tag:theconversation.com,2011:/us/topics/emisiones-de-co-92576/articlesemisiones de CO₂ – The Conversation2023-05-02T19:43:04Ztag:theconversation.com,2011:article/2047042023-05-02T19:43:04Z2023-05-02T19:43:04ZEl consumo personal excesivo tiene consecuencias globales serias<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/523831/original/file-20230502-18-gyobfs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=91%2C160%2C3742%2C1994&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Imagen del acaudalado barrio residencial de Dubái Marina en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/panoramic-aerial-view-dubai-marina-residential-1571360341">Kirill Neiezhmakov/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El cambio climático es un problema global. Pero su origen no lo es tanto, porque no todos contribuimos por igual: los países que más sufren los impactos del cambio climático son, precisamente, los que menos han contribuido a que se produzca. </p>
<p>El problema no es solo que estos países –y también los sectores más pobres dentro de los países ricos– no puedan hacer frente a estos impactos. Mientras 195 países del mundo han firmado el <a href="https://theconversation.com/cambio-climatico-por-que-esta-fracasando-el-acuerdo-de-paris-157204">Acuerdo de París</a>, y mientras las Naciones Unidas, el IPCC y la Unión Europea hablan de emergencia climática, no podemos obviar que los que acumulan más riqueza son también los principales emisores de gases de efecto invernadero. </p>
<p>Existe un eufemismo aceptado para referirse a esta situación: el consumo personal excesivo. Y es esencial abordarlo.</p>
<h2>El 10 % más rico es responsable de la mitad de las emisiones</h2>
<p>Las cifras hablan por sí solas. Un <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S2214629621003340">reciente estudio</a> sacó a relucir que las personas ricas dejan una huella de carbono desproporcionadamente grande, y que el porcentaje de las emisiones mundiales de las que son responsables va en aumento. </p>
<p>En 2010, el 10 % de los hogares más pudientes emitía el 34 % del dióxido de carbono mundial, mientras que el 50 % de la población mundial con ingresos más bajos sólo representaba el 15 %. En 2015 la situación empeoró: el 10 % más rico era responsable del 49 % de las emisiones, mientras que la mitad más pobre de la población mundial producía el 7 %. Parece evidente que reducir la huella de carbono de los más ricos podría ser la forma más rápida de llegar al <a href="https://www.un.org/es/climatechange/net-zero-coalition#:%7E:text=%C2%BFQu%C3%A9%20indica%20el%20%22cero%20neto,el%20oc%C3%A9ano%20y%20los%20bosques.">cero neto</a>. Es decir, recortar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta dejarlas lo más cerca posible de emisiones nulas.</p>
<p>El problema es que abordar el <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S2214629621003340">consumo personal excesivo</a> es algo que no está en el centro de la agenda de los gobiernos, ni de los principales responsables políticos. Esto es una mala noticia para el planeta y para nuestras expectativas de llegar algún día a cero emisiones. Por eso <a href="https://www.greenpeace.fr/les-milliardaires-francais-font-flamber-la-planete-et-letat-regarde-ailleurs/">Greenpeace</a> y Oxfan impusieron en el debate electoral público el tema de los superricos en 2022, año de elecciones en Francia. </p>
<p>Aunque los <a href="https://www.nature.com/articles/s41560-022-01075-w">hogares más ricos son más eficientes</a> desde el punto de vista energético, también son más grandes y suponen más espacio que calentar. Además, <a href="https://shura.shu.ac.uk/31041/">los que tienen más recursos económicos poseen y utilizan más</a> artículos de lujo y accesorios intensos en cuanto a consumo energético. Para los consumidores más ricos es mucho más fácil absorber estos aumentos de los costes sin cambiar su comportamiento. </p>
<p>Otro ejemplo: en la mayoría de los países, antes de la pandemia de covid-19, la mitad de las emisiones de la aviación de pasajeros estaban relacionadas con el 1 % de las <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0301421522004979">personas que volaban más a menudo</a>. </p>
<p>La desatención política a estos grandes consumidores de recursos es una “oportunidad perdida” para abordar la desigualdad y las oportunidades de reducción de las emisiones de carbono.</p>
<h2>La desigualdad económica nos sale ambientalmente carísima</h2>
<p>No es solo una cuestión ética. La desigualdad económica nos sale ambientalmente carísima. <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-022-32729-8">Millward-Hopkins</a> ha calculado que, en términos energéticos, supone el doble de consumo que una sociedad igualitaria. </p>
<p>El colapso ecológico y la desigualdad económica se encuentran entre los mayores retos globales contemporáneos, y ambas cuestiones están completamente entrelazadas y lo han estado a lo largo de la historia de las distintas civilizaciones.</p>
<p>Sin embargo, la economía mundial sigue avanzando hacia la crisis ecológica y las desigualdades continúan siendo mucho mayores de lo que los ciudadanos consideran justo. Los costes energéticos de la desigualdad son mucho más significativos que los de la cantidad de población. Incluso los más moderados niveles de desigualdad que la ciudadanía considera aceptables aumentan la energía necesaria para proporcionar una vida digna universal en un 40 %. </p>
<p>En ese grado de desigualdad tolerada socialmente, un 1 % mundial superrico consume tanta energía como la que se necesitaría para <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-022-32729-8">proporcionar una vida digna a 1 700 millones de personas</a>. Mitigar el cambio climático con celeridad requiere cambios sociales profundos que reduzcan las desigualdades económicas.</p>
<h2>Impuesto climático para los megarricos</h2>
<p>Los esfuerzos para recortar las emisiones de carbono suelen centrarse en los más pobres del mundo, abordando temas como la seguridad alimentaria y energética, y el aumento del potencial de emisiones derivado del crecimiento previsto de la población, los ingresos y el consumo. </p>
<p>Sin embargo, se necesitan más políticas dirigidas a las personas que se encuentran en el extremo opuesto de la escala social: <a href="https://www.nature.com/articles/s41558-019-0402-3">los superricos</a>.
Los países avanzan en esta dirección, pero dado lo espinoso de apuntar a las clases influyentes, los progresos van muy lentos. El Ministerio de Transición Ecológica de España está proponiendo a Bruselas que las personas con un patrimonio superior a los 100 millones de euros paguen un “<a href="https://www.nature.com/articles/s41558-022-01297-6">impuesto climático</a>” que permita al país hacer frente en <a href="https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2023-02-01/espana-impulsara-el-debate-sobre-la-creacion-de-una-tasa-climatica-a-los-megarricos-aprovechando-su-presidencia-de-la-ue.html">mejores condiciones al cambio climático </a>. </p>
<p>Si los megarricos pagaran un impuesto climático de aproximadamente un 2 % de su fortuna, se recaudarían globalmente unos 300 000 millones contra el cambio climático. La medida cuenta con <a href="https://wid.world/wp-content/uploads/2023/01/CBV2023-ClimateInequalityReport-2.pdf">el respaldo de la ciencia</a> y es uno de los aspectos que España quiere someter a consideración durante su inminente presidencia de la Unión Europea. </p>
<p>Entre tanto, el <a href="https://inequalitylab.world/en/">laboratorio de la desigualdad mundial</a> no se contenta con apelar a la ética. Apela desde el conocimiento científico a la épica ante el principal desafío que ha enfrentado jamás a la humanidad: el cambio climático y el modelo socioeconómico que lo ha generado.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/204704/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Fernando Valladares no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los países que acumulan más riqueza son también los principales emisores de gases de efecto invernadero. Abordar el consumo personal excesivo permitiría llegar antes al ansiado objetivo de las cero emisiones.Fernando Valladares, Profesor de Investigación en el Departamento de Biogeografía y Cambio Global, Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1969092023-01-26T18:10:17Z2023-01-26T18:10:17ZLos propietarios de terrenos forestales, los grandes olvidados en los mercados de carbono<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/505583/original/file-20230120-14-bc738j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C2657%2C1770&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El eucalipto es una de las especies más eficientes en la captura de dióxido de carbono.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/eucalyptus-plantation-excavator-tree-cutting-250077922">Tikta Alik / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La captura de carbono por parte de los bosques constituye un instrumento para mitigar la influencia de los gases de efecto invernadero. De ahí el creciente interés de los poderes públicos en incentivarlo. Sin embargo, a la hora de diseñar políticas, el foco se centra casi exclusivamente en el lado de la demanda, es decir, el de aquellas empresas que quieren compensar sus emisiones a través de <a href="https://www.oecd.org/officialdocuments/publicdisplaydocumentpdf/?cote=ENV/WKP(2021)17&docLanguage=En">créditos asociados a la captura de carbono en tierras forestales</a>.</p>
<p>En otras palabras, las políticas actuales se basan en el conocido principio “quien contamina paga”. Este enfoque es necesario, pero no es suficiente. </p>
<p>Habría que incluir también el lado de la oferta, es decir, aplicar también el principio de “quién descontamina recibe una compensación”. Este enfoque mejoraría las políticas actuales tanto en términos de eficiencia como de equidad. Implicaría no solo que los poderes públicos incrementen sus ingresos fiscales, sino también que, olvidando afanes recaudatorios, dediquen parte de esos ingresos a compensar a los capturadores de carbono.</p>
<h2>Compensación de emisiones por el sector forestal</h2>
<p>Conviene recordar que este tipo de captura se considera como un servicio ecosistémico de regulación, y está recogido como tal en el <a href="https://unfccc.int/es/kyoto_protocol">Protocolo de Kyoto</a>, como medida para combatir el exceso de emisiones de gases de efecto invernadero. </p>
<p>Podemos resaltar los datos de España en este sentido. Según las <a href="https://www.miteco.gob.es/es/calidad-y-evaluacion-ambiental/temas/sistema-espanol-de-inventario-sei-/resumen_inventario_gei-ed_2022_tcm30-534394.pdf">últimas estadísticas oficiales</a>, el sector forestal compensa algo más del 12 % de las emisiones totales anuales. </p>
<p>Esta cifra, aunque lejos de otros países como Nueva Zelanda (allí se alcanza el 33 %), se puede considerar como notable. Equivale al 45 % de las emisiones anuales del transporte, o al 83 % de las emisiones de la industria manufacturera y de la construcción. Por otra parte, la contabilización del carbono se basa en unas hipótesis no justificadas, muy desfavorables para el sector forestal. </p>
<p>En primer lugar, se ha impuesto la llamada hipótesis de la oxidación instantánea. Según esta, cada vez que se corta un árbol, todo el carbono contenido en el mismo se emite de forma instantánea. Obviamente, eso no es cierto: según el uso que se dé a la madera asociada a dicha corta, la emisión del carbono se dilatará en el tiempo. </p>
<p>Actualmente, no se contabilizan aumentos de la captura de carbono vinculada a cambios en la gestión forestal (turnos más largos, masas más densas, etc.). No se ha brindado a la propiedad la facultad de modificar la gestión con el fin de obtener productos donde el carbono permanezca más tiempo. </p>
<h2>Rentabilidad para los propietarios</h2>
<p>Las estadísticas sobre el carbono que hemos citado más arriba corresponden casi en su totalidad a plantaciones posteriores al año 1989. Según la normativa internacional, el carbono capturado se contabiliza a nivel nacional y <a href="https://theconversation.com/el-papel-de-los-bosques-como-sumideros-de-carbono-155997">apenas se tiene en cuenta</a> el absorbido por masas naturales. Además, presentan una característica básica: de forma implícita se ha “expropiado” esta captura, ya que los propietarios no reciben compensación alguna por este servicio ecosistémico que se computa anualmente. </p>
<p>Por otro lado, conviene recordar que <a href="https://climate.ec.europa.eu/eu-action/eu-emissions-trading-system-eu-ets_es">el mercado de derechos de emisión de carbono existente en Europa</a> (el más importante a nivel mundial) no admite los créditos vinculados a la captura de carbono forestal. </p>
<p>Sin embargo, a partir del <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2014-3379">Real Decreto 163/2014</a> –ahora en revisión– se ha desarrollado un mercado incipiente en España mediante el cual los propietarios de plantaciones posteriores a 2013 (o de superficies incendiadas) pueden obtener una rentabilidad vendiendo el carbono capturado a una empresa, apuntándose en un registro oficial y siguiendo las pautas recogidas en la norma.</p>
<p>Esta iniciativa que <em>a priori</em> se puede calificar de muy interesante para los propietarios, ha nacido con una tara que ha desincentivado su expansión: el Gobierno ha diseñado un mercado imperfecto, en el que no se puede conocer el precio que cada empresa paga a cada propietario en cada proyecto de absorción incluido en el citado registro. Es decir, a diferencia de lo que ocurre en otros mercados de carbono a nivel mundial, regulados o voluntarios, en España se ha decidido (sin dar explicaciones al respecto) que el precio en un mercado vinculado a un bien público como es el carbono sea desconocido.</p>
<p>Los propietarios pueden recibir una compensación económica por el carbono asociado a la plantación siguiendo el citado Real Decreto. Pero, así como hay estadísticas del número de proyectos ya en funcionamiento, de las especies utilizadas, de la superficie, etc., no hay estadísticas oficiales de cuál es el precio que se paga por cada tonelada de carbono.</p>
<p>A esto añadimos que en algunas comunidades autónomas no se permite forestar en la actualidad con eucaliptos, la especie más eficiente para <a href="http://libros.inia.es/libros/product_info.php?cPath=12&products_id=24">optimizar</a> la captura de carbono. Asimismo, la inexistencia de apoyos nacionales o europeos para fomentar estas forestaciones, y también de incentivos fiscales, nos permite concluir que el tratamiento dado a los propietarios no ha sido muy favorable.</p>
<p>Con todo ello, y dado el interés creciente que está despertando este servicio ecosistémico forestal, urge que tanto el propietario como el gestor dispongan de un marco estable, con garantías, con apoyo técnico y que esté en el centro de las normativas propuestas. </p>
<p>Esto pasa por hacer transparente el mercado actual de créditos de carbono, incentivar estas prácticas, promover estadísticas más rigurosas (no se conoce, hoy en día, dónde y en qué plantaciones se concentra ese 12 % del carbono que se compensa) y desarrollar un tratamiento fiscal más favorable, dada la longitud innata de estas inversiones forestales.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/196909/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Hasta hace poco, los propietarios de plantaciones forestales en España no podían beneficiarse de la venta de créditos de carbono por emisiones capturadas. Aunque existe ya un mercado que lo permite, presenta muchas limitaciones.Luis Díaz Balteiro, Catedrático de Ordenación de Montes y Valoración Agraria, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Carlos Romero López, Catedrático Emérito de Economía, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1943602022-11-11T05:40:46Z2022-11-11T05:40:46ZEl aumento de las emisiones globales de carbono se desacelera, pero sigue en niveles récord<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/494719/original/file-20221110-25-u2ntm4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4854%2C3202&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Marcin Jozwiak / Unsplash</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>Las emisiones globales de dióxido de carbono de todas las actividades humanas continúan en niveles récord en el 2022, y las emisiones de combustibles fósiles han aumentado por encima de los niveles previos a la pandemia, según un nuevo análisis realizado por un organismo internacional de científicos.</p>
<p>El análisis, elaborado por el <a href="https://www.globalcarbonproject.org">Global Carbon Project</a>, calcula el “<a href="https://doi.org/10.5194/essd-14-4811-2022">presupuesto de carbono</a>” de la Tierra, es decir, la cantidad de CO₂ liberado por los humanos y cuánto se ha eliminado de la atmósfera debido a los sumideros de CO₂ en los océanos y los ecosistemas terrestres. Con ello, calculamos el carbono que aún se puede emitir a la atmósfera antes de que el planeta supere el umbral de calentamiento global de 1,5 °C.</p>
<p>Este año, se proyecta que el mundo emitirá 40,6 mil millones de toneladas de CO₂ procedente de todas las actividades humanas, dejando 380 mil millones de toneladas de CO₂ como el presupuesto de carbono restante. Estos niveles son muy altos y desastrosos para el clima: con las cifras actuales, existe un 50 % de posibilidades de que el planeta alcance el aumento de temperatura promedio global de 1,5 °C en solo nueve años.</p>
<p>Hemos visto un progreso significativo hacia la descarbonización y la reducción de emisiones de algunos sectores y países, particularmente en la generación de <a href="https://theconversation.com/theres-a-huge-surge-in-solar-production-under-way-y-australia-podr%C3%ADa-mostrar-al-mundo-c%C3%B3mo-usarlo-190241">electricidad renovable</a>. Sin embargo, mientras los líderes mundiales se reúnen para la <a href="https://theconversation.com/3-things-a-climate-scientist-wants-world-leaders-to-know-ahead-of-cop27-193534">cumbre sobre el cambio climático COP27</a> en Egipto esta semana, el esfuerzo global de mitigación del cambio climático sigue siendo enormemente insuficiente.</p>
