En el Medievo se estableció la idea de que el amor era una enfermedad, basada en la teoría de los cuatro humores corporales. La salud se mantenía cuando estos humores (sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla) estaban equilibrados.
Una ruptura amorosa puede provocar en nuestro cerebro algo parecido a un síndrome de abstinencia que convierte el desamor en una de las experiencias más traumáticas y desconcertantes.
La última canción de Shakira y BZRP no solo ha roto récords sino que ha hecho que muchos hablen del uso de las rupturas amorosas como inspiración para el arte. Nada nuevo: los grecolatinos ya lo hacían.
Feijoo no solo intentó explicar cómo funcionaba el amor dentro del cuerpo humano, sino que dio consejos sobre cómo superar los corazones rotos sin diferenciar entre hombres y mujeres.
Taquicardia, aumento de presión arterial, dilatación de las pupilas, sudoración excesiva, insomnio, euforia descontrolada, aparato digestivo trastornado… No es una enfermedad, sino los síntomas fisiológicos del enamoramiento.
Pocos gestos humanos llevan más carga de ternura y romanticismo que los besos. Aunque el origen de esta posición de los labios es algo mucho más trascendente para nuestra supervivencia: succionar.
Postdoctoral Researcher ERC-Project: Circulating Gender in the Global Enlightenment: Ideas, Networks, Agencies (CIRGEN) (Advanced Grant-787015). UV., Universitat de València