 1616, afirmó su voluntad de vivir y aceptó con dignidad su final, despidiéndose alegre de sus amigos. Sin duda si leyéramos a Cervantes y nos dejáramos impregnar por sus valores, este mundo sería mejor. Es la forma más adecuada de celebrar que hace 475 años nació un extraordinario ser humano que con su palabra cambió el mundo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/191367/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Manuel Angel Vázquez Medel no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Se cumplen 475 años desde el nacimiento de Miguel de Cervantes, más vivo que nunca en este siglo XXI que tanto necesita su ejemplaridad y los valores presentes en su obra.Manuel Angel Vázquez Medel, Catedrático de Literatura Española (Literatura y Comunicación), Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1870372022-07-24T21:45:07Z2022-07-24T21:45:07ZLa pastora Marcela: una precursora del feminismo en el Quijote<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/475507/original/file-20220721-14589-zu7xhq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=50%2C396%2C2191%2C2611&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Ilustración de 'The History of Don Quixote' hecha por Gordon Browne. Frederick A. Stokes Company.
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:1921,_The_History_of_Don_Quixote,_It_was_Marcella_herself.jpg">Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>La voz de los principales personajes femeninos en el <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-ingenioso-hidalgo-don-quijote-de-la-mancha-6/html/"><em>Quijote</em></a> sigue mereciendo el mayor interés en nuestros días. Así se ha visto en el <a href="https://asociaciondecervantistas.org/coloquio-internacional-dulcinea-del-toboso-la-creacion-cervantina-y-otras-dulcineas-recreadas-el-toboso-toledo-7-9-de-julio-de-2022/">coloquio internacional dedicado a Dulcinea</a> recientemente celebrado en El Toboso (Toledo). Así se vio <a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/cervantistas/cl_VIII.htm">en las reflexiones que los cervantistas dedicaron en 1998 y en el mismo lugar</a> a la mujer en la obra de Cervantes. Y así se seguirá constatando, gracias a la plena vigencia de los principales elementos del universo literario cervantino. </p>
<p>Esta afirmación tiene especial sentido en el <em>Quijote</em> por la riqueza de su texto y <a href="https://www.academia.edu/49241336/Los_lenguajes_m%C3%BAltiples_de_la_recreaci%C3%B3n_del_Quijote_atenci%C3%B3n_especial_a_las_recreaciones_en_la_narrativa_hisp%C3%A1nica_Beresit_Cofrad%C3%ADa_Internacional_de_Investigadores_no_14_2015_pp_199_208">por sus muchas recreaciones literarias y artísticas</a>.</p>
<h2>Las voces femeninas en el <em>Quijote</em></h2>
<p>¿Hablan todas las mujeres del <em>Quijote</em>? ¿Cómo hablan? ¿Qué dicen? En un momento como el actual, en el que las sensibilidades feministas y sus contrarias se afirman, reafirman y confrontan, es especialmente significativo recordar que Dulcinea del Toboso, la mujer por excelencia del <em>Quijote</em>, no tiene voz propia. </p>
<p>Sin embargo, otros personajes femeninos sí tienen discurso: desenfadadas y burlonas como la Tolosa y la Molinera, las mozas de vida disipada que le ciñen la espada y le calzan las espuelas a don Quijote en la parodia de su nombramiento como caballero; enamoradas y despechadas como Luscinda y Dorotea; ociosas y malintencionadas como la duquesa; fingidas como Altisidora o la condesa Trifaldi (la Dueña Dolorida); aún más fingidas si cabe como el paje de los duques que se hace pasar por Dulcinea; reivindicativas como Ana Félix o movidas por la fe sincera en don Quijote, como la dueña Rodríguez.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/475508/original/file-20220721-9733-fwtpci.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/475508/original/file-20220721-9733-fwtpci.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/475508/original/file-20220721-9733-fwtpci.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=417&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/475508/original/file-20220721-9733-fwtpci.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=417&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/475508/original/file-20220721-9733-fwtpci.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=417&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/475508/original/file-20220721-9733-fwtpci.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=524&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/475508/original/file-20220721-9733-fwtpci.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=524&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/475508/original/file-20220721-9733-fwtpci.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=524&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Ilustración del personaje de Luscinda a cargo de Cecilio Pla para el <em>Blanco y Negro</em> del 20 de mayo de 1905.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:1905-05-20,_Blanco_y_Negro,_Luscinda,_Cecilio_Pla.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<h2>La voz libre y valiente de la pastora Marcela</h2>
<p>Ninguna voz y ningún discurso, sin embargo, son tan valiosos e interesantes como la voz y el discurso de Marcela en el capítulo 14 de <a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte1/cap14/cap14_03.htm">la primera parte de la novela</a>. </p>
<p>Públicamente acusada por Ambrosio de la muerte de Grisóstomo, que se había enamorado de ella sin ser correspondido, Marcela aparece en el entierro de este para reclamar su libertad ante unas palabras tan graves como las que le dispensa el amigo de Grisóstomo, que la llama “fiero basilisco destas montañas”. </p>
<p>Lo que proclama Marcela es muy claro y muy rotundo. ¿Por qué razón es culpable de que Grisóstomo se haya enamorado de ella? ¿Por qué razón es, además, culpable de que el desvarío de Grisostomo le haya llevado a la muerte? ¿Por qué razón deponer y sacrificar sus sentimientos más sinceros para contentar a alguien a quien no ama ni está obligada a amar? ¿Debe corresponder a Grisóstomo solo porque este la quiera, por muy intenso que sea su amor? </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/475509/original/file-20220721-10361-g20nag.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/475509/original/file-20220721-10361-g20nag.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/475509/original/file-20220721-10361-g20nag.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=437&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/475509/original/file-20220721-10361-g20nag.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=437&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/475509/original/file-20220721-10361-g20nag.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=437&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/475509/original/file-20220721-10361-g20nag.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=549&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/475509/original/file-20220721-10361-g20nag.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=549&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/475509/original/file-20220721-10361-g20nag.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=549&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>Historia del pastor Grisóstomo y la pastora Marcela (Escena del Quijote)</em> de Valero Iriarte. A la izquierda de la imagen se ve el entierro de Grisóstomo y, a la derecha, a Marcela hablándole a los asistentes.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Valero_iriarte-grisostomo.JPG">Museo Casa de Cervantes / Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<p>La respuesta de Marcela está en sus palabras: </p>
<blockquote>
<p>“Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos. Los árboles destas montañas son mi compañía, las claras aguas destos arroyos mis espejos, con los árboles y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. Fuego soy apartado y espada puesta lejos”. </p>
</blockquote>
<p>Qué palabras tan hermosas, valientes y determinadas son estas últimas.</p>
<p>Marcela es consciente de no haber suscitado las esperanzas de hombre alguno, y por eso sostiene, con toda razón, que a Grisóstomo “antes le mató su porfía que mi crueldad”. Su decisión está clara y quiere que los demás la entiendan y la asuman con idéntica claridad: aún no le ha llegado el momento de amar, y “quien a nadie quiere, a ninguno debe dar celos”. Y esta determinación difícilmente puede defenderse con palabras más oportunas: “tengo libre condición y no gusto de sujetarme”.</p>
<h2>Cervantes y su principal personaje, dos precursores</h2>
<p>Aquí, claro, es donde entra la profesión de caballero andante de don Quijote, valedor de la libertad de Marcela ante quienes se empeñan en seguirla, rendidos de amor, a pesar de una argumentación tan bien sostenida como la que ha esgrimido. Marcela es una mujer sola y enfrentada a muchos hombres en un entramado de ficción al que en todo caso subyace una estructura social dominada precisamente por ellos.</p>
<p>Por eso don Quijote recuerda, amparado por la autoridad que le confiere su condición, que Marcela es inocente, que su intención es acreditadamente honesta y que por eso debe ser “honrada y estimada de todos los buenos del mundo”. Pese a todo, en el epitafio que Ambrosio prevé grabar en la losa que cubre la sepultura de Grisóstomo, se alude (pero no se nombra) a Marcela como “una esquiva hermosa ingrata”.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/475505/original/file-20220721-9523-ho8eky.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=11%2C15%2C1122%2C899&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/475505/original/file-20220721-9523-ho8eky.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=11%2C15%2C1122%2C899&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/475505/original/file-20220721-9523-ho8eky.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=484&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/475505/original/file-20220721-9523-ho8eky.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=484&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/475505/original/file-20220721-9523-ho8eky.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=484&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/475505/original/file-20220721-9523-ho8eky.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=608&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/475505/original/file-20220721-9523-ho8eky.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=608&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/475505/original/file-20220721-9523-ho8eky.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=608&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Ilustración de Tony Johannot para <em>L’Ingénieux Hidalgo Don Quichotte de la Manche</em>, traducción Viardot, 1836, tomo 1.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cervantes_-_L%E2%80%99Ing%C3%A9nieux_Hidalgo_Don_Quichotte_de_la_Manche,_traduction_Viardot,_1836,_tome_1,_figure_171.png">Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<p>Es justo destacar una vez más la tolerancia y la sensatez de Cervantes, madrugador (en pleno siglo XVII, nada menos), a través de la pastora Marcela, <a href="https://www1.uah.es/pdf/publicaciones/catalogo_pedidos/PDFs/Cervantes-y-la-libertad-de-las-mujeres.pdf">en la defensa de la libertad de la mujer</a> no solo a la hora de gobernar sus afectos, sino también, y este no es un detalle menor, a la hora de expresarlo en un discurso sólido, valiente y bien argumentado. </p>
<p>Frente a la silenciosa y silenciada Dulcinea, totalmente ajena a su condición de inspiradora de la misión de don Quijote, Marcela habla y dice (y es bien sabido que hablar y decir no son necesariamente lo mismo). Con su voz y su palabra se adelanta a la imprescindible reivindicación de la autonomía, la importancia, el protagonismo, los valores y la responsabilidad de la mujer en la construcción de una sociedad más justa, más libre y más igualitaria. </p>
<p>De Dulcinea, sus silencios, su naturaleza literaria, su invención y sus reinvenciones hablaremos en otro momento.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/187037/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Santiago Alfonso López Navia no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En el ‘Quijote’, Cervantes coloca en boca de Marcela una reivindicación de la autonomía, la importancia, el protagonismo, los valores y la responsabilidad de la mujer en la construcción de una sociedad más igualitaria.Santiago Alfonso López Navia, Vicedecano de Investigación de la Facultad de Educación, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1815292022-04-22T15:11:40Z2022-04-22T15:11:40ZLas músicas escondidas del Quijote<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/459317/original/file-20220422-24-e0eszj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C7%2C978%2C1154&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Grabado de Adolph Schrödter que retrata la hospitalidad de los cabreros con Don Quijote. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.cervantesvirtual.com/portales/quijote_banco_imagenes_qbi/ficha_imagen/?id=14062">Cervantes Virtual</a></span></figcaption></figure><p>Si hoy leyéramos en una novela “Elvira se despidió de Eva y llamó a un taxi. En la radio <a href="https://www.youtube.com/watch?v=EslzthDFm2w"><em>Motomami</em></a> acompasaba las últimas luces nocturnas”, el lector del presente tendría clara la referencia musical y su contexto sonoro… Pero ¿qué ocurriría dentro de cuatro siglos? </p>
<p>Probablemente el lector del futuro no vaya a saber quién fue <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Rosal%C3%ADa_(cantante)">Rosalía</a>. Puede que incluso entonces el proceso de lectura tal y como lo conocemos no exista ya y que el acceso a un relato se comprenda de forma virtual e inmediata a través de una conciencia global compartida… </p>
<p>Hasta que ese momento llegue, podemos seguir analizando las músicas que los escritores mencionan en sus obras y las llenan de significados. Esto sucede, sin duda, en toda la obra de Cervantes y, especialmente, en su <em>Quijote</em>, un libro “que canta”. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/459077/original/file-20220421-12-xfpzmu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/459077/original/file-20220421-12-xfpzmu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/459077/original/file-20220421-12-xfpzmu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=520&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/459077/original/file-20220421-12-xfpzmu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=520&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/459077/original/file-20220421-12-xfpzmu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=520&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/459077/original/file-20220421-12-xfpzmu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=654&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/459077/original/file-20220421-12-xfpzmu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=654&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/459077/original/file-20220421-12-xfpzmu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=654&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Don Quijote. Ilustrado por Jaume Pahissa y Laporta (Barcelona, 1898).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://cervantes.tamu.edu/V2/iconography/index.html">Iconografía Textual del Quijote. Proyecto Cervantes. Texas A&M-UCLM.</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En el pasado <a href="http://cervantes.bne.es/es/colecciones/musica/roda-cecilio-de-instrumentos-musicos-y-danzas">Cecilio de Roda</a>, <a href="https://www.jstor.org/stable/40296476?seq=1">Adolfo Salazar</a>, <a href="https://books.google.es/books?id=WCLTKd_n4wYC&pg=PA213&lpg=PA213&dq=Miguel+Querol+quijote+m%C3%BAsic&source=bl&ots=pYijToR6oP&sig=ACfU3U3XFheXc870TGLfmktaMnNSqinXIQ&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwipqv7716T3AhUjy4UKHbuxA38Q6AF6BAgaEAM">Miguel Querol</a> o <a href="http://catalogos.munimadrid.es/cgi-bin/opacmusical/O7441/IDf556a6e0?ACC=161">Víctor Espinós</a> supieron aplicar su fino oído a los instrumentos, danzas y canciones que podían escucharse entre sus páginas. <a href="https://academiaeditorial.com/colecciones/biblioteca-cervantes/loco-trovador-y-cortesano/">Investigaciones recientes</a> nos permiten comprender mejor el <a href="https://academiaeditorial.com/colecciones/biblioteca-cervantes/cervantes-musica-y-poesia/">universo sonoro cervantino</a> y nos acercan a un Cervantes que parece decir: “no solo se lee con los ojos; también con los oídos”. </p>
<h2>El <em>Quijote</em>, un libro musical</h2>
<p>Ya en la primera parte de la novela, Don Quijote confiesa a su escudero:</p>
<blockquote>
<p>“Porque quiero que sepas, Sancho, que todos o los más caballeros andantes de la edad pasada eran grandes trovadores y grandes músicos, que estas dos habilidades, o gracias, por mejor decir, son anexas a los enamorados andantes”.</p>
<p>(<em>Don Quijote</em>, I, XXIII).</p>
</blockquote>
<p>Por esta razón las músicas del romancero están muy presentes. Así ocurre en la Cueva de Montesinos (II, XXIII), donde Don Quijote se encuentra frente al corazón de Durandarte, su <em>alter ego</em> en ese mundo de sombras. A través de este relato, Cervantes rememora el romance que <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_de_Mil%C3%A1n">Luis de Milán</a> había musicado en su <em>Libro de música de vihuela de mano. Intitulado el Maestro</em> (Valencia, 1536) y que refiere las penas de este caballero:</p>