<p>La humanidad debe reducir urgentemente las emisiones globales si queremos mantener alguna esperanza de evitar los impactos más catastróficos del cambio climático.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=302&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=302&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=302&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=380&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=380&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=380&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Presupuestos de carbono a 1,5 °C, 1,7 °C y 2 °C de temperatura media global, con emisiones restantes de 380 000 millones de toneladas de CO₂, 730 000 millones de toneladas de CO₂ y 1 230 000 millones de toneladas de CO₂, respectivamente. Estos se consumirán en 9, 18 y 30 años si persisten las emisiones actuales, a partir de 2023.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Global Carbon Project 2022</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Las emisiones de carbón y petróleo aumentan, las de gas disminuyen, la deforestación se ralentiza</h2>
<p>Con datos preliminares, proyectamos que las emisiones de CO₂ del uso de carbón, gas natural, petróleo y uso de cemento (emisiones fósiles) aumentarán un 1 % el 2022 respecto a <a href="https://theconversation.com/global-emissions-casi-de-vuelta-a-los-niveles-anteriores-a-la-pandemia-despu%C3%A9s-de-una-ca%C3%ADda-sin-precedentes-en-2020-nuevo-an%C3%A1lisis-muestra-170866">los niveles de 2021</a>, alcanzando los 36 600 millones de toneladas. Esto significa que las emisiones de combustibles fósiles del 2022 estarán en su punto histórico más alto, ligeramente por encima de los niveles previos a la pandemia de 36 300 millones de toneladas <a href="https://theconversation.com/global-emissions-to-hit-36-8-billion-tonnes-beating-last-years-record-high-128113">en 2019</a>.</p>
<p>Pongamos en perspectiva el crecimiento de 2022 del 1 % (o alrededor de 300 millones de toneladas métricas):</p>
<ul>
<li><p>es el equivalente a <a href="https://www.epa.gov/greenvehicles/greenhouse-gas-emissions-type-passenger-vehicle">poner 70 millones adicionales</a> de automóviles estadounidenses en las carreteras del mundo durante un año;</p></li>
<li><p>es superior al 0,5 % de crecimiento anual medio de la última década (2012-2021);</p></li>
<li><p>pero es menor que el crecimiento anual promedio del 2,9 % durante la década de 2000 (que se debió en gran parte al rápido crecimiento económico de China);</p></li>
<li><p>también es menor que el 2,1 % de crecimiento anual promedio de los últimos 60 años.</p></li>
</ul>
<p>Entonces, en términos relativos, el aumento global de las emisiones de CO₂ fósil al menos se está desacelerando.</p>
<p>El crecimiento de las emisiones de dióxido de carbono de los combustibles fósiles y el cemento este año se deben en gran medida al mayor uso de petróleo y carbón, en particular del petróleo, ya que <a href="https://theconversation.com/why-the-aviation-industry-must-look-beyond-carbon-to-get-serious-about-climate-change-186947">la industria de la aviación internacional</a> que no se recuperó del todo el año pasado, lo esta haciendo este.</p>
<p>Las emisiones del carbón también aumentaron este año en respuesta a los precios más altos y la escasez de <a href="https://theconversation.com/russias-energy-war-putins-unpredictable-actions-and-looming-sanctions-could-m%C3%A1s-perturbaci%C3%B3n-de-los-mercados-de-petr%C3%B3leo-y-gas-190227">suministro</a> de gas natural. Inesperadamente, existe la posibilidad de que las emisiones del carbón en 2022 superen el <a href="https://www.carbonbrief.org/global-coal-use-may-have-peaked-iea-world-enery-panorama/">máximo histórico de 2014</a>.</p>
<p>Otra fuente importante de emisiones globales de CO₂ es el cambio de uso del suelo: el saldo neto entre la deforestación y la reforestación. Proyectamos que se liberarán 3,9 millones de toneladas de CO₂ en general este año, aunque debemos tener en cuenta que las incertidumbres de los datos son mayores para las emisiones de cambio de uso del suelo que para las emisiones de CO₂ fósil.</p>
<p>Si bien las emisiones debidas al cambio de uso del suelo siguen siendo altas, hemos visto una ligera disminución en las últimas dos décadas, en gran parte debido a una mayor reforestación. Sin embargo, las tasas de deforestación en todo el mundo siguen siendo altas.</p>
<p>Juntos, los combustibles fósiles y el cambio de uso del suelo son responsables de 40,6 mil millones de toneladas de CO₂.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Emisiones mundiales de CO₂ de los combustibles fósiles (negro) y de cambios en el uso del suelo (marrón). Gigatoneladas de CO₂ = mil millones de toneladas.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Global Carbon Project 2022</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Previsiones para diferentes países</h2>
<p>Estados Unidos e India son responsables de los mayores aumentos en las emisiones procedentes de combustibles fósiles de este año.</p>
<p>Se prevé que las emisiones estadounidenses aumenten un 1,5 %. Si bien las emisiones de gas natural y petróleo son más altas, las emisiones del carbón continúan con una larga tendencia a la baja. Se prevé que las emisiones de CO₂ fósil de la India aumenten un 6 %, en gran parte debido a un aumento en el uso del carbón.</p>
<p>Mientras tanto, se prevé que las emisiones de CO₂ de fuentes de combustibles fósiles en China y la Unión Europea disminuyan este año en un 0,9 % y un 0,8 %, respectivamente.</p>
<p>La disminución en emisiones de China se debe principalmente a los <a href="https://edition.cnn.com/2022/11/09/china/china-Covid-guangzhou-lockdown-intl-hnk/index.html">confinamientos continuos por la pandemia</a>, que han reducido la actividad económica. Esto incluye una marcada desaceleración en el sector de la construcción y la asociada menor producción de cemento.</p>
<p>Se prevé que la invasión de Ucrania por parte de Rusia conduzca a una disminución del 10 % en las emisiones de CO₂ de la Unión Europea a partir del gas natural en el 2022 como resultado de la escasez de suministro. La falta de gas ha sido suplida en parte por un mayor consumo de carbón, lo que ha supuesto un aumento del 6,7 % en las emisiones debidas a este combustible en Europa.</p>
<p>El resto del mundo representa el 42 % de las emisiones globales de CO₂ fósil, y se espera que crezca un 1,7 % este año.</p>
<p>Indonesia, Brasil y la República Democrática del Congo son responsables del 58 % de las emisiones globales de CO₂ del cambio en el uso de la tierra.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Emisiones globales de CO₂ fósil de los principales emisores y del resto del mundo, con estimaciones preliminares para 2022 (GtCO₂ = mil millones de toneladas de CO₂). Fuente: Friedlinsgtein et al. 2022; Global Carbon Project 2022.</span>
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<h2>Efecto del calor en los sumideros de carbono</h2>
<p>El océano y la tierra actúan como sumideros de CO₂. El océano absorbe CO₂ a medida que se disuelve en el agua de mar. En tierra, las plantas absorben CO₂ y lo acumulan en sus troncos, ramas, hojas y suelos.</p>
<p>Esto hace que los sumideros oceánicos y terrestres sean una parte crucial de la regulación del clima global. Nuestros datos muestran que, en promedio, los sumideros terrestres y oceánicos eliminan aproximadamente la mitad de todas las emisiones de CO₂ de las actividades humanas, actuando como un descuento del 50 % en el cambio climático.</p>
<p><a href="https://theconversation.com/no-more-excuses-restoring-nature-is-not-a-silver-bullet-for-global-warming-we-must-cut-emissions-outright--186048">A pesar de esta ayuda</a> de la naturaleza, la concentración de CO₂ atmosférico sigue aumentando. Para el 2022, proyectamos que las concentraciones atmosféricas alcanzarán un promedio de 417,2 partes por millón. Esto es un 51 % por encima de los niveles preindustriales y más alto que en cualquier otro momento de los <a href="https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg1/chapter/chapter-5/">últimos 800 000 años</a>.</p>
<p>Los sumideros de carbono crecen en respuesta al incremento de CO₂ en la atmósfera. Sin embargo, los impactos del cambio climático (como el calentamiento general, el aumento de los extremos climáticos y los cambios en la circulación oceánica) han hecho que los sumideros terrestres y oceánicos, respectivamente, sean un 17 % y un 4 % más pequeños de lo que podrían haber crecido durante 2012-2021.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Río serpenteando por un bosque" src="https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los sumideros de carbono, como los bosques tropicales, absorben la mitad de las emisiones de CO₂ liberadas por las actividades humanas.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Ivars Utinans / Unsplash</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>Ha habido un progreso significativo este año en el despliegue de energías renovables, el desarrollo de políticas y los compromisos de gobiernos y corporaciones con objetivos de mitigación climática más ambiciosos.</p>
<p>Sin embargo, no basta. Debemos alcanzar urgentemente las emisiones netas de CO₂ para mantener el calentamiento global muy por debajo de los 2 °C este siglo. Pero la emisión de 40 600 millones de toneladas de CO₂ procedentes de los combustibles fósiles y del uso del suelo en 2022 pone de manifiesto la monumental tarea que tenemos por delante.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/194360/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Pep Canadell recibe fondos del Centro de Sistemas Climáticos del Programa Nacional de Ciencias Ambientales de Australia (NESP).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Corinne Le Quéré recibe financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en virtud del acuerdo de subvención nº 821003 (4C), del Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural de las Naciones Unidas en virtud de la subvención NE/V011103/1 (Frontiers), y de la Royal Society del Reino Unido en virtud de la subvención RP\R1\191063. Corinne Le Quéré preside el Alto Consejo francés sobre el clima y es miembro del Comité de Cambio Climático del Reino Unido. Su posición aquí es propia y no refleja necesariamente la de estos grupos.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Glen Peters recibe financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en virtud de los acuerdos de subvención 821003 (4C), 820846 (PARIS REINFORCE) y 958927 (CoCO2).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Judith Hauck recibe financiación del Fondo de Iniciativas y Redes de la Asociación Helmholtz (Grupo Helmholtz de Jóvenes Investigadores Carbono Marino y Retroalimentación de los Ecosistemas en el Sistema Tierra, MarESys, número de subvención VH-NG-1301).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>El instituto de Philippe Ciais recibe financiación para la investigación de la Agencia Nacional de Investigación francesa, la Comisión Europea y organizaciones privadas. Todos los resultados de la investigación se publican en literatura revisada por pares. Philippe Ciais es profesor a tiempo parcial en el organismo público de investigación del Instituto de Chipre.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Pierre Friedlingstein recibe financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en virtud del acuerdo de subvención 821003 (4C).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Robbie Andrew recibe financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en virtud de los acuerdos de subvención 821003 (4C), 820846 (PARIS REINFORCE) y 958927 (CoCO2) y de la Agencia Noruega de Medio Ambiente.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Rob Jackson recibe financiación de la Fundación Gordon y Betty Moore y de la Comisión de Energía de California.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Julia Pongratz no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Con los niveles actuales de emisiones, hay un 50 % de posibilidades de que el planeta alcance el 1,5 °C de aumento de la temperatura media global en sólo nueve años.Pep Canadell, Chief Research Scientist, Climate Science Centre, CSIRO Oceans and Atmosphere; Executive Director, Global Carbon Project, CSIROCorinne Le Quéré, Royal Society Research Professor of Climate Change Science, University of East AngliaGlen Peters, Research Director, Center for International Climate and Environment Research - OsloJudith Hauck, Helmholtz Young Investigator group leader and deputy head of the Marine Biogeosciences section at the Alfred Wegener Institute, Universität BremenJulia Pongratz, Professor of Physical Geography and Land Use Systems, Department of Geography, Ludwig Maximilian University of MunichPhilippe Ciais, Directeur de recherche au Laboratoire des science du climat et de l’environnement, Institut Pierre-Simon Laplace, Commissariat à l’énergie atomique et aux énergies alternatives (CEA)Pierre Friedlingstein, Chair, Mathematical Modelling of Climate, University of ExeterRobbie Andrew, Senior Researcher, Center for International Climate and Environment Research - OsloRob Jackson, Professor, Department of Earth System Science, and Chair of the Global Carbon Project, Stanford UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1941852022-11-08T18:38:38Z2022-11-08T18:38:38ZCOP27: un año después del pacto de Glasgow, el mundo quema más combustibles fósiles que nunca<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/494070/original/file-20221108-12-xoz1e5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C0%2C6221%2C4147&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/pollution-smoke-factor-plan-air-sky-2126956787">Shutterstock / Lane V. Erickson</a></span></figcaption></figure><p>La quema de combustibles fósiles causó <a href="https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg1/downloads/report/IPCC_AR6_WGI_Full_Report_smaller.pdf">el 86% de todas las emisiones de CO₂</a> durante los últimos diez años. A pesar de ser los principales responsables del calentamiento global, el carbón, el petróleo y el gas apenas fueron mencionados en los textos oficiales de las anteriores cumbres de la ONU sobre el cambio climático.</p>
<p>Todo esto <a href="https://www.ejiltalk.org/breaking-a-taboo-fossil-fuels-at-cop26/">cambió</a> en la COP26 de noviembre de 2021, donde se firmó <a href="https://unfccc.int/process-and-meetings/the-paris-agreement/the-glasgow-climate-pact-key-outcomes-from-cop26">el pacto climático de Glasgow</a>. El acuerdo contenía el primer reconocimiento del papel de los combustibles fósiles en el cambio climático. También instaba a los países a eliminar gradualmente las medidas que subvencionan la extracción o el consumo de combustibles fósiles y a “reducir” la energía procedente del carbón.</p>
<p>Con la COP27 en Sharm El Sheikh (Egipto) ha llegado el momento de actualizar los avances. Por desgracia, las noticias no son buenas. La actual crisis energética –y las respuestas a corto plazo de los gobiernos de todo el mundo– han dificultado el cumplimiento de los objetivos del pacto de acabar con el dominio de los combustibles fósiles.</p>
<h2>La crisis energética mundial</h2>
<p>La situación actual es probablemente la primera de este tipo en la que los precios de todos los combustibles fósiles se han disparado simultáneamente. Esto ha disparado a su vez los precios de la electricidad.</p>
<p>Europa ha tenido que adaptarse rápidamente a que Rusia, desde su invasión de Ucrania, utilice sus exportaciones de gas como arma. Cuando el Kremlin cortó el suministro de gas por gasoducto, los países europeos se lanzaron al mercado mundial de gas natural licuado (GNL) y aumentaron las importaciones de socios tradicionales como Noruega y Argelia.</p>
<p>Esto ha elevado los precios del gas natural a niveles estratosféricos y ha propiciado <a href="https://ukerc.ac.uk/news/the-eus-global-scramble-for-gas/">una carrera mundial por el gas</a> en la que Europa supera las ofertas de las economías en desarrollo para los envíos de GNL esenciales, abocando a países como Pakistán y Bangladesh a una crisis más profunda.</p>
<p>Para mantener las luces encendidas, algunas de estas economías en desarrollo están recurriendo al más contaminante de los combustibles fósiles: el carbón. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) <a href="https://www.iea.org/reports/coal-market-update-july-2022/demand">prevé</a> que en 2022 el consumo mundial de carbón iguale su máximo histórico de 2013.</p>
<p>En la UE se espera que la demanda de carbón (principalmente para el sector eléctrico) aumente un <a href="https://www.iea.org/reports/coal-market-update-july-2022/demand">6,5%</a>. Si se mantienen las tendencias actuales de la demanda, el consumo mundial de carbón sólo será un 8,7% menor en 2030 que en 2021. Para alcanzar las emisiones netas cero en 2050 el consumo de carbón debería ser un 32% menor.</p>
<p>La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), sobre todo Rusia, decidieron recientemente reducir la producción de petróleo en 2 millones de barriles al día en un intento de <a href="https://dawnmena.org/a-storm-is-brewing-in-oil-markets-after-the-opec-cuts/">aumentar los precios del petróleo</a>. Aunque la OPEP+ justifica su decisión afirmando que se anticipa a una recesión mundial que podría tener como consecuencia una repetición de los desplomes del precio del petróleo de 2008, 2014 y 2020, <a href="https://www.ft.com/content/70853af8-b7a4-4a28-bdfe-b4f3e375a1f0">la UE y EE.UU. consideran que la medida no es financiera sino política</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/493329/original/file-20221103-20-6w5l0x.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493329/original/file-20221103-20-6w5l0x.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493329/original/file-20221103-20-6w5l0x.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=368&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493329/original/file-20221103-20-6w5l0x.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=368&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493329/original/file-20221103-20-6w5l0x.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=368&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493329/original/file-20221103-20-6w5l0x.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=462&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493329/original/file-20221103-20-6w5l0x.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=462&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493329/original/file-20221103-20-6w5l0x.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=462&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los precios del petróleo vuelven a subir.</span>
