tag:theconversation.com,2011:/us/topics/especial-lgtbiq-2019-72728/articlesEspecial LGTBIQ+ 2019 – The Conversation2019-06-27T20:03:53Ztag:theconversation.com,2011:article/1189552019-06-27T20:03:53Z2019-06-27T20:03:53ZEl rechazo familiar, principal causa del sinhogarismo entre la comunidad LGBTIQ+<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/281447/original/file-20190626-76701-1pvr65l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=31%2C0%2C6977%2C4434&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/homeless-woman-sitting-on-street-side-637598110?src=NKeDWEDMcCxgUcYjvG4pzQ-1-19&studio=1">Rawpixel.com / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Son jóvenes y sufren discriminación múltiple. Se ve con especial claridad en el caso de las mujeres trans, quienes muchas veces acaban ejerciendo la prostitución como única fuente de ingresos viable. Esta y otras conclusiones se extraen de <a href="https://faciam.org/wp-content/uploads/2019/04/Informe-LGTBI-sin-hogar-18-junio.pdf">un reciente estudio</a> en el que queda patente que la población LGTBIQ+ sufre en altos porcentajes delitos de odio. Sus integrantes piden respeto y aceptación para poder llevar una vida digna y feliz.</p>
<h2>El por qué de una investigación</h2>
<p>En el Observatorio para el Análisis y Visibilidad de la Exclusión social de la Universidad Rey Juan Carlos acabamos de terminar un estudio sobre las personas LGTBIQ+ sin hogar en la Comunidad de Madrid, financiado por la <a href="https://faciam.org/">Red FACIAM</a> en colaboración con la Comunidad de Madrid.</p>
<p>Esta investigación surge como consecuencia de la intuición de los profesionales que trabajan día a día con personas sin hogar, quienes observaban que un nuevo perfil, personas LGTBIQ+ relativamente jóvenes, parecía emerger entre esta población. Si bien en otros países esta realidad ya estaba constatada con datos (<a href="https://www.researchgate.net/publication/317068354_Where_Am_I_Going_To_Go_Intersectional_Approaches_to_Ending_LGBTQ2S_Youth_Homelessness_in_Canada_The_US">EE.UU, Canadá</a> o <a href="https://www.feantsa.org/download/fea-008-17-magazine_v33480239002912617830.pdf">Europa</a>), en España hasta el momento no había datos al respecto, por lo que se trata de un estudio pionero y, aunque se circunscribe solo a la región de Madrid, es el comienzo para llegar a la recogida de datos estatales.</p>
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<figcaption><span class="caption">Vídeo de la campaña “Libres e iguales” de las Naciones Unidas, 2017.</span></figcaption>
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<h2>Objetivos y resultados</h2>
<p>Se llevó a cabo una investigación cuantitativa a través de una encuesta a entidades de la red pública y privada de personas sin hogar de la Comunidad de Madrid. 23 centros accedieron a participar y 112 personas en situación de calle se identificaron como LGTBIQ+: 10% lesbianas, 44% gais, 20% bisexuales, 24% heterosexuales en cuanto a su orientación sexual y 58% hombres, 13% mujeres, 18% mujeres trans, 8% hombres trans y 3% intersexuales, en cuanto a identidad de género. </p>
<p>Finalmente completamos la encuesta con personas sin hogar no LGTBIQ+ con el mismo criterio de exclusión residencial para poder comparar. 205 personas cumplimentaron el cuestionario, de las cuales 112 se identificaron LGTBIQ+ sin hogar (55%) y 93 no LGTBIQ+ sin hogar (45%). Posteriormente, llevamos a cabo 10 entrevistas en profundidad para matizar los datos de la encuesta, por lo que el diseño metodológico fue mixto, cuantitativo y cualitativo.</p>
<p>Los objetivos que nos planteamos en el estudio fueron conocer los factores de exclusión social y riesgo de sinhogarismo en la población LGTBIQ+, así como las barreras que bloqueaban su inclusión social.</p>
<p>En cuanto a los resultados más relevantes de la encuesta, encontramos que la muestra LGTBIQ+ sin hogar es más joven. Si bien no se observan diferencias en el nivel educativo de ambas muestras, las personas LGTBIQ+ dicen tener más ingresos por su trabajo y prestaciones sociales. Destaca el ingreso por el ejercicio de la prostitución, que solo se da en esta población. En concreto, así lo manifiestan un 25% de mujeres trans, que encuentran muchas dificultades en el acceso al mercado laboral y consideran la prostitución su única vía posible de obtención de ingresos para sobrevivir.</p>
<h2>Razones de la situación</h2>
<p>La causa principal de la pérdida de alojamiento de la población LGTBIQ+ que resulta significativa es la expulsión del domicilio como consecuencia de la discriminación por orientación sexual y/o identidad de género, especialmente entre las mujeres trans jóvenes. Los conflictos familiares y pérdida de pareja también vinculados a juventud son la segunda causa .</p>
<p>Un dato preocupante es el relacionado con los delitos de odio. Un 74% de las personas LGTBIQ+ de nuestra muestra dicen haberlos sufrido, frente a un 26% no LGTBIQ+. Aquí destacan las agresiones sexuales, sufridas por un 14% del primer grupo frente al 1% no LGTBIQ+.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/281457/original/file-20190626-76722-1shmxfj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/281457/original/file-20190626-76722-1shmxfj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/281457/original/file-20190626-76722-1shmxfj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=316&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/281457/original/file-20190626-76722-1shmxfj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=316&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/281457/original/file-20190626-76722-1shmxfj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=316&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/281457/original/file-20190626-76722-1shmxfj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=398&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/281457/original/file-20190626-76722-1shmxfj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=398&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/281457/original/file-20190626-76722-1shmxfj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=398&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Discriminación percibida por identidad de género en las personas LGTBI.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://faciam.org/wp-content/uploads/2019/04/Informe-LGTBI-sin-hogar-18-junio.pdf">Giménez,S.et al.(2019),p.32</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Según los perfiles que encontramos más significativos en el análisis cuantitativo mediante el método de encuesta, seleccionamos a diez personas a las que posteriormente entrevistamos. </p>
