tag:theconversation.com,2011:/us/topics/enfermeria-63327/articlesenfermería – The Conversation2024-03-26T19:15:53Ztag:theconversation.com,2011:article/2247902024-03-26T19:15:53Z2024-03-26T19:15:53ZEl importante papel (y el inmenso potencial) de las enfermeras escolares<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/583707/original/file-20240322-16-ke2hjb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=41%2C26%2C3456%2C2302&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/school-nurse-checking-temperature-student-patient-81560227">Brian Eichhorn / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S2603647921000877?via%3Dihub">enfermera escolar</a> es una figura con gran impacto en la población infantil y juvenil. Puede ser la clave para abordar aspectos fundamentales del autocuidado como la educación sexual, las adicciones –con y <a href="https://theconversation.com/que-son-las-adicciones-comportamentales-y-por-que-se-ceban-con-la-adolescencia-195225">sin sustancia</a>– y el bienestar emocional. Además, tiene un valor añadido: su capacidad para actuar fuera del ámbito sanitario e intervenir en una comunidad receptiva al aprendizaje. </p>
<p>Pero ¿cuáles son los vínculos que unen enfermería y sector educativo? ¿Qué retos han de afrontar en la actualidad y en un futuro a medio plazo? ¿Qué beneficios puede aportar a la sociedad? </p>
<h2>Una figura nacida en el siglo XIX</h2>
<p>La relación entre enfermería y escuela tiene su origen en el <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra/tratado-de-higiene-escolar-guia-teoricopractica--0/">movimiento higienista</a>, precursor de la actual <a href="https://theconversation.com/el-reto-de-profesionalizar-la-salud-publica-220012">salud pública</a>, a mediados del siglo XIX. Esta corriente puso de manifiesto la necesidad de mejorar las condiciones de vida de la población. Ya entonces, las escuelas fueron consideradas un espacio excepcional al permitir un fácil acceso a la población infantil. </p>
<p>En un tiempo en el que los sistemas de salud carecían de la estructura y accesibilidad actuales, surgió la necesidad de establecer un profesional que diera respuesta a la comunidad educativa y que pronto se convertiría en un referente en países como Inglaterra, Francia o Estados Unidos: <a href="http://resource.nlm.nih.gov/54310080R?_gl=1*11kl9md*_ga*MTg5NDk1MzA1My4xNzA5Mzk3MTk4*_ga_7147EPK006*MTcxMTA2MDcyMC4xLjAuMTcxMTA2MDcyMC4wLjAuMA..*_ga_P1FPTH9PL4*MTcxMTA2MDcyMS4xLjAuMTcxMTA2MDcyMS4wLjAuMA..">la enfermera escolar</a>. </p>
<p>En España, esta figura no apareció hasta la década de los 70 del siglo XX como parte del equipo de los <a href="https://amece.es/images/1.antecedentes.pdf">centros de educación especial de la Comunidad de Madrid</a>, y con una labor preferentemente asistencial. Actualmente, tanto su presencia como su regulación normativa en las diferentes comunidades autónomas es muy heterogénea. </p>
<h2>Los dos pilares de su actividad</h2>
<p>A pesar de esta diversidad, la enfermería escolar ha sido la responsable de numerosas aportaciones en el ámbito educativo. Podríamos resumirlas en dos grandes bloques: </p>
<p><strong>1. Gestión de enfermedades crónicas</strong></p>
<p>Las necesidades de salud del alumnado dibujan <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35796794/">un escenario cada vez más complejo</a>. El aumento de las patologías crónicas en la infancia (diabetes, asma, intolerancias alimentarias…) y las políticas de inclusión educativa han cambiado las características de los estudiantes en cuanto a necesidades de salud. </p>
<p>Además, los menores permanecen más tiempo en los centros escolares, en parte por la falta de medidas que faciliten la conciliación familiar. Por tanto, administrar medicación o responder ante una urgencia son <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8699907/">situaciones más frecuentes para los docentes</a>. </p>
<p>Ante esta circunstancia, la enfermera escolar <a href="https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/667448/2019_Tesis_Osorio%20Alvarez_Sofia.pdf?sequence=2.xml">garantiza una escolarización con menos riesgos</a> al asegurar una correcta administración de medicación, la realización de técnicas y procedimientos específicos y la asistencia en caso de accidente o urgencia que comprometa la vida del menor. </p>
<p>Según la <a href="https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/56726/9789275325865_spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y">Organización Mundial de la Salud (OMS)</a>, estas intervenciones son esenciales para el bienestar del alumnado y para garantizar el logro académico bajo criterios de calidad, cobertura y equidad. Asimismo, la asistencia sanitaria en las aulas es indispensable para lograr que las <a href="https://theconversation.com/que-son-las-escuelas-promotoras-de-salud-y-por-que-necesitamos-que-haya-mas-219253">Escuelas Promotoras de la Salud</a> funcionen como un sistema. </p>
<p><strong>2. Promoción de la Salud</strong></p>
<p>El modelo de <a href="https://www.sanidad.gob.es/areas/promocionPrevencion/entornosSaludables/escuela/home.htm">Escuelas Promotoras de la Salud</a>, desarrollado en Europa a través de la <a href="https://www.schoolsforhealth.org/">Red SHE (<em>Schools for Health in Europe Network Foundation</em>)</a>, promueve un enfoque global hacia la salud desde de la comunidad educativa. No se trata de desarrollar líneas concretas de trabajo, sino de que el centro escolar en sí mismo sea un espacio de salud. </p>
<p>Esta aproximación pivota sobre <a href="https://www.schoolsforhealth.org/sites/default/files/editor/Teachers%20resources/european_standards_and_indicators_on_hps_en.pdf">tres puntos clave</a>: el contenido curricular, el entorno social y físico de la escuela y sus vínculos con la comunidad, familias y servicios de salud. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/584024/original/file-20240325-22-owfgpt.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/584024/original/file-20240325-22-owfgpt.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/584024/original/file-20240325-22-owfgpt.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=332&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/584024/original/file-20240325-22-owfgpt.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=332&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/584024/original/file-20240325-22-owfgpt.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=332&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/584024/original/file-20240325-22-owfgpt.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=417&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/584024/original/file-20240325-22-owfgpt.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=417&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/584024/original/file-20240325-22-owfgpt.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=417&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Ocho pautas mundiales de la OMS para las Escuelas Promotoras de la Salud.</span>
</figcaption>
</figure>
<p>Si tenemos en cuenta el periodo de escolarización obligatoria, resulta fácil comprender que esta visión favorece la <a href="https://www.schoolsforhealth.org/sites/default/files/editor/fact-sheets/she_factsheet_2020_in_spanish.pdf">alfabetización en salud</a> del alumnado a largo plazo. Además, estas acciones se adaptan al entorno socioecológico del centro educativo: profesorado, trabajadores del centro, comunidad y familias, lo que les confiere la capacidad de trascender el espacio físico de la escuela. </p>
<p>En este sentido, tanto desde el ámbito escolar como comunitario, las enfermeras colaboran como expertas referentes en el diseño e implantación de programas estratégicos en los centros educativos. Habitualmente, estos programas siguen las <a href="https://www.sanidad.gob.es/areas/promocionPrevencion/entornosSaludables/escuela/docs/guia_EscuelasPromotorasdeSalud.pdf">líneas de actuación prioritarias de la Red SHE</a>, que incluyen acciones de: </p>
<ul>
<li><p>Promoción de una alimentación saludable. </p></li>
<li><p>Promoción de actividad física y disminución del sedentarismo.</p></li>
<li><p>Promoción del bienestar emocional y la convivencia.</p></li>
<li><p>Prevención de adicciones.</p></li>
<li><p>Educación afectivo-sexual.</p></li>
<li><p>Prevención de lesiones. </p></li>
<li><p>Entorno y sostenibilidad. </p></li>
</ul>
<p>Todo ello desde el respaldo que ofrecen las evidencias científicas y su adaptación a los contenidos de salud en cada etapa educativa. </p>
<h2>Reactivar el autocuidado</h2>
<p>Sin embargo, su verdadero potencial está <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30373129/">aún por explorar</a>. La pandemia de la covid-19 ha dejado al descubierto la fragilidad de los sistemas sanitarios para afrontar las nuevas demandas de la población. </p>
<p>Precisamente, la población adolescente ha sufrido una <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31779526/">pérdida de bienestar emocional</a> durante estos años, además de un aumento considerable de las <a href="https://www.jaacap.org/action/showPdf?pii=S0890-8567%2822%2901244-8">adicciones sin sustancia</a>, como a las redes sociales o los videojuegos. </p>
<p>Así que, sin olvidar las tensiones ocasionadas por la falta de profesionales sanitarios, consideramos que es tiempo de <a href="https://www.who.int/es/publications/i/item/9789240052192">reactivar el autocuidado</a> como parte fundamental del abordaje de la salud en la sociedad. La enfermera escolar es, sin duda, un perfil profesional consolidado para afrontar la tarea.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/224790/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>El manejo de las enfermedades crónicas que aquejan al alumnado y la promoción de la salud hacen de la enfermera escolar una figura cada vez más relevante en nuestra sociedad.Ana Fernández Feito, Área de Enfermería (Departamento de Medicina). Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias. , Universidad de OviedoLorena Busto Parada, Coordinadora de Atención Educativa, Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1984342023-02-09T18:58:30Z2023-02-09T18:58:30ZPor qué es importante que haya tanto maestros y enfermeros como ingenieras<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/506458/original/file-20230125-12-hbnd3z.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=15%2C7%2C5277%2C3475&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/group-small-nursery-school-children-man-2021953406">Shutterstock / Ground Picture</a></span></figcaption></figure><p>La igualdad de género se ha convertido en un aspecto relevante en las políticas públicas, tanto en lo que se refiere al logro del equilibrio de género como a la integración del análisis sexo y género en el contenido de la investigación y la innovación. </p>
<p>Las brechas de género comienzan tímidamente a disminuir, pero las elecciones académicas por ramas de conocimiento siguen mostrando una segregación horizontal por sexos, en algunos ámbitos con porcentajes semejantes a los años 70 del siglo XX. </p>
<p>Por ejemplo, el último informe <a href="https://www.umultirank.org/export/sites/default/.galleries/generic-images/Gender-Monitor-2022/u-multirank-gender-monitor-2022.pdf"><em>Gender Monitor</em></a>, de octubre de 2022, sitúa en cifras superiores al 80 % el alumnado femenino cursando en la actualidad, en orden de prioridad, Enfermería, Educación, Trabajo Social y Psicología, unas cifras que se elevan hasta el 90-95 % en el caso del alumnado de Educación Infantil en algunas de las universidades públicas de España.</p>
<p>El informe lo elabora U-Multirank, el <em>ranking</em> internacional de universidades promovido por la Comisión Europea; analiza más de 1 000 instituciones de 80 países, entre ellos España, con datos de todas las universidades españolas.</p>
<h2>Un desequilibrio sin explicación científica</h2>
<p>Este desequilibrio, que en el siglo XXI carece de toda fundamentación científica y racional, no ha implicado, sin embargo, un cuestionamiento social de base. Al contrario, es precisamente la “naturalización” social de determinadas aptitudes y actitudes genéricas, tanto para la formación en determinadas ramas de conocimiento como en el ejercicio de profesiones concretas, la que permite su perpetuación.</p>
<p>Al amparo de fundamentos culturales decimonónicos, sin soporte legal y político, estas creencias están firmemente asentadas en una base ideológica estructural sólida, por lo que es imprescindible comenzar analizando la situación actual desde la trayectoria histórica, social e ideológica que proporciona la perspectiva de género. </p>
<h2>Argumentos irracionales del pasado</h2>
<p>Fueron numerosos los <a href="https://cuny.manifoldapp.org/read/la-mujer-del-porvenir/section/257caab6-066e-4db6-8674-20ed166944df">artículos</a>, <a href="https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/18658/CL_2_2003_08.pdf?sequence=1&isAllowed=y">tratados científicos</a>, congresos, e incluso <a href="https://www.studocu.com/es/document/universidade-de-vigo/derecho-derecho-mercantil/dialnet-la-discriminacion-legal-de-la-mujer-en-el-siglo-xix-3819440/26154074">instrucciones públicas</a> que se ensañaron en demostrar la inferioridad intelectual de las féminas y, consecuentemente, la necesidad de plantear currículums diferenciados en función de sus “inferiores” capacidades y, fundamentalmente, del <a href="https://www.upf.edu/documents/3885005/3891251/Garcia.pdf/27bcdaed-7b49-4179-9f65-2552db14955d">rol social</a> que estaban llamadas a ejercer en tanto que mujeres. </p>
<blockquote>
<p>“Desde su inteligencia a su estatura, todo en ella es inferior y contrario a los hombres. Todo en ella va de fuera a dentro. Todo es concentrativo, receptivo y pasajero; en un hombre todo es activo y expansivo (…) En sí misma, la mujer, no es como el hombre, un ser completo; es sólo el instrumento de la reproducción, la destinada a perpetuar la especie; mientras que el hombre es el encargado de hacerla progresar, el generador de inteligencia, a la vez creador y demiurgo del mundo social. Así es que todo tiende hacia la no-igualdad entre los sexos y la no equivalencia; de modo que las mujeres, inferiores a los hombres, deben ser su complemento en las funciones sociales”. </p>
<p>“De la mujer y sus derechos en las sociedades modernas”, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Pompeyo_Gener">Pompeyo Gener</a>, La Vanguardia, 1889.</p>
</blockquote>
<p>Pese a la irracionalidad y anacronismo de dichas argumentaciones, los fundamentos de las mismas se reproducen en el imaginario social, perpetuando la masculinización actual de ciertas ramas del conocimiento, como es el caso de las ingenierías, cuyo porcentaje de representación femenina, a nivel europeo, presenta tasas en torno al 20 %. Por el contrario, el ejercicio de profesiones orientadas a la atención y cuidado (Enfermería, Trabajo Social y Magisterio) fueron ámbitos considerados no sólo exclusivamente femeninos, sino de obligatorio ejercicio por parte de las mujeres. </p>
<p>La dictadura franquista fue especialmente incisiva en este aspecto, cuando, una vez aceptado como mal menor el trabajo remunerado por parte de las mujeres, las orienta hacia aquellas profesiones moralmente aceptadas como femeninas. </p>
<p>Para hacerlo, disfraza dicha obligatoriedad como particular dotación femenina, revestida de tintes vocacionales, encontrando en su carácter eminentemente femenino argumentos sobrados para su menor remuneración y, fundamentalmente, para su desprestigio social.</p>
<h2>Todas las ramas del conocimiento son científicas</h2>
<p>En vísperas de la celebración del 11F, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una efeméride importante para mostrar referentes femeninos en ciencia, tecnología e investigación y eliminar los prejuicios y estereotipos de género que continúan manteniendo a las niñas y mujeres alejadas de dichos espacios, continúa siendo necesario reflexionar en torno a los fundamentos ideológicos que perpetúan las desigualdades. </p>
<p>Debemos deconstruir sus fundamentos desde el origen, cambiando la perspectiva de análisis en dos direcciones: la primera es el reconocimiento de la cientificidad de todas las ramas de conocimiento, y no exclusivamente las que comprende el ámbito de las STEM; la segunda y decisiva, la necesidad de activar políticas públicas paralelas y equilibradas que terminen tanto con la masculinización como con la feminización de los ámbitos académicos y profesionales. </p>
<h2>Los cuidados, especialidad de todos</h2>
<p>Así podremos garantizar la universalización de los cuidados como patrimonio de la humanidad, y no como especialidad reservada a las mujeres. </p>
<p>De la misma manera, podremos terminar con el desprestigio que determinadas trayectorias profesionales continúan teniendo por el hecho de haber sido consideradas tradicionalmente como femeninas, siendo un ejemplo paradigmático la Educación Infantil o el Trabajo Social. </p>
<h2>Referentes masculinos</h2>
<p>Como defiendo en <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8553600">una investigación reciente</a>, contar con referentes masculinos en la ética del cuidado de las personas, de la expresión natural de los sentimientos, en el ejercicio de los saberes asignados culturalmente a las mujeres siempre será positivo y enriquecedor para la construcción de las identidades masculina y femenina en clave igualitaria.</p>
<p>Si el diseño y articulación de las políticas de igualdad no tienen como objetivo equilibrar la presencia de hombres y mujeres en todos los ámbitos y niveles de la vida laboral y personal será imposible lograr la igualdad real y terminar con los prejuicios genéricos que prevalecen en el ámbito formativo y laboral. Para ello se deben promover en condiciones igualitarias acciones divulgativas que visibilicen referentes masculinos en espacios feminizados en la misma medida que las mujeres que son referentes en espacios copados por hombres, en conjunción con todas las acciones que pongan en cuestionamiento la denominada masculinidad hegemónica para presentar propuestas articuladas desde las masculinidades igualitarias.</p>
<h2>Justicia social</h2>
<p>Las acciones no revierten los planteamientos ideológicos, ni en la intimidad de los hogares, ni en el imaginario social, ni en las instituciones, que son un microcosmos de la realidad social. </p>
<p>El ejercicio de subordinación del colectivo femenino se perpetúa y retroalimenta a través de aquellas profesiones para las que se nos considera “naturalmente capacitadas” trasladando a las mismas el desprestigio con que el patriarcado revistió su particular modelo de feminidad. </p>
<p>Por tanto, eliminar los sesgos genéricos en el ámbito académico y profesional no es sólo cuestión de igualdad, sino de justicia social.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/198434/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Matilde Peinado Rodríguez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las elecciones académicas siguen mostrando una segregación por sexos: las carreras de educación, trabajo social o enfermería son sobre todo elegidas por mujeres. Las ingenierías, por hombres.Matilde Peinado Rodríguez, Profesora titular del área de Didáctica de las Ciencias Sociales, Universidad de JaénLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1942032023-01-02T18:46:14Z2023-01-02T18:46:14ZLas enfermeras también deben cuidar la salud global, y la economía circular puede ayudar<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/502132/original/file-20221220-24-ou8jt2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6000%2C3988&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/danger-laboratory-chemical-medical-waste-plastic-1090821071">Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La enfermería, como disciplina centrada en el cuidado de las personas, ha contemplado siempre las exigencias éticas vinculadas a su quehacer. Un punto clave en la regulación de estas exigencias tuvo lugar cuando en 1953 el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) adoptó por primera vez un <a href="https://enfermeriaavila.com/wp-content/uploads/2021/10/ICN_Code-of-Ethics_ESP.pdf">Código Internacional de Ética</a>.</p>
<p>El Código de Ética del Consejo Internacional de Enfermería no es un código de conducta, pero puede servir como marco para la práctica enfermera y la toma de decisiones éticas. Se trata de “una declaración de los valores, responsabilidades profesionales y ámbitos competenciales de rendición de cuentas a nivel profesional de las enfermeras y los estudiantes de enfermería”. </p>
<p>Esto permite compartir, en diferentes países y contextos, deberes, responsabilidades y juicios profesionales similares. El código local debe ser construido en combinación con las leyes, reglamentos y normas profesionales que rigen la práctica de la enfermería en cada país. </p>
<p>Los valores y obligaciones expresados en este <a href="https://www.consejogeneralenfermeria.org/component/jdownloads/send/128-etica-y-deontologia/2315-codigo-etico-y-deontologico-de-la-enfermeria-europea">código se aplican a todas las enfermeras en todos los entornos, roles y ámbitos de práctica, de manera internacional</a>.</p>
<h2>Un nuevo tiempo para la enfermería</h2>
<p>Las maneras de cuidar han ido cambiando a la vez que la sociedad lo hacía. En 2021 este Código sufrió su última actualización al incorporar el cuidado del medio ambiente y el planeta. </p>
<p>En su capítulo 4 <em>Las enfermeras y la salud global</em> se vislumbra que estamos frente a un nuevo tiempo para la enfermería, en el que ya el cuidado trasciende al individuo, la familia y la comunidad. Así, se promueve un modelo de salud basado en la prevención, el empoderamiento de las personas y en la salud comunitaria. Al mismo tiempo, las <a href="https://enfermeriaavila.com/wp-content/uploads/2021/10/ICN_Code-of-Ethics_ESP.pdf">enfermeras contribuyen a la salud de la población mediante la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por la Organización de Naciones Unidas</a>.</p>
<p>Las enfermeras son conscientes de la importancia de los determinantes sociales de la salud y no exclusivamente de los biológicos. Por eso colaboran para conservar, apoyar y proteger el entorno natural y son conscientes de las consecuencias de la degradación ambiental para la salud, como por ejemplo el cambio climático. </p>
<p>De igual forma, abogan por iniciativas que reduzcan las prácticas nocivas para el medio ambiente con el fin de promover la salud y el bienestar. Además de colaborar con otras profesiones sociales y sanitarias y con la ciudadanía para defender los principios de justicia, también promueven la responsabilidad en los derechos humanos, la equidad y la imparcialidad, y fomentan el bien público y la <a href="https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S113212962020000200013">salud del planeta</a>.</p>
<h2>¿Cómo pueden las enfermeras cuidar éticamente de la salud global?</h2>
<p>La economía circular ofrece un nuevo modelo de desarrollo económico más sostenible para el planeta. Consiste en un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible. El objetivo es crear un valor añadido y alargar su ciclo de vida.</p>
<p>Al igual que en otros sectores, la salud consume gran cantidad de recursos como agua, energía, metales y compuestos químicos. Además, genera un importante volumen de residuos por el uso generalizado de productos de un solo uso, como los plásticos, y por la acumulación de materiales y equipos no utilizados, caducados u obsoletos. </p>
<p>Esta mentalidad de un solo uso ha sido en el sector salud, y hasta ahora, un factor garantista ligado a mayor seguridad clínica. Esto favorece un ciclo de uso y consumo perpetuado por empresas que prestan servicios. Muchos dispositivos resultan tan económicos y la inversión necesaria para reutilizarlos es tan alta que no es económicamente viable su reutilización. La fabricación de productos de un solo uso en salud implica que los hospitales compren más. </p>
<p>Ante estos desafíos, implementar estrategias de economía circular se plantea como una gran oportunidad para que el sector salud se vuelva más sostenible y resiliente. Así se gana eficiencia, se ahorran costes y se reducen sus impactos ambientales y huella de carbono.</p>
<p>Esto, desde el punto de vista de la enfermería, se podría entender como <em>cuidar cuidando</em>.</p>