<span class="attribution"><span class="source">WTI/Mathieu Blondeel</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>Para reducir los elevados precios de los combustibles fósiles, los gobiernos de todo el mundo recurren a las mismas subvenciones que acordaron eliminar. Estas <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-021-02847-2">subvenciones</a> reducen el coste del combustible para los consumidores fijando el precio en los surtidores de gasolina, por ejemplo.</p>
<p>Tras un notable descenso en 2020, las subvenciones a los combustibles fósiles aumentaron en 2021. Y la crisis energética actual ha provocado otro fuerte aumento según la estimación de la AIE para 2022. En el pasado, las economías en desarrollo fueron criticadas por utilizar estas herramientas fiscales, sobre todo por subvencionar el consumo de combustibles fósiles. Estas críticas suenan especialmente vacías ahora que los países ricos se apresuran a hacer lo mismo.</p>
<h2>Combustibles fósiles en la COP27</h2>
<p>Los aliados de Estados Unidos y Europa presionaron a los países en desarrollo en la COP26 para que se comprometieran a tomar medidas más audaces para eliminar el carbón, promoviendo el gas natural como <a href="https://www.iea.org/reports/the-role-of-gas-in-todays-energy-transitions">combustible útil para la transición</a>. Ahora, Europa está limitando el acceso a las fuentes alternativas al superar la oferta de los países en desarrollo de Asia y América Latina en el mercado mundial de GNL, al tiempo que enciende sus propias <a href="https://www.lemonde.fr/en/economy/article/2022/09/02/despite-climate-commitments-the-eu-is-going-back-to-coal_5995594_19.html">centrales de carbón</a> paralizadas o prolonga la vida útil de las que están en funcionamiento.</p>
<p>Los líderes occidentales también <a href="https://www.cnbc.com/2022/07/08/india-isnt-likely-to-stop-buying-russian-oil-any-time-soon-heres-why.html">han criticado a China e India</a> por comprar petróleo y gas ruso, financiando así la invasión de Putin. Pero desde el inicio de la guerra, <a href="https://www.russiafossiltracker.com/">Rusia ha ganado 108.000 millones de euros sólo en ventas de combustibles fósiles a la UE</a>, lo que supone más de la mitad de los ingresos del país por exportaciones de petróleo y gas.</p>
<p>Aunque los flujos a través de gasoductos desde Rusia a la UE han disminuido considerablemente, las exportaciones rusas de GNL <a href="https://ec.europa.eu/info/sites/default/files/energy_climate_change_environment/overall_targets/documents/quarterly_report_on_european_gas_markets_q2_2022_final_0.pdf">han aumentado</a>. La baja demanda de gas en China (debido a las actuales restricciones por la covid-19) es la salvación que ha permitido a Europa <a href="https://theconversation.com/nord-stream-leaks-where-will-europe-get-its-gas-from-now-191529">llenar sus tanques</a> de almacenamiento antes del invierno.</p>
<p>Un año después del pacto climático de Glasgow, los compromisos y las promesas de reducción emisiones han decaído ante las preocupaciones inmediatas. Una carrera a corto plazo por el gas y el carbón podría tener sentido dada la conmoción que supuso la invasión de Rusia, pero lo ideal sería que los precios de los combustibles fósiles se dispararan para acelerar la transición a las energías renovables.</p>
<p>El mero hecho de cambiar de un exportador a otro el suministro de los combustibles fósiles es malo para el clima y, desde luego, no hace que el suministro de energía sea más seguro y asequible. Más que una crisis de precios de la energía, el mundo se enfrenta a una crisis de precios de los combustibles fósiles.</p>
<p>La AIE prevé que la demanda de combustibles fósiles alcance su punto máximo <a href="https://www.iea.org/reports/world-energy-outlook-2022/executive-summary">en cinco años</a> gracias a programas como el plan RePowerEU de la UE, la Ley de Reducción de la Inflación de EE.UU. y el plan de transformación verde de Japón, que incentivan las energías renovables. Pero, a pesar de estas intervenciones, las actuales trayectorias de las emisiones predicen <a href="https://www.unep.org/resources/emissions-gap-report-2022">un calentamiento de 2,6ºC para 2100</a>, muy por encima de los objetivos del acuerdo de París.</p>
<p>Las negociaciones de la COP27 deben celebrarse con el pleno conocimiento de que los combustibles fósiles no van a dejar de formar parte del mix energético mundial. Los países desarrollados deben asumir un papel de liderazgo en su eliminación para permitir que los países en desarrollo se adapten a un ritmo más lento. Esta es la clave para una transición justa que permita abandonar los combustibles que provocan el colapso del clima.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/194185/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Mathieu Blondeel no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En la COP26 se señaló a los combustibles fósiles como el principal problema. Un año después no estamos más cerca de eliminarlos.Mathieu Blondeel, Research Fellow, Strategy & International Business Group, Warwick Business School, University of WarwickLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1736872022-01-27T18:21:05Z2022-01-27T18:21:05ZLa eliminación de dióxido de carbono, ingrediente clave para mitigar el cambio climático<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/439035/original/file-20211227-19-1lryyxv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C12%2C8400%2C3143&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/sky-polluted-co2-clouds-carbon-capture-2071816676">Shutterstock / Marharyta Kovalchuk</a></span></figcaption></figure><p>Debemos reducir drásticamente y con urgencia las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores de la economía si queremos evitar las consecuencias catastróficas del cambio climático. </p>
<p>Incluso realizando esfuerzos titánicos de reducción de emisiones, los objetivos climáticos solo podrán cumplirse alcanzando la neutralidad climática (conseguir emisiones netas iguales o inferiores a cero) hacia mediados de siglo. Para ello, <a href="https://www.europapress.es/epagro/noticia-cambio-climatico-paises-deben-trabajar-juntos-ya-eliminacion-co2-evitar-cambio-climatico-expertos-20200608170245.html">inevitablemente tendremos que eliminar miles de billones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera</a>.</p>
<h2>La necesidad de eliminar CO₂ de la atmósfera</h2>
<p>La eliminación de CO₂ es necesaria fundamentalmente por dos razones: </p>
<ul>
<li><p>Primero, porque globalmente <a href="https://theconversation.com/las-emisiones-globales-vuelven-a-los-niveles-prepandemicos-despues-de-la-caida-de-2020-171158">las emisiones siguen aumentando</a>. Por eso, muy probablemente tendremos que compensar las emisiones que a buen seguro superarán el presupuesto de carbono, es decir, la cantidad máxima de emisiones acumuladas que puede haber en la atmósfera para conseguir el objetivo de mantener el incremento de temperatura del planeta por debajo de 1,5 °C. </p></li>
<li><p>Segundo, porque será necesario contrabalancear emisiones de sectores difíciles de descarbonizar, como las procedentes de la agricultura o de la aviación.</p></li>
</ul>
<h2>Las opciones para eliminar CO₂</h2>
<p>Esta retirada intencional de CO₂ de la atmósfera puede llevarse a cabo mediante dos tipos de acciones:</p>
<ul>
<li><p><strong>Iniciativas que promueven procesos naturales de captura de CO₂.</strong> Por ejemplo, actividades de manejo en la agricultura y silvicultura que persiguen mejorar los <a href="https://theconversation.com/reforestaciones-en-espana-buenos-y-no-tan-buenos-ejemplos-126810">sumideros naturales de carbono en bosques y suelos</a>. </p></li>
<li><p><strong>Soluciones de tipo tecnológico.</strong> Entre ellas, dos tecnologías están recibiendo una gran atención: la captura directa de CO₂ de la atmósfera y la bioenergía acoplada a sistemas de captura y almacenamiento de carbono (<a href="https://www.nature.com/articles/s41467-019-10842-5">DACCS</a> y <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Bioenergy_with_carbon_capture_and_storage">BECCS</a> respectivamente, por sus siglas en inglés). </p></li>
</ul>
<p>DACCS básicamente emplea grandes ventiladores que filtran el aire y, mediante reacciones químicas, se absorbe y retiene el CO₂. Después, empleando un aporte importante de energía se extrae el CO₂ puro. El CO₂ capturado puede ser reutilizado, por ejemplo, en la industria alimentaria, o bien puede <a href="https://theconversation.com/captura-y-almacenamiento-de-co-sub-2-sub-por-que-no-debemos-temer-a-las-fugas-133274%C3%A7">almacenarse geológicamente, con lo que se consigue su eliminación permanente de la atmósfera</a>. </p>
<p>Con BECCS, el CO₂ es originalmente capturado por las plantas durante su crecimiento por fotosíntesis. Posteriormente, en los procesos de conversión de esas biomasas (por ejemplo, su combustión para producir electricidad o calor), el CO₂ que se libera es capturado, transportado y almacenado geológicamente en suelos y océanos, alcanzando de ese modo un balance de emisiones negativas.</p>
<h2>Un desarrollo e implementación insuficientes</h2>
<p>A pesar de su indudable necesidad, a día de hoy el despliegue en la práctica de las tecnologías de eliminación de CO₂ ha sido muy escaso y a escalas muy pequeñas. Según el <a href="https://theconversation.com/es/topics/informe-ipcc-2021-108504">Panel Intergubernamental de Cambio Climático</a>, estamos muy lejos de aportar las emisiones negativas que serán necesarias para cumplir el objetivo climático. </p>
<p>Estas tecnologías (DACCS y BECCS) tan prometedoras están intrínsecamente ligadas al sistema energético. DACCS consume grandes cantidades de energía, por lo que se convierte en una opción costosa hoy en día. Para que su uso a gran escala tenga sentido, la demanda energética debe ser mayoritariamente cubierta por energías renovables. </p>
<p>Por otro lado, la ventaja de BECCS es que elimina CO₂ al mismo tiempo que proporciona energía renovable. Esta energía limpia puede remplazar otra procedente de combustibles fósiles, dando lugar a beneficios ambientales diversos. Sin embargo, BECCS también puede entrañar <a href="https://theconversation.com/quemar-bosques-para-generar-electricidad-173512">riesgos ambientales</a> para los ecosistemas, sobre todo si emplean cultivos energéticos.</p>
<p>El sistema energético está en continua evolución y la transición energética está cada día más presente en las agendas políticas y la sociedad en general. En este sentido, la integración de estas tecnologías claves para alcanzar la neutralidad climática tiene que planificarse cuanto antes y de una manera respetuosa con el medio ambiente.</p>
<h2>La inacción saldrá cara</h2>
<p>La puesta en marcha a gran escala de estas tecnologías de eliminación de CO₂ <a href="https://theconversation.com/si-el-calentamiento-global-es-imparable-por-que-esforzarnos-en-reducir-emisiones-124802">debe hacerse de manera urgente</a>. Los retrasos en su integración en el sistema eléctrico conllevarán importantes sobrecostes. </p>
<p>Además, la capacidad de eliminación de CO₂ se reduce significativamente cada año que pasa, lo que pone en peligro la posibilidad de alcanzar los objetivos climáticos. </p>
<p>Estos <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-021-26680-3">riegos económicos y ambientales</a> derivan en gran medida del desaprovechamiento de recursos que tenemos disponibles y que se podrían valorizar con fines energéticos. Por ejemplo, el desperdicio o uso ineficiente de residuos de biomasa procedentes de la silvicultura y la agricultura o el desuso de tierras agrícolas abandonadas que podrían utilizarse para el cultivo de biomasa. </p>
<p>Además, existen otros desafíos importantes y grandes incertidumbres que ralentizarán aún más el despliegue de estas tecnologías. Surgirán obstáculos técnicos relacionados, por ejemplo, con la necesidad de construir una amplia red de transporte para llevar el CO₂ a zonas de almacenamiento. Además, otros problemas aflorarán a nivel político, social y ambiental que limitarán aún más la expansión de estas tecnologías. </p>
<p>Nuestros objetivos climáticos penden de un hilo. Si no queremos fallar, es fundamental fomentar estas tecnologías de captura de dióxido de carbono y que se desarrollen a corto plazo, evitando retrasos y alcanzando la escala requerida. Para ello, es necesario establecer la eliminación de CO₂ como prioridad en la agenda climática y reconocerlo como un jugador clave en el porfolio de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. </p>
<p>Los países deben incentivar acciones urgentes que garanticen y faciliten el despegue de las tecnologías de eliminación de CO₂. Solo así conseguiremos evitar la peligrosa amenaza del cambio climático que está poniendo en riesgo nuestro futuro.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/173687/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ángel Galán Martín agradece al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España el apoyo financiero a través del Programa Beatriz Galindo (BG20 / 00074).</span></em></p>A día de hoy, el despliegue en la práctica de las tecnologías de eliminación de CO₂ ha sido muy escaso y a escalas muy pequeñas.Ángel Galán Martín, Investigador distinguido Beatriz Galindo en sostenibilidad de sistemas energéticos, Universidad de JaénLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1708922022-01-17T18:01:46Z2022-01-17T18:01:46ZCaptura y utilización de CO₂: qué hacer para no caer en el lado oscuro<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/440198/original/file-20220111-25-1fifv0p.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C0%2C1435%2C898&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Planta Orca de captura directa y almacenamiento de CO₂ en Islandia.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://climeworks.com/roadmap/orca">Climateworks</a></span></figcaption></figure><p>Frenar y revertir el <a href="https://theconversation.com/es/topics/calentamiento-global-56251">calentamiento global</a>, producido por las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero, es una prioridad urgente. El dióxido de carbono (CO₂) es el gas de efecto invernadero más importante, y el que se utiliza como referencia.</p>
<p>En la Conferencia del Clima de París (<a href="https://theconversation.com/es/search?q=cop21">COP21</a>) de 2015, la comunidad científica recomendó reducir las emisiones a valores comparables a los de 1990. La COP26, celebrada en Glasgow en 2021, culminó con un Pacto Climático firmado por 197 países, donde se menciona la necesidad de fijar <a href="https://theconversation.com/cop26-avances-y-cuentas-pendientes-de-una-cumbre-poco-comprometida-172110">objetivos de reducción de emisiones ambiciosos</a> que permitan evitar un aumento de la temperatura superior a 1,5 °C para 2030.</p>
<p>Para alcanzar estos objetivos, tanto las empresas como las naciones deben implementar diferentes tecnologías de captura, almacenamiento y utilización de CO₂. A continuación, se presentan algunas de las posibles rutas de captura:</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/438816/original/file-20211222-23072-15m1xte.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/438816/original/file-20211222-23072-15m1xte.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/438816/original/file-20211222-23072-15m1xte.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=235&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/438816/original/file-20211222-23072-15m1xte.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=235&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/438816/original/file-20211222-23072-15m1xte.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=235&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/438816/original/file-20211222-23072-15m1xte.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=295&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/438816/original/file-20211222-23072-15m1xte.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=295&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/438816/original/file-20211222-23072-15m1xte.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=295&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Rutas de captura de CO₂.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Capturar para reducir las emisiones</h2>
<p>El sector de la producción energética (electricidad y calor) es responsable de, aproximadamente, el 40 % de las emisiones totales de CO₂. El sector industrial, por su parte, es responsable de alrededor del 21 %. Por lo tanto, <a href="https://www.iea.org/data-and-statistics/data-browser?country=WORLD&fuel=CO2%20emissions&indicator=CO2BySector">industria y energía agrupan aproximadamente dos tercios de las emisiones</a>. </p>
<p>La primera idea que se viene a la cabeza para reducir las emisiones es la captura “poscombustión” efectuada en las chimeneas de las centrales eléctricas y de los procesos industriales basados en la quema de combustibles fósiles. </p>
<p>En la mayoría de los procesos convencionales de combustión, los gases emitidos consisten fundamentalmente en una mezcla de nitrógeno, vapor de agua, dióxido de carbono y algo de oxígeno. Estos gases, una vez enfriados durante las etapas de generación de electricidad, se pueden someter a diferentes procesos fisicoquímicos orientados a separar y capturar el CO₂. Esta técnica tiene la ventaja de que apenas requiere modificación de las infraestructuras de combustión actuales. </p>
<p>No obstante, a pesar de que el CO₂ es el producto principal en la reacción de combustión, no es este sino el nitrógeno el componente mayoritario. La separación entre el nitrógeno y el dióxido de carbono no es sencilla. Por lo tanto, los procesos de captura poscombustión tienen una eficiencia limitada. Teniendo en cuenta esto, <a href="https://theconversation.com/como-podemos-capturar-co-para-mitigar-el-cambio-climatico-162280">se han planteado estrategias que permiten una mayor eficiencia en la captura</a>:</p>
<ul>
<li><p><strong>La oxicombustión.</strong> Estos procesos consisten en realizar la combustión utilizando oxígeno puro en lugar de aire atmosférico. Es decir, estableciendo una etapa previa de separación de oxígeno y nitrógeno del aire. En este caso, la corriente de gases de salida sería mayoritariamente vapor de agua y dióxido de carbono, que son relativamente fáciles de separar.</p></li>