<p>Tras hacer un análisis narrativo temático, observamos que su percepción de discriminación estaba basada en hechos concretos vividos (agresiones físicas o verbales) o relativos a la invisibilización, que conlleva la negación de su realidad. </p>
<p>Estos episodios tuvieron lugar en la escuela, llevados a cabo tanto por algunos de sus compañeros como por algunos profesores. Esta discriminación vivida en el ámbito educativo les generaba desmotivación hacia los estudios, lo que incidía en la no obtención de la formación adecuada para poder acceder al mercado laboral con las mismas oportunidades que el resto de la población. </p>
<p>De la misma manera, sus narraciones se centraban en las vivencias de rechazo por parte de la familia, así como las vividas en la calle al abandonar el hogar. Se concretan las dificultades de inserción laboral, fundamentalmente de las mujeres trans, y se observa una discriminación múltiple al confluir el ser mujer, homosexual, trans y tener problemas de salud mental. La interseccionalidad en esta población se constata como factor de exclusión social.</p>
<p>Para el equipo de investigación resultaba importante ir más allá de las circunstancias objetivas de exclusión de las personas LGTBIQ+ sin hogar, por lo que les preguntamos sobre su percepción de felicidad y esperanza de inclusión social. Las respuestas, si bien consideraban que su situación cambiaría cuando la sociedad les aceptase, no eludían su responsabilidad personal apostando por una inclusión activa al tomar las riendas de su propia vida, estando dispuestas a construir su propia felicidad con una actitud proactiva. </p>
<p>Si la sociedad no les coloca impedimentos en este camino, estas personas apuestan esperanzadas por su felicidad, que pasa por poder trabajar y disfrutar de la vida en libertad y respeto mutuo.</p>
<h2>Conclusiones</h2>
<p>Como conclusiones a este estudio podemos destacar:</p>
<ol>
<li><p>Existe un perfil emergente de personas sin hogar con una identidad de género y orientación sexual no binaria, que presentan necesidades específicas en aras de una intervención social que facilite con mayor éxito su inclusión social.</p></li>
<li><p>Las causas que se aprecian como significativas en la pérdida de la residencia de estas personas LGTBIQ+ sin hogar hacen referencia a procesos estructurales (culturales, sociales y económicos) de exclusión social que generan discriminación por identidad de género y/u orientación sexual. </p></li>
<li><p>Si bien existe un marco jurídico suficiente, al menos en la Comunidad de Madrid, ha de ser desarrollado y concretado para no caer en los llamados “derechos de papel”, conforme a los principios de universalidad, prevención, globalidad, normalización-integración, participación, descentralización, coordinación y planificación, por los que se aboga en cualquier Sistema de Servicios Sociales. La provisión de recursos al respecto es fundamental. </p></li>
</ol>
<p>Simultáneamente, tanto <a href="http://www.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=14&tipo=2">el artículo 14 de la Constitución Española</a> que garantiza la igualdad de todas las personas ante la Ley, como <a href="http://www.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=47&tipo=2">el artículo 47</a> que garantiza el derecho a una vivienda digna y adecuada para todos, siguen siendo vulnerados.</p>
<p>Al final del estudio se hicieron diferentes propuestas a nivel general. Entre ellas se pueden resaltar la promoción de la continuidad en el diagnóstico del problema, con más estudios como el realizado, o la inclusión de programas que atiendan a la diversidad desde pequeños, de manera que se acepte cualquier realidad (también acompañados de formación a padres, profesores y de apoyo psicosocial). </p>
<p>A la hora de asistir a la población LGTBIQ+ sintecho se recomienda agilizar los procesos burocráticos y contar con centros específicos para el colectivo o centros donde se trabaje en la diversidad e inclusión de todas las personas, entre otras. </p>
<p>También se recomienda, desde los puntos de vista jurídico y social, trabajar en la elaboración de políticas reales que favorezcan la inclusión laboral de las personas trans.</p>
<p>Tras la investigación, <a href="https://www.urjc.es/todas-las-noticias-de-actualidad/4400-una-jornada-analiza-la-realidad-de-la-comunidad-lgtbi-sin-hogar-antes-de-la-semana-del-orgullo">organizamos paneles de expertos</a> que, a través de diálogos apreciativos, completaron y concretaron más propuestas. Estos paneles estaban compuestos por personas LGTBIQ+ sin hogar, profesionales que trabajan con ellas y los investigadores del equipo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/118955/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Silvia Giménez Rodríguez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El Observatorio para el Análisis y Visibilidad de la Exclusión social de la Universidad Rey Juan Carlos acaba de terminar un estudio sobre las personas LGBTIQ+ sin hogar en la Comunidad de Madrid.Silvia Giménez Rodríguez, Co-Directora del Observatorio para el Análisis y Visibilidad de la Exclusión Social, Universidad Rey Juan CarlosLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1192452019-06-27T20:03:01Z2019-06-27T20:03:01ZPor qué es importante la perspectiva ‘queer’ en la ciencia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/281000/original/file-20190624-97799-ktq65f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C1092%2C5000%2C2739&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-vector/lgbt-dna-rainbow-card-1168256374?src=uekteneufY7HAC4fmBTMcg-11-7&studio=1">Shuttersock</a></span></figcaption></figure><hr>