<p>Desde el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=4H8y3-h8gLo">Proyecto “Educación Universitaria para la Salud y la Sostenibilidad” (EDUSAS)</a>, financiado por la <a href="http://cooperacion.us.es/noticias/seminario-online-sobre-economia-circular-sostenibilidad-y-salud-0">Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Sevilla</a>, se ha realizado un trabajo formativo de sensibilización por parte de una economista y tres enfermeras sobre la contribución de la economía circular a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En él se presta una especial atención a la producción y el consumo responsables y su vinculación con la salud y el género. </p>
<p>De esta forma, se han aportado desde el ámbito de la salud ejemplos claros de estrategias puestas en marcha en materia de economía circular. </p>
<ol>
<li><p>Algunas iniciativas se basan en la compra y venta de equipamiento médico remanufacturado. Es decir, con algún defecto inicial de fábrica o tras un largo período de tiempo de exhibición y sin uso, siempre asegurando los estándares de calidad para garantizar la seguridad de las personas. </p></li>
<li><p>La contratación de proveedores circulares. Por ejemplo, medios de transporte de pacientes o muestras biológicas más sostenibles, o el fortalecimiento de la transformación digital de la atención sanitaria. Esto incluye como parte esencial la colaboración público-privada en términos de avances digitales. </p></li>
</ol>
<p>En definitiva, esto mejora la calidad de la atención al mismo tiempo que disminuye el desaprovechamiento de recursos, los desplazamientos, el exceso de pruebas en ámbitos públicos y privados. Y contribuye a alcanzar las metas propuestas por la Agenda 2030 y los ODS, así como la sostenibilidad ambiental y la protección de la salud humana.</p>
<p>Sigamos trabajando por un cuidado enfermero ético, sostenible y circular.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/194203/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Rocío de Diego-Cordero recibe fondos de la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Sevilla. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Bárbara Badanta Romero recibe fondos de la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Sevilla. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Lorena Tarriño Concejero recibe fondos de la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Sevilla.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>María del Mar Borrego-Marín recibe fondos de la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Sevilla para la financiación del proyecto EDUSAS (Educación Universitaria para la Salud y la Sostenibilidad). </span></em></p>La salud consume una gran cantidad de recursos, y también es responsabilidad de las enfermeras reducirlos.Rocío de Diego-Cordero, PDI. Dpto. de Enfermería, Universidad de SevillaBárbara Badanta Romero, PDI. Departamento de Enfermería, Universidad de SevillaLorena Tarriño Concejero, Profesora sustituta interina. Departamento de Enfermería. Facultad de enfermería Fisioterapia y Podología, Universidad de SevillaMaría del Mar Borrego-Marín, Profesora e Investigadora Postdoctoral. Economía Aplicada, Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1897992022-09-25T20:24:10Z2022-09-25T20:24:10ZCómo derribar las barreras en la asistencia sanitaria a las personas transgénero<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/484611/original/file-20220914-15-4ed8ol.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C11%2C3970%2C2389&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-vector/transgender-vector-flag-black-health-care-1976071166">Shutterstock / Snowgirll</a></span></figcaption></figure><p>“Me sentí como un mono de feria”. Así es como relata un paciente transgénero su experiencia de acudir al servicio de urgencias.</p>
<p>La heteronormatividad sigue siendo un fenómeno arraigado en los centros sanitarios, <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jocn.13336">lo que afecta negativamente al tipo y calidad de la atención</a> que reciben lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales (LGTBI).</p>
<p>Cuando hablamos de personas transgénero, nos referimos a <a href="https://revistas.uniandes.edu.co/doi/abs/10.7440/res49.2014.10">quienes manifiestan una expresión o identidad de género diferente del sexo biológico atribuido al nacer</a>. Esto las distingue de los individuos cisgénero, así considerados cuando su género coincide con el sexo biológico.</p>
<p>Además, el término <em>trans</em> se utiliza también <a href="https://revistas.um.es/eglobal/article/view/357621">como una clasificación <em>paraguas</em></a> que incluye a las personas transgénero, transexuales, con género fluido y con otras formas de género <em>no conforme</em>.</p>
<p>En el contexto sanitario, varios factores influyen para que el colectivo transgénero experimente problemas a la hora de recibir atención sanitaria. </p>
<h2>Clasificados como enfermos</h2>
<p>En primer lugar, para que se desarrolle el proceso de cambio de sexo se necesita de una valoración psicológica y un diagnóstico clínico. Paradójicamente, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28597989/">dicho diagnóstico es el mismo que promueve la discriminación</a>. </p>
<p>Así, si echamos un vistazo a la clasificación de enfermedades mentales <a href="https://www.eafit.edu.co/ninos/reddelaspreguntas/Documents/dsm-v-guia-consulta-manual-diagnostico-estadistico-trastornos-mentales.pdf">DSM-V</a>, comprobaremos que la transgeneridad aparece como un “trastorno de disforia de género”. Esta etiqueta modificaba la de la edición anterior, DSM-IV, donde se incluía en el apartado de “trastornos de identidad sexual”. </p>
<p>Algo parecido ocurría con la clasificación internacional de enfermedades (CIE-10) que colocaba el “trastorno de la identidad sexual” dentro de su capítulo de “trastornos mentales y de comportamiento”, <a href="https://www.who.int/standards/classifications/frequently-asked-questions/gender-incongruence-and-transgender-health-in-the-icd">si bien la revisión de 2020 lo suprimió</a>.</p>
<p>Es decir, hasta hace bien poco se definía a los trans como personas aquejadas por una enfermedad mental.</p>
<h2>Retos y carencias</h2>
<p>Los factores que impiden la correcta atención sanitaria a pacientes transgénero se pueden resumir principalmente en dos: el estigma social, asumido por el profesional sanitario, y falta de formación profesional.</p>
<p><a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6492234">Una revisión de estudios de 2018</a> clasificaba las barreras asistenciales en cuatro niveles, según la percepción de pacientes y profesionales: el individual, el organizativo, el comunitario y el político. El personal sanitario destacaba su incertidumbre a la hora de atender a personas de este colectivo, así como el citado déficit formacional. Por su parte, las personas transexuales hacían hincapié en la falta de información, lo que les generaba impotencia.</p>
<p>Concretamente, según este trabajo, los profesionales manifiestan dudas ante la situación de dirigirse al paciente la primera vez, como hombre o como mujer. Un tropiezo en ese comienzo puede derivar en que no se establezca un buen vínculo personal sanitario-paciente inicial y que no haya una continuidad en la relación.</p>
<p>“Cuando estás tan vulnerable es el peor momento para tener que preocuparte por cómo reaccionará la gente ante ti”, afirmó un participante. </p>
<p>El trato al paciente transgénero se enfrenta, en resumen, a un doble reto: el establecimiento de una buena relación personal-paciente y al correcto manejo de los aspectos directamente relacionados con la atención médica. </p>
<h2>El papel de los enfermeros</h2>
<p>En el sistema sanitario, la enfermería constituye un pilar clave en el contacto con el paciente: la capacidad de adaptación y atención integral del enfermo es imprescindible a la hora de prestar cuidados. Sin embargo, pocos estudios exploran las barreras asistenciales existentes hoy en España. </p>
<p>Además, los enfermeros son un actor fundamental en la educación para la salud, lo que se puede relacionar de manera muy efectiva con la visibilización del colectivo trans. En este aspecto, su formación es un elemento clave para evitar los problemas en la atención inadecuada a pacientes del colectivo LGTBI. </p>
<p>De hecho, existen recomendaciones de incluir dicho adiestramiento en la educación pregrado de Enfermería y Obstetricia. “Se trata de una población con necesidades específicas, y es absolutamente necesario tener un nivel determinado de competencias para proporcionar un tratamiento óptimo. Espero que, con el tiempo, la salud transgénero se incluya en la formación obligatoria”, ha afirmado <a href="http://tigrisinstitute.com/trainers/acey-mercer/">Acey Mercer</a>, psicoterapeuta y consultor del Training Institute for Gender, Relationships, Identity & Sexuality (TIGRIS).</p>
<p>Lo que necesitan los pacientes transgénero es que se les trate de forma normal, no como si fueran “monos de feria”. Toda persona tiene derecho a una asistencia sanitaria segura y de calidad.</p>
<p><a href="https://www.who.int/activities/improving-the-health-and-well-being-of-lgbtqi-people">La Organización Mundial de la Salud (OMS)</a> identifica la falta de investigación y comprensión de la salud LGTBI, junto con las actitudes de los profesionales hacia estas poblaciones, como barreras significativas para resolver las disparidades de salud relacionadas con las minorías sexuales. </p>
<p>Existe un compromiso cada vez mayor en la salud pública de entender y mejorar la salud y el bienestar del colectivo trans y otras minorías de género, que representan entre el 0,3 y el 0,5 % (unos 25 millones de personas) de la población mundial.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/189799/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Los prejuicios y la falta de formación de los profesionales impiden que las personas del colectivo trans sean tratadas como el resto de la población en el sistema sanitario.María Isabel Ventura-Miranda, profesora ayudante doctora en el Departamento de Enfermería, Fisioterapia y Medicina, Universidad de AlmeríaIsabel María Fernández Medina, Enfermera especialista en pediatría. Profesora en el Departamento de Enfermería, Fisioterapia y Medicina, Universidad de AlmeríaMaría Dolores Ruiz-Fernández, Profesora Titular Universidad. Departamento de Enfermería, Fisioterapia y Medicina. Facultad Ciencias de la Salud, Universidad de AlmeríaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1841742022-08-11T16:53:54Z2022-08-11T16:53:54ZLas enfermeras, en primera línea en la lucha contra las pandemias<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/478068/original/file-20220808-2624-t0krjy.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C2%2C1549%2C1189&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://wellcomecollection.org/works/c5k35afe">Wellcome Library, London</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>La batalla a la que nos hemos enfrentado a nivel mundial durante la pandemia de covid-19 no es algo desconocido. Si bien es cierto que no de la misma manera, ni con los mismos medios, las enfermeras y, antes de que existiera este oficio en su <a href="https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872011000600017">concepción moderna</a>, las cuidadoras de enfermos han luchado contra las pandemias desde siempre. </p>
<p>La enfermería es una profesión histórica; cuidar es su ciencia. En muchos casos se ha hecho de manera altruista y sin reconocimiento, como demuestran estos cuatro episodios históricos. </p>
<h2>El rol de las mujeres en la peste negra</h2>
<p>La plaga de Justiniano (siglo VI), la peste negra (siglo XIV) y la peste del siglo XIX. El mecanismo de transmisión de estas tres grandes epidemias fue el mismo: las ratas como reservorios o portadoras de pulgas infectadas por la bacteria <em>Yersinia pestis</em>, que llegaban a bordo de barcos con marineros enfermos huyendo de sus países por la enfermedad. Vamos a detenernos en la segunda. </p>
<p>En el siglo XIV nada se conocía ni del microbio patógeno que se cobró la vida de un 20 % de la población ni de cómo se transmitía. De manera intuitiva, los médicos establecieron las primeras cuarentenas (de los barcos en el puerto de Marsella), el uso de mascarillas (las máscaras picudas que acabaron siendo un popular disfraz en el carnaval de Venecia) y el equipo de protección individual de aquellos tiempos, que eran unas chaquetas largas.</p>
<p>Pero ¿quién sufrió más la peste negra? Aunque los <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19140182">distintos estudios biológicos</a> muestran que la epidemia afectó a todos por igual, cabe señalar que existió una marcada diferencia sobre quién se expuso más al contagio: <a href="https://www.academia.edu/5786806/Las_mujeres_y_su_rol_en_Inglaterra_a_trav%C3%A9s_de_la_Peste_Negra">fueron las mujeres, quienes comúnmente se hacían cargo del cuidado de los enfermos</a>, tanto dentro como fuera del hogar. Además, el hecho de que pudieran estar embarazadas aumentaba su riesgo de muerte.</p>
<h2>Enfermería y viruela</h2>
<p>Lady Mary Wortley Montagu (1689-1762) fue una aristócrata viajera y escritora. Hija mayor del duque de Kingston y marqués de Dorchester, durante una estancia en Constantinopla observó cómo las ancianas extraían pus de las pústulas de enfermos de viruela y lo introducían a través de una incisión en otras personas, como profilaxis contra la enfermedad. Lady Montagu <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-revista-medica-clinica-las-condes-202-articulo-los-origenes-vacuna-S0716864020300535#:%7E:text=El%2014%20de%20mayo%20de,jardinero%20de%20la%20familia%20Jenner">realizó esta práctica de inoculación</a> en sus hijos, aunque es Edward Jenner (1749-1823) quien figura oficialmente como descubridor de la vacuna. </p>
<p>Contra la misma dolencia trabajó la española Isabel Zendal Gómez, quien, junto al médico Francisco Javier Balmis, <a href="https://theconversation.com/isabel-zendal-la-madre-de-todas-las-vacunas-126774">viajó en la corbeta María Pita en la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna (1803-1806)</a>, rumbo a América. Su misión era cuidar de 22 niños inoculados de viruela.</p>
<p>La vacuna debía ser llevada por niños que no hubieran pasado la enfermedad y se transmitía de uno a otro cada 9 o 10 días. Isabel le introdujo el patógeno a su hijo Benito Vélez, de nueve años, que formó parte de la expedición.</p>
<h2>Teresa Romero y el ébola</h2>
<p>Más reciente es el caso de Teresa Romero, auxiliar de enfermería, que se contagió en 2014 en el hospital Carlos III (Madrid), después de atender a un religioso que había contraído el virus del Ébola en África. </p>
<p>Según <a href="https://www.enfermeria21.com/diario-dicen/la-auxiliar-de-enfermeria-teresa-romero-cuenta-por-primera-vez-como-se-sintio-tras-contagiarse-por-el-ebola">palabras de la propia Teresa</a>, “lo más duro de toda la enfermedad fue que me culparan del contagio”. Además, relató que la experiencia le causó muchos problemas psicológicos. Todo le parecía complicado, no entendía muchas cosas y se sentía triste y perdida. </p>
<h2>2020: el año de la covid-19 y las enfermeras</h2>
<p>Aunque la primera ola de la pandemia por la covid-19 en 2020 tuvo un fuerte impacto en todos los profesionales sanitarios, fue mayor en las enfermeras. La gravedad de la crisis sanitaria y la sobrecarga de trabajo en los hospitales <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-enfermeria-clinica-35-articulo-pandemia-covid-19-sobre-profesionales-sanitarios-S1130862122000110">se tradujeron en un aumento de los hábitos tóxicos y las alteraciones de la salud mental</a>.</p>
<p>También hay que destacar la labor realizada en las residencias, donde el impacto de la reciente pandemia sacó a la luz la precariedad de recursos humanos, materiales y formativos que sufrían dichos centros. Sus profesionales <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/02692163221103099">manifestaron en una investigación reciente</a> sentimientos de impotencia, abandono y deshumanización. </p>
<p>El 2020 fue así mismo el <a href="https://www.who.int/es/campaigns/annual-theme/year-of-the-nurse-and-the-midwife-2020">Año Internacional del Personal de Enfermería y Partería</a>, el de las profesionales que desde muchos siglos atrás han cuidado y seguirán cuidando de la población en época de pandemias. Reconozcamos su labor con mejoras laborales para que sigan apareciendo en la historia, aunque esperemos no tener que vivir más crisis como la de la covid-19.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/184174/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Nos fijamos en cuatro episodios históricos para valorar la labor de las enfermeras –y, antes, de las cuidadoras de enfermos– durante esas crisis sanitarias.Concepcion Capilla Díaz, Profesora Ayudante Doctora. Departamento de Enfermería., Universidad de GranadaRafael A. Caparros-Gonzalez, Profesor Ayudante Doctor de Ciencias de la Salud (Enfermería), Universidad de GranadaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1842572022-06-21T10:42:29Z2022-06-21T10:42:29ZLa odisea de aprender enfermería en un campamento saharaui<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/467199/original/file-20220606-18-owhyn5.JPG?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C5%2C3988%2C2988&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Jose Manuel Martínez Linares</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>En funcionamiento desde 1992, la Escuela Ahmed Abdel-Fatah es el único centro de formación de personal de enfermería que existe en un campamento de personas refugiadas en el mundo. Está situada en el ardiente desierto argelino, junto a la ciudad de Tinduf, donde se concentra la población desplazada saharaui. </p>
<p>Pero antes de conocer mejor esta singular institución y cómo funciona en la actualidad, hagamos un poco de historia.</p>
<h2>Orígenes del conflicto</h2>
<p><a href="https://www.dipublico.org/3666/acta-general-de-la-conferencia-de-berlin-26-de-febrero-de-1885">Tras la Conferencia de Berlín de 1884-1885</a>, en la que varios países europeos llegaron a un acuerdo para repartirse el continente africano, España se lanzó a la colonización del Sáhara Occidental. Pasaba de esta forma a ser la <a href="https://www.provincia53.com/#">provincia española número 53</a>. </p>
<p>En 1960, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la <a href="https://www.un.org/dppa/decolonization/es/general-assembly">Resolución 1514 (XV)</a>, que instaba a los países a descolonizar todos aquellos que aún estuvieran colonizados, entre ellos, el Sáhara. Ante las presiones, España comunicó a esta asamblea en 1973 su intención de convocar un <a href="https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/descargas/A_9714_es.pdf">referéndum de autodeterminación</a>.</p>
<h2>El inicio de la diáspora saharahui</h2>
<p>En este momento, el entonces rey de Marruecos, Hassan II, reivindicó el Sáhara Occidental como parte de su país. Obtuvo, entre otros, los apoyos de Francia, Estados Unidos y Mauritania, este último a cambio de cederle una parte del territorio. </p>
<p>Ante esta situación, el soberano marroquí se sintió legitimado para movilizar unas 350 000 personas, que se adentraron el 6 de noviembre de 1975 en el territorio saharaui de forma pacífica. Era la llamada Marcha Verde. Días más tarde se firmó el llamado <a href="https://treaties.un.org/doc/publication/unts/volume%20988/volume-988-i-14450-other.pdf">Acuerdo Tripartito de Madrid</a>, por el que España le cedía la territorialidad del Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania.</p>
<p>Por su parte, el Frente Polisario proclamó en 1976 la República Árabe Saharaui Democrática. Este acto inició un enfrentamiento bélico hasta 1991, cuando se firmó un alto el fuego con Marruecos. La contienda provocó la salida de aproximadamente 150 000 personas, que se asentaron, hasta hoy, en una de las zonas más inhóspitas del planeta: la denominada <em>hamada</em> argelina. Así nacieron los campamentos de refugiados y refugiadas saharauis. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/469480/original/file-20220617-11-2n134i.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/469480/original/file-20220617-11-2n134i.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/469480/original/file-20220617-11-2n134i.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/469480/original/file-20220617-11-2n134i.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/469480/original/file-20220617-11-2n134i.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/469480/original/file-20220617-11-2n134i.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/469480/original/file-20220617-11-2n134i.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/469480/original/file-20220617-11-2n134i.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Vista de la <em>wilaya</em> Auserd.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Jose Manuel Martínez Linares</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>Recursos sanitarios para atender a la población refugiada</h2>
<p>La población saharaui asentada junto a la ciudad de Tinduf se divide en seis campamentos (<em>wilayas</em>, en dialecto hassanía), que reciben el nombre de las provincias de su país de origen. Cada una cuenta con un hospital regional dotado con personal de enfermería, matronas y personal facultativo, donde se atienden citas y urgencias. </p>
<p>A su vez, las <em>wilayas</em> se subdividen en <em>dairas</em>, que cuentan con un dispensario atendido por personal de enfermería y matronas. En estos centros se llevan a cabo principalmente los programas de vacunación infantil, seguimiento de embarazos y enfermedades crónicas y otras consultas a demanda. </p>
<p>Todos los casos que precisan de una atención más compleja son derivados al Hospital Nacional de la <em>wilaya</em> de Rabuni, que cuenta con una mayor dotación de recursos humanos y materiales. <a href="https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-12962016000200015">Si la situación lo requiere, se puede hacer una derivación al Hospital de Tinduf</a>.</p>
<p>Tanto la educación como la sanidad fueron dos prioridades para el gobierno saharaui en el exilio. Sin embargo, ante la falta de recursos económicos, <a href="http://rabida.uhu.es/dspace/bitstream/handle/10272/5544/Los_campamentos_de_refugiados_saharauis.pdf?sequence=2">se ha dependido exclusivamente de las ayudas que llegaban del exterior</a>. </p>
<p>La construcción de estos centros sanitarios fue posible gracias a varios proyectos de cooperación internacional para el desarrollo de diferentes países. En todos ellos, el personal de enfermería y las matronas dan respuesta a las necesidades de salud de la población. Pero para ello era preciso contar con un centro educativo donde poder formar al personal de enfermería necesario para abastecer la demanda de los centros sanitarios de las diferentes <em>wilayas</em>. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/469474/original/file-20220617-23-ze50to.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/469474/original/file-20220617-23-ze50to.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/469474/original/file-20220617-23-ze50to.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/469474/original/file-20220617-23-ze50to.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/469474/original/file-20220617-23-ze50to.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/469474/original/file-20220617-23-ze50to.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/469474/original/file-20220617-23-ze50to.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/469474/original/file-20220617-23-ze50to.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Alumno de la escuela de enfermería de la <em>wilaya</em> Smara.</span>
<span class="attribution"><span class="source">José Manuel Martínez Linares</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Una escuela única</h2>
<p>Situada en la <em>wilaya</em> de Smara, la Escuela de Enfermería Ahmed Abdel-Fatah fue construida sobre los restos de un antiguo hospital, también gracias a varios proyectos de cooperación internacional para el desarrollo, y a las aportaciones que se siguen haciendo desde diferentes organizaciones no gubernamentales de desarrollo y universidades españolas. El alumnado puede cursar en régimen de internamiento los estudios necesarios para obtener el título de enfermera o enfermero, así como la especialidad de Matrona y Enfermería Pediátrica.</p>
<p><a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/16/18/3414">Nuestras investigaciones</a> <a href="https://europepmc.org/article/med/30978587">sobre el terreno</a> han dado a conocer la actividad de esta institución formativa. En el año 2011 <a href="https://enfermeriaendesarrollo.es/en-sociedad/enfemeria-un-modelo-propio-de-desarrollo-en-el-sahara/">se ampliaron sus infraestructuras</a> para aumentar la oferta en lo referente a la formación teórica. La formación práctica la realiza el alumnado en los dispensarios y hospitales repartidos en las distintas <em>wilayas</em>.</p>