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</figure>
<p>Cervantes utiliza, además, un amplio vocabulario musical preciso y en ocasiones llega a aludir a las directrices del <a href="http://ivanfernandezcoba.blogspot.com/2009/04/el-concilio-de-trento-y-la-musica.html"><em>Concilio de Trento</em></a> (1545-1563) en torno a la música –las cuales pedían que la polifonía y el contrapunto debían expresar con claridad los textos religiosos–. Por ejemplo, cuando Maese Pedro pide al joven que se ajuste a lo esencial del relato: </p>
<blockquote>
<p>“Muchacho, no te metas en dibujos, sino haz lo que ese señor te manda, que será lo más acertado: sigue tu canto llano y no te metas en contrapuntos, que se suelen quebrar de sotiles”.</p>
<p><em>Don Quijote</em>, II, XXVI, p. 848</p>
</blockquote>
<p>En otro momento, <a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte2/cap67/default.htm">Don Quijote explica que los albogues son</a> “unas chapas a modo de candeleros de azófar, que, dando una con otra por lo vacío y hueco, hace un son, si no muy agradable ni armónico, no descontenta”. Posteriormente, elabora su definición con una clase de historia de la lengua sobre palabras procedentes del árabe con prefijo <em>al-</em>, utilizándolo como argumento de su autoridad. </p>
<p>Nada mas lejos de la realidad. El <a href="https://funjdiaz.net/museo/ficha.php?id=2">albogue</a> era, como señalaba <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Sebasti%C3%A1n_de_Covarrubias">Sebastián de Covarrubias</a> en su <em>Tesoro de la lengua castellana o española</em> (1611), “cierta especie de flauta o dulçaina”, un instrumento de viento rudimientario usado por los pastores y bien conocido desde los tiempos de Alfonso X el Sabio.</p>
<p>Cervantes ridiculizó y satirizó en ese fragmento el saber del caballero y, de paso, engañó a numerosos críticos cervantistas que consideraron que Don Quijote estaba en lo cierto. </p>
<h2>Garcilaso de la Vega: el poeta cantado del <em>Quijote</em></h2>
<p>Cervantes sintió una admiración profunda por Garcilaso y muchas veces lo citó en un contexto musical, tanto en <em>La Galatea</em> como en el <em>Quijote</em> . Sucede así en el <a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte2/cap69/default.htm">episodio de Altisidora</a>, donde junto al supuesto cadáver fingido leemos la siguiente escena:</p>
<blockquote>
<p>“…un hermoso mancebo vestido a lo romano, que al son de una harpa que él mismo tocaba cantó con suavísima y clara voz estas dos estancias:</p>
<p>En tanto que en sí vuelve Altisidora,</p>
<p>muerta por la crueldad de don Quijote,</p>
<p>y en tanto que en la corte encantadora</p>
<p>se vistieren las damas de picote </p>
<p>Y en tanto que a sus dueñas mi señora</p>
<p>vistiere de bayeta y anacoste. </p>
<p><em>Don Quijote</em>, II, LXIX</p>
</blockquote>
<p>Cervantes parodia aquí el soneto XXIII de Garcilaso ”<a href="https://www.espoesia.com/poesia/garcilaso-de-la-vega-poemas/soneto-xxiii/">En tanto que de rosa y azucena</a>“, para el cual había puesto música Francisco Guerrero en sus <em>Canciones y Villanescas espirituales</em> (Venecia, 1589), y reescribe unos nuevos versos que pueden acomodarse fácilmente a la música preexistente: </p>
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</figure>
<h2>Las canciones populares: Dulcinea y su "bello lunar”</h2>
<p>Cervantes también hace uso de las canciones populares. </p>
<p>El caballero es recriminado en sus nuevos delirios pastoriles por su sobrina, aludiendo a la conocida canción “Romerico tu que vienes”, ya puesta en música por <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_del_Encina">Juan del Encina</a> en el <em>Cancionero de Palacio</em> y presente en otros como el <em>Cancionero de Elvas</em> o el <em>Cancionero musical de Segovia</em>:</p>
<blockquote>
<p>¿Qué es esto, señor tío? Ahora que pensábamos nosotras que vuestra merced volvía a reducirse en su casa y pasar en ella una vida quieta y honrada, ¿se quiere meter en nuevos laberintos, haciéndose «pastorcillo, tú que vienes, pastorcico, tú que vas»? Pues en verdad que está ya duro el alcacel para zampoñas.</p>
<p><em>Don Quijote</em>, II, LXXIII</p>
</blockquote>
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<p>Otro extraordinario episodio de clara ascendencia musical es aquel en el que Sancho retrata paródicamente a Dulcinea como labradora encantada con su fealdad cuando dice: </p>
<blockquote>
<p>Bastaros debiera, bellacos, haber mudado las perlas de los ojos de mi señora en agallas alcornoqueñas,(…); aunque, para decir verdad, nunca yo vi su fealdad, sino su hermosura, a la cual subía de punto y quilates un lunar que tenía sobre el labio derecho, a manera de bigote, con siete o ocho cabellos rubios como hebras de oro y largos de más de un palmo.</p>
<p><em>Don Quijote</em>, II, X</p>
</blockquote>
<p>Para el caballero, “si tuviera cien lunares (…), en ella no fueran lunares, sino lunas y estrellas resplandecientes”. Lo cierto es que este tópico de la aldeana con su lunar era bien conocido por correr en una canción muy popular que <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_V%C3%A1squez">Juan Vásquez</a>, en su <em>Recopilación de Sonetos y Villancicos a quatro y a cinco</em> (Sevilla, Juan Gutiérrez, 1560), supo poner maravillosamente en música:</p>
<blockquote>
<p>¡Qué bonica labradora,</p>
<p>matadora!</p>
<p>su lunar en la mexilla</p>
<p>lindo es a maravilla; </p>
<p>creo qu’en toda la villa</p>
<p>no ay más linda labradora.</p>
</blockquote>
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<h2>La influencia italiana</h2>
<p>El periodo que Cervantes pasó en Italia al servicio del cardenal Acquaviva le permitió conocer su cultura profundamente. No debe extrañarnos que en las páginas finales de la novela, Don Quijote, derrotado y vencido, cante este poema: </p>
<blockquote>
<p>“Don Quijote, arrimado a un tronco de una haya, o de un alcornoque (que Cide Hamete Benengeli no distingue el árbol que era), al son de sus mesmos suspiros cantó de esta suerte:</p>
<p>— Amor, cuando yo pienso</p>
<p>en el mal que me das terrible y fuerte,</p>
<p>voy corriendo a la muerte,</p>
<p>pensando así acabar mi mal inmenso (…)</p>
<p>Don Quijote, II, LXVIII</p>
</blockquote>
<p>En realidad este texto es la traducción que hace Cervantes de un poema de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Pietro_Bembo">Pietro Bembo</a>, publicado en <em>Gli Asolani</em> (Venecia, 1505), y que fue ampliamente difundido gracias a la música de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jacques_Arcadelt">Jacques Arcadelt</a> en <em>Il primo libro de madrigali a quattro voci</em> (Venecia, Antonio Gardano, 1539). Su éxito le hizo alcanzar ediciones sucesivas hasta 1608. Gracias a ellas hoy conocemos qué musica había tras estos versos. </p>
<blockquote>
<p>Quand’io penso al martire, </p>
<p>Amor, che tu mi dài gravoso e forte, </p>
<p>corro per gir’a morte, </p>
<p>così sperando i miei danni finire. </p>
</blockquote>
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</figure>
<h2>Conclusión: Cervantes, un cómplice musical</h2>
<p>Estos son unos pocos ejemplos de las muchas músicas que pueden escucharse en la obra más universal de la literatura española y que el paso del tiempo ha erosionado. Cuando Cervantes indica que algo se canta no se trata de una mera fórmula convencional, sino que hay un trasfondo sonoro real con el que trata de hacernos cómplices. </p>
<p>Sin duda reconocemos en él a un testigo de primera línea de la realidad musical de su tiempo: un escritor que supo muy bien aprovechar las <em>Motomami</em> del momento y lanzarnos así un "guiño” cuyo eco escuchamos cuatrocientos años después.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/181529/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Juan José Pastor Comín no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>‘El Quijote’ es una novela que presenta un universo sonoro propio y singular. Lleno de citas musicales intencionales diseminadas por Cervantes, estas referencias permiten decir que la novela es, sin duda, un libro que canta.Juan José Pastor Comín, Profesor Titular de Universidad. Área: Música. Investigación: Relaciones entre Música y Literatura, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1770192022-04-04T18:40:30Z2022-04-04T18:40:30ZLas lecturas de don Quijote en el teatro: ¿bufón, idealista o manifiesto ético?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/455260/original/file-20220330-5678-1ssrmkh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=324%2C199%2C1937%2C1222&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Estampa con aguafuerte y buril sobre la aventura de Clavileño, para cartones para tapices diseñados por Charles-Antoine Coypel entre 1715 y 1721.
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000204303">BNE -Biblioteca Digital Hispánica</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>Cualquier persona a la que preguntemos por el héroe de la inmortal novela de Cervantes, haya leído o no el <em>Quijote</em>, responderá casi con absoluta seguridad que es la representación del idealismo, de la lucha por unos nobles ideales frente a la dura realidad. Se trata, en definitiva, de una lucha condenada al fracaso, la del yo frente al mundo.</p>
<p>Por mucho que nos pueda seducir, esa interpretación es la de un momento histórico concreto, el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Romanticismo_alem%C3%A1n">Romanticismo alemán</a>. A pesar de su vínculo con un movimiento determinado, esa interpretación se convertiría enseguida en la dominante, la que todo el mundo considera sin discusión como la natural o genuina, olvidando que la concepción del mundo de Cervantes –y la nuestra– está muy alejada de la de los románticos. </p>
<p>No siempre se vio en don Quijote la representación de las nobles aspiraciones del ideal, ni mucho menos. Hasta los románticos alemanes, el <em>Quijote</em> encarnó valores muy diferentes. Por ejemplo, podríamos decir que, en líneas generales, en el siglo XVII solo fue una burla paródica de las desorbitadas fantasías caballerescas. También nos sorprendería saber que en España, en el siglo XVIII, el quijotismo tenía el valor de “infundadas pretensiones de nobleza”.</p>
<h2>Las recreaciones teatrales del <em>Quijote</em></h2>
<p>En esa historia de la interpretación del <em>Quijote</em>, su recreaciones teatrales <a href="https://edizionicafoscari.unive.it/media/pdf/books/978-88-6969-580-3/978-88-6969-580-3-ch-03.pdf">se convierten en una extraordinaria fuente de información</a>. </p>
<figure class="align-left zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/453584/original/file-20220322-17-9lfbli.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/453584/original/file-20220322-17-9lfbli.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/453584/original/file-20220322-17-9lfbli.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=905&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/453584/original/file-20220322-17-9lfbli.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=905&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/453584/original/file-20220322-17-9lfbli.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=905&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/453584/original/file-20220322-17-9lfbli.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1137&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/453584/original/file-20220322-17-9lfbli.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1137&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/453584/original/file-20220322-17-9lfbli.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1137&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Portada de <em>Knight of the Burning Pestle</em> de 1655.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/File:Knight_of_the_Burning_Pestle.jpg">Francis Beaumont / Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Sobre todo, porque hubo que esperar un largo periodo de 137 años para la primera imitación novelesca del <em>Quijote</em> de relieve, el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Joseph_Andrews"><em>Joseph Andrews</em></a> de Henry Fielding en 1742. En cambio, la primera recreación teatral se produjo solo dos años más tarde de la publicación de la novela cervantina: en 1607 o 1608 se representó <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/The_Knight_of_the_Burning_Pestle"><em>The Knight of the Burning Pestle</em></a> (<em>El caballero del mazo de mortero en llamas</em>) de Francis Beaumont.</p>
<p>Así pues, el <em>Quijote</em> se convirtió enseguida en fuente de argumentos para el teatro. Estas recreaciones adquirieron <a href="https://www.unioviedo.es/publicaciones_grec/index.php/publicaciones-del-grupo/">una dimensión sorprendente</a>: se conocen no menos de 382 en español y más de dos centenares en francés. A la importancia de este fenómeno hay que añadir el interés que ofrecen esas recreaciones como testimonio de las diferentes lecturas del <em>Quijote</em>.</p>
<h2>Comedias quijotescas</h2>
<p>En el siglo XVII, por lo general, don Quijote y Sancho se convierten en esas recreaciones únicamente en el contrapunto cómico de una historia amorosa cervantina, la de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Cardenio_(personaje)">Cardenio</a> o la de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_curioso_impertinente"><em>El curioso impertinente</em></a>, que ocupa ahora el foco de interés. </p>
<p>En ese periodo, encontramos en Inglaterra dieciséis comedias quijotescas, con autores de la talla de William Shakespeare, John Fletcher, Ben Jonson, Philip Massinger, Thomas Middleton, William Congreve o Aphra Behn. En España, además de ocho entremeses y nueve mascaradas, se habrían escrito seis comedias quijotescas, de autores como Calderón (su comedia <em>Los disparates de don Quijote</em> no se conserva, aunque fue representada), Tirso de Molina y Guillén de Castro.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/453585/original/file-20220322-14892-11d1uph.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/453585/original/file-20220322-14892-11d1uph.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/453585/original/file-20220322-14892-11d1uph.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=159&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/453585/original/file-20220322-14892-11d1uph.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=159&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/453585/original/file-20220322-14892-11d1uph.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=159&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/453585/original/file-20220322-14892-11d1uph.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=200&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/453585/original/file-20220322-14892-11d1uph.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=200&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/453585/original/file-20220322-14892-11d1uph.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=200&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Óleo de don Quijote, de Jiří Binko. Años 80.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jiri_Binko_Don_Quijote_podlouhly_oranzovy.jpg">Taťána Binková / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Los rasgos comunes de las comedias, entremeses y mascaradas en las que aparecen los personajes de la novela cervantina en ese periodo son la extravagancia y la comicidad. Don Quijote es mostrado como el prototipo del loco estrafalario, que destaca por su apariencia ridícula (“¡Jesús, qué extraña figura!”) y por la comicidad que produce (“risa me pudo causar”). En las relaciones de fiestas populares y mascaradas en las que don Quijote es motivo de disfraz se repite siempre la comicidad asociada a su figura: “Dio mucho que reír a todos”, “era para perecer de risa”.</p>
<h2>Objeto o instrumento de sátira</h2>
<p>Un caso significativo es el de la obra de Thomas D’Urfey <a href="https://www.sefeditrice.it/catalogo/the-comical-history-of-don-quixote-part-i/3558"><em>The Comical History of Don Quixote</em></a>. Escrita a finales del siglo XVII, es un drama musical en tres partes, con números de canto y baile a cargo de los compositores de mayor relieve del momento, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Henry_Purcell">Henry Purcell</a> y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/John_Eccles_(compositor)">John Eccles</a>. La representación alcanzó un gran éxito y permaneció en cartel durante más de treinta años.</p>
<p>D’Urfey llevó la comicidad de las recreaciones quijotescas de ese periodo a un humor degradante, desvergonzado, con el que transforma a don Quijote en un bufón indigno, casi grotesco. En cambio, pocos años después, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Henry_Fielding">Henry Fielding</a>, el autor más decisivo en la evolución de la novela, convierte a don Quijote en su comedia <a href="https://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmc57190"><em>Don Quixote in England</em></a> (1728) no en objeto sino en instrumento de la sátira.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/453583/original/file-20220322-25-49lwan.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/453583/original/file-20220322-25-49lwan.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/453583/original/file-20220322-25-49lwan.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1042&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/453583/original/file-20220322-25-49lwan.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1042&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/453583/original/file-20220322-25-49lwan.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1042&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/453583/original/file-20220322-25-49lwan.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1309&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/453583/original/file-20220322-25-49lwan.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1309&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/453583/original/file-20220322-25-49lwan.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1309&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Portada de <em>Don Quixote in England</em> de 1777.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/don-quixote-in-england-an-opera-as-it-is-acted-at-the-theatresroyal-in-drurylane-and-coventgarden--0/html/">Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes</a></span>