<p><strong>Nota del autor:</strong> En este artículo se utiliza el término <em>queer</em> para englobar cualquier disidencia afectivo-sexual o de género respecto al sistema <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Heteronormatividad">cisheteronormativo</a>.</p>
<hr>
<p>Frente a los prejuicios y las especulaciones, la Ciencia siempre se ha basado en la objetividad y la autocrítica para hacer avanzar el conocimiento. Sin embargo, la elección de qué y cómo se analiza nunca está totalmente libre de subjetividad y sesgos inconscientes. Por ejemplo, la biología y la palentología nos dejan algunos ejemplos en los que estereotipos culturales han sido volcados en <a href="https://mujeresconciencia.com/2015/01/07/la-evolucion-humana-con-perspectiva-de-genero-un-combate-por-la-objetividad/">animales</a>, con asignaciones de sexo incorrectas debidas a factores como el tamaño en <a href="https://www.inverse.com/article/24327-sexual-dimorphism-dinosaurs-male-female-sue-t-rex-fields-museum">Tiranosaurios Rex</a>, o la cercanía respecto al nido en <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Maiasaura">Maiasaurios</a> (en griego “reptil buena madre”). </p>
<p>Estos sesgos, junto con la falta de igualdad de oportunidades a la hora de desarrollar una carrera científica, han sido señalados desde el <a href="https://theconversation.com/gender-inequalities-in-science-wont-self-correct-its-time-for-action-99452">feminismo</a> y los <a href="https://science.sciencemag.org/content/333/6045/925">movimientos antirracistas</a> y, por supuesto, también afectan a la <a href="https://www.apa.org/pi/lgbt/resources/avoiding-bias">comunidad LGTBIQ+</a>. </p>
<h2>La situación de partida</h2>
<p>Quizás uno de los ejemplos más claros de la compleja relación entre la Ciencia y la comunidad <em>queer</em> sea su tratamiento de la transexualidad. Patologizada hasta la saciedad por parte de científicos <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Cisg%C3%A9nero">cisgénero</a> ajenos a la propia experiencias trans, la transexualidad ha estado tipificada como enfermedad por la <a href="https://www.efesalud.com/oms-transexualidad-no-enfermedad-mental-abuso-videojuegos-desorden-comportamiento/">Organización Mundial de la Salud hasta 2018</a>. </p>
<p>Sin embargo, un cambio de mirada sobre el mismo tema permite determinar con rigor científico que, mientras adolescentes trans patologizados tienen <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19636742">mayores tasas de depresión, ansiedad y suicidio</a>, aquelles aceptades por su entorno <a href="https://pediatrics.aappublications.org/content/137/3/e20153223">no presentan diferencias significativas respecto a individuos cisgénero de la misma edad</a>. Es decir, la Ciencia demuestra que el origen de los estigmas psicológicos asociados a las personas trans no proviene de un problema interno con su identidad, sino que son la consecuencia natural del rechazo y la discriminación externos. </p>
<p>Se podría pensar que la diversidad de agentes científicos sólo es necesaria en aquellos campos que atañen directamente a sus realidades, pero lo cierto es que los <a href="https://www.scientificamerican.com/article/how-diversity-makes-us-smarter/">estudios</a> muestran que equipos de trabajo socialmente diversos son más creativos, diligentes, y capaces de anticipar puntos de vista contrarios. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/280990/original/file-20190624-97789-19qlulr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C2037%2C1354&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/280990/original/file-20190624-97789-19qlulr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C2037%2C1354&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/280990/original/file-20190624-97789-19qlulr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/280990/original/file-20190624-97789-19qlulr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/280990/original/file-20190624-97789-19qlulr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/280990/original/file-20190624-97789-19qlulr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/280990/original/file-20190624-97789-19qlulr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/280990/original/file-20190624-97789-19qlulr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/felgtb/7513318440">Marina Liotta para FELGTB y COGAM / Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>Esto es también cierto en las disciplinas científicas, en las que se ha demostrado que <a href="https://www.scientificamerican.com/report/diversity-state-of-the-worlds-science-2014/">la diversidad favorece y potencia la innovación</a>. No obstante, el aumento de la diversidad en Ciencia no puede entenderse exclusivamente como un medio para mejorar el avance científico en sí mismo, sino también como un reto de justicia social. Cualquier persona, independientemente de su género, orientación o identidad debería tener el mismo derecho a acceder y desarrollar una carrera científica en igualdad de oportunidades, sin miedos y discriminaciones que perjudiquen su evolución profesional. </p>
<h2>¿Cuál es la situación actual de las personas <em>queer</em> que se dedican a la Ciencia?</h2>
<p>Según <a href="https://genomebiology.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13059-017-1198-y">datos de 2015</a>, sólo la mitad de las personas encuestadas estaba total o casi totalmente fuera del armario en entornos laborales dedicados a las ciencias sociales. Según este mismo estudio, <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/00918369.2015.1078632">el porcentaje de apertura se reduce aún más en disciplinas con menor presencia de mujeres</a>, como la ingeniería o las matemáticas. </p>