<p>Por desgracia, solo entre un tercio y la mitad de las personas que inician sus estudios llegan a finalizarlos, sobre todo cuando los cursan mujeres. En este caso también está presente la brecha de género, ya que, por motivos culturales o por causas sobrevenidas, son ellas quienes han de abandonar sus estudios. Desde los inicios de la escuela en 1992 se han titulado más de 300 enfermeras y enfermeros, más de 70 matronas y más de 20 especialistas en enfermería pediátrica.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/469476/original/file-20220617-12-eswlbn.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/469476/original/file-20220617-12-eswlbn.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/469476/original/file-20220617-12-eswlbn.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/469476/original/file-20220617-12-eswlbn.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/469476/original/file-20220617-12-eswlbn.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/469476/original/file-20220617-12-eswlbn.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/469476/original/file-20220617-12-eswlbn.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/469476/original/file-20220617-12-eswlbn.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Hospital regional de la <em>wilaya</em> Auserd.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Jose Manuel Martínez Linares</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Aprender del pasado para conseguir un futuro</h2>
<p>Gracias a la experiencia de los 30 años de historia de esta institución, se han conseguido resultados para el sector sanitario y la sociedad saharaui en general. La formación de personal de enfermería no solo ha cubierto las necesidades de personal sanitario. También ha ofrecido una salida laboral y una esperanza de futuro a jóvenes saharauis, para quienes la vida en un campamento de personas refugiadas, en unas circunstancias para las que no se vislumbra un final próximo, no existe una oferta formativa ni laboral que les motive. </p>
<p>El ánimo de la institución es continuar con esta labor social y mejorar en cuanto a la calidad de la formación que recibe el alumnado. Para ello, precisa de mejoras en la dotación de recursos para la docencia, así como de reciclaje y actualización del profesorado que la imparte. La continuidad de esta labor pasa por seguir recibiendo ayuda del exterior que permita financiar esta actividad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/184257/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Parte de los datos aportados en este artículo fueron recabados directamente por las personas que componen la autoría, gracias al proyecto de cooperación internacional para el desarrollo "Contribución a la mejora de la calidad de vida de la población de los campamentos de refugiados/as saharauis" financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Universidad de Jaén (Proyecto 2014DEC/008).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Ana María Díaz-Meco Niño, Mª José Calero García y Olga María López Entrambasaguas no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Situada en los campamentos saharauis de Argelia, la Escuela de Enfermería Ahmed Abdel-Fatah cumple una función sanitaria y social, ya que da esperanzas de futuro a jóvenes con escasas expectativas.Jose Manuel Martínez Linares, Profesor de Enfermería, Universidad de GranadaAna María Díaz-Meco Niño, Adjunct associate, Universidad de JaénMª José Calero García, Universidad de JaénOlga María López Entrambasaguas, Profesora ayudante doctora, Universidad de JaénLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1778662022-04-20T18:04:52Z2022-04-20T18:04:52ZLa enfermería necesita más investigación de calidad para continuar creciendo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/456324/original/file-20220405-12-rmdd3t.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C373%2C3840%2C1776&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/nurse-working-on-pc-modern-private-1785696104">Shutterstock / DC Studio</a></span></figcaption></figure><p>La investigación en enfermería constituye un pilar fundamental en la mejora de los cuidados y la atención de los pacientes. Contribuye, sin duda, a la sostenibilidad del sistema sanitario público mediante el desarrollo de nuevos roles y procesos asistenciales. </p>
<p>En nuestro país, la investigación enfermera <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1130862117301316">ha experimentado un notable avance</a>. A este proceso ha contribuido, desde luego, el desarrollo académico con el acceso en los últimos años, por ejemplo, a estudios de doctorado. Esto constituye un salto exponencial en nuestra profesión.</p>
<p>Esta investigación ha demostrado, no solo en nuestro contexto sino también a nivel internacional, que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19318161/">contribuye a la mejora de la salud</a> y la calidad de vida de las personas. Lo hace en los muy diferentes ámbitos en los que este sector desempeña sus funciones, con un importante impacto para el sistema sanitario en general.</p>
<p>Las líneas de investigación que abarca la profesión de enfermería son muy variadas. Por mencionar algunas, incluiríamos el impacto de los cuidados (a nivel holístico), la adherencia a hábitos saludables en la prevención de la enfermedad y promoción de la salud, la lucha contra las desigualdades sociales y las inequidades en salud, los estudios epidemiológicos, la efectividad y eficiencia de nuevos roles, etc.</p>
<h2>Una investigación de calidad para lograr mayores alianzas</h2>
<p>La búsqueda de alianzas internacionales es uno de los retos pendientes en nuestro contexto sociosanitario. Estas contribuirían, ciertamente, a un mayor crecimiento y desarrollo de la profesión. </p>
<p>Para lograrlo, es fundamental una mayor profesionalización de la investigación en enfermería, con personas con un nivel de formación y desarrollo académico elevado y suficiente como para poder llevar a cabo estudios de calidad y alto impacto.</p>
<p>Todas las enfermeras y enfermeros deben consumir investigación e implantar en la práctica clínica las recomendaciones basadas en la evidencia. De esta forma, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25057539/">podrían trabajar con calidad y seguridad clínica</a>.</p>
<p>Pero para desarrollar una investigación óptima y competitiva, es necesaria una formación específica y avanzada. Con ella podríamos avanzar en la búsqueda de financiaciones, alianzas y generar nuevo conocimiento para posteriormente implantarlo en la práctica.</p>
<h2>Un proyecto para impulsar la enfermería</h2>
<p>Es necesario crear espacios proclives que permitan la germinación de investigaciones de mayor impacto y líneas doctorales específicas en cuidados. En este contexto, a comienzos de septiembre de 2021 se publicó el <em><a href="https://www.bioaraba.org/actualidad/noticias/libro-blanco-investigacion-enfermeria-en-euskadi/">Libro blanco de la investigación enfermera</a></em> en el País Vasco. Su objetivo es mejorar y fomentar su desarrollo en dicho territorio. </p>
<p>En su elaboración colaboraron 18 enfermeros y enfermeras expertas en investigación de los tres territorios históricos de esta comunidad. Además, fue sometido a la evaluación externa de tres referentes nacionales en la materia.</p>
<p>El libro consiste en una reflexión común de profesionales enfermeras investigadoras, con dilatada trayectoria y formación académica y de diferentes ámbitos, que compartían fundamentalmente una inquietud común: mejorar y fomentar el desarrollo de la investigación enfermera en el País Vasco. Todo ello redundaría en una mejor salud de la ciudadanía y una mayor capacidad de visibilizar socialmente a la enfermería como profesión científica. </p>
<p>De este libro blanco se deriva el <a href="https://osabox.osakidetza.net/index.php/s/8ypLjjJRMBK33lE">nuevo proyecto</a> de innovación en gestión <em>Nursing Research Challenge</em>, dirigido a los departamentos de dirección y gerencia de las organizaciones sanitarias. De esta forma, se pretenden implantar algunas de las recomendaciones recogidas en el libro mencionado. </p>
<h2>Claves para mejorar la investigación enfermera</h2>
<p>Todas las áreas de mejora se han agrupado en seis ejes estratégicos con diferentes recomendaciones y sus correspondientes indicadores para realizar su evaluación. Los seis ejes son los siguientes: detección del talento, formación, difusión del conocimiento, fomento de la investigación enfermera dentro de equipos multidisciplinares y multicéntricos, incorporación de la perspectiva del paciente y traslación de los resultados.</p>
<p>La mayor apuesta es impulsar la investigación en cuidados junto a la investigación multidisciplinar con el resto de profesionales de la salud. Además, también sería enriquecedor agrupar en este conjunto a otras disciplinas, como las matemáticas o las ingenierías. Todo ello redunda, sin duda, en una mejor calidad asistencial y una mayor respuesta de cara a las necesidades de salud de la ciudadanía. Además, y más concretamente, también contemplaría aspectos relevantes en nuestro contexto como el fomento del euskera. </p>
<p>Próximamente está planificada la extensión del proyecto dentro del sistema público de salud del País Vasco (<a href="https://www.osakidetza.euskadi.eus/conozca-osakidetza/ab84-oskcon/es/">Osakidetza</a>) gracias a la colaboración de la Subdirección de Enfermería de la Organización Central y su posterior implantación a nivel estatal gracias al apoyo de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE). El objetivo es contribuir al desarrollo científico de la profesión y de los cuidados, aunando conocimiento y gestión.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/177866/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Verónica Tíscar no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Es fundamental una mayor profesionalización de la investigación en enfermería, con personas con un nivel de formación y desarrollo académico elevado, para realizar estudios de calidad y alto impacto.Verónica Tíscar, Coordinadora de investigación e innovación. OSI Bilbao Basurto. IIS Biocruces Bizkaia, Osakidetza - Servicio Vasco de SaludLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1781062022-03-17T19:02:37Z2022-03-17T19:02:37ZLlamar al paciente por su nombre y otros gestos que mejoran su salud<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/449762/original/file-20220303-23-1emvw23.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6006%2C4007&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/doctor-hold-hands-patient-which-sat-1686814150">Shutterstock / Anatta_Tan</a></span></figcaption></figure><p>¿Humanizar cura? La respuesta breve es no. Humanizar la manera en la que se trata a los pacientes en un hospital no cura y, ni mucho menos, salva vidas. Pero sí se convierte en una pieza fundamental para mejorar la percepción, el estado de ánimo e incluso el deseo de involucrarse en el seguimiento del tratamiento o acciones prescritas para la recuperación de la persona. Por lo tanto, no es un tema baladí. Influye en la salud. Incluso el dolor es percibido de diferente manera cuando nos sentimos bien tratados.</p>
<p>El paciente o la paciente puede llegar a entender que no le cures pero nunca que no le cuides. Y es ahí donde radica la esencia de la humanización de la atención sanitaria. Esa persona podrá comprender que la ciencia o su cuerpo no dé más de sí; que con los medios disponibles no seamos capaces de ofrecer la solución ansiada. Pero jamás que no nos preocupemos por ella. Que no sepamos mirarle a los ojos y tratarle como lo que es: una persona que merece respeto.</p>
<h2>¿Está deshumanizada la atención sanitaria hoy en día?</h2>
<p>Más allá de la voluntad personal de los grandes profesionales que habitan en nuestros hospitales, existen factores que dificultan que la atención sanitaria que ofrecemos sea más humana. Entre ellos, figuran la escasez de tiempo, la falta de recursos personales y físicos, la tecnificación de la medicina (que nos ha llevado a estar más pendientes de las máquinas y de los resultados de una prueba que de las personas), el propio diseño de las instalaciones médicas y el síndrome de estar quemado que afecta a <a href="https://theconversation.com/como-afecta-la-pandemia-al-personal-sanitario-efectos-psicologicos-y-como-minimizarlos-133988">una plantilla cada vez más mermada y agotada</a>.</p>
<p>A todo ello, debemos añadir el efecto devastador de la pandemia de covid-19, que se ha llevado por delante parte de lo avanzado en este terreno. La pandemia nos tapó el rostro a los profesionales de la salud, nos despojó de apariencia humana con los EPIs, nos impuso incorporar más procesos de protección en cada acción que desarrollábamos y nos robó tiempo. Se llevó por delante a muchas personas mayores de una generación admirable que, en la primera ola, murieron solos… Desolador. La pandemia ha demostrado que no estábamos preparados para algo así y que debemos humanizar, de nuevo, ese trato echándole imaginación.</p>
<p>Sin embargo, en todo ese maremágnum de obstáculos, como siempre, aparecen las personas con sensibilidad. Y es digno de destacar cómo profesionales del ámbito sanitario, desde médicos, enfermeros, auxiliares, personal de limpieza y otras labores han demostrado su capacidad de empatizar en mil y una ocasiones. Lo han hecho ofreciendo, por ejemplo, su teléfono personal para que una persona, consciente de que se moría, pudiera despedirse de su hijo. Sentido común, podríamos decir, pero un sentido que se ha topado en los últimos tiempos con demasiadas barreras.</p>
<h2>Detalles que marcan la diferencia en el cuidado de pacientes</h2>
<p>Un gesto. Una mirada. Un silencio. Mejorar el trato en un centro sanitario se resume en muchas ocasiones simplemente en prestar atención, saber que al otro lado hay una persona y analizar lo que hacemos para mejorarlo. </p>
<p>Veamos un ejemplo. Un <a href="https://doi.org/10.1016/j.enfi.2018.09.002">estudio desarrollado en la UCI del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla</a> reveló que el 60 % de sus pacientes refirieron dificultad a la hora de dormir adecuadamente derivada de la toma de constantes nocturnas realizada por el personal sanitario. </p>
<p>Por su parte, el estudio <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-enfermeria-intensiva-142-articulo-percepcion-del-sueno-pacientes-una-S1130239918300245">Percepción del sueño de los pacientes en una Unidad de Cuidados Intensivos</a>, realizado en Clínica Universidad de Navarra, señala que los ruidos, los monitores y la ronda de constantes fueron factores determinantes en la calidad del sueño.</p>
<p>Investigaciones como estas nos ayudan a sacar conclusiones. Por supuesto que debemos estar pendientes de los pacientes y verificar sus constantes, pero tenemos que personalizar la atención, ver quién necesita realmente que supervisemos su estado cada hora y a quién podemos desearle buenas noches y dejarle descansar hasta la mañana siguiente. No podemos caer en hechos tan llamativos como despertar a un paciente para darle la pastilla de dormir, algo que ocurre en nuestros hospitales.</p>
<p>Sin embargo, gracias a la sensibilidad de los profesionales sanitarios y, en especial, de profesionales de la enfermería, ya se llevan a cabo mejoras tan sencillas y decisivas como agrupar y minimizar las actuaciones, eliminar el ruido de los teléfonos por la noche y sustituirlo por luces, hablar en un tono bajo, sustituir carros ruidosos por otros más silenciosos, etc.</p>
<h2>¿Qué más se puede hacer para humanizar la atención sanitaria?</h2>
<p>La leyenda cuenta que un médico sabio dijo “La mejor medicina es amor y cuidados”. Alguien le preguntó: ¿y si no funciona? Él sonrió y contestó “Aumenta la dosis”.</p>
<p>Aumentémosla entonces. Son muchas las posibilidades a nuestro alcance, pero resumamos algunas de las acciones más reseñables:</p>
<ul>
<li><p>Identifiquémonos y dirijámonos al paciente por su nombre: que en ningún momento tenga la sensación de que es el 23 A o el de la colecistitis.</p></li>
<li><p>Transmitámosle la información de manera clara, cercana y comprensible, tanto al paciente como a sus acompañantes. Aprendamos a dar malas noticias.</p></li>
<li><p>Permitamos que sea dueño de sus decisiones y abandonemos ese paternalismo que ha existido en generaciones pasadas en la atención sanitaria en el que rara vez era el paciente quien decidía.</p></li>
<li><p>Respetemos la dignidad de la persona, su intimidad y su autonomía.</p></li>
<li><p>Promovamos un entorno tranquilo y confortable en las habitaciones y zonas comunes. Adecuemos nuestros centros.</p></li>
<li><p>Apoyemos emocionalmente en el duelo y velemos por el bien morir.</p></li>
<li><p>Pidamos a las administraciones que cuiden a sus profesionales, brindándoles los recursos necesarios para poder hacer bien su trabajo y dedicar el tiempo y la atención que requieren los pacientes.</p></li>
</ul>
<p>Si lo pensamos bien, la humanización sanitaria desemboca en el simple sentido común de que debemos cuidar a quien lo necesita. Si es posible, curarle, pero siempre y en todo momento, cuidarle. Quizá no salvemos vidas, pero haremos que merezcan la pena.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/178106/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Tomas Belzunegui Otano no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Llamarle por su nombre, ofrecerle un entorno tranquilo y permitirle tomar decisiones son detalles que mejorarían el cuidado de los pacientes. Son gestos que no curan, pero infuyen en su salud.Tomas Belzunegui Otano, Profesor del Area de Medicina, Universidad Pública de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1771172022-03-01T19:45:07Z2022-03-01T19:45:07Z¿Por qué es importante propiciar el liderazgo del personal de enfermería?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/447769/original/file-20220222-19-1ni5bzt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C9%2C6038%2C3992&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Personal de enfermería y otros profesionales sanitarios aplauden ante las puertas del Hospital 12 de Octubre de Madrid durante el confinamiento por covid-19 en abril de 2020.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/madrid-spain-hospital-12-de-octubre-1716408268">Shutterstock / FernandoV</a></span></figcaption></figure><p>Un buen líder consigue que la gente baile. Sí, han leído bien, baile. Los enfermeros y las enfermeras podrían hacernos bailar una buena danza. Pero no entiendan mal, no como en las películas de vaqueros del oeste, en las que el protagonista hace bailar a “los malos” disparando tiros a sus pies. Es un baile sentido, en el que al sonar la música no puedes impedir dejarte llevar por sus notas. </p>
<p>En la educación escolar griega se suele usar un ejemplo para demostrar la fuerza que tiene la música y la danza en las personas. Un ejemplo es muy pertinente cuando se habla de liderazgo. Veámoslo. Un héroe de la Revolución griega (1821-1830), Odysseas Androutsos, de acuerdo a la leyenda, consiguió por medio de la música y el baile que sus compañeros se unieran a su “locura” y frenaran a los turcos en su avance al Peloponeso. </p>
<p>Tras una reunión acalorada con su ejército y otros líderes del momento sobre qué deberían hacer y dónde, Odysseas lo vio claro. Dijo: “Yo me quedo aquí”. Empezó a cantar, se puso a bailar y añadió: “Quien quiera luchar conmigo que se una”. Así, a la manera del baile tradicional griego, cogidos de la mano con su líder a la cabeza, la fila de hombres fue creciendo, todos ellos cantando y bailando, entregados a la causa. </p>
<p>De este ejemplo se pueden extraer tres componentes esenciales para un buen liderazgo: un proyecto claro, la preocupación por las personas y una valiente determinación.</p>
<h2>Un proyecto claro</h2>
<p>Con respecto al primero, los buenos líderes plantean el proyecto tras analizar la situación y los datos y de identificar qué se quiere o se necesita lograr. </p>
<p>En el ámbito de la salud, el proyecto puede variar si el foco está en la ausencia de enfermedad o si es más ambicioso y se plantea que las personas mantengan o mejoren su salud y bienestar. Al centrarse en este último, el baile –o liderazgo– del personal de enfermería puede ayudar a construir un sistema sanitario y social más fuerte con un mejor empleo de los recursos.</p>
<p>Podrían hacerlo porque la enfermería sitúa a las personas en el centro de actuación y las entienden de manera completa, no centrándose solo en los problemas de salud que presentan. Puede parecer que entender el cuidado de la persona de esta manera resulta más costoso o menos práctico, ya que no se aborda solo la enfermedad sino cómo las personas viven, pero no es así.</p>
<p>En la historia de la enfermería esto ya se ha demostrado anteriormente. Un ejemplo muy conocido lo proporciona una famosa enfermera inglesa, <a href="https://theconversation.com/florence-nightingale-la-dama-de-la-lampara-que-salvo-miles-de-vidas-con-una-grafica-109443">Florence Nightingale</a>. Nightingale evidenció que muchos de los soldados que fallecían en la guerra de Crimea lo hacían no por las heridas y sus consecuencias sino por las malas condiciones de vida que tenían al estar heridos. Es decir, por las infecciones, la mala ventilación, la falta de movilidad y la alimentación inadecuada en los hospitales de campaña. </p>
<p>Nightingale utilizó un diagrama muy visual (diagrama de la rosa o diagrama del área polar) para dar a conocer la situación y trabajar para cambiarla. Su análisis de la situación y su visión global de lo que las personas necesitan fue lo que le permitió identificar qué era necesario hacer.</p>
<p>La contribución de Nightingale no se pudo producir de manera inmediata porque cuando las enfermeras llegaron para ayudar a Crimea en octubre de 1854 no fueron bien recibidas. Fue medio año más tarde, en marzo de 1855 (cuando la situación llegó a ser extremadamente crítica), cuando se les permitió el acceso a los campamentos. Entonces no podían ni imaginar cómo podrían cambiar las cosas. </p>
<p>Como Nightingale en aquel momento, los enfermeros y enfermeras en la actualidad tienen, en general, las puertas cerradas para ejercer su potencial. Por ejemplo, en la planificación y en la toma de decisiones organizativas y políticas a distintos niveles que podrían ayudar a obtener mejores resultados en la salud de la población. </p>
<p>En la pandemia, por ejemplo, este sector del personal de sanidad <a href="https://theconversation.com/los-cuidados-invisibles-las-enfermeras-detras-de-la-covid-19-151333">no ha estado prácticamente presente en la toma de decisiones</a> de las políticas sanitarias. Su trabajo
ha estado casi exclusivamente <a href="https://www.actasanitaria.com/politica-y-sociedad/enfermeria-pide-a-sanidad-que-incorpore-a-la-profesion-en-la-toma-de-decisiones-de-la-covid-19_1538004_102.html">limitado a la primera línea de atención</a>, sujeto a los vaivenes de las decisiones que “otros” toman y a la agonía de intentar cubrir puestos y <a href="https://theconversation.com/un-ano-atipico-para-celebrar-el-dia-internacional-de-la-enfermeria-138224">llevar a cabo diferentes procedimientos</a> (vacunas, PCRs, test de antígenos, etc.). </p>
<p>Para la “apertura”, en este caso es necesaria la revisión de los sistemas de selección y contratación que no reconocen la preparación de los enfermeros, llevan a los profesionales a vivir en la precariedad de la temporalidad y les impiden acceder a puestos clave en la administración pública.</p>
<h2>La preocupación por las personas</h2>
<p>Con respecto al segundo componente del liderazgo, la preocupación por las personas, la enfermería históricamente ha mostrado que está a la altura. Para ilustrarlo hablaremos de otra mujer ejemplar en el ámbito de la enfermería, Virginia Henderson. </p>
<p>Ella indicó que “la enfermera es temporalmente la conciencia del inconsciente, el amor de vida para el suicida, la pierna del amputado, los ojos del reciente ciego, el medio de locomoción para el infante y una voz para aquellos demasiado débiles para hablar”. Los enfermeros y las enfermeras conocen a la perfección las necesidades del sistema sanitario y de las personas a las que cuidan. Pueden ser la voz de aquellos a los que no se están escuchando. </p>