<li><p><strong>La combustión en bucle químico.</strong> Esta alternativa se basa también en el mismo principio de “quemar sin nitrógeno”. En este tipo de procesos, se utilizan óxidos metálicos para introducir óxigeno. El óxido metálico se reduce a la vez que el combustible se oxida formando CO₂ y agua.</p></li>
<li><p><strong>Los procesos de captura precombustión.</strong> Esta estrategia permite reducir las emisiones de CO₂ reduciendo el contenido de carbono de los combustibles antes de introducirlos en las cámaras de combustión. Algunos ejemplos de este tipo de procesos son la separación de CO₂ del biogás para producir biometano y la gasificación de la biomasa vegetal para producir gas de síntesis, dejando parte del carbono en forma de carbón vegetal.</p></li>
</ul>
<h2>Eliminar el CO₂ ya emitido</h2>
<p>En el último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático de las Naciones Unidas (<a href="https://theconversation.com/ipcc-report-how-to-make-global-emissions-peak-and-fall-and-whats-stopping-us-165830">IPCC2021</a>) se confirmó que, para evitar una subida de temperaturas superior a 1,5 °C antes de 2030, no será suficiente con la reducción de las emisiones. Para conseguir ese objetivo, es además necesario capturar el CO₂ históricamente emitido a la atmósfera.</p>
<p>Por supuesto, la manera más lógica de absorber CO₂ es mediante el fomento de todos los posibles procesos de fijación en forma de biomasa vegetal. Es decir, promoviendo el desarrollo de los sumideros naturales de carbono, tales como los <a href="https://theconversation.com/los-bosques-de-sumidero-a-fuente-de-co-sub-2-sub-en-unas-decadas-133578">bosques</a> y <a href="https://theconversation.com/las-praderas-submarinas-almacenan-mas-co-sub-2-sub-que-los-bosques-necesitamos-protegerlas-161302">océanos</a>. </p>
<p>También se puede fomentar la producción de madera como material de construcción o para otros usos que permitan la captura de CO₂ a largo plazo. En este contexto, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0048969721077755">el bambú</a> ha demostrado ser el árbol con la mayor capacidad de fijar rápida y eficientemente carbono de forma sostenible.</p>
<p>Con respecto a los procesos ingenieriles, la captura directa del aire (DAC, por sus siglas en inglés) consiste en filtrar el aire de la atmósfera para separar y capturar el CO₂ que contiene. A día de hoy, varias <a href="https://about.bnef.com/blog/direct-air-capture-of-co2-to-increase-150-fold-by-2024/">empresas internacionales están aumentando</a> su capacidad de captura directa de CO₂, entre las que destacan: <a href="https://climeworks.com">Climeworks</a>, <a href="https://carbonengineering.com">Carbon Engineering</a> y <a href="https://globalthermostat.com">Global Thermostat</a>.</p>
<h2>El lado oscuro de la captura de CO₂</h2>
<p>Desgraciadamente, uno de los usos principales que se le está dando al CO₂ capturado es para mejorar la extracción de petróleo, lo que se conoce como recuperación terciaria o <em>enhanced oil recovery</em> (EOR). Este proceso consiste en extraer petróleo mediante la inyección de CO₂ en depósitos profundos. A pesar de ser una técnica rentable y que permite la acumulación a largo plazo del CO₂ capturado, no favorece el abandono de los combustibles fósiles y, por lo tanto, no va en la dirección de luchar urgentemente contra el cambio climático. </p>
<p>Afortunadamente, hay alternativas. Por ejemplo, el CO₂ capturado puede <a href="https://theconversation.com/diez-productos-amenazados-por-la-escasez-de-co-sub-2-sub-99774">usarse como materia prima en algunas industrias</a> alimentarias o farmacéuticas. También se puede utilizar para producir <a href="https://gulfenergyinfo.com/h2tech/articles/2021/q4-2021/power-to-gas-liquids-chemicals-an-approach-to-industrial-decarbonization-with-h2">diferentes compuestos químicos</a> tales como gas de síntesis, metano, metanol o dimetil-éter, que a su vez pueden ser empleados en la industria o como combustibles. Esta conversión se consigue mediante la reacción entre el CO₂ con <a href="https://theconversation.com/el-reto-de-producir-un-hidrogeno-aun-mas-verde-155316">hidrógeno verde</a>, producido por electrólisis de agua alimentada por energía de fuentes renovables.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/440091/original/file-20220110-15-bpj3bj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/440091/original/file-20220110-15-bpj3bj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/440091/original/file-20220110-15-bpj3bj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=187&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/440091/original/file-20220110-15-bpj3bj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=187&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/440091/original/file-20220110-15-bpj3bj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=187&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/440091/original/file-20220110-15-bpj3bj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=235&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/440091/original/file-20220110-15-bpj3bj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=235&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/440091/original/file-20220110-15-bpj3bj.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=235&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Formación de gas de síntesis y combustibles alternativos a partir de CO₂ capturado e hidrógeno verde.</span>
</figcaption>
</figure>
<p>En resumen, para conseguir una reducción neta de la concentración de CO₂ atmosférico, este gas debe ser almacenado y utilizado de forma sostenible. Es decir, se debería priorizar el secuestro en forma de biomasa o la utilización mediante conversión con hidrógeno verde frente a su uso para extraer petróleo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/170892/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Las tecnologías para secuestrar dióxido de carbono son una estrategia útil para luchar contra el cambio climático, pero solo si las emisiones absorbidas se almacenan o utilizan de forma sostenible.Juan Manuel Paz García, Profesor Titular de Universidad, Departamento de Ingeniería Química, Universidad de Málaga, Universidad de MálagaJosé Antonio García, Assistant researcher Departamento de Ingeniería Química, Universidad de MálagaMaría Villén Guzmán, Investigadora Postdoctoral, Departamento de Ingeniería Química, Universidad de MálagaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1713262021-12-23T19:52:39Z2021-12-23T19:52:39ZPaíses desarrollados y en vías de desarrollo: ¿diferentes obligaciones ante la acción climática?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/437981/original/file-20211216-15-1cmbi43.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4152%2C2759&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Shanghái (China).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/shanghai-dec-5-view-heavily-polluted-180442499">Shutterstock / Hung Chung Chih</a></span></figcaption></figure><p>Pese a que el <a href="https://theconversation.com/es/topics/cambio-climatico-55574">cambio climático</a> se presenta como un problema acuciante y sus efectos pueden ya observarse, en las negociaciones internacionales no se termina de alcanzar una respuesta eficaz a este reto ambiental. </p>
<p>Uno de los grandes ejes de discusión es cómo debe diferenciarse entre países desarrollados y países en vías de desarrollo a la hora de asumir obligaciones de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero u otras medidas de mitigación del cambio climático. Si la distinción entre naciones en función de su desarrollo resulta necesaria, ¿cómo debe articularse?</p>
<h2>La responsabilidad histórica de los Estados desarrollados</h2>
<p>Desde que en 1992 se negociara la <a href="https://unfccc.int/es/process-and-meetings/the-convention/que-es-la-convencion-marco-de-las-naciones-unidas-sobre-el-cambio-climatico">Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático</a>, los países estuvieron de acuerdo en que las obligaciones que asumirían los desarrollados serían más ambiciosas que las que les corresponderían a aquellos en vías de desarrollo. Se trataba de una cuestión de equidad. </p>
<p>El proceso de industrialización de los países más ricos era el que había producido el daño atmosférico global. También eran los que estaban en una mejor posición para asumir los costes de implementar medidas de mitigación del cambio climático. Los Estados en vías de desarrollo reivindicaron, ante todo, su derecho a un crecimiento que les permitiera alcanzar mejores niveles económicos y sociales. </p>
<p>El primer acuerdo internacional que introdujo obligaciones específicas de mitigación del cambio climático fue el <a href="https://unfccc.int/es/kyoto_protocol">Protocolo de Kioto</a>, adoptado en 1997. En este instrumento, la diferenciación entre Estados desarrollados y en vías de desarrollo se tradujo en que sólo los primeros asumieron obligaciones específicas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Los países en vías de desarrollo participarían en el tratado sin que tuvieran que asumir el coste de reducir sus emisiones. Se primaba así su crecimiento económico frente al beneficio ambiental global. </p>
<p>Estados Unidos no aceptó este planteamiento, y no prestó su consentimiento al tratado. Así, el primer emisor de gases de efecto invernadero del momento quedó fuera.</p>
<p>Durante la vigencia del Protocolo de Kioto, los Estados en vías de desarrollo incrementaron sus emisiones de gases de efecto invernadero. China se convirtió en el principal emisor, superando a Estados Unidos, y mostrando que la solución que incluía el Protocolo de Kioto no resultaba eficaz para enfrentar el problema ambiental que supone el cambio climático. </p>
<p>En la categoría de naciones en vías de desarrollo se incluyen países con situaciones muy diversas. Muchos de ellos tienen un importante potencial para la emisión de gases de efecto invernadero, o tienen en su territorio el control de importantes sumideros. </p>
<p>La diferenciación entre territorios podía fundamentarse en un principio de equidad que recordaba la importancia de las emisiones históricas de los Estados desarrollados. Sin embargo, resultaba insuficiente desde un punto de vista ambiental, ya que no controlaba en modo alguno las nuevas emisiones de las economías emergentes. </p>
<p>El escaso efecto ambiental del Protocolo de Kioto dejó patente que era necesaria una nueva aproximación a la diferenciación de obligaciones climáticas.</p>
<h2>Las obligaciones comunes y diferenciadas</h2>
<p>La respuesta vendría con la adopción de un nuevo tratado internacional, el <a href="https://unfccc.int/es/process-and-meetings/the-paris-agreement/que-es-el-acuerdo-de-paris">Acuerdo de París</a> de 2015, en el que la cuestión de la diferenciación se haría más diversa, aunque también más compleja. </p>
<p>En este nuevo instrumento se permite que cada Estado presente las acciones de mitigación del cambio climático que vaya a implementar y a las que queda obligado, de forma que se pueda tener en cuenta su situación y circunstancias particulares. Esto significa que las acciones de mitigación no tienen que reducirse a la limitación y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que pueden abarcar otros ámbitos de actuación. </p>
<p>Además, se asume que la actuación va a depender de las circunstancias de cada país, que tendrá que adaptar a su capacidad las actuaciones climáticas a desarrollar. La diferenciación resulta, de esta forma, más ajustada a las múltiples y diversas situaciones de los diferentes territorios. De esta manera, supera una distinción entre Estados desarrollados y en vías de desarrollo que resultaba excesivamente limitada.</p>
<p>Con este sistema se pretende que todos los Estados desarrollen una política climática ambiciosa, en función de sus posibilidades, de forma que, aunque diferenciada, todos asuman responsabilidad en este ámbito. La suma de todas estas actuaciones debería hacer posible que la respuesta global ante el cambio climático sea suficiente para evitar un calentamiento a niveles que el planeta no pueda soportar. </p>
<p>Este sistema ha sido el resultado de un amplio consenso entre las naciones para hacer frente al cambio climático, aunque no puede ignorarse que presenta importantes problemas para asegurar que la actuación ambiental global sea suficiente.</p>
<p>Hasta la fecha, los Estados no han presentado un conjunto de políticas climáticas cuya suma permita evitar un nivel de calentamiento global que resulte peligroso. Conforme a <a href="https://unfccc.int/sites/default/files/resource/cma2021_08S.pdf">los datos facilitados por los órganos de la Convención Marco</a>, la ambición climática de los diferentes países no es suficiente, y las negociaciones internacionales continúan para que pueda incrementarse rápidamente. </p>
<p>La posición de los Estados en vías de desarrollo en este aspecto es la de condicionar su aumento de ambición climática a recibir una mayor financiación con la que afrontar los costes derivados de la implementación de sus políticas nacionales. Esta cuestión está lejos de ser resuelta en las negociaciones internacionales. </p>
<p>Las naciones más ricas son reticentes a aportar nuevos recursos para <a href="https://theconversation.com/decepcionantes-o-no-los-resultados-de-glasgow-son-los-mejores-desde-la-cop21-de-paris-172181">esta financiación adicional</a>, posición que se ha afianzado ante la crisis generada por la pandemia de covid-19. Los Estados en vías de desarrollo reclaman asistencia para avanzar en sus obligaciones climáticas, y los desarrollados se resisten a aportar más recursos.</p>
<h2>Una actuación común, diferenciada, necesaria</h2>
<p>De lo que no cabe ya duda es de que, para asegurar que el calentamiento global no supere los límites de seguridad señalados por la investigación científica, se requiere la actuación tanto de los países desarrollados como de los países en vías de desarrollo. No puede olvidarse que entre estos últimos aparecen importantes emisores como China, o con importantes sumideros como Brasil. </p>
<p>La diferenciación en las obligaciones a asumir es inevitable, ya que las circunstancias de cada país son muy diferentes. La cuestión sigue siendo asegurar que esta distinción no implique la pérdida de eficacia en el logro del objetivo ambiental planteado. Y, sobre este aspecto, la negociación internacional continúa.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/171326/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Rosa Giles Carnero no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En los últimos 30 años se han planteado distintas estrategias para reconocer la responsabilidad de los países desarrollados y la situación de desventaja de los menos favorecidos.Rosa Giles Carnero, Profesora Titular de Derecho Internacional Público, Universidad de HuelvaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1723182021-12-13T20:40:01Z2021-12-13T20:40:01ZLa huella de carbono: cómo enlazar la acción climática con nuestra vida cotidiana<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/435137/original/file-20211201-27-8o4fkh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C3%2C2500%2C1646&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/green-grass-growing-footprints-on-cracked-129513041">Shutterstock / Zuzana Uhlíková</a></span></figcaption></figure><p>Hace unas semanas culminó en Glasgow una nueva reunión del tratado de Naciones Unidas sobre cambio climático. Una nueva reunión y <a href="https://theconversation.com/decepcionantes-o-no-los-resultados-de-glasgow-son-los-mejores-desde-la-cop21-de-paris-172181">una nueva decepción</a>. Los gobiernos de los principales países del mundo siguen sin tomar las medidas exigentes que la sociedad demanda para mitigar el calentamiento terrestre. </p>
<p>Ahora bien, no hemos de perder de vista que esas medidas tendrán repercusión sobre nuestros hábitos cotidianos. El consumo ciudadano es <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/13/14/8088">el principal responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero</a> (GEI): entre el 60 y el 75 % de los GEI están ligados a nuestro <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jiec.12371">transporte, comida, vestido o climatización</a>.</p>
<p>La conexión entre las emisiones globales y las individuales puede realizarse a través de un mejor entendimiento de la huella de carbono (HC). En este artículo pretendo explicar cómo se calcula, cuáles son los principales factores que la explican y qué repercusión tiene sobre la mitigación del cambio climático.</p>
<h2>¿Qué es la huella de carbono?</h2>
<p>La huella de carbono de un determinado producto o actividad mide la cantidad de emisiones de GEI asignables a ese consumo o actividad. Como en cualquier otra dimensión del impacto ambiental que generamos, es necesario considerar esas emisiones a lo largo del ciclo de vida del producto. </p>
<p>En este sentido, suelen distinguirse dos tipos de alcances: </p>
<ul>
<li><p>El denominado “de la cuna a la puerta” (<em>cradle to gate</em> o <em>business to business</em>, B2B) incluye las emisiones ligadas a la producción, transporte y almacenamiento del producto hasta su adquisición por el consumidor o por otra empresa.</p></li>
<li><p>El alcance “de la cuna a la tumba” (<em>cradle-to-grave</em> o <em>business to consumer</em>, B2C) incluye también los procesos ligados a la fase de uso y su eventual reutilización o reciclado (que puedan compensar en parte las emisiones previas).</p></li>
</ul>
<p>Puesto que la huella de carbono se orienta a medir nuestro impacto sobre el cambio climático, su cálculo supone considerar todos los gases de efecto invernadero que se han emitido como consecuencia de la actividad o producto que estemos considerando. </p>
<p>Los GEI más destacados son el dióxido de carbono (CO₂), el metano (CH₄) y el óxido nitroso (N₂O). Para tener una escala común de emisiones y simplificar su análisis, la HC suele expresarse en masa (gramos, kilogramos, toneladas…) de CO₂ equivalente (CO₂e). Se convierten así todas las emisiones a las que supondría una masa de CO₂ de similar potencial de calentamiento global (PCG). </p>