<p>Además de recordarnos la necesidad de una perspectiva feminista en la lucha LGTBIQ+, esta información se une a datos preocupantes sobre el armario en entornos laborales generales. Por ejemplo, en un <a href="https://mediacentre.vodafone.co.uk/news/lgbt-plus-survey/">estudio internacional de 2018</a> se destacaba que el 41% de personas <em>queer</em> socialmente fuera del armario (18-25 años) había vuelto al armario al incorporarse al mercado laboral. Tres de cada cuatro personas LGTBIQ+ lo habían escondido alguna vez en el trabajo.</p>
<p>Es importante destacar que mantenerse en el armario es un ejercicio constante de análisis y contención que <a href="https://www.telegraph.co.uk/business/2016/11/19/benefits-of-being-out-employers-urged-to-support-lgbt-workers/">repercute sobre la productividad y la salud mental</a>, y que salir de él sigue siendo un acto de valentía dada la persistencia de discriminaciones implícitas y explícitas hacia el colectivo. El informe <a href="https://www.aps.org/programs/lgbt/upload/LGBTClimateinPhysicsReport.pdf">LGBT Climate in Physics</a> de la American Physical Society destacaba que más de un tercio de las personas LGTBIQ+ encuestadas habían considerado abandonar su puesto de trabajo o centro de estudios debido al acoso sufrido o presenciado. </p>
<p>Para entender las discriminaciones sufridas por el colectivo en el entorno científico, resulta imprescindible mantener una visión interseccional. La frecuencia e intensidad de las agresiones y discriminación sufridas está intrínsecamente atravesada por otros factores como el género, la identidad, la racialización, el capacitismo, etc. Por ejemplo, mientras el 31% de hombres gais, bisexuales y transexuales había presenciado o sufrido acoso en sus entornos de trabajo, <a href="https://www.aps.org/programs/lgbt/upload/LGBTClimateinPhysicsReport.pdf">la tasa en mujeres ascendía hasta el 44%</a>. </p>
<p>Mientras un 30% del conjunto de la comunidad LGTBIQ+ valoraba como “discriminatorio”, “carente” o “desigual” su entorno de trabajo, este porcentaje se ampliaba hasta el 49% en el caso de las personas trans. Por no hablar de todas las personas trans que directamente no pueden acceder a la carrera científica debido al inhumano nivel de paro dentro del colectivo (<a href="https://www.lavanguardia.com/vida/20170613/423373295751/el-colectivo-transexual-acarrea-un-85-de-paro-y-pide-transformar-el-sistema-ante-el-orgullo-lgtb.html">85% en España en 2017</a>)</p>
<p>Todas estas realidades y tendencias han vuelto a quedar de manifiesto en el informe “<a href="https://beta.iop.org/exploring-the-workplace-for-lgbtplus-physical-scientists">Exploring the workplace for LGBT+ physical scientists</a>” que acaban de publicar el Instituto de Física, la Real Sociedad de Astronomía y la Real Sociedad de Química del Reino Unido.</p>
<h2>La lucha por un futuro científico más igualitario</h2>
<p>A la hora de generar entornos científicos más diversos e inclusivos, podemos aprender mucho de la lucha feminista en este sector. </p>
<p>De entre todas las <a href="http://dl.begellhouse.com/journals/00551c876cc2f027,761a7b37493b2d86,6fe4cda94f55abdf.html">estrategias necesarias para atraer a más mujeres a la ciencia</a> (implicación institucional, fomento de vocación a edades tempranas, formación en igualdad en los centros de trabajo, etc..), cabe destacar la importancia de los referentes. Está demostrada, por ejemplo, una relación directa entre el número de referentes femeninos en el profesorado de un determinado campo y <a href="https://www.researchgate.net/publication/328648556_Role_modeling_is_a_viable_retention_strategy_for_undergraduate_women_in_the_geosciences">el número de alumnas que eligen seguirlo</a>. Si nos fijamos en los referentes científicos globales, basta mirar el historial de ganadores de premios Nobel en disciplinas técnicas para percibir una clara hegemonía del hombre blanco cisgénero entre los galardonados. Por ejemplo, en Física sólo <a href="https://www.nobelprize.org/prizes/lists/nobel-prize-awarded-women/">tres galardonadas han sido mujeres</a> (la última en <a href="https://www.nobelprize.org/prizes/physics/2018/strickland/facts/">2018</a>). </p>
<p>Esta brecha no puede justificarse por la distribución estadística de géneros, sino que existen otros factores de discriminación, como la persistencia de un cierto desprecio de algunos sectores científicos al <a href="https://news.nationalgeographic.com/news/2013/13/130519-women-scientists-overlooked-dna-history-science/">trabajo realizado por mujeres</a>.</p>
<p><a href="https://mitpress.mit.edu/books/autobiography-transgender-scientist">Ben Barnes</a>, científico trans en el campo de la neurobiología, comentaba por ejemplo el cambio que notó en la <a href="https://genomebiology.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13059-017-1198-y">valoración de sus trabajos</a> como consecuencia de su transición de género. </p>
<p>En este contexto, resultan particularmente admirables y necesarios referentes <em>queer</em> visibles en ciencia como <a href="https://medium.com/a-computer-of-ones-own/sophie-wilson-architect-of-the-modern-world-5d538af7eac7">Sophie Wilson</a>, <a href="https://buckmire.blogspot.com/2012/07/celebrity-friday-lesbian-genius-chemist.html">Carolyn Bertozzi</a>, <a href="https://massivesci.com/articles/nergis-mavalvala-physics-gravity-queer/">Nergis Mavalvala</a> o el propio <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Ben_Barres">Barnes</a>.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/281138/original/file-20190625-81754-fcakau.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/281138/original/file-20190625-81754-fcakau.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/281138/original/file-20190625-81754-fcakau.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/281138/original/file-20190625-81754-fcakau.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/281138/original/file-20190625-81754-fcakau.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/281138/original/file-20190625-81754-fcakau.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/281138/original/file-20190625-81754-fcakau.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/281138/original/file-20190625-81754-fcakau.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Sophie Wilson, científica computacional.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Sophie_Wilson.jpg">Chris Monk / Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>El asociacionismo es otro paso fundamental para luchar por los derechos de los grupos minorizados. Diversos colectivos dedicados a la intersección entre Ciencia y LGTBIQ+ han surgido en distintos puntos del planeta (<a href="https://www.500queerscientists.com/">500 Queer Scientists</a>, <a href="https://ostem.org/">Out in STEM</a>, <a href="https://www.noglstp.org/">NOGLSTP</a>…), llegando a crearse el día internacional <a href="https://prideinstem.org/lgbtstemday/"><em>LGBT in STEM</em></a>. </p>
