Alumnos y familias no siempre pueden elegir programas bilingües. Cuando es decisión propia y no impuesta, el rendimiento y satisfacción es mayor tanto en alumnos como en docentes.
Cada área de conocimiento tiene su lengua académica particular que hay que enseñar. La capacidad de expresarse por escrito suele transferirse de una lengua en estudiantes multilingües.
Enseñar asignaturas como Historia en inglés no es imposible, y los programas bilingües tienen muchos beneficios. En algunos casos ha faltado mejor formación del profesorado, y más específica.
Los programas bilingües están implantados de manera desigual en muchas ciudades de Andalucía: hay más en centros privados y concertados y menos en las zonas con nivel económico más bajo.
Los escolares sudafricanos estudian en inglés, aunque la mayoría hablan una de las otras 10 lenguas del país. Para que puedan estudiar en sus lenguas ha surgido el proyecto BAQONDE.
Se achaca a los planes de estudios bilingües consecuencias negativas que son endémicas de la educación en España. Nuestra investigación demuestra que la educación bilingüe colabora a paliar algunas.
Existen ejemplos de educación bilingüe que integra y consigue que todos los alumnos aprendan una segunda y tercera lenguas por igual. Estos son algunos de los secretos para lograrlo.
Abandonar los programas bilingües no es la solución: hay que mejorarlos y dotarlos de más recursos, y aprender de los errores. El aprendizaje a través de una segunda lengua está aquí para quedarse.
Se acabaron las listas de verbos frasales o vocabulario: ahora se intenta fomentar un acercamiento práctico a la comunicación en inglés en todas sus modalidades, y desde edades más tempranas.
Investigadora en el Departamento de Didáctica, Organización Escolar y Métodos de Investigación en la Universidad de Vigo, con un contrato predoctoral para la formación de doctores (FPI), Universidade de Vigo