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<p>Fielding, como en tantas recreaciones anteriores, entreteje los personajes de don Quijote y Sancho con una historia amorosa cervantina, la de Dorotea y la de Luscinda, recuperando así la problemática del matrimonio concertado por el padre, movido por el interés, con un noble insolente. </p>
<p>Don Quijote y Sancho mantienen su naturaleza burlesca: siguen siendo apaleados, además de dejar en evidencia la locura del caballero y la simpleza del escudero. La diferencia es que ahora ya no serán el medio para satirizar los disparates caballerescos, sino diversos comportamientos sociales. La inocencia de don Quijote desenmascara el comportamiento corrupto e interesado de los otros. </p>
<p>Fielding identifica, por primera vez, los rasgos con que Cervantes había caracterizado a don Quijote: locura en lo que atañe a lo caballeresco, pero un razonable buen juicio en todo lo demás. De modo que la ingenua sinceridad del personaje permite a Fielding convertirlo en un instrumento de la sátira, resaltando por contraste el egoísmo e hipocresía de los diversos tipos sociales que aparecen en la obra.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/453582/original/file-20220322-21-zg1o44.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1497%2C999&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/453582/original/file-20220322-21-zg1o44.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1497%2C999&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/453582/original/file-20220322-21-zg1o44.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/453582/original/file-20220322-21-zg1o44.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/453582/original/file-20220322-21-zg1o44.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/453582/original/file-20220322-21-zg1o44.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/453582/original/file-20220322-21-zg1o44.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/453582/original/file-20220322-21-zg1o44.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Escena de ‘The Knight of the Burning Pestle’, a cargo de la compañía Cheek by Jowl.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://cdn.mcu.es/espectaculo/the-knight-of-the-burning-pestle-una-mirada-al-mundo/">CDN</a></span>
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<h2>El sentimentalismo ético inglés en don Quijote</h2>
<p>Ese proceso de dignificación del personaje que vemos en Henry Fielding llega a unos niveles próximos a la complejidad con que Cervantes había caracterizado al caballero y al escudero en la desconocida recreación de James Whitchurch <a href="http://hdl.handle.net/10651/50999"><em>Don Quixote. A Comedy</em></a> (1774 - 1776), recientemente descubierta y editada por Clark Colahan y quien esto escribe.</p>
<p>Whitchurch entrelaza también, como habían hecho Shakespeare y Fletcher, D’Urfey, Fielding y tantos otros, los episodios de don Quijote y Sancho con la historia amorosa de Cardenio, Luscinda, Dorotea y don Fernando.</p>
<p>Lo significativo es que Whitchurch, aun manteniendo la fidelidad argumental, convierte su recreación quijotesca en un manifiesto del sentimentalismo ético característico de la Ilustración inglesa. A la carga ética de las historias intercaladas cervantinas, Whitchurch incorpora una concepción benevolente de la naturaleza humana basada en la idea de moralidad de Shaftesbury, que tendrá una enorme influencia en los pensadores británicos del XVIII, en especial, David Hume, Francis Hutcheson y Adam Smith. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/453586/original/file-20220322-23-6gxyhz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/453586/original/file-20220322-23-6gxyhz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/453586/original/file-20220322-23-6gxyhz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/453586/original/file-20220322-23-6gxyhz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/453586/original/file-20220322-23-6gxyhz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/453586/original/file-20220322-23-6gxyhz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=581&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/453586/original/file-20220322-23-6gxyhz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=581&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/453586/original/file-20220322-23-6gxyhz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=581&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">‘Yendo, pues, con este pensamiento, vio que por cima de una montañuela que delante de los ojos se le ofrecía iba saltando un hombre de risco en risco…’ Ilustración de Cardenio de Apel·les Mestres i Oñós, grabada por Francisco Fusté.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:1879,_El_ingenioso_hidalgo_D._Quijote_de_la_Mancha,_Iba_saltando_un_hombre_de_risco_en_risco,_Mestres.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>De hecho, en la recreación de Whitchurch se pone más énfasis en restaurar la amistad que en la felicidad de las parejas, un propósito en verdad sorprendente en una historia amorosa. Este relevante papel de la amistad se encuentra en línea con el alto valor ético que le atribuyen los pensadores de la Ilustración. Las palabras <em>amigo</em> y <em>amistad</em> aparecen cinco veces en la escena final, la decisiva, mientras que <em>felicidad</em> aparece solo en dos ocasiones. </p>
<p>Si la amistad ocupa un primer plano en el final de la comedia de Whitchurch, la empatía va a desempeñar un relevante papel a lo largo de ella. De manera reiterada, se expresa en los diálogos la inquietud por la felicidad de los otros y la compasión por sus sufrimientos. La preocupación que muestran los personajes de Whitchurch por lograr no solo la felicidad propia sino también la de los demás solo puede explicarse por una ética similar a la popularizada poco antes por Adam Smith, quien da un papel central a la participación en los sentimientos de los otros.</p>
<p>Las recreaciones teatrales del <em>Quijote</em> son un testimonio del interés que despertó la novela cervantina. Como hemos visto por medio de unos ejemplos, también nos permiten trazar de una manera muy clara las diferentes lecturas que recibe el <em>Quijote</em> en su larga historia: las interpretaciones que lo convierten en la base de la novela moderna y en una de las obras literarias de mayor repercusión.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/177019/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Emilio Martínez Mata no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En la historia de la interpretación del ‘Quijote’, sus recreaciones teatrales, sobre todo las realizadas en el extranjero, se convierten en un maravilloso testimonio de las lecturas de la novela.Emilio Martínez Mata, Catedrático de Universidad en Literatura Española, Universidad de OviedoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1774752022-02-23T22:33:28Z2022-02-23T22:33:28ZYa lo decía don Quijote: Rusia y los imitadores de Cervantes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/447594/original/file-20220221-15803-hnj2wg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1371%2C899%2C4606%2C3531&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">_Don Quijote y Sancho en Sierra Morena_. Grabado de Gustave Doré, 1876.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000205776">BNE -Biblioteca Digital Hispánica</a></span></figcaption></figure><p>La lectura de las recreaciones del <em>Quijote</em> depara en ocasiones alguna que otra sorpresa. Salvo excepciones, no son obras de gran interés literario, pero en muchos casos sirven para entender el peso de las ideas y los acontecimientos de su tiempo. </p>
<p>En el <a href="https://www.academia.edu/14383516/_Para_una_comprensi%C3%B3n_general_de_las_recreaciones_narrativas_del_Quijote_en_la_narrativa_hisp%C3%A1nica_actitudes_y_constantes_">extenso inventario</a> de las obras de la narrativa hispánica que recrean el <em>Quijote</em> desde el siglo XVII hasta nuestros días hay dos novelas publicadas en momentos diferentes del siglo XX que dan alguna pista sorprendente, en algún caso casi profética, sobre la actitud de la Rusia actual y la postura de otras potencias. Se trata de <a href="https://www.revistahipogrifo.com/index.php/hipogrifo/article/view/842"><em>Don Quijote y tío Sam</em></a> de Nicasio Pajares (1930) y <a href="https://www.ehumanista.ucsb.edu/sites/secure.lsit.ucsb.edu.span.d7_eh/files/sitefiles/cervantes/volume3/ehumcerv3.lopeznavia.pdf"><em>¡Don Quijancho, maestro!</em></a> de José Larraz (1961).</p>
<h2>Más allá de la literatura</h2>
<p>Es evidente que Cervantes tuvo una clara vocación militar. Así lo demuestra, entre otros hechos, su participación heroica en la batalla de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Lepanto">Lepanto</a>, acontecimiento histórico de cuya trascendencia es muy consciente. Esta vocación se proyecta de una forma muy clara en el discurso de las armas y las letras (<em>Quijote</em>, I, 37 y I, 38). En esa extraordinaria pieza retórica, don Quijote expone las virtudes de la milicia y hace suya la idea de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Vegecio">Vegecio</a> (siglo IV) cuando dice que “las armas tienen por objeto y fin la paz”. </p>
<p>Desde la segunda mitad del siglo XVIII, algunas obras narrativas inspiradas en el <em>Quijote</em> reflejan las inquietudes, el pensamiento y las tensiones del momento. La guerra, en concreto, está muy presente en algunas continuaciones quijotescas, como las escritas por <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Rub%C3%A9n_Dar%C3%ADo">Rubén Darío</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Ledesma_Hern%C3%A1ndez">Antonio Ledesma Hernandez</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Manuel_Polar_Vargas">Juan Manuel Polar</a> y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Navarro_Ledesma">Francisco Navarro y Ledesma</a>. Otro tanto ocurre con las imitaciones de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Joaqu%C3%ADn_Fern%C3%A1ndez_de_Lizardi">José Joaquín Fernández de Lizardi</a>, el <a href="https://dbe.rah.es/biografias/33722/jeronimo-montes-luengos">padre Jerónimo Montes</a> y Mariano Sánchez de Enciso.</p>
<p>Por lo que respecta a la paz, el narrador de las <em>Semblanzas caballerescas</em>, de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Otero_Pimentel">Luis Otero y Pimentel</a> (1886), reclama que don Quijote resucite para combatir los males de un mundo azotado por la guerra. Ese mismo azote, renovado con la Segunda Guerra Mundial, motiva que nuestro caballero obtenga el permiso divino para visitar el mundo en <em>La última salida de don Quijote de la Mancha</em>, de Carolina Peralta (1952).</p>
<h2>La alianza entre Rusia y China</h2>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/447586/original/file-20220221-21-vw9kiu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/447586/original/file-20220221-21-vw9kiu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/447586/original/file-20220221-21-vw9kiu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=891&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/447586/original/file-20220221-21-vw9kiu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=891&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/447586/original/file-20220221-21-vw9kiu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=891&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/447586/original/file-20220221-21-vw9kiu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1120&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/447586/original/file-20220221-21-vw9kiu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1120&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/447586/original/file-20220221-21-vw9kiu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1120&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Portada de <em>Don Quijote y Tío Sam</em>, de Nicasio Pajares (Ed. C.I.A.P., 1930).</span>
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<p>En <em>Don Quijote y tío Sam</em>, el narrador de la novela, que para más señas es espiritista, acude al auxilio de una médium. Esta le revela algunas profecías que, sorprendentemente, tienen pleno sentido en nuestros días. Podríamos hablar del Brexit y del liderazgo franco–alemán en Europa, pero nos centraremos en el actual conflicto derivado de las aspiraciones de Rusia y su sintonía con China. Así, el tío Sam y John Bull, símbolos de Estados Unidos y Gran Bretaña, deben sumar sus esfuerzos para curar el “grano rojizo” que le brota a Japón en la nariz: la alianza entre el Mandarín y el oso blanco siberiano, símbolos de China y Rusia. </p>
<p>Según la profecía, una “gran avalancha roja” amenaza Europa en 1970 por la entente entre estos dos países. La resistencia a este peligro se ve favorecida por la intervención de España, liderada por Alonso Quijano, que renuncia generosamente a Gibraltar para abonar la concordia internacional. Por fin, en 2025 se firma en El Toboso, entonces capital de España, la alianza entre Estados Unidos, Gran Bretaña y España. </p>
<h2>La expansión rusa</h2>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/447590/original/file-20220221-19-11m2rp7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/447590/original/file-20220221-19-11m2rp7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/447590/original/file-20220221-19-11m2rp7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1034&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/447590/original/file-20220221-19-11m2rp7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1034&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/447590/original/file-20220221-19-11m2rp7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1034&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/447590/original/file-20220221-19-11m2rp7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1300&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/447590/original/file-20220221-19-11m2rp7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1300&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/447590/original/file-20220221-19-11m2rp7.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1300&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Portada de <em>Don Quijancho, maestro!</em>, de José Larraz (Aguilar 1961).</span>
</figcaption>
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<p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Larraz_L%C3%B3pez">José Larraz</a>, ministro de Hacienda entre 1939 y 1941 en el segundo gobierno de Franco, reflejó sus singulares ideas políticas en Roberto Núñez de los Godos Hasparren, el protagonista de <em>¡Don Quijancho, maestro!</em>.</p>
<p>Roberto es un europeísta convencido que reclama las raíces cristianas de la identidad de Europa. Conoce el proyecto para la creación de una confederación europea impulsado en 1900 por Anatole Leroy–Beaulieu en el <a href="https://archive.org/details/sc_0000524962_00000000554343/page/n11/mode/2up">Congrès des Sciences Politiques</a> celebrado en París. También aprecia el valor del esperanto como un instrumento de paz, al tiempo que deplora el declinar de Europa tras la Primera Guerra Mundial. </p>
<p>La definición de Europa que propone el protagonista se concreta en la Fundación Civitas Europa, cuyo primer punto doctrinal invoca la creación de una confederación de estados europeos que debe comprender también a Rusia. </p>
<p>De acuerdo con las atinadas predicciones de Roberto, Rusia superará el marxismo y su pertenencia a la confederación será fundamental para conjurar lo que él llama el “peligro amarillo” que encarna China. Si no se produce esta integración “la situacion podrá ser muy difícil y aun mortal para Rusia y Occidente”. Para ello, además del marxismo, Rusia deberá superar su <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Eslavofilismo">eslavofilia</a>, base de lo que en su momento fue la construcción de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.</p>
<p>En su obra como pensador –concretamente en <em>El bien común</em> (1971)– Larraz recoge las ideas que ya había formulado en 1955 acerca de los factores que justificaban el liderazgo de la URSS frente a lo que él denominaba “las lamentables democracias occidentales” y de los cambios necesarios para facilitar la convergencia de Rusia y su papel para neutralizar a China. Esta es la razón por la cual nuestro autor sostiene la conveniencia de una “europeización rusa”.</p>
<p>Llama la atención la carga profética de la novela y del pensamiento de Larraz si tenemos en cuenta los acontecimientos transcurridos en Europa, Rusia y China desde 1961 hasta hoy. El avance de la hegemonía china, que no deja de percibirse en cierto sentido como una amenaza, hace innecesario cualquier argumento. </p>