<p>En este momento, a la población se le están <a href="https://150.214.170.182/index.php/TAHRJ/article/view/6326/5657">negando los cuidados que requiere por el deterioro de un sistema de salud, que ha sufrido numerosos recortes</a> y que no se ha engranado bien con <a href="https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=QS3EDwAAQBAJ&oi=fnd&pg=PT7&ots=9IFw9VD2md&sig=kGhN8_2xZ-CgWIdIxSpKWs00lhQ#v=onepage&q&f=false">el sistema social</a>. Parece que las necesidades del sistema de salud son las protagonistas y que las de las personas no son tan importantes. </p>
<p>Por ejemplo, para “cuidar nuestro sistema de salud tensionado” en los últimos meses, sociedades enteras han tenido que “cuidarse”, “limitarse”, “confinarse”, “medirse”, “autoorganizarse” para cumplir los confinamientos propios y de los más pequeños, mientras veían que los niños y las personas mayores eran muchas veces olvidados. </p>
<p>Las <a href="https://theconversation.com/salud-mental-2021-las-consecuencias-psiquicas-de-la-pandemia-174254">necesidades tanto físicas como mentales</a> de las personas se han visto relegadas a un segundo plano. Se han frenado actividades promotoras de salud y se ha visto comprometido el acceso presencial a los distintos profesionales. </p>
<p>Así nos encontramos con un aumento de patologías que son consecuencia de las medidas <a href="https://theconversation.com/los-costes-ocultos-que-la-gestion-de-la-pandemia-tiene-para-los-ninos-172343">adoptadas en la pandemia </a>, más que de la pandemia en sí. Esto se podría haber mejorado teniendo una <a href="https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-91112017000300269">visión global de las personas</a> y las comunidades.</p>
<p>Reconocer las capacidades de liderazgo de la enfermería llevaría a la ganancia segura porque en el análisis de las situaciones están las personas. Un sistema que viva al margen de esta realidad y se centre solo en los problemas de salud agudos es perverso, ya que no responde a las verdaderas necesidades de aquellos para los que fue diseñado, ignora los contextos en los que estos viven y conlleva que no se aborde lo que verdaderamente promueve o afecta a la salud de las personas. </p>
<h2>Una valiente determinación</h2>
<p>Finalmente, la determinación valiente del líder es el canto y el baile que hace que muchos se sumen. Nightingale, con los datos y su determinación, lideró el cambio e implantó medidas higiénicas que salvaron muchas vidas en un momento de guerra, pero que no quedaron ahí. A su regreso a Inglaterra, continuó siendo una protagonista central en las reformas del sistema sanitario inglés. </p>
<p>Las enfermeras son una pieza clave para <a href="https://theconversation.com/ha-cambiado-la-percepcion-social-de-la-enfermeria-con-la-pandemia-160273">recuperar lo que se ha perdido o dañado con la pandemia</a>: la atención primaria, el cuidado de la salud comunitaria, la atención presencial y la atención a otras necesidades de salud. </p>
<p>Para ello, el personal de enfermería está formado de manera mucho más avanzada que en tiempos de Nightingale o Henderson, con grados bien pensados y con especialidades y postgrados que permiten a los profesionales conocer mejor a las personas y sus contextos. </p>
<p>Esa es la forma en que la enfermería puede liderar: teniendo las ideas claras, sabiendo que gobiernos y sistemas de salud se deben a las personas y siendo la primera que con valentía puede comenzar este canto y su baile. Eso sí, mano a mano <a href="https://theconversation.com/enfermeria-liderazgo-compartido-para-afrontar-la-gestion-del-cuidado-168497">con otros profesionales y con la población</a>. </p>
<p>No solo bailando al son que otros tocan, que lleva a dejarse la piel, con la frustración de no entender, compartir o llegar a lo que otros han planificado y que se queda corto comparado con todo lo que la enfermería puede ofrecer. </p>
<p>Es importante que todo el esfuerzo merezca la pena. Porque es cierto que las enfermeras y los enfermeros han estado ahí, pero tienen que dejar de estarlo como ejecutoras y ser líderes del cambio tan necesario en nuestros días. Es el momento de confiar en una profesión históricamente firme y valiente, elevar la voz y danzar a su son.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/177117/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Olga López Dicastilo participa en un proyecto financiado por el Instituto de Salud Carlos III. Esta financiación se logró de manera competitiva al presentar el proyecto en la Acción Estratégica en Salud (AES) en 2021. </span></em></p>En la pandemia, la enfermería ha sido relegada casi exclusivamente a la primera línea de atención. Reconocer sus capacidades de liderazgo llevaría a una ganancia segura.Olga López Dicastilo, Vicedecana del Grado en Enfermería. Facultad de Ciencias de la Salud. Profesora Contratada Doctor. Departamento de Ciencias de la Salud, Universidad Pública de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1707242021-10-28T15:44:35Z2021-10-28T15:44:35ZHalloween no nos da miedo pero la muerte sí<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/429075/original/file-20211028-15-wr1k3a.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5591%2C3730&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/portrait-girl-sugar-skull-makeup-over-742475023">Shutterstock / Kiselev Andrey Valerevich</a></span></figcaption></figure><p>Hace años que el día de difuntos, originalmente concebido para honrar a los muertos, se convirtió en <a href="https://portalcomunicacion.uah.es/diario-digital/reportaje/halloween-un-fenomeno-de-globalizacion-y-de-sacralizacion-de-la-sociedad.html">“Halloween”</a>. Y desapareció de un plumazo la palabra muerte. </p>
<p>Halloween se ha consolidado como un día para salir a la calle a festejar. En familia, solo hablamos del disfraz que compraremos a los niños y niñas y de las actividades en las que les incluiremos. Entre tanto, los jóvenes debaten dónde y cuándo se organiza la fiesta más interesante o con más glamour. Solo los adultos llevamos flores a los cementerios y en algunos casos rezamos una oración. </p>
<p>¿Por qué perdemos la oportunidad de hablar con niños y jóvenes de la vida física y su final, de la vida biográfica y el sentido de trascendencia, con naturalidad?</p>
<h2>Miedo inoculado en viñetas</h2>
<p>Todos hemos visto esas viñetas: mujer cadavérica con manos huesudas y uñas largas, sujetando una guadaña en actitud de espera, para segar la vida de la persona que va a morir. No nos resulta fácil confiar en el proceso de muerte si nos llevan a la fuerza y, además, lo hace una señora con cara desagradable y tenebrosa.</p>
<p>Solo pensar en esta imagen (y la imaginación es muy creativa cuando se trata de acrecentar el miedo) hace que nos recorra un escalofrío columna arriba que nos incomoda. Esto bloquea cualquier intento de hablar del morir de forma sosegada y tranquila. Incluso hace que nos alejemos de la atención a los moribundos (no se nos vaya a pegar). </p>
<p>Contrasta con la CONFIANZA, con mayúsculas, que es la principal actitud que deberían desarrollar tanto el muriente como quien le acompaña. Confianza en la vida y en el proceso del morir físico: lo más natural del mundo. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/429078/original/file-20211028-26-1yrol7f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/429078/original/file-20211028-26-1yrol7f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/429078/original/file-20211028-26-1yrol7f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/429078/original/file-20211028-26-1yrol7f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/429078/original/file-20211028-26-1yrol7f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/429078/original/file-20211028-26-1yrol7f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/429078/original/file-20211028-26-1yrol7f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/429078/original/file-20211028-26-1yrol7f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/death-holding-scythe-clock-front-herself-2036789405">Shutterstock / Duet PandG</a></span>
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<h2>Las palabras que utilizamos al hablar de la muerte son aterradoras</h2>
<p>Si bien las palabras muerte y morir forman parte de nuestro vocabulario, lo hacen de forma inconsciente y superficial: “morir de risa, de amor, de vergüenza o de miedo”, “antes muerta que sencilla”, “estoy de muerte”, etc. </p>
<p>Hablar del morir y de la trascendencia del final de la vida física y biográfica suele ser tabú. El tema “no se toca”. Y cuando se hace, es desde el drama de la presunta pérdida de la persona, del miedo a lo desconocido (más vale lo conocido que…, nadie ha vuelto para contarlo…). </p>
<p>De nuevo aparecen en nuestro pensamiento imágenes que nos llenan de tristeza, ansiedad, angustia y sufrimiento. Evitando poder hablar serenamente de lo que es importante para uno en el final de vida, nos impiden compartir con familia o amigos cuáles serían nuestras preferencias si llegara el caso. Por ejemplo, decidir si queremos morir en casa o en hospital, estar conscientes o que nos seden, no tener dolor y estar tranquilos, propiciar las despedidas, o que no se alargue la vida innecesariamente, etc. </p>
<p>¿Por qué continúa siendo un <a href="https://doi.org/10.1111/jan.14836">tabú</a>, una conversación de mal gusto, un motivo para decir “déjate de tonterías, a ver si la vas a atraer”? O “bueno, yo soy joven, aún queda mucho, tendré tiempo para mirar a los ojos a la parca cuando me toque”.</p>
<p>Lo que es más importante aún, ¿si no podemos hablar de la muerte con nuestros iguales ni con nuestros familiares, a quién acudimos? Pues lo ideal sería que, junto con nuestros profesionales de atención primaria de salud, fuéramos diseñando la <a href="https://www.medicinapaliativa.es/planificacion-compartida-de-la-atencion-la-covid-19-una-oportunidad556">planificación compartida de la atención</a>. </p>
<h2>Acompañar con serenidad</h2>
<p>Aunque la sociedad presupone que los profesionales de la salud hemos de estar preparados para abordar el final de vida, lejos está de la realidad.
Hijos de nuestra cultura, padecemos los mismos miedos, negaciones y reticencias ante este proceso. Solo unos pocos, muy bien formados y experimentados en cuidados paliativos, nos muestran una luz en este quehacer profesional. </p>
<p>Estos profesionales nos anuncian que sí se puede acompañar con serenidad, hablar con franqueza y compasión, y sobre todo disminuir nuestros miedos. Es decir, convertir el proceso del morir físico, y acompañar, en un suceso natural satisfactorio, e incluso agradable, tanto para quien muere como para quien le acompaña. </p>
<p>Sin embargo, aún hoy vemos la torpeza de muchos profesionales cuando tratan de acompañar y comunicarse con las personas en el final de la vida (y con sus familias). En su corazón siguen considerando la muerte como un “fracaso”, y, como dice el psicólogo clínico <a href="https://www.youtube.com/watch?v=r9QDlT4U5D4&t=481s">Fidel Delgado</a>, “el mensajero es el mensaje”, inevitablemente.</p>
<p>De ahí la importancia de una adecuada formación e inmersión en el concepto de naturalidad del morir ya desde pregrado. </p>
<p>Los estudiantes de enfermería acceden a la disciplina a los 18 años. La mayoría de ellos no han tenido contacto con la muerte ni a nivel social ni personal. Su primer contacto suele ser sus primeras prácticas clínicas. La mayoría de ellos forman parte de familias donde, tanto los padres como los abuelos, son jóvenes. Los hay que incluso tienen bisabuelos vivos. </p>
<p>Eso, unido al ocultamiento natural que hace la sociedad occidental, el no compartirlo, o alejar a los niños y niñas, adolescentes y jóvenes, de los espacios donde se visibilizan las personas fallecidas, hace que se retrase la reflexión sobre la finitud de la vida.</p>
<p>Nos dicen que, en sus grupos de iguales, se considera de mal gusto hablar sobre la muerte. Sin embargo, disfrutan juntos la noche de difuntos entre “truco o trato”, zombis, fantasmas, disfraces, bailes y fiesta. </p>
<p>Un <a href="https://doi.org/10.1016/j.nepr.2021.103175">estudio</a> reciente demuestra que los estudiantes de enfermería tienen altos niveles de miedo a la muerte durante la carrera. Y remarcan la importancia de incluir en la formación programas que faciliten el manejo de esta emoción.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/429081/original/file-20211028-13-tnrbso.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/429081/original/file-20211028-13-tnrbso.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/429081/original/file-20211028-13-tnrbso.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=186&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/429081/original/file-20211028-13-tnrbso.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=186&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/429081/original/file-20211028-13-tnrbso.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=186&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/429081/original/file-20211028-13-tnrbso.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=233&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/429081/original/file-20211028-13-tnrbso.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=233&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/429081/original/file-20211028-13-tnrbso.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=233&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/panorama-person-assisting-elderly-dying-hospice-343838771">Shutterstock / Photographee.eu</a></span>
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<h2>Un muro de silencio innecesario alrededor de la muerte</h2>
<p>Al final, la actitud ante el morir es responsabilidad de todos y todas. Es la sociedad al completo la que contribuye a construir un muro de silencio cada vez más alto y ancho alrededor de la muerte. Haciéndolo infranqueable incluso en las ocasiones en las que es evidente.</p>
<p>“No puede ser” es lo primero que decimos y nos repetimos una y otra vez. Ni siquiera el hecho objetivo de que la muerte es inminente es suficiente para abrirnos los ojos a una realidad que seguimos negando. La propuesta es reconocer esta fase, “la negación” (primera fase del duelo, <a href="http://aebioetica.org/revistas/2021/32/104/49.pdf">según Kübler-Ross</a>), como el primer mecanismo de defensa psicológica. Que nos prepara para una aceptación futura y un duelo sereno. </p>
<p>Quizás, el reto profesional y social esté en que desde la conciencia, la formación y la experiencia podamos ser agentes de cambio entre los más cercanos, transformando la ignorancia en luz, el rechazo en aceptación, el tabú en naturalidad y la clandestinidad en visibilidad.</p>
<p>Facilitar los espacios de reflexión y ventilación de emociones es uno de los objetivos más importantes de las universidades donde se forman los futuros profesionales de la salud.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/170724/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Hace años que el día de difuntos (destinado a honrar a los muertos) se convirtió en Halloween, una divertida fiesta de disfraces en la que ni se menciona la muerte. Paradójicamente, esta sigue siendo un tema tabú que nos aterra abordar.Elena Fernández Martínez, Profesora Enfermería de Salud Mental. Grupo de investigación SALBIS, Universidad de LeónAna Isabel López-Alonso, Profesora Cuidos Paliativos. Área de Enfermería, Universidad de LeónCristina Liebana-Presa, Profesora. Área Enfermería. Departamento de Enfermería y Fisioterapia, Universidad de LeónLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1689742021-10-26T19:41:31Z2021-10-26T19:41:31Z¿Superheroínas o kamikazes? Ser enfermera durante la pandemia por coronavirus<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/428510/original/file-20211026-27-1nc28th.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Personal sanitario ante un centro médico durante los días duros de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/corunaspain-workers-dealing-new-coronavirus-crisis-1689396655">Shutterstock / Imaxe Press</a></span></figcaption></figure><p>Desde el inicio de la pandemia las enfermeras han sido la mayor fuerza laboral sanitaria en la lucha contra la covid-19. Sin embargo, los profesionales sanitarios no contaban en España con los recursos adecuados y suficientes para atender a sus pacientes. Por ejemplo, la tasa de enfermería en España (5,9 enfermeras por 1 000 habitantes) es inferior a la de Europa (9 enfermeras por 1 000 habitantes). El resultado: <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7567525/">una sobrecarga de trabajo severa</a>.</p>
<p>A pesar de este desafío, se ha observado un importante sentido de responsabilidad entre las enfermeras españolas. Estas consideran que juegan un papel clave como profesionales altamente capacitadas para brindar cuidados humanizados de calidad. En este contexto, muchos profesionales de la salud se retrataron alzando sus puños como símbolo de fuerza y orgullo por su trabajo.</p>
<p>Este patrón de conducta ya se ha evidenciado en otros estudios con enfermeras <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7141468/">en China</a>. Los resultados mostraron que el 70 % de las participantes mencionó que la responsabilidad profesional las impulsó a participar en la “misión de contener la epidemia”, a pesar de estar expuestas a riesgos laborales de contagio mientras cuidaban de pacientes con covid-19. </p>
<p>Sin embargo, la capacitación profesional y las extensas jornadas de dedicación a sus pacientes han generado una enorme presión en estas profesionales.</p>
<p>Las enfermeras han sido responsables de cumplir con los estándares de calidad asistencial frente a los miedos generados por este nuevo escenario. Todo esto con un riesgo creciente de infección, perspectivas inciertas y falta de equipos de protección adecuados. Además, han sufrido las consecuencias del estrés, principalmente en áreas de cuidados críticos donde la gravedad de los pacientes es extrema. </p>
<p>Esto, unido al miedo de llevar con ellas el coronavirus a sus barrios y casas, y contagiar a la familia y seres queridos, ha resultado en un aumento de consultas psicológicas. Así, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32217624">según algunos investigadores</a>, el personal sanitario, incluidas las enfermeras, ha sufrido un aumento de síntomas de ansiedad, angustia, estrés e incluso insomnio.</p>
<h2>Conllevar la responsabilidad con el estrés</h2>
<p>Las enfermeras se han sentido obligadas a seguir severas restricciones: del número de personal que ingresa a los comedores, prohibición
de visitas familiares, distanciamiento social y aislamiento de los pacientes. Con ello se han sentido impotentes y estresadas. </p>
<p>No solo percibían la soledad de sus pacientes. Los fallecimientos provocaron el sufrimiento de estas profesionales, así como sentimientos de fracaso, desesperación y tristeza. Sin embargo, a pesar de estos momentos desafiantes, el personal sanitario continuó siendo consciente de la importancia de seguir brindando cuidados humanizados. </p>
<p>Como alternativa, algunas emplearon medios tecnológicos para la comunicación entre los pacientes y sus familias (vídeollamadas o conversaciones telefónicas), en un intento de paliar la falta de apoyo a los seres queridos. Todos estos motivos han servido para que, a pesar del sufrimiento interno, los ciudadanos las vean como a heroínas.</p>
<h2>¿Cómo han logrado afrontar la pandemia?</h2>
<p>Durante la pandemia de covid-19 el personal sanitario ha recibido
numerosas muestras de cariño y apoyo de sus familias, ciudadanos,
empresas e instituciones. Donaciones de comida, mascarillas cosidas
por mujeres mayores, batas confeccionadas por diseñadores famosos,
cintas para el cabello, dibujos de niños pequeños y tazas de café donadas
por las empresas de bebidas se encontraban entre los artículos ofrecidos en agradecimiento por sus servicios. </p>
<p>Aunque muchas enfermeras, junto con otros profesionales sanitarios, aseguraban que era la primera vez que recibían tantas atenciones por parte de la ciudadanía, reconocían que todos los momentos estresantes podrían haber sido minimizados por la situación social y el apoyo proporcionado por la comunidad. </p>
<p>En un intento de apoyar y proteger a la fuerza laboral de primera línea se adoptaron varias estrategias como apoyo psicológico, agradecimiento ciudadano mediante aplausos en los balcones, descuentos y promociones exclusivas para profesionales de la salud y áreas de descanso (hoteles o casas de huéspedes) donde podrían quedarse tras la jornada laboral en lugar de regresar a sus hogares <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7129426/">para reducir el riesgo de contagio</a>. </p>
<p>Los resultados de un <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7075079/">estudio con personal médico en China</a> evidenciaron que mayores niveles de apoyo social durante la pandemia se asociaron con una mejor salud mental y calidad del sueño, lo que se traducía en un mejor desempeño profesional. </p>
<p>Por otro lado, los profesionales también emplearon estrategias de afrontamiento propias. La práctica de ejercicio, hablar con los demás, el yoga y la espiritualidad y las creencias religiosas <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7297159/">fueron estrategias comunes utilizadas por el personal sanitario</a>. En España, los resultados de un <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/jocn.15887">estudio mediante el uso de las fotografías</a> también muestra cómo las enfermeras han usado el buen humor, momentos de ocio y reflexión para superar estos retos.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/424312/original/file-20211002-13-9vdidv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/424312/original/file-20211002-13-9vdidv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/424312/original/file-20211002-13-9vdidv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=899&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/424312/original/file-20211002-13-9vdidv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=899&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/424312/original/file-20211002-13-9vdidv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=899&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/424312/original/file-20211002-13-9vdidv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1130&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/424312/original/file-20211002-13-9vdidv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1130&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/424312/original/file-20211002-13-9vdidv.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1130&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<h2>No somos superheroínas ni ángeles</h2>
<p>En este momento de crisis la población tiende a glorificar a los profesionales que trabajan durante la pandemia. Esto quedó claro al evaluar varios momentos y fotografías que revelan una conexión entre profesionales de la salud y seres con una fuerza superior, como los dibujos de superhéroes pintados en paredes y cristales de ascensores, o empleados como fijador de mascarillas para el pelo. </p>
<p>En otras ocasiones, se ha hecho referencia a las enfermeras como ángeles. Sin embargo, aun aceptado este intento de apreciación de los esfuerzos por cuidar a las personas durante la pandemia, las enfermeras recalcan que verdaderamente debe vincularse a su alta capacitación para el puesto tan importante que desempeñan en la sociedad, hasta ahora muy invisible.</p>
<p>Además, el personal sanitario y específicamente el de enfermería aún lucha por visibilizar la falta de recursos de protección que han tenido durante la prestación de sus servicios. En España, el número de profesionales sanitarios infectados por covid-19 desde el inicio de la pandemia hasta julio de 2020 fue de 52 036 (21,2 % del total de infectados detectados). </p>
<p>Fueron frecuentes las quejas por la falta de mascarillas, guantes y geles de solución hidroalcohólica, así como la reutilización no apropiada de parte del material.</p>
<p>No fueron superhéroes quienes aumentaban su jornada laboral en horas y días semanales, ni quienes estuvieron expuestos a mayor riesgo de accidentes en el trabajo. Los cambios de horario y la forma de cuidar a los pacientes afectados por coronavirus tampoco afectó a personas con fuerzas superiores, sino a enfermeras de carne y hueso que ingeniaron plastificar todo el material que entraba en habitaciones de personas infectadas, quienes planificaban los aseos días alternos porque no podían prestar los mismos servicios con la normalidad anterior. </p>