<p>En España acaba de fundarse <a href="https://twitter.com/PRISMAciencia">PRISMA</a>, una asociación nacional sin ánimo de lucro para la diversidad afectivo-sexual y de género en Ciencia, Tecnología e Innovación. Esta iniciativa pionera se presenta oficialmente el 28 de junio en <a href="https://prismaCiencia.org/2019/06/02/presentacion-prisma-en-barcelona/">Barcelona</a> y el 4 de julio en <a href="https://prismaCiencia.org/2019/06/16/presentacion-en-madrid/">Madrid</a>, y marchará en el Orgullo de ambas ciudades bajo el lema “La naturaleza nos enseña que la diversidad nos hace más fuertes”. </p>
<p>En definitiva, la necesidad de voces diversas (y de una igualdad de oportunidades real para ellas) está finalmente siendo abordada por la comunidad científica. Está en nuestras manos abrir los espacios científicos a personas <em>queer</em> de todos los orígenes y géneros, orientaciones e identidades; y convertir sus aportaciones al conocimiento en herramientas de inclusión, resistencia e igualdad. </p>
<p><em>El autor agradece su colaboración a “Mujeres con los Pies en la Tierra”, colectivo de mujeres científicas feministas en Ciencias Naturales, y a Gloria Pérez Ortiz, COGAM – Educación.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/119245/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Aitor Villafranca Velasco es fundador de Alcyon Photonics. Asimismo, es Coordinador de Educación en PRISMA, asociación para la diversidad afectivo-sexual y de género en Ciencia, Tecnología e Innovación; y voluntario en COGAM - Educación.
</span></em></p>En España acaba de fundarse PRISMA, una asociación nacional sin ánimo de lucro para la diversidad afectivo-sexual y de género en Ciencia, Tecnología e Innovación. ¿Por qué es necesaria esta asociación?Aitor Villafranca Velasco, Investigador postdoctoral Juan de la Cierva, Instituto de Óptica (IO - CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1195042019-06-27T20:02:40Z2019-06-27T20:02:40ZEl caso Semenya: una disputa ética y legal que debería preocuparnos a todos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/281561/original/file-20190627-76709-1m1d5jc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=14%2C0%2C4839%2C3230&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La atleta surafricana Caster Semenya participando en la prueba de 800 metros femenina en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/rio-de-janeiro-brazil-august-20-729098836"> CP DC Press / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>A comienzos del año pasado, la <a href="https://www.iaaf.org/home">Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo</a> (IAAF) incluyó nuevas regulaciones que obligaban a la campeona olímpica sudafricana de 800 metros <a href="https://www.theguardian.com/sport/caster-semenya">Caster Semenya</a> –así como a otros corredores de media distancia con diferencias de desarrollo sexual– a bajar sus niveles de testosterona, que resultan ser altos por naturaleza.</p>
<p>En febrero de 2019, el equipo legal de Semenya argumentó que esta normativa era inválida, pero en mayo el <a href="https://www.tas-cas.org/en/index.html">Tribunal</a> de Arbitraje Deportivo <a href="https://www.tas-cas.org/fileadmin/user_upload/CAS_Award_-_redacted_-_Semenya_ASA_IAAF.pdfs">dictaminó</a> que la discriminación en el deporte es legal siempre que esté justificada.</p>
<p>La manera en la que la IAAF ha lidiado en este asunto con Semenya plantea serias cuestiones éticas y legales. Y Semenya no es la única atleta involucrada. Este caso va más allá de la diferencia en el desarrollo sexual: alcanza la raíz fundamental de la dignidad humana, la privacidad de cada atleta que participa en campeonatos mundiales.</p>
<p>Surgen dilemas éticos sobre la manera en la que se llevó a cabo todo el proceso de investigación que condujo a la decisión. A su vez, las disyuntivas legales giran en torno a los graves problemas que plantea este caso respecto a los derechos fundamentales, en particular por cómo se ha tratado a varias atletas.</p>
<p>En un artículo que escribí hace dos años (“<a href="https://www.sportsandtaxation.com/2017/01/you-can-play-as-long-as-you-dont-win-legal-perspectives-on-the-regulations-pertaining-to-the-participation-of-women-with-hyperandrogenism-in-womens-athletics/">Puedes participar siempre y cuando no ganes: Perspectivas legales sobre las normas relativas a la participación de mujeres con hiperandrogenismo en el atletismo femenino</a>”) analicé los grandes problemas éticos y legales que creo que presenta el caso de Semenya, al igual que el de otras docenas de mujeres.</p>
<p>A mi juicio, se está señalando a estas mujeres porque son diferentes. Si Semenya tuviera otro aspecto, si fuera una rubia despampanante o si no ganara, hoy no estaríamos teniendo este debate. </p>
<p>Mi gran preocupación es que, si este fallo por parte del Tribunal de Arbitraje Deportivo sigue sin ser cuestionado, esta manera de pensar y de comportarse podría llegar a adoptarse también en el <a href="https://www.olympic.org/the-ioc">Comité Olímpico Internacional</a>, el organismo general que regula el deporte. Lo que, a su vez, afectará a todos sus afiliados: los comités olímpicos nacionales, las federaciones internacionales, como la IAAF y la FIFA, y las asociaciones nacionales que dependen de ellos. </p>
<p>Y esto sería un grave error.</p>
<h2>La cuestión ética</h2>
<p>El principal problema radica en la manera en que la IAAF llevó a cabo la investigación.</p>