<p>Es cierto, por otra parte, que la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Perestroika"><em>perestroika</em></a> y la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Gl%C3%A1snost"><em>glasnost</em></a> supusieron un impulso evidente para el fin del comunismo, pero la eslavofilia sigue inspirando la Federación Rusa, nada sospechosa de europeísmo como demuestran el conflicto con Ucrania y su trascendencia internacional. </p>
<p>Que dos obras de ficción como <em>Don Quijote y tío Sam</em> y <em>¡Don Quijancho, maestro!</em> nos pusieran en la pista de todos estos hechos tantos años antes es una buena muestra, como empezamos afirmando, de que la literatura inspirada en el <em>Quijote</em> es en muchas ocasiones un termómetro muy fiable de las circunstancias que, con su evolución muchas veces imprevisible y sorprendente, definen la historia de nuestra época.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/177475/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Santiago Alfonso López Navia no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>De las muchas recreaciones que existen del Quijote, algunas incluyen planteamientos y predicciones sobre una futura expansión Rusia que guardan sorprendentes paralelismos con la realidad actual.Santiago Alfonso López Navia, Vicedecano de Investigación de la Facultad de Educación, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1516062020-12-17T20:00:28Z2020-12-17T20:00:28Z¿Qué hace un Quijote como tú en un siglo como este?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/375078/original/file-20201215-17-9zc9ly.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=60%2C117%2C1799%2C799&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">_La nueva salida del valeroso caballero D. Quijote de la Mancha: tercera parte de la obra de Cervantes_ (Antonio Ledesma Hernández, 1905). Ilustraciones de Florit.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000190560">Biblioteca Digital Hispánica - BNE</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>¿Don Quijote en el siglo XX y en Nueva York, Lisboa, Veracruz y Gibraltar? ¿Don Quijote en 1905 y en bicicleta, tren, globo y barco de vapor? La respuesta es afirmativa y con una doble vertiente: literaria y política.</p>
<p>La resurrección literaria del personaje cervantino la efectuó un escritor y político conservador y monárquico español, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Ledesma_Hern%C3%A1ndez">Antonio Ledesma Hernández</a>. Su novela <a href="https://doi.org/10.3989/anacervantinos.1993.382">imitaba muy respetuosamente</a> desde el punto de vista estructural y estilístico a su modelo del siglo de Oro. La tituló <a href="http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000190560"><em>La Nueva Salida del Valeroso Caballero D. Quijote de la Mancha</em></a>, la subtituló <em>Tercera parte de la obra de Cervantes</em>, la dividió en dos Libros y la editó en ese año, 1905, en Casa Lezcano de Barcelona. Hay una edición facsímil reciente (Málaga, Unicaja, 2004, con introducción de José Valles Calatrava). </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/375069/original/file-20201215-20-81v4gf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/375069/original/file-20201215-20-81v4gf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1030&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/375069/original/file-20201215-20-81v4gf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1030&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/375069/original/file-20201215-20-81v4gf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1030&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/375069/original/file-20201215-20-81v4gf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1294&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/375069/original/file-20201215-20-81v4gf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1294&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/375069/original/file-20201215-20-81v4gf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1294&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption"><em>La nueva salida del valeroso caballero D. Quijote de la Mancha: tercera parte de la obra de Cervantes</em> (Antonio Ledesma Hernández, 1905). Ilustraciones de Florit.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000190560">Biblioteca Digital Hispánica - BNE</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>Pero el despertar del caballero, tras beber el bálsamo de Fierabrás y quedar trescientos años en estado cataléptico, respondía también a una lógica política: la de la opción retrógrada, literariamente construida, de vuelta al esplendor imperial de la época cervantina.</p>
<p>Frente al discurso contemporáneo de la Restauración española, europeísta y de apertura, se trataba de una propuesta conservadora para salir de la enorme crisis espiritual y política acaecida tras la reciente derrota y pérdida de las últimas colonias en la guerra contra Estados Unidos. </p>
<p>Se basaba también en la nueva autoconciencia de los problemas de España, así como en la necesidad de reaccionar colectivamente y encontrar un nuevo camino político y un nuevo sentido histórico nacional. Un verdadero <em>hipérbaton histórico</em>, en palabras de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Mija%C3%ADl_Bajt%C3%ADn">Bajtín</a>: proponer como meta futura lo que se supone que existía en el pasado histórico, plantear para el mañana el retorno a la idealizada grandeza imperial española.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/375074/original/file-20201215-17-1hxtfr7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/375074/original/file-20201215-17-1hxtfr7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=451&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/375074/original/file-20201215-17-1hxtfr7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=451&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/375074/original/file-20201215-17-1hxtfr7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=451&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/375074/original/file-20201215-17-1hxtfr7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=567&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/375074/original/file-20201215-17-1hxtfr7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=567&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/375074/original/file-20201215-17-1hxtfr7.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=567&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption"><em>La nueva salida del valeroso caballero D. Quijote de la Mancha: tercera parte de la obra de Cervantes</em> (Antonio Ledesma Hernández, 1905). Ilustraciones de Florit.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000190560">Biblioteca Digital Hispánica - BNE</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<h2>La solución a los problemas españoles</h2>
<p>De hecho, el Segundo Libro del relato, que parece glosar el famoso verso de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Hernando_de_Acu%C3%B1a">Hernando de Acuña</a> (“un monarca, un imperio y una espada”), responde esencialmente a la idea de solución de Ledesma de los tres grandes problemas nacionales. Todas las actuaciones y desplazamientos espaciales de don Quijote, que evoluciona de personaje cómico a héroe épico, responden en esa segunda parte a ese triple reto histórico.</p>
<p>En primera instancia, la unificación peninsular, que consigue mediante una boda entre las dinastías reales española y portuguesa. </p>
<p>En segundo término, la españolidad de Gibraltar, que solo logra simbólicamente y con lucha. </p>
<p>Y en tercer lugar, la hermandad racial y cultural de las naciones y pueblos hispanos. Esta última la promueve con su discurso a todos los Jefes de Estado en Veracruz, tras pasar en barco frente a la Estatua de la Libertad y criticar a la nación estadounidense desde una idea panhispánica y desde el dolor de la reciente derrota militar.</p>
<h2>La novela y su modelo literario</h2>
<p>En cambio, el sentido literario, con un tono humorístico y una imitación de lenguaje, temas y estructura de la obra de Cervantes, domina en todo el Primer Libro de la novela. Este se desarrolla en veintidós capítulos llenos de aventuras y choques con las nuevas maravillas técnicas de la época.</p>
<p>El episodio de los jinetes se transforma en el de los ciclistas y el de los molinos se convierte en el de los postes telegráficos. La movilidad del héroe y la organización de aventuras distintas, con su presencia como hilo unificador, lo lleva a enfrentarse al Hada Electricidad, al Mago Vapor, a viajar en tren y globo o a ser burla de los socios del “Veloz Club”.</p>
<p>Se realiza así un relato lleno de saltos cronológicos breves y cambios y desplazamientos espaciales permanentes. Se activa así un relato marcado por la mirada y la conciencia asombradas y luchadoras del personaje. Un relato dominado por la visión desde arriba del narrador y las frecuentes valoraciones y juicios del autor.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/375073/original/file-20201215-14-d0ni5f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/375073/original/file-20201215-14-d0ni5f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=712&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/375073/original/file-20201215-14-d0ni5f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=712&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/375073/original/file-20201215-14-d0ni5f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=712&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/375073/original/file-20201215-14-d0ni5f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=895&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/375073/original/file-20201215-14-d0ni5f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=895&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/375073/original/file-20201215-14-d0ni5f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=895&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption"><em>La nueva salida del valeroso caballero D. Quijote de la Mancha: tercera parte de la obra de Cervantes</em> (Antonio Ledesma Hernández, 1905). Ilustraciones de Florit.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000190560">Biblioteca Digital Hispánica - BNE</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>Lógicamente, en esta parte se acentúan la veneración y el respeto literario a la obra cervantina. El prólogo ensalza la narración del autor de Alcalá y proclama a Ledesma como verdadero continuador de su espíritu, aunque este es solo uno más de la extensa relación española y extranjera de autores que recrearon la obra cervantina. Hay que citar en esos mismos años especialmente <a href="https://www.unebook.es/es/libro/vida-de-don-quijote-y-sancho_66093">Unamuno</a> y <a href="https://www.unebook.es/es/libro/la-ruta-de-don-quijote_65990">Azorín</a>, pero, históricamente, hay otros muchos: <a href="https://www.unebook.es/es/libro/el-quijote-apocrifo_67411">Avellaneda</a>, <a href="https://www.unebook.es/es/libro/el-caballero-puntual_210445">Salas Barbadillo</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Hudibras">Samuel Butler</a>, <a href="https://www.catedra.com/libro/letras-universales/la-mujer-quijote-charlotte-lennox-9788437621760/">Lennox</a>,<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Graves"> Robert Graves,</a> <a href="http://www.bibliotecavirtualdeandalucia.es/catalogo/es/consulta/registro.cmd?id=1037464">Adolfo de Castro</a>, etc.</p>
<p>En la construcción de la novela sobresale también una densa referencia literaria y un amplio aparato crítico y documental, un importante tejido intra e intertextual apoyado en más de 700 citas, entre las que destacan las de personajes o autores de libros de caballerías, literarios, históricos y bíblicos.</p>
<p>En suma, la obra apoya el discurso de crítica al descreimiento religioso cristiano, a la decadencia histórica, a la falta de espíritu nacional y racial y a la política progresista y republicana: hay reiteradas críticas al filósofo también almeriense y expresidente de la Primera República española <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Nicol%C3%A1s_Salmer%C3%B3n">Nicolás Salmerón</a>, aludido como “pícaro Salomón”. De hecho, lengua y lanza del resucitado don Quijote de Ledesma se convierten así en los principales rasgos de un personaje pretérito llegado a aquel presente para proponerse como emblema del conservadurismo regeneracionista español y como apuesta de futuro nacional.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/151606/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José R. Valles Calatrava no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Un autor de principios del siglo XX trajo a don Quijote al mundo moderno para recuperar el esplendor imperial en una época de crisis.José R. Valles Calatrava, Catedrático de Teoría de la Literatura, Universidad de AlmeríaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1471202020-11-19T20:22:35Z2020-11-19T20:22:35ZEl día en que Sherlock Holmes se miró al espejo y vio… al Quijote<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/361175/original/file-20201001-14-1qmokoj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C59%2C4992%2C2657&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/map-barcelona-consulted-magnifying-glass-highlighting-409543222">Shutterstock / Davizro Photography</a></span></figcaption></figure><p>Pocos saben que la primera visita de Sherlock Holmes a España es narrada en la novela <a href="http://www.menoscuarto.es/libro/los-secretos-de-san-gervasio/"><em>Los secretos de San Gervasio</em></a> del escritor, traductor y crítico barcelonés <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Pujol">Carlos Pujol</a> (1936–2012), recientemente reeditada por Menoscuarto. El relato comienza cuando dos jóvenes damas acuden a Baker Street y ruegan al famoso detective que se traslade a Barcelona para resolver la misteriosa desaparición de su padre. </p>
<p>A su llegada a esta ciudad, Holmes descubre que la petición es una artimaña de un admirador suyo, el escritor don Alejo Casavella, que lo atrae a su casa para tenerlo de modelo, pues planea escribir una novela de detectives titulada <em>Los secretos de San Gervasio</em>. Cuando Holmes ya pensaba regresar, aparece un misterioso cadáver que pondrá a prueba su capacidad deductiva.</p>
<h2>Homenaje y parodia</h2>
<p>No se trata, sin embargo, de una novela de detectives al uso, no es un pastiche <em>holmesiano</em> escrito para honor y gloria del sagaz detective o para satisfacer las expectativas del lector de novela de género. </p>
<p>Es a la vez homenaje y parodia del género policíaco y de su héroe Holmes. Es una novela literaria con ambición artística que aspira a entretener con una diversión inteligente, que invita a una visión irónica de la supuestamente infalible lógica de Holmes y de los rígidos esquemas del género de detectives. </p>
<p>La cuestión es ¿qué obra pudo tener Carlos Pujol como referente de novela con ambición literaria y capaz de embelesar al lector, que realiza una parodia de su propio género, juega con escenas y reflexiones metaliterarias y aborda, entre otros, el tema del ser y la apariencia, del fracaso personal? Sin duda, el <em>Quijote</em>, paradigma de novela que divierte con una irónica reflexión sobre la literatura misma, responde a todos estos rasgos.</p>
<h2>La dolorosa frontera entre ficción y realidad</h2>
<p>El <em>Quijote</em> es una parodia metaliteraria de las novelas de caballerías protagonizada por un loco que, al admitir su locura en el lecho de muerte, concluye con el triunfo de la razón y el restablecimiento de la frontera entre ficción y realidad. </p>
<p>Don Quijote había aspirado inútilmente a borrar ese límite haciendo real su sueño caballeresco, un deseo inspirado en la ficción literaria que él pretendía vivir y aspiraba a ver representado literariamente: don Quijote, nos recuerda <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=140098">Pozuelo Yvancos</a>, hubiera querido que su vida fuese igual al texto ideal, a la edad dorada de los caballeros andantes, y no lo consigue. Sufre repetidamente las consecuencias de la distancia que separa la vida de la literatura y, al recuperar la cordura, la separación entre realidad y ficción se restablece definitivamente.</p>
<h2>El amargo fracaso de la lógica</h2>
<p>En la novela de Carlos Pujol, quien fracasa es el mismísimo Sherlock Holmes, pues no logra resolver un asesinato y se ve obligado a admitir ante el doctor Watson que su razón no es infalible. </p>
<p>La novela concluye con un sonado fracaso de la lógica racional y el cuestionamiento de la divisoria entre lo real y lo ficticio, pues además de descubrirle su falibilidad, el revés será ocasión de cavilar sobre la relación entre la realidad factual (los hechos vividos en Barcelona) y la verdad literaria (su experiencia tal y como aparece reflejada en la novela que escribe su anfitrión barcelonés). </p>
<blockquote>
<p>Si la verdad se vuelve tan huidiza, –se pregunta Holmes– ¿por qué la novela de don Alejo no va a ser más verdadera que lo que estuvimos investigando en España?</p>
</blockquote>
<h2>Holmes y la ficción literaria</h2>
<p>Paradójicamente, la simbiosis entre realidad y ficción a la que aspiraba inútilmente un loco como don Quijote es intuida, a pesar suyo, por un detective racionalista y positivista que pretendía estar al margen de toda veleidad literaria y que se había negado con rotundidad a ser un personaje de la novela proyectada por su anfitrión en Barcelona. </p>
<blockquote>
<p>No, conmigo no cuente, –había advertido Holmes– no quiero salir en su novela, acabarían por suponer que soy un personaje de ficción.