<p>En definitiva, eran enfermeras con una formación académica digna de aplausos en los balcones a las 8 de la tarde.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/168974/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Las extensas jornadas, unidas al estrés generado por la pandemia, supuso un reto para unas profesionales tradicionalmente invisibilizadas.Bárbara Badanta Romero, PDI. Departamento de Enfermería, Universidad de SevillaRocío de Diego-Cordero, PDI. Dpto. de Enfermería, Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1684972021-10-03T19:24:14Z2021-10-03T19:24:14ZEnfermería: liderazgo compartido para afrontar la gestión del cuidado<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/424201/original/file-20211001-17-1s724u2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C4985%2C1661&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/panoramic-portrait-collage-doctors-nursing-team-1908889819">Shutterstock / Robert Kneschke</a></span></figcaption></figure><p>En este año y medio de pandemia, las circunstancias han colocado a muchas enfermeras en <a href="https://www.consejogeneralenfermeria.org/actualidad-y-prensa/sala-de-prensa/noticias/item/75355-los-sanitarios-espanoles-en-primera-linea-contra-el-covid-19-premio-princesa-de-asturias-de-la-concordia">primera línea</a> no solo de la atención directa al paciente, sino también de los medios de comunicación. Estas profesionales se han convertido en referente para dar respuesta a las preguntas que la pandemia nos ha planteado.</p>
<p>Como colectivo hemos sabido <a href="https://www.researchgate.net/profile/Albert-Cortes-Borra/publication/342604788_Liderazgo_en_tiempos_de_crisis_sanitaria_por_covid_19/links/5f82eeb9458515b7cf7711cd/Liderazgo-en-tiempos-de-crisis-sanitaria-por-covid-19.pdf">adaptarnos</a> en diferentes entornos del cuidado: urgencias, UCI, plantas de hospitalización, atención a las personas mayores, hospitales de campaña, atención primaria, atención a pacientes crónicos, etc. </p>
<p>Nada de esto hubiera sido posible sin la suma de dos componentes clave como son el trabajo en equipo y el liderazgo profesional. </p>
<h2>Formalizar el desarrollo del liderazgo</h2>
<p>Pero ¿cómo podemos mantener y mejorar este liderazgo para que no sólo sea reactivo –dando respuesta al cambio repentino producido por situaciones como la pandemia– sino que sea más proactivo? Es decir, ¿de qué manera se promueve un liderazgo que genere propuestas y formas diferentes de trabajar de una manera planificada? </p>
<p>En este punto de formalizar el liderazgo las universidades tenemos un papel muy importante. A saber, debemos incorporarlo al plan de estudios de las futuras enfermeras y enfermeros.</p>
<p>En nuestro caso, lo hemos hecho desarrollando un programa docente e <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S026069172031426X">investigador</a> a lo largo de los 4 cursos del grado que permita adquirir y evaluar el liderazgo en los estudiantes de enfermería. </p>
<h2>Estilos de liderazgo</h2>
<p>Es posible que al hablar de liderazgo en el entorno de la salud tengamos presente el liderazgo de los mandos de enfermería o de los equipos de gestión y de dirección. Sin embargo, aquí nos referimos al que desarrolla cada enfermera en su puesto de trabajo para organizar el cuidado que da a los pacientes y responder a las necesidades de la población. </p>
<p>De forma general, podemos hablar de tres estilos de liderazgo. </p>
<ol>
<li><p><strong>Recompensas.</strong> </p>
<p>En primer lugar, existe un liderazgo basado en el intercambio de recompensas entre las personas: “Yo soy líder porque consigo que hagas algo a cambio de algo”. Es una simple transacción en la que no destaca la colaboración de los integrantes. </p></li>
<li><p><strong>Transformacional.</strong></p>
<p>Otro estilo de liderazgo se basa en la motivación. Es un estilo que enriquece y que inspira el cambio de valores, de creencias y actitudes. Un liderazgo que transforma. En este estilo predomina el trabajo en colaboración entre la enfermera y las personas a las que presta su cuidado y el resto de profesionales que también participan. </p></li>
<li><p><strong>Compartido.</strong></p>
<p>Partiendo de este liderazgo llamado “transformacional” llegamos a un tercer estilo, el liderazgo compartido. En este estilo, el liderazgo es compartido por los diferentes miembros del equipo según los tiempos, necesidades, oportunidades y capacidades de cada uno. Incluye, además de la voz de los profesionales, la voz del propio paciente.</p>
<p>En este estilo el líder no es “el mejor”, sino aquel que se rodea de las personas que aportan lo mejor en cada situación, en cada momento. Aquí el líder es un facilitador, que reconoce al resto de miembros y sus capacidades. Pero no sólo eso: el puesto de líder será ocupado en cada ocasión por un miembro del equipo según las fortalezas del mismo y lo que se necesite en cada situación concreta. </p></li>
</ol>
<p>¿Por qué estilo nos decantamos? Creemos que el estilo que mejor responde a los retos de la profesión enfermera es el <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1322769614000869">liderazgo compartido</a>.</p>
<h2>Pensamiento estratégico e inteligencia emocional</h2>
<p>Para poder enseñar y evaluar este liderazgo es necesario conocer sus elementos. Según nuestro estudio, los principales son pensamiento estratégico, inteligencia emocional, impacto e influencia y trabajo en equipo. Estas dimensiones definen una serie de competencias que pueden ser aprendidas y que se ven reflejadas en la profesión enfermera.</p>
<p>En el trabajo diario de las enfermeras se incluye la planificación de cuidados complejos a través del desarrollo del pensamiento estratégico. Algo que no sería posible si no se dispone de inteligencia emocional para gestionar las emociones y poder razonar correctamente. Conocer nuestros sentimientos permite enfocarlos para que acompañen a la razón en la búsqueda de las mejores soluciones. </p>
<p>El trabajo enfermero siempre se lleva a cabo dentro de un equipo y es, por tanto, esencial que el trabajo en equipo esté orientado a ser efectivo, a obtener resultados, consiguiendo participación, esfuerzo y satisfacción de todos. </p>
<p>Para poder lograr este objetivo es imprescindible comunicarnos correctamente. De ahí nuestra propuesta de formar a los profesionales de la enfermería para impactar e influir logrando lo mejor del otro. Al fin y al cabo, son mejores profesionales si consiguen cambios, si logran que las personas se comprometan en la mejora de la salud, avanzando hacia objetivos más sostenibles. Por ejemplo, en el desarrollo de la actividad física como medio de desarrollo personal, algo que hemos redescubierto durante la pandemia.</p>
<p>Creemos que desarrollar y medir el liderazgo en los futuros profesionales de enfermería conociendo estas dimensiones nos ayudará sin duda a seguir respondiendo como profesión a los retos que la sociedad impone cada día.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/168497/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Durante la pandemia, las enfermeras han demostrado una capacidad de liderazgo sin precedentes. ¿Cómo podemos mantener y mejorar este liderazgo para que no sólo sea reactivo sino más bien proactivo?Pilar Fuster Linares, Subdirectora y Profesora Grado en Enfermería- Coordinadora Prácticum Enfermería-Codirectora Cátedra DECIDE, Universitat Internacional de CatalunyaAlberto Gallart Fernández-Puebla, Subdirector y profesor de Grado Enfermería, Liderazgo en Enfermería, Universitat Internacional de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1646462021-08-25T21:17:59Z2021-08-25T21:17:59Z¿Podemos estimar con seguridad el peso de un niño durante una emergencia pediátrica?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/415521/original/file-20210810-27-amxj6m.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=12%2C4%2C2862%2C1793&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/small-newborn-baby-being-held-her-70768105">Shutterstock / Ahturner</a></span></figcaption></figure><p>El peso es un parámetro cuyo valor es necesario conocer en la atención de urgencias pediátricas. Conocerlo resulta imprescindible para calcular las dosis de los medicamentos o el volumen de líquidos intravenosos a administrar.</p>
<p>Cuando no es posible medirlo (por ejemplo, en un contexto extrahospitalario, donde no se dispone de una báscula), debe ser estimado con la mayor exactitud posible. Un cálculo insuficiente de la dosis podría no generar el efecto terapéutico deseado. Por el contrario, una dosis excesiva incurriría en un incremento de efectos indeseados.</p>
<p>La forma más segura de conocer el peso de un niño es preguntando a los padres. Ante la ausencia o indisponibilidad de los progenitores, los profesionales sanitarios pueden verse tentados a aproximar subjetivamente el peso del niño. Pero sabemos que eso supone asumir un error elevado, por lo que debe evitarse. Resulta preferible recurrir a algún método elaborado para aproximar el peso a partir de datos indirectos más fácilmente accesibles, como la edad, la estatura u otras variables antropométricas.</p>
<p>Sin embargo, el rendimiento de las herramientas de estimación existentes presenta una importante variabilidad geográfica, ya que las poblaciones del mundo son diferentes en sus rasgos morfológicos. Por ese motivo, las estrategias de estimación de peso deben ser evaluadas en cada contexto sociodemográfico antes de ser popularizadas. Por ejemplo, en España, las fórmulas más habitualmente recomendadas en la literatura médica (que estiman el peso a partir de la edad o la estatura) han sido diseñadas en el extranjero y no ofrecen un resultado satisfactorio en nuestra población. Por eso, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31347803/">se ha sugerido su abandono</a>.</p>
<h2>Las Fórmulas Bilbao 2018: una potencial solución al problema</h2>
<p>Conscientes de esta problemática, un grupo de enfermeras de los hospitales de Basurto y Cruces (Osakidetza), en colaboración con la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (un consorcio de colaboración bautizado como “proyecto de investigación WEST”), hemos dado con una potencial solución.</p>
<p>Utilizando datos antropométricos de más de 15.000 niños y niñas de Bilbao hemos diseñado unas fórmulas sencillas con capacidad de estimar el peso de un paciente pediátrico a partir de su estatura y de su complexión física. Posteriormente, estas fórmulas han sido validadas clínicamente en pacientes atendidos en urgencias de los dos hospitales.</p>
<p>El empleo de estas fórmulas (bautizadas como “<a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32122768/">Fórmulas Bilbao 2018</a>”) genera un error inferior al 15% del peso estimado con respecto al real en el 80% de las mediciones. Un resultado muy satisfactorio. En nuestro contexto, estos datos evidencian un rendimiento superior a cualquier otra fórmula clásica recomendada en los manuales médicos. </p>
<p>Sin embargo, y a pesar de la sencillez de sus fórmulas, puede ofrecer problemas a la hora de recordarlas o realizar el cálculo mental sobre el terreno.</p>
<h2>La App Urgencias Pediátricas GIDEP/WEST</h2>
<p>En aras de facilitar el acceso a la herramienta, decidimos trasladar las Fórmulas Bilbao 2018 a una interfaz digital en forma de App.</p>
<p>En caso de no conocer el peso exacto del paciente, a través de la <a href="https://play.google.com/store/apps/details?id=eus.osakidetza.apps.gidep">App “Urgencias Pediátricas GIDEP/WEST Larrialdi Pediatrikoak”</a> se puede estimar introduciendo la estatura y complexión (visualmente delgado, normal o grande). Un algoritmo basado en las Fórmulas Bilbao 2018 calcula el peso más probable y, a partir de ahí, se puede acceder al resto de contenidos.</p>
<p>La App se complementa con una biblioteca de guías, protocolos y calculadoras de dosis de fármacos elaboradas por el <a href="https://www.osakidetza.euskadi.eus/informacion/grupo-interdisciplinar-de-emergencias-pediatricas-gidep/ab84-procon/es/">Grupo Interdisciplinar de Emergencias Pediátricas</a> (GIDEP) de Osakidetza. De la combinación de los contenidos desarrollados por ambos grupos de trabajo (WEST y GIDEP) ha surgido una herramienta de ayuda a la toma de decisiones clínicas ante emergencias pediátricas. Resultará de especial utilidad para profesionales sanitarios no especialistas en pediatría.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/164646/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sendoa Ballesteros Peña no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En urgencias pediátricas, conocer el peso del niño es esencial. Solo así se pueden calcular las dosis de los medicamentos a administrar. ¿Cómo se calcula? En la UPV/EHU han desarrollado un método rápido de estimación del peso que funciona.Sendoa Ballesteros Peña, Enfermero en Osakidetza- Servicio vasco de salud. Profesor asociado a la Facultad de Medicina y Enfermería, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1623892021-08-11T18:03:00Z2021-08-11T18:03:00ZCómo mejorar el conocimiento de los estudiantes de ciencias de la salud sobre las vacunas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/414282/original/file-20210803-23-rdwilw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C8%2C5982%2C3979&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/doctor-gives-trainee-vial-medicine-syringe-1895446183">Shutterstock / r fotodrobik</a></span></figcaption></figure><p>La inmunización es una de las intervenciones más efectivas en salud y la vacunación es una de las innovaciones sanitarias preventivas <a href="https://doi.org/10.1093/eurpub/ckz185.373">más eficientes del mundo</a>. En este sentido, los profesionales de la salud ejercen el rol de fomentar la importancia de la prevención y la promoción de la salud en la población. Es importante que la ciudadanía esté vacunada y aquí los profesionales de la salud, cada uno desde su disciplina, ejerce un rol importante en la población ya que un alto nivel de conocimiento y una actitud positiva ante la inmunización por parte de los profesionales de la salud <a href="https://doi.org/10.2807/ese.17.26.20206-en">tiene un impacto positivo en la vacunación</a>.</p>
<p>La vacunación requiere una formación especial y los profesionales de la salud deben ser competentes y estar cualificados para proporcionar una atención de calidad. Por tanto, se deberían implementar iniciativas que promovieran vacunas entre todos los grupos de poblaciones, pero también garantizar la competencia en vacunación entre profesionales de la salud. </p>
<p>Los estudiantes de ciencias de la salud necesitan adquirir conocimientos basados en la evidencia para afrontar los retos de la atención sanitaria. Para la administración segura de las vacunas, los estudiantes deben obtener los conocimientos, las actitudes y habilidades necesarias durante sus estudios, lo que requiere diferentes métodos de aprendizaje, además de las prácticas clínicas.</p>
<p>El proceso de aprendizaje en las universidades se centra en el intercambio de conocimientos entre profesores y estudiantes <a href="https://doi.org/10.1016/j.sbspro.2014.01.235">combinando métodos de enseñanza tradicionales presenciales y en línea</a>. La finalidad es que los profesores utilicen diferentes métodos y técnicas para estimular la capacidad de aprendizaje de los alumnos y que se esfuercen por fomentar el desarrollo de las habilidades como su pensamiento crítico <a href="https://doi.org/10.1016/j.sbspro.2014.01.236">y el aprendizaje colaborativo</a>. </p>
<p>Para afrontar este reto de nutrir a los profesionales de salud con conocimiento y competencias en vacunación, surgió una iniciativa europea focalizada en el proyecto cofinanciado por el programa Erasmus+ de la Unión Europea EDUVAC (<em>Educating Vaccination Competence</em>). En este proyecto participaron universidades de cinco países europeos (Grecia, Finlandia, Eslovaquia, Italia y España) que involucraron a estudiantes de salud comunitaria, enfermería en salud pública, matronas, salud pública y enfermería, lo que aportó una mirada interdisciplinar. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/408900/original/file-20210629-23-1tzotm3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/408900/original/file-20210629-23-1tzotm3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/408900/original/file-20210629-23-1tzotm3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=305&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/408900/original/file-20210629-23-1tzotm3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=305&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/408900/original/file-20210629-23-1tzotm3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=305&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/408900/original/file-20210629-23-1tzotm3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=383&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/408900/original/file-20210629-23-1tzotm3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=383&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/408900/original/file-20210629-23-1tzotm3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=383&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
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</figure>
<p>El objetivo del proyecto EDUVAC es fortalecer los conocimientos, habilidades y actitudes de los futuros profesionales de la salud sobre las vacunas para mejorar la cobertura de vacunación entre los diferentes grupos de población. Además, EDUVAC fomenta una estrategia de internacionalización entre las universidades participantes facilitando habilidades interculturales entre sus profesores y estudiantes. Este proyecto combinó dos metodologías de aprendizaje diferentes: un curso en línea y un curso intensivo presencial.</p>
<p>Los beneficios del curso en línea están contrastados en la literatura como un método de aprendizaje centrado en el estudiante en el aspecto de <a href="https://doi.org/10.1016/j.ijnurstu.2016.01.011">mayor acceso en la educación, flexibilidad, interacción, eficacia y conocimiento</a>. Según nuestro conocimiento, este es el primer programa de competencias en vacunación para estudiantes universitarios que se ha implementado a través del aprendizaje en línea. El curso tuvo un buen impacto en los conocimientos de los estudiantes y se mostraron satisfechos con las diferentes actividades de aprendizaje incluidas en el curso por internet.</p>
<p>Referente al curso intensivo, este se realizó durante una semana e incluyó presentaciones, trabajo en grupo, juegos interactivos, clases magistrales y discusiones. Además, todos los estudiantes tuvieron acceso a los materiales didácticos del curso en línea ya desarrollado. Este curso incluyó la simulación como método pedagógico. En total, se plantearon y testaron cinco casos. Al principio del caso de simulación, el profesor presentaba la descripción del escenario. A continuación, se acordaban los roles bajo la dirección del profesor. Los estudiantes que desempeñaban papeles activos y los observadores recibían instrucciones más precisas. Una vez finalizado el escenario de simulación, los profesores y los participantes iniciaban el debate sobre el informe. </p>
<p>El “<em>debriefing</em>” es la fase final de la educación basada en la simulación, y a menudo se afirma que <a href="https://doi.org/10.1111/j.1553-2712.2010.01001.x">es la fase más importante de la educación basada en la simulación</a>, porque los estudiantes pueden revisar y reflexionar sobre su actuación. Los resultados de los estudiantes inscritos en las prácticas presenciales de simulación en vacunación fueron excelentes.</p>
<h2>Internet: una buena forma de aprender</h2>
<p>Según el proyecto EDUVAC, el curso en línea fue un método más eficiente en algunas áreas del aprendizaje de la competencia de vacunación, mientras que los estudiantes del curso intensivo parecían lograr mejores resultados en todas las competencias. El proyecto EDUVAC evidenció que el curso en línea es una buena forma de aprender las competencias en materia de vacunación y de preparar a los estudiantes para la profesión. </p>
<p>El aprendizaje basado en el equipo y la colaboración del curso intensivo presencial resultó también ser un método efectivo de aprendizaje. La simulación contribuyó a que los estudiantes practicaran estrategias de asesoramiento, comunicación y motivación, y percibieran estar mejor preparados para el futuro. Si tenemos en cuenta la eficacia de cada curso, el resultado puede ser aún mejor si se combinan las diferentes opciones. Consideramos que los estudiantes serán capaces de afrontar con mayores garantías los retos actuales de la atención sanitaria. El material elaborado en este proyecto estará disponible en Open Access.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/162389/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Este proyecto está financiado a través del programa Erasmus + de la Unión Europea Educating Vaccination Competence (EDUVAC) 2018-1-EL01-KA203-047691.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carme Roure i Pujol, Evanthia Sakellari, Joan Carles Casas Baroy, Núria Gorchs-Font, Paola Galbany Estragués y Xavier Palomar-Aumatell no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>El objetivo del proyecto EDUVAC es fortalecer los conocimientos, habilidades y actitudes de los futuros profesionales de la salud sobre las vacunas para mejorar la cobertura de vacunación entre los diferentes grupos de población.Montse Romero-Mas, Relaciones Internacionales y Salud Digital, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaCarme Roure i Pujol, Professora docent i investigadora (PDI). Departament de Ciències Socials i Salut Comunitària. Membre del grup de recerca Salut Mental i Innovació Social (SaMIS)., Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaEvanthia Sakellari, Associate Professor, Department of Public and Community Health, Laboratory of Hygiene and Epidemiology, University of West AtticaJoan Carles Casas Baroy, Profesor agregado, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaNúria Gorchs-Font, Profesora del Grado de Enfermería, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaPaola Galbany Estragués, PhD. Profesora Titular UVic-UCC, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaXavier Palomar-Aumatell, PhD. RN. Profesor agregado. Departamento Ciencias de la Salut Aplicadas., Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1602732021-06-08T19:11:08Z2021-06-08T19:11:08Z¿Ha cambiado la percepción social de la enfermería con la pandemia?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/403641/original/file-20210531-25-6m274m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6000%2C3988&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/portrait-female-doctor-wearing-surgical-mask-1691901547">Shutterstock / theskaman306</a></span></figcaption></figure><p>¿Ha cambiado la percepción social del personal de enfermería a lo largo de la pandemia? A las enfermeras y enfermeros nos gustaría pensar que sí.</p>
<p>Tras los emotivos aplausos desde las ventanas y azoteas durante las agotadoras e interminables semanas del principio del confinamiento domiciliario por la Covid-19, hace ya catorce meses, ¿qué queda?</p>
<h2>El verdadero potencial de la Enfermería</h2>
<p>Hace ya veinticinco años que Hannu Vuori, entonces representante de Turquía en la Organización Mundial de la Salud (OMS), argumentaba sin tapujos <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=777610">en el prólogo de un libro sobre salud pública y enfermería comunitaria</a> que “el personal de enfermería constituye una gran parte del presupuesto de asistencia sanitaria de cada país”. También que “la mayor parte de los países no aprovecha completamente este recurso”. </p>
<p>El poder, el género y la medicalización, seguía Vuori, debilitan el uso de todo su potencial. De esta manera, “en ningún país de Europa los profesionales de enfermería desempeñan un papel completo en la elaboración de políticas ni en la toma de decisiones en todos los niveles del sistema de asistencia sanitaria”. </p>
<p>Añadía, además, que “la Medicina domina todo el sistema sanitario europeo”, a pesar de que “el personal de enfermería es la espina dorsal de todo el sistema de asistencia sanitaria”. </p>
<p>Estaba en marcha el proyecto <a href="https://apps.who.int/iris/handle/10665/260518"><em>Nursing in Action</em> (Enfermería en Acción)</a> de la OMS, en el que se identificaban las preocupaciones universales que afectan al desempeño profesional de Enfermería.</p>