<p>Este concepto, que a veces se denomina también potencial de forzamiento radiativo, indica la capacidad de un determinado gas de aumentar el efecto invernadero comparada con la del dióxido de carbono, considerando un plazo de tiempo determinado (generalmente 100 años). Por ejemplo, según <a href="https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2018/02/WG1AR5_Chapter08_FINAL.pdf">datos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático</a> (IPCC), el metano tiene 28 veces más PCG que el CO₂ y el N₂O 265 veces más.</p>
<h2>¿Cómo se calcula?</h2>
<p>La huella de carbono de cualquier actividad o producto es el resultado del sumatorio de las emisiones de todos los gases de efecto invernadero usados en su obtención multiplicados por su potencial de calentamiento global correspondiente. Todo ello expresado en kilogramos de CO₂. </p>
<p>La HC suele expresarse en kg de emisiones por kg de masa del producto (por ejemplo: 1,2 kg de CO₂e por kg de pan consumido), en kg por km recorrido (para viajes de avión, por ejemplo) o en kg por superficie (CO₂e emitidos por km² deforestado).</p>
<p>Las emisiones se calculan sumando las producidas en el ciclo de vida que estemos considerando. Por ejemplo, para calcular la huella de carbono de un alimento deberíamos sumar las emisiones que se han producido en el cultivo, transformación, transporte, almacenamiento y distribución del producto, hasta que lo adquiere un cliente en el supermercado. Esto supone estimar las emisiones producidas por todos los insumos y energía requeridos en la roturación, siembra, abonado, etc. </p>
<p>Además, hay que tener en cuenta que algunas fases del ciclo de vida pueden implicar absorción de CO₂. En esa fase no sería emisor sino sumidero, incluyéndose con valor negativo en el cálculo total. </p>
<h2>Huella de carbono de organizaciones, productos o servicios</h2>
<p>La Unión Europea viene apostando por el desarrollo de metodologías que permitan el cálculo, certificación y comunicación estandarizada de la huella de carbono de productos y organizaciones, como muestran los <a href="http://ec.europa.eu/environment/eussd/smgp/ef_pilots.htm">proyectos pilotos ejecutados en los últimos años</a>. </p>
<p>Los estándares o normativas para el cálculo de la HC se suelen distinguir en función de su ámbito de aplicación. Por un lado, aquellos que se aplican a organizaciones y, por otro, los que se aplican a productos, servicios o eventos. </p>
<p>Lo ideal sería que el cálculo de la HC estuviera accesible a cualquier consumidor que quiera conocer el impacto climático de lo que está adquiriendo: comida, ropa, transporte, etc., pero actualmente esta información sólo está disponible en algunos productos. En los billetes de avión suele incorporarse rutinariamente, mientras que en los alimentos es muy poco frecuente. </p>
<p>Si los consumidores tuvieran el dato de la huella de carbono, aquellos con mayor compromiso ambiental podrían usarlo para tomar decisiones más informadas. Podrían primar aquellos productores que tuvieran procedimientos más eficientes energéticamente, ya sea porque se encuentren en lugares más próximos (comercio de proximidad) o porque empleen energías de baja emisión.</p>
<h2>Cómo conocer y reducir la huella de carbono</h2>
<p>Otra forma de ser más consciente de nuestras emisiones es calcular la huella de carbono de nuestra actividad concreta, a lo largo de un periodo largo de tiempo (generalmente un año). Esto permite hacernos mejor idea del impacto climático de nuestros hábitos, conociendo los sectores donde puede resultar muy superior respecto a otras personas con similares condiciones a las nuestras (tipo de trabajo, edad, ingresos, etc.). </p>
<p>Con este fin se han diseñado distintas <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/12/16/6529">calculadoras de HC</a>, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S2352550918303944">disponibles gratuitamente en internet</a>, que facilitan una estimación cuantitativa de las emisiones personales, así como de <a href="https://eprints.whiterose.ac.uk/161992/">la eficacia de diferentes medidas de mitigación del cambio climático</a>. Recientemente, hemos desarrollado un observatorio de HC, que incluye <a href="https://www.huellaco2.org/index.php">un ejemplo de este tipo de calculadoras</a>.</p>
<p>En un reciente <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/13/14/8088">estudio</a> sobre los factores de la huella de carbono en España a partir de un muestreo de 1 000 personas, observamos que la HC del consumo suponía un 73 % de las emisiones totales del país. Los sectores más importantes son el transporte y la alimentación, que suponen el 78 % del total. </p>
<p>Los principales factores determinantes de la huella de carbono resultaron ser la edad (más baja para los más jóvenes y los más mayores), el nivel de ingresos (a mayores ingresos, mayor HC) y tipo de trabajo (con mayor huella para empleos rurales). Los factores internos (conocimiento, nivel de compromiso) no fueron tan explicativos, salvo para la HC ligada a los alimentos. </p>
<p>Curiosamente, observamos que el nivel de activismo climático no estaba ligado a la huella de carbono personal, lo que puede indicar una desconexión entre compromiso y hábitos o una falta de información sobre la HC asociada a actividades concretas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/172318/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Emilio Chuvieco Salinero recibió fondos de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno para realizar el observatorio de huella de carbono <a href="https://www.huellaco2.org/">https://www.huellaco2.org/</a></span></em></p>El consumo de los ciudadanos es el principal responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero: entre el 60 y el 75 % están ligados al transporte, la comida, la ropa y la climatización.Emilio Chuvieco Salinero, Catedrático de Geografía, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1717702021-11-28T18:39:34Z2021-11-28T18:39:34ZBiocombustibles: menos emisiones de CO pero también menos aerosoles contaminantes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/433759/original/file-20211124-16-ek55jb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=12%2C12%2C4013%2C3005&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Airbus A320neo de iberia que ha hecho un vuelo regular con biocombustible proveniente de residuos de la industria agroalimentaria.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://grupo.iberia.com/news/04112021/iberia-y-repsol-realizan-el-primer-vuelo-con-biocombustible-producido-en-espaa-con-residuos?x=1">Iberia</a></span></figcaption></figure><p>El avión Airbus A320neo de Iberia, con capacidad para 180 pasajeros, ha realizado <a href="https://grupo.iberia.com/news/04112021/iberia-y-repsol-realizan-el-primer-vuelo-con-biocombustible-producido-en-espaa-con-residuos">el primer vuelo regular con biocombustible proveniente de residuos de la industria agroalimentaria</a> producidos en España. </p>
<p>A los más cinéfilos puede que este hecho les recuerde a la mítica película <em>Regreso al futuro</em>, donde el entrañable científico Doc hacía funcionar el DeLorean simplemente con basura. Sin duda en 1985 este hecho era ciencia ficción, pero ahora el <a href="https://theconversation.com/hay-un-futuro-en-nuestra-basura-144526">uso de residuos para la síntesis de biocombustibles</a> es posible. Veamos en qué consiste este proceso y qué impacto puede tener en el medio ambiente. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/433710/original/file-20211124-26-13ku9os.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/433710/original/file-20211124-26-13ku9os.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/433710/original/file-20211124-26-13ku9os.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=190&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/433710/original/file-20211124-26-13ku9os.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=190&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/433710/original/file-20211124-26-13ku9os.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=190&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/433710/original/file-20211124-26-13ku9os.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=239&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/433710/original/file-20211124-26-13ku9os.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=239&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/433710/original/file-20211124-26-13ku9os.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=239&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Imágenes de la película <em>Regreso al Futuro</em> donde se reposta con basura el DeLorean.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>¿Qué son los biocombustibles?</h2>
<p>Los biocombustibles son carburantes que han sido diseñados para reemplazar, principalmente, a los derivados del petróleo (combustibles fósiles tradicionales como la gasolina y el diésel). El uso del petróleo no solo es muy contaminante, sino que también se ha vuelto cada vez más escaso, lo que eleva su precio. </p>
<p>Los <a href="https://www.redalyc.org/pdf/325/32512739009.pdf">biocombustibles</a> son el resultado del tratamiento físico o químico de la materia vegetal o de residuos orgánicos (biomasa). El objetivo es obtener productos de alto valor energético que contribuyan al desarrollo de una economía más sostenible con el medio ambiente.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/433092/original/file-20211122-23-16611dq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/433092/original/file-20211122-23-16611dq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/433092/original/file-20211122-23-16611dq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/433092/original/file-20211122-23-16611dq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/433092/original/file-20211122-23-16611dq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/433092/original/file-20211122-23-16611dq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/433092/original/file-20211122-23-16611dq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/433092/original/file-20211122-23-16611dq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Esquema del aprovechamiento de la biomasa.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Cuando la producción de los biocombustibles se basa en el uso de cultivos agrícolas comestibles, se denominan biocombustibles de primera generación (1G). Estos biocombustibles están siendo <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4919985/pdf/MBT2-9-436.pdf">los principales sustitutos de la gasolina y el diésel</a>. Un ejemplo son los bioalcoholes como el etanol y el metanol. También el biodiésel es un biocombustible de primera generación muy utilizado y que puede obtenerse a partir de aceites vegetales. </p>
<p>Sin embargo, la producción de biodiésel y bioalcoholes 1G <a href="https://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.411.2987&rep=rep1&type=pdf">ha generado debate acerca de su sostenibilidad</a>. Su uso ha causado problemas socioeconómicos debido, sobre todo, al encarecimiento de los productos agrarios por el aumento de la demanda de estos cultivos para producirlos. </p>
<p>Los biocombustibles 1G también han originado serios problemas medioambientales como la deforestación. En Indonesia <a href="https://www.ecologyandsociety.org/vol17/iss1/art25/">se destruyeron 20 000 hectáreas de selva tropical para el cultivo de palma</a> destinada a la producción de biodiesel. Además, su producción consume mucha agua. Se estima que, por cada kilogramo de cereal que se produce, se consume 1 m³ de agua. </p>
<p>Teniendo en cuenta estos antecedentes, durante los últimos años se ha puesto en marcha el desarrollo de biocombustibles de segunda generación (2G) <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4522714/pdf/13205_2014_Article_246.pd">obtenidos a partir de biomasa no comestible</a>. Es por tanto una biomasa más respetuosa con el medio ambiente al ser generada a partir de pastos, madera, residuos agroindustriales y urbanos, de forma que la producción de los alimentos no se ve afectada. </p>
<p>Un buen ejemplo de biocombustibles de segunda generación obtenidos a partir de este tipo de biomasa no comestible son los furanos y lactonas, considerados en la actualidad como uno de los combustibles y materias primas renovables más prometedoras en la industria química.</p>
<h2>Furanos y lactonas como biocombustibles</h2>
<p>Los furanos y lactonas son compuestos orgánicos volátiles (COV) con estructuras muy versátiles que son obtenidos a partir de la biomasa mediante reacciones catalíticas y pueden utilizarse como biocombustibles. Así, por ejemplo, es posible sintetizar el furano 2,5-dimetilfurano (2,5-DMF) a partir de los azúcares presentes en la biomasa. </p>
<p>El 2,5-DMF tiene una densidad energética más alta que el etanol y, por tanto, también puede ser empleado como combustible. Sin embargo, durante la síntesis, tratamiento y uso de los biocombustibles, estos COV pueden ser emitidos a la atmósfera y participar en procesos reactivos. </p>
<p>Entre estos procesos destacan la fotólisis (descomposición por acción de la luz del sol) y la reacción con los agentes oxidantes presentes en la atmósfera, como el radical hidroxilo (OH), conocido como el “detergente atmosférico”. Estas reacciones pueden dar lugar a la formación de partículas de tamaño muy pequeño, del orden del nanómetro (1 nm =10⁻⁹ m), que se se conocen como aerosoles orgánicos secundarios (AOS).</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/433093/original/file-20211122-13-1j9jdqk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/433093/original/file-20211122-13-1j9jdqk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/433093/original/file-20211122-13-1j9jdqk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/433093/original/file-20211122-13-1j9jdqk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/433093/original/file-20211122-13-1j9jdqk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/433093/original/file-20211122-13-1j9jdqk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/433093/original/file-20211122-13-1j9jdqk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/433093/original/file-20211122-13-1j9jdqk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Esquema simplificado de la formación de aerosoles orgánicos secundarios en la atmósfera.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<p>La presencia de estos aerosoles en la atmósfera tiene un gran impacto en la calidad del aire regional y global, provocando <a href="https://acp.copernicus.org/articles/9/5155/2009/acp-9-5155-2009.pdf">daños en la salud humana y efectos en el clima</a>. </p>
<p>Un <a href="https://www.jpl.nasa.gov/news/nasa-study-untangles-smoke-pollution-effects-on-clouds">estudio reciente de la NASA</a> revela que la presencia excesiva de aerosoles en la atmósfera impide la formación y crecimiento de las nubes convectivas, que son las que generan las tormentas. Aunque para la formación de nubes se necesitan partículas de aerosoles que actúan como núcleos de condensación, hay algunos tipos que interfieren negativamente en este proceso. </p>
<h2>Menos CO₂ y menos aerosoles</h2>
<p>Se espera que con el uso de biocombustibles se produzca una disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, como el CO₂. En ese sentido, el CO₂ emitido por la combustión de biocombustibles se compensa con el CO₂ absorbido durante el crecimiento de las plantas, con lo que se considera un ciclo neutro. </p>
<p>Así, por ejemplo, <a href="https://grupo.iberia.com/news/04112021/iberia-y-repsol-realizan-el-primer-vuelo-con-biocombustible-producido-en-espaa-con-residuos">según Iberia</a>, el trayecto realizado por el Airbus A320neo ha supuesto un ahorro de 1,4 toneladas en emisiones de CO₂. Sin embargo, el nivel de contaminación por partículas, entre las que se encuentra el aerosol orgánico secundario, es más incierto. </p>
<p>La <a href="https://apps.who.int/iris/handle/10665/43421">Organización Mundial de la Salud</a> no distingue entre los efectos provocados por partículas derivadas de la quema de combustibles fósiles y las partículas originadas en la combustión de biomasa. Por eso es necesario realizar estudios dentro del campo de la química y la contaminación atmosférica que permitan evaluar las implicaciones de las emisiones de los biocombustibles en la contaminación atmosférica en general, y su aportación como generadores de aerosoles en particular. </p>
<p>Para contribuir a esta labor, una de las líneas de trabajo del grupo <a href="https://www.uclm.es/Home/Misiones/Investigacion/OfertaCientificoTecnica/GruposInvestigacion/DetalleGrupo?idgrupo=262">Química de los Procesos Atmosféricos: Experimentación en Laboratorio y Medidas de Campo</a> de la Universidad de Castilla - La Mancha se centra en el estudio de la degradación atmosférica de algunos COV emitidos por el uso de combustibles convencionales
(<a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0045653519310483">estireno</a> y <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1352231018308422">alfa-metilestireno</a>) y biocombustibles (<a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1352231020307731">2,5-DMF</a>, gamma-valerolactona y gamma-butirolactona), comparando su contribución a la formación de AOS.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/433094/original/file-20211122-17-y2ykl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/433094/original/file-20211122-17-y2ykl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/433094/original/file-20211122-17-y2ykl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/433094/original/file-20211122-17-y2ykl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/433094/original/file-20211122-17-y2ykl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/433094/original/file-20211122-17-y2ykl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/433094/original/file-20211122-17-y2ykl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Capacidad de formación de aerosol orgánico secundario (AOS) a partir del uso de combustibles fósiles convencionales (estireno y alfa-metilestireno (AME)) y biocombustibles (2,5-DMF, gamma-valerolactona (GVL) y gamma-butirolactona (GBL)).</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Los resultados indican que, a partir de los compuestos utilizados como biocombustibles, los rendimientos de formación de aerosoles son menores. Por tanto, su uso puede suponer una alternativa más limpia a la de los combustibles convencionales y contribuir a paliar algunos de sus efectos negativos en la atmósfera. </p>