Como quiera –se había lamentado el escritor– buscaré otro nombre e idearé otro personaje, pero es una lástima, porque nunca será tan logrado como usted. Por mucho que se esfuerce ningún novelista podría inventar un equivalente de Sherlock Holmes.</p>
</blockquote>
<h2>Una frontera no tan clara</h2>
<p>En definitiva, mientras la obra cervantina subraya la frontera entre ficción y no ficción, la de Pujol sugiere irónicamente que tal límite es más bien borroso. </p>
<p>La imposibilidad de fundir vida y literatura es, precisamente, lo que caracteriza la parodia moderna que encarna don Quijote. En cambio, en la parodia posmoderna –observa Pozuelo Yvancos– se anulan los límites entre el arte y la vida, haciendo que la vida misma sea dudosa, sea un simulacro, creando la impresión de que todo es arte, todo es signo, todo es escenario. </p>
<p>De hecho, en su paso por Barcelona, el detective actúa, mal que le pese, como en un escenario ante el novelista –el personaje de don Alejo, pero también Carlos Pujol mismo– que escribe <em>Los secretos de San Gervasio</em>.</p>
<h2>El fracaso como viaje</h2>
<p>Tanto don Quijote como Holmes sufren por el contraste entre el yo falsificado por su deseo –lo que quisieran ser– y ese yo auténtico que descubren gracias al revés que padecen. Mediante la experiencia del fracaso, que es un viaje hacia uno mismo, Pujol sana la locura holmesiana de creerse infalible. </p>
<p>¿Watson o Holmes? –le pregunta un entrevistador– y Pujol remite a los personajes cervantinos: “Son las dos caras de la novela. Es como tener que elegir entre don Quijote y Sancho. Watson corrige el aspecto de orgullo desmesurado y desesperación de Holmes, que no tiene vida propia, ni relaciones humanas y que sólo vive para ser detective. Watson corrige ese desequilibrio y esa locura”. </p>
<p>La locura de Holmes no es otra que su desmesurado orgullo racionalista, que se rompió en mil pedazos el día en que fracasó y al mirarse en un espejo tuvo que admitir, como don Quijote, que esa imagen era un autoengaño y una vana ilusión.</p>
<hr>
<p>Este artículo se basa en una investigación originalmente publicada en: “<a href="https://doi.org/10.3828/bhs.2020.41">Elevación y parodia del género policíaco: Sherlock Holmes en una novela literaria con el Quijote de referente</a>” (Bulletin of Hispanic Studies, 2020, 97/7, 715-731).</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/147120/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Teresa Vallès-Botey no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Una novela de Carlos Pujol trajo a Sherlock Holmes a Barcelona. Allí, como don Quijote cuando admite su locura, el detective descubre sus límites deductivos y duda de su propia realidad.Teresa Vallès-Botey, Profesora de Literatura Comparada, Facultad de Humanidades, UIC Barcelona, Universitat Internacional de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1416492020-08-20T22:59:14Z2020-08-20T22:59:14ZLos mayores de 50 (y no los jóvenes) son quienes más noticias falsas comparten<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/353938/original/file-20200820-20-ecm2r6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6221%2C4147&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/online-family-chat-smartphone-meetinhttps://www.shutterstock.com/es/image-photo/online-family-chat-smartphone-meetings-zoom-1797256648gs-zoom-1797256648">Shutterstock / Gulcin Ragiboglu</a></span></figcaption></figure><p>Cincuenta años, más o menos, tenía Alonso Quijano cuando dio en creer que lo que los libros de caballerías relataban era cierto. En varias ocasiones, a lo largo de la novela cervantina, se manifiesta la sorpresa de que un hidalgo, que en el resto de cuestiones hace gala de un razonamiento discreto y hasta admirable, tenga por verdaderos los increíbles y disparatados sucesos de esas obras.</p>
<p>Tal vez tenga algo que ver en ello la edad. De haber sido más joven, puede que no se hubiera convertido en el Caballero de la Triste Figura. No hay que olvidar que el segundo ventero, que no debía de ser de edad muy diferente a la de Don Quijote, tenía también por cierto que lo que los libros de caballería contaban ocurrió realmente tal y como lo describían.</p>
<p>No son, desde luego, los libros de caballerías lo mismo que las <em>fake news</em>, o noticias falsas, con las que convivimos en la actualidad, salvo tal vez en el hecho de que unos y otras “no están obligados a mirar en delicadezas ni verdades”. Sin embargo, sí podría ser la edad un factor relevante a la hora de predecir quiénes van a creer este tipo de fabulaciones.</p>
<p>Sobre las noticias falsas, que es lo que ahora interesa, en un <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0963721420915872">reciente artículo</a>, dos profesores de psicología de la Universidad de Harvard afirman que los adultos de más de 50 años son responsables del 80 % de su difusión en Twitter y que los mayores de 65 las ven en Facebook siete veces más que los usuarios de menos edad. En definitiva, que los mayores son quienes más comparten, y de ese modo difunden, noticias falsas.</p>
<p>Los autores aclaran que, por supuesto, no es lo mismo compartir esas noticias que creerlas. Puede que quienes las compartan, sabiendo que lo son, persigan los mismos fines sociales o políticos que quienes las crearon. Pero no deja de llamar la atención que a mayor edad más vulnerable se sea a esta forma de engaño.</p>
<h2>¿Por qué lo hacen?</h2>
<p>Tres son las explicaciones que se han dado para ello, siendo la más común la que afirma que el paso del tiempo da lugar a deficiencias cognitivas que impiden que los mayores puedan distinguir con facilidad la verdad de la mentira. Sin embargo, parece que son más relevantes otras dos: los cambios sociales y la falta de conocimiento sobre cómo funcionan las redes sociales.</p>
<p><strong>1. Deficiencias cognitivas</strong></p>
<p>Si usted tiene más de 65 años es probable que sea víctima de la ilusión que hace aparecer como más verídico aquello que se repite con frecuencia, ya que exige un menor esfuerzo cognitivo. Pero en esto no se diferenciaría mucho de los jóvenes, así que no valdría para explicar por qué puede ser víctima de las <em>fake news</em> con más facilidad. </p>
<p>En lo que sí se diferenciaría de los jóvenes es en que tiene una mayor facilidad para olvidar dónde leyó una noticia o de dónde le llegó la información. La consecuencia de esto es singular: la existencia de agencias u otros actores dedicados a comprobar la veracidad de las noticias no serviría de mucho. La etiqueta sobre la falsedad de una noticia se borraría de la memoria, pero el contenido de la noticia no. </p>
<p>Hay <a href="https://www.jstor.org/stable/10.1086/426605?seq=1">estudios</a> que muestran que las personas mayores que ven repetidamente una información, aunque esté acompañada de una advertencia sobre su falta de veracidad, la acaban dando por cierta con el tiempo.</p>
<p>Para los profesores de Harvard, sin embargo, no todo son malas noticias para los mayores. Con el paso del tiempo, el conocimiento general adquirido es mayor, lo que les permitiría distinguir con precisión entre la verdad y la mentira. </p>
<p>A su vez, con la edad suele adquirirse la costumbre de adherirse a lo ya conocido, rechazando puntos de vista que contradicen lo que se sabe, impidiendo que las noticias falsas sean creídas incluso aunque estén elaboradas con esmero.</p>
<p><strong>2. Cambios sociales</strong></p>
<p>No parece, por tanto, que pueda achacarse el problema a deficiencias cognitivas, a pesar de que con el paso de los años se pierda cierta capacidad de reflexión y memoria. Parecen mucho más importantes las otras dos explicaciones. Un poco menos, es verdad, la que achaca el problema a los cambios sociales y afirma que la soledad de los mayores les lleva a compartir mayor cantidad de falsas noticias.</p>
<p>No son los mayores quienes más solos están, en esto les acompañan, por ejemplo, quienes se encuentran al final de la veintena. El problema parece radicar, más bien, en que al aumentar la edad también aumenta <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1948550615574301">la confianza en los demás</a>, lo que hace a los mayores más propensos a creer la información que proviene de fuentes dudosas.</p>
<p>Por si fuera poco, algunos mayores no son muy buenos detectando mentiras, especialmente si estas tienen su origen o son compartidas por conocidos o gente de una edad similar. Por el contrario, muchos son capaces de recordar mejor a quien una vez no fue sincero o digno de confianza, de modo que tendrá un mayor efecto calificar a alguien como mentiroso que ir desmontando cuidadosamente todas sus mentiras.</p>
<p>El motivo por el que se usan las redes sociales también resulta importante: los mayores no buscan incrementar su caudal de información, sino aumentar su contacto con otros, de modo que su preocupación no es precisamente la veracidad o precisión de lo que se comparte.</p>
<p>Es cierto que se estará más dispuesto a creer y compartir noticias falsas que confirman nuestra forma de ver el mundo o que encajan con nuestras ideas. Sin embargo, se ha demostrado que la creencia en este tipo de información fabricada no se debe tanto a motivos sociales o propósitos ideológicos y sí a la pereza del pensamiento. Pero los mayores son menos perezosos que los más jóvenes: el razonamiento analítico se incrementa con la edad.</p>
<p><strong>3. Falta de conocimiento sobre el mundo digital</strong></p>
<p>Por eso, la tercera explicación, la falta de formación digital, aparece como la de más peso a la hora de dar cuenta de por qué los mayores comparten una mayor cantidad de noticias falsas. Incluso las habilidades analíticas sucumben ante las elaboradas falsificaciones que pueden hacerse en el mundo digital.</p>
<p>No es necesario que sean perfectas. Fotos trucadas de manera evidente y tosca pueden convencer a quien se ha incorporado de manera tardía al mundo de las redes sociales, como ocurre con los mayores. Se ha mostrado que, por un lado, la capacidad de distinguir fotos falsas <a href="https://cognitiveresearchjournal.springeropen.com/articles/10.1186/s41235-017-0067-2">disminuye con la edad</a> y, por el otro, las noticias que van acompañadas de una imagen son aceptadas como verídicas con más facilidad (y ello aunque la imagen no añada nada al texto) y, además, son más compartidas.</p>
<p>De todo lo dicho, no debería deducirse que los mayores comparten noticias falsas a propósito o que lo hacen intencionadamente más que los jóvenes. Al revés, cuando se les pregunta, se muestran menos dispuestos a hacerlo, lo que parece que quiere decir que el problema principal es la falta de conocimiento del mundo digital y sus complejos algoritmos.</p>
<p>En resumen, la explicación basada en las deficiencias cognitivas que se manifiestan con la edad y que parecía ampliamente aceptada debe dejar su lugar a la falta de formación sobre cómo funciona el mundo digital.</p>
<h2>Novelas de caballerías</h2>
<p>Volvamos por un momento a El Quijote. Cuando el ventero afirma creer que es verdad que Félixmarte de Hircania de un revés partió a cinco gigantes por la mitad, podríamos estar tentados a pensar que se debe a una deficiencia cognitiva, a una carencia en su formación. En su caso, sería una explicación plausible, pero que no valdría para Don Quijote. </p>
<p>Sin embargo, aunque hay parte de eso, la justificación que da el ventero es distinta: para él no puede ser mentira lo que cuentan los libros de caballería porque están impresos “con licencia de los señores del Consejo Real, como si ellos fueran gente que habían de dejar imprimir tanta mentira junta, y tantas batallas, y tantos encantamentos que quitan el juicio”. </p>
<p>Lo que mostraría el ventero, más bien, es desconocimiento sobre el mundo literario y editorial. Algo comparable a la falta de formación de los mayores de hoy sobre el mundo digital, quienes pueden preguntarse, de modo similar “¿cómo iban a permitir las autoridades que la mentira campe libremente en las redes sociales?”</p>
<p>El hecho de que se crea que mentir será castigado porque las leyes así lo dicen puede dar una falsa sensación de seguridad: solo aquellos a quienes les importe poco pagar multas o acabar en la cárcel se atreverán a mentir, luego, necesariamente, la mayor parte de las noticias que aparecen en las redes sociales han de ser verdad. </p>
<h2>La desconfianza y la pereza</h2>
<p>De modo que si el poder político se arroga la tarea de protegernos contra la mentira, nos estaría haciendo más vulnerables a ella. Creyéndonos a salvo, seremos engañados una y otra vez. La solución puede ser también, en cierto modo, política y podría consistir en recuperar una sana desconfianza con respecto a los otros. </p>
<p>A fin de cuentas, esta es la idea que <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Thomas_Hobbes">Thomas Hobbes</a> tenía en mente cuando usó la frase de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Plauto">Plauto</a>, <em><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Homo_homini_lupus">homo homini lupus</a></em> –el hombre es lobo para el hombre–. No quería decir que los seres humanos se mataran los unos a los otros (los lobos normalmente no se matan entre sí), sino que son desconfiados. </p>
<p>La desconfianza no es necesariamente mala, pero sí un poco engorrosa y laboriosa, ya que exige una constante vigilancia y análisis de las acciones del prójimo. Así que puede que el origen del problema de las noticias falsas, al final, no sea otro que la pereza.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/141649/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Roberto Losada Maestre no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los adultos de más de 50 años son responsables en un 80 % de la difusión de noticias falsas en Twitter y los mayores de 65 las ven en Facebook siete veces más que los usuarios de menos edad.