<p>Un cuarto de siglo después, en 2019, la 72ª Asamblea Mundial de la Salud de la OMS adoptó la decisión de aprobar el proyecto “<a href="https://apps.who.int/gb/ebwha/pdf_files/WHA72/A72_JOUR6-sp.pdf">2020: Año Internacional del Personal de Enfermería y de Partería</a>”. Coincidía, además, con el bicentenario del nacimiento de <a href="https://theconversation.com/florence-nightingale-la-dama-de-la-lampara-que-salvo-miles-de-vidas-con-una-grafica-109443">Florence Nightingale (1820–1910)</a>, enfermera, escritora y estadística británica, considerada precursora de la enfermería profesional moderna. </p>
<p>De forma paralela, la OMS y el Consejo Internacional de Enfermeras dirigieron en colaboración una campaña mundial de tres años (2018-2020), denominada <a href="https://www.nursingnow.org"><em>Nursing Now</em></a> (Enfermería Ahora). Su objetivo era mejorar la salud elevando el perfil y el estado de la Enfermería en todo el mundo. </p>
<p>Se trataba de una campaña con la que empoderar a las enfermeras para que ocuparan su lugar en el abordaje de los desafíos de salud del siglo XXI. También con la que reivindicar su figura como agente primordial en la promoción y protección de la salud y en la prevención de la enfermedad. Por último, como elemento dinamizador de procesos de intervención comunitaria y de desarrollo comunitario. </p>
<p>Una campaña tendente a maximizar su contribución para lograr la cobertura universal de salud, acorde con la estrategia de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS, 2015–2030) propuestos por la <a href="https://www.un.org/sustainabledevelopment/es">Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015</a>. </p>
<p>En definitiva, una campaña centrada en cinco áreas principales: garantizar que las enfermeras y las parteras tengan una voz más destacada en la formulación de políticas de salud; fomentar una mayor inversión en la fuerza laboral de enfermería; reclutar más enfermeras para puestos de liderazgo; realizar investigaciones que ayuden a determinar dónde las enfermeras pueden tener el mayor impacto; e intercambiar las mejores prácticas de Enfermería.</p>
<h2>2020, el año de la Enfermería</h2>
<p>2020 estaba destinado a ser el año de Enfermería. Un momento crucial en la Historia en el que poder celebrar eventos y actos institucionales de orden planetario. Un momento para realzar la entereza y el valor de una profesión caracterizada por una marcada vocacionalidad. </p>
<p>Un año, en definitiva, en el que poder remover la losa de la invisibilidad a la que se la ha condenado durante decenios o incluso centurias, a pesar de haber estado siempre donde se la necesitaba. En el que desvelar la existencia de <em>Enfermeras invisibles: Inventoras, invencibles, increíbles</em>, como reza el título del libro para todos los públicos, <a href="https://www.agapea.com/libros/Enfermeras-invisibles-inventoras-invencibles-increibles-9788418051302-i.htm">firmado por Olga Navarro y Vanessa Ibáñez e ilustrado por Irene Bofill</a>.</p>
<p>No es posible profundizar aquí en demasía en los porqués de esta secular invisibilidad, estrechamente vinculada con los factores anteriormente mencionados de poder, género y medicalización. Eso sí, la curiosidad puede empezar a saciarse recurriendo a la <a href="https://we.riseup.net/assets/217402/brujas-parteras-y-enfermeras+1+.pdf">obra de Bárbara Ehrenreich y Deirdre Englis</a>.</p>
<h2>Enfermeras, enfermeros y una pandemia</h2>
<p>Lo ocurrido con Enfermería a raíz de la Covid-19 ya es conocido por todo el mundo. Annette Kennedy, presidenta del Consejo Internacional de Enfermeras, sostiene que la pandemia <a href="https://www.icn.ch/es/noticias/la-presidenta-del-cie-annette-kennedy-optimista-sobre-el-futuro-pesar-de-los-inmensos">ha elevado la visibilidad de las enfermeras como nunca antes</a>. Además, pone de manifiesto que son indispensables para la atención de la salud. </p>
<p>Según Kennedy, la pandemia ha modificado nuestra forma de vivir, socializar, trabajar, interactuar y dispensar la atención sanitaria. </p>
<p>La «batalla sanitaria» ha encumbrado un protagonismo no buscado. La Enfermería se ha enfrentado a él de manera abnegada y disciplinada. Con una carencia de medios insoportable, no sólo en lo material, si no en lo humano. </p>
<p>Esto ha supuesto un sacrificio que recordaba las gestas de recientes desastres nucleares. Es el caso, por ejemplo, de Chernóbil (1986) o Fukushima (2011), los derrames de petróleo tras el hundimiento del Prestige (2002) o el de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México (2010). A todos ellos se les tuvo que hacer frente con escasez de recursos, con grandes dosis de improvisación y con desdeñable riesgo imponderado para la vida de quienes operaban en el terreno.</p>
<h2>Medicalización y género. Puntos de vista alternativos</h2>
<p>El “milagro” de la vacuna constituye una respuesta medicalizada (orientada eminentemente a la curación, a partir de medidas preventivas) con la que se deja de cuestionar lo que ha sido una agresión ambiental, históricamente configurada por el modo (impuesto) en que la sociedad produce sus bienes y reproduce su subsistencia. La vuelta a la “normalidad” en las sociedades opulentas da la impresión que se traduce en poder disfrutar de las mismas cuotas de consumo y de derroche previas a la pandemia. O más.</p>
<p>Existen <a href="https://ecosfron.org/hacia-una-economia-mas-justa-manual-de-corrientes-economicas-heterodoxas-2a-edicion/">interpretaciones económicas</a> que interesan sobremanera a la Enfermería, en cuanto que enfatizan y valoran la dimensión del cuidado. Si bien no en su vertiente asistencial individual, sí en lo referente a la primacía del cuidado al medio ambiente, a la infiltración de la cultura del cuidado en todos los aspectos de la vida y en las estructuras sociales. </p>
<p>Desde la perspectiva de género, se observa un irritante paralelismo entre la indolencia y menosprecio que manifiestan las sociedades patriarcales hacia la cultura del cuidado, con la escasa valoración que los servicios de salud otorgan a Enfermería. </p>
<p>En este sentido, las profesionales que más tiempo permanecen en contacto con las personas y las familias atendidas por el sistema de salud tienen escasa o nula influencia en los entresijos de su gestión. ¿Un ejemplo reciente? La voz ausente de la Enfermería en la elaboración de la <a href="https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2021-4628">Ley Orgánica 2/2021, de 24 de marzo, de regulación de la eutanasia en España</a>.</p>
<h2>12 de mayo, Día Internacional de la Enfermería</h2>
<p>Así pues, el pasado 12 de mayo volvimos a celebrar el Día Internacional de la Enfermería, instaurado por el Consejo Internacional de Enfermería en 1965. Como en otros aspectos de la sociedad, el cambio en la percepción por parte de la gente corriente hace ya tiempo que ha empezado. </p>
<p>Los aplausos en las ventanas y las azoteas no responden a un cambio de percepción. Responden a una oportunidad para poder expresar un reconocimiento que hasta entonces no había sido posible de forma masiva, aunque sí se expresaba en la intimidad de una consulta, de un domicilio, o ahora, de una pantalla.</p>
<p>El grado universitario de la titulación permite desarrollar una carrera profesional, docente e investigadora. Con todo, hay que ir bregando con injusticias históricas, como que las enfermeras, cuando consiguen una plaza en la Administración Pública española, acceden al grupo A2 y tienen vetado el acceso al grupo A1.</p>
<p>Puede que la Enfermería no necesite un cambio de percepción social. Puede que todo se reduzca a que la Covid-19 ha puesto de manifiesto la deuda en justicia social que el mundo ha contraído con la Enfermería.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/160273/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Antoni Merelles-Tormo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>A pesar de que, según los expertos, el personal de enfermería es la espina dorsal de todo el sistema de asistencia sanitaria, ni siquiera la pandemia ha conseguido cambiar su percepción.Antoni Merelles-Tormo, Profesor de Salud Pública y Administración de los Servicios de Salud del Departament d'Infermeria, Universitat de ValènciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1560682021-03-25T20:36:21Z2021-03-25T20:36:21ZLas UCI tras un año de pandemia: retos y mejoras<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/390724/original/file-20210321-13-8d0o8i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C455%2C1267%2C864&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un enfermero vestido con el Equipo de Protección Individual (EPI) atendiendo a un paciente afecto de COVID-19.</span> <span class="attribution"><span class="source">Rafael-Jesús Fernández Castillo</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Hace poco se cumplía el primer aniversario desde que un virus desconocido hasta la fecha paralizó nuestras vidas a nivel mundial. Aunque había antecedentes de otras pandemias, nadie hubiera imaginado que el reloj sociocultural se pararía en seco por el virus del SARS-CoV-2.</p>
<p>Quizás la parte más dura se la han llevado las <a href="https://www.medintensiva.org/es-plan-contingencia-servicios-medicina-intensiva-articulo-S0210569120300954">unidades de cuidados intensivos</a> (UCI) de los hospitales. La situación los ha enfrentado a una situación de gran carga emocional, la cual ha influido sobremanera en la vivencia personal y profesional de todos y cada uno de quienes trabajan en ellas. En concreto, las enfermeras, como especialistas en la administración de cuidados a los pacientes, han tenido y tienen mucho que contar.</p>
<h2>La dificultad de atención en las UCI al inicio de la pandemia</h2>
<p>Nada más empezar la pandemia, la incertidumbre acerca de los efectos y las consecuencias del virus hizo mella a todos los efectos en las UCI. Así <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/nicc.12589">lo comprobamos en un estudio colaborativo</a> entre la Universidad de Sevilla y la UCI del Hospital Universitario Virgen Macarena que buscaba explorar las experiencias de las enfermeras en UCI durante la primera ola de COVID-19. </p>
<p>El estudio sacó a la luz que la humanización en la asistencia sanitaria, con protocolos como la ampliación de visitas de los familiares, se vió mermada al priorizar otros aspectos emergentes que ponían en peligro la vida de los pacientes. El aislamiento necesario para evitar el riesgo de contagio de los profesionales, sumado a los equipos de protección individual (EPIs), hizo que fuera mucho más complicado proveer una atención integral a los enfermos. </p>
<p>Por otro lado, el miedo de los profesionales, la falta de protocolos específicos y stock de material de protección adecuado, afectaron seriamente a las enfermeras. En este sentido, a la mencionada incertidumbre ante un virus desconocido y muy letal se sumaba temor de los profesionales de contagiar a otras personas de su entorno. </p>
<p>De hecho, la situación vivida hizo que muchas profesionales de la enfermería necesitaran ayuda psicológica y vieran disminuida su capacidad de trabajar como antes.</p>
<p>El temor a lo desconocido aumentó los sentimientos negativos, favoreciendo la aparición de emociones nunca vividas en el entorno de la UCI. A lo complicado de la situación, se sumó la poca formación específica en UCI del personal de nueva incorporación. Enfermeras de otras áreas trasladadas a UCI y profesionales sin experiencia clínica previa acabaron convirtiéndose en víctimas de la pandemia al no poder desenvolverse con soltura.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/390729/original/file-20210321-17-y38frb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/390729/original/file-20210321-17-y38frb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/390729/original/file-20210321-17-y38frb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/390729/original/file-20210321-17-y38frb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/390729/original/file-20210321-17-y38frb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/390729/original/file-20210321-17-y38frb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/390729/original/file-20210321-17-y38frb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Paciente en unidad de cuidados intensivos en tratamiento con membrana de oxigenación extracorpórea.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Rafael-Jesús Fernández-Castillo</span></span>
</figcaption>
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<h2>La pandemia en las UCI hoy: retos y mejoras</h2>
<p>Un año después, las <a href="https://semicyuc.org/wp-content/uploads/2020/06/News4.pdf">UCI</a> siguen trabajando a máxima potencia, actualmente viviendo una tensa calma esperando una posible “cuarta ola”. </p>
<p>Muchas cosas han cambiado desde la primera ola, por experiencia o por necesidad, aunque siguen existiendo retos que superar:</p>
<p><strong>1. Inmunizados y con menos contagios</strong></p>
<p>La vacunación ha ayudado sobremanera a que la carga de trabajo disminuya. La inmunización de la práctica totalidad de la plantilla sanitaria, sumada a la ampliación del conocimiento sobre el COVID-19, ha influido sobre todo en el menor número de contagios entre sanitarios y en el mantenimiento de una plantilla de trabajadores estable. </p>
<p><strong>2. <em>Burnout</em></strong></p>
<p>El “síndrome del quemado” sigue haciéndose patente en unos profesionales que ven como todos sus intentos por salvar la vida de los pacientes que ingresan en UCI son en vano. Para muchos de ellos, cuidar de un enfermo de COVID-19 supone, en muchas ocasiones, saber que nada va a terminar bien. </p>
<p><strong>3. La creación de una especialidad de enfermería de cuidados críticos e intensivos</strong></p>
<p>Las enfermeras llevamos muchos años demandando esta posibilidad, con prácticas reales en entornos intra y extrahospitalarios que favorezcan la incorporación posterior de personal bien formado. Aunque la evidencia científica avala esta necesidad, los intentos son infructuosos por parte de los dirigentes. Esta especialidad hubiera mermado la carga de trabajo de las enfermeras de equipo habitual que tenían que enseñar a los profesionales de nueva incorporación. </p>
<p><strong>4. Cooperación ciencia y sociedad</strong> </p>
<p>Gracias a la ingente cantidad de investigadores e investigadoras de todos los campos científicos dedicados en cuerpo y alma a la COVID-19, podemos decir que se va avanzando poco a poco en el tratamiento de la enfermedad. Sin embargo, sin la colaboración de la población guardando las medidas de seguridad y la atención focalizada de los gestores, nunca podremos abrazar la “nueva normalidad”. Mucho queda por hacer y, sobre todo, mucho queda por aprender. </p>
<p>Dos cosas hemos sacado en claro tras un año de pandemia. Que sin salud no se puede disfrutar de nada; y que, sin enfermeras, los sistemas sanitarios pierden lo más importante: la humanidad de los cuidados.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/156068/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Rafael Jesús Fernández Castillo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Dos cosas hemos sacado en claro tras 365 días de pandemia. Que sin salud no se puede disfrutar de nada; y que sin enfermeras, los sistemas sanitarios pierden lo más importante: la humanidad de los cuidados.Rafael Jesús Fernández Castillo, Profesor Cuidados Críticos y Paliativos, Enfermero de UCI, Departamento de Enfermería, Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1557662021-03-15T18:48:54Z2021-03-15T18:48:54ZLa experiencia del alumnado de enfermería durante la pandemia: Luces y sombras<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/388260/original/file-20210308-15-epjfkg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C9%2C6029%2C4001&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Personal sanitario ante las puertas del Hospital 12 de octubre de Madrid en abril de 2020.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/madrid-spain-hospital-12-de-octubre-1716408229">Shutterstock / FernandoV</a></span></figcaption></figure><p>Cuando en pleno mes de marzo de 2020 los contagios por covid-19 se extendían a un ritmo inimaginable, empezó a desbordarse nuestro sistema sanitario. Ante tal situación, hubo que buscar apoyo en los estudiantes sanitarios mejor formados.</p>
<p>Fue el caso de Lucía y Sandra. Ambas eran estudiantes del último curso del grado de enfermería. Permanecían en casa expectantes porque sus rotaciones prácticas (las últimas de su formación) se habían suspendido desde hacía dos semanas a causa del aumento de casos por una enfermedad de la que se conocía todavía muy poco. </p>
<p>Desde casa, como muchas otras personas que permanecían confinadas, escuchaban atentas las trágicas noticias e informes sobre el número de infectados y muertes. Entre todas ellas, una les preocupaba especialmente: las necesidades asistenciales para atender a los enfermos era tan alarmante que se estaban abriendo infinidad de espacios para alojar a los pacientes. </p>
<p>Sin embargo, no había profesionales suficientes para hacerse cargo de estas personas. Ante tal situación, el gobierno hizo un <a href="https://www.boe.es/boe/dias/2020/03/15/pdfs/BOE-A-2020-3700.pdf">llamamiento a los estudiantes</a> de profesiones sanitarias para que acudiesen a su auxilio en calidad de apoyo. En <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32281185/">otros países</a> ocurrió de <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jocn.15298">manera similar</a>.</p>
<h2>Entre el miedo y la vocación</h2>
<p>Sandra lo tenía muy claro. Acudiría para ayudar. Su primer trabajo de enfermera no fue tal y como lo había soñado, pero sentía que era su obligación moral. Lucía, por el contrario, no acudiría porque, aun sintiéndose preparada y con ganas de ayudar, sus abuelos vivían en su casa y tenía miedo de contagiarlos. </p>
<p>En esa misma disyuntiva con la que se tropezaron Sandra y Lucía se encontraron miles de estudiantes de enfermería bajo circunstancias personales muy heterogéneas. </p>
<p>Lo que ocurrió con estos estudiantes ha sido objeto de estudio por investigadores de la Universidad de Castilla La Mancha. <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33590573/">En este trabajo</a> se recogió información sobre la experiencia de 503 alumnos de cuarto curso del grado de Enfermería durante el auxilio sanitario. </p>
<p>Entre los que participaron, tres de cada cuatro estudiantes estaban dispuestos a dar auxilio sanitario y un 44,7 % participó en él. Entre los que no quisieron participar, los principales motivos fueron el miedo al contagio de familiares y la falta de preparación para desempeñar este trabajo. Especialmente, este déficit de preparación se manifestó en el ámbito de los cuidados intensivos, que era precisamente el espacio donde más profesionales se necesitaban. </p>
<h2>Experiencia para unos y fraude para otros</h2>
<p>Sería lógico pensar que estos alumnos se situarían en una segunda línea y que estarían siempre bajo el paraguas de seguridad que le proporcionaban profesionales titulados con más experiencia. En muchos centros fue así pero, en algunos casos, esta colaboración de estudiantes fue más allá de un apoyo sanitario. </p>
<p>La falta de recursos colocó en primera línea de batalla a estudiantes sin experiencia laboral en servicios de urgencias y UCI, sometiéndolos a un estrés innecesario y a un <a href="https://www.rtve.es/noticias/20200412/estudiantes-enfermeria-luchan-contra-coronavirus-primera-linea-batalla/2011818.shtm">choque</a> emocional devastador.</p>
<p>Muchos estudiantes que participaron en esta situación la reconocieron como una experiencia profesional única. En cambio, para otros ha sido un completo engaño, no solo por la situación de desprotección profesional, sino porque además las condiciones económicas y laborales <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33590573/">no se ajustaron a lo prometido</a> originalmente por los responsables de los centros sanitarios.</p>
<h2>Reclamo de mayor formación en cuidados intensivos</h2>
<p>Si bien al comienzo de la crisis sanitaria la falta de recursos era acuciante, actualmente disponemos de material y tecnología suficientes para dar respuesta. Por el contrario, aunque se desconoce, resulta insuficiente el <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32408972/">número de profesionales</a> que manejan con solvencia la compleja tecnología de los cuidados intensivos (respiradores, hemofiltros, catéteres centrales, etc.). Las enfermeras han demostrado ser polivalentes, con una gran capacidad de adaptación a los continuos cambios del entorno asistencial, pero los cuidados críticos requieren una formación compleja de años.</p>
<p>En España, no existe una <a href="http://www.elsevier.es/es-revista-enfermeria-intensiva-142-articulo-la-especialidad-cuidados-intensivos-una-13085531">especialidad enfermera de cuidados críticos</a>. La formación en este campo corre a cargo de cada uno y de la experiencia adquirida a lo largo de los años, aunque algunos centros sanitarios <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24952828/">están implementado mejoras</a> para revertir esta situación.</p>
<p>Durante esta pandemia se ha puesto de manifiesto la importancia de mejorar esta área asistencial. Es necesario porque, aunque puedan existir recursos materiales suficientes (como respiradores), su manejo es altamente complejo y requiere de personal cualificado que no se puede formar en unos días.</p>
<p>Por este motivo, compartimos en este estudio una de las demandas manifestadas por los alumnos. Concretamente, creemos que si durante la formación de grado se potenciará este aprendizaje específico en pacientes críticos estaríamos mejor preparados ante situaciones similares. </p>
<h2>La simulación clínica de alta fidelidad</h2>
<p>Además, sería vital incorporar metodologías didácticas de <a href="https://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/simulacion-clinica-de-alta-fidelidad-en-el-grado-en-enfermeria/">simulación clínica de alta fidelidad</a>, que han <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28843948/">demostrado</a> excelentes resultados.</p>
<p>Esta <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30798316/">técnica de aprendizaje</a> permite reproducir experiencias reales y guiadas de forma interactiva. Tras cada sesión de entrenamiento se realiza otra sesión de revisión, en la que estudiantes y docentes analizan la actividad realizada, sus puntos fuertes y los aspectos a mejorar. Se trata de una experiencia <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28704288/">doblemente enriquecedora</a> ya que mejora su capacitación y su confianza. </p>
<p>De hecho, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33590573/">en este mismo estudio,</a> los alumnos que habían participado en experiencias de simulación durante su formación manifestaron una mayor percepción de preparación. Este tipo de metodología serviría para mejorar aspectos técnicos como el soporte ventilatorio. Además, también sería de gran utilidad para el control de la ansiedad en el manejo de pacientes críticos y las habilidades de comunicación con paciente y familiares.</p>
<p>Los estudiantes han sido recursos vitales para nuestro sistema de salud y nuestra sociedad cuando han sido necesarios. Ahora nos toca a nosotros, tanto a docentes como autoridades sanitarias corresponder su esfuerzo. Para ello, es necesario implementar las mejoras necesarias en la formación y en las medidas de seguridad, no solo porque incide en la salud y seguridad del paciente, sino porque van a ser piezas fundamentales en futuras pandemias.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/155766/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La pandemia puso a pie de cama a muchos alumnos de enfermería. No les faltó motivación pero muchos de ellos no se sintieron suficientemente preparados. Repasamos algunas posibles mejoras.Antonio Hernández Martínez, Profesor Enfermería Maternal e Infantil. Departamento de Enfermería, Fisioterapia y Terapia Ocupacional, Universidad de Castilla-La ManchaCristina Romero Blanco, Profesora Contratada Doctor. Especialidad Salud Pública., Universidad de Castilla-La ManchaJulián Rodríguez Almagro, Profesor Ayudante Doctor. Grupo ICE., Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1546032021-02-24T19:35:34Z2021-02-24T19:35:34ZImpacto psicológico de la covid-19 en profesionales en primera línea<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/385644/original/file-20210222-17-1k04r9d.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6650%2C3514&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/crying-doctor-during-covid19-needing-help-1717088500">Shutterstock / Maridav</a></span></figcaption></figure><p>El impacto a nivel emocional de la covid-19 en los profesionales sanitarios que trabajan en primera línea es innegable. Los <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7443314/">estudios realizados</a> señalan un mayor riesgo de malestar emocional. Más concretamente, indican el desarrollo de síntomas y manifestaciones de estrés, ansiedad, estado de ánimo bajo y traumatización secundaria.</p>