<p>Además, estos resultados podrían ser de utilidad en modelos atmosféricos de formación de aerosoles orgánicos secundarios. Principalmente, en los enfocados al estudio de la calidad del aire de áreas que experimentan una grave contaminación por aerosoles.</p>
<hr>
<p><em>Este artículo ha sido elaborado en colaboración con Mª Mercedes Tajuelo Díaz-Pavón, que realizó su tesis en el grupo “Química de los Procesos Atmosféricos: Experimentación en Laboratorio y Medidas de Campo de la UCLM”.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/171770/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Diana Rodríguez Rodríguez recibe fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España, Referencia RTI2018-099503-B-I00 y por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (SBPLY / 17/180501/000522). </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Ana Rodriguez Cervantes recibe fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España, Referencia RTI2018-099503-B-I00 y por Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (SBPLY / 17/180501/000522) </span></em></p>Los biocombustibles, como los que ha usado recientemente un avión de Iberia, producen menor cantidad de compuestos orgánicos volátiles, que reaccionan en la atmósfera para convertirse en aerosoles con gran impacto en la calidad del aire.Diana Rodríguez Rodríguez, Profesora Titular de Universidad, Universidad de Castilla-La ManchaAna Rodriguez Cervantes, Profesora de la UCLM, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1718672021-11-15T21:17:52Z2021-11-15T21:17:52ZCinco cosas que hay que saber sobre el Pacto Climático de Glasgow<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/432009/original/file-20211115-17-9fq5q.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C46%2C5176%2C3399&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">John Kerry y otros delegados en los debates del último día de la COP26. </span> <span class="attribution"><span class="source">Rober Perry / EPA</span></span></figcaption></figure><p>Las conversaciones sobre el clima de la COP26 de la ONU en Glasgow han finalizado y el mazo ha caído sobre el Pacto Climático de Glasgow acordado por los 197 países.</p>
<p>Si el <a href="https://theconversation.com/es/topics/acuerdo-de-paris-87175">Acuerdo de París de 2015</a> proporcionó el marco para que los países abordaran el cambio climático, Glasgow, seis años después, ha sido la primera gran prueba de esta marca de agua de la diplomacia mundial. </p>
<p>¿Qué hemos aprendido de estas dos semanas de declaraciones de los líderes, protestas masivas y acuerdos paralelos sobre el carbón, la detención de la financiación de los combustibles fósiles y la deforestación, además del <a href="https://unfccc.int/sites/default/files/resource/cma2021_L16_adv.pdf">Pacto Climático de Glasgow</a> finalmente firmado?</p>
<p>Desde la eliminación del carbón hasta las lagunas del mercado del carbono, esto es lo que hay que saber:</p>
<h2>1. Progreso insuficiente en la reducción de emisiones</h2>
<p>El Pacto Climático de Glasgow supone un progreso gradual y no el avance decisivo necesario para frenar los peores impactos del cambio climático. El Gobierno del Reino Unido, como anfitrión y por tanto presidente de la COP26, quería “<a href="https://twitter.com/BorisJohnson/status/1455568026384863241">mantener vivos los 1,5 °C</a>”, el objetivo más fuerte del Acuerdo de París. Pero, en el mejor de los casos, podemos decir que el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C sobrevive con respiración asistida: tiene pulso pero está casi muerto.</p>
<p>El <a href="https://unfccc.int/sites/default/files/english_paris_agreement.pdf">Acuerdo de París</a> dice que las temperaturas deben limitarse a “muy por debajo” de 2 °C sobre los niveles preindustriales, y que los países deben “seguir esforzándose” para limitar el calentamiento a 1,5 °C. Antes de la COP26, el mundo estaba <a href="https://www.unep.org/resources/emissions-gap-report-2021">en camino de alcanzar los 2,7 °C de calentamiento</a>, basándose en los compromisos de los países, y en la expectativa de los cambios en la tecnología. Los anuncios realizados en la COP26, incluidos los nuevos compromisos de reducción de emisiones en esta década por parte de algunos países clave, han reducido esta cifra a <a href="https://climateactiontracker.org/global/temperatures/">una estimación óptima de 2,4 °C</a>. </p>
<p>Más países han anunciado objetivos netos a largo plazo. Uno de los más importantes ha sido el compromiso <a href="https://www.bbc.co.uk/news/world-asia-india-59125143">de India</a> de alcanzar las emisiones netas cero en 2070. Este país aseguró que empezaría rápidamente con una expansión masiva de la energía renovable en los próximos diez años para que represente el 50 % de su uso total, reduciendo sus emisiones en 2030 en 1 000 millones de toneladas (de un total actual de unos 2 500 millones). </p>
<p><a href="https://www.premiumtimesng.com/news/headlines/493040-cop26-nigeria-will-cut-carbon-emission-to-net-zero-by-2060-buhari-says.html">Nigeria</a>, un país en rápido crecimiento, también se comprometió a tener cero emisiones netas en 2060. Los países que representan el <a href="https://zerotracker.net/">90 % del PIB mundial</a> se han comprometido a alcanzar el objetivo de cero emisiones para mediados de este siglo.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Minibuses amarillos en una calle concurrida" src="https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=412&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=412&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=412&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Se prevé que la población de Nigeria supere a la de China este siglo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Santos Akhilele Aburime / shutterstock</span></span>
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<p>Un calentamiento mundial de 2,4 °C sigue estando claramente <a href="https://theconversation.com/cop26-what-would-the-world-be-like-at-3-c-of-warming-and-how-would-it-be-different-from-1-5-c-171030">muy lejos de 1,5 °C</a>. Lo que queda por resolver es la brecha en las emisiones a corto plazo. Parece que las emisiones globales se estabilizarán esta década en lugar de mostrar las drásticas reducciones necesarias para estar en la trayectoria de 1,5 °C que pide el pacto. Hay un abismo entre los objetivos de cero emisiones a largo plazo y los planes de reducción de emisiones de esta década. </p>
<h2>2. La puerta queda entreabierta para nuevos recortes en un futuro próximo</h2>
<p>El texto final del Pacto de Glasgow señala que los actuales planes climáticos nacionales, las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), están lejos de lo necesario para alcanzar 1,5 °C. También pide que los países vuelvan el año que viene con nuevos planes actualizados. </p>
<p>Según el Acuerdo de París, se necesitan nuevos planes climáticos cada cinco años. Por eso Glasgow, cinco años después de París (con retraso debido a la covid-19), era una reunión tan importante. Aplazar los nuevos planes climáticos al año que viene, en lugar de esperar otros cinco años, puede mantener los 1,5 °C con vida durante otros 12 meses, y da a los activistas otro año para cambiar la política climática de los Gobiernos. También abre la puerta a solicitar nuevas actualizaciones de las NDC a partir de 2022 para ayudar a aumentar la ambición en esta década.</p>
<p>El Pacto por el Clima de Glasgow también establece que el uso del carbón debe reducirse progresivamente, al igual que las subvenciones a los combustibles fósiles. La redacción es más débil que la de las propuestas iniciales, ya que el texto final sólo pide una “reducción progresiva” y no una “eliminación” del carbón, debido a una <a href="https://www.theguardian.com/environment/live/2021/nov/13/cop26-live-third-draft-text-expected-as-climate-talks-go-into-overtime?page=with:block-619012648f08b698cb951163#block-619012648f08b698cb951163">intervención de última hora de la India</a>, y de las subvenciones “ineficientes”. Pero esta es la primera vez que se mencionan los combustibles fósiles en una declaración de las conversaciones sobre el clima de la ONU. </p>
<p>En el pasado, Arabia Saudí y otros países eliminaron este tema. Se trata de un cambio importante, ya que por fin se reconoce que es necesario reducir rápidamente el uso del carbón y otros combustibles fósiles para hacer frente a la emergencia climática. Por fin se ha roto el tabú de hablar del fin de los combustibles fósiles.</p>
<h2>3. Los países ricos siguen ignorando su responsabilidad histórica</h2>
<p>Los países en vías de desarrollo han pedido financiación para pagar las “pérdidas y daños”, como los costes de los impactos de los ciclones y la subida del nivel del mar. Los pequeños estados insulares y los países vulnerables al clima afirman que las emisiones históricas de los principales contaminadores han provocado estos impactos y que, por tanto, la financiación es necesaria. </p>
<p>Los países desarrollados, <a href="https://www.politico.eu/article/eu-us-block-financial-support-climate-change-cop26/">liderados por EE. UU. y la UE</a>, se han resistido a asumir cualquier responsabilidad por estas pérdidas y daños, y han vetado la creación de un nuevo fondo de pérdidas y daños, una forma de apoyar a las naciones vulnerables, a pesar de que la mayoría de los países lo reclaman. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Gráfico de las emisiones históricas acumuladas" src="https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=459&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=459&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=459&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=576&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=576&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=576&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los 20 mayores contribuyentes a las emisiones acumuladas de CO2 1850-2021, en miles de millones de toneladas, desglosados en subtotales de combustibles fósiles y cemento (gris), así como de uso del suelo y silvicultura (verde).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.carbonbrief.org/analysis-which-countries-are-historically-responsible-for-climate-change">CarbonBrief</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">CC BY-NC-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>4. Las lagunas del mercado del carbono podrían socavar el progreso</h2>
<p>Los mercados de carbono podrían suponer un salvavidas para la industria de los combustibles fósiles, permitiéndoles reclamar “compensaciones de carbono” y continuar con su actividad (casi) como siempre. </p>
<p>Seis años después, después de una tortuosa serie de negociaciones, se ha llegado a un acuerdo sobre el artículo 6 del Acuerdo de París, relativo a los enfoques de mercado y no relacionados con el mercado para el comercio de carbono. Se han resuelto las peores y mayores lagunas, pero todavía hay margen para que los países y las empresas <a href="http://unearthed.greenpeace.org/2021/05/04/carbon-offsetting-british-airways-easyjet-verra/">jueguen con el sistema</a>. </p>
<p>Fuera del proceso de la COP, necesitaremos normas mucho más claras y estrictas para <a href="https://trove-research.com/wp-content/uploads/2021/06/Trove-Research-Carbon-Credit-Demand-Supply-and-Prices-1-June-2021.pdf">las compensaciones de carbono de las empresas</a>. De lo contrario, es de esperar que las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación saquen a la luz casos de compensaciones de carbono en el marco de este nuevo régimen, cuando surjan nuevos intentos de cerrar estas lagunas.</p>
<h2>5. Agradezcamos a los activistas del clima los avances: sus próximos movimientos serán decisivos</h2>
<p>Está claro que los países poderosos se están moviendo con demasiada lentitud y que han tomado la decisión política de no apoyar un cambio radical tanto en las emisiones de gases de efecto invernadero como en la financiación para ayudar a los países de bajos ingresos a adaptarse al cambio climático y dejar atrás la era de los combustibles fósiles. </p>
<p>Pero su población y, en particular, los defensores del clima, les están presionando mucho. De hecho, en Glasgow se han producido enormes protestas, tanto en la marcha de los jóvenes de Fridays for Future como en el Día de Acción Global del sábado, que han superado ampliamente las cifras previstas. </p>
<p>Esto significa que los próximos pasos de los activistas y del movimiento climático son importantes. En el Reino Unido se tratará de impedir que el Gobierno conceda una licencia para explotar el nuevo <a href="https://www.bbc.co.uk/news/uk-scotland-57762927">yacimiento petrolífero de Cambo</a> frente a la costa norte de Escocia. </p>
<p>Se espera que haya más acciones enfocadas a la financiación de proyectos de combustibles fósiles, ya que los activistas quieren reducir las emisiones privando a la industria de capital. Sin estos movimientos que presionan a los países y a las empresas, incluso en la COP27 de Egipto, no frenaremos el cambio climático ni protegeremos nuestro precioso planeta.</p>
<hr>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
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</figure>
<p><em>Este artículo forma parte de la cobertura de <a href="https://page.theconversation.com/cop26-glasgow-2021-climate-change-summit/">The Conversation sobre la COP26</a>, la conferencia sobre el clima de Glasgow.</em></p>
<p><em>Siga la cobertura completa en <a href="https://page.theconversation.com/cop26-glasgow-2021-climate-change-summit/">inglés</a>, <a href="https://theconversation.com/fr/topics/cop26-104786">francés</a>, <a href="https://theconversation.com/ca-fr/topics/cop26-104786">francés canadiense</a>, <a href="https://theconversation.com/id/topics/cop26-85556">bahasa indonesio</a> y <a href="https://theconversation.com/es/topics/cop26-97674">español</a>, <a href="https://page.theconversation.com/cop26-glasgow-2021-climate-change-summit/">aquí</a>.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/171867/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Simon Lewis ha recibido financiación del Natural Environment Research Council, la Royal Society, la Unión Europea, el Leverhulme Trust, el Centre for International Forestry, la National Parks Agency of Gabon, Microsoft Research, la Gordon and Betty Moore Foundation, el Greenpeace Fund, la David and Lucile Packard Foundation y el Children's Investment Fund.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Mark Maslin es director fundador de Rezatec Ltd, codirector de la Asociación de Formación Doctoral del NERC de Londres, miembro del Comité Asesor del Festival de Ciencia de Cheltenham y miembro del Grupo Asesor de la Crisis Climática. Es miembro no remunerado del Consejo de RSC de Sopra-Steria y del Consejo Asesor de Sheep Included Ltd. En el pasado ha recibido subvenciones del NERC, el EPSRC, el ESRC, el DFG, la Royal Society, el DIFD, el BEIS, el DECC, el FCO, Innovate UK, el Carbon Trust, la Agencia Espacial del Reino Unido, la Agencia Espacial Europea, Research England, el Wellcome Trust, el Leverhulme Trust, la Fundación del Fondo de Inversión para la Infancia Sprint2020 y el British Council. En el pasado ha recibido financiación para investigación de The Lancet, Laithwaites, Seventh Generation, Channel 4, JLT Re, WWF, Hermes, CAFOD, HP y el Royal Institute of Chartered Surveyors.</span></em></p>En la COP26 se han producido progresos graduales, pero no el avance decisivo que se necesitaba.Simon Lewis, Professor of Global Change Science at University of Leeds and, UCLMark Maslin, Professor of Earth System Science, UCLLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1622802021-06-22T18:37:12Z2021-06-22T18:37:12Z¿Cómo podemos capturar CO₂ para mitigar el cambio climático?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/407512/original/file-20210621-20-tx2gpm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C15%2C5129%2C3396&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/co2-carbon-dioxide-cloud-smog-drawing-1646071207">Shutterstock / Azer Merz</a></span></figcaption></figure><p>La reducción drástica de emisiones de CO₂ a la atmósfera se ha convertido en uno de los grandes retos a nivel mundial para mitigar los efectos del cambio climático. Actualmente, el sector de generación de energía eléctrica es responsable de la emisión de <a href="https://www.iea.org/data-and-statistics/data-browser?country=WORLD&fuel=CO2%20emissions&indicator=CO2BySector">alrededor de un tercio de las emisiones globales de CO₂</a>, lo que obliga a cambios estructurales en el sector en los próximos años. </p>
<p>El CO₂ emitido a la atmósfera en las plantas termoeléctricas es parte de los gases que se forman al quemar combustibles fósiles. El total de emisiones de CO₂ anuales del sector energético a nivel mundial alcanzó un máximo histórico en 2018-2019 (precovid): <a href="https://www.iea.org/articles/global-co2-emissions-in-2019">33 500 millones de toneladas</a>. Según los expertos, y para cumplir lo acordado por buena parte de los gobiernos mundiales en París (COP21, 2015), <a href="https://www.iea.org/reports/energy-technology-perspectives-2020">las emisiones de CO₂ en 2070 deberían ser nulas</a>.</p>
<h2>La receta para el éxito energético</h2>
<p>Las energías renovables están teniendo un gran desarrollo en los últimos años, destacando especialmente la energía eólica y la energía solar fotovoltaica. Estas suponen aproximadamente <a href="https://www.iea.org/reports/energy-technology-perspectives-2020">un 5 % de la producción energética mundial en la actualidad</a>. </p>
<p>Estas tecnologías son competitivas en costes, eficientes, y están libres de emisiones de CO₂. Sin embargo, a pesar de su gran desarrollo, el camino por recorrer es largo, y el actual ritmo de cambio insuficiente. </p>
<p>Debido al aumento de la población mundial y al incremento del consumo energético derivado de la industrialización de regiones en vías de desarrollo (por ejemplo, India), las emisiones globales de CO₂ no se están reduciendo. Además, los sistemas de almacenamiento de energía actuales son, en su mayoría, costosos y poco escalables a grandes plantas de energía. Esto nos hace dependientes de los combustibles fósiles cuando no se dan condiciones adecuadas de viento o sol. </p>