<p>En un evento como el Campeonato Mundial de Atletismo, la IAAF es la responsable de realizar las pruebas antidopaje. Por tanto, establece estaciones de control y recoge las muestras de los atletas. </p>
<p>Como parte del proceso, los deportistas que firmen acuerdos para participar en el Campeonato Mundial de Atletismo también dan su consentimiento a la IAAF para que realice estas pruebas. Parte de ese consentimiento recoge también que, de acuerdo con la normativa, las muestras serán guardadas durante un máximo de 10 años. Los miembros de la IAAF pueden volver a realizar las pruebas más tarde, pero también pueden iniciar una investigación relacionada con el antidopaje.</p>
<p>Este aspecto es crucial.</p>
<p>En realidad, lo que sucedió fue que en 2011 y 2013 la IAAF solicitó muestras de orina y sangre a los atletas alegando que se estaba desarrollando lo que se denomina un “pasaporte biológico”, es decir, un perfil biológico del atleta. Cualquier anomalía repentina podría suponer que existen indicios de dopaje o de algún otro problema.</p>
<p>La cuestión es que la IAAF remitió estas muestras a su comisión médica, la cual llevó a cabo su propia investigación para determinar los niveles hormonales de los atletas. </p>
<p>El argumento de la IAAF es que se trata de dopaje, pero la Agencia Mundial Antidopaje declaró en el caso Dutee Chand que las regulaciones sobre el hiperandrogismo o la diferencia de desarrollo sexual no tenían nada que ver con el antidopaje.</p>
<p>Esto plantea la pregunta: Si las muestras biológicas que han sido recogidas por una entidad para un propósito concreto son remitidas a otra entidad para realizar investigaciones para las que no se ha dado el consentimiento, ¿se trata de un uso lícito de esa muestra?</p>
<p>Los principios éticos de la investigación biológica moderna y la atención médica están recogidos en la <a href="https://www.wma.net/policies-post/wma-declaration-of-helsinki-ethical-principles-for-medical-research-involving-human-subjects/">Declaración de Helsinki</a>. A pesar de no ser un documento jurídicamente vinculante a nivel internacional, sí que establece el estándar para muchos países, como Sudáfrica, que han desarrollado sus propias leyes biomédicas.</p>
<p>En Corea del Sur –donde se realizaron las pruebas– la Declaración de Helsinki condujo a la adopción de la Ley de Bioética y Seguridad, que recoge que para llevar a cabo cualquier tipo de investigación biomédica se necesita el consentimiento informado del individuo. Pero no se informó a ninguno de los atletas –y he hablado con bastantes que han participado en estos campeonatos– de que estas muestras podían ser utilizadas en una investigación hormonal.</p>
<p>Muchos países tienen normas similares. Por ejemplo, Mónaco, donde tiene su sede la IAAF, contempla el requisito de que haya un consentimiento informado adecuado.</p>
<p>Todas estas leyes tienen en común la condición de que el consentimiento puede retirarse en cualquier momento y no debería conllevar ninguna penalización. Pero que no se produzca un consentimiento informado adecuado sí es un delito penal.</p>
<p>Esta cuestión se ha planteado repetidamente ante la IAAF durante todo el proceso, pero ha sido en vano.</p>
<p>Todavía estoy esperando un documento o prueba que demuestre que alguno de los atletas fue informado adecuadamente del propósito de la investigación, de quién la llevaría a cabo, de cuáles serían las posibles consecuencias, qué supondría para el atleta o cómo se protegería su identidad durante el proceso.</p>
<p>La IAAF no ha sido capaz de aportar ninguna prueba. Pero el Tribunal de Arbitraje del Deporte desestimó estos argumentos y aceptó todas las pruebas reunidas, a pesar de no existir consentimiento informado previo.</p>
<h2>Derechos Humanos</h2>
<p>La segunda cuestión fundamental tiene que ver con el importante dilema que se plantea en materia de derechos humanos.</p>
<p>Los derechos a los que me refiero están recogidos en el <a href="https://www.echr.coe.int/Documents/Convention_ENG.pdf">Convenio Europeo de Derechos Humanos</a>, concretamente en los artículos 2 y 8.</p>
<p>Permítanme comenzar con el artículo 8, que creo que debería haber sido aplicado y que, de hecho, fue uno de los que se planteó ante el Tribunal. Este artículo dispone que toda persona tiene derecho al respeto a la vida privada y familiar. En el <a href="https://swarb.co.uk/solomakhin-v-ukraine-echr-15-mar-2012/">caso Solomakhin contra Ucrania</a>, por ejemplo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que cualquier intervención médica obligada, aunque sea de menor importancia, constituye una injerencia en este derecho.</p>
<p>En efecto, coaccionar a una atleta sana para que tome un tratamiento hormonal conlleva sin duda una intervención médica obligada. Pueden argumentar que ella tiene la opción de no hacerlo. Pero la realidad es que no hay elección.</p>
<p>Por su parte, el artículo 2 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y Biomedicina establece que el interés por el bienestar de cada ser humano prevalece sobre el interés de la sociedad.</p>
<p>Incluso <a href="https://www.iaaf.org/about-iaaf/documents/constitution">la constitución de la IAAF</a>, en su artículo 3, se compromete con los derechos humanos con valores éticos, mientras que la Carta Olímpica se opone a cualquier forma de discriminación y apoya a la mujer, la igualdad entre hombres y mujeres, y el deporte para todos.</p>
<p>Pero han quedado al descubierto y se han retratado como promesas vacías.</p>