<p>Todavía es pronto para determinar consecuencias a largo plazo a nivel de salud mental. Esto es así porque se desconoce realmente cuál puede ser el impacto real, teniendo en cuenta que la pandemia no ha terminado. No obstante, se estima que su repercusión puede ser similar a la que se produce ante situaciones de catástrofes. </p>
<p>Es decir, se espera que la mayoría de los profesionales puedan presentar reacciones de estrés, especialmente en los momentos más agudos de la pandemia o aquellos que generen mayor sobrecarga. También se prevé que hasta <a href="https://psycnet.apa.org/record/2013-14907-000">un 20 %</a> de ellos se vea afectado y que desarrollen algún tipo de trastorno psicológico (de tipo ansioso, depresivo o traumático). </p>
<p>No obstante, la mayoría se recuperará en un plazo aproximado de unos seis meses y cerca de <a href="https://psycnet.apa.org/record/2013-14907-000">un 5 %</a> podría llegar a tener una afectación más allá de este periodo. Una vez más, ello demuestra la capacidad de adaptación que tenemos como especie.</p>
<h2>¿Quién se verá más afectado?</h2>
<p>Tal como señalan <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1888989120301282?via%3Dihub">algunos estudios</a>, el perfil de profesionales que presentan un mayor riesgo en su salud mental es, en primer lugar, el de los trabajadores que atienden en primera línea a pacientes covid-19 (fase de emergencia o posteriores), por su exposición a las peores consecuencias de la pandemia.</p>
<p>También, los profesionales más jóvenes (de 18 a 29 años), aquellos con poca experiencia y los de menor formación. Debido a que pueden tener una percepción de baja autoeficacia. </p>
<p>Por otro lado, tienen un riesgo elevado aquellos que tienen antecedentes psicológicos previos, lo que supone cierta vulnerabilidad, al igual que aquellos a los que les ha afectado directamente una cuarentena o aislamiento. </p>
<p>Por último, los sanitarios que dispongan de menos recursos de apoyo sociales e individuales también corren un riesgo elevado.</p>
<h2>Razones de la afectación emocional</h2>
<p>Según las observaciones de la autora del artículo, basadas en su experiencia profesional como psicóloga de emergencias, algunas de las razones o factores que pueden estar en la base de este mayor riesgo para los profesionales sanitarios están relacionados con la carga o sobrecarga asistencial. Puede ser, bien cuantitativa (colapso de las UCI y resto de servicios), o bien cualitativa (falta de preparación y formación para una situación extrema como esta, lo que puede conllevar en ocasiones percepción de falta de competencia profesional). </p>
<p>En relación con lo anterior, algunos profesionales (medicina, enfermería, auxiliares, etc.) han tenido que abordar un cambio de paradigma respecto a la salud y la enfermedad. La mayor parte de su experiencia profesional se había centrado en intervenciones orientadas a salvar vidas y la curación, y no en abordar una pérdida tras otra. Ello genera, en ocasiones, sentimientos de ineficacia profesional y falta de preparación emocional.</p>
<p>Por otro lado, son importantes también la generalización del temor y el riesgo de contagio a cualquier ámbito más allá del profesional (sentimientos de culpa, responsabilidad y miedo por poner en riesgo a su familia o implicaciones en las relaciones con los demás). </p>
<p>Es decir, se trata de una afectación generalizada en toda la sociedad (que se extiende más allá del ámbito laboral y que afecta también a nivel personal, familiar, comunitario, etc.). </p>
<p>Otro factor importante es la soledad, en relación con la información de que disponen y que otros desconocemos, afectaciones y avances de la enfermedad o de las medidas para abordarla. </p>
<p>Por último, las expectativas propias y ajenas respecto a la función y rol de cuidador repercuten de nuevo en la percepción de estrés sostenido y dificultad para cuidarse. Especialmente, cuando ellos mismos se han contagiado con covid-19, y por un período no han podido seguir desempeñando su función, o ante la posibilidad de pedir ayuda por malestar emocional.</p>
<h2>La importancia del apoyo continuado</h2>
<p>Según los <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7443314/">estudios mencionados</a>, el impacto que todo ello puede tener en la salud mental no se limita a la fase de alarma. Todo lo contrario, los efectos son sostenidos en el tiempo durante toda la crisis derivada por la covid-19. Incluso pueden ir más allá, por lo que deben establecerse mecanismos de ayuda y apoyo a lo largo de todo el período y no solo en momentos críticos. </p>
<p>Precisamente, los periodos que se dan “entre olas”, o interepisodios de la pandemia, permiten una mayor conciencia y un menor nivel de activación. Esto puede favorecer la petición de ayuda, por lo que los apoyos y cuidados a los profesionales deben estar disponibles de forma continuada.</p>
<p>La realidad es que se desconoce realmente cuál puede ser el impacto a largo plazo en la salud mental de los ciudadanos en general y de los profesionales sanitarios en particular. </p>
<p>Todavía no existen precedentes o estudios sobre las consecuencias que conlleva una pandemia mundial de estas características. Se está dando un elevado número de fallecidos, hay un miedo sostenido a un posible contagio propio o a contagiar a familiares, se dan cambios en las rutinas (confinamiento, aislamiento, distancia física, restricción de movimientos y de sistemas de apoyo natural, problemas económicos y sociales derivados, etc.). </p>
<p>Además, la situación de pandemia y, con ello, el estrés asociado a la misma, todavía no ha terminado, de forma que es precipitado aún hablar de consecuencias irreversibles o secuelas en los diferentes colectivos que se están viendo más directamente afectados.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/154603/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alba Pérez González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La pandemia puede afectar más psicológicamente a algunos perfiles de sanitarios, como los jóvenes, los menos formados o los que tienen menos apoyo social. Pero todavía falta estudiar su impacto real.Alba Pérez González, Doctora en Psicología Clínica, Profesora lectora de Psicopatología de la UOC, UOC - Universitat Oberta de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1532182021-01-26T20:30:21Z2021-01-26T20:30:21ZCómo convertir las UCI neonatales en espacios más humanos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/379111/original/file-20210116-23-1cgp5un.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5472%2C3645&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.pexels.com/photo/new-born-baby-3376797/">Pexels/Vidal Balielo</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>La humanización dentro de las UCI neonatales es promovida por los profesionales sanitarios, quienes fomentan la continuidad de los cuidados. En este contexto la enfermería juega un papel destacado. Las opiniones y perspectivas de los profesionales sanitarios acerca de la permanencia y participación de los padres en el cuidado de su hijo recién nacido es un tema vigente que cada vez cobra más importancia a nivel hospitalario. </p>
<p>La formación, experiencias y necesidades educativas de enfermería dentro de estas unidades especiales son cruciales, pues estos profesionales se encuentran en contacto directo con los neonatos y su familia. Además, la enfermería cubre las demandas de los padres, detecta sus necesidades individuales y las incluye en el plan de cuidados.</p>
<p>La profesión de enfermera se encuentra hoy representada mayoritariamente por el género femenino. Incluso se valora muy positivamente, por parte de los padres, la figura de la mujer enfermera, clave en el empoderamiento familiar. De hecho, las enfermeras con más años de experiencia dentro de las unidades de cuidados intensivos son capaces de establecer una relación más empática con la familia. </p>
<p>Aun así, no podemos olvidar que las enfermeras más noveles tienen la posibilidad de recibir formación especializada a través del sistema <em>EIR</em> (Enfermera Interna Residente). Esto las cualifica para realizar su función asistencial dentro de estos servicios. </p>
<p>Es importante resaltar que en España se llegó a un acuerdo en 2013, entre el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas, para promover la apertura de las UCI neonatales las 24 horas del día. Esta situación implica la modificación de la infraestructura en estas unidades, pues supone habilitar un espacio conjunto donde la familia pueda realizar parte de sus actividades de la vida diaria. Esta medida aún se encuentra en algunos hospitales en proceso de implantación.</p>
<h2>Propuestas para la humanización de los cuidados</h2>
<p>Desde una perspectiva enfermera, para potenciar la humanización de los cuidados se podrían tener en cuenta la aplicación de las siguientes medidas dentro de las UCI neonatales: </p>
<p>1) Promover políticas sanitarias que permitan la presencia ininterrumpida de la familia, durante las 24 horas del día. </p>
<p>2) La gestión sanitaria debe favorecer la inclusión de equipos sanitarios multidisciplinares, con formación especializada en este tipo de unidades. </p>
<p>3) La humanización en el seno de las UCI neonatales debería ser abordada por los profesionales sanitarios. Esto favorecería la participación de los padres y fomentaría experiencias más activas y positivas para las familias. </p>
<p>4) Las direcciones de enfermería deberían fomentar la continuidad asistencial mediante la asignación de profesionales sanitarios con turnos estandarizados (mañana/tarde/noche) dentro de estas unidades. Dicha cuestión mejora la relación entre enfermeras y familias y potencia la humanización de los cuidados.</p>
<p>5) Favorecer la presencia de la familia en las sesiones clínicas. Esto incentiva su inclusión en la toma de decisiones que afectan a su recién nacido, y en la planificación de cuidados conjuntos entre la enfermera y la familia.</p>
<p>Todas estas propuestas respaldan la aplicación de un modelo de atención centrado en la familia y el recién nacido, dentro de un servicio especial como son las UCIs neonatales. Este enfoque permite ofrecer cuidados seguros, eficientes, eficaces, y sobre todo humanizados, por parte del equipo sanitario y la familia. </p>
<p>Si el lector encuentra interesante este tema, le invitamos a profundizar en el mismo a través de la investigación científica realizada dentro del <a href="https://www.researchgate.net/publication/348388204_Nursing_Perspective_of_the_Humanized_Care_of_the_Neonate_and_Family_A_Systematic_Review">proyecto PREPAN-PED (Pregnancy, Physical Activity, Nutrition and Pediatrics)</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/153218/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Resumimos varias medidas que servirían para potenciar la humanización de los cuidados en estos entornos tan particulares y mejorar la comunicación y participación de las familias.Sagrario Gomez Cantarino, Profesora Contratada Doctora de Enfermería del Campus de Toledo, Universidad de Castilla-La ManchaInmaculada García-Valdivieso Jiménez, Enfermera asistencial en la unidad de Medicina Interna y Hematología, Hospital Universitario de Móstoles. Grupo de Investigación ENDOCU (UCLM), Servicio Madrileño de SaludLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1477782020-10-19T19:05:53Z2020-10-19T19:05:53ZLa importancia de cuidar a quien cuida<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/363159/original/file-20201013-13-16v8ka2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C7360%2C4902&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mother-helps-her-little-boy-makes-1680932887">Shutterstock / Dragana Gordic</a></span></figcaption></figure><p>La salud infantil ha mejorado mucho en los últimos años. La evolución de los tratamientos, la tecnología sanitaria y la atención pediátrica han repercutido en el aumento de las tasas de supervivencia de los niños. Y, aunque es una buena noticia, también implica un aumento tanto de las enfermedades crónicas como de las tasas de complicaciones y discapacidad infantil. </p>
<p>Como consecuencia, ha crecido la complejidad de los cuidados, que cada vez requieren más el uso de tecnología sanitaria y consumen numerosos recursos relacionados con la salud (servicios sanitarios, psicosociales y/o comunitarios). Sin olvidar los recursos humanos y materiales que invierten las familias. </p>
<p>Eso convierte en prioritario incorporar estrategias en la atención sanitaria que, además de velar por los enfermos, permitan cuidar a la persona que cuida. En el caso concreto de la población pediátrica, el cuidado suele recaer principalmente en las madres, y en menor medida en los padres y abuelos/as de los menores.</p>
<h2>La calidad de vida de los cuidadores</h2>
<p>El trabajo de cuidar y las condiciones en las que se desarrolla afectan a la calidad de vida de los cuidadores. Diversas investigaciones han puesto en evidencia que cuidar a una persona enferma supone un riesgo para la salud, en términos de salud percibida, morbilidad e incluso mortalidad. </p>
<p>El mayor impacto lo recibe la esfera psicológica, pero también se resienten el empleo, la economía, el uso del tiempo y las relaciones familiares y sociales. De ahí que, para valorar el grado de afectación de la calidad de vida del cuidador, no solo se deba tener en cuenta la gravedad de la enfermedad del niño, sino también otros problemas adicionales. Entre ellos el funcionamiento familiar, el impacto económico y la atención en el proceso asistencial. </p>
<p>Ante estas realidades, cuantificar el impacto en la calidad de vida de las personas que cuidan se ha vuelto una prioridad que ha de incorporarse en la práctica clínica a lo largo de todo el proceso de salud-enfermedad de niños y adolescentes. Solo así es posible hacer una planificación adecuada que mejore la atención y las estrategias.</p>
<h2>Lo que hay que tener en cuenta</h2>
<p>Como profesionales sanitarios sabemos que, en general, el paciente crónico complejo necesita una atención integral, continua y diversificada. Pero además debemos tener en cuenta aspectos que pueden ser generadores de estrés adicional para las familias, como la dispersión de los servicios de salud (atención prestada en diferentes edificios). Cuando esta se produce, supone una barrera de integración que genera en los padres sentimientos de abandono, además de inconvenientes adicionales para el desplazamiento, tiempo y gastos. No hay que olvidar que estos niños requieren atención especializada que no siempre está activa en todas las ciudades.</p>
<p>La preocupación por este tema está llevando a los gestores sanitarios a replantear su organización desde la perspectiva de la coordinación e integración de la atención sanitaria, social y educativa.</p>
<p>Entre las estrategias facilitadoras para cuidar al que cuida, consideramos muy importante el apoyo que los profesionales podemos brindar. Ya sea mediante grupos de apoyo o talleres, es posible trabajar con las familias en pro de conseguir cuatro aspectos clave: </p>
<ul>
<li><p>el bienestar del cuidador principal, </p></li>
<li><p>la normalización de la familia, </p></li>
<li><p>la aceptación del estado de salud y </p></li>
<li><p>la preparación del cuidador familiar domiciliario. </p></li>
</ul>
<p>Por otro lado, existe una clara necesidad por parte de los cuidadores de contar con espacios donde se les oriente y en los que compartan miedos y dudas. Según nuestra experiencia, estos espacios facilitan la labor que realizarán en el domicilio, normalizando y compartiendo las exigencias del cuidado.</p>
<p>En muchas ocasiones los cuidadores buscan apoyos gubernamentales y recursos adicionales. O recurren a asociaciones donde, además de compartir sus inquietudes, aprenden de otros padres con experiencias similares y pueden optar a los recursos que se les ofrecen. No obstante, también puede verse comprometida su accesibilidad.</p>
<p>Sin duda, hay que tener muy presente el coste del cuidado, complejo y prolongado, de estas familias, que bien se merecen la suma de estrategias para mejorar su calidad de vida.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/147778/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Es prioritario incorporar estrategias en la atención sanitaria y pediátrica que, además de velar por los enfermos, permitan cuidar a la persona que cuida.Concepción Vellido González, Enfermera gestora de casos Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Profesora Asociada en el Departamento de Enfermería., Universidad de GranadaBibiana Pérez Ardanaz, Enfermera Especialista en enfermería pediátrica. Profesora en el Departamento de Enfermería., Universidad de MálagaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1382242020-05-11T20:00:08Z2020-05-11T20:00:08ZUn año atípico para celebrar el Día Internacional de la Enfermería<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/334149/original/file-20200511-49589-11seqvz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5152%2C3422&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Aplauso a trabajadores sanitarios desde un balcón de Ávila.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/applause-health-personnel-balcony-1711204501"> Pmartinasi / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Hoy, 12 de mayo, 20 millones de enfermeras en todo el mundo celebramos el Día Internacional de la Enfermería. Este año es más especial que nunca, ya que 2020 fue declarado Año Internacional de la Enfermera y la Partera por la Organización Mundial de la Salud. Una declaración que supone una gran oportunidad para visibilizar lo que hacen las enfermeras en todo el mundo. </p>
<p>Desgraciadamente ha tenido que ser una pandemia de una magnitud sin precedente la que más visibilidad ha dado a la labor que realizan estos profesionales de la salud. </p>
<p>Durante dos meses hemos salido cada tarde a los balcones a aplaudir a médicos y enfermeras, considerados héroes. Pero no son héroes: son personas de carne y hueso. Eso sí, formadas para atender profesionalmente a los que sufren, a los vulnerables y a los necesitados; para estar presentes en los momentos más duros de la vida de las personas. </p>
<h2>En momentos trágicos</h2>
<p>Dice Annette Kennedy, Presidenta del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE):</p>
<blockquote>
<p>“Las enfermeras entienden de esperanza y valor, alegría y desesperación, dolor y sufrimiento, así como de vida y muerte. (…) Están presentes en algunos de los momentos más preciados de la vida al igual que en algunos de los más trágicos. (…) Sirven a la humanidad y, mediante sus acciones, protegen la salud y el bienestar de las personas, las comunidades y las naciones.”</p>
</blockquote>
<p>Lo hemos podido comprobar estas semanas. Pese al riesgo de contagio, más de 307 000 enfermeras y enfermeros han estado trabajando en nuestro país. Muchas han explicado lo desgarrador que ha sido para ellas no poder estar con las familias en el momento del dolor y de la muerte de sus familiares. Rebelándose a esta situación, muchas no han dudado en mostrar su sensibilidad hacia los que sufren facilitando –cuando ha sido posible contar con equipos de protección– que al menos una persona pudiera estar con su familiar enfermo, acompañándole hasta el final. </p>
<p>Esta manera de actuar se enseña en las facultades de Enfermería, que forman profesionales comprometidas, responsables, generosas siempre, incluso cuando hay riesgo de contagio. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/334139/original/file-20200511-49556-12nlffk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4888%2C3246&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/334139/original/file-20200511-49556-12nlffk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/334139/original/file-20200511-49556-12nlffk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/334139/original/file-20200511-49556-12nlffk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/334139/original/file-20200511-49556-12nlffk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/334139/original/file-20200511-49556-12nlffk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/334139/original/file-20200511-49556-12nlffk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Trabajadoras sanitarias saludan ante las puertas de un hospital de A Coruña durante el ‘aplauso sanitario’ del 26 de marzo de 2020.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/corunaspain-workers-dealing-new-coronavirus-crisis-1689396712">Imaxe Press / Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El papel de los estudiantes</h2>
<p>En esta crisis sanitaria también hay que destacar la labor de los estudiantes de enfermería en esta crisis sanitaria. El decreto de estado de Alarma en España regulaba la contratación de estudiantes de cuarto curso para “auxilio sanitario”. Al dar a conocer esta necesidad, la respuesta fue inmediata, y alrededor de 4 000 estudiantes de enfermería se incorporaron al sistema sanitario para la atención de pacientes con COVID-19. </p>
<p>Por la tensión asistencial del momento, más que tareas de soporte o apoyo, están desarrollando actividades propias de enfermeras tituladas. Hay estudiantes de cuarto curso en unidades de cuidados intensivos, en plantas de hospitalización, etc., trabajando como un profesional más. Tanto es así que los estudiantes de enfermería han estado haciendo doble turno hasta desgastarse y, sobre todo, pasando desapercibidos. </p>
<p>A tal extremo ha llegado la cosa que algunas facultades de Enfermería han tenido que desarrollar sistemas de soporte emocional para los estudiantes, procurando que ningún alumno claudicase antes de finalizar sus estudios por un encuentro demasiado brusco con esta realidad. Su rol en esta pandemia no debería ignorarse. </p>
<h2>Una visión holística</h2>
<p>Cuando empezó la pandemia en el Año Internacional de la Enfermera y la Partera, pensé que era la peor situación que podíamos vivir nunca para celebrar un año tan importante. Sin embargo, creo que más bien se ha podido ver a gran escala la contribución que realizan estas profesionales para el bienestar de las personas y de la sociedad. </p>
<p>Las enfermeras son líderes de los equipos sanitarios, y quienes ponen al paciente-familia en el centro de su misión para lograr mayor nivel de autocuidado en temas de salud. Son las profesionales que miran a la persona de forma holística, integrando todas sus necesidades, físicas, emocionales, sociales y espirituales. En ese sentido, aplican a pies juntillas la definición que la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud de Alma-Ata de 1978 asumió sobre la salud: aquel estado de total bienestar físico, social y mental, y no simplemente la falta de enfermedad o malestar. </p>
<p>Desde entonces, los modelos teóricos de enfermería integran dichos objetivos, de modo que el trabajo profesional de las enfermeras contribuye con dicho bienestar de la persona de forma global. </p>
<p>Ojalá 2020 sea un catalizador para poner en marcha una nueva forma de ver la profesión enfermera en el mundo. Gracias enfermeras y enfermeros del mundo por la labor tan extraordinaria que realizáis. Hoy, como ayer, tenéis el aplauso de la sociedad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/138224/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Cristina Monforte Royo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Hoy, 12 de mayo, 20 millones de personas en todo el mundo celebran el Día Internacional de la Enfermería.Cristina Monforte Royo, Directora del Departamento de Enfermería de UIC Barcelona y Presidenta de la Conferencia Nacional de Decanas y Decanos de Enfermería, Universitat Internacional de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1338852020-03-27T21:47:01Z2020-03-27T21:47:01ZEl cuidado informal, un aliado en la lucha contra el COVID-19<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/323037/original/file-20200325-168918-1a97und.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5463%2C3637&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">shutterstock</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/empty-wheelchair-pushed-by-nurses-hands-768337006"> Jamesboy Nuchaikong / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La situación de pandemia que vive España y el resto del mundo con el nuevo coronavirus ha impactado fuertemente en nuestra sociedad. Ahora emerge el valor de la sanidad universal y de sus profesionales. </p>