<p>Así, además de la implantación masiva de energías renovables, es necesaria la implantación masiva de sistemas de almacenamiento de energía, producir a gran escala vectores energéticos como el hidrógeno a partir de renovables y además capturar el CO₂ emitido en las centrales termoeléctricas de combustibles fósiles (gas natural, carbón). Esta es la receta consensuada por la comunidad científica. </p>
<h2>¿Cómo podemos capturar y almacenar CO₂?</h2>
<p>Los gases contaminantes producidos al obtener energía de los combustibles fósiles están formados principalmente por nitrógeno, CO₂ y vapor de agua. El proceso de captura consiste en separar el CO₂ del resto de gases. Una vez separado, puede ser almacenado geológicamente en el subsuelo o, lo que es preferible, valorizado como materia prima para la producción de materias importantes industrialmente, como pueden ser metano, azúcares, etc. </p>
<p>La gran dificultad del proceso de captura radica realmente en la separación del nitrógeno y del CO₂ presente en los gases de combustión, ya que el vapor de agua puede eliminarse fácilmente por condensación. Existen diversas alternativas para capturar el CO₂ emitido a partir de combustibles fósiles:</p>
<ul>
<li><p><strong>Sistemas precombustión</strong>: consisten en modificar el combustible fósil de partida para obtener mezclas de H₂ y CO₂ antes del proceso de combustión.</p></li>
<li><p><strong>Sistemas de oxycombustión:</strong> se sustituye el aire necesario para la combustión (comburente) por O₂ para que, una vez producida, los productos sean CO₂ y vapor de agua. Sin nitrógeno en la mezcla de gases, la obtención de CO₂ puro se simplifica. </p></li>
<li><p><strong>Sistemas postcombustión:</strong> se produce la captura de CO₂ (siendo este un 5-15 % en volumen del total) de la mezcla de gases.</p></li>
</ul>
<p>De entre estos sistemas, los sistemas precombustión y postcombustión basados en aminas se encuentran en escala comercial, con algunas instalaciones en el mundo. No obstante, los sistemas precombustión actualmente implican un gran consumo energético y las aminas, además, presentan problemas de toxicidad, corrosión y elevado coste. Por eso en los últimos años se están proponiendo diferentes alternativas. Una de las más interesante es la basada en el <a href="https://www.jstage.jst.go.jp/article/kona/advpub/0/advpub_2021005/_article/-char/en"><em>calcium-looping</em></a>, que consiste en el proceso cíclico de calcinación-carbonatación de carbonato cálcico. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/406862/original/file-20210616-23-10wzt25.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/406862/original/file-20210616-23-10wzt25.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/406862/original/file-20210616-23-10wzt25.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=398&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/406862/original/file-20210616-23-10wzt25.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=398&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/406862/original/file-20210616-23-10wzt25.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=398&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/406862/original/file-20210616-23-10wzt25.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=500&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/406862/original/file-20210616-23-10wzt25.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=500&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/406862/original/file-20210616-23-10wzt25.PNG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=500&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Esquema conceptual de captura de CO₂ a partir de cal (CaO).</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Captura de CO₂ a partir de caliza</h2>
<p>El proceso de <em>calcium-looping</em> consiste en producir óxido de calcio (cal viva) a partir de la reacción de calcinación de la piedra caliza (carbonato cálcico), una reacción muy conocida desde hace cientos de años pues es la base de la industria del cemento. La cal producida se introduce en un reactor donde entra en contacto con los gases de combustión. Allí tiene lugar la reacción de carbonatación entre la cal y el CO₂, produciendo de nuevo carbonato cálcico para cerrar el ciclo. Y así sucesivamente. </p>
<p>Entre las ventajas que presenta esta tecnología destacan la eficiencia del proceso (captura mayor del 90 %), el menor consumo energético que otro procesos de captura y, sobre todo, el bajo coste, la no toxicidad y la amplia disponibilidad de la materia prima, la caliza, uno de los materiales más abundantes de la corteza terrestre. Entre los retos, gestionar eficientemente las altas temperaturas a las que se produce el proceso (650-950°C) y reducir la desactivación de la cal a medida que transcurren los ciclos. </p>
<p>La prometedora tecnología del <em>calcium-looping</em> se encuentra aun en una etapa de desarrollo. Es fundamental, como en otros ámbitos, una apuesta decidida por la investigación. Para ello son necesarios proyectos demostradores que evalúen las opciones de escalado del proceso, minimizando riesgos antes de llegar a la etapa comercial. </p>
<p>En la fase actual, un adecuado desarrollo de la investigación llevaría a su comercialización en un periodo aproximado de 5-7 años, con un impacto medioambiental muy positivo. Estamos a tiempo, y está en nuestra mano.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/162280/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carlos Ortiz Domínguez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Además de la implantación de las renovables, las tecnologías de captura de CO₂ son un factor fundamental para la transformación energética. La basada en el uso de caliza es especialmente sostenible.Carlos Ortiz Domínguez, Profesor Investigador en el Departamento de Ingeniería, Universidad Loyola AndalucíaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1617642021-06-08T10:03:43Z2021-06-08T10:03:43ZEl daño colateral de los pactos verdes: el colonialismo ambiental<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/403776/original/file-20210601-27-ni3eoz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5042%2C3343&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Salinas Grandes, en Jujuy, Argentina, zona de extracción de litio para baterías.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/blue-water-swimming-pool-dug-salt-1574862037">Shutterstock / M. Etcheverry</a></span></figcaption></figure><p>Recientemente hemos introducido el concepto de <a href="https://theconversation.com/pandemia-ambiental-salto-evolutivo-o-involucion-155240">pandemia ambiental</a>, con el objetivo de precisar el término cambio climático. </p>
<p>Hemos destacado asimismo la importancia estratégica de la cooperación y el multilateralismo para enfrentarnos a sus consecuencias y a <a href="https://fundacionsistema.com/el-trilema-politico-en-la-sociedad-actual-un-analisis-desde-una-perspectiva-interdisciplinar-sobre-el-soporte-de-la-evolucion/">los dilemas o incluso trilemas</a> que se generan en los debates sobre sus causas, consecuencias y posibles soluciones.</p>
<p>En los últimos meses se han reforzado las propuestas para reducir la emisión de dióxido de carbono (CO₂). Las economías más desarrolladas están apostando por la descarbonización de la producción de energía y el desarrollo de soluciones ecotecnológicas, basadas en tecnologías limpias y fuentes energéticas renovables. </p>
<p>Para ello se están planteando los denominados pactos verdes. Entre ellos el <a href="https://www.consilium.europa.eu/es/policies/green-deal/">Pacto Verde Europeo de 2019</a> y el <a href="https://ethic.es/2020/11/crisis-climatica-que-podemos-esperar-de-la-presidencia-de-joe-biden/">Green New Deal</a> en Estados Unidos.</p>
<p>Este nuevo contrato social para regular la relación del ser humano con el planeta Tierra busca una transición hacia una economía más competitiva y a la vez más justa y próspera, con un aprovechamiento responsable de los recursos.</p>
<p>Sin embargo, es preocupante observar cómo estos <a href="https://ethic.es/2021/05/provocan-danos-colaterales-los-pactos-verdes/">pactos verdes puedan ser considerados como una mera oportunidad geopolítica y de negocio</a>. Como consecuencia, prevalece la visión económica-especulativa sobre la posibilidad de desarrollar economía y ecología sociales.</p>
<h2>Desigualdad ambiental entre países</h2>
<p>Es cierto que las nuevas fuentes de energía renovables se distribuyen de forma relativamente igualitaria en nuestro planeta. Pero esto no significa que sean fácilmente accesibles y gratuitas. Ni <a href="https://elpais.com/economia/2021-03-28/jeremy-rifkin-hubo-guerras-por-los-combustibles-fosiles-pero-el-sol-y-el-viento-no-se-pueden-controlar.html">que no se puedan controlar</a>.</p>
<p>Para este control requieren de unas avanzadas tecnologías para su captación, almacenamiento y distribución. Estas dependen de la abundancia de ciertas materias primas: cobre, fundamental para la industria de placas solares, o litio, esencial para las baterías.</p>
<p>Así, los recursos naturales <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0309132510376849">continúan siendo considerados como mercancías</a>. <a href="https://doi.org/10.4000/rccs.5262">Mercancías ecológicas</a> en este caso. </p>
<p>La explotación de estas nuevas energías y el comercio y especulación con los residuos generados por las energías fósiles, fundamentalmente con <a href="https://theconversation.com/mercados-de-carbono-locales-mucho-mas-que-un-instrumento-para-reducir-emisiones-121008">los derechos de emisión de CO₂</a>, han inaugurado, respectivamente, una nueva modalidad de colonialismo energético y colonialismo del carbono. Ambos caracterizados por la reducida capacidad de participación en la toma de decisiones de los países en vías de desarrollo o los denominados países del Sur Global.</p>
<h2>¿Qué es el colonialismo?</h2>
<p>Los procesos de colonización supusieron para pueblos de todo el mundo (colonias) la imposición de una pretendida modernidad por parte de civilizaciones supuestamente más avanzadas, mediante la dominación política, social y económica. </p>
<p><a href="https://www.clubderomagv.org/carlos-alvarez-pereira-el-quinto-elemento-vida-y-civilizacion-en-la-encrucijada/">Carlos Álvarez Pereira califica el colonialismo</a> como una tragedia reconocida por Occidente, que “aún mantiene el sentimiento de superioridad moral por su autopercepción de ser la civilización más ‘avanzada’”. Y señala que convive y contrasta con el todavía vivo “sentimiento de pérdida y humillación en africanos, asiáticos e indígenas de todo el mundo”.</p>
<p>El colonialismo se ha expresado a través de la <a href="https://doi.org/10.4000/rccs.5262">explotación, soportada mediante la imposición de la fuerza</a>, de los recursos naturales, la fuerza de trabajo y los bienes culturales de las colonias. Y con el establecimiento de actividades económicas altamente contaminantes que los países más desarrollados deslocalizan y trasladan a estas.</p>
<h2>El colonialismo ambiental</h2>
<p>Estamos ante lo que podría calificarse como un salto innovador del colonialismo, hacia un <a href="https://ethic.es/2021/05/provocan-danos-colaterales-los-pactos-verdes/">colonialismo ambiental</a>, caracterizado por:</p>
<ul>
<li><p>La explotación de los recursos naturales renovables.</p></li>
<li><p>El vertido de residuos tóxicos de actividades productivas (residuos industriales) y del consumo (residuos tecnológicos, plásticos) en el aire, el agua y la tierra de los países colonizados.</p></li>
<li><p>La externalización o deslocalización de la huella de carbono de los países más desarrollados y ricos, mediante la deslocalización de la producción industrial.</p></li>
<li><p>El comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero. </p></li>
</ul>
<p>Estos nuevos modos de colonialismo pueden considerarse como <a href="https://iep.utm.edu/neocolon/#H4">neocolonialistas</a>. El resultado es una dominación que se logra <a href="https://blogs.lse.ac.uk/africaatlse/2017/11/15/lets-talk-about-neo-colonialism-in-africa/">a través de mecanismos de apalancamiento político y económico</a>.</p>
<p>Atiles-Osoria <a href="https://doi.org/10.4000/rccs.5262">distingue entre las prácticas extractivas coloniales y el colonialismo ambiental</a>. Se basa en el carácter ideológico y estratégico de este último. Y en que se legitima bajo la promesa de una retribución: “un sistema de gestión de los recursos naturales a cambio del cual las élites del país recibirán algún beneficio (p. ej. desarrollo, modernización, etc.)”. A diferencia del colonialismo histórico, que explota con violencia y sin compensación para el subordinado.</p>
<p>Parece inevitable que la crisis climática se vincule con la persistente realidad del colonialismo, que no desaparecerá con la descarbonización y el tránsito hacia las energías renovables, ni con los pactos, políticas y economías verdes.</p>
<p>Algunos autores se refieren ya a una <a href="https://elpais.com/economia/2021-03-28/la-batalla-climatica-determinara-quien-lidera-la-economia-mundial.html">batalla climática</a> con previsibles <a href="https://ethic.es/2017/09/cambio-climatico-inflama-geopolitica/">consecuencias económicas y geopolíticas</a>. Esta contienda está relacionada con las estrategias y procesos de lucha contra la emergencia climática y del control de las materias primas clave. Limita la capacidad de los países y de sus pueblos para beneficiarse de sus propios recursos. Y <a href="https://elpais.com/economia/2021-05-10/la-nueva-edad-de-oro-del-cobre-y-la-soja-da-oxigeno-a-america-del-sur.html">puede tener efectos perversos</a>, como el incremento de la inflación y la consiguiente subida desmesurada de los precios de los alimentos y artículos de primera necesidad.</p>
<h2>Antídotos: multilateralismo e inteligencia colectiva</h2>
<p>Existe el riesgo de que el colonialismo ambiental, a modo de una nueva pesadilla, desbarate los objetivos de afrontar la pandemia ambiental a través de un pacto verde verdaderamente global y solidario.</p>
<p>La conciencia ambiental debe ir paralela con la conciencia humanística, para que todos los pueblos del planeta se beneficien de este movimiento ecológico sin marginación ni explotación por otros. </p>
<p>En este sentido, los pactos verdes, además del compromiso tecnológico y ambiental, deben incluir un compromiso social, humanístico y solidario, basado en los valores éticos de responsabilidad, empatía y justicia social.</p>
<p>A nuestro modesto entender, <a href="https://ethic.es/2021/05/se-busca-antidoto-para-la-pandemia-ambiental/">la posibilidad de actuar radica en el multilateralismo</a>, frente al populismo nacionalista y el neoimperialismo, Y dentro de él, a iniciativas que reflexionen y analicen los efectos de estas políticas bajo perspectivas multidisciplinares. Un ejemplo es el panel del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (<a href="https://www.ipcc.ch/languages-2/spanish/">IPCC</a>). </p>
<p>Esta u otras iniciativas equivalentes deben cimentarse en una gobernanza de las instituciones y de la ciudadanía, basándose en valores, en el cuidado del interés y el bienestar común, y en el uso del aprendizaje y de nuestra inteligencia colectiva de especie.</p>
<h2>Frente al colonialismo, empoderamiento</h2>
<p>La respuesta al dilema entre colonizar o empoderar ambientalmente incide sobre otra de las pandemias contemporáneas: la desigualdad.</p>
<p>En el mundo globalizado, las economías más desarrolladas, al mitigar los efectos de la deslocalización de su huella medioambiental y contribuir a la sostenibilidad global, deben incorporar e implicar al resto de países. Especialmente a los menos desarrollados. </p>
<p>Asimismo, deben considerar su huella de carbono con una perspectiva global, estableciendo sus planes y objetivos valorando el efecto sobre el conjunto del planeta.</p>
<p>Tienen ante sí el reto de contribuir a una justicia social y geopolítica ambiental global, facilitando a los países en vías de desarrollo la transferencia de riqueza y de tecnología, con el fin de que puedan establecer y gestionar sus propias agendas y políticas de explotación de sus recursos naturales verdes y de mitigación de su huella medioambiental.</p>
<p>Una lucha que tiene, entre otras aspiraciones, el “utilitarista” objetivo de mantener el planeta Tierra, nuestro hogar, en condiciones que permitan a las generaciones venideras vivir en un mundo más solidario y justo social y ambientalmente.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/161764/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jesús Rey Rocha es socio fundacional de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC) y miembro de su Junta Directiva.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Emilio Muñoz Ruiz es socio promotor de la AEAC y miembro de su Consejo Consultivo. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Víctor Ladero es investigador del Instituto Investigaciones Sanitarias de Asturias (ISPA) y socio fundacional de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC).</span></em></p>Los acuerdos para frenar el cambio global deben tener una visión social y solidaria, para que todos los pueblos del planeta salgan beneficiados, y no haya regiones marginadas ni explotadas.Jesús Rey Rocha, Investigador Científico en Ciencia, Tecnología y Sociedad, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)Emilio Muñoz Ruiz, Profesor de Investigación. Unidad de Investigación en Cultura Científica del CIEMAT, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)Víctor Ladero, Científico Titular, Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA - CSIC) Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1583932021-04-06T18:56:45Z2021-04-06T18:56:45ZCinco reglas para elegir alimentos que mejoren su salud y la del planeta<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/393635/original/file-20210406-19-6i3uq7.JPG?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C4007%2C3024&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Besugos certificados con etiquetas pescadeRias (flota artesanal) y Pescaenverde (bajo huella de carbono) en una subasta en la lonja de Ribeira (A Coruña).</span> <span class="attribution"><span class="source">Gumersindo Feijoo</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Desde el punto de vista nutricional, una dieta equilibrada, como la atlántica o la mediterránea, presenta múltiples beneficios para nuestra salud, ya que ayuda a mitigar y reducir el impacto negativo de diversas enfermedades. </p>