Parece que a mayor edad, más vulnerable se es a esta forma de engaño.Roberto Losada Maestre, Profesor de Teoría Política, Universidad Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1384952020-06-07T20:29:05Z2020-06-07T20:29:05ZEn su cuarta salida, Don Quijote elige un itinerario didáctico<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/339271/original/file-20200602-133910-yznm8c.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3988%2C2652&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/consuegra-toledo-region-castilla-la-mancha-1697305153"> karnavalfoto / shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Don Quijote, fiel a sus principios y a su determinación, se ha decidido a hacer su <a href="http://miguelde.cervantes.com/salidas.php">“cuarta” salida</a> o viaje en lo que supone una de sus aventuras más apasionantes para tratar de acercar su propia vida a quienes quieran conocerle más intensamente. </p>
<p>Hablamos de un ejercicio de inmersión tecnológica en algunas de las aventuras quijotescas, pero también de una oportunidad para acercarnos a elementos contextuales del relato cervantino desde un itinerario didáctico flexible y autoguiado. </p>
<p>¿Hasta qué punto el humanismo cervantino se alinea con el escenario educativo del XXI? ¿Es el marco tecnológico, con su diversidad y riqueza, su mayor aliado?</p>
<h2>Una aventura didáctica</h2>
<p><a href="https://bit.ly/navegandodonquijote"><em>Don Quijote navega de nuevo. Itinerario didáctico para el aula</em></a> es un recurso educativo en abierto que pone su foco en el aprovechamiento didáctico del relato sin desatender lo transversal e interdisciplinar. Ofrece un itinerario de navegación tan libre y aventurero como lo fue el espíritu del hidalgo. Permite que el estudiante personalice su proceso de aprendizaje eligiendo qué dinámicas hacer y en qué orden, en cuáles modificar su dificultad o cómo ir más allá de la propia página (cocinando una receta quijotesca, viendo una película…). </p>
<p>A este recurso lo guía una doble motivación: al recorrido lingüístico-literario se suman otras dimensiones (música, gastronomía, arte o salud) en estrecha alianza. </p>
<p>En definitiva, se reivindica la vigencia de <em>El Quijote</em> desde una pluralidad de visiones (textuales, sensoriales, artísticas…) para acercarlo al lector contemporáneo. </p>
<p>Esta web vivió su última actualización el pasado mes de marzo. Su primera validación fue realizada con estudiantes del máster de Formación del Profesorado de Secundaria, en la Facultad de Ciencias de la Educación de la ULPGC. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/334531/original/file-20200512-82361-1vwaxlx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/334531/original/file-20200512-82361-1vwaxlx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/334531/original/file-20200512-82361-1vwaxlx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=501&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/334531/original/file-20200512-82361-1vwaxlx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=501&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/334531/original/file-20200512-82361-1vwaxlx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=501&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/334531/original/file-20200512-82361-1vwaxlx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=629&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/334531/original/file-20200512-82361-1vwaxlx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=629&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/334531/original/file-20200512-82361-1vwaxlx.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=629&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Portada del recurso didáctico.</span>
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<h2>Un viaje para Secundaria y Bachillerato</h2>
<p>Los recursos que ofrece están siendo muy seguidos por centros de Secundaria y Bachillerato por profesorado especialista en Lengua castellana y Literatura. También por profesorado universitario interesado en recursos educativos en abierto y de naturaleza fundamentalmente autoguiada como este.</p>
<p>“En un lugar de la Mancha…” ¿Quién no ha pronunciado estas míticas palabras? El apartado de la web <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/asi-comenzo-en-otras-lenguas">Así comenzó</a></strong> muestra el inicio de la obra en diferentes lenguas y códigos comunicativos. Para recordar datos de la trayectoria de Cervantes, la <em>Biografía jocosa</em> y el <em>Recorrido en 360º</em>, contenidos en <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/biografia-jocosa">Sobre Cervantes</a></strong>, podrían ser la siguiente parada. Y si nos sentimos con fuerza, un reto mayor: el <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/concurso">Concurso</a></strong> pone a prueba nuestra memoria y pericia. Por otro lado, el <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/diccionario-del-quijote">Diccionario del Quijote</a></strong> plantea siete conceptos para que adivinemos bajo qué acepción los usa Cervantes. </p>
<h2>¿Qué era el bálsamo de Fierabrás?</h2>
<p>¿Estiramos las piernas? El itinerario inmersivo por tres escenarios de la <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/aventura-en-360">Aventura en esférico 360</a></strong> facilita información, por ejemplo, sobre la génesis de <em>El Quijote</em> y nos invita a componer el mítico bálsamo de Fierabrás: solo hay que encontrar sus cuatro ingredientes ocultos. Este “estremado licor”, dice Sancho, resulta de inestimable ayuda para paliar las magulladuras del hidalgo. </p>
<p>Y si hay dudas del alcance de estas no hay más que visitar <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/urgencias">Urgencias</a></strong>. Podemos repasar allí la gravedad de las múltiples lesiones que el caballero sufre en sus enjutas carnes y que, sin embargo, no le impiden levantarse una y otra vez (¡ya sabemos dónde se inspiró <a href="https://castlepedia.fandom.com/es/wiki/Batman_(Trilogia_Nolan)">Christopher Nolan para la trilogía de su justiciero <em>Batman</em></a>!). </p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/BWk_t82GLu8?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
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<p>¿Un alto en el camino? Café, música y un buen libro que, como recuerda el hidalgo (Q, II, cap. XVIII), “no tiene precio”. En <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/cafe-quijote">Café Quijote</a></strong> degustaremos un completo menú para hacernos una idea de lo que solo ocasionalmente pudo nuestro héroe llevarse a la boca. En <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/instrumentos">Instrumentos musicales</a></strong> cumpliremos con el ideal clásico del “deleitar aprovechando” con música e instrumentos de la época. Refranes y dichos, ahora desmembrados para emparejarlos, en <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/cada-oveja-con-su-pareja">Cada oveja</a></strong>. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/338901/original/file-20200601-95054-8xk1mp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/338901/original/file-20200601-95054-8xk1mp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=363&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/338901/original/file-20200601-95054-8xk1mp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=363&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/338901/original/file-20200601-95054-8xk1mp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=363&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/338901/original/file-20200601-95054-8xk1mp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=456&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/338901/original/file-20200601-95054-8xk1mp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=456&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/338901/original/file-20200601-95054-8xk1mp.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=456&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Detalle de una de las actividades de la web</span>
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<p><strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/algunos-textos">Recomponiendo textos</a></strong> y <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/copia-de-algunos-textos">Recomponiendo imágenes</a></strong> ponen a prueba nuestra visión espacial mientras “reconstruimos” pasajes del relato o bien damos forma a las magníficas ilustraciones de Doré. Son puzles que permiten adaptar su resolución a las capacidades del visitante renovando así la tarea. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/339270/original/file-20200602-133855-1s7t1vv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/339270/original/file-20200602-133855-1s7t1vv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=314&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/339270/original/file-20200602-133855-1s7t1vv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=314&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/339270/original/file-20200602-133855-1s7t1vv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=314&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/339270/original/file-20200602-133855-1s7t1vv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=395&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/339270/original/file-20200602-133855-1s7t1vv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=395&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/339270/original/file-20200602-133855-1s7t1vv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=395&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Puzle ‘Don Quijote leyendo en su biblioteca’, de Gustavo Doré.</span>
<span class="attribution"><span class="source">The Hispanic Society of America, Nueva York. 1863</span></span>
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<p>La cartelera de ocio se completa con <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/podcasts">Podcast</a></strong> y <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/el-quijote-en-el-cine">El Quijote en el cine</a></strong>: una oportunidad de escuchar íntegramente una versión radiofónica sobre <em>El Quijote</em> o el disfrute de su adaptación (TV y cine) más su propuesta didáctica. </p>
<p>Y del paisaje fílmico pasamos al personal, lo que <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5832234">Arellano</a> denomina heterotopia quijotesca. Esta da cuenta no solo del lugar evocado desde la perspectiva realista, sino también desde la visión fantasiosa e “ingeniosa” del hidalgo. <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/habitacion-transtornada">Habitación trastornada</a></strong> recrea su locura a partir del juego anacrónico diseñado una vez manipulada la lámina de <a href="http://bdh.bne.es/bnesearch/biblioteca/Don%20Quixote%20und%20Sancho%20Pansa%20auf%20Abenteuerziehend%20%20%20/qls/Schr%C3%B6dter,%20Adolf%20(1805%201875)/qls/bdh0000204409;jsessionid=9DBCEFD74766629CC58ED2AC32A1BC31">Adolf Schrödter</a>. Con <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/don-cubote">Don Cubote</a></strong> recontamos, desde la óptica personal, el relato cervantino con la combinación del <em>story cube</em> y el cubo de Rubik. </p>
<h2>El discurso crítico de la novela</h2>
<p>Dos secciones lanzan un guiño a un aspecto esencial de la novela: su discurso crítico. Por un lado, <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/estilistica-naci-libre">Estilística Marcela</a></strong> recuerda uno de los parlamentos, en boca de mujer, más comentados en las aulas y todo un grito de modernidad a comienzos del XVII. Por último, en <strong><a href="https://cristobalnuez.wixsite.com/navegandodonquijote/en-ruta-al-final">En ruta al final</a></strong> se agrupan herramientas para refrescar el debate (locura-cordura) en torno a las últimas palabras del hidalgo en su lecho de muerte.</p>
<p>En definitiva, gracias a la mediación de las <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Tecnolog%C3%ADas_del_aprendizaje_y_el_conocimiento">TAC</a> nos acercamos al de la <em>triste figura</em>. Su inquebrantable lucha o su defensa de la amistad nos pueden servir, hoy más que nunca, de modelo. <a href="https://bit.ly/navegandodonquijote">Acompañe a Alonso Quijano en esta nueva escapada</a>: sáquelo de la cama donde Cervantes lo hizo morir y revívalo.</p>
<hr>
<p>_Este artículo ha sido elaborado en coautoría con Cristóbal L. Nuez García, doctor en Didácticas Especiales (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 2010) y asesor pedagógico en el Centro del Profesorado Las Palmas de Gran Canaria.</p>
<p>_ </p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/138495/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Juana Rosa Suárez-Robaina no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Don Quijote navega por la red. Una página web creada por varios investigadores acerca la novela a los estudiantes a través de decenas de recursos didácticos que consiguen que conocer los detalles de la obra de Cervantes sea en sí una aventura.Juana Rosa Suárez-Robaina, Miembro del GIR "Motivación, Educación y Salud". Vicedecana de Cultura e Igualdad de la Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1199662019-07-10T20:05:17Z2019-07-10T20:05:17ZCervantes y Lope de Vega, una rivalidad de comedia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/283138/original/file-20190708-51262-1pkwieu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1946%2C712%2C2047%2C1784&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Estatuas de Lope de Vega y Cervantes, tras la de Alfonso X El Sabio, en la escalinata de la Biblioteca Nacional de España (Madrid). </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Madrid_-_Biblioteca_Nacional_02.jpg">Selbymay / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>Miguel de Cervantes (1547-1616) participó en su juventud en la batalla de Lepanto (1571). Tras abandonar la milicia, decidió volver a España. Pero la galera en la que viajaba fue atacada por corsarios berberiscos, y pasó cinco años cautivo en Argel (entre 1575 y 1580).</p>
<p>A los 33 años, después de ser liberado, regresó a España, y escribió algunas comedias teatrales que fueron representadas. Y en 1585 publicó <a href="http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-galatea--0/html/"><em>La Galatea</em></a>, una novela pastoril. Sin embargo, no tuvo demasiado éxito con la literatura, y buscó otras formas de ganarse la vida.</p>
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<span class="caption">Cervantes y Lope en un aguafuerte de Bartolomé Maura Montaner de 1882.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000204447">BNE - Biblioteca Digital Hispánica</a></span>
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</figure>
<p>En un principio, Cervantes y Lope de Vega (que era unos 15 años más joven) se llevaban bien, y se elogiaron mutuamente en sus obras.</p>
<p>En 1598, Lope de Vega publicó otra novela pastoril, <a href="http://www.cervantesvirtual.com/obra/la-arcadia/"><em>La Arcadia</em></a>, que tuvo mucha más repercusión que <em>La Galatea</em> de Cervantes. Y cuando Cervantes quiso volver a representar comedias, comprobó que Lope de Vega había obtenido un éxito enorme con las suyas, cerrándole las puertas del teatro.</p>
<p>Entonces, en 1605, cuando tenía 57 años, Cervantes publicó la <a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte1/tabla/default.htm">primera parte del <em>Quijote</em></a>, su primer éxito literario. Y en ella arremetió contra Lope de Vega.</p>
<h2>Cervantes ataca a Lope</h2>
<p>En su <em>Arte nuevo de hacer comedias</em>, Lope de Vega propuso que las comedias se ajustaran a los gustos del vulgo: “Como las paga el vulgo es justo / hablarle en necio para darle gusto”. Posteriormente, en la primera parte del <em>Quijote</em>, Cervantes <a href="http://rabida.uhu.es/dspace/bitstream/handle/10272/1613/b1551182.pdf?sequence=1">atacó este texto</a>.</p>
<p>Cervantes no mencionó el nombre de Lope, sino que lo denominó “felícisimo ingenio de estos reinos”. Y criticó sus comedias, diciendo que estaban llenas de disparates y que se habían convertido en “mercadería vendible”.</p>
<p>Además, Cervantes se burló del comportamiento de Anfriso, el protagonista de <em>La Arcadia</em>, en un episodio en el que don Quijote hace penitencia en Sierra Morena. Y como Anfriso representaba a su autor, <a href="http://www.cromrev.com/volumes/vol37/005-vol37-martin.pdf">Cervantes satirizó a Lope</a>.</p>
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<span class="caption">Penitencia de Don Quijote (Ricardo Balaca o Joseph-Luis Pellicer, 1880).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000202991">BNE - Biblioteca Digital Hispánica</a></span>
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<h2>Lope se defiende</h2>
<p>Aunque la primera parte del <em>Quijote</em> se publicó en 1605, Lope de Vega ya la conocía en 1604, pues su versión manuscrita circuló antes de su publicación.</p>
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<span class="caption">Primera de las cuatro páginas del prólogo a ‘El peregrino en su patria’, de Lope de Vega en edición impresa en Bruselas por Roger Velpius en 1608.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000092000">BNE - Biblioteca Digital Hispánica</a></span>
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<p>En una carta del 14 de agosto de 1604, Lope afirma que no hay ningún escritor “tan malo como Cervantes, ni tan necio que alabe a don Quijote”. Y en el prólogo de su obra <em>El peregrino en su patria</em>, publicada en 1604, se defendió del ataque contra sus comedias realizado en un manuscrito. No indicó de qué manuscrito se trataba ni el nombre de su autor, pero <a href="http://rabida.uhu.es/dspace/bitstream/handle/10272/1613/b1551182.pdf?sequence=1">respondió claramente a las críticas de Cervantes</a>.</p>
<p>Lope argumenta que sus comedias se ajustan al gusto de los españoles, y presume de haber compuesto muchísimas. Y tacha al autor de las críticas de poco productivo y envidioso.</p>
<h2>El <em>Quijote</em> apócrifo de Avellaneda</h2>
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<span class="caption">‘Segundo tomo del Ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha’ (El Quijote de Avellaneda), impreso en Tarragona en 1614.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000206642">BNE - Biblioteca Digital Hispánica</a></span>
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<p>En 1614 se publicó una continuación apócrifa de la obra de Cervantes, firmada con el nombre falso de “Alonso Fernández de Avellaneda”. La aparición del <em>Quijote</em> apócrifo supuso un gran disgusto para Cervantes en los últimos años de su vida, pues Avellaneda amenazaba con arrebatarle su único logro importante.</p>
<p>Por eso, Cervantes se vio obligado a responder a Avellaneda, escribiendo la verdadera segunda parte de su <em>Quijote</em>, tenida por una obra cumbre de la literatura universal. Sin la aparición del apócrifo, <a href="http://alfonsomartinjimenez.blogs.uva.es/files/2019/03/Cervantes-y-Avellaneda-1616-2016.-Presunciones-y-certidumbres.pdf">Cervantes seguramente no la habría compuesto</a>. El mismo Cervantes denunció que Avellaneda había fingido su nombre, y su verdadera identidad se ha considerado <a href="https://www.youtube.com/playlist?list=PLX5g2SfUFxLYt_O6KJWC2PtP_b4beG93y">el mayor misterio de la literatura española</a>.</p>
<h2>¿Escribió Lope de Vega el <em>Quijote</em> apócrifo?</h2>
<p>En los preliminares del <em>Quijote</em> apócrifo, Avellaneda defendió a Lope de Vega, respondiendo a las críticas contra el mismo realizadas por Cervantes en la primera parte del <em>Quijote</em>. Por eso, se ha pensado que el propio <a href="http://parnaseo.uv.es/Lemir/Revista/Revista9/Perez/JoseLuisPerez.pdf">Lope y sus allegados</a> podrían haber escrito el <em>Quijote</em> apócrifo.</p>
<p>¿Fue el dramaturgo quien compuso o impulsó el <em>Quijote</em> apócrifo? ¿Debemos agradecerle que incitara a Cervantes a componer la verdadera segunda parte?</p>
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<span class="caption">Ginés de Pasamonte golpea a Don Quijote con la bacia. Grabado de Pierre Duflos y Agustín Navarro, 1797.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000204147">BNE - Biblioteca Digital Hispánica</a></span>
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</figure>