<p>España posee uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, pero durante los últimos mandatos políticos las <a href="https://dspace.uib.es/xmlui/bitstream/handle/11201/4157/Carbonell_Soriano_Maria_Mercedes.pdf?sequence=1&isAllowed=y">medidas económicas de austeridad lo han desposeído de muchos recursos y programas públicos</a> cuya ejecución se ha trasladado al cuidado informal. </p>
<p>La no adecuación del <a href="https://www.redaccionmedica.com/secciones/sanidad-hoy/ocde-espana-escala-al-puesto-11-en-numero-de-medicos-y-al-28-en-enfermeros-8984">ratio de enfermeras</a> y enfermeros por habitante es uno de los problemas que ya saturaban la sanidad pública antes de la pandemia. La <a href="https://data.oecd.org/healthres/nurses.htm#indicator-chart">media de la OCDE</a> es de ocho profesionales de la enfermería por cada mil habitantes, mientras que en España es de cinco por cada mil habitantes. Ahora esta problemática se ha agravado. </p>
<iframe src="https://data.oecd.org/chart/5Tc4" width="100%" height="400" style="border: 0" mozallowfullscreen="true" webkitallowfullscreen="true" allowfullscreen="true"><a href="https://data.oecd.org/chart/5Tc4" target="_blank">Profesionales de la enfermería por cada 1 000 habitantes</a></iframe>
<h2>El papel de los cuidadores informales</h2>
<p>La necesidad de cuidados informales se ha incrementado no solo por la edad de los pacientes y los diagnósticos (neoplasias, demencias y otras enfermedades que crean dependencia), sino también por el contexto político, económico y social. </p>
<p>Afortunadamente, España posee una masa de cuidadoras y cuidadores informales experimentados y autodidactas que han asumido durante estos últimos tiempos las carencias debidas a los recortes en sanidad. Su buena voluntad y compromiso se une al apoyo que reciben de los profesionales de la enfermería.</p>
<p>Un número importante de estos cuidadores son <a href="https://observatoriosociallacaixa.org/-/los-nuevos-cuidadores">mujeres de mediana edad</a> con poca formación y una percepción de la salud física y emocional incompleta. Tienen carencias en el conocimiento de la causa de las enfermedades y de los tratamientos que se aplican a sus allegados. </p>
<p>A pesar de lo anterior, los cuidados que prestan estas personas son eficaces y adecuados. En muchas ocasiones, evitan reingresos y recaídas y, por tanto, aligeran al sistema público de cargas de trabajo que si hubieran de ser atendidas de forma ordinaria saturarían el sistema. </p>
<p>Su labor repercute en su día a día en los siguientes aspectos: tienen menos tiempo libre, deben modificar actividades de ocio, duermen y descansan menos, su vida familiar se ve alterada y sufren más ansiedad.</p>
<p>En el momento de asumir la responsabilidad de los cuidados y durante el periodo de adaptación a la nueva realidad del enfermo o la persona dependiente, las cuidadoras presentan más trastornos de la actividad rutinaria. Tienen menor sensación de control, más temor, un patrón de sueño cambiado y menor satisfacción con su salud física y emocional. Estos indicadores, previsiblemente, mejoran a medida que los cuidadores se van adaptando a su nuevo rol. </p>
<h2>Los cuidadores ante la crisis de COVID-19</h2>
<p>En estos momentos en los que la falta de enfermeras y enfermeros se evidencia, no hay que olvidar que el sistema sanitario público tiene un gran aliado en el cuidado informal. No obstante, aunque son personas acostumbradas a cuidar de familiares, carecen de formación específica en lo referente al COVID-19. Por eso, una de las estrategias que se debería contemplar es la formación de esta masa de cuidadoras y cuidadores porque son claves, junto con los profesionales, para superar esta crisis. </p>
<p>Es importante brindarles conocimientos sobre qué es la enfermedad, su tratamiento, las medidas de aislamiento y las barreras de protección necesarias para hacerle frente. </p>
<p>Asimismo, deberían contemplarse medidas de apoyo emocional. Se ha constatado que las personas que manifiestan tener menos satisfacción con su salud mental son las que sufren más <a href="http://www.infocop.es/view_article.asp?id=7668">desgaste psicológico</a> en las tareas del cuidado informal. </p>
<p>Las enfermeras y enfermeros deberían llevar a cabo este trabajo educativo. En el momento de recibir las altas hospitalarias y volver al domicilio aumentará la intensidad de los cuidados, con un aumento exponencial de las repercusiones durante las primeras horas.</p>
<p>La tarea de los profesionales de salud deberá consistir en aconsejar, formar y acompañar. Las cuidadoras (recordemos que eran en su mayoría mujeres) no podrán hacerlo solas y si lo hacen, será en circunstancias muy difíciles. Esto puede suponer grandes costes personales que van a afectar, como ya se ha demostrado, a su salud y calidad de vida.</p>
<p>En cualquier caso, cabe valorar la experiencia de este colectivo, fruto de la necesidad después de años de recortes sanitarios y fruto también de una cultura familiar muy propia de los países del sur de Europa. </p>
<p>El cuidado informal, a menudo menospreciado, es una fortaleza del sistema, y no hay que olvidarlo. Ahora bien, no debe ser la excusa para obviar que las plantillas profesionales de enfermeras y enfermeros deben adaptarse a la situación. Son estas figuras sanitarias las que aseguraran que la calidad de los cuidados prestados por el sistema nacional de salud son los adecuados.</p>
<p>Los estragos que está causando la actual pandemia de COVID-19 han de servir para que el sistema nacional de salud pública conciba a las cuidadoras informales no solo como un refuerzo para enfermeras y enfermeros, sino como parte de la estructura sanitaria. Pero también para considerar sus necesidades y acompañar a las miles de mujeres españolas que se responsabilizan del cuidado de familiares y conocidos que requieren apoyo.</p>
<p>En este cambio de perspectiva, se debe tener en cuenta a las partes implicadas para que los pacientes reciban los mejores cuidados posibles. Y para minimizar las repercusiones negativas que esta crisis puede causar tanto a los profesionales sanitarios como a las cuidadoras informales.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/133885/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Las cuidadoras y los cuidadores informales deberían recibir formación para ayudarles en su trabajo y evitar que la crisis de COVID-19 pase factura a su salud física y mental.Xavier Tornafoch Yuste, Profesor asociado Facultad de Educación, Traducción y Ciencias Humanas, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaEmilia Chirveches-Pérez, Directora del departamento de Ciencias de la Salud Aplicadas de la Facultat de Ciències de la Salut i el Benestar de la Uvic-UCC, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1157282019-04-19T05:26:55Z2019-04-19T05:26:55ZPor qué los costaleros deben vigilar su corazón<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/270070/original/file-20190418-28110-e358tg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C7%2C4737%2C2660&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/holy-week-granada-teamwork-costaleros-working-1243422703">Javiergutrie / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>A nadie se le ocurriría correr una maratón sin una preparación previa o un pequeño chequeo médico. Hacer de costalero es algo parecido.</p>
<p>El campo de la enfermería es responsable del cuidado de las personas, con un especial hincapié en los grupos de riesgo. También de la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, para las que una dieta adecuada y la práctica de ejercicio físico de manera regular es crucial para una vida longeva y sana. Los costaleros que cada año, por estas fechas, cargan las pesadas imágenes procesionales no son una excepción.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/270068/original/file-20190418-28084-1pl5ms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/270068/original/file-20190418-28084-1pl5ms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=359&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/270068/original/file-20190418-28084-1pl5ms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=359&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/270068/original/file-20190418-28084-1pl5ms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=359&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/270068/original/file-20190418-28084-1pl5ms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=451&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/270068/original/file-20190418-28084-1pl5ms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=451&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/270068/original/file-20190418-28084-1pl5ms.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=451&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Tomando la tensión a un costalero de la Hermandad del Prendimiento de Huelva.</span>
<span class="attribution"><span class="source">José Miguel Robles</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Como investigadores conocedores del mundo del costal, decidimos estudiar la salud de estas personas. Para ello utilizamos como muestra a la cuadrilla de costaleros de la Hermandad del Prendimiento de Huelva. Un total de 101 integrantes a los que se sometió a la medición de diversas variables:</p>
<ul>
<li><p>Un cuestionario sociodemográfico y de hábitos de vida.</p></li>
<li><p>Una medición de tensiones arteriales en reposo y en el esfuerzo del trabajo del costalero.</p></li>
<li><p>Un análisis de la composición corporal mediante impedancia bioeléctrica segmental. Esta técnica permitió obtener variables como la <em>grasa corporal</em>, la <em>masa muscular esquelética</em> y el <em>exceso de grasa</em>.</p></li>
<li><p>El test de Ruffier-Dickson, que nos permite conocer la resistencia cardíaca al esfuerzo y la capacidad que tiene la persona para recuperarse tras el ejercicio.</p></li>
<li><p>El test de Abalakov, que nos da cuenta de la fuerza o potencia del tren inferior de los sujetos, puesto que lo que se les mide es la altura de un salto (la llamada <em>levantá</em>).</p></li>
<li><p>Una cuantificación del esfuerzo del costalero, mediante la medición del peso del paso, cálculos del centro de masa e incremento de peso en la <em>levantá</em> en función a la altura de la cuadrilla.</p></li>
</ul>
<p>Todo esto se hizo en el marco de una tesis doctoral defendida en la Universidad de Huelva por José Miguel Robles y codirigida por los otros dos autores de este artículo. Sus primeras conclusiones han sido publicadas <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6352102/">en la revista <em>International Journal of Enviromental Research an Public Health</em></a></p>
<p>¿Cuál es el estado físico de los costaleros onubenses? Variables como el índice de masa corporal, la relación cintura-cadera y el nivel de grasa corporal son buenos predictores del riesgo cardiovascular. Según nuestros resultados, el colectivo costalero presenta un riesgo cardiovascular a medio-largo plazo elevado por la antropometría, las cifras de tensión arterial y el esfuerzo que realizan.</p>
<p>El aumento de los niveles de grasa corporal provoca un aumento de las cifras de presión arterial en reposo. Por este motivo es importante controlar los niveles de adiposidad, un factor de riesgo para la rigidez arterial en adultos de mediana edad. </p>
<p>En nuestro estudio pudimos cuantificar cómo la tensión arterial aumenta directamente al ganar un kilo de grasa. En los costaleros, durante su esfuerzo, estas cifras se multiplican por dos.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/270023/original/file-20190418-28113-kivov2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/270023/original/file-20190418-28113-kivov2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/270023/original/file-20190418-28113-kivov2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/270023/original/file-20190418-28113-kivov2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/270023/original/file-20190418-28113-kivov2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/270023/original/file-20190418-28113-kivov2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/270023/original/file-20190418-28113-kivov2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><span class="source">José Miguel Robles</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Cabe destacar que la grasa corporal se correlaciona inversamente con la capacidad de recuperación cardíaca después del esfuerzo. Por lo tanto, si consideramos el tipo de trabajo que realizan los costaleros (alta exigencia física en un espacio hacinado con temperaturas elevadas) y las características que suele presentar esta población, podemos concluir que son un grupo de riesgo cardiovascular.</p>
<p>El uso del índice de masa corporal para identificar grupos de riesgo cardiovascular es, en general, interesante. Pero cuando se trata de personas con un alto contenido de masa muscular esto puede dar lugar a falsos positivos. Cuando eso sucede, los resultados no son útiles para la clasificación de personas con problemas coronarios.</p>
<p>El grupo estudiado de costaleros presenta una media de edad que ronda los 28 años y está sujeto a una alta demanda física (48 kg por costalero de media). La preparación física previa es escasa, lo que aumenta el riesgo cardiovascular a medio y largo plazo.</p>
<h2>El primer paso: aceptar el problema</h2>
<p>Aunque los participantes estudiados perciben su estado de salud como bueno y creen que cuidan su dieta, las mediciones corporales no parecen corroborar esas afirmaciones. Esto dificulta que modifiquen los hábitos nocivos, ya que las diferencias entre salud real y percibida no ayudan a concienciar del riesgo a la población y hacer que cambie a un estilo de vida más saludable.</p>
<p>A la vista de estas conclusiones, lo primero que recomendamos es mantener una dieta equilibrada durante todo el año. También practicar ejercicio físico diario para mantener un peso corporal idóneo.</p>
<p>El siguiente paso sería hacer un acondicionamiento físico adecuado al esfuerzo que se va a realizar en Semana Santa. Para esto debería ponerse en manos de un graduado en Ciencias del Deporte que conozca las características del trabajo del costalero.</p>
<p>De este modo no solo aseguraremos que los costaleros disfruten de su trabajo <em>debajo del palo</em>, sino que la calidad y duración del mismo será mucho mayor.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/115728/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Estas personas realizan un ejercicio extremo, sin suficiente preparación física, unos días al año. Un estudio advierte del estado de su salud.José Miguel Robles Romero, Profesor de la Facultad del Enfermería de Huelva, Universidad de HuelvaJuan Gavala González, ORCID: 0000-0002-4760-1503 jgavala@us.es, Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1094432019-01-08T22:42:53Z2019-01-08T22:42:53ZFlorence Nightingale, la dama de la lámpara que salvó miles de vidas con una gráfica<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/252961/original/file-20190108-32121-156tezn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C2%2C997%2C1362&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">florence</span> </figcaption></figure><p>El <em>Día Internacional de la Enfermería</em> se celebra cada 12 de mayo. ¿Por qué? Porque ese día, en 1820, nació Florence Nightingale en el seno de una familia británica acomodada. ¿Qué destino le esperaba? Afanarse en su educación para conseguir un buen matrimonio con alguien de su clase social.</p>
<p>Pero Florence tenía otros planes. En 1837 anunció a su familia su deseo de dedicarse a la enfermería, profesión que en esa época estaba asociada a mujeres de la clase trabajadora. ¡Nada que ver con una joven culta como Florence! Por si fuera poco, en 1840, rogó a sus padres que «la dejaran estudiar matemáticas en vez del trabajo repetitivo y la práctica de cuadrillas». </p>
<p>A pesar de la inicial oposición familiar, Nightingale consiguió formarse en ambas disciplinas. Aprendió aritmética, geometría y álgebra con tutores de la talla del matemático James Joseph Sylvester. Y se convirtió en una experta en enfermería de manera autodidacta, frecuentando los centros sanitarios que visitaba en cada uno de sus viajes. </p>
<p>En agosto de 1853 asumió el cargo de superintendente en el Instituto para el Cuidado de Señoras Enfermas (mujeres sin techo) en Londres. Allí realizó algunas mejoras, como la instalación de agua caliente en las habitaciones y el emplazamiento de un ascensor. </p>
<p>Entre octubre de 1853 y febrero de 1856 tuvo lugar la guerra de Crimea, un conflicto entre el imperio ruso y una alianza formada por el Reino Unido, Francia, el imperio otomano y el reino de Piamonte y Cerdeña. Las tropas británicas se movilizaron para luchar en Crimea contra la política de agresión del gobierno zarista a Turquía. </p>
<p>Aunque los aliados estaban venciendo en el campo de batalla, las enfermedades diezmaban al ejército británico. En las primeras semanas de conflicto, el 80 % de los fallecidos en los hospitales de campaña eran víctimas de los deficientes tratamientos sanitarios. El entonces Secretario de Guerra en Gran Bretaña y antiguo conocido de la familia Nightingale, Sidney Herbert, solicitó ayuda a Florence. </p>
<p>El 21 de octubre de 1854, Nightingale y su equipo de treinta y ocho enfermeras voluntarias partieron hacia el frente. Fueron transportadas a través del mar Negro hasta la base de operaciones británica en Scutari. Llegaron allí a principios de noviembre de 1854. </p>
<p>El panorama que encontraron en el hospital era desolador: los soldados recibían tratamientos inadecuados por parte de un equipo médico superado por la situación, mientras que los mandos del ejército no reaccionaban. Los suministros médicos escaseaban, la higiene era lamentable, las infecciones abundaban, la comida era insuficiente y estaba mal tratada.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/252829/original/file-20190108-32154-g1cial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/252829/original/file-20190108-32154-g1cial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=764&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/252829/original/file-20190108-32154-g1cial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=764&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/252829/original/file-20190108-32154-g1cial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=764&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/252829/original/file-20190108-32154-g1cial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=960&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/252829/original/file-20190108-32154-g1cial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=960&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/252829/original/file-20190108-32154-g1cial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=960&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Florence Nightingale entre los enfermos y heridos durante la guerra de Crimea con su famosa lámpara.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Florence_Nightingale#/media/File:Florence_Nightingale._Coloured_lithograph._Wellcome_V0006579.jpg">Wikipedia</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En esas condiciones, los soldados fallecían por enfermedades como el tifus, la fiebre tifoidea, el cólera y la disentería. Esas muertes superaban con mucho a las debidas a las heridas provocadas en el campo de combate. </p>
<p>Florence solicitó ayuda sanitaria al gobierno británico y, tras recibirla, ordenó la limpieza de los vertederos contaminantes y mejoró la ventilación del hospital. Con esas medidas el índice de mortalidad bajó rápidamente. </p>
<p>Los días pasaban y Florence se paseaba con su lámpara, cada noche, atendiendo y observando a los enfermos, anotando su evolución y recopilando datos.</p>
<h2>Una pionera de los gráficos</h2>
<p>Finalizada la guerra, Nightingale se dedicó a ordenar sus minuciosos apuntes y a reunir estadísticas sobre la mortalidad en el hospital militar. Para convencer a las autoridades de sus conclusiones, decidió utilizar un sistema gráfico en vez de presentar sus números en un tedioso e ininteligible listado. </p>
<p>Ideó el llamado <em>diagrama de la rosa</em> que consiguió, de manera directa e intuitiva, convencer al Gobierno británico de la necesidad de realizar drásticas reformas higiénicas en los centros hospitalarios. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/252826/original/file-20190108-32127-11sqb1i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/252826/original/file-20190108-32127-11sqb1i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=377&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/252826/original/file-20190108-32127-11sqb1i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=377&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/252826/original/file-20190108-32127-11sqb1i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=377&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/252826/original/file-20190108-32127-11sqb1i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=474&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/252826/original/file-20190108-32127-11sqb1i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=474&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/252826/original/file-20190108-32127-11sqb1i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=474&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Diagrama hecho por Nightingale.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/17/Nightingale-mortality.jpg">Wikipedia</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>El diagrama de la rosa incluye una explicación en su esquina inferior izquierda: </p>
<blockquote>
<p>Cada una de las áreas azules, rojas y las secciones negras, están medidas utilizando el centro como vértice común. </p>
<p>Las secciones azules medidas desde el centro del círculo representan, área por área, las muertes por enfermedades infecciosas, desde predecibles hasta mitigables. Las secciones rojas medidas desde el centro representan las muertes por heridas. Las secciones negras medidas desde el centro representan las muertes por otras causas. </p>
<p>La línea negra que cruza el triángulo rojo en noviembre de 1854, marca el límite de las muertes debidas a todas las otras causas durante ese mes. En octubre de 1854 y abril de 1855, el área negra coincidió con el rojo. En enero y febrero de 1855, el azul coincidió con el negro. </p>
<p>Las áreas completas pueden compararse siguiendo las líneas limítrofes del azul, el rojo y el negro.</p>
</blockquote>
<p>Como se puede observar, en este diagrama se representan tres variables: el tiempo (cada sector es un mes), el número de muertes (el área del sector) y la causa de la muerte (color). Fue un sistema novedoso en una época en la que los gráficos estadísticos habituales eran de barras y de sectores, y representaban solo una o dos variables. </p>
<p>El diagrama de la rosa muestra que, tras las medidas higiénicas adoptadas por Florence, la proporción de muertes por enfermedad (los sectores azules) descendieron paulatinamente. Proporcionó una manera visual y rápida de convencer a las autoridades de los cambios que debían emprender con urgencia. Sin ninguna duda, Florence Nightingale salvó la vida a muchas personas. </p>
<p>El año 2010 fue declarado <em>Año Internacional de la Enfermería</em> para reivindicar, entre otras, la relevancia histórica de Florence Nightingale en el centenario de su fallecimiento.</p>
<hr>
<p><em>Este artículo es un compendio de los artículos <a href="https://mujeresconciencia.com/2014/05/12/florence-nigthingale-pionera-estadistica/">Florence Nigthingale, pionera estadística</a> y <a href="https://mujeresconciencia.com/2017/08/22/florence-nightingale-mucho-mas-la-dama-la-lampara/">Florence Nightingale, mucho más que la dama de la lámpara</a> del blog <a href="https://mujeresconciencia.com">Mujeres con ciencia</a>, publicación de la <a href="https://zientzia.info/">Cátedra de Cultura Científica</a> de la <a href="https://www.ehu.eus/es/web/guest/home">UPV/EHU</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/109443/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marta Macho-Stadler no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Esta enfermera británica salvó muchas vidas gracias a una sencilla representación gráfica de datos, el diagrama de la rosa, que muestra de manera visual y rápida cómo la higiene reduce la mortalidad.Marta Macho-Stadler, Profesora de matemáticas, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.