<p>El beneficio personal también puede extenderse al bien colectivo y contribuir al cuidado del planeta cuando consumimos productos respetuosos con el medio ambiente, ya que se debe tener en cuenta que la producción y consumo de alimentos conlleva un gran impacto ambiental. Para dilucidar la cuantificación de dicho impacto, son dos los indicadores que podemos utilizar: huella de carbono y huella hídrica.</p>
<h2>Huella de carbono y huella hídrica</h2>
<p>La huella de carbono es una medida de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y se define como la cantidad de dióxido de carbono equivalente que un producto genera en un período de tiempo a lo largo de su ciclo de vida (extracción, producción, envasado, transporte, consumo y gestión de residuos). </p>
<p>Junto con los sectores energético y del transporte, el sector de la alimentación es una de las actividades antropogénicas con mayor generación de GEI. Actualmente, el <a href="https://theconversation.com/es/topics/acuerdo-de-paris-87175">Acuerdo de París</a> trata de poner límite a todas estas emisiones, de forma que cada país se compromete a una reducción efectiva de las mismas (Figura 1). </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/393441/original/file-20210405-19-erkli8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/393441/original/file-20210405-19-erkli8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/393441/original/file-20210405-19-erkli8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/393441/original/file-20210405-19-erkli8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/393441/original/file-20210405-19-erkli8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/393441/original/file-20210405-19-erkli8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/393441/original/file-20210405-19-erkli8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/393441/original/file-20210405-19-erkli8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Figura 1. Emisiones de CO₂ per cápita en el mundo. Los tres sectores principales de emisión: energía, transporte y alimentación.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://show.pics.io/co2-earth-weekly-graphics">Gumersindo Feijoo. Gráfico del márgen inferior izquierdo, de CO2.Earth</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Por otra parte, la huella hídrica cuantifica el volumen total de agua dulce usada a lo largo de toda la cadena de valor para producir los bienes que habitualmente consumimos. La FAO ha establecido que <a href="http://www.fao.org/fao-stories/article/es/c/1185408/">un 70 % de la huella hídrica mundial está relacionada con la producción de alimentos</a>.</p>
<p>Los <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1749772820300415">valores de ambas huellas</a> son bastante variables en función del sistema de producción (Figura 2) y del tipo de alimento:</p>
<ul>
<li><p>Las frutas tienen valores medios de 350 g CO₂(eq)/kg y 900 L/kg para la huella de carbono e hídrica, respectivamente.</p></li>
<li><p>Las legumbres y hortalizas presentan valores promedio de 450 g CO₂(eq)/kg y 250 L/kg. </p></li>
<li><p>En la leche y derivados lácteos, se observan valores en un orden de magnitud superior, situándose en promedios de 1 500 g CO₂(eq)/kg y 1 000 L/kg. </p></li>
<li><p>Los pescados y las carnes presentan variaciones notables en función de la especie. A modo de ejemplo, la sardina se sitúa en 360 g CO₂(eq)/kg, el bacalao en 1 500 g CO₂(eq)/kg, el pollo en 3 000 g CO₂(eq)/kg y la ternera en 9 000 g CO₂(eq)/kg.</p></li>
</ul>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/393548/original/file-20210406-13-2te6ah.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/393548/original/file-20210406-13-2te6ah.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/393548/original/file-20210406-13-2te6ah.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/393548/original/file-20210406-13-2te6ah.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/393548/original/file-20210406-13-2te6ah.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/393548/original/file-20210406-13-2te6ah.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/393548/original/file-20210406-13-2te6ah.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/393548/original/file-20210406-13-2te6ah.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Figura 2. Huella de carbono y huella hídrica de algunos de los alimentos que forma parte del carro típico de compra español.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Gumersindo Feijoo</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Cómo elegir los alimentos más sostenibles</h2>
<p>Una vez definida la dieta adecuada a nuestro estilo de vida, edad y estado de salud, disponemos de una gran variedad de alimentos con funcionalidades y propiedades nutricionales similares. Llega entonces el momento de introducir 5 reglas básicas y fáciles de incorporar en nuestro consumo diario que, en términos generales, permitan garantizar una minimización del impacto ambiental de los alimentos a consumir.</p>
<ol>
<li><p><strong>Verificar el origen de los alimentos.</strong> Como hace ya más de 15 años publicitaba una gran cadena de distribución alimentaria francesa: “<em>Moins de transport, moins de CO₂</em>” (<em>Menos transporte, menos CO₂</em>). Bajo esta premisa ha surgido el apelativo de concienciación de Km 0, que consiste en identificar los alimentos producidos en un radio de 100 km al punto de consumo, siendo así una llamada a potenciar el producto local.</p></li>
<li><p><strong>Analizar el envase.</strong> A menudo, el continente tiene un mayor impacto que el contenido. Los envases pueden poseer una alta intensificación de material (sobreenvasados) y energética (consumo de combustibles fósiles en su fabricación). Orientar la compra a productos con envase mínimo y biodegradable es siempre una buena opción ambiental.</p></li>
<li><p><strong>Respetar la temporalidad de los productos</strong>. Está asociada a cada estación del año y región del planeta, acorde a los ciclos naturales de producción. La coordinación entre las condiciones climáticas y los sistemas de producción suponen una reducción notable de la huella de carbono e hídrica.</p></li>
<li><p><strong>Buscar la presencia de ecoetiquetas</strong>. Pueden certificar y garantizar que se alcanzan diversos criterios ecológicos, lo que a su vez permite potenciar y fomentar la incorporación de dichas estrategias en el <em>marketing</em> (Figura 3). Si bien es cierto que la aplicación de estas cuatro reglas va a depender de la oferta, se trata en definitiva de influir en la misma con nuestra demanda.</p></li>
<li><p><strong>Reducir el desperdicio de alimentos.</strong> Esta quinta y última regla depende exclusivamente del consumidor. Basta pensar en la cantidad de materia y energía necesaria para que los alimentos lleguen a nuestras neveras y alacenas, para que lamentablemente no sean consumidos y, por tanto, se conviertan directamente en residuos. Una mayor concienciación en este aspecto ayudaría a reducir el actual desperdicio medio en nuestros hogares.</p></li>
</ol>
<p>Una reducción del 50 % en la pérdida de alimentos en los hogares puede llegar a suponer en España la emisión anual de medio millón de toneladas de CO₂(eq) (que, teniendo en cuenta que el valor medio durante el 2020 en el mercado de CO₂ fue 24,75 €/tonelada, supondría unos bonos por valor 12 millones de euros) y 510 Hm³ de agua (prácticamente el consumo de agua anual de Berlín y Madrid).</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/393549/original/file-20210406-13-195ktxs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/393549/original/file-20210406-13-195ktxs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/393549/original/file-20210406-13-195ktxs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/393549/original/file-20210406-13-195ktxs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/393549/original/file-20210406-13-195ktxs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/393549/original/file-20210406-13-195ktxs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/393549/original/file-20210406-13-195ktxs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/393549/original/file-20210406-13-195ktxs.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Figura 3. Ecoetiquetas. Arriba: fotografía en una subasta en la lonja de Ribeira con Besugos certificados con pescadeRias (flota artesanal) y Pescaenverde (bajo huella de carbono). Abajo: venta a granel de banana con la certificación de Rainforest Alliance que verifica criterios ambientales y sociales.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Gumersindo Feijoo</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>En el <a href="https://www.researchgate.net/publication/343386633_Environmental_footprints_and_cost_analysisxlsx">este enlace</a> está disponible una hoja de cálculo sencilla para estimar el impacto ambiental y económico que produce el desperdicio de los 64 alimentos más comunes en el carro de la compra del consumidor. </p>
<p>Es el momento de convertirnos en parte activa con el compromiso medioambiental del planeta, cada uno de nosotros podemos aportar nuestro grano de arena.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/158393/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gumersindo Feijoo Costa no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Además de elegir los productos que compramos según sus valores nutricionales, podemos fijarnos en criterios de sostenibilidad, como su origen, su envasado y su estacionalidad.Gumersindo Feijoo Costa, Catedrático de Ingeniería Química, Universidade de Santiago de CompostelaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1423912020-09-07T19:18:29Z2020-09-07T19:18:29ZLa economía europea no reduce emisiones de CO2, las deslocaliza<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/356732/original/file-20200907-22-1mngrui.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C977%2C6575%2C3425&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Chimeneas humeantes de una central eléctrica junto al río Hai en su desembocadura en el mar de Bohai (Tianjin, China).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/tianjinchinaapril-122020smoking-chimneys-power-plant-located-1710783679">Shutterstock / YPPicturesPro</a></span></figcaption></figure><p>A lo largo del siglo XXI, la mayoría de los países de la Unión Europea (UE) ha conseguido resultados destacados en la reducción de las emisiones dentro de su territorio. En particular, las emisiones de CO₂ por la quema de combustibles dentro de España cayeron un 12% entre 2000 y 2018, según el <a href="https://www.ine.es/jaxi/Tabla.htm?path=/t26/p084/base_2010/serie/l0/&file=01001.px&L=0">INE</a>. En Alemania disminuyeron un 16%; en Francia, un 20%; en Italia, un 25%; y en el Reino Unido, un 32%. </p>
<p>¿Estas cifras indican que la Unión Europea está luchando adecuadamente contra el cambio climático? La respuesta, desgraciadamente, es que no del todo. Los distintos <a href="https://www.miteco.gob.es/es/prensa/pniec.aspx">Planes Integrados de Energía y Clima</a> que tienen que presentar los países europeos para hacer frente al Acuerdo de París deberían de ser más ambiciosos a la hora de establecer medidas que reduzcan las emisiones incorporadas en el comercio internacional. </p>
<p>¿Por qué más ambiciosos? </p>
<p>Primero, porque los planes individuales de cada país sumados no son suficientes para el objetivo del <a href="https://unfccc.int/es/process-and-meetings/the-paris-agreement/que-es-el-acuerdo-de-paris">Acuerdo de París</a> de limitar el aumento de la temperatura a 2 grados centígrados. </p>
<p>Segundo, porque, de hecho, la mayoría del CO₂ incorporado en los bienes y servicios que consumimos cotidianamente (ropa, móviles, electrodomésticos, coches, restaurantes, centros comerciales, hospitales, hoteles, etc…) se emite en las etapas intermedias de fabricación de partes o <em>inputs</em> necesarios para obtener el producto final que tienen lugar en otras partes del mundo. Estas “fugas de emisiones” vía comercio internacional permiten cuantificar qué parte de las emisiones incorporadas en un bien final se produce en otros países distintos. </p>
<p>Así, en el mismo periodo, 2000-2018, las emisiones globales de CO₂ crecieron un 41%, lo cual indica que las reducciones alcanzadas dentro de la UE han sido contrarrestadas por incrementos de mayor magnitud en las emisiones de otros países como China e India, en donde las emisiones territoriales aumentaron en un 200% y 144%, respectivamente. </p>
<h2>Fuga de emisiones y refugio de emisiones</h2>
<p>En el mundo globalizado de hoy, las cadenas de producción están fragmentadas geográficamente y repartidas en diferentes puntos del planeta, y, por ello, la fabricación de un solo producto desencadena la emisión de CO₂ en distintos países del mundo. </p>
<p>Por ejemplo, el iPhone de Apple es diseñado en Estados Unidos, en su fabricación se utilizan componentes que han sido producidos en Malasia, la memoria en India, con cobre de Mongolia y Chile, y finalmente se ensambla en China. Esto genera efectos positivos sobre el empleo y la renta en los países mencionados. Pero, al mismo tiempo, implica que el consumo de un producto cualquiera (importado o nacional) nos hace responsables de una porción de las emisiones generadas en distintos países extranjeros.</p>
<p>En un artículo recientemente, publicado en <a href="http://www.revistasice.com/index.php/ICE/article/view/6990">ICE, Revista de Economía</a>, comprobamos cómo en 2014, de cada 100 toneladas de CO₂ que eran emitidas a la atmósfera para producir todo lo que consumen los españoles, casi la mitad, 49 toneladas, se generaron fuera del país. En ese año, el 75% de las emisiones incorporadas en las importaciones españolas fueron liberadas en países fuera de la UE, principalmente en China (20%), Rusia (6%), India (3%) y Estados Unidos (3%); mientras que dentro de la UE destacan las emisiones importadas desde Alemania (6%), Francia (4%) e Italia (3%). </p>
<h2>China, un refugio de las emisiones de España</h2>
<p>Entre esos países, China es el que más se destaca y puede afirmase que se ha convertido en un refugio de emisiones de España, no sólo por el tamaño de su economía, sino también por su alta dependencia energética del carbón, cuya combustión genera enormes cantidades de CO₂. </p>
<p>Las emisiones importadas por España se concentran en dos sectores: el de maquinaria y equipo (maquinaria industrial, electrodomésticos, ordenadores, móviles, etc.) y el de productos químicos y derivados del petróleo (todo tipo de químicos, productos de aseo, medicamentos, plástico, gasolina, etc.). Esto se debe principalmente a que la producción en los sectores mencionados es intensiva en energía y muchas de sus etapas productivas se desarrollan en países con una matriz energética altamente dependiente de combustibles fósiles.</p>
<p>En estas condiciones, el problema de la fuga de emisiones que enfrenta España y la mayoría de países desarrollados se encuentra inmerso en una dinámica económica en la que intervienen múltiples factores. Destacamos tres: </p>
<ol>
<li><p><strong>Mayor productividad y competitividad de los productores en países emergentes</strong> con respecto a los productores españoles (menores costes de producción, mano de obra y energía más baratas, menores impuestos y, por tanto, menores precios de venta) aumentan los incentivos a la importación de inputs intermedios y bienes finales de consumo, lo cual incrementa las emisiones importadas; </p></li>
<li><p><strong>Los países emergentes, en general, producen con una mayor intensidad de emisiones</strong> que los países desarrollados, por lo que los productos importados desde países en vía de desarrollo tienen, en promedio, una mayor carga de emisiones de CO₂ que los producidos en España y que los importados desde países desarrollados; </p></li>
<li><p><strong>El consumo de los españoles ha aumentado año tras año</strong>. A pesar de que hoy los procesos productivos son más respetuosos con el medio ambiente, gracias a los avances tecnológicos y a la progresiva penetración de las energías renovables, el incremento en la demanda de productos contrarresta (parcialmente) las reducciones de emisiones conseguidas a través de las mejoras tecnológicas.</p></li>
</ol>
<h2>Búsqueda de soluciones</h2>
<p>La reducción de las emisiones de carbono fuera de fronteras como la española o la europea se enfrenta a la dificultad de que los estados no tienen capacidad legislativa fuera de sus territorios. Pero ello no significa que no se pueden tomar medidas. </p>
<p>Parte de la solución vendría por el establecimiento de un impuesto al carbono en frontera de tal manera que las importaciones se vieran gravadas en proporción al carbono que incorporen. De esa manera, se incentivará que los importadores busquen suministradores en países amigables desde un punto de vista medioambiental. </p>
<p>Así, el hecho de que en el anteproyecto de la <a href="https://www.lamoncloa.gob.es/consejodeministros/Paginas/enlaces/020620-enlace-proyecto.aspx">Ley de Residuos y Suelos Contaminados</a> de España se proponga el establecimiento de un impuesto a los plásticos de único uso, de 0,45€ por kilogramo de fabricación e importación, es una muestra de que es posible establecer políticas que reduzcan nuestra huella en otros territorios si existe una voluntad política de hacerlo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/142391/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Ángeles Cadarso recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Luis Antonio López Santiago recibe fondos del Ministerio, Ciencia e Innovación </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Mateo Ortiz Moreno recibe fondos del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad de España a través de la beca FPI BES-2017-079618. </span></em></p>¿Está la UE luchando adecuadamente contra el cambio climático? No del todo, porque la fabricación de productos en países como China o India que serán luego consumidos por los europeos se traduce en fugas masivas de emisiones de CO₂, con lo que la contaminación no desaparece, sino que viaja de un lugar a otro del planeta.María Ángeles Cadarso, Profesora Titular de Universidad, especialista en Economía y Medio Ambiente, Universidad de Castilla-La ManchaLuis Antonio López Santiago, Profesor de Fundamentos del Análisis Económico, Universidad de Castilla-La ManchaMateo Ortiz, Investigador predoctoral en Economía, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.