<p>En la primera parte del <em>Quijote</em>, Cervantes no solo atacó a Lope de Vega, sino también a Jerónimo de Pasamonte, un soldado aragonés que participó en la batalla de Lepanto. Pasamonte escribió una autobiografía conocida como <em><a href="http://www.cervantesvirtual.com/obra/vida-y-trabajos/">Vida y trabajos</a></em>, y en ella se atribuyó el comportamiento heroico que había tenido Cervantes en Lepanto. Y Cervantes lo satirizó, convirtiéndole en el galeote Ginés de Pasamonte.</p>
<p>Por lo tanto, Cervantes atacó a dos personas, pero no indicó el nombre ni el apellido de Lope de Vega, mientras que el apellido de Ginés sí que era el mismo que el de Jerónimo.</p>
<p>Avellaneda escribió en su prólogo que Cervantes, en la primera parte del <em>Quijote</em>, había ofendido a dos personas: a él mismo y a Lope de Vega. Y afirmó que la ofensa contra su persona se había realizado por medio de “sinónimos voluntarios”.</p>
<h2>¿Avellaneda era Pasamonte?</h2>
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<span class="caption">Segunda parte del ingenioso caballero don Quixote de la Mancha, por Miguel de Cervantes Saavedra. Impreso por Juan de la Cuesta en 1615.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000047955">BNE- Biblioteca Digital Hispánica</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Como hemos dicho, para replicar a Avellaneda, Cervantes empezó a escribir a toda prisa l<a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte2/tabla/default.htm">a verdadera segunda parte del <em>Quijote</em></a>. En ella <a href="http://alfonsomartinjimenez.blogs.uva.es/publicaciones-en-internet/libro/">imitó burlescamente los episodios del <em>Quijote</em> apócrifo</a>. Avellaneda había convertido a don Quijote en un fantoche y a Sancho Panza en un simple, y Cervantes corrigió esas características.</p>
<p>Cervantes afirmó cuatro veces en su obra que Avellaneda era aragonés, indicando además su verdadero nombre de pila. Como se explica en <a href="https://theconversation.com/cervantes-y-el-quijote-apocrifo-quien-fue-avellaneda-113331">este artículo</a>, él estaba seguro de que el autor del <em>Quijote</em> apócrifo era Pasamonte.</p>
<p>Cervantes pudo publicar la verdadera segunda parte del <em>Quijote</em> a finales de 1615, cuando tenía 68 años. Poco después, el 22 de abril de 1616, falleció.</p>
<h2>La tesis de <em>Cervantes contra Lope</em></h2>
<p>En la película <em><a href="http://www.minoriaabsoluta.com/es/programa/cervantes-contra-lope/">Cervantes contra Lope</a></em> (2016), de Manuel Huerga (protagonizada por Emilio Gutiérrez Caba y José Coronado), Lope de Vega quiere vengarse del ataque de Cervantes en la primera parte del <em>Quijote</em>. Para ello, incita a Pasamonte a que escriba la versión apócrifa, haciéndole ver que Cervantes le ataca más claramente a él. Pasamonte acepta el reto.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/283157/original/file-20190708-51288-bhx0pb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/283157/original/file-20190708-51288-bhx0pb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/283157/original/file-20190708-51288-bhx0pb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=855&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/283157/original/file-20190708-51288-bhx0pb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=855&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/283157/original/file-20190708-51288-bhx0pb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=855&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/283157/original/file-20190708-51288-bhx0pb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1074&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/283157/original/file-20190708-51288-bhx0pb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1074&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/283157/original/file-20190708-51288-bhx0pb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1074&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Cartel de ‘Cervantes contra Lope’ (Manuel Huerga, 2016).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://www.rtve.es/television/20161130/tve-estrena-tv-movie-cervantes-contra-lope-emilio-gutierrez-caba-jose-coronado/1448542.shtml">RTVE</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En realidad, no hay constancia de que Lope de Vega y Pasamonte se conocieran, y el aragonés tenía motivos para vengarse de Cervantes sin que nadie le animase a hacerlo.</p>
<p>Asimismo, Cervantes aparece en la película convencido de que Avellaneda era el seudónimo del popular dramaturgo, lo que no se ajusta a la realidad: que afirmase claramente que era aragonés <a href="http://alfonsomartinjimenez.blogs.uva.es/enlaces/pelicula-cervantes-contra-lope-manuel-huerga-2016/">descarta que lo identificara con el madrileño Lope de Vega</a>. No obstante, el filme ha resultado fundamental para divulgar la propia existencia de Pasamonte y su relación con el <em>Quijote</em> apócrifo.</p>
<p>En suma, Cervantes atacó a dos personas en la primera parte del <em>Quijote</em>. Lope de Vega le respondió en el prólogo de <em>El peregrino en su patria</em>. Y, seguramente, Pasamonte se vengó escribiendo el <em>Quijote</em> apócrifo. Al menos ya sabemos que <a href="http://alfonsomartinjimenez.blogs.uva.es/publicaciones-en-internet/novela-hacen-falta-cuatro-siglos-para-entender-a-cervantes/">Cervantes lo creía así</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/119966/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alfonso Martín Jiménez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los dos grandes genios de la literatura española del Siglo de Oro no se llevaban bien, como dejaron patentes sus obras. Pero, ¿por qué?Alfonso Martín Jiménez, Catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, Universidad de ValladolidLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1133312019-03-21T21:31:19Z2019-03-21T21:31:19ZCervantes y el «Quijote» apócrifo: ¿Quién fue Avellaneda?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/264477/original/file-20190318-28471-1nckbji.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C2986%2C1687&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Collage de grabados de Don Quijote hechos por Gustave Doré.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Don_Quixote_-_Engravings_by_Gustave_Dor%C3%A9.jpg">Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>En 1605, se publicó <a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte1/tabla/default.htm">la primera parte del <em>Quijote</em></a> de Cervantes. En 1614 se publicó una continuación falsa o apócrifa, firmada con el nombre de “Alonso Fernández de Avellaneda, natural de la villa de Tordesillas”. Por eso se conoce como el <em>Quijote</em> apócrifo de Avellaneda.</p>
<p>En 1615, Cervantes respondió al usurpador, publicando <a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte2/tabla/default.htm">la verdadera segunda parte</a> del <em>Quijote</em>. Y <a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte2/prologo_al_lector/default.htm">en el prólogo de esta obra</a>, Cervantes denunció que el nombre y el lugar de origen de Avellaneda eran falsos: “no osa parecer a campo abierto y al cielo claro, encubriendo su nombre, fingiendo su patria, como si hubiera hecho alguna traición de lesa majestad”.</p>
<p><a href="https://www.youtube.com/playlist?list=PLX5g2SfUFxLYt_O6KJWC2PtP_b4beG93y">La identidad de Avellaneda</a> se ha considerado el mayor misterio de la literatura española. Para tratar de aclararlo, se han propuesto las más variadas hipótesis, muchas de ellas absurdas. Y eso ha llevado a creer que es imposible descubrirla.</p>
<h2>Un poco de historia</h2>
<p>En 1614, cuando Cervantes había escrito los primeros 58 capítulos de la segunda parte de su <em>Quijote</em>, supo que la versión apócrifa había sido publicada. Se menciona el libro de Avellaneda en el capítulo 59 de dicha segunda parte, que tiene 74. Y como en los 58 primeros hay claras alusiones al <em>Quijote</em> de Avellaneda, se ha supuesto que Cervantes los retocó para aludir a la obra apócrifa.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/264478/original/file-20190318-28487-1gwc6is.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/264478/original/file-20190318-28487-1gwc6is.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/264478/original/file-20190318-28487-1gwc6is.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=787&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/264478/original/file-20190318-28487-1gwc6is.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=787&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/264478/original/file-20190318-28487-1gwc6is.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=787&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/264478/original/file-20190318-28487-1gwc6is.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=989&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/264478/original/file-20190318-28487-1gwc6is.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=989&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/264478/original/file-20190318-28487-1gwc6is.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=989&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Retrato de Miguel de Cervantes atribuido a Juan de Jáuregui.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/File:Cervantes_J%C3%A1uregui.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Por ello, <a href="http://uvadoc.uva.es/handle/10324/4564">los estudiosos suelen decir</a> que no hay suficientes indicios sobre la identidad de Avellaneda, y que Cervantes escribió los 58 primeros capítulos de la segunda parte de su <em>Quijote</em> antes de conocer el apócrifo. Sin embargo, ambas cosas son falsas, y ya podemos saber lo que realmente ocurrió.</p>
<p>En la primera parte del <em>Quijote</em>, Cervantes atacó claramente a dos personas: a Lope de Vega y a Jerónimo de Pasamonte. Este último fue un soldado aragonés que participó, como el escritor, en la batalla de Lepanto (1571). Cervantes tuvo un comportamiento heroico en esa batalla, pues, a pesar de estar enfermo, se empeñó en pelear, recibiendo varias heridas.</p>
<p>Poco después, en 1574, Pasamonte fue atrapado por los turcos, y pasó dieciocho años cautivo, siendo obligado a remar como galeote en las galeras turcas. Al ser liberado, regresó a España y culminó su autobiografía, conocida como <a href="http://www.cervantesvirtual.com/obra/vida-y-trabajos/"><em>Vida y trabajos</em></a>.</p>
<p>Y al describir en su <em>Vida</em> la toma de La Goleta (1573), en la que no hubo auténtico combate, Pasamonte se atribuyó un comportamiento heroico similar al de Cervantes en la batalla de Lepanto. Pasamonte hizo circular su autobiografía en manuscritos (es decir, en libros encuadernados escritos a mano, muy frecuentes en la época, que pasaban de unas personas a otras).</p>
<p>Cervantes lo leyó y, tras comprobar la usurpación de Pasamonte, lo satirizó en la primera parte del <em>Quijote</em>, convirtiéndolo en el galeote Ginés de Pasamonte, quien es presentado como un embustero, cobarde y ladrón, e insultado gravemente por don Quijote y Sancho.</p>
<h2>¿La revancha?</h2>
<p>Las cosas seguramente sucedieron así: Pasamonte leyó la primera parte del <em>Quijote</em>, y quiso vengarse de Cervantes. Para ello, escribió una continuación de su obra, con la intención de quitar a Cervantes las ganancias de la segunda parte. Y para no ser asociado al galeote cervantino, la firmó con un nombre falso.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/264592/original/file-20190319-60995-1l6mnpv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/264592/original/file-20190319-60995-1l6mnpv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/264592/original/file-20190319-60995-1l6mnpv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=933&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/264592/original/file-20190319-60995-1l6mnpv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=933&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/264592/original/file-20190319-60995-1l6mnpv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=933&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/264592/original/file-20190319-60995-1l6mnpv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1173&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/264592/original/file-20190319-60995-1l6mnpv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1173&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/264592/original/file-20190319-60995-1l6mnpv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1173&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Portada del <em>Quijote</em> de Avellaneda.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Alfonso Martín Jiménez</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Avellaneda indicó en su prólogo que Cervantes, en la primera parte del <em>Quijote</em>, había atacado a dos personas: a Lope de Vega y a él mismo. Y la ofensa contra su persona se había realizado por medio de “sinónimos voluntarios”, lo que seguramente se refiere al nombre y al apellido de Ginés de Pasamonte, tan parecidos a los de Jerónimo de Pasamonte.</p>
<p>Avellaneda hizo en su obra un elogio de la Cofradía del Rosario Bendito de Calatayud (una localidad de Aragón). Este dato es esencial, pues indica que Avellaneda conocía esa cofradía y que la tenía en gran estima. </p>
<p>Pues bien, ninguno de los candidatos propuestos a la autoría del <em>Quijote</em> apócrifo pudo conocer esa cofradía ni tuvo motivos para elogiarla, con una única excepción: la del aragonés Jerónimo de Pasamonte. Este explicó en su <em>Vida</em> que a los trece años ingresó en esa misma cofradía, por la que siempre sintió un gran aprecio.</p>
<h2>Cervantes lee su secuela</h2>
<p>Hacia 1611, Avellaneda hizo circular el manuscrito apócrifo. Cervantes lo leyó y reconoció fácilmente a su verdadero autor. Y en algunas de sus <em>Novelas ejemplares</em>, publicadas en 1613, hizo claras alusiones conjuntas a los manuscritos de la <em>Vida</em> de Pasamonte y del <em>Quijote</em> de Avellaneda. Cervantes se burló alternativamente de los episodios y las expresiones de ambos manuscritos, para dar a entender que pertenecían al mismo autor.</p>
<p>Esas alusiones <a href="http://alfonsomartinjimenez.blogs.uva.es/files/2019/03/Cervantes-y-Avellaneda-1616-2016.-Presunciones-y-certidumbres.pdf">demuestran dos cosas</a>:</p>
<ul>
<li><p>En primer lugar, que Cervantes conoció el manuscrito del <em>Quijote</em> apócrifo antes de escribir la segunda parte de su <em>Quijote</em> (y seguramente eso le incitó a componerla).</p></li>
<li><p>Y, en segundo lugar, que Cervantes creía que Avellaneda era Pasamonte. Y aun en el improbable caso de que Cervantes estuviera equivocado, su convencimiento seguiría siendo esencial para entender la segunda parte de su <em>Quijote</em>. </p></li>
</ul>
<figure class="align-left zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/264593/original/file-20190319-60972-1jdosz0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/264593/original/file-20190319-60972-1jdosz0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/264593/original/file-20190319-60972-1jdosz0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=927&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/264593/original/file-20190319-60972-1jdosz0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=927&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/264593/original/file-20190319-60972-1jdosz0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=927&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/264593/original/file-20190319-60972-1jdosz0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1165&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/264593/original/file-20190319-60972-1jdosz0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1165&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/264593/original/file-20190319-60972-1jdosz0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1165&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Portada de la segunda parte del <em>Quijote</em> de Cervantes.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Alfonso Martín Jiménez</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Al componer esta obra, Cervantes tuvo delante el manuscrito apócrifo. No quiso mencionar el manuscrito de Avellaneda para no darle publicidad, pero trató de superar sus episodios, se burló de los mismos y corrigió las características que Avellaneda había otorgado a don Quijote y Sancho.</p>
<p>Por ello, <a href="http://alfonsomartinjimenez.blogs.uva.es/publicaciones-en-internet/libro/">toda la segunda parte del <em>Quijote</em> de Cervantes constituye una imitación satírica o correctiva del <em>Quijote</em> de Avellaneda</a>.</p>
<p>Cuando Cervantes estaba escribiendo el capítulo 58 de la segunda parte de su <em>Quijote</em>, supo que el <em>Quijote</em> apócrifo se había publicado, lo que le hizo preocuparse. Por eso, se decidió a mencionarlo por primera vez en el capítulo 59, criticándolo después con dureza: </p>
<blockquote>
<p>“Pero su San Martín se le llegará, como a cada puerco” (cap. 62).</p>
<p>“Tan malo, que si de propósito yo mismo me pusiera a hacerle peor, no acertara” (cap. 70). </p>
</blockquote>
<p>Además, Cervantes afirmó cuatro veces que Avellaneda era aragonés, y sugirió el nombre de pila de su autor.</p>
<p>En el mismo capítulo 59, don Quijote se encuentra con un personaje que tiene en sus manos el libro apócrifo recién publicado. Este personaje, al ver al don Quijote cervantino, lo reconoce como el auténtico: </p>
<blockquote>
<p>“sin duda vos, señor, sois el verdadero don Quijote de la Mancha, norte y lucero de la andante caballería, a despecho y pesar del que ha querido usurpar vuestro nombre y aniquilar vuestras hazañas”.</p>
</blockquote>
<p>Y ese personaje se llama, precisamente, Jerónimo, como Jerónimo de Pasamonte.
Cervantes creó así una escena magistral, haciendo que la representación literaria de Avellaneda, encarnada en ese personaje llamado Jerónimo, reconociera a su don Quijote como el verdadero.</p>
<h2>Tradición vs. realidad</h2>
<p>La interesante película <em>Cervantes contra Lope</em> (2016), de Manuel Huerga, supone un paso intermedio entre la concepción tradicional y lo que realmente ocurrió. En esta película se presenta a Pasamonte como autor del <em>Quijote</em> apócrifo, pero se muestra a Cervantes convencido de que fue Lope de Vega quien lo escribió. Y esto último no se corresponde con la realidad, pues Lope de Vega era madrileño, y <a href="http://alfonsomartinjimenez.blogs.uva.es/enlaces/pelicula-cervantes-contra-lope-manuel-huerga-2016/">Cervantes afirmó que Avellaneda era aragonés</a>.</p>
<figure>
<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/hZN09rWZ2dQ?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Teaser de <em>Cervantes contra Lope</em>.</span></figcaption>
</figure>
<p>En suma, Cervantes se valió del <em>Quijote</em> apócrifo para componer la segunda parte de su <em>Quijote</em>, y mostró su convencimiento de que Avellaneda era el aragonés Jerónimo de Pasamonte.</p>
<p>Como explico en la breve novela divulgativa <em><a href="http://alfonsomartinjimenez.blogs.uva.es/publicaciones-en-internet/novela-hacen-falta-cuatro-siglos-para-entender-a-cervantes/">Hacen falta cuatro siglos para entender a Cervantes</a></em>, hemos tardado mucho tiempo en descubrirlo. Esperemos que no pase mucho más hasta que se reconozca y se transmita a la sociedad lo que realmente ocurrió.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/113331/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alfonso Martín Jiménez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Mientras Miguel de Cervantes escribía la segunda parte de su obra maestra, otra novela, con el mismo título, llegaba al mercado. ¿Quién era su autor y por qué emprendía semejante labor?Alfonso Martín Jiménez, Catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, Universidad de ValladolidLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1047242018-10-31T23:25:41Z2018-10-31T23:25:41ZLa digestión es la cuestión, también en política<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/243101/original/file-20181030-76416-1nauyj1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3159%2C3879&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Detalle del retrato de Rodolfo II del Sacro Imperio Romano Germánico obra de Guiseppe Arcimboldo.