<p><em>Traducido por Esther Rupérez Pérez con la colaboración de <a href="http://www.casafrica.es/">Casa África</a></em>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/119504/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Steve Cornelius recibe fondos de parte de la Fundación Nacional de Investigación. Formó parte del equipo jurídico que presentó el caso de Atletas de Sudáfrica ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo. </span></em></p>Si el fallo del caso Semenya del Tribunal de Arbitraje Deportivo permanece sin oposición, esta forma de pensar y comportarse podría filtrarse en el Comité Olímpico Internacional.Steve Cornelius, Professor of Private Law, University of PretoriaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1193222019-06-27T20:00:07Z2019-06-27T20:00:07ZDel Orgullo Gay al reconocimiento de las diferencias<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/280981/original/file-20190624-97777-ttbtm9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4363%2C2880&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/gay-flags-waving-on-balconies-streets-1123762913?src=kQeE9RDRhyxblIl5b-Mg0w-1-33&studio=1"> Alfonso de Tomas / Shuttersock</a></span></figcaption></figure><p>Los derechos humanos están hechos de una materia tan vulnerable, y que no es otra que la que deriva de nuestra dignidad compartida, que siempre han de merecer una singular atención. Aunque se hayan traducido en conquistas jurídicas, su estatus siempre pende de un hilo. De ahí que la lucha sea un ingrediente esencial del mismo concepto de derechos humanos, y no solo por lo que ha habido que pelear para que sean garantizados, sino también porque su realización efectiva requiere de un compromiso cotidiano y de una acción política, o sea, colectiva, destinada a hacerlos posibles. </p>
<p>Es decir, los derechos humanos, como decía Joaquín Herrera, son “procesos de lucha por la dignidad”. Una definición que se hace evidente si repasamos cuánto ha costado en nuestro país que el ordenamiento jurídico, y no digamos la sociedad, defina como derechos las sexualidades e identidades individuales.</p>
<h2>Avances legislativos</h2>
<p>Como todo ejercicio de democracia acaba siendo necesariamente un ejercicio de memoria, no estaría de más recordar, y convertir ese recuerdo en base de lo que los derechos nos reclaman, cómo en nuestro país hemos pasado en apenas 40 años de la sanción de las opciones no heteronormativas a la inclusión de la orientación sexual y las identidades de género entre los motivos que pueden dar lugar a los que se denominan delitos de odio y discriminación. </p>
<p>Todo ello en un contexto social en el que se partía de una cultura marcada por la religión católica, para la que la homosexualidad es un pecado, y por un discurso científico que durante siglos mantuvo que era una enfermedad. No deberíamos olvidar que cuando se debatió en las Cortes el proyecto de ley que introduciría el matrimonio igualitario hubo algún experto que seguía defendiendo dicha postura. La que todavía hoy, en pleno siglo XXI, mantienen quienes <a href="https://www.efe.com/efe/america/sociedad/nueva-ley-prohibe-la-terapia-de-conversion-sobre-identidad-sexual-en-ee-uu/20000013-3990093">aplican terapias para revertir lo que se considera torcido</a>, a pesar de que en 1990 <a href="https://apps.who.int/iris/handle/10665/201722">la OMS dejó claro que no ser heterosexual no es una enfermedad</a>. </p>
<p>En este sentido, y ante las noticias que recientemente nos alertaban de estas prácticas en nuestro país, cabe señalar que solo Madrid, Andalucía, <a href="https://www.efe.com/efe/comunitat-valenciana/sociedad/la-generalitat-investiga-supuestos-cursos-para-curar-a-homosexuales/50000880-3950003">Valencia</a> y Aragón prevén en su legislación la sanción de dichas terapias.</p>
<p>En la lucha por la garantía efectiva del derecho al libre desarrollo de la afectividad y la sexualidad han jugado un papel clave los distintos colectivos y asociaciones que, en diferentes oleadas, han ido provocando no solo cambios jurídicos sino sobre todo sociales. Tras conseguir, en los primeros años de democracia, <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1979-700">que la homosexualidad saliera del Código Penal</a>, buena parte de los esfuerzos vindicativos se centraron en la necesidad de que el ordenamiento reconociera modelos de convivencia no basados en la heterosexualidad. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/281001/original/file-20190624-97762-1qk0q2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/281001/original/file-20190624-97762-1qk0q2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/281001/original/file-20190624-97762-1qk0q2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/281001/original/file-20190624-97762-1qk0q2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/281001/original/file-20190624-97762-1qk0q2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/281001/original/file-20190624-97762-1qk0q2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/281001/original/file-20190624-97762-1qk0q2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/281001/original/file-20190624-97762-1qk0q2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Manifestación Estatal Orgullo LGTBIQ+ 2012.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/felgtb/7534170460">FELGTB / Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Fue en el marco de este debate en el que cobraría una singular fuerza simbólica, más allá de lo que supuso en cuanto avance en igualdad de derechos, la <a href="https://www.boe.es/eli/es/res/2005/07/29/(1)">aprobación del matrimonio igualitario en 2005</a>. Una conquista que fue trabajosa y polémica, frente a la que se situaron las fuerzas más conservadoras del país y que dio lugar incluso a un recurso que fue resuelto por el Tribunal Constitucional <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2012-14602">en una sentencia de 2012</a>. </p>
<p>Fue también en la histórica VIII legislatura cuando se dio un primer paso en la garantía de los derechos de las personas trans: en 2007 se aprobó la <a href="https://www.boe.es/buscar/pdf/2007/BOE-A-2007-5585-consolidado.pdf">Ley que regula la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas</a>. </p>
<p>A todo ello habría que sumar la implicación progresiva que en esta materia han tenido varias Comunidades Autónomas. En concreto, un total de 12 han aprobado leyes específicas sobre estos derechos, los cuales incluso han encontrado plasmación a nivel estatuario. Recordemos, por ejemplo, cómo el <a href="https://www.juntadeandalucia.es/html/especiales/estatuto/aj-nuevoestatuto-estatuto5d09.html?idSeccion=1&idApartado=1&ctitulo=3#art35">artículo 35 del Estatuto andaluz</a> reconoce que “Toda persona tiene derecho a que se respete su orientación sexual y su identidad de género”. </p>