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Portr%C3%A4tt,_Rudolf_II_som_Vertumnus._Guiseppe_Arcimboldo_-_Skoklosters_slott_-_87582.jpg?uselang=es">Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>“Tripas llevan corazón, que no corazón tripas”, decía Sancho con su particular forma de expresarse. Se atribuye a Thomas <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Thomas_Hobbes">Hobbes</a> haber dicho algo parecido, pero con menos estilo: “Primero comer, después filosofar”. Ambas frases señalan lo prioritario que resulta llenar el estómago. En cierto modo, son un recordatorio de nuestra condición biológica, terrenal, mundana y mortal. Podremos crear la más maravillosa obra del pensamiento, de arte, de arquitectura, pero en último término necesitamos un mendrugo de pan que llevarnos a la boca. Y es muy probable que renunciáramos, a trueco de conseguirlo, hasta a la más sublime producción intelectual humana.</p>
<p>No resultaría disparatado afirmar que nuestra necesidad de comer está en el origen de todo cuanto hacemos. De hecho, suele situarse en el estómago el origen de los apetitos, es decir, de los deseos. Y son precisamente nuestros deseos los que nos llevan a la acción. Sin deseos no hay acción: casi se puede decir que sin deseos no hay verdadera vida humana. </p>
<p>Puede parecer algo exagerado situar el origen de lo humano en las tripas. <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Arthur_Schopenhauer">Schopenhauer</a>, por ejemplo, pensaba que la voluntad de vivir radicaba en el deseo sexual. Tal vez no tuvo en cuenta que el hambre puede llegar a mitigarlo. Un ser humano puede vivir sin sexo, pero no puede estar sin comer. En mitad de la guerra de Troya, Aquiles le dice a su enemigo Príamo, poco antes de comer con él, que incluso en la mayor de las desgracias, como la muerte de los propios hijos, hay que cenar.</p>
<h2>La buena comida y la política</h2>
<p>Para Sócrates, tal y como nos cuenta Platón en su <a href="https://es.wikisource.org/wiki/P%C3%A1gina%3APlat%C3%B3n_-_La_Rep%C3%BAblica_(1805)%2C_Tomo_1.djvu/167">República</a>, el estado ideal era uno en el que los ciudadanos vivirían frugalmente. Se limitarían a comer, sobre hojas de plantas, harina de cebada o trigo amasadas y, a modo de acompañamiento, unas deliciosas cebollas y verduras hervidas. Como postre, habría higos y bellotas y poco más. Garantizaba así Sócrates que se evitaría la pobreza y se lograría la paz y una larga vida. Como esa vida no resultaba muy atrayente, Glaucón le pregunta si este tipo de alimentación no es el mismo que se da a los cerdos, y añade que sería mejor hablar de una sociedad en que la gente comiera recostada platos algo más elaborados. Sócrates se ve obligado, entonces, a describir la ciudad de lujo, “atacada de infección”, y ése es el origen de la teoría política que se desarrolla en la obra. En el origen de la política está la comida, al menos la comida algo elaborada.</p>
<p>El éxito del libro de <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Giulia_Enders">Giulia Enders</a>, al que han puesto en español el título “La digestión es la cuestión”, da muestra de que lo relacionado con la comida y nuestras tripas sigue ocupando un lugar preeminente entre nuestras preocupaciones. Ya no se trata sólo de no pasar hambre, también queremos comer bien, comer sano y, además, responsablemente, es decir, sin causar un daño innecesario a la naturaleza. Hoy que la salud es una ideología, es normal que existan debates sobre la conveniencia o no, sobre si es correcto o no, el uso de alimentos transgénicos, aceite de palma u otras grasas hidrogenadas, azúcar, levadura en lugar de masa madre, etc. Al englobar la política todo lo demás, éstos son también debates políticos. Más aún si hay algo de verdad en esa expresión tan corriente que afirma que “somos lo que comemos”.</p>
<h2>Votar con la comida</h2>
<p>Normalmente, estos debates giran en torno a cuestiones éticas que buscan la objetividad a través de descubrimientos científicos. Ocurre con la comida lo mismo que con temas que han ocupado tradicionalmente a la ética: se defienden posturas opuestas, cada una de ellas con pretensión de ser objetiva. Los partidarios de una y de otra nos hablan de investigaciones científicas, igualmente válidas pero contrarias, que ratifican sus afirmaciones.</p>
<p>Lo que ayer era sano consumir, hoy se ha vuelto nocivo. Se descubre cómo el desprestigio de un ingrediente ha sido el resultado de la interesada campaña propagandística de los fabricantes de su alternativa. La producción de algo que comemos habitualmente origina un sufrimiento intolerable a animales, la destrucción de entornos naturales valiosos o la explotación de otras personas. El <a href="https://www.slowfood.com"><em>slow food</em></a> toma el lugar del <em>fast food</em>, etc. Así, los alimentos con los que llenamos nuestros estómagos, cada bocado que ingerimos, se convierte en una especie de actividad ética. No pasará mucho tiempo antes de que haya quien acabe por relacionar el contenido de nuestro estómago con nuestra ideología, como se ha hecho ya con ciertas partes de nuestro <a href="http://www.nature.com/articles/nn1979">cerebro</a>. En cierto modo, comer es parecido a votar.</p>
<h2>Digestión y política</h2>
<p>Se preguntaba <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/La_negaci%C3%B3n_de_la_muerte">Ernest Becker</a>, con realismo cruel, “qué podemos hacer en una creación en que la actividad rutinaria de los organismos es descuartizar a otros con los dientes, de todas las maneras posibles: mordiendo, triturando carne, tallos de plantas y huesos entre los molares, engullendo vorazmente la pulpa hacia el esófago con fruición, incorporando su esencia en nuestro propio organismo para defecar después los residuos con fetidez nauseabunda y ventosidades”. </p>
<p>Una posible respuesta es esta: Podemos hacer política. Una política a la que podríamos llamar <em>política de la digestión</em>. Empezaríamos por lo más evidente: todo el mundo ha de comer. Y no podemos hacernos ilusiones al respecto: comer implica la asimilación (ingesta) de otras formas de vida, vegetales o animales. Podríamos llamar a esto, la <em>ley de hierro de la digestión</em>. De este modo, queda de manifiesto la imposibilidad de las pretensiones de hallar una solución universal al problema de qué es correcto y qué es incorrecto comer, ya que no se atienen a lo concreto y real.</p>
<p>Los seres humanos comen en función de sus necesidades, de sus gustos y de una serie de causas, circunstancias, tradiciones y un sin fin de otros factores de todo tipo. Comer exige, por tanto, la prudencia. Primero, porque es necesario ser consciente de que lo que ingerimos puede dañarnos (llegado el caso, hasta matarnos) y es una actividad colectiva que tiene consecuencias para los demás y para el entorno (sin esa prudencia podemos llegar a quedarnos sin nada que llevarnos a la boca). Segundo, porque depende también del azar: desastres imprevistos que acaban con cosechas, descubrimiento de efectos nocivos de alimentos tradicionales, etc.</p>
<p>Igual que la política, comer pertenece por tanto al ámbito de la filosofía práctica y no al de la teorética. Es ilusorio pensar que pueda crearse un conjunto de normas que nos digan qué comer. La pregunta a la que hay que dar respuesta no es tanto ¿qué es correcto comer? La pregunta a la que habría que responder sería más bien ¿qué he de comer para ser lo que quiero ser? Y no hay una respuesta a esta pregunta que tenga validez universal, como tampoco existe una teoría política universal.</p>
<p>Al proceso digestivo se le ha prestado muy poca atención desde la reflexión política. Pero sería bueno tener presente, la próxima vez que, por ejemplo, vayamos a comer con amigos que siguen una dieta diferente a la nuestra, que hablar de la digestión y de la comida es hablar de la naturaleza humana y, al final, es como hablar de política.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/104724/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Roberto Losada Maestre no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Hablar de la digestión y de la comida es hablar de la naturaleza humana y, al final, es como hablar de política.Roberto Losada Maestre, Profesor de Teoría Política, Universidad Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1037482018-09-26T21:35:25Z2018-09-26T21:35:25ZJohn Dos Passos: un viajero cervantino por España<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/237599/original/file-20180923-170656-t8nvux.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=20%2C28%2C1897%2C1247&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Atardecer en Toledo</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://pixabay.com/en/sunset-toledo-castile-la-mancha-3540555/">Javier Álamo / Pixabay</a></span></figcaption></figure><p>En octubre de 1916, el escritor norteamericano modernista de origen portugués John Dos Passos (1896-1970) se graduó cum laude en Harvard en lengua y literatura europeas. Su influyente padre, el abogado John Randolph Dos Passos, le propuso estudiar arquitectura en Madrid, a pesar de que el joven estaba volcado en los estudios literarios e históricos. Así pues, Dos Passos, con veinte años, se trasladó a la capital española para comenzar la carrera de arquitectura y también para mejorar su español. </p>
<p>Por aquel entonces, este escritor ya encarnaba el mito quijotesco del devorador de libros y era un erudito apasionado de la literatura española y, en especial, de <em>Don Quijote de la Mancha</em> de Miguel de Cervantes. Esta primera incursión en la península ibérica supuso la constatación de sus expectativas sobre la cultura española y fue el inicio de una larga serie de visitas a nuestro país durante toda su vida. </p>
<h2>Pasión por Don Quijote</h2>
<p>Su fascinación e interés por España se ven reflejados en la correspondencia que mantuvo con amigos muy cercanos desde la capital madrileña, en la que mostraba un entusiasmo inusitado por la idiosincrasia cultural, la política, el arte, los paisajes, las gentes, las costumbres y la gastronomía.</p>
<p>En efecto, su apasionada inmersión en las tierras españolas se puede constatar tanto en su obra <em>Rocinante vuelve al camino</em> (1922) como en su poemario <a href="https://www.editorialrenacimiento.com/poesia-universal-serie-mediana/2008-invierno-en-castilla-y-otros-poemas.html"><em>Invierno en Castilla y otros poemas</em></a> (1922) recientemente publicado en edición bilingüe por la editorial Renacimiento. En el poemario, Dos Passos dedica la gran mayoría de los poemas a retratar verbalmente escenas pintorescas de sus viajes por Madrid, Castilla, La Mancha, Andalucía, Valencia y otras zonas para confirmar, en múltiples ocasiones, que efectivamente se encontraba en la tierra de su admirado don Quijote. En este sentido, se podría afirmar que Dos Passos inició una suerte de viaje cervantino de autoconocimiento por tierras de España.</p>
<p>El viaje iniciático del escritor a nuestro país estaba repleto de sueños e ideales. No obstante, también era una etapa en la que él atravesaba una profunda crisis con respecto a los cambios vertiginosos que estaban experimentando los Estados Unidos y los países europeos: la rápida industrialización, el materialismo monetarista de la sociedad norteamericana, la mecanización de la cultura y, por último, la crisis de valores generada a ambos lados del Atlántico por los efectos devastadores de la Primera Guerra Mundial. </p>
<p>Para Dos Passos, el conflicto bélico mundial era el resultado directo de los males de la civilización industrial y materialista de estas naciones. Las atrocidades que pudo ver con sus propios ojos, cuando fue conductor de ambulancias en Francia, confirmaron esta idea. En este sentido, se propuso escribir obras que retrataran la crudeza, el horror, el desgarro y las consecuencias de las guerras en el ser humano, como es el caso de su novela antibelicista <em>Three Soldiers</em> (1921).</p>
<p>En este contexto desolador, el impacto intelectual y emocional que le causó nuestro país fue muy estimulante. De hecho, se encontró con una nación europea que no había participado en la Primera Guerra Mundial y que gozaba de cierta prosperidad económica debido a su neutralidad en el conflicto bélico y a su papel como suministradora de material textil y de origen siderúrgico para los soldados. </p>
<h2>La Mancha transfer</h2>
<p>En pocos meses España se convirtió para el escritor en el epítome de la Arcadia modernista, de la utopía histórica que los escritores de la vanguardia norteamericana buscaban como inspiración literaria. El viaje espiritual de Dos Passos a España no era turístico y tampoco tenía el carácter folclórico y un tanto superficial que se aprecia en las percepciones de otros viajeros-escritores norteamericanos famosos como Ernest Hemingway. </p>
<p>Por el contrario, el viaje cervantino de Dos Passos estaba basado en la profunda curiosidad interdisciplinar que sentía el escritor por nuestro país. Para ello, no dudó en sumergirse en el estudio profundo de nuestra lengua y se matriculó en los cursos de español con el insigne fonólogo Tomás Navarro Tomás en el Centro de Estudios Históricos y en cursos avanzados de literatura española. El autor norteamericano estudió la obra de los escritores de la Generación del 98 y también leyó con pasión a Calderón, Lope, Baroja, Pérez Galdós, Manrique y Blasco Ibáñez, entre otros muchos. </p>
<p>Pero, sin duda, el escritor español que se convirtió en su inspiración más significativa fue Miguel de Cervantes y “la gran épica” <em>Don Quijote de la Mancha</em>. De hecho, esta novela es fuente intertextual y metatextual en su obra cardinal <em>Rocinante vuelve al camino</em>, tal y como confiesa en su viaje a Toledo: “<a href="https://www.elcultural.com/revista/letras/Los-anos-inolvidables-de-John-Dos-Passos/16560">Toledo era todavía el Toledo de las <em>Novelas Ejemplares</em> de Cervantes</a>”. </p>
<p>En realidad, la literatura cervantina ya era su corpus literario de referencia antes de viajar a España, pero ahora había constatado de primera mano cómo en Don Quijote se desgrana el carácter español. Así pues, llegó a leer la novela más de nueve veces. Al terminar la octava re-lectura en inglés ya se atrevió a hacerlo en español y elaborar un profundo estudio crítico, tal y como atestigua <a href="https://www.nybooks.com/articles/1981/01/22/outsider/">su biógrafo Townsend Ludington</a>, quien cita las palabras del escritor sobre su experiencia lectora de esta novela y el profundo impacto que le produjo el paisaje de La Mancha:</p>
<blockquote>
<p>Es tan maravilloso y extraño a la vez, el lugar de las pasiones enloquecidas y de la belleza patética del Caballero de la Triste Figura, el rojo, el azul y el gris, los molinos encaramados como conejos en las colinas y los nudosos olivos remontando las cuestas… Estoy empezando <em>Don Quijote</em> otra vez, esta es la novena y en español y la lectura es todavía más gozosa que nunca. </p>
</blockquote>
<p>En su único poemario, <em>Invierno en Castilla y otros poemas</em>, el escritor nos ofrece la visión espontánea y reflexiva de un joven escritor que de inmediato estableció un vínculo emocional e intelectual profundo y duradero con la sociedad y la cultura españolas. </p>
<p>En sus poemas, Dos Passos refleja un encuentro apasionado y a la vez nostálgico con la gente de los pueblos y ciudades españolas, pero al mismo tiempo también es capaz de mostrar una visión crítica sobre las injusticias sociales. Por último, el poeta nos ofrece en el ámbito más íntimo, sus percepciones sobre la soledad del ser humano, el horror y el desgarro por los efectos demoledores de la guerra y la búsqueda del amor con un lenguaje sorprendente por su creatividad descriptiva y sensorial.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/103748/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Eulalia Piñero Gil no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El escritor norteamericano John Dos Passos fue un enamorado de España y del Quijote. Tanto los campos de Castilla como las obras de Cervantes fueron una gran inspiración para su carrera.Eulalia Piñero Gil, Profesora Acreditada a Catedrática de Literatura Norteamericana y Estudios de Género, Universidad Autónoma de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.