<h2>La precaria diversidad</h2>
<p>En paralelo, la sociedad española ha experimentado una evolución significativa en cuanto a la visibilidad y el respeto de opciones que, aun teniendo que ver con la dimensión más íntima del individuo, acaban teniendo una proyección pública. Porque cuando hablamos de la diversidad sexual y las identidades de género no solo lo hacemos de una cuestión que afecta a la vida privada, sino que incidimos en una cuestión de ciudadanía, es decir, en <a href="http://www.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=10&tipo=2">el estatuto jurídico y político que nos permite desarrollar plenamente nuestra personalidad</a>. </p>
<p>De ahí que, junto a los efectos que expresamente las leyes mencionadas han tenido en la protección de derechos individuales, no es menos importante la dimensión simbólica y transformadora que han tenido y tienen no solo los textos legales sino también los gestos, las actitudes y los compromisos de las instituciones y los poderes públicos. </p>
<p>En esta línea, <a href="https://fra.europa.eu/sites/default/files/fra_uploads/1227-Factsheet-homophobia-protection-law_ES.pdf">el papel jugado por la Unión Europea</a> ha sido clave a la hora de incorporar esta dimensión vital en el conjunto de los derechos fundamentales, una previsión que debería incluirse de manera expresa en una deseable reforma de la Constitución española.</p>
<p>Todo lo anterior no quiere decir que vivamos en un paraíso. Ahí están los <a href="http://www.interior.gob.es/documents/10180/7146983/ESTUDIO+INCIDENTES+DELITOS+DE+ODIO+2017+v3.pdf/5d9f1996-87ee-4e30-bff4-e2c68fade874">datos que para desmentirlo cada año nos ofrece el Ministerio del Interior</a> sobre delitos de odio y discriminación, entre los cuales siguen jugando un papel relevante las opciones sexuales. Por no hablar de las dificultades que muchos chicos y chicas jóvenes tienen todavía para vivir su sexualidad <a href="http://www.felgtb.org/temas/educacion/introduccion">en el entorno escolar</a>, o de la <a href="http://www.felgtb.org/temas/politicas-lesbicas/noticias/i/15432/222/dia-visibilidad-lesbica-2019">discriminación interseccional que sufren las mujeres lesbianas</a>, o de cómo incluso en determinados discursos políticos se incorporan en los últimos meses idearios que pretenden anular lo que hemos tardado siglos en alcanzar. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/281002/original/file-20190624-97757-6mouk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/281002/original/file-20190624-97757-6mouk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/281002/original/file-20190624-97757-6mouk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/281002/original/file-20190624-97757-6mouk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/281002/original/file-20190624-97757-6mouk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/281002/original/file-20190624-97757-6mouk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/281002/original/file-20190624-97757-6mouk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/281002/original/file-20190624-97757-6mouk0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Manifestación estatal del #OrgulloLGTB en Madrid 2015 bajo el lema «Leyes por la igualdad real ¡YA!»</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/xega_org/19502782886/">XEGA / Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>Todo ello en un momento en que el mismo movimiento LGTBIQ+ parece haber perdido nervio político y en el que corremos el riesgo de convertir lo “gay” en una etiqueta que el mercado y los partidos usan en su beneficio. Al mismo tiempo, es urgente trabajar el mismo concepto de diversidad dentro de un colectivo que con frecuencia parece dominado y solo representado por el sujeto dominante. De ahí también las más que necesarias alianzas y diálogos con el movimiento feminista.</p>
<h2>Retos futuros</h2>
<p>Como retos más inmediatos, hace falta una <a href="https://www.felgtb.com/leylgtbi/">ley estatal</a> que sirva de garantía común de una serie de derechos que, de momento, sólo se garantizan, y con las limitaciones propias de su ámbito competencial, por algunas Comunidades Autónomas. Un tratamiento específico requiere la protección de la transexualidad, anclada todavía en un modelo patologizador y que refuerza el binarismo de género. </p>
<p>Hay que seguir insistiendo en programas que incorporen esta materia como parte de la educación para la ciudadanía, que la hagan obligatoria en la formación de los y las profesionales de todos los ámbitos, y que tenga en cuenta que la diversidad sexual y de género se entrecruza con otros factores, de tal manera que no cabe dar respuestas únicas a realidades que no son equivalentes. </p>
<p>Pensemos, por ejemplo, en cómo sigue habiendo una enorme distancia entre las ciudades y el ámbito rural, o en cómo muchas personas buscan refugio en nuestro país huyendo de lugares donde son perseguidas por sus deseos, o en cómo la desigualdad de recursos o la edad multiplican los obstáculos, o en cómo también en esta dimensión existen jerarquías de género. </p>
<p>Todo ello sin olvidar que hemos de ubicar la lucha en un contexto global en el que lamentablemente no todos los seres humanos disfrutan del mismo estatuto de ciudadanía. Una lucha que, en definitiva, tendría que sumar energías para combatir la homofobia y una cultura en la que todavía cuesta aceptar que la igualdad no es sino el reconocimiento de nuestras diferencias.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/119322/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Octavio Salazar Benítez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En 40 años, España ha pasado de penalizar la diversidad sexual a tener una de las legislaciones más avanzadas en la materia. Sin embargo, queda todavía mucho camino para alcanzar la igualdad.Octavio Salazar Benítez, Catedrático de Derecho Constitucional, Universidad de CórdobaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.